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Zitiervorschau

La Rata con Thinner Y otras anécdotas cotidianas de la sociedad latinoamericana actual Compilado por Omar Ramírez Edición: Charles Flowers

La Rata con Thinner

Compilación de anécdotas

Dedicatoria Para todos los autores, conocidos y desconocidos que aportaron parte de su vida diaria para la formación y el enriquecimiento de esta antología.

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La Rata con Thinner

Compilación de anécdotas

Índice La Rata con Thinner ......................................................................................................................... 3 El metalero y la morrita con Down ................................................................................................ 6 Mi noche con Jazmín ...................................................................................................................... 11 El día en el que violé mi foto ........................................................................................................ 14 Mi abuelo Itati ................................................................................................................................. 17 Un día más en Wal-Mart ............................................................................................................... 20 Mi fetiche por los Uber .................................................................................................................. 22 AMLO Abusador ............................................................................................................................ 24 El amante de las palomas .............................................................................................................. 25 El tío Pedro en el Subway ............................................................................................................... 27 La enana y su abuela ...................................................................................................................... 30 La cabra en el columpio ................................................................................................................. 34 El perro que come cereal con cuchara ......................................................................................... 38

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ace un tiempo estuve rentando un departamento con un primo, pero el vato estaba bien pinche loco sexual; seguido llevaba vatos lavacoches, inditos morritos vende chicles, indígenas y hasta centroamericanos que

se encontraba en las vías del tren. Mi primo, muy bien samaritano, les daba de tragar, los dejaba bañarse o hasta les rolaba tenis o ropa; todo esto a cambio de coger o mínimo dejarse mamar la riata. Admito que al principio no me gustaba mucho la idea, y prefería encerrarme en mi cuarto oyendo música, fumándome un porro o lo que fuera, menos oler a los vagabundos. Pero mi primo iba trayendo güeyes cada vez más cabrones, yonkis, dementes mal tripeados y pues me pedía que lo cuidara por si se ponían agresivos, además que él se apendejaba bastante con los poppers. Acepté de mala gana, aunque le fui agarrando el gusto y el morbo de ver cabrones de la calle cogerse a mi primo sin condón.

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Una vez, cuando estaba yo en la cocina, llegó mi primo y me dio un tufo culerísimo, pero cabrón. Ya pensaba yo se había traído un cadáver o algo así. Cuando me asomo y veo que trajo al pinche vagabundo más pinche yonki llevado a la verga que se pueden imaginar. Todo mugroso, piojoso, con el pelo hecho rastas como de mugre y mierda, tembloroso con la mirada perdida y con una chamarra dura de tanta suciedad. Le dimos una maruchan al güey. Mientras tragaba le dije a mi primo: “No ma, te pasaste de cabrón.” Él solo se rio y me contestó: “Ja, ja, ja, ya sé.” En eso, el vago se mete la mano a la bolsa de su chamarra y agarré mi fusca por si las moscas, pero nel, el güey nomás saca una pinche ratota muerta toda tiesa, la empapa de thinner y la comienza a inhalar como estopa. Yo dije: “No ma, ¿qué pex?”, y mi primo ya estaba bien caliente, como que le prendió esa chingadera, y que se le avienta a si a mamarle la verga sin siquiera bañarlo. El mugroso estaba ahí de patas abiertas inhalando su ratota, mientras mi primo le quito el pantalón todo mugriento, y le sacó la verga. La neta la tenía enorme, quizás y hasta estuviera rica sin todas esas capas de esmegma, ni las ladillas que adornaban sus rastas púbicas. Mi primo se tragaba toda la riata y yo no sabía si excitarme o vomitar, así que opté por fumarme unos porritos. Mi primo, todo caliente se desnudó por completo, y le ofreció el culo al malviviente, que, sin pensarlo, se puso a mamárselo. El pasivo de mi primo estaba en pleno éxtasis, en un estado de trance al sentir su culo mimado por el hocico del indigente. No tardé mucho el vago en ensartarle su enorme macana, toda dura y sin condón, haciendo gemir y gritar a mi primo como puta en celo, todo entrado en los poppers. Estaban en el mete y saca, cuando el güey saca su rata, le da un jalón profundo y se la mete en el ano a mi primo. Y dale que se lo sigue cogiendo más duro, empujándole la rata al recto. Una cogida cada vez más brutal, y luego de un

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rato ya el culo de mi primo escurriendo en mecos. El cabrón este luego de sacar su riata ya aguada, se chinga ya lo último de maruchan y me empieza a gritar. No sé ni que vergas balbuceaba y yo ya andaba bien marihuano, así que nomas le apunté con la fusca y lo mandé corriendo a chingar a su padre. El vato salió todo escamado que ni tiempo tuvo de ponerse los pantalones, y pues yo me quede ahí dormido. Al rato me despierto con los gritos y quejidos de mi puto primo. Estaba chille y chille que le dolía el culo y las tripas, ni se acordaba todo lo que le hizo su amante. Yo de buena onda lo ayudé para llevarlo al baño a que cagara los mecos atorados y que le sale la pinche rata del culo, pero toda despedazada y llena de gusanos. Mi primo casi se desmaya del susto y pidió que lo llevara la clínica para que le hicieran un lavado. Pero bien valiente que se sentía en su calentura.

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El metalero y la morrita con Down

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uando iba a la prepa estábamos bien locos mi compa y yo. Nos íbamos a Coyoacán con otro grupo de culeros a jugar billar y tomar hasta vomitar. Una vez un güey hasta se cagó. En una de esas tardes bien pendejos

conocimos a una morra bien calenturienta que cogió conmigo y con mi compa varias veces. Iba a la casa de mi amigo o a la mía cuando no estaba mi jefa. La morra estaba dos tres la neta. Mi compa era metalero, de esos que escuchaban death y sus mamadas. Te decía poser si escuchabas otra mamada que no sea su puta música para greñudos apestosos. Bueno, pues la puta estaba un día en el bicho, se la canta a mi compa ya medio borracha le dice: “Una morra que conocí y yo pues la neta queremos hacer un trio contigo.” Y bien excitado le dijo que sí. Luego, luego, bien cagado todos chiflando ahí en el billar aplaudiendo como pendejos. Ya estábamos bien pinches marihuanos y pedos. Hasta nos quisieron sacar del billar y casi se armaron los putazos. 6

