Ordena Mis Pasos Con Tu Palabra. V.P. Wierwille [PDF]

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Zitiervorschau

Ordena Mis Pasos con Tu Palabra Estudios sobre la Vida Abundante Volumen V

Victor Paul Wierwille

Publicado originalmente como “Order my Steps in Thy Word”

Traducido por Claudia Juárez Garbalena Enero de 2015.

American Christian Press The Way International New Knoxville, Ohio 45871

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En reconocimiento por la dedicación del Auditorio Palabra de Dios Sobre El Mundo este libro es amorosamente publicado con gozosa acción de gracias.

Para La Mesa Directiva De The Way International (El Camino Internacional) Rev. y Dr. L. Craig Martindale, Presidente Sr. Donald Ernst Wierwille, Vicepresidente Sr. Howard R. Allen, Secretario-Tesorero

© 1985 Por The Way International Todos los derechos reservados Primera edición 1985. Segunda Impresión 1985 Impreso en los Estados Unidos de América

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CONTENIDO Prefacio Parte I El Orden de Dios para la Vida…………………………….. 4 1. Dios Todopoderoso—El Shaddai………………………………….. 5 2. El Diseño de Dios para la Creación………………………………12 3. Coherederos de la Gracia de la Vida……………………………..20 Parte II El Orden de Dios para el Liderazgo 4. Las Cualidades de un Líder espiritual…………………………….26 5. Los requisitos para la ordenación…………………………………36 6. Las Autoridades Superiores de Romanos 13……………………..42 7. La transferencia del Liderazgo…………………………………….50 Parte III El Orden de Dios en los Tiempos del Antiguo Testamento 8. Un hombre en quien está el espíritu de Dios...…………………..63 9. Escogeos Hoy.......................................................................76 10. Camino de Vida o Camino de Muerte……………………………83 Parte IV El Orden de Dios para los creyentes de calidad 11. Subiendo a lo alto en busca de la verdad………………………..90 12. La Marca de Calidad……………………………………………….97 13. La Luz de la Vida…………………………………………………..104 14. Vivificados juntamente con Cristo………….……………………110 Acerca del autor……………………………………………….127

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PREFACIO El título de este volumen, Ordena Mis Pasos con Tu Palabra, proviene de Salmos 119:133. Ordena mis pasos con tu palabra, Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.

Es el deseo sincero de mi alma tener mi vida ordenada, o establecida, en la Palabra de Dios. Su norma y estándar, es la norma y estándar que quiero para mi vida. Cuando mis pasos son ordenados de acuerdo con la norma o estándar de la Palabra de Dios, ninguna iniquidad o pecado pueden tener poder alguno sobre mí, porque estoy viviendo mi vida en los caminos y a la manera de Dios. El orden de Dios y la iniquidad son mutuamente excluyentes. Cuando el orden de Dios prevalece, la iniquidad no puede tener dominio. Y donde la iniquidad tiene dominio, el orden de Dios está excluido. Dios diseñó la vida –Él nos hizo, nos formó y nos creó. Por lo tanto Él sin duda conoce las riquezas de la vida que Él planeó para nosotros cuando vivimos la vida de acuerdo a Su plano. Cuando nosotros como creyentes alineamos nuestras vidas de acuerdo a la Palabra de Dios, que es el libro de reglas de Dios, nos ponemos en la posición de recibir las bendiciones máximas de vida en cuerpo, alma y espíritu. Ordena Mis Pasos Con Tu Palabra está organizado en cuatro partes: “El Orden de Dios para la Vida”, “El Orden de Dios para el Liderazgo”, “El Orden de Dios en los tiempos del Antiguo Testamento” y “El Orden de Dios para Creyentes de Calidad”. Dentro de cada parte, cada capítulo se ha investigado y escrito como un estudio individual. Los estudios están agrupados en temas generales para que el lector pueda tener un alcance más amplio de cada tema. Es mi oración y creencia que un mayor conocimiento de Dios y Su Palabra le elevará e inspirará para ordenar mejor sus pasos en la Palabra de Dios.

PARTE I EL ORDEN DE DIOS PARA LA VIDA Dios mismo es orden. Por consecuencia lógica entonces, Su creación tiene un orden. Dios ordenó el universo y todo en él. Él incluso ordenó una forma de vida para cada individuo. Los tres capítulos que componen la Parte I, “El orden de Dios para la Vida”, demuestran el plan de Dios. El primer capítulo muestra que Dios, Quien es Elohim y Jehová, también es El Shaddai, el Dios Todopoderoso. Y cuando Dios Todopoderoso, el Dios de todo poder, trabaja para Sus hijos, absolutamente ningún obstáculo es insoluble. “El diseño de Dios para la Creación” describe cómo Dios tan bellamente planeó la interrelación entre Sí Mismo, el hombre, la tierra y el universo. 4

“Coherederos de la gracia de la vida” explica el plan original de Dios y Su voluntad para las familias, más específicamente para el esposo y esposa que quieren ordenar su relación de acuerdo a la Palabra de Dios. Cuando conocemos y entendemos el orden de Dios para la vida, y como tan cuidadosa y amorosamente Él la preparó para nosotros, y como proveyó para todas nuestras necesidades, nuestros corazones se desbordan con admiración y agradecimiento a nuestro amoroso Padre celestial.

Capítulo Uno DIOS TODOPODEROSO- EL SHADDAI Hay algunos hombres en este mundo que están dispuestos a que Dios sea el Dios de los cielos, pero no están dispuestos a que Él sea el Dios en la tierra. La Oración del Señor dice: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. A pesar de que la oración dice: “Hágase tu voluntad en la tierra”, la mayoría de las personas quieren que sus propias voluntades sean hechas aquí en la tierra. El razonamiento del hombre –y no importa que tan ilustrado o que tan lógico él puede creer que es– nunca le dará al hombre un verdadero conocimiento de Dios. Sólo la revelación de Dios en Su Palabra lo hace. Con el fin de ver la grandeza de nuestro Dios como el “Dios Todopoderoso”, hay que observar la revelación de Dios de Sí Mismo. Una manera en que Dios nos hace saber Quién es Él, es a través de los títulos que Él se da a Sí Mismo. Dios se refiere a Sí Mismo con una serie de diferentes nombres en Su Palabra. En el versículo 1 de Génesis 1, Dios se revela a Sí Mismo por la palabra hebrea Elohim, el Creador. En el segundo capítulo del Génesis Él usa el nombre Jehová, que denota Su relación con lo que Él creó. En este estudio me gustaría ahondar en las Escrituras que revelan a Dios como El Shaddai, traducido como “Dios Todopoderoso” o “Dios Omnipotente”. Génesis 17:1 contiene el primer uso de este nombre. En la investigación bíblica, el primer uso de una palabra o un término o una expresión deben ser estudiados más detenidamente por su significado. ¿Cuál es la gran verdad concerniente a este nombre para Dios, El Shaddai, en su primer uso? Génesis 17:1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso [El Shaddai]… Dios no dijo a Abram: “Yo soy Jehová” o “Yo soy Elohim”; Él dijo, “Yo soy el Dios Todopoderoso”, El Shaddai en hebreo. El es “Dios”, Shaddai es “todopoderoso”. Él es el Dios Todopoderoso. Ahora, ¿qué significa que nuestro Dios, Quien es Elohim y Jehová, sea también El Shaddai, el Dios Todopoderoso? ¿Qué exactamente nos está siendo revelado 5

acerca de Dios? Observemos el resto del versículo que contiene este nombre. … Yo soy el Dios Todopoderoso [El Shaddai]; anda delante de mí y sé perfecto. A menudo yo oro, “Dios Todopoderoso, ante quien todos los corazones están abiertos…” Yo no uso estas palabras al azar. ¿Por qué habría de hacerlo? Yo estudio la Palabra de Dios para saber lo que las palabras “Dios Todopoderoso” representan. Quiero saber lo que significan bíblicamente, y entonces me esfuerzo para usarlas con precisión. “…Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto”. El texto dice literalmente: “camina delante de mí y serás completo”. “Caminar y ser completo”. ¿Caminar en qué? En la revelación que Yo te he dado. No camines por tus razonamientos o tus opiniones, sino por la revelación de que Yo te he dado”. Versículo 2: Y [Yo, El Shaddai, el Todopoderoso] pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. Dios le dijo a Abram en Canaán: “Yo, tu Dios Todopoderoso, haré un pacto contigo. Yo me ocuparé de que tu descendencia sea en extremo numerosa”. El pronombre “Yo” se refiere a Dios como El Shaddai, el Dios Todopoderoso, en el versículo 1, y a lo largo de esta sección de Génesis.* Versículos 3 y 4: Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él [le dio revelación], diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. El deseo del corazón de Abram era tener hijos. Y mientras Abram llevó a cabo la promesa del Dios Todopoderoso de Génesis 17:1 de caminar delante de Dios y ser completo, Abram recibió el cumplimiento de esa promesa: Dios hizo de Abram “padre de muchas gentes”. Versículo 5: Y no se llamará más tu nombre Abram. La palabra "Abram" en hebreo significa “padre de altura”. Dios quería que este hombre tuviera un nombre más apropiado, así que Él le cambió el nombre. … sino que será tu nombre Abraham… ___________________ * La palabra “Yo” está omitida en este y los siguientes versículos citados de Génesis en la Versión Reina- Valera 1960, pero sí aparece en la Versión King James en inglés a la cual el Dr. Wierwille hace referencia. (Nota de traductor).

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Dios le dio a Abram el nuevo nombre de “Abraham”. Y la palabra “Abraham” significa “padre de una gran multitud” o “padre de muchas naciones”. El nombre “Abram” ya no describía con precisión al hombre de Dios. Dios lo vio como el padre de una gran multitud, así que así lo llamó Él. Ahora, Abraham, este padre de una gran multitud, fue amigo de Dios. Dios dice en Santiago 2:23: “Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios”. Isaías 41: 8 dice: “Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo”. ¡Qué relación tuvieron Dios y Abraham! Génesis 17:5 … porque te he puesto [Yo El Shaddai, el Dios Todopoderoso] por padre de muchedumbre de gentes. “Dios Todopoderoso” puso en tiempo pasado lo que para Abraham estaba todavía en el futuro, aún no había sucedido. Las palabras “Dios Todopoderoso” o “Dios Omnipotente” indican que Él es un Dios que todo lo puede con todos los recursos para cada creyente. Versículos 6-8: Y te multiplicaré en gran manera, y haré [Yo el Dios Todopoderoso] naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y [Yo El Shaddai, el Dios Todopoderoso] estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti [desde Isaac hasta Cristo] en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y [Yo El Shaddai, Dios el Todopoderoso] te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios [Elohim] de ellos [de su simiente]. Dios prometió grandes cosas a Abraham al darle la tierra de Canaán y le aseguró a Abraham que su descendencia seguiría a Elohim. Quiero que noten que en el capítulo 28 de Génesis, Isaac, el hijo de Abraham, llamó a Dios El Shaddai. En el contexto de este capítulo veintiocho, Isaac hablaba a su hijo Jacob. Génesis 28:3: Y el Dios omnipotente [El Shaddai] te bendiga [a Jacob], y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos. Dios Todopoderoso bendice, hace fructificar y hace multiplicar la simiente. El Dios Todopoderoso confirmó con Jacob la misma gran promesa que había dado al abuelo de 7

Jacob, Abraham. Génesis 35:10: Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel. Dios cambió el nombre a Jacob. “Jacob” significa “suplantador”, uno que toma el lugar de otro. En vez de “Jacob”, Dios lo llamó “Israel”, que quiere decir “príncipe de Dios”. La palabra de Dios dice: “Israel será tu nombre: y llamó su nombre Israel”. Versículo 11: También le dijo Dios [a Israel]: Yo soy el Dios omnipotente [El Shaddai]: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. Dios reiteró a Israel la promesa que le había hecho a Abraham, de nuevo usando el nombre de El Shaddai. Asociado con ese título está la fecundidad, una multitud de naciones, y reyes de los lomos de Israel. Versículo 12: La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra. ¿Ve usted la exhortación y el conocimiento dado en la Palabra de Dios? Otro uso de El Shaddai se encuentra en Génesis 43, cuando Israel estaba hablando a sus hijos que regresaron de Egipto. Génesis 43:14: Y el Dios Omnipotente [El Shaddai] os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo. En este uso, Israel estaba suplicando por la misericordia del “Dios Todopoderoso” para que liberara a sus dos hijos: Simeón y Benjamín. Génesis 49 habla de las bendiciones del Dios Todopoderoso sobre José. Génesis 49:25 Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, por el Dios Omnipotente [el texto arameo, dice “Dios Todopoderoso”], el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que está abajo, con bendiciones de los pechos y del vientre. El Dios Todopoderoso es la fuente insondable de aguas vivas, completamente plena, abundante y generosa. No sólo las palabras “Dios Todopoderoso” denotan generosidad, 8

sino también muestran bendición. Él es un Dios Quien apoya, sostiene y respalda a Su pueblo. Él es un Dios que defiende a Su pueblo. Él es un Dios que cuida de Su pueblo. El Dios Todopoderoso es capaz para, y está deseoso de suplir cada necesidad de todo creyente. Así que las palabras “Dios Todopoderoso” y “Dios Omnipotente” tal y como aparecen en la Palabra de Dios están siempre en el contexto de generosidad para el creyente, de bendición para el creyente, de apoyo para el creyente, de defensa para el creyente, de suministro para cada necesidad del creyente. Esta era la Palabra del Dios Todopoderoso al creyente del Antiguo Testamento. Y esta es la Palabra de Dios para los creyentes renacidos desde el día de Pentecostés, la era de la cual usted y yo somos parte. El Dios Todopoderoso no ha cambiado Su promesa, porque también nosotros somos de la simiente de Abraham por creencia. Verá usted, hay dos clasificaciones en la simiente de Abraham: por línea de sangre y por creencia. Gálatas 3:7: Sabed, por tanto, que los que son de fe [creencia], éstos son hijos de Abraham. Aquellos que creemos a Dios somos hijos de Abraham. Por lo tanto, tenemos la promesa de Dios de recibir Su plenitud y generosidad, de recibir Su bendición, Su apoyo, Su defensa, Su abastecimiento a nuestras necesidades. La misma promesa que fue hecha por el Dios Todopoderoso a Abraham está disponible para nosotros como hijos de Abraham a causa de nuestra creencia.

Gálatas 3:28 y 29: Ya no hay judío [de Judea] ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno [los renacidos del Espíritu de Dios] en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. Esta “promesa” en el versículo 29 se remonta a la promesa de Dios a Abraham en Canaán. Y sigue siendo cierta el día de hoy, y lo seguirá siendo hasta el retorno de Cristo. Cuando usted confesó con su boca al Señor Jesús y creyó que Dios le levantó de los muertos, usted fue salvo. Eso le hizo un hijo de Dios y un hijo de Abraham por creencia. Nosotros, que pertenecemos a la línea de los creyentes somos hijos de Abraham. Y tenemos el mismo Dios Todopoderoso que Abraham tuvo, un Dios de generosidad, un Dios de bendición, un Dios que nos ayuda y sostiene, un Dios que nos defiende, y un Dios que suple cada una de nuestras necesidades. Filipenses 4:19: Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Este es el mismo Dios Todopoderoso de Abraham Quién suplió todas las necesidades de 9

Abraham y prometió hacer lo mismo también para la simiente de Abraham. ¡Cuán por debajo del nivel disponible para nosotros, como hijos de Dios hemos vivido! Necesitamos entender lo que significa ser hijos de Abraham. Tenemos que atrevernos a creer la Palabra que dice que nuestro Dios hoy, es el mismo Dios que fue para Abraham. Él sigue siendo un Dios de plenitud y generosidad, y sigue siendo un Dios de bendición. Él no es un Dios que castiga a la gente o les rechaza. El Shaddai es un Dios que ama tanto que dio a su Hijo unigénito, Jesucristo, por nuestra redención, para que pudiéramos tener a Dios en Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. II Corintios 6 dice que somos colaboradores de este mismo Dios.

II Corintios 6:1: Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos [esto es, de Dios]. Trabajamos junto con Dios. Dios es nuestro empleador; Él es nuestro jefe. II Corintios 6 también nos dice la clase de personas con las que debemos tener comunión.

II Corintios 6:14: No os unáis [ustedes los creyentes, la simiente de Abraham] en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? Nosotros los creyentes no debemos alinearnos en relaciones con incrédulos. La justicia y la injusticia, simplemente no se mezclan. Estas son desiguales y, a los ojos de Dios, no podemos tener un yugo juntos.*

…¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? Como creyente, usted es luz. ¿Qué comunión, o compañerismo, usted como luz tiene con un incrédulo, que es oscuridad?

Versículos 15 y 16: ¿Y qué concordia [acuerdo] Cristo con Belial [el diablo]? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?

* "Yugo desigual" en griego es la palabra heterozugountes que significa “un yugo diverso” o “un yugo con otro que es diferente”. Esto se refiere a la práctica de poner un yugo sobre dos animales. Un agricultor no pondría en yugo a un buey y a un asno juntos para ayudar a tirar de un carro (Deuteronomio 22:10). Ellos son diferentes tipos de animales y no podían tirar fácilmente. De la misma manera los cristianos quienes son justos deben “trabajar juntos” o “unir esfuerzos" entre sí, y no con los injustos. Entonces ellos pueden trabajar en armonía.

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¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios [el Cuerpo de creyentes] y los ídolos? Porque vosotros [el Cuerpo de creyentes] sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Como el Dios Todopoderoso que es, prometió bendecir la simiente de Abraham, y de la misma forma Él promete bendecir a la Iglesia del Cuerpo, la línea de Abraham por creencia. Versículos 17 y 18: Por lo cual, salid de en medio de ellos [de los incrédulos que están tratando de entorpecer su vida y decirle qué hacer], y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo [el Señor Todopoderoso] os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas [habla a aquellos que son renacidos], dice el Señor Todopoderoso. Ahí está –El Señor Todopoderoso. Este es el mismo Dios Todopoderoso que habló en Génesis. Dios dice al Cuerpo de creyentes en la Iglesia hoy: “Yo soy su Señor Todopoderoso, el Dios Todopoderoso. Voy a ser generoso con ustedes. Les bendeciré. Voy a sostenerlos, a respaldarlos. Voy a defenderlos. Yo supliré cada una de sus necesidades”. Este es el significado de las palabras “Dios Todopoderoso” en la Palabra de Dios, no sólo para Abraham, sino comenzando desde Abraham hasta llegar al Cuerpo de Cristo, la Iglesia, de la cual usted y yo somos parte. Comencé este estudio diciendo que algunas personas están dispuestas a que Dios sea el Dios de los cielos, pero no el Dios en la tierra, porque ellos quieren ser el Dios en la tierra. Pero algún día el Dios Todopoderoso estará totalmente a cargo. Esta era en la cual vivimos se llama en la Palabra de Dios “El Día del Hombre". El hombre es quien juzga hoy. Pero el “Día del Señor” está llegando; y cuando llegue, la voluntad de Dios ciertamente será hecha. Y en ese tiempo el mismo Dios Todopoderoso de toda generosidad para con nosotros, lidiará con los incrédulos. Apocalipsis 19:11-15: Entonces vi [el Apóstol Juan] el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba [era llamado en la versión en King James] Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, [estaban] vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 11

El Dios Todopoderoso, Quien para el creyente es abundancia, protección y apoyo, un proveedor del creyente en cada necesidad, es el mismo Dios Todopoderoso que un día traerá ira y venganza sobre los incrédulos. Este mismo Dios tomará una aplastante acción contra sus enemigos. Su Hijo Jesucristo va a volver algún día como Rey de reyes y Señor de señores. Versículo 16: Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. El Cristo que fue prometido a Abraham es el mismo Cristo que es nuestro señor y salvador hoy. Y él es el mismo Cristo Jesús, que nos va a reunir y después va a volver para juicio, representando al Dios Todopoderoso en la tierra. Después de todas las garantías de bendiciones que el Dios Todopoderoso nos ha dado, sin duda podemos confiar en la capacidad del Dios Omnipotente y permitirle que guíe nuestras vidas y que supla cada una de nuestras necesidades. Verdaderamente Dios es todopoderoso desde la eternidad y hasta la eternidad.

Capítulo Dos EL DISEÑO DE DIOS PARA LA CREACIÓN Solamente Dios concibió, diseñó y ordenó la vida, todo en ella, desde el hombre para la tierra y la tierra para el universo entero. Sólo Su mente pudo concebirla; sólo Su poder pudo crearla; y sólo Su capacidad pudo haberla logrado. Luego Dios, por medio de su Hijo Jesucristo, fue capaz de engendrar hijos espirituales. Aquellos de nosotros renacidos del Espíritu de Dios somos estos hijos que Dios engendró por las obras de Cristo. Y formamos una familia que se llama la familia de Dios, con Dios como nuestro Padre. La interrelación del Padre con su familia es la entraña o el corazón mismo del cristianismo. El cristianismo es el camino recorrido de un Padre con su familia. Dios es nuestro Padre; y nosotros somos Sus hijos. Somos miembros de Su familia y de Su Casa. Y Él ha preparado un formidable hogar, donde a lo largo de toda la eternidad nosotros, la familia de Dios, podamos estar juntos. El verdadero cristianismo no es una religión. Las religiones están hechas por el hombre; El cristianismo es lo que Dios obró en Cristo Jesús cuando la filiación espiritual vino a ser disponible a la humanidad.

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El cristianismo no solamente no es una religión, tampoco es una filosofía. La filosofía es la sabiduría del hombre. La palabra alemana para "filosofía" es Weltweisheit. Welt significa “mundo”; Weisheit es “sabiduría”. La filosofía es “sabiduría del mundo”. El cristianismo no es la sabiduría del mundo, sino una relación divino-humana. Y el cristianismo no solamente no es una religión o una filosofía, tampoco es una teología. La teología es la “ciencia de Dios”. El que el hombre explique a Dios, es como si el Modelo T* tratara de explicar a Henry Ford. El hombre no puede alcanzar a describir la plenitud de la naturaleza y la capacidad de Dios. Así que el cristianismo no puede ser una ciencia de Dios, sino más bien la unión de Dios con Sus hijos. A veintitrés millas al noroeste de Campamento Gunnison, en Colorado, hay un pequeño pueblo conocido como Irwin, anteriormente llamado Rubí Camp.** En la primavera de 1879 ocurrió algo muy emocionante en Ruby Camp. El conductor de un carruaje de mercancías que traía suministros desde el ferrocarril llegó temprano una mañana. Trabajadores descargaron su carruaje, pero él no quería partir hasta la mañana siguiente. Puesto que el conductor no tenía nada que hacer ese día en particular, excepto esperar, le dijo a algunas personas que estaban alrededor de él, que estaba pensando en escavar un poco para ver si encontraba una mina. Las personas con las que habló pensaron que podrían divertirse con él y le aconsejaron: “Si usted quiere encontrar una mina, vaya por ese barranco y comience a excavar; usted encontrará una mina”. El conductor del carruaje siguió la sugerencia de la gente que quiso hacerle una broma. A menos de 400 yardas (365.76 metros) de donde se encontraba esa mañana, él comenzó a cavar. Para el asombro de todos, comenzó a ver el afloramiento de una veta de plata. Mientras continuaba la excavación, se encontró con lo que más tarde llamó el “Bosque Queen Mine” (“Mina Reina”). Poco tiempo después de que descubrió esta mina, el hombre la vendió por 50.000 dólares. Dentro de los dos siguientes años, los compradores sacaron de esa veta de plata, metal con valor de un millón de dólares. Cientos de mineros habían caminado antes sobre esa mina, pero nadie se había dado cuenta del enorme tesoro que había tan a la mano. Ninguno la encontró excepto este hombre, que la nombró “Forest Queen” (“Bosque Reina”).

___________________________ * El Ford Modelo T es el automóvil más famoso de la historia. Era un automóvil de bajo costo producido por Ford Motor Company de Henry Ford desde 1908 a 1927. Con el mismo se introdujo la producción en cadena, popularizando la adquisición de los automóviles. (Nota de traductor). **He leído un diario de H.C. Cornwell, que cubre los años 1879 a 1886 en Ruby Camp, un campamento minero. La plata minada no era en realidad un sulfuro de plata. Tenía una forma de cristal que cuando se aplastaba era de un color rojo sangre; de ahí el nombre “Ruby Camp” (“Campamento Rubí”).

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El Bosque Queen Mine es como la Palabra de Dios. Los tesoros de la Palabra de Dios han estado disponibles desde hace siglos. La razón por la cual la gente nunca encuentra sus tesoros es que nunca cavan, nunca buscan en el lugar correcto. Una persona no puede saber la grandeza de Dios por sus cinco sentidos. Con el fin de entender las cosas espirituales una persona debe tener el espíritu de Dios dentro.* Ahora, la Palabra de Dios es el documento más extraordinario en todo el mundo. A pesar de que la Palabra escrita de Dios está en el reino de los sentidos, un hombre que cree puede recibir el espíritu santo y empezar a entender el reino espiritual. En su gran mayoría, las personas nunca ven la grandeza de la Palabra de Dios, ya que son personas “naturales”, personas sin el espíritu de Dios. El hombre natural nunca va a entender la Palabra de Dios; él simplemente no puede entenderla. Yo no criticaría a un ciego por su análisis de una gran obra maestra de arte, ¿acaso podría? Entonces, ¿por qué criticar a un hombre natural por su ciego intento de analizar las verdades espirituales en la mayor obra maestra de todos los tiempos, la Palabra de Dios? W.W. Kinsley, en Describiendo la obra maestra de la Palabra de Dios, escribió lo siguiente: Lo más profundamente que han sido estudiados los fenómenos naturales por los científicos y por los filósofos científicos, lo más gloriosamente han sido expuestas las verdades…de que Dios mismo se ha ocupado a través de edades incalculables en preparar el advenimiento del hombre, que el hombre ha sido el gran propósito de Su esfuerzo, el máximo Thule** de Su pensamiento creativo en este planeta; y que toda aquella prolongada preparación no podría haber sido simplemente para proveer una existencia animal efímera y poco planeada; que este paciente enfoque no podría haber tenido una consumación tan intrascendente y poco digna…*** No fue una casualidad ciega lo que hizo el Autor de la vida. Explore el reino mineral; explore el reino animal; explore el reino vegetal. De lo más bajo a lo más alto, hay marcas que llaman nuestra atención específicamente a una realidad magníficamente concebida en lo que observamos. Grandes diseños, una gran inteligencia nos confronta dondequiera que miramos en el reino de la creación. Siempre podemos ver un propósito inteligente detrás de este reino, que fue producido por algún tipo de poder constante.

________________ *I Corintios 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. ** “Thule” Meta remota, objetivo o propósito final. Límite de cualquier viaje. (Dictionary.com). Nota de traductor. *** E.W. Kenyon, El padre y Su familia, 11ª Edición. (Seattle: Gospel Publishing Sociedad de Kenyon, 1964), pág. 18, citando W.W. Kinsley.

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Tome un microscopio, incluso uno de baja potencia. Coloque bajo su lupa una lente, por ejemplo. Podría ver algunas imperfecciones en el cristal, aunque tal vez sean sólo unas cuantas. A continuación, coloque la misma lente bajo un microscopio de alta potencia. Usted encontrará que mientras más alta potencia tiene el microscopio, más grandes serán las imperfecciones vistas en el cristal. Hay imperfecciones en cualquier cosa hecha por el hombre. Este ejemplo de la lente demuestra un principio. Lo más potente que sea el microscopio para observar las obras del hombre, lo más imperfecto que parece el objeto, por otro lado, lo más potente que sea el microscopio usado para mirar algo que Dios ha formado o hecho, lo más perfecto y ordenado que se aprecia. Lo más detallado que es el escrutinio de la Palabra de Dios, lo más obviamente que aparece su belleza y perfección. Sólo el hombre que utiliza un pobre microscopio, no logra ver nunca la grandeza de la Palabra de Dios. Él no la observa para ver su perfección. La Palabra de Dios es para todos los creyentes el diseño de la creación. El plan de Dios para la vida hasta el último toque final, se establece elaboradamente en la grandeza de Su maravillosa Palabra. Sin embargo, una persona debe nacer de nuevo para entenderla y debe estar dispuesta a renovar su mente a la verdad de la Palabra, en lugar de aceptar las opiniones del hombre, de religiones, filosofías y teologías. I Corintios 2:14 dice: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios….” Si el hombre natural no percibe las cosas espirituales de Dios, entonces él no las tiene. No importa cuán sincero luzca el hombre natural, no importa cuán altamente educado pueda ser, o qué tan sensible sea, o que tan inteligente y tolerante sea, él sigue siendo un hombre natural; y el hombre natural, simplemente no puede percibir las cosas del Espíritu de Dios “porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. El hombre de los cinco sentidos puede aprender mucho sobre el universo en el que vive, pero él no puede aprender nada sobre el Creador de ese universo. El hombre natural puede ver el diseño estructural en el universo, pero nunca será capaz de ver la inteligencia detrás de toda la creación: Dios. Una persona puede mirar un reloj y observar que debe haber algún tipo de inteligencia detrás de él. Un hombre natural puede hacer lo mismo con el universo. Pero el hombre natural no puede ver a La Inteligencia misma, porque debe tener un espíritu para entenderla. La pregunta es “¿Cuál es el propósito de la creación?” Esta debe ser la primera pregunta contestada cuando una persona verdaderamente quiere entender a Dios en relación a sí mismo o al mundo en relación a sí mismo o al universo en relación a sí mismo. El resonar más fuerte de las teologías nunca nos ha dado una razón para la creación. La Teología, ya que carece de un fundamento, simplemente suspende una enorme estructura de pensamiento y de opinión en el aire. La Teología nos ha dado varios argumentos cosmológicos de la existencia de Dios, pero no nos ha dado la simple respuesta declarada en la Biblia. 15

Los teólogos, en su mayor parte, han encontrado más placer en la teología abstracta que en el trato personal con Dios. Han encontrado más alegría en la metafísica que en la revelación divina. La mayoría de los teólogos han fundado sus posiciones sobre las opiniones de los hombres más que en la Palabra de Dios. Teologías y filosofías necesitan una constante revitalización con el fin de sobrevivir. La Verdad es eterna. ¿Alguna vez ha conocido a una persona que considere la posibilidad de revisar las tablas de multiplicar? ¿Por qué no? Porque ellas no tienen necesidad de revisión. Las teorías, incluyendo la de Darwin, deben constantemente ser revisadas y actualizadas. Los tres primeros capítulos de Génesis han sido objeto de burla por siglos, y sin embargo, es sólo en estos tres primeros capítulos que se da la verdadera respuesta a la pregunta “¿Cuál es el propósito de la creación?” Para ver el propósito del universo, debemos ir al primer capítulo de Génesis. Génesis 1:14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años. Sin esas luces en el firmamento, la tierra no tendría días y noches, o las estaciones y los años. Versículo 15: Y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. La tierra no se hizo para dar luz al universo o incluso a sí misma; las “lumbreras en la expansión de los cielos” fueron hechas para dar luz a la tierra. Versículos 16 y 17: E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Note que la tierra es el foco central de Dios en Su plan creativo. Hasta este punto en Génesis 1, todo fue hecho para la tierra. Versículos 18 y 19: Y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. El gran universo estrellado fue diseñado para apoyar, sostener y respaldar a la tierra. Y entonces, ¿para qué fue diseñada la tierra? Génesis 1 revela que la tierra fue hecha para apoyar, sostener y respaldar la parte física del hombre.

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Génesis 1:28-30: Y los bendijo Dios [a Adán y Eva], y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. La tierra fue diseñada para sustentar físicamente al hombre. Dios hizo la tierra para el hombre. Los cuerpos celestes, los animales, el fruto de los árboles, todos estos fueron hechos para el hombre. La razón de la tierra es el hombre. Y entonces, ¿cuál es la razón de la existencia del hombre? Dios. Efesios 1:4-6 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor* habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. Dios creó al hombre para Sí Mismo, para que pudiera tener compañerismo**, para que pudiera tener hijos con quien comunicarse. El Salmo 8 contiene una maravillosa revelación de la posición que Dios ha dado a Sus hijos en Su plan. Salmos 8:5 Le has hecho [al hombre] poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. La palabra traducida como “ángeles” es Elohim, la palabra hebrea para “Dios”. Entonces lo que Salmos 8:5 realmente nos está diciendo es que Dios hizo al hombre un poco menor que Él Mismo. Esta es la tan excelente posición la cual el hombre estaba destinado a tener. Esto demuestra la grandeza del hombre como el pináculo de la creación de Dios.

________________________________ *La Biblia King James en inglés incluye estas palabras “en amor” como parte del versículo 4, lee así: “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor…” **“Companionship” en inglés que quiere decir: amistad. Una vida en común juntos. Vinculo que existe entre compañeros. Suele utilizarse para nombrar a la buena correspondencia y la armonía entre los compañeros.

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Hace muchos años, cuando estaba leyendo el libro de E.W. Kenyon El padre y su familia, quedé totalmente absorto en la consideración de su visión acerca de la creación, y me gustaría compartir con usted ahora un pasaje de su libro. Él señaló el registro de un astrónomo muy conocido que estaba discutiendo con su hijo la influencia de los astros sobre la tierra. Lo siguiente es lo que dijo el astrónomo a su hijo. He notado que en ciertos momentos la Tierra es elevada fuera de su órbita o trayectoria por un cuerpo invisible que está más allá del alcance de nuestro más potente telescopio. Si alguna vez se construye un telescopio más grande, desearía que fueras a buscar en los cielos para averiguar qué es lo que afecta así a este planeta nuestro.* Luego continúa diciendo Kenyon: Cuando el gran Observatorio Lick fue erigido con su potente telescopio, este hijo viajó atravesando el mar y el continente, y una noche clara viró el gran telescopio en el espacio oscuro en los cielos donde este invisible e inexplorado planeta, había extendido su mano poderosa y mantuvo control sobre la Tierra. Después de observar un rato, de repente apareció un pequeño punto de luz; era una estrella balanceándose en su órbita gigante a gran distancia en la frontera del Universo. Él vio el planeta que había afectado de manera tan extraña a la tierra. Estaba a millones de millas más allá de la estrella más lejana que el ojo humano había visto jamás. Esta estrella gigante haciendo su recorrido en su gran órbita, viene con regularidad cada cierto número de años lo suficientemente cerca de nuestro planeta, por lo que puede, con su poderosa mano de gravitación a través del inmenso espacio asir nuestra pequeña tierra y sacarla de su órbita. Como un velero en el océano responde al más leve toque del timón, nuestra Tierra responde al tacto de ese centinela distante y vira rápidamente fuera de su curso; luego, cuando la influencia del planeta pasa, de nuevo la tierra vuelve a su trayecto y va y viene rítmicamente en su camino. Esto establece un hecho: que no es tan solo un planeta, ni el sol, ni la luna, ni las estrellas, sino que todo el vasto universo tiene influencia sobre este pequeño planeta nuestro. Cómo estremece el corazón darse cuenta de que esta Tierra nuestra, tan pequeña que mil de ellas podrían perderse en el sol, es el centro y la razón para el Universo. _______________________ * El Padre y Su Familia, de Kenyon, página 22.

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Esta noche, esta antigua Tierra nuestra está siendo sostenida tan segura en el abrazo de esos innumerables y desconocidos planetas, como un niño es sostenido en los brazos de su madre. Los cielos son esta noche simplemente un perfecto reloj de la Tierra; ningún reloj construido por el hombre puede jamás darnos el tiempo perfecto; pero aquellos que conocen el recorrido de las estrellas, saben que cada estrella, o sol, o planeta pasará en un cierto punto dado en el vasto espacio con un horario programado. Una estrella puede no haber sido vista en miles de años, pero ella aparecerá en alguna intersección de los cielos ni un segundo antes ni un segundo después de su horario programado. ¡Oh las maravillas del Arquitecto, los prodigios del Creador, el poder del Sustentador de este gran universo nuestro! Si la Tierra es la razón de los cielos estelares, ¿cuál es la razón de la Tierra? Antes de que las Estrellas de la Mañana cantaran su primer himno al corazón del solitario Padre Dios, antes de que se sentaran las bases de la Tierra, antes de que los primeros rayos de luz pasaran a través de la oscura expansión, el corazón del gran Dios Creador tenía un anhelo, profundo, poderoso, eterno. Este deseo fue la pasión primordial de tener hijos. El corazón de Padre del Creador anhelaba tener hijos e hijas. Este anhelo apasionado tomó forma, y Dios planeó un universo para este Hombre Suyo, y en el corazón de ese universo diseñó un Hogar. No hay tiempo con Dios. El tiempo pertenece al día y a la noche, al sol y la luna. El Dios Omnipotente no se vio obstaculizado por días, ni noches, ni años. Cuando El Amor asentó las bases de este universo poderoso, Él planeó, Se propuso que todo él fuera el Hogar de este Hombre Suyo. Este sería el lugar de nacimiento del Hombre, el Jardín de las Delicias del Hombre, la Universidad del hombre donde aprendería a conocer a su Padre Dios.* _____________________ * Kenyon, El Padre y Su Familia, páginas 22,23.

