Grez - de La Regeneración Del Pueblo A La Huelga General [PDF]

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'') Diuicomx ni- l'iim.ion-CAS, Archivos y Mcsros, lí)!)7

DE LA

luscripi ion N" (Sl/Kílí ISBN 05(1-2 ll-(l(')l-:i

Derechos exclusivos reservados para lodos los países (Amor: Sergio Crcz. loso)

REGENERACIÓN DEL PUEBLO" A LA HUELGA GENERAL

F.dición al cuidado de:

linwslo Cuajaulo Oyarzo

Dil eilora de Biblioli i as. Archivos v Museos y Representante Legal

Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890)

Sra. Muría Cniz-Colw Madrid

Director del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana y Director Responsable Sr. Rafael Sagrnl» líai'za

Sergio Grez Toso o

Producción Kdiloi ial

de esla publicación: lili, /•(¡¡lores

Diseño Portada Colección

Sra. Claudia l'aj/ia Roí Foto Portada

l'rasnio íroneoso en A ns^o^lara ilc Vaine'i ¡H()2)

CKXJ'KO

F.diciones de la Biblioteca Nacional de Chile

Av. I a be i ladoi Bel nai do ()'! liggms liri ! í-ono :;r>or>'/!0(), i-ax (í:í

Sanliago de Chile imi'ki s o i x ciui.i--

ruiMi-'D i x c i i i i i-

dibam

iif.ixxrs'nc.Aciox'Fs DIKCOHAKKOSAKAXA

A la memoria de mis padres, Sergio \ (¡Hela A la memoria de mi hermana, María Eugenia A Uremia, I'ranccsra y Luciano

A los trabajadores chilenos, principales protagonistas de esta historia

ÍNDICE

Abreviaturas Presentación

15 19

Prólogo

23

Introducción

27

Primera Parte Capítulo I

Manufacturas, gremios y.artesanos durante el período colonial

Los orígenes de las artesanías ymanufacturas coloniales

41

Estratificación social de lafuerza detrabajo del sector

artesano-manufacturero colonial Reglamentación gremial e impacto de lastransformaciones económicas sobre lasartesanías y manufacturas coloniales

46 54

Capítulo II

La economía y los sectores populares urbanos en el siglo XIX

Elmarco económico general 5" El retraso de laproducción arlesanal chilena enelmomento de lafundación

de laRepública

°7

El crecimiento delas ciudades y el desarrollo delas artesanías y

oficios urbanos hasta mediados del siglo XIX

76

El crecimiento de las ciudades, la industrializacióny consolidación

de núcleos obreros urbanos a partir de 1860

93

1.- El desarrollo urbano

93

2.-Elcomienzo del proceso de industrialización

97

3.-Los trabajadores durante la segunda mitad del siglo XIX.

Contingentes y distribución por sectores productivos Los trabajadores extranjeros

113 127

Eltrabajofemenino einfantil Las condiciones de trabajo

130 143

Capítulo III

Capítulo VII

Las condiciones de vida

El renacimiento de la convocatoria política instrumental

¿Cómo aproximarnos a la cuestión ?

durante ia década de 1840

153

Desarrollo urbano, habitación popularysegregación social

154

Conclusión de i.a primera parte El descubrimiento de la "cuestión social"

Introducción

283

El "movimiento cultural de1842"yelreforzamienlo dela oposición Losartesanos y otros elementos populares en la coyuntura política de

287

1845-1846

292

171

Capítulo VIII La Sociedad de la Igualdad y la guerra civil de 1851 Segunda parte Capítulo IV

Las primeras experiencias políticas del "bajo pueblo" (1810-1830) Los sectores populares yla lucha por la Independencia Las "turbas"urbanas

La proclama defray Antonio de Orihuela: primer intento por constituir un sujeto autónomo popular

El movimiento de los lancheros, marineros, pescadores yotros sectores populares de Valparaíso en 1825: una experiencia original

177 183

Losfactores de una nueva coyuntura Lafundación de la Sociedadde la Igualdad

31 ] 316

De abril ajunio de1850: la etapa del "trabajo social" Dejunio a noviembre de1850: instrumento delapolítica liberal Las sociedades dela Igualdaddeprovincias La participación popularen la guerra civil de 1851 El balance paralos sectores populares

324 330 352 356 372

193

apítulo IX

Las primeras sociedades mutualistas (1853-1858)

La convocatoria política instrumental o tradicional El saldo delperíodo

El difícil contexto político Lospioneros: tipógrafos y artesanos

377 378

Capítulo V

El régimen portaliano y el disciplinamif.nto

Capítulo X Los trabajadores en la coyuntura política de 1858

de los sectores populares

Y LA GUERRA CIVIL DE 1859

El peso de la noche

Eldisciplinamiento de los sectores populares

221 224

El contexto políticoy económico en 1858

389

Laparticipación de los trabajadores urbanos enla agitación política Capítulo VI

Organizaciones, reivindicaciones y luchas populares durante las primeras décadas republicanas

Lasformas de organización gremial Gremios organizados porelEstado ihosmovimienlos reivindicativos y de protesta social

MJna reivindicación políticafundamental: la reforma oabolición del heryiáa en la Guardia Nacional

de 1858

394

Los trabajadores en la guerracivil de 1859

405

La guerra social Las consecuencias de la derrota

421 423

237

Capítulo XI

2á.6_ 256

^69.

1861-1879: la primera fase de expansión de las organizaciones populares

Las mutuales

427

El cooperativismo Escuelas de trabajadores, filarmónicas deobreros y sociabilidad popular

434 439

La Guerra delPacífico y el movimiento popular 1885-1890: la proliferación de las huelgasobreras

Capítulo XII

Pacífico

entre 1861 y 1879

445 450 458 461

Capítulo XIII

Los trabajadores y la actividad política entre 1861 y 1879 ¿Hacero no hacerpolítica? Organizaciones ad—oc para incorporar a los trabajadores a la lucha política Una campañapolítica de masas:el PartidoLiberalDemocrático y la candidatura presidencial deBenjamín Vicuña Mackenna (1875-1876) La Sociedad EscuelaRepublicana ¿La Primera Internacional en Chile ? El liberalismo popular

564

2) Las principales huelgas

575

3) Conclusiones

586

La unificación de lasdemandas populares y el "Congreso obrero "de1885 588 Nuevasorganizaciones yformas decoordinación popular haciafines de la década de 1880

591

1) La vigencia del mutualismo

591

2) El mutualismo femenino

598

3) La mutualidad de los inmigrantes extranjeros

605

4) Otras organizaciones: logias obreras, sociedades de temperancia, sociedades mixtas, etcétera

610

5) Nuevas formas de coordinación obrera y popular

614

485 Capítulo XVI

491

494 504 513 521

La cristalización de la unidad política del movimiento popular

La Sociedad Escuela Republicana, El Precursor y las candidaturas obreras de 1882

.

621

La Sociedad Escuela Republicana, La Razón, las "candidaturas obreras" de 1885y elapoyo a la candidatura presidencial de Balmaceda en 1886 627

Capítulo XIV

Capítulo XVII

Católicos y masones: dos aspectos de la lucha de influencias de los

El catolicismo conservador a la conquista de

sectores dirigentes entre los trabajadores organizados

una base popular de masas

¡

El catolicismo conservador

1) La acción tradicional

528

La constitución de la Unión Católicay los círculos católicos de obreros

529

El crecimiento de las asociaciones católicas de obreros y la exacerbación de

532

artesanado

La masoneríay las iniciativas de educaciónpopular 1) Las iniciativas propias 2) El asesoramiento de las escuelas de artesanos y las conferencias populares. El caso de la Escuela Benjamín Franklin

3) El Guía del Pueblo: una experiencia de prensa masónica popular y algunos elementos de la orientación ideológica de la masonería hacia los trabajadores

641

la competencia entre católicos y laicos en elseno dela clase obrera y del

2) Una nueva etapa: las primeras sociedades católicas de obreros

553 564

1) Las consecuencias de la victoria chilena en la Guerra del

Luchas, reivindicaciones y coordinación popular

Recuento y caracterización generalde losprincipales movimientos de protesta popular Las huelgas de trabajadores portuarios Las huelgasde tipógrafos, sastres y otros gremios La coordinación populary la lucha contra la crisiseconómica durantela segunda mitad delos años setenta

Capítulo XV

El ascenso del movimiento obrero (1883-1890)

648

540

540

Capítulo XVIII El Partido Democrático 542

La convergencia dejóvenes radicales deizquierda y dirigentes del 549

movimiento popular Lafundación delPartido Democrático

655 659

El despegue

664

El incendio delos tranvíasy el encarcelamiento deldirectorio demócrata El proceso al directorio demócrata y el nuevo desarrollo delpartido

672 678

Crecimiento y división delPartido Democrático. De las grandes campañas de masas, al desgarramiento de la guerra civil

682 682

Capítulo XIX

ABREVIATURAS

A.A.A.V.

La huelga general de 1890

Archivo de la Asociación de Artesanos de Val

paraíso

Las causas

705

El estallido delas huelgas enIquiquey en las salitreras tarapaqueñas Extensión y declinación delas huelgas nortinas Las huelgas y la agitaciónen Valparaíso y en otras regiones

709 721 734

Una tentativa de balance

744

A.II.M.R.E.

Archivo Histórico del Ministerio de Relacio

nes Exteriores de la República de Chile A.M.A.E.R.F.

Archives

du

Ministére

des

Affaires

Etrangéres de la République Francaise A.N.A.B.V.M.

Archivo Nacional. Archivo Benjamín Vicuña Mackenna

Conclusión

751

Anexos

761

Lista de cuadros

769

Fuenlesy Bibliografía

771

A.N.A.D.S.M.

Archivo Nacional, Archivo Presidente Do

mingo Santa María González A.N.A.I.T.

Archivo Nacional. Archivo Intendencia de

Tarapacá A.N.A.I.V.

Archivo Nacional. Archivo Intendencia de

Valparaíso A.N.A.M.II.

Archivo Nacional. Archivo Ministerio de Ha cienda

A.N.A.M.I.

Archivo Nacional. Archivo Ministerio del In terior

A.N.A.MJ.

Archivo Nacional. Archivo Ministerio de Jus ticia

A.N.FJ.S.

Archivo Nacional. Fondo Judicial Santiago

A.S.T.V.

