Importancia de La Ética en La Educación [PDF]

  • 0 0 0
  • Gefällt Ihnen dieses papier und der download? Sie können Ihre eigene PDF-Datei in wenigen Minuten kostenlos online veröffentlichen! Anmelden
Datei wird geladen, bitte warten...
Zitiervorschau

IMPORTANCIA DE LA ÉTICA EN LA EDUCACIÓN La educación se propone lograr en las personas un grado de madurez que permita la realización del individuo dentro de sus mejores posibilidades de ser obrar, de acuerdo con su vocación integral humana. La función esencial de la educación es humanizar, es decir, ayudar al hombre a ser verdaderamente humano. La educación es una actividad humana del orden de la cultura la cual tiene como finalidad humanizar, sensibilizar y transformar el hombre. Se comprende entonces que el objetivo de toda educación genuina es el de humanizar y personalizar al hombre sin desviarlo, antes bien, orientándolo eficazmente hacia su fin último. La educación resultará más humanizada en la medida en que más se abra a la trascendencia, es decir la verdad al sumo bien. El Vaticano II sintetiza la noción de educación con estas palabras “la educación se propone la formación de la persona en orden a su fin último y al bien de las sociedades, de las que el hombre es miembro en cuyas responsabilidades participará cuando llega a ser adulto”. Educar es fomentar al hombre desde dentro para liberarlo de los condicionamientos que pudieran impedir vivir plenamente como hombre.

Personaliza al hombre cuando logra que este desarrolle

plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolo fructificar en hábitos de comprensión y de comunión con la totalidad del orden real por los cuales el mismo hombre humaniza su mundo, transforma la sociedad y construye la historia. La educación en valores se propone ayudar al hombre el proceso de su madurez espiritual, la sola educación no hace al hombre íntegro, sin embargo ella ha de prepararlo para su libre decisión en la fe. Los fines de la educación integral superan el ideal de un equilibrio simplemente humanista, pues busca formación total del hombre, la naturaleza y gracia; espíritu y cuerpo, interioridad y exterioridad, individualidad y sociabilidad. La educación moral prepara el hombre para la realización integral de su vocación como hijo de Dios. El hombre de hoy

necesita una formación integral, es decir, una educación que lo haga más humano, más persona. Se trata de educarlo en todas las dimensiones una de las cuales es la espiritual, ya que educar integralmente es trabajar porque el hombre toma conciencia de sus posibilidades, suscitar ideales nobles, motivarlo constantemente por alcanzar la cima y sobre todo apoyar la búsqueda de mejores relaciones consigo mismo, con las cosas, con los otros y con Dios. Es decir una educación que abarca al mismo tiempo una dimensión que podría llamarse horizontal y esta autorrealización la logra el hombre a través de la fe, entendida como una actitud de respuesta permanente a un llamado que Dios hace a la persona, y no cuando ya es grande, sino desde el inicio de su existencia. La respuesta se va realizando a medida que pasan los años si es que la persona así lo desea. Es pues algo muy dinámico y que le da vida a su verdadero sentido.

Todo oficio o profesión exige de sus miembros una conducta moral, que es algo distinto al desempeño técnico y eficiente de una profesión .para esto se requiere del desempeño para que se respete y se cumpla con las normas morales. La importancia de esta es que descubre en los hombres un valor en la actuación profesional. Este valor surge como una exigencia de la persona, cualquiera sea su trabajo. La ética profesional no debería ser motivo de asombro o presunción, ya que debe ser algo con lo que debemos convivir diariamente, Debemos de estar plenamente conscientes y convencidos de que la ética se rige bajo principios universales básicos, Por lo tanto depende de nosotros mismos, el establecer un entorno ético, con nuestra familia, amigos, y principalmente con nuestros colaboradores.

