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Zitiervorschau

PONTIFICIA UNIVERSITÀ GREGORIANA FACOLTÀ DI STORIA E BENI CULTURALI DELLA CHIESA

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA EN COLOMBIA A LA LUZ DE LOS ARCHIVOS VATICANOS (1882-1916)

Disertación para el Doctorado en Historia de la Iglesia presentada por

JOHN ALEXANDER AVELLANEDA TORRES

Roma 2016

Vidimus et approbamus ad normam Statutorum Universitatis Roma, Pontificia Università Gregoriana 11/04/2016

(Rev. Jan MIKRUT) (Rev. P. Martín MORALES)

INTRODUCCIÓN

A lo largo del siglo XIX se promovieron en Colombia tres alternativas jurídicas como respuesta al problema de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, las cuales en su justo momento significaron cambios en los diversos campos de acción en donde había participación eclesiástica. La primera de estas soluciones se presentó luego del proceso de emancipación y de la obtención de la independencia de España (18101853), en donde se buscaba prolongar el ejercicio tradicional del Patronato eclesiástico con el cortejo consiguiente del presupuesto de culto y clero, con la sujeción inevitable de la Iglesia al poder civil. Después de la independencia, la Iglesia colombiana fue sometida al régimen del Patronato, del cual la nueva República se declaró heredera, aduciendo tener el derecho de ejercerlo como elemento inherente a la soberanía lograda tras la emancipación de España. El llamado patronato republicano se promulgó en 18241, y tuvo vigencia hasta 1853 cuando se declaró la separación de la Iglesia y el Estado. Durante este espacio de tiempo la aplicación del Patronato generó polémicas e inconformidades por parte de la Iglesia2. Estas constantes tensiones 1

Esta norma declaraba que la República continuaba en el ejercicio del Patronato y determinaba el modo en que debía ejercerse por el Gobierno. Se asumió este derecho sin consultar con la Santa Sede ni celebrar ningún acuerdo. Cfr. Rafael GÓMEZ HOYOS, La Iglesia en Colombia, Bogotá 1955, 77. 2 Por ejemplo, en 1840 se aprobó una ley que exigía el pase del Gobierno para divulgar documentos pontificios, y en 1841 se encarga a los jefes de policía para que vigilaran que los eclesiásticos no introdujeran novedades en la disciplina exterior de

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entre la jerarquía y el Gobierno permanecieron hasta que en 1835 se establecieron relaciones diplomáticas. Esto se dio gracias a que la Santa Sede reconoció a la Nueva Granada como República independiente3. La segunda etapa (1853-1877) buscó la separación absoluta de ambos poderes que desembocó en una persecución hostil del Estado a la Iglesia, obligando el destierro del Legado Pontificio. En 1853 fue proclamado el principio de «Iglesia libre en Estado libre» y decretó la total separación entre religión y Gobierno4. El 8 de mayo de 1863 fue establecida una Constitución Federal. En un artículo de la misma se prohíbe la entrada de un Representante Pontificio en los Estados colombianos5. Entonces la Santa Sede encargó al Delegado Apostólico en Quito el cuidado de los asuntos eclesiásticos de la Nueva Granada. Durante este tiempo el vínculo principal entre el Episcopado y la Santa Sede lo asumieron los Arzobispos Antonio Herrán y Vicente Arbeláez. La guerra civil de 1876-1877 de manera similar fue funesta para la Iglesia. Luego de la desamortización de los bienes eclesiásticos, se confirmaron varias medidas cometidas por algunos Estados federados; se prohibió a los Obispos de poder anunciar a los fieles las órdenes de la Santa Sede, y al clero de ejercitar el ministerio sin pase gobernativo, y reteniendo los Ordinarios de Popayán, Pasto, Antioquia, Medellín y Nueva Pamplona como gestores de la rebelión, fueron enviados en exilio por diez años, confiando este último en Barranquilla6. La tercera etapa (1877-1887) se concreta en una posición media concertando los derechos de ambas partes soberanas por medio de un Concordato. En 1880 el poder ejecutivo envió a Roma ante la Santa Sede un Agente Confidencial en la persona del General Sergio la Iglesia. Cfr. Fernán GONZÁLEZ, Poderes enfrentados. Iglesia y Estado en Colombia, Bogotá 1997, 146. 3 El reconocimiento se dio a través de la promulgación por parte de Gregorio XVI de la Bula Sollicitudo Ecclesiarum, el 9 de agosto de 1831. Cfr. Acta Gregorii Papae XVI, vol. I, Graz 1971, 38-40. 4 El gobierno Liberal de José María Obando decretó por ley de junio de 1853 la separación Iglesia-Estado, constituyéndose así la Nueva Granada, pionera del separasionismo entre las Repúblicas de América del Sur. Cfr. Rosa María MARTÍNEZ DE CODES, La Iglesia en la América independiente. Siglo XIX, Madrid 1992, 94. 5 La ley 17 de mayo de 1864 sobre la Inspección de cultos, artículo 12 afirmaba: «No será admitido en el país ningún agente de la Curia Romana, sea cual fuere el título que se dé a la misión que traiga él». Cfr. J. RESTREPO POSADA, «Galería de representantes», 211. 6 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. f. 46r.

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Camargo, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Colombia en Inglaterra, Francia y Alemania, para poner a la aprobación de la Santa Sede un proyecto de Convención preliminar para un acuerdo definitivo con el Gobierno Colombiano. 1. Marco Teórico Luego de diversos encuentros, el Agente del Gobierno llegó a celebrar con el Cardenal Lorenzo Nina, Secretario de Estado de León XIII, una convención preliminar para un lograr un acuerdo definitivo que declaraba restablecidas las relaciones oficiales entre el gobierno de Colombia y la Santa Sede, devolvía a la Iglesia la libertad de sus atribuciones y le aseguraba la indemnización por los perjuicios económicos que había sufrido debido a la desamortización de sus bienes temporales. La Iglesia en cambio, permitía que los bienes eclesiásticos vendidos por el gobierno permanecieran en poder de sus poseedores, y levantaba las censuras fulminadas contra todos los que habían intervenido en el despojo de sus bienes. De esta forma, el 17 de mayo de 1882, se dirigió la Secretaría de Estado de la Santa Sede (SESS) al agente confidencial para comunicarle que se restablecían de nuevo las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y los Estados Unidos de Colombia. Pero solo fue hasta 1887 cuando se firmó el Concordato, luego de la Reforma Constitucional de 1886, en donde se abrió la posibilidad de firmar acuerdos entre Colombia y la Santa Sede, algo que no era posible según la Constitución anterior. Nuestro trabajo de investigación pretende indagar acerca de la labor de los Delegados Apostólicos en Colombia, quienes fueron nombrados por la Santa Sede como consecuencia del restablecimiento de las relaciones diplomáticas que habían sido rotas en el periodo del Liberalismo Radical, en donde se dio una separación de hecho y no derecho entre el Estado y la Iglesia. La Delegación Apostólica como tal prestó sus servicios desde 1882 hasta 1916, año en el que pasó a ser Internunciatura. En este lapso de tiempo la Iglesia se organizó en todos sus aspectos: administrativos, jurisdiccionales y pastorales, se destaca asimismo su importante desempeño en la vida de la sociedad. El presente trabajo viene estructurado de la siguiente forma: Introducción, cinco capítulos, conclusión, apéndices, las fuentes y bibliografía. Con excepción del primero, la Tesis conserva un mismo esquema en los capítulos de esta manera: cada parte se desarrolla a partir del

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periodo de labores de cada Delegado Apostólico, allí se presenta toda la documentación correspondiente al tema tratado en cada capítulo. Para ser más claros, iniciamos siempre con Giovanni Battista Agnozzi, quien fue el primer delegado y terminamos con Enrico Gasparri quien fue el último. En cuanto a la estructura de cada parte de la Tesis, tenemos: Capítulo I: Contexto histórico. En esta parte nos dedicamos a los acontecimientos ocurridos en Colombia a finales del siglo XIX e inicios del XX. Hemos considerado fundamental hacer un recorrido histórico para poder abarcar el tema de los Delegados Apostólicos, señalando tanto los antecedentes como los eventos en los cuales se vieron involucrados y definieron su actuar. Debido a los constantes cambios de la política nacional y su relación con la Iglesia, vimos conveniente hacer un contexto antes de ir directamente al tema de los Delegados Apostólicos. Capítulo II: Sobre los Delegados Apostólicos. Este capítulo tiene la estructura más compleja de todo el trabajo debido a que como nos hemos basado en la documentación hallada en los Archivos Vaticanos, esta resultó estar muy dispersa en lo concerniente al tema de esta parte de la disertación. Organizar las fuentes en modo lógico no fue algo simple. El objetivo de este capítulo es el de presentar los documentos de las acciones de los Delegados Apostólicos en su relación con el Gobierno colombiano y su relación con la Iglesia. Presentamos un breve perfil biográfico y nos basamos en las indicaciones dadas por la Santa Sede al inicio de la misión de cada Representante Pontificio. Luego del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, el Gobierno colombiano fue muy abierto y generoso con la labor de la Iglesia, esto gracias a que sus representantes eran de línea conservadora que se identificaba con la doctrina y jerarquía católica. Sin embargo, los Delegados Apostólicos tuvieron que moverse con mucha diplomacia para evitar crear un clima de tensión que pudiera afectar el buen momento entre las dos instituciones. En la documentación se puede percibir la gran preocupación de los Delegados en las cuestiones políticas y sociales de la nación, ya que este ha sido un periodo de guerras civiles en donde la Iglesia ha sufrido y, a su vez, fue protagonista. Dos momentos fueron fundamentales en este periodo: la Constitución política de 1886, en donde la nación se adjudicó la fe católica, y el Concordato de 1887, que reguló la situación jurídica de la Iglesia, ofreciéndole grandes beneficios. La importancia de este capítulo radica en que ofrece una gran ayuda para comprender mejor la temática sucesiva y la contextualización de

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las decisiones tomadas por los Delegados Apostólicos en algunos momentos precisos. Capítulo III: Sobre las Jurisdicciones Eclesiásticas. Se trata de la documentación acerca de la organización territorial de la Iglesia colombiana durante este periodo, en donde pudieron establecerse por todo el espacio nacional jurisdicciones eclesiásticas que ayudaron a su mejor funcionamiento administrativo y pastoral. El territorio colombiano presenta variedad en su geografía. Esta difícil realidad no permitía una atención pastoral adecuada, ya que las pocas Diócesis existentes constituían grandes extensiones, de igual modo, los medios de transporte de la época eran limitados dada la escasez de vías, puesto que prácticamente solo existían caminos rústicos en los cuales solo se podía transitar usando animales de carga y en la zonas con ríos el uso de las lanchas. Para un Obispo recorrer su Diócesis significaba movilizarse por varios días, incluso semanas y meses. Esta situación motivó a los Delegados Apostólicos a promover la creación de nuevas Diócesis, Vicariatos Apostólicos y Prefecturas Apostólicas, dividiendo así el país en diversas jurisdicciones eclesiásticas congregadas en tres Provincias. En esta parte de nuestra Tesis, presentamos el proceso de la organización territorial de la Iglesia en Colombia. Aclaramos que no pretendemos hacer una historia detallada de cada jurisdicción, sino centrarnos en la gestión de los Delegados Apostólicos como impulsores de la promoción de la zona y su posterior erección a partir del proceso canónico testimoniado en los documentos. Capítulo IV: Sobre el Episcopado. Una de las preocupaciones de los Delegados Apostólicos fue la de aumentar el número de Obispos como consecuencia de la erección de nuevas jurisdicciones eclesiásticas. A la llegada del primer Delegado, el Episcopado estaba representado por pocos Prelados, con el agravante de que casi nunca se reunían, asimismo, algunos de ellos estaban regresando de sus respectivos exilios sufridos durante el régimen Liberal. En este capítulo presentamos toda la gestión hecha por los Delegados Apostólicos en los nombramientos de los nuevos Obispos, en los traslados, en las renuncias y sobre los decesos. Tras la llegada de los Delegados Apostólicos, progresivamente el Episcopado se fue incrementando, pero a pesar de haber un número significativo no estaban organizados como Conferencia Episcopal. Se efectuaban encuentros periódicos para debatir asuntos internos o de interés social y político. Esta era una realidad de toda la Iglesia en América Latina. En

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1899 se celebró en Roma el I Concilio Plenario Latinoamericano, en donde se trató de reorganizar y vitalizar la Iglesia en Latinoamérica y para ello se sugirió que los Episcopados de cada país se reunieran periódicamente en Conferencias Episcopales. Teniendo en cuenta las directrices del Concilio Plenario, tras una serie de encuentros y de organizar los objetivos, la Conferencia Episcopal de Colombia empezó sus actividades el 14 de septiembre de 1908, siendo la segunda en América Latina. Cabe resaltar la gran importancia de las Conferencias Episcopales, y la celebración del I Congreso Eucarístico que reunió a gran cantidad de fieles de todo el país, promovidos por los Ordinarios en sus respectivas sedes. Capítulo V: Sobre las misiones. En este último capítulo, la documentación presentada corresponde a toda la gestión realizada por los Delegados Apostólicos en relación al trabajo misionero. Colombia en aquel entonces, aún era considerada un territorio de misión. A pesar de la gran religiosidad expresada por el pueblo, existían regiones alejadas en donde no se había portado la evangelización, y en otras se había detenido como consecuencia de los conflictos sociales y políticos que obligaron a abandonar la labor misionera. La particular geografía de Colombia se constituyó en uno de los principales obstáculos para el progreso de las misiones. Como gran parte de los misioneros fueron enviados desde Europa, fue muy difícil para ellos adaptarse al clima tropical y al acceso a estos territorios, sin excluir el arduo trabajo de evangelizar a las comunidades indígenas, casi siempre celosas y violentas ante la presencia de personas ajenas a su cultura, un comportamiento causado, en gran parte, al estado de explotación del cual eran víctimas por parte de los colonos que invadían su territorio. Desde el momento en el cual llegó el primer Delegado, fue una prioridad no escatimar esfuerzos para promover las misiones, esto a través de la creación de Vicariatos y Prefecturas Apostólicas. Una situación para destacar es que en aquel momento no había sacerdotes o misioneros locales bien formados para tal trabajo, por lo tanto, fue necesario acudir directamente a las Casas Generales de la principales Órdenes Religiosas Misioneras para el envío de algunos de sus miembros. El Gobierno proporcionó su ayuda al desarrollo de las misiones con la emisión de leyes y acuerdos, pero que en el fondo lo que buscaba era penetrar más fácilmente a estos territorios para su dominio

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aprovechando que el misionero sí era aceptado y tenía la capacidad de organizar estas comunidades con gran éxito. 2. El problema de los archivos locales El 9 de abril de 1948 fue asesinado en Bogotá el líder político Liberal Jorge Eliecer Gaitán, provocando una revuelta de grandes magnitudes que daría origen a un periodo de violencia que no ha cesado. La muerte de Gaitán exaltó los ánimos de sus descontrolados seguidores, quienes en su afán por hallar culpables del magnicidio, iniciaron una guerra sin cuartel conocida como «el Bogotazo» y que partió en dos la historia contemporánea de Colombia. Dos fueron los blancos de los ataques. Por un lado el Gobierno encabezado por el Presidente Mariano Ospina Pérez, Conservador, y por otro lado, la Iglesia católica, señalada de apoyar al Gobierno y de perseguir a los Liberales. De esta manera, los primeros objetivos fueron los edificios que pertenecían tanto a una como a la otra institución. En estos ataques fueron destruidas las sedes de los diferentes Ministerios, los tranvías, los locales comerciales fueron saqueados, las Iglesias fueron profanadas e incendiadas, los edificios eclesiásticos tales como colegios, casas religiosas, etc., análogamente, fueron objeto de agresión. Por otra parte, una de las consecuencias de la revuelta fue la pérdida de gran parte de la memoria histórica del país al ser quemados los principales Archivos que conservaban importante documentación de varios siglos. En cuanto a los Archivos eclesiásticos fueron destruidos el de la Conferencia Episcopal, el de la Arquidiócesis y el de la Nunciatura Apostólica. Por esta razón, no es posible acceder a las fuentes sobre la historia de la Iglesia en Colombia anterior a 1948, solo se conservan algunos escritos que citan estos documentos, o acudir a pocas copias conservadas en otros Archivos. En cuanto a lo referente a la Nunciatura Apostólica es aún más complicado, debido a que era información oficial y confidencial, que solo se conservaba allí, y al ser destruido el Archivo se perdieron para siempre. La única posibilidad de tener conocimiento sobre esta documentación es acudir a los Archivos Vaticanos, en donde existen los originales y las minutas, que proporcionan la información carente en Colombia. Con base en lo anterior, a través de un conjunto de documentos recopilados en el Archivo Secreto Vaticano, en el Archivo de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, de diarios de la época y de otras fuentes, la Tesis se aboca a presentar cómo fue el proceso de

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organización de la Iglesia colombiana luego del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, desde la perspectiva de los Delegados Apostólicos y su permanente contacto con la Santa Sede. Nuestro objetivo es suministrar las fuentes documentales que no han sido consultadas y que ofrecen valiosa información para comprender este proceso por parte de los Representantes Pontificios en Colombia. Ante el problema de la no existencia de fuentes sobre la historia de la Iglesia en Colombia antes de 1948, pretendemos proporcionar una respuesta poniendo a disposición las fuentes que tratan de este periodo específico comprendido entre 1882 y 1916 cuando la Iglesia se pudo consolidar como una institución fuerte e influyente luego de superar las dificultades propias del Liberalismo Radical. Es decir, ante el problema de la existencia de un hecho concreto, pero sin soporte documental, respondemos poniendo en evidencia la ausencia de este soporte, a partir de una reconstrucción historiográfica correspondiente a un período y objeto específicos. 3. La originalidad y novedad La decisión de afrontar este argumento está motivada por la ausencia de una investigación detallada sobre la organización de la Iglesia colombiana durante este periodo y el papel desempeñado por los Delegados Apostólicos como representantes de la Santa Sede. Por lo tanto, nuestro trabajo consiste en presentar en un estudio sistemático el desarrollo y función de la Iglesia en Colombia a partir de los documentos emitidos y recibidos por la Delegación Apostólica de Bogotá, y exponer la influencia del fuero eclesiástico en la sociedad de la época. Teniendo en cuenta lo anterior, la originalidad y novedad de la investigación está, a nuestro parecer, en dos campos: el de la temática y el de la historiografía. En el campo temático la investigación es una novedad porque hasta ahora ninguno ha tratado sistemáticamente la materia que deseamos presentar. Los estudios de fondo de la historia eclesiástica colombiana correspondientes a este periodo no se detienen a profundizar los temas que afrontaremos. Individuaremos aspectos concretos respecto a la organización de la Iglesia colombiana, pero siempre desde la información que nos proporcionan los documentos de la Delegación Apostólica. La razón de esta falta de estudios al respecto, radica justamente en la ausencia de material documental por las razones ya explicadas. En este aspecto, estamos ofreciendo las fuentes primarias para profundizar aún más sobre esta temática.

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En lo que se refiere al campo historiográfico, hemos ya hecho una exposición sobre las interpretaciones que abarcan el estudio de la historia de la Iglesia en Colombia, además, en cuanto al tema específico que estamos tratando no hay una investigación profunda que se base en documentos y otras fuentes pertinentes. De este modo, adicionalmente a la minuciosidad con la que se han trabajado los diferentes argumentos, se constituirá una fuente historiográfica por la cantidad de documentos que se ha estudiado y citado, que son un aporte a la investigación histórica. 4. Fuentes documentales y metodología Como hicimos mención anteriormente, en 1948 fueron destruidos los archivos eclesiásticos en Bogotá, perdiéndose toda la documentación de la Conferencia Episcopal, la Arquidiócesis y la Nunciatura Apostólica, archivos que conservaban todas las fuentes correspondientes a nuestro objeto de estudio. De esta manera, al no contar con Archivos en Colombia que proporcionasen fuentes, nos basamos en la documentación conservada en los Archivos Vaticanos: el de la Secretaría de Estado, en la sección para la Relación con los Estados, Archivo histórico de la Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios (AA.EE.SS), y el Archivo Secreto Vaticano (ASV), fondo Secretaría de Estado, Colombia. El proceso para acceder a los documentos en lógico lo podemos resumir en tres fases: la primera, de consultación en los libros de los índices para identificar y organizar cronológicamente; la segunda, el acceso a la documentación, hacer la selección y la transcripción; tercera, el análisis, descripción temática y redacción final. Al final se hizo la integración de la información proveniente de todas las fuentes, clasificando la temática y la cronología. Al tener el material a mano se aplicó como método de trabajo el análisis histórico-crítico de las fuentes. Asimismo hemos utilizado el método analítico sintético, procediendo heurísticamente al conocimiento, a través de las fuentes, de aquellas ideas que sean relevantes para nuestro tema. Por último, a través de una labor hermenéutica, interpretamos el sentido de los documentos a disposición a fin de establecer una síntesis que explicase debidamente el hecho histórico. Las fuentes primarias que tuvimos a disposición las podemos dividir en tres grupos:

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Primer grupo, fuentes tomadas del Archivo Secreto Vaticano, del Fondo de la Secretaría de Estado. Segundo grupo, fuentes tomadas de la Secretaría de Estado, en la sección para la Relación con los Estados, Archivo histórico de la Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Colombia. Tercer grupo, fuentes tomadas de la Secretaría de Estado, en la sección para la Relación con los Estados, Archivo histórico de la Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Rapporti delle Sessioni. Aquí podemos incluir los documentos del Archivo Histórico de Propaganda Fide (APF). Podemos incluir algunas fuentes secundarias, tomadas de algunas publicaciones de la época, principalmente periódicos, y tal vez la más destacada conocida como el Diario Oficial, que es la publicación institucional de la Imprenta Nacional que como documento histórico recoge día a día el discurrir legal de la Nación siendo, con la aparición de su primer número el 30 de abril de 1864, la pionera del periodismo diario en Colombia. También incluimos algunos boletines emitidos por el Episcopado, pastorales, y algo muy importante, como fueron los informes dados por los encargados de las misiones y que enviaron a la Junta de Misiones, de la cual hacía parte el Delegado Apostólico. Debemos a la Pontificia Universidad Gregoriana una especial gratitud, en particular a la Facultad de Historia y Bienes Culturales de la Iglesia por habernos permitido un crecimiento integral durante estos años de estudio. De la misma manera, expresamos palabras de agradecimiento al Profesor Jan Mikrut, quien ha guiado con su erudición y observaciones el desarrollo de esta disertación. También deseamos hacer mención significativa al personal encargado del Archivo Secreto Vaticano y del Archivo histórico de la Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, quienes facilitaron nuestra investigación permitiendo tener acceso a los documentos. Finalmente, el mayor de todos los agradecimientos al Señor de la Historia, Jesucristo nuestro Salvador, hacia quien fluye y de quien mana cada don, capaz de hacer renacer la humanidad de los escombros en los cuales, a veces, se sumerge.

CAPÍTULO I Colombia a finales del siglo XIX e inicios del XX

La labor de los Delegados Apostólicos estuvo condicionada por los constantes movimientos sociales y políticos de la nación. Por eso, hemos visto conveniente antes de entrar directamente en el argumento que nos ocupa hacer un capítulo a modo de contexto histórico, de esta forma, se podrán comprender mejor las acciones de los Representantes Pontificios en determinados momentos; también proporciona una ayuda para clarificar las situaciones que giraron en torno a la organización de la Iglesia. Consideramos que son dos los momentos trascendentales que merecen ser tenidos en cuenta. El primero, el final del Liberalismo Radical que motivado por las ideas emanadas de la Revolución Francesa, impuso de forma imperativa tales principios, ocasionando, entre otros, un explícito distanciamiento con la Iglesia y con los valores cristianos. El final de este periodo se dio con el surgir de la Regeneración, una ideología que inspirada en los principios de la Iglesia católica buscó un cambio y el control centralizado de los poderes. El segundo momento es efecto de la Regeneración, y es conocido como la hegemonía Conservadora, que siguiendo en parte muchos sus principios tuvo una mayor apertura. Según esto, Colombia tuvo un gran salto político, pasó de un Liberalismo intransigente a un dominio Conservador inspirado en los

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ideales de la Iglesia. Pero entre uno y otro, sucedieron graves conflictos que marcaron la historia de Colombia. 1. Periodo de la Regeneración En la historiografía colombiana se ha interpretado que el movimiento político-cultural de la Regeneración estuvo presente entre 1886 y 1903, entendido como una tendencia del pensamiento conservador que se originó en la Francia del Segundo Imperio1. De hecho, se le atribuye a Napoleón III el haber creado una reacción de orden mundial que pretendía eliminar los principios de las Revoluciones Francesas de 1789 y 1848. Estas ideas se fundamentaron, sobre todo, en la religión católica, en el centralismo y el autoritarismo. En el contexto latinoamericano, estas ideas fueron asimiladas por importantes políticos, así tenemos a: Miguel Antonio Caro en Colombia; Lucas Alamán en México; Gabriel García Moreno en Ecuador; Carlos Walter Martínez en Chile. Estos pensadores políticos basados en las encíclicas de Pío IX, Quanta Cura y el Syllabus, se propusieron implantar una situación similar a la que se presentaba antes de la independencia, con el fin de poder eliminar la influencia del Liberalismo francés2. Los regeneradores estaban convencidos de que la institución eclesiástica, que entendían como un cuerpo de profesionales que administran lo sagrado, y la religión católica, eran fundamentos sociales que no se podían disociar y que había que aprovechar. Rafael

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Mario AGUILERA PEÑA – Renán VEGA CANTOR, Ideal Democrático y Revolución Popular, Bogotá 1998, 141-150. 2 Estos Conservadores eran conocidos como Ultramontanos, por oposición a aquellos que en otra línea se caracterizaban por la aceptación de ciertos principios del Liberalismo, condicionada por una tendencia a moderar lo que consideraba sus excesos y, sobre todo, por la convicción de que sólo podrían ser traducidos en hechos políticos o institucionales de una manera lenta y progresiva. De esta manera la línea que podría llamarse del Conservadurismo Liberal entró en colisión con el pensamiento constitutivamente Conservador, con el Ultramontano y de igual modo, con el Liberal, lo cual lo obligó a defender su posición en varios frentes. En ambos casos el pensamiento Conservador se mostró contradictorio. En el primero porque pretendía ser restaurador y no defensor de la situación real en el estado en que se hallaba, y en el segundo porque admitió el principio de cambio; y esta vez se aproximó al ala Conservadora del Liberalismo, que realizó un proceso inverso. Cfr. José Luis ROMERO, Situaciones e Ideologías en América Latina, Medellín 2001, 134.

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Núñez así lo expuso en su mensaje al Consejo de Delegatarios, encargados de redactar la Constitución de 1886: La tolerancia religiosa no excluye el reconocimiento del hecho evidente del predominio de las creencias católicas en el pueblo colombiano. Toda acción del gobierno que pretenda contradecir ese hecho elemental encallará necesariamente como ha encallado en efecto entre nosotros y en todos los países de condiciones semejantes3.

Es de notar, que desde el punto de vista ideológico, las similitudes entre la Regeneración y los principios de la Iglesia eran notables, a saber: ambos veían al Liberalismo como un enemigo que se debía combatir; se estaba buscando reconquistar los viejos privilegios perdidos; se quería de reafirmación a nivel de la sociedad. De esta forma, la Iglesia, al lado de los Regeneracionistas, consiguió recuperar su poder y prestigio a partir de una imagen de defensa y combate. En este sentido, el Gobierno facilitó la llegada de nuevas Órdenes religiosas, lo más significativo fue el retorno de la Compañía de Jesús, asimismo, la reactivación de las misiones, principalmente en las zonas de frontera4. El Concordato permitió que en Colombia se implantase el régimen de cristiandad, donde el Estado facilitó la labor de la institución eclesiástica e, incluso, le legó funciones que directamente le competían a él, como la supervisión de la educación pública, el control poblacional, el control del estado civil de los individuos, mediado por las partidas bautismales que cumplían la función de registro civil, y los libros parroquiales, indicando la relación directa entre nacionalidad y religión, entre otros. El proyecto político que presentaban los Regeneracionistas básicamente era: nueva Constitución Política; garantizar el orden del país; formación de un ejército; Iglesia católica; departamentalización de los Estados; elección de Alcaldes y Gobernadores; periodo a seis años con derecho a reelección; pena de muerte; legislación civil, comercial, minera. Sin embargo, la mala administración y la intolerancia frente a la oposición, principalmente por parte de Miguel Antonio Caro, hizo que se alzaran constantemente voces de protesta, así se dio la guerra civil de 3

Iván CADAVID, Los fueros de la Iglesia ante el liberalismo y el conservatismo en Colombia, Medellín 1955, 131. 4 Gabriel CABRERA BECERRA, La iglesia en la frontera. Misiones católicas en el Vaupés, 1850-1950, Bogotá 2002.

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1884, pero el hecho más trascendental, que marcó la historia nacional, fue la guerra de los mil días, un conflicto bipartidista, con un trasfondo político pero que en realidad fue un suicidio social, porque el país no se recuperaría nunca de sus graves consecuencias. Por lo tanto, la Regeneración, aunque fue un intento por rescatar los ideales cristianos y otros principios de los del Liberalismo Radical, al final, terminó siendo tanto o más intransigente que este, en lugar de crear un equilibrio en donde se buscara una conciliación, lo que hizo fue generar más rivalidad e inconformismo. En todo esto, sin duda alguna, la que salió favorecida fue la Iglesia, que pudo recuperar su protagonismo en la sociedad colombiana, retomar algunos de sus privilegios, y establecerse como una institución fundamental para el desarrollo de la nación. 2. Palabras del Arzobispo Vicente Arbeláez El Arzobispo de Bogotá, Vicente Arbeláez, informó a la Santa Sede sobre la situación política en Colombia con motivo de la toma de posesión de nuevo Presidente, Francisco Javier Zaldúa, el 1 de abril de 18825. Tal acto tuvo lugar en la Catedral Metropolitana. En este documento podemos apreciar los primeros intentos de acercamiento entre las dos instituciones, civil y eclesiástica, en torno a un periodo de grandes conflictos y de constantes manifestaciones. Así se expresó el Arzobispo6: Acompaño a Vuestra Eminencia los discursos pronunciados por el Presidente del Senado y el de la Republica, Doctor Zaldúa7. Por su lectura juzgará Vuestra Eminencia de las ideas del nuevo Presidente en lo que hace relación a la grave cuestión religiosa que aquí nos agita. Como es de costumbre, yo fui con mi Capitulo a felicitar al Presidente; y tanto en la contestación a mi discurso como en el que dirigió al Presidente del Senado, manifestó que desea la derogación de la ley de inspección de cultos en cuanto sea contraria a la igualdad constitucional; mas al propio quiere poner en vigor en una ley especial el principio de que los ministros de los 5

Fue elegido para que gobernara durante el bienio de 1882-1884, pero murió en ejercicio del cargo solo 8 meses después, el 21 de diciembre del mismo año; su lugar lo tomó Clímaco Calderón. 6 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 429. fasc. 23. ff. 2r-3v. 7 Se envió una página del periódico El Conservador del 1 de abril de 1882, en donde fueron publicados estos discursos, en: AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 429. fasc. 23. ff. 4r-v.

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cultos religiosos deben obediencia al poder civil. Si esta obediencia fuera la que es común a todos los ciudadanos, dicha ley nada tendría de particular, atendida nuestra Constitución que no reconoce fuero eclesiástico; pero si es una obediencia especial de los ministros del culto al poder civil, que coarta la libertad del sagrado ministerio, no se cómo se pueda entender este principio de igualdad que quiere el nuevo Presidente. Del desarrollo que en la práctica se dé a tales ideas, informaré a Vuestra Eminencia. Cuanto a la política, el nuevo Presidente se ha manifestado contrario a la de su antecesor, y ha llamado al ministerio miembros del Partido Radical. Estos no han sido aceptados por el Congreso, lo que ha producido antagonismo entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, que ha tenido los ánimos en constante agitación. Sin embargo, tengo fundadas esperanzas de que no se alterará el orden público debido al interés que la parte sensata de la sociedad tiene por la conservación de la paz.

3. Grave enfermedad del Presidente Zaldúa Al poco tiempo de su posesión como Presidente de la República, Francisco Javier Zaldúa cayó enfermo, esto fue aprovechado por los opositores para iniciar a fraguar movimientos que llevaran a una revolución con el fin de retomar el poder que habían perdido desde 1880 con la llegada de Rafael Núñez. El Delegado Apostólico informó a la Santa Sede sobre el asunto, hablando sobre su encuentro con el Presidente Zaldúa y la impresión que le había dejado su situación de salud y el fuerte enfrentamiento entre los Partidos Políticos8. La grave enfermedad del Presidente de la República había hecho perder las esperanzas de su reintegro al cargo, todavía, por su avanzada edad era cada vez más difícil. Su muerte se dio el 21 de diciembre de 1882, por un infarto. El Delegado Apostólico lo comunicó a la Santa Sede: Ayer 21 del corriente, en la tarde murió el Presidente de esta República, el Sr. Francisco Javier Zaldúa, a la edad de 74 años. Como primer suplente le sucede Núñez, en segundo lugar Otálora, los dos Independientes. Ausente actualmente Núñez de Bogotá, asume la dirección del Poder Ejecutivo el Sr. Otálora. […]. Zaldúa nació católico, pero no practicante por mucho tiempo, y Liberal Radical, hacía temer que moriría impenitente, sin tener pensamiento de religión, y así hubiera sucedido, si en estos últimos días no hubiese vivido con él su hijo sacerdote. Cuatro días antes de la muerte hizo 8 ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. f. 193r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 25 de junio de 1882.

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su confesión a un canónigo de la Catedral y la repitió más veces hasta la vigilia, yo fui a verlo pocas horas antes de su último respiro. Mañana 23 del corriente, tendrá lugar el funeral en la Catedral y el transporte del cadáver al cementerio con todos los honores que meritan tan alta dignidad del difunto9.

4. Primeros movimientos de rebelión Tras la muerte del Presidente Zaldúa, los miembros del Partido Radical buscaron la manera de agitar los ánimos para desestabilizar el Gobierno. Se inició a presagiar una posible guerra civil, y así el Delegado Apostólico lo informó a la Santa Sede. El Representante Pontificio manifestó su preocupación por los hechos que se estaban generando en Colombia. Una observación que Monseñor Agnozzi hace, es la poca voluntad que hay por parte de la población en general en dejarse llevar por las intenciones de los Radicales, añade, de igual modo, la posible intervención del clero en asuntos políticos: Desde hace dos o tres meses el interés de los diversos Partidos que se cuestionan el Poder Ejecutivo de la República ha comenzado a perturbar frecuentemente el orden público, y en estos últimos días la agitación ha llegado al punto de temer un movimiento armado y de la suma desgracia de una guerra civil. La gran mayoría de los ciudadanos de toda la República son contrarios y se resisten en cuanto pueden al Partido inquieto y perturbador de los Radicales, y tal vez se evitará la guerra. Pero como he recibido la noticia de que se tienta de comprometer al clero, he creído mi deber de transmitir a los Obispos una Circular10.

Seguidamente, el 6 de agosto de 1883, de nuevo informó a la Santa Sede sobre la evolución de la situación política, en vista de que se aproximaban las elecciones para Presidente, aumentaba la tensión en el país pues se sentía el inicio de una nueva guerra civil11. En este mismo despacho, el Delegado Apostólico envió una copia de la Circular que dirigió a todo el Episcopado acerca de la conducta del clero en

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ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. ff. 224r-v despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 22 de diciembre de 1882. 10 ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 44r-45r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 30 de julio de 1883. 11 ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 46r-v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 6 de agosto de 1883.

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cuestiones políticas, debido a que algunos eclesiásticos se estaban comprometiendo explícitamente en estos asuntos12. 5. Rafael Núñez nuevo Presidente de la República Ya había sido Presidente entre el 8 de abril de 1880 y el 1 de abril de 1882, iniciando cambios sustanciales en la política nacional, básicamente, fue el final del periodo de los Liberales Radicales y el inicio de la Regeneración. Fue elegido nuevamente Presidente para el periodo del 11 de agosto de 1884 al 1 de abril de 1886. El país se debatía en un momento difícil por causa de las revueltas iniciadas por los Radicales inconformes con los Gobiernos de Zaldúa, muerto en ejercicio, y de Otálora. La elección de Núñez no fue tomada de buena manera. Rafael Núñez tenía el apoyo del Partido Conservador y para lograr su proyecto de la Regeneración fundó el Partido Nacional con la colaboración de Miguel Antonio Caro. Sin embargo, su salud no estaba bien, y no pudo tomar posesión del cargo, dado que se encontraba en Curazao, así que en su lugar lo hizo Ezequiel Hurtado13.

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ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 47r-v. El Delegado Apostólico continuó enviando informes sobre la situación de Colombia, por ejemplo: ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 50r-51v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 17 de agosto de 1883, en donde informó acerca del inicio de las revueltas en la población de Zipaquirá, cerca de la Capital; ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 52r-53r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 30 de septiembre de 1883, sobre la victoria de Rafael Núñez en las elecciones Presidenciales, y las constantes amenazas de una guerra civil. 13 El Delegado Apostólico informó a la Santa Sede con un despacho al Cardenal Ludovico Jacobini, del 3 de abril de 1884, acerca de la toma de posesión de Ezequiel Hurtado como Presidente Interino, pero agregó que Rafael Núñez tenía una situación complicada desde el punto moral, ya que vivía en unión civil pues su primer matrimonio realizado por la Iglesia, aún era válido, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 137r-v. El Secretario de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos de Colombia, Eustorgio Salgar, con un despacho del 7 de abril de 1884, comunicó a León XIII, que por motivo de la ausencia del Presidente electo Rafael Núñez, desde el 1 de abril ejercía el Poder Ejecutivo el Señor General Ezequiel Hurtado, en su carácter de Primer Designado, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 138r-139r. El Delegado Apostólico envió un despacho al Cardenal Jacobini, el 3 de abril de 1884, dando esta noticia, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 147r-148v. La respuesta pontificia, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 141r-v.

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Giovanni Battista Agnozzi comunicó a la Santa Sede cuando Rafael Núñez tomó posesión de su cargo, y remarcó que el camino para la conciliación entre la Iglesia y el Estado colombiano no sería fácil14: En el discurso del Presidente del Senado, y en la réplica hecha por Núñez, se ha dado mucho valor a la necesidad de una reforma de la Ley Constitucional de la República, y este tema será de suma importancia en la reunión de las Cámaras Legislativas del próximo año 1885; esto me sería de maravilla, que hubiera mucho por discutir sobre las relaciones del Estado con la Iglesia. La conducta por mi observada con este Gobierno y con la generalidad de los Diputados de las dos Cámaras Legislativas me da más de esperar que de temer, sin embargo, sobre este terreno mi misión no puede hacerse más difícil de aquello que yo lo prevea15

6. La guerra civil de 1884-1885 Gran parte de la historia política de Colombia durante el siglo XIX e inicios del XX, está escrita sobre las páginas de las guerras civiles y sus consecuencias que influyeron directamente en la conformación del Estado16. La guerra civil de 1885 en Colombia fue el preámbulo de la Constitución que tuvo vigencia hasta 1991. Fue el producto de un error político del Partido Liberal Radical que buscaba hacerse de nuevo con el poder después de que el presidente Rafael Núñez estaba inclinando la balanza de fuerzas políticas hacia el independentismo y, suponían los Liberales, hacia los Conservadores, enemigos históricos de los Liberales. 6.1. La insurrección El levantamiento se inició en una población del Estado de Santander llamada La Florida, el 7 de agosto de 1884, promovida por Solón Wilches, Comandante en Jefe del Ejército y Presidente del Estado

14 ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 150r-151r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de agosto de 1884. 15 ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc .2. f. 150v. 16 Myriam JIMENO SANTOYO, «Identidad y experiencias cotidianas de la violencia», en: Revista Análisis Político, 33 (1998), 249.

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Soberano de Santander17. Durante su gestión hubo un debilitamiento económico y abuso de poder, que lo llevó a sobrepasar y manipular la política a su conveniencia, con decisiones tales como cambiar la Constitución local para implantar la reelección o la manutención de un ejército profesional y personal. Estos abusos generaron un inconformismo general que los Radicales aprovecharon para buscar la recuperación del poder, ya que estaban apartados y aislados. Estos movimientos Radicales se convirtieron en una amenaza para los intereses de Rafael Núñez, la estabilidad de la Unión y del proyecto Regeneracionista. Lo que llevó al Gobierno central a poner su atención en esta región. Los Radicales Liberales marcharon hacia la ciudad del Socorro en donde se encontraba Wilches con su ejército. El Presidente Rafael Núñez decidió enviar tropas de la Unión al Estado de Santander, con el fin de evitar que se turbara el orden público. Acompañados de dos comisionados de paz, los señores Narciso González Lineros, Liberal independiente, y Felipe Zapata, Liberal Radical. Los comisionados lograron éxito en sus esfuerzos de paz, y el 20 de septiembre se firmó entre el gobierno de Santander y los rebeldes el Convenio de Socorro: se elegiría una convención que decidiría sobre los asuntos electorales con perfecta autonomía. Durante este tiempo se nombró un comisionado independiente para que gobernara, como un acto de garantía hacia los Radicales, encima, se nombró como Ministro de Guerra al General Santos Acosta, un viejo caudillo Radical. Esto mejoró de forma temporal las relaciones entre Núñez y los Radicales18. Este acuerdo logró que se convocara a elecciones el 19 de octubre de 1884, en donde los Radicales ganaron, consiguiendo 19 de los 35 diputados a la Convención del Estado, esto les otorgaba el derecho de elegir su presidente, nombrando a Sergio Camargo, un importante militar y político Radical, quien asumió la misión de reorganizar a los Liberales Radicales en Santander19. El Presidente Rafael Núñez al tener conocimiento de los resultados electorales dio la orden a las tropas que se dirigían hacia Bogotá de 17 Gonzalo ESPAÑA, La Guerra Civil de 1885: Núñez y la derrota del radicalismo, Bogotá 1985, 83. 18 Jorge Orlando MELO, «Del federalismo a la constitución de 1886», en: Nueva Historia de Colombia, vol 1, Bogotá 1989, 38. 19 G. ESPAÑA, La Guerra Civil de 1885, 99.

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regresar a Santander, adicionalmente, los Conservadores, observadores y neutrales, se pronunciaron deslegitimando las elecciones. La situación se tornó tensa cuando Núñez decidió imponer un presidente provisional, nombrando a Narciso González durante la posesión de Camargo, desalojando del recinto a los delegados Radicales. Así Núñez hizo su primer movimiento, evidenciando el peso e importancia política del Estado de Santander. Los radicales santandereanos asumieron la actitud de Rafael Núñez como una agresión directa y decidieron declarar la guerra al Estado Central. Esta situación tomó por sorpresa a los demás Liberales de toda la Unión, tanto que no estaban preparados ni militar ni logísticamente. Aun así, los Radicales se lanzaron a la revuelta en Santander, iniciando una nueva guerra civil el 18 de noviembre de 188420. 6.2. La guerra Para los excluidos Radicales de todas partes de la Unión la guerra era una oportunidad para recuperar el espacio político que se había perdido con el pasar de los años. Por eso, prontamente la revuelta se trasladó a los Estados de Cundinamarca, Tolima, Boyacá, Antioquia y Cauca, con el objetivo de reemplazar los gobiernos establecidos y desestabilizar el poder central de la Unión. El 24 de septiembre de 1884, se sublevaron los dos Radicales más significativos del Estado de Cundinamarca, Manuel Navarrete y el General Ricardo Gaitán Obeso. Los Estados de Tolima y Boyacá decidieron apoyar la guerra con decisión, reuniendo un considerable número de tropas, pero carecían de logística militar (armas, víveres, ropa, etc.). Poco a poco se empezó a notar la debilidad Radical. El Estado de Antioquia entró en guerra a inicios de 1885, realizando movimientos de las guerrillas Conservadoras y el apoyo del Estado Caucano a Núñez. Los antioqueños Radicales lograron reunir un importante número de hombres, pero como en el resto del país la falta de estrategia no creó una gran amenaza para el Gobierno Central. El fin de la guerra se veía venir. Cauca había apaciguado la insurrección de Antioquia en solo treinta días. Los Conservadores –recientes aliados de Núñez– abatían los rezagos Radicales en los distintos estados. Solo quedó el joven General Radical Gaitán Obeso que enfrentó 20

J. O. MELO, «Del federalismo a la constitución de 1886», 39.

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relativamente solo una campaña que en algún momento generó esperanzas, pero al final fue infructuosa. Al final, las fuerzas del Gobierno Central obtuvieron el triunfo, esto le sirvió como pretexto al Presidente Rafael Núñez para declarar un cambio de la Constitución de 1863, que estaba inspirada en el Radicalismo Liberal, lanzando una nueva propuesta, esta reforma dará origen a la Constitución de 188621. 7. La Constitución de 1886 El origen de este Frente Nacional conocido como la Regeneración se dio en 1880, año en que asumió la presidencia el Liberal Rafael Núñez. Político caribeño que inició los contactos entre las élites de los dos Partidos tradicionales, estableciendo un acuerdo que restableció la calma social, que evitó una revuelta a gran escala, y que por otro lado, ayudó a salir de la quiebra económica. Núñez comandó un sector del Partido Liberal, conocido como independiente que formó una liga política con los Conservadores, liderados por Miguel Antonio Caro, con el objetivo de implantar una Constitución Centralista que sirvió para restablecer la situación anárquica del país. De este pacto se

21 Sobre el desarrollo de la guerra civil, el Delegado Apostólico estuvo permanentemente informando a la Santa Sede. Se pueden consultar los siguientes documentos: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. ff. 238r-239r, despacho del 29 de agosto de 1884; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 241r, despacho del 1 de octubre de 1884; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. ff. 243r-244r, despacho del 22 de diciembre de 1884; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. ff. 251r-252r, despacho del 29 de diciembre de 1884; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 246r, despacho del 29 de enero de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 248r, despacho del 30 de enero de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 250r, despacho del 21 de enero de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. ff. 254r-255v, despacho del 15 de febrero de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. ff. 256r-257r, despacho del 14 de marzo de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 258r, despacho del 16 de marzo de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 260r, despacho del 9 de junio de 1885; ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc. 1. ff. 75r-76r, despacho del 23 de junio de 1885; ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc. 1. f. 264r, despacho del 3 de agosto de 1885; ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc. 1. f. 266r, despacho del 6 de septiembre de 1885; ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc. 1. ff. 267r-268r, despacho del 15 de octubre de 1885.

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excluyó a los Liberales Radicales que seguían abanderando la idea federal22. Como consecuencia del enfrentamiento entre los Radicales y la coalición, se presentó una guerra civil en el año de 1885. En ella resultaron derrotados los Radicales y, entonces, los miembros de la alianza convocaron un Consejo Nacional de Delegatarios para elaborar un nuevo texto fundamental23. Dentro del marco histórico de la Regeneración, la Constitución Política de 1886 se constituye como el signo más importante y la cúspide de este periodo. Esta Carta Política Nacional rigió la vida Constitucional de Colombia hasta 1991. Hasta ese momento Colombia se regía por la Constitución de 1863, nacida como fruto de la dominación Liberal intransigente, lo que llevó a que existiesen fuertes oposiciones entre los dos bandos políticos. En el desarrollo de la preparación y posterior redacción tuvo un papel importante la Iglesia católica, que era abiertamente aliada de los Conservadores, y que con su fuerte influencia sobre la población contribuyó en la derrota de los Liberales Radicales. Al tomar el poder Rafael Núñez entabló acercamientos grandes con la Iglesia y fue el gran promotor del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, ya que se consideraba a la Iglesia una buena aliada para desarrollo de la sociedad colombiana y, principalmente, una institución con la aceptación dentro de las comunidades y regiones más apartadas en donde el Estado no hacía presencia. El apoyo de la Iglesia al nuevo régimen fue absoluto, a la vez, que se buscaba concesiones que le devolvieran, al menos en parte, sus antiguos privilegios. Por ejemplo dispuso en su artículo 38 que la Religión Católica, Apostólica, Romana, era la de la Nación; los poderes públicos la protegerían y harían que fuese respetada como esencial elemento del orden social24. A su vez el artículo 40 estableció que: Es permitido el ejercicio de todos los cultos que no sean contrarios a la moral cristiana ni a las leyes. Los actos contrarios a la moral cristiana o subversivos del orden público, que se ejecuten con ocasión o pretexto del ejercicio de un culto, quedan sometidos al derecho común. 22 David BUSHNELL, Colombia una Nación a pesar de sí misma. De los tiempos precolombinos a nuestros días, Bogotá 2004, 198-199. 23 G. ESPAÑA, La guerra civil de 1885, 1085. 24 Carlos RESTREPO PIEDRAHITA, Constituciones Políticas Nacionales de Colombia, Bogotá 2003, 396.

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En materia educativa, el artículo 41 reguló que: La educación pública será organizada y dirigida en concordancia con la Religión Católica. La instrucción primaria costeada con fondos públicos, será gratuita y no obligatoria». El artículo 55 consagró las exenciones fiscales sobre los bienes inmuebles de la Iglesia «Los edificios destinados al culto católico, los seminarios conciliares y las casas episcopales y curales no podrán ser gravados con contribuciones ni ocupados para aplicarlos a otros servicios25.

En virtud del artículo 56 de la Constitución, que concedió la competencia al gobierno colombiano para celebrar convenios con la santa Sede, se celebró el concordato de 1887 en el gobierno del cartagenero Rafael Núñez26. Allí se concertó que el Estado colombiano debía pagar una indemnización a perpetuidad a la Iglesia Católica27. Estas regulaciones confirieron a la Iglesia Católica el papel de ser el principal elemento de cohesión del orden social. Este hecho ocasionó que tanto el Estado como la misma Iglesia vieran que la crisis de la sociedad colombiana se debía a un conflicto religioso y moral que debía ser corregido con el progreso religioso. Este desarrollo se alcanzaba por medio del orden, ya que la sociedad debía ser reconstruida a imagen y semejanza del orden celestial. Si por alguna razón se imponía el caos, la anarquía y en líneas generales el desorden, era debido a elementos disociadores formados en las ideas Liberalesburguesas. Por ello la religión católica se encontraba en la obligación de formar nuevos ciudadanos que fueran buenos creyentes28.

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C. RESTREPO PIEDRAHITA, Constituciones Políticas, 398. «Para algunos autores el concordato sólo se firmó hasta la administración de Rafael Núñez de 1887, porque anteriormente este político se había opuesto a la firma de otro Convenio celebrado en 1880, debido a que la Santa Sede no le había concedido, en ese momento, la anulación de su primer matrimonio. Razón por la cual no podía contraer nupcias religiosas con su segunda esposa». Cfr. Alfonso ROMERO AGUIRRE, Ayer, Hoy y Mañana del Liberalismo colombiano. Historia de La Regeneración, vol. 1, Bogotá 1949, 75-77. 27 Fernando GUILLÉN MARTÍNEZ, La Regeneración. Primer Frente Nacional, Bogotá 1986, 90. 28 Miguel Ángel URREGO ARDILA, La Crisis del Estado Nacional en Colombia. Perspectiva Histórica, Michoacán 2005, 42-45. 26

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8. El Concordato de 1887 La idea de establecer un Concordato produjo continuas reacciones enfrentando a la Iglesia con los Gobiernos Liberales durante el siglo XIX. Durante este periodo era evidente la oposición de la Iglesia frente al desarrollo de las ideas modernistas emanadas de la Revolución Francesa29. El caso hispanoamericano era particular debido a la estrecha relación entre la Corona y la Iglesia católica durante el dominio español. En Colombia la situación no fue diferente, a mediados del siglo XIX se presentaron formas sociales y económicas para insertar la sociedad colombiana en el mercado mundial, afectando la situación de la Iglesia y produciéndose la separación entre la Iglesia y el Estado30. Hay que mencionar que el Gobierno del General Mosquera estableció la vigilancia del Estado sobre la Iglesia, imponiendo la necesidad del permiso gubernamental para desempeñar oficios eclesiásticos y publicar cualquier documento pontificio, así como la desamortización de los bienes inmuebles de la Iglesia31. En 1870 un nuevo conflicto se produjo por la reforma educativa que buscaba imponer una educación laica. En torno a esta reforma se desencadenó la guerra civil de 1876, que en algunas situaciones particulares adquirió un matiz religioso, complicando aún más las relaciones. Al finalizar la guerra de 1876, el General Julián Trujillo, Presidente del grupo independiente, solicitó al Congreso la derogación de la ley de inspección o tuición de cultos y el indulto de los Obispos desterrados, de manera similar dio instrucciones al encargado de Negocios en Italia para negociar un Modus Vivendi con la Santa Sede, aunque este 29

Darío PRECIADO AGUDELO, El Concordato, Bogotá 1989, 21. Un ejemplo que afectó la Iglesia, fue el de intentar imponer la elección de curas párrocos por el voto de los padres de familia, para intentar quebrar antidemocrático principio jerárquico que llevaba al clero a alinearse con el Partido Conservador. Las pugnas desencadenadas por este punto condujeron al destierro del Arzobispo de Bogotá, Manuel José Mosquera; en 1853 se llegó a establecer la separación entre la Iglesia y el Estado. En estos años fueron expulsados los Jesuitas y varios diplomáticos de la Santa Sede. Cfr. Fernán GONZÁLES, «El Concordato de 1887: Los antecedentes, las negociaciones y el contenido del tratado con la Santa Sede», en: Revista Credencial Historia, 41 (1993), 5. 31 Estos bienes se llamaban de manos muertas por la dificultad de su enajenación, que virtualmente los sustraía del mercado. Cfr. F. GONZÁLES, «El Concordato de 1887», 5. 30

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acuerdo debería aparecer como de carácter privado y concedido por iniciativa del Papa, ya que la Constitución de 1863 no permitía celebrar Concordatos con la Santa Sede32. El Congreso de 1881 se negó a ratificar la Convención por razones políticas, ya que no se quería dar triunfo a un Radical como Camargo33. Sin duda alguna, el pensamiento político de Rafael Núñez fue determinante en el cambio de las relaciones del Estado colombiano con la Iglesia, llevándolas a una concepción más activa del papel del Estado en la sociedad, reconociendo la importancia de las creencias religiosas como un elemento de unidad en la vida del pueblo. Este pensamiento e ideología política fue plasmada en la nueva Constitución de 1886, reconociendo a la religión católica como la religión de la casi totalidad de los colombianos, otorgándole la personería jurídica, confiándole la dirección de la educación y la posibilidad de celebrar convenios con la Santa Sede. De esta manera, en el Título IV de la Constitución de 1886, está consagrado a las relaciones entre la Iglesia y Estado, empezando por reconocer la personería jurídica, junto con la libre administración de sus asuntos internos y la libertad para ejercer la autoridad espiritual y jurisdicción eclesiástica sin necesidad de autorización del poder civil. El Concordato de 1887, podría decirse que es un agregado a la Constitución, pues reflejó en todo el espíritu de esta. En el texto del Concordato se reconocían los efectos civiles al matrimonio católico, pero preservando la soberanía del gobierno en los demás. Por otra parte, los Obispos señalarían los textos de religión para los colegios 32 Un convenio de esta naturaleza se logró entre el Cardenal Lorenzo Nina, Secretario de Estado, y el General Sergio Camargo, nombrado Agente Confidencial ante la Sede Apostólica. La Convención Nina-Camargo era un arreglo preliminar para restablecer relaciones y prevenir conflictos futuros. El Gobierno colombiano se comprometía a derogar la tuición de cultos, indemnizar por los perjuicios económicos, restablecer la renta nominal que compensaba por la desamortización, levantar el destierro a los Obispos e indultar a los sacerdotes que hubieran sido condenados. Por su parte la Santa Sede permitía la posesión pacífica de los que hubieran comprado bienes desamortizados y levantaba las censuras y penas eclesiásticas que había impuesto a todos los implicados en la desamortización. Cfr. F. GONZÁLES, «El Concordato de 1887», 5-6. 33 En su mensaje al Congreso Rafael Núñez anunció que había resuelto rechazar el Convenio, ya que el Gobierno había ido tan lejos como era posible en el camino de la tolerancia y del respeto a la religión, pero consideraba inconstitucional la exigencia de la Santa Sede que pedía la sanción de las leyes canónicas por parte de la República. Cfr. F. GONZÁLES, «El Concordato de 1887», 6.

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nacionales con intervención del Gobierno para los textos de las demás asignaturas no estuviesen en desacuerdo con la doctrina católica. También se pidió la mayor intervención posible del Gobierno en el nombramiento de los Obispos, y ofreciendo cien mil pesos anuales como compensación por los bienes desamortizados, presentándose dificultades porque los negociadores de la Santa Sede exigían el valor total de las propiedades desamortizadas y que el valor de los censos eclesiásticos redimidos se convirtiera en deuda consolidada a un interés del 6% anual, cuando las instrucciones del Gobierno solo autorizaban un 3%34. Otra de las dificultades para celebrar el Convenio era lo relativo a los efectos civiles del matrimonio católico, ya que la Santa Sede quería que tuviesen efectos retrospectivos para que los matrimonios anteriormente anulados por las leyes civiles recuperaran todos sus efectos. Al final, el 31 de diciembre de 1887 se firmó el acuerdo. En su artículo primero se reconoció que la religión católica era la de Colombia, deduciéndose las respectivas obligaciones de los poderes públicos, se reconoció la libertad de la Iglesia frente al poder civil, se proclamó que la legislación canónica era independiente de la civil, se reconoció la personería jurídica de la Iglesia y su libertad para poseer bienes muebles e inmuebles. De la misma manera, se estableció la educación e instrucción pública en universidades, colegios y escuelas, que debían acogerse a los dogmas y a la moral de la religión católica. Entre otras normas del Concordato, tuvo como consecuencia algunas Convenciones adicionales como Convenio de Misiones, lo referente al registro civil, los cementerios y al fuero eclesiástico y episcopal. La Iglesia consiguió a través de estas concesiones sobre sus derechos económicos el control del aparato educativo y de la institución matrimonial, recuperando su autonomía interna.

34 Es así, como el Presidente Núñez resuelve escribir una carta personal a León XIII, donde insistía que el Gobierno por él presidido consideraba uno de sus deberes sagrados la regularización de las relaciones con la Santa Sede para eliminar los males producidos por la separación y la desamortización. Cfr. F. GONZÁLES, «El Concordato de 1887», 7.

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9. La guerra civil de 1895 El proceso de la Regeneración marcó la ruptura entre un periodo de hegemonía Liberal y la apertura de un «nuevo orden» de línea Conservadora controlado por el Partido Nacional. La derrota de los Liberales Radicales tras la guerra de 188535 tuvo como consecuencia la redacción de la Constitución de 1886, elaborada bajo las ideas de Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, quienes abiertamente expresaban su propósito de restablecer los valores cristianos con el fin de enderezar los destinos de la Nación36. La religión se constituyó a partir de ese momento un elemento de cohesión social y unidad nacional, en donde la Iglesia volvió a ocupar un espacio de primer orden37. Los lineamientos ideológicos expresados por la Regeneración estaban en gran medida relacionados con las propuestas de la Iglesia lideradas por León XIII en su encíclica Rerum Novarum de 1891, en su intento de combatir el avance del socialismo y los desequilibrios generados por el capitalismo38. Así pues, luego del avance de la protesta social, en especial el motín de los artesanos de 1893, Rafael Núñez relacionó los efectos del Liberalismo con el desarrollo del socialismo y el anarquismo39. Sin más, para los ideólogos de la Regeneración había una relación directa entre la doctrina moderna del Liberalismo y sus opiniones sobre el Radicalismo, como un sistema político que desconocía el orden moral y la ley divina.

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El Liberalismo se dividió entre Radicales e Independientes, los primeros, un círculo dirigente conocido como el «Olimpo» que durante el periodo de hegemonía política habían liderado la mayoría de reformas de medio siglo de tipo económico y social, renuentes a la participación de la Iglesia. En contrapunto, los independientes liderados por Núñez, quien junto a los Conservadores ponían en cuestión las medidas económicas entrada en crisis y procuraban un acercamiento con la Iglesia. En el momento de la guerra de 1885, Núñez ostentaba la presidencia gracias al respaldo Conservador en las elecciones de 1884, los mismos con quienes conformaría más tarde el Partido Nacional. 36 Mario AGUILERA PEÑA, Insurgencia urbana en Bogotá, motín, conspiración y guerra civil, 1893-1895, Bogotá 1996, 30. 37 Carlos VALDERRAMA ANDRADE, Un Capítulo en las relaciones entre el Estado y la Iglesia en Colombia: Miguel Antonio Caro y Ezequiel Moreno, Bogotá 1986, 16. 38 M. AGUILERA PEÑA, Insurgencia urbana en Bogotá, 230. 39 M. AGUILERA PEÑA, Insurgencia urbana en Bogotá, 200.

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9.1. Antecedentes: las elecciones de 1891 La mala administración económica de la Nación, la fuerte oposición a la candidatura de Carlos Holguín como Designado a la Presidencia y las discrepancias sobre la fórmula que acompañaría a Rafael Núñez en las elecciones de 1891, generaron una división muy grande entre las filas de los nacionalistas del Gobierno y la disidencia40. Disidencia que en 1891, unida a otros Conservadores del país, entre ellos, Carlos Martínez Silva, propusieron a Marceliano Vélez para vicepresidente en la lista de Núñez. Este, finalmente inclinó su decisión por la lista propuesta por los nacionalistas que designó a Miguel Antonio Caro como su fórmula. De esta manera, en las elecciones se presentaron dos candidaturas separadas. Sin embargo, no fue suficiente el apoyo de los Liberales a la candidatura de Vélez pues no tuvo la aceptación ni los votos, llevando a que Núñez y Caro vencieran por una amplia mayoría41. Miguel Antonio Caro asumió el poder en forma provisional a raíz de la salud de Rafael Núñez, luego fue de manera definitiva tras la su muerte en 1894. Con el fallecimiento de Núñez la crisis se agudizó, por los constantes reclamos y acusaciones contra los dirigentes de la Regeneración por sus malos manejos económicos, desencadenando protestas en varios sectores de la población y la división de su Partido. 9.2. Inicio de la guerra El director de la Policía el 22 de enero de 1895 frustró un complot planeado desde Curazao por el General Avelino Rosas, quien estaba en exilio, buscando arrestar al Presidente Caro. El 29 de enero de 1895 los Liberales se alzaron bajo el mando del General Sarmiento Siervo, quien fue derrotado por los partidarios de Rafael Reyes, en la batalla de La Tribuna. El conflicto se extendió por todo el país. El Gobierno logró controlar la guerra fácilmente en apenas 53 días. Su corta duración se explica porque la facción Liberal que dirigió el 40

La disidencia Conservadora surgida en Antioquia más tarde se conocería con el nombre de «históricos». La candidatura de Vélez guardó concordancia con los intereses regionales y económicos de Antioquia de la minería del oro y el comercio, y su creciente aumento en el negocio del café. Cfr. Charles BERGQUIST, Café y conflicto en Colombia 1886- 1910. La Guerra de los Mil Días: sus antecedentes y consecuencias, Bogotá 1981, 47- 48. 41 C. BERGQUIST, Café y conflicto, 48.

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alzamiento lo que preparó fue un complot contra el gobierno de Bogotá, que sería apoyado por Liberales de Cundinamarca y de otros departamentos. En ningún momento los alzados pretendieron sostener un conflicto prolongado, porque no existían los recursos ni tampoco las condiciones para hacerlo, por lo menos al interior del Partido Liberal. El instrumento que halló el Gobierno para poner freno a la guerra fue el de las capitulaciones, en donde se puntualizaron en general aspectos como el compromiso de los capitulados en la entrega de armas y elementos de guerra, y como acto seguido la expedición por parte del Gobierno de pasaportes y salvoconductos que garantizaban la seguridad personal y de sus familias. Esto significó algo más que una humillación para los rebeldes que fueron sometidos a contribuciones. La guerra civil finalizó el 15 de marzo de 1895 con la derrota de las fuerzas Liberales en la batalla de El Enciso, en donde el General Ruiz fue derrotado después de perder más de mil hombres. 10. La guerra de los mil días 10.1. Antecedentes En las proximidades de la guerra la nación estaba dividida en diversas corrientes políticas. Por un lado, los Conservadores, que estaban en dos grupos, los nacionalistas, que conformaban el gobierno, y se caracterizaban por ser intransigentes y excluyentes; y los históricos, que aceptaban la posibilidad de tener acuerdos con los Liberales. Por otro lado, los Liberales, análogamente, fraccionados en dos grupos, aquellos que deseaban agotar las instancias políticas para acceder al poder, y quienes estaban dispuestos a conquistar los espacios que el gobierno cerraba mediante la confrontación armada42. 10.2. Causa de la guerra En 1898 se realizaron las elecciones enmarcadas por la agitación de una posible guerra, había mucha zozobra, y bastaba solo un hecho aislado para que sirviera como detonante para que estallara43. 42

René DE LA PEDRAJA, Wars of Latin America, 1899-1941, Jefferson 2006, 6. El Delegado Apostólico estuvo informando detalladamente sobre el avance de la guerra civil, que se tornó muy fuerte y el descontrol político se hacía cada vez mayor. Para mayor información acerca del contenido de la documentación acerca de la guerra de los mil días dada por el Representante Pontificio, véase en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 68r-69v, despacho del 10 de septiembre de 1899, la minuta 43

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Los Conservadores vencieron por medio de su representante, Manuel Antonio Sanclemente, quien tenía 85 años, y como Vicepresidente se eligió a José Manuel Marroquín. El Consejo Electoral declaró la victoria de los dos candidatos el 4 de julio de 1898; de acuerdo con la Constitución de 1886, el período presidencial era de seis años. Debido a sus quebrantos de salud, no pudo hacerse presente el 7 de agosto de 1898, fecha en la cual fue encargado el vicepresidente Marroquín. Los primeros actos de gobierno de Marroquín, en materia económica, sorprendieron a todos: los Liberales lo aplaudieron y los Nacionalistas se sintieron defraudados. Marroquín había comenzado a desmontar la política proteccionista de la Regeneración y a darle vía al libre cambio44. El 3 de noviembre de 1898 prestó el juramento como presidente de la República ante la Corte Suprema de Justicia. Con aproximadamente tres millones de habitantes, el país se encontraba en una situación económica muy complicada, arruinado por las continuas emisiones de papel moneda para pagar los gastos surgidos por las guerras civiles. La consecuencia de esto fue una inflación que encareció las importaciones y estimuló el encarecimiento de los productos, factores que complicaron aún más el lamentable estado nacional45. de respuesta de la SESS con fecha del 4 de noviembre de 1899, en ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. f. 70r; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 71r-73r, despacho del 24 de octubre de 1899, la minuta de respuesta de la SESS con fecha del 13 de diciembre de 1900, en ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. f. 74r; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 76r-81r, despacho del 24 de noviembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 82r-84r, despacho del 9 de noviembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 86r-86v, despacho del 12 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 87r-89v, despacho del 22 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 95r-96r, despacho del 1 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 98r-104v, despacho del 12 de octubre de 1898; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 106r-109r, despacho del 4 de marzo de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 115r-116v, despacho del 22 de marzo de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 117r-119v, despacho del 28 de enero de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 125r-128r, despacho del 21 de abril de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 130r-131v, despacho del 18 de mayo de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 132r-135r, despacho del 7 de junio de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 143r-145v, despacho del 16 de julio de 1900. 44 Jorge VILLEGAS ARANGO, La guerra de los Mil días, Bogotá 1979, 37. 45 Marco PALACIOS, Entre la legitimidad y la violencia: Colombia 1865-1994. Bogotá 1995, 102.

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En estas circunstancias el grupo Liberal llamado «Autonomista», encabezado por el general Rafael Uribe Uribe, promovió la guerra contra el gobierno de Manuel Antonio Sanclemente, y en general contra los Conservadores46. La negativa del Senado en octubre de aprobar la ley de elecciones, que los Liberales consideraban garantía indispensable para la pureza del sufragio, fue una de las causas políticas principales del conflicto de la guerra de los mil días. A partir de esta negativa los Liberales de Uribe Uribe llegaron a la conclusión de que por el camino de las urnas jamás tendrían acceso al poder. 10.3. Inicio de la guerra Ante la posición en el Congreso de reformar la ley de elecciones que negaba a los Liberales la posibilidad de acceder al poder por medio del voto, se inició una movilización contra el gobierno del presidente Conservador oriundo de Buga, Manuel Antonio Sanclemente47. El inicio de la guerra se dio el 17 de octubre de 1899 con la toma de la población del Socorro por parte del general Juan Francisco Gómez Pinzón, y camino a San Gil derrotó a las tropas del Gobierno comandadas por el capitán Sanmiguel. Al día siguiente, el gobierno central declaró turbado el orden público en todo el territorio nacional48. Para los Liberales la batalla más importante se libró en el río Peralonso, sobre el puente colgante el Caimito, en donde el general Rafael Uribe derrotó las tropas antioqueñas que lo defendían49. La batalla de Palonegro (actual aeropuerto de Bucaramanga), se considera la más sangrienta de todas las libradas en el territorio colombiano. Se llevó a cabo del 11 al 26 de mayo de 1900. Se enfrentaron quince mil Conservadores al mando del general Pinzón contra catorce mil Liberales. Murieron más de mil quinientos Liberales50. Después de esta derrota a los Liberales sólo les quedó la opción de continuar la guerra en la modalidad de guerrillas51. 46

M. PALACIOS, Entre la legitimidad y la violencia, 67-68. J. VILLEGAS ARANGO, La guerra de los Mil días, 51-52. 48 Aida MARTÍNEZ CARREÑO, La guerra de los mil días, Bogotá 1999, 48-54. 49 Guillermo PLAZAS OLARTE, La Guerra Civil de los Mil Días, Tunja 1985, 240242. 50 J. OCAMPO LÓPEZ, Historia ilustrada de Colombia, 164. 51 R. DE LA PEDRAJA, Wars of Latin America, 9-10. 47

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El conflicto tomó un interés internacional, de hecho, países como Venezuela, Ecuador y Nicaragua, se unieron a los intereses de los Liberales, mientras que Estados Unidos, influyó de manera decisiva para la culminación de la guerra, expresando su apoyo al gobierno Conservador, con miras de lograr acuerdos para su interés en la construcción del canal de Panamá. 10.4. Fin de la guerra Con el pasar del tiempo el número de combates disminuyó, evidentemente las motivaciones no eran las mismas, y el país se encontraba en el peor momento de su historia reciente. Los combatientes estaban cansados. En 1902 el gobierno lanzó una nueva ofensiva militar, y ofreció la posibilidad de indulto para los revolucionarios que pensaran en desmovilizarse y entregaran sus armas. Esta oportunidad abrió la posibilidad de tener diálogos con los Liberales, resultando de esto varios tratados de paz. El primer acuerdo es conocido como el Tratado de Neerlandia, fue firmado el 24 de octubre de 1902 por Rafael Uribe Uribe. Se dio luego de un armisticio pactado en donde se reconoció a los revolucionarios como beligerantes y se les ofreció garantías para la paz. El gobierno se comprometió a liberar a los presos políticos, a garantizar su seguridad y a cesar el cobro de la contribución a la guerra52. El segundo acuerdo, derivado del anterior, fue conocido como el Tratado de Wisconsin, firmado el 21 de noviembre de 1902, por los Liberales, representados por Lucas Caballero, Eusebio Morales y Benjamín Herrera, y por parte del Gobierno, los generales Víctor Manuel Salazar y Alfredo Vázquez Cobo53. Panamá, en ese entonces todavía un departamento de Colombia, era un fuerte bastión Liberal, en donde contaban aún con un cuerpo armado de más de 10.000 hombres y suficiente material bélico. Los puntos más significativos de este tratado fueron: la libertad de todos los prisioneros de guerra y políticos; amnistía y garantías para las personas y los bienes involucrados en la revolución, y la convocatoria a una nueva elección del Congreso, con el propósito de estudiar las negociaciones concernientes a la construcción del canal de Panamá, realizar una reforma política, la búsqueda del equilibrio en las finanzas 52

J. OCAMPO LÓPEZ, Historia ilustrada de Colombia, 165. Gregorio SELSER, Cronología de las intervenciones extranjeras en América Latina: 1899-1945, México 2001, 56. 53

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públicas y el control de la inflación y la devaluación. El tercer acuerdo, conocido como el Tratado de Chinácota, una población del departamento de norte de Santander, se llevó a cabo el 3 de diciembre de 1902, fue firmado por Ramón González Valencia, por parte del gobierno, y por los Liberales representados por Foción Soto. Con este acuerdo se acogió a todos los revolucionarios que permanecían en un número reducido en esta región54. 10.5. Consecuencias de la guerra La guerra de los mil días no solo fue el resultado de una gran crisis económica que sumergió al país en una ruina casi absoluta, sino además, la crisis y el fracaso del sistema político de la Regeneración. Un factor trascendental para la finalización del conflicto, fue el interés de la sociedad civil por acabar la guerra. En este sentido la Iglesia jugó un papel primario, ya que desde los púlpitos se motivó a la población para que se encontraran prontas soluciones y no se derramara más sangre. Un signo visible que quedó como garante de la mediación de la Iglesia, se dio con la propuesta hecha por el Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, quien solicitó al Presidente Marroquín de realizar un Voto o Promesa nacional por la paz, que incluiría la edificación de un templo como eje simbólico del clamor de la nación consagrándola al corazón de Jesús. La propuesta fue bien acogida. La primera piedra se puso el 22 de junio de 1902, y fue consagrado por el Arzobispo Herrera, el 24 de septiembre de 1916. Hoy se conoce como parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, Basílica Menor del Voto Nacional. Evidentemente la guerra dejó al país empobrecido, la industria estaba destruida, la deuda externa e interna muy elevada, y la infraestructura en general en condiciones lamentables. El nuevo Presidente Rafael Reyes inició un proceso de recuperación, de hecho, su lema fue «mucha administración y poca política», buscando incentivar a la unión y la concordia de la población. Los Liberales cesaron las hostilidades aferrados a la idea de promover en el Congreso la posibilidad de permitir la intervención de los Estado Unidos en el caso de Panamá. Este interés no tuvo impacto entre los dirigentes, quienes inexplicablemente actuaron con gran pasividad y poco tacto, de tal forma que el de noviembre de 1903, el 54

G. PLAZAS OLARTE, La Guerra Civil de los Mil Días, 210.

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departamento de Panamá declaró su independencia. Colombia perdería 75.000 kilómetros cuadrados de territorio Patrio. En conclusión, las consecuencias de esta guerra, que aún hoy sigue afectando al país, fueron: miles de hombres muertos, la pérdida del canal de Panamá, la honda deuda externa por la emisión del papel moneda, la crisis de las exportaciones del café, el desplazamiento y la colonización a ultranza sin planificación, la crisis institucional, el quiebre de la Administración Pública, una guerra de guerrillas que implicaba, bandolerismo, saqueos, ultraje a la población, violaciones, el desgaste de las prácticas políticas centradas en la exclusión y la persecución55 11. La Separación de Panamá El suceso de la separación de Panamá es considerado como uno de los grandes fracasos en la política colombiana que provocó un nuevo rumbo en la historia no solo nacional sino internacional, por las consecuencias que trajo para el mundo Occidental, en especial la posterior construcción y apertura del canal interoceánico con la intervención de potencias extranjeras que marcó un cambio en la economía de América Latina. A pesar de la envergadura del hecho como tal, de la separación de Panamá la historiografía colombiana sigue limitando el tema como el hecho consecuente de la intervención de los Estados Unidos en Colombia así que cierto vacío testimonial y de interpretación oscurece el más trascendente desastre de nuestra historia, el cual marca la actitud mental de los colombianos durante el siglo XX y define nuestro menguado peso geopolítico en la región56. El contexto dentro del cual se dio la separación de Panamá se puede enmarcar en lo que se conoce historiográficamente con imperialismo, en donde Europa y Estados Unidos habían iniciado una fase de expansión territorial, ideológica y política, que buscaba básicamente el fortalecimiento y crecimiento por medio de la creación de una economía global que uniera centros productores de materias primas con centros procesadores o de orden industriales. 55

Gonzalo SÁNCHEZ – Mario AGUILERA, Memoria de un país en guerra: los Mil Días, 1899-1902, Bogotá 2001, 19-20. 56 Alberto ABELLO, «Panamá el último año», en: Revista credencial de historia, 174 (1994), 10.

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Panamá fue el resultado de este fenómeno, un cúmulo de circunstancias que se iniciaron en el siglo XIX cuando se consolidó la creación de una economía global que trajo grandes novedades y generó movimientos que conectaron al mundo, el propósito del canal fue ese, reducir las distancias y unir las economías. 11.1. Antecedentes Si bien la separación definitiva de Panamá se dio en 1903, hubo un proceso complejo que se desarrolló principalmente después de la mitad del siglo XIX. La idea de comunicar los Océanos Atlántico y Pacífico no era nueva, ya en tiempos del dominio español se había considerado la eventualidad. Pero fue solo hasta el siglo XIX tras la emancipación de los territorios de España cuando se abrió de nuevo la posibilidad, sería el mismo Simón Bolívar quien iniciara este proceso57. Antes de la separación definitiva de Panamá en 1903 ya se habían registrado cuatro intentos previos de este territorio por independizarse, los cuales se caracterizaron por desembarcos norteamericanos, revueltas y revoluciones. La descripción de uno de estos hechos permite observar el inicio de unas relaciones prácticamente obligadas entre Colombia y Estados Unidos, pues las negociaciones con Inglaterra para apoyar financieramente la obra de excavación, se encontraban tirantes después de que el pro- cónsul británico Joseph Russel, resultara herido en un incidente callejero, e Inglaterra envió toda una flota que bloqueó y amenazó con bombardear el puerto de Cartagena58. Este acontecimiento llevó a que Colombia firmase un Tratado con Estados Unidos de tal forma que le permitiera mantener su soberanía sobre el territorio del istmo, debido a que Inglaterra ya había invadido parte de la costa de Nicaragua. Colombia y Estados Unidos firmaron el tratado conocido como Mallarino-Bidlack en 1846, que a largo plazo sería el inicio de la pérdida de la soberanía colombiana, es decir, las consecuencias fueron justamente lo que no se pretendía que pasara, ya que en sus cláusulas se estableció que los ciudadanos, buques y mercancías de Estados Unidos, disfrutarían en todos los puertos de la 57 Eduardo LEMAITRE, «Panamá se separa», en: Nueva Historia de Colombia, vol. 1, Bogotá 2003, 115-116. 58 Eduardo LEMAITRE, Panamá y su separación de Colombia, Bogotá 2003, 116.

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Nueva Granada de todos los privilegios que gozasen los ciudadanos y mercancías locales59. Se inició un periodo de firmas constantes de Tratados que paulatinamente fueron haciendo que Colombia debilitara su control sobre Panamá. Con la llegada al poder de los Liberales y el fenómeno creciente de la industria hizo que la producción se debilitara y se estancara en las fronteras, por lo que se vio en la necesidad de hacer inversiones fuera de las fronteras para hacer circular el capital. Por otro lado, América del Sur era un territorio ideal para la inversión pues no contaba con el potencial industrial característico de una supernación, fue por ello que Estados Unidos comenzó a establecer influencias en las esferas políticas para formalizar tratados comerciales y establecer monopolios. Por eso el canal de Panamá se convirtió en una oportunidad de inversión y de beneficios económicos a gran escala, pero antes era necesario establecer un acuerdo con el Gobierno colombiano, ya que no manifestaba un interés lo suficientemente grande por el proyecto por un temor de soberanía. Panamá durante la segunda mitad del siglo XIX era un lugar en que los intereses comerciales británicos, norteamericanos y franceses convergían, y en el que los cónsules y representantes comerciales de dichas potencias y sus ejércitos, tenían un peso específico, jugando un papel activo en los acontecimientos locales, que ha quedado expresado incluso en las guerras civiles colombianas. Panamá debido a su posición geográfica estaba separada del resto de Colombia, si se tiene en cuenta la zona del Darién, una región selvática impenetrable, lo que generaba una división marcada, incluso en lo cultural. Bogotá la Capital del país, por su ubicación en los Andes tenía unas características sociales muy particulares, se podría decir que aún permanecían muchas costumbres del periodo español, mientras que Panamá al ser un centro de tránsito comercial y su doble entrada al mar, había entrado en relación con culturas internacionales y con una visión mucho más abierta, por eso, se inició a crear dentro de la población panameña un deseo de soberanía y de autonomía, algo que cada vez se afianzaba más al conocerse los conflictos políticos que vivía Colombia, guerras civiles e inestabilidad política, que de una u otra forma afectaban a Panamá. La inversión extranjera, de manera similar, alentó

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E. LEMAITRE, Panamá y su separación de Colombia, 117.

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este deseo de separación al ver que era mejor negociar directamente con los panameños. El punto más alto de la situación se originó tras la guerra de los mil días, que dejó a Colombia en un terrible estado de pobreza y de división. El 21 de noviembre de 1902 en la bahía de Panamá, Liberales y Conservadores ratificaron el fin del conflicto a bordo del acorazado Wisconsin de la Armada estadounidense, en donde se redactó y finalmente fue firmado el tratado del mismo nombre que puso fin a la guerra. La guerra de los mil días dejó devastado al departamento de Panamá, en donde entre octubre de 1899 y mayo de 1902 hubo más de sesenta combates. Los movimientos de separación más fuertes se iniciaron justamente durante de la guerra de los mil días, cuando en mayo de 1901 los Estados Unidos e Inglaterra firmaron el tratado Hay-Pauncefote con el que se desconoció la soberanía colombiana en el istmo, al cual se le dio el estatus de zona de importancia internacional. El presidente de la República José Manuel Marroquín intentó salvar la soberanía sobre el istmo de Panamá, y nombró un representante del Gobierno para que fuese a Washington a entablar negociaciones; el elegido fue Carlos Martínez, pero al poco tiempo renunció al ver la gravedad de la situación. En su reemplazo fue designado José Vicente Concha, quien se enfrentó a la hostilidad del Congreso estadounidense. Ese mismo año, el Senado de los Estados Unidos aprobó que la ruta del canal sería por Panamá, descartando las alternativas de Nicaragua o México, y se autorizó indemnizar a la compañía francesa dueña de los derechos por 40 millones de dólares, y a obtener a perpetuidad una franja de tierra de 8 km de ancho a cada lado del canal. José Vicente Concha rechazó la propuesta poniendo de manifiesto que la soberanía de Colombia sobre el istmo no estaba en negociación, y solicitó un aumento de la suma ofrecida para ceder a Estados Unidos la concesión del canal. José Vicente Concha al final decidió renunciar debido a que el Presidente Marroquín aceptó las condiciones de Estados Unidos. En su lugar fue nombrado Tomás Herrán, quien aprovechó la ratificación de Alemania de construir el canal para firmar el Tratado Herrán-Hay, el 22 de enero de 1903, con el que Colombia recibió de Estados Unidos lo había solicitado Concha en el Congreso estadounidense. El Tratado Herrán-Hay fue duramente criticado y atacado en el Senado de Colombia por el expresidente Miguel Antonio Caro, principal opositor de Marroquín. Caro logró convencer al Congreso de

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que el Tratado era peligroso para los intereses y la soberanía de Colombia, de tal forma que se votó por no aprobar dicho Tratado el 18 de agosto, lo que originó un grave escándalo internacional. Esto desencadenó que los banqueros estadounidenses, liderados por J. Pierpont Morgan, se decidieran apoyar la independencia de Panamá, de tal forma que el 27 de octubre se llevó a cabo la invasión armada por Penonomé, ciudad ubicada al oeste de Panamá. Los directores de la compañía del ferrocarril de Panamá sobornaron a varios líderes y al General Esteban Huertas, jefe de la Guardia colombiana. En julio de 1903 se dio un golpe en el istmo y se depuso al Gobernador, este fue dirigido por José Vásquez, hermano del Ministro de Guerra de Colombia. El Presidente Marroquín en lugar de tomar medidas drásticas contra los golpistas, nombró como Gobernador a uno de los líderes separatistas panameños, José Domingo de Obaldía. El Gobierno colombiano no le dio la importancia a los rumores de separación de Panamá, incluso se daban partes de normalidad en el istmo. El 3 de noviembre de 1903 un movimiento de dirigentes panameños apoyados por un sector amplio de la población proclamó la independencia y constituyó la República de Panamá, la cual fue reconocida por Estados Unidos al día siguiente y el 6 de noviembre establecieron relaciones, ese día llegó la noticia a Bogotá. 11.2. El nacimiento de una nueva República Por representar a la autoridad colombiana fue puesto bajo custodia el gobernador José Domingo de Obaldía. El Gobierno colombiano envió un contingente para recuperar el orden, pero tuvieron muchos problemas para poder desplazarse porque hubo resistencia por parte de los funcionarios del ferrocarril, de manera similar, la presión de Estados Unidos alegando la protección de sus intereses60. Al final las fuerzas colombianas fueron obligadas a rendirse sin oponer resistencia. El Concejo Municipal se reunió bajo la Presidencia de Demetrio H. Brid, quien asumió la autoridad ante el surgimiento de un Gobierno61de facto, y se proclamó en un acta de voluntad del pueblo de ser libre y

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El gobierno colombiano no estaba en condiciones de iniciar un nuevo conflicto. Algunos documentos que ofrecen más información sobre la tensión entre Colombia, Panamá y USA, son: ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 280. fasc. 1. ff. 5r-24r, despacho de Fr. Diomede Falconio, Delegado Apostólico en USA, al Cardenal 61

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de establecer un Gobierno propio, independiente y soberano bajo el nombre de República de Panamá. De esta forma, Demetrio H. Brid se consolidó como el primer Presidente de facto de la nueva República, y fue nombrada el 4 de noviembre de 1903 una Junta de Gobierno Provisional para que se encargara de la administración del Estado hasta que la Convención Nacional Constituyente designara un Presidente Constitucional. Fue nombrado en febrero de 1904 Manuel Amador Guerrero62. El Delegado Apostólico Informó sobre las posibles estrategias que estaba pensando el Gobierno colombiano para recuperar su soberanía, en donde basándose en el derecho se buscaba anular tal separación, alegando una intervención de los Estados Unidos en asuntos internos, violando un acuerdo establecido entre las dos naciones en 1846 en donde Estados Unidos se comprometió a tutelar sin restitución la propiedad y soberanía de Colombia sobre el Istmo. Existía un temor de más separaciones de algunos departamentos importantes. 11.3. Consecuencias de la separación de Panamá El 13 de noviembre de 1903 Estados Unidos reconoció formalmente a la República de Panamá (después de haberla reconocido extraoficialmente del 6 al 7 de noviembre), Francia lo haría al día siguiente y antes de finalizar noviembre, otros quince países de América, Europa y Asia lo harían después.

Raffaele Merry del val, del 5 de enero de 1904, en donde anexa el mensaje del Presidente Theodore Roosevelt dado al Congreso de USA, el 4 de enero de 1904. 62 Para consultar más documentos al respecto, véase en: ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 280. fasc. 1. f. 140r, minuta de la SESS al Delegado Apostólico en Washington, Monseñor Falconio, del 27 de noviembre de 1903, sobre la solicitud del gobierno de Estados Unidos para una medicación, en este conflicto; ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 280. fasc. 1. ff. 141r, telegrama del gobierno panameño a la SESS, del 20 de noviembre de 1903, en donde comunican que se han declarado República independiente, y la solicitan al Santo Padre, que reconozca esta independencia, como lo han hecho ya varias potencias de primera clase; ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 280. fasc. 1. ff. 167r-173v; despacho de Monseñor Vico, al Cardenal Rafael Merry del Val, del 12 de noviembre de 1903, en donde hace un amplio recorrido por la situación entre Colombia y Panamá; ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 280. fasc. 1. ff. 177r-183v, despacho de Monseñor Vico, al Cardenal Rafael Merry del Val, del 24 de noviembre de 1903, en donde informa acerca de la separación oficial de Panamá.

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Para el 18 de noviembre de ese mismo año, el secretario de Estado norteamericano, John Milton Hay, firmó en unión de Phillipe BunauVarilla un tratado para la construcción del Canal de Panamá, aunque fue muy controvertido por la celeridad con que fue aprobado y porque Bunau-Varilla se había propuesto a sí mismo como representante del gobierno panameño. El tratado fue ratificado después por la Junta Provisional de Gobierno de Panamá y por el Senado de Estados Unidos. El Embajador de Colombia en Ecuador Emiliano Isaza fue informado de la situación en Panamá, pero no lo comunicó a su gobierno para evitar una revuelta en Bogotá. El Gobierno colombiano envió una misión diplomática a Panamá en un esfuerzo por hacer que fuese reconsiderada la decisión, lo que requería la derogación del Tratado Herrán-Hay, rechazado por el Senado de Colombia y, análogamente, se propuso a la Ciudad de Panamá como capital de Colombia. La misión se reunió a bordo del USS Mayflower con la delegación panameña formada por Constantino Arosemena, Tomás Arias y Eusebio A. Morales, quien rechazó todas las ofertas. Colombia reconoció la soberanía de Panamá en 1921, sólo después de que Estados Unidos compensara a Colombia con US $25 millones y las disculpas oficiales del Congreso de Estados Unidos para la intervención en el conflicto de Panamá-Colombia. De esta forma, Colombia sufrió su mayor golpe en la historia, una situación de la cual el país no se repondrá, y más aún dentro del contexto de la guerra de los mil días, estos dos hechos marcarán profundamente el futuro del país. 12. Conflicto entre Colombia y Perú, 1911 Esta contienda será conocida en la historiografía como el Conflicto de la Pedrera. Se trató de una serie de enfrentamientos por la posición territorial de una amplia zona del Amazonas. Los límites de las naciones latinoamericanas luego de los movimientos de independencia quedaron indefinidos principalmente en las regiones de difícil acceso, como lo era la zona amazónica. La situación empezó mientras en Colombia se estaba enfrentando la guerra de los mil días, pues algunas empresas peruanas comenzaron a adentrarse en la selva, en los territorios que por derecho correspondían a Perú, y se dedicaron a la explotación de árbol del caucho. Estos hechos comenzaron a ser denunciados por Rafael Uribe Uribe en el

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Congreso, principalmente se acusaba al Gobierno peruano de estar militarizando los ríos Putumayo, Napo y Caquetá. La Real Cédula de 1802 daba respaldo al derecho que ostentaba Perú, se venía ejerciendo desde 1900 por los militares peruanos quienes estaban abriendo guarniciones. La Casa Arana era la principal empresa comercializadora del caucho, y tenía un gran poder e influencia, lo que llevó a que desplazara a todos los propietarios colombianos instalados en el área, todo esto con la ayuda de las fuerzas militares. Se había convertido en productor y exportador monopolístico de caucho en toda la región, esclavizando a los indígenas para obtener el preciado producto y asesinado a cualquiera que se interpusiera en el camino. El Putumayo se había ido convirtiendo lentamente en territorio custodiado por tropas y autoridades peruanas sin que el gobierno de Colombia hiciera reclamo. En febrero de 1911, el Presidente de Perú, Augusto B. Leguía, envió un batallón a la frontera amazónica con Colombia para reforzar la guarnición del puerto de Iquitos. Las denuncias sobre los atropellos se hicieron manifiestas, y lograron ser escuchadas por el Gobierno en Bogotá. El Presidente de Colombia, Carlos Eugenio Restrepo, presionado por las denuncias y por temor que se produjera otro desenlace desafortunado como en Panamá, envió el 27 de enero de 1911, una tropa para que hiciera presencia en la margen del río Caquetá. Que en número inferior a las fuerzas peruanas fue fácilmente derrotado. Mientras tanto el Gobierno empezó una batalla diplomática con su canciller Enrique Olaya Herrera. Por otro lado las fuerzas peruanas sufrieron una feroz epidemia de Beri-Beri y Fiebre amarilla que les hizo perder hasta 30 hombres al día. Esto a su vez, dio lugar a una reacción de la opinión pública peruana que exigió la retirada de sus hombres de territorio colombiano. El 16 de octubre las tropas peruanas se retiraron de La Pedrera y el 6 de noviembre se declaró terminado el incidente y se normalizaron las relaciones entre Colombia y Perú. Con el tratado de Salomón-Lozano, Colombia reafirmó su soberanía del Caquetá, Putumayo y Leticia63. 63 La Santa Sede tuvo un papel importante en la mediación del conflicto, el Delegado Apostólico estuvo en permanente contacto. Para más información se puede consultar los siguientes documentos: ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. f. 3r, telegramas de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, del 11 y del 16 de septiembre de 1905, solicitando la mediación de Pío X; ASV. Segre. Stato, 1908.

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13. La hegemonía Conservadora Aunque se puede afirmar claramente que el control del Gobierno inició con la Regeneración, fue a partir de 1903 cuando concretamente el Partido Conservador asumió las riendas de la política nacional. Es verdad que líderes como Miguel Antonio Caro tuvieron una gran influencia, pues los ideales que desarrolló junto a Rafael Núñez buscaban una especie de Unidad Nacional, sin embargo, no fue posible, dada la intransigencia de los líderes como el mismo Caro. Los conflictos bélicos que hemos mencionado fueron motivados siempre por el inconformismo de los opositores quienes se vieron relegados, y muchas veces oprimidos. Al fracasar la política de la Regeneración, los Conservadores continuaron llevando el control, si bien, en muchos aspectos sobre los mismos principios, pero menos intransigentes, dando la oportunidad de participación a la oposición. Cabe resaltar, que los acontecimientos como la guerra de los mil días y la posterior separación de Panamá, hicieron eco en el colectivo de la sociedad y calmaron los ánimos de una política más llevada por las emociones que por ideales claros. El país inició un periodo de reestructuración, sobre todo en el aspecto económico. Se podría decir que se inició un periodo de relativa calma y paz, en donde la Iglesia avanzó tanto en sus proyectos, y la sociedad en general pudo rub. 251. fasc. 2. ff. 6r-8r, despacho del 26 de agosto de 1905, en donde el Delegado comunicó que las dos Repúblicas solicitaban la mediación del Papa; ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. ff 58r-73r, despacho al Cardenal Merry del Val, 12 de julio de 1906. Con anexos; ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. ff. 102r-112r, memorando Confidencial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, al Cardenal Merry del Val, del 15 de mayo de 1908, con todo el proceso de los acuerdos; ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. ff. 114r-124v, despacho al Cardenal Merry del Val, 14 de mayo de 1908, con el recuento de los acuerdos; ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. ff. 129r-135r, despacho de la Legación de Colombia en Lima al Ministro de Relaciones Exteriores de Perú, del 9 de octubre de 1907; ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 1. ff. 39r-41v, despacho al Cardenal Merry del Val, 16 de octubre de 1911; ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 1. f. 44r, minuta de la SESS al Delegado Apostólico, 12 de diciembre de 1911; ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 1. ff. 45r-47v, despacho al Cardenal Merry del Val, 7 de noviembre de 1911; ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 1. ff. 59r-65r, despacho al Cardenal Merry del Val, 29 de octubre de 1911; ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 1. f. 66r, minuta de la SESS al Delegado Apostólico de Lima, del 21 de diciembre de 1911.

