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Teresa Pont Amenós
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Introducción PARTE 1 Fundamentos de los test gráficos 1. La comunicación gráfica y sus fundamentos teóricos 1.1. El grafismo y la psicología proyectiva 1.1.1. Concepto de proyección 1.1.2. Psicología proyectiva 1.2. El simbolismo de los gráficos 1.3. Principios de orientación teórica en la que se basan las técnicas proyectivas gráficas 1.4. Supuestos básicos sobre los que se sustenta la interpretación de los gráficos 1.5. Fundamentación empírica de los test gráficos 2. La evolución del ser humano con relación al grafismo 2.1. El grafismo y su relación con el cuerpo 2.2. Niveles de maduración gráfica. Evolución del grafismo 2.2.1. En los primeros años 2.2.2. De los 3 a los 5 años 2.2.3. De los 5 a los 6 años 2.2.4. De los 7 a los 8 años 3. Psicodiagnóstico y administración de test gráficos 3.1. Primera entrevista clínica 10
3.2. Planificación de la batería de test 3.3. Encuadre 3.4. Material 3.5. Administración 4. Elementos básicos de interpretación en los gráficos 4.1. Actitud ante la consigna 4.2. Primera impresión gestáltica del dibujo 4.3. Indicadores expresivos del dibujo 4.3.1. Secuencia de elaboración del dibujo 4.3.2. Dirección del trazo 4.3.3. Tamaño 4.3.4. Presión, trazo y calidad de línea 4.3.5. Emplazamiento en la hoja de papel 4.3.6. Movimiento 4.3.7. Simetría 4.3.8. Perspectiva 4.3.9. Sombreado 4.3.10. Tiempo de realización del dibujo 4.3.11. Detalles, distorsiones, omisiones y adiciones 4.4. Análisis formal del dibujo 4.5. Análisis del contenido simbólico de las respuestas verbales al dibujo 4.6. Distintas modalidades de comunicación: lenguaje no verbal, transferencia, 11
contratransferencia y actos fallidos 4.6.1. Lenguaje no verbal. Lenguaje del cuerpo 4.6.2. Transferencia y contratransferencia 4.6.3. Actos fallidos PARTE II Test gráficos 5. El Test de la casa, el árbol y la persona (HTP) 5.1. Introducción 5.2. Áreas de la personalidad que capta 5.3. Ítems básicos o esenciales de la casa, el árbol y la persona 5.4. Análisis formal con significado simbólico del HTP 5.4.1. Casa (House-H) 5.4.2. Árbol (Tree-7) 5.4.3. Persona (Person-P) 5.5. Análisis del contenido verbal de cada historia 5.6. Exposición de un caso: HTPP completo 5.6.1. Casa 5.6.2. Árbol 5.6.3. Persona 5.6.4. Conclusión diagnóstica 6. El Test del animal 6.1. Introducción
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6.2. Ejemplos del Test del animal 6.3. Exposición de casos 6.3.1. Dibujo de un pez 6.3.2. Dibujo de un tucán 7. El Test de la familia 7.1. Introducción 7.2. Interpretación 7.3. Ejemplos del Test de la familia 7.4. Claves diagnósticas definitorias del Test de la familia 7.5. Exposición de casos 7.5.1. Familia imaginada de púber víctima de abusos 7.5.2. Familia imaginada y propia de un púber en crisis 7.5.3. Familia imaginada y propia de una adolescente 7.5.4. Familia imaginada y propia de una niña problemática de ocho años 7.6. Los test de la familia kinética y de la familia kinética prospectiva 7.6.1. El Test de la familia kinética 7.6.2. El Test de la familia kinética prospectiva 8. El Test visomotor de Bender 8.1. Introducción 8.2. Indicadores emocionales en el Bender de Koppitz 8.3. Adaptación Hutt del Test gestáltico de Bender 8.3.1. Aplicaciones clínicas 13
8.3.2. Análisis inferencial 8.4. Ejemplos del Test visomotor Bender a través de la aportación Koppitz 8.5. Exposición de casos 8.5.1. Bender de joven homicida de 20 años 8.5.2. Bender de un niño de 11 años víctima de abusos paternos 8.6. Bender asociativo Hutt 9. El Test de la pareja 9.1. Introducción 9.2. Ejemplos del Test de la pareja 9.3. Exposición de casos 9.3.1. Pareja en interacción de un adulto drogadicto, víctima de ambiente familiar de malos tratos paternos 9.3.2. Pareja en interacción de un chico con problemas de aprendizaje 9.3.3. Pareja en interacción de una joven adulta sana 10. La técnica del dibujo libre 10.1. Introducción 10.2. Ejemplos de la técnica del dibujo libre 11. El Test de la persona bajo la lluvia 11.1. Introducción 11.2. Ejemplos del Test de la persona bajo la lluvia 11.3. Exposición de casos 11.3.1. Niño de 7 años afectado emocionalmente por conflictos familiares
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11.3.2. Hombre de 27 años acusado de abusos sexuales 11.3.3. Joven adulto con forzosa intervención psiquiátrica 12. El Test de los garabatos 12.1. Introducción 12.2. Ejemplos del test de los garabatos
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La psicología es fundamentalmente una ciencia dedicada a la comprensión y al estudio de la mente del ser humano. A lo largo de los últimos años, la psicología ha realizado un amplio camino de crecimiento que le ha permitido ocupar en la actualidad, un lugar propio, muy significativo y reconocido en nuestra sociedad. Muy atrás queda, y prácticamente olvidada, la época aquella pasada en que, los psicólogos se iniciaban en la disciplina, gracias y, a través de la testología, es decir, por medio de la pasación de pruebas de personalidad, que eran solicitadas y utilizadas después por otros profesionales con la finalidad de obtener un psicodiagnóstico sobre un sujeto. Este trabajo de exploración de la personalidad con distintas técnicas resultaba ser un intento para acercarse y conocer a la persona que, por diversas razones consultaba, con la creencia de que cuantos más test se administraran, mayor sería el conocimiento sobre el sujeto. Esta exploración realizada (incluso practicada por distintas personas), por su especial peculiaridad (simple aplicación de diferentes test), sin apenas entrevistas clínicas ni posibilidad de integración de todos los datos, ni devolución alguna con el explorado, desgraciadamente ofrecía una visión muy parcializada del sujeto. Muchas veces, los resultados eran numéricos y dispersos, siendo así visto el sujeto, más como una suma algebraica de capacidades o de deficiencias, etc. que no, con una visión global y holística sobre sí mismo. El psicólogo, a través del tiempo y sus esfuerzos, ha ido encontrando paulatinamente su propia identidad profesional, específica y diferenciada de otras disciplinas, que le ha permitido poder profundizar mucho más en la tarea básica de exploración psicodiagnóstica, la cual constituye prácticamente la intervención compartida más común por parte de todo nuestro variado colectivo de profesionales. Contar con un buen psicodiagnóstico del sujeto al que entrevistamos, sea con la finalidad que sea, constituye el principal objetivo de todo psicólogo, ya que uno podrá ser útil, resultar efectivo y ayudar satisfactoriamente, si conoce bien a quien "tiene entre manos"; de lo contrario, es posible que se den palos de ciego y, cuando se trata de personas, hay que ser muy serios y rigurosos. Conocer bien cómo es la persona que consulta es esencial para planificar luego convenientemente cualquier idónea intervención profesional con mayor posibilidad de precisión en su comprensión personal global, en su tratamiento y en su posible orientación o asesoramiento en los distintos ámbitos sociales existentes. Los test gráficos pueden incluirse en un psicodiagnóstico, en las diferentes fases de la 17
evolución personal de todo sujeto: niños, adolescentes y adultos, entre otras. El uso y aplicación de los test proyectivo gráficos sigue dándose a lo largo del tiempo con bastante frecuencia en distintos ámbitos de la psicología, y muy especialmente en el ámbito del diagnóstico clínico, para explorar aspectos de normalidad-patología en salud mental. También tienen su lugar, vinculados a una Psicoterapia o tratamiento terapéutico, para poder ir enfocando el tratamiento a lo largo del proceso, para ver la evolución, así como para evaluar y tener una perspectiva del final terapéutico. Son significativas otras áreas de importancia profesional, como son la práctica pericial en la Justicia (en temas de juzgados de familia, custodias y tutelas de los niños, régimen de visitas, sentencias en Penal, medidas cautelares, etc.), el ámbito escolar (aprendizaje y orientación vocacional), área sanitaria (situaciones pre y postquirúrgicas, enfermedades, oncología...), y en selección de personal en RRHH en empresas, entre otros. Siempre será conveniente tener en consideración los criterios específicos de pertinencia y de adecuación a los contextos diversos, porque supone que se tengan en cuenta, de forma clara, los diferentes objetivos que tienen cada uno de ellos. En todas las encuestas realizadas sobre técnicas y test psicológicos, tanto en los servicios de psicología americanos, como en España (R.Fernández Ballesteros, 1980; sondeos del Colegio de Psicólogos, 1995, numerosos CAPIPS, 2004) aparecen utilizados en un tercer lugar, después del Test de Rorschach y TAT de Murray, respectivamente; mientras que ocupan la segunda posición en un sondeo efectuado sobre su uso en la Facultad de Psicología de Barcelona a dos de los cinco grupos de alumnos matriculados en las asignaturas de Psicodiagnóstico de Rorschach y Test proyectivos (M.Vives, 1992). La aplicación de estas pruebas es patente en la realidad de nuestro campo clínico, resultando especialmente crucial la aplicación de un test proyectivo gráfico, especialmente en casi todo diagnóstico clínico infantil La utilidad pragmática de los test proyectivos gráficos, entre otros motivos, se aprecia porque los dibujos: Resultanunos ítems familiares para todas las personas y pueden ser dibujados por individuos de todas las edades. Es un pedido que fácilmente se asocia con algo que en algún momento de la vida anterior uno ya hizo y ya conoce (y que ello, por otra parte, también nos permite ver si los aspec tos más infantiles de uno, han sido vividos bien o mal, a través de las expresiones verbales y reacciones del sujeto). -Implican una gran simplicidad y economía (por el escaso tiempo y esfuerzo que supone). 18
-A través de la secuencia de los gráficos podemos ver si el sujeto se organiza o desorganiza cada vez más (si existe una progresión propia del crecimiento evolutivo o una regresión en alguna psicopatología). -El tiempo total de la respuesta es corto (ahorro de tiempo para el profesional). -Son instrumentos de una cierta apreciación rápida por un clínico con experiencia (aunque encierra peligro si hay una falta de conocimientos o de práctica). Son conceptos simbólicamente muy fértiles en términos de significación inconsciente, ya que son lo más cercano al inconsciente y al yo corporal de que disponemos. -Como ventajas tiene que son útiles para sujetos muy tímidos, débiles mentales o que poseen poca educación, ya que penetran bajo las defensas de individuos evitativos y reservados. Por otra parte, son menos susceptibles de controlar por el sujeto, tanto intelectual y conscientemente (y por tanto, son los primeros detectores de índices psicóticos). La posibilidad de enmascaramiento o simulación consciente o inconsciente disminuye marcadamente en relación con los test verbales. -Traducen las capas más primitivas y profundas de la personalidad, los aspectos estructurales más básicos, enraizados y antiguos del sujeto, reflejan los aspectos más estables de la personalidad, que, por otra parte, son los más difíciles de modificar y por tanto suelen ser los últimos también en ofrecer modificaciones importantes (por los aspectos más escasamente estructurados). Las pautas formales son las más difíciles de modificar; las de contenido, en cambio, son tan variables como el contenido de un sueño, sus detalles, aunque no la estructura. -Son técnicas no influidas por la cultura (porque el lenguaje no interfiere). -Aportan una imagen gráfica de la personalidad total, entendida ésta como gestalt. -El orden evolutivo en el dibujo es notablemente constante cualesquiera sean los antecedentes sociales de los niños, como antes hemos dicho (sobre todo en las figuras humanas a causa de la universal familiaridad que tienen). -Traducen en qué estado está el "Yo" del sujeto (constituido por el conjunto de las diferentes capacidades y recursos personales, como son: la percepción, la psicomotricidad, el sentido de juicio, de razonamiento, de sentido común, lógica, introspección, concentración, atención, reflexión, capacidad de abstracción, asociación de ideas, coordinación óculomanual, capacidad de análisis-síntesis, espacial, capacidad de comunica- ción,autocontrol, sociabilidad, afectos, 19
imaginación, creatividad, inteligencia, etc..). -Pueden detectar organicidad. -Cada uno de los test gráficos ofrece el análisis de temas específicos (como el dibujo del animal que traduce la situación de conflicto vital del momento que el sujeto padece o también el reflejo de sus aspectos más pregenitales). Por otra parte, cada uno con la detección de un diferente nivel de regresión (el más bajo, el del Test del Árbol), pero que, en última instancia, ésta dependerá siempre de la historia personal del sujeto. Existen muchas modalidades de aplicación en los test gráficos. De los considerados más efectivos y populares, así como reconocidos a nivel internacional, cabe destacar: HTPP, Test del Animal, Test de la Familia (una familia imaginada, la propia, la kinética y la prospectiva), Test Bender visomotor y su aplicación Hutt proyectivo, Test de la Pareja, Garabatos, Test Goodenough (intelectual y madurativo), Test de la Persona bajo la lluvia, Test de la figura humana de Machover, y Test de las dos figuras de Maganto para niños, entre otros, algunos de los cuales desarrollaré más adelante. A continuación, y fruto de mi larga experiencia y formación psicodinámica en test gráficos, aplicados a un amplio y variado colectivo de personas que he explorado a lo largo de mi trayectoria profesional (algunas de cuyas ilustraciones iré exponiendo paulatinamente), me centraré en desarrollar el conocimiento teóricopráctico y el abordaje básico de estos instrumentos, integrados dentro del psicodiagnóstico. El objetivo será el de comprobar su utilidad efectiva para lograr un mayor conocimiento y profundización de la persona que tratamos de explorar. Quiero también decir que el resultado final de este libro, más allá de las referencias esenciales básicas provenientes de expertos investigadores y de los reconocidos autores de los distintos test creados, con muchas de las cuales me identifico, por otra parte, manifiesta y es mi interés de que así lo exprese también, toda una visión y consideraciones propias, fruto de la integración personal que he podido realizar gracias a las enseñanzas aprendidas de todos estos grandes conocedores e investigadores de estas técnicas, a lo largo de muchos años. Todas las ilustraciones gráficas proceden de mi experiencia profesional, a lo largo del tiempo y en distintos ámbitos de ejercicio. Por razones naturales de confidencialidad, se han transformado algunos datos, tratando de no perder por ello su estricta significación técnica, el objetivo primordial de la cual es esencialmente el aprendizaje y formación en psicodiagnóstico para psicólogos.
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1.1. Grafismo y psicología proyectiva El grafismo o producción gráfica de un sujeto se concibe como una creación personal propia o forma de recreación específica del mundo interno, ya sea a través de sus dibujos, escritura o garabatos. El estudio de los gráficos (de los dibujos, en particular), gracias a la psicología proyectiva, permite analizarlos como datos comunicativos del sujeto. Estos se reflejan no sólo en el contenido manifiesto (lo que se observa en lo dibujado), sino también en el contenido latente (cómo dibuja, la forma del dibujo, lo que dice sobre lo que se dibuja, lo que simboliza, etc.), posibilitando, a través de todo un método a seguir, llegar a interpretar en profundidad aspectos de la propia idiosincrasia psicológica del mismo sujeto. 1.1.1. Concepto de proyección Etimológicamente la palabra proyección tiene una significación de foco, pantalla, de sacar lo oculto a la luz, algo que permite ampliar el conocimiento, como sucede con las radiografías del interior del cuerpo, con los rayos X. Freud con esta frase: "El recuerdo de las percepciones-de la memoria del sujeto influyen a los estímulos presentes", atribuía una importancia esencial al concepto de "proyección". Este concepto fue entendido tanto en el funcionamiento de normalidad en un sujeto, así como también como medio de desplazamiento del proceso más primario del pensamiento de un sujeto (como es a través de los sueños, de la existencia de los lapsus línguae, de los actos fallidos y de los síntomas), y en la manifestación de patología del ser humano, como cuando uno expulsa fuera de sí lo que resulta más inaceptable, intolerable y penoso de uno mismo (Freud ya lo trató en su famoso caso Shreber sobre psicosis y también, especialmente, en sus obras: Neurosis de angustia y Tótem y tabú, entre otras). Sami-Ali define, entre otros, el concepto defensivo de la proyección como "la atribución inconsciente a los demás, al exterior, de los propios sentimientos y cualidades". 24
Bellak, uno de los teóricos más influyentes de la psicología proyectiva crea el concepto de Apercepción entendido como una: "Interpretación dinámicamente significativa que se le da a una percepción", es decir, la asimilación de una percepción actual a la similitud que tiene la experiencia pasada e "imágenes-souvenir del individuo", que suelen ejercer una influencia deformarte sobre los datos sensoriales actuales del presente, convirtiéndolos en significativos (a lo que se denomina: deformación aperceptiva). Abt, experto investigador, profundizó en el tema de la proyección, refiriéndose a ésta, como: "Todo un modo de organizar el mundo externo de acuerdo a la organización del mundo privado del sujeto". Sostiene que tiene que ver con el "ser" de las cosas (lo externo como estímulo sensorial), más el que "somos" (la intensidad de las necesidades del sujeto que interviene también en su influencia), recalcando la influencia del pasado (de las experiencias primerizas, huellas infantiles y relaciones objetales-interpersonales) sobre la apercepción actual, lo que se ve ahora (incidiendo los propios mecanismos de defensa/ansiedades de cada sujeto - influencia selectiva de los perceptos mnésicos sobre la percepción de hechos actuales-, con la coexistencia de percepción y de recuerdo a la vez). Es decir, la influencia que tiene la percepción de los estímulos en las fases evolutivas primerizas (a través de las experiencias orales, anales, genitales que se han vivido), más la reacción de los adultos significativos, que tienen ante estas experiencias. 1.1.2. Psicología proyectiva La psicología proyectiva tiene el objeto de poner en evidencia el conjunto de factores internos que intervienen en la conducta humana (motivaciones y sistemas de reacción personal), destacando los factores internos de la percepción y acercando la percepción a la personalidad. Teniendo en cuenta que todo comportamiento humano refleja un interjuego de factores conscientes e inconscientes, consideramos que el análisis del estilo de las producciones de determinado sujeto nos permite su propio conocimiento (según la expresividad en la forma de vestir de la gente, la forma y estructuración del contenido al hablar, el tipo de sus aficiones, reacciones, actitudes, comportamientos, etc.), y sean éstas más o menos significativas, suelen revelar la personalidad de quien las manifiesta. La psicología proyectiva está considerada como una rama de la psicología clínica. Conjuntamente con la entrevista y la observación de la conducta, resultan los instrumentos esenciales de la psicología clínica (su importancia reside en la manera de practicar la psicología basada en la concepción psicodinámica del ser humano, en la que el inconsciente juega un papel relevante). Los test proyectivos se vinculan principalmente a la teoría psicoanalítica, a la teoría de la Gestalt (que permite pasar de la psicología de tercera persona a primera persona) y a la psicología cognitiva. 25
Las técnicas proyectivas son unos instrumentos considerados como especialmente sensibles para revelar aspectos inconscientes de la conducta de una persona ya que permiten provocar una amplia variedad de respuestas subjetivas, son altamente multidimensionales y evocan respuestas y datos del sujeto, inusualmente ricos con un mínimo conocimiento del objetivo del test por parte de éste (Lindzey, 1961). La psicología proyectiva tiene unas tres fuentes desde donde se nutre en su inicio: la experiencia de Jung (el creador del test de la Asociación de palabras), la de Rorschach (autor del famoso test perceptivo de las manchas de tinta y uno de los más reconocidos test a nivel internacional) y el análisis e interpretación de los dibujos infantiles (que permiten explorar la proyección de los conflictos en criaturas aunque no hablen ni sepan escribir).
Figura 1.1. Símbolo del inconsciente. El reconocido psicólogo Frank fue uno de los pioneros en su estudio y aprovechamiento. En 1939 publicó Métodos para medir la personalidad, obra que recogía amplia y formalmente las bases de la psicología proyectiva. Con posterioridad, Bellak (1965) y Abt (1978), entre otros, han relacionado lo "proyectivo" del término con una referencia a las fuentes de comprensión e interpretación del enfoque y corriente teóricos 26
del método psicoanalítico. Freud fue el primer descubridor e investigador del inconsciente, alegando que tenemos grabadas las huellas de las experiencias vitales del pasado, que están interactuando constantemente en nuestra vida cotidiana, junto con nuestro consciente. Existe una interacción entre las percepciones que las personas tenemos sobre las cosas (sobre determinadas cosas o hechos de la vida) y lo que son nuestros recuerdos, con los lapsus línguae o parapraxias que verbalizamos, los síntomas que presentamos y nuestro carácter (existencia de un cierto determinismo psíquico en el sujeto más allá de su libertad, ya que todo ello influye sobre la percepción de estímulos posteriores). Los preceptos, por otra parte, van difiriendo según la edad, y se van superponiendo e integrando paulatinamente en nuestra personalidad. Cada uno de ellos es modificado por todos los demás y, a su vez, se integra con ellos (a los 14 años, prácticamente ya podemos apreciar el resultado final de todos los preceptos conseguidos hasta el momento). La psicología proyectiva recibe una gran influencia del psicoanálisis, que fue su primer marco de referencia, con el descubrimiento del inconsciente y de la terapia analítica. Ésta, profundizó en el estudio de las distorsiones aperceptivas en el sujeto (fruto de cómo vive cada uno los estímulos que recibe) y en su posible modificación a través de la interpretación, la toma de conciencia y la respectiva y posterior elaboración mental que se produce en el sujeto, con la intervención terapéutica. Por ello, las contribuciones del psicoanálisis, con la aportación innovadora del funcionamiento del inconsciente en todo ser humano, han servido para enriquecer y ampliar la visión del funcionamiento de personalidad a través de las teorías proyectivas. Los test proyectivos son pruebas utilizadas tradicionalmente en el diagnóstico dinámico de la personalidad, que se basan en la concepción holística del individuo como "un todo", y dotado de una estructura interna, dinámica y personal. Su presencia en la literatura científica después de sus inicios, anteriormente mencionados, según postula M.Vives (1994, 2005), continúa entre 1961 y 1965, años en que Corman y Philipson, dos de los últimos autores clásicos, nos presentan sus respectivos test: Test de relaciones objetales y el del Dibujo de la familia. Investigaciones posteriores a 1967 son las aportaciones de Exner (1974-2004) al integrar los cinco sistemas Rorschach norteamericanos en uno único (Comprehensive System); las indagaciones sobre la relación de objeto de Blatt (1981, 1983, 1999); las contribuciones de Levy (2004) y Koppitz (1989) con el Test de la Figura humana; las investigaciones de Hammer (2004), Levy (2004), Grassano (1984, 2004), Siquier y García Arzeno (2004) al estudio del HTPP (Test de la casa, árbol, persona, persona) y del Dibujo de la figura humana en 27
niños, adolescentes y adultos. Las pruebas proyectivas generalmente se suelen utilizar formando parte del proceso psicodiagnóstico, en la fase de recopilación de información, de indicación, planificación y evaluación del tratamiento. De entre los más reconocidos y populares test proyectivos a nivel internacional y, según la división aportada por R.Fernández Ballesteros, cabe mencionar: -Técnicas estructurales, como el Test de Rorschach. -Test temáticos: Test de relaciones objetales de Philipson, el Test de apercepción temática de Murray, con la versión CAT para niños y el Test pata negra, de Corman. -Técnicas asociativas, como el Test de la asociación de palabras de Jung o el Test desiderativo. -Técnicas constructivas, como el Test del pueblo o de la aldea imaginaria. -Técnicas expresivas, como los test gráficos, en los que a continuación nos centraremos. Por otra parte, además de las técnicas proyectivas específicas en sí, se ha comprobado que determinados test de inteligencia (como los subtest de comprensión y de vocabulario de las escalas de Wechsler) o por ejemplo, el Test visomotor Bender, en su aplicación Hutt, también contienen elementos que aportan una información cualitativa sobre características de la personalidad del examinado. Estas técnicas difieren de las psicométricas en la libertad y la ambigüedad utilizadas, elementos que son considerados necesarios para aproximarnos a las condiciones internas y externas del sujeto. Los distintos test proyectivos ofrecen estímulos de estructuración ambigua o de formas muy definidas pero poco usuales. Este rasgo se mantiene generalmente como elemento común, aunque el entrevistado necesite acudir a distintas conductas, ya sean verbales, gráficas o lúdicas. Cuanto más inestructurado es el material que se le ofrece al sujeto en el test, más se le potencia a éste la regresión y, por lo mismo, los elementos que luego éste proyecta están en relación directa con esos niveles de regresión. Podríamos considerar que el psicoanálisis es a los test de personalidad, lo que la estadística es a los test de inteligencia, como una referencia y garantía: unos permiten 28
abordar el conocimiento de un individuo en el plano normativo, por comparación de sus producciones con las de sus iguales o su integración en el medio sociocultural, y las otras ponen más el acento en aquello que anima y motiva al sujeto, en lo que determina su ser. De todas formas, los primeros no dejan totalmente fuera de banda la dimensión normativa, porque se basan en criterios ampliamente probados en el marco de la clínica y no excluyen ciertas investigaciones y estudios estadísticos. Consideramos que la agudeza clínica de los test proyectivos compensa el menor rigor estadístico existente. El papel de la proyección apreciada en las técnicas proyectivas ayuda a poder predecir, a partir de ciertos datos clínicos, una determinada variedad de conducta (la interpretación de carácter clínico, que nunca es arbitraria, responde también, por su parte, a todo un sistema de evaluación). La situación de exploración proyectiva implica una percepción de un estímulo (que en los test gráficos es la hoja en blanco), a la vez que también se da un recuerdo de algo del pasado y una cierta ansiedad actual (a causa de la situación exploratoria); es decir, una interpretación subjetiva, por lo que: "lo nuevo, es igual a lo antiguo más una corrección". Pero como sucede en toda intervención de cariz psicodinámico, para que en la aplicación de los test gráficos puedan aparecer ampliamente estos aspectos de la proyección del sujeto, se han de tener en cuenta, algunos de los aspectos de su práctica específica, como los que se apuntan, a continuación: Test proyectivos gráficos: similitud con aspectos de la práctica psicoanalítica -Libertad que se proporciona al sujeto -No estructuración y ambigüedad del material -Tiempo abierto para dibujar -Consigna según el propio deseo del sujeto -Neutralidad benévola desde el psicólogo -No directividad del psicólogo -Análisis de la transferencia y contratransferencia del psicólogo -Asociación de ideas -No existir influencia cultural ninguna en todo el proceso
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1.2. El simbolismo de los gráficos Los primeros exploradores de la psicología proyectiva aplicada al simbolismo de los test gráficos han sido P.Shilder, L.Bender, J.Buck y K.Machover. Gracias a sus esfuerzos, los psicólogos han ido conociendo los conceptos acerca de la imagen corporal (concepción interna que el individuo tiene sobre su propio cuerpo y de sus funciones en el mundo social), a partir de un trabajo creciente de verificación y fundamentación sobre estas técnicas durante más de 70 años, en lo que se refiere a su aplicación a los problemas clínicos. Escribir y dibujar a través de la mano requiere no sólo del control del espacio de la hoja de papel en blanco, sino también de una postura, una actitud y un tono muscular propio, enormemente condicionados por el estado psíquico y la personalidad que uno tiene. Cada rasgo gráfico primero ya se efectuó en nuestra mente, en nuestro cerebro y luego se integra con el recuerdo de algunas percepcionesmemoria vividas en nuestro pasado que nos han influido (registros emocionales, sensoriales o mentales), para poder llegar a transformarse a través del movimiento grafomotor en un mensaje o comunicación con algún significado. El dibujo consiste en la exteriorización de una imagen mental previamente internalizada. J.Piaget y B.Inhelder (1969) La hoja en blanco representa el propio mundo del sujeto y al dibujar con el lápiz establecemos nuestra comunicación con este mundo (es un lenguaje simbólico como expresión gráfica que queda representada en el papel). La hoja blanca, objeto incompleto o ausente al que el sujeto ha de dar forma y sentido, opera como objeto que debe ser recreado, cosa que incide en que tenga aquí un papel fundamental la simbolización. Al dibujar, se trata de que el sujeto establezca contacto con ese objeto incompleto que debe reconstruir a través de un intenso trabajo interno, exitoso o no, de búsqueda dentro de su mente de significados, nexos, que dará lugar, como producto, a su posterior respuesta, ya sea gráfica o verbal. El dibujo que resulte, la historia que confeccione, el comentario, la respuesta, etc., será un nuevo objeto, una creación personal específica, a partir de un elemento de realidad, como es la consigna que el psicólogo le da de que dibuje. El dibujo surge en la evolución como expresión de la necesidad infantil de recreación 30
de los objetos internos y del mundo externo que le rodea. Igual que un artista define y transmite en su creación diferentes sensaciones, los niños y los adultos proyectan, tanto en el proceso de elaboración del dibujo como a través de sus respuestas y contenidos gráficos, sentimientos, afectos dolorosos, tensiones internas y huellas de experiencias pasadas y actuales que resultan movilizados por la consigna del psicólogo al invitarle a dibujar (Vives, 2005). El acto de dibujar el papel es ese espacio potencial que ha de llenarse de acuerdo a las experiencias vitales del sujeto, entre ellas, la más importante: la posibilidad de confiar. Cuando un niño pierde esa confianza básica en el otro (y a resultas de ello, también en sí mismo), pierde la posibilidad de poder utilizar sus símbolos. Plaut afirma que la capacidad de formar imágenes y usarlas de manera constructiva, por recombinación de nuevas figuras, depende, a diferencia de los sueños y fantasías, de la capacidad del individuo para confiar. El verbo esperar tiene una raíz común con la palabra esperanza (la posibilidad de creer en el futuro, confiar en los demás y lograr un espacio para sí mismo depende de cuánto logremos ampliar la capacidad de espera). La capacidad de espera es aquella función del yo necesaria para el desarrollo y crecimiento del ser humano (implica tolerancia y aceptación de contradicciones, diferencias y semejanzas) relacionada con la angustia que permite el pensamiento y la acción. Según Winnicott, en el espacio potencial que queda entre el mundo interno y la realidad objetiva del niño, se va desarrollando la capacidad de espera por medio del juego y su variante el dibujo. En el espacio que va creando la capacidad de espera se va desarrollando la simbolización, la cultura, y uno de sus emergentes, el dibujo. El sujeto suele proyectar a través del dibujo sus necesidades íntimas y sus tensiones, su mundo emocional, sus concepciones privadas sobre su propio mundo físico y social, y todo ello a través de sus esfuerzos por organizar en aquel momento su pensamiento, su conducta y su manera de relacionarse con esos mundos diferentes, para que, de su mente y de su mano, pueda surgir alguna cosa dibujada sobre el papel. Podemos analizar cada dibujo realizado como una huella del tipo de objetos que somos capaces de crear, con unas cualidades manifiestas de estar completos o incompletos, rotos o inarmónicos, estéticos o feos, estructurados o desestructurados, integrados o desintegrados, etc., según la capacidad interna de reparar que cada uno de nosotros tengamos, puesto que, cada estímulo proyectivo pone a prueba la capacidad de recrear, asentada en la capacidad reparatoria del sujeto. 31
Sabemos que la realidad psicológica y social está coloreada por los valores, necesidades, impulsos, deseos y fantasías que posee cada persona. Rorschach mismo dice que hay una jerarquía en los mecanismos de expresión humana que va desde lo que es más básico (producto del pensamiento primario), donde existen formas primitivas de organizar el mundo, determinadas por los impulsos o principios difusos más instintivos (como podremos apreciar en la figura 1.2 de una adolescente con una grave esquizoidía), hasta unos bien logrados y organizados sistemas de valores y actitudes, que encontramos en las personas con un pensamiento secundario más maduro y elaborado (como en la joven sana de la figura 1.3). Esto lo podemos ver también comparativamente cuando, por ejemplo, en una mancha del Test de Rorschach no tiene la misma significación que un sujeto pueda ver en una lámina una nube (reflejando un contenido difuso en sus límites, impreciso, sin una forma definida y vaga), o que por ejemplo pueda ver un oso (que presenta una mayor precisión, definición y calidad de la forma), características que también podemos aplicarlas a los test gráficos. Para ejemplificar estos aspectos, a continuación expondremos dos imágenes sobre el Dibujo de una familia, pertenecientes a dos chicas adolescentes que presentan distintos funcionamientos (de normalidad y patología, respectivamente), en su personalidad.
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Figura 1.2. Test de la familia de una adolescente esquizoide.
El test de la familia que muestra la figura 1.2 pertenece a una chica de 15 años, esquizoide grave, que tras la muerte del padre denuncia judicialmente a la madre por dejadez y abandono de sus deberes maternales, por causa de su nueva pareja. Su biografía se había destacado, frecuentemente, por una ausencia de implicación materna efectiva, falta de límites educativos y una gran complacencia y condescendencia paterna. Ante la crisis adolescente seria que presentaba, fue derivada urgentemente a un servicio de salud mental. Resultan llamativos diversos indicadores gráficos: -Dibujo esquemático, regresivo, rígido y desvitalizado (inicio de despersonalización en la muchacha). -Trazo tipo bosquejo que traduce una gran ansiedad. -Figuras sin rostro (problemática a nivel de identidad; presencia del mecanismo defensivo de negación de la realidad). -Falta de límites entre los cuerpos y las ropas (presencia de identificación proyectiva masiva, confusión en su identidad). -Ausencia de pies en los padres (falta de seguridad y sostén básico, déficit en el contacto con la realidad). -No se dibujó a sí misma aunque finalmente colocara su figura en el extremo (pero identificándose con el niño más pequeño, en la historia verbal).
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Figura 1.3. Test de la familia de una joven sana. El test de la familia mostrado en el figura 1.3 pertenece a una joven de 22 años con una personalidad neurótica, básicamente sana. De sus antecedentes evolutivos destacan, entre otros: una evolución bastante normalizada, afectiva y mentalmente, buena estudiante, responsable, algo introvertida pero con vínculos muy significativos: -Dibujo con la gestalt o formas de las figuras, enteras y conservadas (identidad lograda). -Es un dibujo comunicativo (las figuras vinculan, crean e interactúan entre sí). Destaca la figura del padre con el pelo ennegrecido, sentado y leyendo ("en sus cosas"), como expresión de un padre pasivo y, según ella apuntó, muy depresivo en la realidad familiar. -El trazo, más allá de reflejar algunos rasgos obsesivos o de inseguridad, es lineal y continuo.
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Pedro Pérez refiere que en los test gráficos se da la confluencia de tres ejes importantes: la acción psicomotriz (al graficar), la representación mental (en la imagen mental representada en el dibujo) y el relato verbal (lo que cuenta), que nos remiten a la necesaria capacidad lúdica del sujeto frente a la tarea y a la vida, en general (capacidad de simbolización), al necesario control y madurez motriz, a los referentes internos (sobre sí mismo, su cuerpo y los objetos internos más significativos), al tipo de espacio que el sujeto posee (o fusionado con el otro - dual, o tridimensional - o de relación triangular con un tercero), y al valor comunicacional y simbólico. El niño, inmerso en un mundo de lenguaje y símbolos ya desde antes de su nacimiento, en la mente de sus padres) y después, con la relación real primitiva madrehijo, representa el modelo fundamental de toda relación posterior con la realidad y sus representantes.
Figura 1.4. El niño está inmerso en un mundo de lenguaje y símbolos incluso desde antes de su nacimiento. El niño sólo tiene el cuerpo para expresarse. En su arcaica prehistoria, el contenido de las palabras que recibe son menos importantes que todas las percepciones táctiles, olfativas, visuales y auditivas que tiene, es decir que toda su sensorialidad, la satisfacción básica de la cual es esencial para su equilibrio emocional. Por otra parte, no hay necesidad instintiva, ni situación angustiarte, ni proceso mental alguno en el ser humano,
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que no se desarrolle a partir de lo que él llama objetos externos, como son los representantes de las figuras familiares reales más significativas para el ser humano en el inicio de la vida. Muchos autores del campo psicoanalítico sostienen que existe un poderoso impulso que tiende a ligar las fantasías que cada uno tiene ya desde el principio de la vida, a estos diferentes objetos (que pueden ser personajes reales de la vida o fantaseados), los cuales posteriormente se convierten en símbolos (símbolos-fantasías que permiten una salida o un cauce para las emociones del bebé). La percepción de la realidad nunca se libera de la influencia del mundo interno, distinguiéndose relaciones objetales conscientes (productos de interacciones reales con las personas) y relaciones objetales inconscientes que contienen objetos terroríficos o bondadosos imaginarios producidos por la actividad de la fantasía inconsciente en el desarrollo temprano, derivados de la frustración de las necesidades biológicas más primarias vividas con estos objetos. Los datos sensoriales de la experiencia emocional en el bebé, faltos aún de significado al principio, son transformados en la mente en símbolos gracias a la función maternal de "reverie" de la madre, por la que ésta conecta con el hijo de una forma suficientemente favorable y trata de interpretar, traducir y expresar verbalmente sus sensaciones corporales, gestuales, sensomotoras, preverbales, instaurando comunicación, significado y sentido a lo que al pequeño le pasa o siente, cosa que irá posibilitando progresivamente en él la formación de símbolos, fundamento de toda sublimación y de relación adecuada con el mundo (F.Mora, experto neurólogo, lo relaciona con la estimulación de una mayor interacción mutua entre los dos hemisferios cerebrales, izquierdo y derecho). La articulación de los rasgos verbales, junto con la representación mental de las cosas, hace posible el establecimiento de los procesos psíquicos secundarios de pensamiento (una buena y fluida intercomunicación básica con la/s persona/s más significativa/s en los momentos iniciales de la vida permite una mayor interacción neurológica paulatina entre los dos hemisferios cerebrales). Winnicott refiere el término madre "suficiente buena" que proporcione un maternaje básico y necesario en el niño en sus comienzos evolutivos, para que se pueda dar la existencia de un espacio transicional, de una separación mental adecuada entre los dos (madre-hijo). Ello posibilita una evolución gradual del simbolismo (como por ejemplo cuando éste primero la puede llegar a reencontrar o llegar a sustituir con el pecho, luego con el dedo en la boca, con el chupete y, posteriormente, con múltiples representantes, como un osito de peluche, entre otros, relaciones interpersonales con los demás, y ya en la adultez simbólicamente, con actividades más elaboradas como representan la escritura, la pintura, la creatividad artística, los hobbies, la cultura, las aficiones, el sentido del 36
humor, los chistes, la música, el teatro, la cultura, entre otros, pudiéndose también aplicar, por otra parte, a los test gráficos, en relación a la hoja en blanco. Si en la época temprana de la vida existe una gratificación básica en la función básica de la "alimentación" en toda su amplia dimensión (no sólo fisiológica sino también de internalización o alimentación psíquica, entre otras), se dará un buen indicio de cara a desarrollar un yo enriquecido y con fuerza para soportar y manejar las ansiedades, siempre que éstas no sean excesivas. Le favorecerá como sujeto la existencia del juego o espacio lúdico necesario que le permitirá trascender el puro concretismo, de pegoteo con el otro, de una pérdida de distancia con las cosas o del uso de una excesiva identificación proyectiva masiva al tomarlo todo al pie de la letra, de forma autorreferencial, y le facilitará desarrollar simbolismo. La relación de objeto y la relación interpersonal tal y como es vivida en el mundo interno del bebé es la clave-guía para comprender la estructuración de la personalidad, la enfermedad mental y la psicopatología. Para las teorías psicoanalíticas, la capacidad de simbolización es un proceso que permite la capacidad de establecer vínculos creativos entre el mundo exterior y las significaciones emocionales del mundo interno (Bion, 1963). Por otra parte, es una posibilidad humana que permite diferenciar entre lo que es la realidad y lo que son sus representantes, estableciendo nexos de significación, gracias a la función por la que la persona podrá establecer una distancia óptima del objeto exterior, "el otro", podrá anticipar, prever y retardar las satisfacciones pulsionales, tener una vida psíquica estable, y poder relacionar, a la vez que distinguir, entre lo que es el lenguaje y lo que es la realidad, por una parte, y la fantasía y la realidad, por otra. Concluyendo pues, nos encontramos con que toda comunicación, inevitablemente se da por medio de símbolos. Desde el pensamiento en imágenes (según Levobici), los pensamientos preverbales o símbolos primitivos (según J.Corominas), se va yendo hacia unos símbolos cada vez más abstractos. Desde el objeto como representante, el símbolo irá evolucionando hacia la palabra, el dibujo, la escritura y las frases gramaticales que expresan una experiencia emocional, conceptos, criterios, ideas... todos estos últimos, símbolos completos. Hemos ido viendo cómo la incorporación de la afectividad y los procesos inconscientes en el establecimiento de relaciones de significación otorga un papel significativo al objeto exterior inicial en la vida (la madre o sus representantes) y a su afecto, en la posibilidad de que un niño pueda ser capaz de simbolizar, vinculándose la psicopatología a las dificultades de simbolización (como es la estereotipia, la compulsión 37
a la repetición, ideas fijas, y tics, que, en su sentido más am plio, son ejemplos de funcionamiento asimbólico, fenómenos que se repiten sin modificar, sin evolución, cuando la función simbólica queda trabada o impedida, como sucede en los funcionamientos personales muchas veces, perturbados o psicóticos). Ello ocurre cuando predomina en el propio niño excesiva agresividad o malas experiencias iniciales vividas, que interfieren en la posibilidad de encontrar y aceptar objetos nuevos, quedando así dificultada la integración de su personalidad. Porque sin un buen desarrollo de la función simbólica no puede haber espacio mental ni contención de las emociones en la mente, y aquellas pueden derivar, inevitablemente, hacia trastornos de la corporalidad, con eclosión de las enfermedades psicosomáticas, mentales o hacia "actuaciones graves". Y estos aspectos también aparecen y quedan reflejados inevitablemente en las producciones gráficas, como en el siguiente test gráfico (figura 1.5).
