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MUJERES DIVINAS Piano
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7
Martín Urieta Solano (Huetamo, Michoacán, México 1943-)
Ranchera
Ha - blan do demu - jer - es y trai
20 cio - nes, se fue - ron con - su - mien- do las bo - te - llas
pi -
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die - ron que can - ta - ra mis can - cio - nes
y
yo can -té_unas dos en con - tra
Editado por Ney Borba - Toronto 2013 - [email protected] http://sites.google.com/site/pianoyfolklore
2
Mujeres divinas
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de_ellas.
De pron - to quese_a - cer - ca_un ca - ba - lle - ro,
su
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pe - lo yapin - ta - ba_al - gu - nas ca - nas,
me
di - jo: le su - pli - co com - pa
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ñe - ro
que no_ha - ble_en mi pre - sen - cia delas da - mas.
le
di - je que no - so - tros sim - ple - men - te ha
50
- bla - mos
de
lo
55
mal que
nos
pa - ga - ron
que
si_al - guien o - pi - na - ba
di - fe -
Editado por Ney Borba - Toronto 2013 - [email protected] http://sites.google.com/site/pianoyfolklore
3
Mujeres divinas
60
ren - te
se - ría por - que ja - más lo trai - cio - na - ron
que
66
si_al - guien o - pi - na - ba di - fe - ren - te
72
1.
D.C.
na - ron
76
2.
Para Fin
rar - las
se - ría por- que ja - más lo trai - cio
Fin
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MUJERES DIVINAS Ranchera Letra y Música de Martín Urieta Solano Hablando de mujeres y traiciones, se fueron consumiendo las botellas, pidieron que cantara mis canciones y yo canté unas dos en contra de ellas. De pronto que se acerca un caballero, su pelo ya pintaba algunas canas, me dijo: le suplico compañero que no hable en mi presencia de las damas. Le dije que nosotros simplemente hablamos de lo mal que nos pagaron, que si alguien opinaba diferente seria porque jamás lo traicionaron, que si alguien opinaba diferente seria porque jamás lo traicionaron. Recitado: Amigos: si los hieren las mujeres no es bueno que se desquiten. Ellas nos dieron la vida ¡pues ellas que nos la quiten! Me dijo: yo soy uno de los seres que más ha soportado los fracasos y siempre me dejaron las mujeres llorando y con el alma hecha pedazos. Mas nunca les reprocho mis heridas, se tiene que sufrir, cuando se ama; las horas más hermosas de mi vida las he pasado al lado de una dama. Pudiéramos morir en las cantinas y nunca lograríamos olvidarlas, mujeres ¡oh mujeres tan divinas! no queda otro camino que adorarlas, mujeres ¡oh mujeres tan divinas! no queda otro camino que adorarlas.
Editado por Ney Borba para Piano y Folklore (http://sites.google.com/site/pianoyfolklore)