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estabilizarse, al menos desde el punto de vista político. Esta hegemonía Conservadora durará hasta 1930, cuando los Liberales nuevamente llegan al poder, y a partir de ahí se inicia una nueva etapa en la historia de Colombia, tristemente retomando viejas pasiones que se habían olvidado con el paso de los años, y que nuevamente llevarían al país a una inestabilidad. 14. Presidentes de Colombia durante el periodo 1882-1916 1. Rafael Núñez, 1880-1882; 1884-1888; 1887-1888. 2 .Clímaco Calderón, 1882. 3. Francisco Javier Zaldúa 1882. 4. José Eusebio Otálora, 1882-1884. 5 Ezequiel Hurtado, 1884. 6. José María Campo Serrano, 1886-1887. 7. Eliseo Payán, 1887. 8. Carlos Holguín, 1888-1892. 9. Miguel Antonio Caro, 1892-1898. 10. José Manuel Marroquín, 1898. 11. Manuel Antonio Sanclemente, 1898-1900. 12. José Manuel Marroquín, 1900-1904. 13. Rafael Reyes Prieto, 1904-1909. 14. Jorge Holguín, 1909. 15. Carlos Emilio Restrepo, 1910-1914. 16. José Vicente Concha, 1914-1918.

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CAPÍTULO II Sobre los Delegados Apostólicos

En el capítulo I nos detuvimos a describir la parte correspondiente al contexto histórico, algo muy necesario para comprender el desarrollo de la temática y tener claridad sobre la actitud de los Delegados Apostólicos en ciertos momentos cruciales. Toda la información que presentamos está fundamentada en lo que los documentos nos dicen y, como anotamos anteriormente, presenta el problema de estar dispersa y sin un orden continuo. Precisamente esa fue una de las tareas previas a la redacción de este trabajo: la organización archivística de todo el material documentario, para poder identificar y dar una forma lógica al desarrollo de nuestro argumento. Esta ha sido una labor muy delicada y, por qué no, agotante, ya que son cantidades de fascículos que se han explorado para lograr tener de ellos los documentos que nos interesaban. Como consecuencia de esta dispersión documentaria, en algunos casos no existe una conexión cronológica inmediata, y como podremos ver se hallarán saltos de meses, incluso de años entre un asunto y otro. Hemos determinado que para iniciar propiamente con la temática de los Delegados Apostólicos, era indispensable tomar como punto de partida la gestión hecha por ellos ante los diversos gobiernos buscando el mejoramiento de la situación de la Iglesia en el país. Adicionalmente, presentaremos una especie de relación de las actividades hechas en conjunto con el Episcopado. Y como lo hemos ya mencionado, nuestro propósito en esta parte del trabajo no es el de centrarnos en asuntos

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políticos, aunque en algunas ocasiones estos estaban muy ligados a la vida religiosa de la población, por lo tanto, se han incluido aquellos que proporcionan una información útil. En algunos momentos al tocar ciertos asuntos consideramos conveniente hacer un reagrupamiento de documentos, porque constantemente se tornan repetitivos al tratar un acontecimiento de forma muy detallada con elementos que se retoman una y otra vez, pero para aprovechar el hecho de haberlos encontrado, los citamos todos, por si llegase haber algún interés particular para acudir a ellos, con este método ya están identificados para facilitar su consulta. 1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1886 1.1. Aspectos biográficos Giovanni Battista Agnozzi nació en Mogliano, Provincia de Ancona, el 2 de agosto de 1821. Se formó académicamente en la Universidad Romana, luego se desempeñó como ayudante en la Sagrada Rota. Ocupó cargos en la Sagrada Congregación del Concilio y como Secretario del Colegio Urbano de Propaganda Fide, Secretario de la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, Secretario de las Nunciaturas de Suiza y Nápoles; fue nombrado Encargado de Negocios en Suiza del 26 de marzo de 1866 hasta mayo de 1874, cuando se rompieron las relaciones diplomáticas con la Sede. Se dirigió a Roma, y laboró en la SESS. Fue nombrado como Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia el 24 de marzo de 18821. Partió el 6 de abril de 1882, y llegó a Bogotá el 11 de mayo, pero solo fue recibido por el Presidente de la República hasta el 7 de junio. Dentro de los asuntos que le habían sido confiados, traía la misión de estudiar la conducta del Arzobispo de Santafé en Nueva Granada (después Bogotá)2, Vicente Arbeláez contra

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Giuseppe DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche dal 1800 al 1956, Roma 1957,

2 Aunque este era el nombre verdadero, comúnmente era llamada como Arquidiócesis de Bogotá, y así se encuentra en muchos documentos, pero siendo fieles al nombre real, la llamaremos Santafé en Nueva Granada hasta llegar a la fecha en que se le cambiará oficialmente el nombre por Arquidiócesis de Bogotá, es decir el 8 de junio de 1898.

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quien se habían recibido reiteradas acusaciones en Roma, y del cual hacía tiempo no se tenía noticia directa3. En cuanto al tema religioso, su prioridad se dirigió en fomentar una mejor atención a los extensos territorios en donde aún existían tribus indígenas4. Para este fin, dirigió una Circular al Episcopado el 17 de octubre de 1882, y en ella manifestó la idea de crear en esos lugares Vicariatos Apostólicos, por otra parte, le solicitó a los obispos que le indicaran los lugares y las condiciones en que podría hacerse el envío de los misioneros. Con otra Circular dirigida a los obispos en abril de 1883, pidió que se erigiera de nuevo «Propagación de la Fe» extinguida en Bogotá desde 1861, haciéndose nuevamente realidad el 25 de junio por Decreto del Arzobispado. Otro de sus grandes propósitos, fue el de mejorar la calidad de la educación, por lo que apoyó la fundación de una Universidad Católica, la cual inició labores académicas el 1 de marzo de 1884, con las Facultades de Filosofía y Letras, Jurisprudencia e Ingeniería y Ciencias Naturales. Fundó la revista Anales religiosos de Colombia de la que salieron 36 números (3 años) con noticias de las Diócesis, del movimiento de la universidad y noticias de la Santa Sede. En su tiempo se restablecieron las relaciones oficiales entre la Santa Sede y el Gobierno Colombiano y se inició el arreglo concordatario que culminó 31 de diciembre de 1887. El 14 de junio de 1887 comunicó al Episcopado que había sido llamado a Roma, pero una grave enfermedad no lo dejó regresar y falleció en Bogotá el 4 de febrero de 1888. Está sepultado en la Capilla de Santa Isabel de Hungría de la Basílica Primada. 1.2. Instrucciones para el Delegado Apostólico En el mensaje realizado por el Presidente constitucional de los Estados Unidos de Colombia al Congreso de 1882, hay un apartado que habla sobre las relaciones con la Santa Sede y el deseo de un Delegado:

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Luego de las respectivas investigaciones, se pudo constatar que se trataban de calumnias que se interceptaban las cartas del Arzobispo al Papa. Cuando el Delegado Apostólico llevó el Viático al Arzobispo (junio de 1884) manifestó públicamente su entera satisfacción por la apostólica conducta del Prelado. Cfr. J. RESTREPO POSADA, «Galería de representantes», 214-215. 4 A partir de este momento no referiremos hacia estas tribus indígenas utilizando el término que se halla en todos los documentos, este es el de «infieles salvajes».

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La próxima llegada de un Delegado de León XIII, me permite esperar que, mediante un satisfactorio compromiso, podrá prescindirse en adelante, sin objeción de ninguna especie, de la forma actual del ejercicio de la suprema inspección de cultos, porque esta forma podrá ser reemplazada por una que no hiera, bajo ningún aspecto, el sentimiento religioso que prepondera entre nosotros5.

Giovanni Battista Agnozzi se acreditó como primer Delegado Apostólico el 24 de marzo de 1882, siendo Canónigo de la Basílica Vaticana. El nuevo Representante Pontificio no fue recibido por el Presidente de la República Francisco Javier Zaldúa y Racines, quien no deseaba solucionar la cuestión religiosa por esa vía; solo hasta el 2 de junio de 1882 fue acogido en el Capitolio pero sin entablar alguna posibilidad de diálogo6. La Santa Sede al no haber tenido un Representante Oficial en territorio colombiano por un largo periodo, necesitaba retomar el camino que había sido obstaculizado por la intensa situación política vivida en Colombia durante este tiempo. De esta manera, y para ponerlo en contexto, la SESS preparó un extenso documento dividido en dos partes7. La primera parte, se trata de una reseña histórica de las relaciones entre la Iglesia y el Estado colombiano, desde 1849 hasta 1882. La segunda parte, corresponde a las instrucciones específicas que la Santa Sede dio a Monseñor Agnozzi en su labor como Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia. A saber: La misión del Delegado es principalmente eclesiástica, es decir, dirigida a la reorganización y mejoramiento de aquellas iglesias. Su acción diplomática ha de ejercitarse por ahora por las vías oficiosas y confidenciales ante la autoridad gobernativa que está guiada por la comunicación hecha el 17 de mayo de 1881 al señor Baena, es decir, es enviado no para estipular un Concordato, ni para promover negociaciones, sino más bien para cultivar recíprocamente la buena inteligencia entre la autoridad civil y eclesiástica, prevenir los malos entendidos y los conflictos, promover la armonía y así preparar el camino hacia una sólida 5

AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 423. fasc. 21, es un cuaderno que lleva por título «Mensaje del Presidente de la Unión al Congreso Federal de 1882», en la página 25 hace referencia a este asunto. 6 ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. f. 181r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 4 de junio de 1882. 7 Este documento ha sido citado en la introducción de este trabajo como Appunti preliminari alle istruzioni che si daranno a Mgr. Agnozzi Delegato Apostolico.

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concordia. Hará apreciar éste su propósito al mismo Gobierno solicitando, como condición necesaria, que sea dada verdaderamente la plena libertad y justicia a la Iglesia correspondientemente a los principios de libertad sancionados por la Constitución del país y a la exigencia del sentimiento religioso de la población. Para este fin, insista en la abrogación de la ley hostil a la misma Iglesia. De estas, algunas han sido abrogadas, como aquella del exilio de los obispos y de muchos eclesiásticos, pero otras existen todavía, aunque no siempre aplicadas8.

Una cuestión particular que la Santa Sede consideraba digna de especial atención era la llamada «ley sobre la inspección civil en materia de cultos»9, pero le recomendó al Delegado Apostólico que actuara con prudencia para que no fuese a afectar los derechos de la comunidad católica. La enseñanza pública, por otro lado, era un punto de vital importancia, y hacía parte de la agenda de Monseñor Agnozzi en las negociaciones que debía iniciar con el Gobierno; sobre esto el documento expresa: Otro objeto de especial cuidado de Monseñor Delegado, será el de mantener, posiblemente, buenas relaciones entre la potestad eclesiástica y civil sobre el campo de la enseñanza pública. Por ley general está establecido que en la universidad nacional se enseñe filosofía y derecho según las obras de los más notables materialistas y utilitaristas. El pasado Presidente comenzó a divulgar alguna intención para mejorar los textos adoptados en la universidad y hacer penetrar la influencia de la religión católica. […]. Esto servirá de norma a Monseñor Delegado para moverse ante el Gobierno, de modo que, la enseñanza pública de la universidad no sea más una oposición a las creencias religiosas del pueblo colombiano, por nueve décimas católico10.

En lo referente al nombramiento de los Obispos para las Sedes vacantes existía un vacío jurídico, ya que al no haber un convenio establecido el Gobierno se quería tomar derechos sobre este particular, razón por la cual la Santa Sede dio indicaciones precisas al nuevo Delegado Apostólico, en donde aclaró que solamente el Papa tenía la potestad, y que el Gobierno no podría intervenir con ningún acto legislativo: 8

AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. ff. 48v-54r. AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. f. 50r. Al margen agrega que en septiembre de 1882 fue abrogada la ley sobre la inspección civil en materia de culto. 10 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. ff. 50r-v. 9

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Efectuada la separación de la Iglesia con el Estado, viniendo a quedar vacante alguna Diócesis, el nombramiento del nuevo Obispo se hará libremente y exclusivamente por el Santo Padre sin ninguna injerencia gobernativa. En tanto Monseñor Delegado recogerá y transmitirá preventivamente a la Santa Sede un elenco de sujetos los cuales puedan un día ser destinados a las sede Episcopales, enviando todos los documentos que le será posible de tener sobre las cualidades de los mismos, con la advertencia especial que no sean estos comprometidos con algún Partido Político y gocen de la general estima tanto de la población como del Gobierno11.

Para concluir, en el documento se encuentra una recomendación dada al Delegado Apostólico, en donde se le solicitó que se esforzara por mantener la unidad de los Obispos, pues existían algunas diferencias, concretamente se le puso en conocimiento sobre la situación de Bogotá sumida en una división del clero en dos grupos identificados como clero joven y clero viejo. Una posible solución para evitar un escenario similar fue el de fomentar la creación de seminarios y de organizar debidamente los ya existentes. Anexo al documento anterior, la SESS elaboró una guía a modo de itinerario; en él se hace una detallada descripción de la ruta que habría de seguir Giovanni Battista Agnozzi desde su llegada a Barranquilla hasta su destino final en Bogotá. Tiene en cuenta todo aspecto que pudiese presentarse durante este viaje, los horarios del transporte que ha de utilizar, los costos de los hoteles, restaurantes, nombres de algunos contactos que le pueden colaborar; incluso, va describiendo la geografía y el clima que se va encontrando a lo largo del camino12. 1.3. Primeras acciones de Giovanni Battista Agnozzi. Una de las primeras cosas que Monseñor Agnozzi solicitó a la Santa Sede fue la facultad de iniciar negociaciones con los compradores de los bienes eclesiásticos para que todo estuviese en regla, pues había algunos casos particulares que necesitaban concesiones especiales13. León XIII respondió que los casos particulares debían ser remitidos 11

AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. f. 52v. AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. ff. 58r-59r. Este itinerario lleva por nombre memorie pel viaggio di Mgr. Agnozzi a Colombia. 13 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 434. fasc. 23. ff. 50r-v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 3 de junio de 1882. 12

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directamente a la Santa Sede, por lo que no vio necesario concederle tal facultad14. El Gobierno y la Iglesia adelantaron diálogos con el fin de encontrar soluciones para los asuntos que aún causaban distanciamiento entre las partes. Justamente uno de los primeros pasos por parte del Gobierno, fue el nombramiento de un secretario para las Relaciones Exteriores en la persona de José María Quijano Wallis, con quien se esperaba iniciar los acercamientos y buscar la posibilidad de establecer un Modus vivendi15. Durante una alocución ante el Congreso en 1883, Quijano Wallis así se expresó sobre el asunto con la Santa Sede: Con excepción de las relaciones de obligada cortesía diplomática y las personales entre el Excelentísimo Señor Agnozzi y el Jefe de este Departamento, que el Señor Delegado ha cultivado con perfecta cultura, y a que he procurado corresponder dignamente, tanto por cumplir este grato deber como por impulsarme a ello las relevantes prendas personales del Enviado de Su Santidad y su eminente cargo, la Delegación Apostólica no ha tenido ninguna otra con este Departamento. En conferencias privadas he manifestado a Monseñor Agnozzi que el Gobierno estaba dispuesto a oír las proposiciones que tuviera a bien hacerle el Excelentísimo Señor Delegado, y a discutir las bases del proyectado modus vivendi. Monseñor Agnozzi me ha contestado que espera nuevas instrucciones de la Santa Sede después de que ésta haya tenido conocimiento de la derogatoria de la Ley colombiana sobre inspección de cultos16.

El Presidente Zaldúa se oponía a la derogatoria de la Ley de inspección de cultos, que era justamente la última de las leyes antirreligiosas, mientras que el Senado sí mostró una actitud favorable. Precisamente el Congreso de 1882 aprobó la ley 56 del 6 de septiembre de ese año, cuyo primer artículo derogó la ley 45 del 9 de mayo de 1877, sobre la inspección civil en materia de cultos. En el Segundo artículo se resolvió que tal inspección por parte de los gobiernos de los Estados, debería ser aplicada por ellos solamente bajo los términos que establecía la ley nacional, pero en contraste con lo anterior, no existía

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AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 434. fasc. 23. f. 52r, minuta de la SESS al Delegado Apostólico en Colombia, Giovanni Battista Agnozzi, 3 de agosto de 1882. 15 ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. ff. 197r-v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 24 de julio de 1882. 16 Germán CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, vol. 1, Bogotá 1988, 511-512.

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dicha ley, razón por la cual, se eliminaba cualquier intromisión por parte de los Estados en los asuntos religiosos. 1.4. Avances con el Gobierno sobre un Modus vivendi En el mes de noviembre de 1883, el Legado Pontificio informó que en Colombia desde hacía tiempo se vivía en el temor de una guerra civil y que por lo tanto sus conversaciones con el Gobierno habían sido interrumpidas17. El Ministro de Colombia ante la Santa Sede, Joaquín Vélez, había escrito al Presidente Otálora que sobre el tema del nombramiento de los Obispos la Santa Sede estaba dispuesta a acordar con el Gobierno la presentación de los candidatos18. El Delegado Agnozzi envió una parte del mensaje del Presidente ante la reapertura de las Cámaras, en donde hizo alusión a concretar un Modus vivendi con la Santa Sede19: La misión confidencial encargada en Roma a un ilustrado patriota de Cartagena, empieza a producir saludables resultados debido a la cordial inteligencia que ha comenzado a establecerse entre Su Santidad León XIII y nuestro inteligente diplomático Sr. Joaquín Vélez, pues en lo sucesivo se harán los nombramientos de Arzobispo y Obispos, serán resueltas las dificultades que ocurran entre la Iglesia y el Estado, de acuerdo con este Gobierno. Se ha retardado, sin embargo, el arreglo definitivo sobre el Modus Vivendi de las dos entidades que ponga en armonía los derechos del catolicismo con los deberes que ha impuesto al gobierno nacional el artículo 23 de la Constitución; pero es de esperarse que desaparezcan próximamente los escrúpulos que han motivado ese retardo. De otro modo, la Nación, y en su representación el Congreso, debe asumir nuevamente el derecho de su plena soberanía para resolver, a ese respecto, lo que sea más conforme con nuestras necesidades políticas y sociales, sin la intervención de fuerzas extrañas o inútiles al movimiento de adelanto impulsado por estas mismas necesidades20. 17

AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 460. fasc. 31. ff. 13r-14r. AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 460. fasc. 31. f. 13v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 18 de noviembre de 1883. La propuesta concreta del gobierno, dice: nei casi di vacanza delle Sedi sia accordato al Governo di poter fare le sue osservazioni sulle persone a promuoversi, salvo sempre al S. Padre di valutarle nel loro merito, e di ammetterle nell’interesse di una comune intelligenza. 19 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 460. fasc. 31. ff. 15r-29r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 2 de febrero de 1884. 20 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 460. fasc. 31. ff. 17r-v. 18

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1.5. Informe del primer año de misión en Colombia Durante el primer año de labores de Monseñor Agnozzi, se adelantaron asuntos de vital relevancia, pero principalmente, se garantizó la presencia de un Representante Pontificio en el territorio colombiano luego de tantos años. Ante este panorama elaboró un informe sobre su gestión durante este tiempo21. Al hacer lectura de este documento, en primer lugar el Delgado Apostólico inicia compartiendo su experiencia como el primer Representante de la Santa Sede luego de una ausencia de más de veinte años. Durante este periodo, luego de tantos acontecimientos políticos y sociales, prácticamente todo debía iniciarse de nuevo, ni siquiera existía un archivo. Como punto de partida, envió diversas Circulares a los Obispos, para que estos le informaran acerca de las extensiones, límites y la situación de sus Diócesis, las condiciones de los Capítulos, de los seminarios y escuelas, sobre las rentas y demás ingresos, la existencia de religiosos y religiosas de clausura, luego de la supresión realizada por el Gobierno. Además, se hace evidente la preocupación especial por la evangelización de las tribus salvajes e infieles, para que estos territorios pudieran ser atendidos con miras a su conversión y civilización. Este documento ofrece unos datos importantes acerca de la situación de la Iglesia en Colombia en este periodo, ya que el Delegado Apostólico informó a la Santa Sede con estadísticas sobre las jurisdicciones eclesiásticas y el Episcopado. Por ejemplo: Existen en Colombia diez Diócesis, un Arzobispo en Bogotá y nueve Obispos en las respectivas ciudades residenciales de Santa Marta, Cartagena, Panamá, Popayán, Antioquia, Medellín, Pamplona, Pasto y Tunja. Pasto y Antioquia están aún vacantes, pero pronto serán provistas de nuevos prelados con los nombramientos de Monseñor Velasco para la primera, y Monseñor Rodríguez para la segunda. Debido a la inmensa extensión del territorio colombiano, con las grandes dificultades para una fácil comunicación entre un Estado y otro, la falta de una correspondencia postal diaria, el mal estado de las vías provinciales, los Obispos colombianos apenas si se conocen entre ellos a través de 21 ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 22r-26r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de mayo de 1883. En la minuta de respuesta de la SESS del 14 de agosto de 1883 se recomienda continuar con los buenos oficios, y se felicita por la labor realizada, en: ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 27r-28r. Ver el texto en el Apéndice Documental, pag. 385-389.

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alguna carta de oficio. Es extraño que puedan seguir las visitas pastorales según lo prescrito en las leyes canónicas, y aún más extraño, el que se puedan reunir como Conferencia. Con excepción del Arzobispo, no he visto ni siquiera un Obispo en Bogotá. Todo aquí son grandes distancias, tanto así, que sería más fácil y cómodo acercarse de Bogotá a Roma que a Pasto22.

Esta descripción era el común denominador en la Iglesia de Latinoamérica. Sin embargo, Monseñor Agnozzi pensó en la posibilidad de iniciar el fomento para la promoción y creación de nuevas Diócesis, de esta manera se podría atender a la población creyente, que en su inmensa mayoría era católica, de igual modo, muchas comunidades manifestaron su deseo de tener una sede Episcopal. Algo que favoreció en gran medida la realización de estos proyectos fue el ánimo de la población católica que tenía una formación muy conservadora. Continuó el Delegado Apostólico: Por esta razón surge la evidente necesidad de que en Colombia se erijan lo más pronto nuevas Diócesis, una especialmente en el Tolima para 250 mil católicos de ese Estado y otra en Santander que cuenta con 300 mil católicos, todos hacen ya esta petición. Los del Tolima están ya en contactos con el Arzobispo y dentro de poco expondré a Su Excelencia las causas canónicas y las circunstancias especiales que favorecen esta providencia. En Santander habrá dificultades por parte del Obispo de Tunja, pero no estamos en Europa en donde se puede decir que se tienen cortas distancias, porque los 500 mil diocesanos del solo Estado de Boyacá forman una grey bien respetable y numerosa para el Ordinario de Tunja para no poder razonablemente impedir que la solicitud de los santandereanos sea tenida en cuenta favorablemente por parte de la Santa Sede23.

Como se ha mencionado anteriormente, Monseñor Agnozzi consideró como una de sus prioridades la evangelización de las tribus salvajes. Pero como no existían en Colombia los misioneros ni el clero suficientemente formado para tal encargo, creyó que la mejor manera de llevar a cabo su propósito era confiando estas misiones a algunas Órdenes Religiosas, y promover ante el Gobierno algunas ayudas: He concebido el proyecto de crear misiones para las tribus salvajes, y con un constante trabajo he ya reunido noticias de suma importancia sobre 22 23

ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 23v. ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 23v.

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todos los territorios de la República que aún no han visto un verdadero misionero católico o lo conocieron hace tiempo y conservan apenas un recuerdo. Me he ocupado por buscar los medios para lograr esta empresa que gustará al Santo Padre bendecir mis fatigas y ayudar potentemente la obra con la erección de distintos Vicariatos Apostólicos en el Casanare, en donde ya reside Monseñor Higuera con feliz resultado, en San Martín donde hay un párroco, un padre dominico, en la Guajira, Darién, Chocó y Caquetá, se propagará el Evangelio en una inmensa extensión de territorio desierto y salvaje. El poder civil no me negará su apoyo, como he dicho, la Santa Sede tendrá honor y gloria, además reconocimiento, que le profesarán a la Iglesia los pobres infieles que serán civilizados y convertidos24.

Finalmente, el Representante Pontificio expresó su satisfacción por los avances realizados en las relaciones con el Gobierno, y que a su juicio se mantendrían como señal de la buena disposición de las dos partes, civil y eclesiástica. 1.6. Agente Confidencial de Colombia ante la Santa Sede Tras la muerte de Francisco Javier Zaldúa, Presidente en ejercicio de Colombia, fue designado para sustituirlo José Eusebio Otálora, quien nombró al hasta entonces Secretario de Relaciones Exteriores, Joaquín Fernando Vélez, como Agente Confidencial ante la Santa Sede, el 6 de abril de 1883. Básicamente el objeto de la misión era el de cultivar las mejores relaciones con la Silla Apostólica y de que negociara con la Santa Sede un arreglo abarcando los puntos más importantes de las diferencias pendientes en el menor tiempo posible, arreglos que satisficiesen a ambas partes. Las instrucciones precisaban: El Poder Ejecutivo se ha impuesto con satisfacción del recibimiento que ha hecho a usted Su Santidad León XIII […]. Esa buena inteligencia y disposiciones benévolas deben ser aprovechadas por usted para estudiar los términos en que, a su juicio, podrá llegar el Gobierno de Colombia a un avenimiento mutuamente satisfactorio con Su Santidad en punto al arreglo definitivo de la desamortización, la enseñanza religiosa en las escuelas y el reconocimiento del matrimonio civil. El Presidente, como lo dije a usted en otra parte, tiene iniciados arreglos con Monseñor Agnozzi en esta capital y

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ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 25r.

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no desespera de alcanzar alguna solución, por lo cual no ha dado a usted instrucciones precisas en el particular25.

A partir de ese momento se iniciaron a elaborar las bases para un arreglo con la Santa Sede, teniendo como resultado una primera propuesta que Monseñor Agnozzi envió al Cardenal Secretario de Estado el 9 de julio de 1883, y que había sido preparada por el Secretario de Relaciones Exteriores, Antonio Roldán el 10 de febrero anterior26. Este primer intento de negociación no lo pudo continuar el Delegado Apostólico en vista de que no recibió ninguna facultad por parte de la Santa Sede para ello. Aunque se estaban logrando buenos acercamientos y la perspectiva hacia la concretización de un Tratado Oficial poco a poco se estaba gestando. 1.7. Informa segundo año de misión El informe fue enviado al Cardenal Jacobini, con fecha del 1 de mayo de 188427. El Delegado Apostólico conocía mejor la realidad del país, tanto eclesiástica como social, de manera que, con base en este conocimiento, pudo en primera medida hacer una exposición de sus acciones como Representante Pontificio y, en segundo lugar, elaborar un proyecto para ser ejecutado a partir de ese momento: En estos días se cumple el segundo año de mi misión en Colombia. Ahora que conozco qué cosa es esta República, cuán amplio es su territorio, más grande de Francia, España y Austria juntas, cuántos episcopados, Capítulos, seminarios y parroquias, cuáles son los intereses generales de la población, el carácter, las costumbres y las exigencias de los diversos pueblos, la instrucción y la disposición del clero, sería de suma utilidad y necesario, que yo me dirigiera personalmente a cada Diócesis para tratar en el lugar con los Obispos, otros eclesiásticos y laicos sobre aquello que se tiene que proveer para regular la disciplina religiosa, moralidad de la población y expedir la correspondencia de la autoridad y de los fieles con esta Delegación Apostólica y por consecuencia con la Santa Sede28.

Desde su llegada Monseñor Agnozzi tuvo preocupación especialmente por dos cosas: la fundación de una Universidad Católica y la evangelización de los «infieles salvajes» que poblaban el territorio 25

G. CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, 515-516. G. CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, 517-518. 27 ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 169r-171r. 28 ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. f. 169v. 26

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nacional. Para el primer caso, buscaba la mejor formación e instrucción para la población, basado en la enseñanza a partir de la doctrina y moral católica. Para el segundo caso, mucho más complejo, esperaba buscar la participación del Estado para la promoción de las misiones, así como la creación de nuevas jurisdicciones eclesiásticas en estos territorios: Por medio del periódico Anales Religiosos de Colombia he provisto gran parte de las instrucciones al clero y también al laicado, con la fundación de la Universidad Católica y espero eficaz, a la instrucción pública, con las misiones diocesanas estoy procurando la reforma de las costumbres, especialmente por medio de la celebración de matrimonios entre individuos de todas clases, máximo de aquella de los públicos y secretos concubinatos, con el proyecto de misiones católicas para salvajes recomendado y bien acogido por todos los gobiernos, generales y regionales, confío de poder preparar la vía a la conversión y civilización de las muchas tribus de infieles, incluso antropófagos de los territorios que están ahora desiertos y bosques, están finalmente a buen término las providencias para la erección de nuevas Diócesis de suma necesidad para las respectivas poblaciones superiores a 600 mil habitantes que vivamente le imploran a la bondad del Supremo Pastor de la Iglesia el Santo Padre. Arrojando una mirada sobre el resultado de las cotidianas y solícitas fatigas de este segundo año de mi permanencia en Colombia diré que he conseguido ya mucho, pero debo atender con más urgencia las visitas a las Diócesis29.

Finalmente el Delegado Apostólico solicitó el envío desde Roma de un eclesiástico para que cumpliese las funciones de Secretario, encargándose de la correspondencia y del manejo de la documentación que poco a poco iba aumentando, esto para que él pudiese alejarse de la capital con tranquilidad sin dejar abandonada la Delegación Apostólica. 1.8. Restablecimiento oficial de las relaciones diplomáticas Monseñor Agnozzi escribió con ocasión del cumplimiento del cuarto año de su misión en Colombia30, en donde hizo mención sobre el feliz suceso del restablecimiento de las relaciones oficiales de Colombia con la Santa Sede, asunto prioritario en las instrucciones dadas a él por la Santa Sede al inicio de su labor. De igual modo, hizo la petición del envío de un Ministro Plenipotenciario ante la Santa Sede: 29 30

ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. f. 170r. El informe sobre el tercer año no fue encontrado.

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El feliz suceso que tengo que notar es el restablecimiento de las Relaciones Oficiales de Colombia con la Santa Sede. Este era el punto principal del mandato comisionado por el Santo Padre, y por efecto de las buenas inteligencias por mí practicadas con tres distintos gobiernos, que por diferentes vías han dirigido las suertes de la República, del Radicalismo a la actual Reforma Constitucional; he podido anunciar a Vuestra Eminencia Reverendísima que el Gobierno del 1 de abril de 1884 enviaba al Santo Padre un Ministro Residente, con el nombre de Ministro Plenipotenciario. No es cierto el intento de hacerme un mérito de este próspero advenimiento, lo recuerdo solamente por la justa satisfacción que de ella pruebo por haber podido con esto concluir una época de infeliz desacuerdo del Poder Civil con el Eclesiástico en Colombia, y causar por tal modo una santa complacencia a la Santidad de Nuestro Señor y a la Eminencia Vuestra. El Presidente soberano de Colombia no es inferior a los potentes de otras Repúblicas y Reinos y si gravísima fue la injuria de la violenta expulsión de mi predecesor, no menos grande es la reparación que después de 24 años da el actual Gobierno colombiano a la Santa Sede. Será objeto de otro folio de reporte que debo informar a Vuestra Eminencia para darle cuenta más circunstanciado de mi gestión en el mencionado periodo, e implorando ahora la bendición del Santo Padre por medio de la Eminencia Vuestra31.

1.9. Nueva Constitución de Colombia, 1886 Monseñor Agnozzi informó que fue aprobada la nueva Constitución y que en el artículo 53 de la misma contenía la positiva autorización al Poder Ejecutivo de establecer un Convenio con la Santa Sede sobre cuestiones pendientes y sobre las relaciones de la autoridad Civil con la Eclesiástica32. Monseñor Agnozzi mantuvo informando a la Santa Sede sobre el proceso de formación y ejecución de la nueva Constitución ya que se iba a dar un giro completo en lo referente a los asuntos religiosos y a la situación de la Iglesia en el país33.

31 AA.EE.SS. Colombia, 1886. pos. 503. fasc. 42. ff. 14r-15r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 24 de abril de 1886. 32 AA.EE.SS. Colombia, 1886. pos. 505. fasc. 42. ff. 24r-v. Luego envió otro despacho el 21 de septiembre de 1885, informando acerca de la posibilidad de establecer un Modus vivendi con el gobierno colombiano, en: AA.EE.SS. Colombia, 1886. pos. 505. fasc. 42. ff. 26r-30v. 33 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 491. fasc. 39. ff. 26r-28r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 21 de septiembre de 1885.

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El Presidente de la República expresó su disposición para establecer un Acuerdo estable con la Santa Sede, emitiendo algunas bases para elaborar un documento definitivo. Tan pronto tuvo conocimiento sobre esto, el Delegado Apostólico lo transmitió al Secretario de Estado de la Santa Sede34. La Constitución fue sancionada el 5 de agosto de 1886 y entró en vigencia para la nación el 7 de agosto de 1886. El Presidente del Consejo Nacional de Delegatarios, dijo en su alocución sobre su contenido, entre otras cosas, haciendo alusión a la relación con la Iglesia: El Estado y la Iglesia reconocen y deslindan amigablemente los títulos de la autoridad que en sus respectivas esferas recibieron de Dios para el bien temporal y espiritual de los pueblos, y las dos espadas místicas resplandecen como símbolos inseparables de justicia35.

Monseñor Agnozzi envió el texto definitivo de la Nueva Constitución publicado oficialmente el 7 de agosto de 188636. Muy importante fue el reconocimiento de la personería jurídica de la Iglesia, esto principalmente para el asunto de los bienes y de los nombramientos de las sedes vacantes: La Iglesia Católica podrá libremente en Colombia administrar sus asuntos interiores, y ejercer actos de autoridad espiritual y de jurisdicción eclesiástica sin necesidad de autorización del Poder Civil; y como persona jurídica representada en cada Diócesis por el respectivo legítimo prelado, podrá igualmente ejercer actos civiles, por derecho propio que la presente Constitución le reconoce37. 34

AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 491. fasc. 39. ff. 30r-31r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 5 de diciembre de 1885. Contiene copia de las bases de la reforma constitucional publicadas en el Diario Oficial el 2 de diciembre de 1885. 35 G. CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, 560. 36 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 491. fasc. 39. ff. 61r-65v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de agosto de 1886, en donde envió copia del texto completo de la nueva Constitución Política de la Republica, que fue declarada el 7 de agosto de 1886, publicado por el Diario Oficial el mismo día. El Delegado aclaró que los artículos que se refieren a las Relaciones entre Iglesia y Estado han sido supervisados por él mismo, además, en ningún artículo se hace referencia a la libertad y reconocimiento del matrimonio eclesiástico, ni sobre la exención del clero del servicio militar, pero que estos temas serían debatidos. 37 Artículo 50 de la Constitución política de Colombia de 1886.

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El Presidente Rafael Núñez escribió una carta a León XIII, con fecha del 16 de junio de 1887, en donde explicó que de acuerdo a la nueva Constitución, había sido elegido para desempeñar la primera Magistratura nacional por un periodo de seis años, que iniciaron el 7 de agosto de 1886. De igual manera, informó, que de acuerdo a la nueva Carta Magna, el país se constituyó con el nombre de República de Colombia, en lugar de Estados Unidos de Colombia. Le manifestó al Santo Padre el firme propósito de avanzar con las buenas relaciones entre Colombia y la Santa Sede38. Respecto a la cuestión religiosa, las disposiciones finales de la Constitución fueron, primeramente, aquellas que interpretan el sentimiento de la nación en cuanto a la tolerancia religiosa y libre circulación de la riqueza, que eran necesarias para asegurar la paz en el país; en segundo lugar las que restablecen a la religión e Iglesia católica en el goce de sus derechos civiles; luego las que tratan de la educación católica; y finalmente, la que autoriza al Estado a celebrar concordatos con la Santa Sede39. 1.10. Incomprensiones con el Gobierno Monseñor Agnozzi informó al Cardenal Ludovico Jacobini acerca de sus actividades como Delegado Apostólico, entre las que incluyó la fundación de un periódico para instrucción del clero. En cuanto a las misiones de los «salvajes», comunicó que todo estaba listo para la erección de dos Diócesis, en Santander y en el Tolima. En lo referente a las dificultades con el Gobierno, expresó su satisfacción de haber logrado el restablecimiento de las relaciones oficiales entre Colombia y la Santa Sede: el proyecto del convenio de

38 ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 279. ff. 97r-v. La minuta de respuesta enviada por la SESS al Delegado Apostólico, con fecha del 9 de agosto de 1887, en: ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 279. fasc. unico. ff. 99r-100r. 39 Estos artículos son: artículo 38, declara la religión católica como la del Estado; los artículos 39 y 40, sobre la libertad religiosa y ejercicio de esta; el artículo 41 sobre la educación dirigida por la Iglesia católica; artículo 54, sobre la prohibición a los sacerdotes de ejercer cargos públicos; artículo 53 otorgó la plena personería jurídica a la Iglesia católica con independencia del poder civil; el artículo 54 declaró la exención de contribuciones a ciertos bienes eclesiásticos, tales como, edificios destinados al culto, seminarios, casas curales. Cfr. G. CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, 560-564.

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recíproco acuerdo entre dos poderes él mismo lo preparó y transmitió en su momento a la Santa Sede. Otro de sus objetivos conseguidos fue el de la fundación de la Universidad Católica, que para ese entonces ya llevaba tres años de funcionamiento, sostenida con la generosidad de los fieles. Al final del documento expresó que desde su llegada a Colombia había trabajo tranquilamente llevando una excelente relación y entendimiento con todos los gobiernos, sin embargo, manifestó su malestar, ya que justamente con el último Gobierno no había sido así, no comprendía la oposición que se había generado en su contra, obstaculizando que su misión fuese llevada diligentemente40. 1.11. Consecución de algunos asuntos importantes Ante la inminente posibilidad de su traslado, y la llegada de un nuevo Representante Pontificio, Monseñor Agnozzi envió un Despacho a la Santa Sede, el 31 de diciembre de 1886, allí explicó sobre la necesidad de terminar algunos asuntos relevantes, y de nuevo expresó su regular situación ante el Gobierno: El 15 de noviembre del año pasado transmití al Sr. Vélez un cablegrama, con el cual indicaba a tal Ministro de Relaciones Exteriores que vendría a Colombia otro Delegado Apostólico, y que indicara el día de mi partida de Bogotá. Suprimido el Ministro como también el Presidente de la República, el Señor Campo Serrano, de tal noticia no me enteré sino a principios del corriente mes. Y para mí es difícil comprender cómo el mencionado Ministro debiera desde noviembre dar aviso de mi partida de Bogotá, y también como el Sr. Vélez tuviese el empeño de hacerme partir de aquí como un malhechor que abandona sus asuntos y se salva con la fuga. Yo tengo la conciencia de haber cumplido fielmente los deberes de la misión confiada, será una desgracia que no pueda llevarla a término, pero no con culpa, por cuanto sea agradable a los calumniadores el acusarme, no sé de qué, ante Su Santidad y Vuestra Eminencia. Es mi vivo deseo poder justificar mi conducta, y por eso ruego cálidamente a Vuestra Eminencia de quererse complacer de darme a conocer que debo responder41.

Poco tiempo después, el 2 de enero de 1887, sin ocultar sus sentimientos, y recordando sus buenos oficios durante su misión, a 40 ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 251. fasc. 2. ff. 24r-25r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 31 de diciembre de 1886. 41 ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 251. fasc. 2. ff. 28r-30v.

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pesar de las polémicas suscitadas con el Gobierno en curso, Monseñor Agnozzi solicitó una pronta manifestación por parte de la Santa Sede, principalmente en lo referente a su situación económica: He transmitido a Vuestra Eminencia Reverendísima otros folios míos para indicarle cuál es mi situación con el Gobierno, con el Cuerpo Diplomático y con el clero, por la noticia que se ha dado sobre mi imprevisto retiro de esta Delegación reabierta por mí, y cómo me parece sostenida con decoro y con el feliz resultado que se esperaba el Santo Padre. Ahora con la presente debo expresarle que gastados mis recursos, especialmente por el empeño de sostener la Universidad Católica en el año de la desastrosa guerra civil y por las pocas subvenciones por parte de los fieles por consecuencia de tal guerra, me encuentro desprovisto de medios para emprender cualquier viaje lejano, y vivir muchos meses en países de suma exigencia, como son aquellos de la América española. No le agradará a la Santa Sede que yo vaya a pedir alojo, sostenimiento y auxilio a gente extraña, que permanecería admirada de mi apariencia no diferente a aquella de un viajero de placer.

1.12. El Concordato La figura del Patronato español fue un gran obstáculo para que en los países latinoamericanos avanzasen los acuerdos concordatarios, ya que los diversos gobiernos pretendían continuar con el Privilegio de intervenir en el nombramiento de los Obispos. El primer país en firmar un Concordato fue Bolivia, en 1851; luego lo hicieron Guatemala y Costa Rica, en 1852; Haití, en 1860; Honduras y Nicaragua, en 1861; San Salvador, Venezuela y Ecuador, en 1862, en ese mismo año, Brasil suscribe un acuerdo sobre misiones. En el caso de Colombia se puede considerar que, el Concordato fue un suplemento de la Constitución Política de 1886, ya que ponía en práctica los principios religiosos en ella establecidos. Desde el punto de vista político fue un gran logro de la Iglesia pues pocos años antes se había visto envuelta en una constante persecución por parte del régimen Liberal, quienes aún participaban de alguna manera en la vida política del país, pero habían perdido fuerza, situación que se aprovechó para mejorar las condiciones de la Iglesia pero a partir de un acto judicial con todos sus efectos legales, de tal forma que se garantizaran los derechos y el cumplimiento de los compromisos ofrecidos por el Estado. Este convenio, fue un hecho extraordinario de acuerdo al contexto político y social en Latinoamérica, y se convirtió en un modelo de los

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documentos concordatarios42. Monseñor Agnozzi redactó las materias y puntos de discusión, que constituían un proyecto de acuerdo. Pero estas bases no se llegaron a discutir. Las materias y puntos de discusión eran: 42 El Concordato ha sido objeto de gran estudio e investigación, principalmente en materia de Derecho, Civil y Canónico, por lo tanto existe una bibliografía abundante. Sobre el Concordato entre Colombia y la Santa Sede, de 1887, se puede consultar, entre otras, la siguiente bibliografía: Manuel ANGARITA, Constitución de la República de Colombia sancionada el 5 de agosto de 1886. Concordada y comentados algunos de sus artículos, Bogotá 1890; María Eugenia ARRAZOLA DE PAREDES, El concordato de 1887 a la luz del pensamiento y acción de Rafael Núñez, Tesis (Historiadora), PUJ, Facultad de Ciencias Sociales, Bogotá 1980; Guillermo CAMACHO MONTOYA, El Concordato ante la conciencia católica de Colombia. Texto del nuevo Concordato y compilación de documentos de la Jerarquía Eclesiástica. Estudios jurídicos de los doctores Laureano Gómez y Alfonso Uribe Misas. Declaración colectiva de la Representación Conservadora al Congreso y otros documentos pertinentes al problema religioso, Bogotá 1942; Pedro Pablo CAMARGO, El régimen concordatario colombiano, Bogotá 1974; Judith CÁRDENAS GUERRERO, El concordato de 1887 entre Colombia y la santa sede como respuesta a una situación de conflicto, Tesis Derecho, PUJ, Bogotá 1995; Germán CAVELIER, Tratados de Colombia (1811-1910), vol. 1, Bogotá 1982; Gabriel DE IBARRA, El Concordato de Colombia en algunos puntos principales: (estudio histórico-jurídico), Bogotá 1941; José Manuel DÍAZ, El problema del Concordato, Bogotá 1935; Juan Antonio EGUREN, El Derecho Concordatario Colombiano: ensayo de interpretación a la luz de documentos oficiales, Bogotá 1960; Juan Antonio EGUREN, Derecho concordatario colombiano, Bogotá 1974; Juan Antonio, EGUREN «El Estado colombiano frente a la Iglesia católica, visión histórica del Régimen concordatario en Colombia», en: Revista de la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica, 17/18 (1970), 81-108; Roberto EMILIANI VÉLEZ, Comentarios a los concordatos celebrados entre su Santidad León XIII y el Gobierno de Colombia en los años de 1887-1892 y reforma de 1924, Bogotá s.f.; Gustavo FLÓREZ GARCÍA, Estado e Iglesia en Colombia análisis históricojurídico a los Concordatos de 1887 y 1973, Tesis Derecho Canónico, PUL, Roma 1975; John GARZÓN BARRETO Alexander, El Concordato desde una perspectiva histórico política de los dos Partidos tradicionales en Colombia, PUJ, Bogotá 2011; Fernán GONZÁLEZ, «El Concordato de 1887. Los Antecedentes, las Negociaciones y el Contenido del Tratado con la Sede», en: Revista Credencial Historia, 41 (1993), 511; José Joaquín GUERRA, Estudio sobre los Concordatos celebrados entre su Santidad León XIII y el Gobierno de Colombia, en los años de 1887 y 1892, Bogotá 1895; Gabriel IBARRA DE, El Concordato de Colombia en algunos puntos principales: (estudio histórico-jurídico), Bogotá 1941; Alfonso LÓPEZ TRUJILLO, El Concordato Colombiano, Roma 1987; José Tomas MARTÍN DE AGAR, El matrimonio canónico en el Derecho español civiles, Pamplona, 1985; Juan G. NAVARRO FLORIA Acuerdos y Concordatos entre la Santa Sede y los países americanos, Buenos Aires 2011; Laureano PÉREZ MIER, Iglesia y Estado Nuevo, los Concordatos ante el moderno derecho público, Madrid 1940; Liborio RESTREPO URIBE, El concordato ayer-hoy 1887-1973, Bogotá 1973; Liborio RESTREPO URIBE, Naturaleza del Concordato,

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1. Conveniencia de hacer un arreglo entre el Gobierno y la Santa Sede. 2. Forma del mismo, garantías de derecho público en que pueda fundarse el convenio. 3. Nombramiento de los Obispos, ¿conviene que intervenga el Gobierno? ¿Dentro de qué límites? 4. Instrucción pública. 5. Bienes desamortizados. Rematadores, actuales poseedores de bienes eclesiásticos. Dotación, obispos, seminarios, instrucción pública, misiones, garantía para las actuales monjas. 6. Matrimonio civil. Registro de estado civil. 7. Personería jurídica de la Iglesia y de las entidades religiosas. 8. Exención militar del clero y de los alumnos aspirantes al estado eclesiástico43.

Las negociaciones entre la Santa Sede y el Gobierno para un Concordato se llevaron entre el Cardenal Mariano Rampolla, Secretario de Estado y el General Joaquín Vélez, Ministro Plenipotenciario de Colombia. Algunos documentos vienen examinados en la Sesión 630 del 27 de noviembre de 1887. La documentación consta de las propuestas hechas, tanto por el Gobierno como por la Santa Sede, para la elaboración de los diferentes artículos que harían parte del Concordato44. Bogotá 2003; Jaime SERNA GÓMEZ, «Rafael Núñez y el Concordato», en: Revista de la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica, 17/18 (1970), 62-79; Aurelio TOBÓN MEJÍA, La situación concordataria colombiana, Salamanca 1971; Leopoldo UPRIMNY, El Concordato es un diálogo entre la Iglesia y Estado, Bogotá 2003. 43 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 491. fasc. 39. f. 28r. 44 AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1887, n. 630, stampa 408, s.n.f. La documentación consta de las propuestas hechas, tanto por el gobierno como por la Santa Sede, en la elaboración de los diferentes artículos que harán parte del Concordato. Una primera propuesta del gobierno en donde se destaca que la Santa Sede debía conceder al Encargado del Poder Ejecutivo en la Republica, las facultades de presentar una terna para la provisión de Arzobispos, Obispos o Vicarios Apostólicos, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 8r-9v. El 21 de julio de 1887, el General Vélez envió el resto del proyecto de Convenio entre la Santa Sede y Colombia, que contenía trece artículos, en: AA.EE.SS. Colombia, 18871888. pos. 516. fasc. 45. ff. 12r-15r. El 28 de julio de 1887, Joaquín Vélez envió al card. Secretario de Estado, un nuevo artículo que había redactado de acuerdo a las instrucciones recibidas del gobierno. Trata acerca de la indemnización a la Iglesia por los bienes expropiados después de 1861, a través de un impuesto, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 16-17r. El 20 de agosto de 1887, El Ministro Vélez, envió las modificaciones hechas a los quince artículos para que fueran examinados por la Santa Sede, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 26r-31r. El 22 de agosto de 1887, nuevamente se enviaron los artículos con nuevas modificaciones, según las últimas indicaciones, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 44r-59r. El 31 de agosto de 1887, el Ministro de Colombia envió la primera parte del Convenio, advirtiendo que solo respecto a los

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Después de algunas modificaciones, el 19 de diciembre de 1887 fue aprobado por el Santo Padre. El Concordato viene subscrito por los dos Plenipotenciarios con fecha del 31 de diciembre de 1887 en Roma. Sancionado con Decreto del 24 de febrero de 1888 en Bogotá, el 27 de diciembre de 1888 el Concordato fue promulgado y firmado por el Presidente Carlos Holguín como ley del Estado. Entre los elementos pactados por el Concordato se pueden enumerar: A. El reconocimiento de la religión católica como la propia de la nación; esto, porque en ese momento todos los habitantes, exceptuados los indígenas no convertidos, eran católicos. El reconocimiento, además, de la misma religión como esencial elemento del orden social, por lo cual los poderes públicos se comprometían a protegerla y a hacerla respetar. B. El reconocimiento de la plena libertad e independencia de la Iglesia para ejercer su autoridad espiritual y su jurisdicción de acuerdo con sus propias leyes y, en consecuencia, el reconocimiento de la legislación canónica por las autoridades de la República. C. Reconocimiento de la personería jurídica de la Iglesia representada por la legítima autoridad jerárquica (Papa, obispos, párrocos) con todas las consecuencias jurídicas inherentes a tal personalidad. D. Reconocimiento de los llamados privilegios de los clérigos. E. Reconocimiento de todos los efectos al matrimonio sacramental contraído por quienes profesan la religión católica. F. Admisión de la exclusiva competencia de la autoridad eclesiástica en las causas matrimoniales que afectan el vínculo del matrimonio y la cohabitación de los cónyuges. G. Condonación por parte de la Santa Sede al Gobierno colombiano del valor de los bienes pertenecientes a conventos o asociaciones religiosas, y de sus réditos e intereses vencidos; el Gobierno daría a perpetuidad y en compensación una suma anual líquida, desproporcionada indudablemente con relación a la deuda. H. Reconocimiento de la Iglesia de nombrar libremente a los Obispos, permitiendo, sin embargo, que se den a conocer al Presidente artículos III y VII tenía que hacer algunas modificaciones, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 62r- 65r. El 3 de septiembre, el Ministro Vélez envió algunos puntos sobre los bienes desamortizados contenidos en los artículos VI, VIII, X y XV, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 66r-67r.

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los nombres de los candidatos por si al caso él tiene motivos de carácter civil o político que los constituya en personas no gratas al Gobierno. I. Concesión a los tribunales civiles de poder juzgar a los eclesiásticos aun en causas criminales ajenas a los delitos de religión y con exclusión de las llamadas causas mayores. J. Convenio especial sobre cementerios y registro civil de nacimientos, matrimonios y defunciones. K. Admisión de la intervención de la Iglesia en la educación y formación cristiana a nivel primario, secundario y universitario, especialmente en las regiones de misión. 1.13. Últimas noticias de Giovanni Battista Agnozzi La situación de Monseñor Agnozzi en el último periodo no fue fácil, tanto por sus relaciones con el Gobierno como por su salud. Era de conocimiento general que cada vez se debilitaba más y, por lo tanto, lo más conveniente era solicitar el envío de un nuevo Representante de la Santa Sede. El Gobierno por medio de la Legación de Colombia ante la Santa Sede envió una carta a la SESS, firmada por el Encargado de Negocios, Emiliano Isaza, con fecha del 8 de abril de 1887, en donde comunicó que había recibido un telegrama del presidente Núñez solicitándole sus oficios diplomáticos para conseguir el retiro inmediato del Delegado45. Una de las cuestiones en las que fue muy estricto Monseñor Agnozzi, y que empeoró las cosas, fue el hecho de acusar constantemente al Presidente Núñez por su situación de vivir en concubinato, ya que su anterior matrimonio realizado por la Iglesia aún estaba vigente. El Delegado consideraba esto un escándalo en virtud de la posición de Núñez, y así lo hizo saber a la Santa Sede46. El problema se tornó muy incómodo debido a que el Delegado Apostólico públicamente manifestó su desacuerdo basándose en el criterio de que por su función como Presidente, su conducta moral debía ser intachable. Así se expresó el Representante Pontificio a la Santa Sede sobre la situación del Presidente Núñez: […] tengo el deber de dar a conocer a la Eminencia Vuestra Reverendísima, que Núñez ha conducido desde Cartagena hasta Bogotá a la 45

ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 251. fasc. 2. f. 38r. ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 251. fasc. 2. f. 44r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 27 de febrero de 1887. 46

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mujer con la cual vive en público adúltero concubinato. No se sabe qué cosa tenga fija en mente el Presidente con la presencia en el Palacio de dicha mujer, el hecho está pero que su posición para esta deplorable circunstancia es muy perjudicial, obligando a las principales familias y también al Cuerpo Diplomático a una reserva impuesta de la pública moral47.

Esta situación frenó por un tiempo las conversaciones para el Concordato, debido a que al hacerse las reformas correspondientes al matrimonio, el Presidente quedaba en una condición social muy cuestionada, pues sería declarada nula su unión civil. Como el Representante Pontificio estaba en una posición intransigente frente a esto, fue el Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, José Telésforo Paúl, quien de forma muy diplomática logró calmar los ánimos; posteriormente, tras la muerte de su primera esposa, Núñez contrajo matrimonio sacramental en la ciudad de Cartagena en 1892. Hay que mencionar que Monseñor Agnozzi no dejó su trabajo hasta el último momento, siempre estuvo atento al buen desempeño de su misión, aun cuando ya era noticia pública su traslado. Así por ejemplo, encontramos que una de sus últimas acciones fue su preocupación por el nombramiento de un Obispo para sede de Popayán, que se encontraba vacante: Aunque mi misión haya cesado en Colombia me permito remitirle este respetuoso folio sobre la Sede vacante de Popayán. Se propone al sacerdote Buenaventura Ortiz, eclesiástico ciertamente instruido pero ridículo en alto grado y agravado con su padre de una numerosa familia de 14 a 15 individuos que se lo devoran vivo. Ruego a Vuestra Eminencia y por su medio al Santo Padre de destinar a aquella Sede al canónico de esta Metropolitana Joaquín Pardo48.

1.14. Un caso particular: La Universidad Católica 1.14.1. La fundación En el proceso de organización de la educación en Colombia, y en concreto en lo referente a la enseñanza superior, el propósito de fundar una Universidad Católica se convirtió en una idea innovadora en virtud de su origen, ya que no se trataba de una Institución Oficial o Estatal, o 47

ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 152r-152v. ASV. Segre. Stato, 1887. rub 251. fasc. 2. f. 90r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Mariano Rampolla, 2 de agosto de 1887. 48

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Pontificia Católica, sino de una Universidad laica-católica, creada y apoyada por opositores al Partido Liberal Radical y defensores de la doctrina católica49. El Delegado Apostólico había detectado el bajo nivel de educación en la sociedad colombiana, solo los miembros de las familias económicamente acomodadas tenían acceso a instituciones con alta calidad de enseñanza y, en no pocos casos, eran enviados a estudiar al exterior, mientras que el ciudadano común carecía de cualquier posibilidad de formarse adecuadamente. De esta manera, Monseñor Agnozzi inició a transmitir su interés recibiendo un fuerte apoyo para sacar adelante tal proyecto. El 6 de noviembre de 1883, envió un oficio al Cardenal Secretario de Estado Ludovico Jacobini, en donde propuso la fundación de una Universidad Católica. Suplicó la bendición del Santo Padre para poder abrir tal universidad el mes de febrero siguiente, al inicio del nuevo año escolar50. El 18 de enero de 1884, nuevamente envió un oficio al Cardenal Jacobini, en donde se solicitaba ayuda económica para poder iniciar la obra; allí le expuso la propuesta hecha por algunas personas con las que se reunió, entre ellas tres obispos, quienes aconsejaron pedir una ayuda al Santo Padre, a los ordinarios diocesanos, al clero y a los fieles51. El proyecto tuvo el patrocinio de algunos laicos ejemplares, quienes motivaron y ayudaron a promocionar la idea de Monseñor Agnozzi. Estos laicos que su mayoría fueron Ministros de Instrucción Pública, eran personas destacadas de la sociedad y con arraigados valores cristianos, entre ellos se puede nombrar a Miguel Antonio Caro, Jesús Casas Rojas, José Manuel Marroquín y Liborio Zerda. La fundación de la Universidad Católica fue un medio eficaz para controlar la avanzada de los Liberales Radicales que tanto se oponían a esta clase de proyectos52. El 1 de marzo de 1884, inició labores la Universidad Católica con el lema Nihil sine Lumine53, con 230 alumnos y las Facultades de 49 Jorge Enrique DUARTE ACERO, «La Universidad Católica de Bogotá y la formación de profesionales durante la Regeneración 1884-1890», en: Heurística: revista digital de historia de la educación, 9 (2008), 9. 50 ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1, ff. 5r-6r. 51 ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 8r-9v. 52 Vladimir ZAPATA VILLEGAS, La Reforma Núñez en Bogotá. Historia de la Educación en Bogotá, 258. 53 Nada sin inspiración divina.

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Filosofía y Letras, Ciencias Naturales e Ingeniería y Jurisprudencia54. Ante esto, el Delegado Apostólico Agnozzi informa acerca de los progresos de la Universidad con un oficio del 24 de marzo de 188455. El 4 de abril de 1884, Monseñor Agnozzi dirigió un oficio al Cardenal Jacobini, solicitando una carta o una Circular enviada por el Papa, para motivar a los Obispos, clero y fieles en el apoyo a la Universidad Católica. Por su parte, Agnozzi expone los principios de tal institución: La Universidad Católica es un Instituto de estudio, de moralidad, y de plena garantía de sana doctrina a los padres de la actual y de las futuras generaciones, por tanto privada de intereses y cualquier espíritu de Partido Político, la Iglesia tiene derecho de conseguirse una juventud moral y religiosa, y la Patria fieles e instruidos ciudadanos. Sobre estas bases, Su Santidad se complace de la erección de este Instituto Universitario, lo recomienda al celo de los obispos y del clero, al empeño de todos los colombianos y al estudio de los distintos rectores y profesores que tan honorablemente le expanden luces de moralidad y ciencia56.

El país se encontraba en un grave conflicto social en el año 1885, una nueva guerra civil, que ocasionó el cierre temporal de las instituciones educativas. Solo la Universidad Católica continuó dando las clases57. Monseñor Agnozzi informó constantemente a la Santa Sede sobre el progreso de la Universidad, envió varios oficios dando detalles de todos los aspectos considerados importantes para ser tenidos en cuenta58. 54 Antonio CACUA PRADA, Historia de la Educación en Colombia, Santafé de Bogotá 1997, 202. Con un despacho del 5 de marzo de 1884, dirigido al Cardenal Ludovico Jacobini, Secretario de Estado de Su Santidad, Giovanni Battista Agnozzi informó sobre los primeros alumnos de la Universidad, en: ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 10r-v. 55 ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 16r-17r. 56 ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 13v-14r. El 25 de julio de 1884 el Delegado Apostólico envió una carta de agradecimiento dirigida al Cardenal Ludovico Jacobini en donde agradeció por la Bendición Apostólica recibida para todos aquellos que habían cooperado a fundar la Universidad Católica, a los alumnos y a sus padres, en: ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 25r-v. El 2 de septiembre de 1884, el Delegado Apostólico, nuevamente envió una carta agradeciendo por esta Bendición Apostólica, que había llegado por medio del Arzobispo de Bogotá en: ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 27r-v. 57 ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 32r-33v. 58 Estos oficios fueron: e16 de noviembre de 1884, con motivo del primer año de la Universidad, da un informe acerca de los logros a pesar de las dificultades. El Delegado expresa que se va por buen camino, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1886. pos. 489. fasc. 39. ff. 3r-4r. El 15 de octubre de 1885, se envió el informe

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1.14.2. Apertura de la Universidad Católica El deseo de Monseñor Agnozzi fue el de ver terminada la obra de la Universidad Católica, pero debido a los problemas de salud y otras circunstancias que generaron su sustitución, no pudo ver realizado tal deseo. Fue su sucesor, Monseñor Luigi Mattera, quien hizo un análisis de la situación e inició a considerar la viabilidad del proyecto. Luigi Mattera informó con un oficio del 17 de junio de 1888, sobre la Universidad Católica. El Delegado Apostólico, ciertamente reconoció la buena voluntad de su antecesor en la fundación de la Universidad, que al inicio cumplió con las expectativas, pero que progresivamente fue cayendo en serios problemas tanto administrativos como económicos, pues necesitaba de fondos para sostenerse, los cuales no poseía59. En el oficio antes mencionado, Monseñor Mattera adjuntó una copia del reglamento de la Universidad Católica60. En cuanto al número de alumnos el nuevo Delegado Apostólico informó que para 1888 estaban matriculados 70 externos y 41 internos. 1.14.3. Fracaso de la Universidad El Delegado Luigi Mattera se lamentó de que el patronato de la Universidad había sido sustraído de la Iglesia por el mismo fundador (Agnozzi) confiándola a personas que tenían inclinaciones políticas definidas, y con cuestionada moral, lo que había llevado a que no fuese apoyada por la autoridad eclesiástica ni por el clero en general. A su correspondiente al segundo año. Las dificultades habían sido mayores, dado que las consecuencias de la guerra civil fueron graves, al punto que, la Universidad Católica había sido la única institución educativa que se mantuvo en actividad, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1886. pos. 489. fasc. 39. ff. 6r-v. El 25 de julio de 1886, envió un oficio en donde informó que el Gobierno había decretado el reconocimiento de los cursos de literarios y científicos de la Universidad Católica y, por tanto, los grados correspondientes, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1886. pos. 489. fasc. 39. ff. 9r-v. El informe del tercer año, con un oficio del 28 de octubre de 1886, continuó exaltando la gran labor que se estaba haciendo, la calidad de los profesores, y la constante problemática que se debía sortear para poder sostener la Universidad, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1886. pos. 489. fasc. 39. ff. 13r-v. 59 AA.EE.SS. Colombia, 1888. pos. 522. fasc. 48. ff. 57r-61v. Envió como documento adjunto un ejemplar del reglamento de la Universidad Católica. 60 Una edición estampada en Bogotá en 1887 por la imprenta de vapor Zalamea, contiene 29 páginas.

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vez, el Gobierno no podía cumplir con la promesa hecha a Monseñor Agnozzi de otorgar una ayuda económica, lo que hacía casi imposible su continuidad, por lo tanto, lo más probable, es que debía ser cerrada. Una propuesta fue la de darle la categoría de Colegio Católico, pero tenía que ser asumida directamente por la Iglesia, alejando de la administración la autoridad laica. Todos los obispos consideraban insostenible la Universidad, ya que al no tener un ingreso definido, debía hacerse con limosnas, lo cual no ayudaba en nada61. Finalmente, la Universidad Católica, fundada por Monseñor Agnozzi, fue cerrada en 189162. 2. Luigi Mattera, 1887-1889 2.1. Aspectos biográficos Nació en Roma el 11 de febrero de 1820. Trabajó en la carrera diplomática y fue Auditor y Abreviador en la Nunciatura de Lisboa. El 19 de septiembre de 1879 fue nombrado Delegado Apostólico en Argentina, Paraguay y Uruguay, fue recibido en Buenos Aires en abril de 1880. Luego pasó a Rio de Janeiro. Fue nombrado Arzobispo de Irenópolis y Delegado Apostólico en el 30 de marzo de 1882. Fue consagrado en la Catedral de Buenos Aires el 16 de agosto de 1882 por M. León Federico Anerios, Arzobispo de Buenos Aires, como asistentes estuvieron Mamerto Esquiú O.F.M., Obispo de Córdoba, y Wenceslao Ochaval O.F.M., Obispo de Cuyo63. El 17 de mayo de 1887 fue nombrado Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia64, llegó a Bogotá el 9 de agosto y presentó sus Credenciales el 17 del mismo mes. Su salud, muy quebrantada, no le permitió trabajar y pidió licencia para ausentarse, le fue concedida y salió de Bogotá el 23 de mayo de 1889. Falleció en Roma el 29 de noviembre 1891. 2.2. Llegada de Luigi Mattera El nuevo Representante Pontificio llegó a Bogotá el 9 de agosto de 1887, y al siguiente día envió una comunicación a la Santa Sede. Tal y 61

AA.EE.SS. Colombia, 1888. pos. 522. fasc. 48. ff. 57r-61v. AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 8r-10r. 63 J. RESTREPO POSADA, « Galería de representantes», 217. 64 G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche dal 1800 al 1956, 97. 62

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como ocurrió con Monseñor Agnozzi, tuvo que realizar un largo viaje desde el norte, en la Costa Atlántica, hasta el centro del país. Un recorrido que de por sí era muy difícil y, más aún, para un europeo que se enfrentaba a la inclemencia del clima tropical. La navegación por río Magdalena constituía la mayor parte del recorrido, para luego llegar a un punto en donde se debía iniciar el ascenso hacia la capital en lomo de mula, encontrándose con el problema da la altura. En la comunicación de Monseñor Mattera, justamente narra detalles sobre el viaje, y la llegada a las diferentes poblaciones en donde fue recibido con honores. Al final, informó sobre la salud de su antecesor, Monseñor Agnozzi, que se encontraba gravemente enfermo, con úlceras gangrenosas en el estómago65. La llegada de Monseñor Mattera constituyó un paso grande para los intereses del mejoramiento de la situación de la Iglesia en el país, ya que confirmaba el buen momento y proseguía con los diálogos buscando llegar a un acuerdo definitivo. De un momento a otro se encontraron en el país los dos Representantes Pontificios, el saliente y el entrante, algo poco común de por sí. La cuestión era complicada, dado que Giovanni Battista Agnozzi se encontraba muy débil y no presentaba grandes signos de mejoría, al menos algo que permitiese la posibilidad de abandonar el país. La salud del Delegado saliente se convirtió en un tema delicado, sin embargo, siempre estuvo muy bien atendido y acompañado, incluso, el mismo Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, José Telésforo Paul, acudía frecuentemente a su casa para tener noticias sobre él, y como máxima autoridad eclesiástica, se comunicó con la Santa Sede para informar sobre la llegada de Luigi Mattera como nuevo Delegado Apostólico y sobre la salud de su antecesor: Tengo el honor de avisar a V.E. que Monseñor Mattera llegó después de su largo viaje y en no mala salud a esta ciudad antes de ayer, y que fue recibido con todos los honores debidos a su puesto. También aviso a V.E. que Monseñor Agnozzi se ha mejorado un poco, aunque todavía no ha salido de peligro. Dudan todavía los médicos de su complicada reposición; 65

ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 33r-v, despacho de Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de agosto de 1887. La minuta de respuesta emitida por la Secretaria de Estado con fecha del 24 de septiembre de 1887, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 34r.

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se ha hecho cuanto se ha podido para salvarlo de esta grave enfermedad. Por todos los correos escribiré a V.E. la marcha que ella siga66.

2.3. Enfermedad y muerte de Giovanni Battista Agnozzi Luigi Mattera inició sus funciones tras su llegada, pero de igual modo, tuvo que estar atento de la situación de su predecesor, pues sus condiciones de salud eran cada vez más complicadas, al punto que finalmente no pudo abandonar el país. Aunque los médicos en principio dieron esperanzas, paulatinamente éstas se fueron diluyendo, dada la gravedad de la enfermedad. Permaneció en Bogotá, el lugar más indicado para poder suministrarle una atención adecuada. El Episcopado, y principalmente el Arzobispo José Telésforo Paul, siempre estuvieron al tanto de las cosas comunicándose con permanentemente la Santa Sede sobre el asunto67. El mismo afectado escribió a la Santa Sede para comunicar que no podría viajar tal como estaba previsto. En el texto se puede apreciar el fuerte sentido de obediencia y de disposición de Monseñor Agnozzi, quien desearía fuertemente poder acercarse de nuevo a Roma y estar en Italia cerca de los suyos68. 66

ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 36r. La minuta de respuesta, emitida por la Secretaria de Estado con fecha del 24 de septiembre de 1887, agradece la información dada, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 37r. También sobre la salud de Agnozzi, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 44r-46r. 67 ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 27r, carta del Arzobispo de Bogotá José Telésforo Paul al Cardenal Rampolla, con fecha del 17 de julio de 1887. La minuta de respuesta con fecha del 27 de agosto de 1887, lamentando las noticias sobre Monseñor Agnozzi, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 28r. De manera semejante, existe una carta con fecha del 5 de septiembre de 1887, escrita por Enrico Angelini, no se identifica quién es o su relación con Monseñor Agnozzi, y enviada a la SESS. En esta carta se cuenta la forma en la cual Monseñor Agnozzi cayó enfermo, con detalles y su situación actual, en: ASV. Segre. Stato, 1888, Rub 251. fasc. 1 ff. 31r-v. 68 ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 39r-v, carta de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Mariano Rampolla, 2 de agosto de 1887. De igual manera se encontró una carta enviada por Enrico Angelini al Cardenal Rampolla, con fecha del 14 de noviembre de 1887, en donde le transmite noticias detalladas sobre el estado de salud de Monseñor Agnozzi. Según esta carta, le ha sido comunicado por medio de una nota del Arzobispo de Bogotá, Monseñor Paul, con fecha del 30 de septiembre de 1887 que a Monseñor Agnozzi, le han sido intervenidos dos tumores, uno en el estómago y otro en la frente, aunque ha venido evolucionando positivamente, no se le recomienda emprender un viaje tan fatigante como aquel hacia Roma, pues sus

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Luego de una penosa enfermedad Giovanni Battista Agnozzi falleció el 4 de febrero de 1888. El Delegado Apostólico, Luigi Mattera, ese mismo día envió un telegrama a la Santa Sede comunicando el deceso de su predecesor69. Días después remitió un documento en donde hizo un recuento detallado del proceso de la enfermedad de Monseñor Agnozzi y sobre su funeral. En él se narra la angustiosa situación causada por las úlceras gangrenosas que iniciaron en el estómago pero que se esparcieron por todo el cuerpo. Informó que fue asistido espiritualmente hasta el último momento por el mismo Arzobispo. Las solemnes exequias fueron celebradas en la Catedral Metropolitana, con la asistencia del Capítulo, numeroso clero y fieles, que unieron sus plegarias para sufragar su alma. Intervino, de manera similar, el Presidente de la República, General Payán, con los Ministros y otros funcionarios del Estado. La Guardia de Honor fue hecha por un batallón de soldados en línea70. 2.4. Las buenas relaciones con el Gobierno colombiano No obstante a los inconvenientes tenidos por Monseñor Agnozzi al final de su misión, la relación entre la Iglesia con el Gobierno se mantuvo en buen camino. De hecho, la llegada de un nuevo Representante Pontificio agradó a todas las partes. El 21 de julio de 1888, Luigi Mattera envió un despacho a la Santa Sede71, anexando una copia del mensaje dado por el Presidente Rafael Núñez al Congreso condiciones no le permitirían resistirlo. Transmite el deseo de Monseñor Agnozzi de hacer saber a la Santa Sede sus problemas y el deseo de obedecer la voluntad del Santo Padre en regresar a Roma y abandonar el país, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 41r. Más sobre el estado de Agnozzi en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 47r-v. 69 Monsignore Agnozzi morto alle due questa mattina sabato quattro;- Mattera, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 62r. 70 ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 63r-64r, despacho de Luigi Mattera, al Cardenal Mariano Rampolla, 11 de febrero de 1887. Se anexa a este documento un artículo publicado en el periódico católico El Orden, del 7 de febrero de 1888, en donde se hace una biografía y el reconocimiento por las obras desempeñadas en su labor como Delegado Apostólico, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 68r. 71 ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 2. ff. 28r-v. Este documento incluye un anexo con el mensaje, que es un cuaderno de 15 páginas, junto a este, dos recortes del periódico La Nación del 20 de julio y del 7 de agosto de 1888, con artículos referentes a este mensaje.

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Constitucional instalado el 20 de julio de 1885, en donde hizo referencia a la Iglesia: El Concordato ha sido, pues, el complemento obligado de la Constitución, por no decir su alma, y debemos reverente gratitud al Egregio Soberano del Mundo Católico, por habernos generosamente proporcionado la colaboración incomparable de cuanto allí se determina y estipula en beneficio de la Nación, desde el fomento de las misiones y los seminarios hasta la movilización de la riqueza de manos muertas; siendo base de todo la estrecha alianza –que nunca debió interrumpirse– de las dos grandes potestades civilizadoras del mundo72.

El 23 de mayo de 1888, el Gobierno escribió a la Santa Sede, a través de su Secretario de la Legación en Roma, Joaquín Vélez, manifestando la gran alegría de haber llegado a una conciliación, y que sin duda esto favorecería la unidad y la concordia de todos los colombianos. El Presidente Núñez extendía este saludo y manifestó que el Concordato había sido un gran acontecimiento73. 2.5. Enfermedad de Luigi Mattera No había pasado mucho tiempo desde la convalecencia y muerte de Giovanni Battista Agnozzi, cuando se manifestó en Luigi Mattera un problema de salud serio. Evidentemente las condiciones del largo viaje desde Europa afectaban notablemente las fuerzas, y el clima de la montaña complicaba aún más las cosas. Nuevamente se vio la necesidad de informar a la Santa Sede sobre el asunto, aclarando que el Delegado Apostólico era una persona muy diligente, pero que su salud le impedía ejercer su misión con mayor eficiencia. Se necesitaba solucionar pronto el problema ya que la presencia del Representante de la Santa Sede era de vital importancia para continuar con las buenas relaciones con el Gobierno. Ante esto el Arzobispo José Telésforo se dirigió a la Santa Sede con una carta del 25 de septiembre de 1888 al Cardenal Mariano Rampolla: Escribo a V.E. con el objeto de informarle acerca del estado de salud de nuestro estimado Monseñor Mattera. Lo hago porque los médicos juzgan que aquí marcha rápidamente a una muerte no lejana, mientras que creen que se le prolongaría la vida restituyéndolo a su aire natal. Como lo dije a 72 73

ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 2. f. 29r. ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 279. s.f. ff. 42r-v.

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V.E. desde que estuvo tan grave de la otra enfermedad, la principal en él y que trajo, es del corazón. Esa ha hecho que no convalezca, que la vida que lleva causa lástima, pues no pudo levantarse antes de la una del día, y a las siete y a las cinco de la tarde tiene que volverse a la cama. Es muy grande su debilidad, tanto que no puede recibir ni el movimiento del coche, levantarse del asiento le cuesta mucho trabajo, y mucho le cansa el trabajo mental. Virtuoso como es y devotísimo de la Santa Sede, no cesa de ocuparse de lo que es de su deber. Lo que le hace más grave su mal, es por una parte, lo frio de esta temperatura, y por otra principalmente la grande altura sobre el nivel del mar, la que disminuyendo considerablemente la presión atmosférica, hace que trabaje mucho el corazón, y que por eso sean tan frecuentes y tan graves aquí las enfermedades de ese órgano74.

Uno de los factores que más debilitó a Monseñor Mattera fue la altura de la Capital, situada a 2.630 metros sobre el nivel del mar. El Delegado tenía problemas coronarios, y evidentemente esto aumentaba con su permanencia en Bogotá. Consciente de la situación, pero sin perder su responsabilidad, creyó que lo más conveniente era alejarse un tiempo a un clima más benévolo. Tal vez así podría tener una recuperación más rápida. Así que solicitó a la Santa Sede este permiso75. Finalmente por recomendación médica, Monseñor Mattera se dirigió a Cartagena. La altura de Bogotá le estaba causando muchos problemas, y una breve permanencia en una ciudad del Caribe le vendría bien, además, en Cartagena tenía constante información sobre lo que ocurría en la Capital. Procuró antes de viajar dejar todos los asuntos pendientes resueltos, ya que debería estar un tiempo considerable mientras su salud se estabilizaba. Sobre este viaje, y el hecho de abandonar la Delegación por un periodo lo comunicó a la Santa Sede, solicitando el respectivo permiso del Papa, respaldado por el consejo de los médicos76. Al final tomó la decisión de regresar a Roma, en donde falleció el 29 de noviembre 1891. 74

ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251 s.f. ff. 94r-95r. De la misma manera, se encontró una carta del sacerdote Giacomo Giella al Cardenal Lucido Maria Parocchi, Camarlengo del Sacro Colegio Cardenalicio, del 19 de agosto de 1888, en donde informa acerca del estado de salud de Luigi Mattera, en: ASV. Segre. Stato, 1889. rub. 251. fasc. unico. ff. 91r-v. 75 ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251 s.f. ff. 97r-98r, despacho de Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 29 de noviembre de 1888. 76 ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251 s.f. ff. 116r-v, despacho de Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 29 de abril de 1889.

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3. Antonio Sabatucci, 1890-1895 3.1. Aspectos biográficos Nació en Ascoli Piceno el 23 de marzo de 1835. Estudió en el Seminario de su ciudad natal y de allí pasó a Roma, a la Sapienza, en donde recibió los doctorados en Teología y Derecho Canónico. Ordenado sacerdote trabajó algún tiempo en la Sagrada Congregación del Concilio. Pasó luego a la SESS; fue auditor de la Delegación Apostólica en Paraguay y hacia 1881-1882 Auditor de la Internunciatura de Brasil. Fue nombrado Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia el 21 de septiembre de 189077. El 1 de octubre de 1890 fue nombrado Obispo titular de Tebas siendo consagrado el 26 del mismo mes en la Capilla del Colegio Pío Latinoamericano, por el Cardenal Mariano Rampolla, Secretario de Estado de León XIII, y asistieron Domingo Ferrata, Arzobispo de Tesalónica, y Antonio de Macedo Costa, Arzobispo de Bahía78. Llegó a Bogotá en febrero de 1891 y trajo como secretario a Enrico Sibilia. Presentó sus Credenciales ante el Presidente Carlos Holguín, el 28 de febrero. Estando en Bogotá fue nombrado Arzobispo titular de Antinoe, el 14 de marzo de 1892. Permaneció en esta ciudad hasta junio de 1895 y su partida quedó al mando de la Delegación Apostólica como Encargado de Negocios Enrico Sibilia. El 2 de marzo de 1900 fue nombrado Internuncio en Argentina, y el 24 de octubre Delegado Apostólico en Paraguay y Uruguay. Pio X lo nombró Auditor de la Reverenda Cámara Apostólica el 8 de noviembre de 1906, desempeñando tal oficio hasta que falleció en Roma el 31 de diciembre de 192079. 3.2. Instrucciones para Antonio Sabatucci La SESS preparó para el nuevo Representante Pontificio un documento denominado: «Instrucciones para Monseñor Antonio Sabatucci, Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario», en donde se hace una reseña histórica de las relaciones entre la Santa Sede y el

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G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche dal 1800 al 1956, 97. J.RESTREPO POSADA, «Galería de representantes», 218. 79 J. RESTREPO POSADA, «Galería de representantes». 219. 78

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Gobierno colombiano80. La primera parte es la misma que se le envió a Monseñor Agnozzi81. La segunda parte inicia a partir del año 188282, en ella se hace un recuento del proceso iniciado por el Gobierno colombiano con el fin de llevar a cabo el restablecimiento de las relaciones diplomáticas a través de un gesto de buena voluntad, en donde se pensó en nombrar a un Representante de la República con residencia en Roma ante la Santa Sede83. En respuesta de esto, la Santa Sede envió a un Delegado Apostólico84. Luego que se aprobó la Nueva Constitución Política de Colombia, en 1886, se abrieron las puertas para realizar, finalmente, un Concordato con la Santa Sede, que se concretó en 188785. En cuanto a las instrucciones propiamente dichas, se recomendó al Delegado Apostólico principalmente: procurar mantener buenas relaciones y unido al Episcopado; motivar a los Obispos para enviar a Roma al Colegio Pío Latinoamericano clérigos para que fuesen instruidos86; impulsar la creación de seminarios diocesanos; promover la llegada de Órdenes Religiosas con el propósito de incrementar la predicación entre los fieles y el desarrollo de las misiones a los salvajes; aprovechar el privilegio dado por la nueva Constitución de otorgarle a la Iglesia el manejo de la educación, estableciendo con el 80 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. ff. 2r-18r, minuta de la SESS a Antonio Sabatucci, 22 de octubre de 1890. 81 El documento aparece como: Appunti preliminari alle istruzioni che si daranno a Mgr. Agnozzi Delegato Apostolico. Hace un detallado recorrido por la situación de la Iglesia en Colombia desde 1849 hasta 1882, en: AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. ff. 43r-54r. 82 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. ff. 6r-18r. 83 El Gobierno colombiano, encabezado por el Presidente Rafael Núñez, nombró como Agente Confidencial ante la Santa Sede a don Eugenio Baena y Blonda, Liberal Radical. Las instrucciones que se dieron a don Eugenio Baena fueron las de que obtuviera de la Santa Sede el reconocimiento del hecho cumplido de la desamortización a cambio de lo cual el Estado derogaría la ley de inspección de cultos, y que ello se hiciera por medio de un canje o convenio. Luego el nuevo Gobierno del Presidente Designado José Eusebio Otálora, nombró el 6 de abril de 1883 para este cargo a don Joaquín Vélez. Cfr. G. Cavelier, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, 504-516. 84 La Santa Sede envió a Monseñor Giovanni Battista Agnozzi, como Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario, en: AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 7r. 85 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 7v. 86 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 10r.

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Episcopado propuestas para la instrucción de la juventud87; definir la situación de la Universidad Católica, fundada por Monseñor Agnozzi, ya que se encontraba con graves problemas administrativos y con serios cuestionamientos de orden moral88; continuar con el interés de evangelizar las zonas selváticas en donde habitaban tribus indígenas que aún no habían recibido el mensaje evangélico, y no descuidar aquellas que ya lo tenían89. El Gobierno había manifestado su total interés en ayudar al establecimiento de nuevas misiones, y de la creación tanto de Prefecturas como Vicariatos Apostólicos con sus respectivos prelados, ojalá con investidura Episcopal90. Finalmente, se le sugirió establecer acuerdos con el Gobierno para solucionar algunas cuestiones aún pendientes sobre los bienes eclesiásticos y sobre las rentas en general. 3.3. El caso de Enrico Sibilia Antonio Sabatuci dejó su cargo como Delegado Apostólico y a su partida quedó como encargado de Negocios Enrico Sibilia, quien se vio en dificultades con el Gobierno de la República. Fue acusado de intervenir en asuntos políticos, apoyando abiertamente la candidatura de Miguel Antonio Caro, quien se proponía ser reelegido. El Gobierno, y la sociedad en general, consideraron que el comportamiento del Representante de la Santa Sede ponía en riesgo las buenas relaciones, que hasta ese momento se desarrollaban entre las Autoridades Civiles y Eclesiásticas. De hecho, Enrico Sibilia había enviado un informe a la Santa Sede sobre estos asuntos políticos, anexando algunos artículos de periódico que trataban sobre el asunto en cuestión91. 87

AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 10v. AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 11v. 89 Aquí se hace referencia a la labor desempeñada por la Compañía de Jesús, que con su eficiente trabajo evangelizador logró grandes resultados pero que lastimosamente se perdieron en gran parte, como consecuencia de las políticas intransigentes de los gobiernos Liberales, quienes impidieron la permanencia de la Orden Religiosa en este territorio, y su posterior expulsión del país, en: AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. ff. 12r-v. 90 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 13r. 91 ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. ff. 16r-25r, despacho de Enrico Sibilia al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de mayo de 1897. Son ocho documentos adjuntos: el primero y segundo, son una manifestación pública de algunos sacerdotes que se oponían a la reelección de Caro y se adhierían a Reyes, en: ASV. Segre. Stato, 88

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Las acusaciones llegaron hasta la Santa Sede a través de una carta firmada por varios ciudadanos, en donde notificaron las circunstancias y las graves consecuencias que podría traer esta situación92. De inmediato la Santa Sede envió una nota al Monseñor Sibilia, en donde se le transmitió que por voluntad del Santo Padre, se abstuviera de intervenir en asuntos políticos93. Como estos hechos hicieron que la atmósfera se tornase bastante incómoda y estaba generando confusiones, la Santa Sede instó a Monseñor Sibilia pronunciar con claridad que el único deseo era el de la concordia entre los católicos, y que esta era la posición de la Santa

1898. rub. 251. fasc. unico. ff. 27r-28r. El tercer documento adjunto es una publicación del periódico El Progreso de una carta de Miguel Antonio Caro, Vicepresidente de la Republica, del 19 de marzo de 1897, al director de dicho periódico, Carlos Tanco, y publicada enteramente el 24 de marzo de 1897. La cuestión es, que según el Delegado Apostólico, el Señor Carlos Tanco, de acuerdo a la pública opinión, era masón y tesorero de esa secta, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 29r. El cuarto documento, es copia de un telegrama de tres sacerdotes de Socorro, con fecha del 5 de mayo de 1897, en protesta por las injurias contra el Señor Caro, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 30r. El quinto documento, es la copia del telegrama de respuesta de Miguel Antonio Caro, felicitando a los sacerdotes por su iniciativa, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 30r. El sexto documento, es una publicación del periódico Nacionalista del 14 de mayo de 1897, de una carta dirigida a Miguel Antonio Caro, por el sacerdote R.M. Carrasquilla, Ministro de Pública Instrucción, fechada el 10 de mayo de 1897, y que fue duramente criticada por los opositores de Caro, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f 31r. El séptimo documento, es un telegrama del 2 de mayo de 1897 enviado por Miguel Antonio Caro al Delegado Apostólico, recomendando a Monseñor Brioschi para Obispo de Cartagena, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 32r. El octavo documento es la respuesta del Delegado Apostólico a Miguel Antonio Caro, con un Despacho del 12 de mayo de 1897, en donde lo exaltaba como gran gobernante católico, y que sus palabras tendrían consideración por parte de la Santa Sede, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 33r. 92 ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. ff. 10r-14r, carta de Antonio María Silvestre, Gerardo Pulecio y Marniano Groot, 11 de junio de 1897. 93 ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 9r, minuta de la SESS a Enrico Sibilia, 26 de julio de 1897. Afirma el documento: Si è appreso con dispiacere che la Signoria Vostra Reverendissima siasi compromessa riguardo alla candidatura del nuovo Presidente. È volontà del Santo Padre che si astenga assolutamente dall’intervenire in tali questioni.

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Sede frente a las elecciones presidenciales, pues algunos diarios estaban afirmando que existía una abierta toma de partido94. 3.4. Informe sobre el estado de las Comunidades Religiosas Enrico Sibilia, Pro-Auditor de la Delegación Apostólica, elaboró un informe sobre las Comunidades Religiosas en Colombia. Hizo una exposición de los acontecimientos en los cuales se habían visto envueltas las diversas Órdenes en la historia de Colombia. Para tal fin, dividió en tres periodos el informe: un primer periodo bajo el dominio español; un segundo periodo, bajo el Gobierno Republicano, tanto durante la unión del Estado con la Iglesia como durante su separación; y un tercer periodo que corresponde desde el momento del restablecimiento de la relaciones con la Santa Sede. Según este informe, para la época de 1891 en Colombia hacían presencia las siguientes Comunidades Religiosas: Órdenes Mendicantes: Dominicos, Franciscanos, Menores Capuchinos, Agustinos Descalzos, Romitani de San Agustín. Clérigos Regulares: Compañía de Jesús, Clérigos Regulares de las Escuelas Pías. Congregaciones Eclesiásticas: Sacerdotes de la Misión, Eudistas, Sacerdotes del Santísimo Redentor, Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, Salesianos de don Bosco. Institutos Religiosos: Hermanos de las Escuelas Cristianas, Pequeños hermanos Maristas. Monjas: Religiosas de la Concepción, Carmelitas Descalzas, Monjas Dominicas, Religiosas Clarisas, Hijas de Nuestra Señora del Pilar de Enseñanza, Hermanas de la Presentación de Tours, Hijas de la caridad de San Vicente de Paul, Hermanas del Buen Pastor, Betlemitas, Terciarias de Santo Domingo95. 3.5. Traslado de Enrico Sibilia La tensión que se había formado por la explícita intervención de Monseñor Sibilia en asuntos políticos generó alarma en la Santa Sede. Por lo tanto, se consideró que lo más prudente era trasladar a su 94

ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 42r, minuta de la SESS a Enrico Sibilia, 8 de septiembre de 1897. 95 AA.EE.SS. Colombia, 1892. pos. 565. fasc. 59. ff. 18r-47v, informe de Enrico Sibilia para la SESS, 26 de diciembre de 1892.

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Representante, aunque la justificación oficial que se dio fue la de sus problemas de salud. Las relaciones hubiesen podido verse afectadas de manera grave de no haberse hecho este cambio. Los esfuerzos fueron grandes y mucho se había logrado, por tal razón no se podía poner en riesgo nada. En gran parte del Gobierno existía resistencia, y se escuchaban voces para que se hiciera un cambio de Delegado Apostólico. Fue tal la satisfacción de su traslado, que algunos líderes políticos y miembros del Gobierno enviaron una carta de agradecimiento a la Santa Sede por haber tomado en cuenta la posición de ellos y de transferir a Monseñor Sibilia96. No obstante, la comunicación oficial del Gobierno colombiano ante el traslado del Representante Pontificio tuvo toda la diplomacia que requería el asunto. El Gobierno le transmitió su gratitud a la Santa Sede por su representante y por sus servicios prestados, y lamentando sus problemas de salud que le obligaron a dejar su misión en Colombia97. 4. Antonio Vico, 1897-1903 4.1. Aspectos biográficos Nació en Agugliano (Ancona) el 9 de enero de 1847. Hizo sus estudios en el Colegio Capránica de Roma y en la Universidad Gregoriana obtuvo la laurea en tres facultades. En 1877 fue nombrado Secretario de la Nunciatura en Madrid; en 1880, Secretario en Constantinopla, luego Auditor en Madrid y Lisboa. Fue nombrado el 24 de noviembre de 1897 Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia. El 22 de diciembre de 1897 fue nombrado Arzobispo titular de Filipos98. Fue consagrado en la capilla 96

ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 53r, carta de Jorge Vela, Mariano Espina y Sixto Cruz al Cardenal Mariano Rampolla, 23 de enero de 1898, agradecen la decisión de haber trasladado al Delegado Apostólico, Enrico Sibilia, expresan que su conducta moral, civil y política no había sido buena. 97 ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. ff. 111r-112v, despacho de Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de agosto de 1895, firmada por Marco Fidel Suarez y Augusto Borda, encargado de Negocios ante la Santa Sede, en donde a raíz de la licencia concedida a Monseñor Sibilia, por causa de su salud, el Gobierno expresó su satisfacción por la forma en como ha manejado las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia, cumpliendo un papel importante. 98 G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche, 98.

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del Colegio Capranica, el 9 de enero de 1898, por el Cardenal Mariano Rampolla del Tíndaro, y como asistentes Cesare Sambuecetti, Arzobispo de Corinto y Antonio Sardi, Obispo de Anagni99. Llegó a Bogotá el 17 de mayo de ese año y presentó Credenciales el 26 siguiente. Vino como su secretario Alessandro Solari. Durante su labor en Colombia se vivió la llamada guerra de los mil días (17 de octubre de 1899 - 21 de noviembre de 1902), que produjo grandes estragos en todo el país y dificultó las actividades eclesiásticas en general. Sin embargo, la Iglesia ocupó un papel muy importante en el desenlace del conflicto, y motivó, incluso, al Gobierno a hacer un Voto por la paz con la construcción de una Basílica en honor del Sagrado Corazón de Jesús consagrando a Él toda la nación. El 18 de mayo de 1902 el Gobierno mediante un Decreto aceptó la propuesta. A pesar de esto, hubo algunos logros importantes, por ejemplo, la creación de la Diócesis de Manizales el 11 de abril de 1900, la supresión (20 de mayo de 1900) por León XIII de la Diócesis del Tolima que abarcaba la región conocida como Tolima Grande fundando las Diócesis de Garzón e Ibagué. Se erigieron otras dos provincias eclesiásticas, las de Cartagena y Popayán, sumándose a la de Bogotá ya existente. El 27 de diciembre de 1902 se firmó el Convenio sobre las misiones entre la Santa Sede y el Gobierno de Colombia, valedero por veinticinco años. A raíz de esto se creó la Prefectura Apostólica de la Intendencia Oriental el 23 de junio de 1903, y el 18 de enero siguiente la de los Llanos de San Martín. Se tuvo lugar la llegada de diferentes órdenes religiosas misioneras. Se concedió al Arzobispo de Bogotá el título honorífico de Primado de Colombia. El 4 de febrero de 1904100 fue trasladado a la Nunciatura de Bruselas y el 21 de octubre de 1907 a la de Madrid. Pío X lo creó Cardenal en el Consistorio del 27 de noviembre de 1911. Quedó algún tiempo de Nuncio en Madrid y el 2 de diciembre de 1912 en Roma se le asignó el título presbiteral de San Calixto. En el Consistorio del 6 de diciembre de 1915 optó por la sede suburbicaria de Porto y Santa Rufina. En 1915 Pro-Prefecto y luego en 1918 Prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos. Falleció en Roma el 25 de febrero de 1929.

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J. RESTREPO POSADA, «Galería de representantes», 219. G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche, 98.

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4.2. Instrucciones para Antonio Vico Luego de su designación como Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario ante el Gobierno de la República de Colombia, la Santa Sede preparó para Antonio Vico, como lo había hecho con sus predecesores, unas instrucciones precisas para lo que sería su misión como Representante Pontificio. Es un documento que describe la situación de la Iglesia en Colombia, y tal como a los Delegados anteriores, se hace un contexto histórico de las relaciones entre el Gobierno de Colombia y la Santa Sede. Tiene un índice con 10 títulos101. A saber: I. Negociaciones para la ejecución del artículo XXV del Concordato. II. Episcopado. III. Enseñanza. IV. Órdenes religiosas. V. Foro mixto. VI. Bienes Eclesiásticos. VII. Artículo LIV de la Constitución. VIII. Partidos Políticos. IX. Facultades y uso de estas. X. Advertencias. En la parte correspondiente al Episcopado se precisa: A pesar de las recientes desmembraciones y las consecuentes erecciones de nuevas sedes Episcopales, las actuales diócesis de Colombia tienen una extensión muy vasta. El Santo Padre ha visto siempre con buenos ojos y las ha seguido en el mejor modo posible, los esfuerzos loables del Gobierno colombiano en el interesarse sobre el aumento del número de Diócesis y de los vicariatos apostólicos. Sobre este propósito, Monseñor Vico, tendrá cuidado de estudiar sobre el lugar y las necesidades de la población, y se referirá a la Santa Sede. Estudiará así mismo y se esforzará por el mayor bien de los fieles y por el incremento de la fe, no sea el caso de dividir la actual Provincia Eclesiástica, tal vez muy extensa, en dos incluso más Provincias, erigiendo después en Arquidiócesis algunas de las actuales Diócesis. En todo esto, Monseñor Arzobispo de Filippi, no faltará de tener presente notificación al Gobierno y el parecer del episcopado. Este en general está compuesto de óptimos elementos de personas devotas íntimamente de la Santa Sede102.

Sobre la situación política del país la Santa Sede advirtió la tensión que se vivía dada la división en la que se encentraban los Partidos Políticos. En este documento se evidencia la preocupación por parte de la Iglesia ante la eventualidad de una guerra (como evidentemente se dio) que causaría graves daños para el bien común y de la religión. El

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AA.EE.SS. Colombia, 1898. pos. 639. fasc. 90. ff. 13r-39v. AA.EE.SS. Colombia, 1898. pos. 639. fasc. 90. ff. 18r-20v.