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Ya ese día que nos íbamos en el pesero de Copilco me dice mi amigo: “La voy a convencer para que tu igual te nos unas.” Igual y si quería. La neta estaba yo bien caliente y morboso todo el tiempo y quería coger. Mi compa me manda mensaje al siguiente día, que era sábado y me dice que la morra dijo que simón, que igual fuera yo el domingo, que se iba a armar. El mero día nos fuimos ahí por Cuautitlán Izcalli, bien culeras las calles. Llegamos a una calle bien jodida llena de malandros en las esquinas con su mona. Mi amigo me dice: “Aquí es” Llegamos a la casa de esta vieja; una casa de lámina con piso de tierra que apestaba a miados y cagada de perro. Los perros luego, luego, ladre y ladre atrás de unas tablas todas mal puestas. La neta si daban miedo sus putos perros, eran como mezclas de pitbull con otra mamada, pero sí estaban bien psicóticos los putos. Pues esta morra saca luego, luego, en su cocina unas aguas locas de horchata y uva. A mí no me latía, pero pues entre más corriente más ambiente. Nos pusimos medio pedos y la morra esta puso rolas de banda bien culeras y reguetón. Mi compa bien pendejo empezó a criticar su música y la morra nada más se callaba. En eso que tocan la puerta y que la morra dice: “Ya llegó mi amiga” y mi compa y yo los dos viéndonos de “¡¡A huevo!!” Que llega la otra con la que se iba a armar. ¡No mames! Era una morra de unos 17 años con Down. Bien chaparra con una joroba y su camisita rosa llena de baba y mocos. Los dos viéndonos con cara de “verga, ¿qué pedo?” Pero en eso mi amigo ya pedo me voltea a ver y me dice “Sí, ahuevo, a ver que se arme.” Y ¡madres!, que mi compa le empieza a plantar unos besos a la morra con Down, así mezclados con mocos y baba. Y mi compa agarrándole las nalgas a la morrita, y la morrita se empieza a reír así bien cagado como retrasada. Y mi compa le suelta un chingadazo. “Cállate pendeja”, le gritó bien culero. Que pone su celular con el bluetooth en la bocina y puso rolas de metal bien acelerado con guturales. La otra morra y yo pues agarrándonos todo y que me la empieza a mamar. Yo viendo a mi 7

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compa con la chava mongola. Bien loco la empieza a putear y la obligó a que se la mamara, acá mi compa bebiéndole a su agua loca. Que la pone en una cama del cuarto de al lado y le baja el pants bien culero todo miado que traía. La esta morra que me la mamaba se cagaba de risa y pues ya nos fuimos para el cuarto con esos güeyes. La morra esa media asustada y mi amigo se quitó la ropa. Y de su mochila que traía sacó un pinche látigo pequeño, y empieza a darle en las nalgas y a meterle la verga en el culo y a cogérsela bien cabrón. La otra morra y yo pues cogiendo y todo, pero estos güeyes se estaban pasando de verga. Hasta le paramos porque la neta se escuchaba bien culero, como cuando gimen los puercos cuando los matan. Mi compa bien caliente gritando: “Pinche jorobada pendeja.” Después de correrse afuera en su culo, dice: “voy al baño.” Hasta tambaleándose en el pasillo de lo pedo que estaba. Pues la neta que se me antoja en el desmadre porque yo estaba con la otra morra, pero que se me ocurre empezarme a coger a la que tenía Down, y chingue su madre, que le dejo ir la verga hasta el fondo. Ya bien entonado con la pinche música me empiezo a pasar de verga y a sentirme bien psicópata, y a soltarle sus putazos. La otra morra sobándose la panocha viendo y agarrando el látigo de mi compa que se pega en las tetas con él y yo me prendí más. Que volteo a la morra con Down y le meto la verga en el culo, y la morra quejándose, pero yo le seguía. Que llega mi compa del baño con un maquillaje así bien death metal blanco con negro y con una navaja de afeitar. Y que le empieza con la otra vieja a coger igual. La otra morra bien loca que se empieza a abrir el culo y mi amigo medio cortándose los brazos al ritmo del metal mientras se la ensartaba. Ya todos bien decadentes que empezamos a agarrar a la morra con Down en el suelo y la agarramos a putazos un ratito. Mi compa se puso unas servilletas de la cocina en los brazos. La esa vieja que estaba bien maniaca sexual que saca una lata

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y nos dice: “Vamos a fumar piedra” y pues que le damos. Y la que tenía Down dice: “Yo iguad” y todos así de: “pues va, que le fume sin pedos.” ¡No mames! Que se pone bien puta loca la morra y que agarra a mi compa y le gritaba que cogieran. Pues mi amigo y ella que le dan de nuevo, pero esta vieja se empezó a poner bien loca, realmente preocupante, le soltaba chingadazos a mi compa en la jeta y se embarraba su maquillaje en todos lados de la cama. Le soltaba putazos en las bolas, y hasta le vomitó encima, pero mi compa en lugar de parar se la seguía cogiendo. En eso la otra morra que la quiere bajar y no sé de dónde chingados sacó fuerza para aventarla bien culero al otro lado del cuarto. Mi compa otra vez se corrió bien cabrón en su jeta y la Down gritoó: “¡QUIEDO MÁD, QUIEDO MÁD!”, y que me agarra y de abajo de la cama de la otra morra saca un dildo rosa y me lo mete en el culo la puta. Yo bien excitado y que me empieza a chupar el culo y a pegarme en las bolas, luego se puso el dildo como si fuera pito y que empieza a meterlo en mi culo. Yo ya todo excitado que me quiero levantar, pero me soltó un putazo con el dildo en el ojo que me dolió bien ojete, y mi compa se agarra a la vieja de la cabeza y le mete su pito en la boca. Y pues la morra con Down dándome con el dildo y chupándosela a mi compa al mismo tiempo todo vomitado. La otra morra agarrándose la panocha. En eso que escuchamos como abren la puerta y ¡no mames! Que nos salimos corriendo del cuarto y queriéndonos vestir. Era la mamá de la morra de la casa y todos en chinga queriendo ocultar todo en putiza, pero no se nos ocurrió más que correr, pero todos bien drogados ni supimos que pedo y nos echamos a correr a la calle. La morra con Down apenas y podía y todos encuerados. Que se sueltan los putos perros que avientan las tablas y cuando la señora abrió la puerta vio salir a un pendejo con maquillaje todo embarrado agarrando su ropa, a mí, aunque sea nada más con el pantalón con un ojo morado y sangrando de la nariz y a una mongola toda encuerada corriendo y balbuceando en la calle. Los perros se echaron a correr atrás de la morra con Down y nosotros nos escapamos. Ese día 9

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nos fuimos en taxi como pudimos, pero bien paniqueados por la piedra y medio apendejados de todo lo que pasó. Ya no supimos nunca que pasó, pero al parecer la morra con Down sobrevivió al ataque de los perros.

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Mi noche con Jazmín

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n día estábamos en el trabajo mi compa y yo. Él es policía estatal y tiene veintidós años, y yo, dieciséis. Pero, como es policía, tiene viejas de montón. Y pues hagan de cuenta que una vez me dijo: “Eh, güerillo,

vamos a una peda. Voy a invitar a mi vieja, y mi vieja a sus amigas.” Y le dije que simón, que sí. Y pues ya terminamos de trabajar y nos fuimos para su casa. Y en eso el güey me dice: “Báñate, que esas morras son bien finas.” Pues me bañé en su baño, tenían jabón del Roché, no mames. No me había bañado en seis días y luego me bañé con jabón Roché, no mames. Una experiencia bien rica. Me pasé el jabón por en medio de mis huevos y me estremecí tanto, que saqué mecos hasta la pared, mi impulso sexual dio para que los agarrara antes de que se cayeran al piso y se los embarre al jabón. Me pase el jabón por el culo y después lo mastiqué como si fuera chicle. Fue una experiencia única. Total, entra mi compa y me dice “¡Apúrate, pinche güero ojete, que se hace tarde!” Y pues ya me empiezo a vestir y todo, me peino chingón y todo bien pinche inalcanzable, y le digo al güey que ya estaba listo. Pero voy a su cuarto y el pendejo estaba dormido. Agarré una tina de agua y puse mi chicharra que traía en la tina, le puse la mano y el güey en putiza se levanta y pues 11

