Índices Del Desempleo y Subempleo Con El Grado de Escolaridad [PDF]

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Zitiervorschau

ÍNDICES DEL DESEMPLEO Y SUBEMPLEO CON EL GRADO DE ESCOLARIDAD 97.3% de los guatemaltecos tiene un trabajo, pero la mayoría es informal

SOLO 1 MILLÓN 26 MIL 735 DE PERSONAS TIENE COBERTURA SOCIAL El Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que 6.3 millones de personas conforman la Población Económicamente Activa en Guatemala y de esas, según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos ENEI 2-2014, 4 millones 035 mil 118 tienen un empleo en el sector informal y solo 2 millones 096 mil 877 del sector formal, lo que deja en evidencia la precariedad y la falta de protección para la clase trabajadora.

Las estadísticas de empleo, en teoría, dibujan un panorama positivo para Guatemala. Las cifras oficiales dan cuenta que solo el 2.7 por ciento de la población en edad de trabajar está desempleada, mientras que el restante 97.3 por ciento, la gran mayoría, tiene un trabajo. Así las cosas, Guatemala podría ser la envidia de países como España, donde la tasa de desempleo se encuentra en 22.7 por ciento; Grecia, con 25.4 por ciento de paro, o incluso Alemania, donde el porcentaje es de 4.7, según el reporte de abril pasado. Sin embargo, las cosas no son tan buenas para los guatemaltecos. De los 6 millones 129 mil 900 en edad de laboral, solo 2 millones 096 mil 877 –el 33.28 por ciento– tienen un trabajo estable en el sector formal, es decir, con la garantía de un salario mínimo, acceso a seguridad social, vacaciones y prestaciones. La mayoría, es decir 4 millones 035 mil 118 –el 66.72 por ciento–, están empleados en el sector informal, principalmente en el sector del comercio y la agricultura, lo que significa que están

desprotegidos por la legislación laboral y no tienen certeza de que sus ingresos sean estables cada mes. Según el INE, al menos 8 de cada 10 personas ubicadas en lo informal residen en el área rural, lo que da lugar a pensar en la precariedad de sus ingresos. El promedio de salarios a nivel nacional ronda los Q2,207 quetzales, en comparación a los Q1,471 del promedio rural. Con esos salarios, los empleados difícilmente pueden adquirir los alimentos para subsistir. El INE refiere que el costo de la canasta básica, el estimado del precio de los alimentos para una familia de cinco integrantes, hasta junio de este año, se situó en Q3 mil 405.60 quetzales. La Canasta Básica Vital, que incluye el pago de bienes y servicios esenciales como educación, salud, vivienda y transporte, sería inalcanzable para quienes tienen un empleo informal. En junio se cotizó en Q6 mil 214.60 para una familia de cinco personas. LO FORMAL NO ES PERFECTO

Si bien la precariedad del empleo en el sector informal es un serio problema, tener un trabajo formal tampoco garantiza un ingreso para vivir en condiciones adecuadas, pues constantemente se incumple la legislación que protege a la clase trabajadora. María del Cid, madre y viuda, trabaja desde hace siete años en un centro educativo privado, en el área de mantenimiento. “Decidí buscar un empleo luego que mi esposo muriera. Debía sostener los estudios, alimentación y demás obligaciones del hogar; tengo estudios pero no hay oportunidades para una persona mayor y la verdad, prefiero trabajar así”, afirmó. Del Cid, expresó que a pesar de tener un tiempo considerable en la empresa en donde se desempeña, el salario es bajo si se compara con la carga laboral, pues apenas recibe Q1,300 quetzales trabajando ocho horas diarias, y no tiene beneficios laborales. “No gano ni el salario mínimo, pero no solo yo estoy así, incluso hay maestras que también ganan eso; aunque nos han aumentado un poco cada cierto tiempo, nadie ha reclamado y creo que es por el temor a que nos despidan”, aseguró. Aunque la situación es difícil, menciona la entrevistada, la necesidad hace que continúe trabajando en esas condiciones, pues no se quiere quedar sin una fuente de ingresos, que aunque sea poca, le sirve de sustento diario a su familia.