Objetivos de la Ética La Ética Profesional es importante porque ayuda a los profesionales a reflexionar los dilemas éticos específicos que le plantea su práctica y constituye además un aporte a toda persona que descubra la necesidad de emprender este camino de progresiva humanización. Todo trabajador tiene o debe desarrollar una ética profesional que defina la lealtad que le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de labor. Villarini (1994) describe que "la ética de una profesión es un conjunto de normas, en términos de los cuales definimos como buenas o malas una práctica y relaciones profesionales. El bien se refiere aquí a que la profesión constituye una comunidad dirigida al logro de una cierta finalidad: la prestación de un servicio". Señala, además, que hay tres tipos de condiciones o imperativos éticos profesionales: competencia - exige que la persona tenga los conocimientos, destrezas y actitudes para prestar un servicio al cliente - la actividad profesional sólo es buena en el sentido moral si se pone al servicio del cliente solidaridad - las relaciones de respeto y colaboración que se establecen entre sus miembros. Para lograr en los empleados una conciencia ética profesional bien desarrollada es que se establecen los cánones o códigos de ética. En éstos se concentran los valores organizacionales, base en que todo trabajador deberá orientar su comportamiento, y se establecen normas o directrices para hacer cumplir los deberes de su profesión. En virtud de la finalidad propia de su profesión, el trabajador debe cumplir con unos deberes, pero también es merecedor o acreedor de unos derechos. Es importante saber distinguir hasta dónde él debe cumplir con un deber y a la misma vez saber cuáles son sus derechos. En la medida que él cumpla con un deber, no debe preocuparse por los conflictos que pueda encarar al exigir sus derechos. Lo importante es ser modelo de lo que es ser profesional y moralmente ético. Por ejemplo, un deber del profesional es tener solidaridad o compañerismo en la ayuda mutua para lograr los objetivos propios de su empresa y, por consiguiente,

tener el derecho de rehusar una tarea que sea de carácter inmoral, no ético, sin ser víctima de represalia, aun cuando esto también sea para lograr un objetivo de la empresa. Al actuar de esa manera demuestra su asertividad en la toma de decisiones éticas, mientras cumple con sus deberes y hace valer sus derechos. Además, demostrará su honestidad, que es el primer paso de toda conducta ética, ya que si no se es honesto, no se puede ser ético. Cuando se deja la honestidad fuera de la ética, se falta al código de ética, lo cual induce al profesional a exhibir conducta inmoral y antiética. Hay tres factores generales que influyen en el individuo al tomar decisiones éticas o antiéticas (Ferrell, 87-96), los cuales son: Valores individuales - La actitud, experiencias y conocimientos del individuo y de la cultura en que se encuentra le ayudará a determinar qué es lo correcto o incorrecto de una acción. Comportamiento y valores de otros - Las influencias buenas o malas de personas importantes en la vida del individuo, tales como los padres, amigos, compañeros, maestros, supervisores, líderes políticos y religiosos le dirigirán su comportamiento al tomar una decisión. Código oficial de ética - Este código dirige el comportamiento ético del empleado, mientras que sin él podría tomar decisiones antiéticas. Un aumento en las regulaciones rígidas en el trabajo a través de los códigos de ética ayudará a disminuir los problemas éticos, pero de seguro no se podrá eliminarlos totalmente. Esto es así, debido a las características propias de la ética que establecen que ésta varía de persona a persona, lo que es bueno para uno puede ser malo para otro; está basada en nuestras ideas sociales de lo que es correcto o incorrecto; varía de cultura a cultura, lo cual no se puede evaluar un país con las normas de otro; y está determinada parcialmente por el individuo y por el contexto cultural en donde ocurre. No obstante, el profesional debe reconocer que necesita de la ética para ser sensible a los interrogantes morales,