Archivo Sociedad Tipográfica de Valparaíso

A.S.A.L.

Archivo Sociedad de Artesanos de Limache

A.S.A.U.S.

Archivo Sociedad de Artesanos "La Unión"

de Santiago A.S.S.M.M.B.E.V.

Archivo Sociedad de Socorros Mutuos Ma

nuel Blanco Encalada de Valparaíso A.S.S.M.P.M.

Archivo Sociedad de Socorros Mutuos "Pro

tección de la Mujer" (ex- "Emancipación de la Mujer") de Santiago 15

A.S.U.T.S.

Archivo Sociedad Unión de los Tipógrafos de Santiago

AUCh

Anales de la Universidad de Chile

BAChH

Boletín de la Academia Chilena de la Historia

B.N.S.M.

Biblioteca Nacional. Sala Medina

I.I.V.S.G.R.

Internationaal Instituut voor Sociale Geschie-

denis (Instituto Internacional de Historia So cial de Amsterdam) RChHG

Revista Chilena de Historia y Geografía

S.CL.

Sesiones de los Cuerpos Legislativos

S.CN.

Sesiones del Congreso Nacional

"Los silenciosque la sociedad le impone a la historia, son la historia, del mismo modo que la historia".

Marc Ferro, L'histoire sous surveillance (Paris, Calmann-Lévy, 1987).

16

PRESENTACIÓN

Observado desde la Argentina, siempre ha resultado notable el "clasismo" de la clase obrera chilena del siglo XX. Esto significa que los enfrentamientos con el capital han sido nítidos, que la clase se ha expre

sado políticamente de manera autónoma, pero también que las moder nas relaciones industriales han cuajado tempranamente. ¿De dónde nace esta evolución, relativamente singular en América Latina? Son comunes

las explicaciones que se apoyan en las estructuras sociales básicas, y de ducen de ellas los intereses, los modos de organización y las ideologías.

Hace poco, de manera muyconvincente,CharlesBergquistpropuso una explicación que vinculaba las peculiaridades del enclave salitrero con estas características clasistas del movimiento obrero chileno. Otras líneas

de explicación, en cambio, intentan buscar los nexos éntrela estructura y.lacultura, y procuran comprender la naturaleza de losactores sociales en términos de largos procesos de acumulación de experiencias y tradi ciones.

Creo que a esto ha apostado Sergio Grez. Su apuesta es ambiciosa.

En primer lugar, dar cuenta de un largo proceso secularde gestación y desarrollo del movimiento popular, una categoría que le permite eludir el encorsetamiento conceptual de la noción de "clase obrera", tal como

la han empleadolos paradigmas más tradicionales. Ensegundolugar, ha buscado subrayar las continuidades por sobre las rupturas, ciertamente sin negarlas. Sobre todo, ha apostado a explicar -a la manera de E.P. Thompson- la manera como la clase obrera se construyea si misma, valo rando las instituciones que surgen de sus prácticas, las propuestas y re clamos que derivan de su experiencia, y también la manera propia de

procesarmensajes e ideas provenientes de otrosámbitos de la sociedad, finalmente, ha subrayado la dimensión política de la constitución de esa

t'dentidad: la construcción política de la clase no esproductodel trabajo

Ideológico de una vanguardia ilustrada, sino la consecuencia de una graiual maduración y escisión de los propios trabajadores, a partir de una

experiencia inicial en el marco delliberalismo político.') í El alma del "movimiento social" que Grez estudia es el artesanado urbano. Si sus raíces se encuentran en el artesanado colonial, que prolon

ga su existencia en las primeras décadas revolucionarias, lo que tiene de específico se configura en el marcode la temprana maduraciónde la eco nomía exportadora chilena, ya en las décadas centrales del siglo, y en la 19

cadena dedemandas yestímulos queesa expansión generóí Las demandas de la élite, el desarrollo de los transportes y servicios, el nuevo consumo de sectores medios y populares y la misma actividad industrial, todo ello dio vida a una manufactura que, sin solución de continuidad, enlazó las pe queñas formas de producción con los modernos establecimientos fabriles.

"La singularidad que Grez detecta-y que Chilecomparte con Colom bia- es la temprana e intensa incorporación de esos artesanos a la vida pública. Lo hicieron convocados por diversas fuerzas actuantes en una escena política por entonces relativamente madura distante, al menos, de las formas más corrientes de política caudillísta latinoamericana- y

En suma, Grez corona un esfuerzo ambicioso con un cuadro cohe

rente. Como cualquier propuesta de este tipo, presenta problemas y abre discusiones. Grez construye esta enorme historia con un conjunto de fragmentos que ha reunido laboriosamente pero que son todavía insufi cientes, de modo que su reconstrucción muestra saltos, lagunas, zonas hipotéticas. Todo ésto deriva del vacío historiográfico sobre el tema, y en definitiva nos lleva a valorar más el esfuerzo pionero del autor. -

/Quizás el punto que debería ser discutidoa partir de estelibro es la idea del sujeto que lo subtiende. ¿Hasta qué punto, sin forzar el material empírico, puede hablarse de un movimiento popular continuo, que en

muy especialmente por los sectores liberalesj Esta irfr>rp^1_^r'""j prl ]li"

lace los conflictos de 1810 con los de 1890? Ciertamente, la noción de

gar Hr ÍTiMj2rrrif,ntrilÍ7'''- ^ munHn -irtr^Qnal *•" una lucha políticaTajeña. actuó como disparador de sus reivindicarinnp; >- Arturo Fontecilla Larraín, "Recuerdos de losjesuitas en Calera de Tango", en

BAChH, Na19, Santiago, cuarto trimestre de 1941, pág. 107. 51 Barros Arana, HistoriaJeneral..., op. cit., tomo VI, pág. 256.

/

12 Eugenio Pereira Salas, "Los relojes yla noción del tiempo en la época colonial", en BAChH, N"8, Santiago, 1963, págs. 22-25.

"Villalobos, Historia delpueblo..., op. cil., tomo 2, pág. 34.En el primer capítulo de este tomo ("Creación de una economía"), el autor exponelos principales aspectos rela cionados con las labores artesanales durante el período colonial, págs. 34-39. 46

54 "Ordenanza VI de Sotomayor", citada por Mario Góngora en Encomenderos y es tancieros. Esludios acerca de la Constitución social aristocrática de Chiledespués de la Conquista

1580-1660 (Santiago, Editorial Universitaria, 1970), pág. 32.

45 Op. cit.,págs.34-35. En otra de susobras, este historiador cita el mismocaso,iden tificando los oficios de tipo artesanal: carreteros, botijeros, albañiles, carpinteros, zapa

teros y un tejedor. Mario Góngora, Origen de los "inquiUnos" de Chile central (Santiago,Edi torial Universitaria, 1960), pág. 27. 56 "Aranceles de lo que han de llevar los oficiales, así sastres como herreros y

espaderos, en estaciudadde Santiago yen todos sus términos". Acta del Cabildo de San tiago de 22 de febrero de 1548, en AlvaroJara y Sonia Pinto, Fuentes para la historia deltra bajo en el Reino deChile. Legislación, 1546-1810,tomo II (Santiago, Editorial Andrés Bello, 1983), págs. 117. Las cursivas son nuestras.

57 "Aranceles de espaderos, sastres, herreros y zapateros de la ciudad de Santiago". Acta del Cabildo de Santiago de ls de julio de 1549, en Jara y Pinto, op. cil. tomo II, op. cit., pág. 121. Las cursivas son nuestras. 47

I I I I

en 1802, sonmás explícitas. El artículo 2de estos documentos disponía el cierre de todas lastiendasde plateros cuyos dueños no tuviesen títulos,es

tipulando que los maestros examinados continuarían abriéndolas, pero de bíanobtenerlicencia deljuez. Elartículo 7fijaba entre cuatroyochoañosla

duración delaprendizaje, ylas siguientes (8a 12) determinaban las obliga ciones delmaestro respecto delaprendiz. En elartículo9 la distinción entre las diversas categorías existentes en el artesanado emergía congran niti

dez: elaprendiz que aprobara exitosamente elexamen final pasaba aserofi cial; en casocontrario volvía al taller del maestro, pero entonces con goce de

ira historiografía yen lasfuentes coloniales editadas posteriormente. Sabe mos que se trataba de trabajadores asalariados, siendo probable que una fracción de sus remuneraciones haya sido percibida bajo la forma de pro ductos del mismo taller u otras regalías.

/ El factor étnico, que impregnaba todas las relaciones entre los gru pos humanos en la sociedad colonial, también era, en el casodel trabajo libremente acordado, un elemento diferenciador de primer orden. El

salario indígena, por muy calificada que fuera la mano de obra, tendía a mantenerse al mínimo de subsistencia y se expresaba en el pago en ves

las mismasdistinciones al obligar a aquellos plateros poseedores de una

tuario yalimentación41. Desde muy temprano se produjo una cierta estratificación en el

tienda pública amantener por lomenos dos oficialesy dos aprendices-™.

seno del artesanado colonial, sobre la base del mismo criterio de fenoti

jornal, pues elfracaso se imputaba almaestro. El artículo 15 también hacía Asimismo, la reiteración en numerosos testimonios del sigloXIX, de

po que operaba en toda América hispánica en la conformación de la es

las expresiones "maestro" y"oficial" nos lleva a pensar enlaexistencia real deesas categorías desde los siglos coloniales, independientemente delas

pintores y plateros; más abajo se situaban los herreros, carpinteros, pa

imprecisiones semánticas dealgunos textos contemporáneos. La condición de los aprendices era efectivamente la descrita por Villalobos. Benjamín Vicuña Mackenna, en su Historia de Valparaíso, cita el caso de un sastre que vivió en esa ciudad en el sigloXVII: "[...] cuyo nombre era Felipe Vázquez y tenía por aprendiz a un mancebo de Concepción, llamado Nico lás Rodríguez Pacheco, a quien como sastre no pagaba sino en ropa. Consistía el inventario de ésta, según el contrato público que al efecto celebraron, en calzón, ropilla yjubón de paño, dos camisas, un sombrero, un par de medias, zapatos yla bula [...]"39.

