Del Barco-Altenativas de Lo Posthumano (2010) [PDF]

  • 0 0 0
  • Gefällt Ihnen dieses papier und der download? Sie können Ihre eigene PDF-Datei in wenigen Minuten kostenlos online veröffentlichen! Anmelden
Datei wird geladen, bitte warten...
Zitiervorschau

Del Barco, Osear Alternativas de lo posthuman.o I Osear Del Barco; compilado por Gabriel Livovy Pablo Gallardo con prólogo de Gabriel Llvovy Pablo Gallardo. - la ed. - Buenos Aires: Caja Negra, 2010. 286 p.; 20x14 cm. - (Numancia)

ALTERNATIVAS DE LO POSTHUMANO TEXTOS REUNIDOS

ISBN 978-987-1622-0!-6 L Filosofía. l. Livov, Gabriel, comp. II. Gallardo, Pablo, comp. III. Llvov, Gabriel, prolog. IV. Gallardo, Pablo, prolog. V. Título CDD 190

OSCAR DEL BARCO EDICIÓN AL CUIDADO DE

PABLO GALLARDO Y GABRIEL LIVOV

© 2010, Caja Negra Editora.

© 2010, Osear del Barco.

Caja Negra Editora Buenos Aires I Argentina [email protected] www.cajanegraeditora.com.ar Dirección editorial: Diego Esteras I Ezequiel A. Fanego Diseño: Sofía Durrieu I Juan Marcos Ventura Corrección: Julia Hacker Impreso en Argentina I Princed in Argentina

1 NOTA A LA PRESENTE EDICIÓN BAJO EL TÍTULO ALTERNATIVAS DE LO POSTHUMANO SE AGRUPAN ENSAYOS

SOBRE DIVERSOS TEMAS FILOSÓFICOS, POLÍTICOS Y LITERARIOS, NOTAS Y PROTOCOLOS DE EXPERIENCIA APARECIDOS ORIGINALMENTE EN VARIOS LIBROS Y REVISTAS. LA PRESENTE REPOSICIÓN DE LAS FACETAS Y LOS NÚCLEOS DEL PENSAMIENTO DE OSCAR DEL BARCO CONDENSA EL ARCO VITAL-INTELECTUAL DE TRES DÉCADAS EN UNA APROXlMACJÓN EN DOS FASES: LOS TEXTOS PUBLI-

CADOS EN LA PRIMERA PARTE RECORTAN EL SUELO POLÍTICO ORIGINARIO DE LOS PROBLEMAS Y LOS CONCEPTOS PRINCIPALES -LA CRISIS DEL MARXISMO, LAS METAMORFOSIS DE LA DOMINACIÓN POSCAPITALISTA, LA CRÍTICA DEL MUNDO TÉCNICO-METAFÍSICO Y LA DECONSTRUCCIÓN DEL PROLETARIADO-, MIENTRAS QUE LA SEGUNDA PARTE DISPONE EN SU CONJUNTO LA CONTJNUIDAD INTENSIVA ENTRE POLÍTICA, TEOLOGÍA, NARRATIVA, PENSAMIENTO, POESÍA Y EXPERIENCIA VISIONARIA. AMBAS PARTES SE HALLAN PRECEDIDAS POR UNA INTRODUCCIÓN. RECEPTOR CRÍTICO DE LAS TENDENCIAS DE LA FILOSOFÍA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA, LA TEORÍA SOCIAL Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO,OSCAR DEL BARCO (1928} HA REALIZADO UNA INFATIGABLE Y POLIMORFA LABOR COMO ENSAYISTA, EDITOR, DOCENTE, INVESTIGADOR Y POETA. TRADUJO E INTRODUJO TEMPRANAMENTE TEXTOS DE ARTAUD, BATAILLE, SADE, BLANCHOT, DERRIDA, BARTHES, KRISTEVA Y ALTHUSSER, LA MAYORÍA DE ELLOS COMO DIRECTOR DE LA COLECCIÓN "EL HOMBRE Y SU MUNDO" DE LA EDITORIAL CALDEN. FUE MILITANTE DEL PARTIDO COMUNISTA HASTA SU EXPULSIÓN EN 1963, CUANDO FORMÓ PARTE DEL GRUPO EDITOR DE LA REVISTA PASADO Y PRESENTE-JUNTO CON JOSÉ ARICÓ Y HÉCTOR SCHMUCLER-, LO QUE EN NUESTROS AÑOS 60 LO UBICA DENTRO DE LA CATEGORÍA DE LOS "GRAMSCIANOS ARGENTINOS". DURANTE SU EXILIO MEXICANO (1975-1984), TRABAJÓ EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA, DONDE SE PROMOVIÓ EN TORNO SUYO LA REVISTA ESPACIOS. FUE EN MÉXICO DONDE PUBLICÓ TRES TRATADOS DE HETERODOXIA MARXISTA: ESENCIA Y APARIENCIA EN EL CAPITAL, (EDICIONES DE LA UNIVER-

