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Ligia Montoya
BOLETIN DE LA ASOCIACION ESPAÑOLA DE PAPIROFLEXIA
3 Boletín de la Asociación Española de Papiroflexia © es propiedad Edición y distribución: Asociación Española de Papiroflexia. Grupo Editor Apartado de Correos: 13156. 28080-Madrid
Cuotas para el 2000: Socios ordinarios 4.500 ptas. Socios juveniles 2.000 ptas. Socios extranjeros 5.000 ptas. Pago de cuotas: Ingreso a nombre de Asociación Española de Papiroflexia CAJA ESPAÑA Leopoldo Alas Clarín, 4 Zamora Código cuenta cliente 2096-0400-26-2069929804 Enviar fotocopia del resguardo al tesorero junto con los datos generales
SUMARIO Editorial Ligia Montoya. Biografía Cisne Ánade volando Avestruz Caballito de mar Estrella Montoya Portal de Belén. La Virgen María San José Niño Jesús El Pesebre Ángel de pie Ángel de rodillas Pastor Pastora Ángel I Ángel II Foca Guacamayo Pájaro aleteador Paloma Pavo Rana Pingüino Sombrero Tulipán
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EDITORIAL
Pensamos que una de las labores más importantes de la AEP es la de dar a conocer este bello arte. Y dentro de esta expansión, creemos que debemos centrarnos en la difusión de los creadores de habla hispana. Es por ello que hemos decidido dedicar un número extraordinario de nuestro boletín “Pajarita” a Ligia Montoya, una creadora argentina que como leeremos en su bibliografía estuvo muy relacionada con nuestro país. Somos conscientes de que no se le ha dado toda la importancia que ha tenido, y que tal vez la figura del Dr. Solórzano la eclipsó. Ligia fue una de las precursoras de la papiroflexia. Ella fue de las primeras creadoras latinas; contactó con numerosos plegadores en todo el mundo; fue dibujante y colaboradora del Dr. Solórzano; descubrió la utilización del hexágono para crear nuevas figuras (a partir de él obtuvo la “libélula” del Kan no Mado, que no fue capaz de sacar el mismísimo Isao Honda); y tal vez lo más importante, ese toque de delicadeza y sensibilidad que supo dar a todas sus figuras, que aún hoy seguimos apreciando. Seguramente todas las técnicas estén más que superadas y haya creaciones infinitamente mejores. Pero no se deben valorar estos aspectos, se debe valorar cuándo fueron creadas, en qué circunstancia y la sensibilidad y delicadeza que transmiten.
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Por Teodosio de la Fuente Ríos
Biografía
LIGIA
Ligia Montoya nació en Buenos Aires, de padres españoles, pero al querer determinar el año de su nacimiento, chocamos con el primer escollo. Parece ser que dejó escrito o dicho en alguna ocasión a sus amistades, que había nacido al principio de los años veinte; sin embargo, tenemos fundadas sospechas de que no fue en esa década sino en la anterior, cuando vino al mundo.
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Hizo sus primeras es letras en la Reina del Plata y, por determinación de sus padres, vino a España, donde cursó en Bachillerato en la Universidad de Salamanca, Filosofía y Letras. Una vez licenciada, con su flamante título, volvió a su tierra natal.
Como hemos dicho antes, Ligia estudió en la Universidad de Salamanca; allí un primo suyo, estudiante de medicina, le dio la primera lección de papiroflexia, (que aún así no se llamaba) enseñándole a hacer unas cuantas figuras sencillas. Pronto prendió en su alma ese gusanillo de la afición al arte de plegar papel, crear algo sin casi nada. Crear de la nada. En aquellos años, (primer lustro de los treinta) en Salamanca y en su Universidad brillaba la estrella de Unamuno y Unamuno era un fiel practicante de ese arte que él llamó “Cocotología". “La gran diversión de mis primeros años”, escribe Unamuno en su obra “Recuerdos de niñez y mocedad”, “fueron las pajaritas de papel”. Estudió profundamente lo que hoy conocemos por “base pájaro” de origen oriental. “Las pajaritas de Unanuno” (llegó a crear casi un centenar de ellas) eran célebres por aquellas fechas y trascendieron al arte pictórico, prensa gráfica y literatura. Así fue, cono en la Salamanca que conoció Ligia, florecía el arte de las figuras de papel plegado. Pero antes de seguir hablando de su vida artística, respetando el acaecer cronológico de los hechos, digamos algo de su vida privada y sentimental. Fue en España donde Ligia se enamoró por primera vez (y parece ser que la única) y al mismo tiempo allí (o ya en Argentina, pues no queda clara la fecha en que tornó a su tierra), sufrió los primeros zarpazos del dolor. Conocemos esto a través de lo que de ella escribe Mr. G. Legman, etnólogo, investigador de la historia de la Papiroflexia y aficionado a la misma desde que era Profesor en la Universidad de Harvard en un artículo de 1.968, al cual recurriremos alguna vez más. En este decía:
MONTOYA
“Esta mujer artística, a la cual llegué a conocer a través de una correspondencia de más de diez años y desde un principio completamente sincera...” Y más adelante: “La Señorita Montoya nunca contó su propia vida directamente; excepto lo concerniente a su trabajo papirofléxico, siempre hecho con gran primor, el resto solo lo dejó entrever ligeramente en sus cartas, en pequeñísimos detalles, algunos indicadores y reveladores. Nunca se casó, estuvo muy enamorada de un hombre joven, murió en la Guerra de España, y por esta causa, en honor a su memoria y eterno recuerdo, moriría soltera.