Las mismas ordenanzas para el gremio de plateros citadas másarri ba, fijaban entre cuatro yocho años el período de aprendizaje, tiempo durante el cual el maestro debía enseñar al aprendiz no sólo los secretos del oficio sino también la doctrina cristiana, la escritura y otros conoci

mientos.El maestro tenía la obligación de proporcionar alimento, vesti

doycama alaprendiz, estando autorizado para castigarlo, perosinrecu rrir al "afrentoso azote"40.

Sobre la condición de los oficiales libres poco encontramos en nues-

tructura social42. El escalafón más alto estuvo integrado por barberos,

naderos, sastres, albañiles, zapateros y otros gremios. Los oficios de más alto status tendían a ser ocupados por los españoles pobres y mestizos,

quedando los de status bajo en manos de indígenas, negros y castas. Al mismo tiempo qtíe operaba esta diferenciación, el conjunto del artesa nado perdía rango social: como se ha señalado, durante la Conquista y los primeros años de la Colonia los artesanos poseían encomiendas, in diosyesclavos para su servicio tanto doméstico como laboral; en cambio, a fines del siglo XVII eran muy pocos los que seguían disfrutando de es tosprivilegios43. De estaforma, en el siglo XVIII la actividad artesanal era el patrimonio de las capas bajas de la sociedad:

"Los indios que no son encomenderos [sic], los! negros que no son esclavosy muchos españoles pobres buscan su sustento con el sudor de sus rostros, ejercitan do las artes, o de albañiles, o de carpinteros o de herre41 Refiriéndose al caso de la ciudad de Santiago durante los últimos lustros del siglo

XVI, un estudio realizado por Alvaro Jara revela que los oficiales españoles percibían salarios en especies o en dinero, mientras que los indígenas, por lo general, recibían remuneraciones pagadas en especies. AlvaroJara, Trabajo y salario indígena. Siglo XVI (Santiago, Editorial Universitaria, 1987), págs. 65-69 y siguientes. 42 Sobre fenotipo y estructura social en América Latina colonial, ver Stanley Stcin

y Barbara Stcin, La herencia colonial de América Latina, 15' edición en español (México, Siglo XXI Editores, 1983), págs. 56-59 y siguientes.

'""Reglamentación del gremio de plateros", en Escritos de Don Manuel de Salas y do cumentos relativos asu familia, obrapublicada por la Universidad de Chile, tomo I (Santia

go, Imprenta Cervantes, 1910), págs. 542-550. Véase también Alemparte, op. cil., págs. 152-154.

MBenjamín Vicuña Mackenna, Historia de Valparaíso. Crónica política, comercialypin

toresca de su descubrimiento hasta nuestros días. 1536-1868, tomo I (Valparaíso, Imprenta Albión de Cox y Taylor, 1869), pág. 94. 40 Alemparte, op. cit., pág. 153. 48

43 Mario Góngora, "Urban social stratification in colonial Chile", in The Hispanic American Review, vol. 3, Philadclphy, August 1977, págs. 421-449. Sergio Villalobos cita el caso de un herrero llamado Alfonso Martín de Pablos residente en Santiago hacia fines

del siglo XVI, que aparte su taller y tienda de comercio en Santiago, poseía tierras y encomienda en el Río de la Plata, ganados en esa región y en Paraguay, donde tenía otro taller de herrería. Además, realizaba operaciones comerciales. Villalobos, Historia del

pueblo..., op. cil., tomo 2, pág. 129. Nombres ydatos biográficos de artesanos poseedores de encomiendas y esclavos durante el siglo XVI en Aracena, op. cit., págs. 35, 37, 42-43, 47-48, 51-55, 57, 76-77, 118-119 y 127. 49

había hombres libres y personas adscritas a la condición servil- consti

ros, o de canteros, o de zapateros, o de plateros, con lo que las ciudades están provistas suficientemente de estas ar tes. Quien también se ocupa en hacer tejas yladrillos, como también vasijas de greda para el vino, quien en buscar to neles de leño, quien, finalmente, en batir cobre y hacer

Explorando más el tema, podemos constatar que la distinción en tre artesaníasy manufacturas nos permite una aproximación más rica y compleja al status social de los trabajadores del sector manufacturero

algunos vasos de este metal"44 .

colonial.

.

Otro testimonio de fines del siglo XVIII, el de seudo Haenke, nos confirma la misma visión acerca de la condición de los pequeños produc tores manufactureros: la clase de los artesanos es "desgraciada" y "sus útiles profesiones se ejercen por mulatos y gentes de behetrería"45. Sin duda, el desmedrado status se explicaba, al igual que en las de más posesiones coloniales españolas de América, por "la general preocu pación de las familias decentes que elegían más bien vivir en ociosidad y / miseria que abrazar alguna de aquellas ocupaciones comúnmente repu tadas por infames"46. Era la antigua aversión española por el trabajo ma nual que cubría de menosprecio a los "oficios viles", es decir, manuales,

tuían el artesanado chileno colonial.

En lasartesanías propiamente tales, esdecir,en aquellas actividades preponderantemente urbanas en que un maestro ayudado por oficiales o aprendicesfabricaba piezas únicas por encargo,el trabajo se realizaba, a menudo, en el mismo hogar del artesano. Los oficiales o aprendices laboraban sujetos a lascondiciones mencionadas másarriba, tratándose, en la mayoría de las ocasiones, de hombres libres. Pero también se prac ticaba el trabajo compulsivo de esclavos negros, oficiales y aprendices

indígenas y castas, siendo en el caso de estas últimas categorías raciales la modalidad más frecuente en el ámbito urbano, la firma de un asiento

de trabajo ante escribano público, mediante el cual el patrón del oficial o el tutor del futuro aprendiz yel artesano que lo tomaba a cargo, estipu

incluyendo en ellos a los "empleos mecánicos"47.

laban las condiciones del contrato.

Este acendrado prejuicio hispánico trató de ser combatido sin mu cho éxito por los déspotas ilustrados. Hacia fines de la época colonial, el 4 de marzo de 1805, la monarquía española envió una carta al virrey de Nueva España, comunicándole un real acuerdo que declaraba "honrados

Un ejemplo de este tipo de acuerdos legalesfue el que firmaron en Santiago, el 14de febrero de 1566, PeroGonzález, "tutor" de un mulato llamado Domingoyel sastre Marcos Gómez, que fijaba lasreglasbajo las

y honestos todos los oficios mecánicos"48. Era un signo inequívoco del escaso rango y consideración social que gozaban los artesanos de la baja Colonia40.

De esta primera aproximación a la cuestión, puede concluirse que maestros, oficiales y aprendices, de variado rango -puesto que entre ellos

cuales éste tomaría a su cargo durante tres años al mulato para enseñarle el oficio. El sastre,junto con la instrucción, debía alimentar, vestir y cu rar al aprendiz en caso de enfermedad, y entregarle al cabo de los tres años un vestido entero de paño nuevo: capa, sayo,jubón, calzas, dos ca misas y gorra, además de zapatos. En caso de huida del aprendiz, éste sería devuelto al sastre, donde permanecería hasta el total cumplimien to del contrato50.

Los encomenderos, por su parte, solían arrendar "fuera del tiem 44 Felipe Gómez de Vidaurre, Historia geográfica, natural y civil del reino de Chile, en Colección historiadores de Chiley documentos relativos a la historia nacional, tomo XIV, publica do por José Toribio Medina (Santiago, Imprenta Ercilla, 1889), pág. 300. Copia del ma nuscrito original de 1789.

45 Thaddaeus Peregrinus Haencke, (seudo) .Descripción delreyno deChile (1761-1817) (Santiago, Editorial Nascimento, 1942), pág. 99. 4,i "Real acuerdo sobre declarar en América que las artes y oficios son nobles", Ma drid, 4 de marzo de 1805, enjara y Pinto, op. cil., vol. II, pág. 112. 47 Gonzalo Vial C, "Los prejuicios sociales en Chile al terminar el siglo XVIII. (No tas para su estudio)", en BAChH, N273, Santiago, segundo semestre de 1965, págs. 14-29. 48 "Real acuerdo...", op. cit. 49 La política de fundación de villas practicada en América por la dinastía borbónica desde mediados del siglo XVIII, como una manera de poner freno a la crecien te ruralización y a la hegemonía social, política y económica de la hacienda, conllevaba un elemento de revalorización de la actividad artcsanal. Las autoridades coloniales orde

naron el avecindamicnto de artesanos rurales en las nuevas villas, fracasando esta políti ca ya que no respondía al dinamismo interno de la estructura socioeconómica chilena.

Juan Carlos Gómez L., "Estructura de clases y estratificación social en una sociedad colo nial. San Fernando 1786", en Andes, N°4, Santiago, enero-junio de 1986, págs. 117-152. 50

po de la demora", losservicios de losindígenas de sus encomiendas po seedores de alguna calificación artcsanal. Práctica que se prestaba para abusos como los denunciados en 1568 por un capitán de apellido Jufré, "protector de los naturales de la ciudad de Santiago", que acusa ba a los encomenderos que "tenían muchos indios oficiales de albañilería y carpintería que les ganaban con su trabajo en cada un año gran can [tidad] de pesos de oro lo cual habían yllevaban para sí sin les dar a los dichos indios más de una manta y camiseta y les tomaban todo lo demás para sí [...]"51. En 1580, el gobernador y capitán general Martín Ruizde Gamboa, 50 "Asiento de trabajo de Domingo, mulato,hecho por su tutor Pero González, para aprender el oficiode sastre con Marcos Gómez", 14 de lebrero de 1566, enJara y Pinto, op. cil., tomo II, págs. 143 y 144.