Dios dijo que la tierra es la razón del universo. El hombre es la razón de la tierra. Y Dios es la razón para el hombre. ¿Por qué hizo Dios todo esto? La razón es muy simple: Dios quería hijos que le amaran, y Él quería hijas que le amaran a Él, no por compulsión, no por necesidad, sino por el deseo en ellos de hacerlo así. Dios amó tanto que Él dio, así que en correspondencia podemos amarlo y vivir nuestras vidas para Él. El corazón de Dios esta anhelante de hijos. Él ha añorado hijos e hijas que lo amen libremente. Antes de que Dios 19

tuviera hijos, Él tenía ángeles para ministrarle a Él como siervos. Pero Él aun quería tener hijos. Entonces con Su maravillosa y guiadora mano de amor, Dios preparó la tierra y los cielos para Sus hijos. Si esto es verdad, y creo que es cierto de acuerdo a la Palabra de Dios, entonces el hombre es lo más maravilloso de toda la creación de Dios. Y todo en la tierra y en el universo es para la persona que es hijo de Dios. Los incrédulos también participan de las bendiciones del universo y de la tierra, pero estas bendiciones no fueron diseñadas para los incrédulos. Las bendiciones se han diseñado para los hijos de Dios. Si Dios quería de esta forma tener hijos, y amó de tal manera a sus hijos e hijas que pasó años en esta preparación para ellos, qué lugar tan maravilloso esos hijos deben mantener en Su corazón y en Su eternidad. Usted, como un creyente, como un hijo o hija de Dios, es la culminación del sueño de Dios porque usted es un hombre de Dios, una mujer de Dios. La tierra fue hecha para usted. Usted fue creado por Dios. Él es su Padre que le ama. Este es el proyecto de la creación de Dios.

Capítulo Tres COHEREDEROS DE LA GRACIA DE LA VIDA No espero que este capítulo este de acuerdo con la filosofía de cualquier revista secular, porque la información del mundo, de la cual cualquier revista secular es parte, no se basa en Dios o en Su Palabra. Pero para aquellas personas que quieren escuchar la verdad de la Palabra de Dios, es nuestra oportunidad y nuestro gozo presentar esta Palabra a ellos. Entonces si ellos quieren creerla y obedecerla, maravilloso. Aquellos de nosotros que hemos sido instruidos en la Palabra de Dios sabemos por experiencia que las únicas cosas que viven para nosotros y que realmente funcionan en nuestra vida son las cosas que están construidas sobre la realidad de la maravillosa Palabra de Dios. Ahora, Génesis 2:7 dice: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Jehová Dios formó al hombre. Cuando Dios formó al hombre, Él sabía lo que estaba haciendo. Me parece que si Dios no hubiera estado satisfecho con cómo Él formó al hombre, Él lo habría vuelto a formar o hubiera hecho lo que fuera necesario hasta llegar al punto en que Dios estuviera satisfecho con Su propia obra. Dios hizo al hombre como Él deseaba. Ahora, es nuestro trabajo averiguar para qué Dios lo hizo. Tenemos que ir a la Palabra para ver lo que Dios dijo que el hombre es y conocer todo acerca de él, y para ver qué es una mujer y averiguar todo acerca de ella, y entonces así, consigamos alinear nuestras mentes con lo que dice la Palabra. No debemos esperar que Dios se alinee con lo que V.P. Wierwille o alguien más pueda querer o pensar. Sino que V.P. Wierwille y todos los demás debemos alinearnos con lo que dice la Palabra 20

acerca de cuál es la razón por la que Dios formó al hombre y la mujer. El versículo 15 de este mismo segundo capítulo de Génesis dice: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”. Entonces el Señor Dios no sólo formó al hombre, Adán, sino que le dio al hombre una responsabilidad muy definida. A Adán se le dio un trabajo. Dios dijo, que puso al hombre en el Huerto para que lo labrara y lo guardase. ¿De dónde hemos sacado la idea de que Adán no tenía nada que hacer en el Huerto del Edén? Eso es ficción. Dios puso a Adán en el Huerto del Edén y le dijo: “Mira, ve a trabajar. Mantente ocupado al cuidado del Huerto y mantenlo productivo”. Adán tenía la responsabilidad de trabajar en el Huerto del Edén. Ahora bien, si un gobierno contemporáneo decide apoyar financieramente a sus ciudadanos que no trabajan, ese es su privilegio. Pero ese no es el orden de Dios para el hombre y la mujer cristiana en nuestro mundo. Dios planeó para la humanidad que trabajara. Mi Biblia dice que si una persona es capaz pero no está dispuesta a trabajar, esa persona no debe comer.* Dios planeó el trabajo para el hombre. Este fue uno de los lineamientos de Dios. Una persona nunca se siente tan bien como cuando él o ella pueden trabajar. Es un gozo maravilloso, y es un privilegio cuando tenemos la capacidad para trabajar, cuando se tiene la fuerza y la salud y la vida para trabajar. El tiempo de quejarse es cuando una persona está enferma o incapacitada y no puede trabajar. Entonces una persona tiene algo de que quejarse. Pero ser capaz de trabajar es un privilegio maravilloso y una de las necesidades del hombre. Hay adultos que manejan negocios, que trabajan en tiendas, en fábricas, en granjas, en el hogar, que saben que es un privilegio trabajar, y viven gozosamente la grandeza de Dios en sus vidas. Miremos Génesis 2:18. Acaso el Señor Dios dijo, “¿Es ideal que el hombre este solo?” No, Él dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. Una ayuda idónea, o una buena compañera, es un compañía y una ayudante. La palabra “compañera” significa “una que trabaja al lado de”. Dios dijo que haría para el hombre una ayuda idónea, una compañera. Ella no es “simplemente una ama de casa”.** Ella es una compañera, aquella que permanece al lado de, no por debajo, no una que es un esclava de su esposo, o de sus hijos, o del hogar.

*II Tesalonicenses 3:10 “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.” ** Me molesta cuando oigo a una mujer creyente decir que ella es “sólo una ama de casa”. ¿! Sólo un ama de casa!? Eso es una desgracia. Ninguna mujer de Dios es sólo un ama de casa. Esta clase de enseñanza proviene de algunas de nuestras raíces más profundas. Las mujeres piensan que son esclavas sólo porque lavan los platos o limpian los pisos o mantienen la casa en orden. Yo diría que no. Ustedes son maravillosas mujeres renacidas del Espíritu de Dios, y ustedes tienen una tremenda oportunidad. Usted no es “simplemente un ama de casa”. Usted es una mujer con un ministerio, con una misión, con un propósito en la vida.

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Note también que Dios le dio al hombre una mujer como compañera. Él no diseñó otro hombre para Adán. Él no formó a los hombres para los hombres o las mujeres para las mujeres. ¿De dónde viene esta idea? Proviene de la cultura de Satanás que está tratando de promover, que cada adulto tiene el derecho de decir lo que es lo “correcto” para sí mismo. Esto ciertamente no es lo que declara la Palabra de Dios. La Palabra de Dios nos enseña lo que es correcto, y dice que el hombre fue hecho para la mujer y la mujer fue hecha para el hombre. Y si a usted no le gusta, usted debería llamar a la Gerencia y quejarse. Dios fue quien hizo el diseño. Generalmente un hombre es más feliz cuando tiene una mujer que permanece a su lado, siendo una compañera para él. La mujer saca lo mejor que hay en él en su compañía. El trigésimo primer capítulo de Proverbios habla de la mujer virtuosa, de sus cualidades y atributos. Una de las características de una mujer virtuosa es que ella es bienaventurada porque su marido se sienta con los ancianos en la puerta; en otras palabras, ella es bienaventurada porque su marido es un éxito. Y cada vez que él tiene éxito, ella tiene éxito. Es ella quien realmente controla el flujo de la vida, no sólo del hombre, sino de toda la familia. Sin embargo, el hombre ha de ser la cabeza de esa familia, no para enseñorearse de la mujer, sino para ser el líder, el que da el ejemplo, el que dice: “Mira, esto es lo que va a bendecir a nuestra familia”. Es el padre quien pone esa profundidad espiritual en su familia.* Ahora, Dios hizo a Eva como una compañera para Adán. Eso significa que la responsabilidad primaria de la mujer es de ayudar y ser una compañera para su marido. En ningún lugar en la Palabra de Dios dice que una esposa es sólo una máquina de tener hijos. Esa es una enseñanza religiosa. Eso es todo. Tener un hijo en una familia es una bendición, pero no es el propósito principal del matrimonio. El propósito principal es el compañerismo: tener a alguien con quien conversar, alguien a quien entender, alguien a quien amar, alguien con quien perseguir metas. Yo aconsejo a la gente joven a no tener hijos durante los dos o tres años después de casarse. Incluso si tienen treinta años cuando se casan, aún pueden tener bebés a los treinta y tres. Una de las razones por las que aconsejo a los recién casados que esperen un período de tiempo antes de tener hijos, tiene que ver con nuestra cultura americana. En los tiempos bíblicos una pareja de recién casados tenían una luna de miel de un año de duración. Durante ese año ellos no aceptaban invitaciones de nadie, excepto de la familia inmediata de ambos lados. Durante ese año de luna de miel, la pareja podía entonces aprender a vivir juntos y conocerse mejor. También aprendían a llevarse bien con sus familiares cercanos. ¡Esta no es una mala idea! En la cultura americana contemporánea, la gente se compromete hoy, se casa mañana, y al día siguiente cada uno va a un trabajo independiente.

* Para conocer más sobre las responsabilidades familiares y las relaciones ver Efesios 5:22-25; 6: 1-4; I Pedro 3: 1-8.

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Ella va a trabajar desde las cuatro de la tarde hasta las doce de la noche; él va desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Y así, dos personas viven juntas durante veinte años, tienen dos o tres hijos, y todavía son extraños entre sí. ¿No es algo para considerar? Es por eso que aconsejo a nuestros recién casados que antes de comenzar una familia, deben llegar a conocerse el uno al otro. El esposo y la esposa necesitan una oportunidad para edificar su relación. Si un hijo viene en el primer año de matrimonio, será un desafío para ese matrimonio permanecer juntos. Creo que todos conocemos a muchas familias que tienen hijos, pero tienen falta de compañerismo entre marido y mujer. Y en ese compañerismo se encuentra la dulzura de la vida que Dios quiere. Así que el primer requisito de un matrimonio es el compañerismo. Y si ustedes van a tener compañerismo, tienen que ser capaces de hablar. El marido no puede decir algo y la esposa enojarse inmediatamente; o la esposa no puede decir algo y el marido enojarse y comenzar una tormenta en casa. Tienen que ser capaces de comunicarse, tener sesiones de charlas. Tienen que ser capaces de sentarse y hablar las cosas. Si ustedes no tienen tiempo o si no toman el tiempo para comunicarse, simplemente no podrán mantener a una familia cristiana juntos. ¿Exactamente qué es lo que aprenden un esposo y su esposa si se sientan delante de un televisor toda la noche viendo una película del espacio exterior o una comedia? ¿Cómo el marido y su mujer aprenderán a comunicarse si se sientan y ven la televisión? Sería mejor para una pareja que se sentara en un sofá y se tomaran de las manos y se miraran a los ojos y simplemente se dijeran: “Cariño, creo que eres la persona más dulce”. Al menos eso obtendría una reacción, y no sería causada por el televisor. Lo ven, ustedes necesitan tener tiempo para conversar. Ustedes necesitan tener tiempo para relacionarse entre sí. Otra dimensión que necesita ser enfatizada en un matrimonio cristiano es la conciencia de la presencia del otro, sabiendo que la otra persona está cerca. A veces, el marido es consciente de que la mujer está en la cocina, mientras que él está en el garaje. Sólo estar al tanto de la presencia de ella, da placer a su marido. Es sólo saber que el otro está cerca. Esta es la razón por la que un marido no debería llamar a “los amigos” cada noche y decir: “Oye, Jorge, vamos a jugar a los bolos”. Y mañana por la noche, “Oye, Germán, vamos a jugar a los bolos”. Cuando uno se casa, no se casan los amigos con los que ha estado jugando bolos. En una familia cristiana usted se casó con su esposa, y usted debería pasar tiempo edificando y manteniendo esa relación. Génesis 2:24 dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Un hombre y una mujer no llegan a ser “una sola carne” en la primera ocasión que tienen relaciones sexuales. “Una sola carne” significa conseguir que dos individuos con mentes diferentes, con diferentes antecedentes, de diferentes madres y padres, estén dentro de una relación en la que los dos moldean sus vidas juntos de modo que lleguen a ser como una sola persona, actuando al unísono. Alguien dijo que el matrimonio sería mucho más fácil si sólo tuviera un idioma. Lo siento; resulta que en un matrimonio tenemos dos idiomas: el de ellos y el de ellas. El esposo y la esposa no pueden llegar a ser una sola carne y ser moldeados juntos, a menos que quieran serlo y a no ser que pasen tiempo lográndolo. 23

Génesis 2:24 dice que el hombre dejará a su padre y su madre. Así que, papá y mamá, ¡déjenlos ir! Ustedes salieron adelante cuando se casaron. Tal vez su hijo y su esposa puedan hacerlo también, si ustedes no ponen presión sobre su relación. Cuando un hombre y una mujer se casan, deben mudarse de la casa de papá y de mamá. Vivir con los padres, y buscar respuestas en la casa de los padres de la pareja, no es la forma bíblica del matrimonio. Un hombre casado y la mujer tienen derecho a hacer su propia vida y sus propias decisiones y crecer juntos como una sola carne. Y si viven con los padres, habrá un reto adicional ya que la Palabra dice que ellos deberían dejar al padre y a la madre. Además, los padres deben mantenerse al margen de las discusiones familiares. Si la nueva esposa no puede hacer el pan tostado correctamente, permítanle aprender. La madre o la suegra no tienen que ir a la casa de la recién casada y hacer el pan tostado. Mire, si usted tiene que enseñarle a su hija a tostar el pan después de que ella está casada, ¿qué tipo de madre fue usted antes de que ella se casara? ¿Quiere decirme que no le enseñó nada a su hija antes de que ella se casara?; y ahora después de que ella está casada, ¿quiere ir allí e involucrarse en las cosas de la familia? Permita que esos jóvenes se las arreglen. Y entonces la primera vez que la joven esposa llame y diga: “No nos estamos llevando muy bien”, usted dígale: “Mira, cariño, aprende a tostar tu propio pan”. Eso es lo correcto. El vigésimo octavo versículo de Génesis 1 dice que Dios bendijo al hombre y la mujer. Y entonces Dios dijo al hombre y a la mujer que deberían “fructificar y multiplicarse, y llenar la tierra y sojuzgarla”. Y Él dijo que iban a “tener dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. El hombre y la mujer fueron hechos para tener dominio. Ellos no pueden tener dominio si están siempre en conflicto entre sí. Cuando el esposo y la esposa no están de acuerdo y disputan entre sí, no pueden tener dominio en el hogar: sobre los hijos, sobre el entorno, sobre el trabajo en el que están involucrados. Es imposible porque es contrario a la Palabra de Dios. Sin duda habrá desafíos porque hay dos cabezas y dos idiomas en un matrimonio. Y para construir una vida juntos requiere la mente renovada con el amor de Dios, requiere poner a Dios primero, y la comunicación entre uno y otro. Sin poner a Dios primero y tener la Palabra de Dios como el libro de reglas para vivir, un matrimonio nunca llegará a estar verdaderamente juntos. Las personas pueden permanecer juntos porque es conveniente o porque es mas barato permanecer juntos que pagar una pensión alimenticia o porque alguien dijo que sería mejor para el bien de los hijos. Ninguna de estas razones enfrenta la cuestión central: Un verdadero matrimonio tiene que ser construido sobre la Palabra de Dios. En una familia cristiana Dios es lo primero para ambos, tanto para el esposo, como para la esposa. Es la voluntad de Dios que el esposo y la esposa pongan a Dios primero y lo sigan a Él. Ahora bien, si un esposo no renueva su mente a la Palabra de Dios, ¿qué debe hacer la esposa? La mujer todavía tiene la responsabilidad de poner a Dios en primer lugar. O si una 24

esposa no renueva su mente a la Palabra, entonces ¿qué hace el marido? Él todavía tiene la responsabilidad de poner a Dios en primer lugar. ¡Eso es lo correcto! Ese es el orden. Dios primero. Lucas 10:27 enseña claramente esto: “Y él [Jesús] respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Amar a Dios con todo su corazón, alma, fuerza y mente. Esa es nuestra máxima prioridad. Ese es el estándar. El mismo Dios que vive en un esposo cristiano, vive en una esposa cristiana; por lo tanto, ambos deben poner a Dios en primer lugar. Así que el hombre y la mujer cristianos tienen la maravillosa oportunidad de compartir su vida adulta el uno con el otro. Como I Pedro 3:7 dice: un esposo y una esposa son “coherederos de la gracia de la vida”. La vida es un regalo: es gracia, y nos ha sido dada para disfrutarla y apreciarla. Necesitamos mantener este entendimiento de la vida como gracia o “favor divino” en el primer plano de nuestro pensamiento. Usted necesita pensar de su cónyuge como un coheredero junto con usted de la gracia de la vida. Esa actitud guiará su comportamiento en una dirección según Dios. Habrá desafíos en la relación. Pero son precisamente esos retos con los que se enfrentan y van trabajando, que hacen un matrimonio gratificante. Estos desafíos construyen profundidad, hacen raíces, en un matrimonio. No conozco personalmente a dos personas, incluso siendo marido y mujer, que estén de acuerdo en todo, todo el tiempo. Sin embargo, yo creo que dos personas pueden trabajar de tal modo que pueden superar cada y todo desafío. Pero, lo más fundamental de todo, es que el matrimonio tiene que ser construido sobre la Palabra de Dios. Es la familia cristiana que da la mayor plenitud de la vida: el compañerismo y el gozo y la paz y la felicidad que Dios quiso cuando Él creó el diseño original para el hombre y la mujer según lo dicho a nosotros en los primeros capítulos del Génesis.

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PARTE II EL ORDEN DE DIOS PARA EL LIDERAZGO Debido a que Dios es un Dios de orden, Él dio directrices específicas en relación con el liderazgo entre los creyentes. El capítulo 4, “Las Cualidades de un líder espiritual”, es un estudio del primer capítulo de Tito. Tito 1 específica a los creyentes las características que una persona debe demostrar antes de que esa persona sea designada como un líder. Dios no se limita a declarar las cualidades requeridas para el liderazgo espiritual, sino que estas cualidades son de nuevo enunciadas en el tercer capítulo de I Timoteo, que es el centro de “Los requisitos o cualificaciones para la ordenación”, estableciendo así y enfatizando estas cualidades necesarias. Romanos 13: 1 dice que nosotros, los creyentes, hemos de sujetarnos a “las autoridades superiores”. Mucha gente ha enseñado erróneamente que estas “autoridades superiores” se refieren a personas en altos cargos políticos. El capítulo 6, titulado “Las autoridades superiores de Romanos 13”, contiene el conocimiento inspirador de que las autoridades superiores son los líderes espirituales dentro del Cuerpo de Cristo. Después de un período de tiempo, el liderazgo en el Cuerpo cambia a medida que cada generación nace, vive y muere. Así nuestro Dios provee ordenadamente una sucesión del liderazgo dentro del Cuerpo. En “La Transferencia de Liderazgo” observamos cuando llegó la época de Josué. Dios estuvo preparando a Josué durante un período de tiempo para tomar las responsabilidades de liderazgo después de la muerte de Moisés. Conocer y seguir los lineamientos de Dios en la selección, ordenación, el respeto o estima y la transferencia del liderazgo es de gran importancia. Dios no ha dejado estos temas en la oscuridad. Él claramente los delinea en Su Palabra para que podamos cumplir con Sus instrucciones y beneficiarnos plenamente siguiendo Su camino.

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Capítulo Cuatro LAS CUALIDADES DE UN LÍDER ESPIRITUAL En la Palabra de Dios hay siete libros escritos por el apóstol Pablo que se conocen como las Epístolas a la Iglesia: Romanos, Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses y Tesalonicenses. Estas son seguidas por lo que se conoce como las Epístolas Pastorales de Pablo: Timoteo, Tito y Filemón. Y estas son seguidas por las Epístolas Generales hechas por varios escritores: Hebreos, que fue escrita por Pablo, y después, Santiago, Pedro y Juan. En este estudio quiero observar algunas verdades concernientes al liderazgo espiritual que están dirigidas a nosotros como hijos de Dios en la epístola de Pablo a Tito. La razón por la cual estas verdades son aplicables a nuestra vida es que nosotros, como Tito, somos seres humanos renacidos del Espíritu de Dios que necesitan instrucción personal para nuestra relación individual con Dios. El Dios que habló a los hombres y mujeres en los tiempos bíblicos, sigue siendo el mismo Dios hoy. Por lo tanto, estas escrituras son revelación dinámica para cada uno de nosotros, y en especial para los que ocupan puestos de liderazgo en la Iglesia. Pablo comienza esta epístola a Tito, identificándose a sí mismo. Tito 1:1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad. “Pablo, siervo de Dios…” Durante la Era de la Gracia, una persona no puede ser un siervo de Dios, uno que sirve a Dios, hasta después de que él o ella han llegado a ser un hijo de Dios. ¿Cómo podría usted servir a Dios si no es renacido? Usted no podía servir o participar en su familia terrenal hasta que nació dentro de ella. Lo mismo sucede con la familia de Dios. Usted debe ser renacido antes de que pueda servir a Dios. Tito es la única epístola en la Biblia en que la revelación de Pablo comienza diciendo: “Pablo, siervo de Dios”. En ningún otro lugar Pablo comienza una epístola identificándose como “un siervo de Dios”. Y esta carta está dirigida a un solo individuo, a Tito, un líder en la Iglesia. Pablo escribe muy personalmente porque al él tocar la vida de una persona, puede afectar la vida de muchas otras personas. La carta de Pablo continúa, “y apóstol”. Ahora, un apóstol de Jesucristo es uno que es enviado por Dios para traer nueva luz a su generación. Pablo trajo nueva luz a la Era de la Gracia. Pablo era un apóstol “conforme a la fe”. Esta fe, es la familia de la fe. La fe que cada persona recibe cuando él o ella renacen es la fe de Jesucristo. La epístola a Tito continua diciendo: “conforme a la fe de los escogidos de Dios”, de los seleccionados por Dios. Ser escogido por Dios trae a colación el tema de la predestinación. El tema de la predestinación tiene una base muy simple, llamada, la presciencia de Dios. Predestinación sin previo conocimiento haría a los seres humanos peones de Dios. De 27

hecho, algunas personas explican la predestinación de esta manera, una enseñanza que es totalmente errónea. Nuestro Dios no elige a algunos de nosotros para el cielo y a otros para infierno. Más bien, Él sabe de antemano, por Su presciencia, las elecciones que vamos a hacer. Cada persona dispone en su propia mente si él o ella quiere ser salvo e ir al cielo o quedarse no salvo y aceptar las consecuencias. Cada uno decide si creer a Dios o rechazarlo. Pero debido a que Dios sabe quién va a creer y a renacer, esos individuos, fueron escogidos de Dios antes de la fundación, o derribo,* del mundo registrado en Génesis 1. “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad.” “Conocimiento” es “el conocimiento correcto y preciso”. Y “piedad” es nuestra relación espiritual vital con Dios porque conocemos la Palabra de Dios correctamente dividida. Una traducción interlineal de Tito 1:1 es como sigue: “Pablo esclavo de Dios, y apóstol de Jesucristo, de acuerdo a [la] fe de los elegidos de Dios y al conocimiento de [la] verdad que [es] de acuerdo a la piedad” ** “De acuerdo a” indica “el estándar de” y “piedad” es “devoción, santidad”. Qué versículo tan maravilloso. Versículo 2: En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos. En el mismo momento en que usted renació, recibió vida eterna. Esta vida eterna es lo que Dios tenía en mente antes de que Él creara los cielos y la tierra. Dios, Quien no miente, ni tampoco puede mentir, prometió vida eterna antes de la fundación del mundo. Ahora, el momento en que usted renació recibió vida eterna. Pero ¿podían las personas tener vida eterna antes del día de Pentecostés, antes de que fuera posible ser renacido? Sí, “la salvación” estaba disponible antes del día de Pentecostés, pero no era posible “renacer”. En los tiempos del Antiguo Testamento, las personas fueron salvas cuando ellas creían en la venida del Señor Jesucristo. Dios contó su creencia por justicia, como dice en Romanos 4:5-9. Ahora, Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, y el resto de los doce apóstoles de Jesucristo, además de sus numerosos discípulos, no pudieron renacer durante el período de los Evangelios porque el nuevo nacimiento no estaba aún disponible mientras Jesucristo caminaba en esta tierra. Pero ellos podían ser salvos por creer en Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios. Jesucristo vino para hacer posible el nuevo nacimiento. Se hizo disponible después de que él ascendió y se sentó a la diestra de Dios. Entonces, el plan de salvación estuvo completamente completo, por lo que Dios fue capaz de hacer disponible el nuevo nacimiento en el día de Pentecostés.

*Efesios 1:4 “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo [katabole derribo o caída], para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, ** Nuevo Testamento Griego- inglés (1877; reedición ed, Londres: Samuel Bagster e hijos, 1970).

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Una vez que algo llega a estar disponible, cualquier persona que cumpla los requisitos puede tenerlo. Una vez que el nuevo nacimiento estuvo disponible, todo aquel que así lo deseó pudo renacer. Otro ejemplo de esta verdad de la disponibilidad es la diferencia entre “creer” (o “fe”, como la palabra griega pistis se traduce a menudo) y “esperanza”. Creer pertenece a lo que está disponible ahora. Esperanza anticipa algo que definitivamente estará disponible en algún momento en el futuro.* Esperanza se refiere a algo que una persona no puede tener ahora, pero que es parte del futuro, tal como el retorno de Cristo. Nosotros esperamos el retorno de Cristo, que no está disponible todavía. Tito habla de la “esperanza de la vida eterna”. La razón por la cual la palabra “esperanza” se utiliza aquí, es que la plenitud de nuestra vida eterna está todavía en el futuro. Y la razón por la que tenemos esa esperanza futura es que pertenecemos a Dios ahora. Tito 1:2 En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos. Dios no miente; de hecho, Él no puede mentir. Y Él nos prometió vida eterna. Así que podemos esperarla con certeza a lo largo de todas las edades. Versículo 3: Y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación… Dios manifestó Su Palabra, Su logos, a través de la predicación, o proclamación. Y este sigue siendo el más grande método de difusión de la Palabra de Dios. Alguien tiene que levantarse y exponer la Palabra de Dios, palabra por palabra y línea por línea. Esa es la proclamación, y así es como Su Palabra se manifiesta de manera que usted pueda conocerla. ... manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada… La traducción literal de la frase “que me fue encomendada” es “que me fue confiada”. La responsabilidad de predicar la Palabra de Dios le fue confiada a Pablo. ... [que me fue confiada] por mandato de Dios nuestro Salvador. Al apóstol Pablo se le encomendó la predicación de la Palabra de Dios de acuerdo con el mandamiento de Dios. Dios dijo: “Pablo, predica”. Pablo llevó a cabo esto porque era “el mandamiento de Dios nuestro Salvador”. Dios es nuestro Salvador; pero Su Hijo, Cristo Jesús, también es nuestro salvador ya que a través de sus logros se hizo posible para nosotros reconciliarnos con Dios. La obra de Jesucristo cumplió la voluntad de Dios para la humanidad. _______________________ *Romanos 8:24 y25 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.

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Versículo 4: A Tito, [mi] verdadero hijo en la común fe. La común fe es la fe que es común a todos los creyentes. Cuando renacemos del Espíritu de Dios y pertenecemos a la familia de Dios, esa es la común casa de la fe. Usted la tiene; yo la tengo; todo el mundo que ha nacido en la familia de Dios tiene esa común fe. ... Gracia [favor divino], misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador. Ahora, un hombre puede tener gracia (el favor divino de Dios) y vivir a regañadientes o quejándose. Él puede tener la misericordia de Dios, y sin embargo, él mismo ser despiadado, inclemente. Él puede tener la paz de Dios y vivir sin ninguna paz en él. Eso no sería culpa de Dios; eso sería culpa del hombre al no reconocer lo que Dios le ha dado, y por que no ha renovado su mente para vivir de acuerdo a ello. La palabra “Señor” en la frase “del Señor Jesucristo” no aparece en la mayoría de los textos críticos griegos, y las palabras “Jesucristo” están invertidas. Así que la frase entera debe decir simplemente: “Cristo Jesús”. El primer versículo de Tito dice “Jesucristo”; el versículo 4 dice “Cristo Jesús”. Nosotros somos siervos de Jesucristo mientras le ministramos a la gente, pero nosotros somos Hijos de Dios en Cristo Jesús. “Jesucristo” enfatiza el andar de Jesús en la tierra, al humillado, a aquel que sirvió. “Cristo Jesús”, enfatiza al exaltado, al Cristo glorificado, con quien hemos sido exaltados. Podemos hablar de la precisión de la ciencia, pero realmente no hemos visto ninguna precisión hasta que nos fijamos en la perfección de la incomparable Palabra de Dios. Esa Palabra está puesta como un diamante, pero la gente la ha pasado de largo porque no ha podido comprender su profundidad. La Palabra de Dios es demasiado grande, demasiado vasta y es estupenda. Nosotros somos en Cristo Jesús lo que el unigénito Hijo de Dios es. Cristo Jesús completó una misión. La Palabra de Dios dice que cuando él fue bautizado, nosotros fuimos bautizados con él. Cuando él murió, nosotros morimos con él. Cuando él fue sepultado, nosotros fuimos sepultados con él. Cuando él resucitó, nosotros resucitamos con él. Cuando él ascendió, nosotros ascendimos con él. Cuando él se sentó a la diestra de Dios, nosotros nos sentamos con él. Esto es lo que Jesucristo hizo por nosotros. A veces se nos dice que debemos “cargar nuestra cruz”. ¿Quién sería capaz de soportar o llevar la cruz que Cristo cargó? Nadie sino el unigénito de Dios. Cuando la Biblia habla acerca de tomar nuestra cruz y seguirlo, se está refiriendo a asumir nuestras responsabilidades. Jesucristo murió para que nosotros pudiéramos vivir. Él cargó los pecados de la humanidad a fin de que usted y yo pudiéramos llevar el amor de Dios a la humanidad. No tenemos que cargar nuestros pecados. Nadie lo hace. Jesucristo ya los cargó. Él cargó la cruz del dolor para que pudiéramos cargar la cruz de la liberación. Él llevó la cruz de la envidia para que pudiéramos llevar la cruz de responder gozosamente con amor. Verá usted, él cargó todas esas cosas pesadas para que usted y yo pudiéramos llevar todas las cosas buenas y gloriosas. Él murió para que nosotros pudiéramos vivir. Él vino para que tengamos vida y para que la tengamos en abundancia. 30

Versículo 5: Por esta causa te dejé en Creta [habla Pablo], para que corrigieses lo deficiente [cosas que estaban inconclusas o pendientes por hacer]… Las iglesias en Creta, una isla del Mediterráneo, eran iglesias jóvenes. Y Pablo dijo a Tito: “Te dejé allá en Creta para poner en orden las cosas que aún era necesario que se hiciesen”. ... y establecieses [u ordenases] ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé. A Tito se le dijo que estableciera u ordenara ancianos. “Ordenar” es establecer personas en posiciones de responsabilidad. La palabra “anciano” denota a un líder que no es un recién llegado, un neófito, un novato, alguien que es una promesa. Un líder, o anciano, se refiere a alguien que ha sido sazonado, que es experimentado, porque ha tenido tiempo de arraigarse en la Palabra de Dios. La palabra “anciano” describe a alguien que es mayor en experiencia, [alguien que ha tenido una mayor exposición a la verdad de la Palabra de Dios, la edad cronológica no es mencionada. No dice que una persona tenga que ser tan viejo como Matusalén para ser un anciano; ser ordenado como un anciano tiene que ver con la calidad de alguien como creyente, no está hablando de la edad. La palabra “anciano” en el Antiguo Testamento tiene el mismo uso que la palabra “obispo” y “anciano” en el Nuevo Testamento. En otras palabras, los ancianos de la época del Antiguo Testamento sirvieron en las mismas funciones que los obispos y ancianos en el período del Nuevo Testamento. La palabra “anciano” hace hincapié en la dignidad de la posición, mientras que el “obispo” enfatiza la función del oficio. “…Ordena o establece ancianos en cada ciudad…” En griego literalmente significa “de ciudad en ciudad” o “ciudad por ciudad”. La ordenación de un anciano no ocurrió en todas las ciudades. No todas las ciudades en Creta tenían un grupo de creyentes. Y la Palabra de Dios, a través de Pablo a Tito, fue ordenar a una persona responsable de manejar, de hacer funcionar cada congregación local existente, si había allí un creyente cualificado. A continuación, la Palabra de Dios en Tito 1 procede a decir cuáles son los requisitos de un anciano. Versículo 6: El que fuere irreprensible [anenkl‘tos, “sin culpa”]…. Esto no quiere decir “sin fallos”. Dice “sin culpa”. Ninguno de nosotros nunca va a vivir sin fallos, sin pecados que se van arrastrando. Pero nuestras faltas no deben ser de la magnitud para ser merecedores de acusaciones; “nada atribuido o encontrado a uno que está a cargo” es el significado en griego. ... marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes [firmes] que no estén acusados de disolución [asÇtia, con carencia de modales y moral] ni de rebeldía [anupotaktos, insubordinados, rebeldes, desobedientes, testarudos, perversos]. Un líder debe tener una sola esposa y a sus hijos bien educados. Si usted, como padre o 31

madre de una familia cristiana, no puede cuidar de su propia descendencia, usted no tiene derecho a dirigir a otras personas. Si usted no puede dirigir a sus propios hijos y hacer que le respondan, que reconozcan su autoridad, ¿cómo usted podría dirigir el Cuerpo de la Iglesia de Dios? Versículo 7: Porque es necesario que el obispo sea irreprensible [anenkl‘tos], como administrador [oikonomos] de Dios; no soberbio [authad‘s]… Un administrador de Dios es una persona responsable de administrar parte de la Casa de Dios. Y el administrador de la casa de Dios no puede ser soberbio, obstinado y empeñado en hacer las cosas a su manera. ... no iracundo [orgilos]... La palabra para “iracundo” es orgilos que puede ser traducida como “tener una acumulación de emociones que se dejan infectar, que se dejan pudrir o que se amarga hasta el punto de buscar venganza”. Así que una de las cualidades de un administrador de la casa de Dios es que él o ella no se vuelven emocionales hasta el punto de desear el castigo o la venganza. ... no dado al vino [m‘paroinos]… Eso no significa que un obispo no puede beber un poco de vino, pero sí significa que es templado, moderado, en beber vino. Él no es propenso a abusar del vino. Eso es lo que dice la Palabra. ... no pendenciero [pl‘kt‘s]… Un líder no debe ser contencioso o agresivo. ... no codicioso de ganancias deshonestas [aischrokerd‘s]. “Ganancias deshonestas” se refiere al amor al dinero. No hay nada malo con el dinero mismo. No es el dinero la raíz de todos los males. I Timoteo 6:10 dice que es el amor al dinero la raíz de todos los males. ¿Por qué? Porque una persona que ama el dinero nunca puede conseguir bastante de él, y el dinero se convierte en un fin en sí mismo en lugar de un medio para una meta digna. La palabra griega traducida como “codicioso de ganancias deshonestas” literalmente significa “codicia deshonrosa o sacar ventaja”. Un administrador de Dios no debe ser codicioso de ganancias deshonestas. Los versículos 6 y 7 de Tito 1, detallan algunas de las cualidades que un anciano u obispo deben evitar. Ahora, los versículos 8 y 9 enlistan las cualidades que un obispo debe demostrar. Versículo 8: Sino hospedador [philoxenos]... 32

Un anciano, o un obispo, es uno que ama ser hospitalario, que es amable con los extraños, y que hace sentir bienvenidos los que entran en su casa. ... amante de lo bueno [philagathos, de las cosas buenas]… En otras palabras, un obispo debe ser un amante de lo que es bueno. Muchas Biblias tienen la palabra “cosas” en el centro de referencia. ... sobrio [sÇphrÇn]... El texto significa literalmente: “de una mente sana”. Los matices añadidos de tener una mente sana son ser discreto, sensato [cuerdo, equilibrado], que pone freno a los deseos e impulsos, que es auto-controlado, [que tiene dominio propio]. . . . justo [dikaios], santo [hosios], dueño de sí mismo [enkrat’s]. La palabra griega para “justo” significa “equitativo”, “honesto” o “imparcial”. “Santo” significa “no contaminado por el pecado y la maldad”. La palabra griega para “dueño de sí mismo” significa “que tiene un fuerte dominio de sí mismo”. Por lo tanto un líder ha de ser imparcial, sin mácula (incontaminado), y dueño de sí mismo o de sí misma. Versículo 9: Retenedor de la palabra fiel… Retenedor de la palabra fiel significa que no le permitimos a nadie que nos saque fuera de la Palabra de Dios; y que ni siquiera nos permitimos a nosotros mismos salir fuera de ella. La Palabra fiel debe ser retenida progresivamente antes de que pueda ser expuesta en enseñanza. Versículo 9: Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza [creencia correcta] y convencer [elenchÇ, condenar (hacer consientes de su pecado y culpabilidad), refutar] a los que contradicen. Una traducción interlineal del griego dice: “Reteniendo la palabra fiel de acuerdo a la enseñanza, a tal punto que pueda ser capaz tanto de alentar con la sana enseñanza, como de convencer a aquellos que contradicen”.* La palabra “enseñanza” es “doctrina” y “sana” es “incorruptible”. Los ancianos están para adherirse a la Palabra de Dios, para que por medio de la doctrina incorrupta puedan exhortar a cualquier persona que escucha, y puedan condenar [hacer consientes de su pecado y culpabilidad] o refutar a aquellos que contradicen. ¿Cómo se puede condenar a los contradictores? Por medio de la sana doctrina, por la enseñanza sin errores. Un líder puede tanto estimular a la gente, como invalidar a los que contradicen con la sana doctrina.