conocer cómo definir conflictos de valores, analizar disyuntivas y tomar decisiones en la solución de problemas. ¿Para qué sirve la Ética? ¿Para qué la necesitamos? Bueno, bueno, empecemos primero dando una noción del objeto de la Ética. La Ética, a grandes rasgos, trata los valores, preferencias, juicios y voluntades de una sociedad. Establece acuerdos, para determinar qué es admisible o inadmisible en una sociedad. Entonces, podemos contestar a la pregunta: la Ética sirve para tratar de establecer una convivencia social adecuada para sus individuos. Además, la Ética no es tanto que se necesite, sino que así es. El objetivo de la Ética es permitirnos estudiar la moral en relación con el comportamiento humano. De este estudio nacen los códigos de ética para ejercer las distintas profesiones. Estos códigos pueden ser definidos como un conjunto de normas deontológicas, (ciencia o tratado de los deberes) emanadas de diversos organismos nacionales o internacionales, para que los profesionales conozcan sus deberes y obligaciones, así como sus derechos, cuando se encuentren en el ejercicio profesional con dignidad y honestidad, anteponiendo siempre a sus intereses el servicio a la sociedad. La ética sirve para actuar con rectitud en todos los ámbitos de la vida; esta conducta moral nos acompaña desde que empezamos a tener conciencia y responsabilidad de lo que hacemos, es asumir con rectitud los aciertos y desaciertos teniendo la capacidad de seguir la normatividad establecida en todos los niveles sociales. La ética es un auto control que un buen profesional aporta en su actuar con el animo de mantener una sana convivencia social. No es suficiente conocer los valores y lineamientos, el éxito esta en aplicarlos para el beneficio propio y el de la comunidad.

QUE ES LA ÉTICA PROFESIONAL? Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Es necesario que todo docente como educador, maneje elementos éticos y desarrolle un sistema de evaluación que permita que el proceso se haga en forma verdaderamente educadora, que no sea un proceso que corrompe, aniquila o envenena, sino que sea un poder que genere vida, crecimiento personal y entusiasmo por ser mejor. EL PODER DE EDUCAR O DE ALIENAR. Es importante que el docente acepte a sus alumnos como personas (no se pierde el estatus ni el prestigio) Abandonar actitudes tiránicas, autoritarias o arbitrarias. No dejarse llevar por favoritismos. El respeto mutuo entre el docente y el dicente. El estudiante tiene derecho a un trato justo, igualitario y a la vez distinto. Un proceso educativo ético es una oportunidad no sólo para aprender más, sino también para crecer como personas tanto por tanto de quien evalúa como de quien es evaluado. PREPARACIÓN DE LA EVALUACIÓN, ¿PLANIFICAR O IMPROVISAR? El docente espera que sus alumnos siempre estén listos para demostrar lo que saben y lo que pueden hacer. La evaluación no debe ser una batalla donde estudiante y docente son adversarios. La evaluación debe responder a objetivos y a un plan que sea conocido previamente por sus estudiantes. No hacerlo equivale a un ataque sorpresivo, con alevosía y ventaja que puede llevar inconscientemente a actitudes incorrectas por ver sufrir al grupo.

Es parte de la ética de todo docente, cuando evalúa, avisar al estudiante de momentos especiales o fechas en que será sujeto muy activo de la evaluación. Es ético permitir que todo alumno se prepare para ser evaluado. Toda forma de amenaza, de venganza o de represión queda fuera en dicho momento para convertirse en un momento de reflexión para la mejora. RESPETO POR LA PRIVACIDAD DE LOS ESTUDIANTES. EDUCAR Es parte de la ética de la evaluación que el sujeto evaluado no sea humillado o excesivamente exaltado o ensalzado, como producto de los resultados de las evaluaciones. Elogiar desmedidamente o criticar duramente a unos en comparación de los otros, deja efectos negativos, crea resentimientos y provoca traumas o complejos. Es positivo respetar la privacidad de los estudiantes. Es fundamental acercarse a cada uno de los estudiantes como persona, interesarse por cada uno, no como número, sino como persona, como semejante, como otro en el que se refleja el docente. EJEMPLO: Ningún médico divulga los resultados de los exámenes de sus pacientes para que mejoren la salud por vergüenza. Tampoco la persona docente debe hacerlo con sus estudiantes. Es más ético comentar los errores personalmente, con disposición a que el evaluado pueda mejorarlos.