Estoy seguro que más de una vez recordaría con pena a aquel hombre que tanto había amado y verdaderamente querido”. Es decir, en plena juventud se enamoró, tuvo un novio en España, pero ese hombre, cuyo nombre no hemos podido determinar, fue uno de los que, según Gironella, formaban parte de “Un millón de muertos” que en una u otra parte, en el frente o en la retaguardia, vertieron su sangre y perdieron su vida aquella triste aventura del treinta y seis. Como decimos anteriormente, terminados sus estudios volvió a la Argentina y allí se convierte desde un principio en el centro del arte del papel plegado.
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4
Conoce a gran número de aficionados de todo el mundo, con los que entabla correspondencia girando en torno a este común afición: Lilliam Openheimer, (Directora del Origami Center deEE.UU.), en un artículo a ella dedicado, en 1961, dice: “Trabajaba con papel plegado de forma original, sensible y delicada, reflejándose en sus obras, la realidad de su alma”. “Su magnífico plegado se observa fácilmente en sus flores, exactas o muy parecidas”.“Su cisne presenta y nuestra una verdadera imagen de belleza y parece advertirse el movimiento en la actitud de su cuello. En todo él muestra un perfecto conocimiento de anatomía, este conocimiento queda también patente en el flamenco, que parece estar a punto de empezar a andar”. “La Señorita Montoya experimenta con el convencional cuadrado, varios tipos de triángulos, hexágonos y pentágonos regulares, y agota, casi por completo, toda posibilidad respecto a esta exploración; quedando siempre patente su elegancia, gusto y preferencia por los seres vivos”. “Ligia Montoya vive intensamente este arte de plegar papel que, modesta como era, no lo reconoce, pero una pública aclaración lo acepta y así es consagrada creativa, viéndose totalmente inmersa en el arte”. Seguía carteándose con muchos plegadores de casi todo el mundo, intercambiándose creaciones y críticas constructivas con ellos. G. Legman, la puso en contacto con un profesor universitario, muy interesado en el tema, que había estudiado los perdidos plegados “froebelianos” del pedagogo alemán. Con Alice Gray, que le dedicó los “complementos para su tulipán”; con Akira Yoshizawa en Japón, uno de los cocreadores de los Símbolos internacionales; con Neal Elias, y entre los españoles, contacta, entre otros, con Alfonso Conzalez-Conde, en 1957, cuando la revista Alba, publica una entrevista con él. En aquel tiempo Ligia Montoya contaba ya con un curioso y creciente juego de figuras por ella creadas. En Argentina trabajó junto a G. Lareo, a quien había contagiado el secreto de su afición; pero sus verdaderos ídolos como maestros en
papiroflexia, serían siempre: Unamuno y Yoshizawa. También conoció, en este caso personalmente, al también bonaerense por residencia, al papiroflecta D. Vicente Solórzano Sagredo (conocido en nuestro mundillo de la afición, por el Dr. Solórzano) entablándose entre ambos sincera amistad. Tenía treinta y tantos años más que ella; le ayudó y colaboró con él, pero volvamos a tomar de nuevo la verborrea de Legman: “Durante 1960 ayudó al Dr. Solórzano, (en aquel tiempo Odontólogo en Buenos Aires) , haciéndole muchos centenares de dibujos para su gran obra sobre Papiroflexia; trabajando con él en planear, presentar y retocar plegados, que él había inventado y reunido con el tiempo. Cuando todo este trabajo estuvo finalizado, apareció bajo el título de “Papiroflexia Zoomórfica” (Valladolid 1962) en dos voluminosos tomos de gran formato, con 3 prólogos y más de 1.700 dibujos Ligia Montoya quedó asombrada y herida en lo mas profundo, ante la completa omisión de su nombre y cooperación en dicha obra. No sólo por casi un centenar de figuras inventadas por ella, (por lo que no había recibido beneficio crematístico alguno), sino también podríamos hablar de muchas de la papirolas plegadas, por lo que hubiera deseado cualquier referencia. Como propios originales suyos (de Ligia) que había creado, (por ejemplo: el Perro, el Lobo y el Zorro, Volumen I, páginas 155 a 161) y otros similares de mi amiga Montoya, aparecen en este mismo trabajo, bajo esa falsa propuesta. Hice todo lo posible e intenté poder influir en ella, sobre su intención de apartarse entonces, completamente, de la Papiroflexia, allanándole los mayores obstáculos. Casi al mismo tiempo de estos hechos, el arte de “plegar papel”, que ya de por sí es contagioso, se puso de moda en la Argentina y en todo América y, por arte de magia, surgen numerosos aficionados, casi todos noveles, que se interesan y buscan dirección y apoyo para aprender a plegar más y más figuras. Entonces Ligia se convierte en algo así cono el Ángel de la afición; escribe y ayuda a los nuevos aficionados y les envía a manos llenas figuras y