* Nuevo Testamento Griego- inglés

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Versículo 10: Porque hay aún muchos contumaces [anupotaktos], habladores de vanidades [mataiologos] y engañadores [phrenapates], mayormente los de la circuncisión [los legalistas de Judea]. Hoy tenemos el mismo tipo de contradictores. Algunos son indisciplinados, insubordinados y rebeldes. Otros son habladores de vanidades, es decir, su conversación son inútiles, sin provecho, y se caracterizan por debates sin valor. Los contradictores engañan las mentes de las personas. Versículo 11: A los cuales [los que contradicen] es preciso tapar la boca [epistomizÇ, amordazarlos]; que trastornan [anatrepÇ, que derriban o destruyen] casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta [aischros kerdos, a base de ganancias deshonrosas o deshonorables] lo que no conviene. Las personas rebeldes, los habladores de vanidades y engañadores causan los problemas en los hogares; destruyen familias con el error. Y lo hacen por ganancias deshonrosas. Un anciano debe ser capaz de amordazar a tales destructores. Versículo 12: Uno de ellos, [aun siendo] su propio profeta, dijo: Los cretenses [son], siempre mentirosos, malas bestias [violentos, salvajes], glotones ociosos [argos gast‘r, glotones perezosos]. Esto no es un cumplido para la gente de Creta. Uno de sus propios conciudadanos describió a sus compatriotas como mentirosos, bestias y glotones perezosos. Los creyentes no deben ser así; deberían ser exactamente lo contrario, de acuerdo con la Palabra de Dios. Versículo 13: Este testimonio es verdadero… Pablo dice que la observación sobre estos cretenses era precisa. Así eran ellos. Eran mentirosos y bestias salvajes y glotones ociosos. Por lo tanto, los líderes fueron a reprenderles con rigor, diciéndoles que debían ir a trabajar, que dejaran de estar inactivos, que pararan de mentir, y que dejaran de comportarse como bestias salvajes. Versículos 13 y 14: Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos [elen-chÇ, condénalos, refútalos] duramente [apo-tomÇs] para que sean sanos en la fe [en la familia de la fe], No atendiendo a fábulas judaicas [de los de Judea], ni a mandamientos [muthos, mitos] de hombres que se apartan de la verdad. El líder estaba ahí para reprender a los cretenses directamente, de frente, para que pudieran vivir sin errores en la familia de la fe y para que ellos no prestaran atención a las fábulas de los de Judea o a los mandamientos de los hombres que estaban llevando a las personas lejos de la verdad. 34

Versículo 15: Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente [su entendimiento] y su conciencia están corrompidas. En el griego, está claro que este versículo 15 comienza un nuevo tema. Literalmente, dice: “Todas las cosas [son] puras para los puros”. Dios está todavía asesorando al líder para que él entienda lo contaminados que estaban los cretenses. Ellos no eran puros. Ellos estaban llenos de manchas e incredulidad, así que nada era puro para ellos. Versículo 16: Profesan [los corrompidos e incrédulos] conocer a Dios, pero con [a través de] los hechos lo niegan, siendo abominables [bdeluktos, detestables] y rebeldes [apeith‘s, que se les dice la verdad pero la rechazan], reprobados [adokimos, indignos] en cuanto a toda buena obra. Los impuros dicen que conocen a Dios, pero con sus acciones lo niegan porque son detestables, rechazan la verdad, y son indignos para toda buena obra. Este es un hermoso capítulo en el que Pablo enseña a Tito la base sobre la cual elegir a los líderes espirituales de Creta. Un buen líder es verdaderamente un siervo, un hijo de Dios que elige servir a Dios a través de ministrar a los hombres y mujeres. Qué grandes cualidades un anciano, o un líder deben tener. Todos nosotros necesitamos pensar en estas cualidades y construir la grandeza de este conocimiento en nuestras mentes. Seamos o no ordenados como un anciano, cada uno de nosotros debe trabajar en desarrollar las sanas cualidades establecidas en Tito 1: ser irreprensible, no soberbio, no iracundo o en busca de venganza, ni con deseo de castigar, no intemperante, no pendenciero (contencioso), no codicioso de ganancias deshonrosas, un amante de la hospitalidad, un amante de lo bueno, con una mente sana, ecuánime, imparcial y equitativo, no contaminado o manchado por el pecado y la maldad, y con dominio de sí mismo. Debemos aferrarnos a la doctrina sin errores para animar, exhortar y alentar a los oyentes, y para refutar a los que contradicen. Esta gran sana doctrina de la Palabra de Dios tiene el poder de Dios detrás de ella; la Palabra puede llevar las vidas de hombres y mujeres desde el valle de la mera existencia y colocarlos en el más alto camino a la gloria. Agradecemos a Dios por exponer estos lineamientos para el liderazgo para que podamos examinar nuestras propias vidas y andar, y establecer las normas de la Palabra para nosotros mismos.

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Capítulo Cinco LOS REQUISITOS O CUALIFICACIONES PARA LA ORDENACIÓN No hay un mayor compromiso o entrega que pueda ser hecho por un hombre o una mujer que aceptar el llamado de Dios a la ordenación. Ninguna responsabilidad excede el compromiso de una persona que es ordenada al ministerio cristiano. Ya que la ordenación es una responsabilidad tan trascendental, sin duda la Palabra de Dios hace claro quién está cualificado para ser ordenado como ministro de Dios. ¿Cuáles son los requisitos de Dios? El capítulo anterior de este libro examinó el primer capítulo de la epístola de Pablo a Tito, que establece las cualidades que un obispo o líder debe poseer. En este capítulo, vamos a hacer un estudio a profundidad de I Timoteo 3 para obtener más información sobre los requisitos para la ordenación. I Timoteo 3:1 [Esta es] Palabra fiel: Si alguno anhela obispado [ser supervisor o anciano], buena obra desea. “Esta es palabra fiel” literalmente dice: “Fiel es la palabra [de Dios]”*, “la Palabra es fiel”. Si una persona aspira a la ordenación en un oficio (o función) de liderazgo, desea algo que Dios llama “buena obra”. Dios aprueba el deseo de una persona de aspirar a un puesto de liderazgo. Después de dar Su aprobación a tal deseo en el versículo 1, en los versículos 2-7 Dios enumeran las cualificaciones específicas para este tipo de liderazgo. Versículo 2: Pero es necesario que el obispo [un supervisor o anciano] sea irreprensible [anepil‘ptos], marido de una sola mujer, sobrio [n‘phalios], prudente, decoroso [kosmios], hospedador [philoxenos], apto para enseñar [didaktikos]. Un líder en la Iglesia tiene que ser “irreprensible”. Ahora bien, esta palabra “irreprensible” no lleva en absoluto la connotación que un lector podría suponer. “Irreprensible” en su significado profundo denota que un obispo debe estar “preparado en todos los puntos, a fin de no ser atrapado en cualquier sitio por un antagonista”. La palabra griega para “irreprensible”, anepil'ptos, se usa en la literatura griega secular para un luchador que está preparado en todos los puntos para que no pueda ser atrapado por un oponente. ¿Cómo una persona puede llegar a estar preparado en todos los puntos para no ser atrapado por un antagonista? Por medio de la Palabra de Dios. Esto es el porqué estudiamos para presentarnos aprobados delante de Dios como obreros que no tenemos de qué avergonzarnos, dividiendo correctamente la palabra de verdad. ¡Qué gran responsabilidad para un candidato a la ordenación, de estar preparados en todos los puntos.

* Esta misma frase griega (pistos ho logos) también se utiliza en I Timoteo 1:15; 4: 9; II Timoteo 2:11; Tito 3: 8.

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Además de estar preparado por medio de conocer la Palabra de Dios, un obispo debe ser “marido de una sola mujer”. Yo no sé si esta afirmación signifique que cada obispo deba tener esposa o no; pero si es así, él debe tener sólo una. La palabra griega para “sobrio” en realidad significa “lúcido” o “de mente despejada”. “No llegar a estar en una situación problemática, incluyendo no llegar a estar intoxicado” es lo que denota. Un líder no es un extremista de una manera u otra. Es estable en todos los asuntos. Ese es el significado de n'phalios. La palabra griega para “sobrio” significa “una mente sana y racional con el fin de refrenar sus pasiones”. “Decoroso” es “bien organizado, de buen comportamiento, discreto y respetable”. Hospedador significa que un obispo es generoso con sus invitados y cálido con los extraños. Esto implica que el líder sabe cómo conducirse, cómo ser el más atento anfitrión o anfitriona, sabe como presentarse (como lucir) y cómo hacer que los huéspedes se sientan confortables. A eso se refiere la palabra “hospitalidad”. Después, “apto para enseñar” significa “capaz y diestro en la enseñanza”. Si una persona tiene la capacidad natural de liderazgo y hace lo que la Palabra dice, entonces él va a aprender a enseñar y a estar siempre preparado para enseñar. Entonces, “un supervisor debe estar preparado en todos los aspectos, siendo marido de una sola mujer, lúcido, teniendo una mente sana a fin de que refrena sus pasiones; él también debe ser discreto y respetable, hospitalario, y debe ser capaz y estar listo para enseñar”. Esta es una traducción literal de acuerdo al uso del versículo 2. Versículo 3: No dado al vino, no pendenciero [pl‘kt‘s], no codicioso de ganancias deshonestas [aischrokerd‘s], sino amable [epieik‘s], apacible [amachos] , no avaro [aphilarguros]. Un líder no es “dado al vino”; si bebe, lo hace con moderación. Y él no es “pendenciero”, es decir, él no está impaciente por reñir o buscar pleitos. Tampoco es codicioso de ganancias deshonestas. Más bien un líder es equitativo (imparcial), justo y tolerante. Un líder actúa con estricta justicia y misericordia apacible; es decir, él no muestra favoritismos. Esta es una cualidad muy importante que un obispo debe tener. “…No pendenciero…” Un “pendenciero” es aquel que es contencioso, uno que siempre quiere buscar pelea. Un líder de Dios, sin embargo, no es así. Él está poco dispuesto a reñir, prefiriendo la paz. “…No es codicioso…” La palabra griega para “codicioso” significa “amar el dinero”. Un líder no es avaro; él no ama el dinero. El dinero no es la fuerza motivadora de un líder. Versículo 4: Que gobierne [proist‘mi] bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción [hupotag‘] 37

con toda honestidad [semnot‘s]. Un líder es una persona que se hace cargo de su propia casa, teniendo a sus hijos “en sujeción”. “Sujeción” significa “obediencia amorosa”. La palabra griega para “sujeción” es la misma palabra que se usa en relación con esposas en I Timoteo 2:11. La sujeción no significa que los hijos son esclavos, como tampoco una esposa lo es. Un obispo no maltrata a su familia, pero él tiene los hijos bien educados. Eso es lo que significa. Los hijos no deben gobernar la casa. Los hijos de un líder están “en sujeción con toda seriedad”, con todo el respeto. Los hijos respetan a su padre. Versículo 5: (Pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?) Si un hombre no puede gobernar su propia casa, ¿cómo podría supervisar a la Iglesia de Dios? Él puede pensar que puede, y puede presentar una apariencia convincente, pero la Palabra de Dios dice que él no puede supervisar el Cuerpo de Cristo si no puede primero gobernar bien su casa. Entonces la Palabra de Dios está en lo correcto o no lo está. Versículo 6: No un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. Un líder no debe ser un novato, un neófito (neophutos). Alguien que es una promesa en una fraternidad es un “neófito”. En otras palabras, el líder ordenado no es alguien que renació una noche y es ordenado como anciano en la Iglesia a la mañana siguiente. Más bien, es alguien que se ha mantenido fiel día tras día, semana tras semana, e incluso año tras año, hasta que sea el momento adecuado para que él asuma responsabilidades de liderazgo. “…No sea que [con el fin de que no] se enaltezca por el orgullo….” “Enaltecido por el orgullo” significa “hinchado, o envanecido”. Una persona que es madura (experimentada) en la Palabra no se envanece con presunción como un neófito podría hacerlo. Él no es movido ni por la alabanza ni por la crítica. “…Caiga en la condenación del diablo…”. La palabra “condenación” es “juicios”. Un hombre hinchado o envanecido puede probablemente, en algún punto, caer en juicios (en decisiones o criterios) diabólicos. Versículo 7: También [pero] es necesario que tenga [también] buen testimonio [martus]* de los de afuera, para que no caiga en descrédito [oneidismos] y en lazo del diablo. *La palabra “testimonio” viene de la palabra griega para “mártir”, martus. Martus está relacionado con la raíz sánscrita smr- o smarami, “para recordar”; en el lenguaje Zend [lengua antigua iraní], mar significa acordarse. Un testigo es alguien que recuerda. Cuando usted es traído a una corte como testigo, usted debe recordar o acordarse. Pero entonces, ¿cómo la palabra “mártir” se asocia con sangre y muerte? Debido a que los cristianos que atestiguaron sus creencias fueron muertos (Hechos 22:20). La palabra griega se convirtió en anglicismo, y un mártir llegó a ser alguien que muere por sus creencias.

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Ser creyente es tener un buen testimonio del Cuerpo de creyentes que están fuera de su familia inmediata. Él debe tener un buen testimonio entre los creyentes. Este “buen testimonio” tiene que ser entre aquellos del Cuerpo a quienes él supervisa. La palabra “para que”, tiene que ver con las consecuencias para un obispo si él no tiene una buena relación con creyentes fuera de su familia. Si una persona que no cumple con los requisitos o que no tiene un buen testimonio fuese puesta en una posición de liderazgo, como obispo –un administrador o anciano– esa persona podría “caer en descrédito y en lazo del diablo”. Y la palabra “descrédito” significa que el líder podría comenzar a ser culpado y criticado por los creyentes. “Lazo” es una “trampa”. El obispo podría caer en una trampa del diablo. Sin embargo, mientras más tiempo un líder camina en la Palabra revelada de Dios, él no va a caer en esa trampa. Ahora hemos leído por nosotros mismos los principios básicos del andar para el liderazgo. Estos siete versículos de I Timoteo 3 son algunos de los versículos principales en la Palabra de Dios que cualquier hombre o mujer deben mantener en su mente, en orden prepararse para asumir responsabilidades de liderazgo. Los hombres y las mujeres que desean ser líderes de Dios deben vivir de acuerdo con estos principios. Si no lo hacen, van a terminar en la trampa del diablo. Romanos 12:1 dice: “Os ruego, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo…” Esto significa que un creyente, y sobre todo un líder, no duerme hasta las diez de la mañana. Alguien llamado por Dios tiene que ser la primera persona lista por la mañana para trabajar, preparándose para servir a la gente de Dios. Un líder se levanta, ora, lee la Palabra de Dios, y habla en lenguas; él debe estar preparado con la grandeza de la Palabra de Dios viviendo en su corazón y en su mente. Después de que hombres o mujeres son ordenados, ellos son los únicos que deben establecer el ritmo; ellos deben usar su tiempo y energía para estar a la vanguardia. Cuando hombres y mujeres son ordenados por Dios, ellos son los responsables de conducir a la gente de Dios. No importa lo que sea necesario hacer; los líderes simplemente lo hacen. ¿Por qué? Debido a que son ordenados por Dios; ellos están llamados por, y comprometidos con el Altísimo. Y cuando Dios llama a líderes, Él espera que ellos permanezcan fieles en Su Palabra. Ellos no tienen amigos cuando se trata de la Palabra, excepto aquellos amigos que quieren estar con ellos en la Palabra. La Palabra de Dios tiene que permanecer intacta y sin mancha (inmaculada), porque Dios la magnificó por encima de Su nombre. Es Su Palabra la que nos muestra Su voluntad. Ningún hombre conocerá la voluntad de Dios sin conocer la Palabra de Dios. Cualquiera puede imaginarla o tratar de adivinarla. Pero los verdaderos creyentes no pueden darse el lujo de adivinar; estamos tratando con verdades eternas. Estamos tratando con Dios. Estamos tratando con lo que nos llevará a través de toda la eternidad. Si la Palabra de Dios está equivocada, entonces no tenemos nada. Pero nosotros no creemos que la Palabra de Dios este equivocada; creemos que la Palabra de Dios es la voluntad de Dios, que la Palabra de Dios quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir, y que Dios tiene un propósito para todo lo que dice, dónde lo dice, cómo lo dice, a quien Él 39

dice que y cuando lo dice. Un llamado al servicio indica que alguien debe hacerse cargo de los problemas y necesidades. Cuando un fontanero recibe una llamada telefónica de alguien con un problema en su tubería, ¿qué hace? Él atiende la llamada. Cuando un electricista recibe una llamada, ¿qué hace? Él atiende la llamada. ¿Y qué hay en cuanto a atender las llamadas de las personas con necesidades espirituales, necesidades que sólo pueden ser atendidas o satisfechas por la Palabra de Dios? Dios ha llamado a líderes para servir a Su pueblo. No importa la cantidad de tiempo que esto tome, no importa lo que deba hacerse, los líderes deben responder al llamado. Ellos son los responsables ante Dios para servir al pueblo de Dios: orar con ellos, amarlos, enseñarles, ministrarles. Ellos simplemente deben dedicar todo su ser en servicio al pueblo de Dios. La vida de un supervisor no es una tarea fácil. Es un andar disciplinado. Y el único propósito de ordenar a hombres y mujeres es bendecir el cuerpo de Cristo, para tomar cuidado del Cuerpo, para que el cuerpo pueda funcionar más eficazmente y más acertadamente. La ordenación es un llamado al servicio. Lucas 9 contiene un relato del llamado de Jesucristo a unas cuantas personas para servir junto con él. Quiero leer este registro específicamente para ver las distintas reacciones al llamado que hizo Jesús. Lucas 9:57 dice: “Yendo ellos [Jesús y sus discípulos], uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas”. Jesús respondió al hombre explicando: “Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la [su] cabeza”. La respuesta de Jesucristo no quiere decir que él era extremamente pobre. Esto significa que Jesús se movía entre la gente. Él no tenía un lugar estable donde permanecer día tras día, porque él se estaba moviendo para ministrar a la gente. El hombre que hablaba con Jesús le dijo: “Señor, te seguiré adondequiera que vayas”. Jesús le dijo, “Si planeas hacer esto, permítanme recordarte que los zorros tienen sus moradas y las aves del cielo sus nidos como hogares, pero el Hijo del hombre no tiene lugar permanente donde vivir, semana tras semana ni mes tras mes”. Jesús le dijo a otra persona, en el versículo 59 de Lucas 9: “Sígueme. El [el hombre] le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre”. Este es un orientalismo que significa “tomar cuidado de mi familia”. El hombre no estaba diciendo que su padre estaba muerto. Lo que estaba diciendo era, “permíteme quedarme en casa hasta que mi padre muera y haya tomado cuidado de mis responsabilidades familiares, entonces te seguiré”. En el versículo 60, “Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos...” Todo el mundo sabe que los muertos no pueden enterrar a nadie. Este orientalismo, bien entendido, significa: “Permite a la ciudad que entierre a los muertos”. La respuesta de Jesús fue: “Deja que alguien más cuide de esas responsabilidades. Tengo una responsabilidad aún mayor para ti, ir a predicar el Reino de Dios”. 40

El versículo 61 dice: “Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa”. En otras palabras, “déjame ir a casa y decir adiós a todos mis amigos y familiares”. Jesús respondió a esta petición en el versículo 62: “ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”. Esta declaración de Jesús es un mensaje que tiene que ver con servir a Dios en la ordenación. Ninguno que es ordenado, y pone su mano en el arado, que acepta el llamado de Dios a la ordenación, es apto para el Reino de Dios, si se da la vuelta o anhela regresar a su vida de antes de la ordenación. La gente tiene todo tipo de excusas para carecer de compromiso. Pero no hay excusa aceptable. No hay nada en absoluto que excuse a una persona de su compromiso de ordenación. No hay excusa para dar marcha atrás a su antigua vida. Una vez que usted ha puesto su mano en el arado, y aceptó la ordenación de Dios, usted no debe mirar atrás. Usted debe seguir adelante y mirar hacia el día en que nuestro señor y maestro volverá, cuando aquellos que estén vivos y hayan quedado, sean transformados y los muertos en Cristo sean resucitados. Este es el compromiso a largo plazo y de todo corazón, que una persona hace cuando él o ella aceptan el llamado de servir al pueblo de Dios en la ordenación.

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Capítulo Seis LAS AUTORIDADES SUPERIORES DE ROMANOS 13 Quiero que usted sea capaz de entender un capítulo de la Biblia que muy pocas personas entienden, este es, el capítulo decimotercero de Romanos. En este capítulo se habla de someternos a las autoridades superiores. Estas “autoridades superiores” han sido una fuente de malentendidos que quiero aclarar en este estudio. Como antecedente a Romanos 13 y las “autoridades superiores”, tenemos que tener en cuenta la información dada en I Corintios 12:27 y 28. I Corintios 12:27 y 28: Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo…” El Cuerpo de Cristo es la Iglesia. Nosotros los creyentes somos el Cuerpo de Cristo, y cada persona en ese Cuerpo es un miembro en particular. Dios nos está diciendo que cada persona en el Cuerpo es especial y tiene una función específica, o ministerio, en ese Cuerpo. Cuando cada miembro del Cuerpo funcione con lo mayor de su habilidad dada por Dios, la vida espiritual de cada persona será totalmente plena. Entonces todo el Cuerpo de Cristo, la Iglesia, funcionará con total perfección. Una persona en el Cuerpo de Cristo tiene las mismas recompensas disponibles si él o ella sirven como un profeta o como un apóstol o un maestro o ayudando o administrando o en alguna otra faceta de la Iglesia. Los que enseñan no tienen derecho a más recompensa que aquellos que ministran en ayudar o los que administran o sirven de cualquier otra manera. Cada uno de nosotros en el Cuerpo de Cristo tiene una función particular en ese Cuerpo, y debemos funcionar con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza. Déjeme darle una traducción literal de acuerdo al uso del verso 28 de I Corintios 12: “Así que Dios ha puesto algunos en la Iglesia que tienen ministerios de apóstoles, profetas y maestros. Algunos son efectivos haciendo milagros. Algunos son muy eficaces impartiendo las bendiciones de sanidades. Algunos son muy eficientes como ayudantes y administradores. Y algunos contribuyen mejor con diversidad de lenguas”. Apóstoles, profetas y maestros son dones de ministerios a la Iglesia. Los milagros, sanidades, y diversidades de lenguas son manifestaciones del don proveniente del Espíritu Santo en la Iglesia. Y los que ayudan y los que administran son ministerios de servicio en la Iglesia. 42

Sea cual fuere la asignación dada por Dios a una persona, él o ella deben proceder a llevarla a cabo. Una persona puede tener el ministerio de un apóstol, un profeta, o un maestro, como ayudante o magistrado, o ser eficaz al profetizar, pero ¿qué provecho habrá hasta que la habilidad sea puesta en marcha? Una persona puede tener el ministerio de la enseñanza de la Palabra de Dios, pero en lugar de enseñar la Palabra de Dios, él puede sentarse y no hacer nada. Entonces esa habilidad no será de beneficio para nadie. El Cuerpo de Cristo se perfecciona a medida que cada persona lleva a cabo su asignación en ese Cuerpo. La misma verdad acerca de las funciones en el Cuerpo se expone en Romanos 12, que es el contexto del capítulo trece de Romanos, que es el objeto de este estudio. Romanos 12:4: Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función. No todos los creyentes tienen la misma función en el Cuerpo de Cristo. Nuestras tareas o asignaciones difieren de uno a otro. Versículo 5: Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. La razón por la que todos somos miembros los unos de otros es que estamos concertados y unidos entre sí* y somos interdependientes en un Cuerpo. La función de cada individuo es de vital importancia. Versículo 6: De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe [creencia]. Este versículo tiene una tremenda traducción literal de acuerdo al uso. “De manera que tenemos charismata [habilidades espirituales, funciones en el Cuerpo] que difieren según el favor divino que nos ha sido dado, si es en el ministerio de profecía, sigan profetizando de acuerdo a la proporción de su creencia”. Nuestras habilidades espirituales son charismata, funciones dadas por Dios. Versículo 7: O si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza.

*Efesios 4:16: “De quien todo el cuerpo [de Cristo], bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

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En el contexto los versículos 6 y 7 quieren decir que la persona que tiene una habilidad dada por Dios en la profecía debe profetizar activamente. Y si otra persona tiene un tipo diferente de ministerio, él o ella debe estar activo haciendo ese tipo de ministerio. Por ejemplo, si usted tiene el ministerio de la enseñanza, debe estar ocupado en la enseñanza. Versículo 8: El que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. La primera parte del versículo 8 lógicamente está relacionada con los versículos 6 y 7: “Aquel que profetiza, que siga profetizando; el que ministra, que siga ministrando; o el que enseña, que se aplique en la enseñanza; o el que exhorta, en la exhortación”. Aquel o aquella que tienen el ministerio de exhortación deben ser diligentes en la exhortación. Entonces el versículo 8 debería comenzar con: “El que reparte o da, hágalo con simplicidad”. La palabra “simplicidad” es la palabra griega haplot’s que significa literalmente “claridad” o “sencillez”. El que da que lo haga con simplicidad, no con condiciones o con segundas intenciones. Nunca debe dar con la actitud de “qué puedo sacar de ello”. Aquel que preside, debe presidir con diligencia, poniendo un esfuerzo celoso. Y el que tiene misericordia debe hacerlo con alegría. “Misericordia” es la retención del castigo, cuando el castigo es merecido. La palabra griega para “alegría” es hilarot’s, de donde se deriva la palabra “hilaridad”. Dios está diciendo, en otras palabras, que si usted está mostrando misericordia a alguien, debe disfrutarlo realmente. ¿Sabe usted cómo llega a ser hermoso y fácil mostrar misericordia con alegría? Todo lo que tiene que recordar es la misericordia de Dios para con usted. Cuando se acuerda de la misericordia de Dios para con usted, entonces nunca tendrá ninguna dificultad en mostrar misericordia con alegría para con un hermano o hermana. Cuando me acuerdo de las cosas por las que Dios me perdonó cuando merecía castigo, no tengo ninguna dificultad en perdonar a los demás. Es solo cuando me envanezco y me olvido de mis propios defectos de los cuales Dios ha retenido para mí el castigo, que me convierto en un crítico de los demás. Así sucede con cada uno de nosotros. Una traducción del versículo 8 de acuerdo al uso es: “El que da de algún modo en la Iglesia, que lo haga con sencillez; el que preside o está a cargo, que lo haga con diligencia; y el que muestra misericordia, que lo haga con gran alegría”. ¿Ve cómo encaja tan perfectamente esto? Todas las instrucciones están dadas sobre las actitudes que hombres y mujeres en el Cuerpo de Cristo deberían tener mientras llevan a cabo estos beneficios entre el pueblo de Dios. Ahora, en este contexto de Romanos 12, que da al creyente las instrucciones específicas respecto a las funciones de la Iglesia, llega este gran, y por lo general mal entendido, decimotercer capítulo de Romanos. 44

Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores [exousia, autoridad ejercida]; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. “Sométase toda persona [cada individuo] a las autoridades superiores…” Por lo general, esto se interpreta en el sentido de que las autoridades superiores se refieren a los gobiernos políticos. Esto no es y no puede ser verdad. Está muy claro a medida que seguimos el curso del pensamiento de Romanos 12 que este primer versículo de Romanos 13 habla de las funciones dentro del Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Dios no está hablando sobre el Congreso o el Presidente o del Tribunal Supremo de los Estados Unidos o de los que tienen autoridad gubernamental en la estructura política de cualquier nación. La Palabra de Dios aquí está hablando del Cuerpo de creyentes en relación a las autoridades superiores en dicho Cuerpo. Dice que cada alma, cada persona, se someta a las autoridades superiores. Las autoridades superiores son los charismata, las habilidades espirituales y asignaciones, que Dios ha puesto en la Iglesia para ayudar al Cuerpo a funcionar correctamente. Este es el contexto inmediato de este decimotercer capítulo. “…Porque no hay autoridad sino de parte de Dios…” Todo el que tiene esta autoridad superior en la Iglesia la recibió de Dios- “…. y las que hay, por Dios han sido establecidas”. “Autoridad” se traduce de la palabra griega exousia, que significa “autoridad ejercida”. Nunca se puede decir que los poderes gubernamentales son establecidos por Dios, ¿verdad? ¡Pero comentaristas de la Biblia lo piensan! Han dicho que los poderes mundanos son ordenados por Dios, y ellos citan esta Escritura. Eso no es en absoluto lo que se habla aquí. Esto habla de la Iglesia, de las autoridades dentro de la Iglesia. De aquellos a quienes Dios ha dado autoridad para gobernar el Cuerpo y son ordenados o asignados por Dios. Una traducción literal de acuerdo al uso de Romanos 13:1 es: “Todo creyente debe estar quietamente sometido a, y tener amorosa reverencia hacia las autoridades superiores colocadas en la Iglesia por Dios. Porque no hay autoridad ejercida en el Cuerpo sino la que especifica y apropiadamente ha sido designada por Dios”. Versículo 2: De modo que quien se opone a la autoridad [a la autoridad que Dios ha establecido en la Iglesia], a lo establecido [diatag‘, ordenado, dispuesto] por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación [krima, juicio] para sí mismos. Aquí la palabra “autoridad” de nuevo es la palabra exousia, autoridad ejercida. “Establecido” es la palabra griega diatage, que significa “ordenado, dispuesto, puesto”. La palabra “acarrean” es la palabra lambanÇ, “reciben al final de que todo es manifiesto”. “Condenación” es krima que significa “juicio”. Una traducción literal de acuerdo al uso del versículo 2 es la siguiente: “El creyente en el Cuerpo que está en contra o se define a sí mismo por encima de la autoridad ejercida en la Iglesia, ya sea por su palabra o sus acciones se juzga a sí mismo, porque se opone a lo establecido por Dios”.

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Versículo 3: Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella. Los “magistrados” son aquellos que ejercen autoridad dentro del Cuerpo. La palabra “temor” es la palabra griega phobos, que significa “miedo o terror”. “Tener temor de la autoridad” es tener respeto, reverencia, admiración por la autoridad (exousia) que Dios ha puesto en la Iglesia. Los magistrados de la Iglesia están instituidos (establecidos) para fomentar las buenas obras y evitar u obstaculizar el mal. Los creyentes deben reverenciar (respetar, dar honor) a los que ejercen esta autoridad. Los creyentes deberían hacer aquellas cosas que son buenas y así recibirán alabanza de los magistrados. Versículo 4: Porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Este “servidor” no es un ministro en un gobierno secular, sino que este versículo está hablando de las autoridades superiores en la Iglesia, de los que ejercen autoridad en la Iglesia. Ellos son ministros de Dios para traer los beneficios de Dios a la gente de Dios, ellos actúan “para tu bien”. “…Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada…” La “espada” se ha dicho que significa escopetas, rifles militares, tanques, balas. No. ¿Qué espada lleva el hombre de Dios? La Palabra de Dios. Él trae la Palabra. Él es el ministro de Dios, uno que ejecuta justicia por medio de leer y enseñar al malhechor la Palabra. El magistrado ejecuta justicia al mostrar la Palabra al malhechor y declarando: “Así dice el Señor”. Versículos 5 y 6: Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Una traducción literal del versículo 5 es: “Por lo tanto, el creyente debe actuar amorosamente en reverencia y sumisión, porque sabe que si no lo hace, va a ser corregido por la Palabra. Si usted edifica la Palabra en su vida como un patrón de hábito, entonces usted no necesitará ninguna corrección”. El versículo 6 comienza diciendo: “Porque por esto pagáis también los tributos”. “Usted debe dar dinero. Una de las razones por las que usted da dinero es que los magistrados en la Iglesia son los ministros de Dios, sirviendo constantemente al pueblo de Dios de acuerdo a la Palabra de Dios.* 46

Versículo 7: Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. ¿Está Dios hablando de un gobierno secular? No. Él está hablando de las autoridades superiores en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Habla de dar a los ministros de Dios lo que sea que es debido, ya sea tributo, impuesto, respeto, u honra. Asegúrese de que usted está dando a las autoridades superiores en el Cuerpo todo lo que es debido. Es una cosa terrible pensar que la gente reverencia al estado y a los gobiernos locales y nacionales más de lo que ellos reverencian al Dios Todopoderoso y Sus ministros. Veamos que nosotros los creyentes mantengamos la Palabra de Dios en reverencia y no tengamos deudas con nuestros líderes en el Cuerpo de Cristo, porque ellos son las altas autoridades ordenadas por Dios para mantener el orden en la Iglesia para el beneficio del Cuerpo entero.

* Vea I Corintios 9:1-19, especialmente el versículo 14: “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.”