Figura 1.5. Test de la pareja de un joven psicótico. La figura 1.5 muestra el Dibujo de la pareja de un adulto joven psicótico. Los 38
indicadores formales de trazo tipo bosquejo, transparencias en los brazos, inade cuación lógico-formal en la cara-perfil hacia la zona izquierda, ausencia de órganos vitales significativos, intrusión de los trazos entre sí y enmarañados, imagen grotesca y bizarra, distorsión formal, entre otros, nos indica la presencia de patología en el resultado gráfico global asimbólico. 1.3. Principios de orientación teórica en la que se basan las técnicas proyectivas gráficas En el hombre existe una tendencia a ver el mundo de manera antropomórfica (a través de su propia imagen) y ello facilita los aspectos proyectivos implicados en los dibujos de una casa, un árbol, una persona, un animal y otros. La esencia de la visión antropomórfica del medio surge del mecanismo de proyección, por el cual uno atribuye los propios sentimientos, cualidades, actitudes y esfuerzos a objetos del entorno: personas, cosas u organismos. Lauretta Bender (1964), por otra parte, también apuntaba que existen en el ser humano unas tendencias de funcionamiento perceptivo, motriz y psicomotriz, muy precoz en la vida, antes de la comprensión y uso del lenguaje, en la fase preverbal, cuando se tienen las primeras y básicas experiencias con las personas más significativas de la vida. El sistema interpretativo de los dibujos proyectivos se ha basado esencialmente en estudios experimentales para la utilización de los test gráficos como métodos de evaluación de la personalidad, que han provisto muchos datos promisorios, aunque aún no hayan resultado concluyentes (Kotkow, Dumelt, Fisher y Fisher, E.Grassano, R.Frank de Verthely, Levy, De Martino, Piotrowski, Hammer y Bell, Buck, F.Doltó y Bellak, entre otros). Algunos antecedentes sobre la importancia del dibujo la han proporcionado también autores como Freud (en relación con la interpretación de obras de arte como la estatua de Moisés de Miguel Ángel y la obra de Leonardo de Vinci, traduciendo sus implicaciones afectivas). Sofía Morgenstern, terapeuta que trató a un chico de nueve años por autismo psicógeno, aportó una experiencia fundamental sobre la comunicación del dibujo que permitió un tratamiento exitoso del pequeño, aunque desgraciadamente casi no contamos con nada de las aportaciones escritas directamente por ella. El sustrato teórico de estas técnicas es, pues, el de las teorías dinámicas de la personalidad. El énfasis principal está en que proporciona una visión de la personalidad del individuo y una aceptación de un sustrato inconsciente en el que residen los impulsos, 39
tendencias, conflictos, necesidades, etc., todas ellas inferidas del comportamiento de los individuos humanos (Fernández Ballesteros, 1981). 1.4. Supuestos básicos sobre los que se sustenta la interpretación de los gráficos Los dibujos, al igual que todos los actos (errores, sueños, lapsus línguae, conversiones somáticas, etc.), están determinados por factores psicodinámicos nucleares. Esta nuclearidad surge como resultado del concepto de "imagen corporal" que tiene cada uno de sí mismo, y de la traslación simbólica de las actitudes psicomotrices, en características gráficas. Aunque los dibujos estén determinados por una combinación de factores culturales, biomecánicos, transitorios y caracterológicos, éstos pueden ser aislados, identificados y, hasta cierto punto, cuantificados. Existen operaciones intermedias entre los detalles de un dibujo y las fuerzas que lo determinan; estas operaciones poseen una gramática y sintaxis similar a las que gobiernan los sueños oníricos, las estructuras de la fantasía y los desplazamientos somáticos. Estudios sobre pluralismo de W.James, sobre símbolos lingüísticos multidimensionales de J.Joyce, interpretación de los sueños de Freud, exploraciones sobre el simbolismo de Koch, Stekel y Jung, y de M.Klein, entre otros, lo han sustentado. Por otra parte, la concepción de Jung sustenta que el mundo inconsciente, colectivo o personal, puede representarse artísticamente a través de imágenes y símbolos y que estas imágenes y símbolos se manifiestan en la pintura, la escultura, la poesía, la danza, la música, la literatura, el dibujo, entre otras muchas formas, y son expresiones del aspecto creativo del ser humano, cuyo origen se encuentra en el inconsciente, el centro de la creatividad. Él refiere que las imágenes del inconsciente colectivo son arquetípicas y las encontramos en los sueños y las fantasías, en los mitos, en la religión y los dibujos, siendo algunos de los medios de "transmisión" de los arquetipos, que forman el sistema universal de creencias, historia y educación. Comprender y reconocer que los símbolos que aparecen en los dibujos pueden provenir del aspecto colectivo del inconsciente nos ayuda a responder algunas preguntas concretas relacionadas con los dibujos y su interpretación. Hay toda una similitud de los dibujos con los sueños. El sueño sólo se transformó en un camino regio para acceder al inconsciente cuando se lo pudo imaginar como una
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escritura en imágenes. El dibujo y el sueño se anudan los dos en un elemento común que es la consideración de la figurabilidad, nombre que Freud da a lo figural como región autónoma de escritura, con sus particularidades propias. En relación con ello, Sarah Kofman se refiere a lo que resulta "intraducible al lenguaje de la razón", para los occidentales, cuando dice que en nuestra sociedad otorgamos demasiada primacía a la conciencia y el logocentrismo, y no a lo inconsciente o figurable.
Figura 1.6. El sueño y el dibujo tienen en común la figurabilidad. El sueño aparece como una producción, fruto del trabajo del psiquismo, y sobre esta base hay que considerar también el conocimiento del grafismo. Según ello, la consideración que se haga del grafismo es idéntica al examen de los sueños, que permite descubrir una nueva forma de abordar la imagen onírica cuando, enlazándola con lo verbal, le permite resignificar contenidos psíquicos del sujeto, resistiendo la tentación del sentido inmediato. 1.5. Fundamentación empírica de los test gráficos 41
La interpretación de los dibujos proyectivos se basa empíricamente en los siguientes puntos fundamentales, desarrollados inicialmente por E.Hammer. Elempleo de los significados simbólicos comunes en psicoanálisis y folclore, derivados de los estudios que los expertos clínicos han realizado sobre sueños, mitos, fantasías y otras actividades impregnadas de determinismo inconsciente. Laexperiencia clínica con los mecanismos de desplazamiento y sustitución, así como en una amplia gama de fenómenos patológicos, en especial síntomas de conversión, compulsiones, fobias y estados psicóticos, que sólo pueden comprenderse dentro del marco que ofrece el concepto de simbolismo. Podemos encontrar en la elaboración inconsciente del dibujo el trabajo de condensación y desplazamiento del cual Freud decía que constituían las dos grandes operaciones a las que debemos la forma de nuestros sueños. -El descubrimiento de la simbolización a través de las asociaciones del sujeto. El dibujo sirve en la misma medida que las otras producciones privilegiadas (sueños, ensueños diurnos, síntomas) junto con las asociaciones libres de las palabras que se nos suministra en cada ocasión. El no respetar las categorías usuales del tiempo, las libertades tomadas respecto al principio de no contradicción muestran que si el proceso de pensamiento inconsciente tiene su lógica, ésta se opone a la lógica de nuestros procesos de pensamiento consciente. -La evidencia empírica derivada de las investigaciones y el estudio de los dibujos previos de pacientes tratados, a lo largo de la historia y hasta el momento. Las simbolizaciones evidentes que surgen del inconsciente de los psicóticos que impregnan la hoja de dibujo. -La correlación entre los dibujos proyectivos realizados a intervalos durante el curso de una terapia psicológica, y el cuadro clínico en los momentos en que se realizan los dibujos (correlaciones directas). -La congruencia interna entre los distintos gráficos. En algunas ocasiones, cuando no se da coincidencia entre las distintas técnicas incluidas en la batería proyectiva (entre, por ejemplo, los dibujos y el comportamiento del sujeto, su historia, otras técnicas y otros dibujos), más que una verdadera contradicción, se ha comprobado que manifiestan una complementación entre ellos, pues permite detectar el mismo conflicto (véase capítulo 8 de Psicodiagnóstico diferencial con test gráficos, de la autora).
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-El sistema interpretativo de los dibujos proyectivos basados en los estudios experimentales (autores antes mencionados). De todas formas, las inferencias efectivas que obtendremos a partir de los dibujos proyectivos no sólo surgirán desde el bagaje formativo que posee el propio psicólogo, y del conocimiento y experiencia que éste tiene de su herramienta clínica, sino también de los conocimientos teóricos sobre los principios psicodinámicos. Una noción sobre los detalles mecánicos de la interpretación gráfica nunca podrá sustituir al conocimiento de la dinámica de la personalidad y de los síndromes clínicos, bagaje preliminar que resulta del todo indispensable para el dominio de las técnicas proyectivas gráficas.
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Las diferencias cuantitativas y cualitativas en los dibujos por parte de muchos autores expertos en test gráficos han sido vinculadas con la edad cronológica y la madurez intelectual y de personalidad de un sujeto, formando así la base de conocimiento de la evolución psíquica del mismo. Goodenough, Bender y Koppitz, son algunos de los autores más representativos, entre otros, que han realizado investigaciones significativas al respecto. 2.1. El grafismo y su relación con el cuerpo Toda actividad psíquica se apoya en una función biológica o experiencia corporal. Todo lo psíquico se desarrolla con una referencia constante a la experiencia corporal. En la evolución del grafismo también se aprecia lo de que en un principio todo el "yo" es corporal (Freud), ya que todo tiene su origen en la superficie del cuerpo, en la envoltura corporal (se da una interrelación constante entre las percepciones externas del sujeto y las internas, entre la motilidad y el mundo externo; de ahí la importancia crucial que tiene la sensorialidad, según alude D.Anzieu). El significado de los objetos (es decir, de las relaciones más básicas y significativas de la vida) primero es experimentado como inseparable de las cualidades sensoriales que se pueden percibir en su superficie táctil (de ahí que primero se dé con ellos un espacio bidimensional, plano, y posteriormente ya, con la organización del espacio psíquico, un espacio tridimensional o interno, de los objetos más diferenciados). No es casualidad pues, que a nivel popular, desde la calle y en relación con el cuerpo, exista el conocimiento de toda una vinculación entre la semántica y las frases populares que existen, una relación entre determinadas funciones básicas psicosensoriales del maternaje mantenido con el bebé y su maduración corporal y nerviosa (entre ellas, por ejemplo: "poner el dedo en la llaga, me "huele" mal, tener "mano" dura, tener "mano" izquierda, acariciar una idea, meterse en "su piel", entrar en "contacto", un odio "visceral" etc.).
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Nuestros sentidos influyen sobre la motricidad, y ésta, a su vez, sobre los sentidos. El gráfico que dibujamos pone en juego actividades perceptivas, sensoriales, cognitivas, emocionales, motrices y simbólicas, relacionando el pensamiento más primario que tenemos (a través de la totalidad de las sensaciones del cuerpo y de los impulsos, de lo más instintivo e inestructurado), con el pensamiento más secundario (como son las emociones y las funciones superiores de la mente: la atención, concentración, reflexión, capacidad de juicio, razonamiento, capacidad lógica, etc., bases del pensamiento). Freud refiere que estos procesos psíquicos, ya más maduros, empiezan básicamente con la atención, que el niño pueda prestar atención; después puede devenir la concentración, y ya, con ella, paulatinamente la reflexión y la memoria, funciones esenciales y necesarias para que el sujeto pueda efectuar un básico aprendizaje. Este, por lo tanto, es inconcebible sin que previamente exista en todo sujeto una situación suficiente de equilibrio afectivo interno que le permita poder incorporar bien la información del ambiente y, con ello, lograr ir estructurando un proceso de aprendizaje. En el gesto gráfico los elementos verbales provienen del hemisferio izquierdo y los espaciales del hemisferio derecho, conjuntamente con la visión global y semántica del dibujo o la palabra escrita. Concretar cada gesto gráfico se realiza básicamente por medio de la actividad del cerebro frontal programador, y la del cerebro llamado límbico (área singular), el cual, relacionado con las conductas emocionales, afectivas y motivacionales, también permite la ejecución del rasgo gráfico. El dibujo, más allá de un producto de la mano, es un producto proveniente del cerebro, desde donde surgen los impulsos motores que cogen y mueven al lápiz. El dibujo une la experiencia sensorial y el pensamiento, que puede desarrollarse cuando el niño logra contener y controlar sus orificios limitantes (ojos, boca, ano y nariz). Y de ahí que una adecuada experiencia básica oral, anal y genital sea lo que le permitirá el progresivo control de sus orificios corporales para devenir persona (como por ejemplo en un mayor control de la baba, excreciones, lágrimas, etc.). Con la adquisición de la manualidad podrá transformar luego sus sustancias corporales concretas: orina, saliva, mucosidad, materias fecales y sus representantes simbólicos en los materiales colorantes, para pintar a su vez superficies donde haya podido establecer ciertos límites ya sea, papel, pared o suelo.
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Figura 2.1. Impresiones de las manos de niños de 3 y 2 años de edad. El "soy" siempre deberá preceder en el sujeto al "hago", pues de lo contrario carecerá de sentido para el individuo el "hago" (como por ejemplo, el niño que, a los pocos años, ya se autodenomina como "yo" en primera persona y no como "el nene" o "el Pepe", con su propio nombre). En relación con ello, cabe destacar la importancia que tiene la mirada y el tacto (la mano) en la identificación proyectiva, como fuentes, tanto introyectivas como proyectivas, base de las interacciones de comunicación (ya que detrás de la percepción del sujeto se encuentra siempre una personalidad, y dentro de ésta, sus experiencias vitales, fantasía y mundo imaginario, características fundamentales de la vida psíquica que permitirán la proyección interna, el desplazamiento de conflictos en el exterior de uno y la condensación, donde el signo-símbolo puede reemplazar al objeto; representación mental, que, sea cual sea el grado de abstracción, pasará siempre obligatoriamente por una configuración corporal). En el dibujo, además de la representación real de la imagen corpórea, expresión de las identificaciones parentales, el hecho muscular también encierra el aprender a aprehender 47
con la mano, a lograr el equilibrio y dibujar, es decir, la identificación con la función muscular paterna. Al tomar el lápiz, tiza o elemento que sirve para trazar el dibujo, el niño logra asir, en forma creciente y equilibrada, aquella imagen fuerte parental, acompañante y continente.
Figura 2.2. Al tomar el lápiz el niño logra asir la imagen fuerte parental.
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Sólo cuando se establece la posibilidad de relación con un tercero (conceptualizado ello, desde el punto de vista psicodinámico, como superación del complejo de Edipo), se llega a una unidad emocional del cuerpo y a una relación objetal completa (a través de poder integrar a la vez, lo bueno y también lo malo, que hay en uno y en toda otra persona); por ello, para lograr una imagen interna unida del propio cuerpo, es tan importante que uno pueda lograr la identificación y la personificación. El límite será la condición que permitirá al aparato psíquico establecer las diferencias en el interior de sí mismo, entre lo que es psíquico y lo que no lo es, entre sí mismo y los demás (los sentimientos de despersonalización que aparecen en un sujeto surgen de una vaguedad de los propios límites personales que incide en que no sepa bien quién es, qué es lo propio o ajeno, pudiendo conllevar riesgo de confusión psicótica). 2.2. Niveles de maduración gráfica. Evolución del grafismo El orden evolutivo del dibujo es notablemente constante cualesquiera que sean los antecedentes sociales en los niños, y sigue, por otra parte, un cierto orden esperable. Por ello, y en relación con los gráficos, el conocimiento de las secuencias evolutivas siempre resulta esencial para todo psicólogo si no se quiere tener por desviación o signo de patología lo que sólo es la inmadurez de una psiquis dentro de un proceso normal en el sujeto. 2.2.1. En los primeros años La maduración neuropsicológica del niño presenta un progresivo desarrollo desde el lactante, en el que aún no se da una relación entre el ojo y la mano (existe un divorcio entre los dos, cada uno va por su lado), hasta la definitiva coordinación óculo-manual (que implica un control progresivo y definitivo de los diferentes orificios corporales). La mano tiene una compleja evolución para comportarse como tal. Al principio, el lactante de poco tiempo no presenta relación entre ojo y mano; progresivamente, al mover su mano dentro del campo visual se sorprende, y la repetición de ese gesto le produce alegría y se entretiene pasando la mano por delante de sus ojos (el ojo sigue a la mano). A partir de los 6 meses, la mano ya es dirigida hacia los objetos presentes para manipularlos. El ojo tratará de guiar a la mano y, progresivamente, estará, cada vez más, en condiciones de agarrar un lápiz y de hacer rayotes.
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Figura 2.3. Garabatos. En los orígenes del dibujo infantil, el niño sólo tiene la intención del movimiento rudimentario sobre el papel derivando el placer de esta sensación kinestésica y del dominio que va ganando con los movimientos, logrando objetos inventados por él (posteriormente dotados de asociaciones primitivas), producción totalmente propia y no producto cultural, a través de los garabatos incontrolados (pendulares, de golpeteo con puntos, comas, plumeados, tachaduras, circulares, envolturas que representan la búsqueda de la contención afectiva, etc.); cada parte va a su aire y con una impresión de confusionalidad (como un magma) siendo imposible, al principio, su reconocimiento o interpretación, incluso por él mismo. A los 15 meses, el pequeño sólo acertará a dibujar garabatos sin ningún sentido, su intencionalidad es gestomotor y su interés sólo está en la impresión-huella gráfica que produce, en sí misma (hay impulso motriz pero no una representación mental). No existe aún una relación integrada entre movimiento, trazo y figura. De los seis meses a los dos años, esta descarga motora sin mucho sentido que el niño realiza le hace producir líneas discontinuas, correspondiendo a la llamada fase del 50
garabato, según Luquet. Por otra parte, Sully afirma que: "los grafismos infantiles pueden ser cognitivos, afectivos o de ambas clases".
Figura 2.4. Garabatos. Los símbolos son fases previas a los conceptos, una fusión de imágenes cargadas de sentimiento. Jung afirma que "un verdadero símbolo aparece de verdad cuando hay necesidad de expresar lo que el pensamiento no puede pensar o lo que sólo se adivina o siente". El lenguaje oral, progresivamente más desarrollado que el dibujo del niño en estas edades, acudirá a auxiliar al lenguaje gráfico creando un lenguaje mixto originado por la coincidencia de los dos sistemas simbólicos; aunque no hemos de olvidar que la palabra nunca podrá sustituir a la forma por la que se expresan nociones y conceptos innombrables tanto verbalmente como por cualquier otro medio (pensamientos informulables en esta etapa, como dice Piaget); surgen del interior estados afectivos y pulsionales (de amor, odio, etc.) y sensaciones propioceptivas, kinestésicas, visuales, olfativas y gustativas, posturales y motrices (muchas formas celulares dibujadas parecen originarse en sensaciones propioceptivas surgidas inconscientemente en la psique), que a 51
través de las manchas y tachaduras de sus dibujos son igual de difíciles de poderse limitar en esta edad, como sucede también en el niño en sus otras manifestaciones de conducta habituales.
Figura 2.5. Garabatos pertenecientes a un niño de 3 años.
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Poco a poco y con el tiempo, el niño irá encontrando sentido y similitudes entre sus garabatos y lo que ve en la realidad y, a los 18 meses, ya le saldrá la línea vertical (vestigio del cuerpo erecto). Progresivamente, irá desarrollando la imagen corporal (como representación interna de una imago inconsciente u objeto interno), registro imaginario inconsciente de base afectiva, que nos indica que el cuerpo ya es vivido como un primer medio de relación con el otro). Ello se diferencia del esquema corporal como unidad física y que depende más de un registro sensoriomotor e intelectual (el cuerpo como instrumento de acción en el espacio y sobre los objetos, preconsciente, y de base neurológica). Wolff señala que el niño durante los dos primeros años tiene su individualidad fundida en el medio externo y sus trazados (garabatos desordenados) se funden con el espacio gráfico, rebasando sus límites sin lograr establecer diferencias entre dentro y fuera. "El círculo no sólo representa la redondez, sino la cualidad más general de la "cosidad", es decir, lo compacto del objeto frente al fondo indeterminado" (Arnheim, 1979), concepto vinculado a la noción de identidad propia y algo diferente que ya se va forjando prematura y rudimentariamente en el niño y plasmando de esta forma en su grafismo (muchas veces, rellena su interior con rayotes/garabatos que nos indican ciertos vestigios del concepto dentro-fuera, de sí mismo).
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Figura 2.6. Garabatos realizados por un niño de 3 años y medio. En el dibujo están sintetizados los juegos fundamentales del primer año de vida. Pronunciar la primera palabra, a nivel psicodinámico significa para el niño la posibilidad de reparación del objeto amado y a la vez odiado, que puede reconstruir dentro y lanzar hacia el mundo exterior. Secundariamente, el niño experimenta que la palabra lo pone en contacto con el mundo en sus medios de comuni cación. De esta forma, el lenguaje y la marcha tienen el mismo significado del nacimiento: poder separarse, para recuperar, de otra forma distinta, el contacto con el objeto perdido. Eso también sucede con el gráfico, con un nuevo resultado: que se recupera el objeto (dibujo) y puede ser visto tantas veces como se desee. El hecho de que la imagen (tanto propia como ajena) sea fugitiva, en cierta medida puede angustiar al niño cuando es muy pequeño. Al dibujar la imagen, el niño alrededor de los dos o tres años descubre cómo poder recrearla y retenerla mediante dibujos y así poder disminuir la angustia, pudiendo luego convertirse en uno de los más frecuentes medios de expresión del niño.
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Poco a poco va teniendo conciencia de ser "distinto" al entorno, es cuando va surgiendo el garabato coordinado, produciéndose un cambio radical en el dibujo (grafismo y espacio mantienen sus trazados en los límites impuestos por el espacio gráfico). La conquista de la noción de identidad señalará la presencia de unidades, especialmente circulares cerradas o cuyas combinaciones representarán posteriormente el nacimiento de la primera imagen humana: el renacuajo.
Figura 2.7. Garabatos realizados por un niño de 3 años y 7 meses. Si le pedimos a un niño que dibuje una persona podremos valorar el grado de su conocimiento del esquema corporal y desarrollo intelectual. El conocimiento del cuerpo por parte de los niños se va haciendo progresivamente por fragmentos, destacando primero la cabeza y las manos, según refiere Aberastury. Al comienzo, la boca, zona oral (el bebé se lleva todo a la boca y frente a sus ojos), es el centro de donde parten las demás medidas espaciales, que luego dará paso a otras zonas erógenas distintas o puntos alrededor de los cuales se fijan las distancias con los objetos externos. A medida que el niño crece, nuevas distancias se irán creando en su mente, entre nuevos objetos. Y así los símbolos primitivos irán dando lugar a nuevos símbolos, que a su vez 55
movilizarán a los primeros desde sus distintas vertientes, verbales o plásticas, en una espiral en movimiento a través del tiempo. Las unidades formales básicas (círculo y segmento lineal), dibujadas aisladamente o reunidas en formas rudimentarias, constituyen el primitivo alfabeto del niño.
Figura 2.8. HTPP de un hombre esquizofrénico (ejemplo de deterioro evolutivo).
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Un ejemplo del deterioro evolutivo descendente aparece en los dibujos del HTPP (Test de la casa, árbol, persona, persona) de un hombre que padecía esquizofrenia, momentos recién posteriores al brote de descompensación personal, que ocasionó la muerte de su madre (véase el extremo esquematismo, desvitalización y robotización de las figuras humanas que se muestra en la figura 2.8). La correspondencia entre el desarrollo cronológico-evolutivo del dibujo y la adquisición de las funciones del pensamiento en un sujeto, según refieren Piaget y Wallon, se suele dar tanto en sentido ascendente y progresivo (desde el nivel sensoriomotor hacia el pensamiento abstracto), como se refleja, por ejemplo, en el "renacuajo" propio del niño de 3 años, así como en sentido descendente o regresivo (cuando, del pensamiento imaginativo, se va hacia el pensamiento concreto-operativo o sincrético, en el que se da una yuxtaposición de elementos, pero no una plena integración de ellos). La falta de percepción de profundidad en los dibujos está esbozada por superposición de planos, con un contacto de "piel a piel", de superficie, como una pegatina, un edificio junto a otro, "como si" (como el yo ficticio acomodaticio que Bleger define, a través del: "todo está bien, no pasa nada"...). 2.2.2. De los 3 a los 5 años A los dos o tres años las producciones muestran una creciente tendencia a los trazos circulares (fase del garabato redondeado después de plasmar el "tubo" o representación gráfica del cuerpo alargado). Primero, estos son enmarañados y después independientes, hasta llegar a descubrir una cabeza. La expresión del círculo como imagen primitiva se relaciona con la coordinación resultante del mayor desarrollo del sistema nervioso y, según algunas referencias psicoanalíticas, como modelo de la primera percepción del niño: los pechos maternos. En estos momentos es capaz de dibujar un círculo con palos o renacuajo (la cabeza y las piernas), manifestando ya intentos de control visomotor: el ojo ya guía a la mano. Existe ya significación e intencionalidad en lo que hace y le da incluso nombre, conduciendo al ojo y a la mano (la cabeza es ya la que definitivamente, según Freud refiere, regirá los accesos a la motricidad). Boutonier (1979) refiere que el hombrecito renacuajo es universal; lo dibujan todos los niños del mundo, pertenecientes a todas las culturas, pareciendo incidir en la universalidad de sus fuentes comunes de procedencia: los procesos genéticoformales comunes a todos los sujetos, y la base psicobiológica, también común, en la que se nutren las imágenes internas que las inspiran.
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Figura 2.9. Renacuajo universal. Progresivamente para el niño, lograr el control de sus movimientos será una experiencia vital crucial (adquirirá confianza en sí mismo y sentirá visualmente lo que realiza kinestésicamente). Aquí, se dará un pasaje del pensamiento kinestésico, representado por los movimientos, a un pensamiento imaginativo, representado por formas. La acción cederá protagonismo a la visión (representación con figuras), 58
correspondiéndose con el nivel perceptivo al que Wallon alude cuando tienen lugar las conexiones forma-grafismo y se establecen las asociaciones fundamentales entre trazo gráfico y la intención representativa (alcanzando mayor parentesco con el objeto real, icono, cuya asociación es descubierta con gran alegría por el niño).
Figura 2.10. Elaboración de los garabatos. La figura 2.10 muestra algunos ejemplos de dibujos de niños alrededor de los 3 años. Desgraciadamente, los grafismos posteriores, muchas veces dirigidos a satisfacer la presión o exigencias adultas, pueden asfixiar este tipo de realizaciones naturales experimentales del niño tan cruciales. Como adultos solemos ignorar la función esencial que realizan estas primeras imágenes espontáneas del niño y es posible que se empuje con sus actitudes a forzar o acelerar el curso natural de su desarrollo gráfico (pueden entrar en conflicto con las expectativas adultas que le rodean, pudiendo originarse estereotipos que dan lugar a cierta uniformidad que solemos apreciar en muchos dibujos infantiles, con falta de vitalidad propia). La familia y la escuela tendrían que conocer 59
estos procesos e intervenir de forma activa preservando y estimulando experiencias y ambientes idóneos para plasmar sus necesidades más básicas expresivas, intuitivas e inconscientes. Posteriormente, ya se presenta el dibujo propiamente dicho con una intención figurativa (fase preesquemática), ya que el niño irá diferenciado progresivamente el espacio de la realidad interna con el correspondiente a la realidad interna (con un mayor realismo). El garabato finaliza cuando los intereses motores ceden protagonismo a los visuales, como ocurre al final del tercer año (final de la llamada etapa preesquemática) cuando entonces las formas cobran protagonismo (a los 4 años). Aproximadamente a los cuatro años el niño ya podrá realizar una cruz (representativa de una figura erecta con los brazos) y, a los cinco, un cuadrado (el cefalópodo adquiere un tronco y adiciones, y podrá completar la imagen del cuerpo con cabeza, tronco y extremidades, representando todos los rasgos faciales y agregado progresivo de partes corporales). Sin embargo, en los dibujos de niños con problemas neurológicos solemos apreciar, entre otras características: -Un concepto inmaduro de la imagen corporal. -Persistencia de los trazos. -Planteamiento deficiente (sin calcular si hay o no espacio suficiente). -Impulsividad. -Salida de los límites de la hoja. -Desinhibición en la conducta. -Mala coordinación óculo-manual. En el cuadro mental evolutivo, primero es la "acción que guía al pensamiento" y la persona no es dibujada como un todo, sino sólo los detalles. Esto se define, según Luquet, como una incapacidad sintética por la que, antes de los siete años las figuras humanas son figuras segmentarias, como un aglomerado, existiendo una superposición de partes, cosa que denota la ausencia de un verdadero sentido de unidad o de volumen en la vivencia del cuerpo.
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Figura 2.11. Dibujo de una niña de 4 años, dentro de la normalidad. La figura 2.12 pertenece a un adolescente de 16 años, inmaduro y actuador de impulsos violentos (fue detenido por agresiones a una menor).
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Figura 2.12. Dibujo de cariz psicopatológico. Poco a poco, el niño va encontrando analogías vagas entre alguno de sus trazados y algún objeto real, siendo entonces cuando se considera ya una representación de objeto (generalmente imágenes de su entorno más familiar a las que rápidamente les otorga su nombre: realismo fortuito y equivalencias). Muchas veces el niño dibuja y va atribuyendo 62
significación al resultado, de forma improvisada, siendo frecuente que un mismo grafismo nos indique distintas cosas a la vez (como una figura de una niña de más de tres años, en que a partir de atribuir al gráfico un caracol, éste mismo pasa a representar la cara de una rana y luego otro objeto, a la vez). En este nivel perceptivo, según H.Wallon, tienen lugar las conexiones forma-grafismo, estableciéndose conexiones fundamentales entre el trazo gráfico y la intención representativa. De estas unidades, vendrán a destacar como cerradas: el círculo y el óvalo, el cuadrado y el rectángulo, la cerrada curvilínea irregular y la rectilínea, el triángulo, y el semicírculo. De las abiertas: además de la recta y el segmento, las quebradas y onduladas, los ángulos, la cruz y el aspa, los lazos y arcos. En las representaciones incipientes, como dijimos, él dibuja lo que sabe antes que lo que ve, estableciéndose cierta lucha interna entre lo que quiere dibujar y los medios gráficos limitados de que aún dispone, que generalmente acaban dominando a los otros. Por otra parte, al dibujar lo que ve y lo que sabe (según Piaget, realismo intelectual, que es diferente del realismo visual, donde dibuja sólo lo que ve), plasma lo de dentro del cuerpo, confundiendo sentimientos propios con realidad exterior, no respetando las reglas de la percepción y viendo afuera lo que está dentro (las transparencias, no relevantes en pequeños, ya son significativas a partir de los 8 años, indicando en adultos patología: problemas graves en la capacidad lógica, un rasgo muy característico en personalidades psicóticas). Como consecuencia de los notables cambios ocurridos a nivel cognitivo infantil, a raíz de las transformaciones socioculturales y educativas de los últimos tiempos (avance de la escolarización, introducción en el mundo del niño por la imagen, y la mayor atención que la escuela ha otorgado al dibujo), las etapas del desarrollo gráfico parecen haber sufrido grandes cambios cronológicos, adelantándose bastante últimamente, a tenor de diversas investigaciones realizadas al respecto (como la interesante aportación efectuada por A.Machón en su libro Los dibujos de los niños, 2009). Algunos ejemplos de los dibujos más representativos de niños entre 3 y 5 años recopilados por la autora se muestran en la figura 2.13. Los temas dominantes a esta edad suelen ser, preferentemente, la casa, el sol o astro, las nubes, los coches o los vehículos - paradigma de lo masculino, especialmente para los niños-, las flores - paradigma de lo femenino para las niñas(cosa que nos corrobora cierto predominio de lo estético, estático o decorativo en las niñas, frente a lo expresivo, acción y dinámico en los niños), las aves, los mamíferos, los medios de transporte y los elementos naturales de muchas formas. Algunos de los motivos parecen ser, entre otros, 63
su fácil realización, la continua observación de los modelos adultos cuyas imágenes aparecen con frecuencia a su vista junto con la persistente influencia de los mensajes de éstos (¿esto qué es?, ¿dibujamos un sol?, ¿qué quieres dibujar?...) y el comienzo del interés infantil por la representación del espacio, la caracterización o localización del medio ambiente y el carácter antropomórfico de las imágenes más frecuentes: la casa, el sol y el árbol (cuyas características conforman posteriormente el origen de la representación humana, preferentemente dibujada por los niños, más adelante).
Figura 2.13. Dibujos de niños de entre 3 y 5 años. El sol, antes de asumir las funciones de astro, es originariamente un Yo psicobiológico en proceso de gestación hacia el Yo físico final, cuya fuerza subconsciente es tal que su tendencia a su antropomorfismo tiende a permanecer viva en el hombre, a lo largo del tiempo. Luego, el árbol es la imagen más significativa en el origen de la representación humana (asume, también como el sol, la función protectora, generalmente símbolo paterno y cobija al niño junto a la casa, que por lo general simboliza la imagen materna); de ahí que encontremos muchos árboles con aspecto de persona, ojos, boca, dientes, brazos etc. La identificación de la casa con la imagen materna y el propio cuerpo y con el 64
rostro (el rostro de la madre es lo primero que percibe inicialmente) o el conjunto de la imagen humana, también nos permite encontrar ejemplos abundantes de antropomorfismo (casas con piernas, que miran sonrientes, árboles que lloran, etc.). 2.2.3. De los 5 a los 6 años Entre los 5 y los 6 años el niño alcanza la representación total del cuerpo completo pareciendo haber logrado ya los recursos básicos de la representación humana, pues los esquemas (o imágenes más estables) han logrado un nivel de icono que les hace reconocibles para los demás (monigotes, sin y con tronco). Ello sucede gracias al dominio total de la figuración, la persistencia del geometrismo, la rigidez y el estatismo de las imágenes, el nacimiento de la bidimensionalidad del espacio y, con él, la vinculación de las imágenes entre sí y la aparición de la unidad de temas y la escena, así como el establecimiento de las relaciones color-objeto; los niños utilizarán más las generalizaciones cromáticas según lo que ven en el mundo real: la copa del árbol verde, el tronco marrón, etc., pasando de guiarse, como anteriormente, por preferencias interiores según sus motivaciones (el sí mismo, como la fuente primordial de inspiración hasta el momento) o lo que es más importarte para él, a las referencias visuales, y externas, como los adultos).
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Figura 2.14. Dibujo de la familia de una niña de 5 años.
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Figura 2.15. Dibujo de la familia de una niña de 5 años.
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Figura 2.16. Dibujo de la familia de una niña de 5 años.
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Figura 2.17. Dibujo de la familia de una niña de 5 años. Al no haber establecido aún en esta etapa la relación de dependencia entre espacio y tiempo, el niño puede representar en un mismo dibujo secuencias temporales distintas, correspondiéndose el tiempo del dibujo con el tiempo real. Lo primordial de este espacio será la aparición del plano vertical en las figuras (imponiéndose la ley de la gravedad), a diferencia de las combinaciones anteriores con figuras que se presentan tumbadas u horizontales y verticales, en un conjunto irregular.
Figura 2.18. Dibujo de la familia de una niña de 6 años y medio.
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Figura 2.19. Dibujo de la familia de una niña de 6 años y medio. 2.2.4. De los 7 a los 8 años En el niño, el "saber" va creciendo con la edad mental y este conocimiento se refleja también plasmado en el dibujo por medio de distintas funciones de su Yo, entendiendo como Yo aquellos aspectos de la personalidad que se manifiestan como: -Organización de la percepción y la motilidad. -Función de barrera protectora contra los estímulos internos y excesivos, funciones de autorregulación (tolerancia a la frustración y capacidad de demora). -Examina la realidad y emite señales de peligro (ansiedad). -Tiene funciones autónomas como las habilidades e inteligencia. -Capacidad de asociación (a través de la similitud que hay entre los rasgos gráficos con el objeto real). 70
-Capacidad de juicio (la proporcionalidad que presenta el dibujo). -Abstracción (podrá reducir y simplificar las partes del objeto en los rasgos del gráfico). -Coordinación óculo-manual. -Adaptabilidad (del esquema gráfico al concepto de objeto representativo). -Análisis (existencia de los distintos componentes del objeto). -Síntesis (seleccionar los elementos más característicos o representativos de lo que se quiere dibujar). -Análisis de las relaciones espaciales (posición que ocupa el dibujo en relación al todo). Entre los 7 y los 8 años desaparece la adición en la construcción de imágenes, propia de la esquematización, y aparecen las siluetas y los contornos, las figuras pierden rigidez y estatismo de la etapa anterior, presentando mayor flexibilidad en sus actitudes y posturas (comienzo del realismo). Entre todas las imágenes de los seres más próximos y que más interés despiertan en él (animales, pelotas, trenes, etc.), destacará especialmente la representación humana (dibujo de familiares: papás, hermanitos, etc. con los que establece los primeros lazos afectivos y perceptivos). Los miembros corporales empiezan a mostrar el movimiento que exigen sus funciones (coger, saltar, correr, gesticular, etc.). El sentido estético y la tendencia decorativa en las personas, paisaje, ornamentación de las fachadas de las casas, decoración de vestidos y ropajes, aparecen antes y son más enfatizados en las niñas que en los niños. A los seis o siete años podrá dibujar un rombo, apareciendo en esta edad la diferencia de sexos y el realismo infantil, con intentos iniciales de trazar el perfil que derivan hacia una representación mixta y finalizando en una orientación correcta del perfil, que constituye el preludio para la representación del movimiento. Finalmente, la etapa óptima del dibujo se llega a alcanzar aproximadamente entre los once y los doce años, edad en que se desarrolla el pensamiento abstracto. Pedro Pérez refiere que una concepción espacial completa, con tridimensionalidad, se logra generalmente en la adolescencia (cuando se consigue el tamaño reducido de los objetos 71
distantes). El sentimiento de la propia identidad supondrá una referencia implícita de consistencia interna y en el modo de estar en el espacio exterior. Si el niño encuentra un ambiente familiar y escolar estimulante podrá llegar a expresar, con su dibujo, su vocación narrativa (realismo subjetivo), sus vivencias, sus emociones y sus miedos, constituyendo este instrumento un excelente puente mediador para su integración personal. E.Grassano (1984) nos indica que, por regla general, cuanto más precisa sea la descripción gráfica del objeto, más diferenciado y delimitado es el propio "yo" del sujeto que lo ha dibujado, y que cuanto más confusa y decreciente sea la descripción, más perturbada se encuentra la delimitación entre el yo-no yo, lo propio y lo de los demás. De todas formas, siempre será importante que tengamos muy presente si ello aparece en todo el protocolo o sólo en alguna respuesta o zona parcial de una respuesta, cosa que se consideraría menos patológico.
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Figura 2.20. Dibujos de un niño de 7 años con buena capacidad intelectual y libre de conflicto emocional grave. La figura 2.20 muestra dos dibujos de un niño de 7 años con una buena capacidad intelectual y libre de conflicto emocional grave. Sin embargo, sí se observa, a nivel proyectivo, su necesidad de dependencia primaria (botones), lo que parece contradecirse con su oposicionismo (girar hoja en todos sus dibujos) y su necesidad de expansión y receptividad (brazos abiertos), lo que parece indicar un conflicto entre permanecer "pequeño", bajo las alas de su madre, y la necesidad de "independizarse", de ser él mismo y tener su identidad bien diferenciada. En relación con ello, es significativa la falta de distinción entre cuerpo-ropa así como las manos muy pequeñas, tipo muñones.
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El psicodiagnóstico comprende una serie de entrevistas incluidas dentro de un proceso relacional temporal que se lleva a cabo entre el sujeto que acude a consulta y el psicólogo que le explora. Para efectuar un psicodiagnóstico, se requiere una metodología que utilizará distintos instrumentos que irán surgiendo a partir de las entrevistas clínicas de exploración (del propio psicólogo como instrumento, y la posibilidad de aplicar test de personalidad, entre otros, que más adelante detallaremos). Uno de los instrumentos que nos permiten acceder a una mayor profundidad en el funcionamiento del sujeto, por estar inextricablemente imbricados con la existencia del inconsciente, son los llamados test proyectivos gráficos, estrechamente relacionados con la psicología psicodinámica, en los que nos centramos en este libro. Los datos observables en cada exploración irán siendo significados por el mismo psicólogo desde su propio modelo de pensamiento o marco teórico. Éste será el que le guiará y servirá de referencia en las dificultades con que se encuentre y, también, en el significado propio que, posteriormente, irá otorgando a todos los datos obtenidos. La forma en que éstos serán enfocados y combinados, al ir extrayendo las distintas inferencias, dependerá, precisa y especialmente, entre otras, del propio estilo cognitivo y emocional de cada psicólogo. Su experiencia clínica, conseguida con esfuerzo hasta el momento, vendrá a enriquecer la comprensión del sujeto. La intención que debe mover ya desde el inicio de la exploración será la de poder efectuar hipótesis interpretativas del nivel de inferencias para poder obtener unos determinados constructos teóricos que deriven hacia determinadas hipótesis diagnósticas de personalidad acerca de la persona explorada. Consideramos que un psicodiagnóstico realizado desde el punto de vista psicodinámico no sólo tiene en cuenta todos estos aspectos previamente menciona dos, sino que además integra a todo el conjunto de datos obtenidos en la exploración, lo que enriquece el resultado del estudio de la personalidad del sujeto. 75
3.1. Primera entrevista clínica La entrevista clínica es el primer instrumento diagnóstico que los psicólogos utilizan para establecer el primer contacto con la persona que acude a consulta. Según refiere Siquier Ocampo, la entrevista es "una" técnica diagnóstica, pero no es "la" única técnica. Al ser la primera técnica que se emplea, permite establecer la primera hipótesis de diagnóstico y también de trabajo, en la que se plantearán otras pruebas a aplicar, que se considerarán las más idóneas, según cada caso individual y concreto. El vínculo psicodiagnóstico con el examinado suele establecerse, ya desde el inicio, de esta incipiente entrevista semiabierta o semidirigida. A través de lo que nos cuenta el sujeto en ella, trataremos de acercamos no sólo a la vida externa real de la que él nos habla, sino también a su vida interna, a sus deseos, impulsos, ansiedades y defensas subyacentes, que por ser latentes generalmente quedan muy alejadas de su conciencia. La "primera entrevista", que probablemente dará lugar a otras más, abre la primera etapa del proceso psicodiagnóstico. Es importante facilitar un buen clima emocional o rapport tratando de captar la cualidad de la transferencia que el sujeto suscita en nosotros, tanto positiva como negativa, cuidando de que ésta última no sea demasiado intensa para que no ponga trabas a nuestro trabajo con el explorado. Al principio, es conveniente que el psicólogo se mantenga más bien prudente y parco en palabras para dar una mayor libertad de comunicación al sujeto y que no se convierta en un tedioso interrogatorio. Progresivamente, y a medida que se vayan teniendo más claras las hipótesis, será conveniente hacer comentarios y preguntas pertinentes más dirigidas, estratégicamente, hacia los objetivos pretendidos. Es importante ser conscientes de que una exploración psicológica nunca es aséptica, y que inevitablemente la figura del psicólogo (el estímulo más importante), incide de alguna forma en la modificación de la reacción y actitud del paciente. Eulalia Torras (1991) atribuye características terapéuticas y de pronóstico ya en las entrevistas iniciales de diagnóstico. No hemos de caer en un error frecuente (especialmente al inicio de la práctica profesional), de aplicar rutinariamente técnicas de entrevista sin considerar el factor de diferencia que hay en cada consulta, cosa muy distinta de tener un esquema de referencia o guía en mente que prevea los datos que sea necesario recoger recoger. En la primera entrevista, es esencial que se tengan en cuenta unos objetivos básicos que se han de conseguir: -Motivo de consulta. Es lo que guiará la búsqueda de información. Puede ser manifiesto, al que se llama síntoma (el pedido de diagnóstico) y latente o 76
inconsciente, que no pasa por las palabras (que suele ser otro motivo de preocupación, más difícil de comunicar y, posiblemente, más alejado de la conciencia). Ambos irán surgiendo paulatinamente a lo largo de la exploración. -Situación desencadenarte del conflicto. El origen que ha propiciado la manifestación sintomática. -Conciencia y fantasía de enfermedad. Alude a la conexión interna o insight que tiene la persona sobre lo que le sucede o anda mal en él, y también a la noción de importancia o gravedad de lo que tiene. -Fantasía inconsciente de solución al conflicto que presenta y que remite a su esperanza de curación o a las dificultades, más o menos ingentes, para lograr resolver el problema que presenta. -Novela familiar. Más que a la reconstrucción de la historia familiar o registro sobre las tres generaciones familiares (que, nos consta, son esenciales en toda historia personal), es importante dirigirse a las creencias, mitos, secretos, tradiciones, etc. de la propia familia, tratando especialmente aquí de resaltar lo que tenga más lógica con el tema que el sujeto trae. -La transferencia y la contratransferencia, surgidas de la relación establecida entre el sujeto y el psicólogo, de la que se hará un buen registro porque indicará el tipo de relación objetal que el sujeto ha tendido a establecer en el pasado, con sus personajes más significativos. El motivo de consulta es lo que le empuja a acudir a la consulta del psicólogo para que le ayude, por diversas formas (psicológica, judicial, psicopedagógica, a nivel laboral, etc.). En el motivo que presenta cada sujeto, es importante diferenciar entre: el motivo manifiesto y el motivo latente. El manifiesto es el síntoma de superficie, lo más consciente que preocupa actualmente al sujeto. El motivo latente, que resulta un elemento esencial de diagnóstico y de pronóstico, es el que realmente subyace bajo su carta de presentación, resultando tremendamente crucial para la evolución posterior personal del sujeto. Otro dato importante que se ha de observar y considerar para el diagnóstico, es saber quién es el que pide, inicialmente, hacer la consulta, pues este dato indica el grado de conexión o insight que tiene el sujeto con el propio problema, así como también las mayores o menores posibilidades de resolución efectiva que posee frente al mismo.