SIDAD DE PUEBLA, 1977), PARA UNA CRfTICA DE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA LENINISTA (EDICIONES DE LA UNIVERSIDAD DE PUEBLA, 1980) Y EL OTRO MARX (UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA, 1983). SU EXPERlMENTACIÓN CON SUS-

>

TANCIAS ENTE'.ÓGENAS EN TECOLUTLA -"ESA EXPERIENCIA DE LO TRASCENDENTE QUE FUE ALDEA" los comandantes c'machos>' se ensafiári con. lo.s homosexuales y en el reverso están fascinados por los col1etlisino'' de la Unión Soviética no es el fruto vicioso del stalinisn10 sino el momento organizado de la anomia social-capitalista que Marx analizó morosamente en Et capital; ese plus constitutivo de nuestra sociedad no se reduce sólo al problema del valor sino que embebe hasta el ' .fin sus estructuras, es la sombra y lo sombrío del cuerpo explotado y alienado: el sueño fue pensar que podía montarse una sociedad "prodüctivista'' sin la inmanencia de su fuerza siniestra. Y en la tortura no ~e trata, es obvio, del acto puro ni del puro concepto sino de un acto cuya verdadera intencionalidad se recubre de ambigüedades y ambivalencias; sabiendo, no obstante, que el acto no tiene por qué ser la realidad escueta del acto satisfecho, ya que lo más importante es su arrastre y no la sola satisfacción, casi me atrevería a decir el erotismo de la finalidad propuesta. En otras palabras: la tortura es el punto fáctico último del poder, del "aparato de captura" como lo llama Deleuze; pero este punto puede borrarse (en esto consiste la astucia macabra de todo gulag) sin que desaparezcan sus consecuencias, pues el punto subsiste como posibilidad imaginaria y en cuanto tal empaña todos los recorridos microscópicos del poder haciendo de su ser social una

ps['

ª

75

expresión concreta de la perversión propia del despotismo. La tor se sublima en el gulagcomo forma-social; el gulag es un acto de t ra colectiva. Se trata, es evidente, de un sistema de vasos comuni extendiéndose desde la mónada subjetiva (dijimos desde el sadis Ja "lucha de conciencias" propia de la relación hegeliana amo-es hasta los campos de concentración, por donde fluye de manera c lada y a la vez aleatoria el excedente humano de sociedades que desprenden de los "elementos asociales y anormales", según su pr jerga destructiva. . , Merleau-Ponty, a] analizar los "procesos de.Moscú", se sorp, d10 leyendo las confes10nes donde los v1e1os dmgentes leninista reconocían '(traidores", "agentes ale1nanes" y "enemigos de la rev o: ción", La explicación psicologista, por más sofisticada que sea, c el riesgo de perder de vista la contundencia irresistible de Ja torn( destruyendo al sujeto en cuanto carne doliente y empapada, por¿ puesto, de una idealidad ya sin-sentido. Los métodos, cualquiera q sea e] sistema donde se apliquen, son casi siempre los mismos; y hay que ir más al1á en busca de una explicación trascendente porq fuera del escenario no hay nada (aunque haya infinitas cosas la de carga las desvanece dejando únicamente su recorrido sobre la cél viva). Lo que viene después sigue perteneciendo al orden de la torr1.( rai necesariamente el acto salta fuera de su larva genética y empieza--~\ realizar una metástasis también inevitable; el verdugo irradia un cr!, men que realiza pero que no Je pertenece; más bien el crimen crea verdugo como ta]; los mecanismos divinos de la tortura son como la sombra de un cuerpo invisible. Esto explica su progresión geométrica· y su carácter omnímodo: los alemanes l1evaban los campos de exter-"' minio en los ojos, y los soviéticos l1evan sus propios campos como una duplicación de Jo sensible. No sólo la cotidianeidad está tuida por miedos, fantasías, tensiones, ruidos y gestos que provienen de algo no-visto pero que nadie puede ignorar, sino que el mundo ideal repire en su orden invertido Ja sevicia pública; los triunfadores escribieron sobre la historia su historia, o mejor dicho, su fantasía de lo que debió ser una historia sin Bujarin, sin Trotsky, sin oposición de izquierda, sin populistas, sin campesinos, y la impusieron a] mundo como un modelo de historia "objetiva". La apoteosis ciega del