¿AVERGONZAR O ELOGIAR? Una condición altamente ética y poco respetada en las instituciones educativas es la confidencialidad de los datos recogidos con los estudiantes.

No significa que haya un total secreto de las libretas de calificaciones, de certificados y de documentos en los que se registran las evaluaciones, pero sí exige que esta información no sea divulgada entre docentes, ni a otras personas que no les compete conocer el rendimiento académico del estudiante. Todos los alumnos tienen derecho a que se les respete su intimidad, a sentirse seguro y no humillado y con buenos deseos de mejorar. Sentir respeto y amor por los alumnos no es muestra de debilidad. Por el contrario es una muestra de humanidad y la evaluación debe ser un proceso altamente humano. Un golpe físico ya no es admisible en el proceso evaluativo, pero también se debe tener cuidado con los golpes psicológicos, aquellos que no se ven pero que pueden dejar una profunda cicatriz. La evaluación no es una guerra, es una forma de mejorar.

En toda práctica profesional podemos encontrar implicaciones éticas de un mayor o menor grado, en este sentido es lógico pensar que las actividades que tengan que ver con prácticas sociales, con contacto humano y educativo pueden tener implicaciones éticas a las que hay que darles una mención especial. En el ámbito educativo si no se llevase a cabo una evaluación, a través de una sana vigilancia moral, se podría caer en la injusticia, abuso de poder... Por ello, es necesario velar para que los valores y principios morales se vean latentes en la realidad educativa. La actuación de los profesores, en la que vamos a incluir la evaluación académica, tiene una inevitable influencia ideológica y moral, es cierto que multitud de profesores afirman mantener una cierta imparcialidad a la hora de desarrollar su labor, pero es indiscutible que hay muchos aspectos que de una forma inconsciente o simplemente por puro desconocimiento escapan de sus manos. Ésta es la causa, por lo cual es necesario tener en cuenta, muchos de estos aspectos como es el caso del etiquetaje, intereses personales, ideas preconcebidas, influencia de rumores, etc…e intentar actuar en consonancia ética con nuestra labor profesional. Sobre todo, siendo conscientes de que cualquier interferencia o contaminación causada por algún aspecto moral puede dar como resultado una conclusión evaluadora errónea influyendo de este modo todo el proceso evaluativo. El estudio de la ética educativa del presente artículo, va a ser una aproximaciónde este ámbito para a conocer cuáles son los códigos éticos que tiene que regir la evaluación en el ámbito educativo, cuál es su realidad y las posibles mejoraras p ara optimizar su verdadero significado.

Introducción Diversas son las problemáticas que atraviesan el acto evaluativo en su dimensión de acto ético. Es imposible abordarlas todas en este escrito. Hoy nos centraremos en: el poder, la obediencia y la objetividad en la evaluación. Tres cuestiones que ponen sobre el tapete la cuestión de la ética profesional en la evaluación educativa. Nos ocuparemos en primer lugar, de diferenciar ética y moral y distinguir los dos movimientos de la ética. Luego nos abocaremos a desarrollar estos tres tópicos que se encuentran interrelacionados y que funcionan como trastienda de la evaluación. No son elementos que encontremos desarrollados en la bibliografía sobreevaluación y tampoco en la bibliografía de ética sin embargo son campos que se tocan e interaccionan permanentemente. Los movimientos de la ética Cuando hablamos de ética se hace necesario diferenciarla de la moral. Por un lado, está el campo del obrar. Aquellas cosas que hacemos, en este caso el acto de evaluar. Por otro lado ubicamos la reflexión acerca de lo que hacemos, la tematización del ethos (Maliandi: 1991). Convertir al ethos en un tema de análisis, volvernos a mirar en lo que hemos hecho, nos coloca en otro plano. Lo primero, lo tematizado, el objeto o fenómeno morales en este caso nuestras acciones evaluativas. Lo segundo, la tematización, la reflexión acerca de ellas constituye el ámbito de la ética. La ética es una actividad difícil porque nos exige tomar distancia y volvernos sobre nosotros mismos. En la reflexión ética, objeto y sujeto coinciden. Sin embargó, no somos los primeros en reflexionar acerca de nuestras acciones. En cada campo disciplinar existe una larga historia que nos antecede. Los códigos deontológicos, las normas de evaluación, el conjunto de reflexiones (estado del arte) acerca de un campo de conocimientos constituye el primer movimiento de la ética. Este primer movimiento parte de nuestras intuiciones, de nuestras acotadas