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ya nos subimos a su patrulla. Pasamos por unos amigos antes de ir al bar en donde íbamos a ver a las morras, y, ¡ándale! El güey nos da una caja medio pequeña que traía mota y unos cartuchos de 6mm y pues le hizo señas. Yo bien pendejo ni entendía qué pedo. Total, llegamos y ahí estaban, era una de las viejas de mi compa, está bien chichona, cada que la veo me dan ganas de cachetearle esas tetotas para que reboten. Pinche güerita chaparrita y chichona. Pero traía una amiga que está guapa, se llama Jazmín y pues era medio tablita, tenía lentes y flaquita pero bien hermosa. Total, llegamos, las saludamos de beso y pues ahí nos quedamos toda la tarde, me retaron a que la besara y pues como todavía no andábamos pedos ella y yo pues como que nos joteamos y como que sí y que no, pero dijeron que, si cumplíamos, nos invitaban unas chelas a cada uno, y jalamos. La besé y me besó, se sintió chingón. Y luego el otro güey con el que íbamos estaba solo, y nada más se quedaba viendo, y le digo: “Eh, güey, consíguete una de las de haya” y me dice: “Nah, después me pega mi vieja.” Y me valió madres, yo no le voy a rogar. Si quiere, chingón y si no, pues también ¿verdad? Y pues yo con la morra como que tuve un sentimiento y que dicen que nos demos un beso de amor verdadero y ándale chinga, que sí se hace, pero como andaba pedo me la quería comer y ella de piquito, pero me siguió el beso, me sentí como la bella y la bestia. Pinches ojetes, ¿han sentido un beso así, pedos, marihuanos y con sueño? Se siente bien chingón. Bueno ya eran como las diez de la noche y que dicen que van al baño y pues ya nosotros vamos al de hombres. Mi pinche amigo no salía del baño, y llega otro güey que ni conocía y que le digo: “Este güey se anda dedeando, vamos a mear en las esquinitas. Igual somos tres y las esquinas cuatro. Nos la pelas” y dijeron que sí, y en eso mi compa sale y dice: “Pinche güero, ya hiciste tu desmadre” Nada más

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porque puse mi nombre en la pared con mis miados. Y pues ándale que ya termino, llego a la mesa todo bien ladeado, me quise sentar y pinche silla se movió y me caí, todos en el bar empezaron a gritar “Mala copa, mala copa” y en eso me levanto, y que me intento agarrar de la mesa y me chingo una botella de corona de vidrio, y me gritan ¡Eh puto! Y mi compa me saca y me dice:” Güey, ya estas bien pedo.” Me encierra en la patrulla y le digo: “Llámale a Jazmín.” Dijo que simón, pero creí que no le iba a decir, por eso me cagué en el carro. Y que va llegando y me pregunta si estoy bien. Güey, se sintió bien bonito. Y le digo que sí, que estaba maso solo, pero ella me pone mejor, pero no podía decir nada. Estaba de “si eto edo ero el i blo ben”; o sea me dio pena porque le quería decir bien y hablaba como pendejo con Down y le digo que se quede conmigo y me dice que se tiene que ir y le pido disculpas por cagarla y me dice que no me preocupe, me besa y se despide, quería llorar en ese rato, pero llore cuando se fue. Me salí para ir a buscarla a la cantina, pero me dicen que ya se había ido y pues me deprimí bien culero, tanto que le vomité a mi compa, me puso en un taxi y me llevó para mi casa (el taxi). Cuando llegué le envié mensaje y le pedí perdón y me dijo que no me preocupara, que de todas formas se tenía que ir y pues me sentí bien mal. Hoy fuimos a pistear mi compa y yo, se llevó a la misma vieja, pero no llevó a su amiga, le envié mensaje y me dijo que tenía tarea y pues me preocupa y le dije que no había problema y que después podíamos salir y me dijo que sí. Me deprimí un chingo güey, no mames, hasta la fecha la quiero todavía.

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El día en el que violé mi foto

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ace un tiempo empecé a violar mi foto. Cuando era niño mi madre solía decir que era hermoso y eso me hacía sentir increíble, me miraba en el espejo para admirar esa belleza que tanto me adjudicaban y solía

llevar una foto mía a todos lados para mirarla en secreto. Con el tiempo, me obsesioné con la belleza de los demás ya que creía que yo era la única persona bella. Seguía con mi ritual de llevar una foto mía a todos lados, pero después de un tiempo eso no me parecía tan increíble como yo. Empecé a masturbarme con mi foto ya que eso era lo único que podía satisfacerme, pero con el tiempo eso dejó de complacerme. Así que me encerraba en el baño con un espejo del tamaño de mi cuerpo y me masturbaba expulsando grandes cantidades de semen al reflejo de mi rostro, y eso me excitaba mucho más que masturbarme mirando. Así que continuaba con mi extraño ritual hasta por 2 horas seguidas disparando cargas de 6 a 7 veces hasta quedarme seco. Cuando cumplí los diecisiete conocí a una niña llamada Juliana, la cual era increíblemente hermosa, pero no tanto como yo. No tenía muchos amigos ya que todos decían que era muy engreído y que necesitaba ayuda, no entendía el por qué, 14

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ya que todos eran horribles. Ella se convirtió en mi amiga ya que pensaba que yo era hermoso. Durante un tiempo, ella comenzó a atraerme y yo naturalmente le atraía a ella. Yo había dejado ese ritual de masturbarme con mi reflejo solo por ella, pero un día que la invité a mi casa para que conociera a mis padres encontré en mi antigua cartera la foto mía que llevaba a todos lados y me empecé a calentar a tal grado de correrla de mi casa de forma discreta y entonces entré a mi cuarto. Puse la foto sobre el colchón y empecé a masturbarme recordando los viejos tiempos, tenía alrededor de 6 meses que no lo hacía así que cuando disparé la carga, ésta llegó hasta la pared atravesando de lado a lado la habitación y manchando la habitación en un color blanco, eso me excitó demasiado, así que tomé mi enorme pene y lo metí entre los colchones con el fin de sentir placer por pensar que me estaba violando a mí mismo. Fue doloroso, pero demasiado excitante así que repetí eso muchas veces hasta que mi colchón parecía un sándwich con mucha mayonesa. Era como estar en un río de semen. Un día que mi mejor amiga Juliana estaba en el salón comiendo galletas me calenté lo suficiente por verme en un espejo y soltar una carga de solo pensar en mi violando mi cuerpo, así que corrí a mi habitación y empezar con este ritual. Me desnudé por completo, unté aceite de oliva en mi enorme miembro y, entonces metí mi enorme pene en el colchón. Estaba en el mete y saca cuando recordé de mi flexibilidad y fue cuando entonces decidí chupar mi propio pene, eso me excitó tanto que solté una carga de tal magnitud que me salió por la nariz y las orejas, estaba en un punto de placer absoluto, entonces ella entro de golpe mientras preguntaba el por qué tardaba demasiado y en cuanto me vio se quedó inmóvil ante esa escena. Ella grito y salió corriendo con lágrimas en los ojos mientras yo sin tiempo a vestirme de nuevo la comencé a perseguir hasta la calle mientras todos mis vecinos miraban y los niños jugaban, cuando la toqué del hombro ella me dijo “¡Aléjate de mí, depravado sexual!” Me detuve y volví a la realidad escuchando a los vecinos 15