El incumplimiento de la legislación laboral sale a luz con el número de trabajadores inscritos en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). El seguro social tiene un registro de 1 millón 26 mil 735 personas inscritas; siendo 850,052 hombres y 413,693 mujeres, cifra que contrasta con los solo 2 millones 096 mil 877 trabajadores del sector formal. CUESTIONAMIENTOS Y RETOS

Luis Linares López, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), es escéptico sobre la credibilidad de las estadísticas oficiales de empleo. El analista cuestionó los datos proporcionados por el Gobierno sobre la creación de 140 mil empleos formales en los últimos años y en cuanto a la estadística de trabajadores informales, cree que ese dato incluye a quienes se encuentran asalariados, que trabajan en pequeñas empresas. No obstante, reconoce que la mayor precariedad del empleo en Guatemala se concentra en el área rural, porque la mayoría son trabajadores independientes. Para el entrevistado, el problema reside en la baja creación de empleos, pues cada año ingresan al mercado de trabajo 200 mil jóvenes, pero no hay suficiente estimulación para la generación de más plazas. El ministro de Trabajo, Carlos Ulban, dijo que dentro los ejes de trabajo de esa institución, aparte de verificar el cumplimiento de la legalidad laboral y el fomento del diálogo social, está promover la creación de empleos decentes. También recordó que hace algunos días se realizó una feria del empleo en donde había unas 20 mil plazas disponibles, y asistieron a la feria alrededor de 12 mil personas durante el día; agregó que esta se hace una vez al año “ya que demanda mucha logística y preparación, principalmente de los empresarios, pues son ellos quienes promueven las plazas vacantes”. .

Explico que otro de los aspectos es que las tasas de desempleo en la región centroamericana son relativamente bajas, en comparación a otros países y citó como ejemplo a los pertenecientes a la Unión Europea, y que se debe a que “la mayoría se dedican a algún tipo de actividad que les genera ingresos”, pero reconoció que el problema radica en las altas tasas de informalidad. De acuerdo al entrevistado, esta población genera algún tipo de ingreso bajo, medio o incluso alto; aunque muchos estén en relación de dependencia aclaró que no cuentan con un contrato y por consiguiente no tienen prestaciones de ley. Asimismo, informó que como parte de los esfuerzos a fin de generar empleos se han promovido inversiones, porque han llegado nuevas industrias y empresas al país que tienden a contratar mano de obra joven. “Por ejemplo la industria de Call Center de servicios principalmente en la cuales si necesitan jóvenes que tengan algún tipo de formación, porque es necesario realizar actividades, pues su perfil así lo requiere”, aseveró. A los Call Center, también los califica como fuentes de empleo, porque “tienden a ser el primer trabajo de personas jóvenes, posteriormente a los dos o tres años tienden a buscar otro trabajo” en mejores condiciones. EL RETO ES GENERAR EMPLEOS A consideración del analista económico Hugo Maúl del Centro de Investigaciones Nacionales (CIEN), el problema que tiene el país consiste en que no se generan empleos. “La propuesta política y el discurso reinante en las organizaciones de sociedad civil y la mayor de los centros de investigación es hablar de empleo, digno, decente y conquistas laborales, lo cual tiene sentido cuando se tiene a la mayor parte de la población que tiene un empleo asalariado, pero en un país como Guatemala, el reto es generar nuevas plazas de trabajo”, dijo. “Se quiere tener un salario mínimo que sea súper justo en el sentido que las familias cubran todas sus necesidades pero no se ofrecen esos trabajos, nadie los crea, entonces la pregunta es primero, los trabajos y después los salarios que permitan a la familia sobrevivir, o primero el salario y después los trabajos, pero tenemos 50 años haciendo las cosas al revés”, enfatizó.

“Hay regiones del noroccidente del país que cuando empezamos nosotros a tomar encuestas de referencia, nos reflejaban cifras incluso de promedio de ingreso de Q890 quetzales”. CARLOS ULBAN

“Aquí se hace lo que se puede, pero en trabajos de baja productividad y de valor agregado”.