51 "Real provisión, fecha en la Concepción, para que losindiosoficiales yotros que sirvieren a los vecinos de Santiago fuera del tiempo de la demora, sea concertándose pri51

al promulgar su famosa Tasa y ordenanzas para los indios, trató de solu cionar este problema, disponiendo que: "XIII.- ítem, por cuanto en esta ciudad [Santiago] hay muchos indios oficiales mecánicos que son albañiles y carpinteros y tinajeros y de otros oficios que los tienen en sus casas y servicio los vecinos encomenderos dellos y conviene que residan en esta ciudad por el ornato y bien de la república, por tanto ordeno y mando que los di chos indios oficiales se recojan y se junten y vivan en barrios de esta ciudad, para lo cual ¡ajusticia mayor de11a le señale solares y tierras en que vivan y dé orden como tengan comidas para su año a costa de los dichos indios y los hagan que usen sus oficios y les tase sus obras yjornales en precios justos y moderados y los corregido res de los pueblos donde fueren naturales tengan cuida do de cobrar lo que así ganaren a sus oficios y trabajos y dello cobren la cantidad de sus tributos y más cuatro pesos de buen oro de cada uno para la comunidad de sus destritos y para costas y salarios [...]"52. Los esclavos negros, introducidos en Chile desde el siglo XVI tam

bién representaron un aporte significativo a la conformación de la fuer za de trabajo artesanal. La corona española y los empresarios coloniales mostraban particular interés por los negros que tenían un oficio. Según Rolando Mellafe, "desde fines del siglo XVI, en adelante, no hubo maes tro, de cualquier oficio, que no tuviese uno o más negros esclavos que le ayudasen. Los tenían aún los oficiales de estos maestros, y fue común que estos negros esclavos llegasen a ser a su vez oficiales, y también maestros en los oficios de sus amos"53.

También se conocen casos -para el período 1564 y 1615 estudiado por el mismo autor- de algunos negros horros que fueron maestros en diversos oficios, y de esclavos negros de las órdenes religiosas o de sim ples particulares, que eran oficiales y maestros en labores artesanales54. Los ejemplos citados nos hablan de la diversidad de condiciones en el

segmento artesanal colonial. Variedad aún mayor si consideramos, ade más de los talleres artesanales propiamente tales, a las manufacturas. La provisión dtímano de obra para estasempresas era asegurada a travésde los mecanismos típicos de la acumulación primitiva colonial55, es decir,

el trabajo compulsivo de los indígenas encomendados y de esclavos ne gros, aunque también concurrían a este objetivo, como ya ha sido seña lado, las castas, en tanto trabajadores asalariados. Los recursos más utili

zados por los encomenderos en los siglos XVI yXVII, para satisfacer las necesidades de mano de obra de las manufacturas, en particular, las de los obrajes, eran la conmutación del tercio de mita para las actividades mineras, por este trabajo manufacturero, y el descuento de los salarios

del tributo,en el caso de losindiostributarios poseedores de algunacali ficación artesanal. Lapolíticade trueque de la mita minera por el servi cio en las manufacturas, fue incentivada por diversos gobernadores du rante el siglo XVII, a fin de fomentar los obrajes. Una vez descontada la

contribución, en la generalidadde loscasos, losindígenas percibíansus salarios en productos del mismo obraje56. Lapropiacoronaespañola le

galizó dicha práctica, al dictar enMadrid lareal cédula del 17 dejulio de 1622, que contenía una serie de ordenanzas para el servicio de los indios de Chile.Una de ellasdisponía que losindiosartesanosque fuesen maes trosen sus oficios no entrasen en el terciode lamita,limitándose a pagar su tributoen monedacorrienteo en obras. Laescasez de maestros espa ñoles era invocada como motivo de la medida57.

Lamano de obraen estas empresas coloniales estaba compuesta de una mezcla de hombres libres y esclavos procedentes de los estratos más

bajosde la sociedad colonial: indios, negros, mulatos, mestizos, zambos y otras castas. Aquellos trabajadores que gozaban del estatuto de hom bres libres -generalmente de origen europeo- eran remunerados con

especies o dinero, o en forma mixta58. Los maestros de los obrajes reci bíanun salario proporcional a laproducción o un salario anual pagade ro en oro y en ropa, más comidas abundantes y de buena calidad59. Los

aborígenes, porsuparte, estaban adscritos adistintos tipos deregímenes laborales. Habíaindios de servicio personal e indígenas que ganaban sus jornales después de pagar sus tributos al encomendero. Los indios de

servicio personal entregaban a lacomunidad lasexta parte desus ganan55 Sobre el concepto de acumulación primitiva colonial véase Gabriel Salazar, Al

mero con el protector, para que sepa lo que les ha de dar, y se tenga en cuenta de que se les pague su servicio", 30 dejunio de 1568, enJarayPinto, op. cil., tomo I, págs. 223 y 224. 52 "Tasa y ordenanza para los indios hecha por Martín Ruiz de Gamboa, 7 de mayo de 1580", enjosé Toribio Medina, Colección deDocumentos Inéditospara la Historia de Chile, Segunda Serie, Tomo III, 1577-1589 (Santiago, Fondo Histórico y Bibliográfico J. T. Medina, 1959), págs. 66 y 67. 55 Rolando Mellafe, La introducción dela esclavitud negraen Chile. Tráfico y rulas (San tiago, Universidad de Chile, 1959), pág. 155.

gunos aspectosfundamentales del desarrollo del capitalismo en Chile 1541-1930, mimeografiado (Hull, Inglaterra, 1976).

56 Unamplio estudio de casos sobre las formas de trabajo en losobrajes yotras ma nufacturas en Góngora, Encomenderos..., op. cit., págs. 16-41. 57 Greve, op. cil., tomo II, pág. 317. 58 Villalobos, Historia del pueblo..., op. cit., tomo 2, pág. 34. 59 Ver "Cuenta y relación de losjornales en el obraje de Pctcroa. 1602-1609" en Alvaro Jara, "Fuentespara la Historia del trabajoen el Reyno de Chile", en BAChH, Ns55, Santiago,junio de 1956, págs. 95-140.

54 Ibid.

52

53

cias ylos delaencomienda establecían acuerdos coneldueñodelobraje. También laboraban en estas manufacturas indígenas arrendados por enco

menderos queposeían más mano deobradelaquenecesitaban, yaquellos quefirmaban asientos de trabajo, esdecir, contratos mediante los cuales arrendaban sus servicios libremente, a cambio de salarios en dinero, ropa y

alimentación, además de los indios esclavos60.

Reglamentación gremial e impacto de las transformaciones

ECONÓMICAS SOBRE LAS ARTESANÍAS Y MANUFACTURAS COLONIALES

Las autoridades coloniales se preocuparon por reglamentar la actividad artesanal, controlando los precios de los productos vendidos por los fa bricantes, fijando losaranceles de cadagremio yestableciendo otrasobli

gaciones61 . De esta manera, la organización del artesanado citadino, a través de su dependencia de los cabildos, se estructuró imitando a las corporaciones europeas62. El principio de la organización gremial esta blecía que para poder ejercer un oficio, cada individuo debía darciertas pruebas decompetencia yhaber obtenido un permiso delas autoridades. En realidad, en Chile la norma se cumplía de manera muy flexible, asumiendo, más bien, la forma de cofradías religiosas de artesanos de un mismo oficio o de oficios relacionados entre sí. Refiriéndose a la regula60 Mezzano, op. cit., págs. 28 y siguientes y 62-65. 61 Sobre las distintas medidas de reglamentación y control de los gremios artesana

les coloniales véase: Mullins, op. cit., passim.; Alemparte, op. cit., págs. 120-124 y 148-154.

También hay ejemplos de la política de fijación de aranceles en lasactas del Cabildo de Santiago (siglos XVI yXVII), reproducidas porJara yPinto, op. cit., tomo II, págs. 115123. Una listacompleta de precios de losproductos artesanales en Aracena, op. cit., págs. 136-154. Sobrelosaranceles para loszapateros de Santiago en el sigloXVII ylasacusacio

nes de infringirlos formuladas en su contra, ver De Ramón y Larraín, op. cit., págs. 179181.

02 Aparte de estas formas tradicionales deorganización gremial, laúnica tentativa, fracasada, de organización cooperativa de trabajadores durante los siglos coloniales, parece haber sido la que impulsó hacia 1790 el gobernador Ambrosio O'Higgins. Este funcionario, imbuido de las ideas de progreso de la Ilustración, concibió un proyecto destinado a constituir una asociación de los indios changos dedicados a la pesca en el

nortedel país, a fin de suministrarles embarcaciones más seguras quelas simples balsas formadas por dos cueros de lobos marinos llenos de aire. El gobernador O'Higgins pre tendía establecer una sociedad por acciones de cien pesoscada una que, ademásde pro

porcionar lasbarcas, pudiera asentar a mayor escala la actividad de salaryconservar pes

ción corporativa de los artesanos durante el período colonial, Villalobos plantea que sus gremios "no tuvieron un carácter profesional muy mar cado y [...] más bien se expresaron por el tono religioso de sus activida des, recordando muy pálidamente las corporaciones medievales. En el sentido social, representaron el deseo de manifestar un ordenamiento

profesional yla dignidad de sus tareas, supuestamente realizadas con efi

ciencia y honestidad"63.

Según el mismo historiador, ése era el sentido principal de la parti cipación de dichas corporaciones en los desfiles religiosos mencionados más arriba.Elsentimiento de pertenenciaa un gremio protegido por un

santo patrón, debió ser bastante fuerte ypersistente, ya que durante el siglo XIX, algunos sectores conservadores tratarían precisamente de uti lizar ese espíritu para encauzar políticamente las organizaciones del ar tesanado chileno64.

Hacia fines del siglo XVIII, durante el período borbónico, las exi

gencias de las autoridades se hicieron menos estrictas. En 1789, Carlos IV concedió a los fabricantes de tejidos el derecho de inventar, imitary

variar sus artefactos como quisieran, sin sujetarse a ninguna ordenanza

gremial, ysin exigir alos artesanos las pruebas que hasta entonces debían pasar para ejercer su oficio. Otras disposiciones posteriores introdujeron más libertades en elejercicio deestas profesiones, suprimiendo definiti vamente en todos los dominios del Rey las corporaciones de torcedores, hilanderos o cordoneros de seda65. Tales medidas, destinadas a disolver

los antiguos gremios de origen medieval, correspondían a la política modernizadora de los Borbones y se inscribían dentro del proceso de

desarrollo económico que, hacia mediados del siglo XVIII, había permi tido la configuración en Chile de un sector artesanal y manufacturero

compuesto de obrajes textiles, astilleros, curtidurías, fundiciones ytalle

res metalúrgicos, enlos que ya existía unprincipio dedivisión del traba

jo por especialidades. Los propietarios de estas empresas exigían a las autoridades españolas lasupresión de las viejas corporaciones que limi

taban sus posibilidades de obtener mano de obra abundante ybarata66.