ar

der Absoluto hasta el punto de escribir el po :l.os autoalienó en 1 na narrac1'o'n delirante y transformar esta·en

é~io~ :e~~e~e ra ints~e~~~i~;:n::;~:l~~~~::~~~~~::'s~;~: H=~~e ~uerpo

_d~Sle~to

:presa del v1e¡o social aplastado por el .: templar seme¡ . limites No sólo se asesmo a os co1:1dealidad aparentemente smsus de todas las bibliotecas; na expurgaron b d ._ulístas sino que _seados todos los viejos dirigente~ ;jn ih1?m '.e de olo fueron ases1~ ad-hoc, sino que se rescnb10 ~ . istona e :fantasmal necesidad l al desarrollo de la Idea stahnista. Se ~eevolució.n par~ ~º%:~~~;; de la lógica, del absurdo en br~f Y E~ al paroxismo e las más o menos sospechosas y v1a es. ; . ica pura, no de mezc a del libro de Franqm hace que de la fotog[;f: ;re manteniendo de e:ta '·e no aparezca a a o e evolucionaria, tiene su origen ~n ~ .s;osteriori la pureza _la desgracia fueron volviéndosehmv1úsia Socialista: los 1r1~ei~n está junto a Lenin en la tribun.a, a ora .sibles: ya no es Trotsky q e el laberinto de las bambahnas que ?Lenin está solo y Trots~: ~~;:~austo. Pareciera que el desnno de las .Jo llevarán sin piedad a o únicamente sobre la muerte real • revoluciones consiste¡ en de la muerte simbólica; a!H don-

¡~~je

¡e

sino también

sobr~ e

obra~

;i~~~ ~fsrro,

fi~~r:~

for~a

ava~zars~o

peso ~1~1e. ma en termina, comienza el ab1s1n~

. de el lenguaje termma, don e a i dg e no necesita dividirse m d l d de un po er qu d d desenfrenado e po er, ue vive en su máximo gra o e equilibrarse con otros poderes po~~ .mpide medirse con los hechos; abstracción, en una paranoia que iniagnitud irracional; la única ley t'do estncto, una d . l us se vuelve,

e~ sen 1

.

esto uede parecer para

ºJª , son s

de su meca111smo destrncuvo,_y P une el socialismo-real con el Propios fantasmas. El mimetismo. quhe inogeneizado por el ejercicio de un temtono o 1 · fascismo es e signo . des liega a través de monumentos del poder, el q~e esencialmente:r: coKservando al mismo tiempo su que sólo cambian de no~bre Pd l "h yo negro" de toda apanencia . 1 nsmuyen o e o atributo u111versa ' co desierto de la pura fuerza, . que se metamorfosea en el debe callarse para no hacerle el ¡ueg~ El argumento de que uno¡ b, ecesario de todo gu!ag, de alh al "ene1nigo" constituye un ~s a ont~a Soljenitsin. Hasta hace poco el odio aparentemente excesivo con

"

78

era imposible criticar a la Unión Soviética para no "hacerle el ju irriperialismo", pero mientras tanto el "ingeniero de almas" Ua Stalin exterminaba a millones de campesinos y obreros en los pos de trabajo y en las cárceles. La idea de no "hacerle el juego" otro que siempre está al acecho es un subterfugio ideal para la c tución de cualquier tipo de aparato represivo pues vuelve innece roda fundación (otros dirán toda "ideología"): la voluntad del · se desliza directamente hacia la ejecución sin que nada ni na medie; es, por sí y ante sí, la única prueba válida, la prueba de fu que no necesita fundarse porque no existe ninguna otredad a la respetar; más bien a su alrededor todo es un páramo que goza despliegue. ¿Es así? ¿Dónde radica la esencia del poder? ¿O pr mente el poder carece de esencia y esto explicaría su fantástica lidad y el desconcierto que introduce en la conciencia individua! su i-legalidad absoluta? El escollo último de todo socialismo posi ¿no consistirá en esta errancia sin límites del poder? Además, ¿de.q enemigo se trata? ¿Qué espeluznante sueño de la razón puede ha · creer que los creadores de cualquier gulag que sea no son nuest · enemigos? ¿Cómo pensar, sin vergüenza, que esas sociedades fr' que elevan la fuerza a la inmovilidad de sus últimas potencialidad

son sociedades socialistas?