INTRODUCCIÓN AL CAPÍTULO 7 POR CLAUDIA JUÁREZ GARBALENA El capitulo siete de “Ordena mis Pasos con Tu Palabra”, es de tremenda exhortación y aliento para todo hijo de Dios, y aún mas para aquellos que anhelan servirle con rectitud de corazón. Este escrito aborda la sucesión del liderazgo de Josué después de la muerte de Moisés, y aunque es una tremenda exhortación, quiero hacer notar que el liderazgo y sus funciones en el Antiguo Testamento son sensiblemente diferentes en la actual Administración de la Gracia. Moisés y Josué, como otros grandes hombres de Dios de tiempos antiguos, guiaron al Pueblo de Dios a través de dificultades y circunstancias extremas y manifestaron la gloria de Dios obteniendo poderosas victorias. Sin embargo, ellos guiaban a un pueblo ciego y sordo espiritualmente. La gente a quienes ellos lideraban no tenía el espíritu de Dios en ellos, y por tanto era absolutamente necesaria su detallada guía. La situación hoy es diferente. Después del día de Pentecostés, cada renacido del espíritu de Dios pertenece al Cuerpo de Cristo, cuya Cabeza y máximo líder es CRISTO MISMO, y donde cada hijo de Dios tiene de Su espíritu como simiente incorruptible en él. Este espíritu santo –el consolador, la unción del Santo, poder desde lo Alto- nos conecta con Dios y nos da la posibilidad de tener una relación intima y personal con Dios y ser guiados por Él. La misión, responsabilidad, función, deber y privilegio de un servidor de Dios hoy, no es guiar a un pueblo sordo y mudo espiritualmente, sino alentar a los miembros del Cuerpo (ya 47

sea recién llegados o antiguos) a desarrollar su propia e intima relación con Dios, ayudarlos a crecer y florecer en el espíritu, a desarrollar las cualidades espirituales que todos tenemos en Cristo. Cada hijo de Dios tiene un lugar único, escogido y especial en el Cuerpo de Cristo. A cada miembro nos ha sido asignada POR DIOS una función (dependiendo de cómo cada uno desea participar en la edificación del Cuerpo); esa función también es única y especial, y es Cristo mismo como la Cabeza de la Iglesia, y Dios como nuestro Padre, quienes nos muestran y revelan dicha función a cada uno. Lastimosamente muchos servidores de Dios hoy se toman atribuciones que no les corresponden, y que muchas veces terminan en abusos y atrevimientos que Dios no les ha otorgado queriendo dirigir con sus propias opiniones en la carne las vidas de los hijos de Dios. Es cierto que los fieles servidores de Dios merecen todo nuestro aprecio y que debemos tenerlos en alta estima conforme desempeñan honrosamente su función a la que han sido llamados, pero eso JAMÁS les dará el lugar de Cristo mismo, la Cabeza, en el Cuerpo. Es muy lamentable que se haya malentendido tanto el tema del liderazgo, y que se practique tanto error en la Iglesia. Los servidores o administradores de los asuntos de Dios en la Iglesia, tienen funciones muy delimitadas por la Palabra, y tienen requisitos con los cuales deben cumplir si anhelan ser fieles a su llamamiento. Debe haber un justo equilibrio entre el servicio que brindan y como se conducen y cómo son vistos en la Iglesia. La función de un servidor de Dios es orientar, alentar y apoyar al creyente a crecer espiritualmente y no hacerlo un “inválido espiritual” como muchos “lideres” hacen con los miembros del Cuerpo. Muchos líderes estorban y coartan la libertad de los hijos de Dios y su necesidad de crecer y caminar con Dios personalmente. Muchos mutilan sus vidas y su anhelo de servir, crecer y volar con el Padre muy alto. Los administradores solo debemos servir como guías o señalamientos a la Palabra de Dios y al amor del Padre. Esas vidas no nos pertenecen, le pertenecen a Cristo, de quien son y por quien fueron comprados. Nosotros solo administramos una pequeña parte en la vasta obra de la edificación del Cuerpo. No seamos absurdos, necios, sordos y ciegos a la verdad de que cada hijo de Dios tiene el espíritu de Cristo dentro con todo el potencial para caminar como Cristo en esta tierra. La Biblia es muy clara al afirmar en 1 Juan 2:27: Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. Los dones de ministerio están vigentes y Dios los otorga en la Iglesia. Las funciones de administrador, anciano, obispo, etc. están perfectamente documentadas en las Epístolas Pastorales. Hay una labor que estos siervos desempeñan o deben llevar a cabo, y esa labor merece nuestro respeto, gratitud e inmenso aprecio. Pero es NECESARIO que cada hijo de 48

Dios desarrolle su propia comunión con el Padre y que le conozca Cara a cara como quien habla con su compañero. Está disponible para cada hijo de Dios escuchar la voz del Padre y ser guiado por Él. Los servidores de Dios han sido llamados a enseñar y ministrar el Pan de Vida con toda dignidad y honra al Dios vivo y a nuestro Señor Jesucristo. La función de un siervo es enriquecer la vida de los creyentes en amor y no ordenar sus vidas coartándoles su libertad en Cristo. Este libro es una tremenda herramienta para entender más el tema del liderazgo en la Iglesia. Hoy esta tan distorsionada la idea de lo que es ser un verdadero siervo de Dios, que cualquiera se levanta y pretender servir a Cristo con su propia fuerza y habilidad en la carne, con su propia sabiduría. Servir a Cristo es SER IMITADOR DE CRISTO, Y DEJAR QUE ÉL VIVA A TRAVÉS DE NOSOTROS. Significa honrar al Padre con nuestras acciones y aún con nuestros más íntimos pensamientos. La obra del espíritu sólo se hace en y a través del espíritu, “la carne para nada aprovecha” (Juan 6:63) y eso incluye la tan grande imaginación humana para intentar servir a Dios con obras muertas. Pido a Dios con todo mi corazón que estas enseñanzas del liderazgo del Dr. Wierwille, que exponen tan hermosamente la incomparable Palabra de Dios, brillen alumbrando el entendimiento de muchos para gloria y alabanza del Padre, y para bendición del Cuerpo de Cristo, de cada miembro en particular. Dios te bendiga muy amado o amada de Dios. En el amor de Cristo, Claudia Juárez Garbalena

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Capítulo Siete LA TRANSFERENCIA DEL LIDERAZGO El 22 de noviembre de 1963, el día en que John F. Kennedy fue asesinado, algunos amigos y yo estábamos cazando, cuando la noticia estalló en nuestra radio. Estábamos estupefactos de que nuestro presidente hubiera muerto. Todos estábamos pasmados más allá de lo que las palabras pueden expresar. Mientras pensaba sobre la muerte repentina de nuestro Presidente, un joven que proyectaba tanta vitalidad, pensé en cómo conmociones y sacudidas como estas que generan cambios, han ocurrido a lo largo de toda la historia. Hay muchos ejemplos bíblicos de grandes líderes emergentes enfrentando este tipo de estruendo y adversidad. Cuando hubo tiempos opresivos, se levantaron hombres y mujeres que creyeron la grandeza de la Palabra de Dios, y cuyas vidas dieron dirección a los que les rodeaban, a pesar de las circunstancias difíciles. Así surgió un hombre como Josué a quien el liderazgo del pueblo de Dios le fue transferido después de la muerte de Moisés. Moisés mismo fue levantado para guiar al pueblo de Dios en un momento de gran opresión. Él guió a los hijos de Israel de la esclavitud de Egipto a los límites de la Tierra Prometida. Durante cuarenta años, él les enseñó, les enseñó de dos formas, a través de su caminar con Dios y a través de su andar entre los hombres. La relación de Dios con Moisés se desarrolló al punto de estar en los mejores términos. Ellos hablaban íntimamente, “cara a cara” como se registra en Éxodo 33:11. Salmos 103:7 dice que “Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras”. Mientras que los hijos de Israel vieron los actos de Dios, Dios le dijo a Moisés los porqués y los cómos de sus actos, las razones detrás ellos. Durante los cuarenta años en que Moisés condujo a los hijos de Israel, las bendiciones de Dios permanecieron sobre ellos porque Moisés estuvo firme, sin titubear, actuando a su favor. Moisés intercedió una y otra vez por sus errores y defectos, y Dios siempre honró las peticiones de Moisés. Mientras Moisés intercedió por Israel, Dios siguió bendiciendo a los hijos de Israel, y grandes cosas llenas de gracia sucedieron. Sin embargo, un día este monumento humano, Moisés, murió. Josué 1:2: Mi siervo Moisés ha muerto… ¡Qué tremendo vacío dejó la ausencia de Moisés! Después de que Moisés había guiado a los hijos de Israel durante cuarenta años, su muerte seguramente fue muy impactante para ellos, incluso más que el impacto que los estadounidenses experimentaron cuando el presidente Kennedy fue asesinado. Imagínese qué hubiera sido si John F. Kennedy por sí solo hubiera llevado a nuestra nación durante cuarenta años, como Moisés había guiado a Israel. Supongamos que Kennedy nos hubiera llevado a través de dificultades extremas y grandes victorias como las que los hijos de Israel experimentaron bajo el liderazgo de Moisés. Supongamos que Kennedy nos hubiera puesto directrices que sirvieran de guía para la vida, como Moisés había hecho al dar a los hijos de Israel los mandamientos de Dios. Moisés instruyó al pueblo, dirigió al pueblo. Y el pueblo sabía que era con Moisés con quien Dios se comunicaba, y a quien Dios escuchaba. De repente, el hombre que había 50

llevado a los hijos de Israel durante cuarenta largos años había muerto. ¡Qué tremendo impacto fue para el pueblo de Israel cuando se dieron cuenta de que este hombre que los había guiado y los había aguantado con sus quejas, disputas e inseguridades durante tantos años se había ido. El hombre que había trazado la guía de Dios para sus vidas estaba muerto. Por lo tanto Israel necesitaba un nuevo líder. Y Dios ya tenía un líder escogido para ellos. Ese fue Josué, servidor de Moisés, su asistente y sustituto, a quien Dios había llamado para tomar las riendas del liderazgo cuando Moisés ya no estuviera allí para dirigir a la nación. Josué había trabajado, codo con codo al lado de Moisés, cumpliendo fielmente responsabilidades como Moisés lo dirigió a hacer. Así Josué había sido un aprendiz, por así decirlo, para Moisés. Así que una vez Moisés se había ido, Dios, siendo un Dios de orden, continuó dando instrucciones y hablando con Josué. Josué 1:1 y 2: Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto… Dios habló a Josué, servidor de Moisés, y le dijo: “Mi siervo Moisés ha muerto”. Si usted pudiera leer estas palabras en el texto original, podría observar qué palabras tan tristes y duras son. No puedo expresarle en nuestro idioma la forma en que estas palabras, “Mi siervo Moisés ha muerto”, están escritas en el texto original. Envuelven todo el dolor, el drama, la tragedia y todo el sentimiento que Josué habría tenido después de haber estado asociado cuarenta años con el fuerte y demandante liderazgo de este hombre, Moisés. He pensado a menudo en Josué y el llamado que Dios le hizo. ¿Hubiera usted querido ser Josué en aquel día? No, gracias. Moisés había tenido las manos llenas liderando a aquellos israelitas duros de cerviz. Un día ellos cantaban alabanzas a Dios, y al día siguiente construían un becerro de oro para adorarlo. Un día ellos decían: “Oh, Señor, vamos a hacer siempre Tu voluntad”, y al día siguiente conspiraban para derrocar a Moisés como su líder. Conociendo la forma de conducirse de los israelitas, ¿le habría gustado ser Josué cuando Dios lo llamó? Póngase a sí mismo en el contexto de esta situación. Cuando el Señor habló a Josué poco después de la muerte de Moisés, los hijos de Israel estaban en dolor, corrían lágrimas de sus ojos. Pero la gente no puede quedarse en duelo para siempre. Es por eso que Dios pronunció esas palabras de tanto peso para Josué aquel día, diciendo: “Mi siervo Moisés ha muerto”. Dios estaba tratando de señalarle a Josué y al resto de Israel que no podían ya depender más de Moisés. Moisés se había ido. Él no iba a guiar e interceder por Israel nunca más. Dios le dijo a Josué: “Sí, Moisés ha muerto, pero otros siguen vivos. Así que superen su duelo y comiencen a moverse hacia la meta de entrar y vivir en la Tierra Prometida”. 51

Josué de hecho había sido preparado para esta tarea. El liderazgo no se le atribuyó de repente de la nada. Un ejemplo del entrenamiento de Josué fue el momento en que Moisés envió a Josué con otros once espías a la Tierra Prometida para explorarla y para que trajeran información. En respuesta al reconocer la tierra, dos de los doce espías aconsejaron a Moisés que fueran inmediatamente a la tierra y la reclamaran sin demora. Números 14:6-9: Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, Y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. Josué y Caleb mostraron una fuerte determinación de carácter y confianza en el poder de Jehová. Ninguno de los otros diez espías aconsejó a Moisés que guiara en ese momento a los hijos de Israel a la Tierra Prometida porque esos diez espías temían las circunstancias; no confiaban en el poder de Dios. Como usted sabe, los hijos de Israel no entraron en la tierra en ese pusieron de parte del informe de los diez espías temerosos, en vez creyente de Josué y Caleb. Pero Dios recompensó, como siempre creyente de Josué y Caleb, ya que ellos fueron los únicos de eventualmente vivieron en la Tierra Prometida.

momento, ya que se de creer el informe lo hace, la firmeza su generación que

Números 32:11 y 12: No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; Excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová. Además de ser un espía capaz, Josué también se desempeñó como comandante de Israel en batalla. Éxodo 17:9-14: Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur 52

subieron a la cumbre del collado. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo. Moisés y Josué no sólo trabajaron juntos en aniquilar a los amalecitas, sino que Dios le dijo a Moisés que escribiera el relato del evento y repitiera la historia para que Josué la escuchara, para hacer un impacto aún mayor, una impresión más duradera en Josué. Moisés y Josué estaban trabajando juntos, como sabemos en retrospectiva, para preparar a Josué para el liderazgo. Éxodo 24:13: Y se levantó Moisés con Josué su servidor… Josué era un servidor, un ayudante, un asistente de Moisés. Él siempre fue devoto y humilde a Dios y al siervo de Dios, Moisés. Éxodo 33:11: Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo. Josué, por sus propias cualidades personales y la elección de sus prioridades, se preparó a sí mismo en roles menores de liderazgo para que Dios pudiera colocarlo en una mayor posición de liderazgo. Finalmente llegó el día en que Moisés recibió la orden de Dios para proclamar a Josué como líder de Israel, el hombre que estaría a cargo después de la muerte de Moisés. Números 27:18-23 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él; Y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos. Y pondrás de tu dignidad [de tu honor] sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca. 53

El se pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el juicio del Urim delante de Jehová; por el dicho de él saldrán, y por el dicho de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, y toda la congregación. Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación; Y puso sobre él sus manos, y le dio el cargo, como Jehová había mandado por mano de Moisés. Así Josué fue designado por Moisés, antes de su muerte, y por el sumo sacerdote como aquel a quien “toda la congregación de los hijos de Israel debía obedecer”. Josué fue el “heredero natural de Moisés”. Él fue instaurado cuando Moisés “puso sus manos sobre él, y le dio el cargo” delante de todo el pueblo como el líder designado. Hemos visto cómo este llamado al liderazgo en general no fue inesperadamente introducido sobre Josué. Josué había ido madurando y preparándose para ese cargo desde su juventud, desde que él había ayudado a reconocer la tierra prometida. Así que cuando Moisés murió, no hubo un lapso o intervalo de tiempo en el liderazgo de los hijos de Israel. Todos los preparativos se habían hecho, y la gente entendió cuales eran las órdenes de Dios y de Moisés. Deuteronomio 34:5-10: Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró [Dios] en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy. Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés. Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés. Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara. En toda la historia ha habido un solo profeta más grande que Moisés, y ese fue Jesucristo mismo, el Hijo de Dios. Moisés no era el Hijo de Dios, pero él era un hombre que creyó a Dios; por tanto, Dios le dio tremenda revelación y gran luz para el liderazgo. En la transferencia de liderazgo, Moisés puso sus manos sobre Josué de acuerdo con el mandamiento de Dios, para que Josué fuera “lleno del espíritu” para que recibiese revelación y luz de Dios. 54

Deuteronomio 34:9: Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés. Moisés estaba lleno del espíritu. Él tenía el espíritu de Dios sobre él, y por eso Dios fue capaz de hablar con él. Moisés fue capaz de caminar y hablar con Dios. Y en el proceso de su andar, Dios le dijo a Moisés que pusiera sus manos sobre Josué, significando así que la presencia de Dios estaba con Josué. Dios estaba haciendo sus disposiciones para la sucesión ordenada de liderazgo. Así Josué, cuando Moisés puso sus manos sobre él, llegó a ser un hombre lleno del espíritu. Durante cuarenta largos y laboriosos años Moisés guió a los obstinados israelitas, y la Palabra de Dios muestra claramente que fueron tercos. Una y otra y otra vez se rebelaron contra la sabiduría de Moisés y se acarrearon problemas a sí mismos. En esos momentos Moisés intercedía con Dios por ellos y Dios concedía las peticiones de Moisés. Durante cuarenta años, Moisés trató con los hijos de Israel que fueron ciegos de corazón; él era el único hombre que podía hacerlo en ese momento.* Moisés amaba a Dios y amaba a los hijos de Israel. Pero Moisés no iba a vivir para siempre. Así que en preparación para esa eventualidad, Dios comenzó a entrenar a Josué para el liderazgo muchos años antes de la muerte de Moisés. Aun así, incluso con todo ese entrenamiento bajo la mano de Moisés, Josué todavía debió ser en gran medida desafiado por el llamado a hacerse cargo después de la muerte de Moisés. Pero debido a que Josué era manso, atendió a los mandamientos de Dios y se sobrepuso a las inseguridades que pudo haber tenido. Él se sorprendió cuando Moisés murió, pero Dios le ordenó que se pusiera a la cabeza. Josué 1:1 y 2: Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. La esencia de lo que Dios le dijo a Josué aquel día fue: “Josué, ahora tú estás a cargo. ¡Así que toma las riendas y muévete! No esperes nada, sino entra ahora en la Tierra Prometida”. Josué pudo haberse acobardado y retroceder, diciendo: “Oh, no, el nivel del río está a punto de la inundación”. Además, justo al otro lado nos aguarda el enemigo, y ese enemigo es el ejército mejor equipado en todo el mundo. Tienen un gran armamento, incluso tienen energía nuclear”.

*Moisés pudo manejar a los israelitas duros de cerviz porque tenía en ese tiempo un ministerio dado por Dios para el pueblo de Dios. Y cuando una persona tiene un ministerio de servicio para la gente de Dios, él o ella pueden tolerar muchas cosas que él o ella nunca podrían tolerar de otra manera.

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Pero Dios no tuvo una discusión con Josué. Dios simplemente le dio la orden: “Ahora pues, levántate y pasa este Jordán”. Josué tenía que movilizar a los hijos de Israel para que empacaran y comenzaran a moverse inmediatamente. Josué 1:10 y 11: Y Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo: Pasad por en medio del campamento y mandad al pueblo, diciendo: Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que Jehová vuestro Dios os da en posesión. Dios le dijo a Josué, en el versículo 2: “Haz que la gente se prepare y entren en la tierra que Yo les doy”. Bueno, si Dios da algo, ¿quién piensa usted que se los iba a quitar? Si Dios dijo que marcharan hacia la Tierra Prometida, entonces los que obedecieron iban a ser propietarios de la tierra. ¿Quién piensa usted que iba a detenerlos? Yo le digo a usted que incluso la artillería más precisamente dirigida no podría haber golpeado ni a uno de ellos. No importa cuán grande sea el enemigo, no importa cual sea el obstáculo, cuando Dios ha dado la orden de ir, usted debe moverse. Mientras usted y yo vivamos de acuerdo a la grandeza de la Palabra de Dios, ¡todos los enemigos y todos los obstáculos del mundo no pueden detenernos porque la Palabra de Dios es poderosa y eficaz y permanece para siempre! La Palabra del Señor vino y Josué fue capaz de tomar el mando cuando terminó la vida de Moisés. Desde el punto de vista de los cinco sentidos, parecía imposible llegar a estar en la posición que acaba de dejar Moisés. Pero Dios siempre ha hecho y siempre hará disponible el poder, el conocimiento y la habilidad para llevar a cabo una responsabilidad determinada. Dios le dijo a Josué que se levantara. Él no le dijo que se sentara y llorara por otros seis meses para lamentar el hecho de que Moisés estaba muerto. Cuando una persona muere incluyendo un hombre de Dios, la vida no se detiene. Las cosas de Dios deben continuar; Por lo tanto, el mensaje sería el mismo hoy como lo fue para Josué: “Levántate, ponte en movimiento, y supera cualquier obstáculo que haya en frente de ti”. Originalmente, cuando Moisés había sacado a Israel de Egipto, Dios había planeado para ellos que marcharan directamente hacia la Tierra Prometida y la habitaran. Pero a causa de su incredulidad, de su pecado, y por sus defectos en general, Dios nunca instruyó a Moisés para llevarlos a la tierra que era su herencia. Incluso al mismo Moisés no se le permitió entrar. Pero ahora era el momento adecuado, y Dios le dijo a Josué: “Josué, levántate. Deja de estar nervioso y preocupado porque mi gran siervo Moisés ha ido. Ahora tú debes asumir el liderazgo. Así que levántate y pasa el Jordán”. Y Dios no se detuvo allí. Él le dio a Josué una tremenda exhortación y aliento. Josué 1:3: Yo os he entregado [tiempo pasado], como lo había dicho a Moisés, todo lugar que 56

pisare la planta de vuestro pie. Dios puso en tiempo pasado lo que aun estaba por suceder. Los hijos de Israel sólo necesitaban levantarse e ir. Dios dijo: “Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, Yo [ya] os lo he entregado”. Note que Dios dijo: “Yo ya os lo he entregado”. Dios repite para Josué la promesa que Él le había hecho a Moisés y a los hijos de Israel en Deuteronomio 11:24. El Dios que creó los cielos y la tierra no va a dejar que una pequeña cosa como el Río Jordán lo detenga de moverse hacia adelante. Tampoco los enemigos del otro lado de ese río podían detenerlo. La palabra fue “Levántate y ve”. Mucha gente podría dudar después de esta apresurada orden y decir: “Señor, tu Palabra es maravillosa, pero tengo que ir y pensar en ello. Tal vez estaré listo mañana; o tal vez el día siguiente. No sé si estoy a la altura en este momento”. Cuando Dios le da instrucciones específicas, Él espera que usted tome acción. Él no espera que ande con dilaciones. Podríamos incluso morir por dudar en actuar en la Palabra de Dios. Pero, si nos atrevemos a levantarnos ahora con la grandeza de la Palabra de Dios y nos asimos progresivamente a esa grandeza, Dios volverá a vencer al enemigo y vamos a cruzar de nuevo victoriosamente los ríos de la vida, incluso si están a punto de desbordarse. Es una cosa notable que Dios puso Su promesa en tiempo pasado: “Yo ya os la he entregado”, y Él hace eso todavía hoy. Muchas, muchas veces pone en pasado lo que aún es futuro para nosotros. Las cosas que Dios nos ha prometido en Su Palabra son ahora mismo la voluntad de Dios para nosotros, si tan sólo nos levantarnos y cruzamos nuestro Jordán personal. Pero la mayoría de la gente duda en levantarse; tienen miedo de los obstáculos con los que están confrontados, con los problemas que se les presentan. Ellos se desaniman por las circunstancias en lugar de confiar en la Palabra de Dios. Pero no fue así con Josué. Josué 1:4: Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Dios nombró específicamente y describió los límites de la tierra que Él ya había designado para los hijos de Israel. Versículo 5: Nadie te podrá hacer frente [estar contra ti para obstruirte] en todos los días de tu vida… Dios prometió a Josué que no habría ninguna persona que pudiera hacerle frente todos los días de su vida. Qué consuelo y aliento debió ser esta revelación al corazón de Josué. Quizá Josué estaba cavilando sobre el gran hombre, Moisés. Así que Dios le dijo a Josué: “¿Por qué pones tus ojos en Moisés? Quiero decirte que no habrá un hombre capaz de oponérsete”. No hubo nadie que tuviera la capacidad de hacerle frente a Josué y superarlo 57

en ningún camino, en ninguna condición, o de alguna forma. Qué consuelo debió ser esto para Josué que habían entrado a la posición del monumental Moisés. Que Dios le dijera: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida” tuvo que haber sido la más grande exhortación. … como estuve con Moisés, [así Yo Dios] estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé “… [Yo Dios] no te dejaré, ni te desampararé”. ¿Dios ha cambiado? El mismo Dios que estuvo con Moisés y Josué es el mismo Dios que está con nosotros hoy. ¿No es maravilloso saber que Dios está con usted, que Él no le dejará, que Él no le desamparará? El mismo Dios que satisfacía las necesidades de Josué satisface nuestras necesidades hoy. Y por lo tanto, Él nos está diciendo, “Levántate, y comienza a moverte”. Gran creencia dinámica hace posible estas garantías ofrecidas por Dios. Dios dijo: “Josué, voy a estar contigo como estuve con Moisés. Yo no le fallé a él, y no te voy a fallar, ni a desamparar a ti tampoco. Así que ahora, levántate y atraviesa el Jordán”. Atravesar el río Jordán en el momento en que Dios habló a Josué implicaba una pequeña complicación en el aspecto físico: el Jordán estaba a punto de la inundación. La Escritura dice que el río estaba fuera de sus bordes. Pero esto no era un problema para Dios. Dios le dijo a Josué: “Di a los sacerdotes que pongan el arca sobre sus hombros y que empiecen a caminar”. Y eso fue lo que hizo Josué. Josué 3:6-8: Y habló Josué a los sacerdotes, diciendo: Tomad el arca del pacto, y pasad delante del pueblo. Y ellos tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo. Entonces Jehová dijo a Josué: Desde este día comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo. Tú, pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hayáis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán. Ahora simplemente imagínense estas órdenes. El río estaba a nivel de inundación. ¿Sabe usted lo que una persona promedio podría haber hecho? Argumentar un poco: “Pero, Señor, el río se encuentra a punto de desbordarse. Señor, ¿por qué no esperamos hasta que el agua descienda? ¿O quizá deberíamos hacer algunas balsas? Danos algunas embarcaciones motorizadas y el equipo anfibio necesario”. Pero el Señor dijo a Josué: “!Caminen!”Entonces Josué reunió a los sacerdotes, y les ordenó: “Caminen”. La Escritura dice que a medida que los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto tocaron el borde del agua, las aguas comenzaron a retroceder. Esto es caminar de acuerdo a la Palabra revelada de Dios. Josué 3:15 y 16: Cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que 58

llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón [y se levantaron] bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó. Cuando a Josué se le dio la Palabra de Dios, él de inmediato actuó en ella. ¡Y que resultados! Cuando hoy una persona promedio tiene la Palabra de Dios, quiere discutir sobre ella. La Palabra del Señor es siempre clara, es siempre llana, y Dios no puede hacer nada por usted o por mí, hasta que tomemos acción. Dios dijo: “Caminen a través del Jordán, incluso aunque esté a nivel de inundación”. ¿Acaso es más difícil para Dios mover una inundación del camino que mover quince gotas de agua? Él contuvo e hizo paredes con las aguas del Mar Rojo para Moisés. ¿Acaso Él haría menos por Josué? Es el mismo Dios, el mismo poder, la misma promesa. “…Como estuve con Moisés, así estaré contigo…” ¡Qué tremenda creencia tuvieron estos hombres! Josué 1:6: Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Esfuérzate (la versión en inglés King James dice “sé fuerte”)…” ¿Esforzarse o ser fuerte en Quién? En el Señor. No podemos ser fuertes en nuestra propia fuerza. Nuestra pobre fuerza, tan pequeña como es, dura sólo unos pocos años terrenales. Usted y yo tenemos que ser fuertes en la fuerza del Señor. Cuando somos fuertes en el Señor, vamos a tener valor, ánimo, coraje, valentía. ¿Por qué habríamos de temer si Dios en Cristo ha vencido el miedo por nosotros? ¿Por qué debemos desanimarnos cuando Él ha vencido el desánimo? ¿Por qué estar abatidos cuando Él ha conquistado toda razón que podría abatirnos? El desaliento viene siempre del Diablo. Cada vez que nos desalentamos, siempre estamos incorrectos. Nuestro Dios nos hizo más que vencedores por medio de Jesucristo, que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros. Dios le dijo a Josué: “Esfuérzate [“sé fuerte”] y sé valiente: porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos”. Mucho antes de esto, Dios había prometido esa tierra a Abraham, el antepasado de esta gente. Ahora Dios ha traído a los hijos de Abraham de nuevo a esta tierra para heredarla. Versículo 7: Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado [sakal] en todas las cosas que emprendas. Solamente esfuérzate y sé muy valiente. Por segunda vez, la Palabra del Señor a Josué 59

es que se esfuerce (que sea fuerte), que permanezca fiel, que permanezca en su puesto, que sea valiente. Dios no solamente le dijo esto a Josué una vez; Él se lo dijo dos veces. Nosotros, también, tenemos que seguir diciéndonos a nosotros mismos, repitiéndonos a nosotros mismos, las mismas palabras: Esfuérzate, sé fuerte en la Palabra del Señor y sé muy valiente para caminar en la Palabra de Dios. Porque es solamente mientras nos levantamos y comenzamos a caminar, que los obstáculos con los que somos confrontados son siempre superados. Mientras nos sentamos a contemplarlos en depresión y desaliento, siempre vamos a ser superados por la presencia de esos obstáculos. Pero a medida que comenzamos a caminar y nos acercamos a la situación con creencia, los obstáculos comienzan a disolverse. Movernos hacia adelante encarando los obstáculos requiere creer y confiar en Dios. Dios le recordó a Josué que “cuidara de hacer conforme a toda la ley que Mi siervo Moisés te mandó”. En otras palabras le dijo: “no mires ni a derecha ni a la izquierda, sino permanece inquebrantablemente en la Palabra de Dios”. La ley era la Palabra de Dios para Josué, así como para Moisés. Y si usted tiene la Palabra de Dios, y sabe cuál es la voluntad de Dios entonces será mejor que no volteé ni a la derecha ni a la izquierda. Sólo llévela a cabo, justo como está escrita. La Palabra de Dios es la voluntad de Dios. Quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir. Si usted permanece fiel al llamado que se le ha hecho, Dios dice que usted va a prosperar dondequiera que vaya. “…Para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas”. La palabra “prosperarado”, sakal en hebreo, está traducida en otro lugar como “actuar sabiamente” o “con entendimiento”. Usted va a actuar con sabiduría y a tener conocimiento en todo momento cuando usted se adhiera a la Palabra de Dios. Después de darle a Josué semejante exhortación, Dios le dijo a Josué que continuara hablando y meditando constantemente en Su Palabra. Versículo 8: Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley [La Palabra de Dios], sino que de día y de noche meditarás en él… Dios dijo: “Tu no necesitas andar todo el día por todos lados cotilleando (chismorreando) o contando historias desagradables. Si vas a usar tu boca, deberías usarla para hablar la Palabra de Dios”. Eso es lo que Dios dice aquí en Josué 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley…” Cuando usted hable, hable la verdad de Dios. Dios también instruyó a Josué a meditar en la ley de día y de noche, en otras palabras, todo el tiempo, constantemente. Él no le dijo que se sumergiera en los periódicos y revistas, programas de radio y televisión. Él no le dijo que meditara en las enseñanzas de un teólogo. Dios le dijo a Josué: “Habla esta ley y medita en ella”. Haz de esta Palabra el centro de su vida día y noche”.

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Usted debe poner la Palabra de Dios en su vida así cada vez que hable, será la Palabra lo que hable, será la verdad lo que se habla. No deje que se aparte de su boca y medite en ella día y noche. Manténgase hablando la Palabra de Dios, siga pensando la Palabra de Dios, y alinee su pensar y forma de vivir con ella. … para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Dios le dijo a Josué que si él observaba y vivía de acuerdo con la ley del Señor, entonces Josué sería prosperado y tendría éxito. Cuando hacemos la voluntad de Dios, también nosotros prosperamos y tenemos éxito. Y ciertamente deberíamos prosperar, ¿no es así? Dios espera que nosotros prosperemos. III Juan 2: Amado, yo deseo que tú seas prosperado… ¿Cómo nosotros como creyentes llegamos a ser prosperados? Por medio de poner la Palabra de Dios en el centro de nuestras vidas como nuestro único libro de reglas de creencia y practica. La Palabra de Dios nos da las reglas con las que se juega el juego de pelota espiritual de Dios. Sus reglas deben ser respetadas. No podemos inventar nuevas reglas a medida que avanzamos. La prosperidad, en todas sus formas, depende de nuestra creencia en la Palabra de Dios y nuestra continuidad en ella. La clave de la prosperidad continua y el éxito es permanecer siendo fiel a la Palabra de Dios. Vemos este principio en toda la vida de Josué. Dios exhortó a Josué por tercera vez a ser fuerte y valiente. Josué 1:9: [¿No te lo he ordenado?] Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes… Dios le dijo a Josué en el versículo 6, en el versículo 7, y ahora de nuevo en el versículo 9, que se esforzara y fuera valiente. Lo primero que el enemigo siempre trata de hacer es introducir miedo en nuestras vidas. Pero cuando somos fuertes [nos esforzamos] y somos valientes, ¿qué pasa con el miedo? Se disipa; se va. Así Satanás no puede sacar ventaja en nuestras vidas, si somos fuertes y valientes. “…No temas, ni desmayes…” No se deje abatir por nada. ¿Por qué? “…Porque el Señor tu Dios está contigo...” Es por esto que Josué pudo levantarse y seguir adelante con el liderazgo del pueblo de Dios después de la muerte de Moisés. Y esa es la cosa más grande por conocer en el mundo hoy: que el Señor su Dios está con usted. Saber que usted es un cristiano, renacido del Espíritu de Dios, lleno del espíritu santo, es la más grande verdad que tiene en su vida hoy. Saber que usted va camino al cielo en medio de todo el bullicio de la sociedad y las implicaciones del mundo en el que vive. Con Dios en Cristo en usted, la esperanza de gloria, con vida eterna, ¿por qué debería temer? “…No temas…” No tema ni desmaye. ¿Por qué? 61

… porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. A dondequiera que vayamos, podemos estar llenos de energía y podemos estar desbordantes con la grandeza del poder de Dios. Nuestro Dios está con nosotros dondequiera vamos. Dios nos protege, Él nos guarda, Él nos inspira, Él nos guía, Él toma cuidado de nosotros. Saber que sabe, que sabe, que sabe que el Señor su Dios está con usted es el mensaje más grande para el corazón de cualquier hombre o mujer. Si los siervos de Dios en el Antiguo Testamento fueron capaces de creer la Palabra de Dios y seguir Sus instrucciones con tal obediencia, ¿no le parece que usted y yo, que hemos renacido del Espíritu de Dios podríamos seguir las instrucciones de Dios y manifestar Su paz y prosperidad? Seguramente, el Señor nuestro Dios está con nosotros. Versículo 9: Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Hombres y mujeres vienen y van -nacen, viven y mueren- al igual que Moisés y Josué. Pero el Dios de Moisés y Josué, que los llevó a prosperar en medio de circunstancias extremadamente difíciles, es nuestro Dios hoy. Dios está con usted; Dios está a su lado; Dios vive dentro de usted. Así que muévase con la grandeza de Su Palabra, confiando en esa Palabra hasta la última letra. Ahora es el tiempo. Levántese, camine, muévase hacia a delante asido a la Palabra de Dios, “porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”. Dios lo ha prometido. Usted lo cree. Y usted ciertamente verá el magnífico éxito de Dios en su vida.

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PARTE III EL ORDEN DE DIOS EN LOS TIEMPOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO A través de los siglos, hombres y mujeres han ido y venido, pero la Palabra de Dios vive y permanece para siempre. Los registros de creyentes del Antiguo Testamento a quienes Dios se reveló a Si Mismo, están escritos para nuestro aprendizaje. En esta parte de “Ordena mis pasos con Tu Palabra”, es estudiado el orden de Dios en la vida de tres creyentes individuales del Antiguo Testamento. “Un hombre en quien está en Espíritu de Dios” da el registro de la liberación de José de la cárcel en Egipto y su ascenso a la responsabilidad en el reino del Faraón. Fue Faraón quien hizo la observación de que no había nadie tan sabio y prudente como José, “un hombre en quien está el Espíritu de Dios”. Debido a que José ordenó sus pasos de acuerdo a la Palabra de Dios, él y todo Egipto, así como a los hijos de Israel, no sólo fueron liberados de una potencial destrucción, sino que fueron capaces de prosperar. El capítulo titulado “Escogeos hoy” muestra al hombre de Dios Josué desafiando a los hijos de Israel a abandonar sus prácticas idólatras y a comprometer sus caminos a Jehová, incluso después de la muerte de Josué. “El Camino de Vida o Muerte” ofrece las dos opciones a las que se enfrenta toda la humanidad. Este capítulo ilustra las elecciones como fueron proclamadas por el profeta Jeremías a las personas que eligieron no tener el orden de Dios en sus pasos y que por lo tanto sufrieron las consecuencias.