Algunos gremios, como el de los zapateros, se vieron afectados por lacompetencia ylas presiones que ejercían en su contra los comercian tes, interesados en romper el monopolio gremial. La ocasión la brinda ron numerosos zapateros pobres que noformaban parte del gremio, in dividuos sintiendapública queno teníanmás alternativa queofertar sus productos en lavía pública ovenderlos a los comerciantes:

cado. El mismo se hizo accionista ylogró inscribir a 251 pescadores de los pequeños puer

tos delPaposo, Cachinal, Morro del Obispo, Caldera, Huasco, además de LaSerena. Con el capital reunido seinstaló unafábrica de lanchas. Apesar de sus esfuerzos, lainiciativa fracasó porque lapesca en esa región no era muy abundante pero, sobre todo, debido a la desconfianza yapatía de los miserables pescadores changos, que preferían trabajar de manera independiente. Ambrosio O'Higgins, "La visita de las provincias del norte", La Serena, 24 de enero de 1789, en RChHG, N" 76, Santiago, octubre-diciembre de 1929,

págs. 124 y 125; Barros Arana, Historia Jeneral.., op. cit. tomo VII, págs. 28 y29. 54

'•' Villalobos, Historia del pueblo..., op. cil., tomo 2, pág. 129. 64 Ver capítulo VI.

65 BarrosArana, Historia Jeneral..., op. cil., tomo VII, pág. 380.

66 Luis Vitale, Interpretación marxisla de la Historia de Chile, 2' edición, tomo II (Santiago, Prensa Latinoamericana, 1969), págs. 91 y92.

I I

"Había necesidad de producir artículos en masa, de calidad mediocre, para satisfacer la numerosa pobla ción pobre, y respondiendo a esa necesidad nació el ofi cial 'chapucero'; pero inmediatamente se le presentó

un competidor: el comerciante baratillero, y el gremio en decadencia, con sólo su reducido mercado de las cla ses altas, combatía a ambos. Podemos decir que tanto el

'chapucero' como el comerciante, eran fuerzas anti medioevales, capitalistas, porque ambas atacaban al gre mio, con sus tradiciones y susjerarquías de preparación yabogaban por un libre derecho de venta, sin reglamen tación de precios ni calidades y por una producción de artículos en masa, listos para la venta en cualquier mo mento, en contra de la vieja idea gremial de que el artículo debe fabricarse a partir del momento del encar go del cliente.

i
Cifras obtenidas de los censos nacionales de 1865, 1875,1885 y1895.

™Zorobabel Rodríguez, "La mortalidad de los pobres en Santiago^, Agosto 12 de

1874 en 22¡£ES, polMca yrelesa, Parte políüca, tomo I(Santiago, Imprenta de El Independiente, 1876), págs. 346 y347.

4

4

Año

1865

iaTompetencia de manufacturas extranjeras. De todas estas causas, a pr ncTp'al fue, sin duda, la incapacidad del sector minero de absorber a fuerza de trabajo liberada por la economía rural. Luego, cuando se

4

(1865-1895)

capital:

I

4

CuadroN-4

ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN CHILENA RELACIÓN ENTRE POBLACIÓN AGRARIA Y URBANA

enlas dos ciudades principales, Santiago yValparaíso, en especial en la

cSn en el uso defa mano de obra, haciendo innecesaria una reserva

4

te.

atener 104.952 habitantes en 1885, es decir, acrecentó casi en un ter

4

4

constituyeron los primeros núcleos fabriles en las principales ciudades -también a partir de la misma década-, el proceso migratorio se acele ró, facilitado por la red de ferrocarriles que se extendía aceleradamen

Como veremos más adelante, el desenvolvimiento del sector artesano-

industrial posibilitó;desde los años sesenta, pero sobre todo a partir de la década de 1880, que una parte importante de los recién llegados a las ciudades no se viera,condenada -como había sucedido hasta entonces-

a integrar exclusivamente lasfilas del peonaje. Los primeros núcleos de obreros fabriles urbanos, más o menos estables, datan de aquella época. Desde mediados de siglo se multiplicaron los intentos por crear y desarrollar un^ industria nacional. Diversos factores contribuyeron des

de los años sesenta, y más aún a partir de los ochenta, al crecimiento del sector artesano-industrial. Fuera de los ya mencionados (desarrollo del

sector primario-exportador, realización de obras de infraestructura pú blica, urbanización y otros, además de la propia crisis del modo de pro ducción colonial, qué fue resuelta mediante un considerable esfuerzo de inversiones reproductivas), se sumaron nuevos factores que dieron un impulso a esta primera fase industrializadora.

97 96

'

Por un lado, los créditos hipotecarios que el Estado chileno otorgó con gran generosidad a los terratenientes, se convertían en virtuales ob sequios debido a la permanente desvalorización monetaria (a partir de los años setenta), redundando en que una parte de ellos -aquella que no fue destinada al consumo de lujo- fuera empleada en inversiones indus triales. Por otro, una de las disposiciones que debió adoptar el gobierno

para combatir la crisis económica de la segunda mitad de la década de

1870, fue la reducción del déficit del presupuesto fiscal a través de au mentos de los derechos de aduana para las mercaderías importadas. Así,

las tarifas aduaneras pasaron de 25% en 1864 a 27,5% en 1877 y a 35% en 1878, sin embargo, la obligación de pago en moneda metálica significa ba en términos reales para este último año una tarifa de 45%204. El efecto proteccionista de la medida sobre el sector artesano-industrial fue casi inmediato. Luego, las necesidades generadas por la Guerra del Pacífico (1879-1883), sumadas al crecimiento del mercado interno, constituye ron otros incentivos para la expansión de la producción fabril. Finalmente, debe consignarse entre estos factores la acción de los gobiernos liberales de Domingo Santa María (1881-1886) yJosé Manuel Balmaceda (1886-1891), quienes adoptaron una serie de medidas desti nadas a expandir la industria nacional205. Los sectores artesano-industriales que alcanzaron un grado mayor de crecimiento desde mediados de siglo hasta el estallido de la Guerra del Pacífico, fueron los de la fabricación de bebidas (especialmente las cer vecerías) y alimentos; las manufacturas y artesanías dedicadas a la elabo ración y producción del cuero y del calzado; las mueblerías e industrias de elaboración de la madera; las imprentas y fábricas de papel; las indus trias químicas y metalúrgicas (incluidas las de maquinarias) y, en menor medida, las fábricas textiles y talleres de confección de vestidos. La monografía de Luis Ortega sobre el desarrollo industrial en Chi le antes de la "Guerra del salitre", proporciona un pormenorizado análi sis para el estudio de esta primera fase de industrialización nacional206. El criterio de selección de los "establecimientos industriales modernos" que conformaron su muestra fue bastante riguroso: empleo de más de diez personas, uso de maquinaria a vapor como fuente principal de energía y la existencia de relaciones de producción expresadas en el pago de un salario en dinero. Los resultados fueron reveladores; según las estadísti

vas -por su número y por la fuerza de trabajo-, las de productos metáli cos, incluida la maquinaria (treinta y una empresas con un total de 2.596

trabajadores), y las fábricas de alimentos (treinta y cinco empresas en las que laboraban 1.112 personas). Ortega hace notar que las ciento veinti cuatro unidades productivas de la muestra, representaban sólo un 27,7% del total de establecimientos señalados por el censo de la Sociedad de Fo mento Fabril, como organizados antes de 1879. Muchas empresas no fue ron consideradas en su estudio por no cumplir con alguno de dichos re quisitos, en especial el uso de energía a vapor, a pesar de que en términos de empleo, algunos de ellos eran significativos207. Pasemos revista al sector artesano-manufacturero, durante un pe ríodo un poco más prolongado: las últimas cuatro décadas del siglo XIX. Las industrias de elaboración de metales constituyeron, antes ydes pués de la Guerra del Pacífico, la vanguardia del desarrollo de la moder na industria, tanto por las maquinarias y técnicas empleadas, como por el monto de su producción y, en menor medida, por el grado de concen tración de trabajadores. Las fundiciones de cobre que existieron en Chi le durante la segunda mitad del siglo fueron creación ypropiedad de ale manes, ingleses, franceses y algunos chilenos propietarios de importan tes minas. Su capacidad productiva aumentó considerablemente, mani festándose entre ellas la tendencia hacia una creciente concentración.

Cuadro N-5

CONCENTRACIÓN Y CRECIMIENTO DE LA INDUSTRIA FUNDIDORA (1860-1886) Años

Cantidad de fundiciones

Producción

(toneladas)

cas, hacia 1878 habían ciento veinticuatro usinas con tales características,

1860

250

24.393

1880

70

43.860

1886

69

53.308

que empleaban en conjunto a 5.981 personas, siendo las más significati-

Fuente: Marcelo Segal], Desarrollo delcapitalismo en Chile. Cinco ensayos dialécticos (Santia

204 Carlos Ominami, Croissance elstagnation au Chili:Elementspour l'étude de larégula-

go, Editorial del Pacífico, 1953), págs. 163 y 164.

tion dans une économie sous-developpée (Nanterre, These de Troisiéme Cycle, Université Pa ris X Nanterrc, 1980), pág. 94.

205 El gobierno del presidente Santa María tomó la iniciativa para fundar en 1883 la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA), concebida como un organismo asesor del go bierno para estimular el desenvolvimiento industrial. Un amplio desarrollo sobre este tema en Juan Eduardo Vargas C, "La Sociedad de Fomento Fabril, 1883-1928", en Histo ria, N°13, Santiago, 1976, págs. 5-53. Véase también, Villalobos y Sagredo, op. cit., págs. 121-139. La administración del presidente Balmaceda creó el Ministerio de Industrias (1887) y liberó del pago de derechos de aduana a la materia prima para su elaboración en Chfje y a las maquinarias importadas para la industria, además de la realización de un gigantesco plan de obras públicas (carreteras, líneas de ferrocarril, puertos, escuelas téc nicas, etc.) destinado a crear las condiciones necesarias para la industrialización. Ortega, "Acerca de los orígenes...", op. cit. , 98

Algunas de estas empresas, especialmente las fundiciones de co bre de Guayacán, Coronel y Lota, llegaron a contarse entre las más grandes del mundo. Las innovaciones técnicas, especialmente el hor no de reverbero, que permitió la extracción comercial de minerales de menor ley y el horno de soplete, las convirtieron -hasta el ocaso de la minería del cobre (mediados de los años setenta)- en la avanzada del

lbid.