Tenía razón la pobre Rosa Luxemburgo cuando frente al potismo de Lenin sostenía que la libertad debe ser para los que piensan como uno; por cierto que esta exigencia implica

el recono_~j

miento del otro como absoluto y no como simple "renegado" o ene migo; y el absoluto-de-otro abre, incluso en los momentos de may · calma, una franja donde impera el peligro, la totalidad del peligro Pero no existe alternativa: o se acepta el peligro o se suprime al otro; con Ja consecuencia lógica de que el otro conlleva en sí potencialmen'· te a todos los otros; todos se vuelven sospechosos; todos deben demos trar que son inocentes; todos están en marcha hacia su "juicio finat':

(Bujarin); y con Ja consecuencia trans-lógica de que el otro suprimido · vuelve; hemos querido olvidarlo: el regreso de los muertos puebla no sólo los sueños sino también la memoria y la vigilia de toda sociedad que denegó la muerte sin causa producida por el poder. El gulag no es un objeto (el solo "campo", las solas torturas, la

or donde cualquier sociedad re'te) sino una serie de :r~~~~~! su cotidianeidad, desde la eduida transita permd;,~e el trabajo hasta el ocio; el gula~ co~o. n hasta el an:or, as arles, oye todo, ve todo y todo o sa e, uier dios, esta en. tod

Púltima instancia sus instrumentos, lo:

iiaturas son en pnn;er.a y deseo· el círculo del monólogo tautoloios para reafüar s~~~deºre roduce siempre su rostro; el solo rosla especul~rtª1 ·1 ma~eras en el espanto de la victima. ~asible refle1a o e mi

INOCENCIA

.

. .nocencia queremos ser los mimos devolverle al porve111r su 1 l ho:Ubre nadie le da sus amiento más puro: a n·.·eros de un pens . . dad 111· sus padres, ni sus ante pasa. D. nl la soc1e • bl d alidades, nl ws, . l able de él-. Nadie es responsa. e e ni él mismo -nadie es cu 'P l do de que haya nacido en S; h ho de este o aque n10 ' J,:istir, de estar ec bienre. La fatalidad de su ser no puetas circunstancias, en este ~m , Se es necesario, se es un fragdesligarse de todo lob que todo, se es en el todo; no hay ínento de fatahd.ad, se orn:i~: comparar, condenar el todo. ¡Porque nada que puefda JU~gf', ~:, Q~e no se haga responsable a nadie, q~e n.o hay nada uera . e to . a una causa prima, que el mun o no sea lícito atr1bu1r el modo de ser. 1' como 'espíritu', sólo esto es •· . .d d . como sensorium n l . un1 a n1 d establecida otra vez a znocen•'no l sea an una liberación, sólo con esto que ar uere

uea~t~e~~·

íl'.

c~;;¡el devenir.". (Nietzsche.)!

. ara ue haya culpa tiene que haber La inocencia mega la cu pa. p ql, . me11te vale decir que el bl l ma onto og1ca ' alguien responsa e aue. asu beranamente en la intimidad de una acto tiene que poder .eci irs~ so l aso de que existiera una responsaconciencia no-derermrn~da.d. nhe c onsabilidad tendría a su vez que bilidad fundante de la cu pa 1~· a r~sp ecesariamente el orden de la lifundarse, y tal fundación 1mp. ~~~~~ondo lugar donde se anda a la búsNietzsche!. ¡ · t"nto de querer-castigar-y-ptz·bertad. Volvamos a ·¡·d d e e ser e ms 1 · queda de responsa b1 i a su d . d de su inocencia al deve111r garel que anda en su busca. s~ hde ~~~~:a~ibuido a la voluntad, a las cuando este o aquel otro mo o