Capítulo Ocho UN HOMBRE EN QUIEN ESTÁ EL ESPÍRITU DE DIOS Hay un registro en el Antiguo Testamento de un hombre cuya firmeza con Dios, dio lugar a que emergiera la más grande nación del mundo en ese momento. Este hombre fue José. La nación de que hablamos fue Egipto. ¿Qué fue lo que hizo José para traer al antiguo Egipto tal prominencia? José escuchó a Dios, y luego llevó a cabo fielmente Sus instrucciones. Estas dos claves, escuchar y que llevan a cabo, son fundamentales para el éxito de cualquier persona o de cualquier familia o de cualquier nación. Cuando comencé a entender el registro de José en los capítulos 37 a 41 de Génesis, caminé entre nubes durante días. Ver cómo Dios se movió en la vida de un ser humano fue electrizante. Muy pocas personas a lo largo de la historia han aprendido a escuchar a Dios como lo hizo José; y aún menos han aprendido a caminar en obediencia. Para José, la Palabra de Dios era la voluntad de Dios.

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De acuerdo con Génesis 37, José llegó a Egipto en circunstancias adversas. Sus hermanos lo aborrecían intensamente. Estaban celosos de José porque su padre, Jacob, le había dado la túnica del heredero.* Los hermanos fueron aún más antagonizados por José cuando él les habló de sus sueños con aquella imagen gobernando sobre ellos. Los hermanos de José consideraron matarlo, pero su hermano mayor Rubén descartó esa idea. Así que los hermanos convinieron en vender a José como un esclavo. Los dueños de José lo llevaron a Egipto, donde fue revendido y finalmente arrojado injustamente en la cárcel. En medio de todos estos deplorables hechos en la vida de José, Dios estaba haciendo Sus provisiones para la salvación de toda una nación, Israel. Obviamente Egipto también se benefició del plan de Dios, ya que Egipto se convirtió en una de las más fuertes y más perdurables civilizaciones de todos los tiempos. Pero el propósito final de Dios para la prosperidad de Egipto fue mantener su promesa a Abraham, de levantar una gran nación de la descendencia de Abraham, los hijos de Israel. En este capítulo, quiero centrarme en José y su influencia en la nación de Egipto. Tomemos el registro de José desde el trigésimo noveno capítulo del Génesis, cuando José estaba en la cárcel como un virtual don nadie. Génesis 39:20 y 21: Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel. Pero Jehová estaba con José [incluso en prisión] y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. José estaba en una prisión de máxima seguridad, encarcelado con los presos del rey. Pero el Señor estaba con José y le mostró misericordia y le extendió Su favor, poniéndolo en la buena voluntad del guardián de la cárcel. Versículo 22: Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. Estas responsabilidades no fueron dadas a José inmediatamente después de que fue puesto en prisión. Tomó tiempo para que José demostrara al jefe de la cárcel su excelente carácter y habilidades, y para que se ganara la confianza del director. Versículo 23: No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

*La “túnica de diversos colores” de Génesis 37:3 era una prenda dada sólo para el hombre elegido como heredero. Por lo tanto, los hermanos de José estaban celosos porque su padre, Jacob, había elegido al hermano menor como su heredero. Extrañas escrituras que dejan perpleja la mente occidental, por Barbara M. Bowen. (Grand Rapids: Wm B. Eerdmans, 1944), páginas 43,44. 64

¿Quién hizo prosperar las obras de José? El Señor. Mire, usted tiene que creer que Dios va a hacer que usted prospere, sin importar dónde se encuentre. En una prisión, una persona no puede hacer mucho por su propia cuenta. Pero incluso allí, si un creyente simplemente hace su parte con integridad, entonces el Señor puede hacer que las circunstancias sean beneficiosas. Un creyente puede prosperar incluso en ese ambiente. Génesis 40:1-8 Aconteció después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto. Y se enojó Faraón [estaba realmente muy enojado] contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos, Y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso. Y el capitán de la guardia encargó de ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la prisión. Y ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño, cada uno su propio sueño en una misma noche, cada uno con su propio significado. Vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes. Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes? Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete [no hay alguien que sea capaz de decirnos qué significan nuestros sueños]. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora. Qué tremenda instrucción para nosotros. Muchas veces carecemos completamente de entendimiento en una situación. Nuestro propio conocimiento a través de los sentidos es tan limitado. Pero la revelación de Dios nos puede dar un conocimiento y una comprensión de las cosas que no se ven. El develamiento de Su Palabra es de Dios, por lo que verdaderamente la interpretación de los sueños pertenece a Dios. Versículos 9-11: Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí, Y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas. Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón.

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Los versículos 9, 10 y 11 describen el sueño del copero. Ahora debemos hacernos la pregunta: ¿Cuál era el significado de la vid con los tres sarmientos? Por conjetura, podría haber significado cualquier cantidad de cosas. José pudo haber utilizado su propia interpretación privada para hacer que el sueño significara algo que él deseaba. Pero José sabía que las interpretaciones pertenecen a Dios. Lo que no puede ser conocido por los cinco sentidos puede ser conocido y entendido cuando Dios da revelación. Versículo 12: Y le dijo José: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. José no pudo haber sabido esto por sus propios sentidos; él necesitó revelación. Dios le reveló la interpretación del sueño a él, porque él no podía saber esa interpretación por su propia observación o conocimiento. Versículo 13: Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero. Esta fue una buena noticia para el copero. José dijo que iba a ser restaurado a su posición anterior dentro de tres días. Sabiendo esto, José hizo una petición al copero. Versículos 14 y 15: Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel. José también recibió revelación para decirle al copero que hiciera mención de él a Faraón. Después de hablar con el copero, José enseguida interpretó el sueño del panadero. Versículos 16-19: Viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien, dijo a José: También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza. En el canastillo más alto había de toda clase de manjares de pastelería para Faraón; y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza. Entonces respondió José, y dijo: Esta es su interpretación: Los tres canastillos tres días son. Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti. El panadero estaba esperando una interpretación de aliento similar a la que José había dicho al copero. Pero la revelación estaba muy lejos de lo que el panadero había anticipado. La interpretación del sueño fue que dentro de tres días sería ahorcado el panadero. El relato 66

de Génesis 40 continúa, mostrando cómo se cumplieron las interpretaciones de los dos sueños. Versículos 20-22: Al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, el rey hizo banquete a todos sus sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos, y la cabeza del jefe de los panaderos, entre sus servidores. E hizo volver a su oficio al jefe de los coperos, y dio éste la copa en mano de Faraón. Mas hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como lo había interpretado José. Y luego el siguiente versículo es tan verdaderamente humano. Tan a menudo nos olvidamos de las personas que han bendecido nuestras vidas. Versículo 23: Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó. Lo mismo sucede con la mayoría de las personas, incluso con los mejores de nosotros. El adversario quiere que nos olvidemos de nuestros benefactores. El copero pudo haber ido a Faraón, y decirle: “La cosa más inusual sucedió mientras estaba en la cárcel”. Y entonces él pudo haberle dicho a Faraón que José había interpretado tanto su sueño, como el sueño del panadero, y cómo acontecieron las interpretaciones como José lo había dicho. Pero el copero no lo hizo; volvió a sus actividades rutinarias de la vida y se olvidó de José. Génesis 41:1: Aconteció que pasados dos años… Este cuadragésimo primer capítulo comienza dos años después de los acontecimientos del capítulo 40. Cuánto tiempo estuvo José en la cárcel antes de esto, no sabemos. Pero sí sabemos que, dos años después de la liberación del copero, Faraón tuvo algunos sueños inquietantes. Versículos 1-4: Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río; Y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado. Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río; Y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. Normalmente, las vacas no son caníbales, no se comen unas a otras. Así que Faraón 67

estaba seguro de que este sueño tenía un significado, pero ¿cuál podría ser? Versículos 5-9: Se durmió de nuevo [Faraón], y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña, Y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano; Y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu [Faraón estaba turbado], y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios [a todos los espiritistas]; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón. Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de mis faltas. Después de que Faraón había buscado en todo Egipto a alguien para que interpretara sus sueños y todos habían fallado en interpretarlos, el copero se acordó de José, el preciso intérprete tanto de su sueño, como del sueño del panadero. Por fin el copero recordó su promesa de mencionar a José a Faraón. Pasaron dos años antes de que se sacudiera su memoria. Y así, el mayordomo se acercó Faraón para hablarle de José. Versículos 10-13: Cuando Faraón se enojó contra sus siervos [estaba recordando el copero], nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia a mí y al jefe de los panaderos. Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado. Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia; y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño. Y aconteció que como él nos los interpretó, así fue: yo fui restablecido en mi puesto, y el otro fue colgado. Después de dos años enteros, el copero recordó y actuó sobre la simple petición de José de “acuérdate de mí" y “haz mención de mí a Faraón”. En este punto, los acontecimientos en la vida de José comenzaron a acelerarse. Versículo 14: Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón. Antes de que José se presentara ante Faraón, se aseó y cambió sus ropas para presentarse 68

apropiadamente ante el rey. Mientras representamos a Dios, nosotros también deberíamos ponernos nuestras mejores ropas y lucir tan bien presentados como nos sea posible. La ropa no hace a una persona, pero sin duda ayuda a la impresión que una persona hace en otra. Lo que la gente tiene en su corazón es lo más importante; pero, aún así, como embajadores de Dios, debemos vestirnos como corresponde a los representantes de Dios. José se afeitó y cambió su atuendo antes de que fuera llevado ante Faraón. Y sin embargo, la Palabra de Dios dice que “lo sacaron apresuradamente de la cárcel”. Estos pequeños detalles, simplemente me deleitan. Que Dios se tomara el tiempo en Su Palabra para decirnos que José se afeitó, nos deja ver que las personas en la Biblia eran tan humanos como nosotros. ¿Por qué la Palabra de Dios incluye detalles como este? Simplemente para enseñarnos acerca de la grandeza de Dios y de lo real y común que era la gente que caminó en esa grandeza. Eso nos alienta a caminar con Dios. Y, quiero decirle, José definitivamente caminó con Dios. Versículo 15: Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos. Ahora, esta era una muy buena posición para José. Él pudo haber sacado una muy buena ventaja sobre el Faraón, diciendo: “Yo puedo hacerlo, Faraón, pero primero dime cuánto vale para ti esta información. ¿Qué vas a hacer por mí a cambio de que interprete tu sueño?” Pero José no hizo esto. José caminó en el poder de Dios; él confiaba en que Dios estaba trabajando en la situación. Dios era la suficiencia de José, no Faraón. Y, definitivamente Dios tomó cuidado de José de una forma en que José nunca podría haber hecho por su propio poder. Versículo 16: Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón. La primera cosa que José puso en claro a Faraón fue que la interpretación era de Dios y no de él. Y luego procedió inmediatamente a consolar a Faraón con la revelación de que la interpretación sería una respuesta de paz. Versículo 17: Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño… Entonces Faraón dijo a José su sueño. ¿Recuerda usted a las siete vacas gordas y las siete vacas flacas y las siete espigas gruesas y las siete espigas menudas? Las vacas flacas devoraban a las vacas gordas y las espigas menudas devoraban a las espigas llenas. Todo esto Faraón lo contó a José. Versículo 25: Entonces respondió José a Faraón: El sueño [los dos sueños] de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. 69

¿Cómo supo esto José? Dios se lo había revelando. Versículo 26: Las siete vacas hermosas siete años son… Nosotros por nuestros sentidos no podríamos saber lo que las siete vacas y las siete espigas representaban, más de lo que podríamos saber lo que los tres sarmientos y los tres canastillos en los sueños anteriores representaban. En el sueño de Faraón, siete representaba el número de años. Versículos 26-32: Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo. También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre. Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón. He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra. Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente la cual será gravísima. Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. ¡Qué gran revelación! La interpretación termina diciendo que debido a que el sueño se duplicó, que lo soñó dos veces, los eventos que se predijeron estaban establecidos y ocurrirían rápidamente. Cuando la revelación es dada dos veces, absolutamente nada puede cambiar el curso de los acontecimientos, porque están establecidos. Todas las oraciones en el mundo no los cambiarán. Cuando se duplica la revelación, nunca va a cambiar y va a ocurrir pronto.* Después de que José le había dicho a Faraón acerca de los acontecimientos que ocurrirían en Egipto durante los próximos catorce años, ¿qué debería hacer Faraón? ¿Cómo se prepararía? ¿Qué pasaría si a nuestro Presidente se le diera a conocer lo que sucederá en este país durante los próximos catorce años? ¿Qué haría él, incluso para su permanencia en el cargo?

*Vea Deuteronomio 17:6; 19:15; Mateo 18:16; Juan 8:17; Hechos 10:9-18; y II Corintios 13:1.

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Supongamos que usted hubiese sido Faraón y que sabía que en los próximos siete años serían años de gran abundancia y los siete años siguientes serían años de una hambruna devastadora. ¿Qué haría usted, como Faraón, al respecto? ¿Cambiaría alguna de sus políticas? ¿Suspendería las exportaciones? ¿Cómo afectaría eso a sus importaciones? ¿Nombraría un nuevo Secretario de Agricultura? ¿Cuánto de su cosecha guardaría para la hambruna? ¿Cómo la almacenaría? Una vez que José, por revelación, dio a Faraón la interpretación de su sueño, Faraón bien podía aceptar lo que José le reveló o podía rechazarlo. Si Faraón lo aceptaba, tenía que decidir qué acciones tomar. Una cosa es tener el conocimiento; y otra cosa es tener la sabiduría para actuar en ese conocimiento de la mejor manera. Faraón bien pudo depender de su propio conocimiento de los sentidos para determinar lo que debía hacerse en preparación para los próximos catorce años o podía buscar el consejo de Dios al tratar con la situación. La Palabra de Dios tiene mucho que decir sobre el gobierno y los líderes gubernamentales. Tiene mucho que decir sobre cómo una nación puede funcionar de la mejor manera en el aspecto económico, político, judicial y en muchas otras categorías. Si una nación ha de prosperar y no ser conducida a la depresión, al caos o a la debilidad, debe venir a la Palabra de Dios y a los principios de esa Palabra. En esta situación en Egipto, fue José quien recibió la Palabra de Dios. Y José continuó hablando con Faraón después de que el sueño se interpretó, diciéndole el plan de Dios para la salvación de Egipto durante los siete años de la gran hambruna, que aún estaban a siete años de distancia. Versículo 33: Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón [un solo hombre, no un comité] prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. A la persona que Faraón nombrara para ese cargo de supervisar Egipto se le iba a dar una tremenda responsabilidad. A esa persona también se le daría gran autoridad. Es imposible llevar a cabo una responsabilidad, a menos que se dé también autoridad para ejecutar esa responsabilidad. Ahora bien, si Faraón iba a obtener resultados, a beneficiarse de la Palabra de Dios, forzosamente tenía que creer que José estaba hablando la Palabra de Dios. José había estado en la cárcel. ¿Se puede confiar en un presidiario? Bueno, alguien confió en alguien aquí, como vamos a ver. Versículo 34: Haga esto Faraón, y ponga [permita que el hombre que va a nombrar ponga] gobernadores [supervisores] sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia. José dijo a Faraón que nombrara a un hombre sabio sobre la tierra de Egipto. Entonces este hombre debería nombrar funcionarios o supervisores, para recoger una quinta parte de la cosecha de Egipto por los próximos siete años. Una quinta parte es un veinte por ciento. José dijo que se apartara sólo el veinte por ciento de las copiosas cosechas y que almacenara eso. ¿Qué pasaría con el otro ochenta por ciento de aquellos siete años de 71

abundancia? Podía ser consumido en Egipto y también comerciado con otras naciones. El ochenta por ciento de la cosecha durante los años de gran abundancia dio Faraón una abundancia de trabajo. El ochenta por ciento de la cosecha durante la gran abundancia fue, sin la menor duda, más de un cien por ciento de la cosecha de un año normal. Versículos 35 y 36: Y junten [los supervisores] toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre. Así que ahora sabemos que no iba a quedar nada de comida cuando los siete años de hambre pasaran, porque todo iba a ser consumido. Recuerde, las vacas flacas devoraban a las gordas, y las espigas menudas devoraban a las hermosas. Y la interpretación era que “aquella abundancia no se echaría de ver, a causa del hambre siguiente”. La comida almacenada se terminaría al final de los siete años de hambre. Sin embargo, ciertamente no habría necesidad de que sobrara cuando la hambruna hubiera terminado. Versículo 37: El asunto [el plan de José] pareció bien a Faraón y a sus siervos. El fallo de Faraón fue bueno; le gustó el plan que a José, por revelación de Dios, le había sido dado. Por supuesto, los funcionarios estuvieron de acuerdo. Si Faraón decía: “Me gusta”, ¿qué podrían decir los siervos? Ellos tenían que estar de acuerdo. Versículo 38: Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Esta fue una gran declaración hecha por un líder de la talla de Faraón. Este gran Faraón de Egipto reconoció que José era “un hombre en quien estaba el Espíritu de Dios”. Él no conocía a ningún otro hombre en la nación que tuviera ese espíritu de Dios. Esta fue una gran observación y declaración que vino de Faraón. Versículos 39-42: Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo [de sellar] de su mano, y lo puso en la mano de José…

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José fue elevado a la posición de administrador de toda la tierra de Egipto. La autoridad para esta administración estaba en el anillo de sellar que Faraón puso en la mano de José. * … y [Faraón] lo hizo vestir [a José] de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello. El collar de oro en la cultura egipcia representaba honor. Versículo 43: Y [Faraón] lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. Porque los egipcios se inclinaron de rodillas, ¿Creían que José era Dios? No. Simplemente significaba que las personas honraban a José como un hombre de autoridad y digno de gran respeto. Versículo 44: Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto. Quiero decirle que a José se le dio una verdadera autoridad. Si José decía: “Saquen a ese hombre de la cárcel”, ¿qué cree usted que pasaba? Nadie cuestionaba la autoridad de José. Él tenía el derecho al control absoluto. José estaba completamente a cargo, daba cuentas únicamente ante Faraón. José no había sido entrenado para este trabajo por experiencia, pero había sido entrenado para él por caminar de acuerdo a las instrucciones de Dios y por el espíritu de Dios sobre él. La educación es importante, pero sólo los líderes caminando con el espíritu de Dios pueden dirigir una nación fuera de la oscuridad y el caos. José no sólo tenía el espíritu de Dios sobre él, sino que también era recto y honesto. Estas deben ser las mayores cualidades para cualquiera que desee un cargo público o autoridad. Versículo 45: Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea [¡Qué nombre! Significa “el que revela (o revelador) de secretos”]; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.

* El anillo de sellar dado a José era un anillo con el sello del Faraón en él. José entonces tenía la misma autoridad que la firma escrita de Faraón. Para obtener más información acerca de la importancia de los sellos, vea El Nuevo Diccionario de la Biblia de J.D. Douglas. (Grand Rapids: Wm B. Eerdmans, 1962), vea “El Sello de sellar”. Cuando entendemos el significado de “sellar”, podremos empezar a apreciar la verdad que nosotros como creyentes tenemos el sello o la impresión de Dios sobre nosotros. (Efesios 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa).

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Faraón no le preguntó a José si quería casarse con la hija del sacerdote. Sólo le dijo: “Aquí está una esposa para ti”. Versículo 46: Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto… José mostró mucha sabiduría considerando que era un hombre relativamente joven. Pero la grandeza de José no era sólo la agudeza de su mente; era su fidelidad en permanecer caminando con Dios. Incluso cuando fue vendido como esclavo por sus hermanos e incluso cuando vivió en una prisión egipcia, José permaneció firme, teniendo confianza en Dios y escuchándolo a él. Él tenía el espíritu de Dios sobre él. … y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto. José no interpretó el sueño de Faraón, se casó con la hija del sacerdote, y viajó a través de todo Egipto en un día. Todo esto sucedió durante un período de tiempo. Versículos 47-50: En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones. Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores. Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Así que José tuvo dos hijos durante los siete años de abundancia. Versículos 51-54: Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre. Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.* Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan. * José fue verdaderamente uno de los grandes hombres de Dios de todos los tiempos, y por ello sus descendientes recibieron una doble herencia en la Tierra Prometida. Los dos hijos de José, Manasés y Efraín, eran cada uno cabeza de una tribu. Esto fue en un verdadero acto un gran honor, una doble porción de bendición a causa de su padre. Vea Génesis 48.

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No sólo en Egipto, sino en todo el territorio vino el hambre. ¿Qué cree usted que ocurrió en los otros países? Estaban en una situación desastrosa, muriéndose de hambre. Versículos 55 y 56: Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere. Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto. Qué tremenda clave para la eventual liberación de Egipto. José no regaló la comida a los demás países. Ni siquiera se la dio a los egipcios. Él la vendió a ellos. Una nación debe cuidar de su propio pueblo en primer lugar, pero esto no debe ser hecho a través de un programa de asistencia social o de cualquier sistema en el que se espera que la gente no trabaje para comer y vivir. José, caminando por la revelación, vendió el alimento a los egipcios. Sin embargo, como veremos, su andar en sabiduría es lo que les permitió sobrevivir a la terrible hambruna. El Dios que proveyó para Egipto es el mismo Dios que vive hoy. Dios siempre está interesado en salvar a la gente, ya sea como naciones o como individuos. Dios quiere que la gente tenga vida y que la tengan en gran abundancia; pero para que la gente tenga abundancia, deben operar los principios de la Palabra de Dios. Sólo la adhesión a la Palabra de Dios sostendrá una nación y hará que prospere. Versículo 57: Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre. José nunca echó a andar un programa para regalar comida. Otros países hambrientos esperaron para comprar comida, al igual que hicieron los egipcios. ¿Estaba José siendo cruel? No, él estaba operando los principios de Dios. Un programa para regalar comida en realidad no ayuda a nadie. A partir de estos eventos registrados en la Palabra de Dios, emergió la era más gloriosa en la historia de Egipto. La riqueza de todo el mundo se volcó en Egipto a causa de un hombre de Dios, que sabía por el espíritu de Dios cómo dirigir esa nación. Esto nos lleva a una conclusión desafiante y extraordinaria. José vivió en el Antiguo Testamento como un siervo de Dios. Él no pudo ser renacido del Espíritu de Dios, como nosotros lo somos. Sin embargo, él, por revelación de Dios, liberó a una nación de lo que podría haber sido una aniquilación total. Egipto se salvó porque el espíritu de Dios estaba sobre un hombre. Hoy tenemos un gran número de personas en todo el mundo con el espíritu de Dios en ellos. ¿Qué sucedería en nuestro país y en nuestro mundo si las personas creyentes simplemente se pararan firmes 75

por la integridad y la exactitud de la Palabra de Dios y la declararan en toda su grandeza, y luego obedientemente la llevaran a cabo? Tenemos la oportunidad dada por Dios y la responsabilidad de brillar como luminares en nuestra nación. Hagamos lo que hizo José en el Antiguo Testamento: escuchemos a Dios y cumplamos fielmente Sus palabras. Donde sea que “un hombre en quien está el Espíritu de Dios” habla la Palabra de Dios y permite que Su poder fluya, Dios y todas sus bendiciones son manifestadas. Este registro no solamente habla de un país liberado de la adversidad, sino que provee el ejemplo de obediencia y esperanza para el mundo entero.

Capítulo 9 ESCOGEOS HOY La vida entera de Josué fue un testimonio para la honra de Dios. Hemos estudiado algo de la vida de Josué en el capítulo 7 “La transferencia de liderazgo”, observando desde el momento en que actuó como un espía para observar la Tierra Prometida, hasta el momento en que él estuvo a cargo tras la muerte de Moisés. Josué había sido ministro y siervo del gran profeta Moisés. Y cuando se acercaba la muerte de Moisés, Dios le dio instrucciones a él para que llevara a Josué al tabernáculo para que le pudiera ser dado el encargo de dirigir a los hijos de Israel. Deuteronomio 31:7, 8,14: Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides… Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y esperad en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo de reunión. Cuando Moisés y Josué se presentaron delante de Dios, Dios le dijo a Moisés que ordenara a Josué y dejara en claro al pueblo que Josué sería su líder cuando Moisés muriera. Moisés murió en el Monte Nebo, después de haber visto de lejos Canaán, la Tierra Prometida. Así las riendas del liderazgo pasaron a Josué. Josué asumió el liderazgo de los hijos de Israel y, después de treinta días de hacer duelo por la muerte de Moisés, él inmediatamente obedeció el mandamiento de Dios de “levantarse e ir” al otro lado del Jordán y comenzar a reclamar la tierra que Dios había prometido dar a la simiente de Abraham. Josué 3:7: 76

Entonces Jehová dijo a Josué: Desde este día comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo. Dios le aseguró a Josué que Él lo establecería como el líder de los hijos de Israel. Con el fin de engrandecer a Josué a los ojos de Israel, Dios levantó murallas con las aguas desbordantes del río Jordán para que todo Israel pudiera pasar por la parte oeste de ese río a la Tierra Prometida. Josué, de acuerdo con las instrucciones de Dios, entonces levantó piedras como un monumento conmemorativo en el lugar donde los sacerdotes estuvieron parados y habían llevado el arca del Pacto cuando las aguas del Jordán fueron “cortadas”. Este gran milagro de cruzar el Jordán por el cauce seco fue seguido por la primera victoria de Josué al tomar posesión de la Tierra Prometida en la ciudad de Jericó. El éxito de Josué en Jericó fue el resultado de seguir las instrucciones de Dios para él, y de seguirlas exactamente: Los hijos de Israel rodearon Jericó una vez al día durante seis días consecutivos. En el séptimo día, Dios les hizo caminar alrededor de la ciudad siete veces. Entonces los sacerdotes tocaron las trompetas, el pueblo gritó y el muro de Jericó “se vino abajo”, tal y como Dios había prometido. Después de estos dos grandes milagros –el cruce del río Jordán y la conquista de Jericó– Josué continuó actuando en el mandato de Dios para librar la tierra de sus habitantes y hacer que los hijos de Israel tomaran posesión de ella. Pero la siguiente confrontación, la batalla de Hai, no fue una historia de éxito. El ejército de Israel fue derrotado por el ejército de Hai pues, sin que Josué lo supiera, un guerrero israelita había desobedecido a Dios en la batalla de Jericó. Con esta derrota en Hai, Josué, sorprendido y afligido, rogó al Señor, preguntando por qué Él no les había ayudado. Dios respondió en Josué 7:12: “…ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros”. Josué debía destruir al hombre que había tomado botín de Jericó. No sólo al hombre, sino que toda su casa debía ser destruida a causa de su desobediencia a la orden de Dios. Una vez más, Josué obedeció a Dios, y una vez más el ejército de Israel atacó Hai, y esta vez fue capaz de conquistarlo. Una y otra vez Josué demostró ser obediente a las instrucciones de Dios dividiendo la tierra prometida entre las tribus, señalando ciudades de refugio y estableciendo ciudades para los levitas. Él sofocó una pelea potencial entre las dos tribus y media en el lado este del Jordán, con el resto de las tribus, y la paz reinó en medio de los hijos de Israel. Josué vivió una vida que agradó a Dios. Y cuando se hizo evidente para él que su vida estaba llegando a su fin, Josué tomó un último paso para asegurarse que los hijos de Israel se mantuvieran fieles a Dios. Yo llamo a esto “el testimonio de Josué”. El registro específico del testimonio de Josué ocurre muy cerca del final de la vida de Josué, cuando Josué llamó a todas las tribus de Israel a Siquem. Josué 24:1 Reunió Josué a todas las tribus de Israel en Siquem, y llamó a los ancianos de Israel, sus príncipes, sus jueces y sus oficiales; y se presentaron delante de Dios. Antes de morir, Josué no sólo convocó a los hijos de Israel, sino que los llamó a Siquem. 77

¿Por qué a Siquem? No porque el tabernáculo estuviera allí, porque no estaba ahí. El tabernáculo estaba en Silo. Entonces, ¿Por qué llamó Josué al pueblo a Siquem? Por diversas razones. Siquem fue el primer lugar en la Tierra Prometida, donde Dios le había dicho a Abraham que la tierra era suya. Así Siquem estaba asociado con la promesa de Dios a Abraham y su pacto con Abraham*. Siquem era también el lugar donde Jacob había enterrado a dioses extraños, de acuerdo a Génesis 35:1-4. Y Siquem se extendía entre el monte Ebal y el Monte Gerizim, las dos montañas desde donde fueron pronunciadas las bendiciones y las maldiciones de la ley, de acuerdo a Deuteronomio 27. Por todas estas razones, Siquem era el lugar más impresionante para que Josué congregara al pueblo de Israel para traer a su memoria el pacto y la ley, y para reconstruir su compromiso. El pueblo se “presentó delante de Dios” en Siquem. Esto significa que se presentaron ante el portavoz y el profeta de Dios, Josué. Josué entonces tenía el reto de presentar la Palabra de Dios al pueblo de Israel. Dios había hecho muchas cosas grandes para aquellas personas que fueron conducidas fuera de Egipto a la Tierra Prometida, y Josué les recordó esto. Josué 24:11: Pasasteis el Jordán, y vinisteis a Jericó, y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros: los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos, heveos y jebuseos, y yo [Dios] los entregué en vuestras manos. Dios dijo: “Yo los entregué [a sus enemigos] en vuestras manos”. No fueron los hijos de Israel quienes ganaron las victorias; fue Dios Quien las ganó. Y Él utilizó formas inusuales y sorprendentes para entregárselos. Por ejemplo, la liberación de Israel de los amorreos. Versículo 12: Y envié delante de vosotros tábanos, los cuales los arrojaron de delante de vosotros, esto es, a los dos reyes de los amorreos; no con tu espada, ni con tu arco. Dios tiene un gran sentido del humor y un gran ingenio. Su método para derrotar a los amorreos fue enviar avispas para que picaran a sus poderosos ejércitos. Versículo 13: Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis. A menudo pienso en cómo Dios ha hecho cosas como estas para nosotros hoy, Él nos ha dado cosas que no nos merecemos, victorias que no logramos, cosas que desde nuestro punto de vista, nunca habríamos tenido. Dios simplemente nos las entregó.

*Compare Génesis 12:6,7; y 17:1 con Josué 24:2,3, 13,14.

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Después de repasar con los hijos de Israel lo que Dios había hecho por ellos, Josué enseguida les recordó su responsabilidad ante Dios. Versículo 14: Ahora, pues, temed [reverenciad, respetad, permaneced en asombro y admiración] a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. El primer mandato que Josué dio al pueblo era que se deshicieran de otros dioses. Cuando alguien tiene un dios que no sea el único y verdadero Dios, esa persona está en problemas. En tanto que Israel fue fiel y sirvió al único y verdadero Dios, Dios los libró. Yo sé que la Palabra de Dios está hablando aquí de ídolos literales, y hoy puede que usted no tenga un ídolo o una estatua de un dios. Pero usted todavía puede tener un dios que no sea el único Dios verdadero. Su dios podría ser un trabajo, una posición social, comida, o una afición, simplemente es cualquier cosa que sea más importante para usted que hacer la voluntad de Dios. ¿Qué es lo primero en su vida? ¿Quién o qué es su dios? Josué dijo a los hijos de Israel que se deshicieran de todo lo que estaba en su camino de servir al único Dios verdadero. Si el dinero es aún más importante para usted que Dios, usted tiene un dios: el dinero. Eso es lo que se quiere decir con la expresión: “Ponga su billetera en el altar. Dedíquela a Dios”. Hay que llegar al lugar en el que sólo hay un Dios en su vida, y ese Dios es el Dios verdadero, Jehová, y Él es al único al que usted va a servir. Él es el único a quien usted está dedicado. Todo lo demás en la vida es secundario. Mateo 6 nos dice esto. Mateo 6:33: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. El único camino al verdadero éxito es tener al único Dios verdadero, y ponerlo a Él primero en su vida. La decisión de servir al único Dios verdadero, y no hay otros dioses era la preocupación de Josué en sus instrucciones finales a los hijos de Israel antes de morir. Josué 24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río [y esos dioses no fueron lo suficientemente poderosos para guardarnos de nuestra salida de Egipto], o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis [y esos dioses no fueron lo suficientemente poderosos para ayudarnos a someter a sus seguidores y tomar sus tierras]; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. Josué dijo al pueblo que eligiera, que tomara una decisión, a quién iban ellos a servir. Jehová los había librado de los egipcios y sus dioses, y Jehová los había librado de los amorreos, y sus dioses, por citar sólo dos ejemplos del poder de Dios que había sido abundantemente manifestado a ellos. Los hijos de Israel podrían servir los dioses de otras personas si así lo deseaban. Pero también tenían la opción de elegir servir a Jehová, el único 79

Dios que los había librado una y otra vez. “…Escogeos hoy a quién sirváis…” Nosotros, también, tenemos que tomar una decisión. ¿De verdad vamos a permanecer firmes por Dios y Su Palabra o sólo vamos a hablar de ello? Debemos hacer la decisión en nuestras mentes. Josué había hecho la decisión cuando dijo con gran determinación: “Yo y mi casa serviremos a Jehová”. Con estas palabras, Josué puso el ejemplo y lanzó un reto para que los demás lo aceptaran. Josué y su casa estaban determinados a servir al Señor. Y quedaba la pregunta: ¿A quién serviría el resto de la gente de Israel? Versículos 16-18: Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses; Porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos. Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios. Una vez que el pueblo expresó su decisión de continuar sirviendo a Jehová, Josué pudo entonces darles instrucciones adicionales para su caminar delante Dios. Versículos 19 y 20: Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y [es] Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados. Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien. Esta advertencia de Josué, es la forma en Antiguo Testamento para expresar que cuando la gente se aleja de Dios, ya no están más protegidos por Él. El diablo entonces puede hacer lo que quiera con ellos. El diablo podrá conseguir incursionar en nuestras vidas algunas veces, pero el poder del diablo sobre los renacidos es limitado porque Dios está siempre presente dentro de ellos. Versículos 21 y 22: El pueblo entonces dijo a Josué: No [no abandonaremos al Señor], sino que a Jehová serviremos. Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que habéis elegido a Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos. Y el pueblo respondió a Josué, quien habló en nombre de Dios, que iban a ser fieles a 80

Jehová. Y Josué respondió: “Ustedes mismos son testigos de la promesa que acaban de hacer”. Versículos 23-26: Quitad, pues, [dijo él] ahora los dioses ajenos que están entre vosotros [algunos todavía estaba entre ellos], e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel. Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos. Entonces Josué hizo pacto [un acuerdo] con el pueblo el mismo día, y les dio estatutos y leyes [un mandamiento] en Siquem. Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la levantó allí debajo de la encina que estaba junto al santuario de Jehová. Josué hizo un acuerdo con el pueblo y lo escribió en un manuscrito. El poner el pacto por escrito después de haber hecho un voto oral, hizo un mayor impacto en las mentes del pueblo, y se convirtió en una constante referencia y en un recordatorio de su voto. El pacto, o acuerdo, fue el compromiso que Josué, el hombre que hablaba por Dios, había escuchado hacer al pueblo: Ellos servirían a Dios y obedecerían Su voz. Cuando al pueblo se le dio la opción de a quién iban a servir, ellos respondieron a Josué a una sola voz: “Vamos a permanecer siendo fieles a Jehová. Elegimos servir a Jehová. Y nosotros no vamos a permitir que nuestra gente se case con hombres y mujeres que sirvan a otros dioses. Aseguramos, afirmamos que vamos a permanecer firmes por el Dios verdadero”. Josué escribió entonces el compromiso que Israel había hecho, y él “tomó una gran piedra” –la cosa más duradera y más grande que podía haber utilizado– y edificó un lugar donde todas las personas pudieran ver la piedra. Este rotulado permanente debía ser un recordatorio constante de su compromiso a Jehová, como fue atestiguado por Josué. Josué tomó el símbolo del compromiso de este pueblo, una gran piedra y la colocó debajo de una encina. El árbol de encina en la Biblia simboliza la presencia de Dios. En los tiempos bíblicos la gente se sentaba debajo de una encina para orar. Cuando una persona en la cultura oriental quería reflexionar algo o quería considerar cuidadosamente una situación y tomar una decisión, se sentaba debajo de una encina. Así que fue debajo de una encina que Josué escogió señalarles a los hijos de Israel, esta grande e importante decisión de comprometerse a servir al Señor. Con los años, la piedra permaneció. La Palabra declaraba que estas personas debían enseñar los mandamientos a sus hijos y a los hijos de sus hijos*. Ellos verían la piedra y recordarían que sus antepasados habían hecho un compromiso para no servir a ningún otro Dios sino sólo a Jehová. Esta gran piedra era algo que podían ver por años y años, y les recordaría el pacto hecho en Siquem. Versículos 27 y 28: 81

Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra nos servirá de testigo, porque ella ha oído todas las palabras que Jehová nos ha hablado; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios. Y envió Josué al pueblo, cada uno a su posesión. Josué envió a todos los hombres de regreso a su tierra heredada que Dios les había dado. Él permitió a la gente regresar y cosechar el fruto de lo que Dios había puesto a su disposición. Como creyentes tenemos sólo una vida por vivir y sólo una vida para dar, y tenemos que dar todo lo posible para del Dios Altísimo. Nuestro compromiso de servir a Dios libera la bendición de Dios en nuestras vidas, tal como lo hizo en el tiempo de Josué. Tenemos hoy la libertad de elección para decidir a quién vamos a servir. Yo le exhorto a usted a hacer el mismo compromiso junto conmigo: “Yo y mi casa, serviremos a Jehová”. Esta es la gran decisión en torno a la cual toda nuestra vida gira. Comprométase a servirle a Dios y sólo a Él, y enseñe a sus hijos y los hijos de tus hijos a hacer lo mismo. Abrace ese compromiso y disfrute la herencia provista para usted por Dios a través de Cristo Jesús, y declaremos con denuedo: “!Yo y mi casa serviremos al Jehová!"