reflexiones cotidianas, del sentido común y se enriquece y suplementa con el largo recorrido histórico de reflexiones de filósofos y educadores acerca del tema que hoy nos ocupa. El segundo movimiento de la ética abre las puertas a la dimensión de lo singular. Cuando las normas, los códigos, el corpus de conocimiento no nos alcanza para dar cuenta de un caso, se dice que esta singularidad excede e universo de saberes previos fundando un nuevo campo de conocimientos. Movimiento este último que va de lo instituido a lo constituyente; de lo preestablecido a lo imprevisible. Que tiene fuerza de acontecimiento. Este último movimiento, no será desarrollado en esta oportunidad. El poder El poder que detenta el educador en el acto de evaltriángulodidáctico(Pozo: 1996) formado por el educador, el educando y el objeto de conocimiento marca desde su constitución una relación de asimetría. El educador es quien conduce, guía y orienta al educando en su proceso de conocimiento, es quien presenta el objeto de conocimiento, quien lo hace aprehensible, quien sopesa y adecua las capacidades del educando y la complejidad del objeto. Es quien finalmente evalúa en qué medida ese objeto con sus múltiples dimensiones ha sido aprendido por el educando. El poder en este sentido es parte del proceso de enseñanza aprendizaje. Sin embargó, el poder puede ser ejercido de diferentes modos. La legitimidad en el ejercicio del poder depende de su orientación, de su focalización en el proceso de enseñanza aprendizaje. Un uso legítimo del poderes productivo (Foucault: 1993). Pero el poder conferido en una situación asimétrica puede ser utilizado de forma antiética. Si el poder otorgado por esta situación no se utiliza para la guía y orientación del educando sino para fines ajenos a los del proceso de enseñanza aprendizaje, caemos en una falla ética. Diversas son las ocasiones en las que se comete una falla ética, tales como obtener un beneficio del sujeto evaluado a cambio de un buena calificación, satisfacer la necesidad narcisista del docente de

sentirse poderoso frente a los alumnos, etc. Estas situaciones pueden estar alentadas por el carácter asimétrico de la relación. Pero no es la relación asimétrica en sí misma lo que produce la falla ética sino el uso que sehace de esta relación de poder. La evaluación le da al docente no sólo poder ante los alumnos sino poder antelas familias. Los docentes muchas veces no sopesan el impacto que tiene una determinada calificación en la vida de un chico y de su familia. Existe un gradiente que va desde el suicidio por no aprobar una evaluación de ingreso ala universidad, por ejemplo, a el chico que dice “a mí no me importa”. Pero aún en este último caso tiene impacto en su vida futura tanto en lo académico como en lo laboral. La evaluación es, muchas veces, un modo de etiqueta instituciones educativas. El estigma de “este chico es flojito” “no le da para más” le sigue como sombra constante desde la EGB (ahora EPB) hasta el Polimodal. Un niño cuya personalidad está en formación construye una imagen de si mismo pobre. Lo que le dicen los adultos es la única verdad que conoce. Si los maestros y profesores coinciden en que no tiene capacidad intelectual, la imagen que ve reflejada en el espejo de los otros es la de sus propias deficiencias. Para evitar que la evaluación funcione como instrumento de discriminación es preciso diseñar instrumentos de evaluación que recaben información de las distintas competencias de los educandos. Existen distintas inteligencias, existen distintas competencias. Una evaluación integral tiene que ser capaz de arrojar ante el evaluado no sólo sus déficits sino también sus potencialidades. El docente tiene poder para abrir puertas hacia delante, hacia el futuro del educando pero también para cerrarlas. Obediencia Existen distintos niveles del sistema educativo en los que se da el proceso de evaluación. El primer nivel o nivel de los sistemas está dividido en los sistemas nacionales, provinciales y municipales. En un segundo nivel, ubicamos las