d'·

79

80

intenciones, a los actos de la responsabilidad: la doctrina de la tad ha sido inventada esencialmente con Ja finalidad de castigar, cu, de querer-encontrar-culpables. A los seres humanos se los irn 'libres' para que pudieran ser juzgados, castigados, para que pud ser culpables; por consiguiente se tuvo que pensar que toda acción querida; y que el origen de toda acción estaba situado en la concien La "libertad" moderna se funda en la escisión del hombre cuerpo y espíritu. Se sabe que esto no fue posible en Ja época t ca de los griegos; y no es casual que Edipo, el asesiño de su padr al mismo tiempo del Rey mereciera Ja piedad y el horror, corno to' criatura marcada por la trascendencia; se necesitó la modernidad p~ que la cosa pudiera dispararse en dos órdenes sustancialmente dí tos: Jo corporal-extenso y lo espiritual-pensante; el cogito cartesiano la verdadera "herida simbólica" de nuestra época, y el punto donde articula la responsabilidad y el castigo: un espíritu que actúa sin condicionamientos del cuerpo. Si el cuerpo es pura determinación, que en este ámbito vuelve irrelevante el concepto de libertad, se ha necesario históricamente desplazar Ja fundación de Ja libertad al den inmanente del espíritu como facrualidad no-condicionada. I, responsabilidad se estatuye sobre la base de ese hacer una cosa pudie do hacer otra, lo que es el acto libre. A Ja inversa, si el hombre no ei libre porque hace lo que hace, y la posibilidad de hacer lo otro siempre se sustrae a lo fáctico y se instala en lo cerradamente eidético, lo que entonces cae es el concepto de responsabilidad y su consecuencia, e de culpa, abriendo de esta manera el campo al problema histórico de la inocencía. >:·.. En el supuesto de que existiese un dios creador, no quedaría nin,1 gún espacio, en la criatura, donde apoyar el acto-libre, pues el mismo. tendría que ser un espacio-sin-dios, lo que vuelve contradictoria la· premisa, ya que por una parte afirmamos a dios como Absoluto y por la otra establecemos en él una falta para fundar la culpa, sin advertir.• que un movimiento clausura la posibilidad del otro. En el supuesto contrario, el de la inexistencia de dios y así el de la no creación trascendental del hombre, no se entiende cómo este podría no-ser-como-es, es decir, no-ser-lo-que-es, o, como afirma Schopenhauer, no querer lo que ya quiere, pues para ser libre tendría en tal caso que no-ser, de-

te es de una manera determinada, y de esta iloa que el ser c~:J~ e~ede responsabilizar en ta?to él mísm? no fe 'anera-de-ser no pes· para autocrearse debena ser, ademas de o '\aUro.-creado tal c;earlo e incluso en este caso contradictorio ees, otra co~ ~apaz h:ber sid~ creada, lo que implicaría lógicamencha cosa ten n¿ ititm que es imposible, de allí su no-resp~nsa."itn re.rroceso a Itn in En ;esumen: si existe un dios-creador, ¿c~mo jJidad, lo que es~ caso~omo es?· y si no existe un dios-creador ¿como ~!par al hombre e se~ L religíÓn fundó trascendentalmente la escidria .es. en a la in . t'mi'dadquien castiga es. el. sacerdote . no serdcomo castigar 1 ' . Jon p~ra po er . or eso Nietzsche pudo decir que "el cnsna111sm.o es nvesndo de~º¡" p d " El verdugo se asume como d10s, y la cnatue v;:rz~~~~ente asumirse como culpable en el preciso Iaroetafísicadb . . cente e e r1 ra 1no d · t su vacío sin causa. . d Jugar donde a vier le te esta fanción de la libertad; refinén oAdorno v10 c araKment sostuvo que en la filosofía se produce la . larmente a an . . ,, la se partl~,u eoría de la libertad y la praxis represiva ' y que "alianza, entre inteligible de los d d.lacót a ensa lzar "l a !'berrad i . lnd!Vlduos ¡ ,· f filoso iadse eed!f i. cuentas tanto ma's fácilmente al parncu b ar empmpara po e;lp. d las aporías kantianas lo lleva, sin em argo, a conco". El ana is1s e . . . del roblema y a plantear fundir los dístint~s i~ivll'e:.~: ~~~~·~~:~~te d/una "libertad" depenuna mítica pos1~1on . ia ec 1 tir ue lo ue está en juego es otra codiente de lo sooal, sm ~dverl qri'maci',{ ontológica del concepto de ·d d de supnmlf a P · l sa: a neces1 a b d l . istencia de un sujeto constituyente, libertad, sobre la ase ~ ~ i~e~e la inocencia, obligando así a lo sopara fundar el camf º:~ s~o~creta con la responsabilidad y la culpa; cial a una nueva re ac1 n . . e es el con. unto de determ1el hombre no está determm~do~;.":~í ";~ fractura (. primacía reprenaciones y sobredeterm1nac1011 ser rescatada recurriendo, en un síva de la libertad, la que no pu .ó "d' léctica" la que en el fondo . d. . su recuperac1 n ia ' b' escenano istmto, a .d d L fuga de Adorno se ve ien no es sino un contrasenti .º razonda lo. a hay de li'bertad es la ínter. " 1 ' 1co mo e o que cuando e .unen la cons t'tuci'ón total de la sociedad y, a . afirma d ¡ que'encia 1 vención e a conci . d' 'd l" con lo que evidentemente· l estructura in 1v1 ua , d través e esta, en a J" llanamente lo suprime; ¡como Sl "soluciona" el problema porque isa y