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nuevo Representante Pontificio llegó en un momento de altísima tensión política103. 4.3. Una situación política difícil En el primer capítulo, correspondiente al contexto histórico, resaltamos el problema de la guerra de los mil días, sus antecedentes, inicio, y consecuencias. Justamente, en este momento, a la llegada de Monseñor Vico, se estaba gestando tal conflicto bélico. Este marco es clave en la historia de Colombia, no obstante, al ser nuestro objeto de estudio la labor de los Delegados Apostólicos en la organización de la Iglesia, no nos detenemos a llevar el aspecto político a profundidad, ofrecemos una información básica con los elementos necesarios para poder movernos en el ambiente de aquel momento en particular, no obstante, proporcionamos la documentación emitida durante este periodo, esto para facilitar un eventual interés en ahondar el asunto de la guerra en la correspondencia del Delegado Apostólico. La tensión política era grande y el descontento con el Gobierno era difundido. El Representante Pontificio inició a prevenir a la Santa Sede de la posibilidad de una guerra civil, pero que aún existían los medios pacíficos para evitarla104. El tema de la guerra es muy complejo y la correspondencia enviada por el Delegado Apostólico es numerosa105. 103

AA.EE.SS. Colombia, 1898. pos. 639. fasc. 90. ff. 27r-v. ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 6r-9r, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de junio de 1898. Luego, el 12 de noviembre de 1898, de nuevo escribe al Cardenal Rampolla con un extenso despacho dando los pormenores de la situación política y social del país. El documento da detalles muy precisos sobre los movimientos de los protagonistas del conflicto, sobre sus respectivos encuentros y conjeturas. Básicamente lo que intenta exponer es que existía una discordia entre Partidos Políticos por el plan de Gobierno y una serie de intrigas tanto de unos como de otros, en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 32r-36v. 105 Sobre este asunto véase de igual modo, en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 39r-40v, un despacho del 25 de noviembre de 1898; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 41r-42r, un despacho del 12 de diciembre de 1898; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 43r-44v, despacho del 12 de diciembre de 1898; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 45r-47v, despacho del 21 de enero de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 52r-53v, despacho del 25 de marzo de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 57r-58v, despacho del 25 de julio de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 59r-v, despacho del 24 de julio de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 62r104

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Estuvo informando minuciosamente sobre la evolución de la situación. Se percibe su preocupación e impotencia al ver el descontrol de la guerra y la cantidad de injusticias y calamidades que se estaban dando106. Uno de los acontecimientos que más significado tuvo fue el del golpe de Estado contra el Gobierno Conservador, que llevó al poder a José Manuel Marroquín. Monseñor Vico narra cada detalle analizando las consecuencias políticas del asunto107. 4.4. Informe sobre loss tres primeros años de misión Prácticamente la guerra ocupó la gran parte de la documentación enviada por Monseñor Vico en sus primeros años de servicio en Colombia. Sobre otros asuntos no se emitieron correos, pues la guerra paralizó todo, eran pocas las actividades que se pudieron realizar. Por 63r, despacho del 1 de agosto de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 64r-65r, despacho del 12 de agosto de 1899. 106 Sobre la información enviada por el Delegado Apostólico a la Santa Sede acerca de la guerra civil en Colombia, se puede consultar en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 68r-69v, despacho del 10 de septiembre de 1899, la minuta de respuesta de la SESS con fecha del 4 de noviembre de 1899, en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. f. 70r; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 71r-73r, despacho del 24 de octubre de 1899, la minuta de respuesta de la SESS con fecha del 13 de diciembre de 1900, en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. f. 74r; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 76r-81r, despacho del 24 de noviembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 82r-84r, despacho del 9 de noviembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 86r-86v, despacho del 12 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 87r-89v, despacho del 22 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 95r-96r, despacho del 1 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 98r-104v, despacho del 12 de octubre de 1898; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 106r-109r, despacho del 4 de marzo de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 115r-116v, despacho del 22 de marzo de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 117r-119v, despacho del 28 de enero de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 125r-128r, despacho del 21 de abril de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 130r-131v, despacho del 18 de mayo de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 132r-135r, despacho del 7 de junio de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 143r-145v, despacho del 16 de julio de 1900. 107 Al respecto el Delegado Apostólico envió la siguiente documentación: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 154r-158v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 7 de agosto de 1900. ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 161r-164r, despacho del 3 de agosto de 1900 con un documento adjunto, la protesta de Marco Fidel Suarez hecha el 1 de agosto de 1900.

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lo tanto, durante este tiempo fue muy limitado el campo de acción del Delegado Apostólico. Sin embargo, se preparó un informe en donde expuso su labor durante los tres primeros años. Este documento está dividido en diez partes108. A modo de introducción inicia dando un informe político. Colombia había vivido durante este periodo una serie de conflictos armados que afectaron terriblemente a la nación. El Delegado expresó que la Masonería internacional había estado motivando para que se cambiasen los acuerdos hechos entre el Gobierno y la Iglesia109. Parte I: Sobre la Convención de 1888 sobre la ejecución del art. XXV del Concordato110. Parte II: Sobre el Episcopado, Seminarios y misiones. Resalta la creación de nuevas Diócesis (Manizales, Ibagué, Garzón), nuevas Provincias Eclesiásticas, quedando tres en el país (Bogotá, Cartagena y Popayán)111. Acerca del nombramiento de nuevos obispos, manifestó la disponibilidad, tanto del Gobierno como del Episcopado en acoger las sugerencias de la Santa Sede. Destacó que el Episcopado Colombiano estaba totalmente sujeto en obediencia a la Santa Sede112. Los Seminarios estaban habitados, había un buen numero en las diversas diócesis, pero sus resultados no eran óptimos, solo un 2 o 3% llegaba al sacerdocio. De las misiones113 recalcó el interés del Gobierno en realizar un Convenio para favorecerlas114. Parte III: La enseñanza. La guerra obligó a cerrar muchas de las escuelas e instituciones educativas. La Constitución de 1886 favoreció la enseñanza de la religión basada en los principios católicos. La Universidad Católica, fundada por Monseñor Agnozzi, fue cerrada en 1891115. Parte IV: Los Religiosos. El Concordato promocionó la presencia de religiosos en 108

AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 2r-15r, informe de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de noviembre de 1901. 109 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 2v-4r. 110 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. f. 4r. 111 Luego se agregará Medellín como Sede Metropolitana, a raíz de que el Gobierno manifestó su desacuerdo con la erección de las otras Provincias, y solicitó que fuese elevada Medellín por su importancia tanto económica como religiosa, esto para evitar algún tipo de división en momentos de alta tensión vividos en Colombia en aquel momento. 112 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 4v-7r. 113 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 7v-8r. 114 El Convenio se firmó el 27 de diciembre de 1902, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 34r-61r. 115 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 8r-10r.

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Colombia, quienes en su mayoría habían sido expulsados. En ese momento eran 15 las Órdenes Religiosas establecidas, con 65 casas, 12 parroquias116. Parte V: Foro Mixto: No había habido juicios contra clérigos ni ante el tribunal civil ni el eclesiástico117. Parte VI: Bienes Eclesiásticos. Siempre hubo dificultades con la restitución de algunos bienes por parte del Gobierno, tanto central como regional, esto según lo acordado en el artículo XXVIII del Concordato118. Parte VII: Artículo LIV de la Constitución. Sobre la imposibilidad de un clérigo ejercer cargos públicos. No había sido respetado totalmente119. Parte VIII: Partidos Políticos: sobre algunas intrigas entre Conservadores y Liberales, y la participación de los laicos y sacerdotes en política120. Partes IX y X: Sobre el conflicto con Italia y las Relaciones Diplomáticas121. La Santa Sede respondió agradeciendo la precisión de los temas tratado y le exhortó a continuar con su misión122. 4.5. Informe de Antonio Vico al final de su Misión Al final de su misión, Monseñor Vico preparó un informe sobre su gestión en Colombia. Tomó como base el informe anterior123, 116

AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 10r-11v. AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 11v-12r. 118 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 12r-v. 119 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 12v-13r. 120 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 13r-14r. 121 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 14r-v. Conocida como la «cuestión Cerruti». Se inició al finalizar la guerra civil de 1885, cuando Ernesto Cerruti, ciudadano italiano, demandó al Gobierno colombiano por la expropiación ilegal de todos sus bienes en el Estado Soberano del Cauca. La demanda fue entregada al arbitraje del Gobierno español, cuyo fallo no aceptó Colombia, por lo que en 1890 el Gobierno estadounidense ofreció mediar en el problema. Las medidas de las autoridades caucanas y la consiguiente reclamación de Cerruti por la indemnización fueron la causa de los veintiséis años de crisis diplomática entre Colombia e Italia. Al respecto el Delegado Apostólico Giovanni Battista Agnozzi había enviado un despacho al Cardenal Ludovico Jacobini, el 15 de octubre de 1885, en donde informó detalladamente sobre el asunto, y anexó un copia de un fascículo que le fue entregado a todas las Legaciones residentes en Bogotá, que contenía toda la documentación correspondiente a este caso, en: ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc. 1. ff. 276r-277r. 122 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 16r-v, minuta de la SESS a Antonio Vico, 22 de enero de 1902. 123 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 2r-15r. 117

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respetando el orden de los puntos tratados allí, por su parte, la Santa Sede lo usaría para dar las instrucciones al siguiente Delegado Apostólico124. Al leer este informe, se puede entender que ya se habían manifestado las consecuencias de la guerra civil. La gravísima inestabilidad social junto con la fuerte crisis económica, fueron causa de detrimento en la sociedad colombiana. El desarrollo de la guerra creó en la población fuertes sentimientos de rencor y se permitieron graves desórdenes morales y políticos. El Delegado Apostólico transmitió su pesar al ver al país en un momento de tanta penumbra que lo llevó prácticamente a la miseria. Y para aumentar aún la problemática, debió asumir la pérdida de Panamá, desde el punto de vista de soberanía, su mayor desgracia125. Parte II: Episcopado: sobre la erección de la Arquidiócesis de Medellín, la concesión del Título de Primada a Bogotá. El Episcopado colombiano estaba en 1903 organizado así: Provincia de Bogotá: Metropolitana y Primada de Colombia. Sufragáneas: Ibagué, Pamplona, Socorro, Tunja; Provincia de Cartagena: Metropolitana Cartagena. Sufragáneas: Panamá, Santa Marta; Provincia de Medellín: Metropolitana Medellín. Sufragáneas: Antioquia, Manizales; Provincia de Popayán: Metropolitana Popayán. Sufragáneas: Garzón, Pasto. El Representante Pontificio hizo notar el movimiento continuo en favor de la multiplicación de las Diócesis. Informa sobre el estado de algunas sedes vacantes y la labor de los Obispos en general. Dio un buen concepto del Episcopado, el cual describió como muy obediente a las recomendaciones de la Santa Sede126. Sobre las misiones resaltó el Convenio del 29 de diciembre de 1902. Parte III: La enseñanza: la guerra había provocado una crisis en la esfera educativa. Se preveía crear nuevos centros educativos. Debido a una creciente relación con América del Norte, las escuelas protestantes se habían ido multiplicando. El Delegado consideró importante retomar el proyecto de una Universidad Católica127. Parte IV: Religiosos: el criterio era que hacían mucho bien al país. Tenían diversos encargos. Se destacaban en especial: Capuchinos: la misión entre los indios salvajes; Agustinos Descalzos: Casas en Manizales, Pamplona; Rominitani de San Agustín: 124 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 17r-26r, informe de Antonio Vico al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de diciembre de 1903. 125 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 17r-19r. 126 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 19r-23r. 127 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 24r-v.

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dos colegios, Barranquilla y Ocaña; Jesuitas: Colegios en el Cauca, Boyacá; Redentoristas: se preparaban para abrir casa en Antioquia; Franciscanos: Casa en Antioquia. Hermanos de la Escuela Cristiana: Diversas escuelas en el país; La Corporación Franciscana: era la única a la se le hizo un llamado de atención, ante la poca preparación de sus miembros. Se sugirió organizarla mejor; Salesianos: educación128. 4.6. Partida de Antonio Vico Alessandro Solari informó sobre la partida Monseñor Vico, dada el 17 de diciembre de 1903. Según comunicó a la SESS, muchas personas fueron a despedirlo en su partida, representantes del Gobierno, de la Iglesia y todo el Cuerpo Diplomático presente en Bogotá. Alessandro Solari recibió el nombramiento de Encargado de Asuntos, quien notificó que había sido presentado por el mismo Delegado Apostólico antes de su partida, al Ministro de Relaciones Exteriores. Alessandro Solari agradeció por su nombramiento, aclarando que ya se había puesto a disposición del Gobierno. Solicitó a la Santa Sede que le proporcionase las instrucciones y consejos necesarios para llevar a cabo eficientemente su misión129. No existe más documentación sobre este particular, ya que tuvo una gestión principalmente administrativa y de custiodia mientras era elegido el nuevo Delegado Apostólico. 5. Francisco Ragonesi, 1904-1912 5.1. Aspectos biográficos Nació en Bagnaia, Viterbo, el 21 de diciembre de 1850. Trabajó en su diócesis y llegó a ser Vicario General. Pasó a Roma y en San Apolinar obtuvo laureas en Teología y Derecho. El 7 de septiembre fue nombrado Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia130, el 14 de septiembre de 1904 fue nombrado Obispo titular de Mira. Fue consagrado en la Capilla del Colegio Pío Latinoamericano por el Cardenal Rafael Merry del Val, Secretario de Estado de Pio X, y fueron asistentes Antonio María 128

AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 25r-26r. ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 255. fasc. unico, despacho de Alessandro Solari al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de diciembre de 1903. 130 G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche, 98. 129

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Graselli O.F.M., Obispo de Viterbo y Domingo Rinaldi, Obispo de Montefiasconi. Llegó a Bogotá en noviembre de 1904 y presentó Credenciales el 19 de ese mes al General Reyes. Trajo como secretario a Filippo Cortesi. En su tiempo se hizo a la Delegación Apostólica la entrega por parte del Gobierno de una casa para residencia de los Delegados. Dicha casa quedaba en la calle 12 con la carrera cuarta, fue habitada por los Representantes Pontificios hasta el 9 de abril de 1948131. Se reunió la primera Conferencia Episcopal (1908). Viajó a los más extremos lugares de la República. Durante su permanencia en Colombia fueron creadas la Prefectura Apostólica del Putumayo confiada a los padres Capuchinos Catalanes con residencia en Mocoa el 20 de diciembre de 1904; el Vicariato Apostólico de la Goagira, confiado a los Capuchinos de la Provincia de Valencia el 17 de diciembre de 1905; la Prefectura Apostólica del Chocó confiada a los Misioneros Claretianos el 28 de abril de 1908 y la creación de los Vicariatos de San Martín (fundiendo en una sola jurisdicción las dos Prefecturas), el 16 de marzo de 1906 bajo el cuidado de los Monfortianos132. En 1911 Colombia tuvo un conflicto con Perú conocido como «el ataque a la Pedrera», un conjunto de escaramuzas fronterizas presentadas por la posesión territorial de una amplísima zona de la selva del Amazonas Debido a esto, se vio la necesidad de aumentar la evangelización de estas regiones fronterizas y se creó la llamada Junta Arquidiocesana Nacional de Misiones. Fue nombrado Nuncio Apostólico en España el 9 de febrero de 1913. El 7 de marzo de 1921 Benedicto XV lo elevó a Cardenal. Cuando llegó a Roma se le asignó el título presbiteral de San Marcelo. Fue Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica en 1926.

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Esa fue la residencia de los Delegados y posteriormente de los Nuncios Apostólicos. Fue destruida el 9 de abril de 1948, en el llamado «Bogotazo», cuando los revoltosos incendiaron los principales edificios de Bogotá llevados por la euforia tras el asesinato del caudillo Jorge Eliecer Gaitán. En este acto se perdieron muchos de los archivos, entre ellos el de la Nunciatura Apostólica. Por eso los únicos documentos que existen sobre los acontecimientos anteriores a 1948 referentes a los Representantes Pontificios en Colombia, solo se hallan en el Archivo Secreto Vaticano, pero se están aún sin organizar. 132 J. RESTREPO POSADA, «Galería de representantes». 222.

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Murió en Poggio a Caiano (Pistoia) el 14 de septiembre de 1931. En el hospital San José de Bogotá existe el «pabellón Ragonesi». 5.2. Instrucciones para Francesco Ragonesi La base de este documento fue el informe dejado por Antonio Vico133. La Secretaría de la Santa Sede preparó estas instrucciones para Francesco Ragonesi, Arzobispo titular de Mira, Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario ante el Gobierno de Colombia, para que pudiese continuar con la misión diplomática y, ante todo, con la organización de la Iglesia en Colombia. Estas instrucciones retoman los acontecimientos ocurridos en el país a partir de 1885134. De manera especial se le recomendó que tuviese mucha atención en los siguientes asuntos: Sobre el artículo XXV del Concordato, que trataba sobre el compromiso del Gobierno de fijar a perpetuidad una suma de $100.000, que progresivamente se irían aumentando de acuerdo al desarrollo del Tesoro Nacional135. En lo referente al Episcopado y las misiones se le insinuó organizar todas las jurisdicciones y provincias eclesiásticas. Para la elección de los nuevos Obispos, a norma del artículo XV del Concordato, estaba reservado a la Santa Sede el derecho de nombrar a las Sedes vacantes, pero para favorecer las buenas relaciones con el Estado, se había consentido que al nombramiento de los nuevos obispos fuese precedido el beneplácito del Presidente de la Republica136. En aquel momento la sede de Tunja se encontraba vacante, por lo tanto se le pidió solucionar rápidamente esta cuestión. 5.3. Nuevo Decano del Cuerpo Diplomático El Delegado Apostólico informó que fue invitado para asumir como Decano del Cuerpo Diplomático en Colombia137. La Santa Sede 133 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 2r-15r, informe de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de noviembre de 1901. 134 El documento titula: «Instrucciones para Monseñor Francesco Ragonesi, Arzobispo titular de Mira, Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario ante el Gobierno de Colombia», en: AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 712. fasc. 117. ff. 41r69v. 135 AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 712. fasc. 117. ff. 45r-v. 136 AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 712. fasc. 117. ff. 47v-54v. 137 ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff. 27r-v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de diciembre de 1904.

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respondió considerando este anuncio como un hecho muy significativo en los avances con las buenas relaciones, creó un nuevo precedente superando los lamentables acontecimientos del pasado138. 5.4. Informe sobre el estado de Colombia Tras la última, y más sangrienta guerra civil, el país quedó fraccionado políticamente, así como muy debilitado en todos los aspectos. El panorama no presagiaba un progreso inmediato, y la única institución que transmitía algún mensaje de esperanza era la Iglesia, quien se vio directamente involucrada en la solución del conflicto al ejercer como mediadora en la búsqueda de la paz definitiva. Aunque Francesco Ragonesi asumió como Delegado Apostólico cuando ya la guerra se había superado, tuvo que ser testigo de las consecuencias nefastas que se dieron, principalmente fue la población de las clases sociales más bajas quienes debieron sufrir más, fueron ellos quienes combatieron, fueron ellos los que pusieron los muertos, por lo tanto, el número de familias incompletas, de viudas y huérfanos se convirtió en un grave problema social que el Gobierno no estaba en condiciones de asumir, o al menos de forma total. Fue justamente la Iglesia que como institución inició a través de sus obras a brindar ayuda en la medida de sus posibilidades. En este orden de acontecimientos que conforman el contexto en el cual ha debido moverse el Delegado Apostólico, elaboró un documento en donde puso en conocimiento a la Santa Sede acerca del estado de Colombia, principalmente en el orden político139. Este informe está estructurado de la siguiente manera: I. Política interna: el Delegado explicó cómo estaban representados los Partidos Políticos y su papel en la sociedad colombiana140. II. Política externa: el Delegado trata sobre el asunto de la separación de Panamá que provocó una grave crisis diplomática con los Estados Unidos debido a su directa intervención en apoyo de los panameños con el interés de la construcción del Canal interoceánico. El gobierno colombiano inició buscar acuerdo con los 138

ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. f. 29r, minuta de la SESS al Cardenal Francesco Ragonesi, 8 de febrero de 1905. 139 ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff. 42r-55r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 21 de enero de 1905. La minuta de respuesta de la SESS, 11 de marzo de 1905, en: ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff. 56r-v. 140 ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff. 42r-43r.

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Estados Unidos141. III. Acción del Delegado: es esta parte del documento Francesco Ragonesi destacó que había iniciado de propia iniciativa el acercamiento entre los diferentes líderes políticos para mantener la paz y la concordia, que se había fraguado luego de la penosa guerra. Para apoyarse en esto, envió una Circular al Episcopado en donde exhortó para que todos cooperaran juntamente con la autoridad civil para encontrar la pacificación de los ánimos142. Posteriormente elaboró otro informe sobre la situación política en Colombia. Comunicó que el 15 de marzo de 1905 se reunió la Convención bajo el nombre de Asamblea Nacional. Dio algunos detalles sobre la convocación de ésta, sobre los proyectos que se pondrían en consideración y sobre los probables resultados. Hizo énfasis sobre las prácticas hechas por él para restablecer la concordia entre los Conservadores, que no consideró como una intromisión en materia política, sino una obra evidentemente conciliadora143. 5.5. Instrucciones sobre el Liberalismo Monseñor Francesco Ragonesi envió las instrucciones hechas por el Arzobispo de Bogotá, sobre la forma en que el clero debía tratar el asunto del Liberalismo desde el púlpito144. Estas instrucciones estaban desarrolladas en tres grandes partes, de esta manera: 1. El desarrollo histórico de la lucha de los católicos contra el Liberalismo en Colombia145. 2. La actual forma de combatirlo: en este punto el Delegado Apostólico puso de manifiesto la opinión del Arzobispo de Bogotá, quien afirmaba que partiendo del principio de la Iglesia en condenar al Liberalismo, se debía contrarrestar un sistema de doctrinas erróneas y 141

ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff.45v-46r. ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff. 47r-48r. 143 AA.EE.SS. Colombia, 1905. pos. 719. fasc. 121. ff. 8r-15v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de marzo de 1905. 144 AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 731. fasc. 123. ff. 9r-26r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 12 de enero de 1906, en donde se enviaron las instrucciones hechas por al Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo remitidas al Delegado Apostólico el 3 de julio de 1905. 145 AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 731. fasc. 123. ff. 9r-10v, es un recorrido histórico desde 1822, poniendo de relieve el papel de los obispos en defensa de la Iglesia contra las doctrinas Liberales. 142

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no partidos meramente políticos, distinguía en estos varias clases, que redujo a tres: Doctrinarios o Radicales, Moderados y de simple nombre. Otros obispos, como el de Garzón, consideraron que todos los Liberales eran anticlericales. Los Obispos tenían posiciones diversas para combatir el Liberalismo, unos de una forma serena y sin ataques directos, otros en cambio, deseaban mayor actitud y un discurso explícitamente antiliberal146. 3. El medio para establecer la concordia sobre una regla uniforme147. Se propuso la celebración de un Concilio Nacional como el medio más oportuno, en él se deberían tratar otras cuestiones que afligen a la Republica. La Santa Sede le respondió al Delegado que no se consideraba oportuno por el momento un Concilio Nacional, se aprobó una simple reunión del Episcopado bajo su presidencia148. 5.6. Visita del Delegado Apostólico al norte y sur del país Francesco Ragonesi informó sobre su visita al norte de Colombia. En el informe se encuentran breves menciones de las Diócesis de Tunja y Socorro y, de forma más detallada, sobre la de Nueva Pamplona. Comentó que en la ciudad de Cúcuta encontró malestar por el cierre del puerto Villamizar por orden del Gobierno Venezolano. Ante esta situación destacó que se realizaron algunos acercamientos para entablar las respectivas prácticas entre las dos Repúblicas para hacer las relaciones más cordiales149. Tan pronto finalizó su visita por el norte del país informó a la SESS que había sido invitado por los Padres Lazaristas a la ciudad de Buga para consagrar una iglesia, de esta manera buscaría la forma de acercarse a las Diócesis de Ibagué, Manizales y Popayán150.

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AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 731. fasc. 123. ff. 10v-11v. A través de un Concilio Nacional. 148 AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 731. fasc. 123. f. 28r, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 24 de julio de 1907. 149 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 745. fasc. 124. ff. 76r-79v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 21 de marzo de 1907. 150 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 745. fasc. 124. f. 22r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 2 de julio de 1907. 147

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Al finalizar este recorrido, regresó el 16 de octubre de 1907. Estuvo por casi tres meses visitando el sur del país, en donde pudo tener encuentros con 47 centros de población151. La primera Diócesis que visitó acompañado del Arzobispo de Popayán, fue la de Ibagué, que solo tenía cinco años de creada. El joven Obispo, Ismael Perdomo, había hecho una gran labor. Se lamentó por la escasez de clero lo que obligaba a que algunas poblaciones no tuviesen párroco. El Obispo llamó a los Padres Lazaristas para que asumieran el Seminario, tal como lo hacían en las Diócesis de Tunja y Popayán152. Luego visitó la Arquidiócesis de Popayán con el principal objetivo de consagrar el templo de Buga que los Redentoristas habían construido con gran magnificencia. Fue consagrado el 2 de agosto de 1907 en la fiesta de San Alfonso María de Ligorio. Seguidamente, el 9 de agosto se dirigió a la ciudad Cali, la más poblada de la Arquidiócesis, allí se celebró un Te deum con la presencia del clero y la autoridad civil, con motivo del aniversario de coronación de Pío X153. De ahí visitó Popayán capital de la Arquidiócesis. Se solucionaron algunas cuestiones sobre el clero y los Liberales publicados en algunos periódicos locales. El Delegado resaltó la labor del Arzobispo por la manera en como administraba diligentemente la Arquidiócesis, y resaltó que el clero era joven y estaba bien formado por los Lazaristas154. De regreso a Bogotá visitó gran parte de la Diócesis de Manizales, que había sido creada recientemente, en donde encontró una población muy devota. Tuvo encuentros con todas las escuelas y ayudó a la fundación de la sociedad de la juventud católica.155 Este recorrido ayudó mucho al Delegado Apostólico para conocer la realidad del país y de la acción concreta de la Iglesia, pues anteriormente solo le había sido posible a través de los informes que le llegaban a través de los documentos emitidos por los Obispos.

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ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. ff. 5r-8r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 26 de octubre de 1907. 152 ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. ff. 5v-6r. 153 ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. f. 6r. 154 ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. f. 7r. 155 ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. ff. 7v-8r.

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5.7. Informe sobre los primeros cuatro años de misión Este informe correspondía a los cuatro años y ocho meses que habían transcurrido desde su llegada a Colombia en noviembre de 1904 como Delegado Apostólico156. El documento conserva en parte la estructura de los anteriores informes enviados por los otros Delegados, y respeta el orden temático de las instrucciones de la Santa Sede. El informe está estructurado de la siguiente manera: Observaciones generales: es una contextualización sobre los aspectos políticos y sociales ocurridos durante este tiempo. Se resalta que las consecuencias de la guerra y la pérdida de Panamá fueron nefastas para la economía del país, la autoridad civil había perdido credibilidad entre la población157. Parte I: Artículo XXV del Concordato: el monto inicial de $100.000 que el Gobierno debía pagar a perpetuidad a la Iglesia, se había ido progresivamente aumentando158. Parte II: Episcopado: el Delegado Apostólico recomendó aumentar el número de Diócesis. El Episcopado cumplía con observancia las normas canónicas y las indicaciones planteadas en el Concilio Plenario Latinoamericano. Sobre el clero, Monseñor Ragonesi afirmó que era obediente a sus Ordinarios, y los seminarios habían mejorado notablemente en su calidad de formación, algunos de estos eran dirigidos por religiosos, otros por el mismo clero diocesano159. En este punto también habló sobre las misiones en donde destaca el Convenio del 27 de diciembre de 1902, que sin duda era un gran apoyo para el fomento de la evangelización de los indígenas y su protección ante los constantes abusos a los eran expuestos por parte de los colonos. Parte III: Enseñanza: en este campo, el Delegado lamentó el poco avance que había tenido la educación en Colombia. Eran evidentes los grandes vacíos debido a que no existían las condiciones adecuadas, tampoco las instituciones suficientes, un gran porcentaje de la población no tenía acceso a la educación ya que se carecía de las estructuras y de los medios suficientes. Cabe destacar que la Iglesia era

156 AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 13r-44v, informe de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 1 de junio de 1909. 157 AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 13r-17v. 158 AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 17v.18r. 159 AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 18r-26v.

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la Institución que más hacia por procurar las posibilidades para disminuir este problema160. Parte IV: Órdenes Religiosas: habían hecho una gran labor, en todos los campos: misionero, educativo, parroquial. Gradualmente aumentaban su presencia y sus residencias. Gozaban de la admiración y de la estima de la población. En ese momento tenían presencia las siguientes casas: Dominicos, en Chiquinquirá, Tunja y Bogotá; Franciscanos, Cali, Medellín, Ubaté y Bogotá; Rominitani de San Agustín, Bogotá; Agustinos Descalzos, Cartagena, Bogotá: Capuchinos, Barranquilla y Pasto. Otras comunidades prestaban servicios en parroquias, y las anteriormente mencionadas que se encargaban de las misiones tanto en Vicariatos como Prefecturas Apostólicas. De modo análogo la presencia de Salesianos de don Bosco, Compañía de Jesús, y diversas Ordenes Femeninas161. Parte V: Foro Mixto: sobre algunos casos particulares de orden jurídico y canónico, principalmente de párrocos.162 Parte VI: Bienes Eclesiásticos: Según lo previsto en el artículo XXIX del Concordato, hasta ese momento ninguno de los bienes desamortizados habían sido presentados ante la Delegación para consultar sobre las obligaciones de conciencia ante la Iglesia. Tampoco había tenido efecto el artículo XXVIII por el cual el Gobierno se obligaba a restituir a los entes Eclesiásticos los bienes de los cuales se había apoderado y que no estaban destinados para uso público163. Parte VII: Artículo LIV de la Constitución. Parte VIII: Partidos Políticos: sobre la posición de la Iglesia en algunos momentos, principalmente en lo referente a los Liberales. En este apartado se hace una reseña sobre las relaciones del Delegado con el Presidente de la Republica. Una relación tranquila, amable, y con todos los elementos de uso Diplomático164. Francesco Ragonesi tuvo a su favor el largo periodo de misión, ya que pudo desarrollar un programa y ejecutar varios proyectos. Fue evidente su preocupación y se valoró mucho su interés por conocer personalmente las comunidades y el gran esfuerzo por desplazarse por 160

AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 28r-32v. AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 33r.-37r. 162 AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 37r-38r. 163 AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 38r-v. 164 AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 42v-44v. 161

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varias zonas del país que jamás habían tenido la presencia de un Representante Pontificio. 6. Carlo Montagnini, 1913 6.1. Aspectos biográficos Nació en Casale Monferrato el 2 de junio de 1863. Desempeñó diversos cargos tales como Secretario de la Nunciatura de AustriaHungría y la de Francia. Rotas las relaciones entre la Santa Sede y Francia, se quedó en París como canciller de la Nunciatura y custodio de los archivos. Recibió orden del Gobierno Francés para salir de Francia y estuvo sometido al más completo aislamiento. Los papeles y documentos que formaban el Archivo de la Nunciatura fueron incautados por el Gobierno, y custodiado por un alguacil, fue conducido a la oficina de seguridad. La Santa Sede lo nombró Protonotario Apostólico el 4 de mayo de 1907. Desempeñó un puesto en la India y fue Canónigo de San Juan de Letrán. El 10 de febrero de 1913 fue nombrado Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia165. Presentó sus Credenciales el 22 de abril de 1913, fue nombrado Arzobispo titular de Larisa, recibió la consagración Episcopal en la Catedral de Bogotá, el 23 de junio.166. Acometido por una aguda y grave enfermedad se vio obligado a emprender viaje a Europa el 15 de agosto. Falleció en Berlín el 24 de octubre de 1913. 6.2. Instrucciones para Carlo Montagnini Ya se había hecho un gran recorrido en las buenas relaciones con el Gobierno colombiano, la presencia y la acción de los Delegados Apostólicos fue determinante para conseguir este propósito, de igual modo, se logró que la Iglesia asumiera un papel fundamental en la sociedad. Estos avances hicieron que la Santa Sede elaborara con mucha atención las instrucciones para el nuevo Representante Pontificio que venía reemplazar a Francesco Ragonesi, quien durante su largo periodo logró la consecución de grandes cosas y principalmente su buena gestión en la organización eclesiástica fue 165 166

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notable. Con base en esto, la SESS entregó a Carlo Montagnini un documento con las instrucciones respectivas para lo que sería su misión en Colombia167. En la primera parte de las instrucciones se presentó un amplio contexto de los principales acontecimientos ocurridos en el país durante los últimos años, y como había sido la constante en los informes anteriores, la situación política ocupó gran parte del contenido. En la segunda parte se trató específicamente de los asuntos eclesiásticos, dando una descripción de la Iglesia colombiana, el Episcopado y las jurisdicciones. Sin embargo, las misiones tuvieron una mención especial ya que, aunque se habían hecho notables avances, todavía el trabajo era grande, de esta forma la Santa Sede recomendó al Delegado Apostólico: I. Que los Superiores de Ordenes y de Institutos Religiosos atiendan con verdadero celo la formación de sus miembros, deben ser muy cautos en la admisión de los candidatos, para que las casas estén bien formadas, y se observen todas las prescripciones de la Santa Sede para la educación de los jóvenes novicios en la vía del espíritu y de la profesión religiosa. II. Que en las familias religiosas los estudios cumplan los recientes prescritos de la Santa Sede, y si hubiese alguna inobservancia, el Delegado Apostólico debe informar a la Sagrada Congregación de los Religiosos. III. Que las comunidades, en cuanto sea posible, sean numerosas y compuestas no solo de elementos indígenas, sino también europeo. IV. Que los religiosos procuren de no inmiscuirse en cuestiones meramente políticas, sino que se mantengan al margen de estas, y si en cualquier caso el bien de la religión y de las almas exigiese su intervención, no lo hagan sin la dirección de la Autoridad eclesiástica, sin mostrar pasión, con sabiduría y calma, como su dignidad de sacerdotes requiere. V. Que el acuerdo y la armonía reine entre el clero secular y regular, teniendo entre ellos el mismo objetivo, la salvación de las almas, porque las distancias entre ellos causan gravísimo daño a la causa común, y ofrecen al enemigo un medio muy eficaz para dañar los superiores interesen de nuestra Santa Religión. VI. El Delegado Apostólico en el conceder la secularización, especialmente perpetuas, sea muy cauteloso, y se atenga en todo a las instrucciones de la Secretaria de Estado168.

167 AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 779. fasc. 139. ff. 53r-73r, minuta de la SESS a Carlo Montagnini, abril de 1913. 168 AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 779. fasc. 139. ff. 72r-73r.

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6.3. Sobre algunos casos eclesiásticos particulares La Sagrada Congregación Consistorial (SCC) preparó un documento con instrucciones precisas para Carlo Montagnini, en donde se le solicitó que elaborara informes sobre la gestión realizada por el Episcopado colombiano, debido a que se tenían noticias de la falta de celo pastoral por parte de algunos, y el descuido en las visitas pastorales por parte de todos169. Esto, según anota el documento, estaba causando daños para la salud de las almas, la disciplina eclesiástica y el futuro de la Iglesia170. Similar a lo anterior, se le solicitó iniciar las prácticas para la erección de la diócesis de Barranquilla, perteneciente a la Arquidiócesis de Cartagena, debido a la importancia de la ciudad. En lo concerniente a los seminarios se hace alusión al caso de los padres Eudistas, quienes habían estado dirigiendo los de la Diócesis de Antioquia, Nueva Pamplona y el de la Arquidiócesis de Cartagena desde 1883, pero que por causa de la deficiencia de estos religiosos y la escasez del número de clérigos surgieron malestares e inconformismos por parte de los Obispos, de hecho, para Cartagena se sugirió crear un seminario regional171. Hay una mención especial sobre la situación de la Arquidiócesis de Cartagena, que para 1911 estaba pasando por graves problemas. Primero, sufría de una escasez de clero, esto unido a la crisis vocacional y la mala administración del seminario como se explicó anteriormente. Segundo, el territorio de la jurisdicción era extenso y, aparte de Cartagena y Barranquilla, que eran ciudades, la mayor parte de la Arquidiócesis estaba conformada por pequeños caseríos, con presencia de tribus indígenas en las zonas alejadas que estaban prácticamente abandonadas. La crisis era tal, que algunos sacerdotes debían atender hasta cinco poblaciones que solo podían visitar una o dos veces año. El Arzobispo había hecho la petición para la presencia de algunos religiosos que ya prestaban sus servicios y se iniciaron a organizar misiones172.

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ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 72r-75v. El documento fue preparado el 24 de mayo de 1913 y enviado por la SESS al Delegado Apostólico el 29 de mayo de 1913. 170 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 73r. 171 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 73v-74r. 172 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 74r-v.

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Otras Diócesis, a su vez, presentaban algunos problemas y se le recomendó al Delegado buscar pronta solución, a saber: Garzón, surgieron algunos conflictos a raíz de unas deudas adquiridas por la compra de unos objetos religiosos; Medellín, existían malos entendidos por el comportamiento de algunos sacerdotes que se inmiscuyeron en política causando divisiones y otras acciones catalogadas como peligrosas; Panamá, con la construcción del Canal hubo un cambio radical en la sociedad de aquella zona, pues la población aumentó y surgieron nuevas poblaciones que se edificaron en torno, comunidades que estaban abandonadas y debían ser atendidas espiritualmente. 6.4. Informe sobre el Gobierno y el Episcopado Carlo Montagnini, nuevo Delegado Apostólico, tan pronto llegó a Bogotá informó sobre la situación política y sobre las elecciones departamentales. Expresó su satisfacción por la forma en que fue recibido, de manera cordial, por el Presidente de la Republica, quien se manifestó católico practicante, sin embargo, había en el país una presencia de grupos masónicos, que si bien, no eran numerosos, tenían bastante influencia en el ámbito político. Envió copia de una nota que los Obispos, reunidos en Conferencia habían dirigido al Presidente de la Republica, y las Reglas para el clero formuladas por los mismos Obispos173. Con otros despachos informó sobre los reclamos del Presidente por la injerencia del clero en las últimas elecciones. Respecto a este tema, la Conferencia dio algunas recomendaciones al Clero sobre la presencia de Liberales en la Iglesia. Las más importantes fueron: En el Confesionario: Se deben hacer preguntas con tino y prudencia, ante la duda de si es Liberal o no. Si profesa algunos de los errores condenados por la Iglesia por ignorancia, se le debe orientar, si lo hace con pleno conocimiento y obstinación, se le debe negar la absolución. Si no profesa ningún error entonces inducirlo a que no se proclame Liberal. Con otros sacramentos: no se deben rechazar como padrinos, ni negarles el matrimonio. No se les debe excluir de las ceremonias eclesiásticas.

173 AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 778. fasc. 138. ff. 31r-42r, despacho de Carlo Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 4 de febrero de 1913.

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Intervención del clero en política: absténgase prudentemente de tocar temas políticos y civiles. Prohibido llevar estos temas en la predicación. De ninguna manera se deben formar comités de carácter político174.

Esta situación vendría luego analizada por la Santa Sede en la Sesión 1183, del 11 de enero de 1914, en donde luego de examinar una larga documentación presentada sobre algunos casos particulares, se corroboraron las instrucciones dadas por el Episcopado175. 6.5. Primer Congreso Eucarístico El 15 de agosto de 1913 el Delegado Apostólico, Carlo Montagnini, debió abandonar el país por graves problemas de salud, de hecho murió en Berlín el 24 de octubre siguiente. Como encargado de la Delegación permaneció Filippo Cortesi, quien debió acompañar la Celebración del Primer Congreso Eucarístico Nacional, que se llevó a cabo del 8 al 14 de septiembre de 1913 en Bogotá, con la participación numerosa de fieles de diversas partes del país. Fue un gran acontecimiento que centró la atención de todos, que incluyó, la prensa, las instituciones educativas, privadas y públicas, los diferentes grupos y asociaciones tanto eclesiásticas como civiles, y de manera muy activa el Gobierno se hizo presente176. Como Encargado de la Delegación Apostólica, Filippo Cortesi, dio a conocer a la SESS sobre todo el proceso y celebración del Congreso177. La idea nació por la iniciativa de un grupo de jóvenes católicos, quienes en octubre del año anterior (1912) lanzaron la propuesta a la Conferencia Episcopal, en donde fue acogida gratamente. El Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, con carta a Pio X, anunció la próxima celebración del Congreso, y suplicó para esta ocasión algunas

174 AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 778. fasc. 138. f. 42r, es un folleto titulado «Reglas para el clero» incluido en el despacho de Carlo Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 4 de febrero de 1913. 175 AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1914, n. 1183, stampa 1023, s.n.f. 176 El Gobierno emitió una ley por el Congreso de la Republica nombrada como: ley 1 de 1913 (agosto 6), por la cual se rinde Homenaje a Jesucristo Redentor en el augusto misterio de la Eucaristía, en: ASV. Segre. Stato, 1915. rub. 12 . fasc. 3. f. 29r. 177 ASV. Segre. Stato, 1915. rub.12 . fasc. 3. ff. 3r-26r, despacho de Filippo Cortesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 21 de septiembre de 1913. Envió un completo y detallado informe que dividió por títulos de la siguiente forma: Labores preparatorias, el concurso de los fieles, la Celebración y la Procesión final.

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facultades e indulgencias178. El Papa respondió al Arzobispo concediéndole las gracias y la facultad de impartir al pueblo la solemne Bendición papal el último día del Congreso179. A partir de ese momento se organizó un Comité Nacional constituido en Bogotá, de igual manera, se conformaron comités diocesanos y parroquiales. Cada grupo estaba integrado por laicos bajo la dirección de algún sacerdote. Todo se coordinó procurando uniformidad de criterios y la integración de todos los participantes, la idea era crear un precedente en la sociedad y fomentar la devoción hacia el Sacramento Eucarístico. Participaron en el Congreso: el Arzobispo de Medellín, Manuel José de Caicedo; los Obispos de Garzón, Esteban Rojas; Socorro, Francisco Cristóbal Toro; Tunja, Eduardo Maldonado Calvo; Manizales, Gregorio Nacianceno Hoyos; Ibagué, Ismael Perdomo; el Vicario Apostólico de los Llanos de San Martin, José María Guiot, y más de 400 sacerdotes180. Durante los ocho días del Congreso en todas las Iglesias de la ciudad estuvo expuesto el Santísimo para las cuarenta horas, se celebraron Pontificales y Misas Solemnes, se predicó la Palabra de Dios a los fieles, se calculó unas 15.000 comuniones diarias. Más de 4.000 niños recibieron la primera comunión en la Catedral en la mañana del día 10 de manos del Arzobispo de Bogotá. Las fiestas religiosas culminaron el domingo con dos actos finales: el Pontifical celebrado en la Iglesia Catedral por el Arzobispo y por Centenario Constantiniano; seguida por una docta y elocuente oración del Canónico R. M. Carrasquilla y concluida con la lectura de la Carta del Santo Padre a Monseñor Herrera con ocasión del Congreso y con la Bendición Papal181. La procesión estuvo organizada de esta forma: Precedían cuatro bandas musicales y carros alegóricos, las escuelas, los colegios públicos y privados, las Universidades, las academias, las asociaciones con sus respectivos estandartes y las imagines de sus Patrones, luego los Representantes de los Departamentos, de los Municipios y de las Diócesis, el Alcalde y el Consejo de Bogotá, el Gobernador y los Secretarios de Cundinamarca, los Tribunales, la Corte de los Condes, la 178 Carta del 12 de marzo de 1913, en AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 777. fasc. 138. ff. 22r-v. 179 AAS, vol. 5 (1913), n. 10, 270. 180 ASV. Segre. Stato, 1915. rub.12 . fasc. 3. ff. 4r-v. 181 AAS, vol. 5 (1913), n. 10, 269-270.

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Suprema Corte de Justicia, las dos Cámaras del Parlamento y finalmente, el clero, el Capítulos de los Obispos, y tirada por seis caballos blancos y custodiada por seis Generales en grande uniforme, una carroza construida exclusivamente, en donde el Arzobispo de Bogotá en el centro de dos obispos adoraban el Santísimo apoyado bajo un riquísimo baldaquino, seguía el Presidente de la Republica circundado de los Ministros de Estado, un grupo de Caballería cerraba el espléndido cortejo. La Procesión duró cinco horas, bajo una lluvia, leve al inicio pero al final densa y continua. Ninguno abandonó su puesto. Al final el arzobispo bendijo el pueblo182.

7. Alberto Vasallo di Torregrosa, 1914 7.1. Aspectos biográficos Nació en San Cataldo, Diócesis de Caltanisetta (Sicilia), el 28 de diciembre de 1865. Ordenado presbítero el 22 de septiembre de 1888. Trabajó en la SESS y el 21 de febrero de 1896 fue nombrado Camarero Secreto Supernumerario. En 1898 fue Secretario de la Nunciatura de Baviera; en 1902 Auditor en Bruselas, pasó de nuevo a Múnich como Auditor. Vivió algún tiempo en su Diócesis y el 3 de diciembre de 1913 fue nombrado arzobispo titular de Emesa. El 25 de noviembre de 1913 fue nombrado Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia. Fue consagrado en la capilla del Colegio Pio Latinoamericano el 18 de enero de 1914 por el cardenal Merry del Val, Secretario de Estado de Pio X, y como asistentes monseñor Francesco Rego Maia, arzobispo de titular de Nicópolis, y Monseñor Augusto Intrecciagati, Obispo de Caltanisseta. Llegó a Bogotá el 8 de abril de 1914 y presentó sus credenciales el 15 siguiente. Terminó su misión en 1915 y partió para Roma el 8 de octubre de ese año. Fue después Nuncio en Argentina entre el 2 de mayo de 1916 y julio de 1922, y el 8 de junio de 1925 Nuncio Apostólico en Baviera. Suprimida esta Nunciatura, se retiró a vivir a Cotaldo en donde falleció el 7 de septiembre de 1959183.

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ASV. Segre. Stato, 1915. rub.12 . fasc. 3. ff. 7r-v. J. RESTREPO POSADA, José, «Galería de representantes», 225.

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8. Enrico Gasparri, 1915-1916 (Internuncio 1917) 8.1. Aspectos biográficos Nació en Ussita (Diócesis de Norcia, Umbria) el 25 de julio de 1871. Comenzó sus estudios en el seminario de Nepi y los continuó en Roma en el seminario Romano; recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto de 1894. Poco después, recibió los grados de doctor en Teología y en ambos derechos. Comenzó su carrera diplomática como secretario de monseñor Pietro Gasparri, su tío, Delegado Apostólico en Perú. Fue luego Secretario de las Nunciaturas de Bruselas, Lisboa y Madrid; pasó de Auditor a Brasil. El 9 de diciembre de 1915 fue nombrado arzobispo titular de Sebaste y fue consagrado en Roma el 12 de diciembre de 1915 por monseñor Víctor Amadeo Ranuzzi de Bianchi, arzobispo titular de Tiro y Mayordomo de Su Santidad, y como asistentes monseñor Donato Sbarretti, arzobispo titular de Éfeso, y monseñor Luigi Ermini, obispo de Cajazzo. El 13 de noviembre de 1915 fue nombrado Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia184. El 6 de enero de 1916 emprendió su viaje a Colombia, el 15 de febrero llegó a Barranquilla y el 26 a Bogotá. Presentó sus Credenciales el 6 de marzo a José Vicente Concha. El 8 de mayo de 1916 Su Santidad Benedicto XV ordenó que la hasta entonces Delegación Apostólica se llamara en adelante Internunciatura Apostólica. El 20 de julio de 1917 el mismo Pontífice elevó la Internunciatura a Nunciatura de segunda clase. En 1919 se reunió en Bogotá el Primer Congreso Mariano Nacional. El 2 de mayo de 1920 monseñor Gasparri fue nombrado Nuncio Apostólico en Brasil y salió de Bogotá el 5 de julio. Pio XI lo creó cardenal en el Consistorio del 14 de diciembre de 1925 y le asignaron la Sede de presbítero de San Bartolomé in Insula. En 1933 fue nombrado Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica y en el Consistorio del 16 de diciembre del año optó por la Sede Suburbicaria de Velletri. Falleció en Roma el 20 de mayo de 1946.

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8.2. Instrucciones para Enrico Gasparri Luego de la presencia de Francesco Ragonesi, quien tuvo un largo periodo como Delegado Apostólico, sus sucesores por diversas razones no lograron establecerse por mucho tiempo. Esto no favoreció la realización de algunos proyectos ya que debían ser estudiados y se habían retrasado por los continuos cambios, así como por la falta de acompañamiento en las actividades de la Iglesia y del Episcopado. Con base en esta realidad, al ser nombrado Enrico Gasparri como nuevo Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia, la Santa preparó un documento muy amplio y detallado con las instrucciones para su misión como Representante Pontificio185. Evidentemente a este punto las relaciones con el Estado marchaban muy bien y, paulatinamente, la Iglesia se estaba organizando de una manera adecuada. Las misiones avanzaban según lo proyectado y el Episcopado adquiría un papel relevante dentro de la sociedad. El nuevo Delegado Apostólico tenía un panorama mucho más favorable que sus predecesores, incluso, la cuestión social estaba en relativa calma, a pesar de que aún se vivían las consecuencias de los conflictos del pasado y la nación no se reponía del golpe económico fruto de la guerra de los mil días y la separación de Panamá. De acuerdo a lo anterior, el documento preparado por la Santa Sede estaba estructurado de la siguiente manera: Parte I: Partidos Políticos; Parte II: Artículo LIV de código civil; Parte III: Actual situación política; Parte IV: Acción católica; Parte V: Erección de Diócesis; Parte V: Erección de Diócesis; Parte VI: Nombramiento en las sedes vacantes; Parte VII: Formación del clero y Colegio Pio Latinoamericano; Parte VIII: Enseñanza y escuelas; Parte IX: Artículo XXIII del Concordato y los Certificados de renta nominal; Parte X: Misiones; Parte XI: Condiciones político-religiosas en la República de Panamá; Parte XII: Facultades y uso de estas; Parte XIII: Correspondencia con la Santa Sede; Parte XIV: Actitud de monseñor Delegado Apostólico y del personal de la Representación Pontificia; Parte XV: Situación de la Santa Sede en Roma. Podemos destacar los siguientes aspectos: Parte VI: Nombramiento en las sedes vacantes: este punto era muy importante, y el Delegado Apostólico lo debía tener claro, para evitar 185 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 31r-60r, es un informe preparado y enviado por la Santa Sede a Enrico Gasparri, enero de 1916.

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malos entendidos con el Gobierno. La Santa Sede hizo un recuento de los acuerdos hechos a partir del Concordato en esta materia. Básicamente según el Concordato, en el artículo XVI en orden a la erección y a la circunscripción de las Diócesis, el artículo XV de la misma convención, concedía al Presidente de la Republica la facultad de recomendar al Santo Padre, idóneos candidatos para la provisión de las sedes Arzobispales y Episcopales; y establecía que la Santa Sede debía en cada caso consultar previamente al Presidente mismo, sobre los sujetos que se pretendían promover a las sedes vacantes para conocer si habían motivos de orden civil o político, que lo hicieran persona no grata al Gobierno186. Parte VII: Formación del clero y Colegio Pio Latinoamericano: era fundamental promover la mejor preparación del clero diocesano, aprovechando las directrices dadas en el Concilio Plenario Latinoamericano. Se recomendó a Monseñor Gasparri, motivar al Episcopado para que fomentaran la promoción vocacional, dada la escasez de clero, y que reforzara la preparación de los seminarios y de los sacerdotes, por tanto, el Delegado Apostólico debía invitar a los Obispos para que escogieran de entre sus sacerdotes, aquellos con cualidades académicas suficientes para emprender una experiencia en Roma. Para eso había sido creado el Colegio Pio Latinoamericano, para acoger y proporcionar la formación de estos sacerdotes. La Santa Sede en este informe retomó las palabras de Monseñor Vasallo di Torregrosa quién sobre este aspecto afirmó: El clero secular es insuficiente tanto en relación a la población, cuanto, y más, a la extensión del territorio. En general faltan las vocaciones eclesiásticas y faltas la perseverancia en estas. Se verifica esto especialmente en las Diócesis de la Costa, a causa del clima caliente, contrario al estudio y la disciplina, por tanto, a pesar del esfuerzo de los Obispos, los seminarios no dan los frutos que debieran y que serían necesarios. Respecto a lo dicho en el Concilio Plenario Latinoamericano, se debe promover: la observancia de dicho Concilio en las Diócesis. La celebración de Concilios Provinciales y la frecuencia de las conferencias Episcopales en las Provincias, para que los ordinarios colombianos puedan así más fácilmente entenderse sobre las necesidades de sus fieles, sobre los medios más aptos para proveerles187.

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AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 45r-46v. AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 46v-48r.

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Parte X: Misiones: la Convención realizada con el Gobierno, fue de gran beneficio para las regiones en donde por su posición geográfica era difícil realizar un trabajo de evangelización. Desde la llegada de Monseñor Agnozzi, en 1882, la Santa Sede se preocupó por la evangelización de las tribus indígenas, esto con un doble propósito, el de darles a conocer la fe en Jesucristo, pero a su vez, para favorecerlos de los abusos cometidos contra ellos. El Gobierno apoyó las misiones y subsidió regularmente a norma del Convenio concluido en 1898 la distribución de estos subsidios siempre a norma del mismo Convenio. Otras ayudas venían de la Junta Nacional de Misiones, precedida por el Arzobispo de Bogotá. Se le solicitó al Delegado que para los asuntos religiosos los encargados de las zonas se dirigieran directamente a la Santa Sede, esto para evitar la injerencia de la Autoridad civil en los asuntos netamente Eclesiásticos188. Parte XIV: Actitud de monseñor Delegado Apostólico y del personal de la Representación Pontificia: En alguna ocasión se tuvieron dificultades con algunos Delegados, principalmente por su intervención en asuntos de carácter político, lo que indispuso al Gobierno, y pudo haber causado graves distanciamientos, provocando una ruptura de nuevo con las relaciones. Por eso la Santa Sede fue muy precisa en este punto: El Santo Padre exige para aquellos que tienen el alto honor de representarlo en el exterior, una conducta no solamente moral sino ejemplarmente eclesiástica. Quiere su Santidad que los mismos, además de los deberes de carácter diplomático, observen un modo de actuar conforme al carácter sacerdotal. Exige el Santo Padre, que en general la conducta de los adeptos a las Nunciaturas no sea contradictoria a la sana disciplina eclesiástica y el prescrito de los santos cánones. De modo que, los obispos, los cuales inculcan la observancia de tales normas a su clero, no deban deplorar que los primeros en violarlas son las personas establecidas por la Santa Sede en sus Representantes. Habiendo irregularidades o desordenes de este género, monseñor Gasparri acuda de inmediato a la Santa Sede189.

8.3. Recepción de Enrico Gasparri El nuevo Delegado Apostólico fue recibido por el Presidente de la Republica, José Vicente Concha, en el Palacio de la Carrera. Se 188 189

AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 51v-53r. AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 57v-58v.

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organizó una recepción para tal evento con la presencia de personalidades importantes en el medio político, militar y eclesiástico. Esto se llevó a cabo el 6 de marzo de 1916. El Discurso que dio el Delegado Apostólico dirigiéndose al Presidente fue el siguiente: Tengo la alta honra de poner en manos de V. E. las cartas credenciales con que el Sumo Pontífice Benedicto XV me acredita en calidad de Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario ante el Gobierno de V. E. […] Por lo que a mi hace sintiéndome sobremanera honrado y dichoso de tener que representar al Soberano Pontífice en una nación que se ufana especialmente de su no desmentida adhesión a la Silla Apostólica, trabajaré con todas mis fuerzas para lograr el fin deseado por el Padre Santo, que es el de consolidar y estrechar aún más si cabe la unión y concordia que existe felizmente entre la Santa Sede y el Gobierno Colombiano. […] El acuerdo perfecto entre la Iglesia y el Estado, la unión de los esfuerzos patrióticos, esfuerzos del Gobierno civil con las saludables influencias de la religión, fueron siempre para los pueblos prenda segura de bienestar y de progreso190.

El Presidente José Vicente Concha seguidamente intervino con otras palabras, dándole la bienvenida al país y expresándole la buena voluntad por parte del Gobierno en mantener fortalecidos los vínculos y las excelentes relaciones, esto para favorecer la promoción de la comunidad. Estas fueron las palabras del Presidente Concha: Es para mí motivo de singular complacencia el recibir la Carta que os acredita como Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario de la Santa Sede ante el Gobierno de Colombia. El Augusto Pontífice reinante ha dado desde su Exaltación al Silla apostólica, expresivas y reiteradas muestras de paternal afecto a Colombia y a su Gobierno, las cuales han sido recibidas con toda gratitud como respeto. Las palabras que acabáis de pronunciar son testimonio de que el Sumo Pontífice sigue honrando con su soberana solicitud a esta católica nación; y que en medio de los horrores del conflicto europeo, que tanto afligen su corazón de Padre, tiene una mirada de interés para este país que desde hace años goza del bien inestimable de la paz, a cuya sombra arraigan la civilización y la cultura, y los intereses religiosos de la sociedad adquieren benéfico incremento. Al elegiros a vos para su representante, ha probado el Sumo Pontífice, una vez más, la importancia que concede al esmerado cultivo de las relaciones entre las dos potestades en Colombia; y podéis contar, Monseñor, con la leal cooperación del 190 ASV. Segre. Stato, 1916. rub. 279. fasc. unico. f. 106r, copia de la publicación de El Nuevo Tiempo, periódico de Bogotá, 7 de marzo de 1916, n. 4735.

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Gobierno para el mejor éxito de nuestra misión, pues por mi parte siempre he hallado fácil y grato el cumplimiento de los deberes que tiene el Poder Ejecutivo para con la Iglesia, considerada por la Constitución que hoy rige como esencial elemento del orden social. Os ruego que hagáis llegar mi respetuoso saludo hasta el trono del Sumo Pontífice, para quien pido a Dios largos años de pacifico reinado, que compensen con su próspera bienandanza las amarguras de la hora presente; y aceptad los votos que hago por vuestra personal ventura y por vuestra feliz permanencia en el suelo amigo de Colombia191.

8.4. Informe sobre la llegada y la acogida en Colombia Una vez ubicado en la Delegación Apostólica, Enrico Gasparri se comunicó con la Santa Sede enviando un informe acerca de su viaje hecho desde Europa a Colombia hasta su llegada a Bogotá, y su encuentro con las autoridades, especialmente la presentación de las Cartas Credenciales al Presidente de la Republica, José Vicente Concha. El Delegado Apostólico informó que llegó el 14 de febrero de 1916 al puerto de Sabanilla, en donde fue recibido por el Gobernador de Barranquilla en representación del Gobierno colombiano, de la misma forma, estuvieron presentes otras autoridades civiles y eclesiásticas que lo acogieron con entusiasmo. Luego del viaje por el río Magdalena, llegó al Puerto de Girardot, en donde se encontraba el secretario de la Delegación, Filippo Cortesi y un enviado del arzobispo de Bogotá: Luego de pasar la cordillera, en la estación de Facatativá, vinieron a recibirme, además del encargado del ceremonial diplomático, la comisión del Capítulo de la Catedral y del clero secular y regular. El Presidente de la Republica y el Arzobispo, enviaron sus respectivos secretarios y pusieron a mi disposición sus carrozas. Luego de saludar los personajes y diversas corporaciones que me esperaban en la estación de Bogotá, tomé puesto en la carroza del Presidente, y me trasladé al Palacio de la Delegación, donde monseñor Cortesi había hecho preparar un suntuoso banquete, tomaron parte el arzobispo y los miembros del Capitulo Metropolitano192.

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ASV. Segre. Stato, 1916. rub. 279. fasc. unico. f. 106r, copia de la publicación de El Nuevo Tiempo, periódico de Bogotá, 7 de marzo de 1916, n. 4735. 192 AA.EE.SS. Colombia, 1916. pos. 793. fasc. 148. ff. 62r-63r, despacho de Enrico Gasparri al Cardenal Pietro Gasparri, 7 de marzo de 1916.

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8.5. Elevación de la Delegación Apostólica a Internunciatura El señor José Manuel Goenaga, Ministro de Colombia ante la Santa Sede, solicitó, a nombre del Gobierno, la elevación de la Delegación Apostólica al grado de Internunciatura: Con profundo respeto me permito recordar a Su Eminencia el ofrecimiento que me hizo de que la Santa Sede elevaría a la categoría de Internuncio al Delegado Apostólico en Colombia, porque el Gobierno a quien yo había, de acuerdo con Su Eminencia, comunicado tan agradable noticia constantemente me encarece para ver de cumplir la pronta realización de los deseos, no solo del Gobierno mismo, sino del pueblo colombiano, que en todos los tiempos ha demostrado su amor y sumisión a la Santa Sede y a la sagrada persona de Su Santidad y que aspira a conservar la hegemonía católica entre todas las repúblicas suramericanas. Es Colombia una nación defensora desinteresada de la Iglesia, de arraigadísimas creencias religiosas, que va en rápida vía de desarrollo y que con justicia merece la especial benevolencia de Su Santidad de elevar a Internuncio su Delegado Apostólico. En nombre de mi Gobierno, y en el mío propio, suplico nuevamente a su Eminencia se digne manifestar al Santo Padre con cuánto júbilo será recibida en Colombia esta nueva distinción que hace a la Republica la Santa Sede, como premio de su incondicional adhesión a la Silla Apostólica. Aprovecho esta ocasión para renovar a Su Eminencia las seguridades de mi más elevada consideración193.

La Santa Sede a través de la Secretaría de Estado respondió informando que el Santo Padre había acogido la solicitud y que se emitió el Decreto correspondiente para la elevación de la Delegación Apostólica a Internunciatura, emitido del 8 de mayo de 1916, y que el actual Representante Pontificio, Enrico Gasparri, asumiría esta nueva condición de Internuncio: El suscrito cardenal Secretario de Estado de Su Santidad, en respuesta a la preciada nota de Vuestra Excelencia del 25 de marzo pasado, tiene el honor de enviarle el fascículo de la Acta Apostolicae Sedis, donde, a pagina 213,

193 AA.EE.SS. Colombia, 1916. pos. 794. fasc. 148. ff. 67r-v, despacho de José Manuel Goenaga, Representante de la Legación de Colombia ante la Santa Sede, al Cardenal Pietro Gasparri, 25 de marzo de 1916.

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ha sido promulgado el Decreto, en virtud del cual la Delegación Apostólica de Colombia, viene elevada al grado de Internunciatura Apostólica194.

Con la elevación a Internunciatura se terminó el ciclo de los Delegados Apostólicos, quienes como hemos podido captar, tuvieron un gran papel en el desarrollo de la Iglesia colombiana a finales del siglo XIX e inicios del XX. Fueron 34 años, desde 1882 a 1916, marcados por una serie de agitados eventos que dieron un nuevo rumbo a la historia del país, y que de una u otra manera, se vio involucrada la Iglesia. El papel de los Delegados Apostólicos fue determinante para consolidar la Iglesia como una Institución relevante, organizada y estable en Colombia, convirtiéndose en muchos casos como pionera y modelo para otros países latinoamericanos. Este periodo al que dedicamos nuestra investigación divide en dos la historia de la Iglesia contemporánea colombiana: un antes, marcado por la presión Liberal y sus efectos en contra de los intereses eclesiásticos, y un después, caracterizado por la libertad y la consolidación de la Iglesia como una fuerza importante para el desarrollo de Colombia en todos sus respectivos frentes: religioso, social, educativo, cultural y político.

194 AA.EE.SS. Colombia, 1916. pos. 794. fasc. 148. f. 68r, minuta de la SESS a la Legación de Colombia ante la Santa Sede, 21 de junio de 1916.

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CAPÍTULO III Sobre las Jurisdicciones Eclesiásticas

A la llegada de Giovanni Batista Agnozzi en 1882, la Iglesia colombiana estaba organizada en nueve Diócesis (Tunja, Nueva Pamplona, Santa Marta, Cartagena, Antioquia, Medellín, Popayán, Pasto y Panamá) y una Arquidiócesis (Santafé en Nueva Granada, en la ciudad de Bogotá). Estas jurisdicciones estaban dispersas en un extenso territorio, con muchas dificultades para la comunicación, debido a su irregular geografía. La mayor parte del país era rural, las parroquias estaban constituidas en su gran mayoría por campesinos. Adicional a esto, existían territorios muy apartados, en donde prácticamente había poca o ninguna presencia del Estado, estas zonas eran selváticas, habitadas por tribus indígenas que no habían sido evangelizadas o no habían tenido contacto con la modernidad. El proceso de esta organización fue un proceso lento dadas las condiciones en las cuales se encontraban las comunidades. Hemos de recordar el contexto histórico, el país se encontraba en una transición del Liberalismo Radical al llamado periodo de la Regeneración, y la Iglesia fue protagonista importante en todo esto, por un lado, al ser atacada y perseguida, incluso, la gran mayoría de Obispos no residían en sus sedes, algunos estaban en el exilio; pero por otro lado, después adquirió una relevante presencia en las decisiones políticas y sociales, teniendo como principal logro la Constitución de 1886 y el Concordato de 1887.

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De esta manera, en este capítulo presentaremos lo referente a la erección de nuevas Diócesis, Arquidiócesis, Vicariatos y Prefecturas Apostólicas, paralelamente a la creación de nuevas Provincias Eclesiásticas. Llevar a cabo esta organización tuvo algunos tropiezos, en algunos casos la resistencia de los Obispos al no estar de acuerdo en la división de sus territorios. 1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887 1.1. Proyecto de erigir un nuevo Episcopado en el Tolima Uno de los territorios en donde el Delegado Apostólico consideró que se podía crear una nueva Diócesis era la región conocida como «Tolima Grande», que estaba dentro de las jurisdicciones de la Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada y la Diócesis de Popayán. Esta zona se ubica entre las cordilleras central y oriental, separadas por el río Magdalena que nace en lo que hoy es el Departamento del Huila. Tenía una vasta extensión con una notable variedad de relieve y clima, de la misma manera, una diversidad cultural respecto a sus respectivas Sedes episcopales. De igual modo, la distancia para poder acceder a las capitales hacían que prácticamente los Obispos no pudieran hacer una diligente atención pastoral. Ante esta situación el Delegado Apostólico envió a la Santa Sede la petición oficial para tal propósito: Como las tres cuartas partes del territorio colombiano tienen necesidad de misiones y de Vicariatos Apostólicos para la civilización de las tribus salvajes, así como en la parte civilizada, es de suma importancia la erección de nuevas Diócesis. El Tolima es uno de los nueve Estados Soberanos de esta República, cuenta con no menos de 230 mil habitantes, con pocas excepciones, todos católicos, de difícil comunicación con los otros Estados […] sujeto por una tercera parte al Obispo de Popayán en el Cauca y para las otras dos al Metropolitano, de penosa y difícil administración tanto por la escasez de clero indígena, las distancias de los lugares y las otras no pocas dificultades comunes al todo el territorio de la República1.

La SESS respondió favorablemente autorizándolo a proseguir las negociaciones. Ante esta perspectiva, Giovanni B. Agnozzi comunicó que luego de dar a conocer la propuesta, el Obispo de Popayán, cuya Diócesis estaba sujeta a una parte del territorio tolimense, dio su total 1 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 48r-49v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 12 de mayo de 1883.

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aprobación, no así el Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, Vicente Arbeláez, quien no consideró positiva la propuesta2. De modo similar, el Delegado Apostólico se puso en contacto con la correspondiente Autoridad Civil. En primer lugar con el Presidente de la República, quien expresó estar a favor, incluso, sugirió la creación de una Diócesis en el Departamento de Santander3. Luego se comunicó con el Presidente del Estado del Tolima, quien inmediatamente acogió con beneplácito la propuesta4. La noticia se empezó a difundir, creando entre la población un gran interés motivado por el gran entusiasmo del clero, pues la vieron como una gran solución para sus limitaciones pastorales5. Uno de los argumentos que mayor peso tuvo para presentar la propuesta fue la del abandono en el cual se encontraban los fieles en aquel territorio. Las causas las hemos mencionado: la distancia de las Sedes Episcopales, la dificultad y extensión del territorio, y la escasez de clero6.

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AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 50r-v, minuta de la SESS a Giovanni B. Agnozzi, 23 de julio de 1883. 3 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 54r-55v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de diciembre de 1883. Luego con otro despacho, del 15 de noviembre de 1884, el Delegado informó acerca de la difícil situación de orden público en el país, especialmente en la zona del Tolima. Expresó que a pesar de esto, la población estaba motivada por el proyecto de la creación de la Diócesis, a esto se unían los gobernantes locales y el Presidente Rafael Núñez, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 63r-v. 4 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 56r-57v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 20 de febrero de 1884. 5 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 59r-60r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 24 de mayo de 1884, el Delegado manifestó que había recibido insistentemente la petición de la creación de la Diócesis, con argumentos justos. 6 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 61-62v, despacho al Cardenal Jacobini, 23 de julio de 1884, expuso la situación religiosa y moral lamentable en la que se encontraba el Estado del Tolima, debido a la poca atención por parte del Obispo de Popayán. Después con un despacho del 5 de diciembre de 1884, expresó nuevamente las principales dificultades de esta región que la habían llevado a un abandono espiritual, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff.65r-66v. El 25 de octubre de 1885, el Delegado envió otro despacho en donde insistía en la urgente creación de la Diócesis y planteó nuevamente los problemas que padecía la región, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 67r-68v.

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1.2. La intención de crear una nueva Provincia Eclesiástica Pese a ser el territorio colombiano muy extenso sólo contaba con una Provincia Eclesiástica, pues solamente Bogotá7 era Arquidiócesis, es decir, la única Sede Metropolitana, todas las demás Diócesis eran sufragáneas de esta. Esto generaba no pocos problemas, ya que para el desplazamiento desde las sedes más distantes (Panamá, Pasto, Santa Marta) era necesario atravesar el país de extremo a extremo con todas las dificultades que esto significaba. Por tal razón, la comunicación entre los Obispos era muy poca, y aún mayor era la dificultad para los fieles para poder viajar. Es por esto que el Delegado Apostólico expresó ante la Santa Sede la conveniencia de dividir la Provincia Eclesiástica de Colombia en dos distintas provincias: La inmensa extensión de territorio, la situación topográfica (del Atlántico a Bogotá se sube a más de 8 mil pies sobre el nivel del mar) la diversidad de caracteres, costumbres e intereses, el abandono en el cual se encuentra la población de la costa Atlántica, el número de las sedes episcopales, especialmente se pueden erigir la Diócesis del Tolima y la de Santander, son a mi parecer causas canónicas, que aconsejan la división de la actual Provincia Eclesiástica de Colombia en dos distintas Provincias, la Sede Metropolitana de la ya existente en Bogotá, y de la nueva en Santa Marta. Sufragáneas de esta última deberían ser Cartagena, Panamá y Pamplona, con la nueva de Santander permanecerían Bogotá, Tunja, Popayán, Pasto, Medellín, Antioquia y estas se agregaría la nueva Diócesis del Tolima. He dicho que nueva sede Metropolitana debería ser en Santa Marta, porque es una de las primeras Diócesis fundadas después de la conquista y porque esto sería honrar aquella sede y animarla a surgir del estado poco próspero en el cual ahora se encuentra8.

Algunos Obispos ya consideraban la urgencia de crear, al menos, una nueva Provincia Eclesiástica. Justamente, el Obispo de Santa Marta, José Romero, dirigió una carta a la Santa Sede en donde manifestó la problemática de la Iglesia colombiana al tener sólo una Provincia, aspectos que coincidían con los expresados por Giovanni B. Agnozzi. El Obispo de Santa Marta ratificó su total acuerdo ante la intención del Delegado Apostólico9. 7

Llamada en aquel momento Santafé en Nueva Granada. AA.EE.SS. Colombia, 1883. pos. 459. fasc. 30. ff. 84r-85v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 1 de diciembre de 1883. 9 AA.EE.SS. Colombia, 1883. pos. 459. fasc. 30. ff. 89r-90v, carta del Obispo de Santa Marta, José Romero, al Cardenal Ludovico Jacobini, 3 de diciembre de 1883. 8

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1.3. Erección de un Episcopado en Santander Continuando con su intención de promover la erección de nuevas Diócesis, el Delegado Apostólico previa investigación y atendiendo al clamor de los fieles y del clero de esta zona, expresó a la Santa Sede la urgencia de separar de la Diócesis de Tunja una porción de territorio ubicado en el Departamento de Santander. Giovanni B. Agnozzi sugirió que como sede de la nueva Diócesis fuese la capital del Estado de Santander, la ciudad de Socorro, cuyo templo meritaba ser elevado a Catedral. De la misma manera, en San Gil había un colegio que se podía adecuar para seminario. El territorio era amplio y tenía una población de casi 300 mil habitantes, quienes deseaban la erección de la Diócesis10 Sin embargo, pese a la objetividad de la petición, el Obispo de Tunja, Severo García, a quien pertenecía este territorio, no estaba de acuerdo. De hecho, se iniciaron a ver ciertas actitudes fomentadas por el Obispo para obstaculizar el avance de las cosas. Así lo manifestó el Delegado Apostólico informando acerca de una nota realizada por el periódico oficial de la Diócesis de Tunja, en donde se publicó un artículo sobre el estado financiero de la región que deseaba ser erigida Diócesis, expresando su desacuerdo, en vista de que no poseía la suficiente solidez económica, por el contrario la población sí tenía el deseo y no acogió de buena forma esta publicación11. Este comportamiento generó desconcierto, pues el Obispo alentó a algunos de sus colaboradores de la Curia para crear estrategias que obstaculizaran la creación de la nueva diócesis, todo esto, según el Delegado Apostólico, tenía un fondo, y no era más que por los diezmos 10

AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 2r-5v., despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de julio de 1883. 11 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 6r-7r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de septiembre de 1883. El 12 de octubre de 1883, Monseñor Agnozzi, envió al Cardenal Ludovico Jacobini una copia de una carta que había recibido del Obispo de Tunja, el 10 de agosto de 1883, en donde recalcó la incapacidad de la posible Diócesis de sostenerse por sí misma al no tener unos ingresos económicos suficientes y, si era ya algo decidido, pedía un tiempo de dos años para poder organizar la Diócesis de Tunja y terminar algunas obras que se estaban llevando a cabo, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 8r-11v. Seguidamente, el Delegado Apostólico de nuevo con un despacho del 24 de octubre de 1883, informó que el Obispo de Tunja, Severo García, desaprobó el proyecto y puso muchas objeciones, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 12r-14v.

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que se dejarían de recibir12. Para buscar un apoyo mayor, dado que el Delegado Apostólico estaba convencido de la necesidad de la nueva Diócesis, el Obispo de Tunja escribió directamente a León XIII presentando las razones para estar en oposición y expuso la situación de sus Diócesis, en donde juzgó que tal erección era inoportuna y contraria al bien de la Iglesia13. La Santa Sede solicitó a Monseñor García su parecer sobre el propósito14, quien respondió el 3 de mayo del mismo año manteniendo su posición, repitió sus argumentos, según él, no era el momento indicado para desmembrar la nueva Diócesis de Tunja15. A partir de ese momento se estancó un poco el proyecto, pues al no tener el apoyo del propio Obispo no podía avanzar tranquilamente. Entonces el Delegado Apostólico inició a comunicarse con la Santa Sede de manera periódica, buscando justificar la creación de la Diócesis y presentando nuevas razones.16 12 De hecho, el Delegado Apostólico, el 29 de enero de 1884, envió un despacho con un documento adjunto. Se trata de una nota que se publicó con la firma de un tal Juan N. Ruiz T., pero que en realidad fue hecha por dos gobernadores del Obispo, Miguel Arias e Inocencio Torres. En esta nota pretendían poner al conocimiento de la Santa Sede las razones por las cuales no sería conveniente la nueva diócesis, criticaban la gestión del Delegado Apostólico en este asunto. Monseñor Agnozzi se lamentó de que el Obispo de Tunja recurriese a tales medios para crear intrigas, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 21r-23r. 13 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 26r-28r, carta del 4 de enero de 1884. 14 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 32r-34r, minuta de la SESS al Obispo de Tunja, Severo García, 20 de febrero de 1884. 15 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 50r-55r. El 31 de mayo de 1884 el Obispo envió otra carta ratificando su posición, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 40r-42v. 16 El Delegado Apostólico insistió de forma permanente para que la Santa Sede agilizara la creación de la Diócesis en el Estado de Santander, pero a esta petición se adjuntó, de igual modo, la de crear una Diócesis en el Estado del Tolima y un Vicariato Apostólico en el Casanare. Sobre este asunto se puede encontrar información complementaria, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 44r-45r, despacho al Cardenal Jacobini , 28 de abril de 1884; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 46r-48v, despacho al Cardenal Ludovico Jacobini, 20 de mayo de 1884; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 64r-65r, despacho al Cardenal Jacobini, 20 de septiembre de 1884; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 68r-v, despacho al Cardenal Jacobini, 29 de abril de 1885; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 72r-73r, despacho al Cardenal Jacobini, 21 de octubre de 1885; AA.EE.SS. Colombia, 1883-

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1.4. La desorganización de la Provincia Eclesiástica La Provincia Eclesiástica existente en Colombia en aquel momento aparte de su extensión, y demás dificultades mencionadas anteriormente, tenía un grave desorden en lo referente al asunto de las parroquias vacantes. El Delegado Apostólico aprovechó la ocasión para dirigirse a la Santa Sede poniendo en evidencia la situación, esto como un refuerzo a sus motivos de crear una nueva Provincia. El problema se generó porque un gran número de parroquias no tenían párroco, en algunos casos por la falta de clero, otros porque eran confiadas interinamente desde hacía mucho tiempo, y apenas por dos o tres años. El Delegado Apostólico utilizó el término de «mercenarios» para referirse a estos sacerdotes que no se interesaban por el bien de las parroquias y se alejaban varias veces al año, incluso las intercambiaban ante la admiración de los feligreses. El modo en como operaba este sistema era así: cada dos o tres años se hacía un concurso durante 90 días entre 30 o 40 parroquias. Terminado este periodo eran examinados a viva voz los concursantes sobre algunas materias de moral, casi nunca de teología dogmática; sobre la materia litúrgica el Delegado Apostólico expresó no tener conocimiento si había algún tipo de evaluación. Era común que casi todos los participantes fuesen aprobados, y a continuación el Obispo asignaba la parroquia según su parecer17. Para evitar abusos y escándalos, así como someterse a las prácticas de la Iglesia, el Delegado Apostólico elaboró unas sugerencias para que fuesen consideradas y aprobadas para después hacerlas poner en práctica, a saber: 1. Debería sugerirse a los Obispos, que salvo cualquier otro sistema, en cada parroquia vacante, la misma sea puesta al concurso, como se prescribe en el Concilio de Trento, y en las subsiguientes Constituciones Apostólicas, 1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 74r-75r, despacho al Cardenal Jacobini, 11 de mayo de 1886; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 79r-80r, despacho al Cardenal Jacobini, 23 de agosto de 1886; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 81r-v, despacho al Cardenal Jacobini, 29 de octubre de 1886; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 83r-84r, despacho al Cardenal Jacobini, 30 de octubre de 1886. 17 AA.EE.SS. Colombia, 1885. pos. 481. fasc. 35. ff. 10r-11v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de julio de 1885, registrado como collazione delle parrocchie vacanti.

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salvo la dificultad de diferir al concurso por un periodo más extenso del ordinario (por ejemplo dos meses) proporcionando a la gran extensión de los territorios diocesanos. 2. Que el concurso, además del examen oral, tenga lugar con preguntas para resolverse por escrito. 3. Que los examinadores sinodales, den su voto escrito para conservarse en el archivo de la curia. 4. Por disposición, transitoria, si bien, como muchos eclesiásticos ancianos, meritorios de una especial consideración, no podrían superar o exponerse al concurso, podría concederse la facultad de admitirlos a un discreto examen y a tenor de sus méritos en el ejercicio del ministerio parroquial, y acordar el voto con los examinadores, para el ascenso a una de las mejores parroquias de la Diócesis18.

2. Antonio Sabatucci, 1890-1895 2.1. Límites para las Diócesis de Medellín, Antioquia y Bogotá Los Obispos de estas tres jurisdicciones acordaron reelaborar sus límites, pues estos databan de mucho tiempo cuando las condiciones de comunicación eran diversas y el desarrollo de algunas poblaciones no se había generado. El caso más significativo era el de la ciudad de Medellín, que rápidamente había tomado gran importancia en la región y la población estaba aumentando considerablemente. Esto obligó a construir nuevas vías de comunicación que afectaron positivamente a otras poblaciones que antes estaban aisladas. De modo análogo, existían algunas poblaciones que no tenían certeza a qué jurisdicción pertenecían ya que los límites trazados no eran claros. Una vez que los Obispos discutieron y acordaron establecer nuevos límites, el Arzobispo Bernardo Herrera Restrepo elaboró un documento que envió al Delegado Apostólico, Antonio Sabatucci, quien a su vez lo remitió a la Santa Sede. Por cuestiones sujetas al Concordato firmado en 1887, el Gobierno debía ser notificado y consultado sobre el asunto. Evidentemente los beneficios que traerían estos nuevos límites eran grandes, por lo tanto el Gobierno colombiano apoyó la propuesta y manifestó su criterio a la Santa Sede19. 18

AA.EE.SS. Colombia, 1885. pos. 481. fasc. 35. ff. 11r-v. AA.EE.SS. Colombia, 1891-1893. pos. 566. fasc. 59. ff. 59r-60r, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, firmada por Joaquín Vélez, 24 de marzo de 1892. 19

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Finalmente, León XIII aprobó los nuevos límites el 11 de marzo de 189320. De esta manera se le notificó a la SCC el 22 de marzo del mismo año, para que elaborara el correspondiente Decreto21. Una vez emitido el Decreto la Santa Sede lo envió al Delegado Apostólico para que le diera ejecución22. 2.2. Erección de un Vicariato Apostólico en el Casanare El territorio del Casanare ubicado en el oriente del país en la región llamada de la Orinoquía, tiene una diversidad de clima y una geografía que va desde montañas y un bosque tropical, de la misma forma, está unido a los llanos orientales con sus particularidades climáticas y topográficas. Tiene gran cantidad de ríos que eran utilizados como medios de comunicación. Casanare como territorio pertenecía a la Diócesis de Tunja, aunque con unas características muy diferentes. El primer Obispo de Tunja, Severo García, había solicitado un auxiliar para que se encargara de asistir las poblaciones de esta región. La presentación de los documentos relativos a la desmembración del territorio del Casanare de la Diócesis de Tunja, fueron compilados y redactados por el sacerdote Adolfo Gil asignado por parte de Monseñor Moisés Higuera23. En estos documentos se expresó la necesidad de atender de una manera más cercana a los pobladores de esta región, quienes esperaban que se les fuese asignado un Prelado para que iniciara un proceso de evangelización programado a través de la presencia de misioneros. Todas las poblaciones del territorio tenían sus iglesias y capillas decentemente paramentadas con el Santísimo Sacramento siempre reservado, buenas rentas de fábricas, diezmos y primicias que pagaban los fieles, casi sin excepción, y todos recaudados por una junta que se 20

AA.EE.SS. Colombia, 1891-1893. pos. 566. fasc. 59. ff. 81r-83r. AA.EE.SS. Colombia, 1891-1893. pos. 566. fasc. 59. ff. 84r-85v, el Decreto se titula: Dismembrationis et unionis Medellinensis ac Antioquiensis Parocciarum in Republica Columbiana. 22 AA.EE.SS. Colombia, 1891-1893. pos. 566. fasc. 59. ff. 89r-v, la ejecución del Decreto Consistorial por parte del Delegado Apostólico, viene dada el 25 de octubre de 1893. 23 AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff.27r-32r, se expusieron las razones por las cuales conviene la creación del Vicariato, el documento viene con el título de «Vicariato Apostólico del Corazón de María en Casanare», con fecha del 12 de julio de 1891. 21

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denominaba de fábrica24, se resaltaba la falta de sacerdotes y de catequistas; los pocos que había trabajaban con esmero. No existía otro Instituto regular fuera del de los padres franciscanos de Monguí, quienes desempeñaban el ministerio y ayudaban en la instrucción del pueblo fiel25. Ante la escasez de vocaciones, se propuso crear un seminario, en donde se procurase la educación de los jóvenes. El Delegado Apostólico sugirió que el nuevo Vicariato Apostólico se podría confiar a los Agustinos, conocidos como «Candelarios», y propuso al sacerdote Ezequiel Moreno, para que fuese nombrado Vicario Apostólico, con dignidad Episcopal26. El nuevo Obispo de Tunja, Benigno Perilla, estuvo de acuerdo con la erección del Vicariato, ya que él no tenía los medios para poder asistir adecuadamente este territorio, por otro lado, carecía de clero para satisfacer la gran demanda que requería este territorio27. De igual manera, el Comisario Apostólico de los Agustinos Descalzos dio un informe muy favorable sobre el sacerdote Ezequiel Moreno, propuesto como candidato para ser nombrado Vicario Apostólico con carácter episcopal28. El Gobierno colombiano a través del Ministro ante la Santa Sede, Joaquín Vélez, expresó que facilitaría todo lo necesario para que la erección del Vicariato fuese llevada a cabo, se consideraba un paso muy importante para el desarrollo de ese territorio, pues ya no dependería de Tunja sino que sería autónomo, esto impulsaría el progreso. De la misma manera, tenían un buen concepto del sacerdote Ezequiel Moreno, a quien recomendaron como Vicario Apostólico29.

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AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. f. 30v. AA.EE.SS. Colombia, 1891- 1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 31r-32v. 26 AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 47r-50r, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de mayo de 1892. 27 AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 53r-55v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 13 de septiembre de 1892, envió como documento adjunto la respuesta dada por el Obispo de Tunja, sobre el proyecto de la separación del territorio de Casanare de la Diócesis de Tunja. 28 AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 60r-61v, carta de la Comisaría Apostólica de Agustinos Recoletos de España e Indias al Cardenal Mariano Rampolla, 14 de diciembre de 1892. 29 AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 62r-63v, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rampolla, 17 de junio de 1893. 25

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El Delegado Apostólico envió los documentos y la información necesaria para la redacción de la Bula Pontificia30. Una vez hechos todos los trámites canónicos, la Santa Sede hizo el estudio y consideró justos los argumentos presentados; así que León XIII aprobó la erección del Vicariato Apostólico del Casanare por medio de un Breve del 17 de julio de 189331. También fueron aceptadas las diferentes solicitudes, apoyadas en los buenos informes que sostenían la candidatura de Ezequiel Moreno, quien fue nombrado como Vicario Apostólico32. 2.3. Erección de la Diócesis del Tolima El Delegado Apostólico Giovanni B. Agnozzi había ya planteado la necesidad de crear una Diócesis en el territorio conocido como «Tolima Grande» (hoy Departamentos de Tolima y Huila)33, y había hecho todos los acercamientos posibles, tanto ante la Autoridad Eclesiástica como la Civil. Sin embargo, la erección se había demorado y los problemas cada vez se hacían más notables. A la SESS llegó una carta firmada por Julio E. Villegas y Eusebio Cárdenas, dos ciudadanos tolimenses quienes detallaron las tristes condiciones en las cuales se encontraban por la falta de asistencia religiosa y solicitaron que fuese erigida prontamente la Diócesis desmembrándose de la Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada34.

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AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 66. ff. 4r-12r, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 2 de mayo de 1893, fueron anexados, entre otros documentos, un mapa con los límites, poblaciones y características geográficas de la zona de Casanare. 31 Véase el texto completo de la Copia del Breve Pontificio de León XIII, del 17 de julio de 1893, firmado por el Cardenal Serafini, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 66. ff. 22r-23r. También sobre el Vicariato Apostólico del Casanare, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580 (conclusione). fasc. 66. f. 35r. 32 Con una carta del 12 de mayo de 1894, Monseñor Ezequiel Moreno informó que fue consagrado el 1 de mayo de 1894 por medio del Arzobispo de Bogotá, en AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580 (conclusione). fasc. 66. ff. 36r-v. 33 AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 422. fasc. 21. ff. 29r-32r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 31 de octubre de 1882. 34 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 26r-27r, carta firmada por Julio E. Villegas y Eusebio Cárdenas, 1 de abril de 1893.

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La Santa Sede se comunicó con el Delegado Apostólico para que juntara nuevas informaciones y expresara su parecer para este propósito35. Antonio Sabatucci luego de estudiar la situación y verificar los fundamentos de la solicitud, arguyó que la erección de la Diócesis era una prioridad, dado que era un territorio importante y que requería fuese atendido dignamente, por otra parte, contaba con los elementos para constituirse en una jurisdicción, y agregó la urgencia de crear otra Diócesis en el Departamento de Santander36. Una vez la Santa Sede hizo los respetivos análisis y estudios frente a la propuesta, Monseñor Sabatucci recibió autorización para iniciar las prácticas para la pronta erección de las dos Diócesis, en Tolima y Santander37. Ese mismo año, el 25 de junio, el Delegado Apostólico envió un informe sobre el proceso que estaba realizando adjuntando diversos documentos resultados de sus encuentros con el Gobierno colombiano, con el Arzobispo Bernardo Herrera Restrepo y con el Obispo de Popayán Juan Buenaventura. Simultáneamente, siguiendo las recomendaciones de los Obispos y del Gobierno, sugirió como primer Obispo al sacerdote Esteban Rojas38. León XIII aprobó finalmente la erección de la Diócesis del Tolima el 30 de agosto de 1894, estableciendo la sede Episcopal en la ciudad de Neiva, asimismo, fue aceptado el candidato, Esteban Rojas, propuesto como primer Obispo39. La SESS informó a la SCC, al Delegado

35 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 30r-v, minuta de la SESS a Antonio Sabatucci, 6 de julio de 1893. 36 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 31r-33v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de diciembre de 1893. 37 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 35r-36r, minuta de la SESS a Antonio Sabatucci, 14 de febrero de 1894. 38 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69.37r-50r, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de junio de 1894, los documentos adjuntos son: una nota oficial del Gobierno Colombiano con fecha del 8 de junio de 1894 apoyando la creación de las Diócesis; la respuesta afirmativa del Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera, con fecha del 8 de junio de 1894; la respuesta afirmativa del Obispo de Popayán, Juan Buenaventura, con fecha del 23 de mayo de 1894; indicación de los límites de la nueva Diócesis del Tolima, con mapa incluido. 39 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. f. 57r, minuta de telegrama de la SESS a Antonio Sabatucci, 3 de agosto de 1894.

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Apostólico en Colombia y al Ministro de Colombia, Sr. Vélez40 quien presentó algunas dificultades sobre la elección de Neiva como Sede episcopal, y solicitó a nombre del Gobierno suspender por el momento el decreto de erección ya listo41. Tras este inconveniente la Santa Sede se comunicó con el Delegado Apostólico avisándole sobre este retardo42, y le solicitó de nombrar a un Administrador Apostólico hasta que el Obispo electo pudiera tomar posesión de la Diócesis. Superado este percance luego de los acercamientos entre Delegado Apostólico y el Gobierno colombiano, la AA.EE.SS. decretó la erección de la Diócesis del Tolima43, y envió a la SCC el proceso canónico en favor del sacerdote Esteban Rojas para que fuesen preparados los actos correspondientes para preconización como primer Obispo de aquella diócesis. El Delegado Apostólico envió seguidamente los documentos sobre la compilación de la Bula y el Breve44. 2.4. Nueva Diócesis en Santander: Socorro La erección de esta nueva Diócesis había sido precedida por diversas peticiones, las cuales el Delegado Apostólico había visto pertinente tener en cuenta. Pero hubo una solicitud muy particular, ya que fue enviada directamente a la Santa Sede, y fue elaborada cuidadosamente por un grupo de laicos de Santander quienes, dirigiéndose al Cardenal Mariano Rampolla, expusieron los motivos por los que ellos veían necesaria la creación, no solo de esta Diócesis, sino otras más en el 40

AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 56r-v, minuta de la SESS a la Legación de Colombia, 1 de agosto de 1894. 41 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 58r-60r, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 4 de agosto de 1894, en donde el Ministro Joaquín Vélez haciendo uso del Concordato, solicitó que se aplazara la erección de la Diócesis hasta que el Gobierno no hubiese ejercido el derecho de pronunciarse, pues había sido el Delegado Apostólico quien había hecho todo, y él no representaba los intereses del Gobierno. 42 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. f. 62r, minuta de telegrama de la SESS a Antonio Sabatucci, 7 de agosto de 1894. 43 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. f. 67r, despacho de la AA.EE.SS., a la SESS, 14 de septiembre de 1894. El texto sobre la erección de la Diócesis del Tolima, en: ASS, vol. 27 (1894-1895), 521. 44 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 74r-75v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de septiembre de 1894.

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territorio colombiano. Aunque haciendo una lectura atenta del documento, los motivos son los mismos que se presentaban siempre, es decir, las largas distancias para llegar a la Capital del obispado, el aumento gradual de la población, por la gran extensión de territorio el Obispo debe alejarse mucho tiempo, la precariedad de las vías, los fieles estaban interesados y se comprometían con el sostenimiento45. La urgencia de crear la Diócesis era evidente, por lo que el Delegado Apostólico inició a proceder los medios y acercamientos buscando agilizar tal erección. Al ser informado el Gobierno colombiano por cuestiones del Concordato, estuvo de acuerdo y expresó su apoyo estimando justas las razones46. Seguidamente, el Delegado Apostólico se comunicó con la Santa Sede dando información sobre la nueva Diócesis47, y adjuntó sus razones para la erección de la misma: la gran extensión de la Diócesis de Tunja no permitía al Obispo asistir espiritualmente a la población; la región contaba con un gran número de fieles católicos, que por lo demás eran muy practicantes y deseaban su propia Diócesis; en el territorio se encontraban dos pequeñas ciudades que podrían oficiar como sede episcopal, Socorro y San Gil48. El Delegado Apostólico anexó los posibles límites que podrían establecerse49. Tras los respectivos estudios y consideraciones, León XIII en la Audiencia del 5 de febrero de 1895, aprobó la erección de la nueva Diócesis del Socorro50. Luego se le comunicó a la SCC para la elaboración del respectivo Decreto51, adicionalmente se le puso en conocimiento al Gobierno colombiano por medio del Encargado de Negocios, Joaquín Borda. Al Delegado Apostólico se le autorizó a 45

El documento está incluido en este fascículo pero está catalogado como un solo folio, no obstante, es un cuadernillo compuesto por 20 páginas; está titulado como «Obispados Nuevos», está firmado por «Unos Santandereanos», y tiene fecha de julio de 1891, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. f. 41r. 46 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 2r-v, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 14 de octubre de 1894, firmada por Joaquín Vélez. 47 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 10r-19v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 18 de diciembre de 1894. 48 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 11v-13v. 49 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 19r-v. 50 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 28r-29r. 51 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 30r-v, minuta de la SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 8 de febrero de 1895.