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Se ha de respetar el ciclo asociativo libre que va surgiendo en el entrevistado sin frenarle, bruscamente, con nuevos temas o preguntas, ya que, aunque informe de una realidad externa, ésta se encuentra siempre en función de su realidad interna o interpretación propia de esa realidad vivida. Es necesario poder establecer la distancia psíquica necesaria con el sujeto para poder interpretar adecuadamente. Una buena evaluación psicológica tiene estrecha relación con varios factores: -La posición teórica del entrevistador o grado de asimilación de su referente conceptual. -La sensibilidad con que uno es capaz de usar el propio "sí mismo" para evocar el funcionamiento psíquico de la persona que tenemos enfrente. -Lo completo o parcializado de las propias observaciones. -La capacidad de empatía que se logra con el entrevistado. El entrevistador escucha y observa mientras, a la vez, en el fondo de su mente van apareciendo, de forma espontánea, asociaciones libres, pensamientos, recuerdos, fantasías, hipótesis, síntesis, reformulaciones diversas sobre éstas, etc. relacionadas de alguna forma con lo que expresa el entrevistado. En breve conversación (es idóneo que ésta sea al final de la primera entrevista para que no contamine o interrumpa la libre comunicación del explorado), se tratará de recoger: los datos básicos de filiación, situación familiar actual y pasada, entorno más cercano del sujeto, profesión, dirección de contacto, honorarios profesionales, etc. Como se ha señalado previamente, esta primera entrevista o entrevistas previas marcarán la pauta para poder establecer la metodología, la hipótesis de trabajo y planificar la batería de los test más idóneos para emplear, con pruebas, como pueden ser test proyectivos de personalidad, instrumentales, psicométricos, test de Rorschach, de inteligencia, visomotores, etc., como pruebas complementarias. Después de la primera entrevista clínica, los test gráficos, por la propia entidad que les caracteriza, pueden ser los más adecuados para comenzar un examen psicológico, a menos que el sujeto tenga serios problemas de esquema corporal, orgánicos, en el uso de las manos o un importante negativismo que nos plantee la posibilidad de introducir algún otro test, de tipo lúdico o "mediador" y más aséptico (en los niños, la hora de juego diagnóstica). Por regla general, considero muy útil incluirlos en una batería, porque se puede apreciar una patología muy intensa en los gráficos a pesar de aparecer más aminorados en los test verbales. 78
3.2. Planificación de la batería de test Una batería de test es enormemente útil para obtener una buena representación de las muchas dimensiones del funcionamiento del Yo; ninguna prueba psicológica es capaz de abarcar a todos los distintos niveles de este funcionamiento personal. La evaluación correcta no sólo consiste en finalizar con un rótulo diagnóstico, en un nombre o etiqueta, sino que fundamentalmente debe explicar los síntomas y tendencias principales del paciente. Los test no pueden ser nunca un objetivo en sí mismos, sino un medio para llegar a un fin: el que el sujeto aclarará a lo largo de la exploración. Generalmente, han de utilizarse como tangenciales y complementarios, y no como un fin en sí mismos. No hay un único modelo de batería de test igual como no existen dos personas iguales. Cada sujeto obliga a pensar en la estrategia específica que se ha de seguir y en los test más idóneos que se deben aplicar. En todas las especialidades (forense, clínica, educativa, laboral, vocacional, etc.), un diagnóstico se tiene que apoyar básicamente siempre en un buen diagnóstico clínico. En la selección de las pruebas es importante de tener en cuenta diversos factores: -La edad cronológica del sujeto. -Su nivel sociocultural. -Posibles déficits sensoriales, de comunicación o neurológicos. -Momento vital evolutivo en que se encuentra. -Elementos de la personalidad que se deban investigar. En la historia clínica es importante conocer cómo era la personalidad previa del paciente sobre la que se asienta la posible patología o conflicto actual que presente, así como también para poder perfilar mejor un diagnóstico diferencial de la personalidad. Siempre sería contraindicado realizar un psicodiagnóstico cuando el sujeto está atravesando una grave crisis existencial o de riesgo, cosa que ha de permitir modificar los objetivos propuestos para tratar de proporcionar la escucha y contención emocional que éste parece requerir urgentemente en aquellos momentos. Ello también condicionará que no se toman como rasgos estables, aquellos que son fruto de la situación puntual actual.
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Por regla general, para un psicodiagnóstico es importante emplear aquellos test que recojan el mayor número de conductas posibles del sujeto a explorar: verbales, no verbales, psicomotrices, lúdicas, simbólicas, intelectuales... Se podrán plantear algunos parámetros sobre el plan a seguir, pero siempre será la propia experiencia e intuición clínicas (aparte del sentido común) las que indicarán cuál es finalmente el camino más acertado, según el estilo personal de cada individuo, puesto que no existe un modelo único válido como si de una formula química se tratara. Será muy útil correlacionar el conjunto de los resultados de los test aplicados y las entrevistas, ya que ninguno de ellos por sí solo puede explorar la totalidad de la personalidad profundamente. Ningún test, por muy completo y fiable que sea, es válido por sí solo, debiendo completar y apoyar hipótesis mediante la utilización de otras técnicas, ya sean proyectivas, psicométricas u observacionales (aunque sí que es cierto que a la hora de efectuar un psicodiagnóstico hay que seguir siempre un determinado modelo teórico de referencia, ya que de lo contrario el diagnóstico y sus conclusiones caerían en poca claridad. Cada test mostrará aspectos distintos pero complementarios, lo que permitirá encontrar recurrencias y convergencias que aportan mayor fiabilidad a las conclusiones diagnósticas. Los gráficos se correlacionarán con las entrevistas clínicas y otros posibles test administrados (verbales, de inteligencia, cuestionarios o proyectivos, según el objetivo que se tenga). Al acabar la exploración psicodiagnóstica, se tratará de sintetizar los resultados obtenidos, seleccionando los datos más relevantes y significativos en relación con el motivo de consulta. Con ellos, se empezará a elaborar la redacción del informe escrito, si es el caso, descartando el material que no tenga que ver directamente con la demanda de consulta. Es indicado la realización de una entrevista devolutiva con el sujeto, si éste tiene interés (en la que se le indica y trata de proporcionar algunas de las conclusiones más básicas obtenidas en la exploración, sobre el motivo que le llevó a consultar, para que le pueda servir de orientación o alguna elaboración muy básica que le ayude). Como se ha mencionado anteriormente, los test proyectivos gráficos tienen una cierta similitud con el psicoanálisis en cuanto a: -La libertad que se le brinda al sujeto en el momento de dibujar.
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-La ambigüedad y no estructuración que representa la hoja de papel en blanco que se le proporciona. -La ausencia de influencia cultural alguna de todos los elementos. -El tiempo que se le proporciona al sujeto para dibujar (indefinido). -La libre asociación de ideas. -La no directividad (las consignas son siempre según el propio deseo del sujeto: "como usted quiera", "como a usted le parezca"). -La transferencia y contratransferencia con el psicólogo también tiene una gran importancia como instrumento diagnóstico. -La neutralidad benévola que el psicólogo manifiesta en el trato. -El encuadre, que se mantiene constante a lo largo del proceso de diagnóstico, permite a su vez mantener constantes ciertas variables que inevitablemente intervienen en el proceso. 3.3. Encuadre Utilizar un encuadre a lo largo del proceso de diagnóstico psicológico significa tratar de mantener constantes ciertas variables que inevitablemente intervienen en el proceso, como por ejemplo: a)La aclaración de los roles respectivos en la tarea que se va a efectuar (las funciones del profesional, lo que se espera del sujeto). El psicólogo ha de tratar de mantenerse con una suficiente libertad interna que le permita jugar con la necesaria amnesia (evitación de la interferencia de otras informaciones que se tengan sobre el sujeto; en niños, las proporcionadas por los padres) y la habitual privacidad del material (por ejemplo, en niños, está desaconsejado por completo enseñar los gráficos a los padres, por mucho que éstos insistieran, ni tampoco sustituir la misma hora de la exploración del niño para atender a los padres). Ello se relaciona con la importancia de mantener siempre un espacio privado y con la necesaria intimidad para el sujeto, libre de posibles intromisiones e interferencias que puedan afectar a la espontaneidad y naturalidad en éste. b)Lugar donde se realizarán las entrevistas (espacio tranquilo, sin ruidos, con buena luz, una mesa, dos sillas y las paredes limpias sin excesivos elementos que 81
pudieran favorecer distracciones). c)Horario de una duración aproximada conveniente, ni demasiado corto ni demasiado largo. El horario debe ser estricto y regular en un tratamiento, pero más flexible en un proceso diagnóstico. d)Honorarios claros (evidentemente, en niños, éstos se establecen con los padres). El contenido y modo del encuadre, en muchos aspectos, dependerá de las características del sujeto o de los padres, en el caso de niños. Es recomendable una actitud abierta y permeable (a las necesidades del sujeto y a las propias, como profesional) para no establecer condiciones que luego resulten insostenibles (falta de límites o límites muy rígidos, alargamiento del proceso, planteamiento confuso de la tarea...). A diferencia del modelo médico y desde el primer momento, el psicólogo utiliza como instrumento el sistema relacional que se establece con el paciente; tiene una gran importancia el análisis transferencial y contratransferencial. La mutua interrelación resulta un auténtico acercamiento con el paciente que le permite comprender al psicólogo la carga de aportaciones y roles que, inevitablemente, siempre le induce y transfiere, especialmente en la forma en la que el sujeto utiliza el vínculo, el espacio que se le da, el tiempo, el material, etc. (seducción, búsqueda de sobreprotección, desear invadir al psicólogo, hacerse rechazar...). Hay que permitirle poner en marcha y expresar cualquier tipo de conducta que surge espontáneamente, así como determinadas conductas que pueden interferir en el proceso diagnóstico: negativas a hablar, silencios prolongados, faltas reiteradas, tardanzas continuas... (ya que también revestirán significación diagnóstica), tratando de ser continente pero con límites (ello le diferencia con el encuadre de una psicoterapia psicoanalítica). Existe el peligro de que un acortamiento del proceso diagnóstico (por ejemplo, con la utilización de un solo test) puede favorecer la idea de que el psicólogo de forma omnipotente le capta rápidamente los conflictos (con ciertos atributos algo mágicos, como de brujo)..., o la idea de que lo que tiene es simple, de que ya sabe enseguida las cosas sin necesidad del tiempo necesario y esfuerzo para conseguirlo, pudiendo promoverle al psicólogo no sólo un déficit de la información necesaria, sino también el riesgo de llenar los huecos del paciente con sus propias proyecciones personales. Hay que tener especial cuidado en evitar que los test puedan ser utilizados como escudo entre profesional y paciente (especialmente por quienes se inician en esta práctica profesional), 82
para evitar actuar pensamientos y sentimientos que movilizan en el profesional afectos de rechazo, miedo, pena, etc. De ahí la importancia que tiene que el psicólogo haya podido realizar su propio trabajo analítico para mantener suficientemente contenidos y bajo control sus aspectos más frágiles o conflictivos a nivel personal, que pudieran interferir en la búsqueda de una situación aséptica y con la distancia óptima con el examinado. Por otra parte, cuando el proceso se alarga excesivamente, puede surgir en el psicólogo impotencia o inseguridad ante la información que tiene, que le resulta insuficiente, cuando no por más pruebas o entrevistas que se hagan se van a conocer ya más novedades, y no se podrá valorar significativamente, en cambio, el vacío emocional y la pobreza de recursos que presenta el sujeto, como suele indicar frecuentemente la ausencia/presencia de "in/suficiente" material. Por otra parte, hemos de considerar que cuando un individuo inicia su dibujo más de 30 segundos después de haber recibido las instrucciones, o hace una pausa muy larga durante cada dibujo, puede indicar la existencia de posible bloqueo, inhibición, ansiedad, etc. que nos traduce un conflicto (ver qué parte del dibujo que está realizando, donde ello sucede). Otras veces puede estar dándose tiempo para pensar, reflexivo. 3.4. Material El material que se utiliza en la exploración diagnóstica, consiste en: •Un lápiz tipo Faber n.° 2 de dureza media, adecuado también para el manejo de un niño, y que refleja oportunamente la presión (ni pálido ni oscuro ya que así sabremos si el trazo pálido es debido o no a la poca presión ejercida por el sujeto). Aunque focalizo el estudio de los gráficos teniendo como base el lápiz, me detendré breve y sucintamente, a continuación, en los colores. Para la administración con los gráficos cromáticos, hay que presentar ocho colores básicos. •Los colores no explican el dibujo, simplemente amplifican lo que expresan las acciones y los objetos representados en él. Su interpretación varía de una cultura o sociedad a otra, lo que incide en sus múltiples teorías de interpretación en la actualidad. Autores como Bach (1969), Furth (1973) y Williams (1985) han hecho algunas aportaciones sobre la interpretación de los colores, muy en relación con personas gravemente enfermas. M. Lüscher (1982) también ha aportado interpretación simbólica al significado de los colores. Sin tomarse estrictamente al pie de la letra, sino como cierta referencia, destaco la de algunos de ellos, como: -Rojo: reflejo de un problema grave, "candente", conflicto vital intenso, excitación. 83
-Rosado: cuando la persona puede atemperar lo rojo, es aspecto de algo saludable. -Púrpura y violeta: necesidad de posesión o control, poder, envidia. -Amarillo en exceso: hostilidad y agresividad. -Negro: temor, amenaza o tensión, ideas sombrías. Junto al marrón y azul (este también indica necesidad de reposo), se asocian a represión, regresión o inhibición. -Blanco: sentimientos reprimidos ante algo. •Una goma de borrar blanda a la vista del sujeto, que no sea demasiado grande ni exuberante, pero tampoco rota o dañada (se tendrá que consignar cuánto la usa, cómo y qué partes borra del dibujo). Su utilización flexible lleva implícita la posibilidad de poder modificar el dibujo a medida que lo hace, permitiéndose rectificar, reparar o arreglarlo (como podría hacer con diferentes aspectos de su vida); utilizar la goma de borrar para estos cambios, siempre que no sea excesivo, equivale simbólicamente a la capacidad para efectuar "cambios" efectivos en la vida, asociándose muchas veces también a las correcciones verbales de lapsus verbales. En los test gráficos la posibilidad de modificar el dibujo a medida que lo hace y de utilizar la goma de borrar para estos cambios también parece equivaler simbólicamente a correcciones verbales de lapsus verbales. •Una hoja de papel blanco (DIN A-4). Es preciso utilizar hojas en blanco tamaño carta, siempre las mismas, sin renglones, cuadrículas, ni otros trazos en el anverso y reverso, ya que ello distorsiona la producción gráfica al presentar parámetros que de alguna manera permiten guiar la conducta del sujeto o la pueden perturbar. Se ha de tener presente que no es por casualidad, en ningún momento, la presencia o la ausencia de cualquier marca o signo gráfico cuando éste es esperable, por insignificante que pueda parecer (un trazo desdibujado en cierta parte específica del cuerpo, el inacabamiento de una figura, una raya suelta y desconectada del resto del dibujo, que raye o tache algo y luego no lo borre o bien que borre algo y posteriormente lo dibuje de otra manera distinta, solicitar más hojas para dibujar...). Una regla puede ser solicitada a menudo por algunas personas obsesivas o con mucha necesidad de control y búsqueda de simetría y perfeccionismo, y dado que impide reflejar las deficiencias o fallas, se hace necesario desestimarla. 3.5. Administración 84
Se inicia la administración de los test, proporcionándole al sujeto el material básico, anteriormente mencionado, junto con la petición verbal de una consigna: que dibuje tal o cual dibujo en ella, cosa que según cada test implicará un dibujo distinto ("Dibuje un animal", en el Test del animal. "Dibuje una familia", en el Test de la familia", etc.). Cuanto más estrictas y concretas sean las instrucciones que se le dan, tanto mejor será para valorar las distintas capacidades y actitudes del sujeto, siempre que no haya un motivo para lo contrario. El psicólogo ha de ser como una esponja que observe, capte y absorba lo máximo posible de la persona con la que interactúa; en cierta manera, como alguien que incluso pueda aparecer algo "simple" al pedirle explicación o aclaración por cualquier detalle, por nimio que parezca; pero todo es más efectivo si uno no se queda sin la sensación de que ha preguntado poco o de que hay detalles que no han sido suficientemente esclarecidos (especialmente con sujetos con dificultades de comunicación). Para poder integrar suficientemente bien todos los aspectos de la exploración, es importante que, desde el comienzo hasta el final de ésta, el psicólogo esté junto con el administrado, no dejándole solo en la estancia en ningún momento, pues así está en condiciones de observación más amplias. Hay que estandarizar al máximo la administración. Los requerimientos de estandarización implican que se le pidan siempre al sujeto los mismos temas y se aporte el mismo material: lápiz, goma, un número determinado de hojas (según el test que se aplique), etc. Utilizar siempre el mismo tamaño de hojas se relaciona con el hecho de ofrecerle siempre el mismo espacio psicológico en cuanto a dedicación personal, así como también con el hecho de la existencia de una constante en el espacio, ante el cual él va a tener que organizarse (si dibujara un figura más grande porque le diéramos hojas más grandes, luego no podríamos interpretar esas diferencias de tamaño como algo significativo, mientras que si lo hace en hojas iguales, y dibuja unas figuras más pequeñas y otras más grandes, entonces sí tenemos todo el derecho a hacerlo). El examinador debe anotar todos los comentarios y la manera de proceder del sujeto al graficar las asociaciones verbales complementarias (que resultan como equivalentes a las asociaciones libres de un sueño), procurando no interferir en la tarea (y nunca en la cara de la misma hoja del gráfico del sujeto porque puede transparentarse y distorsionar la visibilidad correcta). Si el sujeto dice que no sabe dibujar o que lo hará mal, se le contesta que no importa porque lo que interesa del dibujo no es la pericia sino saber qué hace la gente cuando se le dice que dibuje tal o cual cosa. Si sólo dibuja una cabeza, por ejemplo, o una figura 85
totalmente esquemática, se le pedirá si puede tratar de hacer la figura más completa; en general, siempre es importante responder en términos parecidos a: "como usted quiera". La administración del test se completará finalmente con un interrogatorio específico una vez esté dibujada ya cada figura (con lo que implica de posibilidad de obtener una información clínica indirecta del sujeto que podrá servir como contraste de los rasgos gráficamente representados).
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Para una profunda y correcta interpretación de los gráficos, es esencial tener en cuenta unos elementos básicos de interpretación (criterios de evaluación), como son los siguientes: -Actitud del sujeto ante la consigna y tiempo de duración del dibujo. -El análisis de la primera impresión gestáltica del mismo. -El análisis de los indicadores expresivos o tratamiento que le da a la hoja en blanco: estilo personal global, tipo de trazo, secuencia, tamaño, presión, dirección del trazo, simetría, perspectiva, emplazamiento, movimiento, distorsiones, omisiones, adiciones, énfasis, borroneo, detalles, etc., permitirán efectuar una primera visión superficial del dibujo o impresión gestáltica, que posteriormente, y analizándolos con mayor detalle, aportarán una visión expresiva del sujeto, en mayor profundidad. -El análisis de los elementos formales de cada gráfico ejecutado. -El análisis del contenido verbal y simbólico de la historia. Si aparece en las verbalizaciones y los finales de la historia relatada, simbolismo, capacidad de abstracción o concretismo, aspectos de reparación y esperanza. -El trato que el sujeto proporciona al psicólogo permitirá tener en cuenta otros criterios comunicativos como son la transferencia y la contratransferencia, y el lenguaje no verbal, también a integrar con la parte más mecánica del dibujo. Todos estos elementos permitirán apreciar y valorar en qué condiciones psicológicas se encuentra globalmente el sujeto. Es decir, la integración de su aparato psíquico, la rigidez o plasticidad, la adecuación lógico-formal de las figuras y las funciones simbolizantes que presenta. 4.1. Actitud ante la consigna 88
Es importante prestar atención a la actitud del sujeto, desde cómo se sitúa frente a la tarea, las distintas reacciones corporales, cognitivas y afectivas que tiene ante cada ítem gráfico, su disposición o indisposición a graficar, y sus comentarios espontáneos y asociaciones en relación con ello. La actitud puede ser muy variable, yendo desde una receptividad y vivencia satisfactoria, cosa que nos indica una disposición a acercarse a su mundo interno para contactar consigo mismo, como desfavorable, con ánimo de autocrítica o de rechazo ("...es que yo nunca he sabido dibujar..., lo hago tan mal..., esto es de un niño de 4 años..."), oposicionismo, manifestando sentimientos de ridículo o de pequeñez (que pueden remitir a movilizarle momentos infantiles insatisfactorios con el dibujo, como manifestación de lo mal que vive conectar con esos aspectos dentro de sí mismo). 4.2. Primera impresión gestáltica del dibujo Es la percepción inicial que el psicólogo realiza en un primer momento, de una forma superficial y global, sobre el dibujo del sujeto. En ésta, trata de recoger las incipientes impresiones sensoriales, intelectuales y emocionales que aquél le suscita, permitiendo esta simple visión a grandes rasgos y, evidentemente, a corroborar posteriormente con el análisis minucioso y amplio, efectuar una primera hipótesis sobre su funcionamiento psíquico. 4.3. Indicadores expresivos del dibujo La fase expresiva del dibujo comprende, según Buck y Hammer (2004), tener en cuenta los siguientes elementos: -Secuencia de elaboración del dibujo. -Dirección del trazo. -Tamaño. -Presión, trazo y calidad de la línea. -Emplazamiento en la hoja de papel. -Movimiento. -Simetría. -Perspectiva.
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-Sombreado. -Tiempo de realización del dibujo. -Detalles, distorsiones, omisiones, adiciones. El análisis pormenorizado de los distintos aspectos expresivos del dibujo, su interrelación e integración (y el registro de las conductas verbales, expresivas y motoras del sujeto ante el contenido del relato), nos aportarán indicadores, entre otros, también, sobre aspectos de la personalidad del sujeto. 4.3.1. Secuencia de elaboración del dibujo La secuencia permite conocer no sólo el inicio y recorrido seguido por el sujeto en la elaboración del dibujo, sino también el desenlace entre impulsos, defensas y su adaptación a la realidad gráfica, pudiendo comparar cada parte dibujada con el resto de los dibujos, en el transcurso del proceso diagnóstico, para ver su consistencia. Por otra parte, los índices psicopatológicos aparecerán a través de qué sexo dibuja primero, si dibuja una figura pequeña y luego la puede engrandecer, si hay una disminución motora progresiva (es decir, tienden a deteriorarse los sucesivos dibujos), o al revés, si dibuja diferentes partes sueltas o desordenadamente, pero luego y finalmente las consigue integrar).
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Figura 4.1. HTPP de un adolescente con importantes problemas de relación y conducta (casa).
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Figura 4.2. HTPP de un adolescente con importantes problemas de relación y conducta (árbol).
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Figura 4.3. HTPP de un adolescente con importantes problemas de relación y conducta (persona).
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Figura 4.4. HTPP de un adolescente con importantes problemas de relación y conducta (persona).
Las figuras 4.1, 4.2, 4.3 y 4.4 muestran la coherencia y constancia en la secuencia de los gráficos del Test casa, árbol, persona, persona (HTPP, por su sigla en inglés), dibujados por un adolescente con importantes problemas de relación y conducta después de protagonizar un intento de suicidio. Destacan, especialmente: el gran vacío interno, graves dificultades en la comunicación y encierro en sí mismo, constreñimiento y sentimiento de baja autoestima, dependencia extrema del mundo externo (situado en la zona inferior de la hoja, y apoyado en el borde de ésta), negativismo (con el giro continuo de la hoja), el techo cortado y sin perspectiva (representativo de una escasa abstracción y posibles problemas en su pensamiento), entre otros indicadores patológicos. En las figuras 4.5 y 4.6 se muestra la progresiva disminución motriz y deterioro en las dos figuras humanas, dibujadas por un adulto adicto a la heroína (cabe apreciar el énfasis explícito de la boca, la falta de asentamiento de los pies, fuera de la hoja, y el progresivo esquematismo desvitalizador, entre otros).
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Figuras 4.5 y 4.6. Figuras humanas de un adulto heroinómano. La secuencia, por otra parte, también nos permite saber la primera reacción que tiene el sujeto ante una situación nueva: -Mostrando sentimientos de inferioridad si los dibujos son pequeños (microformas), en la base del papel u orientados a la izquierda. -La necesidad de compensación de éstos, realizando dibujos muy grandes o microformas. -La dirección primera del impulso y el control o descontrol de sus emociones (fatiga, ansiedad situacional, evasión, depresión). 4.3.2. Dirección del trazo La dirección habitual al dibujar es de arriba abajo, y de izquierda a derecha, a no ser que la persona sea zurda. Cuando se inicia el dibujo de abajo arriba, y ello de una forma 96
regular, es indicativo de la necesidad de dar prioridad a un intenso apuntalamiento personal o a la existencia de algún tipo de patología, como así lo dibujó el adolescente de las figuras 4.1-4.4 (Verthelyi). 4.3.3. Tamaño Es un indicador del grado de autoestima, expansividad, adecuación a la realidad o fantasías de omnipotencia. Un dibujo se considera normal si abarca los 2/3 de la hoja de papel. Los dibujos muy grandes pueden indicar compensación de sentimientos de constricción ambiental, expansividad, agresividad, tendencia hacia la actuación externa, inflación del yo y grandiosidad, entre otros (Hammer, Koppitz, Machover, Urban). Los dibujos pequeños (inferiores a 1/3 de la hoja), reflejan sentimientos de inadecuación o inferioridad, tendencia al retraimiento personal, limitación, constreñimiento, y tendencias depresivas (mismos autores). El tamaño permite ver el realismo de su autoestima, inflación o pequeñez, el ambiente que es vivido con presión o exigencia, falta de límites o con riesgo de descarga motora, si desborda la hoja o se sale del marco...).
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Figura 4.7. Figura humana de un joven conflictivo. La figura 4.7 muestra el dibujo perteneciente a un joven de 20 años con problemas de conducta agresiva y que maltrata, violentamente, a sus padres. Cabe apreciar indicadores de este conflicto a través de: trazo impulsivo y con descontrol (excesiva grandeza y expansividad del dibujo, macroforma, mano grande, pelo enmarañado con alguna transparencia); aunque ubicado en la zona izquierda del pasado (la zona de la derecha, aparece en blanco, con significación de inquietud o temor ante el futuro); alargamiento del cuello que indica falla en su autocontrol; la ausencia de 98
delimitación entre cuerpo y ropa remite a una falta de distinción entre dentro-fuera de sí mismo y problemas en su identidad, poco diferenciada; ojos y orejas grandes, indicativos de susceptibilidad paranoide; la mano derecha queda cortada, por el límite izquierdo de la hoja (noción de "paso al acto" frecuente y, sin pensamiento, necesidad de control externo, dificultad en la relación interpersonal y autonomía); dibujo estereotipado, tipo "cómic" (cuya ridiculización objetal nos indica un profundo autorrechazo), entre otros. 4.3.4. Presión, trazo y calidad de línea A) Presión Es un indicador del nivel energético del sujeto. Pulver sostiene que la presión suele ser constante en la persona a lo largo de su vida. Una débil presión (líneas suaves, débiles) puede asociarse, entre otras, con personas depresivas, con bajo nivel energético, desubicadas, frágiles a veces. Una presión y trazo fuerte permite indicar asertividad, fuertes pulsiones, audacia, incluso violencia, si es excesivo, a la vez que desequilibrio emocional. B) Trazo y calidad de línea Un firme control de la conducta se atribuye cuando hay trazos continuos y largos; impulsividad, si éstos están cortados o son cortos; femeninos, si predomina la redondez u horizontalidad (Wolff, Alschuler y Hattwick); agresivos, si están dentados (Hammer y Urban), angulosos, verticales o demasiado rectos (mismos autores anteriores); las líneas desconectadas o con órganos desubicados o con presencia de transparencias, denotan tendencias psicóticas o confusionalidad mental; borrar excesivamente (cuándo y dónde) traduce significación de inseguridad e incertidumbre (Wolff) y focalizada según las áreas específicas.
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Figura 4.8. Dibujo de la figura humana perteneciente a un padre acusado y condenado por abuso sexual a su hija (púber). En la figura 4.8 cabe destacar los trazos rectos y afilados, impulsivos, dentados y descontrolados (por todo el cuerpo, con la significación de inadecuación en su identidad, en general, y en su identidad sexual, en particular), aspectos que, por otra parte, se 100
relacionan con el énfasis en la zona genital y en el cuello, zona puente entre los impulsos y el pensamiento, que aparecen muy reforzados, por fallos graves, al parecer, en la propia autocontención del sujeto, manos "tipo pincho" agresivas, brazos dirigidos hacia la zona de la fantasía, cara de perfil evitativa, dibujo muy inflado representativo del alto riesgo de "actuaciones", etc. Los estilos de un trazo permiten reflejar: -Trazos largos: control de la conducta. -Trazos cortos: comportamientos más impulsivos y nerviosos. -Trazos rectos: personas autoafirmativas o agresividad. -Circulares: personas dependientes y emotivas. -Líneas redondeadas: características suaves y femeninas. -Líneas dentadas: hostilidad. -Líneas quebradas: inseguridad y ansiedad, timidez, poca autoconfianza. -Pequeños trazos que forman uno: inhibición o repliegue. -Líneas desconectadas: mal contacto con la realidad, desúbicación, dispersión, disociación. -Líneas fluidas: sujetos normales, no pacientes. 4.3.5. Emplazamiento en la hoja de papel Un dibujo centrado en la hoja expresa un comportamiento autodirigido, equilibrado y con autoconfianza. Los dibujos que tienden hacia la derecha del punto medio de la hoja nos indican: comportamiento estable, capacidad en demorar la satisfacción inmediata de impulsos, un predominio del pensamiento por encima del placer, preocupación por el futuro y su entorno inmediato. Wolf y Corman, coincidiendo con Machover, vinculan el margen derecho con extraversión, asertividad, zona del futuro; y el izquierdo con un regreso a la infancia, introversión, búsqueda de satisfacción inmediata, preocupación por el pasado, carencia de perspectivas de futuro, impulsividad, y orientación hacia sí mismo (Koch lo relaciona también con inhibición). 101
Los dibujos dirigidos hacia la parte inferior de la hoja reflejan inseguridad, inadaptación, pensamiento concreto, estar excesivamente ligado a la realidad concreta, a lo instintivo, predominio de la búsqueda de satisfacción inmediata, y sentimientos depresivos (Machover, Buck, Hammer, Urban). Dibujos en la base del papel indican falta de apoyo y seguridad, temor a ser independiente, cosa que se agrava, según se sitúen más hacia abajo (mayor aislamiento o dependencia materna) o a la derecha de la base, con sentimientos de incertidumbre o de riesgo respecto al futuro. Ubicados en la parte superior-izquierda, indican retraimiento, inhibición y tendencias regresivas. Buck señala que cuanto más arriba se sitúen los dibujos, el sujeto está realizando grandes esfuerzos por lograr metas que siente inalcanzables en una realidad frustrante, así como también, una búsqueda de satisfacciones en la fantasía y en lo intelectual, inaccesibilidad y distancia respecto a los demás.
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Figura 4.9. Dibujo del animal de una adolescente esquizoide. El dibujo de la figura 4.9 indica una situación regresiva (ubicación en la zona superior izquierda del mundo de la fantasía y del pasado), con conflictos de violencia y relación (la falta de cuello nos señala la ausencia de control de sus impulsos). Sin embargo, siempre hemos de tener en cuenta, por regla general, que con un solo dibujo no se puede asegurar la consistencia. Las figuras 4.10 y 4.11 muestran los dibujos de una mujer de 30 años esquizoide. La cabeza cortada y el cuello, ambos transparentes, nos indican la presencia de trastornos en 103
el pensamiento, corroborándose con el trazo tipo bosquejo, relacionado con alta ansiedad. Realizados en la zona de la regresión (izquierda-superior), destacan formalmente, entre otras: la microforma, en un dibujo poco evolucionado y maduro para un adulto: brazos cortos, trazo tipo bosquejo que nos indica alta ansiedad, transparencia en el cuello indicativo de fallas en su autocontrol, presencia de ojos y orejas, tratando compensar aquellas por medio de alerta y vigilancia respecto al entorno, cabeza partida (disociación), entre otros elementos dignos de consideración.
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Figuras 4.10 y 4.11. Figuras humanas de una adulta esquizoide. 4.3.6. Movimiento Se relaciona con la inteligencia y actividad psicológica; especialmente es observable en los niños (personajes caminando, peleando, animales saltando, etc.). Los depresivos o disminuidos no lo utilizan. Véase en el dibujo de este sujeto, aspirante a un puesto de alta gestión en una empresa, su gran ambición y aspiraciones, así como un gran egocentrismo y dinamismo, a través del gran tamaño que ocupa toda la hoja, plasticidad, movimiento del animal y tipo de caballo seleccionado. Aunque de alta alcurnia y perteneciente a Sandokán, el caballo en la historia aparece totalmente abatido después de una batalla, cosa que nos indica la existencia del mecanismo de defensa de disociación: entre sentimientos de hipomanía y de depresión, a la vez.
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Figura 4.12. Dibujo del animal de un varón adulto. 4.3.7. Simetría Cuando es adecuada refleja sentido de la proporción, adaptación al entorno. Su falta expresa sentimientos de inadecuación y seguridad. La simetría excesiva o cuando hay fallas (Verthelyi) traduce: alta rigidez, excesivos controles obsesivos como defensas contra la psicosis, represión intelectual exagerada, inadecuación de sentimientos, fallos en la contención personal (Hammer, Machover, Urban). El dibujo de una joven problemática (figura 4.13) muestra una excesiva simetría, está ubicado en la zona de los impulsos y lo concreto, en la que sus rígidas defensas, así como el negativismo reiterado, al girar sistemáticamente la hoja, y el egocentrismo de los brazos pegados al cuerpo, parecen estar al servicio de evitar una posible descompensación psicológica.
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Figura 4.13. Dibujo de una púber problemática. 4.3.8. Perspectiva Muestra la forma y disposición de los objetos gráficos, las relaciones espaciotemporales y la percepción de cómo establece el sujeto las relaciones con los demás. Hammer diferencia entre la "Visión ojo de pájaro" (en la que el que observa mira desde arriba) que indica sentimientos de superioridad, y "Visión ojo de gusano" (como mirando desde abajo), por la que el sujeto se siente pequeño y rechazado por los demás. Por un lado, la figura 4.14 muestra el dibujo defensivo de un joven de 16 años en un momento de crisis personal. En él se manifiesta una oscilación entre, por una parte, la intensa necesidad de autoprotección frente a los peligros exteriores amenazantes del ambiente (presencia de vallas, refuerzo de las puertas, techos, ventanas) y, por otra, una intensa necesidad afectiva que le hace "sentirse excesivamente dependiente y necesitado de los demás".
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Figura 4.14. Dibujo libre de un adolescente de 16 años.
Por ello, está demasiado expuesto y a merced de las influencias del entorno (visión del interior de las estancias, por la falta de puerta y la puerta principal medio abierta; la zona inferior en blanco nos indica temor a la realidad y a lo más instintivo, y por ello posibles dificultades en el control de los impulsos; el dibujo situado y enfatizado en la zona superior nos traduce la ubicación en la zona de la fantasía y, por ello, su necesidad de reforzar el pensamiento). Por otro lado, en la figura 4.15 se muestra el dibujo de un púber de 13 años con unas defensas muy rígidas, obsesivas y de alejamiento, encierro y distancia, como protección frente a sus impulsos, especialmente sexuales (ver chimenea y garaje, con el coche en su interior). El énfasis energético de la zona izquierda, junto con una mayor vaguedad en el grafismo de la zona de la derecha, nos podría confirmar la situación de crisis del momento y sus dificultades para abordar el futuro.
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Figura 4.15. Dibujo libre de un púber en crisis. 4.3.9. Sombreado El sombreado es un indicador de ansiedad que puede focalizarse en algunas áreas o zonas de conflicto que se han de valorar en función del grosor, intensidad, o tamaño de lo sombreado. Borrar una parte del dibujo indica desagrado por lo que aquélla representa, o intentos de anulación o de interés por rehacerla de nuevo. Por otra parte, indica insatisfacción, dudas o indecisión, cuando se borra varias veces. En la figura 4.16 se reflejan importantes problemas de relación con el cuerpo, y respecto a la sexualidad e identidad (la exhibición de una importante fortaleza física parece corroborar con la necesidad de mostrar su nombre, años y firma, como manera de dejar su huella asociada a un personaje famoso, aunque el sombreado alude a su gran inseguridad).
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Figura 4.16. Figura humana de un adolescente con necesidad de sobreenfatizar su identidad. 4.3.10. Tiempo de realización del dibujo Se vincula con la presencia de posible bloqueo emocional (si invierte mucho tiempo para graficar), escrupulosidad o perfeccionismo, inseguridad y agresividad pasiva, entre otros 110
(ver en qué parte del dibujo sucede con mayor intensidad para valorar su posible significado simbólico). 4.3.11. Detalles, distorsiones, omisiones y adiciones Los detalles aportan información complementaria sobre el sujeto. Cualquier objeto que se añada al dibujo esencial permite a la persona ejercer una mayor influencia en su entorno. Los detalles curiosos suelen señalar la existencia de un área conflictiva que el sujeto puede o no reconocer, pero que se debe poner en evidencia. Esta extensión significa que la persona considera que domina la situación o que desea dominarla aún más (complementación, compensación). Con frecuencia lo que hay en el centro del dibujo puede indicar cuál es la esencia del problema o qué es importante para su autor. La ausencia total de detalles implica falta de energía, vacío, depresión, aislamiento o pobreza personal. Excesivos detalles reflejan rigidez defensiva, defensas obsesivas, extremo control o perfeccionismo. La inadecuación de los detalles dibujados expresa tendencia al retraimiento. La omisión de algunos esenciales (como puede ser la boca, el techo...), puede relacionarse con elementos psicóticos, o también, si son excesivos, alto perfeccionismo y rigidez, o si existe amenaza de desorganización, hipervigilancia, temor a la irrupción de impulsos prohibidos, perturbación emocional, fallos en los mecanismos obsesivos de autocontrol, entre otros. Una distorsión grosera del objeto realizado puede vincularse a conflictos con la realidad. La adición de detalles, sean éstos relevantes o irrelevantes, habrá que contemplarla con atención a la posible significación simbólica que pueden tener los mismos para el sujeto. En la figura 4.17 se muestra el dibujo de una adolescente cuyos sentimientos de pequeñez y necesidad de protección parecen impulsarle a ocupar todo el espacio, y a llenarlo con abundantes elementos predominantes de control, obsesivos, de rigidez y aislamiento. Destaca el énfasis energético del contenido oral (carne a la brasa) y en las escaleras, que también remiten a la dificultad por acceder al contacto y a la comunicación. En el dibujo de un adolescente acusado de abusos que muestra la figura 4.18 cabe observar las dificultades de la copa (por otra parte, desajustada, no lineal y bidimensional, es decir, sin perspectiva), por contener las ramas puntiagudas (significativo de relaciones agresivas), algunas de las cuales salen al exterior (existencia de actings out). El tamaño del árbol, situado en la mitad superior de la hoja, no se corresponde con el de las raíces que tiene, cortas, también puntiagudas, y por encima del suelo, indicando defensas de orgullo y prepotencia. El nido del pájaro carpintero corrobora aspectos auto y heteroagresivos. 111
Figura 4.17. Dibujo de la casa de una adolescente.