comd

'!-{,

ede

81

la conciencia fuera capaz de engendrar desde su propia intimidad in- .• condicior¡,a_da el "nuevo reino!". Se trata de otro "pistoletazo" teórico: :,es así porque es así, las cogitaciones vienen post fostum. ¿Qué diferenc cia hay entre esa tesis de Adorno y la afirmación kantiana respecto a la "espontaneidad del sujeto como cosa en sí misma"? ¿No habría sido más sugerente introducirse en la afirmación kantiana según la cual la libertad es "el más asombroso de todos los enigmas"? ¿Por qué precisamente un enigma?

s2

yecta más allá de todo juicio. Lo que. dice G~net es que '.ªvíctima se absolutiza; en otras palabras, que el JUez actua en el vac10 porque su fallo cae sobre la nada. El discurso de la inocencia, más allá de las carnicerías del poder, tiene una errancia propia, apunta hacia algo que está fuera de la clausura donde el verdugo se hunde en la víctima afirmando su identidad malsana. Comprender que quien mata se mata a sí mismo, porque de alguna manera el otro es uno, puede tener muchas más consecuen~

De lo que se trata en el fondo es del poder; todo poder necesita de la culpabilidad; por eso convierte a sus víctimas en responsables fundando en ellas y no en sí el castigo. Contra el fondo de la inocencia todo poder interioriza el gulag, cree que el ladrón es ladrón por voluntad propia, y que en consecuencia es el propio ladrón quien establece la pena que lo arrastra fuera de la socialidad. Lo que se trata de ocultar es que todos somos el "criminal"; de alguna manera el

cias que el bíblico "quien a hierro 1nata a hierro inuere)) en la escena

criminal, lo mismo que el loco, es una de nuestras formas; salvo que

y LOS SUEÑOS

uno llegue al absurdo de pensar que dios nos hizo buenos a unos y malos a otros; pero incluso en este caso, ¿por qué seguir atribuyén~ dole al hombre el peso de lo extraño, aunque se trate de una arbitrariedad teísta? Es el conjunto de la sociedad quien mueve la mano del criminal y no un miserable homúnculo perdido en los laberintos del cerebro. El criminal contempla su acto como si fuera un paisaje insondable: y precisamente eso es lo que es. El criminal es lo posible de nuestra absoluta contingencia. Es claro que al excluir toda responsabilidad simultáneamente excluimos toda posibilidad de castigo: si todos somos inocentes, nadie tiene derecho a castigar. Un hombre es naturaleza, historia, circunstancia, cultura; el acto siempre bro~ ta de esa encrucijada a través de los cuerpos; y en este contexto decir "un hombre" equivale a decir "uno mismo)). ('Yo soy Prado)), dijo Nietzsche. El juez oculta esta metamorfosis, este movimiento de la

utópica de la transmutación de los valores. Si el juez tuviera conciencia de que el reo es él, o de que no existe juez ni reo porque todo es lo mismo encarnado en lo distinto, entonces sí remarían1os "con remos

de oro" en la claridad del Mediodía.