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nombrar un Administrador Apostólico tan pronto llegase la Bula de erección52. Fue erigida oficialmente el 20 de marzo 189553. El Delegado Apostólico se dirigió a la Santa Sede solicitando las respectivas instrucciones para la ejecución del Decreto Consistorial de la erección de la nueva Diócesis54; la SESS le respondió que dicha ejecución fuese confiada al Arzobispo Bernardo Herrera Restrepo55. El día 3 de agosto de 1897, el Arzobispo de Bogotá dio ejecución al Decreto Consistorial, datado el 20 de marzo de 1895, y envió la copia de los documentos relativos56. La Santa Sede informó al Delegado Apostólico del recibimiento de los límites e inmediatamente fueron transmitidos a la SCC57. Como primer Obispo fue nombrado Evaristo Blanco, quien comunicó sobre su consagración episcopal dada el 8 de septiembre de 1897. 3. Antonio Vico, 1897-1903 3.1. Nuevo nombre para la Arquidiócesis de Nueva Granada La única Sede Metropolitana en Colombia hacia el año 1898 era la Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada, que había sido erigida, primero como Diócesis el 11 de septiembre de 1562 con territorio desmembrado de la Diócesis de Santa Marta. En sus inicios fue sufragánea de la Arquidiócesis de Santo Domingo. El 11 de septiembre de 1562, Santafé fue erigida en Ciudad Episcopal, en vez de Santa Marta, y elevada a la dignidad de Arquidiócesis por Pío IV, el 22 de marzo de 1564 con la Bula Suprema dignitatis apostolicae, y se le dieron como sufragáneas Cartagena y Popayán. Durante los siglos venideros fueron creadas otras Diócesis a partir de su territorio. El 16 52 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 33r-v, minuta de la SESS a Antonio Sabatucci, 22 de febrero de 1895. 53 El texto sobre la erección, véase en: ASS, vol. 29 (1896-1897), 579. 54 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. ff. 41r-42r, despacho de Enrico Sibilia al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de enero de 1897. 55 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. f. 49r, minuta de telegrama de la Secretaría de la Santa Sede a Enrico Sibilia, 28 de julio de 1897. 56 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. ff. 54r-59v, Decreto: Eretionis dioecesis de Socorro in Columbiana Republica, Tunquensis Dismembrationis et Erectionis novi Episcopatus in Civitate de Socorro in Republica Columbiana. 57 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. f. 61r, minuta SESS a la SCC, del 23 de septiembre de 1897.

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de febrero de 1778 fue creada la Diócesis de Mérida (hoy Arquidiócesis en Venezuela); el 31 de agosto de 1804 se creó la Diócesis de Antioquia (hoy Arquidiócesis de Santafé de Antioquia); el 25 de septiembre de 1835 se creó la Diócesis de Nueva Pamplona (hoy Arquidiócesis); y el 29 de julio de 1880 la Diócesis de Tunja (hoy Arquidiócesis). El nombre de Santafé en Nueva Granada provenía de la época del dominio español, cuando el territorio colombiano era el Virreinato de Nueva Granada, siendo Santafé su capital. Pero luego de la independencia, el nombre de la ciudad cambió y pasó a llamarse Bogotá, nombre de origen indígena. Por lo tanto, el hecho de que la Arquidiócesis aún tuviese el nombre antiguo no creaba simpatía, principalmente en las esferas de los Partidos nacionalistas y del propio Gobierno. Consolidándose el país como República de Colombia y su Capital como Bogotá, hubo necesidad de actualizar el nombre de la Arquidiócesis. De esta forma, la SCC comunicó que con Decreto del 8 de junio de 1898 la Arquidiócesis de Bogotá, llamada hasta ahora «Santae Fidei Neogranatensis» cambiaba el nombre en «Bogotensis in Columbia»58. Por lo tanto la Provincia Eclesiástica asumió a su vez, el nombre de Bogotá. 3.2. Proyecto de erección de tres Vicariatos o Prefecturas En la medida en que se fueron erigiendo nuevas jurisdicciones eclesiásticas, caso concreto las Diócesis del Tolima y del Socorro, y el Vicariato Apostólico del Casanare, Antonio Sabatucci en su función de Delegado Apostólico continuó promoviendo nuevas erecciones. Todavía la extensión de la mayoría de Diócesis era grande, y el Episcopado no era suficiente, a su vez, gracias a las políticas de la nueva Constitución colombiana la religión católica se había constituido en la del Estado que apoyaba de manera continua los proyectos de la Iglesia. Para las zonas más distantes, que eran literalmente territorios de misión, se pensó en otorgarles un título más alto, de tal forma que no estuviesen solamente orientados por una comunidad religiosa misionera sino que se organizase como una jurisdicción eclesiástica propiamente dicha, con un Prelado como Superior. Razón por la cual el Delegado 58

AA.EE.SS. Colombia, 1898. pos. 640. fasc. 90. f. 43r.

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Apostólico solicitó a la Santa Sede el 10 de septiembre de 1899, que elevaran como Vicariatos Apostólicos o al menos en Prefecturas Apostólicas los siguientes territorios: Caquetá, perteneciente a la Diócesis de Pasto, Chocó, de la Diócesis de Popayán, y la Guajira en la Diócesis de Santa Marta59. Se expresaba el Delegado Apostólico de esta manera: Las misiones que desde hace algunos años se encuentran en manos de Religiosos cuyas condiciones son conocidas, como la cualidad de los misioneros, deberían erigirse hasta ahora en Vicariatos Apostólicos, justo el principio mismo de Monseñor Herrera, y tales misiones son en la Guajira, Chocó y el Caquetá, las cuales se desarrollan regularmente y a satisfacción común y de los Obispos respectivos bajo la dirección de los padres Capuchinos. A esta se podría también unir el Darién porque a tenor de un contrato celebrado entre monseñor Peralta con los religiosos Agustinos Descalzos de las Filipinas, estos en números de diez trabajan desde principio del año, poseen dos establecimientos y un tercero está en construcción. En los territorios en los cuales los misioneros no han aún penetrado si puede conceder que preceda la erección de una Prefectura Apostólica60.

La Santa Sede analizó la solicitud hecha por el Delegado Apostólico en la V Sesión 863, II del 13 noviembre 1899, en donde se decidió que al menos por el momento se consideraba suficiente elevar estos territorios solamente como Prefecturas Apostólicas, mientras se iniciaba un trabajo permanente y se iba fortaleciendo más en cuanto a los administrativo como en lo religioso61. 3.3. Nueva Diócesis en Manizales El Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, envió un correo al Obispo de Medellín, Joaquín Pardo Vergara, en donde le manifestó el deseo de algunos fieles de crear una nueva Diócesis, correspondiente al territorio comprendido en el sur de Antioquia, parte del norte del Cauca y otra parte del norte del Tolima, con Manizales como capital. 59

El Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, solicitó asimismo, que fuera atendida la petición del Obispo de Pasto, con carta del 19 de junio de 1899, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 68r-69r. 60 AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 72r-75v. 61 AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 81r-v, minuta de la SESS a Antonio Vico, 22 de noviembre de 1899.

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Este proyecto contaba con el apoyo tanto del Gobierno como el de los pobladores de dicha zona62. El Obispo de Medellín escribió al respecto: V.E. me comunica el proyecto que se le ha sometido, de la creación de una Diócesis con parte del sur de Antioquia, parte del norte del Cauca y otra parte del norte del Tolima, con Manizales por Capital. En respuesta, tengo la honra de decir a V.E.R. que por mi parte no deseo sino lo que la Santa Sede juzgue resolver en ese asunto, ni me opondré a que de mi Diócesis se segregue la Parroquia de Manizales para que la ciudad de ese nombre sea capital de la nueva diócesis63.

Notificado el Delegado Apostólico, se comunicó con la Santa Sede exponiendo los motivos que justificaban la creación de una Diócesis con sede en Manizales64. El documento inicia haciendo un recuento de los diálogos hechos con las autoridades civiles de la región, básicamente con los de la ciudad, quienes desde el principio habían manifestado su interés. La población en general de la misma manera expresó su alegría. Luego en el documento se hace una posible delimitación de la Diócesis, tomando la parte sur de Antioquia, en zona de la Diócesis de Medellín, la parte norte del Cauca, de la Diócesis de Popayán, y la extrema parte norte del Tolima de la Diócesis del mismo nombre65. Continúa haciendo justificación de los ingresos que podría manejar la nueva Diócesis, y la construcción de los edificios correspondientes a la Casa Episcopal, el Seminario, y el mejoramiento de la parroquia que su estructura le permitía ser elevada a Catedral. Finalmente, da las razones para crearla; a saber: El aumento constante de la población; la gran distancia que separa esta región sea de Medellín como de Popayán; y la dificultad de las comunicaciones y la deficiencia del clero. La Santa Sede respondió afirmativamente y autorizó al Delegado Apostólico para que iniciara las prácticas para la erección de la 62 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 7r-v, carta del 12 de mayo de 1899. 63 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 11r, carta enviada por Obispo de Medellín, Joaquín Pardo Vergara al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de junio de 1899. 64 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 42r-45v, el documento está titulado como: Proposta di erezione di una nuova Diocesi con parte dei Dipartimenti di Antioquia e Cauca e la città di Manizales per Capitale, dirigido al Cardenal Mariano Rampolla, con fecha del 12 de julio de 1899. 65 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 42v-43r.

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Diócesis66. El Gobierno Colombiano, a través de la Legación ante la Santa Sede representada por el Sr. Joaquín Vélez, manifestó su beneplácito para con el proyecto de la creación de las Diócesis, en el Tolima y en Manizales, de manera semejante, abogó por la creación de un Vicariato Apostólico en el Chocó67 Monseñor Antonio Vico se reunió con los Obispos de Medellín y de Popayán quienes estuvieron de acuerdo con realizar la desmembración de sus respectivas Diócesis en favor de la nueva de Manizales68. La SESS comunicó a la Sagrada Congregación Consistorial que el Santo Padre había aprobado la erección de Diócesis de Manizales69. El Delegado Apostólico recibió de la Santa Sede el Decreto de erección de la nueva Diócesis de Manizales, del 11 de abril de 1900 y que debía hacer parte de la Provincia Eclesiástica de Popayán70. Inmediatamente respondió, primero, informando de la llegada del Decreto Consistorial, luego, sugirió que la nueva Diócesis no fuese sufragánea de Popayán sino que en vista de la posible creación de la Metropolitana de Medellín se agregase a esta Provincia Eclesiástica71. El Gobierno colombiano a través de la Legación ante la Santa Sede envió los límites definitivos de la Diócesis de Manizales72. 66

AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 47r, minuta de telegrama de la SESS a Antonio Vico, 23 de agosto de 1899. 67 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 48r-49v, despacho enviado por la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, firmado por Joaquín Vélez, 30 de agosto de 1899. Luego con otro despacho de la Legación de Colombia con fecha del 31 de octubre de 1899, reiteró su apoyo e insistió en la creación de las Diócesis e incluyó un documento con los posibles límites, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 60r62r. 68 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 72r-73v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de octubre de 1899. 69 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 88r-89r, minuta de la SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 6 de marzo de 1900. 70 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 93r, minuta de la SESS a Antonio Vico, 19 de mayo de 1900. 71 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 6r-v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 22 de septiembre de 1900. 72 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 36r-39r, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede, firmada por Joaquín Vélez y enviada al Cardenal Rampolla, 15 de abril de 1901, informando sobre la puesta en práctica del Decreto de erección de la Diócesis de Manizales, adjuntó una publicación del Diario Oficial, n.11, 415, con el proceso de la creación y sus límites.

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3.4. División de la Diócesis del Tolima: Ibagué y Garzón No obstante a su reciente erección, la Diócesis del Tolima con Sede en Neiva, aún estaba dentro de un territorio muy extenso y, principalmente, con dos realidades culturales diversas. De ahí surgió la posibilidad de dividirla creando una nueva. Análogamente, la creación de la Diócesis de Manizales había motivado este proyecto. El Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, estaba muy interesado y era el principal promotor. Precisamente el Prelado se comunicó con la Santa Sede enviando los documentos relativos a la Diócesis del Tolima73. De la misma forma, el Delegado Apostólico envió a la Santa Sede, en un documento extenso, la propuesta de la erección de una nueva jurisdicción en el Tolima, mediante la división de la Diócesis actual. Explicó que dada la extensión de territorio, convenía hacer esta división para la mejor administración y atención espiritual de los habitantes. Resaltó que a su vez era un deseo de la población en general y contaban con el apoyo de la autoridad civil. Las razones que expuso fueron: 1. El territorio era muy extenso, en donde habitaban cerca de 320 mil personas. La geografía muy variada, pasando de la nieve perpetua al calor asfixiante del Magdalena, lo que hacía, no solo difícil sino peligrosa la visita pastoral; 2. Los habitantes eran difíciles de gobernar, por otro lado, existía una diferencia grande entre aquellos del norte con los del sur, lo que llevaba a que tuvieran comportamientos antagónicos; 3. La capital, Neiva, por su clima insalubre no permitía avanzar en la organización y construcción de los diversos edificios; 4. Mientras que las otras ciudades, Ibagué y Garzón, con climas mucho más benévolos favorecían el avance de las obran mucho más rápido74. 73 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 13r-22v, carta del Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo al Cardenal Mariano Rampolla, 15 de julio de 1899. El Arzobispo de Bogotá, había enviado un correo al Obispo del Tolima, Esteban Rojas, el 12 de mayo de 1899, en donde le informó que se estaban realizando las gestiones para que este territorio no fuera anexado a la nueva Diócesis de Manizales. Por lo tanto, le sugirió que buscara la forma de proveer recursos necesarios para que pudiera ser independiente, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 8r-9r. 74 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 24r-29r, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de julio de 1899. La SESS respondió el 22 de agosto de 1899 autorizando el proyecto, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 30v. Por otro lado, el Obispo del Tolima, Esteban Rojas, escribió a León XIII el 19 de febrero de 1899, solicitando la división de su

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Una de las sedes propuestas fue la de la ciudad de Ibagué, ubicada en la parte norte del Departamento. Su importancia en la región le otorgaban los méritos para poderse constituir como sede episcopal. El Obispo del Tolima manifestó que la nueva Diócesis tuviese como Titular a la Santísima Virgen Inmaculada. Como primer Obispo fue propuesto el sacerdote Ismael Perdomo, quien pese a su juventud gozaba de buen prestigio. Fue justamente este el argumento que tuvo en cuenta el Delegado Apostólico para descartar en primera estancia al sacerdote, a quien le reconocía sus virtudes pero que consideraba tener poca experiencia para asumir tal responsabilidad, así que se sugirió que el Obispo Esteban Rojas asumiera como Administrador Apostólico de la nueva Diócesis, pues conocía muy bien el territorio, el clero y las situaciones particulares, esto mientras se decidía quién podría ser nombrado75. En cuanto a la otra sede, el Delegado Apostólico sugirió que la actual ubicada en la ciudad de Neiva fuese trasladada a Garzón, allí esta población tenía una mejor organización, tenía un tempo que podría asumir el rango de Catedral, un Seminario y una casa episcopal, de manera similar, su posición era ideal ya que se encontraba en el centro mientras que Neiva estaba en un extremo76. La SESS comunicó a la SCC que León XIII había aprobado la división de la Diócesis del Tolima, resultando de esta la Diócesis de Ibagué y trasladando la sede de Neiva a Garzón77. De esta manera, el 20 de mayo de 1900 fue suprimida la Diócesis del Tolima en favor de la creación de las de Ibagué y Garzón. El Delegado Apostólico recibió la notificación de la Santa Sede en donde se aprobó la erección de las Diócesis de Manizales e Ibagué y el traslado de la Diócesis, y presentó las mismas razones expuestas por el Delegado Apostólico, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 31r-32v. El clero hizo lo propio, enviando una carta al Delegado Apostólico el 1 de mayo de 1899, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 39r-40r. 75 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 72v-73r. 76 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 73r. El Delegado envió otro Despacho el 12 de diciembre de 1899, ratificando la solicitud hecha por el Obispo Rojas de constituir a la población de Garzón como la sede de la nueva Diócesis en la parte meridional del Tolima, y que tanto la Catedral de Ibagué como la de Garzón, tuvieran como Titular a la Virgen Inmaculada, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 84r-v. 77 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 86r-87r, minuta de la SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 6 de marzo de 1900.

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sede de Neiva a Garzón. Del mismo modo, se informó que se había aprobado la definitiva constitución sobre la tres Prefecturas Apostólicas del Caquetá, Chocó y la Guajira, reservando de elevarlas a Vicariatos Apostólicos hasta que tuviesen condiciones más favorables y una administración organizada, de tal forma que pudiesen acoger a un Prelado78. 3.5. División de la Provincia Eclesiástica de Bogotá Tras la erección de las nuevas jurisdicciones eclesiásticas, es decir, las Diócesis de Socorro, Ibagué y Garzón, junto con el Vicariato del Casanare y las Prefecturas Apostólicas de Caquetá, Chocó y Guajira, era urgente dividir la Provincia Eclesiástica de Bogotá; un proyecto que había sido ya planteado por el Delegado Apostólico Giovanni B. Agnozzi79. El Delegado Antonio Vico informó a la Santa Sede que había llegado el momento para hacer esta división, a su vez, agregó que el Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz, propuso que su Diócesis fuese elevada a Sede Metropolitana, de igual manera, el Gobierno colombiano dio su aprobación para este fin80. Monseñor Vico, informó que luego de consultar con el Arzobispo de Bogotá, y haber enviado una Circular a todo el Episcopado81, consideraba que las razones para que fuese dividida la Provincia Eclesiástica de Bogotá eran: 78 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 69r-70v, minuta de la SESS a Antonio Vico, 21 de noviembre de 1899. Las tres Prefecturas Apostólicas fueron aprobadas en la Sesión 863, el 13 de noviembre de 1899, en: AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1899, n. 50, stampa 650, s.n.f. 79 AA.EE.SS. Colombia, 1883. pos. 459. fasc. 30. ff. 84r-85v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 1 de diciembre de 1883. 80 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 64r-65r, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de septiembre de 1899, tiene como objeto: Antecedenti alla divisione dell’arcivescovado di Bogotá in più Provincie Ecclesiastiche. 81 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 74r-78v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 26 de noviembre de 1899. El Delegado Apostólico, nuevamente envió un Despacho al Cardenal Rampolla el 20 de mayo de 1900, allí hizo una exposición profunda sobre el asunto, basándose en acontecimientos históricos, como el de los Concilios Provinciales. Luego remitió el parecer del Episcopado, quienes se unieron a la petición, pues creían que era lo más conveniente para una mejor labor de la Iglesia, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 94r-105v.

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1. Ninguna Arquidiócesis tiene en América un número tan elevado de sufragáneas, son once, y dentro de poco serán trece. 2. La extensión del territorio, que es tres veces Francia, con una topografía difícil y con climas diversos. La comunicación es muy complicada, y transportarse requiere mucho tiempo. 3. Las costumbres de la población son diversas, la cultura de la costa es opuesta a la del interior. 4. Facilitar a los fieles los trámites cuando tengan necesidad de dirigirse para solucionar alguna cuestión, sobre todo para las causas matrimoniales. Además, durante las revoluciones Bogotá queda incomunicada del resto del país82.

El Delegado Apostólico destacó que esta propuesta se estaba haciendo desde tiempos de Monseñor Agnozzi, quien fue el primero en reconocer esta necesidad. Luego describió la manera en cómo podría dividirse la Provincia Eclesiástica, buscando una mejor distribución y ante todo la facilidad para los fieles de poder acercarse a sus Sedes Metropolitanas, evitando las graves dificultades que se presentaban en ese momento. La propuesta era que las sedes Metropolitanas fueran Bogotá, Cartagena y Popayán83. El Delegado Apostólico puso en conocimiento a la Santa Sede que luego de consultar y discutir con los Obispos de Medellín y Popayán, estos aceptaron la propuesta de los nuevos límites84. La Santa Sede aceptó la propuesta y envió el Decreto de la creación de las nuevas Provincias Eclesiásticas de Cartagena y Popayán85. De la misma manera la SESS comunicó a la SCC que León XIII había aprobado la erección de las nuevas Sedes Metropolitanas: Siempre ha sido un vivo deseo de la Santa Sede de ver aumentado el número de las Diócesis en la República de Colombia, donde mejor sean provistas las necesidades espirituales de los fieles de esta nación, donde hay una extensión vastísima de los territorios, la dificultad de las comunicaciones, también el progresivo aumento de la población, requieren numerosos centros de vida religiosa. La Santa Sede, por lo tanto, no ha escatimado en aprovechar las ocasiones favorables para instituir nuevas diócesis, en estos días dos nuevas sedes episcopales fueron erigidas, en 82

AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 75r-v. AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 78r. 84 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f.66r, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 4 de noviembre de 1899. La propuesta de los límites había sido enviada con un Despacho del 12 de julio de 1899, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 42r-45v. 85 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 108r, minuta de la SESS a Antonio Vico, 6 de julio de 1900. 83

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Manizales y en Ibagué. El número por tanto de las Diócesis en Colombia es ahora de trece, sujetas todas a la Metropolitana de Bogotá. Tal número relevante de iglesias sufragáneas, hace necesario el aumentar también el número de las Metropolitanas, para que sea más fácil a los Obispos expedir la definición de las causas eclesiásticas, especialmente de matrimonio, en las cuales el largo retraso puede ser perjudicial para las buenas costumbres. Por esta razón, luego de haber escuchado al Arzobispo de Bogotá, el cual reconoció la ventaja de la división de su Provincia […] declaró de aceptar gustosamente tal división, y luego de compilar las prácticas, fue informado de todo al Santo Padre, […] declara oportuno realizar tal división de la Provincia Eclesiástica de Bogotá, disponiendo que vengan otras dos Metropolitanas, y elevando a esta dignidad la sedes episcopales de Popayán y de Cartagena, ilustres por su antigüedad e importancia religiosa y civil, […] a la primera vengan por sufragáneas las Diócesis de Pasto, Garzón, la nueva de Manizales; a la segunda aquellas de Panamá y Santa Marta, permaneciendo sujetas a la de Bogotá las sedes de Tunja, Socorro, Pamplona, Medellín, Antioquia y la nueva Diócesis de Ibagué86.

Seguidamente se llevaron a cabo los actos de ejecución de los Decretos Consistoriales correspondientes a la supresión de la Diócesis del Tolima y de la erección de la nuevas Diócesis de Garzón y de Ibagué, así como el Decreto de desmembración del Arzobispado de Bogotá y la erección de los Arzobispados de Popayán y de Cartagena87. Una vez notificado el Gobierno colombiano, hizo la publicación en el Diario Oficial88. 3.6. Sede Metropolitana de Medellín Una vez se crearon las Provincias Eclesiásticas de Cartagena y Popayán, surgió de inmediato la propuesta de hacer lo mismo con la Diócesis de Medellín. Si bien las razones pastorales eran evidentes, el Gobierno insistió para evitar cualquier tipo de resentimiento, ya que hacía poco tiempo se había sufrido una guerra civil, y existía una fuerte rivalidad entre las regiones que buscarían cualquier pretexto para

86

AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 91r-92r, minuta de la SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 20 de marzo de 1900. 87 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. f. 54r, minuta de la SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 26 de junio de 1901. 88 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 30r-v, Diario Oficial, n. 11, 581, del 2 de noviembre de 1901.

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desencadenar nuevamente un conflicto, esto conllevó a que el Gobierno colombiano fuese uno de los promotores. Cabe resaltar que Medellín evidentemente era una ciudad que estaba logrando un gran desarrollo, por su posición geográfica y sus facilidades de acceso, había trasladado a Santafé de Antioquia como la ciudad más importante del Departamento. De esta forma, aunque se presentase como un motivo social y político, la petición era justa, y así se consideró, buscando más de darle una motivación pastoral. El Delegado Apostólico presentó a la Santa Sede las razones para elevar a la Diócesis de Medellín como sede Metropolitana: Antioquia es el Departamento más importante de Colombia por población, por industria y comercio, por riqueza de los habitantes; es el Departamento que se ha mostrado menos accesible a las ideas y errores modernos. La ciudad de Medellín es la más importante después de la Capital. Las fundaciones religiosas prosperan grandemente, poseyendo un colegio de educación tenido por los Jesuitas, colegios llevados por los Hermanos de la Escuela Cristiana, un colegio para jovencitas llevado por las hermanas de la Compañía de María, están los Franciscanos, las hermanas del Buen Pastor y las hermanas de la Caridad. El clero es más que suficiente. El seminario es numeroso y tiene buenas rentas89.

La Santa Sede informó al Delegado Apostólico, que ante las peticiones constantes del Gobierno para que la ciudad de Medellín fuera elevada a Metropolitana, esto para evitar divisiones internas dada la situación de orden público vivida en esta República, el Santo Padre había visto conveniente agregar a la de Popayán y Cartagena, la sede de Medellín como Metropolitana, de tal forma, que según esta disposición, las Provincias Eclesiásticas en Colombia quedarían: 1. Arquidiócesis de Bogotá: Diócesis sufragáneas: Pamplona, Tunja, Socorro e Ibagué; 2. Arquidiócesis de Medellín: Diócesis sufragáneas: Antioquia y Manizales; 3. Arquidiócesis de Popayán: Diócesis sufragáneas: Pasto y Garzón; 4. Arquidiócesis de Cartagena: Diócesis sufragáneas: Panamá y Santa Marta90. 89

AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 2r-5v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 5 de julio de 1900. 90 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 57r-58v, minuta de la SESS a Antonio Vico, 17 de julio de 1901. El Gobierno agradeció a la Santa Sede por tener en cuenta su petición con un telegrama del 6 de agosto de 1901, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. f. 59r.

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La Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico que había sido aceptada la solicitud del Gobierno para elevar a Medellín como sede Metropolitana, y que su actual Obispo, Joaquín Pardo Vergara, sería elevado a Arzobispo91; de inmediato se le informó al Gobierno colombiano92. Luego la SESS comunicó y solicitó Monseñor Nocella, Secretario de la Sagrada Congregación Consistorial, para que se emitiera el respectivo Decreto Consistorial, en donde se estableciese que la nueva Provincia Eclesiástica de Medellín, tendría como Diócesis sufragáneas a Manizales y Antioquia93. La nueva sede Metropolitana de Medellín fue creada el 24 de febrero de 1902. El Delegado Apostólico informó que el Decreto Consistorial de erección de la Arquidiócesis de Medellín tuvo efecto definitivo el 29 de septiembre de 190294. 3.7. Bogotá recibe el Título de Primada Con la creación de las nuevas Provincias Eclesiásticas, primero de Popayán y Cartagena, luego la de Medellín, había generado un gran alivio al Episcopado y a los fieles en general, pues sin duda alguna, con esta nueva organización, las Diócesis se podrían administrar mucho mejor y, principalmente, la atención pastoral de las comunidades se ejercería de una forma más eficiente.

91 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 14r-v, minuta de la SESS a Antonio Vico, 7 de enero de 1902. 92 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 18r-18v, minuta de la SESS a la Legación de Colombia, 8 de enero de 1902. La respuesta de agradecimiento de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 14 de enero de 1902, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 19r-v. 93 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 15r-v, minuta de la SESS a la SCC, 8 de enero de 1902. La AA.EE.SS, emitió un documento con fecha del 24 de octubre de 1901, en donde envió una propuesta para crear un Proyecto de Convención sobre las Misiones. Pero en este se incluyó la petición de elevar a Medellín como sede Metropolitana, Se trata de un legajo compuesto por 55 páginas, titulado Sacra Congregazione degli Affari Ecclesiastici Straorinari, Colombia, I. Progetto di elevare la Chiesa Vescovile di Medellin a sede Metropolitana. II Progetto di una stabile Convenzione tra la Santa Sede ed il Governo di Colombia relativamente alle Missioni fra gl’Indiani, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 7r-8r. 94 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 76r-v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 7 de diciembre de 1902.

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Claro está, que desde el punto de vista eclesiástico este acto generó una impresión muy diversa respecto al político, concretamente, a la percepción del Gobierno colombiano, que a toda costa buscaba evitar cualquier malestar entre las regiones que desencadenase nuevamente un conflicto, ya que estos se habían repetido con frecuencia y con facilidad, y Colombia era un pueblo con una tendencia alta a la violencia. Y justamente como se hizo la anotación anteriormente, las diferencias políticas entre regiones habían presionado para que Medellín fuese elevada como Sede Metropolitana. El Gobierno había dado su aprobación, según lo manifestó más por respeto a la Autoridad eclesiástica que por sus propias impresiones. Sin embargo, hizo la petición, a través del Sr. José M. González Encargado Extraordinario de Colombia ante la Santa Sede, de que Bogotá recibiera una distinción especial sobre las otras Arquidiócesis, habida cuenta de su condición de Capital de la República. Era conveniente concederle a esta Arquidiócesis un Privilegio que la distinguiese de las otras, con esto, según el Gobierno, se buscaba que no fueran alteradas la unidad y la cohesión de la República95. La Santa Sede luego del respectivo análisis de la petición del Gobierno colombiano, respondió que León XIII había atendido tal solicitud, que consideró oportuna y justa, y había ordenado la expedición del Decreto Consistorial para la elevación de la Sede Arzobispal de Bogotá, al grado de Primada ad honorem, y como efecto de esto, el Arzobispo debería ser elevado al grado de Primado de Colombia96. Una vez aprobada la solicitud, la SESS se comunicó con la SCC para que emitiese el correspondiente Decreto97. El Decreto fue expedido el 7 de noviembre de 190298, fue enviado al Delegado

95 Son una serie de Despachos enviados por la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla: del 11 de noviembre de 1901, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. ff. 3r-v; del 14 de marzo de 1902, en AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 5r; del 7 de abril de 1902; AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 8r; del 2 de noviembre de 1902, AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. ff. 12r-13v. 96 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 14r, minuta de la SESS a la Legación de Colombia, 14 de noviembre de 1902. 97 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 15r, minuta de la SESS a la SCC, 5 de noviembre de 1902. 98 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 19r.

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Apostólico para que procediera a su ejecución, y finalmente se llevó a cabo el 2 de marzo de 190399. 3.8. Nueva Prefectura Apostólica de Los Llanos Orientales Hemos visto cómo el territorio colombiano desde el punto de vista eclesiástico había iniciado una fase de organización, pues sus jurisdicciones eran muy extensas, con graves problemas administrativos y pastorales, así como un Episcopado limitado para atender adecuadamente sus comunidades. Con la erección de nuevas Diócesis y, principalmente, la creación de las nuevas Provincias Eclesiásticas, se había dado un gran paso, de la misma forma, se estaba creando conciencia frente a una realidad que para muchos no era grave, como el caso de algunos Obispos que inicialmente se opusieron a la desmembración de sus Diócesis100, lo cual retardó en algunas ocasiones este propósito. Pero gracias a la insistencia de los Delegados Apostólicos, paulatinamente se fueron erigiendo nuevas jurisdicciones eclesiásticas, que produjeron gran bienestar, dando como resultado la disponibilidad del Episcopado en general, que vieron cómo la labor evangelizadora se hacía mejor. Era evidente que los motivos que movieron a plantear oposición eran más de carácter económico que pastoral. Otro de los grandes intereses del Delegado Apostólico, era el definir las delimitaciones de los territorios calificados como misiones, pues el objetivo era elevarlos de esta categoría para que se les pudiese nombrar un Prelado, preferiblemente con rango episcopal. Un gran acontecimiento que facilitó mucho la creación de nuevas jurisdicciones fue el Convenio de Misiones firmado entre el Gobierno colombiano y la Santa Sede, el 27 de diciembre de 1902. Cuando fue 99 El Arzobispo envió una carta de agradecimiento al Cardenal Mariano Rampolla, el 3 de marzo de 1903, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. ff. 19r-20r. El Delegado Apostólico informó todo sobre el asunto, con un Despacho al Cardenal Rampolla el 12 de marzo 1903, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. ff. 21r-22r. 100 Se ha hablado anteriormente del Obispo de Tunja, Severo García, en su fuerte oposición con la creación de la Diócesis del Socorro en: AA.EE.SS. Colombia, 18831886. pos. 488. fasc. 38. ff. 12r-14v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 24 de octubre de 1883. También del de Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, Vicente Arbeláez, respecto a la creación de la Diócesis del Tolima, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 50r-v.

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aprobado este Convenio, se establecieron los límites de los territorios en Misión101 Junto a la definición de los límites, la AA.EE.SS. informó que fue erigida la nueva Prefectura Apostólica llamada La Intendencia Oriental, el 23 de junio de 1903102. Atendiendo a la recomendación del Delegado Apostólico de confiar este territorio a una Orden Religiosa, fueron designados los religiosos de la Compañía de María, y como Prefecto Apostólico se nombró al sacerdote Eugenio Morón. Las Prefecturas Apostólicas nunca estuvieron bajo la guía de un Obispo103. 4. Francesco Ragonesi, 1904-1912 4.1. Erección de tres Prefecturas Apostólicas Pese a que en la Convención de Misiones del 27 de diciembre de 1902 se estableció que la Misión del Caquetá debía ser elevada a

101 Es un apéndice enviado dentro de la copia del Convenio. Estos límites fueron aprobados el 27 de diciembre de 1902, firmados por el Delegado Apostólico, Antonio Vico, y por el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Felipe F. Paul, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 55v-57v. Estos territorios eran la Guajira, el Chocó, el Caquetá, el Darién, la Intendencia Oriental, los Llanos de San Martín, Antioquia, Tierra-adentro y Pamplona. El Delegado Apostólico, Antonio Vico, había solicitado a la Santa Sede el 10 de septiembre de 1899, que fuesen erigidos como Vicariatos Apostólicos o al menos en Prefecturas Apostólicas los territorios del Caquetá, perteneciente a la Diócesis de Pasto, Chocó, de la Diócesis de Popayán, y la Guajira en la Diócesis de Santa Marta, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 72r-75v. Sobre la Prefectura Apostólica de los Llanos de San Martín, véase en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. f. 29v. 102 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 85r-86v, minuta de la SESS a Secretaría de la Sagrada Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, con la aprobación del Decretum Erectionis de la Intendencia Oriental. La SESS comunicó al Delegado Apostólico, Antonio Vico, del 15 de julio de 1903, que había sido redactado el respectivo Decreto de Erección Canónica de la Prefectura Apostólica, siendo nombrado el padre Eugenio Moron de la Compañía de María como Prefecto Apostólico; minuta, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 92r-v. 103 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 89r-89v, minuta de la SESS a la SCPF, 25 de junio de 1903, informando sobre el nombramiento de Eugenio Morón como Prefecto Apostólico dándole todas las facultades. Se le comunicó al Superior General de la Compañía de María, Antonino Lhoumeau. Minuta de la SESS, del 26 de junio de 1903, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 90r.

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Vicariato Apostólico104 y confiada a los Capuchinos, el Ministro General de dicha Orden Religiosa, Bernardo Christen da Andermatt, apoyando una solicitud del Provincial de Cataluña, del cual dependía la Misión, solicitó a la Santa Sede que esta fuera erigida en Prefectura Apostólica y no en un Vicariato. Las razones que presentó fueron enviadas a él por el Provincial de la Orden en una carta dirigida al Ministro General el 25 de febrero de 1904, en donde expresó que, en primer lugar, no se tenía a la persona indicada para ocupar el cargo de Vicario Apostólico, era más fácil un Prefecto; segundo, la indiferencia por parte del Gobierno y de la Delegación Apostólica en que fuera o Vicariato o Prefectura; tercero, la promesa por parte del Gobierno de elevar a Intendencia esta región; cuarto, la promesa del Gobierno de exonerar cualquier contribución; quinto, el visto bueno del Obispo de Pasto de quien dependía la Misión105. La Santa Sede se comunicó con el Encargado de Negocios, Alessandro Solari, dado que en ese momento no había presencia de un Delegado Apostólico, y le confió la tarea de ponerse en contacto con el Gobierno colombiano para tratar este asunto, ya que había sido el mismo Gobierno quien había promovido la elevación de la Misión a Vicariato Apostólico. La Santa Sede deseaba conocer el parecer del Gobierno y evitar alguna dificultad por este cambio106. La respuesta del Gobierno fue afirmativa, teniendo como justas las razones ofrecidas por los Capuchinos107.

104 Aunque el Delegado Apostólico Antonio Vico había hecho la solicitud de que fuera Prelatura Apostólica, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 68r69r. 105 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 35r-37r, despacho del Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, al Cardenal Secretario de Estado, Mariano Rampolla, 15 de marzo de 1904. 106 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 38r-v, minuta de la SESS al Encargado de Negocios en Colombia, Alessandro Solari, 30 de mayo de 1904. 107 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 40r-42v, despacho del Encargado de Negocios de la Santa Sede, Alessandro Solari, al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de octubre 1904, anexó la correspondencia recibida por parte del Gobierno.

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De esta manera, la SESS dio la autorización, y la AA.EE.SS. emitió el Decreto en donde vino erigida la Prefectura Apostólica del Caquetá, el 20 de diciembre de 1904108. Para el caso de las Prefecturas de la Intendencia Oriental y la de los Llanos de San Martín no hubo ninguna situación especial, ya que desde el inicio se había definido no elevarlas a Vicariatos hasta que no adquiriesen las condiciones adecuadas. Los Decretos fueron emitidos el 18 de enero de 1904109. Las dos Prefecturas Apostólicas fueron confiadas a los sacerdotes de la Compañía de María (Montfortianos), siendo nombrado como Prefecto Apostólico el sacerdote Eugenio Morón. 4.2. Erección del Vicariato Apostólico de la Guajira Cuando fue erigida la misión de la Guajira en Vicariato Apostólico, el Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, envió una carta a la Santa Sede agradeciendo por esta decisión en favor de las misiones, y por ratificarles la confianza en la dirección espiritual de dicho territorio. En esta carta, el Ministro General informó que para la elección del candidato más idóneo para que fuese nombrado como Vicario Apostólico se dirigió directamente al Provincial de Valencia, quienes eran los responsables de la misión, para que escogiera el más apropiado. En lo referente al territorio, explicó que el nuevo Vicariato estaba dividido en tres partes, totalmente separadas, de tal forma que para ir de una lado a otro, era necesario atravesar el territorio de otro Ordinario, situación que podría causar malestar, también era muy difícil la comunicación. Por otra parte, no existía una ciudad principal que asumiera el título de sede del Vicariato. En estas condiciones la labor del Vicario sería muy agotadora y poco eficiente. Propuso una solución, que consistía en juntar las tres partes dispersas del Vicariato en una sola, y para llevar a cabo esto era necesario anexar algunos territorios que pertenecían a la Diócesis de Santa Marta, principalmente la ciudad de Riohacha. El 108

Decretus erectionis Novae Praefecturae Apostolicae cui nomem est Caquetá, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 46r-48v. 109 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 23r-29v, despacho de Alessandro Solari al Cardenal Rafael Merry del Val, 23 de febrero de 1904. Se envía un documento adjunto con la copia de los Decretos publicados en el Diario Oficial el 19 de febrero de 1904. Texto en latín en: ASS, vol. 35, (1902-1903).

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Ministro General afirmó que al ser Capuchino el Obispo de Santa Marta, las cosas serían mucho más fáciles110. La Santa Sede teniendo en cuenta las recomendaciones del Ministro General de los Capuchinos, escribió al Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, para que iniciase las prácticas correspondientes111. El Obispo de Santa Marta, Fr. Francisco Simón y Rodenas, escribió a la Santa Sede manifestando su voluntad de ceder la ciudad de Riohacha para que fuese delimitado mejor el Vicariato de la Guajira112 La SESS comunicó a la AA.EE.SS. para que emitiera el Decreto de erección del nuevo Vicariato Apostólico, que fue confiado a la Orden de los Capuchinos. El Decreto fue promulgado el 17 de enero de 1905113 y se envió al Delegado Apostólico para que lo ejecutara114. Así mismo, se envió una copia del Decreto al Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, solicitándole que propusiera una persono idónea para asumir el cargo de Vicario Apostólico115. Finalmente, la Santa Sede autorizó al Delegado Apostólico para que iniciase todas las prácticas necesarias para la reorganización del Vicariato, juntando las tres partes en las cuales estaba dividido. El Delegado Apostólico informó que luego de haber hecho de acuerdo a las indicaciones recibidas por parte de la Santa Sede, emitió el Decreto de ampliación del Vicariato emitido por la Delegación Apostólica116. 110 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 4r-5r, despacho del Ministro General de los Capuchinos, Bernardo de Andermatt al Cardenal Secretario de Estado, Rafael Merry del Val, del 27 de mayo de 1905. 111 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 8r-v, minuta de la SESS al Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, 1 de abril de 1905. 112 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 9r, carta del Obispo de Santa Marta, Fr. Francisco María Simón y Rodenas, al Cardenal Secretario de Estado, Rafael Merry del Val, del 25 de junio de 1905. 113 Decretus erectionis Novi Vicariatus Apostolici, cui nomen est Guajira, in Columbiana Republica, die 17 Januarii 1905, en: AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 52r-55v. 114 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 58r-v, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, del 20 de enero de 1905. 115 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 57r-v, minuta de la SESS al Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, del 19 de enero de 1905. 116 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 23r-28r, despacho del Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, al Cardenal Rafael Merry del Val, 14 de noviembre de 1905, en donde informó que emitió el Decreto de ampliación del Vicariato

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4.3. Erección de la Prefectura Apostólica del Chocó El territorio del Chocó había sido constituido como Misión en la Convención hecha el 27 de diciembre de 1902 en donde quedaron fijados sus límites117. La Misión no obstante hacía parte de la Diócesis de Popayán de quien dependía canónicamente. Había tenido graves problemas con los misioneros, ya que hacia 1900 los Capuchinos y los Hermanos de María habían sido expulsados por revolucionarios, y no fue posible encontrar una Orden Religiosa que quisiera tomar la Misión. Fue hasta abril de 1908, cuando el Padre General de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María (Claretianos) aceptó la Misión del Chocó y propuso como Superior al padre Juan Gil y García118. Seguidamente, Pío X aprobó la erección Prefectura Apostólica del Chocó y el nombramiento del Prefecto Apostólico en la Persona del padre Gil y García119. El Decreto fue expedido el 28 de abril de 1908 y enviado al Delegado Apostólico para su ejecución120. En los primeros días del mes de enero de 1909, llegaron los Misioneros del Corazón Inmaculado de María, seis sacerdotes y cuatro laicos. El Prefecto llegó con el General y se entrevistaron con el Delegado Apostólico y el Presidente121. 4.4. Propuesta para las islas de San Andrés y Providencia El territorio insular de Colombia en el Mar Caribe por su distancia y sus características era totalmente diferente a cualquier otro lugar del siguiendo las instrucciones de la Santa Sede. Envió copia del mismo, que fue emitido el 11de noviembre de 1905, y titula Decretum quo Provinciae Padilla et Valledupar a Diocesi S. Marthae dismebrantur et Vicariatui Apostolico Goajirae aggregantur. 117 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 56r-v. 118 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 55r-56r, despacho de la Dirección General de la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de abril de 1908. 119 Primera solicitud hecha por Antonio Vico, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 72r-75v. 120 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 57r-58v, Decretum eretionis Prefeturae Apostolicae cui nomen est Chocó, in Republica Columbiana. La copia viene enviada al Delegado Apostólico el 2 de mayo de 1908, minuta de la SESS, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 59r-v. 121 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 49r-v, despacho del Delgado Apostólico, Francesco Ragonesi, al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de enero de 1909.

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país, esto hacía difícil su atención tanto en lo gubernamental como en lo eclesiástico. El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, pertenecían a la Arquidiócesis de Cartagena, pero era evidente su abandono pastoral. Justamente, el Arzobispo Pietro Adamo Brioschi se comunicó con Pío X expresándole las condiciones difíciles en las cuales se hallaba este territorio y le solicitó que fuese separado de su Arquidiócesis para ser elevado a Prefectura Apostólica, incluso podría unirse la isla de Corn, perteneciente a la Diócesis de Nicaragua.122 Los argumentos que presentó el Arzobispo Brioschi fueron: la falta de clero, dificultad de las comunicaciones y la diversidad del idioma, ya que por la presencia de comerciantes anglosajones se hablaba inglés, además, debido a esta presencia continua de extranjeros el territorio estaba siendo dominado por los protestantes, y esto hacía que se buscara una pronta solución. La Santa Sede transmitió al Delegado Apostólico estas inquietudes y le solicitó que iniciara los respectivos acercamientos para llevar a cabo este proyecto, un diálogo fundamental era el que debía darse con el Gobierno colombiano123. La SESS hizo la propuesta a los padres de las misiones de África en Lyon para que se encargaran de dirigir la Misión, pero no aceptaron124. Dado que era un territorio insular, con unas características propias, totalmente diversas a cualquier otra de las presentes en Colombia, el Arzobispo de Cartagena solicitó que dichas islas fuesen puestas bajo la jurisdicción de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide (SCPF), así les concedía mayor autonomía frente a las otras jurisdicciones eclesiásticas125. La Congregación solicitó la firma del Obispo de Nicaragua, debido a que parte de su jurisdicción debía hacer parte de la nueva Misión126, y el 14 de noviembre de 1908 fue transmitida la firma a la Santa Sede127. 122 La carta fue enviada el 1 de mayo de 1905, en: AA.EE.SS. Colombia, 19051908. pos. 757. fasc. 126. ff. 68r-69r. 123 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. ff. 67r-v, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 11 de julio de 1905. 124 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. ff. 74r-v. 125 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. ff. 76r-v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 12 de noviembre de 1907. 126 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. ff. 80r-v, protocolo de la SCPF, al Cardenal Rafael Merry del Val, 18 de enero de 1908. 127 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. f. 86r, minuta de la SESS al Prefecto de la SCPF, G.M. Gotti, 14 de noviembre de 1908. La erección de la

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4.5. Nuevo Vicariato Apostólico de Los Llanos de San Martín Las Prefecturas Apostólicas de La Intendencia Oriental y de los Llanos de San Martín estaban bajo el cuidado de los sacerdotes de la Compañía de María desde su erección el 18 de febrero de 1904. Existía, empero, la dificultad de poder administrar adecuadamente los dos territorios que tenía el mismo Prefecto Apostólico, pues estaban jurisdiccionalmente separados pero unidos en la atención pastoral. Por tal razón, el Superior General de la Compañía de María, Antonino Lhoumeau, propuso a Pío X de fundar una sola Misión y constituir las dos Prefecturas en un Vicariato Apostólico teniendo como sede la ciudad de Villavicencio, y que el sacerdote José María Guiot fuese nombrado como Vicario Apostólico128. La Santa Sede se comunicó con el Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, para interpelarlo sobre el asunto y solicitarle que iniciara los respectivos acercamientos para considerar si la propuesta era viable o no129. Francesco Ragonesi, luego de acatar las indicaciones recibidas, se dirigió a la Santa Sede declarándose favorable a la propuesta, ya que las razones eran más que suficientes y justas, análogamente, consultado el Gobierno colombiano expresó su beneplácito. De la misma manera, envió un informe positivo sobre el sacerdote José María Guiot, candidato para ser nombrado como Vicario Apostólico130. La cuestión fue examinada en la Sesión 1102, I, del 27 de febrero de 1908131, y con Decreto del 16 marzo de 1908 fue erigido el nuevo Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín132, de la misma forma, fue nombrado como Vicario Apostólico José María Guiot133. Misión se dio hasta el 20 de junio de 1912, en: AA.EE.SS. Colombia, 1912-1913. pos. 772. fasc. 134. f. 44r. 128 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 9r-10r, instancia del Superior General de la Compañía de María, Antonino Lhoumeau a Pio X, 15 de junio de 1907. 129 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. f. 18r, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 14 de octubre de 1907. 130 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 19r-20r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 7 de diciembre de 1907. 131 AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1908, n. 1102, stampa 942, s.n.f. 132 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 34r-35v, Decretum eretionis novi Vicariatus Apostolici, cui nomen est Planorum Sancti Martini, in Columbiana Republica. 133 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 36r-v, minuta de la SESS al Sustituto de la SCC, Giulio Grazioli, 31 de marzo de 1908.

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La Santa Sede comunicó la decisión al Delegado Apostólico para que diera ejecución al Decreto134. Una vez realizado este procedimiento Francesco Ragonesi dio aviso a la SESS de que todo estaba en orden y el nuevo Vicariato era una realidad135. 4.6. Nueva Diócesis de Cali La creación de la Diócesis de Cali fue fruto de un movimiento liderado por varios sacerdotes residentes en Cali y de miembros del Concejo Municipal. Hubo de similar modo, factores de desarrollo y conciencia social colectiva: aumento demográfico, construcción del ferrocarril, bienestar después de la terminación de la guerra de los mil días, y la dificultad para pastorear adecuadamente lugares tan apartados, fueron causas inmediatas que motivaron las gestiones ante la Santa Sede para la creación de una nueva Diócesis. Francisco Ragonesi en su labor como Delegado Apostólico había emprendido un viaje para visitar el sur del país en donde tuvo encuentros con las comunidades de las Diócesis de Ibagué, Manizales y Popayán136. Estando en Popayán visitó la ciudad de Cali perteneciente a esta Arquidiócesis. Allí recibió por parte de la comunidad la petición de que esta ciudad fuese la sede de una nueva Diócesis, dividiendo a Popayán ya que seguía siendo un territorio muy extenso. La comunidad de Cali garantizó al Delegado que ofrecían todo lo necesario para tal erección, así que una vez recibida la solicitud de manera oficial el Delegado Apostólico se comunicó con la Santa Sede para informar sobre el particular137. El Delegado afirmó que había recibido una buena disposición por parte del Arzobispo de Popayán así como del Gobierno colombiano138. 134 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 38r-39r, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 4 de abril de 1908. 135 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. f. 44r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de octubre de 1908. 136 ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. ff. 5r-8r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 26 de octubre de 1907. 137 ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. ff. 70r-81r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de junio de 1908. 138 Anexó algunos documentos: una carta del Ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Vásquez Cobo, del 13 de febrero de 1908, en donde como ciudadano de Cali, deseaba abiertamente la creación de la Diócesis. Esta carta, aclaró la posición del gobierno, en: ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. ff. 70r-71r. De la misma forma, una carta del Arzobispo de Popayán, de 5 de mayo de 1908, en donde expresó

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Los motivos para la creación de la Diócesis, según el Delegado, apoyado en la petición hecha por el Ministro de Relaciones Exteriores, eran139: primero, la vasta extensión de la Arquidiócesis de Popayán, que comprendía 84.400 km², casi la tercera parte de Italia; segundo, la gran distancia que separaba los principales centros de la población de la sede episcopal; tercero, la imposibilidad de cumplir la visita pastoral conforme a las disposiciones canónicas; cuarto, el número de los habitantes; quinto, la importancia de Cali, capital de la Provincia, con casi 35.000 habitantes, centro importante agrícola, comercial, industrial; sexto, el movimiento étnico, por ser un lugar en donde llegaban personas de diversas nacionalidades y religiones140.La Santa Sede elaboró un fascículo en donde agrupó la correspondencia que trata sobre el asunto141. En primer lugar, hay un reporte de Monseñor Ragonesi al Cardenal Secretario de Estado sobre la erección de la Diócesis de Cali. Expone que le había sido pedido por parte de los mismos ciudadanos, a su vez, ratificó que el Arzobispo de Popayán daba su beneplácito142. El Gobierno apoyaba la propuesta, mientras que el Capítulo de Popayán se oponía. El Delegado Apostólico se reunió con el Arzobispo de Popayán, Manuel Antonio Arboleda, para definir los límites de la nueva Diócesis de Cali, los cuales fueron enviados a la SESS. La Santa Sede examinó la solicitud en la Sesión 1135 de mayo de 1910143. Finalmente la Diócesis de Cali viene erigida el 7 de junio de 1910. La Santa Sede comunicó al Delegado que el Papa había aprobado la erección de la nueva jurisdicción144. que si es la Voluntad de Dios para la salvación de las almas, él no se opondría, al contrario, sería el primero en solicitarla, en: ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. ff. 72r-73r. 139 ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. ff. 74r-75r. 140 Páginas 11 y 12 del fascículo, en: AA.EE.SS. Colombia, 1908-1910. pos. 768. fasc. 129. ff. 49r. 141 Es un fascículo de la SESS, titulado: Proposta di erigere una diocesi in Cali, maggio 1910. Dividido en cuatro partes, y contiene 31 páginas, en: AA.EE.SS. Colombia, 1908-1910. pos. 768. fasc. 129. f. 49r. 142 Así lo manifestó con una carta enviada al Delegado Apostólico el 10 de junio de 1908. 143 AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1910, n. 1135, stampa 980, s.n.f. 144 ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. f. 111r, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 27 de junio de 1910. Sobre la erección de la Diócesis de Cali, véase también, en: AAS, vol. 2 (1910), n. 1, 514.

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4.7. Petición de erección de la Diócesis de Barranquilla La ciudad de Barranquilla ubicada en la Costa Caribe de Colombia, perteneció al territorio de la Arquidiócesis de Cartagena desde 1534, por Decreto de Clemente VII. El establecimiento de la ciudad data de la tercera década del siglo XVII, cuando las zonas cercanas al río Magdalena se iniciaron a poblar. Durante el proceso de la Independencia, Barranquilla se destacó por el apoyo de sus habitantes a la causa libertadora, esto le valió ser erigida en Villa en 1813. Progresivamente, la ciudad fue adquiriendo una gran importancia debido a su estratégica posición, pues es la única que cuenta con la doble posibilidad de navegación, sea por el Mar Caribe como por el río Magdalena, el más importante de Colombia, que por la época era el único medio para venir del norte al centro del país, por medio de los barcos a vapor. Es por esta razón que en la segunda mitad del siglo XIX la ciudad de Barranquilla se convirtió en el principal centro exportador del país, lo que le significó un progreso económico muy alto. Sin embargo, por ser un puerto tan importante le generó desde el punto de vista religioso una serie de dificultades, y en no poco tiempo se convirtió en un centro afamado de la Masonería, y en el campo moral eran conocidos sus desórdenes. Como jurisdicción eclesiástica dependía de Cartagena, algo que evidentemente no era muy bien aceptado, máxime, cuando ya habían logrado un desarrollo superior al de todas las ciudades de la región norte de Colombia. Con base en lo anterior, la población se manifestó solicitando que fuese erigida la una Sede Episcopal en Barranquilla. El Delegado Apostólico informó a la Santa Sede que la Asamblea Departamental del Atlántico había emitido una Resolución en donde hacía dicha petición. Dicha resolución fue emitida el 12 de abril de 1911, en donde se expusieron los motivos que sustentaban la petición de crear la Diócesis, estos eran: primero, la ciudad de Barranquilla había progresado y continuaba haciéndolo rápidamente, no solo en el campo material y étnico, sino en el aspecto religioso y moral, lo que la constituía en una de las principales ciudades de la República; segundo, la ciudad tenía los recursos y población suficientes para el sostenimiento de un Obispo.

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Resaltó el Delegado en su comunicado la importancia de la ciudad, y lo ya mencionado sobre el problema religioso, moral y la influencia de la Masonería145. 4.8. La cuestión de la erección de la Diócesis de Somondoco. Somondoco es un municipio ubicado en la provincia del oriente del Departamento de Boyacá, dista 131 km de la ciudad de Tunja. El Delegado Apostólico propuso el proyecto de crear una nueva Diócesis con sede en este lugar. Esta nueva jurisdicción sería creada a partir de la desmembración de territorios tomados de la Arquidiócesis de Bogotá, de la Diócesis de Tunja y del Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín, y mientras que el Vicariato Apostólico de Casanare sería suprimido para formar parte de la nueva Diócesis. Francesco Ragonesi, quien había tenido la oportunidad de viajar mucho por el territorio colombiano, conociendo las diversas realidades, consideró que esta región tenía las condiciones apropiadas para constituirse en una Diócesis, por otro lado, poseía todo lo necesario con rentas estables, para sostenerse y acoger a un Obispo. Sin embargo, aún no había sido hecha la propuesta a los Ordinarios involucrados para este fin, principalmente el Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, y el Obispo de Tunja, Eduardo Maldonado Calvo146. La SESS acogió la propuesta del Delegado Apostólico y la remitió a la SCC, advirtiendo que dicho proyecto sin las respectivas autorizaciones de los Monseñores Herrera Restrepo y Maldonado Calvo no se podría llevar a cabo147. Pero aun teniendo esta particularidad, la Sagrada Congregación informó que el Santo Padre había aprobado el proyecto148.

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ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. ff. 54r-55r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 9 de mayo de 1911. 146 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 72r-73r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Secretario de Estado, Rafael Merry del Val, del 4 de abril de 1912. 147 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. f. 71r, minuta de la SESS al Secretario de la SCC, del 15 de mayo de 1912. 148 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 74r-v, despacho de la SCC a la Secretaria de Estado, del 11 de junio de 1912.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

El Delegado Apostólico fue notificado y se le recomendó que frente a las posibles dificultades que esta decisión pudiese producir, expresar abiertamente que esa había sido la voluntad del Papa149. Tan pronto se tuvo conocimiento de esto, el Arzobispo de Bogotá se comunicó con la Santa Sede poniendo en tela de juicio la decisión de crear la Diócesis de Somondoco, en su carta el Arzobispo expresó estas razones: primera, el gravísimo perjuicio que resultaría para el Vicariato Apostólico de Casanare, cuyo territorio era sumamente extenso, y se hallaba casi completamente separado del resto de la Diócesis proyectada, quedaría abandonado como lo estuvo en otros tiempos, sin sacerdotes que evangelizasen a sus moradores indígenas. Esta situación habría de durar muchos años, porque la nueva Diócesis apenas tendría clero para atender a las nuevas parroquias ya existentes y porque los sacerdotes no estaban formados para las misiones; segunda, las parroquias que se pretendían segregar de Tunja, formaban una de las partes más importantes de aquella Diócesis, la cual sufriría notable detrimento, particularmente en las actuales circunstancias del país y cuando, por la pobreza de los pueblos, era dificultoso conseguir aun lo indispensable para el sostenimiento del clero y culto150. La Santa Sede hizo un segundo estudio, ya teniendo todo junto, no solo la opinión del Delegado Apostólico, y ante la férrea oposición de los Obispos de Bogotá, Tunja y del Vicario Apostólico de los Llanos de San Martin, se consideró que los motivos expresados eras objetivos, por lo tanto el proyecto no fue aprobado151. 5. Enrico Gasparri, 1915-1916 (Internuncio 1917) 5.1. Nueva Diócesis de Jericó El Obispo de la Diócesis de Antioquia, Maximiliano Crespo Rivera, inició la promoción de la creación de una nueva Diócesis desmembrada 149

ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 77r-v, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 18 de junio de 1912. 150 ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 3. ff. 107r-108v, carta del Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera, al Cardenal Rafael Merry del Val, 11 de septiembre de 1912. 151 El Arzobispo escribió el 11 de septiembre de 1912 a la Santa Sede, expresando que las actuales circunstancias no favorecen la erección de la Diócesis, la minuta de la respuesta de la SESS al Arzobispo, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 85r.

SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS

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de su propia jurisdicción, debido a que ésta constituía un extenso territorio el cual no podía atender adecuadamente, a su vez, estaba ubicado en una zona altamente montañosa que no permitía desplazarse con facilidad para hacer la visita pastoral. La zona elegida para erigir la nueva Diócesis fue la parte suroeste, escogiendo la población de Jericó como la Sede Episcopal. Jericó era un municipio relativamente nuevo, ya que había sido fundado en 1849 por don Santiago Santamaría, un hombre rico que siendo el propietario de esas tierras se encargó de poblarlas trayendo gente de otros lugares. Inicialmente fue llamado Aldea de Piedras, luego se llamó Felicina y finalmente Jericó. Situado en las estribaciones de la cordillera occidental de los Andes. Posee una topografía quebrada y montañosa y en él se encuentran alturas que alcanzan más de 2.500 metros sobre el nivel del mar. La Santa Sede acogió la petición del Obispo de Antioquia y aprobó la erección de la nueva Diócesis de Jericó mediante la Bula Universi Dominici Gregis, el 29 de enero de 1915152. La Catedral fue dedicada a Nuestra Señora de las Mercedes. El Obispo de Antioquia, Maximiliano Crespo Rivera, continuó como Administrador Apostólico hasta el 10 de agosto de 1917 cuando nuevamente fue unida asumiendo el nombre de Antioquia-Jericó, y siendo nombrado como Obispo Francisco Cristóbal Toro. 5.2. Nueva Prefectura Apostólica de Arauca La región del Arauca es una zona limítrofe con Venezuela, se encuentra situada en el extremo nordeste del territorio nacional, en el norte de la región de la Orinoquía colombiana. Su capital lleva el mismo nombre, y esta era un caserío indígena arawak hasta antes de 1780. Eclesiásticamente pertenecía al Vicariato Apostólico del Casanare que había sido creado el 17 de julio de 1893 y estaba bajo la atención de los Agustinos Recoletos. Pero la extensión del territorio hizo que se pensara en dividir el Vicariato y crear una Prefectura Apostólica, y la zona más adecuada para ello era Arauca. Por lo tanto, se iniciaron las prácticas correspondientes para hacer la solicitud a la Santa Sede. 152 La SCC informó al Secretario de la AA.EE.SS, Monseñor Pacelli, el 16 de enero de 1915, y le solicitó que informara al Delegado Apostólico en Colombia, Monseñor Vasallo, en: AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. f. 23r.

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Existe poca documentación sobre el papel del Delegado Apostólico en este proceso. Se encontró que la Santa Sede con Decreto del 26 de mayo de 1915 aprobó la erección de la Prefectura Apostólica de Arauca, pero antes de darle ejecución consideró necesario reformar los límites descritos en el Decreto. Luego informó al respecto a Filippo Cortesi, Secretario de la Delegación Apostólica, con despacho del 12 de diciembre de 1915153, del mismo modo, la SESS se comunicó con la SCPF, de quien dependería directamente la nueva Prefectura154. La nueva jurisdicción quedó bajo la atención de los Sacerdotes de la Misión, y fue nombrado como Prefecto Apostólico el sacerdote Enrique Larquère. 5.3. Última consideración Finalmente, podemos afirmar que la gestión realizada por los Delegados Apostólicos para la promoción de las nuevas jurisdicciones eclesiásticas tuvo una gran importancia, ya que se convirtió en la base de la actual organización de la Iglesia colombiana, es decir, el gran punto de inicio para el mejoramiento y crecimiento, lo podemos encontrar en este periodo. Tras la elevación de la Delegación Apostólica a Internunciatura y posteriormente a Nunciatura, fue evidente el creciente mejoramiento en la organización de las jurisdicciones eclesiásticas, ya que el Episcopado logró unificarse y proyectarse de manera eficiente. Además, el hecho de tener como Representante Pontificio a un Internuncio, y al siguiente año, a un Nuncio Apostólico, fue un claro signo de la confianza depositada por parte de la Santa Sede.

153 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 2r-3r, despacho de Filippo Cortesi al Cardenal Pietro Gasparri, 12 de diciembre de 1915. 154 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 5-v, minuta de la SESS a la SCPF, 9 de febrero de 1916. Véase sobre la Prefectura del Arauca, en: AAS, vol. 7 (1915), n. 11, 288.

CAPÍTULO IV Sobre el Episcopado

En este capítulo nos ocuparemos de presentar la documentación emitida por la Delegación Apostólica de Bogotá acerca de los Obispos en general. Ya hemos hecho alusión a la situación dramática que vivió el Episcopado durante el Gobierno Liberal Radical, y cómo con la promulgación de la Constitución de 1863 la Iglesia quedó sin mayores posibilidades de tener una labor pacífica y estable, algo que se vio reflejado aún más con el destierro de algunos Obispos. De ahí, que tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, los Delegados Apostólicos se preocuparon por constituir una Conferencia Episcopal, conformada por Prelados bien formados y diligentes en su obrar, algo que al inicio tuvo un proceso difícil debido a las pocas alternativas que ofrecía el clero en Colombia, básicamente los Obispos eran elegidos de las Órdenes Religiosas por la falta de idoneidad por parte del clero secular. Al iniciar la organización de las jurisdicciones eclesiásticas fue necesario a su vez fortalecer el Episcopado con nuevos Ordinarios, pero también la de unificar criterios y de establecer una comunicación entre todos, pues mientras no hubo un Representante Pontificio en el país, la Iglesia quedó en manos de los propios Obispos, que se preocuparon más por sus propias jurisdicciones que por tratar de llevar un plan organizado a nivel nacional. Es entendible esto, ya que no se tenían los medios para estar en contacto permanente, y se suma al mismo tiempo la gran extensión de los territorios. A pesar de todo, es de destacar que

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los pocos Obispos que había en ese entonces, pudieron sostener de acuerdo a sus posibilidades la fe y la tradición de la Iglesia. Veremos entonces este proceso de crecimiento; este periodo que investigamos es justamente el inicio de la estructura de la Iglesia colombiana actual, es decir, presentaremos las bases de la constitución de la Conferencia Episcopal de Colombia. 1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887 1.1. Renuncia del Obispo Joaquín Guillermo González Joaquín Guillermo González había sido el Ordinario de Antioquia desde el 21 de marzo de 1873, cuando fue restablecida la Diócesis. Pero por motivos graves de salud presentó su renuncia a León XIII el 30 de septiembre de 18811. Su situación de salud le había obligado a retirarse frecuentemente de su sede descuidando notoriamente la atención pastoral. Fue así como los miembros del Cabildo eclesiástico solicitaron a León XIII que se dignara aceptar la renuncia o dimisión del Prelado, ya que consideraban que la Diócesis estaba acéfala2. El Capítulo de la Catedral, de igual forma, se comunicó con la Santa Sede para que fuese aceptada la renuncia del Obispo González, y solicitó que fuese nombrado como su sucesor al Vicario general de la Diócesis, el Canónico Jesús María Rodríguez, quien desde 1877 había sido el administrador ante la ausencia del Obispo que estaba radicado en la población de Yarumal debido a la persecución de la cual fue objeto por parte de los Liberales

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AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 10r-12v. Se anexó un certificado del médico Fabio Villamizar, del 4 de agosto de 1881, en donde ratificó el mal estado de salud del Mitrado, en: AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. f. 14r. De la misma forma, el certificado del médico Pedro D. Estrada, del 22 de octubre de 1881, confirmando en diagnostico anterior, en: AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 2. f. 16r. En ambos casos le fue diagnosticada una litiasis vesicular. 2 AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882, pos. 420. fasc. 20. ff. 18r-19r, documento con fecha del 7 de noviembre de 1881, firmado por varios eclesiásticos, entre ellos, el presidente del Capítulo, Valerio Martínez; los Canónigos de la Catedral, Jesús Ma. Rodríguez, Emigdio Ramírez, Pedro Valenzuela; y el Secretario del Capítulo Román Lara.

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Radicales3. Por su parte, la municipalidad de Antioquia presentó al Santo Padre la misma solicitud4. La Santa Sede respondió a Monseñor González que León XIII había aceptado su renuncia, sin embargo, le instó para que permaneciera como Administrador hasta que fuese nombrado un sucesor. Por otro lado, el Delegado Apostólico, Giovanni B. Agnozzi, fue notificado de la situación, y se le solicitó información sobre el candidato, el Canónico Rodríguez. El Delegado Apostólico propuso que si Monseñor González no aceptaba ser Administrador, se autorizase al Capítulo de nombrar un Vicario capitular5. La Santa Sede respondió que no era necesario hacer esta autorización6. 1.2. Llegada del nuevo Obispo de Cartagena, Eugenio Biffi El Delegado Apostólico informó a la Santa Sede sobre la llegada del nuevo Ordinario de Cartagena, sede que se encontraba vacante desde el 9 de mayo de 1880 tras la muerte de Monseñor Manuel Cerón. Eugenio Biffi llegó a Cartagena el 1 de junio de 1882 procedente de Italia. Nacido en Milán el 22 de diciembre de 1829. Estaba trabajando como misionero en Birmania Oriental cuando fue llamado por el mismo Papa a Roma para dirigirse a la sede diocesana de Cartagena. Fue consagrado en Milán el 19 de febrero de 18827. 3

AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 20r-21v, documento con fecha del 1 de noviembre de 1881. 4 AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 24r-25v, documento con fecha del 10 de octubre de 1881. 5 AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 31r-v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 5 de agosto de 1882, en donde informó que había entregado la carta enviada a Monseñor González, Obispo de Antioquia, en la cual se transmitió la voluntad del Santo Padre, para que dicho Prelado permaneciera en la Diócesis hasta la llegada del sucesor. 6 AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 33r, minuta de la SESS para Giovanni B. Agnozzi, 14 de septiembre de 1883. Los primeros documentos vienen transmitidos y recomendados por el Caballero Francesco Mansella, quien apoyaba el proyecto de reunir la Diócesis de Antioquia con la de Medellín, y si no fuese posible, sugirió la rectificación de los actuales límites, en AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 4r-7r. 7 En las Actas del Consistorio del 27 de marzo de 1882 sobre el nombramiento del Ordianio de Cartagena se registra: Cathedralem Ecclesiam De Carthagena. in Statibus foederatis Columbiae in America Meridionali, favore R. D. Eugenii Biffi, presbyteri Mediolanensis, en: ASS, vol. 14 (1881), 391. Sobre el Episcopado de Eugenio Biffi, véase en: HC, vol. 8 (1968), 186.

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En su comunicado Giovanni B. Agnozzi resaltó la acogida de la cual fue objeto el nuevo Obispo, teniendo en cuenta que era extranjero. De igual manera hizo una descripción de la Diócesis en donde sobresale la situación económica paupérrima en la que se hallaba, al punto de no tener cómo ofrecer una renta fija al nuevo Prelado. El clero, de la misma manera, era poco para atender las más de 80 parroquias, contaba con 42 sacerdotes y en palabras textuales del Delegado, muchos no correspondían a la propia vocación. Por esta razón, el nuevo Prelado solicitó el envío de misioneros, aclarando que no contaba con el presupuesto para su sostenimiento8. 1.3. Situación del Episcopado colombiano El número de jurisdicciones eclesiásticas no era suficiente de acuerdo a la extensión del territorio colombiano. Por tal razón el Delegado Apostólico inició a promover la creación de nuevas diócesis, pero antes era necesario organizar la situación de los obispos, debido a que existían algunos aspectos que debían cambiarse. Así lo expuso el Delegado: Diez son las Diócesis en esta República y con la excepción de Pasto, todas las otras tienen actualmente su Obispo residencial. […]. El territorio inmenso de Colombia, el número de fieles, casi todos católicos, la lejanía de los centros poblados, la falta de vías, y el defecto de un viaje cómodo requerirían la erección de otras Diócesis; pero aquí en cambio de Diócesis se multiplican los Obispos en reposo u ocupados en oficinas, que para mayor conveniencia del carácter Episcopal deberían confiarse a simples sacerdotes. […]. Le rogaría de hacer aplazar, si así gustara al Santo Padre, sobre el nombramiento de Obispos sin Diócesis en todo el territorio de esta Delegación Apostólica9.

Esta fue la primera manifestación de un Delegado Apostólico frente al número pequeño de jurisdicciones eclesiásticas en Colombia y al nombramiento de los Prelados; esta inquietud tuvo sus efectos positivos, ya que los siguientes Delegados continuaron con esta preocupación, ciertamente encontrándose algunas veces con la

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ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. f. 189r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 27 de junio de 1882. 9 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 431. fasc. 23. ff. 15r-16r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 28 de junio de 1882.

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oposición de algunos Ordinarios que se negaban a dejar dividir sus sedes, otros por el contrario expresaron su total disposición. 1.4. Nuevo Obispo para Pasto, Ignacio Velasco Tras la renuncia de Manuel Canuto Restrepo como Obispo de Pasto10, se inició el proceso de búsqueda de los candidatos. Debemos tener presente que la situación política del país había hecho muy difícil para la Iglesia sus labores, y el número de sacerdotes era limitado y poco formado, por eso era común que los Obispos fuesen elegidos de los miembros de las Órdenes religiosas. El Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, Vicente Arbeláez, propuso a Moisés Higuera quien era Auxiliar de Tunja. El Delegado Apostólico en Quito, Mario Mocenni, propuso a tres de los doce jesuitas colombianos residentes en Quito, Guillermo Castro, Ramón Posada y Vicente Ramírez11. Algunos católicos de Pasto solicitaron que fuese nombrado el sacerdote italiano Leone Sardi12. Otro grupo de ciudadanos de Pasto solicitó que fuese elegido entre los sacerdotes jesuitas Mario Valenzuela e Ignacio Velasco o Eulogio Tamayo13. El Delegado Apostólico en Quito envió informes en favor de estos últimos14.

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Estuvo en la sede de Pasto desde el 21 de marzo de 1870, en 1881 dimitió. AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. f. 6r, según el Delegado Apostólico, estos tenían ventaja sobre los demás en no pertenecer a ningún Partido Político. De igual forma, aclaró que tres Partidos Políticos de Pasto se apresuraron en presentar sus candidatos: los Liberales a Federico Aquila quien había sido expulsado de la Compañía de Jesús, y León Sardi expulsado de la orden franciscana, los dos con una vida muy cuestionable. El segundo Partido sugería la reelección de Restrepo, y el tercer Partido propuso a Ignacio Velasco, Mario Valenzuela, jesuitas, y a Eulogio Tamayo, canónicos de Bogotá. Según el criterio de Monseñor Mocenni, los más virtuosos eran Monseñor Higuera y el Canónico Tamayo. Por otro lado, se propuso al sacerdote Nepomuceno Rueda, en: AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 6v-7r. 12 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 8r-11v. 13 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 12r-17v. 14 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 20r-22v, despacho con anexo, de la Delegación Apostólica de Quito al Cardenal Ludovico Jacobini, 18 de febrero de 1881. La Santa Sede solicitó mayores informaciones sobre ellos, en: AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 26r-27r, minuta de la SESS, 6 de mayo de 1881. 11

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León XIII finalmente acogió la sugerencia del Delegado Apostólico en Quito, y nombró a Mario Valenzuela como nuevo Obispo de Pasto15. Se le encomendó al Delegado en Quito, Mario Mocenni, realizar el relativo proceso canónico16. En contraste con lo anterior, esta noticia no fue bien recibida por el General de la Compañía de Jesús, Pietro Becx17, debido a que sus mejores sacerdotes estaban siendo nombrados Obispos y estaba teniendo grave dificultad para sustituirlos, igualmente, el trabajo que estaba realizando el padre Valenzuela requería de su presencia, además, el propio Mario Valenzuela se opuso a su nombramiento18. El 16 de marzo de 1882 León XIII aceptó las razones dadas y dispuso que fuese exonerado el sacerdote Valenzuela y en su lugar se nombrara al también jesuita Ignacio León Velasco. Se le informó al Delegado Apostólico, Giovanni B. Agnozzi, para que iniciara el proceso canónico19. El nombramiento se hizo el 15 de marzo de 188320. El Delegado Apostólico comunicó que el nuevo Ordinario de Pasto tomó posesión el 11 de julio de 1883, siendo consagrado el 3 de julio del mismo mes por en Quito por el Arzobispo de esa sede José Ignacio Ordóñez21. Monseñor Ignacio Velasco, participó a León XIII de haber 15

AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 36r-v. AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 38r-39r, minuta de la SESS al Delegado Apostólico en Quito, Mario Mocenni, 12 de diciembre de 1881. La profesión de fe de Mario Valenzuela se hizo el 12 de marzo de 1882, en: AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 28. ff. 2r-3v. 17 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 40r-44v, carta con un adjunto del sacerdote jesuita Juan José de la Torre, visitador enviado a América, al Cardenal Jacobini, 21 de diciembre de 1881. 18 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 57r-63v, carta del 5 de abril de 1882. 19 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 28. ff. 33r-v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de noviembre de 1882, allí se comunicó que el proceso canónico de Ignacio Velasco había sido realizado por el Ordinario de Panamá, José Telésforo Paul. 20 En las actas del Consistorio del 15 de marzo de 1883 sobre el nombramiento del nuevo Ordianario de Pasto se registra: Cathedralem Ecclesiam Pastopolitan in Confoederatione Columbiae, Americae meridionalis, vacan, per dimissionem a R. P. D. Emmanuele Canuto Restrepo, ultro libenterque in manibus Sanctitatis Suae per actam et ab eadem admissam, favore R. P. Ignatii Velasco e Societate Iesu, Presbyteri Popayanensis, en: ASS, vol. 15 (1883), 405. Sobre el Episcopado de Ignacio Velasco véase en: HC, vol. 8 (1968), 271. 21 ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 38r-39v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 2 de agosto de 1883. La minuta de respuesta 16

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recibido la consagración episcopal en Quito el 13 de junio de 1883 y de haber tomado posesión de la Diócesis el 19 de junio22. 1.5. Nuevo Obispo de Antioquia, Jesús María Rodríguez Balbín Joaquín Guillermo González había presentado su renuncia a la sede de Antioquia el 30 de septiembre de 1881, pero permaneció como Administrador Apostólico hasta el nombramiento de su sucesor. Sobre el asunto, el Delegado Apostólico Agnozzi envió algunos reportes a la SESS. Se destaca la oposición del Obispo dimisionario en el nombramiento de un eclesiástico de la misma Diócesis23, similarmente, era partidario de suprimir esta Sede en favor de la de Medellín. Sin embargo, el Delegado Apostólico se unió a la solicitud hecha por el Capítulo Catedral, considerando como el más apropiado para ser nombrado al Canónico Jesús María Rodríguez, de la misma manera pensaba José Ignacio Montoya, Ordinario de Medellín. Junto a este candidato surgieron, el sacerdote Juan Buenaventura Ortiz y el Canónico Jesús María Rodríguez Balbín24. La Santa Sede hizo los pertinentes estudios, y luego de leer el respectivo informe dado por el Delegado Apostólico, León XIII designó a Jesús María Rodríguez para la Sede de Antioquia. Se le notificó a Giovanni B. Agnozzi para que compilara el proceso canónico25. Una vez enviado este proceso26 fue transmitido a la SCC 27. Finalmente fue nombrado Obispo de Antioquia el 9 de agosto de 188328. El nuevo Mitrado informó a la Santa Sede que recibió su de la SESS, 5 de noviembre de 1883, en: ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 39r. 22 AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 466. fasc. 33. ff. 2r-3v, carta del 26 de diciembre de 1883. 23 Hemos hecho mención cómo el Capítulo de la Catedral solicitó que fuese nombrado el Vicario general de la Diócesis, el Canónico Jesús María Rodríguez. 24 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 450. fasc. 28. ff. 49r-v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 2 de noviembre de 1882. 25 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 450. fasc. 28. ff. 54r- v, minuta de la SESS para Giovanni B. Agnozzi, 29 de enero de 1883. 26 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 450. fasc. 28. ff. 57r-v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de junio de 1883. 27 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. Pos. 450. fasc. 28. f. 60r. Minuta de la Secretaria de Estado de la Santa Sede para el Secretario de la SCC, 1 de agosto 1883. 28 En las actas del Consistorio del 9 de agosto de 1883 se registra: Cathedralem Ecclesiam Antioquesis in Confoederatione Columbiana Americae Meridionalis

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Consagración en Bogotá por imposición de manos de Manuel Canuto Restrepo en Bogotá el 21 de octubre de 1883 y sucesivamente tomó posesión de su jurisdicción. Agradeció por la confianza demostrada en su nombramiento29. 1.6. Enfermedad y muerte del Arzobispo Vicente Arbeláez El tema de la salud del Arzobispo de Bogotá fue motivo de gran preocupación, tanto en el ámbito eclesiástico como en el civil. Dada la importancia de la sede, que ese momento aún conservaba el nombre de Santafé en Nueva Granada, la situación se tornó preocupante, a tal punto, que el Delegado Apostólico inició a comunicarse con la Santa Sede, primero informando sobre el estado de salud del Prelado, pero a su vez, solicitando el nombramiento de un sucesor. De acuerdo al criterio de Monseñor Agnozzi, el más indicado para asumir esta responsabilidad era el Ordinario de Panamá, José Telésforo Paul30. El Gobierno a su vez, expresó su preocupación y se comunicó con la Santa Sede para que fuese nombrado un sucesor de Vicente Arbeláez, que de la misma manera que el Delegado Apostólico, se pensó en el Ordinario de Panamá como el más indicado31. Por otro lado, Giovanni B. Agnozzi informó a la Santa Sede sobre una controversia que se suscitó promovida por el Obispo de Tunja, vacan, per dimissionem a R. P. D. Ioachimo Guilelmo Gonzalez, libere ac sponte factam et a Sanctitate Sua admissam, favore R. D. Iesu Mariae Rodríguez Presbyteri Antioquiensis, en: ASS, vol. 16 (1883), 67. Sobre el Episcopado de Jesús María Rodríguez véase en: HC, vol. 8 (1968), 110, 186. 29 AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 450. fasc. 28. ff. 61r-62r, carta del 20 de noviembre de 1883. Luego el Delegado Apostólico envió un despacho al Cardenal Ludovico Jacobini, el 15 de abril de 1884, en donde comunicó que el recién nombrado Obispo de Antioquia, Monseñor Rodríguez había hecho el respectivo juramento y profesión de fe, en: ASV. Segre. Stato. 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 23r-v. 30 ASV. Segre. Stato. 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 28r-29v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 18 de junio de 1883. El Delegado insiste en el nombramiento de Monseñor Paul con un despacho del 6 de agosto de 1883, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc .2. ff. 34r-35r. 31 ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 39r-40v, despacho del Secretario de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos de Colombia, Tulio Pérez, con fecha del 19 de agosto de 1883, se informa sobre la salud del Arzobispo y se sugiere a Monseñor Paul como su sucesor. El 18 de agosto de 1883, el mismo Presidente José E. Otálora, envió una carta al Papa, lamentando la enfermedad e inminente muerte del Arzobispo Arbeláez y solicitando, a la vez, fuese nombrado para sustituirlo a Monseñor Paul, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 41r-44v.

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Severo García, quien había propuesto al Ordinario de Santa Marta, José Romero como sucesor del Arzobispo, pero a juicio del Delegado, esto no era más que una estrategia de Severo García para estar a disposición de un Partido Político y gobernar la Iglesia a modo suyo, apoyado de su buena relación con el Presidente Otálora quien a través del Agente del gobierno en Roma, el Sr. Vélez, ya estaba haciendo acercamientos en favor de Monseñor Romero. Incluso el Delegado advirtió, que no era de extrañarse que el Prelado García escribiera directamente en favor de Monseñor Romero, pero indirectamente en favor de su propio traslado a la Sede Metropolitana, y aquel para la sede de Tunja32. La Santa Sede respondió al Delegado Apostólico que León XIII había tenido en consideración la solicitud de nombrar como Auxiliar de Vicente Arbeláez con dignidad de sucesión a José Telésforo Paul, quien debería trasladarse de Panamá a dicha Sede33. El Delegado Apostólico notificó que en más de un año de la enfermedad del Arzobispo Arbeláez su salud era inestable, al punto que se preveía una inminente muerte. Por tal razón, el Capítulo de la Catedral procedería al nombramiento del Vicario Capitular34. A pesar de que ya se había aprobado el traslado de José Telésforo Paul de Panamá a Bogotá, no se había llevado a cabo porque el viaje significaba un gran esfuerzo, de manera similar, debía dejar en orden la Diócesis antes de abandonarla. Vicente Arbeláez falleció el 29 de junio de 1884, y de inmediato el Delegado Apostólico informó a la Santa Sede35, enseguida puso en conocimiento que tras su deceso,

32 ASV. Segre. Stato. 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 31r-v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de junio de 1883. 33 ASV. Segre. Stato. 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 32r-v, minuta de la SESS a Giovanni B. Agnozzi, 15 de agosto de 1883. El 18 de septiembre de 1883 se le notificó al Delegado Apostólico que se había aprobado oficialmente el traslado y que este debería ejecutarse lo más pronto posible, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc .2. ff. 36r-v. 34 ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 75r-76v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de junio de 1884. 35 ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 77r-78r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de junio de 1884, en donde el Delegado Apostólico afirmó que Vicente Arbeláez murió a las tres de la tarde, y que el 8 de mayo había cumplido 68 años.

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asumió la administración de la Arquidiócesis el Vicario Capitular Patricio Plata36. El Gobierno colombiano se manifestó expresando sus condolencias y se comunicó con la Santa Sede transmitiendo que se había declarado un duelo nacional por la muerte del Prelado37. 1.7. Nuevo Arzobispo de Bogotá, José Telésforo Paúl La muerte de Vicente Arbeláez había hecho cambiar el proyecto inicial de que fuese nombrado como su Auxiliar con derecho de sucesión al Ordinario de Panamá, José Telésforo Paul. Con el fallecimiento del Arzobispo hubo necesidad de hacerse efectivo el traslado de Monseñor Paul, quien había hecho una gran labor en Panamá, siendo el primer Obispo consagrado allí, el 25 marzo 1876. Desde el inicio se consideró que el Ordinario de Panamá era el más indicado para asumir la Sede Arzobispal, por su gran desempeño y su formación académica recibida como miembro de la Compañía de Jesús. Por otro lado, en la etapa del Arzobispo Arbeláez se había suscitado un fuerte litigio con el Ordinario de Tunja, Severo García, conocido como «la cuestión tunjana», debido a las rentas de algunas parroquias que antes pertenecían a la Arquidiócesis y que no hacían contribución alguna con su nueva Sede, y de la misma forma, Severo García acogió en su Diócesis algunos seminaristas que habían sido excluídos de Bogotá y les otorgó la ordenación sacerdotal. Este conflicto había afectado considerablemente a las respectivas jurisdicciones tocando la sensibilidad, tanto del clero como de los fieles. El Delegado Apostólico así como los Entes civiles consideraron que Telésforo Paul era el único capaz de lograr una conciliación.

36 ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 90r-v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 4 de julio de 1884. 37 ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 80r-81r. Hay una carta enviada al Delegado Apostólico Agnozzi de parte del Gobierno expresando sus condolencias por la muerte del Arzobispo, con fecha del 30 de junio de 1884, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 94r-v. El Delegado Apostólico notificó con Despacho del 18 de agosto de 1884, que recibió una carta del Ministro Secretario de Relaciones Exteriores, con la cual el presidente Hurtado y todo el personal del Poder Ejecutivo expresaron sus condolencias del por la muerte del Prelado, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 92r-93r. Sobre Vicente Arbeláez, véase en: HC, vol. 8 (1968), 271, 370, 374.

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Giovanni B. Agnozzi solicitó que tras la muerte de Monseñor Arbeláez, su sucesor no se trasladase a Bogotá hasta el arribo del nuevo Ordinario. Para dicha sede de Panamá recomendó al sacerdote Bernardo Herrera Retrepo, doctor en Sacra teología, laureado en Roma, canónico de la Metropolitana y rector del seminario arquidiocesano38. Al poco tiempo informó sobre la llegada de la notificación con la que se anunció el envío del Breve Apostólico del 28 de marzo de 1884 del nombramiento de José Telésforo Paul para la sede Metropolitana de Santafé en Nueva Granada39. Tomó posesión canónica el 6 de agosto de 1884, pero el Delegado Apostólico informó que hizo su entrada solemne el 11 de febrero de 188540. 1.8. Nuevo Auxiliar de Tunja, Moisés Higuera El Obispo de Tunja Severo García, había solicitado un Auxiliar para que atendiera la región del Casanare con la proyección de que fuese elevado como Vicariato Apostólico. La Diócesis de Tunja fue erigida el 29 de julio de 1880 desmembrándose de la Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada, pero aun así, seguía constituyéndose como una gran extensión de territorio. Tras la petición de Severo García, la Santa Sede le comunicó al Delegado Apostólico que León XIII había designado a Moisés Higuera41 como Vicario de Tunja en Casanare42. 38 ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 139r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 5 de junio de 1884. 39 AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 472. fasc. 33. ff. 68r-69v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 15 de octubre de 1884. En las actas del Consistorio del 10 de noviembre de 1884 se registra: Metropolitana Ecclesia Sanctae Fidei De Bogota in Confoederatione Statuum Reipublicae Columbianae, Americae Meridionalis, vacan, per obitum bo. me. Vincentii Arbelaez, ultimi illius Archiepiscopi, extra romanam curiam defuncti, R. P.D. Telesphoro Paul e Societate Iesu, Antistiti de Panama, en: ASS, vol. 17 (1884), 223. Sobre el Episcopado de José Telésforo Paul véase en: HC, vol. 8 (1968), 186. 271. 437. 40 AA.EE.SS. Colombia, 1885. pos. 473. fasc. 33. ff. 74r-75r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 12 de febrero 1885. 41 Moisés Higuera ejercía en ese momento como Auxiliar de Bogotá, había sido consagrado el 19 de mayo de 1878 y era titular de Maximianopolis en Arabia. Véase en: HC, vol. 8 (1968), 186, 271, 874. 42 AA.EE.SS. Colombia, 1882-1884. pos. 452. fasc. 30. ff. 18r-19v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de abril de 1883. El anuncio

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Giovanni B. Agnozzi puso en conocimiento a la Santa Sede la grave situación de Tunja; en primer lugar, la pobre labor de Severo García debido a su avanzada edad y enfermedad, así como por las constantes discordias con el Arzobispo Arbeláez. De la misma manera, se le acusaba de recibir sujetos que habían sido descartados o reprobados en otras jurisdicciones y conferirles las órdenes sagradas, produciendo un prejuicio contra el clero. A pesar de tener las mejores rentas de la región la administración era deficiente, muchos párrocos se lucraban y abusaban sin el menor escrúpulo43. La Santa Sede respondió al informe del Delegado Apostólico transmitiendo que lo mejor no era trasladar al Obispo sino designándole un Auxiliar adecuado44. Monseñor Agnozzi con varios despachos continuó informando sobre Monseñor García, gravemente enfermo, y sobre la Diócesis de Tunja45. Menciona sobre la conveniencia de dividirla en otras dos y de erigir en Vicariato Apostólico la misión del Casanare46. Algunos fieles de Tunja solicitaron a Moisés Higuera para suceder a Monseñor García47.

de este nombramiento: minuta de la Secretaria de Estado a Giovanni B. Agnozzi, 7 de febrero de 1883, en AA.EE.SS. Colombia, 1882-1884. pos. 452. fasc. 30. f. 12r. 43 AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 12r-16r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 14 de mayo de 1884. 44 AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. f. 19r, minuta de la SESS a Giovanni B. Agnozzi, 25 de julio de 1884. 45 AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 47r-48r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 22 de noviembre de 1884. Se encuentran otros informes enviados por el Delegado Apostólico sobre la Diócesis de Tunja: despacho del 18 de febrero de 1885, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 53r-54r; despacho del 23 de junio de 1885, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 57r-58r; despacho del 26 de junio de 1885, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 59r-v; despacho del 3 de septiembre de 1885, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 61r-62r. 46 AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 49r-51v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 2 de enero de 1885, sobre la necesidad de crear en el Casanare un Vicariato Apostólico. De igual manera, envió un despacho el 30 de abril de 1885, sobre el mismo asunto, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 55r-56v. 47 Carta del 12 de diciembre de 1885, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 63r-64v.

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1.9. Enfermedad del Obispo de Medellín El Ordinario de Medellín José Ignacio Montoya, había solicitado un Auxiliar y recomendó especialmente al sacerdote Francisco Xavier Zaldúa, hijo del Presidente de la República48. León XIII en la Audiencia del 16 de mayo de 1882 aceptó la solicitud y designó a este sacerdote para tal cargo49. Sin embargo, el sacerdote Zaldúa renunció a su nombramiento debido al estado de gravedad en la que se encontraba su padre, de hecho, el mismo Presidente de la República apoyó la decisión de su hijo50. El Obispo de Medellín expresó su malestar por esta decisión y solicitó nuevamente la designación de un Auxiliar51. Giovanni B. Agnozzi escribió a la Santa Sede exponiendo sus criterios para la elección del Auxiliar de Medellín, considerando el estado de salud de José Ignacio Montoya y de la importancia de esta sede en el Departamento de Antioquia. José Ignacio Montoya solicitó a la Santa Sede que fuese nombrado como su Auxiliar a Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis, y que había sido Auxiliar de Bogotá y de Tunja52. Ante esta petición, el 48

AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. ff. 28r-30v. AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. f. 39r, minuta de la SESS para Giovanni B. Agnozzi, 29 de mayo de 1882, en donde se le solicitó iniciar el respectivo proceso canónico. Adicionalmente, se le informó al Gobierno colombiano, el 31 de mayo de 1882, acerca el nombramiento de Francisco Javier Zaldúa, en: AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. f. 40r. La respuesta de la Legación de los Estados Unidos de Colombia, firmada por el Sr. Eugenio Baena, con fecha del 2 de junio de 1882, en: AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. ff. 43r-v. 50 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. ff. 52r-53r, carta de Francisco Zaldúa al Cardenal Ludovico Jacobini, 30 de octubre de 1882. La Santa Sede notificó al Delegado Apostólico sobre la renuncia del candidato, el 13 de enero de 1883, en: AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. f. 59r. 51 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. ff. 57r-v, carta del Obispo de Medellín, José Ignacio Montoya, al Cardenal Ludovico Jacobini, 14 de diciembre de 1882. 52 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. ff. 14r-v, carta de José Ignacio Montoya a León XIII, 24 de septiembre de 1883, hizo esta solicitud, recordando que desde hacía dos años venía manifestando la necesidad de una auxiliar, que le fue concedido en la persona del sacerdote Francisco Zaldúa, pero que éste rechazo por razones familiares. Justamente, respecto al nombramiento del sacerdote Zaldúa, Monseñor Agnozzi, con un despacho del 10 de diciembre de 1883 al Cardenal Jacobini, informó que aunque ya había renunciado al nombramiento episcopal, estaba buscando la forma de ser nombrado nuevamente. El Delegado Apostólico, emitió su criterio, afirmando que si bien desempeñaba con celo su ministerio, no sería lo mismo como Obispo, pues no poseía la madurez ni prudencia necesarias debido a su edad. 49

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Delegado Apostólico se opuso argumentando que Moisés Higuera no era un eclesiástico suficientemente preparado ni el más adecuado para ese cargo, provenía de una familia poco elevada, no era muy instruido, que dejaba una lamentable impresión a la gente culta, no era una persona presentable para ser el Auxiliar de Medellín. El Delegado sugirió que en lugar de nombrar a un Auxiliar lo más indicado era que el Obispo presentase su renuncia o que eligiese un buen Vicario53. Finalmente, León XIII acogió la petición del Ordinario de Medellín en la Audiencia del 12 de febrero de 1884. Se le notificó a la Secretaría de los Breves para la expedición del relativo Breve del nombramiento para que fuese enviado al Delegado Apostólico54. Moisés Higuera era el Decano de la Metropolitana, por lo tanto al ser nombrado como Auxiliar de Medellín quedó vacante el decanato, la Santa Sede comunicó esto a Monseñor Agnozzi55. 1.10. Muerte del Obispo de Medellín, José Ignacio Montoya El Delegado Apostólico participó a la Santa Sede que el 15 de julio de 1884 había fallecido José Ignacio Montoya. Conjuntamente, notificó que después de tres meses de habérsele informado a Moisés Higuera de su nombramiento como Auxiliar, este no se había trasladado desde Bogotá56. El Gobierno colombiano por su parte se comunicó con la Santa Sede para expresar sus condolencias por la muerte del Prelado Montoya57. Tras la muerte de Monseñor Montoya, Giovanni B. Agnozzi expresó su opinión sobre el asunto de Moisés Higuera nombrado como Auxiliar Por otro lado, su nombramiento, el cual rechazó, produjo gran malestar en el clero, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. ff. 17r-18r. 53 El Delegado insistía en la poca preparación de Higuera para ser el sucesor de Montoya, en: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc.1 f. 104r. Con un despacho del 7 de junio de 1884 de Monseñor Agnozzi al Cardenal Jacobini, se informó sobre el grave estado de salud de Monseñor Montoya, en: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 106r. 54 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. f. 16r, minuta de la SESS al Cardenal Mestel, Secretario de los Breves, 15 de febrero de 1884. 55 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. f. 21r, minuta de la SESS para Giovanni B. Agnozzi, 27 de febrero de 1884. 56 ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 108r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 16 de julio de 1884 57 ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 121, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Ludovico Jacobini, 5 de septiembre de 1884.