figuras que pliega incansablemente, muchas de las cuales se habrán perdido. Tornando a nuestra biografía, Legman sigue diciendo: “La señorita Montoya plegaba con tanta fuerza y energía, que obtenía las más puras formas. esto es el mismo caso del plegado de Yoshizawa y de Cerdeda, en los que es incuestionable el más fino
plegado artístico, cono sucede también en España en la actualidad”. Sabemos también por Legman que aunque en algún momento Ligia Montoya pensó en la publicación de su obra, esto nunca tuvo lugar, por desgana, por temor, por olvido o desengaño ante las desilusiones sufridas; pero nada de ello impidió que siguiera plegando gran número de figuras y con altruista generosidad repartiera entre sus amistades y conocidos. Aunque algún destinatario las haya dado a conocer (acaso empleando el procedimiento citado) sospechamos y creo con fundamento, que hayan quedado gran número de ellas en el anonimato. Después de aquél disgusto de 1962, no se pudo recobrar y volcó todo su afecto en la familia y los niños a quienes escribía sobre el arte de plegar papel, (aquellos niños que ella nunca tuvo) a los que aconsejaba y dirigía en su naciente y nueva afición. Todo este afán papirofléxico la sostenía y animaba. Pero sigue hablando Mr. Legman: “Nunca se pudo olvidar de aquel disgusto que había sufrido y ese tiempo fue para ella verdaderamente triste. Tenía también una salud delicada, cuando ella me escribió, parecía haberse empeorado, su vida
privada era de una simplicidad monástica, que también le aumentaba la depresión”. Y punto final, ¿fue su enfermedad intrínseca?; ¿fue a consecuencia de aquel disgusto?; ¿fue porque así estaba escrito en el libro de actas del destino humano? No sé, pero el día 4 de Abril de 1.967, dejó de existir lentamente consumida, sin ruidos, de una forma dulce como siempre había vivido esta mujer humilde con alma de artista. !Descanse en Paz!
Bibliografía LEGMAN, G.: En “The Origaman”, Primavera-Verano 1968, New York. Edita: Alice Gray. Artículo, “Ligia Montoya, Mujer y Artista, en el primer aniversario de su muerte”. OPPENHEIMER, Lillian: En “The Origaman”, Invierno 1961. Edita la misma. Artículo: “Ligia Montoya, Nuestra Origamista Ángel”. PAJARITA. Nº 3, Boletín de la A.E.P.: Prisma de Papel, por Akira Yoshizawa, pág. 3. Artículo de V. Palacios, sobre Ligia y el Dr. Solórzano, pág. 16. Biografía de Alfonso González Conde, pág. 20.
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Cisne Base pez, color visto 2
1
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2º
1º
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Ánade volando Base pez, color debajo 2 1
3
5 4
Plegar simultáneamente la oreja de conejo y la aleta grande, doblando ésta por las marcas de los pliegues de la figura 3.
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7
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9 10
8
11
Avestruz Base pájaro, color a la vista 3 1
2
90º
5
4
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8
7
9
Caballito de mar Base pez, rectángulo 8 x 11 rombo, color abajo 1
2 3
4
10
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6
7
8
9
14 10 12
13
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11 h
h = 1/2 L
11
Estrella Montoya 2
3
=
=
=
=
1
=
=
=
=
4 5
6
12
7
8
9
11 10
12
Repetir en las cuatro puntas
Diámetro = 70 % de L Puede formarse una estrella mas compleja realizando varias figura utilizando sucesivos cuadrados de color diferente, cada uno de lado igual a los 2/3 del anterior y se superponen pegándolos.
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Portal de Belén Rectángulo 19,5 x 11 cm.
La Virgen María 1
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5
6
15
7
9
8
10
11
25º
12
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Asiento para la Virgen
Perfil
Rectángulo 18 x 11 cm.
San José
1 2
3
4
7 9 8 5
6
11
12
10 13
17
Rectángulo 8 x 5 cm.
Niño Jesús
3
2
1
4
8 7
5
6
9
10
12 11
90º
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Largo = 50 % L
Paja: papel color amarillo
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Se inicia con la figura nº 2 de San José
1
Ángel de pie 2
3
6
4
7
5
8
9
20
10
11
h = 75% L