99

I 4

4 4 4

4 4 4

desarrollo industrial208. La industria fundidora de la plata sólo comen

zó su modernización a partir de la década de 1850 y más decididamen te en la de 1860, gracias a la generalización del uso de la energía hi dráulica y la incorporación del motor a vapor al proceso de refinado.

Las plantas beneficiadoras de Cavancha (Iquique) y de Playa Blanca (Antofagasta) fueron grandes y modernos establecimientos indus triales que figuraron a la cabezade la actividad, logrando mantener su competividad hastafines desiglo, esdecir, hasta el comienzo del decli

carga"212. Hacia 1870, las maestranzas de reparación y mantención de equipos ferroviarios se habían expandido y, al igual que la de Limache, producían otros bienes, como carros, rejas y bancos. Pero "esa expan sión, posibilitada por la demanda interna, fue desordenada y sujeta a ciclos que impidieron un desarrollo sostenido"213. A pesar de ello, hubo logros importantes: hacia comienzos de la década de 1870 las fá

bricas metalmecánicas de Valparaíso comenzaron a producir motores avaporde8alOHP214.

4

ve mundial de la explotación argentífera209. Lasguerras contra España(1865) ydel Pacífico (1879-1883) incen

4



tivaron el progreso de la industriafundidora y metalúrgica en general. Importantes contratos conel Estado aseguraron beneficiosos mercados para lasempresas metalmecánicas durante ydespuésde la guerra contra Perú yBolivia, en particularde aquellas como Lever, Murphy yCía.esta

Durante las últimas décadas del siglo, el crecimiento de estas usinas se produjo en un marco de fuerte competencia, por ser la demanda de artículos mecánicos todavía insuficiente para asegurar el éxito de todas las empresas metalúrgicas existentes. Para vencer a sus competidores, algu nos industriales optaron por la unión. En Santiago, por ejemplo, las fun diciones"Libertad"de Roberto StrickleryFrancisco Kupfer, y"Capital" de

4 4

blecidas en Valparaíso210. Otros factores, como la mecanización de la agricultura, el desarro llo de la minería, la introducción de la energía eléctrica, la instalación de

nueva "Fundición Libertad" alcanzó a ser la primera de la capital (ciento veinticinco obreros en 1895) y una de las másimportantes del país215.

redesde aguapotableydemás obras urbanas, provocaronuna fuerte de mandade maquinarias yaparatos (arados, vendimiadoras, convertidores mineros, cañones para el agua potable, instalaciones de luz eléctrica,

tor metalúrgico lograron ampliarse hasta convertirse en pequeños esta blecimientos industriales algunos talleres de carrocerías, herrería y ce

4

4 C

I I



útiles de mecánica, etc.), que estimuló al sector metalúrgico. El mercado generado por la minería, en especial el del Norte Grande, fue un elemento clave en el desenvolvimiento del sector. Los

productores mineros comprendieron que era más rentable fabricar en el país una seriede repuestos, herramientas ybienesde capital. Fundi



ciones como la "Tarapacá" y "El Morro" de Iquique, Orchard de Anto

4 4

fagasta, "LaVictoria" y "La Unión" de Valparaíso, o grandes maestran

€ € 4 4 4

zas como las de Caldera y Mejillones gozaron de gran prosperidad gra cias al mercado minero211. La Fundición Nacional (o Maestranza de

Limache), propiedad del gobierno, gozó de reputación, incluso, más allá de las fronteras nacionales. Además de armamento, allí se fabrica

ban arados, rejas para la agricultura, motores a vapor de hasta 15 HP, calderas, aparatostelegráficos, etcétera. En la Exposición Nacional de Artes c Industria realizada en Santiago el año 1872, es decir, cinco años

después de su fundación, la industria limachina exhibía entre sus tra

bajos una hélice para el vapor Lusitaniay todo un tren construido en sus talleres, "desde la locomotora hasta los vagones de pasajeros y de

4

Guillermo Kupfer (hermano de Francisco), se fusionaron en 1893y la Además de las fundiciones y maestranzas de ferrocarriles, en el sec

rrajería216.

Lasindustrias alimenticias fueron muy numerosas e importantes en la generación de empleos fabriles.

Los alemanes en el sur del país (Valdivia, Osorno, Concepción) im pulsaron, a partir de 1851, la industria cervecera. Ese año, Karl Anwan-

dter fundó una fábrica de cerveza en Valdivia que conoció una existen cia modesta durante una década, debido a la poca costumbre de los chi lenos de consumir esta bebida y al aislamiento relativo de esa ciudad res pecto del resto del país. A partir de 1862, la apertura de una línea de va pores entre Valparaíso y Corral -puerto muy cercano a Valdivia-, intro dujo un cambio fundamental. Desde entonces, la producción y las ven tas de esta industria experimentaron un gran aumento (3.200.000 lts. en 212 Esposición de arles e industria de Santiago. Memoria de los trabajos de la Comisión Di rectiva. Distribución depremios. Octubre 6 de 1872 (Santiago, Imprenta de la Librería del Mercurio, 1872), págs. 12 y 13.

215 Villalobos, Historia de laIngeniería..., op. cil., pág. 152. La cita corresponde al ca pítulo III: "La Revolución Industrial: sus aportes y requerimientos", escrito por Luis Or tega. 2,4 Ibid.

4 4 4 4

208 PintoyOrtega, op. cit., págs. 23-29. Descripciones contemporáneas de lasfundi ciones de Guayacán yLotaen Rccarcdo S.Tornero, Chile Ilustrado. Guía descriptivo del te rritorio de Chile, de las capitales de provincia i de los puertos principales (Valparaíso, Librerías i Ajcncias del Mercurio, 1872),págs. 268-270 y351-352.

215 J. Tadeo LasoJ., Laexhibición chilena en laExposición Pan-Americana de Buffalo, E.U., 1901 (Santiago, Imprenta yEncuademación Barcelona, 1902), págs. LII-LIII; Maria no Martínez, Industrias sanliaguinas (Santiago, Imprenta y Encuademación Barcelona, 1896), págs. 4-10.

2,6 Una visión general sobre el sector metalmccánico durante este período en el

209 Pinto y Ortega, op. cit.,págs. 29-38.

210 Vargas C, "LaSociedad de Fomento Fabril...",op. cit., págs.33y 34.

capítulo III déla Historia de laIngeniería enChile, escrito por Luis Ortega, op. di., págs. 150-

2" Pinto y Ortega, op. cit., págs. 77-93.

157.

4 100

101

t 1882-1883, 8.000.000 de lts. en 1892-1893, 12.000.000 de lts. en 1901-

1902), diversificándose la gama de sus productos. Hacia fines de siglo la boraban en la cervecería de Anwandter -continuada por el hijo del fun

dador-unos quinientos trabajadores217. En Osorno, otro inmigrante ger mano, Juan Renous, estableció en 1852la primera cercecería de la ciu

dad218, y en Concepción, su compatriota Gustavo Keller, fundó en 1874 una fábricade cervezaque exportaba una parte de su producción al Perú y Bolivia. Hacia 1895 utilizaba, al igualque las otras fábricas de su géne ro, moderna maquinaria importadaydaba empleoa cien operarios219.

En las regiones mineras del norte, la industria cervecera logro crear

I

mercados en los que sustentarse. Hacia mediados de la década de 1850 ya existía en Copiapó una fábrica de cerveza con características industria

I

rece una industria cervecera en la década de 1880 yen Antofagasta los

I

les Se trataba de la"Cervecería Inglesa de Clark yCía". En Vallenar apa

empresarios italianos Miguel Agazzi yAmbrosio Chiazzone formaron, en

I

1883 unasociedad para lafabricación decerveza ylicores .

Fábricas aún más importantes fueron creadas enSantiago, Valpa

raíso yLimache. La cervecería de Limache (el "Manchester chileno de la época por su notable desarrollo industrial), conoció un gran auge a partir de una fusión realizada en 1899 con otra del mismo ramo del cer cano puerto de Valparaíso. La nueva sociedad, conformada por capita listas chilenos yextranjeros, fue la "Fábrica Nacional de Cerveza .Afi nes de siglo, en la moderna usina de Limache -la primera que utilizo en Chile las máquinas para tapar botellas- trabajaban cerca de seiscientos

obreros. Otra gran cervecería fue la que establecieron en Santiago en

1885 enelsector suburbano de Providencia, elsuizo Agustín Gubler yel chileno Carlos Cousiño, quienes introdujeron innovaciones técnicas

hasta entonces desconocidas en el país. Hacia fines de siglo ésta emplea ba entre trescientos cincuenta a cuatrocientos operarios . La fabrica de cerveza "La Estrella", instalada por el alemán Ebner en el barrio de La

Cañadilla de la capital, hacia 1895 producía anualmente 1.500.000 lts.

Cervecería de Adwanter (Valdivia).

Colección Museo Histórico Nacional (Santiago de Chile).

Contemporáneamente algunos italianos incursionaron en este ru bro' en la zona central: desde 1858 Pedro Martín yJuan Pigati comenza ron, a explotar una fábrica de cerveza en Valparaíso220. • 2" Laso, op. cil., págs.VI-X; Julio Pérez Canto, La industria nacional. Descripciones i esludios de algunasfábricas de Chile publicadas en elBoletín de laSociedad de Fomento Fabril por julio Pérez Canto, cuadernoIII,1894-1895 (Santiago, ImprentaCervantes, 1896), págs. 127130yLas industrias de Valdivia (Santiago, Imprenta Cervantes, 1894),págs. 19-22; Encina, op. cil, tomo XVIII, págs. 363.

i

218 LigaChileno-Alemana, Los alemanes en Chile en suprimer centenario. Resumen histó rico de la colonización alemana en lasprovincias del suren Chile (Santiago, Liga Chileno-Ale mana, 1950), pág. 118.