La Razón reprimió los sueños para desplegarse como sentido de un universo secundario en relación con el universo del discurso; pero los sueños siguieron realizando su trabajo de topo en el orden sin~ciencia

que constituye el terreno histórico de lo propiamente humano, hasta que un buen día aparecieron de nuevo en plena episteme produciendo la conmoción que se encuentra en el origen de la llamada "crisis de racionalidad" contemporánea: una mecánica de la excrecencia surgió

castigo que lo convierte en redentor: la víctima siempre desata algo

en el horizonte "científico" pervirtiéndolo de inmediato; cuando para decir sí debe darse el rodeo de la denegación, es porque nos encontramos ante cierto tipo de realidad capaz de trastocar el despliegue "normal" del pensamiento; la lógica del absurdo vino a ser la otra escena del viejo logos platónico, finalmente también él subsumido en la anomia básica del orden capitalista: es precisamente la base reprimida la que introduce en el conocimiento su posibilidad de destrucción, haciendo que aflore el habla desencadenada de lo otro del sí Absoluto, de manera tal que es en el análisis de ciertas fallas producidas en espacios que fueron idealmente absolutizados donde se origina la deconstrucción contemporánea del conjunto de la idealidad. Por supuesto que

mortal, siempre vuelve sagrado ese acto incomprensible que la pro-

nuestro objetivo aquí no es remarizar este ca1npo amplísitno, en cuyo

misma fuerza condensada en momentos interca1nbiables y esencial·

mente no-sustanciales. Jean Genet expresó genialmente el aura que envuelve a los criminales; creo que se trata del aura de la inocencia en su momento de esplendor ame la presencia sombría del juez, ante el

si

interior todo necesita ser re-pensado, sino sólo efectuar una marc. . de con esa crisis en curso y con el poder que Ja canfor ·~ se correspon Est~ marca puede enunciarse de la siguiente manera: la realidad subJettvada de los sueños, donde lo diferente es forma de lo seme ·a . , d e to d a d.1a l'ect1ca, . es uno d e 1os fundamentos del de 1 nte con exc1us1on .igua¡·itano . de 1os seres h umanos. En este sentido el sueño posibi]"seo·• superar el caráct:r fáctico de la de~igualda.d y ~isualizar la iguald~~·~ili como real. El suen~ es algo desposeido que 1mpnme en lo humano su.;;?} sello de m-diferenc1a. ':;• Esencialmente nos interesa señalar aquí que el sueño es un relato'·;::_.--, al margen de lo que puedé llamarse una "sociología" del sueño a :.· como .de su ló~ica y exp~esi:idad inconsciente, existe un relato 'qu~ es posible considerar en si mismo y que como tal tiene consecuencias. fuertes para un orden social sin individuación en el sentido nietzs. cheano de la palabra.

84

"Este. relato,~~¡ '.ueño es más bien la fuga-de-un-relato, pues el re-•'.3!: lato or1g1nar10 u_n1camente so?re.v1ve en una fragmentación a partir ';: ~; ¡_ d~ la cual se constiruye a postenon el sueño, con todo lo que esto sig' ' >•· nifica. ~e atenta.do a una presunta objetlVJdad y de mvestimentos en su ....•. acepcmn freudiana. Además, el relaro del sueño ocurre como advenfr > no es una construcción del soñante sino algo que le llega a la manera' de un "don". No es casual, por consiguiente, que en ciertas comuní---:-;T dades el sueño sea el relato que el "doble" le hace al hombre mientras esre duerme, y que en general los sueños se inscriban dentro de un orden mántico que trasciende lo puramente subjetivo. La fenomenología del relato onírico, al margen de sus significaciones trascendentales, puede ser útil para iluminar algunas de las caracrerísticas más hondas del problema de la escritura en su aspecto estrictamente gramatológ1co. Se trata, ante todo, de un relato escrito con toda suerte· de imágenes cargadas tanto de significaciones que pueden ser analizables como de puras potencialidades no reducibles a ningún tipo de met~lenguaJe. En segundo lugar se trata de una forma especifica de ~amcipaci6n-real en el relato. Mientras que en la escritura literaria ~1empre existe un bloque represivo que tiende a impedir la completa identificación con el texto, y si esta llega a producirse de inmediato es sancionada como anormalidad (el caso ejemplar es el de la "locura"

