Las Heridas de Cristo [PDF]

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Zitiervorschau

Prs. Wilson & Guiliana Saldaña Las Asambleas de Dios del Perú

LAS HERIDAS DE CRISTO Isaías 53:5 “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” INTRODUCCION. Jesucristo en el castigo que recibió entre los de su pueblo, sufrió toda clase de heridas que pueden ser conocidas por la ciencia médica. Esta verdad no solamente lo sabemos por las declaraciones hechas en el Nuevo Testamento sino también es explicado por los profetas del Antiguo Testamento. El castigo y las numerosas heridas en el cuerpo del Señor ya estaban predichas. Estas heridas las podríamos mostrar en cinco maneras por la cual el Señor sufrió amargamente. I.

LOS GOLPES Y LOS MALTRATOS. A. “A los que me herían les ofrecí la espalda, y a los que me arrancaban la barba les ofrecí la mejilla; no escondí mi rostro de las injurias ni de los escupitajos.” Isaías 50:6RVC Esta profecía es el anuncio al primer sufrimiento del Señor el cual fue cumplida en “Entonces unos lo escupieron en el rostro, y le dieron puñetazos; y otros lo abofeteaban” Mateo 26:67RVC. Esto significa que con puños cerrados daban sobre él con el objetivo de desfigurarlo. B. El profeta Isaías hace una descripción cual es el resultado de este castigo. “Muchos se asombrarán al verlo. Su semblante fue de tal manera desfigurado, que no parecía un ser humano; su hermosura no era la del resto de los hombres.” Isaías 52:14.

II. LOS LATIGAZOS. A. Este es el segundo sufrimiento y herida que recibió nuestro Señor. El salmista no puede silenciarse, siente en lo profundo de su corazón expresarlo “1Mucho me han angustiado desde mi juventud, Puede decir ahora Israel; 2Mucho me han angustiado desde mi juventud; Mas no prevalecieron contra mí. 3Sobre mis espaldas araron los aradores; Hicieron largos surcos.” Salmos 129:1-3. El evangelista Mateo también no puede callar “Entonces Pilato puso en libertad a Barrabás, luego ordenó que golpearan a Jesús en la espalda con un látigo, y que después lo clavaran en una cruz.” Mateo 27:26 Nadie que reconozca su razón de humano puede callar, no

puede desconocer tan humilde entrega al sacrificio por causa del hombre caído. B. Este látigo fue descargado con la fuerza muscular de un hombre acostumbrado a dar este tipo de castigo. Es decir no era de unos soldados aprendices. Este sufrimiento fue tan inhumano, considerado como asesinato. C. Cuarenta latigazos cayeron sobre las espaldas de Jesús. Sus carnes fueron horriblemente dañadas y agujeradas; separadas de las costillas y vértebras. D. Fue una cruel tortura hecha al Maestro de Galilea; este castigo recibía quién no tenía pecado. Pero que hizo Jesús, el no pecó, pecamos nosotros. Él hacía el bien, enseñaba justicia. III. LA PENETRANTES ESPINAS. A. Cuando la maldición de Dios cayó sobre el primer hombre pecador (Adán), fue dicho por Dios que la espina sería el símbolo de aquella maldición. “Al hombre le dijo: Puesto que accediste a lo que te dijo tu mujer, y comiste del árbol de que te ordené que no comieras, maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Te producirá espinos y cardos, y comerás hierbas del campo.” Génesis 3:17-18RVC. B. Esta verdad no se refiere literalmente a los espinos de algunas plantas o hierbas del campo. Se refiere a los espinos de la corona vergonzosa y dolorosa que fue impuesto en las sienes a nuestro Señor Jesús “En lugar del espino crecerá el ciprés (Pino); y

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en lugar de la ortiga, el mirto (Arrayanes). Esto servirá de renombre al SEÑOR, y de señal eterna que nunca será borrada”. Isaías 55:13RVA2015. C. Este padecimiento de los espinos en las sienes de nuestro Señor Jesucristo crucificado, representa el pecado de la humanidad perdida. Aquella hora que Jesús sufría tremendo dolor por la infección e inflamación que le estaba causando esta corona de espina es descrita por Mateo de esta manera: “y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los Judíos!” Mateo 27:29 D. El Vr. 30 es impresionante, impactante y mucho más doloroso entender, dice: “Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza”. No contentos con haberlo puesto la corona, ahora empezaron a golpear la cabeza con la caña. Cada golpe con la caña hacía penetrar aquellas afiladas espinas en las carnes de las sienes de Jesús. E. La maldad del hombre pecador es abrupta, perversa y maligna. El pecado hace al hombre, una bestia salvaje sin límites. Por eso, usted lee, mira y escucha que el hombre mata niñas y niños violándolas, despedaza y los mete en maletas o costales a su prójimo como hacer pedazos a un animal. No le importa, no siente y por último, el hombre cada vez está peor que las fieras salvajes. Eso es el pecado en el hombre. Por eso, este día, le invito a dejar el pecado, renuncie todo mal o maldad que haya hecho, vuélvase a Dios. IV. LA CRUCIFIXIÓN. A. Entre los distintos castigos ya mencionados, no podemos dejar de mencionar la misma crucifixión. “Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malhechores; me horadaron las manos y los pies.” Salmos 22:16LBLA El cumplimiento de esta profecía se encuentra en sentencia sencilla en “Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes” Mateo 27:35 LBLA B. Las costumbres comunes de aquellos tiempos, era amarrar las manos y los pies de las víctimas en la cruz. Las de nuestro Señor no fue así, él fue clavado. El amor de Cristo por todos nosotros, está demostrado por una legítima entrega y muerte por la humanidad. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16 V. UN CORTE PENETRANTE. A. Esta herida estaba predicha en “Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén, el Espíritu de gracia y de súplica, y me mirarán a mí, a quien han traspasado. Y se lamentarán por El, como quien se lamenta por un hijo único, y llorarán por El, como se llora por un primogénito.” Zacarías 12:10LBLA. Es una herida penetrante ocasionada por un instrumento agudo. Su cumplimiento se encuentra en “33 Pero cuando llegaron a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas; 34 pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y salió al instante sangre y agua.” Juan 19:33-34 B. El Salmo 69 nos da también una narración detallada de los padecimientos de Cristo crucificado; el vr. 20 dice: “El escarnio ha quebrantado mi corazón y estoy acongojado”. CONCLUSIÓN. Heridas con el puño, de latigazos, de penetración, de perforación, de incisión. Todas estas heridas fueron recibidas por ti y por mí; fue herido por nuestras rebeliones, mas hasta que no aceptemos para nosotros el derramamiento de su sangre, no seremos limpios de todo pecado. Observando el texto del principio entendemos ahora que por las llagas de Cristo fuimos nosotros curados de todos nuestros pecados.