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de esa sede. Dado que ya no era necesaria su presencia, el Delegado recomendó que no se trasladase sino que se le asignara un nuevo nombramiento, por otra parte, respecto al Decanato de la Metropolitana que estaba bajo el cargo de Higuera, luego de su nombramiento para Medellín le fue dado al sacerdote Patricio Plata. Por lo tanto, dadas las circunstancias que surgieron por la muerte de Monseñor Montoya, el Delegado sugirió que Moisés Higuera fuese nombrado como Vicario Apostólico del Casanare, en donde ya había estado siendo Vicario de Tunja en 1882, y en ese entonces ya había sido postulado para tal función58. El Delegado Apostólico consideró que ya no era necesario nombrar un Auxiliar para la Sede de Medellín, pues la justificación que se tenía era para dar una ayuda al Obispo Montoya que se encontraba en grave estado de salud, pero al morir este lo mejor era designar un nuevo Prelado, joven y saludable, de tal forma que pudiera él solo hacerse cargo de la atención pastoral de la entera Diócesis59. 1.11. Nuevo Obispo de Medellín, Bernardo Herrera Restrepo La sede de Medellín era muy importante y no convenía dejarla mucho tiempo sin Ordinario, de tal forma que se inició un complejo proceso de selección de los candidatos. El Capítulo de Medellín propuso tres: a Monseñor Moisés Higuera, quien había sido nombrado como Auxiliar del difunto Obispo, al sacerdote jesuita Mario Valenzuela y al sacerdote Juan Buenaventura Ortiz. El Delegado Apostólico informó sobre este asunto a la Santa Sede remitiendo la propuesta del Capítulo, a su vez, advirtió sobre las intrigas que se estaban creando por culpa del Canónico Sebastián Emigdio Restrepo, quien se estaba autopostulando para la sede de Medellín recogiendo firmas para lograr este propósito. Por su parte, el Delegado recomendó

58

AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. ff. 57r-58r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 27 de agosto de 1884. Pero la SESS le informó a Monseñor Agnozzi, que el Prelado Higuera, había hecho directamente la solicitud de permanecer como Decano de la Metropolitana, lo cual le fue concedido. Minuta del 18 de octubre de 1884, en: AA.EE.SS. Colombia, 18831884. pos. 463. fasc. 32. ff. 59r-v. 59 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. ff. 61r-v.

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dando un informe favorable a los Canónicos Bernardo Herrera Restrepo, Joaquín Pardo y José María Plata60. La Santa Sede comunicó que León XIII había nombrado al sacerdote Mario Valenzuela s.j. como nuevo Obispo de Medellín y le solicitó al Delegado Apostólico que compilara el relativo proceso canónico61. Pero el sacerdote no aceptó el nombramiento. El gobierno de los Estados Unidos de Colombia, solicitó que fuese nombrado para la sede de Medellín el sacerdote Sebastián Emigdio Restrepo, quien conocía muy bien la situación porque ya había gobernado la Diócesis62. León XIII decidió finalmente nombrar a Bernardo Herrera Restrepo, por lo tanto, le solicitó al Delegado Apostólico un informe más completo. Monseñor Agnozzi se expresó favorablemente sobre el sacerdote Herrera Restrepo y envió el proceso canónico63. Luego de nuevo se comunicó agradeciendo el nombramiento, y sugirió insertar una cláusula en la Bula para el nuevo Obispo de Medellín por si se llegaba a erigir una nueva sede en este territorio, como era el deseo de algunas poblaciones64. Una vez organizado todo, el 25 de marzo de 1885 fue nombrado oficialmente Bernardo Herrera Restrepo para la sede de Medellín65. Monseñor Herrera Restrepo se comunicó con la Santa Sede poniendo en conocimiento que por no haber llegado antes la Bula de nombramiento por causa de la guerra que se desarrollaba en ese 60 AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 469. fasc. 33. ff. 45r-47v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 16 de agosto de 1884. 61 AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 469. fasc. 33. ff. 50r-v, minuta de la SESS para Giovanni B. Agnozzi, 8 de octubre de 1884. 62 ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 173r. 63 ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 205r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de noviembre de 1884, en donde se notificó sobre el envío del proceso canónico para la promoción de Monseñor Bernardo Herrera. 64 AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 470. fasc. 33. ff. 56r-56v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 17 de noviembre de 1884. Sobre el nombramiento de Bernardo Herrera, se encuentra la minuta de la SCC del 24 de diciembre de 1884, en: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 202r. 65 En las actas del Consistorio del 27 de marzo de 1885 se registra: Cathedralem Ecclesiam Medellen, ditionis Statuum foederatorum Columbiae in America Meridionali, vacan, per obitum bo. me. Iosephi Ignatii Montoya, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. D. Bernardi Herrera Restrepo, S. Fidei de Bogota, seu Neogranatensis, en: ASS, vol. 17 (1884), 424. Sobre el Episcopado de Bernardo Herrera Restrepo véase en: HC, vol. 8 (1968), 186, 271, 375.

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momento en el país, solamente había recibido la consagración el 27 de diciembre de 1885 por la imposición de manos del Arzobispo José Telésforo Paul, y que tomó posesión de esta sede el 21 de enero de 1886. Agradeció al Santo Padre y junto al clero y al pueblo, profesó su obediencia y sumisión66. 1.12. Nuevo Obispo de Panamá, José Alejandro Peralta La Diócesis de Panamá había quedado vacante luego del nombramiento de Telésforo Paul para la sede Metropolitana de Bogotá en 1884. A raíz de esto, se empezó con el proceso de selección de los posibles candidatos para esta sede. El Gobierno colombiano propuso como candidato al sacerdote Rafael Celedón, destacando sus cualidades tanto académicas como morales67. León XIII designó al sacerdote jesuita Mario Valenzuela68, quien ya había rechazado la sede de Medellín. Pero el Delegado Apostólico notificó a la Santa Sede que había recibido una carta del sacerdote en donde nuevamente renunciaba a la destinación de la sede vacante de Panamá, indicando los motivos, los cuales fueron apoyados por el Delegado69. 66

AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 498. fasc. 41. ff. 57r-59r, carta al Cardenal Ludovico Jacobini, 1 de febrero de 1886, se anexó una copia de la carta enviada a León XIII el 30 de enero de 1886, en donde se le informó sobre el asunto. La Minuta de respuesta de la SESS, del 19 de mayo de 1886, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 498. fasc. 41. f. 61r. 67 ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 129r, despacho de la Legación de los Estados Unidos de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Ludovico Jacobini, 4 de septiembre de 1884. El Delegado Apostólico con un Despacho del 16 de septiembre de 1884 al Cardenal Jacobini, expuso que le había sido transmitido por Monseñor Biffi, Obispo de Cartagena, el propósito de nombrarlo como Vicario Apostólico de la misión de la Guajira, territorio de la Diócesis de Santa Marta, en: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 187r. 68 ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 191r, minuta de la SESS para General de la Compañía de Jesús, solicitando el proceso para la dispensa de votos del padre Mario Valenzuela, para su promoción a la Sede de Panamá, 16 de noviembre de 1884. La respuesta del General de la Compañía de Jesús, en: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 192r. 69 AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 479. fasc. 35. ff. 67r-70v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 4 de noviembre de 1884, en donde se adjuntó la carta del padre Valenzuela. El Delegado afirmó que el sacerdote Valenzuela ya había renunciado al nombramiento como obispo de Pasto tres años antes, y nombrarlo ahora como Ordinario de Panamá no convenía, ya que esta

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El 5 de enero de 1885 se comunicó telegráficamente a Monseñor Agnozzi que León XIII había nombrado al sacerdote José Alejandro Peralta, recomendado por el Delegado Apostólico70. Tres meses más tarde, el Delegado Apostólico solicitó que la promoción del nuevo Obispo viniese por medio de un Breve y prometió enviar lo más rápido posible el proceso canónico71. Alejandro Peralta envió una carta al Papa en donde le manifestó su renuncia al Obispado de Panamá, su principal razón era una enfermedad que lo acogía desde hacía más de diez años, con fiebre que lo debilitaba bastante72. No obstante, el Papa no consideró las razones lo suficientemente fuertes y no aceptó la renuncia, y así lo puso en conocimiento al Delegado Apostólico73. León XIII ordenó el 1 de junio de 1886 que fuese expedido el Breve para la promoción de Alejandro Peralta en el siguiente Consistorio. Una vez llegó el proceso canónico enviado por el Delegado Apostólico74 fue remitido a la SCC 75. El 24 de octubre de 1886, Monseñor Ignacio Antonio Parra, Obispo de Pamplona, consagró en la iglesia de Girón a José Alejandro Peralta. Diócesis por su posición geográfica era más difícil de gobernar, principalmente por su clima. Agregó, que otra razón de peso por la cual no sería prudente este nombramiento, era que el padre Valenzuela pertenecía a la Compañía de Jesús, y ya había dos obispos de esta comunidad en Colombia, un tercero generaría malestar, ya que el número total de Prelados en el país era de 10. 70 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. f. 2r, minuta de la SESS para Giovanni B. Agnozzi. Aunque en la respuesta dice que el Delegado Apostólico había recomendado a este sacerdote, no se encontró el documento en donde se afirma esto, sin embargo, la minuta da a entender que hubo un despacho que contenía la información del candidato. 71 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. ff. 3r-4r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 15 de marzo de 1885. 72 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. ff. 5r-6r, carta del 12 de abril de 1885. 73 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. ff. 7r-8r, minuta de la SESS para Giovanni B. Agnozzi, 4 de septiembre de 1885. 74 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. f. 19r, despacho de la Delegación Apostólica, 17 de junio de 1886. 75 Minuta de la SESS, con fecha del 17 de enero de 1887, en AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. f. 21r. En las actas del Consistorio del 10 de junio de 1886 se registra: Cathedrali Panamensi vacan, per translationem ad Metropolitanam s. Fidei de Bogota R. P. D. Iosephi Thelesphori Paul e Societate Iesu, praetulit R. D. Iosephum Alexandrum Peralta, S. Andreae in dioecesi Neo-Pampilonensi Parochum, en: ASS, vol. 18 (1885), 568. Sobre el Episcopado de José Alejandro Peralta véase en: HC, vol. 8 (1968), 437.

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Asistentes: los sacerdotes José Antonio Fernández y Antonio María Colmenares76. 1.13. Renuncia de Severo García, Obispo de Tunja Severo García fue designado como primer Ordinario de Tunja el 18 de noviembre de 1881, pero fue consagrado hasta el 12 de marzo de 1882 por Bonifacio Antonio Toscano, Obispo in partibus77 de Centuria en la Catedral de Tunja78. Durante su gestión en la Diócesis, Severo García estuvo constantemente en polémicas, tanto con sus Auxiliares como con el Arzobispo Vicente Arbeláez. Su mala administración hizo eco hasta el punto de que el Delegado Apostólico sugirió en octubre de 1885 que se le pidiera la renuncia para que la sede fuese administrada temporalmente por una comisión compuesta por Juan Nepomuceno Rueda, Obispo in partibus de Sebastópolis en Armenia, Bonifacio Antonio Toscano, Obispo in partibus de Centuria y el Canónico Reyes79. Giovanni B. Agnozzi trató sobre el asunto con la Santa Sede a través de constantes despachos debido a su complejidad y, en consonancia con esto, el Prelado se mostró disponible para presentar su renuncia, tan pronto organizara mejor algunos asuntos80. De esta manera, el 15 de 76

Gonzalo URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos desde el tiempo de la Colonia hasta nuestros días, 589-600. 77 (Del lat. in partibus [infidelium], en países [de infieles]). El término fue utilizado hasta el 10 de junio de 1882 cuando León XIII en su carta In suprema decidió que esas Diócesis ya no se llamarían sedes in partibus infidelium sino sedes titulares, término que se conserva actualmente. 78 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 217-223. 79 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 3r-v, el Delegado Apostólico, sugiere que se le otorgue a Monseñor García el grado Arzobispal y se le provea de una pensión. 80 El Delegado Apostólico continuamente estuvo comunicando acerca del proceso de la renuncia de Severo García. Fueron hallados los siguientes documentos: despacho del 18 de octubre de 1885, acerca de su encuentro con el Arzobispo de Bogotá para tratar sobre el asunto, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 5r-6r. El 10 de noviembre de 1885, informó que el secretario de Severo García, de apellido Torres, se había acercado a la Delegación Apostólica en nombre del Ordinario de Tunja para comunicar que este estaba en disposición para presentar su renuncia, al término de solucionar algunas cuestiones sobre las rentas de la Diócesis, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff.7r-v. El 15 de diciembre de 1885, el Delegado Apostólico expuso la actitud del Obispo de Tunja,

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diciembre de 1885 presentó su renuncia ante León XIII por medio del Arzobispo José Telésforo Paul quien la envió a la Santa Sede el 4 de enero de 188681. Este modo de actuar incomodó al Delegado Apostólico quien se lamentó por la intromisión de José Telésforo Paul en este asunto, no obstante, solicitó a la Santa Sede que fuese aceptada la renuncia de Severo García y que se le diera la autorización para nombrar un Administrador Apostólico mientras se designaba un nuevo Ordinario, el Delegado recomendó al Canónico Patricio Plata. En la audiencia del 13 de abril de 1886 el Santo Padre aceptó la dimisión de Severo García y nombró al sacerdote José Benigno Perilla Obispo de Tunja y ordenó que en la Bula se expresara la reserva futura, cuando se tuviese oportuno, de la desmembración de esa jurisdicción. Se le notificó a Monseñor Agnozzi, interesándolo a hacer el relativo proceso canónico82. Severo García recibió la respuesta de la Santa Sede aceptando su renuncia y en donde se le anunció el nombramiento de una sede Arzobispal titular y la asignación de una pensión anual de 20.00 francos, mientras tanto debería proseguir a regir la Diócesis de Tunja hasta la posesión de nuevo Ordinario83. Monseñor Juan Nepomuceno Rueda, Obispo titular de Sebastópolis y Auxiliar de Monseñor Severo García, ante la noticia renuncia de este quien, aunque deseaba presentar su renuncia, esperaba que su remplazo fuera una persona de su agrado, por lo tanto se estaba tomando un tiempo para tomar su decisión, algo que no le era beneficioso ni a él ni a la Diócesis, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 9r-10r. El 5 de febrero de 1886, informó que el Secretario de la Legación de Colombia ante la Santa Sede, el Sr. Vélez, quien retornaría a Roma luego de una estancia en el país, portaría como prioridad la petición de la provista de un nuevo Mitrado para la Diócesis de Tunja, dada la inminente renuncia del actual. El Delegado Apostólica solicitó tener en cuenta este asunto como algo prioritario, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 17r-v. 81 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 21r-24v. 82 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 31r-v, minuta de la SESS para Giovanni B. Agnozzi, 15 de abril de 1886. En las actas del Consistorio se registra: Cathedralem Ecclesiam Tunquen, in Republica Columbiana Americae meridionalis vacan, per dimissionem a R. P. D. Severo Garcia in manibus Sanctitatis Suae ultro libenterque emissam, et ab Eadem acceptam, favore R. D. Iosephi Benigni Perilla, Presbyteri Tunquensis dioeceseos, en: ASS, vol. 19 (1886), 424. Sobre el Episcopado de José Benigno Perilla véase en: HC, vol. 8 (1968), 572. 83 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 30r-v. El 4 de febrero de 1888 fue nombrado como Arzobispo titular de Chalcis en Siria, minuta de la SESS para Severo García, 18 de mayo de 1886.

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último y el relativo nombramiento del sucesor en la persona del sacerdote J. Benigno Perilla, solicitó una parroquia para proveer su sustento. Monseñor Agnozzi lo recomendó, en vista de que se tenía inmediata la erección de una nueva sede en Santander, lo propuso como Ordinario de la misma84. El canónigo José Benigno Perilla solicitó al Santo Padre de aceptar su renuncia a la sede de Tunja, las razones que dio para no aceptar el episcopado fueron: primera, su estado de salud, ya que frecuentemente sufría de ataques que impedían realizar adecuadamente el ejercicio sacerdotal; segunda, carecía de estudios de doctorado, solo poseía los requeridos para la recibir las sagradas órdenes; tercera, su carácter y temperamentos susceptibles lo llevaban a actuar con imprudencia en algunas situaciones; cuarta, manifestó no tener ni las aptitudes ni la voluntad para ejercer tal puesto85. No obstante estas razones, su petición no fue aceptada por León XIII86. Seguidamente le Delegado Apostólico continuó tratando algunos asuntos pendientes en la Diócesis de Tunja en torno a la renuncia de Severo García87. 84

AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 509. fasc. 42. ff. 56r-57v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de abril de 1886. 85 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 42r-44v, carta dirigida al Cardenal Ludovico Jacobini, 9 de mayo de 1886. 86 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 46r-47r, minuta de la SESS al Canónigo José Benigno Perilla, con copia al Delegado Apostólico, 14 de septiembre de 1886. 87 AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 54r-55r, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de junio de 1886. El Delegado Apostólico aprovechando la renuncia de Monseñor García, solicitó que le fuese tenida en cuenta la causa para el nombramiento de un Ordinario para la nueva sede en Santander y la elevación de Casanare a Vicariato Apostólico; el 17 de junio, nuevamente escribió sobre los mismos asuntos, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 56r-v. El 8 de julio de 1886, informó que el Arzobispo de Bogotá, José Telésforo Paul, se estaba inmiscuyendo en el asunto de la Diócesis de Tunja, solicitó una intervención de la Santa Sede, en: AA.EE.SS. Colombia, 18851886. pos. 492. fasc. 40. ff. 58r-59r. El 12 de agosto de 1886, sobre el asunto de los diezmos, según el acuerdo realizado luego de la llamada «cuestión tunjana», el desacuerdo entre Severo García y Vicente Arbeláez, afirmó el Delegado Apostólico que se debería revisar tal acuerdo, ya que el nuevo Mitrado no estaría en disposición de continuar tal asunto, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 62r-63r. El 24 de agosto de 1886, el Delegado Apostólico comunicó que finalmente el Canónigo Perilla se dispondría a hacer la profesión de fe, concluyendo así, los actos de su proceso canónico, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 66r-v. El 17 de septiembre, el Delegado Apostólico remitió el proceso canónico del

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El 28 de agosto de 1887, José Telésforo Paúl, Arzobispo de Bogotá, consagró en la Catedral a José Benigno Perilla, Obispo de Tunja. Asistentes los Obispos: Manuel Canuto Restrepo, dimisionario de Pasto y Moisés Higuera, titular de Maximópolis88. 2. Luigi Mattera, 1887-1889 2.1. Nuevo Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz El Delegado Apostólico participó a la Santa Sede de la muerte del Ordinario de Popayán, Carlos Bermúdez, el 6 de diciembre de 1886, y sugirió como su sucesor al Canónigo Joaquín Pardo89. Contemporáneamente, el Capítulo catedral envió una carta a León XIII proponiendo una terna de candidatos conformada por los sacerdotes Gustavo Foing, Juan Buenaventura Ortiz y Aquilino Niño90. El Gobierno, en cabeza del Presidente de la República, propuso al sacerdote José Ignacio Soto; el Delegado Apostólico, de la misma manera, lo recomendó91. Surgió la posibilidad de trasladar a Ignacio Velasco de la sede de Pasto a la de Popayán, algo que el mismo candidato refutó, argumentando que no sería buena idea ser Obispo en su propia tierra92. Canónigo Perilla, y solicitó pronta solución para la erección de la nueva jurisdicción en Santander y el Vicariato Apostólico de Casanare, en AA.EE.SS. Colombia, 18851886. pos. 492. fasc. 40. ff. 68r-69v. 88 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 619-621. Se dio la noticia de la consagración episcopal de Benigno Perilla, realizada el 28 de agosto de 1887, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887. pos. 515. fasc. 44. ff. 54r-54v. La minuta de respuesta de la SESS, del 18 de octubre de 1887, en donde se destacaron las buenas gestiones y la disposición del gobierno hacia la Iglesia, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887. pos. 515. fasc. 44. f. 56r. 89 AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 2r-3r, despacho del 10 de diciembre de 1886. 90 AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 4r-7r, carta del 12 de diciembre de 1886, a León XIII, firmada por los miembros del Capítulo de la Catedral. 91 AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 16r-17r, despacho de Luigi Mattera al Cardenal Ludovico Jacobini, 19 de enero de 1887. El Delegado dio un informe detallado del sacerdote, quien era originario del Cauca, hijo de un distinguido militar, de buena conducta e instrucción, de 37 o 38 años, gozaba de la estima tanto del Presidente de la República como del gobernador del Departamento. 92 AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 18r-19v, despacho de Luigi Mattera al Cardenal Ludovico Jacobini, 6 de febrero de 1887, se anexó la carta

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Al hacerse pública esta propuesta, un grupo de personas de la Diócesis de Pasto envió un documento al Santo Padre para solicitar que se impidiese el traslado de monseñor Velasco a Popayán93. En otro documento dirigido a León XIII con la firma de un gran número de personas se pidió al sacerdote Gustavo Foing como Ordinario de Popayán94. El Arzobispo José Telésforo Paul inicialmente sugirió al párroco de la Catedral de Bogotá, Juan Buenaventura Ortiz, quien a su juicio, era docto, piadoso, orador, de inmaculada vida y mucho celo. Se había comunicado al Presidente de la Republica, y este aprobó tal decisión95, pero luego propuso a Monseñor Ignacio Velasco, Obispo de Pasto quien era natal de esa ciudad, de muy buena familia, educado en Europa, ajeno a los Partidos Políticos, piadoso, prudente y activo. Para sucederle en Pasto, se proponía al Miguel Higuera, Obispo de Maxinópolis y Decano de la Catedral de Bogotá96. Monseñor Mattera informó favorablemente sobre el sacerdote Ortiz97. Viene encargado de compilar el Proceso Canónico. Finalmente León XIII el 1 de junio de 1888 designó a Juan Buenaventura Ortiz como nuevo Ordinario de Popayán98. El sacerdote de Ignacio Velasco, dirigida a la Delegación Apostólica el 6 de enero de 1887, en donde expuso sus argumentos. 93 AA.EE.SS. Colombia, 1887. pos. 511. fasc. 42. ff. 51r-77v. 94 Gustavo Foing, asistente del Superior General de la Congregación de la Misión, fue visitador de esa Provincia, y rector del Seminario Conciliar de Popayán. Se envió una gran cantidad de documentos con firmas, para respaldar el nombramiento de este sacerdote, en: AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 21r-47v. 95 ASV. Segre. Stato, 1887. rub 251. fasc. 2. ff. 83r-v. 96 ASV. Segre. Stato, 1887. rub 251. fasc. 2. ff. 86r-v. Hay una carta anterior del 29 de marzo de 1887 en donde prácticamente se tocan los mismos asuntos, en: ASV. Segre. Stato, 1887. rub 251. fasc. 2. ff. 88r-89v. Luego, José Telésforo Paúl, al Cardenal Mario Mocenni, Sustituto del Secretario de Estado de Su Santidad, con fecha del 23 de julio de 1887, sobre lo mismo. 97 AA.EE.SS. Colombia, 1887. pos. 515. fasc. 44. ff. 4r-4v, despacho de Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 30 de octubre de 1887. El 23 de abril de 1888, se envió un Despacho con el proceso canónico del sacerdote Juan Buenaventura, quien había sido nombrado como Obispo para la Sede de Popayán, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 73. 98 En las actas del Consistorio del 1 de junio de 1888 se registra: Cathedralem Ecclesiam Popayanen. in Neogranatensi diti on Americae meridionalis vacan, per obitum bo. me. Caroli Bermudez, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. D. Ioannis Bonaventurae Ortiz, Presbyteri s. Fidei Bogotensis. R.

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Ortiz agradeció al Santo Padre por su nombramiento para la sede de Popayán99. El 27 de diciembre de 1888, fue Consagrado en la Catedral de Bogotá por Bonifacio Antonio Toscano, Obispo titular de Centuria100. 2.2. Muerte del Arzobispo de Bogotá, José Telésforo Paúl José Telésforo Paul había sido promovido de la sede de Panamá a la Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada el 6 de agosto de 1884. Durante su pontificado en Bogotá vivió los momentos difíciles de guerra civil de 1884-1885, así como la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Colombia y la Santa Sede. Tomó parte en la redacción de la Constitución política de 1886, en influyó en la firma del Concordato de 1887101. El Delegado Apostólico Luigi Mattera informó al Cardenal Secretario de Estado acerca de la repentina enfermedad del Arzobispo, quien, luego de estar bien de salud le había llegado un problema al corazón y a los riñones, por tal razón, los médicos le sugirieron cambiar de aire, y se había trasladado a Anapoima102. A pesar de que el Prelado tuvo unos días de reposo, la muerte le sorprendió en su regreso a Bogotá, en la población de la Mesa, a unos 54 Km del sureste de la capital, el 8 de abril de 1889. La misa de exequias fue celebrada el 10 de abril en la Catedral Metropolitana, con D. Ioannes Bonaventura Ortiz, en: ASS, vol. 21 (1888), 627. Sobre el Episcopado de Juan Buenaventura Ortiz véase en: HC, vol. 8 (1968), 463. 99 AA.EE.SS. Colombia, 1887. pos. 515. fasc. 44. ff. 8r-v, carta del 15 de octubre de 1888. 100 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 511-517. Con un despacho de Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla del 21 de marzo de 1889, se comunicó que la celebración tuvo lugar en la Catedral Metropolitana de Bogotá, con la asistencia, entre otros, del Presidente de la Republica, Carlos Holguín. Por la ausencia del Arzobispo, la consagración la realizó Monseñor Toscano, Obispo titular de Centuria, quien vino expresamente desde Tunja, en: ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251. fasc. unico. ff. 71r-v. 101 Juan Manuel PACHECO, «José Telésforo Paul», en: Charles E. O'NEILL – Joaquín María DOMÍNGUEZ, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, biográfico-temático, Madrid 2001, 2063. 102 ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251. fasc. unico. ff. 113r-114r, despacho de Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 27 de marzo de 1889. Anapoima es una población ubicada a 87 Km de Bogotá, se caracteriza por tener un clima ideal para las personas que tienen problemas de salud respiratorios o cardiacos.

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la presencia de las principales autoridades, incluido el Presidente de la República103. 3. Antonio Sabatucci, 1890-1895 3.1. El caso de Joaquín Pardo Vergara Tras la muerte del Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, Telésforo Paúl, fue nombrado para sucederle Ignacio Velasco, quien había sido el Ordinario de Pasto desde el 15 de marzo de 1883. Al quedar la sede Pasto vacante se iniciaron las prácticas para elegir el nuevo Prelado. El Gobierno colombiano propuso al sacerdote jesuita Rafael Cáceres para la sede de Pasto104. El Obispo de Quito no estuvo de acuerdo, pues si se elevaban los jesuitas más capaces a la dignidad Episcopal, se corría el riesgo de que los superiores no enviasen más105. El General de la Compañía de Jesús, Anton Anderledy, expresó su desacuerdo con este nombramiento, ya que podía crear el precedente de que los sacerdotes enviados a América terminasen siendo Obispos. Por otro lado, el padre Cáceres era fundamental para la labor que desempeñaba106. El sacerdote Rafael Cáceres envió una carta a

103 La primera comunicación fue hecha por Monseñor Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis y decano de la Metropolitana de Bogotá, con una carta dirigida a León XIII, el 14 de abril de 1889, en: AA.EE.SS. Colombia, 1888. pos. 527. fasc. 49. ff. 50r-v. Luego el Delegado Apostólico, hizo el anuncio oficial, con un despacho del 15 de abril de 1889, en: ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251. fasc. único. ff. 118r-119r. Debido a la muerte del arzobispo, el Capitulo Metropolitano se reunió y nombró como Vicario Capitular durante la Sede Vacante a Patricio Plata, quien comunicó su nombramiento a la Santa Sede, con fecha del 25 de abril de 1889, enviando dos cartas a la Santa Sede, una para la Secretaria de Estado y otra para el Papa: en: ASV. Segre. Stato, 1889 rub. 251 fas. unico. ff. 120r-122r. 104 AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 48r-50r, despacho de Legación de Colombia ante la Santa Sede, firmada por Joaquín Vélez, al Cardenal Mariano Rampolla, 21 de enero de 1890. 105 AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 45r-v, carta del 1 de junio de 1889 al Cardenal Mariano Rampolla. 106 AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 52r-53r, carta del Prepósito General de la Compañía de Jesús, Anton Anderledy a León XIII, 27 de marzo de 1890.

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Monseñor Mario Mocenni, Subsecretario de Estado de Su Santidad, expresando su renuncia al nombramiento107. La Santa Sede respondió al Gobierno colombiano que el Papa no podía aceptar al sacerdote Cáceres108. El Arzobispo de Bogotá, Ignacio Velasco, propuso una terna conformada por el Canónigo Joaquín Pardo Vergara, Monseñor Moisés Higuera y el sacerdote agustino Pedro Salazar109. León XIII nombró finalmente para la sede de Pasto al Canónigo Joaquín Pardo Vergara110. Se le notificó al Delegado Apostólico, al Arzobispo de Bogotá y a la SCC donde se prepararon los actos para la preconización del nuevo Mitrado111. Sin embargo, el nuevo Prelado nunca tomó posesión de la sede de Pasto, ya que a última hora hubo un cambio debido a que el Obispo de Medellín Bernardo Herrera Restrepo fue trasladado para Bogotá. 3.2. Enfermedad y muerte del Arzobispo Ignacio Velasco Monseñor Antonio Sabatucci informó al Cardenal Mariano Rampolla112, que después de una penosa enfermedad y larga agonía, el

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AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 54r-v, carta del 3 de enero de 1890. 108 AA.EE.SS. Colombia, 1889-18980. pos. 550. fasc. 55. ff. 59r-60v, minuta de la SESS, 31 de marzo de 1890. 109 AA.EE.SS. Colombia, 1889-18980. pos. 550. fasc. 55. f. 61r, carta del Arzobispo de Bogotá enviada a León XIII, 19 de marzo de 1890. 110 En las actas del Consistorio del 4 de junio de 1891 se registra: Cathedralem Ecclesiam Pastopolitan, in Confoederatione Columbiae Americae meridionalis, vacan, per translationem R. P. D. Ignatii Telasco e Societate Iesu ad Sedem Metropolitanam S. Fidei de Bogota, favore R. D. Ioachimi Pardo Vergara Presbyteri S. Fidei de Bogota, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 710. Sobre el Episcopado de Juan Buenaventura Ortiz véase en: HC, vol. 8 (1968), 375, 443. 111 AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. f. 65r, minuta de la SESS para Antonio Sabatucci, 15 de noviembre de 1890. Se envió copia al Arzobispo de Bogotá, Ignacio Velasco, con fecha del 17 de noviembre de 1890, en: AA.EE.SS. Colombia, 1889-18980. pos. 550. fasc. 55. f. 66r. El Delegado Apostólico, Antonio Sabatucci, envió el Proceso Canónico con un despacho del 12 de febrero de 1891, en: AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 68r-v. 112 ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 71r-72v, despacho de Monseñor Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 11 de abril de 1891.

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Arzobispo de Bogotá, Ignacio Velasco murió el 10 de abril de 1891113. El propio Delegado le administró la unción, y estuvo acompañado por un gran número de personas, entre clérigos y laicos114. 3.3. Nuevo Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo Luego de la muerte de Ignacio Velasco, Monseñor Antonio Sabatucci propuso para aquella sede al Obispo de Medellín, Bernardo Herrera115. La Santa Sede respondió que fue acogida positivamente la solicitud y León XIII nombró a Bernardo Herrera Restrepo Arzobispo de Bogotá, y se le pidió al Delegado Apostólico que compilara el respectivo proceso canónico116.El Gobierno comunicó su plena satisfacción por el nombramiento117. 113

Antes de esta comunicación, tan pronto falleció el Arzobispo, se envió un telegrama a la Secretaria de Estado, con fecha del 10 de abril de 1891, en: ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 74r. 114 ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 71r-72v. Ya el Delegado había enviado un telegrama el 4 de abril de 1891, informando acerca de la intervención quirúrgica que tendría el Arzobispo el siguiente día, 5 de abril, en: ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 73r. El Delegado apostólico solicitó a la Santa Sede que tras la muerte del Arzobispo se nombrara un sucesor con urgencia; telegrama del 14 de abril de 1891, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. f. 31r. 115 AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. ff. 33r-34r, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 13 de abril de 1891. 116 AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. f. 32r, minuta de la SESS para Antonio Sabatucci, 24 de abril de 1891. Monseñor Antonio Sabatucci envió un Despacho al Cardenal Mariano Rampolla, con fecha del 13 de mayo de 1891, en donde comunicó que había compilado el proceso canónico de Bernardo Herrera, Obispo de Medellín, para ser promovido a la Arquidiócesis de Bogotá. De la misma forma, afirmó que desde su llegada le había sido hecha con insistencia la sugerencia de erigir dos nuevas sedes, una en el Tolima y otra en Santander. La primera separada de la Arquidiócesis de Bogotá, en: ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 68rv. La minuta de respuesta de la Secretaria de Estado, con fecha del 16 de junio de 1891, en donde se comunicó que en el Consistorio del 4 de junio se había hecho el traslado de Medellín a Bogotá del Monseñor Herrera, pero que mientras llegaba el nuevo Obispo contunuara como administrador, en: ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 69r. En las actas del Consistorio del 4 de junio de 1891 se registra: Metropolitanam Ecclesiam S. Fidei de Bogota in Columbia, pro R. P. D. Bernardo Herrera Reslrepo, promoto a Sede Medellensi, quam in administrationem precariam retinet, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 708. 117 ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 76r-v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 1 de mayo de 1891, en donde informó que se había iniciado el proceso canónico para el traslado de Bernardo Herrera, Obispo de

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La SESS dio noticia al Auditor de Su Santidad del traslado de Bernardo Herrera Restrepo de Medellín a Bogotá para que fuese preparada la proposición consistorial, en donde se declarase que Monseñor Herrera retenía la administración temporal de Medellín.118 Antonio Sabatucci participó que Herrera Restrepo fue preconizado el 4 de junio de 1891, y que apenas recibiese la Bula y el Palio asumiría la administración de la Arquidiócesis119. Finalmente Bernardo Herrera Restrepo tomó posesión el 27 de septiembre de 1891120. 3.4. Nuevo Obispo de Medellín, Joaquín Pardo La muerte del Arzobispo de Bogotá, Ignacio Velasco, hizo cambiar algunos nombramientos, ya que al quedar la sede Metropolitana vacante fue necesario hacer rápido un traslado, y le correspondió al Ordinario de Medellín Bernardo Herrera ser nombrado como nuevo Arzobispo, dejando su sede vacante. En virtud de esto, tanto el Delegado Apostólico como el Gobierno colombiano, hicieron sus respectivas propuestas para las sedes vacantes121. Teniendo en cuenta estos criterios, León XIII hizo un Medellín para la Sede Metropolitana de Bogotá. Añadió, que el gobierno estaba complacido por este nombramiento, manifestado por el Presidente Rafael Núñez. El 25 de abril de 1891, el Delegado Apostólico comunicó al Gobierno colombiano el nombramiento de Monseñor Herrera para la Sede de Bogotá, cumpliendo la norma del artículo 15 del Concordato, en: ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 77r. El gobierno respondió por medio del Ministro de Relaciones Exteriores, Sr. Marco Fidel Suarez, con fecha del 27 de abril de 1891, expresando su satisfacción, en: ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 78r. 118 AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. f. 45r, minuta del 30 de mayo de 1891. 119 AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. ff. 46r-v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de junio de 1891. 120 ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 141r, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 1 de octubre de 1891. 121 AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 34r-35v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 23 de junio de 1891, allí se proponía, para la Sede de Medellín a Monseñor Pardo Vergara, quien había sido nombrado para Pasto, y para la Sede de Pasto Monseñor Higuera, Obispo titular de Maximópolis y actual decano del Capitulo Metropolitano. El gobierno, a través de la Legación de Colombia ante la Santa Sede, con despacho del 31 de agosto de 1891, proponía a Joaquín Pardo Vergara, actual Obispo de Pasto, para la Sede de Medellín, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 39r-v. De forma paralela, el 20 de octubre de 1891, por medio de la Legación de Colombia, el gobierno,

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cambio en el nombramiento de Joaquín Pardo Vergara que en lugar de ser designado para Pasto fue nombrado para la jurisdicción de Medellín en sustitución de Bernardo Herrera Restrepo122. Fue consagrado en la Catedral de Bogotá por Bernardo Herrera Restrepo, el 24 de abril de 1892, siendo asistentes Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis y Juan Nepomuceno Rueda, Obispo electo de Antioquia123. Joaquín Pardo Vergara informó a la Santa Sede sobre su Consagración124. 3.5. Nuevo Vicario Apostólico del Guaviare, Ezequiel Moreno León XIII aprobó la erección del Vicariato Apostólico del Casanare por medio de un Breve del 17 de julio de 1893125, y como Vicario Apostólico fue nombrado Ezequiel Moreno y Díaz. Nació en Alfaro (La Rioja-España) el 9 de abril de 1848. En 1865 profesó en la Orden de Agustinos Recoletos en Monteagudo (Navarra). Fue ordenado sacerdote en 1871 en Manila, trabajó durante 15 años como misionero en Filipinas. Prior de Monteagudo en 1885. Nombrado jefe de una expedición, partió de España a finales de 1888 con otros seis religiosos voluntarios, llegando a Bogotá el 2 de enero de 1889. Su primer objetivo fue restablecer la observancia religiosa en las comunidades y reactivar sus antiguas misiones. Por su gran compromiso y por el trabajo realizado en las misiones, fue tenido como el candidato más idóneo para ser el primer Vicario Apostólico del Casanare. El 23 de octubre de 1893 fue nombrado Obispo titular de Pinara y el 1 de mayo de 1894, Monseñor Bernardo Herrera Restrepo, lo consagró en la Catedral Metropolitana, fueron propuso para la Sede de Medellín a Joaquín Pardo, y para Pasto al sacerdote Severo Gonzáles, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 56r-v. 122 En las actas del Consistorio de julio de 1892 se registra: Cathedralem Ecclesiam Medellen. in ditione Statuum Foederatorum Columbiae in America Meridionali vacat, per translationem R. P. D. Bernardi Herrera Restrepo ad metropolitanam Sedem S. Fidei de Bogota, favore R. P. D. Ioachimi Pardo Vergara Electi Episcopi Pastopolitani, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 27. Sobre el Episcopado de Joaquín Pardo Vergara, véase en: HC, vol. 8 (1968), 375. 123 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 518-537. 124 ASV. Segre. Stato, 1892. rub. 18. fasc. 2. ff. 3r-v, carta del 7 de mayo de 1892. 125 El texto completo de la Copia del Breve Pontificio de León XIII, del 17 de julio de 1893, firmado por el Cardenal Serafini, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 66. ff. 22r-23r.

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asistentes: el Arcediano Patricio Plata Azuero y el Chantre Fernando Piñeros126. 3.6. Nuevo Obispo del Socorro, Evaristo Blanco León XIII erigió la sede del Socorro el 20 de marzo de 1895, separándola de la de Tunja127. Para el nombramiento del primer Obispo se tuvo el siguiente proceso: inicialmente el Gobierno colombiano recomendó al sacerdote José Antonio Fernández128. El Delegado Apostólico Luigi Mattera informó a la Santa Sede favorablemente sobre este candidato129, y el Papa aceptó y se le comunicó al Delegado130. Pero el sacerdote solicitó ser dispensado de aceptar el Episcopado131, debido a esto se propuso transferir a la nueva Diócesis al Ordinario de Panamá, José Alejandro Peralta132. León XIII dispensó al sacerdote Fernández de aceptar dicha sede y aprobó el traslado del Obispo de Panamá, pero hasta cuando fuese encontrado un sucesor133. Se le dio noticia al Encargado de los negocios de la Delegación Apostólica, Enrico Sibilia, el 6 de noviembre de 1895134. En noviembre de 1896, el Gobierno recomendó al sacerdote Evaristo Blanco, párroco de Málaga en el Departamento de Santander, para la

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Con una carta del 12 de mayo de 1894, Monseñor Ezequiel Moreno informó que fue consagrado el 1 de mayo de 1894 por medio del Arzobispo de Bogotá, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580 (conclusione). fasc. 66. ff. 36r-v. Sobre el Episcopado de Ezequiel Moreno y Díaz véase en: HC, vol. 8 (1968), 443, 454. 127 ASS, vol. 29 (1896-1897), 579. 128 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. f. 35r, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de junio de 1895, firmada por Augusto Borda. 129 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 37r-v, despacho de Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de mayo de 1895. 130 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. f. 39r, minuta de telegrama de la Santa Sede al Delegado Apostólico, 2 de julio de 1895. 131 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 42r-45v, carta del 10 de julio de 1895, alegaba problemas de salud y edad avanzada. 132 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 72r-73v, despacho de Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de agosto de 1895. 133 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 74r- 75r, minuta de la SESS para Luigi Mattera, 20 octubre de 1895. 134 AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. f. 80r, minuta de la SESS para Enrico Sibilia.

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sede de Socorro135, el cual viene nombrado por el Santo Padre en la Audiencia del 24 de noviembre de 1896136. Monseñor Sibilia solicitó instrucciones sobre la ejecución del Decreto Consistorial de erección de la nueva jurisdicción137. Se le respondió que dicha ejecución viniera confiada al Arzobispo de Bogotá138. Monseñor Sibilia envió el proceso canónico de Evaristo Blanco, quien en el momento de su nombramiento era Rector del Colegio León XIII de Bucaramanga, nació en San Miguel en el territorio de Nueva Pamplona el 25 de octubre de 1855, hizo sus estudios en el seminario de Bogotá, y asimismo era Vicario Foráneo y párroco de Málaga. No tenía ningún grado académico, pero según los testimonios, gozaba de gran piedad e instrucción, se creía que tenía las condiciones para ser un buen Prelado. León XIII aceptó al candidato y lo nombró primer Obispo del Socorro139. El 8 de septiembre de 1897, Monseñor Ignacio Antonio Parra, Ordinario de Pamplona, lo consagró en la iglesia de San Laureano de Bucaramanga, fueron asistentes: los sacerdotes Numa Pompilio Calderón, Canónigo de Pamplona, y José María Villalba, párroco de San Laureano140.

135 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. ff. 33r-34v, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 16 de noviembre de 1896. 136 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. f. 40r, minuta de telegrama del 24 de noviembre de 1896, en donde la Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico el nombramiento. 137 Despacho de Monseñor Sibilia al Cardenal Rampolla, del 12 de enero de 1897, en AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. ff. 41r-42r. 138 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. f. 49r, minuta de telegrama de la SESS a la Delegación Apostólica, 28 de julio de 1987. 139 En las actas del Consistorio del 19 de abril de 1897 se registra: Ecclesiam de Socorro in Columbiana Republica Americae Meridionalis, per Decretum S. Congregationis Consistorialis Iamdudum ad Apostolicam Sedem datum die 20 Martii 1895 ad cathedralis honorem evectam, a primaeva sua erectione vacantem, favore R. D. Evaristi Blanco, presbyteri dioeceseos Neo-Pampilonen, en: ASS, vol. 29 (18961897), 579. Sobre el Episcopado de Juan Buenaventura Ortiz véase en: HC, vol. 8 (1968), 523. 140 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 107-118.

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3.7. Decesos de los Obispos de Antioquia, Santa Marta y Pasto El Delegado Apostólico comunicó a la Santa Sede sobre la muerte de Monseñor Jesús María Rodríguez, Obispo de Antioquia, ocurrida el 31 de julio de 1891, mientras visitaba la parroquia de Concordia141. Estuvo en esta sede desde el 9 de agosto de 1883. Poco tiempo después, Antonio Sabatucci tuvo que transmitir la noticia del fallecimiento del Ordinario de Santa Marta, José Romero, dada el 22 de septiembre de 1891. Había permanecido desde el 6 de diciembre de 1864. El Delegado Apostólico resaltó que, a pesar de ser octogenario recorrió su Diócesis en visita pastoral sin manifestar problemas de salud hasta pocos días antes de su muerte142. Adicionalmente, se dio la muerte de otro Prelado en un espacio de tiempo muy corto, esta vez se trató de Canuto Restrepo, Obispo renunciatario de Pasto, quien falleció en la población de Guaduas el 14 de octubre de 1891 a los 66 años, estuvo en esta sede desde el 21 de marzo de 1870, pero había renunciado en 1881.143 3.8. Nuevos Ordinarios para Antioquia, Pasto y Santa Marta La Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico, Antonio Sabatucci, que León XIII había hecho el nombramiento de nuevos Obispos144. Para la sede de Antioquia Juan Nepomuceno Rueda145, para Pasto Manuel José Caicedo146 y para Santa Marta a Rafael Celedón147. 141 ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 127r, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 31 de julio de 1891. 142 ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 139r-v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 30 de septiembre de 1891. 143 ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 160r-v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 31 de octubre de 1891. 144 AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. f. 71r, minuta de la SESS a la Delegación Apostólica, 14 de noviembre de 1891. 145 En las actas del Consistorio de julio de 1892 se registra: Cathedralem Ecclesiam Antioquien in confoederatione Columbiana Americae Meridionalis vacat, per obitum bo. me. Iesu Mariae Rodríguez, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. P. D. Francisci Mariae Ioannis Nepomuceni Rueda, Episcopi titularis Sebastopolitani, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 27. Sobre el Episcopado de Juan Nepomuceno Rueda véase en: HC, vol. 8 (1968), 507. 146 En las actas del Consistorio de julio de 1892 se registra, haciendo la aclaración sobre el primer nombramiento a la sede de Pasto de Joaquín Pardo Vergara que no se realizó: Cathedralem Ecclesiam Pastopolitan. in Confoederatione Columbiana Americae meridionalis adhuc ut prius vacat, per translationem R. P. D. Ignatii

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Juan Nepomuceno Rueda ya había sido consagrado el 15 de octubre de 1882 y era titular de Sebastópolis en Armenia, había sido Auxiliar de Severo García en la sede de Tunja. Respecto a los documentos que hacen referencia al proceso canónico de los otros dos nuevos Obispos, solo se hemos encontrado los correspondientes a Rafael Celedón148. Una vez fueron notificados Monseñor Rueda y de Monseñor Celedón, que agradecieron por sus respectivos nombramientos para las sedes de Antioquia y Santa Marta149. El 22 de mayo de 1892, Eugenio Biffi, Obispo de Cartagena, consagró en la iglesia de San Juan de Dios (ya San Pedro Claver) de Cartagena, a Rafael Celedón, fueron asistentes: José Alejandro Peralta, Ordinario de Panamá y el sacerdote Teodoro Hamón, rector del Seminario de Cartagena150. El 29 de mayo de 1892, Bernardo Herrera Restrepo, consagró en la Catedral de Bogotá a Manuel José Caicedo, fueron asistentes los Obispos, José Benigno Perilla, de Tunja y Joaquín Pardo Vergara, de Medellín151. Velasco e Societate Iesu ad Sedem Metropolitanam S- Fidei de Rogota, nam R. P. D. Ioachim Pardo Vergara Presbyter S. Fidei de Bogota eidem suffectus in Consistorio Secreto diei 4 Iunii 1891 nec munus consecrationis suscepit nec illius possessionem nactus fuit. R. D. Emmanuel Iosephus de Cayzedo et Cuero ex legitimis, catholicis, honestisque parentibus in urbe S. Fidei de Bogota progenitus et quadragesimum primum aetatis suae annum supergressus, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 27. Sobre el Episcopado de Manuel José Caicedo véase en: HC, vol. 8 (1968), 443, 463. 147 Sobre el Episcopado de Rafael Celedón véase en: HC, vol. 8 (1968), 370. 148 ASV. Segre. Stato, 1892. rub. 251. fasc. 2. f. 3r, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 7 de diciembre de 1891, en donde informó acerca del proceso canónico del párroco de Ocaña, el sacerdote Rafael Celedón, promovido como Obispo de la Sede de Santa Marta. La minuta de respuesta de la SESS, con fecha del 21 de enero de 1892, en: ASV. Segre. Stato, 1892. rub. 251. fasc. 2. ff. 7r-v. La minuta de la SESS, con fecha del 21 de enero de 1892 para la Congregación Consistorial enviado el proceso canónico, en: ASV. Segre. Stato, 1892. rub. 251. fasc. 2. ff. 5r-v. El 25 de diciembre de 1891, Antonio Sabatucci envió a la SESS un despacho informando que Rafael Celedón ya había hecho la Profesión de fe, en: ASV. Segre. Stato, 1892. rub. 251. fasc. 2. ff. 9r-v. 149 Juan Nepomuceno Rueda, envió la carta de agradecimiento al Papa el 19 de abril de 1892, en AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 80r-v. Rafael Celedón, envió la carta de agradecimiento al Papa, el 30 de mayo de 1892, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 82r-v. 150 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 172-178. 151 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 133-153.

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3.9. Muerte del Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz El Delegado Apostólico, Antonio Sabatucci, comunicó a la Santa Sede el fallecimiento del Ordinario de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz, ocurrida el 15 de agosto de 1894. Estuvo en esta sede desde el 1 de junio de 1888. El Delegado informó que estaba ocupándose por encontrar un candidato para ser presentado como sucesor. Mientras tanto, el Capítulo de la Catedral había elegido al Canónigo Aristides Salcedo como Vicario Capitular, para el cual se solicitaron las respectivas facultades152. De la Sagrada Congregación de Propaganda, vienen expedidos los rescriptos que contienen las facultades necesarias y oportunas en favor del Vicario Capitular153. 3.10. Nuevo Obispo del Tolima, Esteban Rojas El Delegado Apostólico cuando envió los documentos correspondientes al proceso de la erección de la nueva Diócesis anexó los informes que recomendaban a Esteban Rojas como candidato para ser el primer Obispo154. León XIII aprobó la erección de la sede del Tolima el 30 de agosto de 1894, estableciendo la sede Episcopal en la ciudad de Neiva y se aceptó a Esteban Rojas155, quien fue nombrado el 18 de marzo de 1895156. 152 AA.EE.SS. Colombia, 1894. pos. 587. fasc. 68. ff. 43r-44r, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 22 de agosto de 1894. 153 La Facultad viene emitida por la la SCPF, el 6 de octubre de 1894, en: AA.EE.SS. Colombia, 1894. pos. 587. fasc. 68. f. 47r. 154 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69.37r-50r, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de junio de 1894, los documentos adjuntos son: una nota oficial del Gobierno Colombiano con fecha del 8 de junio de 1894 apoyando la creación de las diócesis; la respuesta afirmativa del Arzobispo de Bogotá, Monseñor. Bernardo, con fecha del 8 de junio de 1894; la respuesta afirmativa del Obispo de Popayán, Juan Buenaventura, con fecha del 23 de mayo de 1894; indicación de los límites de la nueva Diócesis del Tolima, con mapa incluido. 155 AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. f. 57r, minuta de telegrama de la SESS a Antonio Sabatucci, 3 de agosto de 1894. 156 En las actas del Consistorio del 18 de marzo de 1895 se registra: Ecclesiali Tolimen Cathedralis titulo honestatam, et a sua nova erectione vacantem, favore R. D. Stephani Rojas, Presbyteri Popayanensis dioeceseos, en: ASS, vol. 27 (18941895), 521. Sobre el Episcopado de Esteban Rojas véase en: HC, vol. 8 (1968), 283, 558.

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El 21 de abril de 1895, el Cardenal Serafín Vannutelli, Obispo de Frascati, consagró en la capilla del Colegio Pio Latinoamericano, a Monseñor Esteban Rojas.157. El Ordinario del Tolima, Monseñor Esteban Rojas, informó de haber tomado posesión de su sede, el 21 de julio de 1895, y de su proyecto de fundar una Casa de Misioneros Franciscanos para la evangelización de los salvajes indígenas de una vasta zona del territorio adyacente a su jurisdicción158. Se escribe al padre Luigi de Parma, Ministro General de los menores observantes sobre este propósito159. 3.11. Cambio en las sedes de Popayán y Pasto, y nuevo Vicario Apostólico del Casanare Debido a la muerte del Obispo Juan Buenaventura Ortiz, la sede de Popayán se encontraba vacante, pero para poder nombrar un nuevo Ordinario, según el criterio del Delegado Apostólico, se deberían hacer algunos movimientos. La propuesta era que el Ordinario de Pasto, Manuel José Caicedo fuese trasladado a Popayán, a pesar de que solo llevaba en su sede desde el 1 de febrero de 1892. Para la sede de Pasto, se propuso a Ezequiel Moreno, Vicario Apostólico del Casanare, igualmente con poco tiempo pues había sido nombrado el 17 de julio de 1893. Para el Vicariato del Casanare se propuso al sacerdote agustino Nicolás Casas160. El Gobierno colombiano por su parte, se acogió a la propuesta del Delegado Apostólico y se comunicó a la Santa Sede haciendo la misma petición161. León XIII aprobó dichos nombramientos e informó al Delegado Apostólico al respecto encargándole iniciar las prácticas para los

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G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 672-683. AA.EE.SS. Colombia, 1895. pos. 605. fasc. 71. ff. 96r-97r, carta del 12 de septiembre de 1895. 159 AA.EE.SS. Colombia, 1895. pos. 605. fasc. 71. ff. 98r-v, minuta de la SESS, 2 de noviembre de 1895. 160 AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. ff. 2r-3v, despacho de Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 17 de diciembre de 1894. 161 AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. f. 4r, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede, firmada por Augusto Borda, con fecha del 31 de enero de 1895. 158

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relativos procesos canónicos162. Asimismo, La Santa Sede informó al Gobierno colombiano sobre los nuevos nombramientos163. El Delegado Apostólico envió los respectivos procesos canónicos a la Santa Sede, el 1 de mayo de 1895164, y estos fueron remitidos por la SESS a la SCC el 20 de junio de 1895165. Los nombramientos fueron pronunciados por León XIII en la Alocución del 29 de noviembre de 1895, y se hicieron efectivos el 2 de diciembre de 1895, quedando definidos de la siguiente manera: para la sede de Popayán, Manuel José Caicedo166; para la sede de Pasto, Ezequiel Moreno y Díaz167; y para el Vicariato del Casanare, Nicolás Casas y Conde168. Nicolás Casas fue consagrado el 12 de abril de 1896 por Bernardo Herrera Restrepo en la Catedral Metropolitana, fueron asistentes, Ezequiel Moreno, recién nombrado Obispo de Pasto, y el Arcediano Patricio Plata Azuero. Se le concedió a su vez, la sede de Tito de Adrianópolis. El mismo día envió la comunicación de su consagración

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AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. f. 9r, minuta de telegrama de la SESS al Delegado Apostólico, del 7 de marzo de 1895. 163 AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. ff. 10r-v, minuta de la SESS al Encargado de los Asuntos de la República de Colombia, Augusto Borda, con fecha del 18 de marzo de 1895. 164 AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. ff. 13r-15r. 165 AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. f. 17r. 166 En las actas de la Alocución de León XIII del 29 de noviembre de 1895 se registra: Cathedralem Ecclesiam Popayanen in Neogranatensi ditione, Americae Meridionalis, vacan, per obitum bo. me. Ioannis Bonaventurae Oritz, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. P. D. Emmanuelis Iosephi de Cayzedo Episcopi Pastopolitani, en: ASS, vol. 28 (1895-1896), 331. 167 En las actas de la Alocución de León XIII del 29 de noviembre de 1895 se registra: Cathedralem Ecclesiam Pastopolitan in Confoederatione Columbiana Americae Meridionalis, vacan, per translationem R. P. D. Emmanuelis Iosephi de Cayzedo ad Sedem Popayanensem, favore R. P. D. Ezechielis Moreno, ex Ordine Fratrum Excalceatorum S. Augustini, Episcopi titularis Pinarensis ei Vicarii Apostolici Casanarensis, en; ASS, vol. 28 (1895-1896), 331. 168 En las actas de la Alocución de León XIII del 29 de noviembre de 1895 se registra: Titularem Ecclesiam Episcopalem Adrianopolitanam, vacan, per obitum bo. me. Aloisii Gabrielis de la Plata, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. P. Fr. Nicolai Casas ex Ordine discalceatorum S. Augustini, presbyteri Tirasonensis in Hispania. Qui etiam deputatus fuit ad Vicariatum apostolicum Casanatensem in Columbiana Republica, en: ASS, vol. 28 (1895-1896), 332. Sobre el Episcopado de Nicolás Casas véase en: HC, vol. 8 (1968), 77.

SOBRE EL EPISCOPADO

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a la Santa Sede y expresó su agradecimiento por el nombramiento recibido169. 3.12. Muerte del Obispo de Cartagena, Eugenio Biffi Eugenio Biffi imploró a León XIII un Auxiliar en la persona de su vicario general, Pietro Adamo Brioschi, por motivo de su salud170. El Papa aprobó la propuesta171, pero llegó la noticia de la muerte de Monseñor Biffi, ocurrida el 8 de noviembre de 1896, comunicada por Enrico Sibilia, encargado de los Asuntos de la Santa Sede. 3.13. Nuevo Ordinario de Cartagena, Pietro Adamo Brioschi Tras la muerte de Eugenio Biffi, se propuso como su sucesor a Pietro Adamo Brioschi, sacerdote italiano que había llegado junto al difunto Obispo el 1 de junio de 1882. Gozaba de buena imagen y al darse la muerte de Monseñor Biffi la misma población hizo la petición al Papa a través del Delegado Apostólico172. El Gobierno colombiano al conocer la simpatía del pueblo cartagenero y la posición del Delegado Apostólico, por su parte, lo recomendó a la Santa Sede173. León XIII aprobó al candidato y le fue notificado a Enrico Sibilia, Encargado de Negocios de la Santa Sede en Colombia, para que

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AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. ff. 20r-21r, carta del 12 de abril de 1896. 170 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 3r-4r, carta del 20 de agosto de 1896. 171 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 5r-v, minuta de la SESS a Enrico Sibilia, 18 de septiembre de 1896. 172 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 6r-7r, despacho de Enrico Sibilia, Encargado de Negocios de la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de noviembre de 1986. El 15 de noviembre se envió otro despacho anexando la súplica de varios habitantes de la Diócesis de Cartagena para que se tuviera presente a Monseñor Brioschi, en: AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 8r-16r. 173 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. f. 18r, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede, 22 de mayo de 1897, firmada por Joaquín Vélez.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

iniciara las prácticas del respectivo proceso canónico174, el cual fue remitido el 2 de julio de 1897175. Pietro Adamo Brioschi suplicó al Papa que lo dispensase de asumir la carga de Obispo de Cartagena, la cual fue negada luego de sentir el parecer del Delegado Apostólico, Antonio Sabatucci176. El 4 de enero de 1898 León XIII ordenó que el nombramiento de Monseñor Brioschi como Ordinario de Cartagena fuera hecho por Breve177. El nombramiento se hizo oficial el 15 de febrero de 1898178. Fue consagrado el 9 de mayo de 1898 en la Catedral de Bogotá, por el Arzobispo Bernardo Herrera Restrepo, fueron asistentes el Arcediano Patricio Plata Azuero y el Chantre Fernando Piñeros. Fue esta la última consagración hecha en Bogotá en la sacerdotes sirvieron de asistentes. Con carta del 30 de junio de 1898, Pietro Adamo Brioschi informó de haber hecho su solemne ingreso en la ciudad de Cartagena el 23 de aquel mismo mes179. 4. Antonio Vico, 1897-1903 4.1. Nuevo Obispo de Panamá, Francisco Javier Junguito Ocurrida la muerte del Ordinario de Panamá, José Alejandro Peralta, el 8 de julio de 1899, se propusieron varias opciones para sucederlo. El 174

AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. f. 21r, minuta de telegrama de la SESS a Enrico Sibilia, 24 de mayo de 1897. 175 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 22r-27r, despacho de Enrico Sibilia al Cardenal Mariano Rampolla, l2 de julio de 1897. Monseñor Brioschi, Cameriere Segreto Sopranumerario de Su Santidad, y actualmente Vicario Capitular de Cartagena, nació en Tradate, Arquidiócesis de Milán e, 7 de abril de 1860, fue alumno del Seminario de las Misiones Exteriores. No tenía ningún grado académico ni el Teología ni en Derecho Canónico. Fue secretario de Monseñor Biffi quien lo ordenó sacerdote. 176 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 29r-30r, minuta de la SESS, del 18 de agosto de 1897. 177 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. f. 46r, minuta de telegrama de la SESS a Enrico Sibilia, 4 de enero de 1898. 178 En las actas del Consistorio del 24 de marzo de 1898 se registra: Cathedralem Ecclesiam de Garthagena in Republica Columbiana Americae Meridionalis, vacan, per obitum bo. m. Eugenii Biffi, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. D. Petri Brioschi, Presbyteri archidioeceseos Mediolanensis, en: ASS, vol. 30 (1897-1898), 580. Sobre el Episcopado de Pietro Adamo Brioschi véase en: HC, vol. 8 (1968), 186. 179 AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 50r-51r.

SOBRE EL EPISCOPADO

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Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera, postuló a Lucas Toledo de la Compañía de Jesús, a José María Villalba párroco en Bucaramanga y a Rudesindo M. Castillo, párroco de San Victorino en Bogotá180. Por su parte el Delegado Apostólico propuso a Francisco Javier Junguito, de la Compañía de Jesús181. El padre Luis Martin, General de la Compañía de Jesús, solicitó al Santo Padre de desistir de la proyectada candidatura del padre Junguito. Vienen presentados otros candidatos, pero según el Gobierno, ninguno, excepto el padre Junguito, podría ocupar la Sede de Panamá. En la Sesión 877, III del 1 de marzo de 1900, se examinó y se dispuso nombrar al padre Junguito para la sede de Panamá. Se comunicó al Sr. Vélez representante del Gobierno colombiano la resolución del Santo Padre182. Mientras tanto, el padre Luis Martín remitió a la Santa Sede la renuncia del padre Junguito183. Se les dio noticia al Sr. Vélez y a Monseñor Vico, para que presentasen otros candidatos. Se hizo saber al padre Junguito que el Papa lo hacía libre de cualquier empeño hacia la Compañía, si bien no lo obligaba a aceptar el Episcopado184. La Santa Sede escribió al padre Martín que el Santo Padre quería que el padre Junguito aceptara por obediencia la Sede de Panamá185. Encontrándose dicho padre en España, la Santa Sede escribió al Nuncio Apostólico en Madrid para que le hiciera conocer esta Pontificia decisión186. Francisco Javier Junguito fue nombrado el 15 de abril de 1901187. El 14 de julio de 1901, Pietro Adamo Brioschi, Ordinario de Cartagena, lo 180

AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 99. ff. 46r-v, despacho de Bernardo Herrera Restrepo al Cardenal Mariano Rampolla, 17 de julio de 1899. 181 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 99. ff. 51r-53v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, del 13 de julio de 1899. 182 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. f. 4r, minuta de la SESS a la Legación de Colombia ante la Santa Sede, del 17 de marzo de 1900. 183 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. ff. 11r-12r, carta del 13 de junio de 1900; adjunta la renuncia de Junguito hecha el 3 de marzo de 1900. 184 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. ff. 48r-50r, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 30 de noviembre de 1900. 185 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. f. 52r, minuta de la SESS al General de Compañía de Jesús, 6 de febrero de 1901. 186 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. f. 55r, minuta de la SESS al Nuncio Apostólico en Madrid, 12 de febrero de 1901. 187 En las actas del Consistorio del 16 de abril de 1901 se registra: Cathedralem Ecclesiam Panamensem in Republica Columbiana, vacan, per obitum bo. me. Iosephi Alexandri Peralta, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. P.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

consagró en su Catedral. Asistentes: los sacerdotes José Claudio Garnier, Rector del Seminario de Cartagena, y Nicolás Cáceres, S.J188. Con un Despacho del 9 de octubre de 1901 Antonio Vico informó la toma de posesión de la Diócesis de Panamá de Monseñor Junguito, el 11 de agosto de 1901189. 4.2. Nuevo Obispo de Antioquia, Manuel Antonio López de Mesa La sede de Antioquia tuvo dos situaciones particulares. Primero, la renuncia de Juan Nepomuceno Rueda en 1900 por problemas de salud. Luego, para sucederle fue nombrado José María Villalba, párroco de San Lorenzo en Nueva Pamplona el 25 de septiembre de 1900, pero falleció antes de ser consagrado. De esta manera, se hizo una nueva búsqueda de candidatos. El Delegado Apostólico, Antonio Vico, informó favorablemente sobre Manuel Antonio López de Mesa, Decano del Capítulo de la Catedral de Antioquia, quien había sido Vicario General y Gobernador de dicha jurisdicción cuando esta estuvo vacante190. La Santa Sede solicitó al Delegado Apostólico la información sobre la postura del Gobierno sobre la Sede de Antioquia191. El Delegado notificó a la Santa Sede que tuvo que intervenir cautelosamente frente al interés del Gobierno sobre la Sede de Antioquia, ya que tenían como candidato al secretario del Arzobispo, un tal Gómez Riaño192; el Delegado se opuso ya que las intenciones de este sacerdote eran las de buscar el Episcopado con ansiedad, pero no contaba con las cualidades para ello193.

D. Xaverii Junguito, e Societate Iesu, Presbyteri Bogotensis, en: ASS, vol. 33 (19001901), 518. Sobre el Episcopado de Javier Junguito véase en: HC, vol. 8 (1968), 437. 188 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 361-364. 189 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. ff. 76r-77r. 190 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 2r-4v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 8 de marzo de 1901. De nuevo pide sea tenida en cuenta su petición el 17 de mayo de 1901, en: AA.EE.SS. Colombia, 19011902. pos. 682. fasc. 105. f. 7r. 191 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. f. 8r, minuta de la SESS para Antonio Vico, 24 de mayo de 1901. 192 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 9r-11v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 16 de mayo de 1901. 193 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 9r-10v.

SOBRE EL EPISCOPADO

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León XIII acogió las sugerencias del Delegado Apostólico y aceptó a Manuel Antonio López de Mesa como nuevo Obispo de Antioquia194. Fue nombrado por medio de Breve el 30 de mayo de 1902195. Su consagración tuvo lugar el 9 de noviembre de 1902 en la Catedral de Medellín, por el Arzobispo de dicha sede, Joaquín Pardo Vergara, fueron asistentes, los sacerdotes, Juan de Dios Uribe, Deán de Medellín, y Jesús M. Marulanda, Canónigo penitenciario196. El nuevo Prelado agradeció por su nombramiento, y notificó el haber recibido el Breve del 30 de mayo de 1902 y su Consagración episcopal197. 4.3. Nuevo Obispo de Ibagué, Ismael Perdomo La SESS comunicó a la SCC que León XIII había aprobado la división de la Diócesis del Tolima, resultando de esta la de Ibagué y trasladando la sede de Neiva a Garzón198. La sede de Ibagué fue creada el 20 de mayo de 1900. Para la nueva sede el Ordinario de Garzón, Esteban Rojas, propuso al sacerdote Ismael Perdomo, quien pese a su juventud gozaba de buen prestigio. Pero fue justamente este el argumento que tuvo en cuenta el Delegado Apostólico para descartar en primera estancia al sacerdote, a quien le reconocía sus virtudes pero que consideraba tener poca experiencia para asumir tal responsabilidad, así que se sugirió que el Obispo Esteban Rojas, asumiera como Administrador Apostólico de la nueva sede, pues conocía muy bien el territorio, el clero y las situaciones particulares, esto mientras se decidía quién podría ser 194 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. f. 14r, minuta de la SESS para Antonio Vico, 18 de junio de 1901. El Delegado Apostólico informó sobre el inicio del proceso canónico con un despacho del 21 de noviembre de 1901, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 15r-v. La minuta al Secretario de AA.EE.SS enviando en proceso canónico, del 11 de enero de 1902, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. f. 17r. 195 En las actas del Consistorio del 9 de junio de 1902 se registra: Cathedralem Ecclesiam Antioquien in Columbiana Republica, vacat, per renuntiationem R. P. D. Francisci Mariae Ioannis Nepomueeni Rueda ac per obitum bo. me. Iosephi Mariae Villalba postremi electi Episcopi extra romanam curiam defuncti, favore R. D. Emmanuelis Antonii Lopez de Mesa, en: ASS, vol. 34 (1901-1902), 657. Sobre el Episcopado de Manuel Antonio López de Mesa véase en: HC, vol. 8 (1968), 110. 196 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 374-376. 197 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 19r-20r. 198 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 86r-87r, minuta de la SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 6 de marzo de 1900.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

nombrado199. Monseñor Rojas, entonces propuso a Leopoldo Blanco, su párroco, y a Rudesindo Castillo, párroco de San Victorino, en Neiva200. El Delegado Apostólico informó que para la sede de Ibagué, el Gobierno colombiano a través del Ministro de Relaciones Exteriores Antonio José Uribe, propuso trasladar al Ordinario de Pasto, Ezequiel Moreno201. Sin embargo, luego de consultar a diversos Prelados se desestimó la idea. Monseñor Vico, agregó que el único candidato que había estado permanente, de manera similar, gozaba de un gran prestigio, era el sacerdote Ismael Perdomo, vice-rector del seminario de Garzón, quien contaba con el apoyo de un amplio sector, incluso el mismo Gobierno se había inclinado hacia él, todo esto no obstante su edad de 30 años202. La Santa Sede informó al Delegado Apostólico que León XIII había nombrado al sacerdote Ismael Perdomo como primer Obispo de Ibagué, y le solicitó que iniciara el respectivo Proceso Canónico203, el cual fue remitido el 3 de febrero de 1903204. 199

AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 72v-73r. AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 48r-49v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 15 de marzo de 1901. 201 Tan pronto se supo esto, los fieles de la Diócesis de Pasto y la autoridad civil se pronunciaron en favor de su Obispo, enviando memoriales en donde expresaron su temor por el traslado de Monseñor Moreno, resaltaron la gran labor que desempeñaba y lo perjudicial que sería para esta zona del país su traslado. Monseñor Vico anexó estos documentos al despacho enviado al Cardenal Rampolla del 27 de marzo de 1902, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 45r-54v. 202 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 42r-43v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 21 de febrero de 1902. Luego el Delegado Apostólico con otro despacho al Cardenal Rampolla del 24 de mayo de 1902, confirmó al sacerdote Ismael Perdomo, como el más idóneo para ocupar la sede de Ibagué, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 57r-58r. 203 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. f. 60r, minuta de la SESS a Antonio Vico, 13 de agosto de 1902. 204 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 79r-v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, de febrero de 1903. En las actas del Consistorio secreto del 25 de junio de 1903 se registra: Cathedralem Ecclesiam Ibaguen in Columbiana Republica, per Decretum Consisto ríale incipiens « Cum legitimae causae » die 20 maii 1900 editum, ad Cathedralis honor em evectam et a primaeva sua erectione vacan; favore R. D. Ismaelis Perdomo, en: ASS, vol. 35 (1902-1903), 656. Sobre el Episcopado de Ismael Perdomo véase en: HC, vol. 8 (1968), 317. 200

SOBRE EL EPISCOPADO

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Ismael Perdomo fue consagrado el 19 de junio de 1903 por el Cardenal Fr. Girolamo Maria Gotti, C.D., en la capilla del colegio Pío Latinoamericano en Roma, fueron asistentes, Giuseppe Maria Constantini, Arzobispo titular de Patraso y Limosnero de S.S. y Esteban Rojas, Ordinario de Garzón205. 4.4. Nuevo Obispo de Manizales, Gregorio Nacianceno Hoyos El Delegado Apostólico recibió de la Santa Sede el Decreto de erección de la nueva Diócesis de Manizales, del 11 de abril de 1900 y que debía hacer parte de la Provincia Eclesiástica de Popayán206. Como primer Obispo fue propuesto el Canónico Gregorio Nacianceno Hoyos207. La Santa Sede solicitó al Delegado Apostólico las prácticas para el proceso canónico, que fueron remitidas a la SCC 208 . Fue nombrado finalmente por León XIII como Ordinario de Manizales, el 16 de diciembre de 1901209. El Delegado Apostólico informó que Monseñor Gregorio Nacianceno Hoyos, recibió el Breve de nombramiento el 28 de mayo de 1902, fue consagrado en su Iglesia Catedral por Esteban Rojas, Ordinario de Garzón, el 29 de junio de 1902, y el mismo día tomó posesión210. Gregorio Nacianceno escribió a León XIII expresando su gratitud por el nombramiento e informó haber recibido el Breve del 16 de diciembre de 1901211. 205

G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 601-612. AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 93r, minuta de la SESS a Antonio Vico, 19 de mayo de 1900. 207 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 46r-v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de marzo de 1901, informó que había iniciado la compilación del Proceso Canónico para la Preconización del futuro Obispo de Manizales, Monseñor Hoyos. 208 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. f. 50r, minuta de la SESS a Monseñor Nocella, Secretario de la SCC, 4 de mayo de 1901. 209 En las actas del Consistorio del 16 de diciembre de 1901 se registra: Ecclesiam de Manizales in Columbiana Republica, per Decretum Sacrae Congregationis Consistorialis incipiens «Apostolicae Sedi» die 11 aprilis 1900 ad Cathedralis honorem evectam et a primaeva sua erectione iam vacantem favore R. D. Gregorii Nazianzeni Hoyos, en: ASS, vol. 34 (1901-1902), 265. Sobre el Episcopado de Gregorio Nacianceno Hoyos, véase en: HC, vol. 8 (1968), 363. 210 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. f. 69r, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 21 de febrero de 1902. 211 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 59r-v. 206

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

4.5. Joaquín Pardo Vergara, primer Arzobispo de Medellín Medellín era sufragánea del Arzobispado de Bogotá, pero ya se estaba en el proceso de crear nuevas Provincias Eclesiásticas, dado que Bogotá era la única Arquidiócesis en América con más de once sufragáneas y el territorio era extenso. Fueron creadas entonces las Metropolitanas de Cartagena y Popayán en un primer momento, pero el Gobierno colombiano argumentando motivos políticos principalmente, solicitó que Medellín igualmente fuese elevada a tal rango212. En el año 1899 se inició el Concilio Plenario Latinoamericano celebrado en Roma, en el cual se discutió la conveniencia de la división en más Arquidiócesis. Finalmente, el 24 de febrero de 1902 Medellín fue erigida como sede Metropolitana, tomando como sufragáneas a Antioquia y Manizales. El Delegado Apostólico, Antonio Vico, comunicó a la Santa Sede que Joaquín Pardo Vergara fue elevado a la dignidad Arzobispal. Recibió el Palio en la Fiesta de Todos los Santos por manos de Monseñor López de Meza, Obispo en posesión de la sede de Antioquia213. 4.6. Muerte de los Ordinarios de Santa Marta y de Tunja El Delegado Apostólico notificó a la Santa Sede sobre la muerte del Obispo de Santa Marta, Rafael Celedón, ocurrida el 12 de diciembre de 1902, durante la visita pastoral en una población llamada La Cruz, cerca de Ocaña, en el Departamento de Santander214. Era Ordinario de esta sede desde el 17 de diciembre de 1891. Posteriormente sobrevino de la misma manera, la muerte del Obispo de Tunja, José Benigno Perilla. Antonio Vico informó que su muerte se 212 Hay que tener presente que la situación del país estaba en un momento crítico con el estallido de la guerra de los mil días, el conflicto bélico más grave en la historia de Colombia. El Gobierno buscaba que con la elevación de la sede de Medellín a Metropolitana se evitara la exaltación de los sentimientos regionalistas, muy definidos en ese entonces, y se ahondara aun más la crisis de orden público. 213 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 76r-v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 7 de diciembre de 1902. 214 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 43r-v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de diciembre de 1902. La minuta de respuesta de la SESS manifestando sus condolencias, 30 de diciembre de 1902, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 45r-v.

SOBRE EL EPISCOPADO

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dio el 13 de marzo de 1903 producto de un infarto215. Estuvo en la sede de Tunja desde el 17 de marzo de 1887. 4.7. Controversia por los candidatos para la sede de Tunja El Delegado Apostólico expresó a la Santa Sede la necesidad de poner mucha atención en el sucesor del fallecido Prelado José Benigno Perilla. Monseñor Vico afirmó que Tunja por su posición, población, clima y geografía, era, tal vez, la mejor Diócesis de Colombia. Igualmente, era la que poseía mayor número de clero, y con seis o siete casas de religiosos216. El Gobierno propuso al Canónico Francisco Javier Zaldúa para la sede de Tunja, pero Monseñor Vico recordó que este sacerdote, quien pertenecía a una de las familias más prestigiosas, hijo de un expresidente, en septiembre de 1882 había rechazado su nombramiento como Auxiliar de Medellín, de igual forma se presentaron graves denuncias en su contra217. La Santa Sede al recibir estas informaciones lo descartó, argumentando su falta de idoneidad218. La Santa Sede informó al Delegado Apostólico que Pío X había nombrado para la Diócesis de Tunja al Canónico Jacinto Mesa219. Hubo 215

AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 46r. AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 46r-57v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 16 de abril de 1903. 217 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 50r-45v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de marzo de 1903. El Delegado Apostólico envió una serie de despachos al Cardenal Rampolla, con diversas informaciones sobre el canónigo Javier Zaldúa: el 24 de abril de 1903, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 58r-59v; 10 de mayo de 1903, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 60r-61v. Hay una denuncia grave sobre el comportamiento de Zaldúa, quien había sido acusado de sostener relaciones con mujeres, incluso, tenía una denuncia ante el Arzobispo de Bogotá sobre su presunta paternidad de un hijo, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 67r-v. 218 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. ff. 32r-35r, despacho de Antonio Vico al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de septiembre de 1903, en este informe se expresaba la realidad de la situación del canónigo Zaldúa, quien había sido elogiado en anteriores correspondencias, tanto del Gobierno, como del clero y de los fieles, pero el Delegado Apostólico hizo la aclaración que todo esto no estaba comprobado y que existía una alta probabilidad de que todo fuese falso, ya que este clérigo, en realidad era poco estimado en todas estas esferas. 219 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. f. 40r, minuta de la SESS a Antonio Vico, 25 de noviembre de 1903. 216

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una gran oposición frente este nombramiento, tanto el Capitulo como el Clero informaron al Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera, que la manera en como este canónico administró esta jurisdicción, en su función de Vicario Capitular, había demostrado no tener las cualidades para desempeñar eficientemente la labor Episcopal; Bernardo Herrera recomendó como candidato más digno al Canónico y Vicario General de la Arquidiócesis de Bogotá, Salustiano Gómez Riaño220. El Delegado Apostólico se abstuvo de realizar el Proceso Canónico. No obstante la oposición y lo poco prudente en hacer su postulación, el Gobierno colombiano a través del Encargado de Negocios, Nicolás J. Casas, con nota al Cardenal Secretario de Estado, presentó como su candidato al Canónico Francisco Javier Zaldúa, enumerando largamente sus cualidades221. La Santa Sede respondió aclarando que el Gobierno no tenía el Privilegio de Presentación, aunque sí procedía en el nombramiento de Obispos a norma del Concordato. Se aclaró que el nombramiento ya se había efectuado en la persona del Canónico Jacinto Mesa. Respecto a Zaldúa, no creía oportuno por el momento concederle la dignidad Episcopal222. Pero el Gobierno insistió, esta vez con una nota del 13 de abril, demostrando que las disposiciones concordatarias no fueron observadas por el Delegado Apostólico en el caso del nombramiento del canónico Mesa, sobre el cual se afirmaba que le faltaba actitud para gobernar, se reafirmó en la candidatura de Zaldúa223. Examinada la situación en la sesión 1036, I, del 29 de mayo de 1904, la Santa Sede desistió de la candidatura del canónico Mesa para la Sede

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El Arzobispo envió una carta al Cardenal Secretario de Estado, el 29 de diciembre de 1903, dando informe sobre este asunto, en: AA.EE.SS. Colombia, 19031904. pos. 704. fasc. 115. ff. 54r-55v. 221 AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 2r-4v, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rafael Merry del Val, 28 de febrero de 1904, en donde eran exaltadas las cualidades de Zaldúa, provisto de dotes eminentes de organización y dirección en asuntos importantísimos, su celo de caridad cristiana. 222 AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 9r-10v, minuta de la SESS a la Legación de Colombia ante la Santa Sede, 31 de marzo de 1904. 223 AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 23r-27r, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rafael Merry del Val, 13 de abril de 1904. Se insistió con la promoción de Zaldúa, con un despacho del 29 de abril de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 28r-29r.

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de Tunja224. La Santa Sede se reservó de tomar ulteriores y más amplias informaciones, con el fin de elegir la persona adecuada225. Se le comunicó asimismo esta decisión al Gobierno colombiano226. 4.8. Nuevo Obispo de Santa Marta, Francisco M. Simón y Ródenas Como en el caso de Tunja, el Delegado Apostólico inició las prácticas para elegir los candidatos para la sede de Santa Marta. Antonio Vico escribió a la Santa Sede especificando que había siete candidatos, todos diocesanos, pero según su parecer, esta Diócesis poseía un territorio de misión extenso y la presencia concurrida de religiosos, por lo tanto, lo ideal sería nombrar un Prelado capaz de ofrecer un aliento de vida religiosa, para tal fin, sugirió elegirlo de una Orden Religiosa, preferiblemente Eudista o Capuchino227. El Gobierno propuso a los sacerdotes Carlos Valiente, Pedro M. Rebollo y Nicolás F. Cáceres s.j.228. Poco después, de nuevo el Delegado informó a la Santa Sede que ninguno de los candidatos mencionados antes fue ratificado, y que por lo tanto se recomendaba al sacerdote capuchino Francisco de Orihuela, Pro-vicario Capitular, quien tenía el apoyo del Arzobispo de Cartagena y de la autoridad civil229. La Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico que Pio X había aceptado este último candidato230. El Delegado envió el Proceso Canónico desde Barranquilla, ya que en Bogotá no podía reunir la información pertinente al nuevo Prelado231. 224

AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1904, n.1036, stampa 776, s.n.f. La Santa Sede elaboró un Documento denso llegando a esta conclusión y comunicándole al Delegado Apostólico que se cumplan estas disposiciones, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 67r-78v. 226 AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 80r-81v, minuta de la SESS a la Legación de Colombia ante la Sede, 10 de junio de 1904. 227 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 46r-57v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 16 de abril de 1903. 228 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 50r-45v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de marzo de 1903. 229 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. ff. 30r-31v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de septiembre de 1903. 230 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. f. 40r, minuta de la SESS a Antonio Vico, 25 de noviembre de 1903. 231 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. ff. 57r-58r, despacho de Antonio Vico al Cardenal Rafal Merry del Val, 4 de enero de 1904. La SESS comunicó sobre esto a la SCC, el 28 de enero de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 225

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Sin embargo, finalmente fue elegido como Obispo Fr. Francisco M. Simón y Ródenas, O.F.M232. Las razones del cambio no se han encontrado en los documentos, como tampoco el proceso de postulación, podemos decir que fue nombrado el 5 de julio de 1904, y fue consagrado por el Delegado Apostólico Francesco Ragonesi, en la iglesia del Rosario de Barranquilla, el 30 de octubre de 1904, siendo asistentes Pietro Adamo Brioschi, Arzobispo de Cartagena, y Carlos Valiente, Protonotario Apostólico. 5. Francisco Ragonesi, 1904-1912 5.1. Nuevo Obispo de Tunja: Eduardo Maldonado Calvo Vimos anteriormente la fuerte polémica suscitada por el nombramiento del nuevo Ordinario de Tunja. El nuevo Presidente de la Republica, General Rafael Reyes, poco después de su elección, manifestó al Cardenal Secretario de Estado a través de un telegrama, que el Canónico Jacinto Mesa no era aceptado por el clero de Tunja, y que el Gobierno no insistía por el nombramiento del Canónico Francisco Javier Zaldúa. Recomendó algunos candidatos: Aquilino Niño, Salustiano Gómez Riaño, Manuel María Camargo, Rafael María Carrasquilla y Carlos Cortes233. La Santa Sede le solicitó informaciones al Encargado de los Asuntos de la Santa Sede, Alessandro Solari, sobre los candidatos propuestos234. El Presidente envió un Despacho Confidencial al Cardenal Merry, en donde expresó que a los candidatos anteriormente propuestos, el

1903-1904. pos. 704. fasc. 115. f. 59r. Luego se solicitó que el nombramiento fuese hecho por Breve, minuta del 10 de junio de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 19031904. pos. 704. fasc. 115. f. 62r. 232 En las actas del Consistorio secreto del 14 de noviembre de 1904 se registra: Ecclesiam Cathedrilem S. Marthae in Columbiana republica pro R. P. Francisco Simon y Rodenas, ex Ordine Minorum Capulatorum, dioecesis Oriolensis, Custode Provinciali Ordinis in Columbiana ditione atque Provicaiio Capitulari dioeceseos S. Marthae, en: ASS, vol. 37 (1904-1905), 316. 233 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. f. 48r, telegrama del Presidente de la República, Rafael Reyes, al Cardenal Rafael Merry del Val, 26 de agosto de 1904. 234 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. ff. 50r-51v, minuta de la SESS a Alessandro Solari, 15 de septiembre de 1904.

SOBRE EL EPISCOPADO

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Gobierno agregaba, con especial preferencia, a sacerdote Rafael D. Aguilera235. Monseñor Solari, luego de hacer las respectivas investigaciones, concluyó que la Diócesis de Tunja tenía una situación particular y necesitaba de un Prelado docto, enérgico y al mismo tiempo afable en los modos y educado, recomendó para esto al sacerdote Eduardo Maldonado Calvo, párroco de la Catedral de Bogotá, profesor de Sagrada Escritura del Seminario, de 45 años, y formado en el Colegio Pio Latinoamericano de Roma236. En la Sesión 1048 (a), II, del 22 diciembre 1904 se decidió de rechazar los candidatos propuestos por el Presidente y de solicitar a Monseñor Antonio Vico y al nuevo Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, informaciones más precisas sobre el sacerdote Maldonado237. Tanto el Gobierno como el Delegado Apostólico coincidieron que el más apto para la sede de Tunja era Maldonado. La Santa Sede solicitó que se iniciaran las prácticas para el respectivo proceso canónico, que fue enviado el 30 de marzo de 1905238, seguidamente fue transmitido a la SCC el 10 de junio de 1905 para la expedición de los actos relativos239. Eduardo Maldonado fue nombrado como nuevo Ordinario de Tunja el 5 de noviembre de 1905240. El 5 de noviembre de 1905, Bernardo

235 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. ff. 54r-57r, despacho del Presidente de la Republica, General Rafael Reyes, al Cardenal Rafael Merry del Val, 13 de septiembre de 1904. La Santa Sede le informó sobre este asunto al Encargado de Negocios, Alessandro Solari, minuta del 26 de octubre de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. f. 62r. 236 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. ff. 63r-66r, despacho del Encargado de Negocios de la Santa Sede, Alessandro Solari, al Cardenal Rafael Merry del Val, 31 de octubre de 1904. 237 AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1904, n. 1048, stampa 78408, s.n.f. La petición de las informaciones, en una minuta de la SESS a la Delegación Apostólica, del 31 de diciembre de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 119. f. 3r. 238 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. f. 23r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry el Val, 30 de marzo de 1905. 239 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. f. 28r, minuta de la SESS a la SCC, 10 de junio de 1905. 240 En las actas del Consistorio secreto del 5 de diciembre de 1905 se registra: Ecclesiae cathedralis Tunquen, per R. D. Eduardum Maldonado Calvo, archidioeceseos Bogotensis, prolytam in philosophia ac doctorem in sacra theologia,

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Herrera Restrepo lo consagró en la Catedral de Bogotá, fueron asistentes: Manuel José de Caicedo, Arzobispo de Medellín, y Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis241. Eduardo Maldonado, Obispo de Tunja, informó al Cardenal Merry, de haber tomado posesión de la Diócesis el mismo día de su consagración242. 5.2. Nuevo Prefecto Apostólico del Caquetá, Fedele da Montclar El territorio del Caquetá era muy extenso, en su mayor parte habitado por tribus indígenas, por lo que se le consideraba una Misión, sin embargo, con la Convención de Misiones del 27 de diciembre de 1902 se estableció que debía ser elevada a Vicariato Apostólico243, pero luego de escuchar la opinión del Superior de los Capuchinos, quienes estaban encargados de este territorio, se consideró más adecuado que fuese primero una Prefectura Apostólica. De esta forma, la AA.EE.SS. emitió el Decreto en donde vino erigida la Prefectura Apostólica del Caquetá, el 20 de diciembre de 1904244. La Santa Sede se comunicó con el General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, solicitándole de proponer la persona idónea para el oficio de Prefecto. Este respondió proponiendo al padre Fedele da Montclar, Superior de los Capuchinos en Costa Rica245. Acogiendo la opinión del General de los Capuchinos, Pio X nombró Prefecto Apostólico el 24 de enero de 1905 al sacerdote mencionado. Se le da noticia al Padre General246, al interesado y al Delegado

professorem sacrae scripturae in Seminario Bogotensi, examinatorem prosynodalem atque canonicum parochum metropolitanae, en: ASS, vol. 38 (1905-1906), 333. 241 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 380-387. 242 AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 732. fasc. 123. ff. 31r-35r, carta del 20 de enero de 1906. 243 Aunque el Delegado Apostólico Antonio Vico había hecho la solicitud de que fuera Prelatura Apostólica, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 68r69r. 244 Decretus erectionis Novae Praefecturae Apostolicae cui nomem est Caquetá, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 46r-48v. 245 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 51r-v, despacho del Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, al Cardenal Pietro Gasparri, Secretario de la AA.EE.SS, del 19 de enero de 1905. 246 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. f. 53r, minuta de la SESS al Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, del 23 de enero de 1905.

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Apostólico247. Cabe recordar que los Prefectos Apostólicos no tenían dignidad Episcopal. 5.3. Nuevo Arzobispo de Medellín, Manuel José Caicedo Debido a la muerte de Joaquín Pardo Vergara, el 14 de noviembre de 1904, fue necesario comenzar a buscar candidatos para esta sede Metropolitana. El Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, indicó a la Santa Sede como posibles candidatos, al sacerdote Marulanda, Vicario Capitular en ese momento, a Víctor Escobar y a Rafael M. Carrasquilla, rector del Colegio del Rosario248. Pero luego de consultar, principalmente el criterio del Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, se propuso el traslado de José Manuel Caicedo, Arzobispo de Popayán, a la sede de Medellín. El Presidente de la República, de su parte, expresó su aceptación249. La Santa Sede respondió al Delegado Apostólico que no se podía tomar una decisión hasta que no se tuviesen mayores informaciones respecto al candidato y a la conveniencia de hacer el traslado250. Francesco Ragonesi envió a la Santa Sede las informaciones pertinentes para que fuesen examinadas251. Luego del correspondiente estudio, en la Sesión 1055, II, del 9 de marzo de 1905, se aceptó y el Santo Padre Pio X aprobó el traslado de Monseñor Caicedo a la Sede de Medellín252.

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AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 54r-v, minuta de la SESS para Francesco Ragonesi, 31 de enero de 1905. 248 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. ff. 2r-3r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de noviembre de 1904. 249 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. f. 11r, telegrama de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 1 de diciembre de 1904. 250 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. f. 12r, minuta de la SESS para Francesco Ragonesi, 6 de diciembre de 1904. 251 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. ff. 17r-18v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 12 de enero de 1905. De forma similiar, se anexó un telegrama del Presidente Reyes a Francesco Ragonesi, el 11 de enero de 1905, dice: «estamos conformes preconícese Medellín Arzobispo Caicedo, Tunja Maldonado», en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. f. 15r. 252 AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1905, n. 1055, stampa 793, s.n.f. La Santa Sede informó al Delegado Apostólico y le solicitó que comunicara al Gobierno e iniciara el respectivo Proceso Canónico, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. f. 20r.

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Se le comunicó al Delegado Apostólico para que iniciara las prácticas del proceso canónico, el cual viene enviado el 22 de septiembre de 1905253, que a su vez fue remitido a la SCC para que para la expedición de la Bula de nombramiento254. El 14 de diciembre de 1905 fue trasladado a la Arquidiócesis de Medellín. Llegó a la capital antioqueña el 12 de agosto de 1906 y tomo posesión de la sede255. 5.4. Candidatos para la Sede de Popayán Al darse el traslado de Manuel José Caicedo a la sede Metropolitana de Medellín, la de Popayán quedó vacante. El Gobierno a través del Ministro ante la Santa Sede, Julio Betancourt, había indicado como candidato al sacerdote Carlos Cortés Lée256. Hecha la comunicación al Delegado Apostólico257, este respondió que no se podía tener en cuenta al candidato porque no era lo suficientemente docto, ni buen orador, en su lugar propuso a Evaristo Blanco, Obispo del Socorro, buen candidato y grato al Presidente de la Republica258. La Santa Sede creyó conveniente la propuesta del Delegado Apostólico y se le comunicó que Pío X había nombrado a Evaristo Blanco Arzobispo de Popayán, y le encargó de informar al susodicho, al Gobierno colombiano y de hacer el proceso canónico respectivo259. Pero el Delegado Apostólico informó que Evaristo Blanco se opuso a su nombramiento y solicitó que se le aceptara la renuncia. Su motivo 253

AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. ff. 21r-v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 22 de septiembre de 1905. 254 AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. ff. 22r-v, minuta de la SESS a la SCC, 8 de noviembre de 1905. 255 En las actas del Consistorio secreto del 5 de diciembre de 1905 se registra: Ecclesiam metropolitanam Medellen. favore R. P. D. Emmanuelis Iosephi Cayzedo y Cuero, translati ab ecclesia archiepiscopali Popayanensi, en: ASS, vol. 38 (19051906), 334. 256 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 27r-v, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede, al Cardenal Rafael Merry del Val, 2 de junio de 1905. 257 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 30r-v, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 16 de junio de 1905. 258 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 31r-33r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 23 de septiembre de 1905. 259 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 35r, minuta de telegrama de la SESS a Francesco Ragonesi, del 10 de noviembre de 1905.

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principal era que siendo el primer Ordinario del Socorro debía aún organizar la Diócesis, la cual encontró en un estado lamentable, simultáneamente, se debía organizar el seminario y la Catedral, por su parte, agregó que siempre había vivido en esta región totalmente diversa a Popayán, que tenía otra cultura260. La Santa Sede aceptó los argumentos y le escribió al Delegado para que no insistiera y buscara un nuevo candidato261. 5.5. Renuncia denegada del Obispo de Garzón Esteban Rojas presentó su renuncia argumentando que luego de once años en la Diócesis declaraba su ineptitud para el cargo y cuyos resultados eran nefastos para la jurisdicción y para las almas. No encontramos la respuesta de la Santa Sede ni tampoco alguna intervención por parte del Delegado Apostólico, pero podemos constatar que no fue aceptada su renuncia, o al menos en este momento en particular, ya que esta sería aceptada solo hasta el 21 de julio de 1922262. 5.6. Vicario Apostólico de La Guajira: Atanasio M. Vicente Soler El Vicariato Apostólico de la Guajira fue creado con Decreto del 17 de enero de 1905, y confiado a los padres Capuchinos263. Pero para la elección del Vicario la Santa Sede recurrió directamente al Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, para que eligiese una persona idónea264; quien le respondió a la Santa Sede que el más indicado era el sacerdote Atanasio María Vicente Soler y Royo, nacido en Manises (España) el 27 de enero de 1870, pertenecía a la 260 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 36r-37r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 5 de noviembre de 1905. 261 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 38r-39r, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 23de enero de 1906. 262 ASV. Segre. Stato, 1906. rub. 251. fasc. 1. ff. 82r-83r, carta del Obispo de Garzón, Esteban Rojas, al Cardenal Rafael Merry del Val, del 12 de julio de 1906, en donde le solicita presentar su renuncia a Pio X que viene adjunta a la carta. 263 Decretus erectionis Novi Vicariatus Apostolici, cui nomen est Guajira, in Columbiana Republica, die 17 Januarii 1905, en AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 52r-55v. 264 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 57r-v, minuta de la SESS al Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, 19 de enero de 1905.