·· ) en ]a escritura-del-sueño la participación es total: el dradelatisrno s,uiJote ', .co deriva ante todo de la actuación ,,plena del soñante on1r1 111 en tanto esa suerte del teatro de la crueldad que es el sueno 1 1 puesta en de algo no conocido donde el autor, os actores y os especen escena desvanecen deJ·ando la so]a 1ntens1 · ·dadd . e1acto. p·in.a lmen t e, 1adores se . , · ól ] · del-sueño es esencialmente plamca, no s o por a actua]a escnrurad d 1 1 . ·dad del conjunto de sus elementos, ca a u.no ~ os cua. es remite ]¡ rodos Jos otros y simulráneameme a un mas alla determmable por a cia/ausencia, sino también porque la fuerza de desarrollo su presen f . · ¡ d d.e la acción, en un sentido cinematográ ico s1 se qu1~re, e? ugar e clausurarse se transgrede a sí misma y en consecuencia deJª. en ~l somistenoso. l i·inpresión profunda de algo trascendentalmente ñantea ¡ 'ldd La capacidad del sueño se encuentra en e recep,tacu o on e se d.b ·a el itinerario 1nás o menos loco de su narrac1on; en lo que cauJ su riqueza; ' Ilai está en él todo avanza h. ac1a su d esen1ac~ .ª taésde rv resentimientos que confirman una malla c~ya superf1c1e oculta, el

f d pero esto sucede de manera tan. peculiard jque finalmente solo ion o, " d

cualqu~er _acto e sueno ~e con ensa fondo patentizando con10 present1m1entos una sucesión puntual ~:eactos sin1ilares, junto con las intenciones y deseos que conllevan una némesis que siempre se halla presente. Esta es la n;anera que :i~ne el sueño de avanzar por sus tinieblas, esbozando ~n_igmas que nunca lograremos descifrar, presendficando una h.istoncidad y una topología inéditas, un cuerpo críptico que paradoplmente sirve como mensajero de la verdad. La caracterización del movimiento del sueño como ~n relato es e] lugar preciso donde se anuda'. además, una problemática que por sus implicancias podemos definn como ontol6g~ca. Si se acepta que el movimiento que define soberanamente al sueno es un relato, que el sueño es un i·elato, cabe plantearse de manera lógica y natural, sm introducir una violencia en el discurso, la siguiente preg~nta: ¿qiutn es e/autor de ese relato que es el sueño? La pregunta adquiere todo s~ peso cuando se piensa que el sueño no sólo es un relato coher~nte, sino que en el acto-de-soñar lo que falta precisamente es el sujeto, la conciencia 0 el "yo", que desde el punto de vista de la razón resultan indispensables para la constitución de un relato-con-senudo, vale de-

el fondo es lo que cuenta; en

as

cir de una narración y no de un conjunto caótico de imágenes. Per ,

1

86

la conciencia constituyente falta, ¿quién es el autor de ese relato; ' fecto que puede ser el sueño? Dicho de otra manera: si se trata de u er-. narración ;quién la narra si en el momento del relato lo que falta es~: conciencia o el SUJeto que podrían narrarla? En el interior de nuest .. • e]Jisterne la coherencia lógica de una narración presupone la exist:~­ cia de algmen que produzca dicha narración; la ausencia en el act : de-soñ:r de ese al9uien es lo propiamente escandaloso del problem:;.~·~· del sueno porque implica que el sueño se hace solo; y de ser así es poi:,,;;, sible que todo, no sólo el sueño sino incluso la vigilia y las "más alta :' • coi~~trucc~ones del pensamiento" se haga solo. Ergo, la pregunta po~;.,,,,. ¿quien suena? puede y debe extenderse, sm que se trate de una extrae'{.{, polación, al ¿quién habla?, al ¿quién piensa?, al ¿quién vive? ¿Nadie?j~l.z ¿Es posible pensar un cuerpo y un mundo sin nadie? Las palabras de.g: Freud son enigmáticas cuando dice que "el ombligo del sueño es el::[? lugar donde se asienta lo desconocido" y cuando insiste señalando .•~. ese Jugar insondable "como un ombligo por el cual el sueño está liga-:%¡~ do a Jo desconocido"; lo enigmático de la frase no debe extrañarnos , porque se trata del lugar de lo enigmático por excelencia. Y es posible que más aJlá de Freud deba volver a Nietzsche; y en última instancia : t~~ar de una ~u~na vez en serio, para una inquisición acerca del sig~