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Figura 4.18. Dibujo del árbol de un adolescente acusado de abusos.
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Figura 4.19. Dibujo de la casa perteneciente a una joven adulta. El dibujo anterior (figura 4.19), aunque muy controlado, obsesivo y detallista, nos indica también deseos de agradar, afectividad, reactividad, sentido creativo y comunicación. 4.4. Análisis formal del dibujo Se basa en el grado de perfección o madurez de las características formales del dibujo (de sus partes y en su globalidad), su estructura gestáltica, la proporción o conexión entre sus partes, el simbolismo de sus distintos indicadores, etc. Hammer (2004) y Buck y Warren (1992) revisan los principales ítems de la casa, árbol y personas, como referencias básicas que pueden ser aplicables a los demás gráficos (ver características formales más adelante, en el estudio del caso práctico relativo al test HTPP). Las inferencias efectivas de interpretación a partir de los dibujos proyectivos no sólo surgen desde el bagaje formativo que posee el propio psicólogo, y del conocimiento y 114
experiencia que éste tiene de su herramienta clínica, sino también por los conocimientos teóricos que posee sobre los principios psicodinámicos. Y en relación con ello, hemos de realizar el análisis del contenido formal y simbóli co, como expresión de los distintos intereses pero nunca tipo diccionario, sino integrados en una visión holística. Una sola noción sobre los detalles mecánicos de la interpretación gráfica nunca podrá sustituir al conocimiento de la dinámica de la personalidad y de los síndromes clínicos, bagaje básico que resulta del todo indispensable para el dominio de las técnicas proyectivas gráficas. 4.5. Análisis del contenido simbólico de las respuestas verbales al dibujo A través de la historia que el sujeto relata sobre cada dibujo (narración con un inicio sobre el tema, un seguimiento sobre algo que sucede en torno al gráfico en particular y, un final de la historia), se analizan las relaciones existentes entre el sujeto y los objetos representados, junto a su significado simbólico que permite el conocer aspectos de la personalidad del examinado en sus diferentes facetas, según el test empleado (Test del animal, vinculado al conflicto vital del momento, Test de la familia, en relación con su entorno interpersonal más íntimo, etc.). El desenlace de las historias, tanto de los test proyectivos verbales como en los gráficos, nos brindarán siempre una valiosa información al respecto (véanse las características simbólicas en las respuestas verbales del caso analizado más adelante, en el test del HTPP del capítulo 5). Tanto en el análisis de lo formal como de lo verbal es imprescindible tener en cuenta el nivel socioeconómico y cultural del sujeto, su edad cronológica y su nivel madurativoevolutivo, ya que muchos errores de interpretación podrían obedecer al desconocimiento de la producción típica de cada edad y cada grupo social. 4.6. Distintas modalidades de comunicación: lenguaje no verbal, transferencia, contratransferencia y actos fallidos 4.6.1. Lenguaje no verbal. Lenguaje del cuerpo Cuando hablamos de comunicación entre los seres humanos, por regla general nos estamos refiriendo siempre al lenguaje verbal que nos permite poder entendernos. Sin embargo, tenemos escasa información sobre otro tipo diferente de comunicación que también existe, constantemente muy activo, en todas las personas: el lenguaje del cuerpo, el lenguaje no verbal. Poco se sabe de la enorme cantidad de información que éste puede aportar y de lo mucho que puede comunicar, si se sabe detectar y traducir acertadamente, según 115
investigaciones y estudios valorados por expertos en el tema. Birdwistell, al igual que A.Mehrábian, entre otros autores, descubrieron que el componente verbal de una conversación cara a cara es menor al 35% y, que más del 65% de la comunicación es del tipo no verbal. La mayoría de ellos coinciden en que el canal verbal se usa, principalmente, para proporcionar información, mientras que el canal no verbal se usa para expresar las actitudes personales, y en muchos casos como sustituto de los mensajes verbales. Un cuerpo es siempre el cuerpo de una personalidad, y toda personalidad tiene emociones, sentimientos, tendencias, motivos y pensamiento que, inevitablemente influyen en sus expresiones. Las expresiones faciales, el contacto ocular, las características de la voz, el tacto, el tono muscular, la calidad y estilo de los movimientos del cuerpo y la postura constituyen los elementos básicos del lenguaje corporal (T.Pont en La comunicación no verbal, 2007). Las emociones influyen en la respiración (más rápida en momentos de ansiedad o miedo), en la transpiración (se suda más), en los temblores corporales ante la inquietud o ansiedad y en otras determinadas funciones del cuerpo. El excesivo acercamiento corporal frecuente en una persona parece estar al servicio de tratar de encontrar en el otro un sentido de plena accesibilidad hacia sí, de una total disposición y receptividad, en ocasiones, como si de una propia pertenencia se tratara; de cierta búsqueda forzada o sutil de intimidad. Diversas maniobras corporales de defensa o de autoprotección personal implican, a menudo, reacciones de un cierto "distanciamiento" respecto de los demás, frente a la significación de una posible amenaza personal. Éstas pueden darse en el sujeto a través de: -"Fuga" del lugar donde se está, realizando un cierto desplazamiento, más lej ano. Dirigiendola mirada hacia otro sitio, como si aquello no fuera con él. Cambiando repentinamente de tema, que puede llegar a ser más impersonal (los cortes, interrupciones o escisiones en la conversación, generalmente son indicadores de la necesidad de cambiar algo del momento, que por algún motivo disgusta o duele). -Miradas hostiles o con el ceño fruncido por el choque emocional que algo produce. -- - - -- - - -- - - - -- -116
-Dándose la vuelta, poniéndose de espaldas o apartándose, inclinando el cuerpo. -Bloqueando los avances del psicólogo con determinados objetos (sosteniendo una pequeña carpeta o portafolios en el pecho) o cubriéndose partes del cuerpo con alguna prenda, algún jersey o mientras dura la conversación. - Cogiéndose y cruzándose las dos manos o los brazos sobre el pecho a fin de establecer barrera. Los psicólogos clínicos generalmente suelen encontrar frecuentemente conflicto o patología en todo lo que resulta excesivo. El estado emocional (depresión o alegría, por ejemplo) así como la introversión o extraversión, y la sociabilidad en las personas pueden incidir en la mayor o menor cercanía o lejanía que se desea con el psicólogo. Son verdaderos mensajes que el cuerpo emite, inseparables de la experiencia emocional que el sujeto siente, como patrones físicos que responden a las sensaciones internas (cuando, por ejemplo, el sujeto está deprimido y puede expresarlo con el tronco curvado hacia delante con los hombros caídos, "no levantar cabeza", con una mirada desesperanzada, un tono muscular poco vital; en momentos de euforia, a través de una actitud corporal de desinhibición que tiende a mostrar una mirada encendida, un mayor movimiento de brazos y manos, el habla fluida y rica en matices; a diferencia de un estilo desgarbado en la forma de moverse, andar o expresarse, y con cambios bruscos de expresión, que suele darse en alguien poco consistente y estable. Acciones tales como acariciarse el pelo, retocarse la ropa, abrocharse los botones, subirse los calcetines y anudarse correctamente la corbata, ajustarse la chaqueta, toser antes de empezar a hablar, tener en la mano objetos auxiliares resultan reveladores (como manipular las gafas, tener cogidos con las manos algún lápiz o bolígrafo, algún cigarrillo, en un momento dado, así como algún otro material pequeño en las manos, mientras se está inquieto), e indican una búsqueda de reaseguramiento personal. No cabe duda de que la apariencia y la vestimenta, todo lo que uno escoge ponerse, no siempre se hace conscientemente, existiendo también un significado simbólico en ello (ir impecable o lleno de manchas, con alfileres engarzando una camisa rota, colores muy vivos, neutros, apagados, etc., excesivamente ceñida o falta de ropa...). El rostro, debido a su visibilidad, es rico en potencialidad comunicativa, y, junto con el habla humana, ocupa el lugar primordial en la comunicación de los estados emocionales, reflejando actitudes interpersonales. 117
Algunos de los indicadores verbales y no verbales del engaño, como son los signos de nerviosismo, los errores lingüísticos o incongruencias o las "microexpresiones faciales" tienen su origen en una parcial interrupción del comportamiento de una secuencia normal. Pero, dado que no existe una señal que pueda ser considerada como un indicador absoluto de la mentira, no puede afirmarse que una persona mienta a partir de un solo indicio. La voz de un sujeto cuando siente ansiedad se vuelve más aguda, grave, ronca o afónica, elevando su tono o frecuencia, lo que puede dificultar la modulación de la voz y producir cambios en su inflexión, sobre todo en "situaciones clave" susceptibles de emoción. Uno de los efectos estresantes es el aumento en la tensión de las cuerdas vocales, que provoca alteraciones audibles. También se ve afectado el ritmo del habla: cuando se pone nervioso, el patrón habitual y repetiti vo de su habla se vuelve más lento, inconsistente, quebrado y con errores en el habla debido al nerviosismo y esfuerzo mental. La risa nerviosa o desproporcionada es un indicador típico de ocultación, especialmente cuando no existe ningún motivo para reír o sonreír. Cuando miente, el sujeto piensa mucho lo que dice y calcula más las palabras, hay descripciones vagas o muy generales, evasión de preguntas, emoción fingida (frecuentemente a través de la sonrisa), impulsando desviar la atención hacia cosas distintas a las que se tratan, controlando la información que da, para que no se descubra, traduciéndose en la lentitud del discurso y en cierta vacilación o duda al comenzar a hablar (en relación con ello, hace muchos años, el psicoanalista suizo Jung utilizaba el método de la asociación de palabras, en el que se medía, entre otros aspectos, el "tiempo de reacción" que tarda el sujeto en responder ante las palabras o información clave, en comparación con el que tarda ante las preguntas con información neutral). Se interpretan como indicios de falsedad: -Las pausas se refuerzan también con elementos no verbales, como si se quisiera rellenar el tiempo, como con expresiones y muletillas del tipo: "ah", "mmm" o "bueno", o pidiendo que le repitan la pregunta para darse tiempo de reacción. -La insistencia reiterada en lo que dice (como, por ejemplo, al decir: "realmente", "honestamente", verdaderamente, "si le digo la verdad"...). -En la negación de algo (negaciones maníacas), cuando no se le ha preguntado o sugerido nada al respecto (como por ejemplo: "yo no miento, ¿eh?", `jamás he hecho daño a nadie", "yo nunca he robado nada", "no soy violento"...).
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-Tardar mucho tiempo en responder. -Hay un mayor uso de la tercera persona del singular, porque se distancia de los hechos debido a su falta de experiencia personal (como, por ejemplo, "se sabe que...", "se dice que...", "uno cree"). -Emplea menos la primera persona del singular y menos afirmaciones personalizadas (como: "yo hice" o "él se fue"...), porque suelen ser más imprecisos y vagos (en la precisión o detalle es cuando se ve más la mentira). Muchos de estos aspectos son tratados por J.M.Martínez en La psicología de la mentira (2005).
Figura 4.20. Símbolo de los tres monos (diseño realizado por Pep Vila). Los rasgos más significativos de inseguridad, disimulo o inquietud en el rostro se aprecian especialmente a través de la boca, los ojos o la nariz de un sujeto. Puede expresarse a través de suaves roces bajo la nariz, un rascarse o un toque rápido e imperceptible, estirándose la nariz, frotándose los ojos o mirando al suelo desviando la mirada hacia otro lado o no dirigiendo la mirada hacia quien habla. Lo mismo sucede cuando el sujeto se rasca las orejas, el cuello, la nuca, la mejilla o la cabeza, aunque también pueden tener otras significaciones. El símbolo de los tres monos se puede aplicar también al lenguaje de las manos en relación con las mentiras. Si la persona que habla usa este gesto, denota que está en falso o se siente poco creíble. La mano del sujeto apoyándose en la frente indica a menudo preocupación o intentos de concentración e inquietud ante algo; frotarse las dos manos con fruición, es indicador de su interés o deseo frente a algo; recoger pelusilla imaginaria en la ropa o en el aire, de 119
evasión; las dos manos cogidas detrás de la cabeza, indica satisfacción, seguridad y sensación de superioridad; las manos cerradas en puño, recelo, tensión, agresividad latente; cuando el pulgar y el índice sirven para apoyar a la cara, señalan generalmente interés por lo que está oyendo; el señalamiento con el dedo índice de una forma excesiva es una manifestación de agresividad; cuando se muerde los labios durante largo tiempo, se expresa nerviosismo, ansiedad; morderse el labio inferior indica preocupación, esfuerzo, tensión, etc. El cuerpo muestra siempre dónde quiere dirigirse la mente del sujeto. Existen señales no verbales particulares que delatan a una persona cuando no es franca. Entre muchas otras, cabe destacar: los "ojos esquivos" que no miran frontalmente, el movimiento de piernas a modo de tijeras cuando se les formulan ciertas preguntas, se pasan la mano por la boca antes de responder a preguntas, una sonrisa demasiado prolongada, frecuentes cambios de postura o actos incesantes o repetitivos de piernas y pies. Sonreír manteniendo a su vez los brazos cruzados es indi cador de incongruencia de los gestos y de estar en barrera parcial como cuando se juega mucho con el reloj, la pulsera, el anillo o el collar mientras se va hablando o escuchando. Hemos de tener en cuenta que las señales no verbales no se emiten solas sino en conjunto, como formando parte de un todo, más que como señales aisladas, no existiendo ningún indicio no verbal del engaño que sea válido para todas las personas. Caminar muy firme, rígido y, con la cabeza alta, como "mirando a uno desde arriba", andar taconeando con ruido sobre el suelo, realizar poses afectadas, cuidadas o estudiadas, poco espontáneas o naturales, es indicativo de una gran inseguridad en el sujeto. En general, es el caminar de alguien inseguro que quiere aparentar lo contrario, fortaleza, autoridad. Caminar casi sin rozar el suelo indica poco contacto con la realidad, facilidad para el fantaseo y la inconcreción. Andar como de puntitas indica inseguridad y timidez, así como necesidad de reconocimiento por parte de los demás. Caminar muy rápido, y sobre todo cuando es algo habitual en la persona, por regla general está relacionado con dificultad ante la espera, impulsividad, omnipotencia, insaciabilidad, querer hacer muchas cosas a la vez, intolerancia... Todos los cambios bruscos en la velocidad o ritmo refieren poca armonía e inestabilidad. Las piernas cruzadas, como sucede con los brazos, y con más grado de intensidad cuando ambas posturas van juntas, pueden indicar una cierta actitud negativa o defensiva, a veces incluso de deseo de abstraerse de la conversación, necesidad de defender su intimidad o mostrar desagrado con el psicólogo. 4.6.2. Transferencia y contratransferencia 120
Para comprender mejor al sujeto es importante estar atentos no sólo al contenido del lenguaje verbal que emite ("observación verbal"), a la "observación preverbal y no verbal", a los actos fallidos o equivocaciones involuntarias y también a otros tipos de lenguaje no verbal, que tienen un gran poder inconsciente, como son: la transferencia (por la que todo lo que la persona transfiere al psicólogo, emociones) y la contratransferencia (por la que le suscita y hace sentir o producir, alguna repercusión interna). A través de la manera en la que una persona le habla o se muestra al psicólogo, se incide en que a éste le produzca tal o cual reacción o sentimiento interno de rabia, de ternura, de miedo, de necesidad de autoprotección, etc., entre otras. Aquello que "no se puede o no se quiere decir", que da miedo pensar, el enfado que no se puede manifestar con palabras, de todas formas se llega a expresar a través de sus actos, finalmente, incluso, "a pesar del sujeto". Ello da noticia de algo que es inconsciente, que está alejado o negado de su pensamiento, pero que se manifiesta a través de su cuerpo y por medio de un lenguaje sencillo, como resulta: el "lenguaje corporal de niño" que existe en todo sujeto, por medio de experiencias de "comunicación primitiva". Una forma de protesta velada en la exploración puede ser, por ejemplo, cuando, aparte del dibujo realizado, el sujeto continúa haciendo garabatos, improvisando figuras en la hoja, por su cuenta, cortando o rayando parte de la hoja de papel, etc. O de forma diferente, cuando, a pesar de haber finalizado la exploración, el sujeto se mantiene hablando más tiempo, como señalando este alargamiento, por ejemplo, el deseo de poder seguir vinculándose con el profesional, porque siente que le sirve de ayuda. Desde el punto de vista dinámico, a ello se le llama transferencia: cuando en la vida cotidiana se repiten prototipos infantiles de relaciones anteriores del pasado, con un marcado sentimiento de actualidad; gracias a la "nueva" y distinta relación que se establece en la exploración psicológica, pueden llegar a la conciencia. Las comunicaciones o actos del sujeto, siempre repercuten inevitablemente en el profesional, como reacción, promoviendo algunas sensaciones o sentimientos internos de distinta cualidad emocional (contratransferencia). A veces, por ésta contratransferencia, los psicólogos pueden notar ciertas "perturbaciones" que actúan sobre su mente, a través de lo que llamamos técnicamente: "acting in", haciéndoles sentir mal internamente, poco capaces o, incluso, maltratados a través de un sutil "ataque a la comprensión y al pensamiento" por parte del sujeto (cuando éste, por ejemplo, de forma persistente le distrae con ruidos, mira constantemente el reloj, bosteza, le interrumpe reiteradamente, rasca la mesa, toca alguna planta decorativa de la sala, mira hacia otro lado; golpea la mesa con los nudillos de la mano o las puntas de los dedos; da toquecitos a las patas de la mesa; pone las manos en 121
los muslos para apoyarse al incorporarse como si fuera a levantarse, etc.), que pueden resultar de gran ayuda si se puede lograr entenderlas. Las propias respuestas emocionales que las proyecciones ajenas suscitan resultan los mejores instrumentos para captar aquello que el sujeto le está proyectando al psicólogo, muchas ocasiones también, a través de algunos indicadores íntimos como por ejemplo, entre otros: -La sensación de "no ser suficientemente yo" (algo que el sujeto le dice, que no va realmente con él). Cierta confusa sensación ambigua, vaga sensación de desequilibrio o perplejidad que le hace reflexionar sobre qué quiso decir el sujeto después de la conversación. -Una actitud artificial (sensación artificial que se experimenta al atender al sujeto). -Posible sensación de menosprecio (cuando de forma subyacentemente molesta el psicólogo se siente como anclado a tener que ser de determinada manera, negativa y defectuosa, como el sujeto se lo está proyectando). -Posible presión cuando aquél descubre que involuntariamente se siente "luchando", actuando de modo no natural y tratando de probarse a sí mismo con respecto al sujeto; reconocer que su reacción interna ha sido excesiva, le lleva a poder apreciar que la otra persona probablemente le ha estado presionando de alguna manera, y la sensación de estar "bajo presión" indica una proyección). -Sensación de impotencia (ésta aparece en todas las proyecciones aunque se toma profunda cuando una proyección es demasiado fuerte). 4.6.3. Actos fallidos Las equivocaciones o errores involuntarios resultan otro tipo de lenguaje no verbal con el que los humanos, a través de determinadas acciones, también se comunican, involuntariamente y de forma inconsciente. Son aquellos actos (otros tipos de "toques" producidos por medio de acciones, objetos u olvidos) llamados muchas veces también técnicamente "actings out" (actos del propio sujeto, que en aquel momento de la exploración indican que están más allá de su pensamiento). Estos actos surgen producidos por el propio sujeto sin darse cuenta, en la relación exploratoria con el psicólogo y, a pesar del agrado, desagrado por el disgusto o satisfacción que su comisión supone, son considerados desde el punto de vista psicodinámico como expresiones simbólicas que también tienen una significación propia y 122
única para el propio sujeto que los comete. Nos hablan de una interferencia en el sujeto, entre dos intenciones suyas, de contenido diferente. Indican una divergencia entre la intención consciente que tiene el individuo de realizar algo y su deseo subconsciente de distinta significación, y que precisamente, porque está en el subconsciente, tiene un mayor peso específico, más en aquel momento. Nos referimos, por ejemplo, a actuaciones del sujeto como: -Pronunciar una palabra peyorativa, cuando, conscientemente, se quería pronunciar, otra positiva. -Decir que está tranquilo pero, por otra parte, se aprecia que no cesa de frotarse las manos, abrir y cerrar reiteradamente un botón de su camisa, mirar nerviosamente, etc. -Querer dar una muestra de aprecio, pero lo que finalmente consigue es un fuerte golpe torpe o agresivo, involuntario. -Llegar tarde, impuntualidad. -Interrumpir, despistadamente, cuando el psicólogo está hablando. -Alargar excesivamente el tiempo. -Dar un í golpe que deje huella, enfadado. -Distraer con ruidos. -Olvidarse algo suyo en el despacho. -Llevarse consigo algo del despacho. -Llegar una hora antes, por equivocación. -Bloquearse, sin acordarse por completo en un momento dado, de algo que, sin embargo, conoce muy bien. -Equivocarse de nombre o cambiarlo por otro. -Querer dibujar un tipo de gráfico y dibujar otro, sin darse cuenta. Pueden parecer meras equivocaciones o errores sin importancia, y por casualidad. A 123
partir de los innumerables estudios aportados desde el psicoanálisis, todos ellos pueden tener su significación simbólica oculta, sólo y quizás, posiblemente significativa, en muchas ocasiones gracias al análisis del profesional experto. Muchas investigaciones realizadas afirman que cuantos más elementos preverbales y no verbales prevalezcan en la comunicación que llega desde la otra persona, más se podrá constatar la presencia de mecanismos infantiles y de influencia del pasado en ella. Hemos de ser conscientes del enorme poder que tiene el inconsciente en todas las personas porque su enorme fuerza y potencial puede llegar a anular los esfuerzos conscientes del sujeto, por muy importantes que éstos sean. En los siguientes capítulos se presentan algunos de los test gráficos más utilizados y popularmente conocidos, y que, a su vez, cada uno de ellos, nos permite obtener unos comunes pero, también, distintos componentes de significación simbólica.
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5.1. Introducción Test con entidad propia como son el test de la figura humana de Machover, y el test del árbol de Koch han resultado muy significativos para la creación del test de HTP de Buck por sus estrechas conexiones y similitudes formales y de contenido proyectivo con el mismo (en la interpretación de la parte del dibujo que concierne a la persona y al árbol). De ahí la importancia de efectuar, a continuación, alguna referencia explícita sobre estos test y también sobre muchos de los elementos de integración de dichas similitudes interpretativas cuando se traten los indicadores comunes, en el posterior abordaje del HTPP en este capítulo (el HTPP, Test de casa, árbol, persona, persona; que añade otra figura humana de sexo contrario al dibujado primero, es una de las variantes más utilizadas en los últimos tiempos por parte de los psicólogos). Freud ya aportó conocimientos sobre cómo por medio de los dibujos se puede llegar a deducciones psicodinámicas sobre el conflicto profundo del creador del mismo, estableciendo la base precientífica del estudio del dibujo de la figura humana a partir de los primeros esbozos de este autor y de Reitler, Pfister y otros. El Test de la figura humana de K.Machover (1949), más tarde revisado y actualizado, se centró básicamente en niños de 4-10 años, tratando de lograr un coeficiente intelectual basado en la edad mental (EM) y la edad cronológica (EC), teniendo en cuenta los meses, en relación con los ítems que forman la prueba y, aplicando la fórmula: Cl = EM / EC (según cada edad del niño). Goodenough, a partir de los años veinte (que analizó especialmente la inteligencia del niño) y E.Koppitz en los setenta son otras dos de las figuras más destacadas en cuanto a perspectiva evolutiva del dibujo de la figura humana, antes de darse el DFH (tam bién denominado Test de las dos personas de Machover, desde el punto de vista clínico y dinámico). Koppitz (1973), desde el punto de vista madurativo, indica que esta prueba se puede aplicar, individual y colectivamente, mostrando los indicadores evolutivos, esperados, comunes y excepcionales, para una determinada edad. Se le proporciona al sujeto una 128
hoja con el eje en vertical, con la consigna: Le voy a pedir que dibuje una persona entera. Cualquier clase de persona. A la inicial consigna en que se instaba a dibujar solo una persona, ahora se añade la solicitud de que dibuje otra figura de sexo contrario. Posteriormente, una vez se han anotado posibles detalles aclaratorios, se le solicita que explique una historia sobre la misma, teniéndose después en cuenta todos los referentes de administración generales, inicialmente descritos por su principal autora, K.Machover, quien elaboró un largo cuestionario informativo al respecto para extraer el material proyectivo, que por demasiado extenso y minuicioso, en la actualidad ya no se suele pasar de la misma forma. De la historia, se tendrán básicamente en cuenta: el tema elegido, los matices o pequeños detalles "decoración", y las verbalizaciones e índices psicodiagnósticos en las historias y la entrevista, para ampliar la comprensión del relato, destacando distintos indicadores emocionales con significaciones parecidas a las del HTP. El Test del árbol remonta sus orígenes al suizo Jucker (1928) que fue quien realizó un sondeo de la personalidad por medio del dibujo de árboles de niños con intención empírica aunque de forma bastante intuitiva. Posteriormente, Koch (1949, 1957) se propone aplicarle un método con ciertas normas de medición (indica inscribir el árbol en un recuadro y después realizar una cruz vertical cuyo punto de intersección se halle en el medio del tronco, donde se junta con la copa). Con líneas discontinuas, luego indica dibujar unas diagonales que unan los cuatro vértices del recuadro. Así, se puede recurrir al análisis cualitativo y medición, relaciones, porcentajes entre la altura del tronco y la copa, relacionar lo ancho y lo alto, la mitad izquierda y la derecha de la copa, la dirección de las ramas y hojas en relación con la horizontal. Al principio, Koch solicitaba dos árboles para cada sujeto (Dibuje un árbol frutal lo mejor que pueda en una hoja) aunque luego sus instrucciones sufrieron variaciones notorias (Dibuje un árbol frutal, dibuje otro que no tenga nada que ver con el primero...). La elección del árbol como representativo de la personalidad humana se justifica, según él, por su alto valor simbólico. El simbolismo del árbol se utiliza desde épocas remotas como algo sagrado; figura en las creencias y mitos paganos tanto judeocristianos, al menos bajo una forma esquemática fundamental, la de la cruz, es símbolo del hombre por su verticalidad, de crecimiento y fecundidad, de poder y misterio. Koch y Stora han sido grandes sistematizadores en relación con la investigación y corrección de la prueba, siendo la mayoría de elementos fundamentales de interpretación del Test del árbol, recogidos y ampliados también en el Test del HTP de Buck, y posteriormente mencionados en este capítulo. De ellos, caben destacar: el tamaño, el tronco, las ramas, 129
el suelo, las raíces, el emplazamiento del árbol, la copa y la entrevista, como ampliación de la información sobre el árbol. Renée Stora (1978), por su parte, y con sus 4 árboles, crea una ficha de rasgos con 177 características, y adapta y modifica lo de Koch con la consigna de que dibuje: "un árbol que no sea abeto, otro árbol que no sea abeto, un árbol irreal y otro que se dibuja con los ojos cerrados", para seguir la evolución del sujeto. El primer árbol, sostiene, que analiza su actitud frente a una tarea desconocida, el segundo, ante algo ya aprendido, con el tercer árbol irreal, trata de llegar a lo profundo (conflictos o traumatismos infantiles que todavía se interponen en la vida del sujeto, a deseos insatisfechos hacia los cuales el individuo tiende), y con el cuarto, a un acercamiento al pasado vivido y a sus relaciones con el estado actual psicológico del sujeto. El Test de la casa, el árbol y la persona (HTP) apareció a través de Buck en 1948 como una derivación de una escala de inteligencia en la que el autor trabajaba en la época en que Wechsler publicaba su test de inteligencia. Al observar que los dibujos se saturaban de factores no intelectuales, decidió sistematizarlo como test proyectivo. La revisión crítica y ampliación del uso de la técnica que Buck hace en 1964 (parecida a la que Machover hizo a partir del test Goodenough), indicó el pasaje de una tabulación esencialmente cuantitativa a una más cualitativa y de interpretación proyectiva del mismo test, siendo luego ampliada esa tarea por otros autores, especialmente Hammer, en 1969. En interés de la estandarización se tuvieron que imponer algunas restricciones a la expresión completamente libre. Por ejemplo, al pedir los mismos temas gráficos en el mismo tamaño de papel y con materiales similares a todos los examinados, utilizar un lápiz del tipo n.° 2 de Faber, con goma de borrar y ofrecer sólo una hoja por vez. La consigna designa que el sujeto primero dibuje una casa y luego explique una historia de la casa, con un principio, un desarrollo y un final, que el psicólogo va escribiendo (y luego, lo mismo con el árbol y la persona, que, según el sexo que dibuje primero, se le pedirá luego que grafique otra, pero esta vez de sexo contrario). A continuación, se tratará de aclarar con él algunos de los detalles gráficos o de contenido verbal que se consideren significativos de cada gráfico (años que tiene, estado en que está, si vive alguien en ella...). Estímulos que, como inespecíficos, no se le aclaran como deben de ser, permiten la proyección del sujeto con una respuesta que surge del interior del examinado (tipo tamaño, emplazamiento, sexo, acción, edad, dependiendo también de la persona la inclusión o exclusión de detalles y la importancia que les dé...). Buck elabora un cuestionario posterior muy exhaustivo con el que trata de obtener más información sobre cada figura (edad, ubicación, estado, etc.), que aunque 130
considero que es útil, tal y como él lo tiene de excesivamente elaborado, creo que resulta excesivamente inductor y limitador de la proyección del sujeto. El orden de presentación de los estímulos debe ser siempre el mismo. Primero, dibujar la casa, luego el árbol y la persona, al final. Esto permite una introducción gradual a la tarea gráfica conduciendo al sujeto a entidades psicológicamente de mayor dificultad de ejecución. De forma gradual, se va desde las representaciones más neutrales hasta las más cercanas a su persona, y por ello se deja para el final el concepto gráfico que despierta las asociaciones más conscientes. Por muy joven que uno sea en la vida habrá visto multitud de casas, árboles, etc. y en el momento de graficar tendrá que seleccionar lo que para él posee mayor significado emocional. Tanto para Buck, como para Hammer, estos tres conceptos gráficos tienen gran potencia simbólica, ya que se saturan de las experiencias emocionales e ideacionales del sujeto (conscientes e inconscientes) ligadas al desarrollo de la personalidad. Su aplicación permite observar la imagen interna que el sujeto tiene de sí mismo y de su ambiente (qué cosas desecha, cuáles considera importantes, cuáles omite, cuáles enfatiza...). 5.2. Áreas de la personalidad que capta Los tres elementos representan distintos aspectos de la noción que tiene el sujeto sobre sí mismo. La casa estimula asociaciones con la vida hogareña y las relaciones interfamiliares, sus relaciones íntimas con relación al área doméstica, a la vez que el árbol y la persona captan la imagen corporal y el concepto de sí mismo. Para Pichon-Riviere (1950, 2004), la casa también simboliza el cuerpo, el interior de la madre o el interior del hogar familiar. El árbol refleja los sentimientos más profundos e inconscientes que el individuo tiene de sí porque es el que está más alejado de la conciencia, con menos temor de quedar al descubierto y sin tener que recurrir a maniobras autodefensivas. Sentimientos internos más duraderos que son los más difíciles de modificar, si no es con cambios vitales que sucedan o por medio de modificaciones por tratamiento psicoterapéutico; refleja los sentimientos más profundos del sujeto respecto a sus capacidades internas o perspectivas de curación o esperanza de futuro. Al suscitar menos peligro y, en consecuencia, menor actitud defensiva, permite que el sujeto pueda expresar con mayor libertad sus conflictos sin darse cuenta de sus proyecciones (Koch, 1949; Hammer, 2004). Generalmente el sujeto suele escoger dibujar un árbol común en su medio habitual de vida. La persona permite la transmisión de una autoimagen o Yo más cercana a la conciencia y aspectos menos conscientes o profundos de la personalidad y de las propias 131
relaciones con el ambiente. Genera más asociaciones conscientes que el de la casa o el árbol, incluyendo la expresión directa de la imagen corporal. Puede representar un autorretrato, un Yo ideal, incluso asociación con alguna persona significativa y valorada por el sujeto. La segunda figura, de sexo contrario, constituye una representación complementaria de la primera, desde la perspectiva psicosocial e interactiva (y relativa a la orientación e identificación sexual, e identidad del sujeto), plasmando también el trato otorgado a las figuras parentales. La primera impresión gestáltica, los indicadores expresivos, el análisis formal y del contenido del lenguaje verbal del dibujo y del lenguaje no verbal (elementos anteriormente ya analizados en el capítulo 4) nos permitirán apreciar y valorar en qué condiciones psicológicas se encuentra el sujeto. Es decir, la integración de su aparato psíquico, la rigidez o plasticidad, la adecuación lógico-formal de las figuras y las funciones simbolizantes que globalmente presenta. 5.3. Ítems básicos o esenciales de la casa, el árbol y la persona Casa. Techo, paredes, ventanas, puerta, chimenea, humo, perspectiva de la línea del suelo, accesorios, entorno de la casa, edad, si está habitada o no, estado en que se encuentra... Árbol. Copa, tronco, ramas, suelo, cicatrices, frutos, raíces, tipos de árbol, temática, edad, vida o muerte del árbol, estado... Persona. Cabeza, cuerpo, miembros, vestimenta, complementos, identidad, sexo, lo que siente ser, edad, persona significativa del entorno, o un ideal del yo que desearía ser... A partir de estos ítems básicos, revestidos del simbolismo más importante, nos centraremos ya en otros elementos más secundarios, de detalles irrelevantes, extravagantes o accesorios (no por ello sin valor representativo, ya que algunos detalles resultan en ocasiones, altamente cruciales y significativos), también presentes en la casa, el árbol y la persona. 5.4. Análisis formal con significado simbólico del HTP 5.4.1. Casa (House - H) El techo representa el estado de la mente del sujeto y de lo que dedica a sus fantasías en la búsqueda de satisfacción (las tejas resultan a menudo significa tivas del éxito o fracaso de las defensas obsesivas). La línea del suelo nos indica la seguridad básica del sujeto y 132
su contacto con la realidad. Las ventanas y puertas, aspectos básicos de comunicación y receptividad interpersonal (extrema dependencia del entorno cuando están pegadas a la pared, cosa que en niños pequeños no es significativo). La presencia de cerraduras y antenas o radares indican susceptibilidad, desconfianza, necesidad de hipervigilancia o alerta. Las paredes de la casa representan la fuerza del Yo. La chimenea, sólo resulta significativa cuando por exceso, por defecto o por inadecuación, destaca, teniendo un sentido como símbolo fálico representativo de la adecuación sexual del sujeto (el tipo de humo, denso, a ráfagas e impulsivo, desconectado de la chimenea o disociado, su trazo y dirección, está vinculado a la tensión interna o presión ambiental). Los accesorios o detalles secundarios acompañan a los esenciales aportándoles complementación de significación. Los cercos, barreras, o vallas, como defensividad, necesidad de control para protegerse del exterior, indican la presencia de esfuerzos defensivos. La apertura de las puertas principales se asocia a una intensa necesidad de afecto. El camino como búsqueda de comunicación (importa su dirección). Las piedras como dificultades en el mismo. Las nubes y sombras: tensión, ansiedad y sentimiento de preocupación y vulnerabilidad. Los pájaros como elementos de fantasía. Las cortinas destacadas, según su grafismo, vinculadas al deseo de agradar, pero a su vez, con cierta reticencia al contacto o como las persianas o rejas, a la necesidad de ocultamiento o encierro. La casa como un paisaje en la lejanía nos indica escapismo e inaccesibilidad, así como la presencia de montañas: personalidad defendida. Una casa que se cae es indicativo de aflicción extrema... A continuación se analizarán y describirán los estímulos del Test HTP de forma parcial, a través de distintos tipos de casas, árboles y personas, para posterior y finalmente proporcionar una visión integrada del Test HTPP, a través del estudio de un caso completo. ❑ Tipos de casa y análisis La figura 5.1 muestra una casa antropomórfica (como una cara humana), realizada por un joven de 19 años con un grave trastorno límite de la personalidad. Véase el énfasis energético en la supuesta tubería inferior, probablemente asociada al ámbito sexual, en el que el joven presentaba serias disfunciones, así como del agregado arbitrario e inconexo en la zona superior.
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Figura 5.1. Dibujo de la casa de un joven con trastorno límite de la personalidad. La figura 5.2 muestra el dibujo de una casa desarticulada, sin base y ubicada en la zona superior izquierda, de la fantasía y regresión. La realización posterior de una supuesta valla parece pretender poner coto, de forma disociada e inexitosa, a la posible e 134
incontrolable irrupción de los impulsos (zona inferior en blanco), aspectos muy presentes y conflictivos en la personalidad poco integrada de un joven con habituales conductas adictivas y, de violencia, especialmente, contra su propia familia.
Figura 5.2. Dibujo de la casa de un joven con conductas adictivas y violento.
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En la figura 5.3 se puede apreciar el dibujo de una casa-fachada realizada por un adulto. Este tipo de casa es propia de personalidades extremadamente introvertidas, aisladas o con núcleos psicóticos. De ella destaca, el trazo impulsivo al iniciar el dibujo, que no borra (pudiendo significar desesperanza e imposibilidad de reparación), la invasión del techo o predominio de la fantasía en su funcionamiento de personalidad, ausencia de abstracción (techo cortado), el abandono de las tejas (inexitosas defensas obsesivas, intolerancia a la frustración), así como la confección de otra puerta en el techo (confusión, dificultades en la internalización y comunicación).
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Figura 5.3. Dibujo de la casa de un adulto introvertido con núcleos psicóticos. En la figura 5.4 aparece el fracaso de la gestalt en el dibujo de la casa de un adulto esquizofrénico. Obsérvese la manifiesta desorganización en sus distintos elementos: trazo tipo bosquejo (alta ansiedad), techo cortado por la hoja (actings fuera de su control), transparencias (trastornos de pensamiento), elementos bizarros, desconexiones, anclajes 137
desarticulados, ventanas pegadas al muro y dos columpios, como representación de sus aspectos muy regresivos y simbióticos).
Figura 5.4. Dibujo de la casa de un adulto esquizofrénico.
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Figura 5.5. Dibujo de la casa de un joven con pensamiento alterado. La figura 5.5 muestra el dibujo de una casa de un joven con un pensamiento alterado (transparencias en el techo, ventanas y chimenea), fallas en su control, que depende del exterior (la base de la casa se establece por el borde inferior y derecho de la hoja, refuerzos excesivos en puerta y ventanas con cortinas o rejas), negativismo, mal contacto con la realidad. Casa de espaldas al futuro, zona izquierda, representativa del pasado, en blanco y persecutoria, con ideación paranoide (presencia de antenas, cerrojos, barrotes y cortinas, entre otros). 5.4.2. Árbol (Tree - T) En el árbol se posibilita la detección de los sentimientos más prohibidos y profundos del sujeto, más arraigados en la personalidad, persistentes, y más difíciles de modificar. En él se indica la presencia de huellas de experiencias o traumatismos más tempranos según el tratamiento especial que proporcione a determinadas zonas del árbol. Los niños normales dibujan con tamaños más variables que los adultos. Un árbol dibujado en lo alto de una colina nos indica aislamiento y grandiosidad. 139
Árbol con animales dentro o encima nos señala regresión (aunque es frecuente en niños pequeños). Si está seco o muerto denota una grave perturbación depresiva. El tronco representa la fuerza del Yo (cuando éste penetra dentro de la copa nos indica que los impulsos pueden llegar a irrumpir y afectar al pensamiento). La copa simboliza el estado psíquico del sujeto, su autocontención mental (copa abierta o que no cierra bien, su ausencia es un indicador de un estado de extrema vulnerabilidad y falta de autoprotección personal, trazos que se salen fuera de la copa indican paso al "acto", copa cortada por la hoja expresa la presencia de impulsos instintivos que se pueden hallar fuera del control yoico). La desconexión entre copa y tronco nos muestra la existencia de disociación emocional. Las ramas nos indican la cualidad de sus relaciones sociales (ramas puntiagudas se asocian a agresividad en las relaciones, ramas envueltas de "algodón", con la necesidad de proteger a los demás frente a impulsos propios muy violentos, culpa; ramas muy altas: personalidad esquizoide. Las marcas, irregularidades, sequedad y cortes en las ramas o tronco están vinculados a la noción de trauma, de sucesos dañinos vivenciados o tendencias suicidas. La línea del suelo representa la seguridad y estabilidad personal. Las raíces apelan a las experiencias del pasado más tempranas e infantiles de la vida, que generalmente no suelen dibujarse (cuando éstas, aparecen en espejo, nos indica la presencia de psicosis). Los agujeros en el tronco expresan núcleos de destructividad interna (de una violencia instintiva no elaborada, cuanto más grandes o ennegrecidos sean); la presencia de animales dentro puede representar un factor más benévolo, constitutivo de elementos afectivos carenciales o más necesitados del sujeto. Los frutos, suelen traducir la necesidad de fructificar la vida o productividad del sujeto. La caída de hojas o frutos se asocia a la presencia de elementos depresivos o temor a la pérdida de relaciones o energía productiva. La presencia de hierba y flores, respectivamente, se asocia a trazos de impulsividad o a aspectos reactivos de cariz femenino, dirigidos a gustar. La presencia de enredaderas se asocia a falta de autocontrol y, por ello, adhesividad al otro. Koch dedica una monografía al Test del árbol en la que hace referencia al hallazgo del Dr. Wittgenstein (por ello, posteriormente se le denominó índice Wittgenstein), planteando una posible correspondencia entre la localización de la marca en el árbol y la edad a la que aconteció el trauma. Ello supone que la altura del árbol representa la 140
historia de la vida del sujeto (1) y las señales dibujadas en el tronco (2 y 3) corresponden a sucesos de gran impacto psicológico (traumas, enfermedades, abusos, acontecimientos puntuales vitales, etc.) que, ocurridos a lo largo de dicha historia, afectaron intensamente al sujeto. Ambos autores informaron de una correlación significativa entre la mayor duración del trauma y el número de señales dibujadas en el tronco, que también sería mayor. De todas formas, si la altura del árbol representa el transcurso del tiempo vivido por el sujeto, según Wittgenstein refiere, habría un espacio representado por la copa del árbol que no podría contener registros traumáticos, ya que en la copa no hay corteza donde poder dibujar una grieta o un agujero, y parece que ello podría incidir posiblemente en que, en algunas ocasiones, el requisito no pudiera cumplirse o medirse totalmente a rajatabla. Wittgenstein tiene en cuenta los siguientes elementos de medida: -1: Altura del árbol como representativa de la edad total del sujeto. -2 y 3: Ubicación del daño en el tronco o en la rama como lugar representativo del/de los momentos aproximados en que sucedieron los acontecimientos traumáticos.