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Provincia monástica de Valencia, a la cual estaba confiado el Vicariato Apostólico, en el cual se hallaba desde hacía cinco años; había mostrado piedad en lo espiritual y diligencia en lo administrativo y gozaba de gran estima265. Pio X lo nombró Vicario Apostólico el 14 de julio de 1905, pero sin dignidad Episcopal, sin embargo, se pidió el criterio del Delegado y del Gobierno266. El Delegado respondió que el Gobierno se complacía con la creación del Vicariato y que consideraba que el Vicario sí debería tener el carácter Episcopal267. Se le notificó al Ministro General268, al interesado269 y a los Dicasterios competentes para la concesión de las relativas facultades. La Santa Sede comunicó que el Delegado podía proceder a reunir los documentos para el proceso canónico del sacerdote Soler y Royo, de forma paralela, había sido aprobada la desmembración de la Diócesis de Santa Marta la ciudad de Riohacha junto a la provincia de Padilla y Valledupar270. El Delegado envió el proceso canónico271. Después de casi un año, el 15 de octubre de 1906, el Ordinario de Santa Marta, escribió al Cardenal J. Vives y Tutó, sobre la mala impresión producida por la tardanza de la consagración Episcopal del Vicario elegido272. El 4 de diciembre de 1906 Pío X le concedió la 265 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 59r-v, despacho del Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, al Secretario de la Congregación de los AA.EE.SS, Pietro Gasparri, del 12 de julio de 1905. 266 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 13r-14r, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 21 de julio de 1905. 267 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 15r-18r, despacho de Francesco Ragonesi, al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de octubre de 1905. Anexó una carta que recibió del Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Clímaco Calderón, el 20 de octubre de 1905, en donde se manifiesta el beneplácito del Gobierno. 268 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. f. 61r, minuta del Secretario de la AA.EE.SS., Pietro Gasparri, al Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, 22 de julio de 1905. 269 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 62r-v, minuta del Secretario de la AA.EE.SS., Pietro Gasparri, al sacerdote Atanasio da Manises, julio de 1905. 270 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 19r-v, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 12 de diciembre de 1905. 271 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 21r-v, despacho del Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de abril de 1906. 272 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 71r-72r, carta del 15 de octubre de 1906.

SOBRE EL EPISCOPADO

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dignidad Episcopal concediéndole la sede titular de Citarizo en Armenia, el 13 de diciembre de 1906273. Finalmente, el 19 de mayo de 1907, el Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, lo consagró en la Catedral Metropolitana de Bogotá; fueron asistentes, Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis y Fr. Francisco Simón y Ródenas, O.F.M. Cap., Obispo de Santa Marta. 5.7. Nuevo Vicario Apostólico del Casanare, Santos Ballesteros El Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, dio noticia sobre la muerte de Monseñor Nicolás Casas, Vicario Apostólico del Casanare, ocurrida el 5 de abril de 1906 en Bogotá274. De la misma manera, informó que el padre Manuel Fernández, Provincial de los Agustinos Descalzos, le había solicitado que al nuevo Vicario Apostólico no le fuese otorgado el carácter Episcopal, y que en tal caso viniese elevado a esta dignidad el padre Santos Ballesteros275. El mismo padre Manuel Fernández, en un memorial dirigido al Cardenal Merry, luego de exponer los inicios y el actual estado del Vicariato Apostólico, dando un informe sobre las condiciones geográficas, hidrográficas, higiénicas, número de habitantes y pueblos, costumbres, auxilios pecuniarios con los que cuenta el Vicariato confiado a la Provincia de la Candelaria de los Agustinos Descalzos, solicitó que el nuevo Vicario Apostólico fuese nombrado sin carácter Episcopal, indicando que dadas las grandes dificultades, tanto geográficas como económicas, el Vicariato no se encontraba con la capacidad de ofrecer la decencia y el decoro que merecen el carácter y la dignidad Episcopal276.

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En las actas del Consistorio del 15 de abril de 1907 se registra: Ecclesiae titularis episcopalis Citharien. per R. P. Fr. Athanasium Mariam Vincentium SolerRoyo, ex Ordine Minorum Capulatorum, deputatum in Vicarium Apostolicum de Goajira, en: ASS, vol. 40 (1907), 265. Sobre el Episcopado de Atanasio María Vicente Soler y Royo véase en: HC, vol. 9 (2002), 128. 274 AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 735. fasc. 123. ff. 52r-v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 5 de abril de 1906. 275 AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 735. fasc. 123. ff. 54r-v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 5 de septiembre de 1906. 276 AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 735. fasc. 123. ff. 57r-63r, memorial del Provincial de los Agustinos Descalzos, Manuel Fernández, al Cardenal Rafael Merry del Val, 1 de agosto de 1906.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La Santa Sede transmitió al Delegado Apostólico que Pío X confiaba al oficio de Vicario Apostólico sin dignidad Episcopal al padre Santos Ballesteros, y lo autorizó a nombrar al susodicho religioso y a indicarle cuáles facultades serían necesarias277. 5.8. Nuevo Obispo de Popayán, Manuel Antonio Arboleda Como el Ordinario del Socorro, Evaristo Blanco, había renunciado a su nombramiento como Arzobispo de Popayán, hubo necesidad de buscar un candidato apropiado para esta importantísima sede Metropolitana. El Gobierno colombiano a través de su Ministro ante la Santa Sede postuló al sacerdote Manuel Antonio Arboleda, de la Congregación de la Misión278. La SESS escribió sobre el asunto al Delegado Apostólico para que se informara bien acerca del candidato279. La respuesta del Delegado fue positiva y muy favorable280. En marzo de 1907 viene aceptado por Pío X, y se le comunicó al Delegado para que preparara el Proceso Canónico281, se le informó a la SCC para que viniese preconizado en el primer Consistorio282. Fue nombrado el 18 abril de 1907283. El nuevo Prelado agradeció a Pío X

277 AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 735. fasc. 123. ff. 65r-v, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, sin fecha. 278 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 34r-v, despacho del Ministro de Colombia ante la Santa Sede, Enrique Restrepo, al Cardenal Rafael Merry del Val, 3 de noviembre de 1906. 279 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 36r, minuta de telegrama de la SESS para Francesco Ragonesi, 8 de octubre de 1906. 280 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 38r-40v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 6 de noviembre de 1906. 281 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 46r, minuta de Telegrama de la SESS a Francesco Ragonesi, 25 de marzo de 1907. El Proceso canónico fue enviado con un despacho el 15 de abril de 1907, en: AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 50r. 282 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 48r-49v, minuta de la SESS al Sustituto de la SCC, Giulio Grazioli, del 5 de abril de 1907. 283 En las actas del Consistorio del 15 de abril de 1907 se registra: Ecclesiam metropolitanam Popayanen. favore R. D. Raphaelis Mariae Arboleda, eiusdem archidioecesis, e congregatione xMissionis, rectoris parvi Seminarii Popayanensis, en: ASS, vol. 40 (1907), 263.

SOBRE EL EPISCOPADO

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por su nombramiento284. El 29 de junio de 1907, Francesco Ragonesi, Delegado Apostólico, lo consagró en la Catedral de Bogotá. Fueron asistentes los Obispos, Moisés Higuera, titular de Maximópolis, y Eduardo Maldonado Calvo, de Tunja285. 5.9. Nuevo Obispo de Pasto, Adolfo Perea Ezequiel Moreno, Ordinario de Pasto, falleció el 29 de noviembre de 1895 en Monteagudo, Navarra286. Para elegir al sucesor el Gobierno colombiano por medio del Ministro ante la Santa Sede recomendó a Rafael D. Aguilera287. La SESS se comunicó con el Delegado Apostólico para que iniciara las respectivas investigaciones sobre la idoneidad del candidato propuesto por el Gobierno288. Francesco Ragonesi, luego de indagar, respondió a la Santa Sede que la propuesta del Gobierno no era aceptable, debido a que el candidato, no obstante sus grandes cualidades, tanto espirituales, como pastorales y académicas, tenía el problema de ser muy apasionado en la política289. En su lugar, el Delegado indicó como más apropiado a Carlos Arboleda, sacerdote de la Congregación de la Misión, hermano del recién elegido Arzobispo de Popayán290. Teniendo buenas informaciones sobre el mismo, fue nombrado por Pío X para la sede de Pasto, en julio de 1907291, pero el interesado no

284 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 52r-53r, la carta es del 19 de mayo de 1907, y fue enviada por el Delegado Apostólico como un anexo al despacho del 12 de junio de 1907. 285 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 40-46. 286 Juan Pablo II lo proclamó santo en 1992, durante la celebración de la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo, República Dominicana, y en el marco del V Centenario de la Evangelización del Continente Americano. 287 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 34r-v, despacho del Ministro de Colombia ante la Santa Sede, Enrique Restrepo, al Cardenal Rafael Merry del Val, 3 de noviembre de 1906. 288 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 36r, minuta de Telegrama de la SESS para Francesco Ragonesi, 8 de noviembre de 1906. 289 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 37r-v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 2 de julio de 1907. 290 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 37r-v, 291 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 63r, minuta de telegrama de la SESS al Delegado Apostólico, del 30 de julio de 1907.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

aceptó por motivos de salud292. El Delegado propuso entonces al sacerdote Adolfo Perea, de 54 años, quien había sido secretario de Monseñor Perilla, y era el Vicario General de la Arquidiócesis de Popayán, gozaba del aprecio de todos, y era persona grata al Presidente293. Se le comunicó a la SCC el nombramiento hecho por el Santo Padre a Adolfo Perea, para que fuese preconizado en el Consistorio del 16 de diciembre de 1907294. Fue consagrado en la Catedral de Popayán por el Arzobispo de esa sede, Manuel Antonio Arboleda, el 29 de junio de 1908, y fueron asistentes, los Canónigos Aristides Salcedo, Deán y Avelino Pérez Z., Maestrescuela295. 5.10. Vicario Apostólico de los Llanos de San Martín Las Prefecturas Apostólicas de La Intendencia Oriental y de los Llanos de San Martín estaban bajo el cuidado de los sacerdotes de la Compañía de María desde su erección, el 18 de febrero de 1904. Existía, empero, la dificultad de poder administrar adecuadamente los dos territorios, que tenían el mismo Prefecto Apostólico, pues estaban jurisdiccionalmente separados, pero unidos en la atención pastoral. Por tal razón, el Superior General de la Compañía de María, Antonino Lhoumeau, propuso a Pío X de fundar una sola Misión y constituir las dos Prefecturas en un Vicariato Apostólico, teniendo

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El Gobierno comunicó a la Santa Sede la renuncia del candidato con un despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de octubre de 1907, en: AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 64r. El Gobierno informó a la Santa Sede la renuncia del candidato con un despacho del 24 de octubre de 1907, en: AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 65r. 293 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 66r-v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de agosto de 1907. 294 AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 72r-73r, minuta de la SESS al Sustituto de la SCC, Giulio Grazioli, 4 de diciembre de 1907. En las actas del Consistorio del 16 de diciembre de 1907 se registra: Ecclesiam cathedralem Pastopalitan. favore R. D. Adulphi Perea, archidioecesis Popayanensis, ibique Vicarii generalis, en: ASS, vol. 41 (1908), 25. Sobre el Episcopado de Adolfo Perea véase en: HC, vol. 9 (2002), 290. 295 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 613-618.

SOBRE EL EPISCOPADO

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como sede la ciudad de Villavicencio, y que el sacerdote José María Guiot fuese nombrado como Vicario Apostólico296. Interpelado el Delegado Apostólico297, Francesco Ragonesi, este se declaró favorable a la propuesta, subrayando que sería bien vista por el Gobierno, por lo tanto, informó favorablemente sobre el padre Guiot298. La cuestión vino examinada en la Sesión 1102, I, del 27 de febrero de 1908299. Con Decreto del 16 de marzo fue erigido el nuevo Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martin300, y viene nombrado como Vicario Apostólico el padre Guiot301. Se le envió el Decreto al Delegado Apostólico302, quien informó tiempo después el dado ejecución303. El 3 de abril de 1908 se le concedió la sede Titular de Augustópolis de Frigia. Fue consagrado el 28 de mayo de 1908 por el Cardenal Vincenzo Vanutelli, Obispo de Palestrina, en la iglesia de Maria Regina dei cuori en Roma. Fueron asistentes los Obispos: Livinchac de los Misioneros de Argel, titular de Pacandio y antiguo Vicario Apostólico de Victoria Nyanza y Carlos de Ligonnes, de Rodez. 296

AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 9r-10r, instancia del Superior General de la Compañía de María, Antonino Lhoumeau a Pio X, 15 de junio de 1907. 297 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. f. 18r, minuta de la SESS para Francesco Ragonesi, 14 de octubre de 1907. 298 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 19r-20r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 7 de diciembre de 1907. 299 AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1908, n. 1102, stampa 942, s.n.f. 300 Decretum eretionis novi Vicariatus Apostolici, cui nomen est Planorum Sancti Martini, in Columbiana Republica, en: AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 34r-35v. 301 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 36r-v, minuta de la SESS al Sustituto de la SCC, Giulio Grazioli, 31 de marzo de 1908. Después del Consistorio de Diciembre de 1907 fue publicado el nombramiento que quedó registrado en el Diarium Romanae Curiae así: Chiesa titolare vescovile di Augustopoli, per il R. P. Giuseppe Guiot, della Compagnia di Maria, diocesano di Nantes, deputato Vicario apostolico dei Piani di S. Martino in Colombia, en: AAS, vol. 1 (1909), n. 1, 439. Sobre el Episcopado de José María Guiot véase en: HC, vol. 9 (2002), 73. 302 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 38r-39r, minuta de la SESS para Francesco Ragonesi, 4 de abril de 1908. 303 AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. f. 44r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de octubre de 1908.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

5.11. Nuevol Obispo de Nueva Pamplona, Evaristo Blanco Francesco Ragonesi comunicó a la Santa Sede acerca de la muerte del Ordinario de Nueva Pamplona, Ignacio Antonio Parra, ocurrida el 22 de febrero de 1908, quien era el Decano del episcopado colombiano. Tenía 84 años.304. El Gobierno colombiano propuso al Delegado Apostólico como candidatos a: Darío Galindo y a Honorio Ángel, sin embargo, al notificarle a la Santa Sede sobre el asunto, el Delegado desestimó su idoneidad, y propuso al sacerdote Joselyn Parada, párroco de Sogamoso305. Por lo tanto, se enviaron las informaciones correspondientes a este último candidato306, que fueron examinadas en la Sesión 1111, I, del 23 de julio de 1908307. La Santa Sede notificó a Francesco Ragonesi que Pío X había nombrado al sacerdote Parada para la Sede de Nueva Pamplona308. Pero el Delegado Apostólico con un telegrama, el 24 de septiembre de 1908, comunicó a la Santa Sede que una enfermedad había obligado a Joselyn Parada a renunciar a su nombramiento, razón por la cual se debería buscar otra propuesta309. El Delegado sugirió entonces que fuera transferido a la Sede de Nueva Pamplona, Evaristo Blanco, Obispo de Socorro desde enero de 1895. Las razones: el clima del Socorro resultaba desfavorable para su salud; Monseñor Blanco conocía muy bien las necesidades de esta Diócesis; en alguna oportunidad había sido nombrado para la sede de Popayán pero no aceptó310. Francesco Ragonesi, hizo saber a la Santa Sede que el Episcopado colombiano estaba de acuerdo con este

304 AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. f. 3r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de febrero de 1908. 305 AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. ff. 5r-6v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de marzo de 1908. 306 AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. ff. 8r-17v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de mayo de 1908. 307 AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1908, n. 1111, stampa 952, s.n.f. 308 AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. ff. 21r, minuta de telegrama de la SESS para Francesco Ragonesi, 25 de julio de 1908. 309 AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. f. 23r, telegrama de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de septiembre de 1908. 310 ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 22r-23r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val. 25 de septiembre de 1908.

SOBRE EL EPISCOPADO

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nombramiento311. La Santa Sede hizo el nombramiento el 27 de marzo de 1909312, y se le comunicó al Delegado Apostólico313. 5.12. Nuevos Obispos para el Socorro y Antioquia La sede del Socorro estaba vacante por el traslado de Evaristo Blanco, quien había sido nombrado para Nueva Pamplona el 27 de marzo de 1909. En cuanto a la sede de Antioquia la situación era por el fallecimiento de Manuel Antonio López de Mesa, el 15 de mayo de 1908, y quien ocupaba esa sede desde el 30 de mayo de 1902314. Por lo tanto, el Delegado Apostólico envió a la Santa Sede una propuesta con los candidatos: para el Socorro, a Salustiano Gómez Riaño, Canónigo de la Catedral y Vicario General de Bogotá, quien con licencia del Arzobispo José Telésforo Paúl se había trasladado para Medellín en compañía de Bernardo Herrera Restrepo en 1886, siendo rector del seminario, pero regresó a Bogotá en 1891; para la sede de Antioquia, José Eusebio Díaz, de manera similar Canónigo de la Catedral de Bogotá, con grado en teología obtenido en Roma315. La Santa Sede solicitó mayores informaciones acerca de los candidatos316. El Delegado reunió los correspondientes documentos requeridos y los envió el 13 de octubre de 1909317. Los candidatos fueron aceptados y se le notificó al Delegado Apostólico para que iniciara las prácticas de los procesos canónicos318. Pero ninguno de los 311 ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 25r-v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 5 de diciembre de 1908. 312 En el Diarium Romanae Curiae correspondiente a los decretos de la SCC del 27 de marzo de 1909, se registra: Con decreto concistoriale, da spedirsi per Bolla pontificia, Mons. Evaristo Blanco, Vescovo di Socorro, è stato trasferito alla sede cattedrale di Nuova-Pamplona, en: AAS, vol. 2 (1910), n. 1, 330. 313 ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 34r, minuta de telegrama de la S.E. al Delegado Apostólico, del 31 de marzo de 1909. 314 AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 761. fasc. 128. ff. 26r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de mayo de 1908. 315 ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 37r-38v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 7 de agosto de 1909. 316 ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 39r, minuta de telegrama de la SESS para Francesco Ragonesi, 27 de septiembre de 1909. 317 ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 48r-52v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 13 de octubre de 1909. 318 ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 56r, minuta de telegrama de la S.E. al Delegado Apostólico, 24 de diciembre de 1909.

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dos aceptó el nombramiento y renunciaron a él, argumentando problemas de salud319. Los nuevos candidatos fueron: Maximiliano Crespo, Canónico de la Catedral de Popayán, para la sede de Antioquia; y Francisco Cristóbal Toro, Vicario Capitular de Antioquia, para la sede del Socorro320. La Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico que los candidatos habían sido aceptados y que procediera a iniciar las prácticas de los procesos canónicos321. Estos fueron enviados el 12 de septiembre de 1910. Finalmente, fueron nombrados el 18 de octubre de 1910, Maximiliano Crespo Rivera, para la sede de Antioquia322, y Francisco Cristóbal Toro, para la sede del Socorro323. El 24 de febrero de 1911, Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de Popayán, consagró en la iglesia del Señor de los Milagros de Buga, a Maximiliano Crespo. Asistentes: los sacerdotes, Víctor Saavedra, Vicario Foráneo de Buga, y Jorge Salcedo, cura de Buga324. El 4 de junio de 1911, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral, a Francisco Cristóbal Toro. Fueron asistentes los Obispos: Moisés Higuera, titular de Maximópolis, y Ismael Perdomo, de Ibagué325.

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ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 57r-59v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 28 de abril de 1910. Anexó las cartas presentadas por Salustiano Gómez Riaño del 4 de enero de 1910 y por José Eusebio Díaz, del 4 de enero de 1910. 320 ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 62r-63v. 321 ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 64r, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 9 de junio de 1910. Los procesos fueron enviados con Despacho del 12 de septiembre de 1910. ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 70r. 322 En las Actas de Pío X, respecto a los decretos de la SCC del 18 de octubre de 1901, se regrista: R. D. Maximilianum Crespo, presbyterum archidioecesis Popayanensis, in Episcopum cathedralis ecclesiae Antioquiensis in republica Columbiana, en: AAS, vol. 2 (1910), n. 1, 858. Sobre el Espiscopado de Maximiliano Crespo Rivera véase en: HC, vol. 9 (2002), 59. 323 En las Actas de Pío X, respecto a los decretos de la SCC del 18 de octubre de 1901, se regrista: R. D. Franciscum Christophorum Toro, presbyterum dioecesis Antioquiensis, in Episcopum cathedralis ecclesiae de Socorro, en: AAS, vol. 2 (1910), n. 1, 858. Sobre el Episcopado de Francisco Cristóbal Toro, véase en: HC, vol. 9 (2002), 59, 347. 324 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 181-186. 325 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 713-732.

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5.13. Primera Conferencia Episcopal de Colombia La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) inició su proceso de organización en el año 1908. El Primer Concilio Plenario de América Latina, reunido en Roma en 1899, había ya dispuesto que los Episcopados de cada país se reunieran periódicamente como medio para lograr la reorganización de la Iglesia Latinoamericana. En cumplimiento de esta sugerencia, el Episcopado Mexicano fue el primero en reunirse como Conferencia Episcopal en el año 1900. El Episcopado Colombiano celebró su primera Asamblea del 14 de septiembre al 14 de octubre de 1908. El Delegado Apostólico informó a la Santa Sede sobre este importante evento de la Iglesia colombiana, y envió varios documentos sobre el asunto, a saber326: A. La Circular del 12 de abril de 1908 sobre la convocatoria de todo el Episcopado a la Conferencia, enviada por el Delegado Apostólico a todas la sedes explicando la razón de este encuentro, que estaba basado en las disposiciones del Concilio Plenario Latinoamericano y en sus diálogos con Pío X, quien había dado su aprobación; B. Telegrama firmado por los Prelados participantes al Santo Padre, con motivo del inicio de la Conferencia, del 8 de agosto de 1908327; C. Una declaración de adhesión del Episcopado a la Encíclica Pascendi contra los errores del modernismo328; D. Un saludo de los Obispos al Presidente de la Republica, y la respuesta del mismo329; E. Un saludo a la Asamblea Nacional330. De la misma manera, fueron enviados los documentos conclusivos del encuentro; se trata de dos pastorales colectivas de los Obispos al clero y los fieles, y el discurso del Arzobispo de Bogotá en la clausura de la Conferencia331. La primera pastoral es una defensa del clero regular y especialmente de los religiosos provenientes del extranjero, contra los constantes ataques del Partido Liberal y de la Masonería, atendían en 326 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 4r-12r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 11 de agosto de 1908. 327 Prelados reunidos en Conferencia Presentan a V.S. humildes felicitaciones. Profundos homenajes de amor, obediencia; implorando bendición, en: AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 8r. 328 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 9r-10v. 329 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 12r. 330 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 12r. 331 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 13r-20v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 19 de octubre de 1908.

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esta forma las instrucciones del Cardenal Mariano Rampolla dadas en carta al Arzobispo de Cartagena. Firmada por todo el Episcopado, el 14 de septiembre de 1908332. En la segunda Pastoral colectiva, los prelados dan público agradecimiento al Santo Padre por los beneficios recibidos, renuevan el público homenaje de filial obediencia y de adhesión al Sumo Pontífice, a la Autoridad civil y a los fieles de Colombia, exhortan a todos a la piedad y a la concordia social, Firmada por todos el Episcopado, el 15 de octubre de 1908333. En el discurso del Arzobispo Primado de Colombia al término de la Primera Conferencia Episcopal se agradeció al Delegado Apostólico por su gran interés en convocar este encuentro, adicionalmente, por la importancia que esta primera Conferencia Episcopal generaría en la futura organización de la Iglesia334. Fueron asistentes a la Primera Asamblea: Francesco Ragonesi, Delegado Apostólico; Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá; Manuel José Caicedo, Arzobispo de Medellín; Pietro Adamo Brioschi, Arzobispo de Cartagena; Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de Popayán; Evaristo Blanco, Obispo de Socorro; Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de Tunja; Gregorio Nacianceno Hoyos, Obispo de Manizales; Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué; Esteban Rojas Tovar, Obispo de Garzón; Francisco María Rodens, Obispo de Santa Marta; Adolfo Perea, Obispo de Pasto; Atanasio Vicente Soler, Vicario Apostólico de la Guajira; Pbro. Antonio María Colmenares, Vicario Capitular de Pamplona; Pbro. Francisco Cristóbal Toro, Vicario Capitular de Antioquia. Cuando fue organizado todo el material documentario usado en los encuentros, se envió a la Santa Sede; se trata de las Resoluciones, Postulados y Actas de las discusiones335. Los documentos fueron 332 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 18r. «Es preciso que los Obispos de Colombia estén perfectamente uniformes en combatir a los adversarios de la Iglesia que se propone a todo trance el predominio de la nación», en: CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, 1908-2008, 100 años de evangelización y promoción humana, 15. 333 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 18r. 334 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 19r-20v. 335 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 35r-36r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 febrero de 1909. El Delegado Apostólico agregó que el tema tratado con mayor insistencia fue el del Liberalismo.

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enviados a la Sagrada Congregación del Concilio el 30 de octubre de 1909 para un oportuno examen336. Pío X envió una carta, el 19 de diciembre de 1908, al Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo y a todos los Obispos con motivo de la Primera Conferencia Episcopal337. Después, el mismo Pontífice envió otra carta 6 de enero de 1910, nuevamente para destacar el éxito de la Conferencia Episcopal y sobre la acción social de la Iglesia colombiana338. Finalmente, la SESS, el 30 de junio de 1911, envió al Delegado Apostólico las Instrucciones y decisiones tomadas por la Sagrada Congregación del Concilio, luego de ser examinados los actos de la Conferencia Episcopal339. 5.14. Nuevo Obispo de Pasto, Leonidas Medina El Delegado notificó que el 17 de febrero de 1911 había fallecido el Ordinario de Pasto, luego de una penosa enfermedad, y quien se encontraba en esa sede desde el 16 de diciembre 1907340. El Delegado informó que de esta ciudad le presentaron como candidatos a: Maurilio Detrouse, Antonio Pérez Díaz y Eliseo Villota, todos de la Compañía de María, pero según el parecer suyo, ninguno era idóneo. En su lugar presentó a Leonidas Medina, quien había sido Vicario General de Bogotá y de quien poseía muy buenas referencias341. La Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico que Pío X había aceptado al candidato, y le solicitó iniciar las prácticas del proceso

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AA.EE.SS. Colombia, 1908-19011. pos. 769. fasc. 130. f. 41r, minuta de la SESS al Secretario de la Sagrada Congregación del Concilio, Basilio Pompili, 30 de octubre de 1909. 337 AAS, vol. 1 (1909), n. 1, 141. 338 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 44r-47v. 339 AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 51r-63r. Las prácticas examinadas corresponden: A. De actione catholica; B. De instructione catechetica; C. De secta massonica; D. De usura; F. De educatione in scholis; G. De concubinatu et alcoholismo extirpandis; H. De missionibus ad promovendiam indigenorum infidelium conversionem; I. De ephemeridibus bonis propagandis, pravis vero impediendis. 340 ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. f. 122r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de febrero de 1911. 341 ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 283. fasc. 1. ff. 169r-170r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de octubre de 1911.

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canónico342, que fue enviado el 31 de diciembre de 1911343. Leonidas Medina fue nombrado para la sede de Pasto el 22 de enero de 1912344. Fue consagrado el 29 de julio de 1912 por el Arzobispo de Bogotá Bernardo Herrera Restrepo en su Catedral; fueron asistentes los Ordinarios: Ismael Perdomo, de Ibagué, y Eduardo Maldonado Calvo, de Tunja345. 6. Carlo Montagnini, 1913 6.1. Segunda Conferencia Episcopal La Segunda Conferencia Episcopal se dio bajo la presencia de dos Delegados Apostólicos, el saliente Francesco Ragonesi, a quien el Arzobispo de Bogotá le transmitió el deseo de organizarla346, y con Carlo Montagnini quien fue el encargado de clausurarla. Por esta razón, para no tener que separar la documentación de este tema tan importante, hemos creído conveniente dejarla en un solo bloque, en el apartado correspondiente al segundo Delegado, así no se corta de manera brusca el hilo conductor. Este segundo encuentro del Episcopado colombiano se realizó del 8 de diciembre de 1912 al 20 de enero de 1913. Asistieron trece Prelados. Se dispuso efectuar las siguientes Asambleas cada tres años y se pidió a la Santa Sede que no fuera considerada como Provincial sino como Asamblea Nacional, lo cual fue concedido. El 13 de enero de 1913 se dio el Decreto de convocación para el Primer Congreso Eucarístico Nacional que habría de reunirse en la ciudad de Bogotá y que, a juicio de los historiadores, fue la más grande celebración que se haya realizado en Colombia a Jesucristo Salvador y Redentor.

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ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 283. fasc. 1. f. 177r, minuta de telegrama de la SESS a Francesco Ragonesi, 23 de noviembre de 1911. 343 ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 283. fasc. 1. f. 178r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 31 de diciembre de 1911. 344 En el Diarium Romanae Curiae correspondiente a los decretos de la SCC del 23 de enero de 1912, se registra: Cathedrali ecclesiae Pastopolitanae sac. Leonidam Medina, canonicum ecclesiae metropolitanae Bogotensis in Columbia, en: AAS, vol. 6 (1912), n. 1, 54. Sobre el Pontificado de Leonidas Medina, véase en: HC, vol. 9 (2002), 105. 345 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 403-415. 346 ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 3. f. 97r, despacho de Francesco Ragonesi al Rafael Merry del Val, 13 de agosto de 1912.

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El Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, Bernardo Herrera Restrepo, el 9 de diciembre de 1912, envió un saludo al Presidente de la República comunicándole acerca del encuentro del Episcopado colombiano347. El Presidente respondió al mensaje del Arzobispo de Bogotá, el 10 de diciembre de 1912, agradeciendo por la participación en tal evento348. De la misma forma, con fecha del 9 de diciembre de 1912, se le envió una nota al Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi349. La respuesta de Francesco Ragonesi a la nota emitida por el Arzobispo de Bogotá, fue transmitida el 10 de diciembre de 1912350. El Delegado Apostólico, el 14 de diciembre de 1912, notificó a la Santa Sede sobre el inicio de la segunda Conferencia Episcopal. Allí señaló que con excepción del Arzobispo de Cartagena, Pietro Adamo Brioschi, y el Obispo de Pasto, Leonidas Medina, todo el Episcopado había llegado351. Los Prelados colombianos con un documento dirigido a Pio X, expusieron su profunda impresión causada por la Encíclica Lacrimabili statu sobre la infeliz situación de los salvajes en América Latina, y el deseo de cumplir los deseos del Santo Padre, y le rogaron de disponer para que fuese incrementado el número de las misiones para la evangelización de los salvajes352. Los Superiores Mayores de las Órdenes Religiosas que tenían misiones en Colombia, de igual manera, basados en la misma Encíclica, rogaron al Papa el aumento de los misioneros y de las Misiones para la atención de los «infieles salvajes» que aún estaban sin evangelizar en un vasto territorio353. Una vez concluida la Conferencia Episcopal, la Legación de Colombia ante la Santa Sede dio la notificación354. El Delegado Apostólico, Carlo Montagnini, informó sobre las resoluciones y normas de la segunda Conferencia Episcopal. Entre estas tiene relevancia el Decreto con el cual viene autorizada la celebración de un Congreso 347

ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r. ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r. Texto la sobre la convocatoria de la segunda Conferencia Episcopal, en: AAS, vol. 8 (1916), n. 1, 308. 349 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r. 350 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r. 351 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 39r-v. 352 El texto completo de la Encíclica en: AAS, vol. 4 (1912), n. 15, 521-525. 353 AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 775. fasc. 138. ff. 2r-v. 354 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 37r-38r, despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rafael Merry del Val, del 4 de febrero de 1913. 348

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Eucarístico Nacional en Bogotá, el cual se había fijado para el 14 de septiembre de 1913355. Pío X envió una Carta Autógrafa al Episcopado con motivo del encuentro356. 6.2. Nuevo Obispo del Socorro, Antonio Vicente Arenas La sede del Socorro quedó vacante luego del traslado de Francisco Cristóbal Toro a la de Santa Marta, el 16 de diciembre de 1913. Por lo tanto, fue necesario comenzar la búsqueda de un sucesor. El Secretario de la Delegación Apostólica, Filippo Cortesi, postuló a Antonio Vicente Arenas, Vicario General del Socorro; los Arzobispos de Bogotá y Medellín lo consideraron idóneo357. La Santa Sede informó la aprobación del nombramiento del candidato propuesto por la Delegación Apostólica a la SCC 358. Antonio Vicente Arenas fue nombrado el 28 de mayo de 1914359, y el 2 de agosto de 1914, el Cardenal Antonio Vico, Obispo de Porto y Santa Rufina, lo consagró en la iglesia de San Ignacio en Roma; fueron asistentes: los Obispos, Esteban Rojas, de Garzón y Francisco Cristóbal Toro, de Santa Marta360.

355 AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 777. fasc. 138. ff. 16r-17r, despacho de Carlo Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 4 de marzo de 1913. 356 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 36r, minuta de la SESS para Carlo Montagnini, 26 de marzo de 1913. El texto en: AAS, vol. 5 (1913), n. 1, 178-179. 357 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 283. fasc. 8. ff. 123r-125r, despacho de Filippo Cortesi, Secretario de la Delegación Apostólica al Cardenal Rafael Merry del Val, 6 de enero de 1914. La Santa Sede respondió el 16 de febrero de 1914, iniciar las prácticas para el proceso canónico; minuta, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 283. fasc. 8. f. 131r. 358 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 283. fasc. 8. f. 135r, minuta de la SESS al Secretario de la SCC, cardenal de Lai, 19 de mayo de 1914. 359 En las actas de la Congregación Consistorial del 28 de mayo de 1914, se registra: Chiesa Cattedrale di Socorro, pel Rmo Mons, Antonio Vincenzo Arenas, Vicario Generale della stessa diocesi, en: AAS, vol. 6 (1914), n. 1, 273. Sobre el Pontificado de Antonio Vincenzo Arenas, véase en: HC, vol. 9 (2002), 59, 347. 360 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 47-54.

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7. Alberto Vasallo di Torregrosa, 1914 7.1. Candidatos para la nueva Sede de Jericó En enero de 1915 viene erigida la nueva Diócesis de Jericó, desmembrada de la de Antioquia361. Alberto Vasallo, Delegado Apostólico, propuso a la Santa Sede los candidatos para la nueva sede, de manera similar, solicitó un eventual nombramiento para la Metropolitana de Popayán debido a la enfermedad del Arzobispo Manuel Antonio Arboleda, así como en el caso de la sede de Ibagué en la eventualidad del traslado de Ismael Perdomo a Popayán. Los candidatos para la de Jericó eran: Pedro Rodríguez, de la jurisdicción de Garzón; Lubin Gómez y Ulpiano Ramírez, Canónigos de Medellín; Emanuel Suárez, secretario del Ordinario de Ibagué y Rafael Plaza de la Arquidiócesis de Popayán362. La Santa Sede respondió al Delegado Apostólico que existía la disposición de trasladar a Ismael Perdomo de Ibagué a Popayán, pero cuando esta quedase vacante. En lo referente a los candidatos para Jericó e Ibagué, se solicitaron mayores informaciones de los candidatos363. La respuesta a esta solicitud estuvo a cargo de Filippo Cortesi, Secretario de la Delegación Apostólica, quien luego de informarse acerca de los candidatos propuestos por Alberto Vasallo, consideró que ninguno poseía las cualidades para ser elevado a la dignidad Episcopal. En su lugar hizo nuevas propuestas, a saber: Tiberio Salazar, de Medellín, quien contaba con muy buenas recomendaciones, y a José Joaquín Ramírez, de la misma jurisdicción364. Al ser nombrado como

361 La SCC se comunicó con el Secretario de la AA.EE.SS, monseñor Pacelli, el 16 de enero de 1915, y le solicitó que informase al Delegado Apostólico en Colombia, Alberto Vasallo di Torregrosa, en: AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. f. 23r. 362 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 24r-26v, despacho de Alberto Vasallo di Torregrosa al Cardenal Pietro Gasparri, 16 de abril de 1915. 363 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. f. 27r, minuta de la SESS a Alberto Vasallo di Torregrosa, 29 de mayo de 1915. 364 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 28r-32v, despacho del Secretario de la Delegación Apostólica, Filippo Cortesi al Cardenal Pietro Gasparri, 5 de febrero de 1916.

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Delegado Apostólico Enrico Gasparri, revisó las propuestas y dio su aprobación, comunicándose a la Santa Sede365. No obstante esta delicada búsqueda, no se hizo ningún nombramiento, el 5 de febrero de 1917 Benedicto XV decidió unir dos sedes, tomando el nombre de Diócesis de Antioquia-Jericó. 8. Enrico Gasparri, 1915-1916 (Internuncio 1917) 8.1. Nuevo Obispo de Nueva Pamplona, Rafael Afanador Ocurrida la muerte de Evaristo Blanco, Obispo de Nueva Pamplona, el 15 de septiembre de 1915, Filippo Cortesi, Secretario de la Delegación Apostólica, propuso como candidato para sucederlo al sacerdote Rafael Afanador, de la Diócesis de Socorro, del cual dio buenas informaciones366. Al tomar posesión del cargo como Delegado Apostólico Enrico Gasparri, escribió a la Santa Sede confirmando la candidatura del sacerdote Afanador367. Benedicto XV acogió la propuesta y se le comunicó a la SCC para que viniesen preparados los actos relativos368. Rafael Afanador una vez notificado, escribió al Cardenal Secretario de Estado agradeciendo por su nombramiento369. El 5 de junio de 1916 fue nombrado como Obispo de Nueva Pamplona370. El 3 de septiembre de 1916, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, lo consagró en su Catedral; fueron asistentes los Obispos: Francisco Cristóbal Toro, de Santa Marta, y Antonio Vicente Arenas, del Socorro371. 365 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 39r-40v, despacho de Enrico Gasparri al Cardenal Pietro Gasparri, 30 de abril de 1916. 366 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 791. fasc. 148. ff. 8r-14v, despacho de Filippo Cortesi, Secretario de la Delegación Apostólica, al Cardenal Pietro Gasparri, 11 de noviembre de 1915. 367 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 791. fasc. 148. ff. 15r-v, despacho de Enrico Gasparri al Cardenal Pietro Gasparri, 12 de marzo de 1916. 368 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 791. fasc. 148. ff. 15r-v, minuta de la SESS, a la SCC, del 3 de junio de 1916. 369 AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 791. fasc. 148. ff. 26r-27r, carta del 2 de junio de 1916, a Pietro Gasparri agradeciendo por el nombramiento. 370 En las actas de la Congregación Consistorial del 5 de junio de 1916, se registra: Cathedrali ecclesiae Neo-Pampilonensi R. D. Raphaelem Afanador, vicarium generalem dioecesis de Socorro, en: AAS, vol. 6 (1914), n. 1, 225. Sobre el Pontificado de Rafael Afanador, véase en: HC, vol. 9 (2002), 59. 371 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 7-15.

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9. Estadísticas sobre el Episcopado correspondientes al periodo de 1882-1916 9.1. Cardenales Secretarios de Estado 1882-1916 Ludovico Jacobini 16 de diciembre de 1880- 28 de febrero de1887. Mariano Rampolla 2 de junio de 1887-1903 Rafael Merry del Val 12 de noviembre de 1903-20 de agosto de 1914. Pietro Gasparri 13 de octubre de 1914-1930. 9.2. Delegados Apostólicos 1882-1916 Giovanni Battista Agnozzi, 24 de marzo de 1882-14 de junio de 1887. Luigi Mattera, 17 de mayo de 1887-1 de agosto de 1889. Antonio Sabatucci 21 de septiembre de 1890-31 de diciembre de 1895. Antonio Vico. 24 de noviembre de 1897-4 de febrero de 1904. Francesco Ragonesi. 7 de octubre de 1904-finales de 1912. Carlo Montagnini 10 de febrero de 1913-15 de agosto 1913. Alberto Vasallo di Torregrosa, 8 de abril de 1914-29 de agosto de 1915. Enrico Gasparri, 9 de diciembre de 1915. El 8 de mayo de 1916 Benedicto XV ordenó que la Delegación Apostólica se denominara en adelante Internunciatura Apostólica. 9.3. Consagraciones de los Representantes de la Santa Sede 1. El 16 de julio de 1882 Monseñor León Federico Anerios, Arzobispo de Buenos Aires, consagró en su Catedral a Monseñor Luigi Mattera, Arzobispo titular de Irenópolis y Delegado Apostólico en Argentina. Asistentes: Mamerto Esquiú, Obispo de Córdoba de Tucumán y Wenceslao Achaval, Obispo de San Juan de Cuyo. 2. El 26 de octubre de 1890 el Cardenal Mariano Rampolla del Tíndaro, Secretario de Estado de Su Santidad León XIII, consagró en la capilla del Colegio Pío Latinoamericano a Antonio Sabatucci, Obispo titular de Tebas y Delegado Apostólico en Colombia. Asistentes: Antonio de Macedo Costa, Arzobispo de Bahía y Domingo Ferrata, Arzobispo titular de Tesalónica.

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3. El 9 de enero de 1898 el Cardenal Mariano Rampolla del Tíndaro, consagró en la capilla del Almo Colegio Capránica a Antonio Vico, Arzobispo titular de Filipos y Delegado Apostólico en Colombia. 4. El 25 de septiembre de 1904 el Cardenal Raffaele Merry del Val, Secretario de Estado de Su Santidad Pío X, consagró en la capilla del Colegio Pío Latinoamericano a Francesco Ragonesi, Arzobispo titular de Myra y Delegado Apostólico en Colombia. Asistentes: Antonio María Graselli, Obispo de Viterbo y Domingo Rinaldini, Obispo de Montefiscone. 5. El 22 de junio de 1913 Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral a Carlo Montagnini, Arzobispo de Larissa y Delegado Apostólico en Colombia. Asistentes: Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué y Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de Tunja. 6. El 18 de enero de 1914 el Cardenal Raffaele Merry del Val, consagró en la capilla del Colegio Pío Latinoamericano a Alberto Vasallo di Torregrossa, Arzobispo titular de Emessa y Delegado Apostólico en Colombia. Asistentes: Francisco de Rego Maiha, Arzobispo titular de Nicópolis y Augusto Intreccialagli, Obispo de Caltanisseta. 7. El 12 de diciembre de 1915 Víctor Amadeo Ranuzzi de Bianchi, Arzobispo titular de Tiro y Mayordomo de S.S. Benedicto XV, consagró en la capilla del colegio Pío Latinoamericano a Enrico Gasparri, Arzobispo titular de Sebaste y Delegado Apostólico en Colombia. Asistentes: Donato Sbarretti, Arzobispo titular de Éfeso y Asesor del Santo Oficio, y Luigi Ermini, Obispo de Cajazzo. 9.4. Auditores y Secretarios de la Representación Pontificia en Bogotá El 11 de octubre de 1908 el Cardenal Rafael Merry del Val, consagró en la capilla del colegio Pío Latinoamericano a Enrico Sibilia, Arzobispo titular de Side. Asistentes: Enrique Almaraz y Santos, Arzobispo de Sevilla y Ángel Jara, Obispo de San Carlos de Ancud. 9.5. Consagraciones en Colombia 1. El 12 de marzo de 1882, Don Bonifacio A. Toscano, Obispo in partibus de Centuria, consagró en la Catedral de Tunja a Severo García,

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Obispo de Tunja. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo in partibus de Maximópolis372. 2. El 21 de octubre de 1883, Manuel Canuto Restrepo, Obispo dimisionario de Pasto, consagró en la iglesia de Santo Domingo de Bogotá a Jesús María Rodríguez, Obispo de Antioquia. Asistentes: Bonifacio Toscano, Obispo titular de Centuria y Juan Nepomuceno Rueda, Obispo titular de Sebastópolis373. 3. El 27 de diciembre de 1885, José Telésforo Paúl, Arzobispo de Bogotá, consagró en la Catedral a Bernardo Herrera Restrepo, Obispo de Medellín. Asistentes: Manuel Canuto Restrepo, Obispo dimisionario de Pasto, y Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis374. 4. El 24 de octubre de 1886, Ignacio Antonio Parra, Obispo de Pamplona, consagró en la iglesia de Girón a José Alejandro Peralta, Obispo de Panamá. Asistentes: los Pbros. José Antonio Fernández y Antonio María Colmenares375. 5. El 28 de agosto de 1887, José Telésforo Paúl, Arzobispo de Bogotá, consagró en la Catedral a José Benigno Perilla, Obispo de Tunja. Asistentes: Manuel Canuto Restrepo, Obispo dimisionario de Pasto y Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis376. 6. El 27 de diciembre de 1888, Bonifacio Antonio Toscano, Obispo titular de Centuria, consagró en la Catedral de Bogotá, a Juan Buenaventura Ortiz, Obispo de Popayán377. 7. El 24 de abril de1892, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral a Joaquín Pardo Vergara, Obispo de Medellín. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis y Juan Nepomuceno Rueda, Obispo electo de Antioquia378. 8. El 22 de mayo de 1892, Eugenio Biffi, Obispo de Cartagena, consagró en la iglesia de San Juan de Dios (ya San Pedro Claver) de Cartagena, a Rafael Celedón, Obispo de Santa Marta. Asistentes: José Alejandro Peralta, Obispo de Panamá y el Pbro. Teodoro Hamón, rector del Seminario de Cartagena379. 372

G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 217-223. G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 664-667. 374 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 290-320. 375 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 589-600. 376 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 619-621. 377 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 511-517. 378 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 518-537. 379 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 172-178. 373

234

LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

9. El 29 de mayo de 1892, Monseñor Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral a Monseñor Manuel José Caicedo, Obispo de Pasto. Asistentes: Monseñor José Benigno Perilla, Obispo de Tunja y Monseñor Joaquín Pardo Vergara, Obispo de Medellín380. 10. El 1 de mayo de 1894, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en la Catedral a Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo titular de Pinara y Vicario Apostólico de Casanare. Asistentes: el Arcediano Patricio Plata Azuero y el Chantre Fernando Piñeros. 11. El 12 de abril de 1896, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral a Nicolás Casas y Conde, Obispo titular de Adrianópolis y Vicario Apostólico de Casanare. Asistentes: Ezequiel Moreno, Obispo de Pasto, y el Arcediano Patricio Plata Azuero. 12. El 8 de septiembre de 1897, Ignacio Antonio Parra, Obispo de Pamplona, consagró en la iglesia de San Laureano de Bucaramanga, a Evaristo Blanco, Obispo de Socorro. Asistentes: los Pbros. Numa Pompilio Calderón, Canónigo de Pamplona, y José María Villalba, párroco de San Laureano381. 13. El 9 de mayo de 1898, Bernardo Herrera Restrepo, consagró en su Catedral, a Pietro Adamo Brioschi, Obispo de Cartagena. Asistentes: el Arcediano Patricio Plata Azuero y el Chantre Fernando Piñeros. Fue esta la última consagración hecha en Bogotá en la que sirvieron de asistentes simples sacerdotes. 14. El 14 de julio de 1901, Pietro Adamo Brioschi, Obispo de Cartagena, consagró en su Catedral a Francisco Javier Junguito, Obispo de Panamá. Asistentes: el Pbro. José Claudio Garnier, Rector del Seminario de Cartagena, y el Pbro. Nicolás Cáceres382. 15. El 29 de junio de 1902, Esteban Rojas, Obispo del Tolima, consagró en la Catedral de Manizales a Gregorio Nacianceno Hoyos, Obispo de Manizales. Asistentes: los Pbros. José Antonio Restrepo y José Joaquín Barco383. 16. El 9 de noviembre de 1902, Joaquín Pardo Vergara, Arzobispo de Medellín, consagró en su Catedral a, Manuel Antonio López de Mesa, 380

G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 133-153. G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 107-118. 382 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 361-364. 383 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 326-351. 381

SOBRE EL EPISCOPADO

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Obispo de Antioquia. Asistentes: los Pbros. Juan de Dios Uribe, Deán de Medellín, y Jesús M. Marulanda, Canónigo penitenciario384. 17. El 30 de octubre de 1904, Francesco Ragonesi, Arzobispo titular de Mira y Delegado Apostólico, consagró en la iglesia del Rosario de Barranquilla, a Francisco M. Simón y Ródenas, Obispo de Santa Marta. Asistentes: Pietro Adamo Brioschi, Arzobispo de Cartagena, y Carlos Valiente, Protonotario Apostólico. 18. El 5 de noviembre de 1905, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral a Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de Tunja. Asistentes: Manuel José de Caicedo, Arzobispo de Medellín, y Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis385. 19. El 19 de mayo de 1907, Francesco Ragonesi, Arzobispo titular de Mira y Delegado Apostólico, consagró en la Catedral de Bogotá, a Atanasio Vicente Soler y Royo, Obispo titular de Citarizo y Vicariato Apostólico de la Goagira. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis y Francisco Simón y Ródenas, Obispo de Santa Marta. 20. El 29 de junio de 1907, Francesco Ragonesi, Delegado Apostólico, consagró en la Catedral de Bogotá, a Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de Popayán. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis, y Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de Tunja386. 21. El 29 de junio de 1908, Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de Popayán, consagró en su Catedral a Adolfo Perea, Obispo de Pasto. Asistentes: los Canónigos Aristides Salcedo, Deán y Avelino Pérez Z., Maestrescuela387. 22. El 24 de febrero de 1911, Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de Popayán, consagró en la iglesia del Señor de los Milagros de Buga, a Maximiliano Crespo, Obispo de Antioquia. Asistentes: los Pbros. Víctor Saavedra, Vicario Foráneo de Buga, y Jorge Salcedo, cura de Buga388. 23. El 4 de junio de 1911, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral, a Francisco Cristóbal Toro, Obispo de 384

G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 374-376. G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 380-387. 386 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 40-46. 387 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 613-618. 388 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 181-186. 385

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Socorro. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis, e Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué389. 24. El 29 de julio de 1912, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral, a Leonidas Medina, Obispo de Pasto. Asistentes: Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué, y Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de Tunja390. 25. El 24 de agosto de 1912, Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de Popayán, consagró en la Catedral de Cali, a Heladio Perlaza, Obispo de Cali. Asistentes: Leonidas Medina, Obispo de Pasto y el Pbro. Víctor Saavedra391. 26. El 22 de junio de 1913 Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en la Catedral a Carlo Montagnini. 27. El 3 de septiembre de 1916, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral, a Rafael Afanador y Cadena, Obispo de Nueva Pamplona. Asistentes: Francisco Cristóbal Toro, Obispo de Santa Marta, y Antonio Vicente Arenas, Obispo del Socorro392. 9.6. Consagraciones fuera del país 1. El 19 de febrero de 1882, Paolo Ballerini, Patriarca de Alejandría, consagró en la iglesia del Carmen de Milán, a Eugenio Biffi, Obispo de Cartagena. Asistentes: Agustín Riboldi, Obispo de Pavia y Pietro Carsana, Obispo de Como. 2. El 3 de junio de 1883, Ignacio Ordóñez, Arzobispo de Quito, consagró en la iglesia de la Compañía de Quito, a Ignacio León Velasco, Obispo de Pasto. 3. El 21 de abril de 1895, el Cardenal Serafín Vannutelli, Obispo de Frascati, consagró en la capilla del Colegio Pio Latinoamericano, a Esteban Rojas, Obispo de Tolima393. 4. El 19 de junio de 1903, el Cardenal Girolamo Maria Gotti, consagró en la capilla del colegio Pío Latinoamericano, a Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué. Asistentes: Giuseppe Maria Constantini,

389

G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 713-732. G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 403-415. 391 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 622-627. 392 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos,7-15. 393 G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 672-683. 390

SOBRE EL EPISCOPADO

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Arzobispo titular de Patraso y Limosnero de S.S. y Esteban Rojas, Obispo de Garzón394. 5. El 28 de mayo de 1908, el Cardenal Vincenzo Vanutelli, Obispo de Palestrina, consagró en la iglesia de Maria Regina dei cuori en Roma, a José María Gulot, Obispo titular de Augustópolis y Vicario Apostólico de los Llanos de San Martín. Asistentes: Livinchac de los Misioneros de Argel, Obispo titular de Pacandio y antiguo Vicario Apostólico de Victoria Nyanza y Carlos de Ligonnes, Obispo de Rodez. 6. El 2 de agosto de 1914, el Cardenal Antonio Vico, Obispo de Porto y Santa Rufina, consagró en la iglesia de San Ignacio en Roma, a Antonio Vicente Arenas, Obispo del Socorro. Asistentes: Esteban Rojas, Obispo de Garzón y Francisco Cristóbal Toro, Obispo de Santa Marta395. 9.7. Nómina de Prelados 9.7.1. Arzobispos Bogotá: Sede Primada el 7 de noviembre de 1902 Vicente Arbeláez 1868-1884. José Telésforo Paúl, 1884-1889. Ignacio León Velasco, 1889-1891. Bernardo Herrera Restrepo, 1891-1928. Cartagena: arquidiócesis el 20 de junio de 1900 Eugenio Biffi 1882-1896. Pietro Adamo Brioschi 1898-1943. Popayán: arquidiócesis el 20 de junio de 1900 Carlos Bermúdez 1868-1886. Juan Buenaventura Ortiz 1888-1894. Manuel José de Caicedo 1895-1905. Manuel Antonio Arboleda, 1907-1923. 9.7.2. Obispos Medellín: Arquidiócesis el 24 de febrero de 1902 José Ignacio Montoya 1876-1884. 394 395

G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 601-612. G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 47-54.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Bernardo Herrera Restrepo 1886-1891. Joaquín Pardo Vergara 1892-1904. Manuel José de Caicedo 1905-1937. Manizales: diócesis 11 de abril de 1900 Gregorio Nacianceno Hoyos 1901-1921. Nueva Pamplona: Ignacio Antonio Parra 1876-1908. Tunja: Diócesis 29 de julio de 1880. Severo García 1881-1886. José Benigno Perilla 1888-1903. Eduardo Maldonado Calvo 1905-1932. Cali: diócesis 7 de julio de 1910. Heladio Perlaza 1912-1926. Santa Marta: José Romero 1866-1891. Rafael Celedón 1892-1902. Francisco Simón y Ródenas, 1904-1912. Francisco Cristóbal Toro 1914-1917. Antioquia Joaquín Guillermo González 1873-1883. Jesús María Rodríguez 1883-1891. Juan Nepomuceno Rueda 1892-1900. Manuel Antonio López de Mesa 1901-1908. Maximiliano Crespo 1911-1917. Pasto Ignacio León Velasco, 1883-1889. Manuel José de Caicedo 1892-1895. Ezequiel Moreno y Díaz, 1896-1906. Adolfo Perea 1908-1911. Leonidas Medina 1912-1916. Tolima creada el 30 de agosto de 1894. Luego Garzón el 20 de mayo de 1900: Esteban Rojas 1895-1922. Socorro: 20 de marzo de 1895 Evaristo Blanco 1897-1909 Francisco Cristóbal Toro 1910-1914.

SOBRE EL EPISCOPADO

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Antonio Vicente Arenas 1914-1922. Ibagué: 20 de mayo de 1900 Ismael Perdomo 1903-1923. Jericó: 20 de enero de 1915 Maximiliano Crespo Rivera 1915-1917. Francisco Cristóbal Toro 1917-1942. 9.7.3. Vicariatos Apostólicos 1. Casanare: 17 de julio de 1893, encomendado a los Padres Agustinos Recoletos. 2. El 29 de octubre de 1887, y por insinuación del Delegado Apostólico, el Obispo de Tunja ordenó que su Obispo Auxiliar fuera a residir en Casanare, así lo hizo y permaneció hasta 1889. 3. El 17 de julio de 1893 fue creado el Vicariato, con residencia en Támara. 4. Como Obispo Auxiliar de Tunja: Juan Nepomuceno Rueda 18871889. 9.7.4. Vicarios Apostólicos Casanare: 17 de julio de 1893, Agustinos Recoletos. Ezequiel Moreno y Díaz 1894-1896. Nicolás Casas y Conde 1896-1906. Santos Ballesteros y Martínez 1920-1933. Goagira: 17 de diciembre de 1905, Padres Capuchinos. Atanasio Vicente Soler y Royo 1907-1930. Llanos de San Martín: 16 de marzo de 1908. Religiosos de la Compañía de María, Montfortianos. José María Guiot 1908-1939. 9.6.5. Prefecturas Apostólicas Los Prefectos no han sido obispos Intendencia Oriental: 23 de junio de 1903. Padres de la Compañía de María. Eugenio Morón 1904-1908. Fue suprimido el 16 de marzo de 1908 para crear el Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín. Caquetá: 20 de diciembre de 1904. Padres Capuchinos Fr. Fidel de Montclear 1905-1930.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Chocó: 28 de abril de 1908. Misioneros Hijos de Inmaculado Corazón de María. Claretianos Juan Gil y García 1908-1912. Francisco Gutiérrez 1912-1930. Putumayo: 4 de octubre de 1912. Residencia en la Chorrera. Padres Franciscanos Ingleses. León Sanbrook 1912-1918. Arauca: 26 de mayo de 1915. Sacerdotes de la Misión. Enrique Larquere 1915-1923. Misión sui juris de San Andrés y Providencia: 20 de junio de 1912. Padres del Colegio de San José de Mill-Hill de Londres. J. Fispatri 1912… 9.8. Nombramientos durante 1882-1916 1. Eugenio Biffi, Obispo de Cartagena, 28 de febrero de 1882. 2. Juan N. Rueda, Obispo de Sebastópolis y Auxiliar de Tunja, 3 de julio de 1882. 3. Francisco Javier Zaldúa, Obispo de Gortina, 25 de septiembre de 1882. No aceptó. 4. Ignacio León Velasco, Obispo de Pasto, 15 de marzo de 1883. 5. Jesús M. Rodríguez, Obispo de Antioquia, 9 de septiembre de 1883. 6. José Telésforo Paúl, Arzobispo de Bogotá, 6 de agosto de 1884. 7. Bernardo Herrera Restrepo, Obispo de Medellín, 27 de marzo de 1885. 8. José Alejandro Peralta, Obispo de Panamá, 1 de junio de 1886. 9. José Benigno Perilla, Obispo de Tunja, 17 de marzo de 1887. 10. Severo García, Arzobispo de Calcide, 1 de junio de 1888. 11. Juan B. Ortiz, Obispo de Popayán, 1 de junio de 1888. 12. Ignacio León Velasco, Arzobispo de Bogotá, 24 de mayo de 1889. 13. Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, 4 de junio de 1891. 14. Joaquín Pardo Vergara, Obispo de Pasto, 4 de junio de 1891. 15. Rafael Celedón, Obispo de Santa Marta, 17 de diciembre de 1891. 16. Juan Nepomuceno Rueda, Obispo de Antioquia, 22 de enero de 1892.

SOBRE EL EPISCOPADO

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17. Joaquín Pardo Vergara, Obispo de Medellín, 22 de enero de 1892. 18. Manuel José de Caicedo, Obispo de Pasto, 11 de febrero de 1892. 19. Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo de Pinara y Vicario Apostólico de Casanare, 23 de octubre de 1893. 20. Esteban Rojas, Obispo del Tolima, 18 de marzo de 1895. 21. Manuel José de Caicedo, Obispo de Popayán, 2 de diciembre de 1895. 22. Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo de Pasto, 2 de diciembre de 1895. 23. Nicolás Casas y Conde, Obispo de Adrianópolis y Vicario Apostólico de Casanare, 2 de diciembre de 1895. 24. Evaristo Blanco, Obispo de Garzón, 20 de mayo de 1900. 25. Pietro Adamo Brioschi, Obispo de Cartagena, 15 de febrero de 1898. 26. Esteban Roja, Obispo de Garzón, 20 de mayo de 1900. 27. Javier Junguito, Obispo de Panamá, 15 de abril de 1901. 28. Gregorio Nacianceno Hoyos, Obispo de Manizales, 11 de mayo de 1901. 29. Pietro Adamo Brioschi, Arzobispo de Cartagena, 27 de julio de 1901. 30. Manuel José de Caicedo, Arzobispo de Popayán, 14 de diciembre de 1901. 31. Manuel Antonio López de Mesa, Obispo de Antioquia, 14 de enero de 1902. 32. Joaquín Pardo Vergara, Arzobispo de Medellín, 10 de marzo de 1902. 33. Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué, 29 de abril de 1903. 34. Eugenio Morón, Prefecto Apostólico de la Intendencia Oriental, 23 de junio de 1903. 35. Francisco Simón y Ródenas, Obispo de Santa Marta, 11 de junio de 1904. 36. Eugenio Morón, Prefecto Apostólico de los Llanos de San Martín, 20 de diciembre de 1904. 37. Fidel de Montclar, Prefecto Apostólico del Caquetá, 25 de enero de 1905. 38. Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de Tunja, 24 de junio de 1905. 39. Manuel José de Caicedo, Arzobispo de Medellín, 14 de diciembre de 1905.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

40. Atanasio Vicente Soler y Royo, Obispo de Citarizo y Vicario Apostólico de la Goajira, 22 de diciembre de 1906. 41. Santos Ballesteros, Vicario Apostólico de Casanare, marzo de 1907. 42. Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de Popayán, Arzobispo de Popayán, 18 de abril de 1907. 43. Adolfo Perea, Obispo de Pasto, 19 de diciembre de 1907. 44. José María Guiot, Obispo de Augustópolis y Vicario Apostólico de los Llanos de San Martín, 4 de abril de 1908. 45. Juan Gil y García, Prefecto Apostólico del Chocó, 28 de abril de 1908. 46. Evaristo Blanco, Obispo de Nueva Pamplona, 27 de marzo de 1909. 47. Francisco Cristóbal Toro, Obispo de Socorro, 18 de octubre de 1910. 48. Maximiliano Crespo, Obispo de Antioquia, 18 de octubre de 1910. 49. Heladio Perlaza, Obispo de Cali, 11 de agosto de 1911. 50. Leonidas Medina, Obispo de Pasto, 23 de enero de 1912. 51. Guillermo Rojas Arrieta, Obispo de Panamá, 21 de marzo de 1912. 52. Francisco Gutiérrez, Prefecto Apostólico del Chocó, 11 de abril de 1912. 53. Francisco Simón y Ródenas, Obispo de Equino, 2 de diciembre de 1912. 54. Francisco Cristóbal Toro, Obispo de Santa Marta, 16 de diciembre de 1913. 55. Antonio Vicente Arenas, Obispo de Socorro, 28 de mayo de 1914. 56. Leonidas Medina, Obispo de Camaco y Auxiliar de Bogotá, 27 de marzo de 1916. 57. Rafael Afanador y Cadena, Obispo de Pamplona, 5 de junio de 1916. 9.9. Defunciones 1. Vicente Arbeláez, Obispo de Maximópolis y Arzobispo de Bogotá. Bogotá, 29 de junio de 1884. 2. José Ignacio Montoya, Obispo de Medellín. Medellín, 15 de julio de 1884.

SOBRE EL EPISCOPADO

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3. Carlos Bermúdez, Obispo de Popayán. Mesa de Elías, 6 de diciembre de 1886. 4. Joaquín Guillermo Gonzáles, antiguo Obispo de Antioquia. Yarumal, 4 de enero de 1888. 5. José Telésforo Paúl, Obispo de Panamá y Arzobispo de Bogotá. La Mesa, 8 de abril de 1889. 6. Severo García, Obispo de Tunja y Arzobispo de Cálcide. Tunja, 16 de marzo de 1890. 7. Ignacio León Velasco, Obispo de Pasto y Arzobispo de Bogotá. Chapinero, 10 de abril de 1891. 8. Jesús María Rodríguez, Obispo de Antioquia. Concordia, 30 de julio de 1891. 9. José Romero, Obispo de Dibona y Santa Marta. Santa Marta, 22 de septiembre de 1891. 10. Manuel Canuto Restrepo, antiguo Obispo de Pasto. Guaduas, 23 de octubre de 1891. 11. Valerio Antonio Jiménez, antiguo Obispo de Medellín. Marinilla, 6 de diciembre de 1891. 12. Juan Buenaventura Ortiz, Obispo de Popayán. Cartago, 15 de agosto de 1894. 13. Bonifacio Antonio Toscano, Obispo de Pamplona y de Centuria. Villa de Leiva, 13 de agosto de 1896. 14. Eugenio Biffi, Obispo de Cartagena. Barranquilla, 8 de noviembre de 1896. 15. Alejandro Peralta, Obispo de Panamá. Panamá, 8 de julio de 1899. 16. Rafael Celedón, Obispo de Santa Marta. La Cruz, 10 de diciembre de 1902. 17. José Benigno Perilla, Obispo de Tunja. Tunja 13 de marzo de 1903. 18. Juan Nepomuceno Rueda, Obispo de Sebastópolis y Antioquia. Bogotá, 5 de agosto de 1903. 19. Joaquín Pardo Vergara, Obispo y Arzobispo de Medellín. Medellín, 14 de noviembre de 1904. 20. Nicolás Casas y Conde, Obispo de Adrianópolis. Bogotá, 5 de abril de 1906. 21. Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo de Pinara y Pasto. Monteagudo, 19 de agosto de 1906. 22. Ignacio Antonio Parra, Obispo de Panamá y Pamplona. Pamplona, 21 de febrero de 1908.

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

23. Manuel Antonio López De Mesa, Obispo de Antioquia. Antioquia, 15 de mayo de 1908. 24. Adolfo Perea, Obispo de Pasto. Consacá, 17 de febrero de 1911. 25. Javier Junguito, Obispo de Panamá. Panamá 21 de octubre de 1911. 26. Juan Gil y García, Prefecto Apostólico del Chocó. Quibdó, 23 de febrero de 1912. 27. Francisco Simón y Ródenas, Obispo de Santa Marta y de Equino. La Magdalena (Valencia), 22 de agosto de 1914. 28. Evaristo Blanco, Obispo de Socorro y Pamplona. Pamplona, 15 de septiembre de 1915. 29. Moisés Higuera, Obispo de Maximópolis. Bogotá, 25 de septiembre de 1915.

CAPÍTULO V Sobre las misiones

El territorio colombiano tiene la característica de ser multiétnico. Ha sido el resultado de un largo proceso que se inició con el arribo de los españoles hacia 1499 por la zona norte. La llegada de los europeos condujo a una mezcla de culturas, en donde el cruce de indígenaespañol, derivó una nueva etnia totalmente mestiza. Posteriormente se vinculó a este mestizaje el esclavo africano, que no solo hizo su aporte demográfico, sino cultural y religioso. Para finales del siglo XIX la población del país ya se había diversificado de manera intensa, aunque cada región conservaba sus características propias. Predominaba la clase mestiza, personas con antepasados español e indígena. Pero existían zonas en donde aún se encontraban grupos étnicos autóctonos, en su gran mayoría tribus indígenas, que lograron sobrevivir al impacto cultural del encuentro con los españoles. De la misma forma, algunos descendientes directos de los esclavos africanos se refugiaron en lugares apartados conservando su abolengo. La Iglesia casi desde el mismo momento del inicio de la conquista a través de los misioneros realizó un fuerte trabajo de evangelización. En el caso concreto de Colombia, la mayoría de la población indígena recibió instrucción. Sin embargo, muchas de estas comunidades se refugiaron en zonas de difícil acceso en donde permanecieron al margen de la cristianización, o regresaron a su condición anterior luego de que la labor misionera se viese interrumpida por motivos políticos.

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La realidad de las misiones durante el periodo que nos hemos propuesto investigar fue muy intensa, debido a que se venía de una gran agitación política que fue determinante en el proyecto misionero del país, pues por haber sido suspendido el trabajo evangelizador en gran parte de los casos, en poco tiempo se perdió el avance y los logros obtenidos, fruto de muchos años de presencia de religiosos. Solamente un número pequeño logró mantenerse, aunque no poseían una gran estabilidad. Cuando se dio la posibilidad del regreso al país de un Representante de la Santa Sede, asumido en la persona de Giovanni Battista Agnozzi en 1882, traía como una de sus prioridades promover las misiones, pero con el propósito de involucrar también a la Autoridad civil. La tarea no fue fácil, pues las consecuencias de los conflictos políticos habían afectado directamente la labor de los misioneros. Después del periodo post-indepedentista, es decir, de 1819 en adelante, el país vivió serios desordenes políticos e incomprensiones entre quienes apoyaban el nuevo sistema y entre aquellos que anhelaban el antiguo sistema español, entre ellos, muchos eclesiásticos. Esto frenó en gran medida, que el Gobierno estuviera a disposición de las actividades de la Iglesia, tal como era el fomento de las misiones. Durante el periodo de 1850 a 1886, especialmente bajo los Gobiernos de José Hilario López y de Tomás Cipriano de Mosquera, la situación se tornó aún más difícil. Entre las medidas adoptadas por el general Mosquera figura la expulsión del Delegado Apostólico, la expulsión de la Compañía de Jesús, la abolición de diezmos, la reducción de la protección fiscal para la Iglesia. En tales condiciones tan adversas, ninguna comunidad religiosa vio con buenos ojos establecerse en el país y mucho menos administrar un remoto territorio de misiones. Tomás Cipriano logró que el Congreso negara todo tipo financiación a las misiones. Con la entrada en rigor de la Constitución de 1863, la situación para la Iglesia no fue favorable, la ley 23 atacó directamente a las órdenes religiosas1, y en general hubo hostilidad en todos los Estados2. En la Constitución Política de Colombia de 1886, el catolicismo figura como religión de la Nación. Los artículos XXV y XXXI del 1

«Es prohibido el establecimiento de comunidades o corporaciones religiosas regulares, sin distinción, quedando extinguidas y disueltas las que existan en la nación». 2 Juan Pablo RESTREPO, La Iglesia y el Estado en Colombia, Bogotá 2010, 220.

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Concordato suscrito al año siguiente entre el Gobierno nacional y la Santa Sede establecieron las bases para el desarrollo de las misiones en el país. Las disposiciones referidas a las misiones en ambos documentos fijaron los compromisos adquiridos por el Gobierno de Colombia y las comunidades religiosas a las que les fueran encomendados los nuevos territorios. En el artículo XXV del Concordato quedó consignado que el gobierno colombiano se comprometía indefinidamente a suministrar a los religiosos a cargo de territorios de misión un ingreso de cien mil pesos ($100.000), ajustables progresivamente; este dinero sería gastado de acuerdo con lo suscrito entre las dos Supremas Potestades, las Diócesis, los cabildos, los seminarios, las misiones y las demás obras concentradas en la acción civilizadora de la Iglesia. Por su parte, en el artículo XXXI del Concordato quedó establecido que los convenios celebrados entre la Santa Sede y el gobierno de Colombia quedaban exentos de cualquier aprobación por parte del Congreso siempre que estos tuvieran como fin el fomento de las misiones católicas3. Aunque es un tema fundamental en la organización de la Iglesia colombiana durante este periodo, la documentación gestionada por los Delegados Apostólicos no es muy abundante, lo que no puede a llevar a pensar, de ninguna manera, que no sea importante. En el Archivo de la SCPF, lamentablemente no se halla tampoco mayor información correspondiente a este periodo, si hubiese un interés particular por una investigación sobre las misiones en su sentido más amplio, se debe acudir directamente a los archivos de las Órdenes Religiosas que hacían presencia en Colombia en la época. En consecuencia, siguiendo el propósito de nuestro trabajo y respetando el argumento central, presentamos a continuación la gestión hecha por los Delegados Apostólicos y la documentación emitida sobre este asunto de las misiones, fundamental en la historia de la Iglesia colombiana.

3 Alfredo VÁSQUEZ CARRIZOSA, El concordato con la Santa Sede, Bogotá 1973, 138-139.

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1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887 1.1. La iniciativa del Gobierno en el renacimiento de las misiones Dentro de las acciones que favorecieron enormemente la voluntad de restablecer las relaciones diplomáticas con la Santa Sede y la situación interna de la Iglesia católica, estuvo la determinación de Rafael Núñez para revivir las misiones. El anticlericalismo había llegado a su máxima expresión en 1861 cuando Tomás Cipriano de Mosquera suprimió todas las Órdenes Religiosas. A partir de ese momento, algunos religiosos, como Dominicos y Agustinos Recoletos, en lugar de renunciar a sus Votos como lo indicaba la orden del Gobierno, se refugiaron en la zona de los Llanos orientales, y continuaron la labor misionera clandestinamente asistiendo aquellas comunidades, esto bajo su propia responsabilidad al no recibir ni seguridad, ni recursos materiales para su labor, lo que llevó a que en poco tiempo tuviesen que abandonar su propósito. Hacia finales de 1870 solamente un sacerdote permanecía allí, el padre José de Calazans Vela, un Dominico que logró superar todos los obstáculos, haciendo un trabajo misionero entre los indios, blancos y colonos, hasta su muerte en 18954. Al llegar a la Presidencia por primera vez Rafael Núñez, inició a reintegrar a las Órdenes Religiosas, buscando un acercamiento entre la Iglesia y el Estado, y para que fuese algo más evidente, motivó al Congreso para eliminar algunas reglamentaciones anticlericales emitidas luego de la guerra civil de 1876-1877. León XIII en 1880 aprobó la creación de la Diócesis de Tunja, separada de la Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada (después Bogotá). Esta nueva jurisdicción eclesiástica estaba dentro de un vastísimo territorio que incluía la zona del Casanare, un lugar destinado a las misiones. En 1881, se nombró como Vicario al sacerdote Jesús Medina, quien fundó un seminario en la población de Nunchía. En 1885 con la nueva guerra civil, se paralizaron en gran parte las actividades5. 4 Jane M. RAUSCH, «Fronteras en crisis: la ruptura de las misiones en el Norte de México y Nueva Granada, 1821-1849», en: Comparative Studies of Society and History, vol. 29, 2 (1987), 340-359. 5 Marcelino GANUZA, Monografía de las misiones vivas de Agustinos Recoletos (Candelarios) en Colombia, siglos XVII-XX, vol. 2, Bogotá 1921, 404.

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Durante la segunda administración de Núñez, tanto la Constitución de 1886 como el Concordato de 1887 regularizaron las relaciones entre el Estado y la Iglesia. La nueva Constitución declaró la religión católica romana como la de la República. De esta forma se garantizó la independencia de la Iglesia de la interferencia civil y aumentó su control sobre la educación. Finalmente, se le asignó a la Iglesia, a perpetuidad, un subsidio anual de cien mil pesos para el mantenimiento de las Diócesis, seminarios, misiones y otros asuntos. A partir de ese momento, se inició un nuevo proceso y las misiones adquirieron una gran importancia, y gracias a la gestión de los Delegados Apostólicos, se logró que el Gobierno apoyara asiduamente el trabajo de los misioneros. 1.2. Los motivos del gobierno para promover las misiones Los territorios de misiones, según los organismos estatales de finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, no formaban parte hasta ese momento de la nación, ya que se trataban de territorios habitados por «tribus salvajes, negros y colonos mestizos», a quienes el Estado no podía ejercer ningún tipo de control, ni atención administrativa. Por lo tanto, la presencia de misioneros en estos lugares fue percibida por el Gobierno como un instrumento para hacer efectiva su presencia y acercar a estos individuos a la civilización, pues no eran considerados ciudadanos de pleno derecho. Por otro lado, se sabía de ante mano la cantidad de recursos que podrían ser utilizados y que aún no habían sido explotados, de esta forma, los misioneros se convertían en una especie de informantes para el Gobierno, sobre el conocimiento de estas zonas, sus habitantes, recursos, peligros, etc., y en cierta manera, al civilizar estas regiones, se abría una posibilidad de poder penetrar sin encontrar obstáculos. El desarrollo del país se llevó principalmente en la zona correspondiente a los Andes y sus cercanías, pero en los demás territorios se carecía de información y conocimiento acerca de sus habitantes. El proyecto misionero buscaba justamente civilizar y cristianizar las zonas de los Llanos Orientales, la Amazonía, las Costas Caribe y Pacífica, la región del Urabá, las riberas del Magdalena, las islas de San Andrés y Providencia, y en menor grado, algunos sectores de la zona andina que tenían presencia de indígenas. Un hecho muy importante para destacar, es que los misioneros siguiendo las directrices de la Santa Sede, que contemplaba la evangelización de las comunidades indígenas, se limitaron a trabajar

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con ellas, no teniendo como prioridad los otros grupos, como eran la población negra y los colonos mestizos, aun siendo cierta su presencia en estos territorios, incluso desde tiempos del dominio español. 1.3. Primeros pasos para la propagación de la misión Siendo Monseñor Agnozzi el primer Delegado Apostólico en esta nueva fase de las Relaciones con el gobierno, tuvo que iniciar prácticamente todo en cuanto al asunto de las misiones dadas las condiciones adversas que habían surgido, principalmente durante el régimen del Liberalismo Radical, en donde la Iglesia se vio afectada en todos sus campos. El Delegado Apostólico inició a gestionar recursos y a transmitir abiertamente su deseo de fomentar las misiones en los territorios más apartados, fundamentalmente en aquellos en donde había una población indígena. El Gobierno que estaba en ese momento había abierto las puertas al diálogo y puso su interés en suministrar al Representante Pontificio las herramientas necesarias para que su labor fuese eficiente. Esta apertura la aprovechó Monseñor Agnozzi, con el propósito de buscar la manera de hacer que el gobierno se interesara y apoyara el fomento de las misiones. Así que envió una carta al Presidente de la República y a los Presidentes de los Estados, para exponerles su proyecto y, a su vez, solicitarles su ayuda para poder hacerlo realidad, ya que sin los recursos económicos suficientes sería casi imposible impulsar el trabajo evangelizador en estas regiones, de forma semejante, la Iglesia colombiana no contaba con los fondos suficientes para el sostenimiento de las misiones y de los misioneros. Al informar a la Santa Sede sobre este cometido, Giovanni B. Agnozzi afirmó que había enviado una Circular a todo el Episcopado. Fue un primer paso para crear conciencia, y tratar de unir bajo un mismo objetivo las Autoridades Civil y Eclesiástica. A los Obispos los invitó a promover las misiones desde sus propias Sedes. Como se trató en el tercer capítulo, la extensión de las jurisdicciones eclesiásticas era muy grande, y casi todas tenían territorios en donde urgía un trabajo misionero. Pero como no existía una comunicación frecuente entre los Prelados, no había un criterio general para organizar y trabajar con líneas unificadas, cada Obispo se preocupaba por su territorio, pero no todos impulsaron con la misma intensidad, a su vez, había zonas con mayor prioridad. En principio, el Delegado Apostólico propuso impulsar las misiones en los territorios de Casanare, San Martín, Guajira, Chocó, Darién y

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Caquetá, en donde la población era indígena, casi todos sin contacto con el mundo exterior, se pretendía lograr su evangelización civilización6. La solicitud hecha al gobierno suponía, además de los medios económicos, la adaptación de algunas leyes para lograr beneficiar la labor misionera. Dado que en este momento aún estaba en vigor la Constitución de 1863, en donde era clara la influencia Liberal y la separación absoluta de Iglesia-Estado, se debían hacer algunas reformas, o en su defecto, emitir algunas leyes para poder proceder con las respectivas ayudas. Por su parte, la Santa Sede expresó su total disposición en brindar todos los medios posibles para el fomento de las misiones, proporcionando, principalmente, los recursos humanos y de formación. 1.4. Solicitud de sacerdotes para el Casanare Uno de los primeros pasos que Monseñor Agnozzi consideró que se debía dar, era el de crear seminarios y casas de formación en las zonas de misión; creyó que estos quedaban mejor bajo la dirección de Órdenes Religiosas, esto partiendo de la realidad de que existía una gran necesidad de sacerdotes, y los pocos con los que se contaba no tenían una formación adecuada. En un primer momento, consideró en solicitar sacerdotes de la Misión (Lazaristas), o en su lugar, religiosos del Espíritu Santo (Escolapios)7. El Secretario de la AA.EE.SS., Cardenal Mariano Rampolla, envió las condiciones bajo las cuales deberían ser admitidos los religiosos de cualquier congregación; estas eran: En cuanto sea posible, el plan de estudios sea aquel decretado por el Concilio Provincial y aprobado por la Santa Sede. Los individuos miembros de estas órdenes, tendrían libertad para observar y practicar sus Reglas o Estatutos en todo lo que sea compatible con su misión y funciones de directores y maestros en el seminario. Además de la enseñanza, estará bajo su cargo la administración temporal o financiación del seminario, debiendo presentar cada año las respectivas cuentas al examen y 6 ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 15r-17v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 31 de mayo de 1883, en donde le informa sobre este asunto y de sus intenciones para impulsar las misiones. 7 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 447. fasc. 26. ff. 81r-82v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 19 de septiembre de 1882.

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aprobación del Ordinario. El Obispo, se compromete enviar 700 francos a cada individuo para los gastos y preparación del viaje desde Europa. El rector o superior, ganará 1.400 francos, y 1.000 cada uno de sus compañeros que tengan el carácter de directores o maestros8.

De hecho el Obispo Severo García, con despacho a León XIII, el 9 de julio de 1882, respecto a la evangelización de la zona del Casanare expresaba lo siguiente: […] lastimado mi corazón por la tristísima situación en que se hallan los habitantes civilizados y salvajes del muy extenso territorio de Casanare, cuyas misiones puede decirse han estado abandonadas desde el siglo pasado con la supresión de los hijos celosos de San Ignacio de Loyola, a cuyo cargo estaban e iban floreciendo y fructificando, me he ocupado, no en remediar las necesidades, porque para ello se necesitarían inmensos recursos pecuniarios y de personas aptas y largo tiempo, pero sí de establecer un colegio en el centro de la parte ya reducida y semi civilizada, de cuya dirección está encargado un joven sacerdote que bajo todos aspectos merece mi entera confianza, y cuenta ya con 22 educandos, que si bien no todos llegarán a ser sacerdotes, si espero lo sean algunos que se ocuparán más tarde en evangelizar a los salvajes que están por reducir. Este colegio y cuanto se refiere a las misiones, lo considero de máxima importancia y por eso mi atención está constantemente fija en aquella región, cuya mayor y más rica parte se halla sumergida en las tinieblas del paganismo9.

Para entrar en contacto con los sacerdotes de la Misión, se acudió al Nuncio Apostólico en París, solicitándole interponer sus oficios ante el padre General de los Lazaristas para inducirlo a los deseos del Obispo de Tunja10. 1.5. Los anales religiosos de Colombia Giovanni Battista Agnozzi creó la revista conocida como Anales Religiosos de Colombia, con circulación quincenal, con el propósito de mantener informados a todos los fieles sobre las diferentes actividades de la Iglesia, principalmente su deseo era difundir las noticias sobre las 8 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 446. fasc. 26. ff. 85r-v, despacho del Secretario de la AA.EE.SS a Giovanni Battista Agnozzi, 19 de septiembre de 1882. 9 AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 421. fasc. 20. f. 81r. 10 AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 446. fasc. 26. ff. 87r-89v, minuta de la carta enviada por Severo García, Obispo de Tunja, 16 de diciembre de 1882.

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misiones para que recibiesen el apoyo de todos. Inició su publicación en noviembre de 1883 y finalizó en diciembre de 1886. Desde 1884 Miguel Antonio Caro fue su director hasta su última edición11. El Delegado Apostólico justificó la revista de esta manera: En la gran ignorancia en la cual se encuentra el clero, especialmente de las parroquias rurales, sobre los Actos de la Santa Sede y de las curias diocesanas, de la condición de las tribus salvajes y de las misiones, así como de muchas noticias acerca de los párrocos, seminarios y las escuelas, he ideado publicar cuanto sea necesario y útil estos diversos objetos por medio de un periódico confiado a una comisión de personas distintas y aptas al propósito12.

El Delegado Agnozzi fue muy claro en presentar el propósito de la publicación. Para que contara con el suficiente apoyo envió una nota a todo el Episcopado, en donde explicó el objetivo de la revista, de igual modo, exhortó a los Obispos para que impulsaran su lectura haciendo una promoción dinámica y constante: Esta Revista dará a conocer los actos más importantes de la Santa Sede y de las Curias de toda la Provincia eclesiástica de Colombia; suministrará noticias de las Misiones católicas que se establezcan entre los salvajes dispersos por todo el territorio colombiano, y hará llegar a todas partes informes interesantes para el clero en general, para los párrocos, los Seminarios y aun para las escuelas. […] no se ocupará en asuntos políticos y mucho menos en cuestiones de interés personal. La suscripción anual valdrá cuatro pesos de ley; el trimestre doce reales. Los gastos necesarios para la publicación, las utilidades serán destinadas al sostenimiento de las misiones13.

Hay que mencionar, de forma semejante, que hubo un gran compromiso por parte de los Obispos en la promoción de la revista, disponiendo en sus respectivas Diócesis la distribución de cada publicación en las comunidades y parroquias, de tal manera que se cumpliese a cabalidad el propósito por el cual había sido creada.

11 ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 56r-57r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 6 de noviembre de 1883, en donde informa acerca de la primera publicación de la revista y el propósito de esta. 12 ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 56r-v. 13 ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 58r.

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1.6. La situación de los «infieles salvajes» Las comunidades indígenas en Colombia desde la llegada de los españoles habían quedado marginadas y fueron explotadas de todas las maneras posibles, tanto en sus territorios, como en su propia persona. Eran grupos que estaban dispersos por toda la geografía del país y se podían diferenciar diversas comunidades en las regiones selváticas, en las montañas andinas, en las costas Pacífica y Atlántica, todas diferentes y con culturas propias. Si bien la Iglesia trató de mediar en esta situación, y buscó estar de parte de los desfavorecidos, no siempre cumplió con esta intención, y no fueron pocos los eclesiásticos que hicieron parte también de esta explotación o se beneficiaron de ella, porque de alguna manera, hasta antes de la emancipación independentista, la Iglesia dependía directamente de la Corona Española, lo que suponía tener privilegios exclusivos. Algunas Órdenes Religiosas desde el mismo inicio de la conquista se adhirieron al grupo de hombres que llegaban desde la otra parte del mundo, trabajaron incansablemente por la evangelización de los indígenas y por su protección. Luego de la proclamación de la Independencia y la consecuente creación de la República, las cosas cambiaron en materia religiosa. Los gobiernos influenciados por las ideas Liberales consideraron separar a la Iglesia del Estado, y limitar sus privilegios. En el asunto de las misiones esta problemática causó graves consecuencias, ya que al no tener un apoyo Estatal, los misioneros tuvieron que abandonar sus labores, o fueron expulsados directamente por la autoridad civil. Tras la finalización del periodo Liberal Radical, y el inicio de la Regeneración, liderada por Rafael Núñez, se abrió de nuevo el camino para retomar las abandonadas obras misionales. Por efecto del tiempo y la falta de continuidad, en pocas décadas prácticamente se perdió el trabajo de siglos. Por eso cuando Giovanni Battista Agnozzi asumió su labor en Colombia, hizo un diagnóstico de la situación de los indígenas, o como eran llamados en aquel momento, los «infieles salvajes». En el primer informe que envió a la Santa Sede acerca del tema de las misiones en Colombia, expuso sistemáticamente algunos puntos. Inició con la descripción del territorio, resaltando su gran extensión y las grandes dificultades que por su sistema geográfico representaba para los misioneros:

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El territorio colombiano es tres veces Francia, por una sola parte civilizado, y las otras tres desiertas y bosques con salvajes infieles todos, y no pocos también antropófagos. En el Casanare, las agrestes selvas del Minero, el Opón en la Diócesis de Tunja, San Martín en la de Bogotá, el Darién con el vasto Atrato en Panamá, la Guajira con la Nevada, y los motilones en la Diócesis de Santa Marta, el Chocó en la de Popayán, el Caquetá en la Diócesis de Pasto14.

A continuación expuso la situación concreta de las comunidades o tribus indígenas, haciendo una descripción que podría decirse, un poco temeraria sobre su modo de vida, asimismo destacó los esfuerzos realizados por la Iglesia en la búsqueda de la evangelización de estas gentes, en donde sobresalió el trabajo hecho por la Compañía de Jesús: Por cuanto se conoce los salvajes colombianos no son menos de 400 mil, la gran parte en el Caquetá. Es una gran miseria leer, no raras veces, en las publicaciones, horrendos actos de antropofagia, como de hecho se verificó en el pasado mes de agosto en el Caquetá15. Muchas veces se organizaron misiones para la conversión de las tribus salvajes, y mucho trabajaron los padres Jesuitas, a los cuales en parte sustituyeron otras Comunidades religiosas, pero siendo expulsados y suprimidos estos, las misiones poco a poco se extinguieron, y se tornó al antiguo abandono, tanto así, que al día de hoy en los antes nombrados territorios no permanece nada del fruto que se había conseguido. En mi opinión, las dichas misiones se extinguieron no solo por falta de clero y de recursos locales, sino también por la deficiencia de Vicarios Apostólicos, primera y sólida base de cada misión16.

En el informe se hace mención a la Circular enviada a los Obispos para motivarlos a trabajar en beneficio de las misiones, así como su interés de involucrar al Gobierno de una forma directa. El Delegado manifestó su optimismo al haber recibido ya respuesta positiva por 14 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 3r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 4 de enero de 1883. 15 Se anexó una publicación hecha en el periódico El Conservador, el 23 de noviembre de 1882, escrita por José M. Samper a partir del Articulo 78 de la Constitución en donde afirmaba que serían regidos por una ley especial los territorios poco poblados, u ocupados por tribus indígenas, que el Estado, o Estados al que pertenecieran consintieran en ceder al Gobierno general con el objeto de fomentar colonizaciones y realizar mejoras materiales. Destaca la importancia de las Misiones para la civilización de estas zonas y la disposición del Gobierno para tal fin, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 7r-8r. 16 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 3v.

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parte de algunos prelados y estaba en espera sobre lo que decidiera el Gobierno, que a su parecer, sería satisfactoria17. A manera de conclusión, el Delegado Apostólico se comprometió a mantener comunicación permanente con la Santa Sede informando sobre los avances o eventuales dificultades que se hubieran podido presentar. Finalmente solicitó el nombramiento de Obispos o eclesiásticos con potestad, para que organizasen y llevasen a cabo la obra misionera18. Como un documento adjunto al Despacho anterior el Delegado Apostólico envió una copia de la Circular enviada al Episcopado, en donde expuso las necesidades de los indígenas y su propósito de dirigirse a la autoridad civil para solicitar ayuda. Como un primer paso para mejorar la labor misionera, consideró la erección de Vicariatos Apostólicos y de Prefecturas Apostólicas, para que sus respectivos Prelados asumieran directamente la responsabilidad de organizar y dirigir el trabajo de los misioneros. Para que la función de los Vicarios y Prefectos Apostólicos fuese más eficiente, comunicó al Episcopado que su criterio era que estos pertenecieran a una de las Órdenes Religiosas misioneras, para que a su vez, se procurasen de sus propias comunidades los individuos necesarios para la evangelización de estas regiones19. Solicitó a los Obispos, que elaboraran un informe en donde proporcionaran todos los datos sobre la población indígena en sus jurisdicciones, esto incluía, la descripción geográfica, climática, dificultades, y una estadística sobre los bautizados, los creyentes y los que necesitaban instrucción. 1.7. Sobre el regreso de la Compañía de Jesús La Compañía de Jesús tuvo una particular situación en Colombia durante el siglo XIX. Luego de la emisión y ejecución de la Real Pragmática de Carlos III, del 31 de julio de 1767, en donde fueron expulsados de los dominios españoles, el secretario del Interior y de Relaciones Exteriores de la Nueva Granada, Mariano Ospina Rodríguez, firmó el 23 de abril de 1842, junto al presidente del Senado, Vicente Borrero, el presidente de la Cámara, Ignacio Gutiérrez, el 17

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secretario del Senado, José María Saiz y el secretario de la Cámara, Pastor Ospina, el decreto por medio del cual se permitía el regreso de los jesuitas para que se hicieran cargo de las misiones y la reducción de «salvajes». Este decreto establecía la fundación de varios colegios de misiones en Casanare, San Martín, Andaquí, Mocoa, Guajira y Veraguas20. Pero tras la elección de José Hilario López como Presidente de la Nueva Granada, el 7 de marzo de 1849, se inició el proceso que desembocaría en una nueva expulsión, y el 21 de mayo de 1850, se publicó el decreto que la hizo realidad. Esta medida se justificó basándose en argumentos de tipo legal y político. De una manera ambigua se declaró la vigencia de la Pragmática de Carlos III21. Nuevamente, por petición del Presidente Mariano Ospina Rodríguez, regresaron el 18 de febrero de 1858 provenientes de la ciudad de Guatemala en donde habían estado refugiados. Pero el 18 de julio de 1861, el general Tomás Cipriano de Mosquera se tomó poder. Al poco tiempo, expidió una serie de decretos contra la Iglesia, declarando que en adelante el Presidente ejercería el derecho de tuición respecto de todas las religiones, es decir, que ningún alto ministro eclesiástico, podría ejercer sus funciones sin el permiso del Presidente. El 26 de julio de 1861 dictó el decreto de expulsión de los jesuitas, con el argumento de que éstos tenían votos solemnes de obediencia pasiva y, por tanto, no eran personas libres para obrar. Durante los siguientes años, hasta la caída del régimen Liberal Radical, la situación de mantuvo de la misma forma. El triunfo del presidente Núñez en la guerra civil (1884-1885) favoreció el ambiente en el tema religioso, lo cual aprovechó el Delegado Apostólico para promover el regreso de los jesuitas22. 20

Daniel RESTREPO, La Compañía de Jesús en Colombia, Bogotá 1940, 171-177. José David CORTÉS GUERRERO, «La expulsión de los jesuitas de la Nueva Granada como clave de lectura del ideario liberal colombiano de mediados del siglo XIX», en: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, 30 (2003), 199205. 22 Pero mientras esto se hacía oficialmente, Monseñor Agnozzi continuó con su propósito de buscar ayuda de los gobiernos locales para las misiones, recibiendo respuestas favorables. Con un despacho del 24 de octubre de 1883 envió copias de las respuestas de tres presidentes de Estados Colombianos a los cuales había escrito solicitando apoyo en favor de las misiones entre los «salvajes». La primera copia corresponde a la respuesta del Presidente de los Estados Unidos de Colombia, José E. Otálora, con fecha del 27 de agosto de 1883, en donde le manifiesta su apoyo y desea 21

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Al sentirse apoyado por la autoridad civil, Monseñor Agnozzi expresó abiertamente su interés de hacer tornar a los jesuitas por el gran bien que harían en las misiones, tanto diocesanas como entre los salvajes23. La intención era solicitar el envío de misioneros con excelente formación de las principales Órdenes Religiosas, cuyos Superiores pudiesen ser nombrados Vicarios Apostólicos. Para llevar a cabo esta intención el Delegado Apostólico puso a disposición todas las garantías necesarias para que los religiosos pudiesen realizar su trabajo. Tal vez el punto que más importancia tenía en ese asunto era el político, en virtud de la iniciativa tomada por el Gobierno durante el periodo liberal de expulsar a todos los misioneros. Aunque ya era una etapa superada se mantenía la incertidumbre por parte de los Superiores, quienes no tenían la suficiente confianza para emprender un proyecto de la magnitud que se estaba pensando, ya que para ejecutarlo se necesitaba tiempo suficiente debido a que prácticamente era preciso reiniciar de nuevo todo el proceso. El Delegado Apostólico consciente de todo esto se dirigió a la Santa Sede buscando apoyo para dirigirse a los Superiores de las principales Órdenes, justificando su presencia y, de modo especial, destacando la labor de la Compañía de Jesús, que a su parecer era de suma importancia favorecer su retorno a país: Los padres Jesuitas que he podido hacer venir en Colombia, están destinados, como ya he indicado en el precedente folio n° 11224, a dar misiones diocesanas y las instrucciones del prepósito general al p. Mario Valenzuela no se extienden a las misiones entre los salvajes, pero estas son de gran importancia y deben establecerse sin retardo. Por medio de más folios, enviados por mí a Vuestra Eminencia, y por mi correspondencia con la Autoridad Política de los Estados soberanos de esta República, publicada en el periódico Los anales religiosos de Colombia, la éxito en tal empresa, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 12rv. La segunda copia, es la respuesta del Presidente del Estado del Cauca, Eliseo Payan, con fecha del 8 de septiembre de 1883, le expresa su particular interés, dado que su Estado es uno de los de mayor extensión y ve como algo necesario la labor misionera, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 13r-v. La tercera copia, es la respuesta del Presidente del Estado de Santander, Polon Wilches, con fecha del 21 de septiembre de 1883, en donde le da su disposición, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff.14r-v. 23 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 15r-16r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de febrero de 1884. 24 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 15r-16r.