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gritando y a mi madre escandalizada por mí, mientras yo estaba inmóvil con una gran erección mientras mi pene chorreaba ya que esa situación me excitaba. No la volví a ver hasta hace poco, ella se cambió de instituto, pero guarde una foto de ella y desde ese día siempre me masturbo con su foto frotándola contra mi miembro de tal forma que incluso salen chispas de tal fuerza que ejerzo ante la imagen, llevo 5 años haciendo esto, algunas veces la miro por la calle y cuando la veo meto mi mano al bolsillo del pantalón y me masturbo allí mismo y suelto mi carga sobre los postes de luz haciendo la forma de un corazón y todo en su honor.

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Mi abuelo Itati

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i abuelo era un hombre fuerte, chingón y viril, hasta que le dio Alzheimer. Como mis tíos no querían cargar al pinche vejete, se lo encasquetaron a mi jefa, y ella a su vez me lo dejó encargado a mí,

porque ella tenía mucho trabajo y pues yo la neta era un pinche nini en ese entonces. Ya saben la lata que es cuidar a un puto vejestorio en esa condición, andar vigilándolo, dándole su comida y sus pastillas, hasta llevarlo a cagar y que el cabrón ruco no se acuerde ni de tu pinche nombre, pero pues total. Igual yo lo dejaba ahí encerrado en su cuarto pa que no diera lata, e invitaba a mis compas a jugar Call of Duty y demás mamadas. Una vez mi compa trajo unas morritas, y yo armé unas aguas locas y puse unas porno. Ya saben, la clásica para fajarnos a las morras acá chingón. Pero toma que ni mi compa ni yo compramos pinches condones, y las morras a la hora de la hora salieron con que tenían que ir con sus novios y su puto padre, a la verga. Y 17

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ahí nos quedamos mi compa y yo, todos con el pito tieso. En eso a mi compa se le ocurre una idea, que nos mamáramos mutuamente los pitos. Yo le dije: "Nel, estás pendejo, yo no soy joto, güey", y me dice: "De compas, güey. Mira, tú si quieres mira para otro lado, o ponte a jugar el Call of Duty mientras te la mamo, y luego tú me haces a mi igual". Y empezamos a hacer eso todas las tardes, jugar Call of Duty mientras nos mamábamos mutuamente la verga. Estaba chingón. Un día, ya entrados en esa rutina, y mientras le mamaba la riata a mi compa, me acuerdo de que no le había puesto llave al cuarto del abuelo. Apenas iba a levantarme para ponérselo, pero oh sorpresa, el ruco estaba ahí en la puerta, mirándonos en nuestra mamada (literal). Dije: "no ma, ¿ahora que hacemos?", mi compa voltea a ver a mi abuelo, quien no decía nada, solo nos miraba fijamente, y me dice sonriente: "Güey, ¿estás pensando lo mismo que yo?" y le dije: " No ma. Bueno, va." Agarramos al cabrón viejo, lo pusimos sobre mi cama, lo encueramos y mi compa, ni tardo ni perezoso, le ensarta la verga en el culo. "Uy, está apretadito" decía, mientras mi abuelo nomás gemía como quejándose. Yo me puse del otro lado de la cama y le di a tragar mi verga al ruco. Al principio como que no quería, pero rápido empezó a mamarla con gusto y no ma, la neta estaba bien rico, así la chupada sin dientes, se los recomiendo mucho. De ahí en adelante, ese fue nuestro nuevo ritual de placer, cogernos al abuelo sin condón todas las tardes. Mi compa, bien pinche enfermo sexual, ya se lo quería coger diario un chingo de veces. Estaba bien aferrado a mi abuelo. Un día, el güey llega con otros vatos del barrio y le digo: "¿Qué pex güey?" y me dice: "Je, je, quieren conocer a tu abuelo también". La neta me emputé que les había contado a otros nuestro secreto, pero no tuve otra opción más que dejarlos pasar, porque si no, capaces que le chismeaban a mi jefa o a la policía. Pero los vatos estaban bien cabrones, neta le dieron violín bien cabrón a mi abuelito, y para acabarla venían todos drogados y toma, uno tras otro a romperle el culo de manera sadomasoquista. Una vez hasta armaron una fiesta, aprovechando que mi jefa 18

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había salido por el trabajo, y no dejaron descansar al ruco toda la puta noche. Un cabrón le empezó a meter en el ojete todo lo que encontraba, hasta le metió mi pinche hámster que tenía en su cápsula. Después de ese día, mi abuelo no fue el mismo. Empezó a hablar y caminar un poco mejor, pero ahora chingaba con que estaba preñado y que estaba preñado. Al principio nos daba risa, no lo bajábamos de pendejo, y mi jefa lejos de sospechar algo, pensó que era por su misma pinche demencia. Pero no, al ruco neta le dio un embarazo psicológico, le empezó a salir calostro de los pezones y se empezó a poner la ropa de mi jefa, mientras se acariciaba la panza diciendo que iba a tener un bebé. Una mañana, mi abuelo fue a cagar y que saca a mi hámster, sorprendentemente vivo, lo sacó de la cápsula toda cagada y lo tomó en sus manos besándolo, mientras decía "¡Ya nació mi bebé, ya nació mi bebé!" Mi jefa no pudo con tanta pendejada y mejor lo corrió de la casa a la verga. Apenas alcancé a despedirme y pedirle que cuidara a Braulio, el hámster bebé. Mi abuelito ahora se viste de mujer, y se va a los bares gay y los cines porno del centro a ligar hombres, siempre acompañado de Braulio. Se hace llamar Itatí.