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Figura 5.6. Índice de medida Wittgenstein. ❑ Tipos de árbol y análisis
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Figura 5.7. Dibujo del árbol de una mujer en duelo por la muerte del padre. El árbol de la figura 5.7 presenta una copa que nos indica un alto nivel de atribulación y de preocupaciones en el pensamiento (refugio en la zona superior de la fantasía), con abundantes mecanismos de racionalización, como defensa ante los impulsos (copa inundada por sus impulsos ideativos), en una mujer en duelo por la muerte de su amado 143
padre. Obsérvese en los rasgos y marcas del tronco su necesidad de reforzar su Yo.
Figura 5.8. Dibujo del árbol de una púber con sentimientos de desesperanza y muerte.
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En la figura 5.8 se puede apreciar un árbol descompensado de una púber con sentimientos de desesperanza y muerte (había sufrido experiencias infantiles muy dolorosas). Obsérvese la presión de la zona izquierda (excesivo peso del pasado) que parece tumbar al árbol hacia la zona derecha, en blanco (miedo al futuro).
Figura 5.9. Dibujo del árbol de un heroinómano.
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La figura 5.9 muestra el dibujo de un árbol perteneciente a un heroinómano, con una estructura gravemente melancólica (la presencia de vallas y repaso del tronco no parecen aportar suficiente autocontención a su ya desesperada situación interna de muerte y desesperanza). La ausencia de copa es un indicador de extrema desolación y falta de pensamiento (total abandono frente a los impulsos).
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Figura 5.10. Dibujo del árbol de una adolescente con problemas graves de conducta. En la figura 5.10 se aprecia un árbol tipo cerradura, realizado por una adolescente con problemas graves de conducta. Este tipo de árbol es característico de un oposicionismo frente a la realidad. Destaca la interpenetración del tronco en la copa como significación de la imposibilidad de pensar a causa del descontrol de impulsos, y la base del tronco, por debajo de la línea del suelo, como expresión del desajuste en el contacto con aquélla. Resulta también revelador cierto torcimiento del mismo hacia la derecha, como reflejo de la presión de experiencias del pasado.
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Figura 5.11. Dibujo del árbol de un joven que apaleó a un vagabundo hasta causarle la muerte. La figura 5.11 es un árbol dibujado por un joven que apaleó a un vagabundo hasta ocasionarle la muerte. Presencia de insuficiente tronco (Yo) y copa para contener mentalmente el desborde de unas ramas puntiagudas que sobresalen y pueden empujar a 148
"actuar" violentamente sus impulsos, hacia el exterior. La fragilidad del trazo del tronco ha impedido que éste se reflejara suficientemente claro en la hoja, lo cual también resulta muy significativo. Las raíces por encima del suelo indican orgullo y prepotencia.
Figura 5.12. Dibujo del árbol de un adulto esquizofrénico. La figura 5.12 es el dibujo del árbol de un adulto esquizofrénico con aspectos 149
psicopáticos. Véase el trazo tipo bosquejo (indicador de alta ansiedad y fragilidad), la ausencia de copa y de línea del suelo (déficit de pensamiento y contacto con la realidad), ramas desconectadas, así como el ensanchamiento de la base del tronco. 5.4.3. Persona (Person - P) Se valoran, entre otros, el ajuste que se le da a la edad, el tamaño y el trato que proporciona a las diferentes zonas corporales significativas simbólicas. Una postura mixta de perfil y frontal (inadecuación lógico-formal) nos indica la posible presencia de organicidad, retraso o psicosis). Las figuras monstruosas nos indican la sensación de que las relaciones con la realidad están amenazadas. Figuras de brujas, payasos, extraterrestres, fantasmas, etc. indican noción íntima de cierta inadecuación, muy baja autoestima o rareza personal. Los sujetos que dibujan esquemas o figuras tipo monigote o palotes expresan importantes tendencias evasivas y huidizas; se observa en personas muy inteligentes y, en ocasiones, en que se quieren defender del acto diagnóstico (como en adolescentes). ❑ Tipos de personas y análisis La figura 5.13 es el dibujo de una joven con un grave trastorno de esquizoidía. Obsérvese el esquematismo que alude a la tendencia hacia la evasión y evitación y, en su extremismo, a cierta tendencia a la despersonalización.
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Figura 5.13. Dibujo de la figura humana de una joven con grave trastorno de esquizoidía. La cabeza está vinculada al área del pensamiento y a los recursos intelectuales y de autocontención. El cuello, significativo a partir de los 8 años, nos indica la capacidad del sujeto para poder mediar entre los impulsos y el pensamiento, su autocontrol. El cabello está relacionado con la libidinización, la energía y la vitalidad sexual (erotismo). La nariz, órgano fálico por excelencia, se vincula por desplazamiento del órgano sexual masculino, a la capacidad viril o potencia sexual. La boca es el indicador clínico básico por excelencia, representativo de la internalización básica, comunicación y el contacto y su 151
ausencia revela siempre patología (la boca con una simple línea, indica, además de hermetismo, dificultad y restricción en la expresión comunicativa con los demás; cuando hay irregularidades en el cierre o bien está enfatizada, trabas habidas en la internalización primera, posibles adicciones; los labios carnosos, sensualidad y erotismo...). La falta de rostro nos indica la existencia de conflictos a nivel de la propia identidad, a la vez que mecanismos de negación de la realidad. En la figura humana representada en la figura 5.14 se aprecian los desajustes a nivel de identidad en un adolescente de 15 años, con problemas en su autocontrol. Obsérvese la primera figura "femenina" que dibuja en la zona superior (aunque mecanizada, indiferenciada y despersonalizada), con el agregado del número (que otorga entidad), y la ausencia de cara (tendencias negadoras, dificultad para ver la realidad). Otros detalles significativos son: la falta de cuello (déficit en su autocontrol), ennegrecimiento del pelo (intensa preocupación e inquietud), manos tipo puño o enguantadas (ocultación de la agresividad), presencia de rodillas y codos (agresividad), irregularidad en la longitud de sus brazos y piernas (posible desproporción en sus acciones), trazos significativos de movimiento y acción, ubicación hacia la zona superior-izquierda, alejado de la zona inferior o de los impulsos, en blanco). Los ojos, también órganos esenciales para "ver" la realidad, son indicadores cuya falta nos muestra una negación y dificultad con ésta, de contacto con los demás, así como encierro en uno mismo, egocentrismo. Los ojos tipo punto (indican cariz paranoide e hipercontrolador, especialmente cuando coinciden con la presencia de orejas, también órganos con el mismo significado). La presencia de pestañas se asocia a lo femenino y es frecuente en homosexuales; también lo es la desnudez, entre otras, relacionada con una falta de pudor y represión así como rudeza social (la presencia de genitales explícitos, más allá de los niños pequeños, es indicador de patología seria). El cuerpo vestido, por regla general, es el cuerpo que acepta las reglas de juego social, propio de la neurosis. La desnudez no es una respuesta esperable en gráficos de adultos. Al desnudo se le atribuye un significado de insuficiente socialización en el sujeto, de no estar suficientemente normativizado, así como una falta de incorporación simbólica de convencionalidad, es decir, de interiorización de las normas sociales (falta de tacto...). La desnudez representa un desplazamien to donde las representaciones del propio cuerpo y los mecanismos defensivos de la neurosis no se encuentran suficientemente consistentes, y en su lugar aparece un vacío, un hueco, una pérdida de investimiento personal. Como con la presencia de mamas o de ombligo, el índice del desnudo (elecciones no debidas al azar), nos señalaría también aquella primaria y anhelada ligazón infantil, de cuerpo a cuerpo, con la madre. Sin embargo, en los niños o en algún determinado caso, incluso en 152
los adolescentes, puede ser factible encontrar figuras desnudas o con acentuamiento en los genitales, a causa de la problemática propia de estas etapas que supone intentos de elaboración de la imagen de sí mismo y de su identidad sexual (Veccia, 1996, 1998).
Figura 5.14. Dibujo de la figura humana de un adolescente con problemas de autocontrol.
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Figura 5.15. Dibujo de la figura humana de un sujeto homosexual con estructura deficitaria de la personalidad. En la figura 5.15 se muestra el dibujo de un sujeto homosexual con una estructura deficitaria de la personalidad, que mató a su compañero de piso, gay. Los núcleos psicóticos son bien apreciables especialmente en los gráficos vinculados a la identidad y a las identificaciones, como son las figuras humanas. Véase la desvitalización global de la figura femenina, entre otros, a través de los muñones, transparencias groseras, roturas en 154
el trazado del cuerpo, falta de cierre de la boca, ojos vacíos, desajustes en las piernas y zona genital, así como el dibujo en la zona izquierda y ombligo (elemento regresivo primitivo, entre otros). Los brazos indican posibilidad de relación social y actitud hacia el entorno. Las manos son órganos de contacto y afecto (cuando son grandes indican posibilidad de "actuación" hacia el entorno, a la vez, que carencialidad; las manos pe queñas, señalan una pobreza afectiva; las manos tipo guante, se vinculan a la necesidad de contener o camuflar la propia e intensa agresividad; las manos tipo pincho, manifiestan una agresividad actuada; la ausencia de ellas, así como la amputación o mutilación en otras partes del cuerpo, está asociada a grave daño afectivo o real contra la identidad, vivido de forma traumática).
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Figura 5.16. Dibujo de la figura humana de un joven cocainómano. El dibujo de la figura 5.16 es de un joven cocainómano, delincuente habitual. La ausencia de pies y manos, junto al tipo de trazo, nos indica su extrema falta de seguridad básica y de contacto afectivo que parece tratar de compensar con un acentuado control vigilante - obsérvense los ojos enfatizados-. La desnudez nos indica fallas de una efectiva represión y respeto por las normas convencionales de la sociedad. El énfasis en la nariz 156
(más allá de su posible vinculación con referencias sexuales, entre otras) nos remite a sus problemas de consumo. Las piernas se hallan vinculadas a la autonomía y capacidad de cambio para espabilarse en la vida (si están omitidas, encogidas o troceadas, indican desamparo y falta de autonomía). Los pies nos indican la estabilidad y seguridad de asentamiento sobre sí mismo. El énfasis en la musculatura o exhibición corporal es una forma de sobreacentuar la sensación de falta de poder o fortaleza propias, el predominio del "actuar" por encima del pensar. El dibujo de la figura 5.17 pertenece a un adolescente actuador e influenciable, del que los preocupados padres, quejándose, dicen: "...¡es que no tiene cabeza!" (su pequeña cabeza señala noción de limitación y de cierta inferioridad en sus posibilidades por pensar).
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Figura 5.17. Dibujo de la figura humana de un adolescente influenciable. La importancia de la vestimenta o ropaje nos indica la sujeción del sujeto a lo establecido socialmente, externo o convencional, que le aporta contención. La desproporción de sus largos y extendidos brazos indica receptividad, tendencia a ir hacia afuera, al acting y al movimiento motor (posibles acciones desajustadas). La importancia de lo convencional en el ropaje se refleja en el dibujo de la figura 5.18, realizado por una adolescente, en plena movilización y búsqueda de su propia identidad. Obsérvese el énfasis energético en las gafas que sobresalen especialmente en el 158
área de la cabeza, el cuello enfatizado y el número en el torso (énfasis en la noción de entidad), así como los instrumentos con los que se apoya y resguarda en el contacto con la realidad, que parece sentir "deslizante" o poco firme (esquís, guantes, la meta, como referencia de competitividad, entre otros).
Figura 5.18. Dibujo de la figura humana de una adolescente en plena búsqueda de su propia identidad. La presencia de botones, no en niños, está asociada a inmadurez, e intensa dependencia primaria del otro. Los bastones, armas, espadas, tienen un contenido de 159
agresividad o preocupaciones sexuales. La corbata, el cinturón, el paraguas, los cigarrillos o las pipas, los helados, los lápices, los palos o bastones, las pelotas de fútbol, las armas, entre otros, también resultan desplazamientos de posibles preocupaciones relativas a la sexualidad o erotismo oral. La figura 5.19 muestra el dibujo de la figura humana de una chica que padeció abusos sexuales por parte de su padre. Obsérvese, entre otros, la macroforma de perfil, la cabeza tipo casquete, la transparencia del cigarro y uñas, el refuerzo de la zona que rodea al cuello, las rayas en la falda, botones y bolsillos, así como los diminutos pies para una figura tan grande, sobre un suelo irregular e inestable.
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Figura 5.19. Dibujo de la figura humana de una joven que sufrió abusos sexuales por parte de su padre. El sexo que el sujeto elige dibujar primero está relacionado con el ajuste a su propio género, cómo dibuja cada sexo y qué papel les asigna socialmente permite apreciar la adecuación o inadecuación consigo mismo, su identidad sexual y vinculación social. La omisión, énfasis o distorsión de zonas y el trato de los diferentes complementos personales, entre otros elementos, representan otros indicadores de su ajuste yoico. 161
En la aplicación estricta del HTP, según Buck, hay una división en tres pasos, que consiste en: primero, la realización gráfica de los dibujos (casa, árbol y persona); segundo, los interrogatorios estructurados para que el sujeto asocie diferentes elementos en cada dibujo, y tercero, la posible aplicación del HTP cromático (cuyos colores, según dice, aportan profundidad en los aspectos inconscientes), posteriormente a la cual, se efectúan unos interrogatorios pautados. Existe otra variante del test, el HTP conjunto, cuya consigna solicita, a la vez, la realización de los tres dibujos en la misma hoja, con el objetivo de valorar el ahorro de tiempo y las posibles interacciones entre los tres elementos (dirección, tamaño y orden de preferencia, entre otros). Por otra parte, en el protocolo estándar la ayuda de unas reglas impresas en el borde de la hoja del dibujo, para medir con mayor precisión el tamaño del dibujo, permite que se alineen los bordes verticales para evaluar la colocación horizontal y, los bordes horizontales, para evaluar la alineación vertical, el tamaño y los detalles del dibujo. En Veccia, A. (2002), J.Gonzalo Calzada realiza una revisión del HTP de J.N.Buck, no sólo desde fundamentos teóricos, sino también desde cuestiones prácticas. En ella, aparte de valorar el ingente esfuerzo sistemático efectuado por el autor del test en su manual, se permite sugerir la modificación de algunas de las múltiples propuestas que les hace a los explorados, en los interrogatorios posteriores a cada dibujo. Plantearle al sujeto pedidos como: que agregue el sol y la línea de base en el suelo; que se le pregunte textualmente dónde está la chimenea de la casa; o que si el árbol fuera una persona, hacia dónde estaría mirando, o si está soplando el viento, si cree que se llevaría bien con esa persona o si alguien le ha hecho daño alguna vez, entre otras, me parecen demasiadas indicaciones directivas que pueden impedir la plena espontaneidad y libertad pretendidas en las proyecciones de las respuestas del sujeto. Y, como ya anteriormente se mencionó, cuanto más escueta y clara sea la consigna para el dibujo, mayor posibilidad de respuestas proyectivas obtendremos por parte del explorado. 5.5. Análisis del contenido verbal de cada historia Una vez ya finalizado cada gráfico, el sujeto recibe la consigna de que explique una historia sobre la casa, el árbol y la persona, que tenga un inicio, un nudo ar gumental o seguimiento sobre algo que le suceda a cada uno de ellos, y un desenlace de cada uno (el final de la historia). Y a continuación, el psicólogo, si así lo considera pertinente, ampliará sus averiguaciones, con precisiones o matices sobre lo previamente relatado por el explorado, tratando de establecer una útil disociación instrumental (Bleger refiere que uno debe poder mantenerse por una parte, identificándose con el sujeto, ponerse en su lugar, y por otra, desligado y "fuera" de él, para poder observar y entender lo que pasa). Así estaremos atentos a las explicaciones de éste al empezar a hablar, sus distintas 162
reacciones a medida que va evolucionando la prueba, analizando su actitud, las asociaciones que le surgen a medida que va dibujando, sus comentarios sobre los distintos detalles, etc. Lo saludable es que el sujeto pueda transmitir verbalmente una narración en la que se conjuguen de una forma suficientemente integradora los pensamientos, las emociones y los actos entre distintos personajes, en interacción. Cuando el relato es de tipo concreto, pobre, autorreferencial (esta es mi casa..., este soy yo..., esto le sucede a mi padre, no sé..., no me acuerdo...), éste nos indica escaso simbolismo ya que el sujeto no puede poner distancia del estímulo, ni por ello ponerse objetivamente en el lugar del otro porque está excesivamente centrado en sí debido a rasgos narcisistas, lo que puede favorecer que vea en los demás lo que a él le pasa o siente (con la consiguiente y posterior repercusión de confusión en la realidad). La mayoría de las interpretaciones básicas proporcionadas por este test, como anteriormente se ha referido respecto al Test de la figura humana de Machover, también se pueden aplicar a otros gráficos, como el Test de la pareja de Bernstein, el Test del dibujo de la familia de L.Corman, y el Test de las dos personas de Maganto, para niños. 5.6. Exposición de un caso: HTPP completo A continuación se expondrá el desarrollo de un HTPP completo, perteneciente a una joven adulta de 22 años, que estudia para ser esteticista. Es la mayor de seis hermanos y consulta por orientación vocacional, ya que se siente insegura. 5.6.1. Casa A) Historia Es una casa muy grande y muy ventilada. Vive una familia muy grande, mucha gente, está muy limpia y bien ordenada, en el campo. Hay muchos niños, un lugar para jugar los niños. No hay ruido. Nada más. No sé...
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Figura 5.20. HTPP de joven de 22 años insegura (casa). B) Impresión gestáltica Dibujo algo estático y frío, ubicado a cierta distancia, controlado, pero en su conjunto, armónico. Sensación de cierta rigidez, aunque es sensorial C) Análisis formal Una casa "acompañada" de otros dibujos. Dibuja primero las paredes, la línea del suelo y el techo, y, a continuación, los dos árboles en la zona izquierda (copas y techo de gran tamaño). Macroforma. El trazo es bastante firme y con buena coordinación. Visión con cierta perspectiva (tipo gusano). Buen número de ventanas. Detalles muy cuidados y obsesivos (cortinas, chimenea, balcón, etc.). D) Análisis del contenido verbal y simbólico El techo aparece bastante grande, muy defendido obsesivamente (tejas), y realizado con mucho cuidado (cierto perfeccionismo y necesidad de control). Casa ancha que permite tener mucho techo, que sobresale, aunque ello deje la sensación de estar algo 164
aplastada (predominio del área de la fantasía y de la racionalidad, por encima del Yo, ya que las paredes, aunque fuertes, son poco altas). Su línea nos indica que parece tener buena disposición hacia la comunicación con los demás, aunque la viva ésta como algo vulnerable y que la hace sentir algo expuesta (balcón). El hecho de tener las dos ventanas cerradas (redondas) con barrotes, nos sugiere la presencia de vigilancia y control por su cierto temor al contacto que la hace estar un poco a la defensiva (verbaliza cierta preocupación por su capacidad de relación con sus futuras dientas). La gran puerta delantera, medio abierta, nos indica alta dependencia oral, disposición y mucha receptividad hacia los suministros externos. La línea continua del suelo, donde también coloca los dos árboles (únicos elementos aparte de la casa), nos hace pensar en cierta fijación a etapas anteriores evolutivas, que por su dependencia le hacen incluir aún, al lado y acompañándole, representaciones simbólicas de las figuras parentales (situación edípica aún no elaborada), a través de los dos árboles. A través de la historia verbal, vemos que enfatiza y se queda en lo externo y descriptivo de la casa, sin adentrarse en profundizar en el relato con un argumento determinado. Pueden apreciarse sentimientos de cierta pesadez o agobio en las relaciones, así como necesidad de un mayor espacio vital propio, a través de sus expresiones: "casa muy grande, muy ventilada, limpia, ordenada (defensas obsesivas) y sin ruido, familia muy grande, mucha gente"... y necesidad de sobrecompensar sentimientos de propia pequeñez o inseguridad, para su edad cronológica (hay niños..., para jugar los niños...). 5.6.2. Árbol A) Historia Este árbol es grande y está cerca de un río. Se para mucha gente; hay gente que lo conoce. No da ningún fruto, sólo tiene hojas. Es muy bonito. Está en un lugar muy verde y muy bonito. Le toca mucho el sol. Es viejo.
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Figura 5.21. HTPP de joven de 22 años insegura (árbol). B) Impresión gestáltica Expresión de mucho control racional y falta de espontaneidad que le aporta al dibujo cierta rigidez y pobreza de contenidos (represión). Ubicado en la zona del pensamiento y la fantasía, exuberante y exacerbada, da la sensación de cierta car ga o peso mental 166
(rumiación). Dibujo comunicativo. Equilibrio, aunque parece costarle mantenerlo, por un excesivo control. C) Análisis formal Dibuja primero el tronco, el suelo y la copa. Macroforma. Elementos que coinciden con los de la casa. Más allá de una buena coordinación global, aparecen algunas salidas de impulsividad que parecen escapar a su control (ramas en contacto con la copa). D) Análisis de contenido verbal y simbólico El macrodibujo nos indica la necesidad de sobreponerse frente a posibles restricciones o exigencias de su vida real en su entorno. En una copa enorme, los aspectos racionales y de fantasía predominan sobre el resto y dan la sensación de ser vividos como carga y estar bien controlados (noción de superyó algo rígido; bultos que sobresalen de la copa, tipo bolsas). Las ramas repartidas y el tronco, parecen sostener con esfuerzo a la copa (Yo suficientemente fuerte), lo que indica que los órganos de comunicación parecen funcionar suficientemente bien como para mantener una adecuada adaptación a la realidad del entorno (línea del suelo firme y estable), aunque, de todas formas, la copa parece estar demasiado cargada, lo que da la sensación de que le está costando grandes esfuerzos contener ese peso mental (tronco pequeño pero fuerte, copa desmesurada). Es quizás en el árbol donde la examinada se siente más expuesta, especialmente a través de la historia (lo costoso que le resulta controlarse tanto, representándole no poder emplear otros recursos positivos propios, distintos del control, con la noción de cierta insuficiencia o carencia personal (sólo da hojas, no frutos). Su alta dependencia oral y receptividad afectiva puede observarse a través de la expresión: cerca de un río, necesidad de que le dé el sol... Más allá de los mecanismos obsesivos que aparecen, también expresa mecanismos maníacos (muy grande), deseos de comunicarse con mucha gente (lo conocen muchos, muy bonito y muy grande), aunque no parecen servirle para sentirse suficientemente bien, pues, al final, aparecen sentimientos depresivos (es viejo). La examinada parece reaccionar ante la vida, con una actitud algo pasiva, centrada en sí (dependencia oral), dispuesta a recibir de fuera y cerca de otros que la gratifiquen (en la historia necesita al sol, al río, a la gente...). 5.6.3. Persona A) Primera persona: mujer 1. Historia
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La joven pregunta: ¿Toda la hoja?. Es una señora de unos 25-26 años. Es tranquila. Es madre. Espera a su hijo al salir del colegio. Le gusta vestir normal, sencilla. Es guapa. Está contenta.
Figura 5.22. HTPP de joven de 22 años insegura (primera persona: mujer). 2. Impresión gestáltica
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Macrofigura. Dibujo estético, con sensibilidad. Aspecto de figura muy controlada, perfeccionista y con detallismo. Está vuelta hacia la izquierda y mirando hacia abajo (mundo interno y aspectos del pasado), de espaldas al exterior (futuro). Destaca el área racional, igual que aspectos de mucho control y ansiedad en el cuerpo (zonas ennegrecidas). 3. Análisis formal Línea bastante firme, tamaño grande de la figura (¿la expansión como forma de vencer la constricción del entorno?), indicando perfeccionismo y cierta rigidez, a pesar de los intentos de movilidad de la figura. La necesidad de control se hace patente a través del sombreado de distintos elementos como son: la cabeza, zapatos, cintura, puños, etc. La figura está algo inclinada y mirando hacia la zona inferior-izquierda (lugar regresivo y de los aspectos más primarios y menos estructurados del pasado que, por otra parte, indica introversión). Enfasis en la cabeza (cuyo pensamiento trata de mantener controlado a través del pelo algo recogido). El orificio en la nariz podría ser tenido en consideración si aparecen más elementos asociados a agresividad en las pruebas, como son las manos enguantadas, que a pesar de estar abiertas y con intención de movimiento, parecen indicar cierto control de la agresión así como necesidad de protección (como guantes), quizás por sentirse demasiado expuesta en el terreno de los afectos (las manos como representación). La energía que dedica al cuello, puños y cinturón, repasados, relleno a través de rayitas pequeñas, nos confirma su gran control obsesivo y afán de perfección. Los pies muy tapados, marcando límites y enfatizados por detalles obsesivos y sombreados, aparte de cierto perfeccionismo, nos indica la necesidad de asegurarse mucho, personalmente. 4. Análisis del contenido verbal y simbólico La figura femenina, en tanto que primer dibujo realizado y su esquema corporal integrado, nos indica que tiene una buena identidad personal así como identificación con su propio sexo, aunque con cierto predominio dentro de ella, de aspectos infantiles poco elaborados (nos habla de una relación madre-niño). Los brazos en movimiento y dirigidos hacia la izquierda parecen expresar deseos de comunicación con los demás; el estar bastante pegados al cuerpo, les hace parecer algo estáticos y rígidos, concordando con lo anteriormente mencionado: aparición de cierto temor que le suscita la relación con los demás como terceros (ocultamiento de la 169
agresividad y autoafirmación con los guantes) a pesar de que exprese también disposición y receptividad hacia el otro, aunque algo dual, pasiva e infantil (espera al niño al salir del colegio). Quiere poner límites claros a sus intensas necesidades, cuando al principio pregunta sobre qué espacio se le otorga para dibujar: ¿toda la página?, y también en la discreción y moderación al vestir, con que atenuar aquellas (normal, sencilla). Aparece un buen contacto con la realidad. B) Segunda persona: hombre
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Figura 5.23. HTPP de joven de 22 años insegura (segunda persona: hombre). 1. Historia ¿Un señor?..., ¿lo tengo que comparar con el otro dibujo? Es su marido. Está mirando también cómo llega su niño. Es serio pero simpático. Tiene un carácter apacible. Trabaja de profesor de historia. Tiene una edad similar a la mujer: 26-27 años. 171
2. Impresión gestáltica Figura estética pero algo rígida, cerrada y estática, con lo que quizás le resta vitalidad. El control se centra aquí especialmente en la zona de la cabeza, pues en el resto del cuerpo hay menos detalles de control obsesivo, que en la femenina. De espaldas al mundo externo y con las manos detrás del cuerpo, esta figura nos indica introversión, cierta pasividad y dirección hacia el mundo interno, así como cierta dificultad de contacto con los demás. 3. Análisis formal Se reiteran los comentarios anteriormente mencionados. El área racional muy enfatizada y valorada, así como la presencia general de un alto control obsesivo (pelo realizado por infinidad de ramitas: temor al descontrol en el área de la fantasía), nos corrobora la noción de un superyó muy rígido y exigente. Aspectos sexuales masculinos secundarios enfatizados (bigote, patillas, barba), pueden representar una posible necesidad de remarcar las diferencias entre los sexos, que nos sugiere la posibilidad de que no las tenga muy claras internamente (cierta confusión interna propia de momentos evolutivos anteriores infantiles). Los botones en la camisa y los puños nos indican una dependencia de característica muy primaria. El control a lo largo del cuerpo también aparece en el detalle del cinturón con la hebilla, pero quizás no tan generalmente enfatizado como en la figura femenina (aquí, menos control en el cuerpo y más en la cabeza). A través de la posición y dirección de la figura podemos coincidir también, como en la otra figura, en algunos aspectos de introversión o de vuelta hacia sí misma. 4. Análisis del contenido verbal y simbólico Los aspectos antes mencionados parecen también coincidir con la profesión de profesor de historia, del hombre (interés por el pasado), y pendiente del hijo, aunque también de forma pasiva (está mirando también cómo llega...) al que parece otorgarle más valor que no a la figura adulta, por sí misma (no lo puede hacer solo e individual, necesita compañía). Le cuesta separase en la historia verbal de la otra figura femenina, antes dibujada, e independizarse de forma indivi dual, cuando de forma dependiente, y solicitando reaseguramiento, pregunta si se han de comparar las dos (alusión a las diferencias entre sexos), dice que es su marido y que tienen igual edad los dos, manteniendo de esta forma unidas a las dos figuras (existencia de ansiedades de separación que le impiden tener una más consistente y definida imagen de sí misma, bien diferenciada de los demás). La básica relación con los demás no parece obstaculizarse a pesar de expresar cierta ambivalencia o dificultad de comunicación, al decir: es serio, 172
pero simpático. 5.6.4. Conclusión diagnóstica Este HTPP parece corresponder a una mujer bastante equilibrada en su personalidad gracias a un enorme autocontrol personal, apreciándose en su conjunto una adecuada adaptación a la realidad, a pesar de cierta problemática interna aún no suficientemente resuelta (presencia de un superyó muy rígido y exigente). Su excesivo control, en ocasiones vivido como agobiante, no le permite expresar naturalmente sus impulsos, si no es a través de la fantasía, y también del mantenimiento aún de aspectos infantiles dependientes poco desarrollados que le dificultan autoafirmarse. Sus ansiedades básicas parecen ser las depresivas (en las que predomina el tener en cuenta al otro) y, sus mecanismos defensivos más importantes, de represión, control y obsesivos frente a los impulsos, y algunos, reactivos y maníacos contra lo depresivo (resalta la belleza, la salud, la armonía: está contenta, hay mucha gente, es bonito, etc.). De momento, éstos le resultan generalmente adecuados para lograr un buen contacto con la realidad de su entorno, aunque en ocasiones también le resultan insuficientes, por algunas muestras de cierto desgaste de energía y de empobrecimiento interno que, a la larga, le suponen. Su actitud ante la vida es más bien estable, receptiva, pasiva, dependiente, refugiándose en el pasado y algo centrada en sí misma, como parcialmente fijada a etapas anteriores infantiles de su evolución, aspectos que le están restando vitalidad, capacidad de decisión y de seguridad en sí misma en la actualidad, a la hora de elegir su orientación vocacional (motivo de consulta).
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6.1. Introducción Es el test más expresivo de la situación conflictiva o candente del momento actual que está viviendo el sujeto. La información derivada del animal provee, por otra parte, más datos a nivel pregenital, relativos a momentos evolutivos anteriores del sujeto, que coinciden con el conflicto. La presencia del animal se remonta a la Antigüedad, concretamente en la prehistoria donde el hombre resguardado en las cuevas realizaba sus grabados, frecuentemente animales. A lo largo de las distintas civilizaciones, fueron importantes las interpretaciones mágicas de estos dibujos como miedo, necesidad de protección, poder, sacrificio o inmolación, etc. y los símbolos a ellos asociados, según cada animal. La antropología, la religión, la literatura, la astrología, el arte, etc. y también, la psicología, han pasado a darle un sentido individual o colectivo al dibujo de los animales. Asociado a ello, por otra parte, cada persona le proporciona un significado al animal que dibuja, según el tipo de vínculo o experiencia que haya previamente tenido con los que se ha relacionado anteriormente, en su vida; de ahí el reflejo importante del conflicto actual que expresa el sujeto. Por otra parte, al tratarse de un objeto nuevo que el sujeto tiene que crear desde dentro, sin tantas posibilidades de referirse a un modelo preexistente, ser poco manipulable por el sujeto y menos contaminado que los otros objetos, enriquece y complementa las aportaciones de otros test como son, por ejemplo, el WISC, CAT y TAT. Levy, Hammer, Rosenberg y Schwartz han tratado el test como proyección de impulsos fundamentales, a través del tipo de animal que se dibuja, del tratamiento de sus aspectos corporales, de la postura, la edad, el rol y el estatus popu lar atribuidos (derivados de la historia de las leyendas, inconsciente colectivo y hechos conocidos). Levy, entre otras, refiere que: -Todo símbolo animal es el resultante de un campo de fuerzas intrapsíquicas y externas. 175
-Los símbolos animales son en potencia multidimensionales y ambiguos. -- - - -- - - -- - - - - - - --- - - -El poder, complejidad, sutileza y precisión de las habilidades perceptivas y de las tendencias y asociaciones varían de la misma forma que la inteligencia y CI. -El psicólogo no puede determinar, a priori, cuáles son las dimensiones relevantes de un tema particular. -Todos los animales poseen a la vez, dimensiones genéricas y específicas. El significado de éstos deriva de la coherencia interpretativa que investigadores precedentes con test gráficos han comprobado clínicamente. Existen ciertos contenidos populares simbólicos genéricos referidos a determinados animales (serpiente, pez, pájaro, elefante, loro, caracol, toro, hormiga, águila, perro...), verificados a lo largo de numerosas investigaciones, pero que en definitiva, y en todo caso, su interpretación definitiva dependerá de su corroboración con el resto del estudio específico individual del sujeto, de sus conflictos, estructura y psicodinamia general. De todos los animales, hay algunos que sugieren distintos significados. Los hombres se suelen decantar por la elección de perros, caballos y gatos, como populares, y las mujeres por los gatos. Los gatos o perros tipo tentetiesos suelen compararse con el típico monigote evitativo o esquemático que dibuja un paciente cuando no desea implicarse demasiado. Los pájaros se asocian a deseos de huida o evasión y libertad, siendo frecuentes en adolescentes. Los peces, requiriendo vivir siempre dentro del agua (representante materno), tienen con frecuencia un cariz regresivo, muy dependiente e involutivo. La serpiente, símbolo fálico por excelencia, suele indicar interés o inquietud por la sexualidad y, por ello, es frecuente su dibujo en la etapa adolescente. Los animales con caparazón (caracol, tortuga...) o que tienen una cobertura dura (escarabajos, cangrejos...) suelen indicar defensas contra la fragilidad íntima. Hay animales que por su significado popular suelen ser propicios para proyectar aspectos de rechazo personal o agresivos, como la rata, la víbora, el cocodrilo, el tiburón, la polilla, la chinche, etc. o de sentimientos de inferioridad o menosprecio, como los pequeños o los que se arrastran por el suelo, como el gusano, la lombriz, etc.). Bender sostiene que los niños dibujan animales agresivos cuando tienen un superyó severo que los lleva a temer al animal devorador. Las personas fóbicas suelen tener tendencia a dibujar animales pequeños e insectos como arañas, cucarachas, gusanos, ratones, etc. Personas con sentimientos de 176
inferioridad suelen dibujar animales potentes, grandes y poderosos como forma de compensación. Estos aspectos los podremos corroborar en otros gráficos posteriores que permiten encontrar aspectos singulares en cada uno de ellos. El burro simboliza un animal de carga que trabaja sin descanso y al que todo el mundo suele considerar tonto, representando una baja autoestima y desvalorización. El cerdo es un animal del que todo se aprovecha aunque, según Cirlot, simboliza deseos impuros y perversos. La araña suele tener un significado de figura materna persecutoria, por lo absorbente, posesiva y anuladora. El caballo puede tener significaciones ambivalentes en cuanto a lo sexual (masculinofemenino), así como también características yoicas de acción y trabajo. C.Liberal en su estudio nos habla sobre la utilidad clínica del Test del dibujo del animal como dibujo en el que se proyecta un aspecto específico, parcial e importante del sujeto. Refiere que los dibujos tienen una simbolización por sí mismos, aunque la que es más importante es la propia proyección que el propio individuo añade con su proyección, indicando que el grado madurativo nos ayudará a ver la capacidad del sujeto, su nivel de elaboración de pensamientos, el grado de abstracción y capacidad de síntesis, entre otros. La investigación llevada a cabo con el test por C.Maganto en 1989 pretende lograr la evaluación tanto madurativa como emocional de los sujetos y efectúa una Clasificación de las variables del dibujo (E.Koppitz ya lo llevó a cabo en el Test de la figura humana). Los ítems que constituyen el fundamento de la evaluación emocional principalmente son: tamaño, ubicación, trazo, presión, borrar, sombreado, animal identificable, si está cortado por el borde, si está incompleto. La denominación esperable, responde a criterios evolutivos y genéticos de frecuencia ascendente, y lo que es esperable a una edad, que expresa lo común y estadísticamente, frecuente para ese grupo de edad, es decir lo "normal". Los indicadores emocionales, al contrario, sugieren lo no esperable, poco común o no adaptativo, es decir, que son expresión de conflictos o problemas emocionales. Según la estandarización, hay 27 indicadores emocionales, pero se comprobó que, a cualquier edad, un indicador emocional no debe ser considerado signo forzoso de perturbación o conflicto. La presencia de dos indicadores haría sospechar algún conflicto del sujeto en tomo a la significación de los mismos. Tres o más indicadores sugieren que el niño o un sujeto adulto experimentan algún conflicto y debe ser considerado significativo. 177
La evaluación de los aspectos expresivos debe hacerse en función de: -El número de indicadores emocionales presentes en un protocolo. -El tipo de indicador y su significación. -La correlación que se establezca entre ellos. El Test del animal se inicia dándole al sujeto el material para dibujar y pidiéndole la consigna: "Dibuje un animal. El que desee". Una vez acabado el dibujo, se le solicita que explique y escriba con su puño y letra una historia sobre este animal, al que le suceda algo y con un final (suscribo la conveniencia de modificar la consigna inicial en la que se le instaba al sujeto a escribir la historia en la parte opuesta de la hoja donde dibujó al animal, dado que en muchas ocasiones se ha comprobado que puede entorpecer y desfigurar la clara visión y análisis de los indicadores gráficos obtenidos, al coincidir los dos grafismos distintos, dibujo y escritura, en una misma hoja). También se suele pedir que ponga un título a la historia. Es importante constatar cómo redacta y se expresa por escrito el sujeto, a través de la organización de su relato y la utilización de determinadas palabras y frases, como forma de apreciar la calidad de su pensamiento y simbolismo. Algunos autores incrementan la información sobre el contenido verbal, agregando las preguntas sobre: "¿Qué animal es el que le gusta más y el que menos, y por qué?", con la finalidad de identificar tanto las cualidades positivas con las que el sujeto se identifica o asocia (que le gustaría incrementar o tener), o las cualidades que él rechaza o detesta más de sí mismo; todas ellas, cualidades/defectos que el sujeto consideraría necesarias incrementar o eliminar de sí mismo para solucionar el conflicto vital que atraviesa. 6.2. Ejemplos del Test del animal A continuación se ejemplificará con ilustraciones de diferentes dibujos de animales realizados por diversas personas en el Test del animal, añadiendo algunos comentarios sobre el significado formal y de contenido. La figura 6.1 muestra el dibujo del animal de una adolescente con características esquizoides y depresivas. El dibujo proyecta una situación regresiva de progresiva desvitalización e incomunicación (elección de un pez esquemático, sin boca y situado en la zona inferior izquierda, regresiva, primitiva y del pasado).
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Figura 6.1. Dibujo del animal de una adolescente con características esquizoides. En la figura 6.2, la gran cabeza de burro en el centro de la hoja del dibujo realizado por un adulto parece reflejar la necesidad de compensar sentimientos de inferioridad, baja autoestima y susceptibilidad crítica (orejas enormes sombreadas y ojo tipo punto 179
enfatizado, rasgos de cariz paranoide).
Figura 6.2. Dibujo del animal de un adulto con baja autoestima y sentimientos de inferioridad. La eliminación del resto del cuerpo nos indica la disociación emocional por la que 180
trata de mantener separados sus intensos impulsos agresivos (boca con dientes, hocico y trazos de la crin) con un gran esfuerzo por su parte (cuello excesivamente largo). Estos aspectos, al parecer, podrían verse incentivados en gran medida por el importante grado de sordera que se le diagnosticó en aquel momento de su vida.
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Figuras 6.3 y 6.4. Dibujos del animal de dos jóvenes con problemas psíquicos y de conducta.
Las alas inapropiadas, generalmente vinculadas a psicopatología, expresan intensos deseos de huir y necesidad de evasión frente a un traumático contacto con la realidad del entorno (figuras 6.3 y 6.4). La figura 6.5 muestra el dibujo de un animal realizado por una adulta una vez recuperada del accidente traumático que sufrió en un viaje. Este accidente le supuso tener que realizar todo un proceso de recuperación funcional que no le impidió padecer algunas secuelas físicas y psíquicas. El dibujo muestra un oso polar, de trazos suaves, quieto e inexpresivo, con la parte inferior del cuerpo apoyada en sus patas traseras y rodeado de hielo, así como el contenido frustrante y paralizador de su actitud ante la consigna y contenido de la historia 182
verbal (impotencia personal y frialdad emocional en su entorno, con un final de muerte), nos indica los sentimientos depresivos, y de desvalimiento de la mujer para tirar adelante con su vida. Su trazo, tan flojo, que casi resulta imperceptible, también lo corrobora.
Figura 6.5. Dibujo del animal de una adulta tras su recuperación de un accidente traumático.
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En la figura 6.6 se observa el dibujo de un animal realizado por un joven que presentaba una descompensación psicológica. Obsérvese el leopardo, torcido e inarmónico, sin cuello, con los ojos y orejas sombreados, manchas en el cuerpo y cola erguida, ante la zona derecha en blanco. El contenido de la historia verbal cargada de defensas omnipotentes y evasivas contra ansiedades catastróficas y de muerte no impedían una visión de sí mismo perdiendo el equilibrio yoico.
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Figura 6.6. Dibujo del animal de un joven que presenta una descompensación psicológica. 6.3. Exposición de casos 6.3.1. Dibujo de un pez A continuación se detalla el Test del animal de una chica de 19 años que consulta por presentar una crisis personal, a raíz del asalto de unos menores por la calle, que la maltrataron. Esta crisis se caracterizó por la manifestación de un temporal estado psicótico, que remitió (ataque de ansiedad, confusionalidad y características de despersonalización, entre otros).