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Eminencia Vuestra ya conoce el favor que ha obtenido universalmente el proyecto de las misiones católicas entre los salvajes. Pero para hacer el intento es necesario recurrir a religiosos Franciscanos, Dominicos, Agustinos Calzados y Descalzos, y principalmente Jesuitas, es imposible que yo me valga de los padres de las familias religiosas suprimidas de acá, pocos, ancianos, enfermos y generalmente, no aptos. Obligado por lo tanto a dirigirme a individuos fuera de Colombia, en Europa, no encuentro otro expediente, que aquellos de interesarme en los colegios religiosos de España, institutos para formar jóvenes misioneros. He tenido de esto propósito con la autoridad civil de acá, y no he tenido dificultad que pueda hacer venir cuantos deseo, tengo preparado un antiguo convento, y alguna casa para recibir misioneros, medios no faltarán sea para mantenerlos, sea para enviarlos a territorios de los salvajes, los mismos gobiernos no pueden rechazar, ni se rehúsan de ayudarme, pero ¿cómo podré conseguir cinco o seis por lo menos de cada orden? Estoy listo para hacer la solicitud a los respectivos Superiores Generales, pero el efecto favorable de mis prácticas no será muy probable sin un apoyo de la Eminencia Vuestra, y la augusta protección del Santo Padre. No le causará maravilla que ha dicho propósito yo acuda a Vuestra Eminencia y por su medio a la Santidad Suya, suplicando e implorando tanto una valiosa palabra a los Superiores Generales, cuanto una carta en argumento a monseñor Rampolla, Nuncio Apostólico en España25.

1.8. Petición a la Compañía de Jesús para las misiones en Caquetá Debido a que la Compañía de Jesús ya había enviado misioneros a estas regiones en años anteriores, y su trabajo fue muy apreciado, se consideró que para retomar el proceso de evangelización de los indígenas de esta zona lo más conveniente era confiar esta tarea de nuevo a los jesuitas. Esto requería hacer la solicitud directamente a la Casa General, para que proveyera los religiosos necesarios para esta labor. Monseñor Agnozzi escribió a la Santa Sede acerca de las misiones en el Caquetá y los misioneros jesuitas: Uno de los territorios de esta República, habitado por tribus salvajes, es el Caquetá, lugar inmenso de más de 5 mil kilómetros cuadrados en la Diócesis de Pasto. El Obispo, Monseñor Velasco tiene todo el empeño de evangelizar y reducir a la vida civil a los infieles de aquel territorio y no encuentra otro medio al efecto que confiar la empresa a los padres Jesuitas, el gobierno del Cauca, que pertenece al Caquetá, singularmente el actual 25 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 17r-18v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 18 de febrero de 1884.

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Presidente el General Payán, es del mismo criterio, y yo también soy del parecer que esta es la vía a seguirse sobre las huellas del p. Laínez quien fue enviado en 1847, y después de poco más de un año dejó la vida en el ejercicio del Santo ministerio. Él mismo, lleno de celo consiguió un buen resultado, pero casi solo a trabajar en aquel vasto y difícil campo no pudo establecer una base central para una misión de sólido futuro. De hecho, como ya he indicado en otros folios míos, de las más veces que se reiniciaron las misiones en Colombia. Por el momento serían necesarios por lo menos tres padres de la Compañía de Jesús, y ya estarían aptos y dispuestos para la obra, solo se requiere una orden del padre Prepósito, y para este efecto imploro el empeño de Vuestra Eminencia y una palabra del Santo Padre con su Bendición Apostólica. Me doy la premura de transmitir aquí incluida, a Vuestra Eminencia copia de una reciente carta de loado obispo de Pasto dirigida para conseguir el cumplimiento de los comunes votos en favor de estos salvajes, que por cuanto se conoce, no son ciertamente menos de 70 a 80 mil26.

Tan pronto la Santa Sede recibió el informe con todas las explicaciones y los argumentos para requerir los servicios misioneros, la SESS escribió con este motivo al Prepósito General de la Compañía de Jesús27, quien respondió el 31 de julio de 1885, en donde expuso algunos inconvenientes que detectó luego de leer el correspondiente informe sobre las circunstancias de una misión en el Caquetá28. En primer lugar, las características de sus habitantes, pues se trataba de tribus indígenas hostiles y feroces, así como la gran dificultad para llegar a ellos debido al espesor de la selva. En segundo lugar y, según él, lo más relevante, la falta de protección por parte del Gobierno y la ayuda necesaria para obtener los recursos para llevar a cabo las misiones. De igual manera, resaltó que debido a los constantes conflictos ocurridos en el país, no se había podido dar continuidad a un proceso misionero, ya que para que tuviera los resultados esperados, se requería de largo tiempo, y no existían garantías en Colombia sobre una nueva revolución. Concluyó afirmando que en ese momento se encontraban con pocos miembros para satisfacer todas las demandas, 26

AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 22r-23r, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 23 de diciembre de 1884. 27 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 25r, minuta de la SESS al General de la Compañía de Jesús, Anton Anderledy, del 17 de junio de 1885, haciendo la petición de misioneros para el Caquetá. 28 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 26r-27r.

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por lo que no veía conveniente dar una respuesta afirmativa a la solicitud. 1.9. Misioneros religiosos para nuevos Vicariatos Apostólicos Para organizar mejor los territorios que deberían ser beneficiados con las misiones, el Delegado Apostólico, consideró que la vía más apropiada era la de crear Vicariatos Apostólicos o Prefecturas Apostólicas. Estas jurisdicciones eclesiásticas estarían bajo la dirección de Órdenes Religiosas cuyos respectivos Superiores asumirían como Vicarios Apostólicos, estos con dignidad Episcopal, o como Prefectos Apostólicos, sin necesidad de tenerla. Monseñor Agnozzi solicitó en repetidas ocasiones a la Santa Sede que acudiera a los Superiores Generales de algunas de estas Órdenes: Varias veces en el curso de cuatro años he tenido el honor de dar cuentas a Vuestra Eminencia Reverendísima de las premuras por mí operadas con el objetivo de proveer de misiones católicas los muchos inmensos territorios de esta República habitada por infieles salvajes y ahora que todo presenta un momento más propicio al intento de renovación a la Eminencia Vuestra la solicitud de recomendar a la providencia del Santo Padre la fundación de Vicariatos apostólicos por lo menos en tres o cuatro de dichos territorios. El poder civil se me ha mostrado favorable constantemente para esta santa empresa, y si gustase a Vuestra Santidad decir una palabra en su venerado nombre al Prepósito de los padres Jesuitas, a los Generales de los padres Dominicos, Agustinos, Franciscanos Observantes y Capuchinos, a los Superiores de los Pasionistas y Salesianos, será seguro el próspero resultado de la protección de Su Santidad. En el momento tres o cuatro padres de las susodichas órdenes bastarían para dar vida a una obra de tanta importancia, y si al efecto me podría venir de la Eminencia Vuestra una respuesta de este folio mío para poderlo publicar con una Circular para los Obispos de esta Provincia en favor de dichas misiones, para conseguir el mayor afortunado suceso29.

La Santa Sede atendió la solicitud hecha por el Delegado Apostólico y se comunicó con algunas Órdenes Religiosas, preguntando sobre la posibilidad de contar con religiosos para ir a misión en Colombia. 29 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 36r-v, despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de abril de 1886. La SESS envía la petición a los Superiores Generales de los pasionistas, capuchinos y franciscanos. Minuta del 1 octubre de 1886, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 38r.

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La respuesta del General de los Capuchinos al Pro-secretario de la Sagrada Congregación de los Asuntos Eclesiásticos fue positiva. Confirmaron que habían dado aviso al Delegado Apostólico de la partida de un grupo de religiosos desde España30. El Superior General de los Pasionistas, respondió que no contaba con los religiosos suficientes para que fuesen enviados a Colombia31. El Ministro General de los Franciscanos respondió que lamentablemente las circunstancias políticas del momento en algunos países, como Italia, no permitían disponer de individuos para Colombia, pues debían dar prioridad a otros lugares32. 2. Luigi Mattera, 1887-1889 2.1. Difícil situación de los habitantes del Chocó La región del Chocó, ubicada en la costa del Pacífico colombiano, por las características de su geografía y de su clima, siempre ha sido una zona de difícil acceso y de condiciones de vida agobiantes. Llevar la evangelización a los habitantes de este territorio significó un gran esfuerzo por parte de los misioneros, y por mucho tiempo no hubo la posibilidad de enviar ninguno, dado el temor que se tenía, sobre todo, por las enfermedades tropicales, casi siempre letales. Aunque algunos sí se aventuraron a misionar, logrando pequeños, pero significativos resultados, sin embargo, no era suficiente ante la gran demanda, dado que existían comunidades numerosas. Ante esta situación, los mismos pobladores se manifestaron constantemente ante las autoridades eclesiásticas, solicitando misioneros. Por ejemplo, un laico católico de Quibdó, Juan José Maz, con carta al Santo Padre, se lamentaba del deplorable estado en el cual se encontraban los habitantes diseminados en aquella vasta región, asistidos por un solo sacerdote enfermo, y la posición geográfica del lugar hacía muy difícil su atención33.

30 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 40r, carta del 2 octubre de 1886. 31 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 42r, carta del 4 octubre de 1886. 32 AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 44r-45v, carta del 5 abril de 1887. 33 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 41r-42v, carta del 8 diciembre de 1889.

de de de de

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La región del Chocó pertenecía a la Diócesis de Popayán, pero la distancia y los problemas mencionados no permitían el acompañamiento adecuado, ni siquiera el Obispo estaba en condiciones de hacer la visita pastoral. Consciente de esto, Juan Buenaventura Ortiz, Obispo de Popayán, expuso las circunstancias en la que se hallaba su Diócesis, en donde hizo énfasis en la urgencia de atender la zona de la costa del Pacífico34. El Prelado, en primer lugar, se lamentó de la falta de clero, así como de las grandes dificultades para atender a la población debido a las largas distancias: Hace muchos años que los trastornos políticos y el predominio de malas ideas vienen disminuyendo en esta Diócesis las vocaciones sacerdotales, hasta el punto que en el espacio de treinta y cinco años no han alcanzado ordenarse cuarenta sacerdotes, y de ellos hay algunos que, desterrados en tiempos revueltos, no han vuelto a la Diócesis. En el mismo espacio de tiempo el número de sacerdotes que han muerto se acerca doscientos y en el seminario no hay más que doce jóvenes que puedan ser ordenados en los próximos años. El clero ha queda reducido a tan grande escasez, que para cada tres o cuatro parroquias, separadas entre sí por largas distancias y malos caminos, no hay ordinariamente más que un cura que presto pierde la salud por exceso de trabajo. La región llamada Chocó, cruzada por ríos navegables, rica en metales y donde hay ciudades importantes y una población que pasa de cincuenta mil almas, está administrada toda por solo dos sacerdotes y uno de ellos muy enfermo, y la población esparcida por la costa del mar Pacífico, que cuenta más de veinte mil habitantes y el importante puerto de Buenaventura tiene un solo sacerdote35.

Para el Obispo de Popayán era muy importante poder organizar este territorio de forma independiente de la Diócesis, ya que poesía unas características propias, diversas a las de otras regiones, principalmente en lo relativo a la población, que en su gran mayoría eran descendientes de los esclavos negros traídos de África durante el dominio español, de la misma manera, existían algunas tribus indígenas. Una propuesta que hizo el Obispo fue la de crear una Prefectura Apostólica: Nace de aquí que la población de estas regiones, compuesta casi totalmente de negros y de indios (de los cuales los últimos no han salido todavía del estado salvaje), con algunos blancos nacionales o extranjeros atraídos por 34 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 43r-44r, carta dirigida al Cardenal Rampolla el 9 de abril de1890. 35 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. f. 43r.

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el comercio, vaya cayendo en estado de barbarie y perdiendo toda noción de religión y de moral, aunque conserva en gran parte resto de fe y respeto y amor por los sacerdotes. Para esa región creo indispensable el establecimiento de una Prefectura Apostólica, porque no solo es en sí vasta, sino que está a gran distancia de la capital de tal Diócesis: acaso con unos ocho misioneros que resistan bien el clima y puedan saber manejar lo mismo al pueblo ignorante que a las gentes que pretenden civilizadas, bastaría para hacer en ella un gran bien. El Gobierno nacional está comprometido a contribuir con una cuota anual y en mi poder hay ya suficiente para costear la venida del número de misioneros que dejo mencionado36.

2.2. Solicitud a los Capuchinos Movido por el clamor de los propios habitantes de la región de la costa Pacífica, y dispuesto a buscar una pronta solución a la penosa realidad de aislamiento y olvido en la que se encontraban, el Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz, inició las gestiones para llevar misioneros a este territorio. Solicitó a la Orden de los Capuchinos religiosos para que se hicieran cargo del cuidado espiritual de la población de su jurisdicción que habitaba esta zona37: La urgentísima necesidad de obreros evangélicos en que se encuentra esta Diócesis me obliga a dirigirme a Su Santidad, por el respetable conducto de V.E., en solicitud de apoyo para obtener del Reverendísimo Padre General de los Capuchinos algunos misioneros que, con el carácter de curas, atiendan a las necesidades espirituales de muchos pueblos que no pueden ser administrados de otro modo38.

Al respecto el General de los Capuchinos, respondió al Cardenal Secretario de Estado, Mariano Rampolla, lamentado no poder acceder a la petición del Obispo de Popayán. Hizo un recuento de la situación de la Orden de los Capuchinos españoles, que habían trabajo durante mucho tiempo por toda la zona del Pacífico, desde Guayaquil hasta Panamá, y que conocían perfectamente las condiciones de la región. Admitió la urgencia de atender pastoralmente esta zona, pero que en el momento no poseía el número de misioneros para poder satisfacer la 36

AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. f. 43-v. AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 45r-46r, carta enviada al Cardenal Mariano Rampolla, Secretario de Estado de Su Santidad, el 19 de mayo de 1890. 38 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. f. 45r. 37

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demanda que requería la Diócesis de Popayán39. El Cardenal Rampolla, notificó al Obispo de Popayán sobre la respuesta de los Capuchinos40. Análogamente, el Obispo de Santa Marta, José Romero, solicitó al Cardenal Secretario de Estado, de anteponer sus buenos oficios ante el General de los Capuchinos, pues como sucedía con el caso anterior de la Diócesis de Popayán, tenía un territorio muy extenso para evangelizar, aunque en este caso se trataba de la costa Atlántica, una región muy diversa y con un clima totalmente diferente, mucho más tolerable, habida cuenta, se trataba de la zona caribeña, en donde los europeos estaban en capacidad de adaptarse fácilmente. A su vez existía una presencia mucho mayor de agentes evangelizadores, entre misioneros y sacerdotes diocesanos, que si bien no daban abasto, se podría afirmar que la población había tenido la posibilidad de ser atendida mejor que aquella de la Costa del Pacífico. El Obispo Romero hizo la petición para obtener una ayuda de misioneros para que se hicieran cargo de las misiones en la Guajira y en la Sierra Nevada de Santa Marta, habitadas por comunidades indígenas41. Acto seguido, el Secretario General de los Capuchinos, informó que las condiciones en las que se encontraban algunos misioneros que fueron enviados a tal misión en 1883, sufrieron penuria, puesto que el Obispo les había retirado las limosnas que les eran asignadas por parte del Gobierno, y les suministraba escasamente las cosas necesarias. Pidió mayor atención al respecto. 2.3. La situación de los indios de la Guajira El Delegado Apostólico envió una serie de documentos a la Santa Sede, correspondientes a la situación de la Diócesis de Santa Marta, en donde estaba ubicada la misión de la Guajira42. En primer lugar, se encuentra un informe realizado por el Obispo de Santa Marta, José Romero, dirigido al Ministro de Fomento, en donde expuso cómo había sido el proceso de evangelización desde el inicio de 39 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 47r-48v, carta del General de los Capuchinos, Bernardo de Andermatt, al Cardenal Rampolla, del 4 de agosto de 1890. 40 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 49r-50v, minuta de respuesta de la SESS al Obispo de Popayán, con fecha del 13 de agosto de 1890. 41 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 544. fasc. 54. ff. 54r-v, carta al Cardenal Mariano Rampolla, 19 de abril de 1890. 42 A veces Goagira o Goajira.

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su labor como Obispo de esa Diócesis. En este informe se hacía un llamado para buscar la manera de aumentar el personal misionero, puesto que el número de ellos en ese momento era poco. Seguidamente, se encuentra una particular descripción de los habitantes de aquella región, indígenas casi en su totalidad, que eran víctimas de explotación continua e inhumana, al punto de transformar estas personas, otrora libres y estables, en miserables y desgraciadas, que solo podían sobrevivir cayendo en la mendicidad, no tenían oportunidades ni los medios para su progreso, a su vez, el rechazo social. Desde siempre habían sido gobernados por autoridades ajenas a su realidad cultural, así que el Prelado creyó que era conveniente que las autoridades de los pueblos de la Sierra Nevada no fueran de los civilizados, como allí los llamaban, sino de los naturales de la tribu, escogiéndolos de entre de los que poseían más conocimientos y merecían en aquel territorio respeto y consideraciones. El Obispo denunció el grave maltrato, e invitó para que el Gobierno central tomara en cuenta a estas personas, que facilitara la labor de los misioneros, que no solo habían de encargarse de su adoctrinamiento sino de su educación en general, siendo así los que llevaran las escuelas y centros de educación que debían construirse. Por eso solicitó ayuda económica para el sostenimiento de los misioneros y las facilidades legales para realizar tal empeño43. 3. Antonio Vico, 1897-1903 3.1. Proyecto para crear en Colombia Propaganda Fide Dada la constante e inestable situación política durante gran parte del siglo XIX, la gran mayoría de proyectos y de obras dirigidas por la Iglesia habían sufrido los estragos de los conflictos y de las persecuciones. Las misiones padecieron graves consecuencias. 43 AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 544. fasc. 54. ff. 57r-62v, despacho del 13 de octubre de 1890 al Cardenal Mario Mocenni, sustituto del Secretario de Estado. Adjuntó unas cartas enviadas por el Delegado Apostólico Giovanni Battista Agnozzi en donde exponía la situación de la zona y solicitaba el envío de misioneros y que se comprometía junto con el Obispo de Santa Marta a su sostenimiento: una del 11 de diciembre de 1885; otra del 5 de julio de 1886; adicionalmente, hay un informe del Obispo de Santa Marta al Ministro de Fomento sobre la Misión Goagira, es un folleto que contiene 8 paginas, está titulado como: «Diócesis de Santa Marta, Gobierno Eclesiástico, Misión, número 22, Santa Marta, diciembre 31 de 1889», en: AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 544. fasc. 54. ff. 57r-62v.

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Por eso, al abrirse la posibilidad de un cambio, y de hacer revivir las misiones, se pensó en fomentar la reactivación de la Obra de la Propagación de la Fe, suprimida desde hacía mucho tiempo por causas más de orden político que religioso. Giovanni Battista Agnozzi planteó su eventual creación como una posibilidad en su búsqueda de financiación de las misiones. La petición fue adquiriendo forma y, como una iniciativa de los mismos fieles, se elaboró un proyecto concreto para crear en Bogotá esta obra, dirigida para recolectar limosnas para exclusivo beneficio de las misiones44. El Delegado Apostólico, Antonio Vico, anexó a esta petición un posible reglamento redactado por él mismo, para que la Santa Sede tuviese conocimiento del contexto; hizo un recuento de la historia de Propaganda Fide en Colombia: Esta obra fue erigida primeramente por el Ilustre Arzobispo de Bogotá, Monseñor Mosquera en 1846; el hoy Excelentísimo Señor Cardenal Ledochowski la pone en vigor en 1858. En Arzobispo Monseñor Arbeláez la reorganizó en 1873, dentro de la iniciativa del Concilio Provincial de Bogotá de 1868, en favor de las misiones de los Llanos de San Marín y Casanare. Finalmente mi predecesor, Monseñor Agnozzi, hizo otro tanto por todas las misiones en Colombia. Es cierto que las vicisitudes políticas de este país han influido no poco en el desarrollo o en la decadencia de la susodicha obra, es decir, a medida que el Gobierno llamaba o rechazaba para sí los misioneros, pero también es cierto que el hacerse próspera o adversa, la Opera reconoce en parte por causa la inconstancia del carácter de estos pueblos, porque con la facilidad más grande los distraen de sus labores la política, la milicia, los negocios, una causa cualquiera aunque inútil, y diré que también los Reglamentos de la Obra demasiados indefinidos, no han sido extraños. Pienso ciertamente tornar a reestablecer la Obra entre los hombres, apenas las circunstancias políticas del país lo permitan. Pero el fondo principal de mis esperanzas en el celo del Señor, pudiendo contar desde ahora con el concurso de cerca de 300 de estas, comprendidas las principales de esta ciudad45.

44

AA.EE.SS. Colombia, 1900. pos. 673. fasc. 99. ff. 1r-34r, petición hecha el 3 de marzo de 1900, contiene un número considerable de firmas. 45 AA.EE.SS. Colombia, 1900. pos. 673. fasc. 99. ff. 23r-30v, despacho del 18 de mayo de 1900.

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La SESS envió tal petición directamente a la SCPF para que se hiciera el correspondiente estudio de las causas expuestas por los solicitantes46. 3.2. Propuesta para un Convenio de Misiones El Gobierno colombiano consideró que las misiones, aparte del beneficio religioso, podrían constituirse en un medio importantísimo y eficaz para asegurar el dominio territorial de estas regiones tan apartadas y de difícil acceso, en donde no existía ninguna presencia de la autoridad, lo que impedía realizar un control de los abusos y demás acciones fuera de la ley. Atendiendo la petición hecha por los Delegados Apostólicos, por el Episcopado y los fieles en general, el Gobierno proyectó un Convenio sobre las Misiones. El deseo era que la obra de los misioneros produjera mayores resultados en la labor evangelizadora, logrando con esto, no solo el adoctrinamiento de los indígenas, sino su protección y atención a sus necesidades básicas. El Gobierno garantizaba acompañamiento y asistencia a los misioneros, y la presencia de un representante de la Autoridad civil con quien se entenderían directamente los religiosos para los eventuales casos particulares o necesarios. Como primera medida, el Gobierno juzgó conveniente hacer un elenco de las misiones, señalando las de mayor importancia, es decir, aquellas que deberían tener una atención inmediata, debido al número de habitantes o por las condiciones en las que se encontrasen. Esto permitiría ejercer un control, tanto eclesiástico como civil, concediéndole así tener a la Delegación Apostólica y al Gobierno central un constante informe sobre la marcha de las misiones y los progresos de estas. Se garantizaba la presencia de una comisión militar para la protección de los misioneros, ya que podría haber conflictos con los colonos, acostumbrados a vivir sin ley y sin orden, abusando de las comunidades indígenas, los cuales verían con desconfianza la labor de los religiosos, considerándoles un peligro para sus intereses particulares. El Gobierno por su parte, apoyaba la construcción de

46 AA.EE.SS. Colombia, 1900. pos. 673. fasc. 99. ff. 40r-41r, minuta de respuesta del 22 de diciembre de 1900.

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edificios, que serían utilizados para la formación religiosa, para el culto y para las necesidades del orden civil47. 3.3. Informe del Delegado Apostólico sobre las Misiones El Delegado Apostólico, Antonio Vico, elaboró un informe sobre las misiones en Colombia que envió a la Santa Sede, exponiendo la realidad que se vivía, las necesidades, los avances y las perspectivas. Es un documento extenso, pero muy interesante, en el cual se puede hacer una contextualización del escenario misionero en Colombia a finales del siglo XIX e inicios del XX48. Está dividido en tres grandes partes, partiendo de lo general a lo particular, a saber: Primera parte: lleva por título «Noticias generales de las misiones antiguas». Es un recuento histórico de la evangelización en Colombia. Inicia con la llegada de los primeros españoles hacia 1499 por la costa norte, y la actividad misionera de los primeros religiosos. Aporta datos interesantes, y tiene en cuenta los diversos conflictos sociales y políticos ocurridos en país a lo largo de casi cuatro siglos49. Segunda parte: titula como «noticias de las misiones en particular». Es la parte central del documento. Presenta la realidad actual de las misiones, tomando cada una de las jurisdicciones eclesiásticas en su contexto propio, está esquematizada así50: 1. Casanare: erigida como Vicariato Apostólico en 1893, gran labor de Monseñor Casas y de los padres Agustinos51. 2. Guajira: parte de la Diócesis de Santa Marta. Habitada por tres tribus indígenas: motilones, arahuacos y Guajiros. Habían estado siendo asistidos por los Capuchinos52. 3. Chocó: territorio habitado por indígenas, blancos, negros y mulatos. Tiene grandes recursos, especialmente oro. La Tribu de los Cunas había sido reacia a la evangelización53. 47 AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 7r-8r. El documento original fue enviado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, el 31 de julio de 1901, firmado por Antonio José Uribe, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 5r-10v. 48 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 21r-70v, informe de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 3 de septiembre de 1901. 49 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 21r-31v. 50 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 31v-49r. 51 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. f. 31v. 52 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 31v-34v.

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4. Caquetá: o Provincia de Mocoa: habitada por muchas tribus indígenas que requerían civilización. Vivían en grandes familias, obedecían a un solo jefe, que era vitalicio, no profesaban ninguna religión, hablaban lenguas diferentes, pero algunos comprendía el español, y se odiaban entre sí. Fue confiada a los padres Capuchinos de la Provincia española de Aragón hasta 189654. 5. Darién: habitado por indígenas esparcidos por las montañas y a la orilla de los ríos. Al inicio fueron evangelizados por los Agustinos. En Panamá los Franciscanos y Dominicos iniciaron la evangelización55. 6. Intendencia oriental: es una extensión del Caquetá y de los Llanos de San Martin. Los indígenas estaban aislados y sin ningún tipo de conciencia moral, eran de los más refractarios a los sentimientos de humanidad y de civilización56. 7. Llanos de San Martin: unida al Caquetá. La Compagina de Jesús realizó gran trabajo allí. Eran 12 o 15 tribus, todas errantes, que circulaban entre el Caquetá y Casanare57. 8. Antioquia: los indígenas de este territorio muchos habían sido bautizados pero realmente tenían una noción vaga de Dios, no practicaban ninguna religión. Hablaban diversos dialectos pero comprendían la lengua española58. 9. Tierra adentro: los habitantes de esta región eran revoltosos ante los asedios desde época de los españoles, rechazaban la presencia del Gobierno, en cambio eran accesibles ante la presencia del sacerdote y, más aún, ante la del religioso. Casi todos eran bautizados, tenían sus iglesias y festividades religiosas, aunque de igual modo eran supersticiosos. Estaban atendidos por los Franciscanos59. 10. Misiones unidas a las Diócesis de Pamplona y Cartagena: Pamplona: había tres tribus, dos eran muy dóciles. Los Salesianos estaban examinando el territorio, deseaban construir un lazareto. Cartagena: pertenecían a este territorio las islas de San Andrés y Providencia, aunque no eran habitadas por tribus indígenas, el permanente contacto con comerciantes de América del Norte hizo que 53

AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 34v-38v. AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 38v-40v. 55 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 41r-42v. 56 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 42v-44r. 57 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 44r-45v. 58 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 45v-46v. 59 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 46v-48r. 54

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su población, fuese en su mayoría anabaptistas y hablaban inglés, pocos hablaban español60. Tercera parte: lleva como título «Organización», y se trata de la distribución de los misioneros de las diversas Órdenes Religiosas por todo el territorio colombiano durante esta época61. Estaban organizados de la siguiente manera: - Agustinos Descalzos o Candelarios: administraban el Vicariato Apostólico del Casanare, la Misión del Darién, y deseaban la Intendencia Oriental. - Capuchinos: Misiones de la Guajira, Chocó y del Caquetá. - De la misma manera, estaban los Agustinos Calzados, Salesianos y Franciscanos62. Sobre los territorios en donde se habían desarrollado misiones, y que tenían un proceso, eran: Vicariatos Apostólicos: Existían algunas misiones que reunían todos los elementos para ser erigidas: Guajira, Chocó y Caquetá63. Prefecturas Apostólicas: Territorios en donde la evangelización había entrado un poco tarde. Eran: el Darién y los Llanos de San Martin64. Misiones dependientes de Obispos: Pamplona, Tierra adentro, Antioquia y Cartagena65. En la parte final del Documento, como un anexo a este, se encuentra el texto del «Proyecto del Convenio de Misiones», propuesto por el Gobierno, para que fuese leído, estudiado y aprobado66. 3.4. Respuesta de los Superiores Generales En varias ocasiones los Delegados Apostólicos percatándose de las grandes necesidades en los territorios de misión, habían dirigido a la Santa Sede peticiones para lograr el envío de misioneros de las principales Órdenes Religiosas. La respuesta había sido mínima, y la gran parte de estas regiones aún se encontraban clamando por la presencia de religiosos y de agentes misioneros. La Santa Sede, a través 60

AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 48r-49r. AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 49r-62v. 62 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. f. 49v. 63 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 50r-53v. 64 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 54r-54v. 65 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 55r-55v. 66 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 62v-70v. 61

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de la Sagrada Congregación de Asuntos Eclesiásticos, envió la petición a algunas de estas Órdenes. Respondieron de la siguiente manera: El Procurador General de los Frailes Menores, Pietro da Rocca di Papa, afirmó que en Colombia existían cinco conventos, y que con excepción del de Cali, todos tenían escasez de misioneros. Ante esta situación no se podrían comprometer a asumir ningún otro encargo. Aunque dejaban abierta la posibilidad de considerar la propuesta, por el momento no deseaban ligarse a algún determinado territorio67. El Procurador General de los Salesianos de Don Bosco, Giovanni Marenco, hizo mención que para aquella época hacían presencia en Colombia desde hacía doce años. Consideró que no estaban en grado de responder definitivamente al Proyecto del Gobierno colombiano, ya que no lo contempló práctico ni concreto, específicamente la erección de la Prefectura Apostólica de la Misión de los Llanos de San Martin, que es la que se proponía a los Salesianos68. El Procurador General de los Agustinos Recoletos de España e Indias, Enrique Pérez, respondió afirmativamente, poniendo incondicionalmente a disposición de la Santa Sede los religiosos su Orden69. El Procurador General de los Frailes Menores Capuchinos, Bernardo de Andermatt, respondió que en ese momento tenían tres misiones en Colombia, por otro lado afirmó que los límites de los territorios no estaban bien demarcados, y que el aporte económico del Gobierno no era suficiente para cubrir dignamente las misiones70. El General de los Agustinos, Tomás Rodríguez, respondió que habiendo consultado los Provinciales de Filipinas y de Colombia, la

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AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 3r-v, carta enviada por la Procuraduría de la Congregación de los Frailes Menores al Secretario de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, 5 de abril de 1902. 68 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 5r-6rv, carta enviada por la Procuraduría de los Salesianos de Don Bosco al Secretario de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, 10 de abril de 1902. 69 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 5r-6r, carta enviada por la Procuraduría de los Agustinos Recoletos de España e Indias al Secretario de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, 9 de mayo de 1902. 70 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 9r-10r, carta enviada por la Procuraduría de los Frailes Menores Capuchinos al Secretario de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, 12 de mayo de 1902.

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Orden no se encontraba en condiciones de asumir otro territorio de misión71. El Procurador General de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, Girolamo Batllo, respondió a la Santa Sede que luego de haber consultado, resolvió que la Orden podría hacerse cargo de la Misión en el Vicariato Apostólico del Chocó72. 3.5. Convenio de misiones entre Colombia y la Santa Sede La firma de este Convenio fue el resultado de un insistente trabajo de un proceso que se inició con el restablecimiento de las Relaciones Diplomáticas entre Colombia y la Santa Sede alentado desde el inicio por Giovanni Battista Agnozzi, quien se preocupó mucho por este asunto de las misiones y desde su llegada expresó como una de sus prioridades la organización de los territorios habitados por las comunidades indígenas. Por lo tanto, se podría decir, que este Convenio es la consecuencia de la insistente y eficaz labor de los Delegados Apostólicos quienes supieron elaborar un programa claro en donde fueran partícipes tanto la autoridad Eclesiástica como la Civil. Este acontecimiento favoreció grandemente el desarrollo de la evangelización y la difusión de la doctrina por territorios que antes estaban privados de tal beneficio. Claro está, que de igual modo, hubo que asumir compromisos con el Estado, que si bien tuvo la firme voluntad de apoyar las misiones, encontró con los misioneros una oportunidad para poder extender su presencia y dominio sobre estos territorios, que en algunos casos, aún estaban en conflictos de delimitación con países vecinos, de tal forma que la presencia de misioneros daba una señal de soberanía sobre el territorio y la población.

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AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 11r, carta enviada por la Curia General de los Agustinos al Secretario de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, el 17 de mayo de 1902. 72 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 18r, carta enviada por la Procuraduría de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado de María al Secretario de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, el 19 de agosto de 1902.

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3.5.1. Antecedentes al Convenio: las leyes sobre misiones Las misiones se vieron fuertemente afectadas durante las guerras civiles acaecidas entre 1895 y 1903, sin embargo, el Gobierno promulgó algunas leyes importantes para el desarrollo del proyecto misionero en los diferentes territorios del país73. A raíz de la ley 103 de 1890, con base en el Concordato de 1887 en donde se reestableció la relación estrecha entre Estado e Iglesia, se le concedió a la institucionalidad católica la función de representar al Gobierno nacional en los territorios destinados a las misiones, tanto para reducir a los salvajes74 así como para ser el primer bastión de colombianidad ante la posible invasión de países vecinos. De esta forma, el Gobierno se valió de la Iglesia como una herramienta para la expansión del estilo de vida occidental proclamado por la República, en el cual estaba incluido el idioma español y la religión católica, entre otros aspectos, y como una defensa ante el peligro de intromisión de los países limítrofes. El primer gran paso para el establecimiento de las misiones apoyadas desde el Gobierno, se dio a partir desde el mismo Concordato, y desde ese momento se fueron emitiendo leyes que las consolidaron aún más. Estas fueron las más significativas: Ley 153 de 1887: precedió al Concordato, fue establecida como parte del código civil de la nación colombiana. Hacía distinción entre las dos instituciones, la civil y la eclesiástica, sin embargo, proclamaba y respetaba la ley canónica75. Ley 35 de 1888: esta ley aprobó el Acuerdo Concordatario entre Colombia y la Santa Sede, el cual estableció un precedente dentro de la esfera de las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Esta nueva realidad suscitó las condiciones primordiales para la inclusión de las comunidades indígenas a la vida nacional a través del trabajo misionero. Ley 89 de 1890: reconocía la necesidad de otorgarle un especial trato a los salvajes por parte del Gobierno en la medida que se fueran reduciendo a la vida civilizada. Esto llevó a que se proporcionara una 73

Juan Felipe CÓRDOBA RESTREPO, En tierras paganas Misiones católicas en Urabá y en La Guajira, Colombia, 1892-1952, 84. 74 Este término era usado para referirse al proceso de consolidación de aldeas y pueblos de misión atrayendo hacia estos los individuos para que vivieran a la usanza occidental. 75 La legislación canónica será solemnemente respetada por las autoridades de la República.

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educación especial para ellos. Abrió una gran brecha social. Esta ley realizó la división de los indígenas en dos grupos: el primero, los salvajes, que tenían que ir reduciéndose a la vida civil por medio de las misiones; el segundo, las comunidades ya reducidas a la vida civil, con lo que aseguraban la supervivencia de sus cabildos y el derecho a la propiedad de los resguardos76. Ley 103 de 1890: con esta ley fueron autorizadas las misiones en el Putumayo que serían realizadas conjuntamente entre el Gobierno y la Iglesia. Hizo mención específicamente lasa zonas del sur-oriente del país77. Ley 72 de 1892: estaba en consonancia con la ley 89 de 1890. Reconoció la falta de capacidad por parte de la autoridad civil para entrar en contacto con los grupos indígenas salvajes, ante esto, propuso otorgar a los misioneros la potestad de ejercer la autoridad civil, pues al no estar fuera del estado salvaje, nos indígenas no eran sujetos a la aplicación de las leyes nacionales78. Decreto 74 de 1898: concedió a los responsables de las misiones del sur del país la categoría de jefes de policía con plenas facultades para nombrar agentes y señalar penas correccionales79. Reforma del Concordato de 1902: fue una reforma muy importante, que reglamentó dentro de una esfera jurídica, una mayor autonomía para los líderes de las Órdenes Religiosas en la administración de los recursos destinados por el Gobierno para las misiones. El Gobierno se comprometió a: - Encargarse por una parte del mantenimiento económico de las misiones, y de proveer los medios necesarios para su desarrollo. - Que la educación primaria pública para varones estaría a cargo de los líderes de las misiones, y ellos serían quienes regularían sus contenidos y dinámicas de enseñanza. - Entregar territorios baldíos suficientes para el fomento de las misiones.

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Víctor Daniel BONILLA, Siervos de Dios y amos de indios, Bogotá 1968, 61. Nicolás RESTREPO, «La Iglesia católica y el Estado colombiano, construcción conjunta de una nacionalidad en el sur del país», en: Tabula Rasa, 5 (2006), 158. 78 Luis Carlos SÁCHICA, «El indígena en Colombia», en: Aspectos nacionales e internacionales sobre Derecho indígena, México 1991, 173-174. 79 V. D. BONILLA, Siervos de Dios y amos de indios, 61. 77

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- Los funcionarios civiles representantes del Gobierno central en los territorios de misión, debían ser aprobados por el Delegado Apostólico y los líderes de las misiones80. 3.5.2. Aprobación del Convenio Finalmente el nuevo Convenio para las Misiones con el Gobierno colombiano viene firmado el 27 de diciembre de 190281 por el Delegado Apostólico, Antonio Vico, por el Ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Paul, y por el Presidente José Manuel Marroquín. Se titula: «Convenio con la Santa Sede sobre Misiones encargadas de la evangelización y reducción de tribus salvajes». Fue establecido por veinticinco años. El Estado colombiano asumió el compromiso de financiar las misiones, dando un aporte económico según la extensión de cada territorio82. El Gobierno tenía conocimiento de la difícil y triste realidad en la cual se hallaban las tribus indígenas, que aparte de haber estado marginadas de la atención del Estado para todos sus efectos, tales como salud, educación, vivienda, etc., adicionalmente la explotación de los colonos se convirtió en el peligro más latente para el bienestar de estas comunidades, quienes incluso muchas veces sus miembros no eran considerados como seres humanos por estas personas que sin ningún escrúpulo se aprovechaban vulnerando los derechos de los indígenas en favor de sus propios intereses. El documento sobre esto afirma: Art. XII: Con el objeto de evitar cualquier peligro de opresión para los indígenas y de persecución para los misioneros por parte de negociantes codiciosos, el Gobierno se compromete a fomentar la buena inteligencia entre sus Agentes y los respectivos Jefes de Misiones83.

Las misiones de modo similar tenían el propósito de «civilizar a los salvajes», es decir, que no era solamente una tarea de evangelización, como lo pretendía la Iglesia, sino principalmente, esto desde la visión del Gobierno, la reducción y el sometimiento a través de la occidentalización de las comunidades indígenas, y tal tarea requería el abandono de sus antiguas tradiciones consideradas casi siempre como 80

Justo CASAS AGUILAR, Evangelio y colonización, Bogotá 1999, 130. AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 34r-61r, despacho de Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 21 de enero de 1903. 82 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 52r-52v. 83 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 54r. 81

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paganas y contra la moral. Pero como hemos hecho mención anteriormente, en el fondo este era el pretexto del Gobierno para poder tener acceso a estos territorios para controlarlos, pues como eran territorios fronterizos existía siempre el riesgo de ser invadidos por países vecinos, algo que de hecho se dará más adelante con Perú. Al misionero se le dio un plan de trabajo y unas instrucciones para que pudiese realizar su tarea, esto gracias a que su presencia en estos territorios sería permanente, de forma semejante, era conocida la capacidad de los religiosos por ganarse la confianza de los indígenas quienes contrariamente rechazaban todo contacto con otras personas diversas a los misioneros, de hecho, así lo reconoce el Convenio: Art. XIII: para estimular a los indios a reunirse primeramente en familias y agruparse luego en «reducciones», y con el objeto de facilitar al mismo tiempo a la autoridad civil el desempeño de la funciones que naturalmente le incumben, el Jefe de la respectiva Misión aunará al fin primordial de su cargo, que es el de la civilización cristiana, el del fomento de la prosperidad material del territorio y de los indios en él establecidos. Cuidará, por lo tanto, de estudiar diligentemente los productos de la región a su cargo, y enviará de todo ello informes al Gobierno de la Republica, proponiéndole, además, los métodos que las circunstancias aconsejen como más adecuados para derivar mayores ventajas de esos productos, y cuidará también de difundir entre los indios las industrias más convenientes, asignándoles premios y recompensas que los estimulen eficazmente84.

3.6. Definición de los nuevos límites para las Misiones. Antes de presentar la delimitación de estos territorios de misión, conviene hacer una rápida descripción geográfica de cada uno de ellos, para tener una idea más clara de lo que significaba hacer el trabajo misionero en estos lugares, y, como consecuencia, las dificultades que encontraron todos los religiosos en sus labores. A su vez se podrá tener una visión de la situación que tuvieron que vivir los Obispos quienes siempre se lamentaron por las extensiones de estos territorios que estaban anexos a sus Diócesis, pero que ahora al ser independientes de estas, podrían ser atendidos con mayor eficiencia, sin embargo, los inconvenientes no disminuyeron debido a la geografía y el clima de estas regiones. Por lo tanto, presentamos primero la

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AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 54v.

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descripción del territorio y luego los límites establecidos que nos presenta el documento. 3.6.1. Misión de la Guajira La Guajira está situada en el extremo norte del país y de la llanura del Caribe, en la parte más septentrional de la América del sur; localizado entre los 10 23’ y 12 28’ de latitud norte y los 71 06’ y 73º39’ de longitud oeste. El territorio departamental corresponde en su mayor parte a la península de la Guajira. El relieve incluye montañas, acantilados, planicies y dunas. La Guajira ha sido subdividida por su configuración territorial en tres grandes regiones de noreste a suroeste, correspondientes a la Alta, Media y Baja Guajira. La Alta Guajira, se sitúa en el extremo peninsular, es semidesértica, de escasa vegetación, donde predominan los cactus y cardonales; y algunas serranías que no sobrepasan los 650 m sobre el nivel del mar, como la de Macuira, Jarará y El cerro de la Teta. La segunda región, abarca la parte central del departamento, de relieve plano y ondulado, y un poco menos árido; predomina el modelado de dunas y arenales. La tercera región, corresponde a la Sierra Nevada de Santa Marta y a los montes de Oca; es más húmeda, de tierras cultivables y posee todos los pisos térmicos. Son extensas y llamativas las planicies semidesérticas y las dunas cerca al mar. La faja costera guajira alternan trayectos de costa acantilada y de costa rectilínea; los principales accidentes costeros son, las bahías de Portete, Honda, Hondita y Cocineta, el cabo de La Vela, y las puntas Coco, Aguja y Gallina y la boca de Camarones. El clima de La Guajira, especialmente en la península, es árido, seco y de altas temperaturas, modificadas un poco con la brisa marina y los vientos alisios del noreste que soplan durante la mayor parte del año; las lluvias son escasas y se presentan generalmente en los meses de septiembre a noviembre, cuando la Zona de Convergencia Tropical se desplaza hacia el norte85.

85 . BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA. «Departamento de la Guajira. [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/.

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Cuando se aprobó en Convenio sobre las Misiones el 27 de diciembre de 1902, se establecieron los límites de los territorios en Misión86. La Guajira quedó así estipulada: Toda la Península guajira en la parte que le corresponde a Colombia. Límites de la Sierra Nevada: en el mar Caribe, desde el Cabo de San Agustín, una línea recta que pase por encima del pico de la Horqueta (15.700 pies de altura) y vaya a parar al Alto de las Minas, extremo SO de la Sierra Nevada; de aquí una línea recta que, pasando al S. de San Sebastián de Rábago, al E. de Patillal (caserío civilizado), vaya a parar al caserío de Caracolí, inclusive, al E. de Marocaso; de aquí, en línea recta hacia el N. hasta Punta de los Remedios, y de este último lugar, otra recta, hasta el Cabo San Agustín, punto de partida. En este triángulo se incluyen las poblaciones indígenas siguientes: San Miguel, Santa Rosa, San Antonio y San Francisco, al N.; Marcocaso, Rosario, Atanquez y San José, al E., y San Sebastián de Rábago al S., y las poblaciones civilizadas que a continuación se mencionan: a orillas del mar, Dibulla, al N., con la agregación de Palomino, y Punta de los Remedios, con la agregación de Las Flores; al E., caserío de Caracolí (frente a Marocaso), y Patillal, frente a Atanquez. Límite del territorio de Motilones: Desde la Jagua, inclusive, comprendiendo a Becerril, Espiritusanto o Pueblito, Palmira y Jobo (poblaciones civilizadas); de aquí, en línea recta al E, hasta la cima de los Andes, y de aquí, por toda la cima, hasta enfrentar con la Jagua (pueblito civilizado), punto de partida87.

3.6.2. Misión del Chocó Es el único departamento de Colombia con costas en los océanos Pacífico y Atlántico. Es, de modo similar, el único departamento limítrofe con Panamá. En ella se encuentra la ecorregión que probablemente tenga la mayor pluviosidad del planeta. A grandes líneas comprende la mitad del litoral nacional en el océano Pacífico. El territorio del departamento del Chocó está conformado por las cuencas de los ríos Atrato, San Juan y Baudó, cubierto en su mayor parte por selva ecuatorial. En este marco geográfico se distinguen varias unidades fisiográficas. La faja litoral dividida por el cabo 86 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 55v-57v. Es un apéndice enviado dentro de la copia del Convenio. Estos límites fueron aprobados el 27 de diciembre de 1902, firmados por el Delegado Apostólico, Antonio Vico, y por el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Felipe F. Paul. 87 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 55v-56r.

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Corrientes; considerado como el accidente más importante de la costa pacífica, dividida en dos sectores, al norte de éste, es rocosa y acantilada, con numerosos accidentes, entre ellos, las bahías de Humboltd, Chirichire, Nabugá y Solano, que favorecen el establecimiento de puertos; al sur del mencionado cabo, la costa es baja, anegadiza, cubierta de manglares y cruzada por brazos, caños y esteros que forman los deltas de los ríos que desembocan en el Pacífico. La Serranía del Baudó, paralela a la costa, con alturas que alcanzan los 1.810 m sobre el nivel del mar, en el alto del Buey. Cuencas de los ríos Atrato y San Juan; estos dos ríos corren en sentido opuesto, formando grandes deltas en sus desembocaduras, la primera de ellas en el mar Caribe, y la segunda en el océano Pacífico. La Serranía del Darién, que es un conjunto de elevaciones, cubiertas de densas selvas y le sirve de límite con la República de Panamá; más conocida como el Tapón del Darién. Finalmente, el flanco oeste de la cordillera Occidental, donde sobresalen algunos accidentes orográficos como la serranía de Los Paraguas, los farallones de Citará y los cerros Iró, Tamaná, Tatamá y Torrá. El territorio departamental del Chocó se halla dentro de la zona de calmas ecuatoriales, caracterizada por la alta pluviosidad, con registros superiores a los 9.000 mm de precipitación anual. La temperatura de sus valles y tierras bajas costaneras es superior a los 27°C, por lo general acompañada de alta humedad relativa (90%); estos factores que han sido desfavorables para la incorporación total de este territorio a la economía nacional. La vegetación, como consecuencia de su ubicación y clima, es muy variada y rica88. Los límites del territorio de la misión del Chocó quedaron definidos de la siguiente manera: Haciendo partir de la desembocadura del río San Juan, en el Pacífico, la línea divisoria, sube primero este río para tomar el afluente Calima y luego el torrente Aguas Claras, hasta su origen, que se halla en la Cordillera Occidental de los Andes occidentales; recorre luego esta cordillera, hacia el N., hasta encontrar el punto de confluencia de los ríos Cajamarca y Garrapata; entra en este último y lo sigue hasta sus fuentes en la cordillera; se lanza por las cuchillas de esta, hasta Chami, frente al Arrayanal; baja a la población de San Miguel, sobre el río Chimbrìa vuelve a tomar la cordillera hasta Cerro Plateado; se dirige al NO. hacia la montaña Horqueta; tuerce 88 BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA. Departamento del Chocó. [consultado el 25.06.2015]: www.banrepcultural.org/.

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luego al S., hasta los montes que separan las aguas del río Ocaìdo de las del río Bebará; retrocede, dirigiéndose nuevamente al NO., hasta el Monte Piedragorda, y después al N., venciendo la distancia de 15 miriámetros, atraviesa el río Arquìa, el Murrì, en el punto en que recibe las aguas del Corbata, los montes Chiajeado, el Carmelo y Buenavista, y llega al punto donde se encuentran los tres ríos Sucio, Pavarandò y Mongudò; entra en este último río y llega, contra corriente, al camino que conduce al Muridò; en esta ruta encuentra el río León, en el sitio en que este aumenta sus aguas con las del Leoncito; pasa el río, se empina al E., sobre las cumbres de la cadena de los montes que separan aquel río del Antadò, y siguiendo a lo largo de esta cadena, toda la del Abibe, la recorre toda, hasta las fuentes del río Arbolete, baja el río hasta su desembocadura en la Ciénaga del mismo nombre, la rodea al E., y llega a la Punta Arboletas, en el Atlántico; va luego a las Puntas Carivaná, Arenas del Norte y Arenas del Sur, rodea el gran Golfo de Urabá y llega a la desembocadura del río La Miel, junto al cabo Tiburón; sube al nacimiento de este río, cercano al monte Gandi; sigue la cordillera que separa las aguas que van al Pacífico de las que van al Atlántico y al río Atrato, llamada cordillera del Darién, y llega a la Punta Cocalito, en el Pacífico; recorre la costa hasta la desembocadura del río San Juan, punto de partica. Territorio del Sinú que debe unirse a la Misión del Chocó: Dicho territorio confina al S. con el Departamento de Antioquia, y al O. se apoya en la parte más alta del Chocó, es decir, en la cordillera del Abibe, desde su arranque hasta el río y Ciénega Arbolete, en el Atlántico, y corresponde a la Provincia del Sinú89.

3.6.3. Misión del Caquetá El territorio del departamento del Caquetá abarca desde el piedemonte andino hasta la serranía de Araracuara en la selva amazónica; distinguiendo tres unidades fisiográficas bien definidas, el flanco oriental de la cordillera Oriental, el piedemonte y la llanura amazónica. La unidad andina, ubicada en el noroccidente del departamento, es de relieve quebrado a ondulado y se caracteriza por sus pendientes pronunciadas con elevaciones hasta los 3.000 m sobre el nivel del mar; la vegetación predominante es el bosque andino y subandino; en las partes bajas se presentan bosques combinados con pastos naturales y agricultura. Entre los accidentes orográficos principales se destacan los cerros Paramillo, Miraflores y la cuchilla de Los Picachos. 89

AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 56r-v.

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El sistema hidrográfico del Caquetá es extenso y las corrientes corren en dirección noroeste - sureste al Amazonas por intermedio de los ríos Apaporis y Caquetá, igualmente, se destacan los ríos Caguán, Orteguaza, Yarí, Camuya, Cuemaní, Mesay, Peneya, Pescado y Sinsuya. El comportamiento de las lluvias determina tres áreas pluviométricas de noroeste a sureste; la primera, la más lluviosa, comprende la parte cordillerana, situada por debajo de los 1.500 m de altura y el piedemonte donde las lluvias son superiores a 4.000 mm anuales, alcanzando un máximo en la precipitación de 5.000 mm entre los 1.000 y 1.300 m de altura sobre el nivel del mar. La segunda corresponde a la faja intermedia, con volúmenes comprendidos entre los 3.000 y 4.000 mm, y la tercera, la llanura amazónica con promedios inferiores a 3.000 mm. El régimen de lluvias está condicionado por la Zona de Convergencia Intertropical y los vientos alisios del sureste. La mayor pluviosidad ocurre en los meses de junio - julio y agosto. Las tierras, en su mayor extensión, están en el piso térmico cálido, y en menor proporción en los pisos térmicos templado y frío. A excepción de las poblaciones que se hallan situadas en las bases de la cordillera, y unos pocos caseríos indígenas en las márgenes de los grandes ríos, el resto del territorio se halla prácticamente deshabitado y cubierto de espesa selva tropical húmeda, con una temperatura de entre 27º y 29º 90. Teniendo como base la anterior descripción, tenemos de esta forma los límites fijados a esta misión según el documento: La línea de circunscripción parte del punto donde el tercer meridiano al E. de Bogotá corta el río Guaviare y va hasta sus fuentes en el cerro Neiva; dobla al S. hasta el Páramo de las Papas, recorre la cima de la cordillera que separa las aguas que van al Magdalena y al Pacifico de las que van al Amazonas, hasta alcanzar los límites con el Ecuador, y sigue estos límites hasta encontrar el tercer meridiano al E. de Bogotá. En otros términos, la Misión del Caquetá, comprende la Provincia de Mocoa, disminuida de la parte incorporada en la Intendencia Oriental91.

90 BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA. Departamento del Caquetá. [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/. 91 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 56v.

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3.6.4. Nuevos límites de la Misión del Darién De este territorio no se puede hacer una descripción muy detallada como los anteriores, pues prácticamente es selva virgen, considerada una de las más difíciles para la supervivencia. Históricamente los conquistadores españoles iniciaron su recorrido hacia Sur América desde este punto, incluso, la primera ciudad fundada en territorio continental en América fue Santa María la Antigua del Darién en el año 1510 por Vasco Núñez de Balboa, lo que la hace de la misma forma la primera Diócesis. Pero fue abandonada pocos años después por las constantes luchas con las tribus indígenas, el difícil acceso al lugar y por la escasez de alimentos que llevó a trasladar y fundar una nueva ciudad en 1519 con el nombre de Panamá y que asumió el rol de capital. Con el tiempo se perdieron registros y la ciudad de Santa María la Antigua del Darién desapareció dentro del corazón de la selva. Esta región posee un clima tropical húmedo, muy similar al de la zona del Chocó, se caracteriza por unas elevadas precipitaciones (2000 a 5000 mm anuales) y una elevada temperatura media. Las temperaturas no son extremas, el máximo puede ser 35°C, pero sí son constantes. La temperatura media anual se sitúa entre 25 y 27°C. La diferencia entre el mes más frío y el más cálido no llega a los 2°C. Las precipitaciones, que son superiores a 1500 mm, se distribuyen regularmente a lo largo de todo el año, por eso se mantiene una fuerte humedad constante. Para el vasto territorio del Darién se definieron los siguientes límites: Forma la Misión del Darién una ancha y larga faja de terreno bañada al N., por el Atlántico, desde la desembocadura del río de La Miel, en el Cabo Tiburón, hasta Portobelo o a la desembocadura del río Cascajal; al O. está dividido de la Provincia de Panamá por una línea imaginaria casi paralela y poco distante del Canal del mismo nombre, la cual une el sitio mencionado de Portobelo con las bocas del río Bayano o Chepo, en el Pacífico; tiene al S., el Pacífico, desde las Bocas del Chepo, hasta la Punta Cocalito, y, finalmente, al E., tiene la cordillera llamada del Darién, que lo divide del Departamento del Cauca y va desde la Punta Cocalito hasta el nacimiento del río de La Miel, luego tiene este mismo río, desde su nacimiento hasta que muere en el Atlántico, junto al cabo Tiburón92.

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3.6.5. Misión de la Intendencia Oriental La descripción geográfica de la Intendencia Oriental y la de los Llanos de San Martin es prácticamente la misma, estaban divididos en virtud de su extensión pero con las mismas particularidades, tanto así, que luego se constituirán en un solo Departamento denominado como Meta. Estos territorios están formados por tres grandes regiones fisiográficas; la primera la constituye la parte montañosa representada por el flanco oriental de la cordillera Oriental, con alturas que alcanzan los 4.000 m sobre el nivel del mar, ubicada en el occidente del departamento, en límites con los departamentos de Caquetá, Huila y Cundinamarca; la segunda corresponde al piedemonte o el área de transición entre la cordillera, la llanura, y la serranía de La Macarena, ubicada en forma casi perpendicular a la cordillera Oriental. La tercera unidad fisiográfica es la planicie, sector casi plano con alturas que no sobrepasan los 200 m sobre el nivel del mar y ubicado en el centro y oriente del departamento. Esta planicie está conformada por la parte occidental del escudo Guayanés y materiales erosionados de la cordillera y depositados por los diferentes ríos que la surcan, formando colinas disectadas, terrazas, vegas y vegones. Entre los accidentes orográficos del departamento se destacan la serranía de La Macarena, la cordillera de Los Picachos, la serranía de Camuza y el páramo de Sumapaz, situado en límites con los departamentos de Cundinamarca y Huila, donde sobresalen los cerros Nevado y El Rayo, y los altos de Oseras y Ramírez; son notables adicionalmente, los cerros Bomas, Buenavista, Cruces, El Dormilón, Galápago, La Mensura, Leiva, Mirador, Peralta y Purgatorio, todos en la cordillera Oriental. La red hídrica de este territorio es compleja debido a la presencia de la cordillera y la serranía de La Macarena, a la cantidad y comportamiento estacional de las precipitaciones, factores que originan numerosos y caudalosos ríos, entre los que se destacan el Meta, Gabarra, Duda, Manacacías, Yucao, Guatiquía, Guayuriba, Ariari, Guacabía y Guaviare, río que en el sur marca límite con el departamento de Guaviare. Todos los ríos que se originan en el departamento drenan hacia el río Orinoco, a excepción del río Macaya que hace parte de la cuenca del río Amazonas93. 93 BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA. Departamento del Meta (Generalidades). [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/.

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De esta manera presentamos los límites que en un primer momento se definieron para este esta misión, luego como se verá, hará parte de un solo Vicariato Apostólico junto con los Llanos de San Martín. Los límites que presenta el documento son estos: Partiendo del punto en que el tercer meridiano al E. de Bogotá corta el río Meta, sígase la corriente de este río hasta el Orinoco; yendo contra corriente del Orinoco (límite con Venezuela), hasta la Piedra del Cocuy, que es un extremo de la frontera entre la dicha República de Venezuela y el Brasil; recórranse los límites de Colombia con el Brasil y el Perú, hasta llegar al referido tercer meridiano al E. de Bogotá94.

3.6.6. Misión de los Llanos de San Martín Como se hizo mención en el punto anterior, el territorio de los Llanos de San Martín y la Intendencia Oriental compartían las mismas características geográficas y climáticas, solo que se dividían por la extensión del territorio, para facilitar mejor la labor de los misioneros. El documento propone los siguientes límites para esta misión: La línea divisoria arranca de las fuentes del río Batatas, al O. de esta región, y sigue las vertientes de este río hasta encontrarse con el Guavio, y después sucesivamente con el Garagoa, el Upía, el Humadea y el Meta, hasta el tercer meridiano al E. de Bogotá; pasa el punto correlativo con el río Guaviare y se remonta hasta su origen en el monte Neiva; se adelanta en seguida hacia el N. por las crestas de la cordillera hasta los manantiales del Ariari, y continúa por el monte que separa este río del Humadea y por la serranía que va a morir en el Río Negro, frente a la población de Villavicencio; atraviesa el río y emprende por la cadena que separa las aguas del Humadea de las del río Negro y del Garagoa, hasta llegar a las fuentes del Batatas, de donde había salido95.

3.6.7. Misión de Antioquia Este territorio en su gran parte estaba muy ligado tanto a la misión del Chocó como a la del Darién, ya que hacía como puente entre estas. Por lo tanto, sus características eran muy similares en cuanto al clima y a la geografía. Sin embargo, existía una gran zona en la que estaba más cercana a los Andes, lo que la convertía en un sitio de mayor facilidad para el establecimiento de la población. Entonces podríamos afirmar 94 95

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que esta misión tenía dos realidades, una con un clima de selva tropical y el otro más suave por su cercanía a las montañas andinas. Los límites que fueron considerados para esta misión fueron: La Misión de Antioquia comprende una extensísima faja de territorio que se extiende al O. del Departamento a lo largo de los límites del Alto Chocó, arriba descritos, precisamente desde el monte Caramanta, en la cordillera occidental de los Andes, junto al nacimiento del río Chimbría, hasta el punto donde la línea de demarcación toca la cadena de los montes Abibe; confina al N. y NE. con el Distrito del Sinú, en el Departamento de Bolívar, y al E. y al S. abraza los montes y selvas occidentales del Departamento y de la diócesis de Antioquia96.

3.6.8. Misión de Tierra-adentro Este territorio está ubicado en los Andes, concretamente en Cordillera Central. Comprende una superficie que alcanza una extensión de cerca de tres mil kilómetros cuadrados. Es una región compuesta por los nudos montañosos que forman las estribaciones orientales de la Cordillera Central, con algunos valles interandinos de mediana y pequeña extensión, y profundos cañones formados por las corrientes que descienden de los páramos y entregan su caudal al río Páez. Las quebradas de San Andrés y El Escaño, el río Ullucos y el Moras se unen al Páez, que a su vez, desemboca en el río de la Plata. Todos llevan sus aguas al Magdalena, la mayor arteria fluvial colombiana. Las alturas sobre el nivel del mar van desde los 800 metros sobre el nivel del mar (msnm) en las orillas del río Páez, hasta los 5439 msnm del nevado del Huila. Los pisos térmicos se inician con el templado, para seguir con el frío, el paramuno y las nieves perpetuas. En ellos varía el clima según la altura y la dirección de los vientos, los cuales soplan cálidos del oriente, de las llanuras del Huila; sin embargo la humedad es constante, pues el promedio anual de lluvias alcanza hasta 200 días. La precipitación pluvial es superior a la que utiliza la vegetación, lo cual trae consigo el lavado de tierras y la erosión que esterilizan los campos. Las épocas de lluvia van de marzo a junio y de septiembre a noviembre, con aguaceros fuertes y cortos o lloviznas continuadas. De

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diciembre a febrero y de julio a agosto los días son soleados, el cielo despejado y las noches frescas97. Los límites establecidos para esta misión fueron: La línea divisoria de este territorio sale de las fuentes del río Negro de Narváez, en el Nevado del Huila, en la cordillera central, y corre hasta precipitarse con él en el Páez; sube luchando contra las corrientes de este río, hasta encontrar las del torrente Buenos Aires; vence las del mismo torrente y se remonta hasta descubrir sus fuentes en la montaña de La Topa; sigue a NO., la dirección sinuosa de esta cadena hasta tocar el monte Guanacas, en la cordillera; corre hacia el N. a encontrar el Nevado del Huila98.

3.6.9. Misión de Pamplona Este territorio se caracteriza por un relieve montañoso, aunque se pueden distinguir dos grandes unidades fisiográficas, una montañosa y una plana. La montañosa corresponde a la cordillera Oriental, cuya parte meridional, en límites con el departamento de Santander, forma el nudo de Santurbán, del cual se desprenden dos grandes ramales, uno que sigue hacia el norte para formar la serranía de los Motilones y otro hacia el noreste, que se interna en la República de Venezuela. Se destacan numerosas elevaciones, entre ellas los páramos de Tamá con 3.329 m sobre el nivel del mar, y Santurbán; los cerros de Bobalí Sur, Central y Norte, y Jurisdicciones, y la serranía de Tibú. La unidad plana cubre principalmente el norte del departamento y corresponde al valle del río Catatumbo, formado por los dos ramales antes mencionados, aquí los suelos son aptos para la agricultura. El relieve departamental de Norte de Santander determina una amplia variedad de climas; las temperaturas van desde los 30°C, en los valles del Zulia y Catatumbo, hasta los 3°C en los altos páramos. El régimen de lluvias varía de norte a sur; en tanto que en las tierras selváticas del Catatumbo la precipitación alcanza los 3.500 mm anuales; en el sur, valle del Zulia y zonas montañosas, sólo se registran 500 mm. Por las características del relieve se encuentran los pisos térmicos cálido, templado y frío y el piso bioclimático páramo99. 97 BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA, Departamento del Cauca. [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/. 98 AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 57v. 99 BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA, Norte de Santander. [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/.

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El documento finaliza estipulando los límites de esta misión de esta manera: La Misión de Pamplona reposa entre el Departamento de Santander, al O., las tierras de Aranca, Diócesis de Mérida (Venezuela), al N., y al E., y al S., y SO., el Vicariato Apostólico de Casanare100.

4. Francesco Ragonesi, 1904-1912 4.1. Sobre la Prefectura Apostólica Intendencia Oriental El territorio de la misión de la Intendencia Oriental era muy extenso, y como se describió anteriormente, su topografía hacía muy difícil la tarea evangelizadora. Por eso se creyó conveniente, para que tuviese una presencia más estable de religiosos, que fuese elevada a Prefectura Apostólica. Antonio Vico informó sobre la llegada del Decreto de la Sagrada Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Exteriores, del 23 de junio de 1903 sobre la erección de la Prefectura Apostólica Intendencia Oriental, confiada a los religiosos de la Compañía de María. El padre Eugenio Moron, nombrado Prefecto101. Llegando el padre Moron a Colombia con cuatro compañeros, encontró graves dificultades que les impidieron acercarse a la Prefectura. Ante esta situación, el Superior General solicitó a la Santa Sede que fuese confiada a sus religiosos, de igual modo, la Prefectura de los Llanos de San Martin. Tal petición fue acogida y se nombró como Prefecto al mismo padre Moron102. La Santa Sede autorizó a Alessandro Solari, encargado de Negocios, a erigir la Prefectura Apostólica con Decreto similar al de la Intendencia Oriental. Monseñor Solari envió copia del Decreto de erección con fecha del 18 de enero de 1904, y nombró al padre Moron Prefecto. Se envió copia de la nota con la cual ha participado al

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AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 57v. AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 3r-v, despacho de Antonio Vico al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de septiembre de 1903. 102 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 6r-v, minuta de la SESS a Antonio Vico, 11 de noviembre de 1903. Los documentos sobre la solicitud de la Curia General de la Compañía de María, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 14r-v; AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 16r-v. 101

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Ministro de Relaciones Exteriores la erección de las dos Prefecturas Apostólicas103. Una vez iniciada su labor, el Prefecto Apostólico solicitó que fuesen modificados los límites de la Prefectura Apostólica de los Llanos de San Martin104. El Santo Padre aprobó y autorizó al Delegado de firmar con el Gobierno un Protocolo para estos nuevos límites.105. Los límites fueron establecidos, decretando la creación de la Prefectura Apostólica de la Intendencia Oriental y de la Prefectura de los Llanos de San Martín106. 4.2. Nuevos límites de los Llanos de San Martín Tras su erección como Prefectura Apostólica hubo necesidad de modificar los límites que habían sido definidos al momento de ser establecida como misión, quedando de esta forma: La línea divisoria arranca de las fuentes del río Batatas al Oriente de la parroquia de Guachalá al alto de las Cruces en la cordillera de Cubatá: toda esta al cerro de Murrucuy: de aquí al río Trompeta y este abajo hasta su desembocadura en el río Guavio antes de encontrarse este último con el Garagoa y sucesivamente con el Upía, el Humadea y el Meta hasta el tercer 103

AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 17r-20r, despacho de Alessandro Solari, Encargado de Negocios ad interim de la Santa Sede, al Cardenal Rafael Merry del Val, 19 de enero de 1904. La Delegación Apostólica informó al padre Eugenio Moron sobre su nombramiento como Prefecto Apostólico de la Misión de los Llanos de San Martin, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. f. 21r. 104 El Prefecto Apostólico solicitó a la Delegación Apostólica que se hiciese una variación en los límites propuestos en el Decreto de Erección de los Llanos de San Martin, pues existía la dificultad para los habitantes de cierta zona desplazarse para los oficios religiosos, y para los misioneros poder atender adecuadamente. Por tal razón, Monseñor Alessandro Solari, envió un despacho al Cardenal Raffaele Merry, el 24 de agosto de 1904, haciendo esta solicitud y anexando una propuesta, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 36r-39r. 105 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. f. 44r, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, Delegado Apostólico, 9 de noviembre de 1904. La copia del Protocolo enviado al Gobierno, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 46r-v. 106 El Decreto de erección fue enviado con un despacho de Monseñor Alessandro Solari al Cardenal Rafael Merry del Val el 23 de febrero de 1904. Se envió un documento adjunto con la copia de los Decretos publicados en el Diario Oficial el 19 de febrero de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 23r29v.

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meridiano al E. de Bogotá; pasa al punto correlativo en el río Guaviare, y se remonta hasta su origen en el monte Neiva; se adelanta enseguida hacia el N. por las crestas de la cordillera hasta los manantiales del Ariari, y continua por el monte que separa este río del Humadea y por la serranía que va a morir en el Rionegro, frente a la población de Villavicencio; atraviesa el río y emprende por la cadena que separa las aguas del Humadea de las del Rionegro y del Garagoa, hasta llegar a las fuentes del Batatas, de donde había salido107.

4.3. Petición para crear dos nuevos Vicariatos Apostólicos El Superior General de la Compañía de María propuso que las dos Prefecturas de los Llanos de San Marina y de La Intendencia Oriental, confiadas al cuidado de sus religiosos, fuesen elevadas a Vicariatos Apostólicos, solicitó por su parte, que la Santa Sede hiciera prácticas ante el Gobierno colombiano para obtener de este los viáticos de viaje para aquellos misioneros108. Al respecto la Santa Sede informó al Delegado Apostólico pidiéndole su parecer y el del Gobierno109. Francesco Ragonesi respondió a la Santa Sede que su parecer era de estudiar más profundamente la propuesta del Superior General. El Gobierno no veía problema, pero aclaró que no sería conveniente dadas las circunstancias de precariedad económica en las que se encontraba la Republica, ya que no estaba ni siquiera en condiciones para solventar los viáticos de los misioneros110. 4.4. Presencia de los Capuchinos en el Vicariato de la Guajira Los Capuchinos habían abandonado el país en 1818. Regresaron en 1880 para realizar diversas actividades pastorales, estableciéndose oficialmente en La Guajira desde 1888, gracias al interés del Obispo de Santa Marta, José Romero, el Gobierno y el Superior de los Capuchinos en España. La Misión de la Guajira fue puesta en Custodia de la Inmaculada Concepción en 1890111. En 1905 los capuchinos asumieron 107

AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 46r-v. AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 728. fasc. 122. ff. 42r-43r, documento sin fecha. 109 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 728. fasc. 122. ff. 44r-v, minuta de la SESS a Francesco Ragonesi, 28 de octubre de 1905. 110 AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 728. fasc. 122. ff. 46r-47v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 7 de abril de 1906. 111 J. F. CÓRDOBA RESTREPO, En tierras paganas, 83. 108

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la dirección del Vicariato de La Guajira, Sierra Nevada y Motilones, áreas ubicadas en jurisdicción de los actuales departamentos del Magdalena, La Guajira y Cesar, donde permanecieron hasta 1952. Los carmelitas descalzos llegaron a la Prefectura Apostólica de Urabá en 1918 y salieron en 1942. Las dos regiones citadas fueron objeto de un extenso trabajo misionero durante el lapso mencionado. Los misioneros abrieron escuelas, realizaron correrías evangelizadoras (así denominaban su trabajo, dada la permanente movilidad entre poblados dispersos en las riberas de los ríos y en la vasta geografía) entre indígenas, negros y colonos e intentaron implantar valores cristianos e instituciones como el matrimonio y la confesión. Cada una de estas actividades, relacionadas a su vez con otros aspectos de la religiosidad, como la santificación de las fiestas de los santos, las procesiones y el culto a las imágenes religiosas, las motivaciones de fe, buscaban vincular a los religiosos y a los indígenas como sujetos activos del proceso de cristianización112. 4.5. Misioneros para el Chocó Luego de que en el año 1900 los padres Capuchinos y los Hermanos de María fueron expulsados por revolucionarios de la importante misión del Chocó, tanto el Arzobispo de Popayán, jurisdicción a la cual pertenecía, tanto como otras personas, hicieron solicitud al Delegado Apostólico para que viniese erigido cuanto antes el Vicariato Apostólico del Chocó, y se confiase de nuevo a los Capuchinos113. Por medio de los Nuncios Apostólicos de España114 y Bélgica, se hicieron sucesivas prácticas para encontrar una Congregación religiosa que se hiciese cargo de aquella misión: Se tuvo comunicación con los Padres Capuchinos de la Provincia de Andalucía, con los Padres de la Congregación du Coeur Immaculé de Marie di Scheut, de Bélgica115, con el padre Leone Dehon, Superior 112

J. F. CÓRDOBA RESTREPO, En tierras paganas, 47. AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 15r-16r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 18 de octubre de 1903. 114 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. f. 28r, minuta de la SESS al Nuncio Apostólico en España, 24 de noviembre de 1904. 115 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 42r-v, despacho del Nuncio Apostólico en Bruselas, Antonio Vico, al Cardenal Rafael Merry del Val, 15 de junio de 1906. 113

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General de los sacerdotes del Sagrado Corazón116, y se pensó por otro lado, en los Lazaristas117. Todos respondieron que no podían aceptar tal encargo, por diversos motivos. Finalmente, en el mes de abril de 1908, el Padre General de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María (Claretianos) aceptó la Misión del Chocó y propuso como Superior al padre Juan Gil y García118. Pio X aprobó la erección de la Prefectura Apostólica del Chocó y el nombramiento del Prefecto Apostólico en la Persona del padre Gil y García. El relativo Decreto fue expedido el 28 de abril de 1908 y enviado al Delegado Apostólico para su ejecución119. 4.6. Nueva misión en las islas de San Andrés y Providencia El Arzobispo de Cartagena, Pietro Adamo Brioschi manifestó las dificultades de la Misión en San Andrés y Providencia. El Delegado Apostólico informó que tales dificultades no consistían en la escasez de los medios materiales sino en el defecto de no ser una misión bien organizada. Se debería confiar al cuidado de una Orden Religiosa, y pensó en los Agustinos Recoletos120. El 6 de marzo de 1912, desde la SCPF se comunicó al Secretario de Estado, que el Superior del Colegio de Sant Joseph de Mill Hil en Londres estaría dispuesto a aceptar la dirección espiritual de esta 116

Esta Congregación inicialmente había aceptado el encargo, así lo comunicó el Nuncio Apostólico en Bruselas, Antonio Vico, al Cardenal Rafael Merry del Val con un Despacho del 15 de febrero de 1907, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 46r-v. Incluso se hizo la comunicación al Gobierno, así lo informó el Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, con un Despacho al Cardenal Merry, el 18 de marzo de 1907, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. f. 49r. 117 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 52r-v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 13 de febrero de 1908. Ante la posible renuncia de la Congregación del Sagrado Corazón, se piensó en acudir a los padres Lazaristas. 118 AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 55r-56r, despacho de la Dirección General de la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de abril de 1908. 119 Decretum eretionis Prefeturae Apostolicae cui nomen est Chocó, in Republica Columbiana, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 57r-58v. La copia viene enviada al Delegado Apostólico el 2 de mayo de 1908, Minuta de la SESS, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 59r-v. 120 AA.EE.SS. Colombia, 1912-1913. pos. 772. fasc. 134. ff. 25r-26r, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 14 de octubre de 1911.

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Misión, bajo la condición de que fuese separada de la Arquidiócesis de Cartagena y Nicaragua, sujetas a la SCPF 121. Aceptado esto, Pio X aprobó la erección de una Misión que comprendía las tres islas de San Andrés, Providencia y Corn, que deberían pasar bajo el cuidado de la SCPF. Viene erigida el 20 de junio de 1912122. Monseñor Carlo Montagnini, nuevo Delegado Apostólico, en abril de 1913, expuso los motivos por los cuales sería oportuno de transformar en Prefectura Apostólica esta misión123. Se envió copia de los informes a la SCPF 124. 4.7. Misiones de la Costa del Pacifico y del Darién Francesco Ragonesi expuso las necesidades de la provincia de Núñez y Barbacoas de la Diócesis de Pasto, y la provincia limítrofe del Micay de la Arquidiócesis de Popayán. Como se trataba de un territorio con las mismas características el Delegado Apostólico propuso unificar estas dos provincias en una sola misión, que prontamente se podría elevar a Prefectura Apostólica. Pensando en este fin, se comunicó con los Agustinos Recoletos, quienes tenían casa en Panamá y Tumaco, esta última en el territorio de la Diócesis de Pasto. Ellos respondieron afirmativamente, y pusieron su disposición para asumir tal misión. En cuanto al Darién, estaba divida entre la Diócesis de Panamá y la Prefectura Apostólica del Chocó, aunque los limites no estaban totalmente definidos luego de la separación de Panamá. El Darién de norte pertenecía a la Prefectura del Chocó, en los cuatro años de existencia, se habían organizado 18 parroquias y 40 vice-parroquias, habían perdido cinco religiosos y el Primer Prefecto, muertos como consecuencias del fuerte clima tropical y por esto no había podido atender el Darién. Uno de los deseos del Prefecto era fundar una casa misionera en el Golfo de Urabá (Darién norte) y se esperaba el apoyo del Gobierno. La parte perteneciente a la diócesis de Panamá era la más poblada y se encontraba en completo abandono. El Obispo de Panamá estaba preocupado por esto, y por las posibles influencias del 121

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protestantismo, debido a la presencia de personal norteamericano en la construcción del Canal de Panamá. De acuerdo a lo anterior, el Delegado Apostólico manifestó que era urgente proveer de misioneros este territorio125. Esta propuesta la dio a conocer a los Obispos de Cali y Pasto, quienes expresaron su total acuerdo, pues les convenía reducir sus Diócesis y entregar estos territorios a los misioneros religiosos para que los atendieran adecuadamente, algo que a ellos hasta ese momento les era casi imposible126. En consonancia con esto, el Delegado Apostólico se dirigió a diversas Órdenes Religiosas. Finalmente fueron los Hijos del Corazón Inmaculado de María los que aceptaron hacerse cargo de la misión, aprovechando que ya tenían la Prefectura del Chocó, de esta forma extendían su presencia en un territorio que ya conocían muy bien127. 4.8. Situación del Vicariato Apostólico de la Guajira 1913 La región de la Guajira por sus características geográficas y climáticas es un caso particular en Colombia, prácticamente es desierto y de poca lluvia, sin embargo, está rodeado de mar. Ha sido habitado por diferentes comunidades indígenas que fueron asistidas espiritualmente por la Orden de los Capuchinos. Hubo un momento de tensión, debido a la falta de atención por parte del Vicario Apostólico. El Delegado Apostólico, Carlo Montagnini, informó a la Santa Sede sobre el comportamiento del Prelado, ya que había recibido permanentemente reclamos por su falta de gestión, administración y atención pastoral. El Delegado denunció que el Vicario Apostólico daba mayor importancia a las parroquias ya civilizadas, mientras aquellas en donde se debía evangelizar no se estaba dando la asistencia adecuada. Preocupaba especialmente la inspección de las escuelas públicas, en donde los maestros no estaban 125

ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 90r-91v, despacho de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de octubre de 1912. La minuta de respuesta de la SESS, el 11 de diciembre de 1912, en donde se le recomiendó al Delegado iniciar las prácticas y los acercamientos necesarios mientras la Santa Sede estudiaba el caso, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 95r-96r. 126 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 117r-118v, despacho de Carlo Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de marzo de 1913. 127 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 131r-v, minuta de la Secretaria de Estado de la Santa Sede a Carlo Montagnini, 11 de julio de 1913.

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siendo acompañados ni asesorados. Del mismo modo, se le acusaba de ausentarse frecuentemente de la misión, había estado en Europa dos veces en el curso de tres años, incluso, cuando el Representante Pontificio hizo esta denuncia, el Vicario se encontraba desde hacía casi un año en España. Alegaba que durante los viajes había adquirido ornamentos de lujo y otras cosas innecesarias, que fueron pagadas con parte de los subsidios del Gobierno, y como consecuencia, en la misión era evidente la carencia de lo más necesario. Los indígenas estaban siendo instruidos gracias a la buena voluntad de algunos fieles que lo hacían por convicción. Monseñor Montagnini afirmó que el criterio general era que no carecía de cualidades para ser el Vicario Apostólico128. La Santa Sede remitió a la SCPF el asunto129. Se respondió que se comunicó con la Curia General de los Capuchinos para que se hicieran las gestiones oportunas para el regreso del Vicario a su residencia y sobre un mayor desarrollo de aquella misión130. 4.9. Informe de la Delegación Apostólica sobre las misiones El Encargado de la Delegación Apostólica, Carlo Cortesi, realizó un informe sobre el estado de las misiones en Colombia. Se basó en documentos anteriores, y en los testimonios de los misioneros y Superiores encargados131. El documento inicia dando una visión de la situación de Colombia respecto a los otros países americanos de lengua española, en donde a partir de los resultados de la evangelización, el país es uno de los que más extensos y variados territorios tiene destinados a la misión, concretamente al ser habitados por tribus indígenas en estado de 128

ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 29r-30r, despacho de Carlo Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 15de marzo de 1913. 129 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 31r, minuta de la SESS a la Delegación Apostólica en Colombia, 5 de mayo de 1913. Fue remitido a la SCPF el 4 de mayo de 1913, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 32r. 130 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 40r, despacho de la SCPF, al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de junio de 1913. Se le comunicó al Delegado Apostólico al respecto, minuta de la SESS, el 28 de junio de 1913, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 42r. 131 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 140r-150v, despacho de Carlo Cortesi, Encargado de la Delegación Apostólica, al Cardenal Rafael Merry del Val, del 16 de marzo de 1914.

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barbarie o semibarbarie. Acto seguido expone la realidad de cada jurisdicción eclesiástica sujeta a las misiones, esto es: Vicariato Apostólico de Casanare: durante mucho tiempo había sido un territorio beneficiado por la presencia de misioneros. Era una región muy extensa, lo que no había permitido lograr grandes avances. En ese momento estaba siendo atendido por la Orden los Agustinos Descalzos. El Superior Provincial en Colombia expresó al Delegado Apostólico que al Vicario le faltaba iniciativa y energía. El Vicariato no estaba bien administrado económicamente, y las ayudas que se recibían del Gobierno eran destinadas para otras necesidades de la Orden Religiosa132. Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martin: contrario al Vicariato de Casanare, el Vicario Apostólico, Guiot, junto a los sacerdotes de la Compañía de María, realizaban un gran trabajo, a pesar de las múltiples dificultades en las que se hallaban. La Delegación Apostólica dio un informe muy favorable del Vicario, quien no escatimaba esfuerzos por tener contacto con las comunidades indígenas, incluso con aquellas que se encontraban en los confines con Brasil. Durante más de dos años, un grupo de religiosos recorrió todo el territorio para conocer el estado de la población. Una gran proeza teniendo en cuenta que se trataba de un viaje por la selva usando solo los ríos como medio de comunicación133. Vicariato Apostólico de la Guajira: por varios años estaba siendo atendido por la Orden de los Capuchinos. Se informó que lamentablemente no se notaban grandes progresos en la evangelización de los infieles. Los habitantes de esta zona, concretamente los indígenas, no permanecían estables en algún lugar determinado, ya que por la escasez de agua eran errantes, pues buscaban el curso de las lluvias, y esto dificultaba la posibilidad de realizar algún tipo de adoctrinamiento. Los misioneros sugirieron al Gobierno que se construyesen pozos artificiales para almacenar el agua, y para habituar a los indígenas a permanecer estables, se pensó en la construcción de orfanatos. De hecho, ya se había iniciado la experiencia con tres, que eran guiados por las Terciarias Capuchinas. En lo referente al Vicario Apostólico, era conocida la insatisfacción de su labor, debido a sus constantes y largos viajes a Europa. Cabe 132 133

ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 142r-v. ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 142v-143r.

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destacar, que luego del llamado de atención recibido por parte de la Santa Sede, asumió con nueva actitud, y se percibía el cambio. Los misioneros recomendaron al Gobierno hacer una expedición a la Sierra Nevada, habitada por la tribu de los Motilones, considerada bárbara, y según algunos testimonios, antropófaga, razón por la cual hasta ese momento nadie se había atrevido a acercarse. Se necesitaba más personal misionero134. Prefectura Apostólica del Caquetá: cuando llegaron los Capuchinos de la Provincia de Sevilla en 1905, este territorio estaba espiritualmente muerto, sin ningún tipo de contacto con la moral ni con la ley divina. Pero en un tiempo relativamente corto, se vio un cambio sustancial, incluso, en algunas poblaciones existían parroquias y una vida activa en lo religioso. Los religiosos habían inculcado a los indígenas nuevos hábitos de vida, porque estaban acostumbrados al ocio. Les enseñaron agricultura y otros oficios manuales. En todo se veía la buena labor del Prefecto Apostólico, Fedele di Montclar135. Prefectura Apostólica del Chocó: esta región era considerada como la de mayores dificultades, pues por su geografía y sobre todo su clima hacía muy dura la adaptación de los misioneros. Los Religiosos del corazón Inmaculado de María se habían hecho cargo, y ya en pocos años habían sufrido la muerte de cinco sacerdotes por causa del clima. Por otro lado, la residencia del Prefecto Apostólico se había destruido como consecuencia de un incendio. Tenía una gran extensión, y era necesario construir dos casas de misiones, una en la parte del golfo de Urabá, y la otra en la frontera con Panamá en la región de Juradó, en donde existían pueblos en total abandono religioso136. Misión de las islas de San Andrés y Providencia: en el documento se indica que el año anterior se habían hecho cargo de esta misión los padres de Mill-Hill. Pero el Superior, Fitz Patrick había abandonado la isla de San Andrés, la más importante, sin dejar claras las razones y se instaló en la ciudad de Colón, en Panamá. Esta decisión afectó la misión, pues la población quedó a total merced de los protestantes que visitaban la isla por motivos comerciales137. Misión de Antioquia: aún no se había iniciado oficialmente, aunque el Obispo de Tunja logró convencer a un grupo de religiosos de la 134

ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 143r-144v. ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 144v-146r. 136 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 146r-147r. 137 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 147r-v. 135

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Orden de los Carmelitas de la Provincia de Navarra que llegaron para asumir la dirección de un monasterio en esa diócesis, para que se hicieran cargo de dicha misión, quienes tras consultar con el Superior General fueron autorizados138. Misión de Pamplona: para ese momento no tenía misioneros. Había urgencia de atender una tribu conocida como los Tunebos, quienes se encontraban en lamentables condiciones. En algún momento los Sacerdotes de la Misión tuvieron un leve acercamiento en esta región, por lo que se sugirió que se les confiase la misión. Se estaba a la espera de la respuesta del Superior General. Respecto al territorio, se recomendó dividir la misión en dos: la parte oriental, justamente la zona de los Tunebos, se podía erigir en Prefectura Apostólica, con el nombre de Arauca, que era el centro más importante. La parte occidental, continuaría siendo parte del Vicariato de Casanare139. Misión de Panamá, Darién, San Blas, Puerto Piñas: tras la construcción del Canal de Panamá, se dio un drástico cambio demográfico y se disparó la inmigración. Lo que constituyó en una nueva realidad social y religiosa, pues esto abrió las puertas a la llegada principalmente del protestantismo que venía desde Estados Unidos. La misión como tal no había dado buenos resultados, se pensó en crear una Prefectura Apostólica. La SCC informó a la Delegación Apostólica que se estaban haciendo acercamiento con diferentes Órdenes Religiosas para que asumieran la misión. Existían varias comunidades indígenas sin evangelizar140. Misión de la Costa del Pacifico: fue creada a partir de una Convención entre los Obispos de Cali y Pasto, el 2 de enero de 1914141. Fue confiada a los Agustinos Descalzos, como estaba iniciando no se contaba con mayor información, era clara la necesidad de más religiosos.142.

138

ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 147v-148r. ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 148r-149v. 140 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 149v-150r. 141 Luego de la creación de la Misión, se realizó un Convenio entre los Obispos de Pasto y de Cali con el Provincial de los Agustinos Recoletos, el 31 de agosto de 1913, la copia del Convenio en: ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 217r-222r. Véase el texto completo en: ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 219r-220r. 142 ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 150r. 139

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La Santa Sede respondió al informe, notificando de las particularidades al nuevo Delegado Apostólico, Alberto Vasallo143. 5. Algunos informes de los responsables de las misiones Los siguientes informes son muy importantes para complementar la investigación, si bien no fueron elaborados directamente por los Representantes Pontificios en función, si eran los destinatarios, pues al conformarse la Junta de Misiones, presidida por el Arzobispo de Bogotá, el Delegado Apostólico hacía parte de esta, por lo tanto, debía tener acceso a los informes y a las noticias que se expedían por parte de los misioneros. Estos documentos hacer ver cómo era la situación de los diversos territorios, permitiendo tener una visión más clara en lo referente al interés del fortalecimiento de las misiones por parte de los Delegados, quienes desde el mismo momento de su labor, con Giovanni Battista Agnozzi, se esmeraron en su promoción involucrando no solo al episcopado sino al mismo Gobierno. 5.1. Informe del Casanare, 1909 Es un informe que consta de 216 páginas. Está dividido en dos partes. Titula: «Excursiones por el Casanare, R.P.F. Daniel Delgado de la Virgen del Rosario, Agustino Recoleto (Candelario), Bogotá 1909». La primera parte, tiene 17 capítulos, en donde se hace un recorrido histórico y descriptivo de la región, sobre todo, de las poblaciones más importantes. Se puede leer sobre la vida cotidiana de los misioneros y de los pobladores, las costumbres tanto de los indígenas, como de los colonos. Para 1899 así se describía el trabajo misionero: […] en cada uno de los pueblos principales del Vicariato había dos o tres misioneros que cultivaban con santa emulación esta parte de la viña del Señor; e1 culto divino y las asociaciones piadosas auguraban brillante porvenir; la educación e instrucción de la juventud florecía en Casanare como acaso jamás se había visto144.

Sobre la expulsión de los misioneros afirma:

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Se informa que se envió copia del informe a la SCC, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 152r, minuta de la SESS a Alberto Vasallo, 11 de abril de 1914. 144 Daniel DELGADO, Excursiones por el Casanare, Bogotá 1909, 9.

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Y los indios casanareños, esos indios infelices que centenares de veces habían visto llenos de júbilo a los PP. Misioneros bajar por las aguas de los ríos Casanare y Meta, los vieron ahora con asombro embarcados en una balsa ¡como inmunda mercadería145!