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Un día más en Wal-Mart

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ace unos días estaba con mi hijo platicando muy contentos en la fila de un Walmart de McAllen, esperando para pagar un cuadro gigante de su personaje favorito, mismo que le había comprado por sus buenas

calificaciones. Adelante de nosotros había un hombre de rasgos hispanos muy marcados, como de unos 40 años, estaba callado y mal encarado, también en espera de que le cobraran. De repente el hombre estalló en cólera y me miró con odio mientras me decía en voz alta muy alterada “Me molesta que hablen en español, denme más espacio, aléjese, ¿okay? Sí me entiende, ¿verdad?” (Todo me lo dijo en inglés). Hice como que no entendí no dije absolutamente nada, aunque se me ocurrieran mil cosas, mi hijo la observaba muy enojado, pero como yo me quedé inmóvil y callado, el también hizo lo mismo. Los de la fila murmuraban pues tal vez esperaban una discusión que no llegó. Cuando el hombre se retiraba, un señor que estaba justo atrás de nosotros en la fila me preguntó “¿Por qué no le dice nada señor?” Le contesté: “Es que nosotros sí somos felices y no nos gusta discutir” El hombre del problema escuchó y pienso que quiso reclamar, pero como era en español y no le hablaba a ella, quizás no quiso delatarse que en verdad si sabía español. 20

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La cajera, un poco apenada, nos dijo en español, “No lo tomen a mal, discúlpenla, el así es” Entonces le dije: “No se preocupe por nosotros, hoy estamos muy contentos y si el hombre quiere pelear, pues se equivocó de personas” En el camino al estacionamiento, mi hijo estaba molesto y pensativo, nunca lo había visto así y me preguntó con inquietud “papá, ¿por qué el hombre es así? No le hicimos nada, solo hablábamos español. ¿Acaso tú no te enojaste?” Le dije: “Claro que sí me enojé muchísimo, hijo, me calienta la sangre” y en eso que se aparece detrás de mí y que agarra a mi hijo, le bajo sus pantaloncitos pegaditos y le empezó a dar nalgadas ahí en el estacionamiento mientras gritaba como poseso en inglés “¡Tu prepucio no agrada a Dios, tu prepucio no agrada a Dios” (your foreskin doesn’t apost please God!!) y en eso yo le decía: “No, señor, hay otras formas de hacer esto, por favor deténgase” y que me grita “CHINGAZ A TU PUTO PADRE PENDEGO SAKA LA MON A BER SI MUI GRINJITO KBRON BES.” Acto seguido se bajó los pantalones, sacó su miembro fálico hispano y se metió a mi hijo con todo y cuadro dentro de su uretra. Después volteo a verme aun con su falo erecto, y yo ahí a la discre me lo empecé a saborear y que me dice en ingles el muy mamón “Te voy a hacer sentir gringo” Y ¡zas!, que me la mete con todo y el pantalón puesto. De la fuerza del impacto creó un agujero a través de mi ropa que daba directamente a mi culo. Ahí me bombeó hasta que se corrió, me aventó a mi hijo dentro de mis intestinos con todo y cuadro. Pasaron los meses, esto me ocasionó un embarazo de mi propio hijo que vivió dentro de mí por 9 meses hasta que lo di a luz de nuevo, en el proceso me empecé a sentir más mujer (hasta lactaba y toda la cosa), en cuadro por fin está en el cuarto de mi hijo recién nacido por segunda vez. Desde entonces recorro todos los bares de McAllen buscando hombres vestidos de mujer, me hago llamar Itati.

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Mi fetiche por los Uber

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ace unos años era un depravado sexual peligroso, me encantaba masturbarme en los Uber de la ciudad de México. Llevaba lubricante y me imaginaba que el conductor se cagaba en mi pecho, eso era suficiente para

que mi riata se transformara en una pinche riatota toda negra y venuda. Me masturbaba sin que el conductor se diera cuenta y me venía sobre ellos, casi ninguno se daba cuenta, pero un día uno de ellos me vio con la riata de fuera babeando un chorro de semen, me había venido sobre él. Y no mames, que me agarra un machete debajo de su asiento y yo ni tiempo tuve de subirme los pantalones. Tuve que salir porque me andaba correteando a madres, pues yo ahí me excitaba un poco por el hecho de que todos me estaban viendo con la pilinga de fuera, pero no mames, un cabrón venia atrás de mí queriéndome dar un machetazo. Y yo corrí a madres hasta que lo perdí en un callejón. Y, ¡jijo dela pinche! Error más grande. Había una pandilla de vagabundos en ese callejón. Se veían de lo más culero, pinche olor a cadáver surgía de ese callejón. Yo pensé que ya me iban a matar y no, que me someten y uno de ellos se saca su pinche verga toda negra por mugre y olía bien culero porque traía un chingo de sudor, esmegma y mecos ahí atorados. 22

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El hedor era inmundo y eso que me comienza a violar, se sintió bien pero luego se turnaron y fue tanta la metición que me desmayé. Y no mames, que despierto tirado en un pinche terreno baldío en Veracruz con un destornillador metido en el culo. Fue una bonita experiencia.

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AMLO Abusador

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onocí a AMLO en un meet & greet y fue horrible. Fue grosero y nada amistoso. Llegué al meet & greet – que me costó $3000 –, lo saludé, a lo que él me respondió: “pinche chairo” y no le tomé mucha importancia,

porque creí que le había escuchado mal. Cuando le estaba diciendo cómo quería la foto me miró con los ojos muy abiertos. Seguía diciéndole “Te amo desde muy pequeño” dije “Sigo vivo gracias a ti y a tu amor por México”. Él me miró y me dijo: “A mí no puedes engañarme, eres un espía del PRIAN” y luego me susurró: “Puerco Marrano”. Empecé a llorar y AMLO empezó a reírse y me preguntó: “¿Estás llorando? Detente, detente ahora” y me pegó en el pene. El fotógrafo tomó la foto y me fui a la sección de M&G, donde AMLO empezó a hablarme de cómo iba a destruir a toda mi familia mientras sus pupilas se distorsionaban hasta parecer de reptil. Todavía no puedo creer que esto pasó. Estoy llorando mientras escribo esto. Desearía que no fuera verdad, pero AMLO en verdad es una horrible persona y es iluminati. Gracias por leer. Buenas noches. 24

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El amante de las palomas

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ace un par de años atrás, solía eyacular sobre palomas en un parque local. No es algo de lo que estoy particularmente orgulloso, pero me volví bastante bueno en eso. En ese entonces estaba consumiendo

suplementos de zinc, así era capaz de disparar enormes cargas de esperma y fue algo que se convirtió como en un deporte para mí. Para los que estén interesados en cómo hacerlo, aquí les dejo mi estrategia. Primero, tienes que encontrar un lugar aislado en donde no te conviertas en un delincuente sexual. después, tienes que despertar a la bestia. Yo solía contentarme con imaginar a las chicas que trotaban en el parque acercándose a mí para cagar sobre mi pecho y era suficiente para avivar la llama, pero si no eres tan sexual como yo solo mira un poco de porno. Después de que estés bien caliente y cachondo consigue algo de pan. Mis palomas preferían el pan blanco. pero las palomas más saludables puede que tengan cierta inclinación por miel de trigo o tal vez hasta multi grano. Recuerda que las palomas obesas y poco saludables son lentas y por ende son más fáciles de atinar. Una vez que estés sentado en el banquito y listo para la acción, bájate el cierre y saca al león de su jaula. Esparce algo de pan (no muy lejos de ti). Trata de calcular la distancia a la que puedes 25

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llegar a eyacular. Ahora solo es cuestión de esperar a que las palomas se acerquen, empiecen a comer y se sientan cómodas con tu presencia. En este punto empiezas a arrullar gentilmente y a hablarles de una manera sensual para ganar su confianza. Por fin estamos listos para eyacular sobre la/las palomas. Esta es la parte más complicada. porque el movimiento rápido de la masturbación resulta aterrador para los pájaros, así que tienes que realizar movimientos sutiles. Una vez domines la técnica vas a ser capaz de terminar con solo sentir el roce del viento. Yo siempre trataba de apuntarles al cuello o al pico. Es un sentimiento extremadamente erótico y satisfactorio ver a las palomas cubiertas de mi propio semen y pensar que van a poder transportarlo a otra parte de la ciudad. Como sea, llevo mucho tiempo que no lo hago, pero de vez en cuando me quedo observando con nostalgia las bandadas de pájaros que vuelan por mi casa.