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Figura 6.7. Test del animal de una chica de 19 años con una crisis personal tras ser asaltada por unos menores en la calle. A) Historia: Un pez tropical Es un pez tropical de los mares de Tahití. No tiene demasiados depredadores, sólo algunos tiburones blancos. Juega con otros peces. Se hace viejo, se muere y se 186
desintegra. Tuvimos uno, se rompió la pecera y lo pusimos en el fregadero junto con otros y se lo comieron porque era muy pequeño. Son peces que no crecen mucho. El animal que más me gusta: los pájaros porque son libres (deseo de acercarse de forma más libre a las relaciones) también los peces, porque te los pones en la mano y te dan besos (¿problema de lógica?, besar es una característica humana), no me dan angustia (negación maníaca relacionada con el cuerpo y los afectos). El que menos: las serpientes, porque te pican, también los gatos y perros porque muerden y arañan (rechazo actual de sus impulsos agresivos y voracidad). B) Análisis formal Dibujo tirando a macroforma, realizado en la zona superior del área de la fantasía e idealización, con lo que implica de rechazo y alejamiento de la zona inferior (que deja en blanco), representativa de los impulsos. Enfatiza prioritariamente al área de la cabeza (especialmente, el ojo y la boca) con respecto al resto del cuerpo, cuyo trazo es flojo y queda algo abierto (presencia de IPM) en algún lugar (destacan las oberturas y las puntas afiladas en la cola: noción de incontinencia y agresividad). C) Análisis del contenido Inicia el relato yéndose lejos (Tahití, como forma evitativa de colocarse ante la vida), pero acaba de forma disociada y extremista, siendo autorreferencial (se centra en su persona, no puede poner distancia). Manifiesta una situación de crisis personal catastrófica, a través de la historia de un pez que, al romperse la pecera, es "comido" por otros o se desintegra (ansiedades de anulación o psicóticas), a pesar de sus intentos de negaciones maníacas, al respecto. Ante el crecimiento, se identifica con un animal regresivo y esquizoide como es el pez (que sólo puede vivir dentro del agua y con el que no se puede establecer una relación cercana, como con otros animales, sino fría). Manifiesta una identidad gregaria (lo pusimos..., lo tuvimos que...), así como una relación algo infantil, de tipo superficial, disociada a la vez, de la vejez y la muerte (juegos entre los peces..., es viejo..., se muere y desintegra...) que le impide afrontar el momento adolescente siendo ella misma, de una forma diferenciada de los demás. Los padres, quienes solicitaron ayuda, parecían actuar más como sustitutos narcisistas que complementarios o auxiliares de la hija, con lo que parecían incidir en el trabamiento del crecimiento de la misma. En un momento de conflicto como es el ataque vivido (trauma externo), no le sirven las defensas esquizoparanoides de alejamiento, disociación, evitación y aislamiento (en
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Tahití..., se rompió la pecera..., lavadero...), y ella reacciona con una situación masiva de repliegue regresivo (presencia de angustias psicóticas y persecutorias). Expresa abundante sensorialidad primitiva, besos y sensaciones táctiles que no son características habituales en un pez (ilógicas), antropomorfismo (que implica cierta confusión verbal entre lo humano y lo animal), y de cierta vuelta hacia atrás, como forma de defensa que parece ocasionarle desesperanza y pocas expectativas respecto a su evolución futura (anula y niega finalmente la muerte del pez pequeño con: son peces que no crecen demasiado..., quizás como forma de resolver regresivamente el conflicto y salir de la crisis, pudiendo quedar pequeña y sin poder crecer). 6.3.2. Dibujo de un tucán En este apartado se muestra el Test del animal perteneciente a un menor de once años de edad que había sufrido abusos sexuales por parte de su tío. A) Historia: El único tucán Está transcrita tal y como el niño la escribió. Había una vez un tucán que quien lo encontraba, tenía buena suerte para siempre. El día siguiente cuando se podía tocar al tucán, pasó una cosa muy misteriosa. Al tucán lo habían robado todo el mundo estaba muy desesperado porque era el último tucán que había de su especie llamaron a aquel detective de mascotas para que lo encontrara y empezó a investigar hasta que encontró al culpable era un hombre muy malo. La policía lo arrestó y el tucán volvió donde tenía que estar. El animal que más me gusta: El águila, porque es muy grande y bonita, diferente a los otros, como mata a sus presas..., se tira desde un acantilado..., de dos pollitos solo sobrevive uno..., ¡Es muy bestia!... los mata, y así se los puede comer (noción de dominio y poder, identificación con el agresor, manipulación del objeto, elementos de perversión y oralidad, entre otros). El animal que menos me gusta: La serpiente (símbolo fálico), porque es asquerosa, nunca la he tocado yo (negación maníaca autorreferencial, pierde la distancia cuando se acerca al tacto de lo fálico), ni me he atrevido a tocarla, te puede matar, puede ser muy grande y estrangularte (rechazo de impulsos sexuales y con relación a lo táctil y corporal).
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Figura 6.8. Test del animal de un niño de 11 años que sufrió abusos sexuales por parte de su tío. B) Análisis formal Figura microforma, constreñida, pero situada en el centro de la hoja. Destaca su pico y el ennegrecimiento del ojo (hipervigilancia) y del cuerpo. Patas afiladas. Trazo tipo 189
bosquejo, que borra mucho (ansiedad). El cuerpo denota ansiedad y sentimiento de culpa, así como una mala autoimagen y sentimientos de inferioridad (constreñimiento), que compensa con su omnipotencia y narcisismo (en el águila). C) Análisis del contenido Elige un pájaro (animal evitativo y huidizo), pero uno "especial" y vinculado a determinados poderes, como la suerte (noción de omnipotencia primaria infantil, que suele subyacer a sentimientos de impotencia). Se conforma en ser pasivamente un objeto central y de "uso" para los demás, y en complacer lo que otros esperan de él; todo pasa por el "tocar", lo más primario y sensorial infantil (fracaso de representación mental). Problemática oral básica. Desesperación ante el peligro de extinción o amenazas de anulación personal existentes. Los vínculos masculinos pueden corroborar posibles aspectos de homosexualidad, así como de identificación con el agresor que podrían incidir en un futuro, en que este chico deviniera un posible abusador. Muchas de las interpretaciones básicas proporcionadas por estos test sirven también para aplicar a otros gráficos como el Test de la pareja de Bernstein, el Test de la figura humana de Machover y el Test del dibujo de la familia de L.Corman.
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7.1. Introducción El niño es un ser social que depende (sobre todo en sus inicios evolutivos) del sostén de los padres que procuran su necesaria seguridad básica a través de la alimentación, cuidados, educación, etc., y no se le puede comprender totalmente si se le aísla de su medio social básico, que es la familia. Por ello, para una evaluación psicológica significativa se han de conocer siempre datos objetivos sobre su contexto sociofamiliar (lugar que ocupa, edad, interacción...). Parece que fue Appel, en 1931, uno de los primeros en trabajar con los dibujos de la familia, solicitando al niño que dibujara una casa, el padre, la madre, hermanos, profesores y amigos (en Frank de Verthely, 1985). Posteriormente, distintos autores han ido modificando la técnica de aplicación, hasta llegar a la versión de Corman (19611971). Como indica su creador, este test se puede aplicar a partir de los 5-6 años, según la maduración del niño, aunque también considera que no tiene límites cronológicos ya que cada persona dispone de una envoltura familiar psicoemocional, ya sea real o imaginada o inconsciente, lo que lo hace aplicable también a otras edades. Este test permite básicamente evaluar el concepto que tienen los niños y demás, su propio papel y las posibles relaciones interpersonales dentro de su propia familia. Revela la actitud del niño hacia su familia, y sus preocupaciones conscientes e inconscientes. Permite la expresión de ansiedades y conflictos que no representen un riesgo para él. Esta técnica del dibujo de la familia, que en un principio fue aplicada de una manera sólo con la consigna: "Dibuja tu familia", de Porot (1955) y Lluís (1978), sufrió posteriormente diversas transformaciones hasta incluir otra consigna: "Dibuja una familia imaginada", de Corman (1967), a partir de apreciar que de aquella forma frecuentemente creaba ciertas reticencias o defensas en el sujeto respecto a desvelar información real conflictiva sobre su familia verdadera (representando una amenaza para él), e impedía con toda libertad acercarse a detectar la esencial dinámica de sus sentimientos, roles y relaciones dentro de la familia. Esta nueva aplicación se realizaba al inicio del test para favorecer una total libertad interna, de su fantasía, que permitiera proyectar y disfrazar imaginativamente las apariencias y contenido de los miembros reales sin resultar persecutorio para el sujeto y contrastarlo después con la segunda aplicación, con los miembros reales y su 192
caracterización o colocación en el espacio. Mientras el examinado va dibujando se anota lo que dibuja primero, segundo, etc., el tiempo que emplea, la ubicación en la hoja, qué personajes utiliza, reacciones afectivas durante la prueba... Aunque se anote en el mismo momento, para que ello no sea un elemento distorsionador para las producciones y espontaneidad del sujeto, es preciso recordar lo más detalladamente posible todos los elementos, secuencia y detalles con la máxima minuiciosidad. Al finalizar los dibujos, se le harán unas preguntas para obtener más información y poder corroborar lo apreciado en el gráfico: ¿quiénes son?, ¿qué hacen allí?, ¿quién es el más/menos simpático de la familia, el más/menos bueno, y el más/menos feliz? Y ¿por qué? ¿Qué personaje le gustaría ser si tuviera que elegir alguno? (¿con cuál se identifica o le gusta más?, ¿qué otro personaje desearía ser?...). De esta manera, Corman apunta a trabajar todo lo obtenido con el Método de las preferencias e identificaciones, de cara a la proyección de sentimientos y al conocimiento profundo del examinado, señalando preferentemente, entre otras, la existencia de: -La añoranza o reminiscencia ya sea pasajera o intermitente, de la famosa llamada "edad de oro" (edad en que uno ha sido más feliz). -Regresión estable y formal que afecta a toda la personalidad del sujeto. -Una vez obtenida toda la información, pasaremos a comprobar las discrepancias entre lo dibujado y la familia real. Cuanto más diferente sea la familia que ha representado gráficamente de la original y propia del sujeto, más apreciaremos la actuación del mecanismo de "proyección". No se ha de utilizar la situación gráfico-proyectiva o posible interpretación psicopatológica como algo permanente, sino como vivencia personal en relación con su familia en aquel momento determinado en el tiempo, puntual o momentáneo, ya que se pueden desprender actitudes en los adultos a su cuidado que no beneficiarían en nada al niño. Se ha de tener en cuenta que la presencia de conflictos que un pequeño no puede aún resolver (impulsos que siente y las defensas que despliega contra ellos), le hacen frecuentemente regresar a estados evolutivos anteriores que le aportan una mayor satisfacción o seguridad (hacia un estadio oral, apareciendo una preponderancia de todo lo que tiene que ver con la boca, alimentación, etc. hacia uno anal, con la presencia de lo 193
obsesivo, de control retentivo, reactividad, etc.; hacia lo genital, con manifestaciones edípicas, con presencia de terceros y sus sentimientos asociados: celos, rabia, sentimientos de exclusión, eliminación, de dominio, etc.). 7.2. Interpretación El dibujo de la familia se puede interpretar basándose en los elementos del plano gráfico en los que se asienta el dibujo de la figura humana de K.Machover, elementos afines y aplicables a todos los demás test gráficos. En cuanto al plano del contenido, debemos prestar atención a la estructura familiar (real y gráfica), movimiento, interacciones, diferencias entre sí, ropa, adornos, deformaciones (manifestación frecuente de la existencia de algún tipo de conflictividad), etc. Corman utilizó una serie de indicadores que consideraba significativos a nivel simbólico: -El lugar de ubicación de la figura. -Edad que le proporciona. -Detalles. -Gestalt lograda. -Roles (o su inversión). -Transformación en lo contrario o identificación con el agresor. Algunas de las defensas más importantes que suelen aparecer son: -Represión inconsciente inhibidora con formaciones reactivas (niños demasiado "sensatos"). -Vuelta contra sí mismo de pulsiones (niño depresivo y ansioso). -Aislamiento (solitario, indiferente, descriptivo, evitativo y negador). -Regresión (niño que se vuelve "bebé"). 7.3. Ejemplos del Test de la familia 194
La figura 7.1 muestra el dibujo de una familia imaginada realizado por una niña de cinco años, manifestando su preocupación por la separación de sus padres (a través del desplazamiento en una pareja de niños: ella y un amigo de la clase). Destaca su identificación femenina (noción valorada de la madre, a través del color y de la gestalt conservada) así como, nada omnipotente frente a lo traumático, también una figura paterna, con quien mantiene poco roce (y según aparece, menos conservada, ambivalente y dañada), donde deposita la noción de gran afectación a través del daño físico (pierna rota) y las borraduras. El fracaso de sus intentos por vincular a la pareja aparece a través de la transparencia en las manos de ambos.
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Figura 7.1. Familia imaginada de una niña de cinco años.
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Figura 7.2. Familia imaginada de un púber. La figura 7.2 representa a una familia imaginada dibujada por un púber; en ella aparece una negación de los conflictos y posterior divorcio entre los padres (con la familia unida y enlazada, por las manos), que parece afectó en gran manera la identidad y seguridad del menor (necesidad de introducir su firma y de elevarse a sí mismo sobre un taburete, como reforzadores). En la figura 7.3 se muestra el dibujo de la familia imaginaria de una mujer adulta sana, que excluye a otros miembros (como sus otros hermanos, en la realidad), aparece identificándose proyectivamente en la niña de un año, quien, en el relato verbal, recibe, de forma regresiva, todo el foco de atención de los padres (la madre es quien está más ocupada, tiene problemas..., todos son buenos por igual..., la nena es quien no tiene ninguna complicación en la vida...). Es apreciable, sin embargo, cierta frialdad emocional y evitación (a través de los perfiles), pasividad (en las figuras sentadas; las sillas como elementos "barrera" que protegen a lo infantil respecto del exterior) y una falta de interacción entre ellos, a través de ir "cada uno a lo suyo". Véase el HTPP del caso, en el 197
capítulo 5 (5.6), el Test de la familia propia en el capítulo 1 (1.2.2) y el Test de la pareja en el capítulo 9 (9.3.3).
Figura 7.3. Familia imaginaria de una mujer adulta sana.
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Figura 7.4. Dibujo de la familia propia de un niño de cinco años.
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Figura 7.5. Dibujo de la familia propia de un niño de cinco años.
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Figura 7.6. Dibujo de la familia propia de un niño de cinco años. Las figuras 7.4, 7.5 y 7.6 son los dibujos de la familia propia de niños de cinco años en los que aparece la proyección de rivalidad respecto a distintos personajes. En el primero, aparece la madre como figura más valorada, junto a la que la niña se sitúa y el padre, en último lugar, torcido y peyorativizado. En el segundo dibujo, aparece en primer lugar la hermanita bebé, recién nacida, y en gran tamaño, cuya importancia y valoración no elimina, a su vez, la representación de rivalidad a través del rayado de la cara, que evita su clara identificación. En el tercer dibujo, la rivalidad se manifiesta a través de situar a sus hermanos en la zona inferior, y menos elaborados gráficamente, alejados de él y sus padres.
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Figura 7.7. Dibujo de la familia propia de una niña de trece años. La figura 7.7 muestra el dibujo de la familia propia de una niña de 13 años que dibuja a sus padres primero, más elevados (en un lugar destacado y valorados) y a ella, por debajo y, en último lugar (minusvalorándose). La impresión gestáltica de pobreza yoica, los ojos vacíos y el trazo tipo bosquejo nos indican la presencia de alta ansiedad y noción de muy baja autoestima, que inciden en sus dificultades y temor por afrontar el futuro (zona en blanco) ante la próxima separación parental.
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Figura 7.8. Dibujo de la familia propia de un niño de diez años. En la figura 7.8, más allá de la importancia que este niño de 10 años otorga a la imagen paterna en la familia, dibujada en primer lugar, entera, con un mayor tamaño, y separada del resto, también presenta mucha dificultad por dibujarle, y dibujarse a sí mismo, el quinto por la izquierda (hay abundante borroneo por su inseguridad: existencia 203
del mecanismo defensivo de anulación). Por otra parte, se coloca muy cercano a la madre, pero incompleto. El niño parece proyectar en el dibujo una situación de duda y temor ante la solicitud del padre de pedir su custo dia y llevárselo a vivir con él, cuando, a su edad, él aún parece sentirse muy unido y dependiente de la madre, y con dificultad para separarse de ella (ubicación del dibujo hacia la zona izquierda, cuerpo propio incompleto).
Figura 7.9. Dibujo de la familia propia de una niña de diez años.
En la figura 7.9, una niña de 10 años parece plasmar a través del dibujo de la familia propia dentro de un recuadro la necesidad de negar la separación de los padres, vivida con mucho dolor, ansiedad y descontrol de impulsos (en relación con ello, cabe destacar su fuerte trazo, rigidez, ojos hipervigilantes y falta de cuello en las figuras, así como la imposibilidad de cerrar el techo, que conjuntamente con la ausencia de línea de base, nos 204
indica una noción de desbarajuste en su familia, incontinencia y alta preocupación e incapacidad para poder pensar sobre esta situación).
Figura 7.10. Dibujo de la familia propia de una adolescente. En la figura 7.10 se muestra la familia propia dibujada por una adolescente con 205
conductas altamente desordenadas. En el dibujo destacan, entre otras: mucha rigidez y dureza en el trazo, cierta inclinación de las figuras, muy expectantes respecto del exterior (inmaduras para su edad), que parece indicar la existencia de cierta desestabilización, dificultad por dibujarse a sí misma (borra y ensucia su figura primera, que la representa, y algo infantil), así como la ambivalencia respecto a la madre, a la que más allá de ser la figura más grande de todas, la ubica por debajo de los demás, quedando ella al lado, y más cerca del padre. 7.4. Claves diagnósticas definitorias del Test de la familia Algunas de las claves diagnósticas más definitorias de este test son: 1.Exaltación de personajes: cuando se destaca alguno particular, cuando es el primero en dibujarse, o cuando el tamaño o la altura respecto a los demás es el centro de atención, etc. 2.Minusvalorización de personajes: cuando el sujeto expresa relaciones difíciles o conflictivas con los personajes a través del mecanismo defensivo de la "negación" por el que anula o elimina algún personaje de la escena, lo sitúa en un extremo de la hoja o, en último lugar, lo hace más pequeño, le cambia el nombre, le presta nula o poca atención e importancia en la historia, lo raya o ennegrece... La ausencia de un hermano indica frecuentemente la eliminación agresiva de un rival, la evitación del "cuerpo a cuerpo". La proximidad con ciertas figuras indica feeling afectivo, al revés de la distancia, especialmente si es con miembros de próximo parentesco (agresividad que les opone). 3.Manifestaciones depresivas en los gráficos: como cuando se identifica con el poderoso para así atenuar el miedo al castigo (identificación con el agresor y vuelta de la agresión contra sí mismo); cuando se suprime a sí mismo (lo que indicaría un fuerte grado depresivo), minusvalorándose (diferencia mucho menor de tamaño, ridiculizándose con disfraces o apariencia, alejándose del grupo familiar, omitiéndose, etc. 4.Regresión en los gráficos: Machover concluye que ésta se da cuando los personajes aparecen rotos o destruidos, cuando no existe equilibrio en las figuras dando sensación de derrumbe, cuando la dirección del dibujo y su movimiento se orienta hacia la izquierda o hacia abajo, en forma de escalera o pendiente, si aparecen figuras muertas o accidentadas. 5.Conflicto con un tercero o situación edípica conflictiva: cuando se sobrevalora a 206
uno de los padres, siempre que exista una relación distante con uno de ellos, dibujos estancos o enmarcando las figuras, eliminación de uno de los progenitores, etc. Un niño más o menos bien adaptado se sentirá seguro y contento, y tenderá a dibujarse en un lugar privilegiado, suficientemente grande, y en un lugar central dentro del grupo familiar, más allá de que generalmente tienda a asignar a los padres (figuras más significativas para él en ese momento evolutivo, y más si son valoradas) los primeros puestos al inicio del dibujo, que generalmente son los más valorados. Si es persistente su propia ubicación en un primer lugar es un indicador de egocentrismo o narcisismo. Los conceptos de valoración-desvalorización también están asociados a la colocación de figuras en niveles superior o inferior de la hoja, y en el mayor o menor detalle, enriquecimiento o cuidado o descuido de la figura. El espacio en blanco es indicativo del intento de supresión de algo muy persecutorio que no se puede ni verbalizar: zonas prohibidas (a veces, es relacionado con el futuro, dejando en blanco la zona derecha de la hoja, o, al revés, en la izquierda, con rechazo o evitación del pasado). A través de la temática, también se puede manifestar la agresividad de una forma indirecta a través de la muerte accidental de algún personaje determinado (madre, padre, hermano...), que, cuanto más pequeños de edad son, más tiende a aparecer una agresividad salvaje (cosa que se puede permitir focalizándola más fácilmente a través del dibujo de familias de animales, personajes de ficción, etc., no sólo preservando así a su propia familia, sino también evitando el sentimiento de retaliación). Identificación del niño con el agresor (agresividad proyectada afuera), a través de: -Lugar central del personaje agresivo. -Importancia de su papel. -Sentimientos con que el sujeto evidencia su simpatía hacia él. -Lapsus cuando, refiriéndose a él, dice yo. -Deseo final de identificarse con él (en ocasiones se neutraliza la rivalidad fraterna agresiva no permitida, mediante una identificación masiva con él, al que cuida 207
como a sí mismo, por ejemplo, un bebé en la familia). De todas formas es importante tener presente dos conclusiones para intervenir a nivel pedagógico y psicoterapéutico: que la agresividad está presente en todos los individuos y no sirve de nada sólo constatar su presencia en los gráficos; lo que nos importa es saber de qué modo concreto ha vivido el niño su agresividad, qué compromiso ha podido establecer entre sus pulsiones y su defensa del yo, y si ha podido encontrar una solución satisfactoria para su conflicto que le permita preservar su adaptación al entorno. Siempre se acostumbra a enmascarar la realidad. En su propia familia es más difícil el disfraz, y ha de recurrir a omisiones, sustituciones o cambio de tamaños (valoración de las figuras) o posición de las figuras, etc. pa ra lograrlo. Las omisiones son siempre significativas (aparecen como deseos de eliminarlo). Si se omiten ellos mismos del dibujo es indicativo de que no se sienten bien integrados en su seno, nunca es deliberado, y refleja un sentimiento de rechazo, inferioridad e insignificancia o depresivo. 6.Rivalidad fraterna que el niño puede manifestar de forma explícita o implícita, respondiendo según conducta perversa (cuando actúa la conducta sádicamente) o neurótica (cuando la reprime e inhibe), que correspondería a los celos entre hermanos como algo más normalizado. Ejemplos de conductas explícitas, pueden ser: minusvalorar las virtudes o destacar los defectos del/los hermano/s, considerarle como el menos bueno de la familia, violencia manifiesta en el gráfico, etc. Ejemplos de conductas implícitas, pueden considerarse: cuando suprime al rival o le dibuja a una edad en que aún no había nacido, dibuja un hijo solo o sólo a los padres (centralizando toda la atención parental sobre él), representar al rival como a un animal o cosa, etc. En todos los casos la agresividad implícita se puede explicar por un "yo" inmaduro en el niño que actúa de forma deficiente ante las frustraciones. Los niños no tienen dificultad para dibujar a la gente que quieren o que les gusta. Cuando aparecen dificultades por completar una figura (bloqueo, borrar mucho, inacabamiento, ennegrecimiento, etc.), es un indicador de hostilidad hacia esa figura. Existen algunos signos que identifican la desvalorización de una figura: -Figura más pequeña que las otras (atendiendo a su edad y talla reales). -En último lugar o extremo de la hoja o por debajo de los demás. 208
-Menos enfatizada que las demás o con omisión de detalles de importancia. -Devaluada por una estimación peyorativa o por un cambio de edad. -No se designa por su nombre, cosa que sí hace con las demás. -Nunca se identifica con la imagen en cuestión (irreconocible). 7.5. Exposición de casos 7.5.1. Familia imaginada de púber víctima de abusos La figura 7.11 muestra el dibujo de una familia imaginada perteneciente a un púber, víctima de abusos por parte de su padre, desde hace mucho tiempo, por quien él, al parecer, sentía veneración. En éste aparece la madre alejada en el balcón y limpiando "la suciedad" de la alfombra - fue ella quien lo denunció - excluyendo a la otra hermana pequeña, y él, en la zona inferior (de los impulsos y lo concreto), junto al padre, e igual que él (identificación narcisista).
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Figura 7.11. Dibujo de la familia imaginada de un púber víctima de abusos sexuales por parte de su padre. A) Historia Estamos mi padre y yo yendo a buscar herramientas para el jardín. La mama está limpiando el polvo y suciedad de una alfombra. Mi hermana no está. B) Análisis formal Casa con gestalt desarticulada, excesivamente grande y desbordante, que excede a la hoja, desorganización espacial (falta de límites, manifestación de problemas en el hogar). Trazo tipo bosquejo y repaso de las figuras (ansiedad e inseguridad). Presencia de un gráfico en la zona superior-izquierda que parece representar en cierta manera, a "un pene". No tiene techo (insuficiencia en el área del pensamiento). Dificultades para acceder a la casa (escaleras), ventanas con barrotes. Sombreado de las cabezas (ansiedad
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en el área del pensamiento, sentimiento de culpa, preocupaciones y confusionalidad, entre otros). Figuras rígidas, sin ojos, boca abierta e irregular y con los brazos pegados al cuerpo. Pies unidos por un trazo, repaso de un pie (falta de autonomía). La madre está en la zona superior, más alejada; él está al lado del padre, dibujado de forma idéntica (identificación mimética y narcisista). C) Análisis de contenido La consigna es: Dibuja una casa, pero él pierde la distancia y se va a la autorreferencialidad, con "Esta es mi casa" (oposicionismo y egocentrismo que se corrobora con los brazos pegados al cuerpo y el no poder ver el exterior por los ojos vacíos). Dificultades en la comunicación (ventanas cerradas, inaccesibilidad a la puerta de entrada, bocas rayadas, conflicto oral, etc.). Disociación en la ubicación madre (zona de la fantasía)-padre (zona de lo concreto e impulsivo); padres separados. Escasa diferenciación personal. Eliminación de la hermana competidora y de la pareja del padre, su madre, arriba ("sacando la suciedad de la casa": fue ella quien denunció al entonces marido, por sus posibles abusos). Los problemas de lenguaje, y síntomas de encopresis y enuresis en el chico (al parecer, vinculados a problemática oral en la primera infancia), representan fallas de simbolización importantes que agravan el panorama evolutivo psicosexual de futuro en el chico. 7.5.2. Familia imaginada y propia de un púber en crisis La patología siempre se diagnostica por un exceso o defecto de las posibilidades defensivas del yo, como se revela en las figuras 7.12 y 7.13. En todos sus dibujos, incluidos los de la familia imaginaria (figura 7.12) y familia propia (figura 7.13), este púber, con problemas escolares, sexuales y de relación, realiza el giro de la hoja. De la primera familia, cabe destacar: -Figura inicial masculina imponente, situada a la izquierda (con sombrero y bastón), y en la historia, muy exigente, cruel y persecutoria que, al igual que las otras dos, masculinas (mucho más pequeñas - son niños - y sin pies ni manos, también con sombrero, y con la cara dirigida hacia la izquierda (indicadores de conflictos afectivos, problemas de pensamiento y en su identidad). -Planteamiento en el dibujo de una situación, enfatizadamente oral, que parece ser muy dificultosa y costosa (la escalera para acceder al comedor, situado en la zona central, como indicador de conflicto en la comunicación e internalización). Alimentos encima de la mesa, la cual necesita apuntalarse más, con dos patas
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extra, como posible proyección de cierto déficit en el sostén o base estructural de su personalidad. La chimenea con fuego (a la derecha) parece plantear determinados conflictos en su crecimiento, por causa de la interconexión confusa y lucha entre sus necesidades más básicas infantiles, de alimentación y comunicación psíquica, y otras necesidades de cariz sexual (polimorfismo perverso).
Figura 7.12. Familia imaginada de un púber en crisis. -Énfasis en las sillas, por otra parte desproporcionadas (alusión a pasividad y dependencia). -Zona derecha en la que aparece el fuego del hogar, con una señal que indica ventilación del humo, a través de la ventana (necesidad de ventilar y elaborar aspectos internos vinculados, al parecer, con impulsos instintivos movilizadores de excitación, bloqueo y tensión). ¿Posible vinculación con las expectativas de un próximo inicio de psicoterapia? -Aparece, de forma desconectada (y en el aire), un pequeño elemento gráfico (¿de cierta similitud con un pene?), del que el chico no sabe dar ninguna significación. De hecho, en la realidad del púber, se dieron actings de cariz homosexual. 212
Figura 7.13. Familia propia de un púber en crisis. De la familia propia (figura 7.13), cabe destacar: -De nuevo, hay un planteo de una situación oral. Cocina, de fachada, plana y bidimensional, adosada y sin pared izquierda (es la hoja la que hace de límite) y mesa, cuyo trazo casi inexistente de su tarima (que no puede sostener encima), ya que sólo destacan las patas y una jarra encima, parecen corroborar posibles dificultades habidas en la comunicación y alimentación básica: internalización). -Figura masculina, que dice que es el padre, dirigida hacia la izquierda, sin pies ni manos, cabeza tipo casquete (imposición y asunción de normas ajenas), ojos tipo punto, boca inacabada, pantalones con obertura en la zona inguinal y énfasis energético en la cintura y zona genital. -Ventana cerrada, en la derecha. -La historia, centrada en el único personaje, ya que todos están ausentes, parece confirmar un importante aislamiento emocional, pobreza de recursos yoicos y una
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situación regresiva frente al crecimiento. -Los problemas de aprendizaje y de relación que el chico manifiesta (con fallas simbólicas graves, como son la enuresis y encopresis, de larga dura- ción), podrían atribuirse a los déficits de internalización básica, en su primera infancia. Pronóstico difícil e incierto. 7.5.3. Familia imaginada y propia de una adolescente La regresión, de características benignas o neuróticas, aparece en el dibujo de la familia de una adolescente de 16 años (figura 7.14), focalizándose su atención preferente, en un énfasis gráfico, más intenso, en el bebé (en el protagonismo verbal que éste adquiere), así como en los padres, que dirigen su mirada hacia él, en la zona izquierda o del pasado. Todo ello parece quedar enmascarado por la "excusa" gráfica y verbal del relato, de algo trivial que realizan, como es, estar viendo la televisión. Los hermanos de la explorada quedan como meras figuras esquemáticas y de espaldas. La situación edípica parece proyectarse de forma camuflada y evitativa (aspecto corroborado también con las tres marcadas manchas del cuadro, el borrado intenso al dibujar a la figura materna, y el énfasis en los tacones afilados y agresivos, femeninos), pues, posiblemente fuera susceptible de despertar sentimientos de culpa en la explorada (como así lo parecen representar, las manos de los adultos en los bolsillos).
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Figura 7.14. Familia imaginada de una adolescente.
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Figura 7.15. Familia propia de una adolescente. La figura 7.15 muestra el dibujo de la propia familia de esta misma adolescente que dibuja al hermano (por el que siente mucha rivalidad) en el extremo final de la hoja y cortándole parte de su cuerpo. Cabe destacar, entre otras: la importancia que reviste la vestimenta o ropaje en las figuras como convencionalidad y represión; las dificultades que presenta para dibujarse a sí misma en primer lugar (borra mucho), y junto al padre, al que viste, en plan más íntimo y cercano, "de estar por casa" a diferencia de los demás miembros; la madre, dibujada con delantal (en la realidad, es una mujer muy atractiva), es ubicada, verbalmente y sin darse cuenta, dejándola sola en la cocina y atribuyéndole sólo funciones hogareñas), aspectos que nos expresan una forma enmascarada de intentos de resolución de una situación edípica en la adolescencia. 7.5.4. Familia imaginada y propia de una niña problemática de ocho años En niños con importantes problemas familiares, como esta menor de ocho años, a los que les cuesta referirse al tema familiar porque les despierta demasiada angustia (especialmente dibujar a su propia familia), suelen desplazarlo a través del dibujo de una familia de animales (sobre todo en niños muy pequeños) o de personajes imaginarios, 216
como extraterrestres o monstruos, dibujos animados, etc. cuando tienen la sensación de formar parte de una familia extraña, caótica, etc.).
Figura 7.16. Familia imaginada de una niña de ocho años problemática.
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Figura 7.17. Familia propia de una niña de ocho años problemática. Existe un excesivo control, alerta y rigidez, en el dibujo de la propia familia de la niña de ocho años, anteriormente mencionada, que parece estar desbordándose a nivel de sus impulsos (figura 7.17). Obsérvese el sobreacentuamiento en los cuellos y ropas, así como la presencia de un dibujo arbitrario, algo bizarro y desconectado del grafismo extraño de 218
la zona inferior, sobre el que ella dice que le ha salido "eso", pero que no sabe qué es (todo lo cual expresa la existencia de núcleos psicóticos). 7.6. Los test de la familia kinética y de la familia kinética prospectiva En la década de los setenta, Burras y Kaufman (1978), entre otros, crean otras técnicas del dibujo de la familia, introduciendo el movimiento y las expectativas de futuro de la misma (ideadas inicialmente por Frank y Juri), a través de: la familia kinética actual y la familia kinética prospectiva. En la familia kinética, se le pide al sujeto la consigna: "Dibuja a todos los miembros de tu familia, incluyéndote a ti mismo, haciendo algo, con algún tipo de movimiento" y, posteriormente, que efectúe una historia sobre el dibujo realizado. F. de Verthely (1985) añade una segunda consigna a la versión anterior que estimula la proyección de la imagen familiar visualizada en el futuro, en la familia prospectiva: "Dibuja a tu familia haciendo algo tal y como te la imaginas dentro de 5 años". Este nuevo enfoque permite obtener una visión más dinámica y multifacética de cada individuo. Las dos pruebas se pueden administrar a partir de que un niño tenga noción del transcurso del tiempo y a cualquier edad. 7.6.1. El Test de la familia Kinética Consiste en solicitar que se dibuje a la propia familia haciendo algo, cosa que permite poder vislumbrar el estilo, dinámica e interrelación vivencial existente dentro del núcleo familiar, entre el sujeto y sus propios miembros familiares. Corman refiere que el personaje principal es aquel a quien el niño considera más importante, a quien admira, envidia o teme. En los niños, dado el momento evolutivo en que se encuentran, y al ser poco autónomos y dependientes de las figuras parentales, tienden a graficar en primer lugar a la madre cuando se trata de la familia actual y, posteriormente, a sí mismos. Al realizar la prospección desaparece la tendencia a dibujar en primer lugar a la madre, para pasar a dibujarse más a ellos mismos y a otros personajes, como por ejemplo a los primos, señalando una fantasía de mayor autoafirmación que se expresa con más libertad en la prospección. Como se aprecia en el dibujo de la figura 7.18, éste manifiesta una buena gestalt, creatividad, riqueza simbólica y dinamismo del dibujo en su globalidad (más allá de la presencia de defensas obsesivas de detallismo, autocontrol y reactividad frente a sus impulsos: manos tipo guante, hacia sí o en los bolsillos, entre otros). Ella se dibuja primero, indicando un buen ajuste en su identidad personal, manifestando una buena
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comunicación e interacción entre todos los miembros de la familia, que aparecen reunidos, con un mismo fin que les integra: la navidad.
Figura 7.18. Dibujo de la familia kinética de una joven adolescente. 7.6.2. El Test de la Familia kinética prospectiva Consiste en el pedido al sujeto de que dibuje a la propia familia como se la imagina dentro de unos cinco años, para ver las perspectivas imaginarias de futuro que el sujeto tiene de la misma. "Dibuja a tu familia haciendo algo, tal y como te la imaginas dentro de unos cinco años". Según la autora R.Frank, se elige un término de cinco años por ser un periodo lo suficientemente largo como para permitir imaginar cambios, y lo suficientemente breve para que el sujeto pueda representárselos como propios y con carga afectiva. La interpretación se dirige a las fantasías de cambio y es muy útil especialmente cuando se inicia un tratamiento familiar para valorar las expectativas que cada miembro trae al respecto. 220
La familia prospectiva de las figuras 7.19 y 7.20 corresponde a una mujer adulta muy depresiva, que dibuja a la misma familia en dos ocasiones (cada una, con una distancia de cinco años). En estos dibujos se plasma una situación de una importante regresión oral, a través de la reunión de sus miembros familiares comiendo alrededor de la mesa y sin ninguna expectativa de cambio en el futuro. Obsérvese el énfasis gráfico de las sillas, indicador de intensa pasividad, falta de energía, necesidad de respaldo y depresión.
Figura 7.19. Primer dibujo de la familia prospectiva de una mujer adulta depresiva.
En ambos dibujos destaca una mayor lejanía de los miembros familiares, en relación con la mesa, así como la necesidad de reforzar los platos (elementos orales regresivos),
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lo que nos indica una mayor presencia de regresión e involución en esta mujer, sobre su futuro (el único cambio que prevé en el futuro es el alargamiento del pelo, y seguir igual).
Figura 7.20. Segundo dibujo de la familia prospectiva de una mujer adulta depresiva. Existe otra variedad de este tipo, como es el Test de la familia kinética del consenso (L.Juri), en el que a todos los miembros de un grupo familiar reunido se les pide que cada uno y, al mismo tiempo, dibujen a su familia haciendo algo (dentro de cinco años), anotándose posteriormente los comentarios, comparándose los dibujos y registrando la dinámica grupal. No se les permite ver los dibujos para no interferir en la producción espontánea de cada uno. Sin embargo, estas técnicas suelen resultar muy útiles para las terapias vinculares, 222
familiares y grupales.
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8.1. Introducción Inicialmente, el Test visomotor de Lauretta Bender fue un test clínico para adultos basado en las figuras que Wertheimer utilizó para demostrar los principios de la psicología de la Gestalt en la percepción. Creado por su autora en 1938, el Test Bender consiste en la copia de los dibujos abstractos que hay en nueve tarjetas, por parte del examinado. El psicólogo deja el material cara abajo, cerca del sujeto, le entrega una hoja blanca horizontal y le verbaliza la consigna: "Copia estas nueve figuras que te voy a mostrar, lo más parecidas que puedas, en esta misma hoja". Con esta premisa se le están poniendo determinados límites al sujeto para ver cómo se organiza y maneja en la hoja o realidad de su mundo (definición de las situaciones escolares). Con el tiempo, se fueron creando sistemas objetivos de puntuación, siendo utilizados, preferentemente, por profesionales especializados en niños, como Elisabeth Koppitz. El Bender de E.Koppitz resulta revelador en todo psicodiagnóstico infantil. Gracias a ella, Bender obtuvo una gran riqueza en la posibilidad de detectar y traducir en profundidad el nivel de madurez del niño en su percepción visomotriz, así como revelar sus posibles disfunciones y problemas de aprendizaje (véanse estos aspectos, por ejemplo, en la forma de integrar las figuras, en la rotación de alguna figura, en la perseveración de alguna figura o en la omisión de partes o detalles, entre otras). Por otra parte, también puede ser utilizado como test de personalidad en niños, plasmando factores emocionales y actitudes, aplicables a su vez, para adolescentes y adultos, aspecto en el que básicamente me centraré, dejando sin abordar los aspectos madurativos, que no son objetivo de mi interés en este momento.
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Figura 8.1. Test visomotor de Bender. 8.2. Indicadores emocionales en el Bender de Koppitz Los Indicadores Emocionales (IE) no están directamente relacionados con la edad y la maduración. Los niños con una pobre integración perceptivo-motriz suelen ser susceptibles a desarrollar dificultades emocionales secundarias, aunque no todos tienen necesariamente problemas emocionales, ni tampoco todos los niños con IE en el Bender mostraron forzosamente disfunciones o inmadurez en el área visomotriz. Todos estos aspectos también se pueden aplicar a adultos.
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A continuación, se describe la asociación de cada uno de los dibujos: 1.Orden confuso. El orden confuso en los dibujos se asocia generalmente a una planificación pobre e incapacidad para organizarse. Lasfiguras del Test de Bender sin ninguna secuencia ni orden lógico son comunes en los niños de 5 a 7 años, asociándose ello a un fallo previsible en la capacidad de planificación propio de estas edades (se suele dar más a menudo en niños con dificultades de aprendizaje y en los protocolos del test de los niños acting out); pero en los niños más inteligentes y en personas mayores el orden confuso puede también reflejar confusión mental. 2.Línea ondulada en las figuras 1 y 2. Dos o más cambios bruscos en la dirección de la línea de puntos o círculos parece estar asociado con una pobre coordinación motora o inestabilidad emocional. La línea ondulada se vincula a la inestabilidad en la coordinación motora y en la personalidad, reflejando una posible inestabilidad emocional a resultas de la defectuosa coordinación y escasa capacidad de integración o un pobre control motor debido a la tensión que experimenta un sujeto con disfunciones emocionales. 3.Círculos sustituidos por rayas en la figura 2. Ha sido asociada con impulsividad, falta de interés y problemas emocionales. 4.Aumento progresivo de tamaño en las figuras 1, 2 o 3. Los puntos o los círculos aumentan progresivamente de tamaño hasta que los últimos llegan a ser por lo menos tres veces más grandes que los primeros. También está asociado con baja tolerancia a la frustración y explosividad, con acting out y problemas emocionales. 5.Gran tamaño. El área dibujada por una figura es dos veces mayor que el área de la figura de la tarjeta estímulo. Está asociado con el comportamiento de tipo acting out (forma de descargar los impulsos hacia el exterior), permitiendo diferenciar entre pacientes psiquiátricos y sujetos sin problemas emocionales 6.Tamaño pequeño. Se considera cuando el dibujo es la mitad o menos, que la tarjeta, y tiende a estar relacionado con la ansiedad, conductas retraídas, inhibición o timidez. 7.Línea fina. Está asociada con timidez, vergüenza y retraimiento, encontrándose frecuentemente en pacientes psiquiátricos o con problemas emocionales.