La Segunda parte, está dividida en once títulos. Trata del trabajo misionero como tal. Las actividades, las enseñanzas, las dificultades, las construcciones, los avances. Hace un informe detallado de cada comunidad, y las estadísticas de todas. Así mismo, ilustra de manera muy cruel el conflicto entre los indígenas y los colonos, los abusos, la explotación, la reacción de los nativos. Describe toda una serie de injusticias y actos de sevicia. Esta es la estructura: 1. Restauración de Casanare. Esfuerzos de los misioneros. Primeras bases de la instrucción pública. Obstáculos. Celo del Vicario Apostólico. Abre escuelas públicas. Colonización de Casanare. Imprenta. Industrias y artes, Caminos, puentes y telégrafos, Muerte del Ilmo. Sr. Casas146. 2. Nuevo Vicario Apostólico, Que es un Vicario Apostólico de Casanare, nuevo impulso a las escuelas. La viruela. Viaje a Orocué. Calumnias contra los misioneros. Discurso en defensa147. 3. Excursión por la llanura. Estado de los caminos. Topografía del terreno. Pore. Su historia. Sus ruinas. Pore a La Plata. La Trinidad o La Parroquia. Cambio de decoración. El cachicamo, e1 Gandul, el Guanapalo y el Duya. Orocué148. 4. Las misiones del Meta. Labor de los antiguos Padres Candelarios. Pueblos que fundaron. Destrucción de las misiones. Encárganse de nuevo los Padres Candelarios de las misiones. Parangón entre las antiguas misiones y las modernas. Reflexiones. Ruinas de Macuco. Lo que fue Macuco. Impresiones de un viajero149. 5. Haciendas de las misiones. Primer importador de ganado llanero. Primer hato de Casanare, Hatos del Meta. Régimen administrativo de las haciendas de las misiones. Efectos saludables del régimen. Aumento de ganado obtenido por los Padres Candelarios. Conatos de desamortización. Estado de los hatos en 1810. Manejos indignos del Gobierno de entonces. Fin de las haciendas de las misiones150. 6. Visita a El Mani, Charneza y Pajarito. EI Güirripa. EI 145

D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 10. D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 129-138. 147 D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 138-148. 148 D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 148-155. 149 D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 155-164. 150 D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 164-173. 146

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Cravo Sur. EI Mare-mare. Supersticiones. Algunos ríos. EI oso palmero. EI Maní. Táuramena. Chámeza. Pajarito151. 7. Los misioneros párrocos de Casanare. Bautismos. Confirmaciones, Matrimonios. Visita a los pueblos. Obras que han llevado cabo en distintos pueblos152. 8. Instrucción pública. Escuelas de Casanare hasta e1año 1892. Cuadro de las escuelas desde 1893 hasta 1899. Desastres de las revoluciones del 95 y 99. Restauran la instrucción pública los Padres Candelarios y las Hermanas de la Caridad. Estadística de las escuelas en los años 1904,1905.1906 y 1907. Esfuerzos del Vicario Apostólico en favor de la instrucción. Cuadro de las escuelas en 1908. Dificultades para establecer escuelas. Colegio de Nunchía. Elogios de un llanero153. 9. Matanzas de indios, Asesinatos de blancos. Celebre matanza de indios en Caribabare. Vuelve a correr sangre de indios y de blancos en los años 1899, 1906, 1907 y 1908. Los criminales. Los Padres Candelarios y las misiones de Casanare154. 10. Ganadería de Casanare. Estadística de los hatos y fundaciones de Casanare. Notas155. 11. Itinerario y distancias156. 5.2. Informes sobre Las Misiones Del Caquetá, Putumayo, Goajira, Casanare, Meta, Vichada, Vaupés y Arauca Informe presentado al Presidente de la República, José Vicente Concha, al Nuncio Apostólico, Enrico Gasparri, y al Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo Corresponde sobre el trabajo misionero durante el periodo de 1916-1917157. Está estructurado de la siguiente manera: 1. Informe sobre las misiones del Caquetá y Putumayo, por Fidel de Montclar, Prefecto Apostólico del Caquetá: Vida del misionero en el Caquetá y el Putumayo; Indiosincrasia [sic] de los indios de esta Prefectura Apostólica; Relaciones entre blancos e indios; Algunos

151

D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 173-182. D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 182-189. 153 D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 189-200. 154 D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 201-215. 155 D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 215-218. 156 D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 219-223. 157 Fidel DE MONTCLAR – Atanasio VICENTE, Informes sobre las Misiones Del Caquetá, Putumayo, Goajira, Casanare, Meta, Vichada, Vaupés y Arauca, Bogotá 1917, 1-192. 152

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Decretos sobre la defensa de los indios; Historia de la fundación de Sucre, importancia y dificultades; Decretos y correspondencia158. 2. Informe sobre el Caquetá: Labor apostólica y trabajos varios; Dificultades en la administración de la Prefectura; Instrucción pública: Escuelas de la Prefectura Apostólica; Informe sobre colonización159. 3. Sobre el Putumayo: Colonos blancos y morenos del Putumayo, pero no indios; Cuadros estadísticos; Asuntos capitales y cuestiones de vida o muerte para el territorio; La misión, salvaguardia de Colombia en estas regiones160. 4. Informe sobre las misiones en La Goajira: Hecho por el Vicario Apostólico, Fray Atanasio Vicente, y titula: «Informe que rinde el Vicario Apostólico de La Goajira al Ilustrísimo y Reverendísimo señor Arzobispo Primado, sobre los trabajos realizados por los Reverendos Padres misioneros capuchinos en los territorios de La Goajira, Sierra Nevada y Motilones, durante los años próximo pasado y el presente de 1917» Estructura: A. Personal de la misión; B. Parroquias y estaciones de misión; C. Administración parroquial; D. Labor de los misioneros entre infieles; E. Organización de los orfelinatos; F. Artes manuales; G. Agricultura; H. Estado económico de la misión; I. Trata de indígenas; J. Reducción de indios motilones; K. Obstáculos a la civilización de indígenas161. 5. Informe de las misiones de Casanare162: Hecho por Fray Santos Ballesteros de San José, Vicario Apostólico de Casanare, y titula: «Vicariato Apostólico de Casanare-Número 28-Támara, 12 de julio de 1917. Ilustrísimo y Reverendísimo señor Doctor don Bernardo Herrera Restrepo, dignísimo Arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia». Básicamente son informes sobre el trabajo entre los indios realizado durante los últimos años, teniendo en cuenta que este territorio de gran extensión gozó de la presencia de los jesuitas quienes hicieron una labor muy importante, pero que se vio afectada tras la expulsión de la Orden Religiosa durante el periodo Liberal. 6. Informe de las misiones en el Meta, el Vichada y el Vaupés: Hecho por José María, Vicario Apostólico, y titula: «Vicario Apostólico de los Llanos de San Martín-número 76. Villavicencio, 158

F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 3-48. F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 48-87. 160 F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 88-136. 161 F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones,138-151. 162 F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 152-156. 159

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agosto 20 de 1916. Al Ilustrísimo y Reverendísimo Arzobispo doctor don Bernardo Herrera Restrepo, Primado de Colombia, Presidente de la Junta de Misiones, etc. Bogotá». Está estructurado así: A. Inspección escolar del Territorio de San Martín; B. Informe económico; C. Informe sobre los trabajos de los misioneros; D. Datos sobre la misión indígena del Vaupés; E. Correspondencia varia163. 7. Informe sobre las misiones en Arauca: Dirigido al arzobispo de Bogotá y elaborado por el Prefecto Apostólico de Arauca, Emilio Larquere. 19 de mayo de 1917. Son dos puntos: A. Informe económico; B. Correspondencia varia164. 5.3. Informe de Los Llanos de San Martín Es un informe elaborado a forma de folleto, cuenta con 33 páginas, fue hecho el 25 de octubre de 1911, en Villavicencio, sede del Vicariato, y titula: «Informe Oficial que rinde el Vicario Apostólico de Los Llanos de San Martín al Excelentísimo Señor Delegado Apostólico 1910-1911». En general, expresa las dificultades que son comunes a todas las misiones: falta de misioneros, grandes extensiones, malas vías de comunicación, climas inclementes, sobre todo para los europeos, etc. Está estructurado de esta manera: I. Creación y límites del Vicariato Apostólico de San Martín; II. Desarrollo de la Misión; III. Estado actual de la Misión; IV. Ligeras apuntaciones sobre los indios de Los Llanos; V. Labores de los Misioneros entre los blancos y los indígenas; VI. Recientes expediciones de los Misioneros; VII. Trabajos de los misioneros como inspectores de Instrucción pública; VIII. Las Hermanas Hijas de la Sabiduría; IX. Entradas y gastos de la misión en el año de 1910-1911; X. Porvenir de la Misión; XI. Conclusiones. Algunos aspectos para destacar, sobre el número de misioneros: Los Misioneros de la Compañía de María, que actualmente se dedican a la evangelización de Los Llanos de San Martín, son 14, a saber: El Vicario Apostólico, con residencia habitual en Villavicencio. El Secretario del Vicariato. Nueve Padres Misioneros. Tres Hermanos Coadjutores165. 163

F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 157-182. F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 183-192. 165 José María GUIOT, Informe Oficial que rinde el Vicario Apostólico de Los Llanos de San Martín al Excelentísimo Señor Delegado Apostólico, 1910-1911, Bogotá 1911, 7. 164

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Descripción de los indios de la misión: Número: Es muy difícil precisar el número de indios que habitan en las dilatadas regiones de Los Llanos. Al parecer son varios centenares de miles, porque se ven muchos y en lugares muy diseminados; pero hay que tener en cuenta que entre ellos hay no pocos que huyen y se esconden de los blancos, mientras hay otros que procuran siempre ir donde estén los civilizados, llevando casi vida de curiosos. Por no fijarse en esta particularidad han exagerado algunos el número de indios habitantes en estas llanuras y riberas; no vacilo en indicar que el número probable es de 30,000 poco más o menos. Raza: Como todos los de América, estos indios pertenecen a la raza asiática; su color es amarillo colorado con matices insignificantes. Su estatura es mediana, y su robustez y resistencia notables. No tienen la fisonomía desagradable, y algunos son simpáticos e inteligentes. Lengua: Cada tribu tiene su dialecto particular. Esta variedad puede provenir de la dificultad de comunicaciones, y tal vez de la enemistad en que han vivido siempre166.

Algunas características de los indígenas: Carácter de los indígenas: Entre las tribus del Vicariato hay unas, como las de los Salivas, Achaguas y Piapocos que tienen carácter manso y dócil, son trabajadores y de buen grado aceptarían la civilización si vieran justicia y caridad en los civilizados que llegan a vivir entre ellos. Otras tribus son rebeldes y hostiles a todo lo que significa progreso y viven en continuas luchas. Los Gohahivos sabaneros, que llevan una vida completamente nómada, son feroces y ladrones; se dice que han tenido entre sus jefes a algunos blancos perseguidos por la justicia. Tales indios no podrán ser fácilmente reducidos sino con ayuda de fuerza armada. Los más temibles, los que odian más a los blancos son los Andoques, que, según se dice, son también antropófagos. Vicios: Los indios que conocemos no son tan corrompidos como sería de temerse de hombres que no tienen idea de lo que es virtud, y sólo se guían por los estímulos de la naturaleza corrompida. Observan generalmente la monogamia y evitan casarse entre parientes. La pereza los domina y subyuga; se entregan a las bebidas fermentadas que hacen ellos mismos; usan del tabaco y en algunas partes sorben el yopo, especie de rapé que les altera los nervios y hasta les hace perder la razón; mastican una raíz amarguísima, denominada capi, que tiene las mismas propiedades que el yapa. En algunas regiones reemplazan los indicados estimulantes con la coca pulverizada, con la cual pueden pasar todo el día 166

J.M. GUIOT, Informe Oficial, 9.

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trabajando y sin comer. Tal es el origen de la enfermedad tan común en los indios algo ancianos, caracterizada por un continuo temblor167.

5.4. Misión de la Guajira, Sierra Nevada y Motilones Informe del Vicario Apostólico, Atanasio Vicente, Soler y Royo, de octubre de 1915, de 39 páginas. Titula: «Misión de la Guajira, Sierra Nevada y Motilones, a cargo de los Reverendos Padres Capuchinos Exposición del Vicario Apostólico 1915». Contenido: Personal de la Misión: En orden al personal de la Misión que está a nuestro cargo, debemos manifestar que ella cuenta con veinte Misioneros capuchinos: doce Padres y ocho Hermanos legos, los cuales están convenientemente situados en los puntos más importantes de los territorios mencionados. Como refuerzo y complemento para nuestras labores apostólicas contamos con una entidad imprescindible en las Misiones, y es un núcleo de veinticinco religiosas Misioneras, a cuyo cargo estar las secciones de niñas de nuestros Orfelinatos y e. Colegio de la Sagrada Familia, en Riohacha. El Noviciado de estas religiosas está en Yarumal (Diócesis de Antioquia), en donde están haciendo estudios preparatorios doce novicias y postulantes colombianas168.

Regiones de la Guajira y Sierra Nevada: En esta parte, se hace una descripción de los centros de instrucción para los indígenas, principalmente los llamados orfelinatos, algunas escuelas, y la labor de las Religiosas169. Esta es una descripción: El edificio es amplio y muy ventilado: a la derecha están las habitaciones de las religiosas Misioneras, y los salones que sirven de clase, comedor y dormitorio para cien niñas; ya la izquierda, completamente separadas de las primeras e iguales en construcción, se ven las dependencias de los niños, con grandes patios para recreo y ejercicios al aire libre. Cinco religiosas, con solicitud de madre y sacrificio sin límites, cuidan, instruyen y educan a unas goajiritas de diferentes edades, cuyos ropajes y hábitos paganos han trocado ya por el alba vestidura del bautismo y por la práctica de las costumbres cristianas. Tres Misioneros capuchinos, con ternura sin igual,

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J.M. GUIOT, Informe Oficial, 10-11. Atanasio Vicente SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, Sierra Nevada y Motilones, a cargo de los Reverendos Padres Capuchinos. Exposición del Vicario Apostólico, Bogotá 1915, 6. 169 A. V. SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, 8-16. 168

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forman y civilizan al niño goajiro, ayer salvaje y hoy iniciado en los principios de verdadera cultura170.

Continúa haciendo la misma descripción con las misiones de Los Motilones, en donde hace énfasis de los abusos cometidos hacia ellos por parte de los colonos y de la población blanca. Hace un recuento del proceso de evangelización, y de las labores realizadas con ellos171. La parte final, corresponde al informe económico de la Misión172. 5.5. Informe del Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín, 1916-1918 Informe del Provicario Apostólico, Gabriel Capdeville, y el Secretario e Inspector Escolar, Mauricio Diéres Monplaisir, Villavicencio, 2 de febrero de 1918. Titula: «Informe. La Compañía de María en el Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín, 19161918». Contenido: I Parte: Gobierno Eclesiástico: 1. Las Parroquias del Llano. Hace una breve presentación de los territorios, y una descripción de cada parroquia, que son: Villavicencio, San Martín, Medina, La Colonia, Uribe, El Calvario. Con un total de 13.270 habitantes173. 2. Relación que hace de la Fundación de Santa María, el R.P. Pedro Barón, Santa María del Cuduyari (Vaupés), 25 de septiembre de 1917174. 3. Misión del Vichada: Informe que los RR. PP. José María Seignard y Antonio Arrieudarre, remiten al Ilustrísimo Señor Vicario Apostólico de los Llanos de San Martín y a la Honorable Junta de Misiones de Bogotá, sobre la visita practicada por ellos en los ríos Meta, Orinoco, Vichada y Muco175. II Parte: Instrucción Pública: 1. Inspección General. Descripción de los útiles de estudio y las disciplinas que se enseñan en las escuelas176. 2. Inspecciones locales. Sobre cada caso en las parroquias177. 3. 170

A. V. SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, 8. A V. SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, 17-37. 172 A. V. SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, 37-38. 173 Gabriel CAPDEVILLE – Mauricio DIÉRES, Informe. La Compañía de María en el Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín, 1916-1918, Villavicencio 1918, 18. 174 G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 21-24. 175 G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 25-50. 176 G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 53-58. 177 G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 58-61. 171

SOBRE LAS MISIONES

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Escuelas. Número de horas de trabajo, asignaturas, exámenes, edad de los alumnos178. III Parte: Acción Social: 1. Fomento del ahorro. Son algunos fondos de ahorro, y la rendición de cuentas179. 2. Colonización180. 3. Artes. La creación de la Imprenta San José181. 4. Beneficencia. Servicio y administración del hospital. Informe económico182. 5.6. Informes sobre las Misiones del Putumayo 1916 Informe realizado por Fray Fidel de Montclar, en Sibundoy, el 24 de julio de 1916, dirigido a José Vicente Concha, Presidente de la República; Enrico Gasparri , Internuncio en Colombia y Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia. Es un folleto que contiene 126 páginas. Contenido: Labor de la Misión; II. Civilización cristiana de los indios; III. Educación moral y material de los indios; IV. Gobierno de los indígenas; V. Colonización del territorio; VI. Inauguración de un puente; VII. Escalonando pueblos en dirección al Caquetá y Putumayo; VIII. Navegación del Putumayo; IX. Terminación del camino a Puerto Asís, y construcción de dos cortísimos trayectos; X. Modo como se viaja donde todavía no hemos podido construir caminos; XI. Agricultura y comercio en el territorio; XII. Principales empresas de la Misión; XIII. Personal de la Misión; XIV. Dictamen autorizado respecto a la labor de los misioneros capuchinos en el Putumayo; XV. La soberanía nacional y las misiones; XVI. Fiestas del 20 de julio de 1916 y final del curso escolar; XVII. Varios itinerarios; XVIII. Conclusión; XIX. Algunas leyes. Para destacar: El propósito del informe: En el informe que me permito dirigir a Sus Excelencias me ocupo singularmente de las obras materiales que la Misión ha llevado a cabo. Sin vías de comunicación, pierde el misionero sus energías y su salud, y el fruto no corresponde al trabajo y al tiempo invertidos; sin elementos de progreso material, sin agricultura ni medios de subsistencia, los indios no cobran cariño al terruño, siguen siendo nómadas en mayor o menor escala, no aprecian la región que no les ofrece mayores comodidades y ventajas 178

G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 61-67. G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 70-77. 180 G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 77-86. 181 G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 86-87. 182 G. CAPDEVILLE – M. DIÉRES, Informe, 87-90. 179

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que las que ellos tenían en la selva. Esas consideraciones han movido a los Misioneros a trabajar con mucho esmero en el tomento de la agricultura, adquisición de animales útiles, apertura de caminos, construcción de puentes, fomento de la navegación, etc., ya que han considerado esas obras materiales como parte integrante de su ministerio y elementos indispensables para implantar de un modo estable el Evangelio en estas selvas183.

Sobre la evangelización de los indios: La pompa con que se celebran las fiestas religiosas, el esplendor de que se rodea el culto católico, los cantos con que se armonizan esas funciones, en las que toma parte el pueblo, demuestran asimismo que nos hallamos en una sociedad que dista ya mucho de poderse llamar salvaje. Unos respetables caballeros, que venían por vez primera a estos lugares me decían que la misa parroquial del domingo resultaba la más devota e interesante que habían presenciado, y que se deba asistir a los divinos misterios, aunque no fuese sino por oír los cantos de los indios. Las veladas y funciones recreativas con que obsequian frecuentemente los niños de las escuelas a los superiores de la Misión o a algún connotado personaje que Ilesa al Territorio, son también indicios de que ya saben sentir. He oído de boca de niños indígenas discursos pronunciados con tanto sentimiento y tan posesionados de lo que decían que no les iba en zaga ningún blanco184.

183 Fidel DE MONTCLAR, Informes sobre las Misiones del Putumayo, 1916, Bogotá, 1916, 3-4. 184 F. DE MONTCLAR, Informes, 7.

CONCLUSIÓN

El objetivo fundamental de este trabajo era proporcionar las fuentes para la elaboración de una historiografía de la Iglesia en Colombia durante el periodo correspondiente a los años 1882-1916, evidenciando el problema de la obtención de información que ofrecen las fuentes documentales emanadas de la Delegación Apostólica de Bogotá acerca de la organización de la Iglesia, concretamente en los referente a las jurisdicciones eclesiásticas, el Episcopado y las misiones, luego del periodo del Liberalismo Radical cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas con la Santa Sede. De esta manera, la aportación principal de esta investigación consiste en la consultación, selección, análisis, presentación y descripción de las fuentes documentales conservadas en los Archivos Vaticanos, ante la ausencia de este material en los Archivos eclesiásticos locales, principalmente el de la Nunciatura Apostólica, elaborando una contextualización a partir de una historiografía existente de interpretación no institucional, que ofrece estudios en donde se tocan ámbitos sociales, políticos y religiosos, sin embargo, no hacen alusión a la gestión de los Delegados Apostólicos, ni mucho menos, utilizan fuentes documentales, de ahí nuestro interés en ampliar esta historiografía con este trabajo. Por lo tanto, la conclusión que presentamos a continuación se deriva a partir de un único punto de partida, identificado en el Despacho de la Delegación Apostólica, que en la medida que se ha avanzado en el desarrollo de la investigación se ramificó según el objeto de interés tratado por cada documento en particular El aspecto que generó el desarrollo de la temática de trabajo, es lo correspondiente a las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Desde el

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inicio de nuestro trabajo se hizo la aclaración de que no pretendíamos detenernos en este asunto particular ni hacer un detallado estudio sobre el mismo, no obstante, fue fundamental tener un panorama claro para poder encadenar los hechos en donde la Iglesia se vio envuelta. A través de la lectura de las fuentes y de la historiografía a disposición, podemos identificar el periodo de este trabajo como un momento vital para la Iglesia colombiana, en donde hubo una transición que posteriormente conllevó a un cambio radical. Vemos oportuno denominar el lapso de tiempo de 1882 a 1886 como de transición, debido a que fue un cambio político extremo, al punto de definir el futuro de la nación durante más de un siglo. Hablamos del final del Liberalismo Radical y la llegada de la Regeneración. Es en este momento en donde se comienzan a gestar las bases para un fortalecimiento de la Iglesia, luego de haber sufrido las consecuencias de los ideales Liberales. Por medio de las fuentes pudimos determinar cómo la presencia de los Delegados Apostólicos fue vital para el restablecimiento de las relaciones entre las dos instituciones. La figura del Representante Pontificio fue el signo visible del triunfo del Ultramontanismo sobre el Liberalismo intransigente, apoyado políticamente bajo la ideología del Partido Conservador, pero llevado a su máxima expresión durante el periodo de la Regeneración de la mano principalmente de Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro. Es claro el protagonismo que la Iglesia obtuvo durante este intervalo, pasando casi inmediatamente de ser perseguida y excluida socialmente, a recibir beneficios que le devolvieron su prestigio e importancia. Un protagonista central en todo este desarrollo fue León XIII, que con su propaganda social e interés hacia los países latinoamericanos, facilitó que políticamente las iglesias locales fueran retomando su influencia y presencia, y en el caso colombiano, fuera considerada la institución eclesiástica un elemento esencial para la labor del crecimiento integral de la sociedad, que debería ser edificada a partir de los valores y principios promulgados por la Iglesia católica. Es por esta razón que hacemos mención de un cambio radical luego de esta breve transición. Prácticamente la nación adoptó como base de su política las directrices sugeridas por la Sede Apostólica, al punto de promulgar una Constitución que explícitamente favoreció a la institución eclesiástica y que llegó a su máxima expresión con el Acuerdo Concordatario en 1887.

CONCLUSIÓN

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En las fuentes detectamos un continuo movimiento estratégico por parte de la Santa Sede para lograr obtener estos beneficios dando las indicaciones pertinentes a sus Representantes, quienes a su vez cumplieron a cabalidad con su misión, proyectando una actitud prudente y conciliadora, muchas veces contraria a la de algunos Obispos que sí mantenían un comportamiento hostil hacia los entes gubernamentales. Por tanto, podemos reconocer dos líneas de acción, una desde Roma, diplomática y prudente, abierta a un continuo diálogo; la otra local, radical y cerrada. En consecuencia, se advierte una Iglesia no unificada en sus criterios frente a la relación con el Estado, situación que hizo priorizar a los Delegados Apostólicos su acercamiento con el Episcopado a través de permanentes Circulares, hasta que se vieron los resultados luego de la primera Conferencia Episcopal, reunida en 1908. En definitiva, hemos percibido que la conciliación entre la Iglesia y el Estado era algo conveniente, es más, era necesaria, ya que las permanentes guerras y revueltas que eran motivadas por los intereses de unos y de otros, llevaron al país a una situación de calamidad y de crisis en todos los aspectos, de ahí que al llegar a una convivencia tolerante y pacífica entre las instituciones eclesiástica y civil, generaría un equilibrio social y el porvenir de la nación, ofreciendo beneficios a todos. Por otra parte, y ya directamente en los asuntos eclesiásticos, nos enfocamos en los resultados positivos que tuvo la nueva distribución de las jurisdicciones. La Iglesia colombiana tiene una estructura muy clara en el tiempo actual, constituida de la siguiente forma: trece Provincias Eclesiásticas que corresponden a su vez a trece Arquidiócesis, subdivididas en 52 Diócesis, 11 Vicariatos Apostólicos y un Ordinariato militar1. Esta organización tiene su origen justamente en el periodo de nuestra investigación. Si bien algunas existían ya desde el tiempo del dominio español, solo fue después de la llegada del primer Delegado, Giovanni Battista Agnozzi, cuando se empezó a buscar la mejor manera de distribuir el extenso territorio. Es por esto que consideramos que la iniciativa tomada desde la Delegación Apostólica en crear nuevas Diócesis, tuvo gran repercusión en el futuro, al punto de poder ver hoy sus resultados. Fue un largo 1 Para 1908, fecha de la primera Conferencia Episcopal, la Iglesia colombiana estaba constituida por 4 Arquidiócesis, 9 Diócesis, 1 Vicariato Apostólico, 4 Prefecturas Apostólicas.

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proceso, que inició con la división de las grandes Diócesis, tales como Tunja, Popayán y Bogotá, a pesar de la oposición algunas veces de los Ordinarios, que veían reducidos sus ingresos económicos. Esta nueva organización evidentemente mejoró la administración, ya que cada Obispo disponía mejor de los medios para atender a las necesidades particulares. Así mismo, fue una gran ayuda para los mismos fieles, pues ya no tenían que hacer desplazamientos épicos para poder tener acceso a la sede Episcopal, lo mismo para los Prelados que pudieron realizar más cómodamente las visitas pastorales. Aunque las dificultades de comunicación se mantuvieron, por las características propias de la geografía colombiana, sí se obtuvieron grandes logros. Es por esto que podemos afirmar categóricamente que el impulso de los Delegados Apostólicos en este aspecto fue acertado y su perseverancia a pesar de las dificultades, dio resultado a largo plazo, convirtiéndose en la base de la actual organización eclesiástica. De modo similar, y como prolongación de lo anterior, no podemos desligar el tema de las jurisdicciones con la formación del Episcopado, una cosa es consecuencia de la otra. Hemos dicho que el territorio colombiano era muy extenso, de forma semejante, las Sedes Episcopales eran pocas, lo que no permitía ejercer un trabajo pastoral organizado ni eficiente. Aunque la Iglesia colombiana siempre se caracterizó por su fidelidad a Roma y por tener una línea conservadora, pudimos ver en la documentación que los primeros Representantes Pontificios se preocuparon por la baja formación de los candidatos y por la poca seriedad por parte de algunos Prelados. Por otro lado, existía una fuerte tendencia por parte del clero a inmiscuirse fácilmente en política, produciendo esta actitud no pocos problemas. Este fue el punto de partida para que el Episcopado fuese adquiriendo forma y consolidación gracias al interés de los Representantes Pontificios. Se debe agregar que el Episcopado había sufrido persecución por parte del Gobierno Liberal, en donde fueron exiliados sus principales jerarcas, y reduciendo al mínimo los pocos que pudieron continuar en sus sedes. En este orden de ideas, tenemos que con la llegada del primer Delegado Apostólico se inició el proceso de consolidación del Episcopado colombiano. Sin duda, el gran logro de este proceso se dio con la celebración de la primera asamblea de la Conferencia Episcopal el 14 de septiembre de

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1908, con la participación de 4 Arzobispos, 9 Obispos diocesanos, 1 Obispo Auxiliar, 1 Vicario Apostólico, 4 Prefectos Apostólicos2, cumpliendo la sugerencia del Primer Concilio Plenario Latinoamericano, reunido en Roma en 1899, para que los Episcopados de cada país se reunieran periódicamente. Así que podemos considerar que el gran resultado de la diligencia de los Delegados Apostólicos en aumentar las jurisdicciones y como consecuencia el número de Prelados, fue justamente lograr que en Colombia se constituyera una Conferencia Episcopal modelo en Latinoamérica, siendo la segunda en organizarse según las sugerencias acordadas en Roma. Ya podemos hablar entonces de un Episcopado consolidado y con un proyecto claro. Otro campo importante es el correspondiente a las misiones, que se establecieron como el gran objetivo de la Delegación Apostólica. Colombia a pesar de ser un país con población mayormente católica, estaba considerado en aquel entonces como un territorio de misión, debido a la presencia de gran número de comunidades indígenas, o como eran denominados: «infieles salvajes». Dentro de este marco podemos elaborar varias reflexiones a partir de nuestras fuentes. En primer lugar, es verdad que el territorio nacional era muy extenso3, pero de la misma manera era evidente el descuido por parte del Gobierno para con estas poblaciones que se encontraban en las partes más apartadas. Los conflictos bélicos habían centralizado el interés de las autoridades civiles con el propósito de protegerse de los rebeldes. Las principales ciudades iniciaron a expandirse demográficamente a ritmo acelerado, lo que hizo que las regiones rurales quedaran marginadas. Durante el dominio español las misiones estuvieron organizadas y respaldadas por la Corona, de hecho, era una forma de hacer presencia y de ayudar a la civilización de los indígenas. Pero luego de la independencia, se inició un proceso de inestabilidad política y de constantes conflictos que produjeron las guerras civiles. En el periodo del Liberalismo Radical, que buscó la separación de Iglesia y Estado, las misiones sufrieron su más duro golpe, pues no hubo más interés por 2

En la actualidad son 13 Arzobispos, 52 Obispos diocesanos, 11 Obispos Auxiliares, 10 Vicarios Apostólicos, 1 Obispo Castrense, 32 Obispos Eméritos. 3 Entiéndase que en aquel tiempo el mapa de Colombia era diferente, ya que Panamá era parte del país, y en la región correspondiente al Amazonas la extensión abarcaba mucho más que en la actualidad, estos territorios fueron adquiridos por Perú, principalmente.

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parte del Gobierno en apoyarlas, e incluso, fueron obligadas a su abandono, el caso más serio fue el de las misiones del Casanare realizadas por la Compañía de Jesús. De manera que con el restablecimiento de las relaciones Diplomáticas con la Santa Sede y la labor de los Delegados Apostólicos se reactivaron las misiones, consideradas como un elemento esencial en el fortalecimiento de la Iglesia. En segundo lugar, la Iglesia se tuvo que someter a los intereses del Gobierno a cambio de los beneficios que le fueron dados, es evidente la intención del Estado en aprovechar la presencia de los misioneros para tener bajo control estas regiones apartadas. El misionero era aceptado, mientras que el representante civil era rechazado, es por ello que era conveniente utilizar las misiones como un medio para entran gradualmente en estas comunidades. Por lo tanto, nos encontramos con dos realidades, por un lado, la Iglesia que deseaba ejercer el derecho de la evangelización, por otro, el Estado, que aprovechó este deseo para ejercer soberanía. En tercer lugar, esta unión entre Iglesia y Estado para sacar adelante las misiones permitió conocer más profundamente la realidad de estas zonas alejadas, ya no era solo el trabajo de evangelización, fueron vinculados proyectos sociales. Los misioneros presentaron informes que hoy nos permiten tener acceso a un conocimiento detallado de cómo era la vida cotidiana y el entorno de estas comunidades. Claro está, que cada nuevo Gobierno le daba su propia directriz, y al final, los logros no fueron los proyectados, debido a la falta de planeación y continuidad. Por el lado de la Iglesia hubo malos manejos, sobre todo en el presupuesto que se recibía del Estado, ya que muchas veces fue utilizado para otros fines, como los misioneros provenían de Órdenes Religiosas, los recursos terminaron en otras obras, o simplemente se despilfarró. Por consiguiente, si bien el propósito de las misiones tuvo una gran importancia y se le dio un espacio significativo en la agenda de la Delegación Apostólica, no llegaron a cumplir sus objetivos de manera plena, hubo avances y se obtuvo la presencia de misioneros en tierras lejanas, pero se cayó en la politización y la mezcla de intereses que superaron las intenciones evangelizadoras. Finalmente, reconocemos que la información que obtuvimos de las fuentes documentales ha sido muy útil para iniciar a elaborar una historiografía. Aún queda mucho por hacer, esto solo es el comienzo, cada capítulo tratado posee una cantidad suficiente para realizar investigaciones más detalladas. Nuestro deseo es continuar con la búsqueda de nuevas fuentes que enriquezcan nuestra investigación.

ABREVIATURAS Y SIGLAS

AA.EE.SS AAS APF ASS ASV cap. C.D. CEC CM CMF CP CSSR f. fasc. ff. HC n. OAR ODN OFM OSA pos. PP. PUG PUJ PUL PUSn

Congregazione degli Affari Ecclesiastici Straordinari. Acta Apostolicae Sedis. Archivo Histórico de Propaganda Fide. Acta Sanctae Sedis. Archivo Secreto Vaticano. Capítulo. Carmelitas Descalzos Conferencia Episcopal de Colombia. Congragación de la Misión. Cordis Mariae Filius (Claretianos). Congregación de la Pasión (Pasionistas). Congregación del Santísimo Redentor Folio. Fascículo. Folios. Hierarchia Catholica. Número. Orden de los Agustinos Recoletos. Orden de la Compañía de María Nuestra Señora. Ordo Fratrum Minorum. Orden de San Agustín. Posición. Padres. Pontificia Universidad Gregoriana. Pontificia Univerdidad Javeriana. Pontificia Universidad Lateranense. Pontificia Universidad Salesiana.

316 r. R.P. Rdmo. RR.PP. rub. S. Porp. s.f. S.S.I. SCC SCPF SDB Segre. Stato. SESS SJ v. V.E. vol.

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Recto. Reverendo Padre. Reverendísimo. Reverendos Padres. Rúbrica. Sacra Porpora. Sin fecha. Su Señoría Ilustrísima. Sagrada Congregación Consistorial. Sagrada Congregación de Propaganda Fide. Salesianos de don Bosco. Segretaria di Stato. Secretaría de Estado de la Santa Sede. Societas Iesu. Vuelto. Vuestra Excelencia /Vostra Eccelenza. Volumen.

APÉNDICE DOCUMENTAL

Situación de los «infieles salvajes» Despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, del 4 de enero de 1883, en donde informa acerca de la situación de los indígenas en los territorios de Colombia, expone sus proyectos para promover misiones y Vicariatos Apostólicos para su conversión1. A Sua Eminenza Reverendissima Il Signor Cardinal Jacobini Segretario di Stato di Sua Santitá Eminenza Reverendissima Il territorio Colombiano è tre volte la Francia: per una sola quarta parte civilizzato, e le altre tre deserti e boschi con selvaggi infedeli tutti, e non pochi anche antropofagi. Al Casanare, le agresti selve del Minero e l’Opon nella diocesi di Tunja: il San Martin in questa di Bogota; il Darien col basto Atrato in quella di Panama; la Goajira colla nevada, e i Motilones nella diocesi di Santa Marta; lo Choco in quella di Popayan; il Caqueta nella diocesi di Pasto. Per quanto si conosce, i selvaggi colombiani non son meno di 400 mila, il più gran numero di essi nel Caqueta. È una gran miseria leggere non rare volte

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AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 3r-4v.

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nei pubblici togli orrendi fatti di antropofagia, come appunto si verificò nel decorso mese di agosto nel Caqueta2. Più volte si organizzarono missioni per la conversione delle tribu selvaggie, e molto vi lavorarono i pp. Gesuiti, ai quali in parte si sostituirono altre Corporazioni Religiose; ma discacciati più volte quelli, e perdute finalmente ancor queste, le missioni a poco a poco si estinsero, e si tomò all’antico abbandono tantochè al giorno di oggi nei sopranominati territori non rimane nulla del frutto che si era conseguito. A mio avviso le dette missioni si estinsero non solo per mancanza di clero, e di risorse locali, ma più ancora per la deficienza di Vicari Apostoloci, prima e solida base di ogni missione. Preso ad esame questo miserando stato di cose, ad animato dal dovere, che mi corre di provvedere non solo alla ristaurazione delle antiche, ma eziandio alla creazione de nuove missioni, mi diressi nello scorso ottobre a tutti i vescovi di questa Provincia Ecclesiastica con una Circolare (di cui accludo copia) per procurarmi le notizie necessarie all’intento, col loro avviso sulle difficoltà, che s’incontrerebbero, ed i mezzi a porre in opera per superarle. Profittando poi delle situazione del governo di fronte alla pubblica opinione pei ucensi fatti di salvaggie escurzioni, comunicai ad esso detta mia Circolare, ed offenni, che la medesima fosse riprodotta nel «Dirario Oficial». Per interessarlo finalmente ancor più ad un concorso per quella parte, che gli spetta, procurai, che un buon scrittore pubblicasse un qualche articolo in appoggio di tanto necessaria civile e religiosa intrapresa, come l’Eminenza Vostra Reverendissima leggerà nei due quì annesi n. di un giornale bogotano. Da alcuni vescovi ho già avuto un riscontro, più o meno completo, e come su di essi, posso pure contare sulla cooperazione di alcuni buoni cattolici. Ho poi la fiducia che il governo, specialmente l’attuale dell’Otalora, col concorso delle Camere Legislative, che si riapriranno nel prossimo febbraio, vorrà disporre di una conveniente sovvenzione allo scopo. Seguiranno a questo foglio speciali rapporti sulle singole provvidenze a prendersi colla benedizione di Dio; porto intanto a notizia di Vostra Eminenza questo passo da me avanzato a compimento di questo sacro dovere della mia missione, con preghiera di tenerne proposito col Santo 2 Se anexa una publicación hecha en el periódico El Conservador, el 23 de noviembre de 1882, escrita por José M. Samper a partir del Articulo 78 de la Constitución que afirmaba: «Serán regidos por una ley especial los territorios poco poblados, u ocupados por tribus indígenas, que el Estado, o Estados a que pertenezcan consientan en ceder al Gobierno general con el objeto de fomentar colonizaciones y realizar mejoras materiales». Destaca la importancia de las Misiones para la civilización de estas zonas y la disposición del Gobierno para tal fin, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 7r-8r.

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Padre, specialmente sull’espediente di Vicari Apostolici pei differenti territorii. Pel Casanare sarebbe indicato Mgr. Higuera, il quale già vi si reca come Vicario del Vescovo di Tunja, e per altri due territorii vi sarebbero pure due altri Ecclesiastici, su i quali sto raccogliendo particolarissime informazioni, per indicarne i nomi ed i buoni requisiti all’intento, quando piacesse a Suan Santità accogliere benignamente questa mia umile proposta. Mi inchino ora al bacio della Sacra Porpora, rasegnandomi col mio profondo rispetto ed ossequio. Di Vostra Eminenza Reverendissima Bogotá, 4 gennaio 1883. Umillissimo Devotissimo Obligatissimo Servo Giovanni Battista Agnozzi

Sobre las misiones en Colombia Como anexo al Documento anterior, del 4 de enero de 1883, el Delegado Apostólico envió una copia de la Circular dirigida a todo el Episcopado colombiano, con el propósito de motivarlos para la promoción de las misiones3. CIRCULAR AL ARZOBISPO Y OBISPOS DE LA PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE COLOMBIA Ilustrísimo y Reverendísimo Señor: Una parte del vasto territorio de Colombia, se halla habitada por un considerable número de infieles sin cultura alguna. Varias veces se ha intentado civilizarlos e instruirlos en la religión católica por medio de celosos misioneros, y si algo se ha conseguido, mucho más falta todavía por hacer a fin de llegar hasta el completo remedio de esta miseria civil y religiosa. Dentro de poco me dirigiré al poder civil por la parte que a él corresponde; pero lo que puedo prometerme debo esperarlo principalmente de las providencias religiosas, entre las cuales la primera, según el Evangelio, es la misión de un apóstol para cada territorio distingo, lo que hoy se hace con el envío de Vicarios apostólicos. Estos (Obispos), ordinariamente religiosos

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AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 6r.

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de alguna congregación, se procuran operarios de su misma familia o del clero secular, si hay sacerdotes que se crean llamados a este ministerio. Tal es mi propósito, y tomaré todo interés a fin de llevarlo a cabo con el consejo y apoyo del Episcopado de esta Provincia eclesiástica. Por ahora solo ruego a S.S.I. se sirva decirme si en el territorio de su jurisdicción hay salvajes, cuántos aproximadamente, de qué índole, dentro de qué límites, en qué lugares principales, qué religión profesan, si tienen alguna, qué relaciones observan con los pueblos civilizados vecinos, y en qué disposiciones se encuentran para moralizarse e instruirse. A estas y otras noticias, S.S. se servirá agregar su prudente parecer acerca de las providencias especiales que deban tomarse, de las personas que haya en su diócesis y repute aptas para tan gran misión, y de la probabilidad de cooperación que S.S. juzgue puede obtenerse de parte de las autoridades políticas. Ruego además a S.S. se sirva indicarme las dificultades especiales que, según su juicio, se opongan al intento, y el modo como cree que puedan superarse. S.S. ve que esta empresa es muy difícil y demanda tiempo y extraordinarios recursos; sin embargo, por difícil que sea, tanto mi misión, como el celo del clero de su diócesis y los deberes de las autoridades civiles, non obligan a hacer algo en favor de los pueblos que en este país yacen aun en la total ignorancia de la verdadera religión que nos ha moralizado y civilizado. Con sentimientos de distinguida consideración me suscribo de S.S.I. atento servidor, Bogotá, 17 de octubre de 1882. G.B. Agnozzi Delegado Apostólico.

Sobre la propagación de las misiones Circular del Delegado Apostólico, Giovanni Battista Agnozzi, a los Presidentes de los Estados de Colombia, acerca de la propagación de las misiones; fue enviada una copia al Cardenal Mariano Rampolla, el 31 de mayo de 18834. Señor Presidente Otálora Excelentísimo Señor: Por una Circular que dirigí a todos los Señores Obispos de esta Provincia Eclesiástica de Colombia fue y publicada en el Diario Oficial n. 5512 4

ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 253. fasc. 3. ff. 15r-17v.

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habéis venido en conocimiento de que tengo el más vivo deseo de establecer de acuerdo y con el apoyo de las Autoridades Políticas y civiles, Misiones católicas para la civilización de las tribus salvajes dispersas por muchas regiones de este inmenso territorio colombiano, Casanare, San Martín, Goagira [sic], Chocó, Darién, Caquetá. En cuanto depende de la Santa Sede de esta Delegación Apostólica se pondrán todos los medios y se harán todos los esfuerzos con aquel intento. Empero el resultado más o menos completo y extenso será debido en gran parte a la cooperación que se dignen dar a tan ardua tarea, así el Gobierno de la Unión como los Gobiernos Seccionales. Por esto y porque me son muy conocidas las buenas disposiciones que os animan personalmente en favor de una obra de tamaña importancia, no hallareis extraño que recurra a Vos solicitando que me prestéis el apoyo de vuestra suprema autoridad e interpongáis vuestro poderoso influjo para obtener también la protección de las Cámaras Legislativas en favor de tantos millares de hombres que errantes hoy en las selvas, serán mañana miembros útiles de la Patria Colombiana. Dignaos acoger favorablemente esta respetuosa carta y aceptar de antemano las expresiones de agradecimiento con que me suscribo de Vos Señor Presidente.

Primera Conferencia Episcopal La Circular del 12 de abril de 1908 sobre la convocatoria de todo el Episcopado a la Conferencia, enviada por el Delegado Apostólico Francesco Ragonesi5. Letras del Delegado Apostólico Convocando a los Illmos. y Rvmos. Prelados de Colombia a la Primera Conferencia Nacional Reverendísimo Señor: Desde que arribamos a este noble país nació en nuestro ánimo la idea de lo proficuo que sería a la Religión y a la sociedad una conferencia de todos los Obispos Colombianos en la que ellos, valiéndose de sus conocimientos de los Sagrados Cánones, de las recientes disposiciones de la Santa Sede y del Concilio Plenario Americano, y aplicando los frutos de su experiencia y cordura, dictasen, atentos a la índole y condiciones propias de la Nación, las reglas más adecuadas, para que en ella se mantenga incólume la unidad de la disciplina eclesiástica, brille la moral católica y la Iglesia reflorezca en medio de la evangélica concordia. 5

AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 6r.

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En aquella idea vino a confirmarnos el concepto certero de los Venerables Prelados con quienes en oportunas circunstancias pudimos consultar nuestro pensamiento. Expusímoslo reverentemente a Nuestro Santísimo Padre quien, acogiéndolo con paternal solicitud y complacencia, se dignó aprobarlo, bendecirlo y autorizarnos para invitar a los Reverendísimos Ordinarios a fin de darle realización y cumplimiento. Enterado de esto el Excmo. Señor Presidente nos ha ofrecido de manera expontanea [sic], y a fuer de decidido católico, que toma a pechos secundar la acción civilizadora de la Iglesia, favorecer nuestro propósito, en su esfera propia, como primer Magistrado de esta religiosa Republica. Todo visto y considerado, hemos venido, pues, en llevar a efecto la expresada conferencia, y darle principio el 9 de agosto próximo, aniversario de la feliz Coronación del Augusto Pontífice Pio X. Y así, en virtud de la autoridad apostólica, a Nos benignamente delegada por el Vicario de Nuestro Señor Jesucristo, convocamos a Vuestra Señoría Ilustrísima y a los demás Reverendísimos Prelados de la Republica, para que en ese día se dé comienzo en esta Capital a obra tan deseada, que mediante la protección de la Bienaventurada Virgen María y de su castísimo Esposo San José, ha de redundar en mayor gloria de Dios y en gran provecho de la amada familia colombiana. Francesco, Arzobispo de Mera.

Discurso del Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, Bernardo Herrera Restrepo con motivo de la clausura de la Primera Conferencia Episcopal de Colombia, 14 de octubre de 19086. Excelentísimo Señor Delegado Apostólico En el bondadoso saludo con que V.E. Rma. se sirvió inaugurar la Conferencia Episcopal que hoy termina, nos manifestó que desde su llegada a Colombia le llamó preferentemente la atención el sentimiento religioso que descuella en la Republica. V.E. animada de celo muy ardiente por el bien de esta nuestra Patria, pensó, y con razón, que importa sobremanera afianzar aquel sentimiento religioso, y que nada podría ser más oportuno para el fiel cumplimiento de la alta misión confiada a V.E. por Nuestro Rmo. Padre el Papa. Se vio, desde luego, en efecto, que su atender a los esfuerzos y penalidades que requería la obra. V.E. se dio a la tarea de conocer a fondo las necesidades de la Iglesia de Colombia y de excogitar los medios más 6

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oportunos para satisfacerlas. Entre ellos se presentó en primer término a la clara visión de V.E. una Asamblea de los obispos de Colombia, para concertarse entre sí y dar con ello mayor vigor a la acción de la Iglesia mediante la unidad de miras y el empleo de unos mismos medios en el Gobierno de los fieles. Semejante designio mereció la aprobación del Padre común de los fieles, y con su bendición a podido llevarse a cabo una Conferencia en la cual, bajo la presidencia de V.E. los prelados de la Republica han podido tratar con su santa libertad y con inalterable unidad de espíritu y de sentimientos asuntos relativos a la santificación de los fieles y al régimen de la Iglesia. Dios, de quien procede todo Don perfecto, nos ha asistido con aquella Gracia prometida a los que se reúnen en su nombre. A Él, pues, hemos de tributar nuestros homenajes de agradecimiento, esperando de Él, así mismo, los resultados que apetecemos. Es nuestro deber, además, expresar nuestra gratitud al Sumo Pontífice por el bondadoso y fraternal afecto con que nos mira, y por el aliento que nos da para trabajar en el ejercicio de nuestro sagrado ministerio. Nuestro principal cuidado será en cambio, manifestarnos cada vez más adictos a la Santa Sede Apostólica, más dóciles a sus mandatos y más celosos en cooperar a lo que pudiera llamarse el lema de Pio X: Restaurar todo en Cristo. Debemos ahora dirigirnos a V.E. para dar testimonio de nuestra gratitud hacia su dignísima persona, porque ha contribuido tan eficazmente a que tengamos una ocasión inapreciable de estrechar más íntimamente la unión entre los miembros del Episcopado colombiano, con evidentísimo provecho para el bueno y profundo desempeño de nuestro ministerio. Y son no menores los títulos de V.E. a nuestro reconocimiento por haber cooperado con interés no desmentido a nuestras labores, poniendo al servicio de la Iglesia colombiana las luces de la ciencia, el fruto de una experiencia ya larga en el manejo de los asuntos delicados que se refieren al Gobierno, a los problemas harto difíciles de la época presente y a la defensa de los derechos de la Santa Iglesia. Por todo cuanto dejo someramente expuesto, tengo la satisfacción de ser vocero de mis dignísimos colegas en el Episcopado, para dar a V.E. rendidas gracias por el interés que a todos individualmente y colectivamente nos ha demostrado, por las tareas y fatigas que se ha impuesto para ayudarnos en la ardua empresa de regir esta porción del rebaño de Cristo. Cuando V.E. regrese a la Capital del mundo católico, recibirá como primera recompensa, que por lo demás ya ha empezado, la aprobación y las bendiciones de Nuestro Ilmo. Padre, y cuando haya servido largos años todavía a la Iglesia, Dios hará oír a V.E. aquellas mismas palabras que V.E. nos ha dirigido por exceso de cariño y de aprecio hacia nuestra humilde persona: benditos los que vienen en nombre del Señor, benditos los que

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como astros luminosos vienen a derramar sus esplendores sobre los pueblos.

Carta de Pio X al arzobispo de Bogotá y a los Sufragáneos, sobre la acción social, con ocasión del éxito de la Primera Conferencia Episcopal 6 de enero de 19107. Al Ilmo. Y Rdmo. Sr. D.D. Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia y a sus Sufragáneos, con motivo de la Conferencia episcopal celebrada en Bogotá. PIO X PAPA Venerables Hermanos, salud y Bendición Apostólica Motivo de gozo ha sido para Nos, el que la reciente reunión de los Obispos de Colombia, fuera de otros bienes que ha traído a la sociedad civil y a la religiosa, haya llamado la atención de los prelados hacia un punto al cual, según lo demanda la condición de los tiempos presentes, deben encaminarse los esfuerzos de los católicos. Habéis juzgado sabiamente que es el caso de que ellos acudan al pueblo, hoy no solamente afligido de la miseria, sino expuesto a graves peligros, para prestare auxilio por medio de aquel linaje de instituciones nacidas de la caridad cristiana y conocidas con el nombre de Acción Católica Social.

Segunda Conferencia Episcopal El segundo encuentro del Episcopado colombiano se realizó del 8 de diciembre de 1912 al 20 de enero de 1913. Asistieron trece Prelados. Se dispuso efectuar las siguientes Asambleas cada tres años y se pidió a la Santa Sede que no fuera considerada como Provincial sino como Asamblea Nacional, lo cual fue concedido8. Bogotá, 14 de diciembre de 1912 Eminentísimo Señor Cardenal Rafael Merry del Val Secretario de Estado de Su Santidad Eminencia Reverendísima: 7 CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, 1908-2008, 100 años de evangelización y promoción humana, Bogotá, Taller San Pablo, 2008, 15. El documento se encuentra mencionado, más no el texto completo, en: AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 44r-47v 8 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 39r-v.

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Con la aprobación del Santo Padre, contenida en el venerable telegrama de la Vuestra Eminencia del 19 de septiembre V.S. se ha reunido en Bogotá el día 8 del presente la segunda Conferencia de los obispos colombianos precedida por Monseñor Arzobispo Primado. Con excepción del Arzobispo de Cartagena y del Obispo de Pasto que mandaron sus excusas, los otros Reverendísimos Ordinarios han intervenido todos. La Conferencia inició sus labores enviando el homenaje reverente y devoto a Su Santidad. El telegrama de respuesta firmado por la E. V. con fecha del 10 del corriente mes comuniqué personalmente a los obispos reunidos, y fue acogido por ellos con profundo reconocimiento. También para el Señor Presidente de la Republica y para el Delegado Apostólico acordó la Asamblea Episcopal un cortés saludo, que viene remitido en las manos de los susodichos por una comisión de tres Prelados. La E.V., podrá tener conocimiento de estos actos en el adjunto9. Las Conferencias, por lo tanto, han comenzado y prosiguen bajo los mejores auspicios donde es lícito esperar que sean logrados grandes beneficios para la Iglesia de Colombia. No faltaré de informar a la E.V., sobre los resultados obtenidos, y en tanto inclinado al beso de la Sagrada Purpura tengo el honor de suscribirme con sentidos de profunda veneración. De la Eminencia Vuestra Reverendísima Humildísimo Devotísimo Obligadísimo Servidor, Francesco Arzobispo de Mira Delegado Apostólico.

9 ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r, es un recorte de periodico con los mensajes del Cardenal Merry, el arzobispo de Bogota, el Presidente C.E. Restrepo y el Delegado Apsot.

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Carta del Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, Bernardo Herrera Restrepo, al Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, sobre la segunda Conferencia Episcopal de Colombia10. Al excelentísimo Señor Doctor D. Francisco Ragonesi, Delegado Apostólico Bogotá, diciembre 9 de 1912 Excelentísimo Señor: Tengo el honor de transcribir a Vuestra Excelencia la siguiente proposición aprobada unánimemente por la Conferencia episcopal: “Los Prelados de Colombia, al reunirse en Conferencia Nacional, saludan con expresiones de fraternal consideración al Excelentísimo y Reverendísimo señor Delegado Apostólico, Doctor D. Francisco Ragonesi, Arzobispo de Mira, y se complacen en manifestarle su profundo agradecimiento por los importantes servicios que ha prestado a la Santa Iglesia y a la Patria, y por los apoyos que les ha venido dispensando a ellos en el desempeño del cargo pastoral. Asimismo hacen votos muy fervientes por la prosperidad personal del digno Representante de la Santa Sede”. Dios guarde a Vuestra Excelencia. Bernardo Arzobispo de Bogotá.

Respuesta del Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, a la nota enviada por el Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo11. Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Arzobispo Primado, Presidente de la Conferencia Episcopal – Presente. Bogotá, diciembre 10 de 1912 Ilustrísimo y Reverendísimo señor: He tenido el honor de recibir de manos de los Ilustrísimos Prelados comisionados al efecto, copia autentica de la proposición adoptada por la Conferencia Episcopal en la sesión de ayer. Profundamente agradecido por el testimonio de fraternal consideración que se ha servido darme esa Venerable Asamblea, hago fervientes votos por el bienestar personal de cada uno de sus miembros y porque el señor corone con éxito feliz sus 10 11

ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r

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trabajos, encaminados al bien común de la Iglesia y de la Patria colombiana. Dios guarde a Vuestra Señoría. Francisco, Arzobispo de Mira, Delegado Apostólico.

Reunidos en la Conferencia Episcopal, los Superiores Mayores de las Órdenes Religiosas que tenían misiones en Colombia, basados en la Encíclica Lacrimabili statu, rogaron al Papa el aumento de los misioneros y de las Misiones para la atención de los «infieles salvajes» que aún estaban sin evangelizar en un vasto territorio12. Santísimo Padre: Los Pastores de la Iglesia Colombiana, reunidos en segunda Conferencia Episcopal y postrados humildemente a los Pies de Vuestra Santidad, con la mayor reverencia exponen: La augusta voz de Vuestra Santidad en la Encíclica Lacrimabili statu ha causado honda impresión en los corazones de Jefes Jerárquicos de esta Católica Patria y con la luminosa exposición, salida de la Catedra Romana, se han persuadido más y más del infeliz estado de los salvajes y desean ardientemente secundar los sagrados anhelos de Vuestra Santidad. A tan autorizado llamamiento únese el clamor de los misioneros mismos, cuyas celosas voces podrían resumirse sin la menor discrepancia en estas palabras de uno de más insignes y beneméritos Superiores de Misiones de estas amadas selvas colombianas: “La Iglesia tiene una gran misión que cumplir en estas selvas del Caquetá y Putumayo: si ella no interviene a tiempo, la impiedad y corrupción se adueñarán de estos territorios, haciendo en extremo difícil implantar después el Catolicismo. Llena el alma de aflixión [sic] pensar que en una extensión de miles de leguas cuadradas, ocupadas por Colombia, Perú y Ecuador, no se hallan más sacerdotes que los catorce misioneros de esta Prefectura Apostólica. Apenas más aún, si se considera que comerciantes descreídos e inmorales se han dado cita en estas selvas para convertirlas en el país más irreligioso de la tierra. La única esperanza que puede abrigar la Iglesia para hacer sentir su benéfica influencia en estas dilatadas selvas del Caquetá y Putumayo se basa en los misioneros que hoy solo Colombia sostiene y protege. Los susodichos Pastores reconocen, llenos de más perfecto agradecimiento, la solicitud amorosa y constante con que la Santa Sede ha atendido a tales Misiones. Gracias a esos paternales desvelos existen en Colombia varias Comunidades Religiosas que evangelizan a los salvajes: Los RR.PP. de la 12

AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 775. fasc. 138. ff. 2r-v.

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Compañía de María, los RR.PP. Agustinos Recoletos, los RR.PP. Jesuitas, los RR.PP. Capuchinos, los RR.PP. del Corazón de María, los RR.PP. de Mill Hill y los RR.PP. Maristas. Más convencidos los infrascritos Prelados de que esta obra apostólica no solo se desarrollará con más rapidez y eficacia si se aumenta el número de Misiones y el de los Misioneros de cada Misión, sino que así se atenderá también a la conservación de la preciosa existencia de los actuales Obreros, abrumados y casi aniquilados ya por el exceso de trabajo, ya por la insalubridad de los climas, ora por la falta de vías de comunicación, ora por las enormes distancias etc., acuden suplicantes y apoyados en la más filial confianza, al acatamiento de V.S. a pedirle se digne disponer, como a V.S. pareciere mejor, el dicho aumento de Misiones y Misioneros para la Evangelización de salvajes en Colombia. Bogotá, 18 de enero de 1913

38. Primer Congreso Eucarístico El Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera, con carta a Pio X, anunció la próxima celebración del Congreso, y suplicó para esta ocasión algunas facultades e indulgencias13. El Papa respondió con una Carta Pontificia de respuesta al Arzobispo de Bogotá, le concedió las gracias y la facultad de impartir al pueblo la solemne Bendición papal el último día del Congreso14. AD R. P. D. BERNARDUM HERRERA RESTREPO, BOGOTENSIUM ARCHIEPISCOPUM, DE EUCHARISTICO CONVENTU BOGOTAE IN COLUMBIA PROXIMO MENSE SEPTEMBRI CELEBRANDO. Venerabilis Frater, salutem et apostolicam benedictionem. — Columbiae Episcoporum coetum decrevisse nuntias Eucharisticum conventum, in urbe ista Reipublicae principe, proximo septembri habendum, et simul Pastorum, simul fidelium in eo iam studia calescere ut maximo, quo fieri potest, splendore celebretur. Id Nos quo animo acceperimus facile coniicies, venerabilis Frater, ex desiderio quo, uti nosti, incendimur ut ad amorem atque obsequium in Sacramentum augustum Catholicorum renoventur animi. Revirescere enim in populis christianarum cultum virtutum neutiquam visum Nobis sperandum, nisi Christi caritas in omnibus augeatur latiusque ea manent christianae vitae subsidia quorum Eucharistia fons est et caput. Quare huc potissimum spectare velimus Columbiae Episcoporum consilia, qua nimirum ratione, diligentiori Eucharistiae cultui 13 Carta del 12 de marzo de 1913, en AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 777. fasc. 138. ff. 22r-v. 14 AAS, vol. 5 (1913), n.10, 270.

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usuique frequentiori promovendo fovendoque satius provideatur. Haec tibi, venerabilis Frater, haec ceteris Columbiae Episcopis commendata in primis volumus: quos tamen probe scimus commendatione hac Nostra minime egere: ita eos gregis, ita officii agnoscimus studiosos. Quo vero uberiorem spem Columbiano populo eucharistica haec sollemnia praeluceant, admotis annuentes precibus, facultatem facimus ut conventus tempore sacrosanctum Eucharistiae sacramentum in triduum diu noctuque in Bogotensi Basilica publicae fidelium venerationi exponatur, tum etiam ut Missae privatae horis antelucanis vel, si opus fuerit, a prima hora post mediam noctem celebrari incipiant. Ne quid vero desit quod communibus sit in votis et ad conventus splendorem conferat, tibi, venerabilis Frater, vel alii Episcopo a te designando, potestatem libenter tribuimus ultimo congressionis die Papalem Benedictionem sollemniter populo impertiendi cum indulgentia plenaria, iis lucranda qui, admissis rite expiatis, Sacra de altari libaverint precesque ad mentem Nostram Deo adhibuerint. Et haec sint Nostrae in Columbiae Catholicos caritatis testimonia. Auspex demum divinarum gratiarum apostolica sit benedictio, quam tibi, venerabilis Frater, ceteris Columbiae Episcopis,; Catholicis universis in primisque virorum ac feminarum coetui qui conventui disponendo adlaborat, peramanter in Domino impertimus. Datum Romae apud S. Petrum, die XXX maii MCMXIII, Pontificatus Nostri anno decimo. PIUS PP. X15.

Ley del Gobierno sobre el Congreso Eucarístico LEY 1 DE 1913 (agosto 6) Por la cual se rinde Homenaje a Jesucristo El Congreso de Colombia Decreta Artículo 1. Con Ocasión del primer Congreso Nacional Eucarístico, próximo a verificarse; en solemne y perpetuo testimonio de la fe y sentimientos católicos del pueblo; y a fin de impetrar los favores de los Alto para la paz definitiva y sólido engrandecimiento de la Republica, la Nación colombiana, por medio de sus representantes, rinde homenaje de adoración y reconocimiento a Jesucristo Redentor en el augusto misterio de la Eucaristía.

15

AAS, vol. 5 (1913), n. 1, 269.

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Artículo 2. La presente Ley será grabada en una placa de mármol, que se colocará en el sitio que señale el Arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia. Artículo 3. Los gastos que demande la ejecución de la presente Ley se incluirán en el presupuesto de rentas y gastos de la vigencia en curso. Dada en Bogotá a 5 de agosto de 1913. El Presidente del Senado, José Vicente Concha El Presidente de la Cámara de Representantes, Marceliano Vélez El Secretario del Senado, Julio H. Palacio El Secretario de la Cámara de Representantes, Daniel J. Reyes. Poder Ejecutivo – Bogotá, 6 de agosto de 1913 Publíquese y ejecútese. Carlos E. Restrepo El Ministro de Gobierno, Pedro M. Carreño16.

Documento de la Elevación a Internunciatura Apostólica La Santa Sede a través de la SESS emitió el Decreto correspondiente para la elevación de la Delegación Apostólica a Internunciatura, emitido del 8 de mayo de 1916, y en donde el Representante Pontificio, Enrico Gasparri, asumiría esta nueva condición de Internuncio17. Ex Audientia SS.mi die 8 maii 1916. SS. D. N. Benedictus Divina Providentia Papa XV, Secum animo reputans, quantopere deceat rectius aptiusque ordinari nomina, quibus ad hunc diem, pro sua ipsorum dignitate, appellari consueverunt quotquot Romani Pontificis personam in exteris regionibus gererent, itemque aliqua honoris accessione eos ornari qui, etsi titulum gradumque Nuntiorum Apostolicorum no obtinent, legatione tamen stabili apud exteros rerum publicarum gubernatores funguntur, referente me infra scripto Cardinali a Secretis Status, decernere dignatus est, ut hi omnes, in posterum, Internuntii Apostolici nuncupentur, et Delegati Apostolici ii dumtaxat dicantur qui, licet personam Pontificis sustineant, charactere tamen diplomático, quem vocant, omnino carent. Contrariis quibuslibet minime obstantibus. Datum Romae, die, mense et anno praedictis.

16

P. Card. Gasparri,

ASV. Segre. Stato, 1915. rub.12 . fasc. 3. ff. 29r. Publicado en el L’Osservatore Romano, 11 de junio de 1916, n° 161, en ASV. Segre. Stato, 1916. rub. 279. fasc. unico. f. 114r. 17

BIBLIOGRAFÍA

FUENTES DOCUMENTALES Archivo Secreto Vaticano, Fondo Segretaria di Stato (ASV. Segre. Stato) 1882. rub. 251. fasc. 1. 1883. rub. 251. fasc. 3. 1884. rub. 251. fasc. 2. 1885. rub. 251. fasc. 1. 1886. rub. 251. fasc. 1. 1887. rub. 251. fasc. 2. 1887. rub. 279. fasc. unico. 1888. rub. 251. fasc. 1. 1888. rub. 251. fasc. 2. 1889. rub 251. fasc. unico. 1891. rub. 251. fasc. 1. 1892. rub. 18. fasc. 2. 1892. rub. 251. fasc. 2. 1894. rub. 251. fasc. unico. 1902. rub. 251. fasc. 2. 1902. rub. 251. fasc. 3. 1904. rub. 280. fasc. 1.

1905. rub. 251. fasc. 3. 1906. rub. 251. fasc. 1. 1908. rub. 251. fasc. 1. 1908. rub. 251. fasc. 2. 1909. rub. 251. fasc. 12. 1910. rub. 251. fasc. 8. 1910. rub. 251. fasc. 9. 1911. rub. 251. fasc. 8. 1912. rub. 251. fasc. 1. 1912. rub. 251. fasc. 14. 1912. rub. 251. fasc. 3. 1912. rub. 283. fasc. 1. 1913. rub. 251. fasc. 1 1914. rub. 251. fasc. 1. 1914. rub. 251. fasc. 2. 1914. rub. 283. fasc. 8. 1915. rub. 12. fasc. 3.

Archivo Secreto Vaticano, Segretaria di Stato, Sezione per i Rapporti con gli Stati, Archivio Storico, Congregazione degli Affari Ecclesiastici Straordinari, Colombia. (AA.EE.SS.) 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. 1880-1883. pos. 448. fasc. 28. 1880-1883. pos. 450. fasc. 28. 1881-1882, pos. 420. fasc. 20.

1881-1882. pos. 422. 1882. pos. 427. fasc. 22. 1882. pos. 431. fasc. 23. 1882. pos. 434. fasc. 23.

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1882. pos. 444. fasc. 26. 1882. pos. 446. fasc. 26. 1882. pos. 447. fasc. 26. 1882-1884. pos. 452. fasc. 30. 1883. pos. 459. fasc. 30. 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. 1884. pos. 466. fasc. 33. 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. 1884-1886. pos. 489. fasc. 39. 1885. pos. 473. fasc. 33. 1885. pos. 481. fasc. 35. 1885-1886. pos. 491. fasc. 39. 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. 1886. pos. 503. fasc. 42. 1886-1887. pos. 509. fasc. 42. 1887. pos. 515. fasc. 44. 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. 1887-1888. pos. 517. fasc. 48. 1888. pos. 522. fasc. 48. 1888. pos. 523. fasc. 49. 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. 1890. pos. 543. fasc. 54. 1890. pos. 547. fasc. 55. 1891. pos. 554. fasc. 56. 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. 1891-1893. pos. 566. fasc. 59. 1891-1894. pos. 580. fasc. 66. 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. 1891-1894. pos. 580. fasc. 66. 1892. pos. 565. fasc. 59. 1892-1893. pos. 571. fasc. 61. 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. 1894. pos. 587. fasc. 68. 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. 1895. pos. 605. fasc. 71. 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. 1898. pos. 639. fasc. 90.

1898-1899. pos. 649. fasc. 92. 1899. pos. 667. fasc. 93. 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. 1899-1901. pos. 674. fasc. 99. 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. 1900. pos. 673. fasc. 99. 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. 1904. pos. 706. fasc. 116. 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. 1905. pos. 719. fasc. 121. 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. 1905-1906. pos. 728. fasc. 122. 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. 1906. pos. 731. fasc. 123. 1906. pos. 732. fasc. 123. 1906. pos. 735. fasc. 123. 1906-1907. pos. 745. fasc. 124. 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. 1907-1908. pos. 754. fasc. 126. 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. 1908. pos. 760. fasc. 128. 1908. pos. 761. fasc. 128. 1908. pos. 763. fasc. 128. 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. 1909. pos. 767. fasc. 129. 1912-1913. pos. 772. fasc. 134. 1913. pos. 777. fasc. 138. 1913. pos. 778. fasc. 138. 1913. pos. 779. fasc. 139. 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. 1915-1916. pos. 791. fasc. 148.

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ÍNDICE DE NOMBRES Y LUGARES

Achaval Wenceslao, 231 Acosta Santos, 23 Afanador y Cadena Rafael, 236, 242 Agnozzi Giovanni Battista, 8, 1922, 50, 52-67, 70-79, 82-83, 91-92, 113-125, 129, 140141, 146, 162-181, 231, 246, 248, 250-261, 266-267, 273, 299, 311, 317, 319320, 337 Alamán Lucas, 16 Almaraz y Santos Enrique, 232 Antioquia, 105, 134, 158, 163, 230, 285-286, 297, 305 Arauca, 159-160 Arbeláez Vicente, 6, 18, 50, 121, 124, 146, 165, 168-170, 179, 181, 237, 242 Arboleda Manuel Antonio, 155, 216, 218, 222, 224, 229, 235-237, 242 Arenas Antonio Vicente, 228, 230, 236-237, 239, 242 Arrieudarre Antonio, 306 Atanasio Vicente, 224, 235, 239, 242, 301-302, 305, 337

Ballerini Paolo, 236 Ballesteros Santos, 215-216, 239, 242, 302, 369 Barco José Joaquín, 234 Bermúdez Carlos, 182, 237, 243 Biffi Eugenio, 163, 193, 197, 233, 236-237, 240, 243 Blanco Evaristo, 112, 133, 190191, 212, 216, 220-221, 224, 230, 234, 238, 241-244 Bogotá, 50, 134, 143, 157, 187, 206, 350, 353 Borda Joaquín, 132 Brid Demetrio H., 42-43 Brioschi Adamo, 152, 197-199, 208, 224, 227, 234-235, 237, 241, 292 Caballero Lucas, 36 Cáceres Nicolás, 200, 234 Calderón Clímaco, 18, 47, 214 Calderón Numa Pompilio, 191, 234 Cali, 154-155 Camargo Sergio, 7, 23, 29 Campo Serrano José María, 47 Capdeville Gabriel, 306 Caquetá, 147, 281-282

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Caquetá, 149, 210, 297 Caro Miguel Antonio, 16-17, 21, 25, 31-32, 41, 46-47, 72, 8384, 253, 338, 346, 352 Carsana Pietro, 236 Cartagena, 105, 143, 152, 156, 293 Casas y Conde Nicolás, 196, 234, 239, 241, 243 Chocó, 95, 151, 279, 281, 292293, 297 Colmenares Antonio María, 179, 224, 233 Concha José Vicente, 41, 47, 110, 113-115, 301, 307, 330 Constantini Giuseppe Maria, 203, 236 Cortesi Filippo, 95, 107, 115, 160, 228-230 Crespo Maximiliano, 158-159, 221-222, 235, 238-239, 242 da Andermatt Bernardo Christen, 148-150, 210, 213-214, 265, 272 Darién, 271, 283 de Caicedo Manuel José, 108, 210, 235, 237-238, 241 de Ligonnes Carlos, 219, 237 de Macedo Costa Antonio, 81, 231 de Montclar Fidel, 239, 241, 301, 307 de Mosquera Tomás Cipriano, 246, 248, 257, 350 de Obaldía José Domingo, 42 de Rego Maiha Francisco, 232 Delgado Daniel, 299 Diéres Monplaisir Mauricio, 306 Ermini Luigi, 110, 232 Esquiú Mamerto, 75, 231 Fernández José Antonio, 179, 190, 233 Ferrata Domingo, 81, 231

Gaitán Jorge Eliecer, 11, 95 Gaitán Obeso Ricardo, 24 García Moreno Gabriel, 16 García Severo, 123-124, 127, 146, 169-172, 179-181, 193, 232, 238, 240, 243, 252 Garnier José Claudio, 200, 234 Garzón, 87, 142 Gasparri Enrico, 8, 110-111, 113, 115-116, 158, 230-232, 301, 307, 330, 337 Gasparri Pietro, 110, 115-116, 160, 210, 214, 229-231 Gil y García Juan, 151, 240, 242, 244, 292 Goenaga José Manuel, 116 González Joaquín Guillermo, 162, 167, 238, 243 González Narciso, 23, 24 González Valencia Ramón, 37 Gotti Girolamo Maria, 203, 236 Graselli Antonio María, 95, 232 Guajira, 149-150, 213, 278, 290, 294, 296, 305-306, 337 Guerrero Manuel Amador, 43 Guiot José María, 108, 153, 218219, 237, 239, 242 Gutiérrez Francisco, 240, 242 Hamón Teodoro, 193, 233 Hay John Milton, 44 Heladio Perlaza, 236, 238, 242 Herrera Benjamín, 36 Herrera Restrepo Bernardo, 37, 98, 126, 130, 133, 135, 138, 157, 175-176, 186-189, 193, 196, 198-199, 210-211, 221222, 224-227, 230, 232-240, 301-303, 307, 322, 324, 326, 335-336, 349 Higuera Moisés, 127, 165, 171175, 182, 185-186, 189, 210, 215, 217, 222, 233, 235-236, 244

ÍNDICE DE NOMBRES Y LUGARES Holguín Carlos, 32, 47, 69, 81, 184, 348 Holguín Jorge, 47 Hoyos Gregorio Nacianceno, 108, 203, 224, 234, 238, 241 Huertas Esteban, 42 Hurtado Ezequiel, 21, 47 Ibagué, 99, 139, 142, 154 Intendencia oriental, 270, 284 Intreccialagli Augusto, 232 Jacobini Ludovico, 19-22, 52, 5457, 62-65, 70, 72-73, 92, 120-125, 129, 140, 146, 163-182, 231, 251, 253, 255, 258-261, 317 Jara Ángel, 232 Jiménez Valerio Antonio, 243 Junguito FranciscoJavier, 198-199, 234 Larquere Enrique, 240 Ledochowski Mieczyslaw, 340 León XIII, 7, 21, 30-31, 52, 54, 56, 59, 64, 67, 81, 87, 124, 127, 129-130, 132, 138-139, 141, 145, 162-163, 166-169, 171, 173-174, 176-198, 201203, 231, 248, 252, 346, 348 Lhoumeau Antonino, 147, 153, 218-219 Llanos de San Martín, 153, 285, 335 Llanos Orientales, 146 López José Hilario, 246, 257 López Manuel Antonio, 200-201, 221, 234, 238, 241, 244 Maldonado Calvo Eduardo, 108, 157, 208-209, 217, 224, 226, 232, 235-236, 238, 241 Manizales, 87, 100, 137-139, 203

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Marroquín José Manuel, 34, 41, 47, 72, 90, 276 Martínez Carlos Walter, 16 Martínez Silva Carlos, 32 Marulanda Jesús M., 201, 235 Mattera Luigi, 75-80, 182-184, 231, 262 Medellín, 93, 126, 136, 142-144, 212 Medina Leonidas, 225-227, 236, 238, 242 Merry del Val Rafael, 43, 45, 9394, 96-101, 106-107, 148154, 157-158, 205-206, 208209, 211-228, 231-232, 288295, 324 Montagnini Carlo, 103-107, 226228, 231-232, 236, 293-295, 367, 369 Montoya José Ignacio, 167, 173174, 237, 242 Morales Eusebio, 36 Moreno Ezequiel, 31, 128-129, 189-190, 195-196, 202, 217, 234, 238-239, 241, 243, 350 Morón Eugenio, 147, 149, 239, 241 Mosquera Manuel José, 28 Navarrete Manuel, 24 Nina Lorenzo, 7, 29 Nueva Pamplona, 134 Núñez Rafael, 17, 19, 21-32, 4647, 64, 67, 78, 82, 121, 188, 248, 254, 341, 343, 345346, 350, 352-353, 355 Obando José María, 6 Olaya Herrera Enrique, 45 Ordóñez Ignacio, 166, 236 Ortiz Juan Buenaventura, 140, 167, 175, 182-184, 186, 191, 194-195, 233, 237, 243, 263-264

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Ospina Pérez Mariano, 11 Ospina Rodríguez Mariano, 256257 Otálora José Eusebio, 47, 59, 82 Panamá, 36-46, 57, 93, 97, 101, 106, 111, 119, 122, 142143, 166, 168-171, 177-178, 184, 190, 193, 198-200, 233-234, 240-244, 255, 264, 270, 279-280, 283, 293, 297-298, 338, 349-350 Pardo Vergara Joaquín, 135-136, 144, 185-186, 188-189, 192193, 201, 204, 211, 233234, 238, 240-241, 243 Parocchi Lucido Maria, 80 Parra Ignacio Antonio, 178, 191, 220, 233-234, 238, 243 Pasto, 135, 142, 147, 165, 183, 202, 255, 259, 293 Paúl José Telésforo, 71, 170, 182184, 221, 233, 237, 240, 243, 368 Paul José Telésforo, 76-77, 166, 168-171, 177, 180-181, 183184 Payán Eliseo, 47 Peralta Alejandro, 178, 243, 368 Peralta José Alejandro, 177-178, 190, 193, 198, 233, 240 Perdomo Ismael, 100, 108, 139, 201-203, 222, 224, 226, 229, 232, 236, 239, 241 Perea Adolfo, 217-218, 224, 235, 238, 242, 244 Pérez Avelino, 218, 235 Perilla Benigno, 128, 179-182, 193, 204-205, 233-234, 238, 240, 243 Piñeros Fernando, 190, 198, 234 Pío X, 45, 87, 151-153, 205, 212, 214, 216-218, 220, 222-223, 225, 228, 232, 336

Plata Azuero Patricio, 190, 196, 198, 234 Popayán, 6, 57, 71, 87, 91, 93, 99100, 119-122, 130, 133, 135-137, 140-144, 147, 151, 154-155, 182-183, 194-196, 203-204, 211-213, 216-218, 220, 222, 224, 229, 233, 235-237, 240-243, 255, 263265, 291, 293, 335, 337 Rafael Celedón, 177, 192-193, 204, 233, 238, 240, 243 Ragonesi Francesco, 45, 94, 96103, 111, 147, 150-158, 208-209, 211-227, 231-232, 235, 288-294, 321, 324, 326, 336-338 Rampolla Mariano, 68, 71, 76-81, 83, 86-96, 126, 128-133, 136-138, 140-141, 143-146, 148, 183-207, 224, 231-232, 251, 264-265, 269, 276, 320 Ranuzzi de Bianchi Víctor Amadeo, 110, 232 Restrepo Carlos Emilio, 47 Restrepo Carlos Eugenio, 45 Restrepo José Antonio, 234 Restrepo Manuel Canuto, 165, 168, 182, 233, 243 Reyes Rafael, 32, 37, 47, 208-209, 334 Riboldi Agustín, 236 Rinaldini Domingo, 232 Rodríguez Jesús María, 162, 167168, 192, 233, 238, 243 Rojas Arrieta Guillermo, 242 Rojas Esteban, 108, 130-131, 138139, 194-195, 201, 203, 213, 224, 228, 234, 236238, 241 Romero José, 122, 169, 192, 238, 243, 265, 290 Rosas Avelino, 32

ÍNDICE DE NOMBRES Y LUGARES Rueda Juan Nepomuceno, 179180, 189, 192-193, 200, 233, 238-240, 243 Saavedra Víctor, 222, 235-236 Sabatucci Antonio, 81-82, 126, 128-134, 185-188, 192-195, 198, 231 Salazar Víctor Manuel, 36 Salcedo Aristides, 194, 218, 235 Salcedo Jorge, 222, 235 San Andrés y Providencia, 151, 240, 249, 270, 292, 297 Sanbrook Leon, 240 Sanclemente Manuel Antonio, 3435, 47 Santa Marta, 133, 135, 147, 149, 177, 214, 255, 265-266, 269, 337 Santafé en Nueva Granada, 120, 129, 133, 171, 184, 248 Sbarretti Donato, 110, 232 Seignard José María, 306 Sibilia Enrico, 81, 83-86, 133, 190-191, 197-198, 232 Simón y Ródenas Francisco, 150, 215, 235, 238, 241-242, 244 Socorro, 132, 146, 190 Solari Alessandro, 87, 94, 148149, 208-209, 288-289 Soler y Royo Atanasio Vicente, 235, 239, 242 Suarez Marco Fidel, 86, 90, 188 Tolima, 87, 122, 129-131, 138139, 142, 146, 194, 201 Toro Francisco Cristóbal, 108, 159, 221-222, 224, 228, 230, 235-236, 237-239, 242

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Toscano Bonifacio Antonio, 179, 184, 233, 243 Toscano Bonifacio, 233 Trujillo Julián, 28 Tunja, 99-100, 123-124, 127-128, 132, 134, 157, 171-172, 180-181, 205, 209, 248, 255 Uribe Antonio José, 202, 269 Uribe Juan de Dios, 201, 235 Uribe Rafael, 35-36, 44 Valiente Carlos, 207-208, 235 Vannutelli Serafín, 195, 236 Vanutelli Vincenzo, 219, 237 Vasallo di Torregrosa Alberto, 109, 229, 231 Vázquez Cobo Alfredo, 36 Velasco Ignacio León, 166, 236238, 240, 243 Vélez Joaquín, 56, 68, 79, 82, 126, 128, 131-132, 137, 185, 197 Vélez Marceliano, 32, 330 Vico Antonio, 43, 86, 88-96, 133, 135, 137-138, 140-144, 147148, 151, 198-210, 228, 231-232, 237, 266-269, 276, 279, 288, 291-292, 337, 354 Villalba José María, 191, 199-200, 234 Wilches Solón, 22 Zaldúa Francisco Javier, 18-21, 47, 52, 55, 59, 173, 205206, 208, 240, 337, 365 Zapata Felipe, 23

ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 5 1. Marco Teórico...................................................................................... 7 2. El problema de los archivos locales .................................................... 11 3. La originalidad y novedad .................................................................. 12 4. Fuentes documentales y metodología.................................................. 13 CAPÍTULO I: COLOMBIA A FINALES DEL SIGLO XIX E INICIOS DEL XX .......... 15 1. Periodo de la Regeneración ................................................................ 16 2. Palabras del Arzobispo Vicente Arbeláez ........................................... 18 3. Grave enfermedad del Presidente Zaldúa ............................................ 19 4. Primeros movimientos de rebelión...................................................... 20 5. Rafael Núñez nuevo Presidente de la República.................................. 21 6. La guerra civil de 1884-1885 .............................................................. 22 6.1. La insurrección ........................................................................... 22 6.2. La guerra .................................................................................... 24 7. La Constitución de 1886..................................................................... 25 8. El Concordato de 1887 ....................................................................... 28 9. La guerra civil de 1895....................................................................... 31 9.1. Antecedentes: las elecciones de 1891.......................................... 32 9.2. Inicio de la guerra....................................................................... 32 10. La guerra de los mil días................................................................... 33 10.1. Antecedentes ............................................................................ 33 10.2. Causa de la guerra .................................................................... 33 10.3. Inicio de la guerra ..................................................................... 35 10.4. Fin de la guerra......................................................................... 36 10.5. Consecuencias de la guerra ....................................................... 37 11. La Separación de Panamá ................................................................. 38 11.1. Antecedentes ............................................................................ 39 11.2. El nacimiento de una nueva República ...................................... 42

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

11.3. Consecuencias de la separación de Panamá ............................... 43 12. Conflicto entre Colombia y Perú, 1911 ............................................. 44 13. La hegemonía Conservadora ............................................................ 46 14. Presidentes de Colombia durante el periodo 1882-1916 .................... 47 CAPÍTULO II: SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS .................................. 49 1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1886 ............................................... 50 1.1. Aspectos biográficos .................................................................. 50 1.3. Instrucciones para el Delegado Apostólico.................................. 51 1.4. Primeras acciones de Giovanni Battista Agnozzi......................... 54 1.5. Avances con el Gobierno sobre un Modus vivendi ...................... 56 1.6. Informe del primer año de misión en Colombia........................... 57 1.7. Agente Confidencial de Colombia ante la Santa Sede ................. 59 1.8. Informe segundo año de misión .................................................. 60 1.9. Restablecimiento oficial de las relaciones diplomáticas ............... 61 1.10. Nueva Constitución de Colombia, 1886 .................................... 62 1.12. Incomprensiones con el Gobierno ............................................. 64 1.13. Consecución de algunos asuntos importantes ............................ 65 1.14. El Concordato .......................................................................... 66 1.15. Últimas noticias de Giovanni Battista Agnozzi ......................... 70 1.16. Un caso particular: La Universidad Católica ............................. 71 1.16.1. La fundación................................................................ 71 1.16.2. Apertura de la Universidad Católica ............................. 74 1.16.3. Fracaso de la Universidad ............................................ 74 2. Luigi Mattera, 1887-1889................................................................... 75 2.1. Aspectos biográficos .................................................................. 75 2.2. Llegada de Luigi Mattera............................................................ 75 2.3. Enfermedad y muerte de Giovanni Battista Agnozzi ................... 77 2.5. Las buenas relaciones con el Gobierno colombiano .................... 78 2.6. Enfermedad de Luigi Mattera ..................................................... 79 3. Antonio Sabatucci, 1890-1895............................................................ 81 3.1. Aspectos biográficos .................................................................. 81 3.2. Instrucciones para Antonio Sabatucci ......................................... 81 3.3. El caso de Enrico Sibilia ............................................................. 83 3.6. Informe sobre el estado de las Comunidades Religiosas .............. 85 3.7. Traslado de Enrico Sibilia........................................................... 85 4. Antonio Vico, 1897-1903 ................................................................... 86 4.1. Aspectos biográficos .................................................................. 86 4.2. Instrucciones para Antonio Vico ................................................. 88 4.3. Una situación política difícil ....................................................... 89 4.5. Informe sobre los tres primeros años de misión........................... 90 4.6. Informe de Antonio Vico al final de su misión ............................ 92 4.7. Partida de Antonio Vico ............................................................. 94 5. Francisco Ragonesi, 1904-1912 .......................................................... 94

ÍNDICE GENERAL

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5.1. Aspectos biográficos .................................................................. 94 5.2. Instrucciones para Francesco Ragonesi ....................................... 96 5.3. Nuevo Decano del Cuerpo Diplomático ...................................... 96 5.4. Informe sobre el estado de Colombia .......................................... 97 5.5. Instrucciones sobre el Liberalismo .............................................. 98 5.6. Visita del Delegado Apostólico al norte y sur de Colombia ......... 99 5.9. Informe sobre los primeros cuatro años de misión..................... 101 6. Carlo Montagnini, 1913 ................................................................... 103 6.1. Aspectos biográficos ................................................................ 103 6.2. Instrucciones de la SESS para Carlo Montagnini ...................... 103 6.3. Instrucciones sobre algunos casos eclesiásticos particulares ...... 105 6.5. Informe sobre el Gobierno y el Episcopado............................... 106 6.6. Primer Congreso Eucarístico .................................................... 107 7. Alberto Vasallo di Torregrosa, 1914 ................................................. 109 7.1. Aspectos biográficos ................................................................ 109 8. Enrico Gasparri, 1915-1916 (Internuncio 1917) ................................ 110 8.1. Aspectos biográficos ..................................................................... 110 8.2. Instrucciones para Enrico Gasparri ................................................ 111 8.3. Recepción de Enrico Gasparri........................................................ 113 8.4. Informe sobre la llegada y la acogida en Colombia ........................ 115 8.5. Elevación de la Delegación Apostólica a Internunciatura ............... 116 CAPÍTULO III: SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS ....................... 119 1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887 ............................................. 120 1.2. Proyecto de erigir un nuevo Episcopado en el Tolima ............... 120 1.3. Primera intención de crear una nueva Provincia Eclesiástica ..... 122 1.4. Erección de un episcopado en el Estado de Santander ............... 123 1.5. La desorganización de la Provincia Eclesiástica ........................ 125 2. Antonio Sabatucci, 1890-1895.......................................................... 126 2.1. Límites entre las Diócesis de Medellín, Antioquia y Bogotá...... 126 2.2. Erección de un Vicariato Apostólico en el Casanare.................. 127 2.3. Erección de la Diócesis del Tolima ........................................... 129 2.4. Nueva Diócesis en Santander: Socorro...................................... 131 3. Antonio Vico, 1897-1903 ................................................................. 133 3.1. Nuevo nombre para la Arquidiócesis de Nueva Granada ........... 133 3.2. Proyecto de erección de tres Vicariatos Apostólicos.................. 134 3.3. Nueva Diócesis en Manizales ................................................... 135 3.4. División de la Diócesis del Tolima: Ibagué y Garzón ................ 138 3.5. División de la Provincia Eclesiástica de Bogotá ........................ 140 3.6. Sede Metropolitana de Medellín ............................................... 142 3.7. Bogotá recibe el Título de Primada ........................................... 144 3.8. Nueva Prefectura Apostólica de Los Llanos Orientales ............. 146 4. Francesco Ragonesi, 1904-1912 ....................................................... 147 4.1. Erección de tres Prefecturas Apostólicas ................................... 147

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

4.2. Erección del Vicariato Apostólico de la Guajira ........................ 149 4.3. Erección de la Prefectura Apostólica del Chocó ........................ 151 4.4. Propuesta para las islas de San Andrés y Providencia ................ 151 4.5. Nuevo Vicariato Apostólico de Los Llanos de San Martín ........ 153 4.6. Nueva Diócesis de Cali............................................................. 154 4.7. Petición de erección de la Diócesis de Barranquilla................... 156 4.8. La cuestión de la erección de la Diócesis de Somondoco........... 157 5. Enrico Gasparri, 1915-1916.............................................................. 158 5.1. Nueva Diócesis de Jericó .......................................................... 158 5.2. Nueva Prefectura Apostólica de Arauca .................................... 159 5.3. Última consideración ................................................................ 160 CAPÍTULO IV: SOBRE EL EPISCOPADO ....................................................... 161 1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887 ............................................. 162 1.1. Renuncia del Obispo Joaquín Guillermo González.................... 162 1.2. Llegada del nuevo Obispo de Cartagena, Eugenio Biffi ............ 163 1.3. Situación del Episcopado colombiano....................................... 164 1.4. Nuevo Obispo para la Diócesis de Pasto, Ignacio Velasco......... 165 1.5. Nuevo Obispo de Antioquia, Jesús María Rodríguez Balbín...... 167 1.6. Enfermedad y muerte del Arzobispo Vicente Arbeláez ............. 168 1.7. Nuevo Arzobispo de Bogotá, José Telésforo Paúl ..................... 170 1.8. Nuevo Auxiliar de Tunja, Moisés Higuera ................................ 171 1.9. Enfermedad del Obispo de Medellín ......................................... 173 1.10. Muerte del Obispo de Medellín, José Ignacio Montoya ........... 174 1.11. Nuevo Obispo para Medellín, Bernardo Herrera Restrepo ....... 175 1.12. Nuevo Obispo para Panamá, José Alejandro Peralta................ 177 1.13. Renuncia de Severo García, Obispo de Tunja.......................... 179 2. Luigi Mattera, 1887-1889................................................................. 182 2.1. Nuevo Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz ................ 182 2.2. Muerte del Arzobispo de Bogotá, José Telésforo Paúl............... 184 3. Antonio Sabatucci, 1890-1895.......................................................... 185 3.1. El caso de Joaquín Pardo Vergara ............................................. 185 3.2. Enfermedad y muerte del Arzobispo Ignacio Velasco ............... 186 3.3. Nuevo Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo .......... 187 3.4. Nuevo Obispo de Medellín, Joaquín Pardo ............................... 188 3.5. NuevoVicario Apostólico del Guaviare, Ezequiel Moreno ........ 189 3.6. Nuevo Obispo del Socorro, Evaristo Blanco ............................. 190 3.7. Decesos de los Obispos de Antioquia, Santa Marta y Pasto ....... 192 3.8. Nuevos Ordinarios para Antioquia, Pasto y Santa Marta ........... 192 3.9. Muerte del Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz ......... 194 3.10. Nuevo Obispo del Tolima, Esteban Rojas ............................... 194 3.11. Las sedes de Popayán y Pasto, y nuevo Vicario Apostólico del Casanare ......................................................................................... 195 3.12. Muerte del Obispo de Cartagena, Eugenio Biffi ...................... 197

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3.13. Nuevo Ordinario de Cartagena, Pietro Adamo Brioschi .......... 197 4. Antonio Vico, 1897-1903 ................................................................. 198 4.1. Nuevo Obispo de Panamá, Francisco Javier Junguito ................ 198 4.2. Nuevo Obispo de Antioquia, Manuel Antonio López de Mesa .. 200 4.3. Nuevo Obispo de Ibagué, Ismael Perdomo................................ 201 4.4. Nuevo Obispo de Manizales, Gregorio Nacianceno Hoyos........ 203 4.5. Joaquín Pardo Vergara, primer Arzobispo de Medellín ............. 204 4.6. Muerte de los Ordinarios de Santa Marta y de Tunja ................. 204 4.7. Controversia por los candidatos para la sede de Tunja............... 205 4.8. Nuevo Obispo de Santa Marta, Francisco M. Simón y Ródenas 207 5. Francisco Ragonesi, 1904-1912 ........................................................ 208 5.1. Nuevo Obispo de Tunja: Eduardo Maldonado Calvo................. 208 5.2. Nuevo Prefecto Apostólico del Caquetá, Fedele da Montclar .... 210 5.3. Nuevo Arzobispo de Medellín, Manuel José Caicedo................ 211 5.4. Candidatos para la Sede de Popayán ......................................... 212 5.5. Renuncia denegada del Obispo de Garzón ................................ 213 5.6. Vicario Apostólico de La Guajira: Atanasio M. Vicente Soler... 213 5.7. Nuevo Vicario Apostólico del Casanare, Santos Ballesteros...... 215 5.8. Nuevo Obispo de Popayán, Manuel Antonio Arboleda ............. 216 5.9. Nuevo Obispo de Pasto, Adolfo Perea ...................................... 217 5.10. Vicario Apostólico de los Llanos de San Martín...................... 218 5.11. Nuevo Obispo de Nueva Pamplona, Evaristo Blanco .............. 220 5.12. Nuevos Obispos para el Socorro y Antioquia .......................... 221 5.13. Primera Conferencia Episcopal de Colombia .......................... 223 5.14. Nuevo Obispo de Pasto, Leonidas Medina .............................. 225 6. Carlo Montagnini, 1913 ................................................................... 226 6.1. Segunda Conferencia Episcopal ................................................ 226 6.2. Nuevo Obispo del Socorro, Antonio Vicente Arenas................. 228 7. Alberto Vasallo di Torregrosa, 1914 ................................................. 229 7.1. Candidatos para la nueva Sede de Jericó ................................... 229 8. Enrico Gasparri, 1915-1916.............................................................. 230 8.1. Nuevo Obispo de Nueva Pamplona, Rafael Afanador ............... 230 9. Estadísticas sobre el Episcopado, 1882-1916 .................................... 231 9.1. Cardenales Secretarios de Estado 1882-1916 ............................ 231 9.3. Consagraciones de los Representantes de la Santa Sede ............ 231 9.4. Auditores y Secretarios de la Representación Pontificia ............ 232 9.5. Consagraciones en Colombia .................................................... 232 9.6. Consagraciones fuera del país ................................................... 236 9.7. Nómina de Prelados.................................................................. 237 9.7.1. Arzobispos ............................................................................ 237 9.7.2. Obispos ................................................................................. 237 9.7.3. Vicariatos Apostólicos ........................................................... 239 9.7.4. Vicarios Apostólicos.............................................................. 239 9.6.5. Prefecturas Apostólicas ......................................................... 239

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LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

9.8. Nombramientos durante 1882-1916 .......................................... 240 9.9. Defunciones ............................................................................. 242 CAPÍTULO V: SOBRE LAS MISIONES ........................................................... 245 1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887 ............................................. 248 1.1. El renacimiento de las misiones como iniciativa del Gobierno .. 248 1.2. Los motivos del gobierno para promover las misiones .............. 249 1.3. Primeros pasos para la propagación de la misión....................... 250 1.4. Solicitud de sacerdotes para el Casanare ................................... 251 1.5. Los anales religiosos de Colombia ............................................ 252 1.6. La situación de los «infieles salvajes»....................................... 254 1.7. Sobre el regreso de la Compañía de Jesús ................................. 256 1.8. Petición a la Compañía de Jesús para las misiones en Caquetá .. 259 1.9. Misioneros religiosos para nuevos Vicariatos Apostólicos ........ 261 2. Luigi Mattera, 1887-1889................................................................. 262 2.1. Difícil situación de los habitantes del Chocó ............................. 262 2.2. Solicitud a los Capuchinos........................................................ 264 2.3. La situación de los indios de la Guajira ..................................... 265 3. Antonio Vico, 1897-1903 ................................................................. 266 3.1. Proyecto para crear en Colombia Propaganda Fide.................... 266 3.2. Propuesta para un Convenio de Misiones .................................. 268 3.3. Informe del Delegado Apostólico sobre las Misiones ................ 269 3.4. Respuesta de los Superiores Generales...................................... 271 3.5. Convenio de misiones entre Colombia y la Santa Sede.............. 273 3.5.1. Antecedentes al Convenio: las leyes sobre misiones ....... 274 3.5.2. Aprobación del Convenio ............................................... 276 3.6. Definición de los nuevos límites para las Misiones. .................. 277 3.6.1. Misión de la Guajira ....................................................... 278 3.6.2. Misión del Chocó ........................................................... 279 3.6.3. Misión del Caquetá ........................................................ 281 3.6.4. Nuevos límites de la Misión del Darién .......................... 283 3.6.5. Misión de la Intendencia Oriental ................................... 284 3.6.6. Misión de los Llanos de San Martín................................ 285 3.6.7. Misión de Antioquia....................................................... 285 3.6.8. Misión de Tierra-adentro ................................................ 286 3.6.9. Misión de Pamplona....................................................... 287 4. Francesco Ragonesi, 1904-1912 ....................................................... 288 4.1. Sobre la Prefectura Apostólica Intendencia Oriental.................. 288 4.2. Nuevos límites de los Llanos de San Martín.............................. 289 4.3. Petición para crear dos nuevos Vicariatos Apostólicos .............. 290 4.4. Presencia de los Capuchinos en el Vicariato de la Guajira ......... 290 4.5. Misioneros para el Chocó ......................................................... 291 4.6. Nueva misión en las islas de San Andrés y Providencia ............ 292 4.7. Misiones de la Costa del Pacifico y del Darién.......................... 293

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4.8. Situación del Vicariato Apostólico de la Guajira 1913 .............. 294 4.9. Informe de la Delegación Apostólica sobre las misiones ........... 295 5. Algunos informes de los responsables las misiones........................... 299 5.1. Informe del Casanare, 1909 ...................................................... 299 5.2. Informes sobre Las Misiones Del Caquetá, Putumayo, Goajira, Casanare, Meta, Vichada, Vaupés y Arauca.......................................... 301 5.3. Informe de Los Llanos de San Martín ....................................... 303 5.4. Misión de la Guajira, Sierra Nevada y Motilones ...................... 305 5.5.Informe del Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín, 1916-1918 .................................................................. 306 5.6. Informes sobre las Misiones del Putumayo 1916....................... 307 CONCLUSIÓN........................................................................................ 309 ABREVIATURAS Y SIGLAS ..................................................................... 315 APÉNDICE DOCUMENTAL ...................................................................... 317 BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................... 331 ÍNDICE DE NOMBRES Y LUGARES .......................................................... 357 ÍNDICE GENERAL .................................................................................. 363