Deuteronomio 6:6-9: Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

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Capítulo Diez CAMINO DE VIDA O CAMINO DE MUERTE Jeremías, un profeta del Antiguo Testamento, ha sido llamado el profeta que llora, porque siempre estaba llorando por Israel cuando se alejaba de Dios*. Independientemente de la forma en que la gente pueda llamar a los que buscan a Dios y Sus caminos, Dios se revela a los humildes. Y a veces lo que Dios revela tiene como propósito dar a los no creyentes, que son mansos, una oportunidad de salir de su oscuridad espiritual y del valle de la muerte para seguir el camino de vida. Jeremías fue un mensajero de Dios que brindó el plan de Dios para la gente en su tiempo. “Hay dos caminos frente a ustedes”, dijo Jeremías a los hijos de Israel. “Un camino es el camino de vida; el otro es el camino de muerte. Ahora ustedes elijen que camino van a seguir. Ustedes eligen su destino”. Creo que como creyentes tenemos la oportunidad de poner ante la gente de nuestro tiempo esas dos opciones: el camino de vida y el camino de muerte. Aquellos que rechazan la Palabra de Dios, y aquellos que deliberadamente abusan de ella están eligiendo el camino de muerte. Pero los que vienen a la Palabra de Dios, la creen, y actúan en ella, están escogiendo el camino de vida. Cuando los portavoces de Dios declaran estos dos caminos y dejan claro a la gente las dos alternativas, la gente no siempre está contenta. No siempre quieren escuchar la verdad y puede que no aprecien a aquellos que la hablan. Jeremías y otros profetas, algunos de ellos enlistados en Hebreos 11, fueron maravillosos portavoces de Dios que escucharon la voz de Dios y que expusieron delante de la gente de su tiempo la verdad de la Palabra de Dios. Hebreos 11 describe cómo algunos de estos profetas y creyentes fueron tratados en respuesta a su hablar en nombre de Dios. Hebreos 11:37 y 38: Fueron apedreados, aserrados [cortados en pedazos], puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras [Las pieles de los animales recién despellejados fueron cosidas en ellos. Cuando la piel se secó, sus cuerpos se comprimieron en el interior.], pobres, angustiados, maltratados; De los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Estos fueron hombres y mujeres de Dios que en su día y en su tiempo se esforzaron por llevar a cabo la Palabra de Dios; ellos procuraron hacerlo en la medida de sus posibilidades. La respuesta de la gente a estos hombres y mujeres de Dios fue lo que acabamos de leer. Y la gente no ha cambiado. Algunos individuos, sí, pero naciones enteras, no. Debemos llegar a la posición de exponer de nuevo ante la gente lo que es el camino de vida para aquellos que creen la Palabra de Dios, y el camino de muerte para aquellos que no lo hacen, independientemente de su respuesta a la persona que presenta la elección. *Jeremías13:15-17; 22:9,10; 48:29-32.

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Usted expone la Palabra ante la gente y las personas deciden si quieren creerla o si no quiere creerla. Aquellos que la creen, obtienen los resultados de su creencia. Aquellos que no la creen obtienen las consecuencias de su incredulidad. Para aquellos que creen, la Palabra es el camino de vida. Para aquellos que no creen, es el camino de muerte. En el Libro de Jeremías, ciertamente somos impresionados por el número de veces que Jeremías fue instruido por Dios para ofrecer a los habitantes de Judá un camino de escape a la condenación que su incredulidad traería sobre ellos. A través del capítulo 19 de Jeremías, donde comienza este estudio, Dios le había dicho en repetidas ocasiones a Jeremías que declarara a los habitantes de Jerusalén y de Judá que a menos que ellos destruyeran sus ídolos y volvieran a adorar a Jehová, ellos serían llevados cautivos a Babilonia durante setenta años. Un cautiverio literal sería la consecuencia que traería sobre ellos el no hacer caso a la voz de Dios dada a través del profeta Jeremías. Ahora, ¡la gente no quería escuchar esto! No querían deshacerse de su idolatría; no querían cambiar. Así que Dios, una vez más, le dijo a Jeremías que fuera al pueblo de Jerusalén y pronunciara su condena sobre ellos. Jeremías 19: 14 y 15: Y volvió Jeremías de Tofet, adonde le envió Jehová a profetizar, y se paró en el atrio de la casa de Jehová [en el Templo] y dijo a todo el pueblo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí, yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras. La declaración de Jeremías de la revelación de Dios a él: “Yo [Dios] traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella” –no fue una noticia recibida con aprecio y la mansedumbre. En los días del profeta Jonás, toda la ciudad de Nínive respondió a una advertencia similar, y con arrepentimiento se volvieron a Dios. Pero el pueblo de Judá rechazó la predicación de Jeremías y no sintieron ningún remordimiento, negándose a prestar atención a la Palabra de Dios. De hecho, el libro de Jeremías continúa este registro hablando del abuso que Jeremías tuvo que soportar por haber sido el portavoz de Dios. Jeremías 20:1: El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como príncipe [o gobernador] en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras. Estamos a punto de descubrir cómo este hombre Pasur procedió con Dios y con el hombre de Dios, Jeremías. Es claro que Pasur era un hombre de prestigio y autoridad. Además de ser el hijo de un sacerdote, y tener un estatus en los círculos religiosos de su tiempo, él era también el “príncipe [o gobernador] en la casa de Jehová”, el Templo. ¡Qué elevada posición de liderazgo tenia! ¡Qué prestigio religioso y social! Pero Pasur, el hijo de un sacerdote y gobernante principal del Templo, no fue ni manso ni abierto a Dios y Su Palabra como fue entregada por el profeta Jeremías. 84

Versículo 2: Y azotó [hirió, nakah] Pasur al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová. Cuando Pasur oyó que Jeremías había profetizado la ruina de Judá, Pasur azotó [o “hirió” como dice la versión en inglés King James] al profeta Jeremías”. Jeremías no había hecho daño a nadie. Él no había salido a robar a la gente. No andaba por ahí destruyendo alguna propiedad. Y sin embargo, Pasur, este hombre de prestigio y autoridad, un hombre muy respetado por la gran mayoría de las personas, hirió, azotó al profeta Jeremías, el portavoz de Dios. Ahora, ¿qué piensa usted cuando lee que Pasur “azotó [o “hirió”] a Jeremías?” ¿Qué es exactamente lo hizo Pasur? Tal vez usted nunca ha pensado acerca de esto. Es sólo una palabra, “azotó” o “hirió”. La palabra hebrea para “azotó” es nakah. Deuteronomio explica el significado de esta palabra “azotar” también usada en Deuteronomio 25. Deuteronomio 25:2 y 3: Y si el delincuente mereciere ser azotado [nakah], entonces el juez le hará echar en tierra, y le hará azotar [nakah] en su presencia; según su delito será el número de azotes. Se podrá dar cuarenta azotes, no más; no sea que, si lo hirieren [nakah] con muchos azotes más que éstos, se sienta tu hermano envilecido delante de tus ojos. Pasur forzó a Jeremías a soportar treinta y nueve azotes con un látigo. Así fue como Pasur hirió a Jeremías. Luego él tuvo a Jeremías puesto en un cepo, con sus manos, sus pies y su cuello atrapados entre dos grandes piezas de madera, en la puerta superior de Benjamín. La puerta superior de Benjamín estaba en el lado norte del área del Templo, que conducía a la ciudad. Esta puerta estaba “en la casa”, en el Templo. Castigando a Jeremías en el área de la casa de Jehová, Pasur hizo con el profeta una exhibición pública en el mismo lugar donde Dios dijo que se reuniría con Su pueblo. ¡Pasur estaba haciendo una burla del portavoz de Dios, y por lo tanto una burla de Dios, en la propia Casa de Dios! En primer lugar, Pasur hizo que Jeremías fuera molido con treinta y nueve azotes. Luego lo puso en un cepo en la puerta superior de Benjamín, haciendo de él un ejemplo y causando temor en la gente para que no creyeran el pronunciamiento de Jeremías de aquella sentencia o juicio. Si alguien creía lo que dijo Jeremías, recibirían el mismo trato que él había recibido. Nadie se atrevería a escucharle, a seguirlo, o a juntarse con él. Pasur dejó a Jeremías en el cepo todo el día y toda la noche, para castigarlo, para avergonzarlo y deshonrarlo, y para esparcir el miedo y así mantener el control sobre toda la ciudad. Jeremías 20:3: 85

Y el día siguiente Pasur sacó a Jeremías del cepo. Le dijo entonces Jeremías: Jehová no ha llamado tu nombre Pasur, sino Magor-misabib. Pasur estaba causando que la gente temiera. Jeremías dijo a Pasur: “El Señor no te llamará mas ‘Pasur’, que significa ‘el más noble’. Ese no era más su nombre en lo que concernía a Dios. Su nombre era 'Magor-misabib,' que significa 'a quien temen por todas partes’. Requirió mucho valor para un hombre en la posición de Jeremías –que acababa de ser azotado, puesto en un cepo, y había sido públicamente deshonrado– para hablar con la grandeza de la verdad de la Palabra de Dios en el momento de su liberación. ¿Usted habría tenido todo ese denuedo? Versículos 4 y 5: Porque así ha dicho Jehová: He aquí, haré que seas un terror [magor] a ti mismo [haré que tengas miedo de ti mismo] y a todos los que bien te quieren, y caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia, y los llevará cautivos a Babilonia, y los matará a espada. Entregaré asimismo toda la riqueza [todos los recursos humanos, la mano de obra] de esta ciudad, todo su trabajo y todas sus cosas preciosas [todo lo de valor]; y daré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus enemigos, y los saquearán, y los tomarán y los llevarán a Babilonia. No era la voluntad de Dios que esto le sucediera a Judá, pero la gente causó que esto pasara por su incredulidad, por su rechazo a Dios y por su forma de tratar al profeta de Dios, Jeremías, que habló en nombre de Dios. Cuando ellos rechazaron el camino de vida y trataron con desprecio a Jeremías, fue como si Dios mismo hubiera sido tratado con desprecio. El hombre puede hacer muchas cosas; pero hay una cosa que él no puede hacer y salirse con la suya, y eso es burlarse de Dios. Puede parecer a veces como si él estuviera saliéndose con la suya, pero que no se engañe. Así parecía cuando Pasur empuñaba su autoridad. Pero las circunstancias cambian. La vida de Pasur no había terminado aún. Jeremías tuvo el denuedo de mirar directamente a Pasur y decirle: “Mira, puedes ponerme en un cepo, puedes azotarme, está bien. Pero quiero decirte algo: Tú y todo Judá van a sufrir porque no han obedecido mi advertencia”. Versículo 6: Y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos; entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allí serás enterrado tú, y todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado con mentira. Pasur podía hacer una burla pública del profeta. Pero al final, la verdad de Dios ciertamente prevalecería. El final profetizado de Pasur, el poderoso primer oficial del Templo, era su muerte en Babilonia junto con sus amigos. La Palabra del Señor fue claramente hablada por Jeremías, y eso es exactamente lo que ocurrió. 86

Después de ver el denuedo de Jeremías en los primeros seis versículos de Jeremías 20, los próximos tres versículos pareciera que no hablan de su carácter. Versículos 7-9: Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Estos tres versículos son difíciles de entender después de observar la rotundidad de Jeremías en los versículos anteriores. Una traducción mucho mejor y más clara de los versículos 7, 8 y 9 se encuentra en la traducción aramea del Dr. George M. Lamsa: Oh Señor, Tú me has consolado, y estoy consolado; tú eres más fuerte que yo, y has prevalecido; me he convertido en un hazmerreír cada día, todos se burlan de mí. Porque cuando yo hablé y grite, hablé contra los estafadores y en contra de los ladrones; y la Palabra del Señor se convirtió en oprobio y escarnio para mi cada día. Entonces dije: No me acordaré más de Él [del Señor], ni hablaré más en su nombre. Pero Su Palabra se convirtió en mi corazón como un fuego ardiente de leña en mis huesos; y he tratado de ser paciente, pero no pude soportarlo.* Esto es tremendo. Qué maravillosas son estas palabras de Jeremías. Jeremías alabó a Dios por ser su consuelo. “Señor, me has consolado. Estoy en paz”. En su interior, Jeremías era como cualquier ser humano que hubiera estado en su situación. El quería ser respetado, amado y bendecido. Él no estaba hablando la Palabra de Dios simplemente porque quería causar problemas. Él habló la Palabra de Dios, porque era el único que sabía hacer. Pero mientras él hablaba la Palabra de Dios, fue castigado por ello con oprobio, escarnio y la burla de la gente. Como ser humano, Jeremías llegó a estar desanimado. ¿Quién quiere ser un hazmerreír y sufrir oprobio? Jeremías se cansó de esto y sus emociones casi lo vencen. Pensó que si él no mencionaba a Jehová o si ya no hablaba nunca más en Su nombre, la gente lo dejaría en paz. Pero entonces, Jeremías declaró: “Su Palabra se convirtió en mi corazón como un fuego ardiente de leña en mis huesos”. Jeremías no podía soportar o resistir el no hablar la Palabra de Dios.

* George M. Lamsa, traducción de La Santa Biblia de Manuscritos Antiguos Orientales (Nashville, Tenn. AJ Holman, 1957).

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Desgastado por el castigo, el ridículo y la burla, Jeremías quiso cerrar la boca y mantenerse lejos de cualquier problema. Pero entonces justo cuando iba a retirarse y estar en silencio, la Palabra de Dios se hizo como un fuego ardiente en su corazón. La Palabra de Dios brotaba dentro de Jeremías. No podía guardar silencio. Mientras la Palabra de Dios ardía en su corazón y en sus huesos, en su ser entero, Jeremías no podía estarse quieto. Tenía que hablar lo que él fue llamado a hablar en nombre de Dios sin importar las consecuencias; de lo contrario, él dijo que no podría haberlo soportado. A lo largo de los siglos, los hombres han ido y venido, pero la Palabra de Dios ha vivido y continuará permaneciendo para siempre. Jeremías van y vienen, pero la Palabra de Dios que ellos proclaman sucede. Es la Palabra de Dios la que se cumple. Y es la Palabra de Dios la que permanece sin importar lo que los hombres digan, piensen o hagan. No se deje engañar por el mundo. ¿Usted cree que la gente en este mundo tiene poder? El hombre no tiene poder. El hombre es como la hierba del campo, está aquí hoy y mañana se ha ido. Es la Palabra de Dios lo que permanece. Es la Palabra de Dios la que pone ante la humanidad las dos opciones de vida o muerte. Jeremías, como portavoz de Dios, presentó estas opciones a los habitantes de Jerusalén y a todo Judá en su día. Jeremías 21:8: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte. La elección hace esta separación. Usted tiene que tomar la decisión si va a creer la Palabra de Dios, o si va a creer a los Pasurs que hablan en contra de la Palabra de Dios. Hebreos 4:12: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz [poderosa, energética], y [la Palabra de Dios es] más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma [la vida natural] y el espíritu [la vida espiritual], las coyunturas y los tuétanos, y discierne [critica; la Palabra de Dios es el crítico de] los pensamientos y las intenciones del corazón [la mente del hombre]. La Palabra de Dios es el crítico. Sin embargo, muchas personas piensan que son los jueces de Dios y Su Palabra. El hombre siempre pone las cosas al revés cuando anda en su propio camino. Usted debe tomar una decisión, si va o no a caminar por Dios y a vivir de acuerdo a Su Palabra. Ya sea que viva o no de acuerdo con esa Palabra, ahora y siempre la Palabra de Dios sigue siendo su crítico. Nosotros, por nuestra propia voluntad, elegimos entre el camino de vida o el camino de muerte. Pasur no fue más astuto que Dios por ridiculizar a la persona que habló la Palabra de Dios. Tampoco podemos burlar a Dios ideando nuestros propios caminos y trabajando contrariamente a Sus caminos. Más bien, necesitamos encender el fuego de la Palabra de Dios en nuestros corazones y permitirle a ella encender nuestras vidas con el poder de Dios. Con ello elegimos el camino de vida.

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PARTE IV EL ORDEN DE DIOS PARA LOS CREYENTES DE CALIDAD Los creyentes de calidad son los seguidores del señor Jesucristo cuyas vidas están ordenadas de acuerdo a la Palabra de Dios. Es evidente que, antes de que la vida de cualquier persona pueda estar ordenada en la Palabra de Dios, esa persona primero debe adquirir un conocimiento exacto de la Palabra de Dios. Así sucedió con Zaqueo en “Subiendo a lo alto en busca de la verdad”. Zaqueo buscó al señor Jesucristo, obtuvo un conocimiento de la verdad, y luego ordenó su vida de acuerdo a la Palabra de Dios. En “La Marca de Calidad” estudiamos Gálatas 5 y 6 para encontrar las cualidades que caracterizan a los creyentes orientados en la Palabra. “La Luz de la Vida”, detalla la importancia de la luz en la Palabra de Dios. La luz ordena nuestras vidas, tanto en el sentido físico, como en el sentido espiritual. El último capítulo, titulado “Vivificado juntamente con Cristo”, es un estudio de las maravillosas e inspiradoras verdades que se encuentran en Colosenses 2. Los creyentes en la Era de la Gracia son totalmente completos en Cristo Jesús a causa de los logros de su salvador. Dios en Su insondable gracia y misericordia, nos dice quienes somos en Cristo Jesús y las grandes riquezas disponibles para nosotros como hijos de Dios. ¿Cómo podríamos no desear fervientemente tener nuestras vidas establecidas en un Dios que nos ama entrañablemente? Salmos 119:133: Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí. Entender el orden de Dios debe motivarnos a cada uno de nosotros a ordenar nuestros pasos más perfectamente en Su Palabra. Así el pecado no tendrá dominio sobre nosotros, y manifestaremos la voluntad de Dios como creyentes de calidad.

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Capítulo Once SUBIENDO A LO ALTO EN BUSCA DE LA VERDAD Mientras atravesamos por la vida, tenemos que escalar en nuestros corazones y mentes cada vez más alto con la grandeza de la Palabra de Dios. Debemos siempre mantenernos progresando para ver más y más de la Palabra de Dios y Sus promesas manifestadas en nuestras vidas diarias. Lucas 19 contiene el registro de un hombre que literalmente subió a lo alto para ver al salvador. Este es el relato de Jesús y Zaqueo, una historia que siempre conmueve los corazones de aquellos que tienen hambre por la Palabra de Dios. Lucas 19:1: Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. La ciudad de Jericó se encuentra al noreste de Jerusalén, situada en el río Jordán. Frecuentemente, cuando Jesús viajaba de Galilea a Jerusalén, pasaba por Jericó. Lucas 19 relata lo que ocurrió en un caso en particular. Versículo 2: Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico… Zaqueo era un jefe de los publicanos. Los publicanos eran recaudadores de impuestos. Zaqueo no era un recaudador de impuestos común; él era jefe en esa área de Judea. Recolectar impuestos entonces, aún más que hoy día, era considerado una ocupación poco honorable. El sistema romano de recaudación de impuestos en Judea y en todo el Imperio Romano durante la vida de Jesús, era conocido por ser un sistema abusivo que era agravado por la deshonestidad y la extorsión de los publicanos asociados a él. Muchos pasajes de los Evangelios traen este hecho a la luz, Lucas 3 es un ejemplo. Lucas 3:12 y13: Vinieron también unos publicanos para ser bautizados [por Juan el Bautista], y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? El les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado [o, “no tomen más de lo que se les ha ordenado recolectar”]. No era una práctica poco común para los publicanos el exigir más impuestos de lo que estaban obligados a recaudar. Por ejemplo, si un recaudador de impuestos tenia la instrucción de recolectar de usted $100 dólares, tal vez él le informaría que debía $120. Él recaudaría $120 dólares, daría 100 al gobierno romano, y pondría los otros $20 en su bolsillo. Otra razón por la que los recaudadores de impuestos eran tenidos en tan baja estima fue porque estos publicanos, siendo de Judea, estaban ayudando a los romanos incircuncisos, a 90

expensas de su propio pueblo. Los publicanos estaban tratando con, y ayudando a los conquistadores extranjeros haciendo el “trabajo sucio” de los romanos. El Evangelio de Mateo da un registro de Jesucristo siendo confrontado por un grupo de personas en este mismo tema tan sensible de los impuestos. Mateo 22: 17 y 18: ... [la gente preguntó a Jesús] ¿Es lícito dar tributo a César, o no? Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? En la situación registrada aquí, aquellos que cuestionaban a Jesús no estaban sinceramente interesados en la verdad; ellos estaban interesados en atrapar a Jesús por medio de sus propias declaraciones. Sin embargo, aquellos de nosotros que estamos sinceramente interesados en aprender, podemos aprender de la respuesta de Jesús. Algunos de estos perversos hipócritas que tentaban a Jesús eran judíos herodianos, que apoyaban el dominio romano. Entre ellos se encontraban probablemente publicanos que exigían más impuestos de los que la ley pedía. Jesús sabía quiénes eran y los tomó por sorpresa con su sabia respuesta. Versículos 19-21: Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Toda nación debe tener algún tipo de sistema de recolección de impuestos. Es nuestra responsabilidad como ciudadanos y cristianos dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios y debemos reconocer la diferencia. Sólo porque la recaudación de impuestos era considerada como una ocupación baja o vulgar asociada con la extorsión en un sistema abusivo, eso no hacía de todos los que recaudaban impuestos un ladrón. Esto es tan cierto hoy como lo fue en los días de Jesucristo. He explicado esta información adicional sobre publicanos en el primer siglo con el fin de que podamos apreciar el gran significado que se encuentra en el relato de Zaqueo y Jesús en Lucas 19. Necesitamos entender las implicaciones sociales en la recaudación de impuestos y de los recaudadores de impuestos. El versículo 2 de Lucas 19 nos dice que Zaqueo era “jefe de los publicanos, y rico”. Ahora, la gente ha leído estas dos afirmaciones como si estuvieran directamente relacionadas. Algunos concluyen que la razón por la cual Zaqueo era rico, era porque él era un publicano que recaudaba más de lo que le requerían, que él estaba robando dinero de la 91

gente. Pero, ¿la Palabra de Dios dice eso? No, no dice eso. Simplemente dice que Zaqueo era jefe de los publicanos y que era rico. No dice que él robó para hacerse rico. Eso puedo haber sido una práctica de otros publicanos, pero no dice que Zaqueo lo hacía. No tenemos el derecho de leer dentro de esta declaración en Lucas, que Zaqueo obtuvo su riqueza en forma deshonesta. Los publicanos eran recaudadores de impuestos, así como algunas personas hoy en día son agricultores o plomeros o políticos o maestros. El hecho de que una persona sea un plomero rico no indica que él sea un plomero corrupto que ha obtenido su riqueza deshonestamente. Eso es una suposición injustificada. Ni la ocupación ni la riqueza indican deshonestidad. Todo lo que sé es que la Palabra de Dios dice que Zaqueo era un publicano y que era rico. En este registro aprendemos una cosa más acerca de Zaqueo, y es que estuvo motivado por un deseo maravilloso: Él quería ver a Jesús. Lucas 19:3: Procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Zaqueo quería ver a Jesús, quería saber quién era él. Quizá lo impulsó la simple curiosidad. El texto no lo dice. Pero cualquiera que sea la razón, al fin y al cabo él quería ver a Jesús. Ojalá que hoy hubiera más gente que quisiera ver a Jesús. Cuando la gente pide ver a Jesús hoy, tenemos que mostrárselos. Cuando ellos quieren ver a Jesús y quien es él, podemos mostrarles la Palabra de Dios y la grandeza de la posición de Jesucristo en la Palabra. Zaqueo quería ver a Jesús, pero no podía. La multitud no se lo permitía. Había tantas personas rodeando a Jesús que Zaqueo no alcanzaba a verlo. Versículo 3: … pues era pequeño de estatura. Zaqueo era pequeño. Lo más importante acerca de él era su deseo de ver a Jesús. Versículo 4: Y corriendo [Zaqueo] delante [por delante de donde Jesús estaba caminando], subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Zaqueo subió a un árbol sicómoro con el fin de ver a Jesús, esa persona notable de quien la gente hablaba. Zaqueo tomó las medidas necesarias para cumplir su deseo. Eso es muy importante. Si usted quiere ver a Jesucristo a través de la Palabra de Dios, tiene que moverse, tiene que tomar acción. Zaqueo tomó la iniciativa y subió a ese árbol sicómoro. El que la Palabra registre que el árbol al que Zaqueo se subió era un sicómoro, es una información interesante. El árbol llamado “sicómoro” en la Biblia no es el mismo árbol sicómoro común que se encuentra aquí en América. El árbol sicómoro del que se habla en el Oriente en los tiempos bíblicos era un cierto tipo de higuera. Una higuera sicómoro es 92

específicamente lo que era este árbol. Es significativo que Zaqueo se subiera a este tipo de árbol. Los sicómoros higueras eran despreciados; daban un fruto con el que se alimentaba a las vacas y a los cerdos*. Pero Zaqueo subió a uno de ellos en busca de alimento espiritual, en busca del mismo Señor Jesucristo, quien es el mejor alimento de todos los tiempos; de hecho, él es el Pan de Vida. El que Zaqueo subiera a un árbol sicómoro higuera, que era despreciado, fue un acto de gran humildad. Versículo 5: Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba… Zaqueo estaba agazapado en la higuera sicómoro mirando hacia abajo, mientras Jesucristo miraba hacia arriba. Jesucristo se interesó lo suficiente en este hombre como para parar en medio de todo el alboroto y las demandas de la multitud, y le habló directamente a esa sola persona. Quiero decirle, que dondequiera que haya hombres y mujeres que deseen conocer al señor Jesucristo, ellos tendrán ese deseo saciado de acuerdo a la Palabra de Dios. Aquellas personas que tienen hambre y sed de justicia serán (absolutamente) saciadas. Así es. Qué ejemplo del cumplimiento de esta promesa en este registro en la Palabra de Dios. Versículo 5: Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. ¿Acaso dijo Jesús: “Zaqueo, eres un publicano insignificante y bueno para nada”? ¿O le dijo: “Oye enano”? No. ¿Y cómo sabía Jesús su nombre? El registro no nos lo dice, pero él se dirigió directamente a Zaqueo. Zaqueo nunca antes había visto a Jesucristo, y mucho menos alguna vez había tenido una conversación con él. ¡Qué electrizante! Ya que Zaqueo no podía ver a Jesús por la multitud y por su tamaño, él subió al sicómoro higuera para poder verlo. Jesús pasó, rodeado de masas de gente, se detuvo y dijo: “Hola, Zaqueo. Es maravilloso que me estés buscando. Baja ahora. Voy a ir a tu casa contigo”. ¿Qué creen ustedes que pasó en el corazón de Zaqueo? Apuesto que comenzó a latir rápidamente. Apuesto que las lágrimas brotaron de los ojos de este hombre sorprendido y bendecido. Zaqueo no podía concebir la oferta de Jesús. “¿Yo? ¿Yo? ¿Yo?” Jesús dijo: “Sí, tu, Zaqueo. Vamos, date prisa, desciende. Hoy voy a pasar tiempo en tu casa”. Y saben, Zaqueo respondido rápidamente y con alegría a la oferta de Jesús. Lo dice en el versículo 6. Versículo 6: Entonces él descendió aprisa, y le recibió [en su casa] gozoso.

*K.C. Pillai, Luz a través de una ventana Oriental Vol. I pág. 18, (New York: Robert Speller & Sons, 1963). Disponible en el blog “Mira sólo a Dios”.

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Zaqueo se apresuró y recibió a Jesús gozosamente en su casa. Nadie que viva en forma deshonesta, engañando a la gente y con un corazón de piedra, recibiría a Jesucristo gozosamente. Pero el corazón de Zaqueo y su vida personal debieron estar puros y en paz, porque él rápidamente recibió a Jesús en su casa. Póngase en el lugar de Zaqueo. Digamos que usted vive como el Diablo, y que usted ha armado un gran lío y que lo sigue haciendo. Y de pronto un poderoso y destacado creyente le dice: “Vamos, quiero pasar el día contigo”. ¿Cómo se sentiría? Terrible. Su inclinación probablemente sería poner excusas y luego declinar la invitación; la situación podría llegar a ser demasiado incómoda. Es por esto que no creo en todas las cosas sin fundamento que algunas personas han sugerido acerca de Zaqueo; tales acusaciones no pueden sostenerse contra la verdad de la Palabra de Dios. Creo Zaqueo debió ser un hombre maravilloso. Versículo 7: Al ver esto [la gente alrededor de Jesús, quizá incluyendo a los apóstoles, discípulos y otros], todos murmuraban [acerca de que Jesús había ido a la casa de Zaqueo], diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. La gente murmuró. No hablaron en un tono normal; ellos susurraron: “¿Cómo puede Jesús, este gran profeta, ir a esa casa y ser el invitado de un hombre que es un pecador?” ¿Qué te parece eso? La multitud no vino directamente y le dijo: “Jesús, ¿te das cuenta de que estás comiendo con un chico malo?” No, ellos murmuraron a sus espaldas. Mientras la gente hacia alarde de su ignorancia, Zaqueo estaba hablando con Jesús acerca de sí mismo. Versículo 8: Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres… Cuando Zaqueo reveló esta información, esto dio una completa y nueva perspectiva sobre este hombre. ¿Cuántas personas conoce usted que den el cincuenta por ciento de sus ingresos para ayudar a otros? De esa forma daba Zaqueo. Y él no le estaba mintiendo a Jesús, o Jesús lo habría sabido y lo habría reprendido. Él dijo: “Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres”. …y si en algo he defraudado a alguno [o he robado, es decir, si he tomado cualquier cosa como recaudador de impuestos, algo de alguien ilegalmente], se lo devuelvo [¿Cómo?] cuadruplicado. Quiero decirle, ¡Zaqueo era un hombre maravilloso! Él estaba diciendo al Señor: “Si he tomado algo de cualquier hombre que no debería haber tomado, Señor, yo devuelvo cuatro veces la cantidad que tomé”. Vaya recaudador de impuestos. Sí, era rico. Pero eso no era todo lo que caracterizaba a este hombre. También era extremadamente caritativo. Él 94

compartía el cincuenta por ciento de sus bienes con los pobres. Y declaró: “Si he tomado algo de alguien, lo devolveré cuadruplicado”. ¡Qué hombre! Es por esto que Jesús se detuvo en su casa. No se detuvo allí porque Zaqueo era un ladrón encubierto, o porque fuera un recaudador de impuestos deshonesto. Como publicano Zaqueo era despreciado por la totalidad de la gente. Muchos considerarían que él tenía una ocupación deshonrosa trabajando para los gentiles. Sin embargo, Jesús se detuvo con él aquel día, porque Jesús no vivía por estereotipos. Él caminaba por revelación de Dios, y él sabía que Zaqueo no era una persona malvada, deshonesta y de corazón duro. Jesús sabía por revelación, que Zaqueo era un hombre maravilloso y honesto deseando escuchar la Palabra de Dios. Y las propias palabras de Zaqueo pusieron al descubierto esa revelación. ¡Imagínese la venida de Jesucristo a la casa de este hombre! Un hombre a quien nunca había conocido antes. Esto debió ser emocionante para Zaqueo. Una experiencia única en la vida. Versículo 9: Hoy ha venido la salvación a esta casa. ¿Por qué había venido la salvación a esa casa? Porque el salvador mismo estaba allí. Dondequiera que el salvador está, ahí hay salvación. Pero, ¿porqué la casa de Zaqueo? … por cuanto él también es hijo de Abraham. ¿Sabe usted lo que un hijo de Abraham es? Un creyente. Una persona que, cuando la Palabra de Dios se abre ante él, escucha esa Palabra y la cree*. Zaqueo no sólo era un descendiente sanguíneo de Abraham, él era un creyente. Jesús fue a casa con él, compartió su vida con él, y le enseñó la Palabra de Dios. La salvación llegó ese día a la casa de Zaqueo, porque un hijo de Abraham, un creyente, vino a conocer a Jesús, el Cristo. ¡Qué maravilloso registro en la Palabra de Dios. Luego viene la declaración de Jesús en el versículo 10, reprobando las murmuraciones habladas en el versículo 7. Versículo 10: Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Zaqueo nunca antes había tenido el privilegio de conocer a Jesús. Nunca antes había oído lo que usted y yo llamaríamos hoy “el mensaje de salvación”. Sin embargo, él quería ver a Jesús. Así que se subió en un árbol. Cuando Jesús lo vio, le dijo: “Zaqueo, baja, y voy a pasar algún tiempo en tu casa”. Ahí Jesús le enseñó la verdad de Dios, y Zaqueo creyó. Jesús dijo entonces que el Hijo del hombre, Jesucristo, había venido a salvar a aquellos que estaban perdidos. *Gálatas 3:7 Sabed, por tanto, que los que son de fe [creencia], éstos son hijos de Abraham.

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Jesucristo es un médico del alma. Un médico no es necesario cuando uno está sano. Jesucristo viene a buscar y a salvar, para dar plenitud a aquellos en necesidad espiritual. Él busca a aquellos que están perdidos, hombres y mujeres que necesitan al señor Jesucristo. Él no tiene ningún problema extendiéndose a usted y a mí, porque somos personas que él vino a buscar y a salvar. Hebreos 7:25 dice de Jesucristo “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios”. Jesucristo está siempre dispuesto a conocerle. Él conoció a Zaqueo, que había subido a un árbol para verlo. Dondequiera que haya hombres y mujeres que realmente quieren escuchar, Jesucristo siempre está ahí. No hay nadie tan abajo que los brazos del Todopoderoso no estén debajo de él. No hay nadie tan alto que los brazos del Todopoderoso no estén por encima de él. Y no hay otro que no sea Su Hijo, que puede salvar a la gente. Porque no hay otro nombre dado a los hombres, en que podamos ser salvos.* Damas y caballeros, lo que sea que ustedes tengan que hacer para conocer al señor Jesucristo, háganlo. A donde sea que ustedes tengan que ir para aprender acerca de él, háganlo. La única gran fuerza motora de su alma debe ser conocer a Jesucristo. ¿Quién es él? La única manera en que alguna vez sabrán quién es Jesucristo es viniendo a la Palabra de Dios. La Palabra nos da a conocer a Jesucristo. La Palabra nos dice quién es él. Es esta Palabra que ofrece el conocimiento de la salvación. ¿Qué es lo que usted necesita oír? La Palabra de Dios.** Jesucristo fue esa Palabra, la Palabra Viviente, que se encontró aquel día con Zaqueo en Jericó. Y esa Palabra trajo a Zaqueo a la gran realidad de ser un creyente, porque Jesús estuvo dispuesto a enseñarle, y Zaqueo fue manso para aprender. Si usted quiere experimentar la verdad de la Palabra de Dios, suba a lo alto en busca de la verdad. Dios siempre ha sido y siempre será buscado y encontrado por aquellos que están buscando a Jesucristo como su salvador y señor.

*Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. ** Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

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Capítulo Doce LA MARCA DE CALIDAD Como hijos de Dios e imitadores de Jesucristo, cada uno de nosotros queremos vivir una vida cristiana de calidad. El tipo de calidad que deseamos es la calidad definida por Dios que Él expone para nosotros en Su Palabra. Una vida cristiana de calidad es una vida llena de fruto. Es una vida llena de fruto espiritual. Gálatas 5 enumera el fruto del espíritu. Gálatas 5:22: Mas el fruto del Espíritu… El tema es “el fruto del Espíritu”. El fruto espiritual es el resultado de operar las manifestaciones del espíritu santo. Para entender esto, vamos a examinar la producción de un fruto natural. Tomemos como ejemplo las manzanas. Para hacer crecer una manzana, primero debe ser sembrada una semilla de manzana. Cuando los procesos de la vida en esa semilla comienzan a llevarse a cabo, brota un retoño y crece. Cuando el árbol alcanza la madurez, produce fruto, manzanas. Similarmente, si cada uno de nosotros va a tener el fruto del espíritu, hemos primero tener el espíritu, que es la semilla. Luego este espíritu debe ser cultivado por nuestro “caminar por el espíritu” al operar las manifestaciones del espíritu. El resultado final de la utilización de las manifestaciones del espíritu es el fruto espiritual. Ahora, ¿cuál es este fruto resultante? Hay nueve cualidades enumeradas como el fruto del espíritu en Gálatas 5. Gálatas 5:22-26: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos [zaÇ] por el Espíritu, andemos [stoicheÇ, procedamos] también por [a través del] el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. Nuestra marca o sello de calidad es que tengamos el fruto del espíritu manifestado en nuestras vidas. La marca de calidad es una vida llena de fruto espiritual, la cual es el resultado de caminar con las manifestaciones del espíritu. Ahora, yo no podría tener la marca de calidad si no tuviera a Cristo en mí. “Cristo en mí” significa que he nacido de nuevo de un nacimiento espiritual. Y ese nuevo nacimiento es la semilla. Esta es la nueva creación por el Espíritu de Dios. Sin embargo, esa semilla es simplemente potencial. Es el cultivar esa semilla que resulta en una vida de calidad. ¿Qué clase de vida está usted manifestando? ¿Qué hace usted en su andar? ¿Tiene usted la marca de calidad que la Palabra de Dios dice que debe tener como hijo o hija renacido de Dios? Gálatas 6 comienza a mostrar como luce este andar, cómo uno reconoce el fruto del 97

espíritu. Gálatas 6:1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Que los que son espirituales, ¿hacen qué? Restauran. No debemos derribar a los creyentes que están en una falta. La palabra “restaurar” básicamente significa “corregir”. Toda la Escritura es útil para enseñar, redargüir y corregir.* En este versículo, se nos dice que debemos restaurar a la persona que tiene una falta por medio de corregirle a él o ella con espíritu de mansedumbre. Debemos también entender lo que quiere decir en el versículo 1 con “vosotros que sois espirituales”. En el contexto de Gálatas 5:16-26, observamos cuando una persona anda por el espíritu y lleva así el fruto del espíritu. Entonces, aquellos que son “espirituales” deben tener la marca de calidad, deben tener una vida llena de fruto espiritual. Más luz puede ser encontrada en I Corintios 14 concerniente a aquellos que son “espirituales”. I Corintios 14:37: Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor. Es en esta sección de I Corintios 14 donde Dios ordena a los cristianos a hablar en lenguas. También les dice que en las reuniones de creyentes ellos deben interpretar su mensaje en lenguas y profetizar y operar todas las manifestaciones del espíritu decentemente y con orden de acuerdo a Su Palabra. Si somos espirituales, hemos de reconocer que estos son mandamientos del Señor; y si no somos espirituales, vamos a argumentar sobre ellos y a llegar a la conclusión de que no son mandamientos del Señor. Así que cuando Gálatas 6 habla de un hombre espiritual, esa persona espiritual (de acuerdo con I Corintios 14 y Gálatas 5:16-26) es aquel que reconoce y vive por las instrucciones escritas en las Epístolas a la Iglesia, que incluyen manifestar el espíritu santo y producir el fruto del espíritu. Gálatas 6:1 da instrucciones específicas con respecto a la persona que es espiritual. Dice que si usted es una persona espiritual, no derribará y dará un pisotón a una persona sorprendida en alguna falta. Si usted es una persona espiritual, corregirá a la persona con el espíritu de mansedumbre. La mansedumbre es un fruto del espíritu, demostrado al estar libre de una arrogante autonomía. ¿Por qué “restaurar”? “No sea que tú también seas tentado” a no caminar de acuerdo a la Palabra y quedar atrapado en alguna falta u ofensa.

*II Timoteo 3:16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”

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Este es un andar corrigiendo con mansedumbre. Es la actitud de una gentil corrección como la siguiente: “La Palabra de Dios dice esto. Y porque te amo, quiero que tengas lo mejor y yo sé que tu también quieres tener lo mejor, entonces estoy corrigiéndote”. Usted corrige y restaura así a un uno “que ha sido sorprendido en alguna falta”. Gálatas 6:2: Sobrellevad los unos las cargas [baros] de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Aquí está un versículo con el cual la gente tienen dificultad porque dice: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros”, y luego el versículo 5 dice: “Porque cada uno llevará su propia carga”. Esto suena como una contradicción. La dificultad está en la traducción. En el versículo 2 la palabra “cargas” es la palabra griega baros, que significa “una carga o presión que puede ser compartida o aligerada por otro”. Tenemos que ayudarnos unos a otros. Eso es el amor. Si usted restaura a alguien con mansedumbre, usted compartirá la Palabra de Dios con él o ella. Usted le ayudará a llevar su carga. Y mientras usted hace eso, estará cumpliendo con la ley de Cristo. ¿Cuál es la ley de Cristo? Muchas veces la gente habla de la ley de Cristo, pero no conocen el lado práctico de la misma. Cristo dio esta ley poco antes de su crucifixión. Juan 13:34: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. Cuando usted anda en la ley de Cristo, ya no solamente ama en respuesta a que alguien le esté amando. Usted ama a los demás como Jesucristo le ha amado. Estos son dos conceptos totalmente diferentes. Los creyentes han de amarse unos a otros con el amor de Dios, como Cristo nos ha amado.* El libro de Gálatas está dirigido a los creyentes, no a los no salvos, no a los incrédulos. Usted no puede restaurar a un incrédulo. Él necesita salvación, no restauración. Él tiene que nacer de nuevo. Pero nosotros, los que hemos renacido estamos para sobrellevar los unos las cargas de otros. Tenemos el privilegio de ayudarnos unos a otros siempre que podamos. Eso es lo que la palabra “cargas” en Gálatas 6:2 significa. Dice: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros”. No dice: “Piénsalo”. Dice: “Hazlo”. No le pide que lo lleve a cabo si es que a usted le gusta la manera en que luzco o la manera en que me peino. Dice que si yo soy su hermano, usted debería ayudarme a llevar mi carga. Y si usted es mi hermano o hermana, entonces de la misma forma es mi responsabilidad ayudarle en amor a llevar su carga. Gálatas 6:3: Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. * La epístola de I de Juan también nos dice esto. I Juan 4:20 y 21: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.”

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En el contexto todavía estamos hablando de llevar cargas. El versículo 3 se refiere a aquellos que sienten que son personas autosuficientes. Ellos sienten que no necesitan ayuda para llevar sus propias cargas, y, a la vez, ellos no ayudan a otros con las suyas. Eso es definitivamente contrario a la Palabra de Dios. Este tipo de persona nunca cumple la ley de Cristo. Una persona nunca es realmente autosuficiente. La Palabra dice que se engaña a sí mismo, porque él verdaderamente necesita creyentes que le ayuden a llevar sus cargas, baros. Versículo 4: Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro. Un hombre debe examinar su propia obra a fin de ver si ésta es la responsabilidad que le corresponde y si ha cumplido con su responsabilidad. Si lo ha hecho, entonces el versículo 4 dice que se gloriará sólo en sí mismo [o “se regocijará en sí mismo” como dice la versión King James en inglés], y no en una “carga” compartida con otro, como en el versículo 2. Versículo 5: Porque cada uno llevará su propia carga [phortion]. La palabra “carga” aquí es phortion, no baros. En el versículo 2, “cargas”, baros, es un peso que puede ser compartido. Esta “carga” en el versículo 5 es algo que no puede ser compartido con otra persona. Nadie más puede asumirla o ayudarle con ella. Esa es la diferencia en estos dos versículos. Dos palabras griegas totalmente diferentes se utilizan para estas dos situaciones completamente diferentes. Por ejemplo, hay algunas cosas en mi vida con las cuales otras personas me pueden ayudar. Pero también hay otros pesos en mi vida que solo yo tengo que llevar. Cuando otra persona puede ayudarme a llevar mis cargas, la palabra es baros. Pero en aquellas áreas donde nadie puede ayudarme a llevar mis cargas, o mis responsabilidades, la palabra phortion es aplicable. ¡La exactitud de la Palabra de Dios es asombrosa! No hay contradicción entre el versículo 2 y el versículo 5 de Gálatas 6. ¿No es maravillosa la exactitud de esta Palabra? Versículo 6: El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye. “El que es enseñado en la palabra…” La palabra “en” debe ser omitida. Y más correctamente diría: “Al que le es enseñada la Palabra…” “Palabra” es logos en griego, la misma palabra usada en Juan 1. “Haga participe” es “compartir con”, refiriéndose a apoyo material y financiero. “Al que le es enseñada la Palabra de Dios comparta con aquel que le enseña todas las cosas buenas”. Versículo7: No os engañéis… En otras palabras, no se deje engañar. Cuando una persona es engañada, el engaño tiene 100

que venir del adversario, porque él es el gran engañador.* Así que si usted está engañado, ha estado escuchando a la fuente equivocada, porque usted no puede ser engañado por el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios no engaña; Él alumbra. Versículo 7: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Una profunda y gran verdad que se encuentra aquí en la palabra “burlado”. Se trata de un orientalismo gráfico relativo a los insultos. En la cultura bíblica, si usted realmente quería insultar a alguien, usted le tocaría en la mejilla. No era una bofetada, sino sólo un toque en la mejilla con la mano izquierda, la mano de maldición. Esto era un gran insulto. Otra gran insulto era escupir en una persona. Y otro tipo de insulto era literalmente voltear o levantar la nariz. La palabra “burlado” aquí en Gálatas 6:7 es “levantar la nariz a alguien en señal de desprecio”. No os engañéis; Dios no es alguien a quien se le pueda levantar la nariz. En otras palabras, una persona no puede burlarse de Dios. El orientalismo enfatiza esto: sin ninguna sombra de duda, un hombre cosecha lo que siembra. No trate levantarle la nariz a Dios en señal desprecio, porque lo que realmente está en su corazón se manifestará, “pues todo lo que el hombre sembrare, esto también segará”. Si usted no lleva la carga de nadie más, nadie va a ayudarle a llevar la suya. Si yo soy su hermano y usted no está dispuesto a ayudarme aun cuando tiene la capacidad de hacerlo, usted le está levantando la nariz a Dios. ¿Cómo podemos decir que amamos a Dios cuando no nos tratamos los unos a otros como hermanos? Hacemos todo lo contrario. Esto es a lo que se refiere “todo lo que el hombre sembrare” en este contexto que está hablando de nuestro andar. La marca de calidad de un cristiano es que realmente ame a Dios y lo demuestre día tras día en su andar mientras siembra la buena semilla, como cuando restauramos a una persona sorprendida en alguna falta y compartimos las cargas de otros. Versículo 8: Porque el que siembra para su [propia] carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. “Sembrar” es plantar. Cuando yo le amo con el amor de Cristo, estoy sembrando. Cuando usted anda con el amor de Cristo, está sembrando. Y lo que siembra vuelve a usted, usted cosecha. Si usted siembra un infierno, eso es lo que va a regresar a usted. Si usted da amargura, eso es lo que va a recibir. Si usted da crítica, eso es lo que va a recibir. Si usted da el amor de Cristo, eso es lo que va a recibir. Usted cosechará lo que sea que esté dando. En el contexto, sembrar en el espíritu es caminar por espíritu santo. Esto habla de un andar. Versículo 8: … el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. *Apocalipsis 12:9:” Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”.

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“Segar vida eterna” va más allá que simplemente tener vida eterna. La vida eterna se obtiene por gracia, no por obras.* Es un regalo. Pero aquí en Gálatas 6 “vida eterna” está hablando de cosechar los resultados de nuestro andar, de nuestras obras. ¿Qué es segar? Segar es una recompensa. Cuando usted lleva su maíz al mercado, usted obtiene una paga por ello. Cuando usted trabaja un día o una semana en una fábrica, le pagan. La siega o cosecha es la paga. Entonces como creyentes que caminamos por el espíritu, también obtenemos nuestra paga. Pero ¿cuándo? “Vida eterna” muestra que la paga viene en dos formas, ahora mismo y continuará desde ahora por la eternidad. En su uso en el versículo 8, “vida eterna” incluye todos los beneficios de andar en la Palabra, ahora y por toda la eternidad. El cristianismo es tan dinámico porque no sólo tenemos el gozo de la vida abundante ahora, sino que tendremos toda la eternidad para disfrutar de los frutos de haber sembrado en el espíritu. Yo les digo a todos aquellos que no quieren aceptar al Señor Jesucristo y vivir en el camino de Dios, que no tienen ni idea de lo que se están perdiendo. Esta es la única vida de gozo y bendición y paz que hay. Mi amigo Rufus Mosely solía decir: “Este andar con Dios es tan fantástico que es el cielo de camino al cielo, incluso si no hubiera cielo cuando lleguemos allí”. Así que tome la decisión si va a caminar en el camino de Dios, el camino de Su Palabra, o si va a caminar en el camino del mundo. Cada hombre y mujer decide qué tipo de semillas él o ella quiere plantar. Versículo 9: No nos cansemos, pues, de hacer bien… Debemos caminar en la Palabra y caminar en la Palabra y caminar en la Palabra. No podemos cansarnos de hacer esto. Tenemos el gozo de vivir por la Palabra de Dios ahora, y tendremos el gozo de cosechar las recompensas de nuestro andar de calidad por toda la eternidad. Versículo 9: No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo [en el tiempo apropiado] segaremos, si no desmayamos. Dios dice que usted va a cosechar si no desmaya, si no se cansa de hacer el bien. Desmayar es renunciar y decir: “Oh, estoy tan cansado de ser bueno con la gente”. En ese momento perdemos la grandeza de sobrellevar los unos las cargas de los otros. La convicción en la Palabra de Dios debe estar en nuestras almas para servir incluso cuando nuestras emociones nos asedian para no servir. Versículo 10: Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. *Efesios 2: 8 y 9: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Romanos 6:23: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

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Hemos de hacer el bien a todos cuando se presente la ocasión, “según tengamos oportunidad”. El resto del versículo dice que debemos hacer el bien, “y mayormente a los de la familia de la fe”. Hemos de gastar o invertir nuestro tiempo, energía y recursos haciendo el bien a los creyentes. En contraste, no hacemos mal a nadie, sino que hacemos el bien a todo el mundo cuando tengamos la ocasión. Este es el epítome de una vida de calidad para un creyente. Esa es una vida llena de fruto espiritual. Pablo termina la epístola a los Gálatas, señalando las marcas físicas que él había recibido de los hombres.* Gálatas 6:17: De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús. La palabra “marcas” en el texto es la palabra griega stigma, el sello o marca de un esclavo. En el Este, cuando un esclavo era comprado, él tenía la marca de su amo, stigma, puesto en el lóbulo de la oreja o en la frente. Pablo utiliza figurativamente las “marcas” para demostrar que su amo, el Señor Jesús, fue dado a conocer por las características de calidad evidentes en su propia vida. El stigma no quiere decir que Pablo había sido marcado literalmente con un hierro de marcar. Una persona podría ser físicamente marcada por todo el cuerpo, pero eso no muestra o quiere decir que ame a Dios. Usted puede escribir en su frente: “Yo amo a Dios”, pero eso no significa que usted realmente ame a Dios. ¿Qué es lo que tiene usted en su interior? Pablo vivió por el espíritu y por lo tanto, manifestó el fruto del espíritu. Él vivió una vida de dedicación llena de amor y servicio. Por su denodado testimonio, Pablo fue arrojado en prisión y finalmente ejecutado, pero nunca renunció a la verdad de Dios o Su Palabra. Esa es una marca de calidad. ¿Qué tiene usted en su interior? ¿Cómo es que la nueva creación, el Cristo en usted, se manifiesta en el mundo de los sentidos? ¿Está usted dando fruto espiritual? ¿Sobrelleva usted las cargas de los demás? ¿Restaura con mansedumbre a aquellos que tropiezan? ¿Camina por el espíritu? ¿Es usted fiel a hacer el bien? ¿Hace el bien a todos, pero especialmente a los creyentes? Todas estas cosas le dan a usted la maravillosa marca de una vida de calidad, de una vida vivida para el Dios Todopoderoso. Debemos caminar de acuerdo a la Palabra de Dios; debemos permanecer comprometidos con Dios y Su Palabra. Parémonos firmes por la Palabra de Dios, con humildad, con amor, con fidelidad. Entonces nuestras vidas mostrarán claramente la marca de calidad. Cuando producimos en nuestras vidas esa marca de calidad, entonces estamos mostrando el sello distintivo de Dios. El más excelente sello distintivo de todos, está en nosotros. *II Corintios 11:23-27

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Capítulo Trece LA LUZ DE LA VIDA A través de la Palabra de Dios vemos la importancia de la luz, tanto de la luz física, como de la luz espiritual. En el primer capítulo del Génesis, cuando Dios estaba preparando esta tierra para nosotros, la primera cosa que dijo fue: “Sea la luz”. Génesis 1:3: Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y una de las últimas cosas que Dios revela en el libro de Apocalipsis también tiene que ver con la luz. El escenario es el nuevo cielo y la nueva tierra. Apocalipsis 22:5: No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. La grandeza de todo lo que Dios alguna vez hizo y de todo lo que Él hará entre el momento de Génesis 1:3 y Apocalipsis 22:5 es hacer la luz disponible para el hombre, porque Dios es Luz. I Juan 1:5: Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. A lo largo de Su Palabra está registrado que Dios es Luz. Ahora, ¿cómo puede alguien decir que tiene la luz si no conoce al Dios verdadero, la fuente de la luz? Nadie puede decir que tiene luz, hasta que conozca a Dios. Dios es luz, y si alguien alguna vez va a tener luz, tiene que tener una relación con Dios, debe conectarse con la fuente. Ya que Dios es Espíritu*, y por lo tanto no puede ser visto, la única manera en que nuestros sentidos pueden aprender acerca de Dios es yendo a Su Palabra escrita, que está en el reino de los sentidos. Si Dios es luz, Su Palabra es luz. La luz de la Palabra de Dios da a conocer a Dios Quien es Luz. Sin la luz de la Palabra de Dios, la gente nunca conocerá a Dios, y continuará caminando en oscuridad. Ellos pueden decir: “tenemos luz”, pero esto no puede ser verdad. El hecho de que alguien diga que tiene luz está a veces muy alejado de la realidad de que la tenga. I Juan 1:7: Pero si andamos en luz, como él está en luz**, tenemos comunión unos con otros… *Juan 4:24: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que [le] adoren”. ** El Manuscrito de 1850 (“thirteenth century”) omite las palabras “andamos” y “como él está en la luz”. Las palabras restantes permiten al verbo “andar” por elipsis: “Pero si [andamos] en luz, tenemos comunión”. El Manuscrito de 1851 (“tenth century”) dice:" Pero si andamos, como Él es, en la luz tenemos comunión”.

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Si yo vivo o “ando” en la luz, Dios y yo tenemos comunión. Si usted anda en luz, Dios y usted tienen comunión. Y mientras tenemos comunión con Dios, Quien es nuestra Luz, tenemos una vida llena de luz. Cuando los creyentes ven la grandeza de la luz de Dios y realmente la viven, sus vidas son bendecidas, sus familias son bendecidas, sus comunidades son bendecidas. Entonces cuando los creyentes se encuentran esparcidos por todo el mundo bendiciéndolo, el mundo ve la luz, porque Dios es Luz y Su luz está en los creyentes. II Timoteo 1:7: Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía [de miedo], sino de poder, de amor y de dominio propio. Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, “sino de poder, de amor y de dominio propio”. Dios hace a las personas poderosas, amorosas y con una mente sana. Dios hace ganadores, no fracasos. Dios está en el negocio de liberar a las personas, no de derrotarlos. Él da a la gente mentes sanas, mentes con juicio. Y nosotros, como gente de Dios que hemos recibido mentes sanas, debemos renunciar a nuestros antiguos caminos errados. II Corintios 4:1 y 2: Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso [a lo deshonesto y secreto]… ¿Sabe usted cuáles son las cosas vergonzosas y ocultas? Y estas no incluyen fumar detrás de un granero. Las cosas vergonzosas y ocultas son planes deliberados de personas para promover su deshonestidad con el fin de engañar deliberadamente a otros acerca de la Palabra de Dios. ¿Cómo alguien puede llegan a este lamentable estado? … no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios… Ellos caminan en una conducta inescrupulosa y falsificando la Palabra de Dios, éstas son las cosas ocultas y vergonzosas. Teniendo este ministerio, no desmayemos; no nos cansamos de nuestro privilegio y responsabilidad. Porque hemos recibido misericordia, hemos renunciado a lo oculto y vergonzoso y a falsificar o manipular la Palabra de Dios engañosamente. A causa de lo que Dios ha hecho por nosotros, limpiamos nuestras vidas y tratamos la Palabra de Dios con verdad. … sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. En vez de andar con astucia y manipulando la Palabra de Dios engañosamente, nos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana, en la creencia de lo que es 105

correcto. La conciencia no es más que patrones de hábitos de pensamiento que las personas establecen en sus vidas. Sus conciencias les molestan debido a un patrón de hábito que han establecido. Cuando usted se viste de la mente de Cristo y entrena su conciencia en la doctrina de la Palabra de Dios, entonces su conciencia le guiará con esa Palabra. La Palabra de Dios será el patrón de hábito para mantener su vida cotidiana en el camino correcto. Versículo 3: Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto. Este “evangelio” es el evangelio de la liberación de Dios. La palabra “encubierto” es “velado”. En una boda se puede decir que hay alguien bajo del velo de la novia, pero no es hasta que la novia llega al altar y que el velo se retira de su cara que se puede realmente ver el rostro. Así es el velo del evangelio entre los que se pierden. El evangelio está encubierto, velado a los perdidos. Ellos no pueden verlo lo suficientemente bien como para creerlo. El versículo 4 le dice quién es el responsable de este velo y quiénes son los perdidos. Versículo 4: En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos… Satanás ha cegado a aquellos que se pierden al mantenerlos lejos de la luz verdadera. Él está en el negocio de cegar el entendimiento de la gente, de esa forma ellos no pueden ver claramente la Palabra de Dios. Algunas veces, él demuestra su propia luz falsificada tan brillante que ciega a la gente, o, a veces él hace que todo lo contrario a la Palabra de Dios luzca seductoramente hermoso. Pero el gran propósito detrás de obras de Satanás es cegar a la gente y mantenerlos lejos de la luz verdadera. Versículos 4 y 5: … para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Satanás ciega los ojos de algunos que no creen, para que el Evangelio de Cristo no ilumine sus vidas. Versículo 6: Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo [“en la faz de”, es una figura de dicción que significa “a través de la obra que Jesucristo hizo”]. Nosotros somos la realidad viviente de la presencia del poder de Dios mientras procuramos dividir correctamente la Palabra y traemos a libertad a hombres y mujeres. Nosotros caminamos para que la luz de la gloria de Dios en nosotros pueda ser vista por los demás. 106

Ahora bien, esto no significa que estamos exentos de cometer errores. De hecho, la Palabra de Dios nos enseña que vamos a cometer errores. Pero cuando cometemos un error, no es de una forma deliberada o elaborada y astuta dividiendo mal la Palabra. Nuestros errores son simplemente una cuestión de falta de conocimiento o por no hacer lo mejor. Tal vez la próxima semana sabremos más de la Palabra de Dios, y luego vamos a cambiar. De esto es de lo que se trata la vida. Versículo 7: Pero [Porque] tenemos este tesoro [la luz del conocimiento de la gloria de Dios] en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, Este gran tesoro que tenemos es “la luz del conocimiento de la gloria de Dios”, de la cual se habla en el versículo 6. Este, que es el tesoro más valioso de Dios, se encuentra en vasos de barro. Estos “vasos de barro” son nuestros cuerpos. Tenemos este precioso tesoro en nuestros cuerpos físicos. Dios contrasta así de dramáticamente al vaso de barro con la excelencia de Su poder. ¡Qué contraste! Qué dinámica yuxtaposición o unión. Con este conocimiento de la gloria de Dios, podemos llegar al punto en la vida que confiamos totalmente en Dios para que cuide de nosotros y para que nos guíe. Nosotros proclamamos la grandeza de la Palabra a nuestros amigos, a nuestros seres queridos, y todos los demás con quienes entramos en contacto. A cada lugar que vamos, hablamos la Palabra. ¿O tiene usted algo mejor de qué hablar? No. Entonces, hable sobre lo mejor, la Palabra de Dios. Si hay algo que el mundo realmente necesita hoy, eso es la Palabra de Dios. La gente no necesita programas para recibir ayudas, no necesitan programas de rehabilitación, no necesitan armamentos. Ellos necesitan la Palabra. Todas estas cosas pueden tener alguna utilidad, pero sin la Palabra de Dios, la verdadera y básica necesidad del hombre, no puede ser satisfecha. Sólo la Palabra de Dios brinda verdadera satisfacción. Debemos pararnos firmes y proclamar Su Palabra. La luz de la gloria de Dios es el tesoro que tenemos y que queremos compartir. Sólo tenemos una vida por vivir y una vida para dar, y bien podemos dar nuestro mejor por Su máxima prioridad. Veamos un par de usos de la palabra “luz” en la Palabra, comencemos en Mateo 5 con el fin de obtener una mayor comprensión y apreciación de Dios como luz y de nosotros como Su luz en el mundo. Mateo 5:14-16: Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz [una lámpara] y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero [un pilar], y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz [no sus negativos, no sus dudas, no sus miedos, no sus preocupaciones] delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

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Nosotros somos la luz del mundo. Supongamos que no siempre vivimos de acuerdo a los caminos de la Palabra. Supongamos que no actuamos como hijos de luz. ¿Nos quedamos allí? No, regresamos a comunión con Dios* y regresamos a vivir Su Palabra e irradiamos Su luz. Juan 8:12: Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Jesucristo es la luz; él fue la Palabra de Dios encarnada. La persona que sigue a Dios en Cristo Jesús, no andará en tinieblas, sino que “tendrá [absolutamente] la luz de la vida”. Jesucristo es la luz; y usted es luz cuando vive la Palabra de Dios y testifica sobre ella. La gente debe hacer conexión con la luz de Dios a través de Su Palabra para tener vida. De lo contrario, están en oscuridad, muertos en delitos y pecados. Efesios 5:8: Porque en otro tiempo erais tinieblas [estabais ciegos], mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. Dios es Quien que nos ha librado de la ceguera. Él es Quien se llevó la oscuridad de nuestras almas. Dios es Quien nos ha hecho lo que la Palabra dice que somos. Debido a lo que Jesucristo hizo, andamos como hijos de luz, porque somos hijos de Dios. I Tesalonicenses 5, hablando de la venida de Cristo, contiene esta gran verdad. I Tesalonicenses 5:5: Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Así es. Ustedes no pertenecen a las tinieblas, ustedes no son de la noche. Ustedes son hijos de luz, ustedes son hijos del día. Y si la gente quiere ver la luz, ellos tendrán que mirarlos. Así que denles un poco de luz para que puedan ver, porque ustedes tienen el conocimiento de la Palabra para compartir con la gente, y esa Palabra es luz para ellos. Filipenses 2:13 y 14: Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones [sin quejas] y contiendas [sin discutir].

I Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.

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El texto dice literalmente: “Porque es Dios, Quien trabaja en ustedes”. Dios está trabajando dentro de usted. Murmurar o quejarse, es decir: “Mira, he sido testigo por tres días y no ha pasado nada”. ¿Acaso Dios ha muerto? ¿Recuerda usted a Noé? Él dio testimonio por algún tiempo, de hecho, ¡él testificó por 120 años! Y no se rindió. Si él se hubiera rendido a la revelación que Dios le dio, él se habría perdido aquel viaje en barco. A veces las personas tienen dificultad para pararse firmes por el Dios verdadero incluso momentáneamente. Usted no tendrá ese problema si conoce la Palabra y cree la Palabra. ¿Cuál es el resultado cuando usted no se queja o discute acerca de hacer la voluntad de Dios? Versículos 15 y 16: Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida… Usted brilla como luminar en el mundo. No ponga su luz que proviene de la verdad debajo de un almud. Camine en la luz. Hable acerca de ella. Este asido a la Palabra de Vida. La Luz de la Vida es la Palabra de Dios. La Palabra da luz, haciendo posible que hombres y mujeres renazcan del Espíritu de Dios, que sean llenos del espíritu santo, que caminen en la grandeza de la Palabra de Dios y brillen como luminares. Nosotros proclamamos esa Palabra de Vida. Dios nos ha llamado a ser Sus luminares, a irradiar Su Palabra en todo el mundo. Así que camine con la cabeza en alto y sus hombros atrás, camine con gozo en su alma, porque tiene la luz de Dios en usted. Donde quiera que usted esté, con Dios en Cristo en usted, ahí está ese resplandor, esa misma luz que brilla intensamente en usted. Levántese y manténgase erguido, no por lo que usted es, sino por lo que Dios le ha hecho ser. Usted tiene la luz de la vida que no puede ser extinguida y que necesita brillar en estos tiempos torcidos y perversos para atraer a la gente a la Luz.

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Capítulo Catorce VIVIFICADOS JUNTAMENTE CON CRISTO Mientras veo la Palabra de Dios creciendo en los corazones y las vidas de la gente, me siento inmensamente agradecido a Dios por Su bondad y Su gracia. A menudo pienso en cómo el apóstol Pablo debió haberse alegrado cuando viajaba y enseñaba la Palabra de Dios en el primer siglo. Yo, también me regocijo y estoy profundamente agradecido por todos aquellos que están parándose firmes por la exactitud e integridad de la maravillosa e incomparable Palabra de Dios. La Palabra de Dios da la misma vitalidad y entusiasmo a la vida en este momento como lo hizo cuando Jesucristo mismo caminó en esta tierra. Recordemos juntos el maravilloso registro en el Evangelio de Lucas que narra un incidente del día después de la resurrección de nuestro señor y salvador Jesucristo. Jesús, en el camino a Emaús, se unió a dos hombres que estaban discutiendo los sucesos recientes en Jerusalén. Después de caminar con estos hombres una cierta distancia, Jesucristo les relató información importante para ellos. Lucas 24:27 nos dice: “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”. Dios mío, cómo me habría gustado ser uno de esos dos hombres. ¡Acaso no sería emocionante tener la compañía de Jesucristo explicándole a usted las Escrituras que se refieren a él mismo, comenzando con Moisés y continuando a través del Antiguo Testamento! Después de que Jesucristo los dejó, estos dos hombres expresaron su gran emoción al exclamar: “¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”¿! No es esto hermoso!? Verá usted, cuando la verdad de la Palabra de Dios se abre ante nosotros, el interior de nuestros corazones cobra vida como carbones encendidos. La Palabra de Dios es tan apasionante, tan emocionante, tan inspiradora. El registro en Lucas 24 también dice: “Entonces les fueron abiertos los ojos” [de los dos hombres]. Esto es exactamente lo que ocurre con nosotros, también, cuando la Palabra de Dios nos es dada a conocer y es desplegada ante nosotros. Nuestros ojos necesitan ser abiertos del mismo modo que les fueron abiertos a esos dos hombres en ese camino a Emaús. Y es debido a que Dios tiene un gran cuidado e interés por aquellos de nosotros que estamos buscando saber más de Él, que Él está constantemente abriendo nuestros ojos, iluminando nuestras mentes y corazones y ampliando nuestra visión. Para ver el gran cuidado e interés de Dios por nosotros, necesitamos entender la verdad que se encuentra en el segundo capítulo de Colosenses. Comencemos con el versículo 1. Colosenses 2:1: Porque quiero [deseo] que sepáis [que sean plenamente conocedores de] cuán gran lucha [agÇn] sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro. 110

La palabra “lucha” es la palabra griega agÇn que se asocia en la literatura griega con los atletas que competían en los Juegos Olímpicos. Esta palabra agÇn significa “cuidado”, “interés”, “preocupación”. El mayor cuidado, interés y preocupación eran dados en el entrenamiento de estos atletas para que pudieran competir con su máximo potencial. El deseo de Pablo era que los creyentes de Colosas y Laodicea tuvieran el pleno conocimiento del gran interés que tenía para con ellos, incluso por los que nunca había visto en la carne. Este es el tipo de interés, cuidado y atención que debemos edificar en nuestras vidas los unos por los otros. Debemos tener una seria y fervorosa preocupación por la gente de Dios, incluso por aquellos que nunca hemos visto. Verá usted, si Cristo no se hubiera interesado por nosotros y no nos hubiera amado, nosotros no podríamos amar. Pero ahora somos capaces de amar. Dios nos amó cuando éramos indignos de ser amados, cuando estábamos muertos en delitos y pecados; y muchas veces nosotros también debemos amar incluso a quien no es digno de ser amado. A veces amamos debido a, y otras veces a pesar de, pero lo importante y necesario es que nos amemos los unos a los otros. Como creyentes renacidos que estamos llenos del poder de Dios y que creemos en la Palabra de Dios, usted y yo debemos satisfacer las necesidades de la gente hasta que ellos mismos aprendan cómo ir a Dios para ver que sus propias necesidades sean satisfechas. Permitimos que la gente se apoye en nuestra habilidad para manifestar el poder de Dios hasta que aprendan a manifestar el poder de Dios en sus propias vidas. Debemos tener gran amor e interés. Este segundo capítulo de Colosenses nos está diciendo que las cosas deben ser usadas y la gente debe ser amada. Podemos usar las cosas para avanzar hacia nuestros objetivos, pero nunca debemos usar a la gente. Considere esto: Si Dios pudo amarme tanto a través de Cristo Jesús brindándome la más alta salvación –a mí que estaba muerto en delitos y pecados y fui vivificado, y si Él arrojó todos mis pecados sin recordarlos más, ¿habrá alguna persona en este mundo que yo no pueda perdonar? Yo no tengo ningún problema perdonando a otras personas cuando considero la gran gracia con la que Dios me perdonó a mí. Y si usted realmente sabe lo que Dios hizo en Cristo por usted, entonces no tendrá ningún problema ayudando a otra persona para que Cristo pueda hacer el mismo trabajo de redención y sanidad para ellos. Esa es la ternura, ese es el cuidado que debemos tener por todas las personas en todas partes. El versículo 2 nos dice por qué tenemos que tener ese cuidado e interés por las personas. Versículo 2: Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo. Qué tremendo versículo de la Escritura. Una traducción ampliada de este versículo sería: “Tenemos este cuidado por las personas para que sus corazones puedan ser consolados y alentados, para que sean unidos en una mente, en un mismo espíritu para la gloria de Dios a 111

través del amor de Dios manifestado que ha sido derramado en nuestros corazones por el espíritu santo, con el fin de que utilicemos en conjunto, con plena convicción, lo que hemos aprendido a través de escuchar atentamente y reflexionar y meditar sobre la Palabra de Dios, con la meta final de conocer plenamente el Misterio de Dios (Quien es nuestro Padre) y de Cristo (quien es la cabeza de la Iglesia)”. Este deseo de consolar y alentar también fue la razón por la que Pablo envió a Timoteo a Tesalónica. Tesalonicenses 3:2: Y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros [alentaros] respecto a vuestra fe. Timoteo era el más leal, el más dedicado, la persona mejor equipada para que Pablo enviara a una situación como la que había en Tesalónica. Usted no habría enviado a su creyente menos cualificado; usted habría enviado lo mejor que tenía a una situación demandante, y lo que ocurría en Tesalónica era difícil. Así se llegó al acuerdo de que Timoteo, “nuestro hermano y un ministro de Dios”, era la persona adecuada para enviar a Tesalónica. Timoteo también era diligente, trabajador y conocedor de la Palabra de Dios. Estas fueron las cualificaciones necesarias. “…Para Confirmaros…” Verá usted, llegar a ser renacido es sólo el comienzo. Hay muchas personas en el mundo que han renacido del Espíritu de Dios, pero que no han tenido enseñanza, no se han establecido, no se han edificado en la profundidad de la Palabra de Dios en ellos. Es por eso que esta palabra “confirmaros” es tan significativa. Los renacidos necesitan ser confirmados (“establecidos”), lo que significa ser “fortalecidos”, “hechos firmes” hechos sólidos en la Palabra de Dios. “…Y exhortaros…” Confirmados y exhortados. Cuando la gente llega a ser sólida en la Palabra de Dios, la consecuencia natural es que ellos serán consolados. La palabra griega para “exhortaros” también significa “animar” y “consolar”. Timoteo estaba ahí tanto para establecerlos, como para exhortarlos y consolarlos. “Respecto a” es “para la ventaja y beneficio” de vuestra fe. Timoteo debía establecer y alentar a los tesalonicenses para que sacaran ventaja y provecho de su creencia, pistis. Pablo expresó esta misma exhortación a los colosenses. Colosenses 2:3-5: En quien [en el cual, habla del Misterio] están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe [creencia] en Cristo. 112