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8.Repaso descuidado o líneas fuertemente reforzadas. Una figura completa o parte de ella está repasada con espesas líneas compulsivas, aunque cuando una figura es borrada y vuelta a dibujar cuidadosamente o si una figura es corregida con líneas deliberadas que realmente mejoran el dibujo, no se computa. Está asociado con impulsividad, agresividad, hostilidad manifiesta y comportamiento acting out. 9.Segunda tentativa. El dibujo se abandona espontáneamente, antes o después de ser completado, y se realiza un nuevo dibujo de la figura. Este IE ha sido asociado con impulsividad, ansiedad, agresividad y problemas emocionales. Se puntúa solamente cuando se han efectuado dos dibujos de una figura en dos lugares diferentes del papel. Se puede dar en los niños que aunque comprenden que su dibujo no está bien son muy impulsivos y les falta control interno suficiente como para corregir el error borrando y dibujando de nuevo cuidadosamente lo incorrecto (el niño impulsivo abandona fácilmente lo que está haciendo y empieza todo de nuevo o comienza algo distinto en lugar de terminar lo que le resulta difícil). Otro grupo que también efectúa una segunda tentativa es el de los niños muy ansiosos que asocian significados particulares a la forma del diseño, por ejemplo la figura 6 a una víbora y con masculinidad, significación aplicable también a adultos. Un sujeto que tenga problemas de identificación masculina puede reaccionar a la figura 6 con ansiedad, y puede encontrar difícil el terminarla (pueden intentarlo varias veces antes de poder lograrlo). 10.Expansión. Se emplean dos o más hojas de papel. Está asociada generalmente con impulsividad y conducta acting out. Entre los niños en edad escolar aparece casi exclusivamente en los protocolos de niños con retraso mental y emocionalmente perturbados. 11.Marcos alrededor de las figuras. Se dibuja un marco alrededor de una o más de las figuras después de haber sido copiadas y ello está asociado con un intento de controlar su impulsividad. Es propio de niños y adultos que suelen tener un pobre autocontrol, como mecanismos defensivos de aislamiento y disociación, que necesitan y quieren límites y controles externos para poder desenvolverse en su entorno. 12.Elaboración espontánea o añadidos a la figura. En una o más figuras del Test de Bender se realizan cambios espontáneos. Esta clase de dibujos son ocasionales y ocurren casi exclusivamente en personas abrumadas por temores o ansiedades o que estén absortas o preocupadas por sus propios pensamientos, pudiendo implicar un débil contacto con la realidad. 228
Son necesarios tres o más IE antes de poder decir con cierto grado de confianza que una persona tiene serios problemas emocionales. 8.3. Adaptación Hutt del Test gestáltico de Bender La adaptación Hutt del Test Gestáltico de Bender (AHTGB) es un intento de utilizar este procedimiento como instrumento proyectivo. Va más allá de las clásicas leyes gestálticas de percepción y trata de entender tanto el proceso de respuesta, como el producto final del modo de lograr un máximo de comprensión sobre el comportamiento del individuo: su estilo idiosincrático y peculiar de personalidad, posibles necesidades, conflictos y defensas; su nivel de maduración, y sus métodos de lucha y fuerzas del yo. Esta técnica fue diseñada especialmente por Hutt para acentuar al máximo los rasgos proyectivos del Test de Bender, de modo que permita conducir a predicciones significativas acerca de las características de la personalidad de un sujeto y la posibilidad de su modificación. Hutt desarrolló tarjetas como las de Bender, pero con una diferente administración que consiste en tres fases: fase de copia, fase de elaboración (el examinado dará su propio significado idiosincrático a cada una) y fase de asociación (después de que el sujeto copia las tarjetas, se las presenta de nuevo y se le hacen unas preguntas). El autor se basa en el uso de hipótesis proyectivas que prueban que determinados impulsos llevan a una determinada conducta que no se va a medir de forma cuantitativa, sino a través de inferir la existencia de una conducta manifiesta. Al pedirle al sujeto que responda a un estímulo no estructurado, éste organizará su respuesta a través de derivaciones de sus impulsos internos que proyectará en el test. 8.3.1. Aplicaciones clínicas Las personas para las cuales el AHTGB es más beneficioso serían aquellas cuyo comportamiento verbal no ofrece un muestreo adecuado de las capacidades y deficiencias de su personalidad (por ejemplo, un intelectualizador obsesivo); los que no pueden o no quieren aportar una muestra adecuada de la conducta verbal para el diagnóstico (simuladores, oposicionistas, inhibidos, catatónicos); los individuos que sufren de alguna forma de patología intracraneana; para los individuos mentalmente retardados (para discriminar alguna lesión cerebral orgánica o ciertos problemas especiales de la personalidad que contribuyan al mal funcionamiento mental); para los individuos analfabetos, los no educados y los extranjeros no familiarizados con el idioma y todos aquellos que pueden tener obstáculos para la comunicación verbal. 8.3.2. Análisis inferencia)
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El análisis inferencial consiste en la realización de diferentes y sucesivas inferencias que se efectúan a partir de cada respuesta motriz o verbal del sujeto en cada una de las tarjetas. Se pueden postular diferentes hipótesis hasta que el análisis secuencial del test sea el que confirme una o alguna de tales hipótesis y a su vez rechace otras. Se empieza valorando el estilo general que se aprecia en el sujeto al dibujar las imágenes de las tarjetas, según su deseo, en cómo dispone sus dibujos en la hoja, aspectos que revelan determinadas características generales de la personali dad, que luego se corroboran o modifican, a través de los rasgos particulares y más de detalle, que aparecen en cada dibujo. A) Indicadores que se han de valorar -Espacio utilizado (como modo de percibir el mundo): normal, mucho, poco. •Mucho espacio: significa una conducta exageradamente segura, rebelde, egocéntrica. •Poco espacio: tendencias pasivas y esquizoides, conducta introvertida. •Normal: buena adaptación. -Secuencia: se refiere al relativo grado de regularidad en las sucesivas colocaciones de los dibujos en la o las hojas usadas en hacer los dibujos. Por ejemplo, se infiere que el sujeto que tiende a mostrar un orden fijo (secuencia metódica), puede poseer personalidad rígida con poca plasticidad, lo cual no le impide adaptarse con normalidad a situaciones nuevas (el primer dibujo ubicado debajo del margen superior, hacia el centro) -Posición del primer dibujo: los sujetos tímidos o temerosos tienden a colocar su primer dibujo en el extremo, en el ángulo superior izquierdo de la hoja, y frecuentemente también reducen el tamaño de la figura. Los narcisistas, egocéntricos y personas con carácter obviamente psicopático tienden a colocar el primer dibujo en el centro de la hoja usualmente aumentando el tamaño de la figura, y frecuentemente emplean una sola hoja para cada uno de los dibujos. -Choque, tendencia al choque o superposición: •En las figuras curvas: dificultades de expresión de los impulsos agresivos. •Figuras rectas: tendencias pasivas. 230
•Figuras complejas como 7 y 8: pérdida de factores cognoscitivos. •Figuras simples como 3 y 4: pérdida de factores emocionales. -Uso del margen: el uso excesivo del margen frecuentemente indica ansiedad encubierta, y puede representar un intento de mantener el control a través de un sostén externo. En pacientes con lesión cerebral orgánica se observa a veces que todas las figuras bordean al margen muy estrechamente, y se puede interpretar en tales casos como un intento compensatorio de mantener el control y reducir sentimientos de impotencia. -Rotación de las tarjetas o de la hoja: están presentes cualidades oposicionistas latentes o pasivas. Además, puede haber elementos de egocentrismo. -Aumento o disminución del tamaño: aumento-inseguridad e impotencia. La conducta manifiesta del sujeto es de extraversión y seguridad. •Disminución ansiedades encubiertas. La conducta manifiesta es de introversiónpasividad. B) Cambios en la gestalt -Dificultades en el cierre: dificultad para juntar partes de una figura o dos figuras adyacentes denota dificultad para mantener relaciones interpersonales adecuadas. -Dificultad de cruzamientos (figuras 6 y 7): bloqueo psicológico, indecisión, dudas compulsivas y fobias. -Dificultad en la curvatura (4, 5 y 6): perturbación emocional. Cambioen la angulación: lesión orgánica y retardo mental, dificultades para enfrentarse con estímulos afectivos, control de afectividad y de impulsos. Retrogresión: sustitución de una forma gestáltica más madura de la figura estímulo por otra más primitiva. Defensa contra trauma. Indicador de algún grado de falla en el funcionamiento e integración del ego. -Simplificación: reproducción de una figura más simple o que es más simple para dibujar. Tendencias oposicionistas, necesidad de fingir enfermedad, dificultad en el control de impulsos. -Fragmentación: destrucción de la gestalt. Reproducción inconclusa o incompleta. 231
Figura compuesta de partes separadas. Severa perturbación en el funcionamiento perceptivo-motriz. Disminución en las capacidades para la abstracción y la síntesis. -Perseveración: elementos de un dibujo previo se utilizan en uno sucesivo y con perseveración de los elementos presentes. Indica disminución de control del ego espontáneo y adaptativo. Posible daño orgánico. Las inferencias efectuadas hasta aquí tienen que ver con la conducta manifiesta del sujeto, es decir, que se hallan a nivel consciente o preconsciente. C) Significación simbólica de las tarjetas y sus alteraciones La significación latente de cada figura particular adquiere un valor simbólico, es decir, presenta lo más inconsciente del sujeto, aunque éstas deben ser reforzadas o confirmadas por la presencia de más de un factor. Muestran la naturaleza, la significación y la fuerza del conflicto. 1. Significación de la figura A. Figura estructurada por: un círculo, asociado a la figura femenina o materna (por ser la primera la identificación del sujeto), y por un cuadrado, asociado a la figura masculina o paterna. Alteraciones: -Círculo o cuadrado aumentado o disminuido comparativamente. Círculo aumentado se refiere a intento de identificación femenina. -Dificultad en reproducir curvas: dificultades con impulsos agresivos. -Dificultad en reproducir líneas rectas: perturbaciones con la pasividad. -Dificultad en unión y cierre/separación de las figuras: dificultades en las relaciones interpersonales. -Comparación entre figura simple: si tuvo problemas con figuras simples en comparación con las difíciles, es indicativo de dificultades intrapsíquicas más que de problemas de maduración 2. Significación de la figura 1. 232
Figura no estructurada, esta característica hace que muchos sujetos presenten dificultades en su reproducción: Alteración: ubicación respecto de la figura A: al lado o por debajo se infieren necesidades no resueltas a nivel de las relaciones interpersonales. Dificultad para enfrentarse a figuras autoritarias. 3. Significación de la figura 2. Figura no estructurada. Alteraciones: desigual número de columnas. Dificultades en las relaciones interpersonales. 4. Significación de la figura 3. Figura abierta de características agresivas. Alteraciones: tendencia a comprimir la figura y a reducir la angulación. Podría dar cuenta de vivencia de amenaza e intento de compensación de la misma. Pérdida de las características de esta figura: se podría inferir como amenazadora para el sujeto. 5. Significación de la figura 4. Posee simbolismo de identificación sexual. El cuadrado abierto representa objeto masculino y la figura curva objeto femenino. Brinda datos por sí misma o en asociación con otras. Alteraciones: tamaño de cuadrado y curva; mayor tamaño de la curva representa mayor identificación sexual femenina. Comparación de la figura A: hay congruencia dado que la identificación a la figura femenina es igual que en la figura A. 6. Significación de la figura 5. Figura abierta: frecuentemente es la primera figura rotada. Alteraciones: alargar excesivamente la línea oblicua denota rasgos paranoides. Alargamiento de la línea oblicua por causas fóbicas. 233
7. Significación de la figura 6. Representa un retrato de la emocionalidad y las relaciones. Alteraciones: curvas achatadas implica reducción emocional. 8. Significación de la figura 7. Figura que presenta dificultad. Posee una significación fálica. Alteraciones: Dificultades en los ángulos (no presenta en A y 4). Dificultad simbólica con referencia a la figura fálica. Evidente repaso en el cierre: dificultad en las relaciones interpersonales. Disminución de la longitud. Aumento del ancho, acortar extremos: figura fálica amenazadora. 9. Significación de la figura S. Significación fálica. Despierta los conflictos asociados a las relaciones sexuales. Alteraciones: dificultad con los extremos de la figura, tamaños marcadamente diferentes, dificultad en los extremos de los ángulos. Se infiere conflicto acerca de la sexualidad. 8.4. Ejemplos del Test visomotor Bender a través de la aportación Koppitz Las figuras 8.2 y 8.3 son el Bender, valoración Koppitz, de una chica de 15 años, con un trastorno límite de la personalidad, en una situación de crisis personal, desencadenada a raíz de la muerte del padre. Véase la posible proclividad hacia actuaciones o actings en la necesidad de utilizar más de una hoja (figura 8.3).
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Figura 8.2. Test Bender-Koppitz de una chica de 15 años con trastorno límite de la personalidad (hoja 1).
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Figura 8.3. Test Bender-Koppitz de una chica de 15 años con trastorno límite de la personalidad (hoja 2). •Interpretación del test Bender-Koppitz representado en las figuras 8.2 y 8.3 1.Orden confuso de las figuras (confusionalidad). 2.Variación del tamaño de las figuras y aplanamiento de ángulos (1, 2, 5 y 6): inestabilidad emocional. 236
3.Perseveración en 1, 2, 6 y 7. Refuerzo de las figuras (ansiedad desbordante). 4.Dificultad en el cruzamiento en la A, 6 y 7 (conflictos con la figura paterna y relación interpersonal). 5.Sustitución de puntos por círculos en la 5, 1 y 2 (yo afectado, regresión). 6.No integra la A, 6 y 7 (relaciones difíciles). 7.Figura A interpenetrada (ideación suicida). Utiliza dos hojas, hay rayotes sueltos y separa cada figura (noción de actings, impulsividad, dificultades para controlar su agresividad, fuera del control yoico, defensas obsesivas no le sirven, inadecuación a las exigencias adaptativas del medio). Si se considera que, con la existencia de tres ítems, el resultado ya es significativo de conflicto emocional, los siete ítems emocionales que ella presenta resultan indicadores de patología. Las figuras 8.4, 8.5 y 8.6 son dibujos del test Bender-Koppitz de un mismo sujeto adulto con graves problemas neurológicos.
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Figura 8.4. Test Bender-Koppitz de un adulto con graves problemas neurológicos.
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Figuras 8.5 y 8.6. Dibujos del mismo adulto con graves problemas neurológicos. 8.5. Exposición de casos 8.5.1. Bender de un joven homicida de 20 años (puede consultarse su árbol en capítulo 7 del libro Psicodiagnóstico diferencial con test gráficos de la autora, publicado por editorial Síntesis) A) Indicadores gráficos más significativos -Utiliza dos hojas: tendencia a la "actuación" y fácil "pasaje al acto". -Expansión, uso excesivo del espacio: actitud omnipotente hacia el mundo. -Espacio alrededor de la figura A: narcisismo, prepotencia. -Excesivo espacio entre las figuras 1, 3, 5 - tendencias hostiles fuertes y abiertas-. La 240
5 casi se sale por abajo: zona de los impulsos y de lo concreto, conductas difíciles de prever. -Figura casi colgada de los márgenes: intentos de control a través el exterior, porque lo interno no puede (mal control interno).
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Figuras 8.7 y 8.8. Test Bender de un joven homicida de 20 años (hojas 1 y 2). Alteracionesdel tamaño: controles internos deficientes, formaciones reactivas frente a la ansiedad (figura 8 el doble de grande que otras: "actuación" contra las autoridades). Excesivo nivel de aspiración, grandiosidad que encubre inadecuación (si tiene más de 23 cm, a partir de los 8 años, es significativo). -Forma de "oreja de burro" en A, dificultad en el cierre de las figuras: difíciles relaciones interpersonales, desadaptación social. -Curvatura, tendencia al aplanamiento: supresión de afectos, insensibilidad, lima ángulo, evita ángulo en la 3, defensa de lo agresivo. -Repaso de líneas rectas en 4 y 8: ansiedad, dificil relación con la autoridad. B) Distorsiones groseras
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-Sustitución de puntos por bucles en 1, 3 y 5, óvalos por círculos en la 2: perturbaciones importantes en la personalidad. -Persevera en la 1, 2 y 3: disminución del control del yo espontáneo, perturbación profunda. En la 3 persiste con óvalos: pérdida del control yoico. -Calidad débil del trazo, casi es imperceptible: ansiedad, falta de autonomía. Ejecucióndel sujeto demasiado perfecta y metódica, que podría tener una posible relación con: ¿una gran necesidad de control frente a la ansiedad, como defensa ante una incipiente desorganización? 8.5.2. Bender de un niño de 11 años víctima de abusos paternos
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Figura 8.9. Bender de un niño de 11 años víctima de abusos paternos. A) Interpretación -Sustituye puntos por círculos (alta perturbación del yo, regresión, impulsividad). -Orden confuso (incapacidad de planear y organizar, confusionalidad).
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-Anulación, borroneo, dificultad en el trazo (inseguridad, labilidad emocional). -Repaso de las figuras 4, 6, 7 y 8 (ansiedad, agresividad, impulsividad). -Ángulos sobre curva, achatamiento curvas (disminución de la afectividad, dificultad para controlar los impulsos agresivos, falta de estabilidad). -Perseveración en la 2 (pérdida del control del yo, perturbación grave). Constricción-explosión. La posición en el centro de la figura A indica narcisismo y egocentrismo (distancia en la relación con los demás). En la 4, 7 y 8, figuras de tipo fálico, expresa problemas de sexualidad en el futuro (conflictos con la figura paterna y la autoridad). Hay más de 6 ítems emocionales (cuando ya resulta significativo si hay más de 3). 8.6. Bender asociativo Hutt Otra modalidad de esta técnica Hutt requiere la misma forma de aplicación que el Bender, pero dándole al sujeto la consigna de que trate de realizar el mismo dibujo de cada tarjeta, ya sea añadiéndole o quitándole algo, para que el resultado le parezca mejor a él y le guste más. Del Bender anterior (figura 8.9) del niño de 11 años, se incluyen algunos de los comentarios asociativos del niño, sobre cada dibujo realizado anteriormente. Unseñor con corbata: elimina lo femenino (relación de tipo narcisista con su mismo sexo). Unasantenas parabólicas, pondría sólo la redonda (necesidad de control). Un señor con un sombrero (elimina el estímulo femenino, refuerza la masculinidad del hombre con un sombrero). Unpuente, quitando esto largo (elimina y niega la agresividad, lo sexual). Quitaríala vertical y sería una especie de mar (conflictos con la masculinidad, se va a lo regresivo). Doscoches o dos cohetes... los pondría uno encima del otro (referencias a la homosexualidad). -Le sacaría el rombo y quedaría una especia de piedra, de cuarzo (tiende a eliminar estímulos, lo que es indicador de regresión, desvitalización, dificultad en relación 245
con la autoridad). De los dibujos de la figura 8.10 de un adulto esquizofrénico se plasman algunos de sus comentarios o respuestas asociativas sobre cada uno de ellos, en los que, como se aprecia, él suprime la mayor parte de los estímulos (indicador de regresión): -Quitaré el cuadrado porque el círculo es perfecto no hay nada tan perfecto como una redonda. .. .Nada. Respuestas redondas sin agresividad,... las puntas sé que expresan agresividad, y ya ves, procuro dibujar redondas todo el rato. No soy agresivo (tose). Nada, no significa nada. Puedo imaginarme otra como un yunque para las vacas, se coloca en el cuello para tirar del carro. En algún restaurante, está en la pared.
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Figura 8.10. Bender (aplicación Hutt) perteneciente aun adulto esquizofrénico. Esun punto, es la base, el comienzo de todo. Nosotros somos un punto visto desde arriba. Una hormiga es un punto. Todo. Eseso, una redonda. Una gota de agua de un grifo. -Lo mismo, es un punto, quizás un planeta, un hombre, una hormiga, el comienzo de todo, como una sucesión de puntos. Toda la geometría a partir de este punto. 247
-El mar, una onda, en física es algo que oscila. Aquí empezaría el ciclo... ya no me acuerdo ahora... la electricidad de la radio funciona por ondas, la frecuencia, la amplitud... Para variar, ¿lo que yo quiera? Je, je... pon redondas, la imaginación que no falte. Un ovni, que existen, como de pequeño, que vi uno en el terrado de casa donde viven mi padre y hermana, yo también vivo allí 3 o 4 dias, entre que arreglo el piso y tal... mañana hago el curso Fassman... Cuando tenga ganas, le pongo sintasol, cortinas, moqueta... quedan dos habitaciones (existencia de una fuga de ideas persistente en su discurso, yéndose de una cosa a otra, sin conexión alguna).
Figura 8.11. Bender de un adolescente de 15 años con serios problemas de aprendizaje.
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Figura 8.12. Bender, con la aplicación Hutt perteneciente aun joven de 15 años que consulta por graves problemas escolares. A continuación se recogen los comentarios o respuestas asociativas del adolescente de 15 años a la adaptación Hutt del Bender (figura 8.12) (véanse, al final de la exposición, los bajos resultados del WISC de inteligencia, nivel límite, y su dibujo del test de la 249
pareja). -Una redonda con un romboide de esos... con la redonda queda más feo... me gusta más así... se puede utilizar al hacer matemáticas. Pareceeso que hay en las carreteras para que los coches no adelanten. No me gusta aquel porque hay más y es más largo. -Esto es para cuando hacen las carreras para que la gente que no concursa no lo pise porque le podría pasar algo. Como vallas. -Así parece un romboide y así no parece nada. Un romboide para hacer algo en mates. Asíparece una mesa y así no parece nada. Puedes sentarte a comer, a estudiar y todo, por eso me gusta. Asíparece una redonda para hacer redondas en los conjuntos. Si tiene esto lo puedes hacer para que te salgan mejor las redondas. Parecenlas olas del mar. Cuando hace aire se mueven y si te hace una ola grande cuando te bañas, te puedes caer para atrás. De la otra manera, no parece nada. -Así porque parece como un lápiz con dos puntas por los dos lados. Y si se rompe esta punta por ejemplo (indica la de su lápiz propio), se puede escribir por la otra sin hacer servir la maquinita de sacar punta. Me gusta más solo que con los dos juntos. Asítiene la forma como de un arco, de esos que tiran flechas. Y es mejor que ese, porque parece un lápiz que lleve una cosa en el medio (un romboide). Puedes divertirte más que con un lápiz. •Interpretación de las respuestas del adolescente de 15 años a la adaptación Hutt del Bender Aparece desorganización en el orden de los dibujos y con una tendencia a la macroforma en las figuras (necesidad de posicionarse frente a las restricciones del entorno). Figuras que no cierran, puntos-raya, óvalos-bucles, repaso de figuras, perseveración en el número de los ítems, retrogresión, ciertas dificultades en la percepción de las figuras, entre otros, nos indican una fragilidad y distorsión en el Yo.
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Dibuja restringiendo las figuras y eliminando una parte de las mismas (predominio de regresión) y situándolas en la zona de la derecha, dejando la parte izquierda en blanco (rechazo del pasado). Destaca la pobreza y el concretismo de sus respuestas verbales y la falta de simbolización en los objetos elegidos (que corroboran con los resultados del WISC), ya que predominan unas defensas más involucionadas al servicio del control frente a lo persecutorio (... vallas,... instrumentos para reforzar el aprendizaje,... riesgo de caerse, de romperse la punta del lápiz..., que la gente no lo pise,... que los coches no adelanten, etc.). A continuación, se exponen los resultados del test de inteligencia WISC y del test de la pareja del mismo adolescente de 15 años con una personalidad y CI límites 1, para poder apreciar algunas de las coincidencias con los distintos resultados:
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Figura 8.13. Test de la pareja del mismo adolescente de 15 años (véase su interpretación en el capítulo 9).
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9.1. Introducción En el análisis de un sujeto es importante conocer los vínculos que construye y mantiene con los demás, tanto dentro de un marco familiar como en una relación diádica. Constituye una variante del Test de la figura humana de Machover (Test de las dos personas) y fue creado por Bernstein en 1958, inspirado en aquél, aunque abarcando de forma más específica los aspectos vinculares de la relación. En la consigna, se le da al examinado un lápiz y una goma solicitándole que dibuje en una hoja en posición vertical a dos personas de cualquier edad y sexo, pidiéndole: "En esta hoja dibuje dos personas como usted quiera, pero que sean dos". Se registra luego la secuencia y los comentarios. Luego se le pide que ponga el nombre y la edad a cada figura, que haga una historia escrita en la misma hoja por detrás (esta condición ha sufrido variaciones al constatarse que la letra en otra hoja es más clara y no se presta a posibles transparencias que pueden quitar claridad al gráfico). A continuación se le pregunta quiénes son, qué hacen allí, qué les sucede, que tiene que ver una con la otra, etc. y, finalmente, se le pide un título. A través de la historia se pretende indagar: la identidad sexual del sujeto y noción de sí mismo (a quién o qué sexo dibuja primero), la actitud, el tipo de relación de pareja y grado de unión entre los dos, características del vínculo (el tamaño y la edad, que nos indicará quién domina en la relación, la posible presencia o significación de otros). Apuntará al tipo de vínculo que el sujeto necesita en su fantasía, que, inevitablemente, incide en su realidad y forma de ser. Los nombres imaginarios que se dan a la pareja aportan información sobre si son: impersonales (como por ejemplo: él o ella), convencionales (José, María), tienen una carga peyorativa o denigrante (Silvestre, Marciano, Pepe, el de las pelotas, Bruja, El loco de la colina) o expresivos o idealizados (el rey y la reina...), entre otros. El título puede tener matices muy simbólicos sobre la verdadera historia que vive la persona. Los parámetros que Bernstein propone para el análisis del test son: -Análisis descriptivo de la pareja gráfica y verbal, en su conjunto (la doble identidad gráfica y verbal del sujeto aporta información sobre su relación de pareja y vínculo
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imaginado con la misma). -Aspectos descriptivos: composición de la pareja, naturaleza del vínculo (maternofilial, fraterno, profesional, amistad, etc.), nivel de realidad logrado (pareja real, fantaseada, extraña), situación de la pareja (trabajo, paseo, charla, disputa). -Aspectos dinámicos: distribución de roles e imagen de sí y del otro, comunicación entre ambos (superficial, profunda, tensionada; aspectos femeninos, masculinos, agresores, agredidos, sanos, enfermos de sí mismos), afectos (conflicto, ternura, agresividad, frustración, competencia, humor, caricatura, sátira...). El objetivo del test es triple: -Valorar los dos aspectos más significativos disociados e internalizados de su personalidad, proyectados cada uno en cada figura. -Conocer cuál es el modelo de pareja que él tiene internalizado. -Observar cuál es el tipo de vínculo transferencial que ha establecido con el psicólogo. Existe una variante tanto del Test de la figura humana de Machover como del test de la pareja creado por Bernstein, que es el Test de la pareja en interacción, que se debe a L.J.Juri (1965). Este autor ideó una técnica de carácter dual, por ejemplo, para una pareja (siendo la consigna indistinta para cada uno de los miembros de la pareja), junto a otras de carácter grupal (como el Test del triángulo en interacción, el Test del cuadrilátero en interacción y el Test del pentágono en interacción, cuya consigna era para tres, cuatro o cinco individuos). Él sostenía la hipótesis de que los test gráficos individuales muestran las relaciones objetales del sujeto, mientras que los grupales desvelan los distintos procesos de interacción y dinámica interna y con los demás. A la pareja se le hace la petición de que cada uno de ellos haga actuar a los distintos personajes de la pareja dibujada, a través de una historia (con un principio, un desarrollo y un final). Cada uno intervendrá, uno después del otro y de forma paulatina con cada elemento de la consigna, cuando considere que le toca intervenir a su personaje, empezando el test el que lo desee. Hay que valorar los nombres y roles asignados a la pareja y sentimientos derivados de la relación entre ambos, teniendo en cuenta el contraste entre dibujo (lo que expresa gráficamente), lo verbal (lo que dice) y su verdadera realidad.
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Este test fue aplicado por Juri no sólo con el objetivo psicodiagnóstico sino también, y entre otros, como reflexión para una pareja, que les pueda conducir hacia una psicoterapia posterior de los dos, ya que permite aflorar aspectos latentes de cada miembro de la misma que quedan al descubierto en el test (es un test que también se puede aplicar grupalmente). 9.2. Ejemplos del Test de la pareja La figura 9.1 muestra el dibujo de la pareja realizado por una joven con trastorno límite de la personalidad
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Figura 9.1. Test de la pareja de una joven con trastorno límite de la personalidad. En la figura 9.1, las características del dibujo de dos figuras del mismo sexo, situadas en la zona superior izquierda o de la regresión, el distanciamiento y falta de vinculación entre las dos, el repaso de las bocas, la falta de manos o éstas tipo muñón, la indistinción entre ropa-cuerpo y los ojos cerrados son indicadores que, entre otros, reflejan una importante indiferenciación interna, dificultades en la internalización y negación de la realidad. El título de la historia es "Mi abuela Florita y yo". La figura 9.2 presenta el dibujo de la pareja de un adulto esquizofrénico (véase su Bender en capítulo 8: psicótico).
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Figura 9.2. Test de la pareja de un adulto esquizofrénico. La coexistencia y mezcla de medios expresivos como son el dibujo, con números o palabras (como la que se aprecia en la figura 9.2), por otra parte, muy parciales y desconectadas, nos traduce la dificultad y esfuerzo, por otra parte inexitoso, por tratar de compensar una sensación de ruptura de la comunicación básica, rasgos frecuentes en psicóticos. Mohr comprobó que la constancia y repetición del tema principal también es característico de estas personalidades. Obsérvese el esquematismo extremo de las figuras, 259
que alude a intensa evitación, alejamiento emocional y despersonalización.
Figura 9.3. Test de la pareja de un púber inmaduro y con grave esquizoidía. En la figura 9.3 se puede observar una pareja perteneciente a un púber de 12 años, inmaduro y con una grave esquizoidía.
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En la micrografia del dibujo en la zona superior izquierda o de la fantasía, destaca la expresión de un gran regresión y pobreza personal en el niño (aparecen monigotes cefalópodos, propios de niños de 3 años, con la ausencia de indicadores clínicos significativos, como son: la falta de cuello, manos o boca, pelo, etc. aunque con unos pies que enfatizan la necesidad de un contacto con la realidad, ahora afectada). Título: Él y su mujer.
Figura 9.4. Dibujo de la pareja de un púber que expresa la negación de la separación de sus padres. La figura 9.4 muestra el dibujo de la pareja de un púber que expresa la negación de la separación de sus padres. La ruptura matrimonial de los padres del púber, con la turbulencia emocional que le supuso tener que irse a vivir con otros familiares, y su necesidad de negarlo, parece expresarse a través de este dibujo, por medio de: las defensas maníacas reflejadas en la relación amorosa entre los dos padres, cogidos de la mano; la mujer, con los pies cortados por la hoja, igual que patas de la mesa; figuras 261
microformas, sentadas en un banco y situadas en la zona inferior (relativa a lo concreto y depresivo), y la enorme transparencia, que simbólicamente deja al traste sus intentos por negar la realidad dolorosa. El ennegrecimiento del pelo de las cabezas refleja, por otra parte, mucha ansiedad y preocupación. Su propia firma al lado, así como la presencia de los nombres de los padres y el refuerzo de la palabra Pareja, vienen a enfatizar sus intentos negadores por mantener continua una relación rota, tumultuosamente, que le implica emocionalmente, en gran manera (falta de sostén y depresión, subyacentes). La historia se titula "La pareja".
Figura 9.5. Pareja dibujada por un joven drogadicto violento. En la figura 9.5 se observan los cuerpos segmentados de la pareja de un drogodependiente (característicos de una inmadurez primaria relativa a momentos anteriores a los 7 años, según Luquet).
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Destacan los pies petrificados y anclados en el suelo, transparencias en los brazos (órganos de comunicación y relación), figuras de perfil, bocas abiertas y con dientes, la ubicación del dibujo en la zona izquierda inferior y con la hoja girada por él, y la utilización de objetos punzantes amenazadores para agredirse mutuamente (movimiento característico en un pensamiento operatorio), son elementos que nos indican una personalidad con serios problemas de dependencia oral autodestructiva y graves repercusiones sociopersonales (como las que le llevaron a ingresar en un centro penitenciario, por agresión y robo, a causa de su consumo adictivo de heroína).
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Figura 9.6. Dibujo de la pareja de una niña de 8 años con problemas de relación. La figura 9.6 muestra el dibujo de la pareja de una niña de ocho años con problemas de relación y emocionales. Sus padres acuden a consulta por sus celos enfermizos, su introversión, sus explosiones de genio y, a su vez, contrariamente, una agresividad pasiva a través de su lentitud progresiva, durante el día, especialmente desde que nació su 264
hermanito pequeño. Su historia se titula "Se quieren mucho". A nivel formal, destaca: Ubicación en la esquina de la zona superior izquierda de la hoja, dos cabezas que se miran, sin el resto del cuerpo (disociación), mucho borroneo (mecanismo de aislamiento), diferencia en el trazo (fuerte en el corazón que no está cerrado) y frágil bosquejo en el resto del trazado de las cabezas humanas). A nivel simbólico, ello nos indica: una importante disociación entre los pensamientos y los afectos, idealización y refugio en la fantasía por posibles dificultades en el contacto con la realidad (mecanismos que le resultan inefectivos), que le repercute en dificultades en las relaciones interpersonales por el predominio de un tipo de vinculación primaria, dual y absorbente con el otro (... no hay nada que les moleste... están ellos dos solos). 9.3. Exposición de casos 9.3.1. Pareja en interacción de un adulto drogadicto, víctima de un ambiente familiar de malos tratos paternos A) Historia Un hombre y una mujer Discuten B) Interpretación Obsérvense, en la figura 9.7, los elementos de agresividad, dependencia primaria, dificultades de autocontrol, y falta de estabilidad emocional, a través de indicadores, como: proyección de interacción sadomasoquista entre las dos figuras (en la impresión gestáltica), transparencias en la manos femeninas con autocentramiento en el propio cuerpo, cabeza masculina de perfil, trazos impulsivos en el cabello, pierna y pies, cuello sin cerrar, botones, inmediatez del presente atemporal (historia sin elaborar; concretismo), etc.
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Figura 9.7. Dibujo de la pareja en interacción de un adulto drogadicto. 9.3.2. Pareja en interacción de un chico con problemas de aprendizaje Obsérvense, en la figura 9.8, los dibujos regresivos e inmaduros pertenecientes al Test de la pareja en interacción de un chico de 15 años con problemas de aprendi zaje y de relación (trastorno grave esquizoide). Véase el WISC y Bender del caso en el capítulo 8 266
(8.11 y 8.12).
Figura 9.8. Dibujo de la pareja en interacción de un chico con problemas de aprendizaje. A) Historia
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Un hombre y una mujer. Están paseando. B) Interpretación La indiscriminación sexual de las dos figuras iguales (aunque dice que son de sexo contrario y adultos), los ojos tipo punto y orejas, la boca cerrada, los brazos tipo "alas", los botones, el refuerzo del pie, la ausencia de cuello y sin ninguna interacción entre los dos nos indica, entre otros, la existencia de unos mecanismos de defensa esquizoparanoides y regresivos (figuras más inmaduras de la intención que el chico les quiere otorgar). 9.3.3. Pareja en interacción de una joven adulta sana (véase el HTPP completo en el capítulo 5) A) Historia Otra vez estamos todos bien Son Macarena y Pedro, de 25 y 26 años. Tienen una niña muy bonita (...coincide con unos amigos míos que han tenido un niño). Después de que la niña pasara una enfermedad, bueno, un constipado, ya están de nuevo contentos. Se quieren mucho. B) Impresión gestáltica y análisis formal Macroforma. Plasticidad a pesar de las figuras muy controladas. A pesar de los intentos de unión y afectividad entre la pareja, los rostros (de perfil) resultan poco expresivos y las figuras algo estáticas. Cierto perfeccionismo y defensas obsesivas (sombreado en los zapatos y en las cabezas). Importancia del área racional (sobrevaloración del pensamiento y la fantasía). Parece existir una buena diferenciación de sexos (dibuja primero a una mujer y, más completa que ésta, una figura masculina) a pesar de que necesite marcar de una forma precisa las diferencias sexuales. Estas diferencias sexuales son secundarias y están muy marcadas: zapatos de la mujer muy altos, hombre con barba (cosa que nos sugiere cierta falta de diferenciación interna o elementos aún poco diferenciados), pero sin pies; están cortados. Los brazos buscan el contacto cercano, aunque su forma de inserción en el cuerpo (como articulada) nos remite a características de cierta inmadurez evolutiva, que coinciden con una ligera penetración del trazo en la ropa (figura 9.9).
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Figura 9.9. Pareja en interacción de una joven adulta sana. En el dibujo aparecen elementos de inseguridad básica cuando elimina los pies en el hombre (figura algo desvalorizada) y parte de los zapatos en la mujer, de ahí quizás la macroforma que después dibuja como forma de ampliar las restricciones que posiblemente siente desde su entorno (al parecer, en su realidad existe una familia muy 269
exigente y normativa). A pesar de los intentos de unión y afectividad entre la pareja, los rostros resultan algo inexpresivos y las figuras también algo estáticas. C) Análisis del contenido El título es como una elaboración final de sus vivencias y fantasías: la pareja insertada en un grupo, algo gregaria y poco definida por sí misma, como después veremos. Pareja heterosexual adulta, algo mayor que la de la examinada. Los nombres, edad e historia parece concordar con las de unos amigos, lo que parece indicar cierta autorreferencialidad o pérdida de distancia; búsqueda de referencias duales o similares, de cariz algo simbiótico. El vínculo de la pareja parece estar más basado y centrado exclusivamente en su hija, como si no se pudiera entender la relación de pareja sin la inclusión de un tercero. Intento de unión entre las dos figuras que no se lleva totalmente a cabo (no pueden estar totalmente contentos por la enfermedad de la hija). A nivel de identidad surge, tanto en la verbalización, como en el aspecto gráfico, que la hija parece ser lo primero y más importante en esta pareja; ello nos sugiere que la examinada tiene una buena identificación con el propio sexo (las figuras son de adultos sexuados) aunque el nivel de madurez sea algo regresivo por identificarse primordialmente con la figura de la niña, que centra su atención a través de la somatización y que, de alguna forma, separa a la pareja. Globalmente, es un dibujo creativo y comunicativo y el vínculo relacional se da en los dos sentidos aunque no parezca darse una comunicación profunda en lo verbal, al estar imbuidos por la preocupación por la hija. Pareja algo cerrada en sí misma, se miran mutuamente, pero no se dirigen hacia el mundo exterior; resolución edípica no plenamente resuelta, que aquí aparece algo trabada por elementos de inmadurez evolutiva, que le hacen quedar algo fijada a una etapa anterior e infantil, con la focalización en la niña. Así lo expresa la pareja, al estar en función de la niña y no tener fuerza suficiente para estar unidos a nivel psicosexual por sí mismos (corroborado por la dificultad de autonomía y seguridad en la falta de los pies). El título parece ser una elaboración final de sus vivencias y fantasías: la niñez como centro, que le absorbe.
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10.1. Introducción Los movimientos están íntimamente relacionados con rasgos interiores de la personalidad, de forma que partiendo de los movimientos expresivos pueda realizarse un diagnóstico clínico. Elkish (1960-1970), a partir de su experiencia con más de 2.200 gráficos, estudió la expresión artística libre, manifestando que ésta revela un elemento inconsciente, instintivo, primitivo y arcaico, y que se relaciona con las sensaciones e imagen corporal de una persona (trató de correlacionar la constancia de ciertas pautas en determinados cuadros psicopatológicos). Por otra parte, aclara que el valor discriminativo de los criterios diagnósticos, se refiere específicamente al funcionamiento yoico, tomando como parámetro la enumeración que A.Freud hace de las funciones yoicas esenciales: -Prueba de realidad interna y externa. -Construcción de recuerdos. -Función de síntesis del yo. -Control yoico de la motilidad. Osterrieth asigna gran importancia al estudio genético del dibujo al poner de manifiesto "signos individuales" entre aquellos que son comunes. Di Leo quedó impresionado por las semejanzas entre los dibujos de niños contemporáneos y los de egipcios antiguos (cuerpo humano, extremidades, de frente, cara de perfil, ojo en la frente). Recuerda, igual que Caligor, que nuestros antepasados recurrieron al dibujo porque las imágenes eran entendidas por todos como un lenguaje universal, explicando también que toda obra del ser humano sea una proyección del sí mismo. Otros autores observaron que la evolución de los dibujos es idéntica en los niños chinos y europeos. Schilder descubrió que a través de la permanencia de los esquemas gráficos que 272
podían observarse y describirse en los dibujos, se encontraban aspectos estructurales relativamente persistentes. Este aspecto es el que me motivó para elaborar el libro Psicodiagnóstico diferencial con test gráficos, en el que profundizo sobre estos conocimientos, a través de casos ilustrativos. Aunque no me detenga en el color como un aspecto particular del grafismo (puesto que, generalmente, no suelo utilizar el color como instrumento técnico habitual en mi experiencia), sí al menos quiero referirme a autores que, como Shaw, han estudiado el simbolismo de los colores, especialmente en relación con la aplicación de una técnica de pintura al dedo. Por otra parte, hay autores japoneses que han tratado de aportar validez con datos objetivos a las intuiciones de Shaw y sus discípulos. En particular, fue Hammer (1969) quien sostuvo específicamente que el contenido del dibujo esta determinado por la autopercepción consciente e inconsciente de uno mismo y por las personas significativas del entorno, y tomó aportes de varios autores que investigaron los aspectos expresivos de los dibujos proyectivos (Wolf, Buck y Elkish, entre otros). El test del dibujo libre no es un verdadero test sino una técnica, dado que resulta imposible someterlo a la técnica de estandarización, a menos que seleccionemos 4-5 parámetros que sean recurrentes. El dibujo libre es considerado como una autorrepresentación del sujeto (Veccia, 1996), y como tal, resulta valioso correlacionarlo con la presentación que el sujeto hace respecto de sí mismo en la entrevista. M.E.García Arzeno afirma que, por medio de la representación gráfica (así como también a través de la correlación de lo gráfico con lo verbal), el dibujo libre proporciona datos sobre fantasías ligadas al motivo de consulta y las fantasías respecto a la salud y enfermedad del entrevistado. El sujeto aquí dispone de mayor libertad de representación que cuando el tema es definido: La elección del tema y la forma que elija para graficarlo siempre está determinado por las expectativas que tiene el sujeto y por sus propios intereses, valores, motivaciones, problemas, preocupaciones, en su vida (interna y externa). Todo ello está mediatizado por la cultura, los códigos comunes que comparte con su grupo cultural, entrelazado con su individualidad, dando como resultado una producción gráfica única y expresiva del grado de integración y organización de la personalidad de quien dibuja y de las posibilidades de comunicación simbólica con el "otro". La consigna que se da es: "Dibuje lo que Vd. quiera en esta hoja. Piense algo, lo primero que se le ocurra y trate de dibujarlo". Posteriormente, se va registrando todo lo que hace, la secuencia que sigue, lo que borra, los comentarios o asociaciones libres, 273
gestos, reacciones, etc. Una vez acabado, se le piden al sujeto asociaciones y aclaraciones sobre los detalles: Hábleme de su dibujo. ¿Qué puede ser esto? ¿Qué título le pondría? Y como todo análisis de gráficos proyectivos parte de la primera captación gestáltica, es imposible establecer reglas de interpretación idénticas para todos los protocolos. Como la consigna es tan amplia, cada protocolo es único y la cantidad de variables infinita, y es por ello que algunos profesionales otorgan más confiábilidad a las pautas formales que a las de contenido, ya que son más fácilmente aislables y clasificábles; de ahí que se apliquen los criterios de valor de otras pautas gráficas. Elkish (1970) realizó una sistematización sobre las pautas expresivas, sus indicadores y diferentes significaciones psicológicas, presentando las pautas en forma de cinco pares o dimensiones (valoradas por exceso o por defecto), que se infieren de los distintos indicadores: -Ritmo o flexibilidad del trazo (predominio de curvas), versus regla o rigidez del mismo (predominio de rectas). -Complejidad del mismo versus simplicidad. -Expansión del dibujo (expansión) versus compresión (pequeñez). -Integración y unión del dibujo (síntesis) versus desintegración (fragmentación entre sus partes). -Realismo (interés por el mundo exterior y real) versus simbolismo (fantasía). La autora enfatiza la fortaleza yoica que se expresa en la riqueza, flexibilidad y adaptación de recursos presentados en el grafismo. Lo esperable es que no se encuentren exacerbadas las pautas que propone, teniendo en cuenta, sin embargo, que cada pauta tiene aspectos adaptativos y conflictivos, dependiendo de su equilibrio o exacerbación. Las pautas formales se utilizarán no de un modo esquemático, sino en constante interrelación con las pautas de contenido (manifiesto y latente). Los movimientos en el dibujo están íntimamente relacionados con rasgos interiores de la personalidad, de forma que partiendo de los movimientos expresivos pueda realizarse un diagnóstico clínico. Wolff considera que si la personalidad es organizada, el movimiento expresivo resultará armonioso consigo mismo, y si la personalidad está poco integrada, el movimiento expresivo será contradictorio (ya que el movimiento está en íntima conexión con rasgos 274
interiores de la personalidad, de tal modo que partiendo de los movimientos expresivos, puede hacerse un diagnóstico de la misma). Los dibujos de paisajes señalan cierto deseo de huida o escape de la realidad presente. El fuego está relacionado con dificultades emocionales en los niños, y con excitación pulsional en mayores (muchas veces se aprecia en dibujos de niños agresores o víctimas de abusos sexuales). La perseverancia de dibujos de armas expresa necesidad expresiva de agresividad, algo frecuente en niños conflictivos y con tendencias psicopáticas o caracteriales. Son frecuentes en sujetos fóbicos los dibujos de insectos u animales que entrañen cierto peligro. La repetición de dibu jos no humanos o de animales suele relacionarse con cierta evitación o reticencia hacia el contacto humano. Los barcos son el contenido más común en los dibujos de niños de ambos sexos (e indica deseos de una vinculación más íntima con la madre así como de ser transportado por ella). La interpretación psicoanalítica de los sueños apoya la conclusión de que entre los barcos y la figura materna existe una íntima relación simbólica. Grodeck cita una leyenda irlandesa en las que los genitales femeninos toman la forma de barco, y los masculinos, de mástil. 10.2. Ejemplos de la técnica del dibujo libre La figura 10.1 muestra el dibujo libre perteneciente a un joven esquizofrénico de 19 años, cuyo tema sobre una tempestad en el mar ("Se va a pique") nos traduce la convulsión general que está viviendo en el momento y que parece afectar a su equilibrio personal (en la izquierda, barco a la deriva; trábamiento de la zona derecha o del futuro, al parecer, por causa de las turbulencias, huracán y rocas).