2i9 p¿rez Canto, La industria nacional. Descripciones...1894-1895, op. cit., págs. 109111. Véase también: Leonardo Mazzei de Grazia, "Conformación de sectores empresaria

les en la economía de Concepción, siglo XIX y comienzos del siglo XX", en Revista de Historia, vol. 1,Concepción, 1991, pág. 36. '

Cervecería de Gubler y Cousiño (Santiago)

Colección Museo Histórico Nacional (Santiago de Chile)

220 Baldomcro Estrada, "Participación italiana en la industrialización de Chile.

Orígenes y evolución hasta 1930", en Baldomero Estrada (editor), Presencia italiana en Chile (Valparaíso, Universidad Católica de Valparaíso, Vicerrfcctoría Académica, Institu

221 Pinto yOrtega,op. di., págs. 94 y95.

_ ,011Qfi

222 Laso, op. cit., págs. XII-XVI; Mariano Martínez, op. cit., pags. 181-196.

i

to de Historia, 1993), pág. 108. 103 102

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4 4

4 4 4

4

4 4

4 4 4 I

4 4 € 4 i

de cerveza ordinaria, 2.500.000 lts. de cerveza de clases superiores y

unos 65.000 quintales de malta, exportando al Perú más de un tercio de esta última producción. En las épocas del año de mayor consumo daba empleo atrescientos obreros entre hombres, mujeres yniños223.

El desarrollo delaindustria cervecera fue facilitado apartirdejulio de 1878 por las disposiciones del arancel aduanero que gravaron con

$1,25 de derechos por docena de botellas la internación de cerveza. La

importación de esta bebida cesó casi por completo -salvo un corto parén

tesis en 1892 como consecuenciade la guerra civil del año anterior-, ge

nerándose, en cambio, un pequeño flujo exportador hacia Argentina,

Perú, Ecuador, Colombia yAmérica Central. Por su parte, las destilerías de licores finos yfábricas de bebidas fundadas por italianos yfranceses

experimentaron cierto progreso durante las últimas décadas del siglo, pero sin alcanzar la relevancia de la producción de cerveza224.

Laindustria de alimentos de mayor envergadura fuelaRefinería de Azúcar deViña delMar, fundada en 1872 porelalemánJules Bernstein.

Este empresario solicitó yobtuvo del Congreso Nacional la liberación

del pago de derechos de exportación al oro yla plata que debía enviar al extranjero para la compra de las maquinarias, hasta un monto de $60.000 yde los derechos de importación de maquinarias por idéntica

suma225. De lento avance durante sus primeros años, laempresa creada

por Bernstein logró convertirse hacia fines de siglo en uno de los esta

4

blecimientos industriales másimportantes del país, tanto por su exten

€ 4

ción yventas. Esta refinería fue -exceptuando el sector minero- el pri mer complejo industrial que existió en Chile. Luego de llevar una vida plagada de dificultades, se convirtió en 1886 en sociedad anónima, al

4

dos al comercio de Valparaíso, posibilitando el despegue226. Afines de

4



sión (60.000 m2) ypor el costo de sus instalaciones como por su produc

asociarse sufundador con ungrupo deimportantes accionistas vincula

siglo, sus instalaciones comprendían un laboratorio de química, depar

rios, una fábrica de gas que surtió durante untiempo alaciudad (hasta

fundada en 1884 y convertida en pocos años en la más importante de su rubro a nivel nacional; amén de varias panaderías mecanizadas, que utili zaban energía a vapor en SantiagoyValparaíso, y las industrias de pastas alimenticias228. Laindustria galletera establecidaen Santiagoen 1876por

4

que se organizó una compañía especial para el servicio urbano), ademas

4 4

4 4 4;

deotras instalaciones menores. La Refinería deAzúcar deViña del Marfue también el primer establecimiento industrial del país que practico

una estrategia de fijación de la mano de obra en las cercanías de la em presa, organizando, amediados de los años ochenta, una población para obreros yempleados en la que vivían unas quinientas personas. Al co-

tes de la Guerra del Pacífico, la "Fábrica de Chocolate de Luis Giosía",

loscapitalistas FieldStokes yCo., tuvo un comienzo azaroso. Luegode ser 227 Laso, op. cit., págs. XXXV a XXXVII; Cincuenta años. Compañía de refinería de Azú car de Viña del Mar (1887-1937) (Valparaíso, Imprenta y Litografía Universo, 1938), págs.

225 Mariano Martínez, op. cit., págs. 196-201.

6-13 y siguientes.

225 Ortega, "Acerca de los orígenes...", op. cit., pág. 13.

industria nacional. Estudios i descripciones de algunas fábricas de Chile publicadas en elBoletín de la Sociedad de Fomento Fabril porJulioPérez Canto, cuaderno II, 1891-1893 (Santiago, Im

22< Una minuciosa descripción delas fábricas de licores existentes en lacapital a fines del siglo XIX enMariano Martínez, op. cit., págs. 157-178.

22G Vargas C, "La Sociedad de Fomento Fabril...", op. cit., pág. 31.

4 4

En el rubro alimentos fueron también importantes las fábricas de

galletas ychocolates, entre las que se destacaban la "Fábrica de Galletas y de Chocolates" de Valparaíso, propiedad de Federico Hucke, creada an

para contener madera, una carpintería avapor servida por cien opera

4

Población obrera de la Refinería de Azúcar de Viña del Mar (antes de 1887). Cincuenta años..., op. cit.

tamentos de bacteriología yclarificación, las mayores bodegas del país

4 4

menzar el siglo XX, allí trabajaban unos cuatrocientos cincuenta opera rios, además de técnicos e ingenieros, contándose entre estos últimos una elevada proporción de ingleses y alemanes. Su producción anual ya sobrepasaba las 25.0Q0 ton. métricas de azúcar227. !

104

228 Ortega, "Acerca de los orígenes...", op. cil., págs. 15y 16;Julio PérezCanto,La prenta Cervantes, 1893), págs. 19-21. 105

¥

I

declarada su quiebra fue comprada en 1881 por Pedro Ewing y Tomás Rawlins, quienes lafusionaron conotro establecimiento de supropiedad, la "Fábrica Inglesa de Galletas". Desde entonces, la nueva empresa se expandió notablemente. En los últimos años del siglo la "Fábrica Nacio nal de Galletas de Ewing Hermanos y Co." empleaba unos ciento treinta obreros entre hombres, mujeres y niños; su producción era vendida en el

país yen el extranjero229. Enla elaboración de pastas alimenticias, el pa pelpreponderante recayó sobrelosinmigrantes italianos, tantoenValpa raíso -donde hacia 1876 yahabíasietefábricas de fideos pertenecientes a italianos que empleaban motores a vapor250-, como en otras ciudades. En

Concepción, por ejemplo, el marino siciliano Felipe Caridi, llegado a Chile en 1875, fundó una usina de fideos con molino de cilindro231. Una

constantemente sus producciones einstalando nuevas fábricas en distin

I

tos puntos del país234.

I

Una de las más importantes de estas "dinastías" de curtidores fran

ceses en Chile fue la de lafamilia Tiffou. Tadeo Tiffou, sujefe,fundó un

primer establecimiento en Santiago en 1841; uno de sus hijos instaló en 1853 la primera curtiduría de La Serena, yotros dos hijos, una de gran prestigio en Santiago. Posteriormente, apartir de 1870, con la colabora

ción de sus hermanos Jules, Achules yHéctor, Tadeo Tiffou estableció

fábricas de curtiembres enValparaíso, Curicó, Rengo, Melipilla yTacna, desarrollando aún más la industria deSantiago gracias a la importación

de maquinaria francesa. La fábrica de Tiffou estuvo así en condiciones

de producir equipos en gran escala para el ejército chileno en 1879 al

importancia similar tuvieron los italianos en el rubro de la industria con

estallar la Guerra delPacífico, yparaelejército leal alpresidente Balma

servera desde los primeros años de vida independiente del país232. La experiencia heredada de las manufacturas de curtiembres de la

ceda durante la guerra civil de 1891235. Pero la industria curtidora más grande del país-y tal vez de Suda-

época colonial yel temprano yvigoroso aporte de francesesyalemanes, permitieron que ésta fuera una de las pocas ramas manufactureras que

Providencia delacapital. Contando con una fuerza hidráulica decuaren

gozaron de un desarrollo considerable en Chile durante casi todo el si

glo XIX. Desde mediadosde siglo, losalemanesen el sur, especialmente en la región de Valdivia y Osorno, ylos franceses en el centro y en el nor te del país, crearon y expandieron numerosas curtidurías, aportando maquinarias y tecnologías y capacitando en técnicas más avanzadas a los

curtidores nacionales. A modo de ejemplo puede señalarse el caso de Valdivia, ciudad en la que hacia fines de la centuria existían veintitrés

establecimientos de curtiembres, una gran fábrica de calzado a vapory tresfábricas de colaque utilizaban los residuos de laspieles. Sus propie tarios eran casi todos alemanes, contándose algunos franceses: Prochelle, Anwandter, Werkmeister, Pausenberger, Beckdorf, Ehrenfeld, Schuler, Thater, Rudloff, Koch, Stolzenbach, Kuntzmann, Moldenhauer...233

Los Magnére, Saint Macary, Etchegaray, Etchepare, Tiffou y otros, formaron verdaderas "dinastías"de curtidores franceses que se transmi tían de generación en generación empresas familiares, incrementando 229 La Fábrica Nacional de Galletas de Ewing iRawlins alos visitantes de la Esposición Na cional de Santiago de Chite. Año de 1884 (Santiago, Imprenta de "LaÉpoca", 1884); Maria no Martínez, op. cit., págs. 243-247.

2.0 Op. cit., pág. 16. El más antiguo deestos establecimientos eralafábrica despaghel-

mérica- fue la que instaló otro francés, Alcides Magnére, en el barrio

ta ycinco caballos, maquinaria moderna importada yochenta omás obre ros, su fábrica lanzaba al mercado nacional yexportaba aEuropa de vein

te mil a veinticinco mil cueros por año hacia fines de siglo236. Entre los curtidoresalemanes se destacó Mauricio Gleisner, quien instaló una tienda de artículos surtidos, una curtiduría yunafábrica de

velas. Luego, inauguró sucursales en Lota yConcepción. Hacia esta últi

ma ciudad se trasladó en 1883 la sede de la sociedad, transformándose enunade las casas comerciales más importantes de la.región, contando

entre sus propiedades la Fábrica Sudamericana de Azúcar de Penco, ade más de otras industrias237.