Pablo dice: “Tengan cuidado con las personas que buscan atraerles lejos de la Palabra de Dios, con aquellos que les mueven lejos de ella con palabras persuasivas. Por el contrario, sean consolados y exhortados sabiendo que hablo en lenguas por ustedes, y estoy gozoso por la firmeza de vuestra creencia”. Pablo siempre era bendecido cuando los creyentes eran fieles, como estos creyentes en Colosas y los de Tesalónica. I Tesalonicenses 3:6: Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros. Cuando Timoteo volvió a Pablo después de visitar a los creyentes en Tesalónica, él trajo “buenas noticias de vuestra fe [creencia] y amor [el amor de Dios en la mente renovada en la manifestación]”. Esta era la condición espiritual de los tesalonicenses. Estas fueron las personas por las que Pablo había estado grandemente preocupado, preguntándose si ellos, bajo la persecución y la constante aflicción, permanecían fieles. Y cuando Timoteo regresó, trajo buenas nuevas de su creencia y de su caminar con el amor de Dios en la mente renovada en manifestación. Su creencia y amor es el primer punto planteado en este versículo. El segundo punto en I Tesalonicenses 3:6 se refiere a su actitud. “…y que siempre nos recordáis con cariño…” La palabra “siempre” significa “de continuo”, no sólo los recordaban por un momento, sino continuamente. Ellos de continuo tenían buenos recuerdos de Pablo, de Silas y del resto de los creyentes, los mantenían en alta estima. El tercer punto de este versículo se refiere a su afecto mutuo. “…Deseando vernos, como también nosotros a vosotros”. La palabra “deseando” significa “anhelando con un deseo intenso”. Esto muestra el gran afecto de los tesalonicenses por Pablo. “…Deseando vernos, como también vosotros a nosotros…”. La palabra griega para “como” significa “así como” e indica el afecto mutuo de los unos por los otros, indica su mutuo deseo de reunirse los unos con los otros. La combinación “vosotros” y “nosotros” es usada cuatro veces en este versículo: Timoteo “volvió de vosotros a nosotros”, número uno; “nos dio buenas noticias de vuestra fe y de amor”, número dos; “nos recordáis con cariño”, número tres; “deseando vernos, como también nosotros a vosotros”, número cuatro. Cuatro veces estas palabras se presentan juntas en el mismo versículo. Tal aprecio mutuo: el amor, el deseo y el respeto deben mantenerse entre los líderes y entre los creyentes si ellos quieren que la grandeza de la Palabra de Dios realmente viva. I Tesalonicenses 3:7: Por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe. La palabra “consolados” aquí significa “alentados”. Hermanos, nos sentimos alentados 113

“por vuestra fe”, por su andar en creencia o a través de su andar en creencia. “Nos sentimos alentados, en nuestras aflicciones externas y en nuestras aflicciones causadas por otras personas, porque ustedes permanecen fieles”. Este mismo amor mutuo y fidelidad es lo que Pablo escribió en el segundo capítulo de Colosenses. Colosenses 2:6: Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él. “De la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad…” Aquí no dice que debemos relajarnos después de que hemos recibido a Cristo Jesús. Obviamente, ya que somos salvos y tenemos vida eterna, vamos a ir al cielo. Pero, ¿sólo de eso se trata la vida, de ser salvo y esperar el retorno de Cristo? De ningún modo. Ya que hemos hecho a Cristo Jesús nuestro señor, debemos andar en él. Y este es un andar minuto a minuto. ¿Y cómo andamos? El versículo 7 nos lo dice. Versículo 7: Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. “Arraigados…” Este es el aspecto número uno en nuestro andar. El creyente debe tener raíces. Jesucristo muestra la importancia de estar arraigado en Mateo 13. Mateo 13:20 y 21: Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. Este hombre escuchó la Palabra de Dios y tenía gran gozo por ello. Pero no tenía raíz, y por lo tanto su gozo duró sólo un rato. Cuando surgió un problema, inmediatamente tropezó, porque no tenía raíz. Entonces vemos que, con el fin de comenzar a caminar para Dios, tenemos que estar arraigados. De lo contrario, cuando alguien nos cuestione, o ataque la Palabra de Dios, no vamos a permanecer firmes por mucho tiempo. Algunas personas pueden preguntarle: “¿Qué sabes tú de la Palabra de Dios?” Ellos lo desafiarán diciendo: “¿Quién eres tú para hablar como un graduado de un seminario teológico? Seguramente ministros y teólogos saben más que tú”. La verdadera pregunta es: ¿Ellos conocen a Dios y Su Palabra mejor que usted? Ellos podrán ser más conocedores de Platón, de Aristóteles y Freud, pero ¿qué saben ellos de la Palabra de Dios? ¿Dónde se encuentran los tesoros del conocimiento y la sabiduría? ¡En la Palabra de Dios! Así que necesitamos estar enraizados en Su Palabra. Debemos llevar esa Palabra en nuestras mentes. Necesitamos leer la Palabra misma, escuchar cintas sobre la Palabra, leer todo lo que esté dividido correctamente conforme a la 114

Palabra, memorizar la Palabra. Tenemos que llegar a estar arraigados. Este es el aspecto número uno. Número dos, según Colosenses 2:7, tenemos que ser sobreedificados. Usted no puede tener un roble alto sin tener un sistema de raíces bien desarrollado. Ahora, ¿Cuál es el punto de tener raíces profundas en un roble, si el tronco, las ramas y ramitas no se desarrollan por igual? ¿Cuál es el punto de estar arraigados en la Palabra de Dios si no manifestamos nada más en nuestras vidas? Si usted como creyente nunca va más allá de simplemente echar raíces, ¿cuál será el provecho? Un creyente debe llegar a estar arraigado en la Palabra, pero después él o ella debe crecer y madurar, debe “ser sobreedificado” en el conocimiento y la sabiduría de la Palabra. Llegar a estar sobreedificados es el paso número dos. No solamente debemos estar arraigados y sobreedificados en Cristo, sino de acuerdo a Colosenses 2:7, también debemos estar confirmados en la fe. Un árbol confirmado o establecido es aquel que se encuentra en su punto óptimo de madurez. Está lleno de hojas y en floreciente plenitud. Similarmente, un creyente establecido es aquel que ha resistido la prueba del tiempo y ha llegado a la madurez, que está lleno de fruto. “Confirmados” en otras versiones se traduce “establecidos”. Aquel que está establecido está confirmado, está afianzado, asentado, es inamovible, seguro y firme. Bíblicamente hablando, estamos confirmados o establecidos cuando hemos crecido en Cristo al nivel en que estamos manifestando la grandeza de lo que Dios es. Cuando estamos llevando fruto. Cuando no somos llevados por doquiera de todo viento de doctrina. No estamos entusiasmados con el Señor un día y pesimistas y deprimidos al siguiente. Tenemos que llegar a estar establecidos en la Palabra de Dios al punto que nadie pueda movernos fuera de nuestro centro, justo como si nos hubieran vertido cemento alrededor de nuestros pies, de los tobillos, y nos quedáramos quietos hasta que el cemento haya fraguado. Simplemente no podemos flaquear en la Palabra de Dios. Debemos estar arraigados, edificados y establecidos. Esto es lo que se requiere minuto a minuto y año tras año para que seamos representantes para Dios. Este es el andar requerido. De esto estamos hablando. Quiero que observe ahora a dos grandes representantes de Dios de los que habla Hechos 16. Hechos 16: 4 y 5: Al pasar por las ciudades [Pablo y Timoteo], les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen. Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y [mientras ellos eran establecidos y confirmados, ellos] aumentaban en número cada día. Como dice aquí de Pablo y Timoteo, así debería ser con usted mientras madura como creyente: Las iglesias serán establecidas y el número se incrementará cada día. Y de nuevo en I Corintios 3 observamos a dos hombres que fueron confirmados. 115

I Corintios 3:6: Yo [Pablo] planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. I Corintios 3:6 dice que en Corinto, Pablo había plantado la semilla de la Palabra de Dios y Apolos la había regado, pero ¿Quién dio el crecimiento? Dios. ¿Quién va a plantar y a regar hoy? Creyentes que anden en la Palabra y que hablen la Palabra de Dios. Y mientras andamos, Dios da el crecimiento a las semillas que plantamos y regamos. Colosenses 2:7: Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Sólo hay una manera para que las personas comiencen a estar arraigados y sobreedificados y confirmados, y esta es que alguien les enseñe. Así que, con el fin de conseguir que la gente sea arraigada, sobreedificada y confirmada, usted necesita enseñar como ha sido enseñado. “Abundando en acciones de gracias”. Las acciones de gracias y “agradecer mientras vivimos” van de la mano. Sus acciones de gracias a Dios causan su actuar en gratitud. ¡Viva la Palabra con acción de gracias y con gozo! No puede usted esperar ser un testigo eficaz para Dios a menos que viva Su Palabra. No puede solamente hablar la Palabra; usted tiene que vivir los principios de la Palabra o no va a permanecer. Ahora, el versículo 8 de Colosenses 2 comienza con una seria advertencia: “Mirad”. Usted tiene que mirar o tener cuidado (ser avispado) con la finalidad de mantener su caminar en Cristo Jesús. Versículo 8: Mirad que nadie os engañe [sulagÇgeÇ] por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. “Mirad que nadie os engañe…” “Engañe” es sulagÇgeÇ, que significa “que seamos llevados como una presa o botín”. No permita que el adversario le lleve lejos como un botín de batalla. No son las manzanas podridas o estropeadas las que el devorador está buscando. Son las buenas manzanas de las que busca apoderarse el enemigo. El adversario dedica sus mejores esfuerzos para evitar que usted sea un denodado testigo para Dios. El adversario no está interesado en aquellos que están sin Dios; él está interesado en conseguir a la gente que ama a Dios y en llevarlos como un botín. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías…” La filosofía es la sabiduría del mundo. Hay una gran cantidad de hombres y mujeres que son tremendamente entusiastas con la sabiduría del mundo; pero nosotros sabemos por la Palabra de Dios que la verdadera sabiduría y el conocimiento provienen de Dios. Los verdaderos tesoros de la sabiduría y el 116

conocimiento se encuentran en Dios, no en la sabiduría mundana. Así que tenga cuidado, porque usted va a ser confrontado con la sabiduría del mundo. La siguiente cosa con la que hay que tener cuidado es con las “huecas sutilezas”". “Huecas” es “vacías” en el griego “sutilezas” son “tergiversaciones”, en otras palabras, manipulaciones intencionales. “Filosofías” y “huecas sutilezas” están unidas por la conjunción “y” porque estas dos van de la mano. Ambos inflan el ego. Ellas son “según las tradiciones de los hombres”. Para ver el contraste entre la grandeza de Dios y las tradiciones de los hombres, vamos a Mateo 15. Mateo 15:1 y 2: Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Los escribas y fariseos, que formaban parte de la jerarquía del Templo, confrontaron a Jesucristo con el problema que sus discípulos estaban causando al no lavarse las manos antes de comer. Lavarse las manos antes de comer era una “tradición de los ancianos”. Versículo 3: Respondiendo él [Jesucristo], les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Así que la tradición puede y a menudo transgrede el mandamiento de Dios. ¿Y cuál de los dos es más importante, la tradición de los ancianos o los mandamientos del Señor? La respuesta es obvia. En el versículo 6 de Mateo 15 Jesús concluye: “Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición”. Cuando la tradición toma preeminencia sobre la Palabra de Dios, los mandamientos de Dios se vuelven ineficaces. Entonces Jesús dijo a la gente en el registro de Mateo 15: “Hipócritas”. ¿Le sorprende que Jesús dijera algo tan duro? ¿Él no amaba a la gente? Ciertamente lo hizo; sin embargo, él llamó a estas personas hipócritas. ¿Recuerda el “mirad” de Colosenses 2:8? Usted debe ser consciente, debe estar alerta de los trucos de la tradición. Mateo 15:7 y 8: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. “Este pueblo de labios me honra…” Ellos podían decir las palabras correctas, “pero su corazón está lejos de mí”. ¿Eran religiosos? ¿Eran sinceros? Ciertamente lo eran. Pero ser religioso o sincero no es garantía de la verdad. Dios no mira las apariencias; Él ve en el corazón, y “su corazón está lejos de mí”. 117

Versículo 9: Pues en vano me honran [adoran], enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. El pueblo al que Jesús se dirigía, ¿adoraba? Oh, sí. Tenían velas, tenían el altar debidamente organizado, llevaban el atuendo correcto, oraban en el momento adecuado, la introducción con el órgano era melodiosa, y los salmos eran leídos con la inflexión o tono adecuado. Todo lucía muy bien, excepto por una cosa: su corazón estaba lejos de Dios. Por lo tanto, ellos adoraron en vano. Entonces ¿qué enseñaban ellos con el corazón tan lejos de Dios? Enseñaron los mandamientos de los hombres como su doctrina, y no la Palabra de Dios. Por lo tanto Colosenses 2:8 dice: “Cuídate de no ser tomado como botín por la sabiduría del mundo, por tergiversaciones o manipulaciones intencionadas según la tradición de los hombres, de acuerdo a los principios del mundo, y no según Cristo”. Colosenses 2:9: Porque en él [en Cristo] habita corporalmente toda la plenitud [lleno a capacidad] de la Deidad. Note la palabra “Deidad”. Este versículo exactamente dice: “Porque en Cristo habita toda la plenitud de Dios Quien es la cabeza”. Y sólo hay una cabeza: Dios. Hay dos dioses, pero sólo hay una cabeza de todo, y ese es Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. El otro dios es el dios de este mundo, y ciertamente él no es la cabeza. Jesucristo fue la primera persona que se menciona en la Palabra de Dios que tuvo sin medida todo lo que Dios podría hacer disponible en ese momento. Toda otra persona a la que Dios había puesto de Su espíritu, se le dio el espíritu con medida, con una cantidad específica. Mire Juan 3. Juan 3:34: Porque el que Dios envió [Jesucristo], las palabras de Dios habla; pues Dios no [le] da el Espíritu por medida. “…Pues Dios no [le] da el Espíritu por medida…” Jesucristo entonces pudo operar al máximo todas las manifestaciones del espíritu disponibles a él: profecía, palabra de ciencia, palabra de sabiduría, discernimiento de espíritus, fe (creencia), milagros y dones de sanidad. Sin embargo, hubo dos manifestaciones que él no tenía: hablar en lenguas e interpretación de lenguas, ya que no estuvieron disponibles hasta Pentecostés. Es por eso que toda la plenitud de Dios, la máxima plenitud que estaba disponible, moraba en Cristo. La “plenitud de Dios” es todo lo que Dios puede hacer disponible. Hoy tenemos la plenitud de Dios en nosotros y podemos operar las nueve manifestaciones. Jesucristo pudo operar sólo siete. Todo lo que Dios podría hacer disponible en ese momento, Jesucristo tuvo. Colosenses 2:10: Y vosotros estáis completos en él [en Jesucristo], que es la cabeza de todo principado 118

y potestad. “Y vosotros estáis completos…” Si le faltara un poco de algo, usted no estaría completo. Y usted está completo por lo que Dios hizo en Cristo Jesús nuestro señor y salvador. Y si Cristo es la cabeza y usted tiene a Cristo en usted, eso pone a Satanás justo debajo de sus pies. Usted pertenece a Dios, y Satanás no tiene absolutamente ningún derecho sobre usted o sobre sus hermanos y hermanas cristianos. Usted puede apagar todos los dardos de fuego del adversario porque tiene más poder de lo que él tiene. Efesios 1 corrobora esto: Efesios 1:3: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda [con cada] bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Dios le ha bendecido con toda bendición espiritual y le ha hecho completo en Cristo. Dios estaba en Cristo y Cristo está en usted. Dios en Cristo en usted le hace completo en él. Usted está completo en él con toda bendición espiritual. Colosenses 2:10 además dice: “…que es la cabeza de todo principado y potestad”. Estamos completamente completos en Cristo, que es la cabeza sobre todo principado y potestad. Ahora considere esto: Si Cristo es la cabeza de todo principado y potestad, y si usted está completo en Cristo, usted es poderoso, ¿no es usted es más que vencedor? Dios en Cristo en usted le da el poder de manifestar la vida más abundante porque usted está sobre todo principado y potestad.* Colosenses 2:11: En él [en Cristo] también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo. El pacto de la circuncisión fue un pacto de sangre. Dios le dijo a Israel: “Mira, tú eres mío; Yo te protegeré. Tú has dado tu sangre. Tenemos un pacto, y no voy a romper el pacto de sangre”. Mientras Israel caminó en los mandamientos de Dios, no hubo literalmente nadie que pudiera perjudicarlo. Pero Colosenses 2:11 dice que fuimos circuncidados con circuncisión no hecha a mano, esta circuncisión consiste en que fuimos despojados del cuerpo de pecado de la carne.

* Efesios 6:12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad [espíritus malignos] en las regiones celestes [de lo alto]”. Los creyentes renacidos no tenemos lucha contra sangre y carne, es decir, contra las personas; nosotros luchamos sólo contra un poder espiritual. Tenemos que hacer frente a las causas y no a los síntomas. Y las causas de los problemas son los principados, poderes, espíritus malvados de lo alto. Y puesto que Cristo es la cabeza de todo principado y potestad, y tenemos a Cristo en nosotros, somos más poderosos que Satanás y usted puede triunfar sobre él y sobre el poder que él ejerce.

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Nuestra circuncisión es que hemos sido librados del cuerpo de pecado de la carne. El cuerpo de pecado de la carne fue circuncidado de nosotros porque Cristo llevó nuestros pecados. Fue el acto de Cristo, y no el nuestro, que nos colocó en el pacto de sangre. Hemos visto tan poco de esta Palabra y la grandeza de lo que tenemos en Dios en Cristo, y el privilegio que tenemos de compartirlo. Versículo 12: Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. “Sepultados con él en el bautismo…” ¿Sabe usted lo que es el bautismo? La sepultura de Cristo. Con frecuencia el bautismo no se refiere a estar inmerso en agua. “Bautismo” significa “purificar o limpiar”. En este contexto es ir a la tumba con Cristo. Cuando él estuvo allí, nosotros estuvimos con él. “Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él…” No sólo fuimos circuncidados en su crucifixión y bautizados en su muerte, sino que cuando Dios resucitó a Cristo, nosotros fuimos levantamos con él. Usted y yo fuimos resucitados con Cristo. “Resucitados con él, mediante [a través de] la fe [creencia] en el poder [energeia, energía] de Dios que le levantó de los muertos”. Cuando Cristo se levantó, nosotros fuimos levantados con él. Jesucristo creyó que Dios le levantaría de entre los muertos, y nosotros creemos lo mismo. Esa es la creencia de Colosenses 3:12. Efesios 1 añade aún más conocimientos a esto. Efesios 1:18-23: Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Entonces Colosenses 2 dice que fuimos circuncidados, sepultados y resucitados con Cristo Jesús; y Efesios 1 dice que ascendimos con él y que estamos sentados con él. ¡Estamos completamente, absolutamente completos! Estamos equipados; es algo que ya tenemos. No por lo que somos en nosotros mismos, sino por lo que Dios hizo en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y le sentó a Su diestra. 120

Cuando Jesucristo fue levantado, fuimos levantados con él; cuando él ascendió, ascendimos con él; cuando se sentó a la diestra de Dios, nos sentamos con él. Todo ha sido cumplido. Colosenses 2:13: Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados. “Y a vosotros, estando muertos en pecados…” Usted ya no está muerto en pecados, pero ha muerto a ellos. Usted estaba muerto en sus pecados antes de renacer. Pero cuando usted renació del Espíritu de Dios con Cristo en usted, llegó a estar muerto a esos pecados. Cada uno de nosotros nacemos en esta vida natural muertos en delitos y pecados, y la única forma en que Dios puede levantarnos, es al confesar con nuestra boca al Señor Jesucristo creyendo que Dios lo resucitó de entre los muertos, como Romanos 10: 9 y 10 nos instruye. Es entonces que se nos da la remisión del pecado y Dios pone Su espíritu en nosotros, que es Dios en Cristo en usted, el cual es vida eterna. Ya no estamos más muertos en nuestros delitos y pecados, y en vez de eso llegamos a estar muertos a nuestros delitos y pecados. Después de que Dios perdona todos los pecados, Colosenses 2 explica además lo que Él hace con todas las acusaciones que estaban en contra de nosotros. Versículo 14: Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz. Me pregunté el significado de este versículo durante quince o veinte años, dándome cuenta de que no lo entendía. También tuve un problema con Isaías 40. El versículo 1 dice: “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios”. La palabra “consolaos” aquí significa aliviar a la gente, darles paz y serenidad. Pero el segundo versículo de Isaías 40 continúa: “Hablad al corazón de Jerusalén [la gente de Dios]; decidle a voces que su tiempo [el tiempo señalado] es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados”. “…Consolaos, consolaos, pueblo mío… Hablad al corazón de Jerusalén…” Diles que Dios va a doblar sus pecados. Ahora ¿cómo podría consolar a alguien si van a recibir el doble por sus pecados? ¡ Eso no tiene sentido! El Obispo K.C. Pillai finalmente me explicó lo que es el “doble” por los pecado de Isaías 40, y entonces entendí la frase “anulando el acta de los decretos” de Colosenses 2:14. En los tiempos del Antiguo Testamento una parte del sistema judicial eran los ancianos en la puerta. Estos eran hombres mayores, experimentados y sabios en los asuntos humanos. Ellos eran seleccionados entre los hombres más destacados de la comunidad y eran conocidos por su honestidad y buen juicio. Una persona que llegaba a ser un anciano en la puerta era tenida en alta estima. Era responsable de hacer juicios racionales y decisiones con respecto a conflictos de cualquier tipo. Estos ancianos en la puerta eran 121

requeridos para “sentarse” en ciertos momentos señalados, y si los habitantes de la ciudad tenían conflictos o problemas, los presentaban en esos momentos. Disputas y problemas civiles eran resueltos de esta manera. Ahora, supongamos que un israelita se declaraba en bancarrota. Él tendría que informar a los ancianos en la puerta. Los ancianos harían una declaración de quiebra en la que se hacia una lista de todo aquel a quien el deudor debía dinero. Cuando los ancianos habían terminado de escribir a todos los acreedores, clavaban esta notificación de quiebra en las puertas de la ciudad. Era publicado como un recordatorio constante al público del dilema y la vergüenza del deudor. Día tras día este aviso se colgaba en la puerta de la ciudad hasta que se pagaban todas las deudas. En cualquier momento mientras permanecía esa publicación de la deuda, una persona podía venir y actuar como un benefactor. Él podría caminar en las puertas y leer el aviso de bancarrota. Quizá él conocía al deudor o era de su familia. Así que el benefactor iría a ver a los ancianos en la puerta y diría: “Quiero pagar en su totalidad todo lo que se debe y es contrario a este deudor”, y luego él pagaría las deudas. Entonces, ¿qué hacían los ancianos en la puerta con la notificación de bancarrota? La bajaban y la “doblaban”. Eso significa que ellos ocultarían el registro para que nadie pudiera ver la deuda escrita dentro y nadie podía ver ya lo que hubo en contra del deudor. Entonces los ancianos hacían otra cosa. Ellos escribían el nombre del ex deudor en el exterior de este documento doblado, y una vez más tomarían la hoja doblada y la clavarían a la puerta de la ciudad. Así todo el mundo sabría que todas las deudas, todo lo que era contrario al deudor o en contra de él, habían sido completamente pagado. En Isaías 40, Israel tenía sus pecados doblados. “Consolaos, consolaos, pueblo mío… porque doble han recibido… por todos sus pecados”. Un benefactor, llamado, el Señor Dios, pagó por sus pecados y les dio un documento limpio y doblado en las puertas. Similarmente, Colosenses 2:14 dice: “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz [la cruz de Jesucristo]”. Jesucristo, que no conoció pecado por nosotros Dios lo hizo pecado para que pudiéramos ser justicia de Dios en él. Él pagó nuestra deuda, y entonces Dios dio un paso todavía mejor y la borró. Él borró completamente esas cosas que estaban en contra de nosotros, porque Jesucristo pagó el precio en la cruz. Por lo tanto, no hay ningún registro de lo que había en contra de nosotros, todas las deudas han sido pagadas. Jesucristo tomó el oprobio que estaba en contra de nosotros, y fue clavado en su cruz. Isaías 53:6 dice: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas [pero] Jehová cargó en él [en Jesucristo] el pecado de todos nosotros”. Colosenses 2:15: Y despojando [apekduomai] a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Esta palabra griega para “despojado” significa “habiendo arrojado de sí mismo”, habla de lo que él cargó o llevó por nosotros. El que no conoció pecado, fue hecho pecado por 122

nosotros. Luego arrojó de sí mismo los pecados, que eran los principados y potestades. Él hizo una demostración pública de los principados y potestades, triunfando sobre ellos cuando Dios lo resucitó de entre los muertos.* Ahora viene más información importante que los creyentes deben tener en cuenta. Versículos 16 y 17: Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. No le permita a nadie que lo juzgue en virtud de la ley del Antiguo Testamento, porque no está más bajo la ley del Antiguo Testamento; usted pertenece al Cuerpo de Cristo durante la Era de la Gracia. La ley del Antiguo Testamento era sólo una sombra de la ley mayor del espíritu de vida en Cristo Jesús, que ahora está en vigor. Versículo 18: Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal. “Nadie os prive de vuestro premio…” Las palabras “os prive” significan “os estafe”. La salvación es por gracia y las recompensas son por mérito. No permita que nadie le prive de su premio, por medio de envolverle en sus rituales religiosos, poniéndolo bajo la tradición de los hombres, y sintiéndose orgulloso de ello, vanamente hinchado. Versículo 19: Y no asiéndose de la Cabeza [¿quién es la cabeza? Jesucristo], en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose [vinculándose] por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. La expresión “unidos” en el versículo 2 de Colosenses 2, “para que sean consolados sus corazones, unidos en amor”, es repetida aquí. Debemos sujetarnos fuertemente a la cabeza, sabiendo que todo el cuerpo, siendo nutrido y ministrado por las coyunturas y ligamentos, crece. Ministramos la Palabra de Dios los unos a los otros y así, el Cuerpo de Cristo es nutrido y va creciendo. Cada creyente es parte de ese cuerpo, y cada uno de nosotros avanza, va hacia adelante para ministrar. Recibiendo nutrimento, estamos unidos en el Cuerpo con cada ligamento y coyuntura y podemos permanecer juntos y contribuir. Un creyente puede ser muy fuerte en un área práctica, y otro será muy fuerte en alguna otra área; nos complementamos y apoyamos los unos a los otros. Eso es estar unido entre sí.

*Efesios 4:8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres”.

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Esto requiere todas las partes del cuerpo, cada uno llevando a cabo su propia función única, para que el cuerpo funcione correctamente. I Corintios 12:21 expresa esta imagen tan claramente: “Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros”. Alguien tiene que ser ojo, otra persona la muñeca, o el dedo pulgar o el dedo índice. ¿Qué pasaría si todos fuéramos la misma parte del Cuerpo? Puede que nunca haya tenido aprecio particularmente por mis dedos hasta que uno de ellos me duela. Es notable que cuando me golpeó el pulgar con un martillo, todo mi cuerpo siente el impacto. Antes de golpearlo, ni siquiera estaba consciente de que tengo un pulgar. Y no solo duele por un momento, sino por algún tiempo después. El Cuerpo de Cristo es así. Si un miembro es herido, todos sufrimos. Todas las partes en el Cuerpo espiritual son interdependientes al igual que en el cuerpo físico. Los miembros actúan en diferentes y variadas capacidades en el Cuerpo. Pero cada uno somos sólo una parte de ese Cuerpo, y cada uno debe hacer su trabajo a la medida de sus posibilidades, para que todo el Cuerpo pueda funcionar eficazmente. Si alguien no funciona en su llamado, el Cuerpo como una unidad está herido. Cada miembro en particular es importante. Y cuando cada miembro está funcionando, el Cuerpo crece con el crecimiento que da Dios. Este es un crecimiento dinámico. Colosenses 2:20: Pues si [ya que] habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos [sistemas, principios] del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos Si hemos muerto con Cristo a los rudimentos del mundo, ¿por qué nos permitimos a nosotros mismos ser sujetos a ellos de nuevo? ¿Por qué, como si viviéramos en el mundo, estamos dogmatizando de nuevo ordenanzas? ¿De qué tipo de ordenanzas está hablando? La Palabra de Dios va a explicar esto. Versículos 21 y 22: Tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Estas ordenanzas dogmáticas son “mandamientos y doctrinas de hombres”. El “no manejes, ni gustes, ni aun toques” son tipos de ordenanzas hechas por el hombre corrupto. ¿Por qué entonces deberíamos someternos a aquellas normas que son mandamientos y doctrinas de hombres? ¿Recuerda Mateo 15? Los fariseos enseñaban “como doctrinas mandamientos de hombres”. Cuando adoramos de acuerdo a los mandamientos y doctrinas de los hombres, ¿qué tipo de adoración es? Vana. Lo dice en Mateo 15:9: “En vano me honran [adoran]”. Colosenses 2:23: 124

Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. Las ordenanzas del hombre “tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría”. Pero ese tipo de sabiduría es la sabiduría del hombre natural que, cuando la estudiamos anteriormente, la encontramos de muy poco valor, porque el verdadero conocimiento y sabiduría vienen de Dios. Las ordenanzas del hombre y los rituales religiosos no “no tienen valor alguno contra [hacia] los apetitos [pl‘smon, satisfacciones] de la carne”. Las ordenanzas del hombre y los rituales religiosos no tienen ningún valor contra los apetitos de la carne. Colosenses 3:1: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Si, pues, habéis resucitado con Cristo…” Se nos dijo en Colosenses 2:12 que cuando él se levantó, nosotros fuimos levantados con él. ¿Recuerda? “Si [ya que], habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”. Busque las cosas de Dios; y no siga después los rudimentos del mundo. Versículo 2: Poned la mira [phroneÇ, la mente, verbo] en las cosas de arriba, no en las de la tierra. “Poner la mente en las cosas de arriba”, es como dice el texto. Esto significa absolutamente hágalo. Usted pone su mente en las cosas de arriba. Ponga la Palabra de Dios en su mente, y verá la grandeza de Dios en Cristo en usted. “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”, porque esas cosas que vemos con nuestros sentidos son temporales; pero lo que vemos espiritualmente, que es Dios en Cristo en nosotros, es eterno. Damas y caballeros, el mundo exterior nunca verá la grandeza en su vida hasta que vean al Cristo en usted. Ellos leerán su vida antes de que alguna vez lean la Biblia, se lo garantizo. Tienen que verla viviendo en usted primero. Seamos epístolas vivientes, conocidas y leídas por todos los hombres. Debemos vivir la Palabra y dejar que nuestra luz brille ante los hombres. Versículos 3 y 4: Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. “Cuando Cristo, vuestra vida....” Cristo es nuestra vida. Esta es la única cosa que tenemos. Estamos muertos a este mundo, pero vivos en Cristo. Él es ahora mismo nuestra vida. Él es nuestra vida. Y él ya está sentado a la diestra del Padre, y él va a volver por 125

nosotros. Eso es lo que Colosenses 3: 4 dice. “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”. Cuando Cristo se manifieste, ¡seremos manifestados con él! No conozco nada más emocionante y alentador que un andar triunfal, que vivir en desbordante exuberancia con la mira de ser manifestados con Cristo en gloria. No conozco otra manera más grande de alentar a la gente de Dios a vivir en un andar constante día tras día. Y porque estamos arraigados y sobreedificados en Cristo, porque vivimos la Palabra de Dios, porque hemos dejado este mundo con sus rudimentos y su sabiduría atrás, porque somos el Cuerpo de Cristo donde cada uno de nosotros tiene una función específica, porque estamos completamente completos en Cristo Jesús, por todas estas razones y más, según lo que hemos visto en Colosenses 2 y 3, deseamos caminar para Dios como creyentes maduros que abundan en de acción de gracias y que agradecen mientras vivimos. Oh, qué vida tenemos, que privilegio, ¡qué gozo es servir al Señor Jesucristo! Hemos sido vivificados juntamente con Cristo. Estamos completamente completos en él, y tenemos la habilidad y la autoridad de permanecer firmes con él y los unos con los otros. Esperamos expectantes el día en que seamos manifestamos con El en gloria. Es por eso que nuestros corazones son consolados. Esta es la razón por la que estamos unidos en amor en esta extraordinaria familia de Dios.

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Acerca del Autor Victor Paul Wierwille ha pasado muchos años buscando esclarecimiento de la Palabra de Dios por medio de hombres de Dios diseminados a lo largo del continente. Su trayectoria académica después del colegio secundario continuó en el Colegio y Seminario “Mission House” (Lakeland), donde recibió sus diplomas universitarios en Artes y en Divinidad. El Dr. Wierwille estudió en la Universidad de Chicago y en el Seminario Teológico de Princeton, donde recibió el diploma de Maestro de Teología en Teología Práctica. Tiempo después completó su trabajo para graduarse como Doctor en Teología. Durante 16 años el Dr. Wierwille sirvió como pastor en el noreste de Ohio. Durante estos años escudriñó la Palabra de Dios para obtener claves para un vivir abundante y victorioso. El Dr. Wierwille visitó a E. Stanley Jones y estudió su programa “Ashram”. Hombres tales como Glenn Clark, Rufus Mosley, Starr Daily, Albert Cliff, el Obispo K.C. Pillai y otros, fueron huéspedes de la congregación local del Dr. Wierwille. Karl Barth de Suiza fue su amigo y consultor, y también George M. Lamsa, el erudito arameo, así como otros eruditos europeos y del lejano oriente. Con estos hombres el Dr. Wierwille buscó entendimiento bíblico. En 1953 comenzó a enseñar clases sobre Poder Para la Vida Abundante. Estas sesiones concentradas están específicamente orientadas hacia revelar la Palabra de Dios como la voluntad de Dios, y contestar preguntas cruciales acerca del espíritu santo y su actual disponibilidad y eficacia en las vidas de los creyentes. El conducir a hombres y mujeres de todas partes del mundo a recibir la vida más abundante, rápidamente absorbió todo el tiempo disponible del Dr. Wierwille, de manera que se hizo necesario que renunciara de su posición de pastor local. Por veinte años el Dr. Wierwille ha dedicado toda su energía a enseñar la exactitud de la Palabra de Dios al establecer el Centro de Investigación Bíblica El Camino en New Knoxville, Ohio, y sus ramas a través de los Estados Unidos, al igual que en la India, Australia, Canadá, Europa y América del Sur.

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