instituciones y por último, el nivel de evaluación individual (de docentes y alumnos). En este escrito nos hemos centrado en la evaluación del docente al alumno. Ello no implica que desconozcamos los otros niveles o que en ellos no se susciten problemas éticos. Pero aun focalizándonos en el nivel individual encontramos que hay numerosas situaciones en las que influyen los otros niveles del sistema. Veamos algunos relatos referidos por docentes de EGB y Polimodal de laProvincia de Buenos Aires: “La inspectora o la directora me dice que tienen que haber más alumnos aprobados en mi materia” “La preceptora modificó la snotas de la planilla y le subió 50 centésimos a los que les faltaban para será probados, por orden de la directora o de la inspectora” “Si tengo un alumno desaprobado tengo que hacer tal justificación por escrito que termino aprobando a todos”, “ Si un alumno desaprueba tiene que venir acompensar hasta que apruebe y al final termina aprobando por cansancio” La actitud de la mayoría de los docentes es la aceptación sumisa de las órdenes. Sea por presión de los superiores en la escala jerárquica, sea por cansancio, por fastidio, por no querer problemas, por no perder el trabajo... Sea por el motivo que fuere, resulta que la actitud de sumisión es mayoritaria. Quisiera aclara que estas reflexiones son producto de más de quince años de docencia, muchos de los cuales se desarrollaron en cursos con docentes. No se trata de datos estadísticos. Se trata de una queja y un malestar permanente. ¿Cómo interpretan los directivos las normas y circulares de evaluación? ¿Cómo interpretan los docentes las directivas? Ni la obediencia ciega a órdenes, ni la actitud reaccionaria constituyen verdaderos posicionamientos éticos. El ser humano tiende naturalmente a obedecer a las órdenes dadas por una autoridad

1. Sin embargo, esto no lo exime de su responsabilidad profesional. La responsabilidad profesional incluye el diseño delos instrumentos de evaluación y la ponderación de sus resultados. Otro modo en que se diluye la responsabilidad profesional por la evaluación delos alumnos es cuando se colectiviza. Existen asignaturas compartidas por varios docentes cada uno de los docentes coloca una nota. En estos ámbitos se desarrollan las más diversas prácticas. Desde los docentes que no interactúan entre sí colocan “su” nota y luego la promedian con el resto, hasta los que le colocan al alumno la misma nota que el otro docente sin haberlo evaluado. Todas estas prácticas van en desmedro dela profesión docente y generan la ilusión de que la nota final no la puso nadie o la pusimos todos. La ilusión de la responsabilidad compartida es un modo de dilución de la responsabilidad. La responsabilidad profesional es de cada docente. Él y sólo él es responsable de la nota del alumno y de que esa nota sea lo más fiel posible a los logros obtenidos. Queda así planteado el problema de la objetividad. Objetividad Cuando evaluamos debemos plantear funciones, alcances, objetivos y contenidos a evaluar. A partir de allí fijaremos las dimensiones e instrumentos de la evaluación. El planteo de tales cuestiones permite prever los modos de evaluar comprendiendo un amplio espectro de situaciones escolares. Pueden existir puntos oscuros a nuestro planteo inicial que de alguna manera las situaciones particulares excedan o desborden lo fijado con antelación. Por ello es preciso considerar el proceso de evaluación como no cerrado, como abierto a rectificaciones y modificaciones. Si el planteamiento ha sido correcto y está orientado en función de los aprendizajes del alumno, la evaluación deberá comparar la adecuación o no entre los criterios fijados por el evaluador y los logros del evaluado. Esto garantiza objetividad en el proceso evaluativo. Quisiera aclarar aquí que hablamos de un