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El tío Pedro en el Subway

Bueno, ¿por dónde comenzar? Yo trabajo en un subway para poder pagarme mis propias cosas (No me gusta pedir dinero a mis papás). Hace dos semanas, de la nada, llegó este señor, preguntándome en cuanto sale el subway más barato, ya que no tenía mucho dinero para comer, por que el señor no tenía trabajo por su avanzada edad. Me dijo que para cual pancito (Le dice pancitos a los subways) le alcanzaba con ese dinero. Me dio un puño de monedas de a peso, y tenía en total 15 pesos, por lo cual le regresé su dinero y le dije que la casa invitaba, que no había problema en pagar, así que les dije a mis compañeros y tomé de las propinas los 35$ que cuesta el subway más barato, comencé a prepararlo y no dejaba de tener una sonrisa y decirme que gracias, que Dios me lo iba a agradecer y recompensar, a lo cual le contestaba que no era nada, mientras el señor terminaba de decirme qué vegetales ponerle a su subway, al final se fue y me agradeció y me dio la mano. Hoy, en la mañana entré a las 8:00 AM y el señor estaba afuera sentado y me vio llegar a lo lejos y me dijo “Amigo, ¿cómo estás? ¿Ya vas a abrir los pancitos? Le di los buenos días, lo saludé y le dije que sí, y solo sonrió. 27

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Entré al trabajo y nosotros abrimos a las 9:00 Am. El señor estuvo afuera esperando, y cuando dieron las 9 en punto, entro y me dijo “Oye amigo, ¿cuánto me cobras por calentarme un desayunito que traje?” Le dije que no le cobraba nada, que con gusto le caliento su desayuno. Luego prosiguió “¿Qué crees? Estoy trabajando en una obra con un arquitecto, no me pagan mucho, pero mira, ¡me dan comida! Hoy voy a comer unos huevitos y una torta. También me dan ropa para vestirme, bien bonita la ropa” (Algo me llenó de calidez por dentro de verlo sonreír mientras me cuenta) Le terminé de calentar su comida y me dijo: “¿Cuánto va a ser?” Le dije que no era nada, eso no se lo cobraría. El señor dijo: “Bueno, por buen muchacho, te dejo aquí una propina” (echó 10 pesos a la caja de propinas) Le contesté que muchas gracias, que no tenía por qué hacer eso, y él me dijo: “¿Te gustan los aguacates? Porque ayer me comí unos que trajeron de tampico” Le dije que sí, que son deliciosos los aguacates, mientras sonrío y me dijo: “Te voy a traer unos para que te hagas unos taquitos con aguacate” Yo me sonreí y le dije que no se preocupara, que se los quedara él. Y me contestó: “No pasa nada mijo, yo te los regalo para que te hagas unos tacos bien sabrosos, déjame regreso al rato y los traigo. (Se comenzó a ir y se despidió, me dijo que regresaba después) Pasaron 30 minutos y el señor muy humilde regresó con los aguacates, sus últimos dos aguacates que me había prometido, y me dijo muy sonriente: “Mira, agarré medio kilo de aguacates para ti amigo, te los traigo por el pancito que me hiciste el otro día que sabía bien rico” Me quedé sonriendo como tonto mientras él empezó a bajarse la bragueta y me dijo: “Nadie me había dado de comer el día que había venido con poco dinero por un pancito, y ustedes me lo regalaron” Él me dijo también después de secarse una lágrima que apenas comenzaba a desbordar por su pito “A pesar de tu imagen grande, fuerte y tatuado, me ayudaste más que cualquier persona normal. ¡Bésame!, así de cabrones. Así de vatos, culero, órale.” Y le contesté: “Muchas gracias, señor, yo ya he sentido lo que es un macho 28

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rompiéndome el culo” El señor se acercó hacia mí y desabrochó mi pantalón, me saco la verga ahí delante de todos y notó que no estaba circuncidado y me dijo “¡Tu prepucio no agrada a Jehová nuestro señor!” Le contesté: “hágame la circuncisión, don, soy pecador, he pecado” Y que saca una regla y que me pega en el prepucio bien machín el viejo culero y que me dice: “ahora si vas a saber lo que es quitarse las penas al estilo Jalisco” y el pasado de verga sin saliva el puto, y en lo que me estaba cogiendo que agarra uno de los aguacates y que me lo empieza a empujar por la uretra. Al chile me excité por lo que estaba haciendo el viejillo verguero. Que me pone a cuatro encima de la barra donde preparamos la comida y siguió metiéndome pepinillos por mi hoyo del pito, en eso que todos se salen por que no mames estaban choqueados por nuestra muestra de amor, volteo a verlo y me dice “No mames, sobrinaso, al chile que eres re buena onda. Así de cabrones te lo digo, güey” Se acercó y me besó cálidamente en la boca, en ese momento pasó de introducirme pepinillos por introducirme pedacitos del pan recién horneado de ajo. Me estremecí, llegamos al clímax al mismo tiempo, él se bajó de la barra donde lo habíamos hecho, y le pregunté su nombre, me contestó: “Me dicen el tío Pedro, sobrinaso.” Obviamente al día siguiente me despidieron, si lo ven échenle la mano.

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La enana y su abuela

Cuando estaba en segundo semestre de la prepa, se cambió a nuestro grupo una morra enana, no porque estuviera chaparra, sino porque tenía enanismo la morrita. Estaba chistosilla, pero al chile sí estaba guapa. No tenía la perra cabeza alargada como los enanos, tenía la cabeza y la cara normal, y pues era “chidilla” la morrilla, y si estaba culona, o culoncita. El caso es que como fue avanzando el semestre me fueron dando más ganas de clavarle el pito. Al chilindrín, Dios me dio un pitote (cualquiera era un pitote para esa morrita), pero me hizo bien pendejo para eso de ligar. El caso es que un día mientras iba caminando por un pasillo me hice el que no la vio y se me estampó de cara contra el pito. Ya la ayudé a levantarse y bien cagado me dijo la morra: "casi me sacas un ojo", la neta me prendió porque pues se había dado cuenta que llevaba todo el semestre viéndole el culo y bien pendejo le dije: "si te hubiera visto venir ten por seguro que ya serias tuerta." El caso es que pues al chile andábamos calientes y nos fuimos a coger atrás de un salón durante una clase.