Desempleo en Guatemala es de 4.06% de la PEA Unos 230.13.7 guatemaltecos en edad de trabajar están sin una plaza laboral. Unos 230.13.7 guatemaltecos en edad de trabajar están sin una plaza laboral. *Información de Prensa Libre – Guatemala, La tasa de desempleo en el país o población desocupada —personas en edad de trabajar que buscan ocupación— alcanzó a 230.137, es decir, el 4.06% de la Población Económicamente Activa (PEA), según los datos de la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (Enei) 2011, que elaboró el Instituto Nacional de Estadística (INE). La cantidad significa un incremento de 27.261 personas más que no cuentan con un empleo, en relación con la Enei del 2010. En esa ocasión, el país registró 202.876 desempleados, equivalente al 3.52% de la PEA. Por grupo de población, el informe refleja que en el área metropolitana el desempleo sumó a 39.907 personas, el resto urbano es de 44.216 y el rural nacional es de 146.14. Del total de desocupados, el 45.81% son hombres, y el 54.19%, mujeres. “La tasa de ocupación bajó ligeramente, igual que la tasa de subocupación, aunque la desocupación se movió levemente en un sentido contrario”, según el informe. Según la encuesta, la PEA —personas en edad de trabajar y disponibles — tuvo un crecimiento modesto del 1%, al pasar de 5.769.262 personas, en el 2010, a 5.836.341, en el 2011, es decir, un crecimiento de 67.079 personas. La encuesta determinó que 1.000.093 personas que integran la PEA están en el área urbana metropolitana; 1.463.189, en el área urbana; y 3.100.000, en el área rural. Ese comportamiento significó que el 66.59% de la PEA está integrada por hombres y el 33.41%, mujeres. El estudio demuestra que del total, el 64% de la PEA lo integran personas comprendidas en las edades de 18 a 44 años; el 20.06%, de 45 a 64 años; 4.42%, de 65 y más; y 10.74%, en las edades de 10 a 17 años. En relación con la Población Total de Ocupados (PO), la Enei revela que son 5.599.521, de los cuales 1.000.053 están en el área urbana metropolitana; 1.000.598, en el resto urbano; y 2.947.827, en el rural nacional. Por género, 67.48% son hombres, y 32.52%, mujeres. “El peso del empleo agrícola aumentó en seis puntos porcentuales, y la participación del mercado laboral del comercio disminuyó cinco puntos”, agrega el documento.

En el caso de la Población Económicamente Inactiva (PEI) —personas de 10 años y más, no clasificados como ocupados o como desocupados — fue de 5.029.000, de los cuales 939.421 están en el área urbana metropolitana; 1.000.485, en el resto urbano, y 2.000.605 en el área rural. La población subocupada —personas que trabajan menos o más horas y que perciben un salario inferior a su formación— fue de 3.336.000, que significó el 57.16% en relación con el 2010; que en este año la población desocupada fue de 59.55%. De acuerdo con la encuesta, el 61.01% son hombres y el 38.99%, mujeres. “Creemos que fue la campaña política la que influyó en este mercado laboral, ya que los partidos ofrecieron trabajo a las personas”, expuso Abel Cruz, viceministro de Economía. El funcionario destacó que este comportamiento —informalidad — es el principal problema del país, por lo que las políticas de empleo deben estar dirigidas a generar trabajo formal. Según el funcionario, la Enei no presenta mayores cambios en la estructura del mercado laboral del país y mantiene la de los últimos años. La Enei 2011 reflejó que el salario promedio nacional es de Q1.966, inferior al salario mínimo legal. El pago en el promedio en el sector privado es de Q1.802, mientras que en el sector público es de Q3.386. En el área urbana metropolitana el salario promedio es de Q2.683; en el resto urbano, Q1.792; y el rural nacional, Q1.455. El promedio que reciben los hombres es de Q2.86, mientras que las mujeres perciben Q1.707.