mínimo de objetividad esperable en el campo de las ciencias humanas. La objetividad en estos términos (Bourdie:1999) no es comparable a la objetividad de las ciencias naturales. Para que el docente pueda llevar adelante el planteamiento de la evaluación, el proceso de evaluación y la posterior toma de decisiones que se origina a partir de él, tiene que contar con competencia e idoneidad . Dos capítulos insoslayables de la deontología profesional. La competencia en la docencia Publicación en línea .Granada (España).Año I está garantizada por la formación de grado y de postgrado. Por la actualización del docente, no solo en el área disciplinar en la que se desempeña sino en su rol docente. La idoneidad supone estar en condiciones psicofísicas para el ejercicio de la profesión (Ruiz: 1993). Esto incluye estar capacitado psicológicamente para ejercer una profesión en donde hay un ejercicio continuo del poder. Este ejercicio del poder se da muchas veces en niños y adolescentes que se encuentran en condiciones aún más desiguales que un adulto y cuya personalidad se encuentra en formación. La falta de objetividad se puede producir por diversos motivos. En primer lugar se puede dar por falta de competencia profesional. Este es el caso del diseño incorrecto de evaluaciones: por fallas en el instrumento de evaluación, por inadecuación entre los contenidos impartidos y los contenidos evaluados, entre otras. Este déficit en la formación profesional del docente puede ser involuntario pero esto no lo exime de la responsabilidad que a él le compete. En segundo lugar, la falta de objetividad se puede producir intencionalmente, cuando el docente decide beneficiar a un alumno por sobre otro. Aquí la falla no está en el instrumento sino en la ponderación delos resultados. Aquí la falla no es por omisión (involuntaria) sino por comisión. Los motivos que lleven al docente a beneficiar un estudiante con una calificación superior a la que realmente obtuvo pueden ser diversos, los más estudiados son los económicos y los sexuales. Estas cuestiones abren otro capítulo de la

deontología profesional: las relaciones de inadecuadas en el vínculo entre docentes y alumnos. Conclusiones Quisiera cerrar este escrito señalando la interrelación entre los elementos descriptos. Comencemos por señalar los capítulos incluidos en la deontología profesional del docente comentados en este escrito: competencia, idoneidad, responsabilidad profesional y social. Estas cuestiones se ponen en juego en la situación de enseñanza aprendizaje, específicamente a la hora de evaluar los aprendizajes de los alumnos. La situación de enseñanza aprendizaje se da en un medio atravesado por relaciones jerárquicas y consecuentemente relaciones de poder. Estas relaciones jerárquicas pueden favorecer el desarrollo de actitudes de obediencia y/o sumisión. El docente evalúa correctamente cuando garantiza la objetividad en el proceso de evaluación. Esto es cuando usa el poder que le es conferido en su profesión para una correcta evaluación. Y sólo puede ser capaz de una correcta evaluación cuando planea la evaluación, diseña los instrumentos a evaluar y las posibles lecturas que tendrán dichos instrumentos (competencia) cuando pone el poder al servicio de los fines internos de la educación (idoneidad), cuando asúmelas consecuencias de sus actos (responsabilidad profesional y social). Del correcto diseño y ejecución del proceso de enseñanza aprendizaje depende en última instancia el futuro de nuestro país.