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No les voy a mentir, la neta no me gustó, pinche morrita no le cabía mi pitillo. Pero pues la verdad me prendió bien chingón ver cómo se le movían las piernitas. Esas madres parecían como cuando pellizcas la plastilina y pues sí se veía cagado. Al chile me quité el morbo y pues anduvimos tranquis casi todo el semestre, pero la neta la pinche morrita se clavó, o qué se yo, pero ya nomás andaba chingando que volviéramos a coger. Al chile andaba caliente, pero pues ya no me la quería coger a ella, y la mandé a la verga. Pero se cagó mi plan cuando nos tocó hacer un trabajo de equipo y tuve que ir a su casa a hacer una perra cartulina sobre los perros coloides y pues ya ni pedo. No les miento, nomás crucé la pinche puerta y ya tenía a la morra bajándome el pantalón para pegarme una mamada. Ni se tuvo que hincar la morrilla, pero pues la neta no quería coger con ella y la empujé e intenté subirme los pantalones. Y pinche enana, que se encabrona y se saca de las chichis un filero y me quiso picar la culera "Vamos a coger, hijo de tu puta madre, ¡y más te vale hacerlo o te arranco la verga ahorita mismo!" El caso es que pues pinche morrilla cagada le zumbe una patada bien puesta en el ano y la mandé a chingar su madre junto a un roperillo de esos como tejidos que tienen todos los foráneos. Bien emputada la morrilla se levantó y corrió para quererme clavar el filero en los huevos, pero le acomodé otro patín bien macizo en la jeta, y pinche morra cuando azotó contra la tele gimió y me dijo: "Si me vas a pegar, pégame como hombre, pinche morrillo pendejo." Al chile me empecé a reír, pero pues la morra se volvió a emputar y al chile sí me hizo encabronar me dijo: "pinche cabroncillo sin huevos. por eso la Nayeli no te pela, por pendejo." Al chile si me enchilé, rasa – pinche Nayeli ni me peló por prieto – y ya bien emputado que le azoto un pisotón a la vieja en el vientre y otro en la jeta. Y no les miento, pinche enana empezó a gemir y se empezó a agarrar la panocha, y pues la neta como que eso me prendió y la seguí agarrando a patadas hasta que se me puso bien dura la verga. 31

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Y la levanté de las greñas la aventé contra un sofá y me la di bien sabroso mientras le azotaba la jeta contra el muro. El caso es que estábamos bien Agustín en el mete y saca, ya bien llenos de sangre de la nariz de la morra, cuando escuchamos que abrieron la puerta y era su abuelita. Pinche morra hasta el ojete se le frunció, pero ya andaba entrado y que le suelto un chingadazo a la viejita en el mentón y como no se tumbó la vieja que le jalo las chichis caídas, así como si fueran riendas, y la arrodillo. Pinche enana. al chile se espantó y me dijo "ya, güey, déjala. Y vete que es mi abuela, güey." Pero ya andaba bien caliente y le solté otra patada a la enana en la panza y se quedó retorciéndose. Le pegué un rodillazo a la doña y le saqué la dentadura y le encajé el pito en la boca – al chile dicen que sin dientes se siente bien sabroso – y lo confirmo. Pinche viejita, como que también ya llevaba mucho tiempo sin verga y le mamó ella solita. Al chile pinche doña. se ve que era bien puta porque la mamaba bien rico. Hasta me torcí de tremenda fuerza de succión. En ese como que reaccionó la enana y me dijo "ya, güey, no te pases de verga con mi abue." Y pinche abuelita, se sacó el pito de la boca y le dijo: "ya estate quieta, Gabi, chingada madre." Y, ¡mocos! Que le acomoda una perra cachetada guajolotera, y en eso pues también agarré y le pegué una patada en la garganta a la morra, la levanté de los pelos y la arrastré a la cocina. Y pues ahí la viejita y yo la agarramos a pisotones, y pinche morra, empezó a gemir macizo, y se le salieron los miados. Y la doña se emputó y le dio una patada en la jeta y le dijo que limpiara con la lengua. Y ya bien caliente que le arranco la falda y el pañal a la abuelita y se la metí así en caliente en el culo. Pinche doña, hasta se retorció del dolor, pero apretaba bien delicioso, y así le estuvimos dando hasta que me vine, no mames hasta grité. Y que le saco la verga a la viejita, y que se le sale la caca y los mecos y todo le cayó encima a la enana, y pinche abuela que se encabrona y le dice a la morra: "¡chingada madre, Gabi, mira nada más las chingaderas que andas haciendo!” Y 32

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pues agarró un sartén y se empezó a madrear a la morra, yo al chile estaba bien cansado de tanto desmadre y me fui a mi casa. El caso es que pinche morra estúpida, por sus mamadas nos reprobaron en química por no llevar la perra exposición sobre coloides. Me llevé la materia a extraordinario y todavía tuvo el descaro de reclamarme la pinche enana por la putiza que le metió su abuela por llevarse la materia a extraordinario, pinche morra no vale verga.

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La cabra en el columpio

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ola, me llamo Aarón López. Soy de Piedras Negras, Coahuila. Yo fui a un rancho de mi abuelo sobre la carretera Acuña, llegamos un viernes a las 6 de la tarde y la idea era quedarnos hasta el domingo a las 8 de la

noche.

De inmediato cuando llegamos lo primero que hicimos fue armar las casas de campaña, aunque en el rancho teníamos todas las comodidades, la idea era dormir afuera como lo hacíamos de niños, mis siete primos y yo. Luego de armar las casas de campaña y de poner Coca-Cola, unos primos se pusieron a preparar la carne y junto con otro primo fuimos a buscar leña a la parte trasera de la casa. Tengo que decir que el terreno es muy grande; por la parte de enfrente cuenta con unas porterías para jugar futbol, columpios, resbaladeros y un brincolín, por la parte de atrás de la casa. Mi abuelo solo tiene algunas trocas viejas

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que poco a poco ha ido arreglando, también por la parte de atrás hay una brecha que te lleva directamente al río. Desde pequeño siempre me gustó ir. Es más que evidente que los domingos familiares ahí eran lo mejor, pero conforme fui creciendo, meterme entre brechas y montes me hacía sentir algo raro. Estar solo, lejos de todo y todos, tanto silencio, me abruma e incomoda y no sé, siempre tuve esa sensación de miedo en lugares así desde que miré la película de la Bruja de Blair. Estábamos buscando la leña mi primo y yo y me llamaron la atención unas ramas amarradas con un alambre oxidado formando una cruz, se la mostré a mi primo y justo cuando él sacó otros pedazos de leña salió otra figura. La diferencia era que esta, estaba hecha con ramas más chicas, y se me figuraba a un muñeco como los vudú. No voy a mentir, me incomodé mucho, traté de ignorar aquello un poco y le dije a mi primo que de seguro mi abuelo los había hecho para pasar el tiempo y solo los tiro ahí. Bebimos, comimos, cantamos y la noche se fue tan rápido y tranquila, sin notarlo nos dieron las 2 de la mañana, el frio era mucho y 3 de las 8 personas que estábamos afuera no aguantaron, y se metieron a dormir dentro de la casa del abuelo, los otros 5 nos quedamos ahí, platicando, hasta que dentro de la plática empezamos a contar historias de terror. Recuerdo que dije que no podíamos imaginar, que tantas cosas pasan en esos lugares en la noche, lejos de todo y todos, y nadie se daba cuenta. El mayor de todos mis primos que estaban ahí contó que a él y a su papá una vez los asustaron a las orillas del río una tarde mientras pescaban; dijo que se escucharon unos gritos que luego cambiaron por risas y luego por llanto para terminar maldiciéndolos. No sé porqué; pero aunque sea algo sin importancia sentí miedo, tome mi cerveza y les dije que dormiría, porque el plan era madrugar e ir a pescar. Todos 35