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Figura 10.1. Dibujo libre de un joven esquizofrénico. La figura 10.2 recoge el dibujo libre perteneciente a un adolescente de 15 años. Este nos indica una necesidad de alejamiento y evitación con la naturaleza (pobreza de indicadores yoicos), a través de la puesta de sol (elemento depresivo, distinto de la salida del sol), con el giro persistente de la hoja en blanco. El énfasis del sombreado del sol nos manifiesta ansiedad en torno al simbolismo de esta figura, que suele representar aspectos vinculados a la figura paterna, autoridad, y necesidad de afecto y calidez parental, cuando precisamente en su caso el padre brilla por su ausencia debido al constante abandono del hogar y escasa presencia emocional en su vida (el síntoma del momento actual del chico respondía a los problemas de relación agresiva en casa con su madre y hermana, a partir de la separación matrimonial definitiva, entre los padres). Véase el caso completo en el capítulo 26 del libro Psicodiagnóstico diferencial con test gráficos (Editorial Síntesis).
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Figura 10.2. Dibujo libre de un adolescente de 15 años. La figura 10.3 es el dibujo libre de un adulto esquizofrénico. Ante la consigna, no puede poner distancia, se queda pegado concretamente al objeto y dibuja a la psicóloga que tiene enfrente. Cara macroforma y disociada del cuerpo, sin límites, ni en el trazo (tipo bosquejo) ni en el espacio (omnipotencia), y sin posibilidad de imaginar una historia (realiza una descripción real y concreta).
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Figura 10.3. Dibujo libre de un adulto esquizofrénico. La figura 10.4 muestra un dibujo expresivo donde abunda el mecanismo defensivo de splitting o fragmentación en un joven con un grave trastorno límite de personalidad.
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Figura 10.4. Dibujo libre de un joven con un grave trastorno límite de la personalidad. La figura 10.5 expone el dibujo libre de un joven violador con trastorno límite de la personalidad que plasma mecanismos evacuativos de contenidos, de una forma fragmentada y sin conexión. Apréciese el énfasis en la hebilla, partes irregulares del cuerpo y el agujero negro del tronco. 279
Figura 10.5. Dibujo libre de un j oven violador con trastorno límite de la personalidad. Las motos y vehículos a motor son muy frecuentes en adolescentes como reflejo de su necesidad de potencia, independencia y autonomía. Véase en la figura 10.6 el énfasis en la parte del motor o "cuerpo" de la moto, a diferencia del trazo débil e inseguro de las
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ruedas, que no le sustentan.
Figura 10.6. Dibujo libre realizado por un adolescente.
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Figura 10.7. Dibujo libre realizado por un adulto psicótico.
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Figura 10.8. Dibujo libre realizado por un adulto psicótico.
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Figura 10.9. Dibujo libre realizado por un adulto psicótico.
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Figura 10.10. Dibujo libre realizado por un adulto psicótico.
Las figuras 10.7, 10.8, 10.9 y 10.10 son dibujos libres realizados por adultos psicóticos. Estos se caracterizan por el trazo fragmentado, desconexiones, esquematismo, agregados de contenido absurdo y bizarro, figuras y objetos con falta de identidad, transparencias, ubicación en zona izquierda-superior, de la regresión, palmeras vinculadas al aislamiento y la soledad, entre otros. Las figuras 10.11 y 10.12. son dos dibujos de cariz operativo, frecuentes en niños de 7 años en los que predomina la necesidad de expresar sus impulsos a través del movimiento, acción y agresividad en sus rasgos, de forma manifiesta y concreta (proyecciones de guerras, luchas, enfrentamientos, etc.).
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Figura 10.11. Dibujo libre de un niño de 7 años.
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Figura 10.12. Dibujo libre de un niño de 7 años.
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Figura 10.13. Dibujo libre de un adolescente con sentimientos de disociación emocional, aislamiento, vacío y depresión.
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Figura 10.14. Dibujo libre de un púber de 10 años con problemas de aprendizaje. La figura 10.13 es el dibujo libre de un adolescente, representativo de sus sentimientos de disociación emocional, aislamiento, vacío y depresión (división de la hoja dejando la parte izquierda, del pasado, en blanco (temor y vacío), y la zona del futuro, con figuras frías, desconectadas y sin ninguna relación entre sí. La figura 10.14 es el dibujo libre de un púber de 10 años con problemas de aprendizaje y de relación (presenta síntomas de enuresis y encopresis, entre otros). Véanse sus dibujos de la familia imaginada y propia, en el capítulo 7 (figuras 7.12 y 7.13). Interpretación -Oposicionismo, al girar todas las hojas que se le aportan para dibujar los test gráficos. -Macrografismo, que expresa la necesidad de posicionarse frente a las presiones hostiles que vive desde su entorno.
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-Corte en la copa del árbol (dificultad para pensar y contener). -Situaciones traumáticas con las ramas cortadas. -Parte derecha del tronco casi imperceptible (Yo frágil frente al futuro; presencia de IPM). -Intentos de simetría (y disociación, al dividirlo en dos partes muy diferenciadas) como forma de poner control a sus impulsos instintivos desbordantes. -Disociación rígida entre la zona izquierda o del pasado, representativa de la existencia de aspectos regresivos inestructurados importantes (agua, lago), y la zona derecha, del futuro, por medio de la separación drástica con la línea simétrica que trata de establecer, entre ambas. Éste parece ser vivido con mucha dificultad, por su gran elevación y presencia de vallas, para tratar de contener los trazos impulsivos (múltiples hierbas y plantas puntiagudas), representativos de sus impulsos más instintivos. -Con ello, el chico nos mostraba su pronóstico de posible incapacidad para poder elaborar la crisis de la adolescencia (salto abismal sin mediación posible, entre su infancia y adultez, que le podría hacer susceptible de posibles actings out contraproducentes).
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Figura 10.15. Dibujo libre de un púber en crisis. La figura 10.15. es el dibujo libre de un púber en crisis que refleja la vivencia catastrófica de naufragio (con final de destrucción y muerte), ante el cambio de decisión judicial, a petición del padre, durante mucho tiempo desvinculado del hijo. Este cambio suponía para el niño el cese de la custodia de la madre (con quien el menor estaba muy unido), y el cambio por la paterna, con quien iría a vivir lejos. Apréciese en él cómo las defensas omnipotentes que reviste un transatlántico como el Titanic (macroforma sin apenas límites), sufren un colapso en la zona derecha o del futuro (el iceberg).
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11.1. Introducción El primer antecedente sobre esta técnica, ya que no se trata de un test en su riguroso sentido del término, parece remontarse al año 1924, surgiendo de la experiencia clínica de Fay, que la elabora con la consigna: "Dibuje a una mujer que pasea por la calle y llueve". Posteriormente, A.Ray propone otro método de evaluación y Hammer, en 1958, afirma que no se puede asegurar quién fue el creador exacto de esta técnica ya que fue difundida vía oral, aunque afirma que probablemente fueran Arnold Abrams o Abraham Amchin junto a varios autores, simultáneamente. Presenta similitudes con el Test de las dos personas o de la pareja, el de la familia y las diferentes adaptaciones que han tenido su fundamento y matriz en el dibujo de la figura humana, primera conceptualización realizada por Goodenough como test de inteligencia), luego por Koppitz como técnica de diagnóstico del nivel de maduración de un niño, por Buck y Hammer, y así, siguiendo hacia nuevas lecturas. Por otra parte, se aplican indicadores que son comunes a los otros gráficos, como son: el tamaño, la ubicación, la realización del dibujo, el movimiento, la orientación de la figura, las posturas, la identidad sexual, el paraguas como defensa, lo útil o no, el reemplazo del paraguas por otros elementos, la lluvia, así como otros detalles más. Y de ellos, se extrae su específico contenido psicológico. Esta técnica trata de evaluar la reacción mental, emocional, pulsional o instintual de una persona frente a una situación difícil o tensión del ambiente (cuyo elemento simbólico que le representa es la lluvia), a través de la calidad y la estructuración de lo que el sujeto ha graficado. Permite obtener una semblanza de una persona en condiciones ambientales poco agradables, en las que la lluvia es el elemento alterador. El análisis de las variables preferentes que se han de tener en cuenta se centra en: -Análisis de la figura humana graficada:
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•¿Qué aspecto tiene? ¿Presenta omisiones importantes, distorsiones, borraduras, énfasis, etc.? •Observación de las pautas formales (situación en la página, tamaño, trazo y presión, simetría y proporciones, secuencia, etc.). •Observación de las pautas de contenido (presencia de elementos esenciales como cabeza, tronco o extremidades, su significación simbólica y la del relato que verbaliza). -Elementos básicos de autoprotección: utilización efectiva del paraguas, es pequeño o no con relación al dibujo, el mango, la forma, otros (chubasquero, capelina), etc. -Análisis de fondo: hay presencia de lluvia, estilo de la lluvia, grado de su intensidad, modalidades, forma de ésta, presión (gotas grandes, puntiagudas, largas, escasas, abundantes, aisladas, tipo lágrima, lluvia sectorizada...). -Elementos adicionales (paisaje u objetos que añade que pueden aportar su específica significación). A nivel diagnóstico, cabe destacar: -La evaluación del nivel de ansiedad, temores y aspectos conductuales del sujeto que se activan ante una situación de presión ambiental. -El diagnóstico de la modalidad defensiva predominante. Se aprecia si la modalidad es adaptativa o patológica, ya que frente a la situación desagradable, el sujeto ya no puede mantener su postura inicial habitual y debe recurrir a las defensas que tiene más latentes. -Se infiere la estructura psicopatológica subyacente del sujeto y sus características de organización o desorganización de personalidad. En otros aspectos, y relativo al estudio específico sobre el maltrato, autoras argentinas como Colombo, R. et al. (2000) aportaron resultados de su investigación sobre el Test de la persona bajo la lluvia, aplicado a niños víctimas de maltrato y abuso, tratando de estandarizar un instrumento que evidenciara datos empíricos al proceso de diagnóstico en niños víctimas. Asimismo, Goldstein et al. (1981) determinaron seis características de los dibujos, que si coinciden juntas a la vez, pueden indicar la presencia de malos tratos en los niños:
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-Humo desde la chimenea de la casa. -Ausencia de ventanas en la casa. -Tamaño de la cabeza de la persona superior a un cuarto de su altura total. -Ausencia de pies en la persona. -Persona dibujada con figuras geométricas. -Persona con extremidades muy asimétricas. La falta de línea en la tierra, la dimensión pequeña de la persona y la ausencia de paraguas y entorno, cuando un niño dibuja "Una persona bajo la lluvia", Gálvez, Llorca y Barbosa (2008) sostienen que se consideran muy significativos cuando se valora una situación de maltrato o abuso sexual intrafamiliar en niños y adolescentes, como expresión de sentimientos de vulnerabilidad y desvalorización, especialmente en la latencia. 11.2. Ejemplos del Test de la persona bajo la lluvia La figura 11.1 es el Test de la persona bajo la lluvia de un niño de 7 años con inadecuación personal (véase su figura humana en el capítulo 5).
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Figura 11.1. Test de la persona bajo la lluvia de un niño de 7 años con inadecuación personal. En ella destaca la presencia de: excesiva rigidez, inseguridad y control para su edad, a través del trazo roto, refuerzo de los hombros, ojos vacíos, brazos cortos, manos tipo pinza, etc. y especialmente, en la desconexión real entre su mano y el paraguas, sin mango (lo que nos hace vislumbrar posibles dificultades para afrontar adecuadamente los problemas de la vida). Ello podría verse agudizado por su actitud de cierta reticencia respecto al pasado (zona izquierda en blanco).
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Figura 11.2. Test de la persona bajo la lluvia de un niño de 11 años con fallas de integración yoica. La figura 11.2 muestra el dibujo de un niño de 11 años con fallas de integración yoica. Ello se ve reflejado en la ausencia de la mano para sujetar bien el paraguas y poder resguardarse bien de la lluvia (Yo inadecuado). Imagen corporal que se ve afectada por la falta de una integración personal que le 297
repercute en su insuficiente capacidad de "agarre", autoconfianza y autonomía ante las experiencias de la vida. Situaciones ambientales de frecuentes e intensas disputas entre sus padres divorciados parecen intervenir en su indisposición hacia el futuro (zona de la derecha en blanco). La figura 11.3 muestra el dibujo de una niña de 9 años que refleja la impotencia de sus esfuerzos autosuficientes para protegerse de los conflictos externos. Destacan: el chubasquero en la cabeza, con transparencias del cuello, nos señala la presencia de trastornos de pensamiento en situaciones de desborde emocional y descontrol de impulsos que la sobrepasan y afectan personalmente (impotencia y vulnerabilidad ante acuciantes problemas familiares).
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Figura 11.3. Test de la persona bajo la lluvia de una niña de 9 años. El charco, aparte de la existencia de un posible sufrimiento fetal, representa la noción de cronicidad de las inclemencias padecidas en su entorno.
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Figura 11.4. Test de la persona bajo la lluvia de un adulto. En la figura 11.4 se aprecia una gran valoración de la convencionalidad y referencias externas (a través de la importante vestimenta que cubre al personaje). El ropaje parece estar al servicio de cubrir y compensar cierta noción de falta suficiente de autocontrol ante determinados impulsos que le preocupan (de autoafirmación y sexuales, entre otros) y que el sujeto ha de mantener encubiertos a sí mismo y a los demás. Destacan: los trazos impulsivos, la transparencia del mango del paraguas dentro de la copa (posible 300
penetración de los impulsos en el pensamiento, repercutiendo en posibles actings), ojos cerrados, refuerzo de la mano tipo puño, ausencia de cuello, sombrero, sombreado de la corbata, mano izquierda borrada y enfatizada, con el dedo dirigido hacia la zona inferior (representativa del mundo más instintivo). La figura 11.5 muestra el dibujo de un adulto, agraviado por problemas laborales en su empresa. Es un chico con impermeable que hace footing por las afueras de la ciudad, donde no hay polución.
Figura 11.5. Test de la persona bajo la lluvia de un adulto con problemas laborales. En la figura 11.5 destacan, entre otros: el oposicionismo apreciado a través del giro de la hoja y de que no se ciñe a la consigna cuando sectoriza y parcializa la lluvia, sólo en la zona central, dejando desconectados los extremos (presencia de disociación). 301
Microforma de la persona dibujada como sentimiento de pequeñez (vivencia de alta presión ambiental) y constricción, sin rasgos de identificación en la cara (alejamiento, evitación, aislamiento e identidad poco configurada). Desigualdad en el trazo (firme en las nubes y sol, y frágil en el resto), que nos indica oscilación y contradicciones entre sentimientos de inferioridad y/o egocen trismo y narcisismo (búsqueda de perfección narcisista a través de cierto aislamiento o impermeabilidad ante el exterior. No hay interacción con otros persona jes (la ciudad, como las relaciones, puede ser "contaminante"). 11.2. Exposición de casos 11.2.1. Niño de 7 años afectado emocionalmente por conflictos familiares La figura 11.6. muestra el dibujo realizado por un niño de 7 años muy afectado emocionalmente por importantes conflictos familiares.
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Figura 11.6. Test de la persona bajo la lluvia de un niño de 7 años con problemas emocionales. A) Historia Título: Lluvia. No sabe cómo ir a su casa, ...está perdido..., ...una semana después ve un coche que le acompaña a su casa. 303
B) Análisis gestáltico y formal -Microforma con alta constricción. Ubicado en la zona inferior-izquierda, apreciándose toda la zona derecha (del futuro) en blanco, lo que es representativo del intenso temor frente a lo que está por llegar. -Figura sin manos ni pies, ni agarre o sujeción que le autoproteja ante la lluvia, sectorizada sobre él (trazos impulsivos e irregulares). -Dos nubes, con transparencia en la unión de ambas. C) Análisis del contenido verbal -Noción de pequeñez, pobreza yoica y carencialidad. Regresión a momentos evolutivos anteriores, presencia de cierta afectación psicológica que le deja sin protección ni suficientes recursos personales frente a la adversidad. Proyecta conflicto entre los padres con la transparencia de las nubes (tensión), y con la noción de problemas que vienen de tiempo atrás. Indefensión ante la vida, desorientación, miedo al futuro. -La falta de línea en la tierra, la dimensión pequeña de la persona y la ausencia de paraguas y entorno, cuando un niño dibuja "Una persona bajo la lluvia", Gálvez, Llorca y Barbosa (2008) sostienen que se consideran muy significativos cuando se valora una situación de maltrato o abuso sexual intrafamiliar en niños y adolescentes, como expresión de sentimientos de vulnerabilidad y desvalorización, especialmente en la latencia. 11.3.2. Hombre de 27 años acusado de abusos sexuales La figura 11.7 muestra el dibujo perteneciente a un hombre de 27 años acusado de abusos sexuales.
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Figura 11.7. Test de la persona bajo la lluvia de un hombre de 27 años acusado de abusos sexuales. A) Historia Suerte que lo recogieron. Estaba esperando a sus compañeros a que lo vinieran a buscar para ir al cine, pero tardan mucho. Quedó empapado. Pero al final, llegaron y suerte que lo recogieron. B) Análisis formal 305
-Ubicado en la zona inferior derecha, parece alejarse del pasado e infancia. - Figura esquemática, impersonal, tipo monigote (esquizoide), denotando frialdad, evitación y desvitalización. -Ausencia de boca (órgano básico por excelencia), ojos tipo punto vigilantes, y brazos pegados al cuerpo, con las manos (¿"escondidas" detrás?). -Planta de los pies ausente, es la hoja la que sirve de límite (lo exterior le guía, especialmente en la zona inferior de lo concreto, e impulsos). -Indistinción sexual, entre cuerpo y ropa, pelo y cabeza. -El óvalo de la cara no está cerrado, en contacto con el cuello (posibles fallas en su identidad y en su autocontrol). -Dibujarlo de abajo arriba nos indica presencia de psicopatología. C) Análisis de contenido -Autorreferencialidad en el relato. En la historia él está esperando a unos compañeros que tardan mucho en venir y se está moj ando, porque no lleva paraguas. Por suerte, aparecen con el coche y le recogen (pasividad y dependencia del entorno, falta de recursos). -Ausencia de defensas suficientemente exitosas para afrontar las presiones y conflictos internos y externos (desarmado y vulnerable, totalmente a merced del exterior). -Dependencia externa y muy primaria (expectativas mágicas: suerte que), espera pasiva que las soluciones vengan de afuera de él (la contención, la obtiene poniéndose "dentro del otro", formando parte de una identidad grupal, en este caso, ideológica/religiosa: "compañeros" dentro del coche). En la realidad, ello se plasma a través de su refugio en el grupo de referencia social caritativa a la que él pertenece, en el que él es uno más, y es la asociación quien le da "nombre propio e identidad". 11.3.3. Adulto con forzosa intervención psiquiátrica La figura 11.8 muestra el dibujo realizado por un joven adulto cuyas conductas alteradas motivaron una forzosa intervención psiquiátrica (brote psicótico). A) Historia 306
Este soy yo. Estoy contento, me mojo y a mí me gusta mojarme. Estoy en un charco. Hay una tormenta y el arco iris. También está el sol.
Figura 11.8. Test de la persona bajo la lluvia de un joven adulto que sufrió un brote psicótico. B) Resumen interpretativo de lo observado
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La figura 11.8 muestra un dibujo expansivo, maníaco y negador. A nivel formal destaca: el dibujo ocupa toda la hoja, la figura es de grandes dimensiones y tiene los brazos abiertos (omnipotencia), pero está algo torcida e inclinada, con un predominio energético del grafismo hacia la izquierda o zona del pasado; la energía también se focaliza, entre otras, en las gafas negras, en el énfasis en la musculatura, hombros (cuerpo); en el pantalón ennegrecido y con la marca de la cremallera a nivel genital y las tiras de las chanclas; gotas tipo lágrima; nubes abiertas; distintas marcas en el codo (tatuaje de una araña), camiseta, correa en la muñeca; cierta confusionalidad en la coexistencia de rayo, nubes, arco iris y sol a la vez; a la derecha está situado parte del sol, pero con rayos muy tenues, de poca vitalidad, así como la caída del arco iris. A nivel de contenido verbal: el joven no puede poner distancia ni imaginar una historia, ya que nos habla de forma autorreferencial (oposicionista, no se ciñe a la consigna, describe); está solo; se enorgullece de estar mojándose, una forma de negación del problema, "no pasa nada", al contrario, le gusta (con gafas oscuras pero también dibuja los ojos, a medio "ver"); como si no necesitara ningún elemento de autoprotección (él, inmerso y rodeado de "agua", un componente regresivo). Parece un sujeto inteligente por lo elaborado del dibujo, pero cuyo criterio de realidad aparece algo alterado, ya que predominan excesivos mecanismos defensivos de negación de la realidad, omnipotencia, evitativos o de huida y disociación interna. Estas defensas le impiden, entre otros: -Tener un Yo suficientemente organizado, fuerte e integrado, pudiéndole dificultar su autonomía y adaptación sociopersonal al entorno (necesita mucho, pero no tolera sentirla y pedir ayuda). -Registrar sus propias necesidades y conectar consigo mismo (temor a llegar a captar su desorganización, contradicciones y confusionalidad internas, y de ahí poder llegar a deprimirse severamente). Él, en estas condiciones en las que se encuentra, no puede hacerse cargo de sí mismo y por ello ha de huir, evitando sus conflictos, que han de ser negados maníacamente. Efectivamente, así lo parece constatar la angustiosa demanda de ayuda de la familia, que sí "ven" el problema de su hijo para tirar adelante con su vida (cada vez está más solo, no puede acabar sus estudios, inicia trabajos que no le duran, no hace nada durante el día, últimamente está perdiendo sus relaciones, se despista fácilmente, viaja compulsivamente, no es autónomo...). 308
En esta técnica, vemos cómo en una situación de presión ambiental (una realidad muy problemática) o de emergencia de los impulsos internos, las defensas del sujeto no resultan lo suficientemente efectivas para poder afrontarla (ya que éstas son muy primarias y poco elaboradas), pudiéndose éste fácilmente manejar con conductas impulsivas contraproducentes de acting out. La situación personal actual del joven presenta un alto riesgo de posible descompensación psíquica regresiva o de acting autodestructivo (subyacente estructura de personalidad borderline grave). En resumen, de las variables del dibujo de la persona bajo la lluvia que se han de tener en cuenta para analizar destacaremos: la dimensión pequeña del dibujo, el borrado, figura amorfa, ausencia de línea de tierra, ausencia de entorno, ausencia de paraguas, lluvia sectorizada, rayos sobre las personas y presencia de nubes espesas. De cada una de ellas, valoraremos la representación y clínica, propias.
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12.1. Introducción Robert Meurisse se inspiró en investigaciones grafológicas para comprender el simbolismo de los garabatos, teniendo esta técnica su origen de significación en la grafología y no en la psicología, aunque la psicología dinámica y el psicodiagnóstico proyectivo le atribuyeron importancia a otros niveles, dando lugar a la prueba que hoy conocemos. Es el test más libre, espontáneo y atemático de todos los gráficos, en el que los contenidos expresivos priman sobre los de contenido. Sami Ali, en su obra El espacio imaginario, logró una concepción del grafismo muy original en sus aportaciones, ajenas a la fascinación por la palabra. Es de los pocos psicoanalistas que se detuvieron a reflexionar sobre el espacio tan singular que es la hoja de papel. Partió de la relación primitiva para la subjetividad entre espacio-cuerpo, donde toda conquista en el registro del primero no puede realizarse sino por medio del segundo. El Test de los garabatos creado por Corman tuvo la intención inicial de diseñarse especialmente para niños, ya que era tenido en cuenta como primeras expresiones gráficas infantiles. Es una prueba considerada de fácil y sencilla ejecución gráfica, de aplicación individual, sin límite de tiempo y con la consigna de que se garabatee con un lápiz en una hoja de papel en blanco. Se le pide al niño que haga los garabatos que desee, analizando, posteriormente, el modo de descarga de las pulsiones agresivas o su inhibición, entre otras (1961). Pero para acceder al inconsciente del niño se debe tener en cuenta que hay que considerar la estructuración peculiar de su aparato psíquico; diferentes momentos en la constitución y evolución del aparato psíquico que lo tiene como cualidad central. Corman lo administró luego a adultos con la consigna de que el sujeto dibuje garabatos (imagínese que vuelve a su infancia cuando aún no sabía escribir y garabatea la hoja como le gustaba hacerlo de pequeño). Cada trazado tiene su propia significación, siendo importante no sólo el tipo de grafismo que uno reali za sino también la forma como lo realiza. El análisis y valoración específica de los aspectos expresivos de los gráficos, señalados ampliamente, entre otros, a lo largo del primer capítulo de este libro, se pueden aplicar a su vez para pormenorizar la interpretación de esta variante de 311
garabatos. Hammer sostiene que los datos referidos acerca de los mecanismos expresivos de los dibujos proyectivos gráficos aplicados a los garabatos (lo más relevante, según él), suelen reflejar niveles de la personalidad más profundos que los que se manifiestan en otros tipos de dibujos, pues en general se realizan en un estado de conciencia disminuido, cuando el control del sujeto está menos vigilante y se reduce, y las defensas, en otros momentos operativas, quedan inactivas. Lo mismo que en los sueños, los contenidos inconscientes están vivos y la evidencia del proceso primario se manifiesta aunque el yo consciente lo controle, lo elabore y cuide para que la distorsión no vaya demasiado lejos. Como en el examen del sueño, en los gráficos, la interpretación, de manera predominante, depende de las asociaciones y recuerdos del que lo realiza/sueña, además de tener en cuenta la realidad de quien lo sueña o dibuja, siguiendo el análisis de los gráficos, igualmente, las pautas de la interpretación de los sueños. La gama de garabatos, en todas sus distintas variantes expresivas, puede extenderse ampliamente, desde lo constreñido y perseverativo (indicador de poca flexibilidad y obsesiones, automatismo, estaticidad y rigidez en los sujetos), hasta lo fluido, variado, original y espontáneo (indicador de creatividad, energía, riqueza y flexibilidad). Una escasa kinesia en los garabatos se vincula con un bajo control de impulsos. Por otra parte, los garabatos, constituyen un excelente medio para lograr líneas de asociación libre, fructíferas. Garabatos que manifiestan un despliegue maníaco o desborde que ocupa todo el espacio como expresión de horror al vacío, dirigidos a colmar un vacío de subjetividad, o al revés, que no caben en la hoja, a pesar de tener todo el espacio posible. La orientación predominantemente centrípeta o centrífuga de los trazos suele indicar caminos libidinales prevalentemente objetables o prevalentemente vueltos hacia el propio cuerpo. Lo figural trata sobre el trabajo del trazo y las condiciones de su visibilidad, la forma en que uno se acerca y entra en este nuevo espacio que es la hoja de papel y las relaciones que establece con ella y su producto final. El punto de cuando se empieza a garabatear inicio y las zonas donde se recrea permite valorar hacia dónde se dirige o permanece la expresión y expansión del interés del sujeto (aferramiento a un pasado, deseo de ir hacia los demás, centrarse en sí mismo...). La calidad del trazo indica, entre otras, la seguridad de un trazo regular y ligero (seguido y fluido) o una dificultad o temor hacia lo nuevo, en un trazo irregular o entrecortado. Las gradaciones en las intensidades energéticas del trazo, allí donde se va preferentemente la energía del sujeto, permite descubrir algo esencial.
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Las personas que suelen dibujar círculos o trazados circulares (elementos de cariz más suave o femenino) suelen ser más dependientes, menos asertivas, e incluso pasivas, que las que dibujan modelos verticales, cuadrados o rectángulos que pueden indicar rigidez, pragmatismo o deseos de autoafirmación (personalidades agresivas dibujan pocas curvas y muchos filos o puntas). Dibujar formas curvas con pocos filos son características de sujetos bien adaptados. El dibujo persistente de figuras herméticas con sensación de inaccesibilidad y encierro indica dificultades de adaptación y de relación social. En el análisis del contenido de los garabatos de los niños (y en adultos también), se puede apreciar alguna conexión con la situación emocional que están atravesando (garabatos de aislamiento o regresivos, de necesidad de establecer una relación a distancia, de egocentrismo, cuando solo se enfocan en el centro de la hoja, sádico-anales, cuya ejecución resulta borrosa, explosiva o sucia, etc.). Una de las vertientes que existen en el análisis de la personalidad de los garabatos es la del análisis de los garabatos libres de un sujeto. Ésta se basa en la interpretación de los garabatos que suelen producirse de forma espontánea, casi instintiva, mecánica y rutinaria, cuando, por ejemplo, el sujeto está hablando por teléfono, se encuentra a solas o en una reunión de trabajo, hablando sobre algún tema determinado, entre otras situaciones, en las que no existe ninguna intención consciente previa alguna, por parte de éste. En esta modalidad no existe consigna alguna. Cuadrados, cubos, redondeles, espirales, puntos que se engrandecen, repasan, tachan, etc., progresivamente, formas geométricas repetidas (cadenas, corazones, lágrimas, ganchos, lanzas, etc.) y composiciones diversas de elementos gráficos (que aparentemente parecen no tener un sentido determinado) son rasgos gráficos que suelen expresar una salida inconsciente de energía y tensión interna, con un estado de ánimo ocasional y específico del sujeto que los realiza en aquel momento y en estrecha conexión con sus emociones frente aquella situación concreta que está viviendo. Generalmente expresan deseos o noción de conflicto, inconscientes, que uno no se atreve a verbalizar a los demás porque quizás indican desacuerdo, enfado, obsesión, necesidad de afecto, interés intenso, preocupación latente, irritación, rabia, etc. y, por ello, quedan como una mera expresión o intentos de comunicación consigo mismo, ante la necesidad de reforzar, aclarar o concentrar, aquello más intuitivo que fluye de los sentimientos o pensamientos propios. Existe una variante del Test de los garabatos a partir de una firma del sujeto. Ésta consiste en proporcionarle al sujeto una hoja de formato ordinario con la consigna de 313
escribir su apellido y nombre de pila, en letra ordinaria, en el centro de la hoja. A partir de ahí, este ha de trazar un garabato de forma continua, sin pausa, y sin levantar el lápiz, como si fuera un niño. A partir de Meurisse, se suele solicitar al sujeto que primero empiece a escribir su nombre en el centro de la hoja, para centrar los garabatos en el Yo del sujeto (el nombre de pila o Yo íntimo y más personal) y el Yo familiar y social, con los apellidos. Ante posibles preguntas sobre qué nombre escribir primero, se les da plena libertad de elección (como desee). A nivel infantil y, especialmente con niños que aún no saben aún escribir, se les pide que dibujen un monigote o figura en el centro de la hoja, pudiéndoles añadir que el monigote o figura es él y que, a partir de ahí, dibuje los garabatos que quiera. La interpretación del resultado se basa en el mismo estudio sobre el contenido formal, simbólico y verbal que se ha efectuado sobre los gráficos en general y en el HTPP, en particular. A través de éstos, se diferenciarán signos fáciles, libres, discontinuos, vacilantes, lentos, pasivos, signos que indican agresividad, pasividad, aislamiento, introversión o extroversión, rasgos mal dibujados, indecisos, vacilantes, rudos o evolucionados y maduros. 12.2. Ejemplos del Test de los garabatos La figura 12.1 muestra los garabatos espontáneos de una menor de 9 años mientras iba relatando la posible, próxima y forzosa separación del padre, al tener que irse a vivir a otro país con la madre, por sentencia judicial. Los padres, aunque separados, vivían en la misma población, lo que favorecía una constante y cercana relación de la niña con ambos progenitores. En estos garabatos y, también corroborado por otros test proyectivos, se traducen los esfuerzos de la pequeña por controlar la situación y mantenerse segura ante una situación que la desubica geográficamente y la desestabiliza emocionalmente en gran manera. La repetición y oscilación entre formas geométricas (cubos, etc.) y corazones partidos y sombreados, parece aludir a la dificultad por tener que asumir algo que la divide internamente. Ella se debate en una gran ambivalencia, porque quiere mucho a sus padres y no desea una separación que implica estar mucho tiempo en el país de la madre y lejos de la familia paterna (el padre hacía años que había rehecho su vida con una pareja que tenía un gran afecto por la niña, y además, habían tenido una hija, hermanastra de la menor, por quien ésta sentía adoración). En la figura 12.2 se exponen algunos ejemplos de distintos tipos de garabatos libres en adultos. La figura 12.3 muestra los garabatos de un adolescente con problemas escolares. Véanse otros ejemplos gráficos suyos, en el Bender asociativo, Test de la pareja y WISC 314
en el capítulo 8 (figuras 8.11 y 8.12). De sus garabatos, cabe destacar, entre otros aspectos, el giro automático de la hoja, la ubicación inferior de la firma en la zona de los impulsos, del predominio de lo material y concreto (casi al borde de la hoja) y tachada por la rúbrica (signos de autorrechazo). En su globalidad, traduce una personalidad muy pobre y limitada intelectualmente, poco abstracta y elaborada mentalmente.
Figura 12.1. Test de los garabatos de una niña de 9 años.
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Figura 12.2. Test de los garabatos de distintos adultos.
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Figura 12.3. Test de los garabatos de un adolescente con problemas escolares.
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Figura 12.4. Test de los garabatos de un adulto esquizofrénico. En la figura 12.4 se recogen los garabatos de un adulto esquizofrénico con su nombre en el centro. Cabe destacar, entre otros aspectos: la firma con todas las letras del nombre y apellido, ubicada en la zona central, tendiendo hacia la derecha y sin rúbrica, pero rodeada de garabatos sueltos, desconectados, predominantemente redondeados y sin cierre (cosa que alude a la presencia de incontinencia, regresión y pasividad en el sujeto).
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Figura 12.5. Test de los garabatos de una adulta sana. La figura 12.5 muestra los garabatos de una adulta sana explorada. La mujer trata de establecer una vinculación o equilibrio entre las dos zonas espaciales de la hoja: superior e inferior, lo que nos indica la existencia de suficiente integración entre su pensamiento, emociones y actos, aunque al parecer también con cierta sensación de descontento consigo misma (la rúbrica traspasa su firma) y de dificultad respecto a las expectativas de futuro (líneas que se vinculan pero que no parecen permitir plena obertura hacia la zona de la derecha). Otros autores psicodinámicos, como Winnicott, junto a las verbalizaciones que acompañaban a los garabatos, lo aplicaron como variante en tratamientos de niños por su carácter y rica potencialidad simbólica. Winnicott creó el juego del garabato con el niño, acompañando y facilitando que surgiera la fuerza elemental del trazo infantil que libera la mano. La secuencia de garabatos que proponía al niño es algo muy específico, en cuanto 319
a secuencia de garabatos que permite el acceso a la fantasía del niño. La transferencia opera aquí como un factor poderoso en la naturaleza de lo que el niño está en condiciones de realizar gráficamente. Todas las variantes del Test de los garabatos en manos de un profesional experimentado aportan informaciones útiles constituyendo una forma distinta de poder trabajar la situación proyectiva del sujeto, ya que al plasmarse diversas formas de variaciones de conflictos internos y externos, se contribuye a enriquecer el psicodiagnóstico de un sujeto. Sin embargo, y ya para finalizar, me gustaría referirme a Shaffer cuando siempre recomienda evaluar todo el resultado proyectivo recopilado sobre el sujeto, realizando un análisis minuicioso del mismo pero desaconsejando utilizarlo de una forma sistemática, tipo diccionario, porque resultaría, únicamente, algo parcial y nada integrado (como por ejemplo, "tal detalle gráfico significa tal significado"). Él afirma que para que una interpretación tenga verdadero sentido habrá de ser verificada por todo el material clínico, convergiendo, al menos, varias líneas de inferencia psicodinámica para las conclusiones. Por regla general, las interpretaciones finales de los gráficos deberán representar la convergencia de varias o muchas líneas de datos, principio básico de toda metodología científica. Y para ello, tendremos que corroborar los aspectos de la dinámica de la personalidad que surgirán de los dibujos proyectivos, mediante distintas vías de comprobación, como son: la información global recogida sobre el examinado (datos básicos sobre su evolución en la infancia, de su historia o de su anamnesis), las asociaciones libres que éste realiza al dibujar, la traducción de símbolos mediante el análisis funcional y las comparaciones entre dibujos de una misma serie, la integración de todos los aspectos del test y a través del registro de conductas verbales, expresivas y motoras, con interacción e integración de las mismas (obteniéndose así, coherencia y consistencia interna entre estos aspectos). La evaluación total de la personalidad será el resultado de la integración obtenida en el test gráfico en particular, conjuntamente a la integración de los datos de otras distintas técnicas aplicadas y el cuadro global del comportamiento del sujeto, aspectos que han sido amplia y detalladamente desarrollados con abundantes ilustraciones en el libro Psicodiagnóstico diferencial con test gráficos de la autora, publicado por Editorial Síntesis (2012).
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www.serymp.org www.rorschach.com
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Índice Introducción 15 1. La comunicación gráfica y sus fundamentos teóricos 22 1.1.2. Psicología proyectiva 24 1.2. El simbolismo de los gráficos 29 1.3. Principios de orientación teórica en la que se basan las técnicas 39 proyectivas gráficas 1.4. Supuestos básicos sobre los que se sustenta la interpretación 40 de los gráficos 1.5. Fundamentación empírica de los test gráficos 41 2. La evolución del ser humano con relación al grafismo 43 2.2. Niveles de maduración gráfica. Evolución del grafismo 49 2.2.2. De los 3 a los 5 años 56 2.2.3. De los 5 a los 6 años 65 2.2.4. De los 7 a los 8 años 69 3. Psicodiagnóstico y administración de test gráficos 73 3.1. Primera entrevista clínica 76 3.2. Planificación de la batería de test 78 3.3. Encuadre 80 3.4. Material 82 3.5. Administración 84 4. Elementos básicos de interpretación en los gráficos 86 4.1. Actitud ante la consigna 88 4.3.1. Secuencia de elaboración del dibujo 90 4.3.2. Dirección del trazo 94 4.3.3. Tamaño 97 4.3.4. Presión, trazo y calidad de línea 98 4.3.5. Emplazamiento en la hoja de papel 101 4.3.6. Movimiento 104 334
4.3.7. Simetría 4.3.8. Perspectiva 4.3.9. Sombreado 4.3.10. Tiempo de realización del dibujo 4.3.11. Detalles, distorsiones, omisiones y adiciones 4.4. Análisis formal del dibujo 4.5. Análisis del contenido simbólico de las respuestas verbales al dibujo 4.6.2. Transferencia y contratransferencia 4.6.3. Actos fallidos 5. El Test de la casa, el árbol y la persona (HTP) 5.2. Áreas de la personalidad que capta 5.3. Ítems básicos o esenciales de la casa, el árbol y la persona 5.4.2. Árbol (Tree-7) 5.4.3. Persona (Person-P) 5.5. Análisis del contenido verbal de cada historia 5.6. Exposición de un caso: HTPP completo 5.6.2. Árbol 5.6.3. Persona 5.6.4. Conclusión diagnóstica 6. El Test del animal 6.2. Ejemplos del Test del animal 6.3. Exposición de casos 6.3.2. Dibujo de un tucán 7. El Test de la familia
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105 106 108 109 111 113 115 120 122 126 131 131 139 149 161 162 164 167 173 173 178 184 188 190