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me siguieron y dormí solo con un primo, y los otros tres se quedaron en otra casa de campaña. No recuerdo qué hora era, pero aún era de noche, tuve que levantarme a orinar, no me puse los lentes, solo salí, caminé hacia el carro en el que habíamos llegado y oriné en un lado. Se podía escuchar autos pasando por la carretera; vacas, gallos, cabras y ya saben, sonidos típicos de aquel lugar. Así, terminé de hacer lo mío y volteé la cabeza. Sentí un terrible horror cuando a lo lejos, en un columpio vi algo sentado y moviéndose, no sé porqué, pero quise imaginar que era uno de mis primos, caminé y entré a la casa de campaña. Justo cuando me acomodé para dormir de nuevo escuché el sonido de una cabra, pero no era común; era un sonido de una cabra sufriendo, gritando del dolor, supongo que mis primos estaban suficientemente ebrios y dormidos para no darse cuenta, pero yo me puse los lentes, abrí la puerta de la casa y me asomé, les juro que lo que vi es lo peor que me ha tocado ver en mi vida. Estaba una cabra justo donde oriné, tomé un cigarrillo y salí de la casa de campaña, la cabra comenzó a caminar, no hacia mí, sino rumbo al área de juegos. Al ser lo único que se movía, la vi, y de la nada empezó a correr haciendo sus ruidos de cabra, para mi sorpresa, de la nada se levantó y corrió en 2 patas, se subió a un columpio y meciéndose empezó a gritar como si estuviera sufriendo, la vi y quedé en shock. Corrí y desperté a mi primo, mi compañero de casa, los dos estábamos ahí, atónitos, viendo a una cabra arriba de un columpio ahora mientras se reía, nunca nos miró, no volteaba a vernos, pero la luna brillaba tanto como para verla moviendo sus patas y sosteniéndose con las otras del columpio. No aguanté y vomité del miedo cuando vi que la cabra brincó del columpio y empezó a llorar de nuevo. Corrí hacia la casa del abuelo y él ya estaba esperándome en la puerta, con una carabina de postas, temblando, pálido al igual que yo. Fue cuando con la voz llorosa y cortada dijo algo que me heló la sangre, "La había escuchado hablar, pero nunca caminar en dos patas, ni hacer lo que hizo". 36

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Salí de la casa y fui a levantar a mis primos con la mentira de que el abuelo se sentía mal, pero solo para estar todos adentro. Ya ahí solo se podía escuchar el rechinar del columpio y una cabra hacer sus sonidos normales, mis demás primos durmieron y el primo y yo, que vimos eso, no podíamos. Salimos a la sala y ahí estaba mi abuelo, tomando café, llorando, le toqué el hombro y le pregunté que qué pasaba, dijo que nada, que solo era miedo por verla caminar así y correr como si fuera una persona. Le dije que no pasaba nada, que estábamos todos bien, me interrumpió diciendo: "La otra noche tocaron la puerta – cosa rara en un rancho, si tomas en cuenta que son terrenos grandes y no se puede tocar la puerta así como así cuando tienes como 4 portones para poder llegar y todos cerrados –, tocaron la puerta y gritando ‘¡Pancho, Panchito ábreme que hace mucho frio!’ Quedé congelado, era una risa burlona, y era la voz de tu abuela.” Mi abuela falleció en el 2011 y la verdad desde que sucedió eso no he vuelto a ir a ese lugar y ni pienso ir. Solo de acordarme, y ahora que lo escribo, no me saco esa imagen de una cabra en un columpio, sentada, jugando, llorando, riendo, gritando. No saben cómo se sentía esa situación, era mucho miedo, es algo que nunca voy a olvidar: aquella cabra, sentada en el columpio.

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El perro que come cereal con cuchara

Ilustración de Jay Schmetz

Hace como tres años mi primo y tío paterno nos invitaron a mí y a mi papá al estadio local a ver partido del Cruz Azul, porque al chile todos en la familia somos cementeros. Habíamos quedado que yo y mi jefe íbamos a pasar por ellos en el carro y ya de allí nos íbamos al estadio, al llegar a su casa mi primo dice que también tenemos que llevar a su hermanito de 6 años porque de último momento canceló la doña que lo iba a cuidar, allí como pudimos lo colamos al estadio. Total, si nos la hacían de refuego, pues comprábamos una reventa. El caso es que acabó el partido, los pendejos perdieron 1-0, y pues ni pedo perdieron el invicto también. Entonces ya íbamos de regreso al cantón de mi tío para dejarlos, llegamos a la casa del tío, que se bajan en chinga mi primo menor y su carnalito. Se bajan porque les andaba de cagar, pero mi tío se quedó platicando en el coche conmigo y mi papá antes de bajarse. De repente de la casa de mi tío comenzar a escucharse unos gritotes de hombre, como si estuvieran torturando a

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alguien, y ¡nombre!, que los tres nos bajamos en putiza a ver qué pasa. Yo ya me iba haciendo a la idea de que vamos a linchar a una rata. Nos metimos a la sala y mi primo estaba todo despeinado, con la cara roja haciendo ademanes muy grotescos y gritando como la doña de la película del conjuro y mi primito estaba llorando escondido abajo de la mesa de centro. Al chile creíamos que se estaba convulsionando mi primo el más grande, entonces le metimos un trapo en el hocico. Verdad de Dios que mi tío estaba desesperado, ya casi casi quería chillar, trataba de hablarle a mi primo, pero como que no nos podía escuchar o al menos no nos hacía caso. Luego lo amarramos con mecates a una silla y allí gritando y contorsionándose, pero ya después de un rato se calló y se puso a llorar en silencio, seguimos tratando de hablarle, pero parece que no nos entendiera. Al primito que todavía andaba chillando, pero ya más tranca, le preguntamos qué pasó y él dijo que cuando llegaron vieron al perro comiendo cereal con cuchara. ¡Nombre!, si vieran cuando dijo eso mi primo grande otra vez se puso de loco a la verga. Entonces ya le hablamos a una ambulancia porque no sabíamos qué más hacer. Ya que se lo llevaron de allí lo mandaron a una clínica para loquitos y para no hacerla más larga nos dijeron que al morro se le zafó un tornillo para siempre. Con el calor de la situación creímos que mi primito se estaba expresando mal, pero después de unos días y ya con más calma cuando le preguntábamos nos volvía a decir que cuando llegaron vieron al perro comiendo cereal con cuchara. Mi tía, casi a diario, después de lo sucedido se ponía bien pinche histérica porque no entendía a qué chingados se refería el morrillo con eso del cereal con cuchara, hasta que el niño se hartó y dibujó lo que vieron cuando llegaron: Al puto perro de la familia sentado en una silla del comedor comiéndose un plato de cereal usando una cuchara.

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Con el dibujo mi tía se puso más loca porque no habían visto al perro de la casa después de que su hijo se volviera loco. Y pues allí quedó, desde entonces a mi primo lo tienen que llevar a terapia cada semana y el perro nunca apareció.

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