El desenvolvimiento de la industria curtidora facilitó la creación

de algunas fábricas de calzado poseedoras de técnicas ymaquinarias modernas, generándose también en este sector una marcada tenden

cia hacia la concentración de la producción en grandes estableci mientos, en desmedro de los numerosísimos pequeños talleres artesanales. La curtiembre del alemán Cristian Rudloff, fundada en 1850 en

Valdivia, se transformó en pocos años enuna de las principales indus trias de calzado del país, empleando hacia fines desiglo a noventa ope

rarios, pagados por el número de obras ejecutadas. Su producción

anual en 1894-1895 era de $180.000 a $200.000 ysus mercados cubrían

tis de Basso yBassofundada en 1856por Mateo Frugone y LázaroBasso. Pero mucho antes -a comienzos de la década de 1840- habían surgido en la ciudad cuatro industrias del mis

mogénerodirigidas por italianos. Estrada, "La participación...", op. cit., pág. 109 y 110. 2.1 Leonardo Mazzei de Grazia, "La integración económica de los inmigrantes italia nosen un área de recepción no masiva. Elcasode la provincia de Concepción, Chile (18901930)" en Estrada (editor), Presencia italiana..., op. cit., págs. 137y 138. Agradezco al autor de este trabajoel habermefacilitado el manuscrito original antes de su publicación. 252 Estrada, "Laparticipación...", op. cit., págs. 110. 2,5 Pérez Canto, Las industrias de Valdivia, op. cit., págs. 12-17.

2,1 M. Vega Y.., Álbum de la coloniefrancaise au Chili (Santiago, Imprimerie et LitographieFranco-chiliennc, 1904),págs. 176y178.

2.5 Op. cit., p. 157; Álvarez Andrews, op. cit., pág. 140; Pedro Pablo Figueroa, Diccio nario Biográfico de Extranjeros en Chite (Santiago, Imprenta Moderna, 1900), pág. 218. 2.6 Mariano Martínez, op. cil.,págs. 125-132.

2.7 Mazzei, Conformación de sectores..., op. cit., págs. 54 y55.

I vi

106

107

I

4 4 4

4 4 4

4 4 4

todo el territorio nacional, además de la vecina República de Bolivia238. Por su parte, Octavio Benedetti, fundó una fábrica de zapatos en 1861: "En 1868 tenía depósitos en Santiago, Serena, Copiapó. Consta ba de ocho máquinas. En siete años arruinó a los importadores de cal zado extranjero. La importación de calzado que en 1860 era de 4.453 docenas ($82.913), bajó en 1857 a 1.839 docenas ($21.618)"239. El em pleo de mano de obra exclusivamente femenina -cincuenta mujeres en 1868, más de setenta en 1874- significaba un menor gasto en sala rios, permitiendo a Benedetti vender a bajos precios y derrotar la competencia extranjera. En 1874 su producción anual era de unos treinta y cinco mil pares de zapatos240. Las industrias textiles fueron poco numerosas antes de la Guerra del Pacífico. El establecimiento más importante fue la "Fábrica de Paños Bellavista" fundada en Tomé, provincia de Concepción, a mediados de la década de 1860 por el norteamericano William Délano. La moderna ma quinaria importada de Estados Unidos fue uno de los factores que permi

ros, cocheros, etcétera. Otros gremios más tradicionales como los zapate ros, carpinteros, ebanistas, albañiles, cigarreros, curtidores, talabarteros, sastres, costureras, sombrereros, etc., crecieron de manera significativa gracias al progreso de talleres de mayor envergadura, de manufacturas y de pequeñas fábricas. La construcción de numerosas obras públicas tam bién contribuyó al incremento de algunos de estos oficios. En la elaboración de maderas y de carpinterías a vapor se combinó

tieron su éxito comercial. Hacia los años setenta, la disminución de la

A pesar de que los vacíos de la estadística hacia fines de la década de 1880 dificultan una comparación precisa entre el desarrollo del sector artesano-industrial de los años ochenta y el de los del noventa244, Marce11o Carmagnani ha podido establecer una medida del desenvolvimiento

importación de las telas inglesas era atribuida, al menos parcialmente, a la competencia de esta industria. Hacia 1872 laboraban en ella ciento cin cuenta y cinco personas, entre hombres, mujeres y niños241. De menores proporciones eran la fábrica de paños "El Salto", creada en el distrito de Conchalí, Santiago, en 1830, y la "Fábrica de Tejidos de Algodón", de Alfred Pope & Co., situada en Valparaíso. En los años setenta ambos estable cimientos empleaban motores con fuerza hidráulica. Otras fábricas pro ductoras de telas, que también usaban maquinaria a vapor y algunas usi nas de fabricación de sacos, de cuerdas, de jarcias y cordeles completaban el modesto sector textil nacional en vísperas del conflicto bélico242. Paralelamente al inicio de la producción fabril, en las principales ciudades se desarrollaron durante aquellas décadas las actividades de tipo artesanal y semi-industrial, juntamente con los servicios ligados al proceso de urbanización y a la ampliación del consumo. Así surgieron o se expandieron oficios inexistentes o poco significativos durante casi toda la primera mitad del siglo: carroceros, tipógrafos, litógrafos, encuadernadores, decoradores, doradores, tapiceros, modistas, cervece-

la existencia del tradicional sector artesanal con un naciente sector in

dustrial o semi-industrial. La abundancia de materia prima y la crecien te demanda, estimularon su avance. El primer establecimiento de trans formación de maderas de tipo industrial (fabricación de casas transpor tables) se fundó en Valparaíso en 1876; luego se instalaron fábricas del mismo tipo en Santiago y otras ciudades. El surgimiento de estas flaman tes usinas provocó el nacimiento de nuevos oficios industriales, como por ejemplo, en el caso de la elaboración de maderas, los carpinteros-maqui nistas, capaces de fabricar y reparar maquinarias243.

de esa rama de la economía hasta 1895, sobre la base de la fecha de fun

dación de las empresas existentes ese año. Cuadro N%

FECHA DE FUNDACIÓN DE LOS ESTABLECIMIENTOS ARTESANO-INDUSTRIALES EXISTENTES EN 1895 Fecha

N2

jitcsdc 1870

240

10

1870-1879

330

1880-1889

840

1890-1895

1.009

13,6 34,7 41,7

Fuente: Marcello Carmagnani, Sviluppo industríale e sollosviluppo económico: il caso cileno (1860-1920) (Torino, Fondazione Luigi Finandi, 1971), pág. 21.

Como lo demuestra este cuadro, el 76,4% del total de las empresas

4

238 Pérez Canto, La Industria nacional..., op. cit., cuaderno III, pág. 124. 259 Alvarez Andrews, op., cil., pág. 140. 240 A.M.R.E.R.F, Dircction Politiquc Ns42, M. A. E. Correspondance PoliliqueN"20,

4

"Lettrc de M. Brenier de Montmorand au Ministre le Duc Dccasez", Santiago, le 30 septembre 1871, Légation de Francc au Chili, fjs. 149-192.

4

211 Ortega, "Acerca...", op.cit., págs. 19 y 20. 212 Op. cit., págs. 20-22.El lector interesado en profundizar más en este tema encon

artesano-industriales habían sido creados después de 1880. La acelera ción de la expansión del sector secundario de la economía, a partir de 245 Amplias informaciones sobre las fábricas de elaboración de maderas y carpinterías a vapor durante las últimas décadas del siglo XIX, en Mariano Martínez, op. cit. págs. 55-118. 211 La comparación resulta imposible a causa de los vacíos de la estadística comer cial chilena de fines de la década de 1880-1889. En el Anuario Estadístico de Patentes Fiscales

4

trará un completo estado de la cuestión en Rafael Sagrcdo Bacza, "Fuentes c historiogra

4

fía de la manufactura c industria textil. Chile, siglo XIX", en América Latina en la Historia Económica. Boletín deFuentes, Nc 4, México, julio-diciembre de 1995, págs. 29-36.

de 1888no aparecen las informaciones de departamentos tan importantes como Concep ción, Valparaíso, La Serena y otros. En el de 1889 faltan los datos de los departamentos de Quinchao, Lautaro, Colcmu, San Carlos y Constitución.

108

109

4 4

mediados de los años ochenta, se acompañó de ciertos cambios en la repartición por rubros de producción. Las ramas de alimentación,

construcción y química, que representaban el 65% de las empresas

El debate historiográfico y político sobre las posibilidades que enton ces tenía Chile de convertirse en una nación industrial está lejos de cerrar se. Ciertos autores, como Hernán Ramírez Necochea, han visto en el go

existentes en 1885, eran sólo el 29,5% en 1895. Otros sectores aumen

biernodel presidente Balmacedala expresión de un sector de la burguesía

taron su importancia, en especial las industrias mecánicas, de papel, las imprentas, las textiles e industrias diversas245. Contemporáneamente se generaba un proceso de modernización económica gracias a la impor

interesada en la industrialización del país. Su derrota política y militar a manos de una coalición parlamentaria representante de los intereses de la banca, el comercio, el capital británico hegemónico en la región minera

tación de tecnología y de profesionales europeos traídos especialmen te para asegurar la dirección de empresas industriales. De este modo, algunas fábricas -como las de alimentos y bebidas, junto a las metalúr gicas-, estuvieron en mejores condiciones para soportar la crisis que golpeó al incipiente sector fabril chileno hacia 1895. Una de las consecuencias sociales de estos procesos fue el surgimiento de una embrionaria burguesía industrial, cuyos núcleos más significativos continuaron siendo durante todo el siglo XIX, extranjeros o descendientes directos de extranjeros. Esta nueva clase manifestaba su deseo de lograr mejores condiciones políticas y económicas para su progreso. Consciente de su importancia, imbuida de su misión "progresista" y "civilizadora", la naciente burguesía industrial chilena se organizó y movilizó a partir de los años setenta, para obtener del Estado ayudas y mayores facilidades para sus actividades fabriles y comerciales, coincidiendo, a menudo en sus deman

delnorte y los sectores más retardatarios de los grandes propietarios agrí colas, habría significado la ruina de los intentos industrialistas, imponién

das de proteccionismo con las organizaciones de obreros y artesanos241'. Al mismo tiempo, cundía entre ciertos círculos de la opinión ilustrada -en particular entre las distintas corrientes del liberalismo- un espíritu industrialista. La fundación de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA)

dosedefinitivamente el modelo agrominero exportador240. La tesis de Ra mírezha sido contestada por numerosos autores, destacándose entre ellos Harold Blakemore, quien puso de relieve una serie de errores, omisiones y

puntos débiles de la obra de Ramírezysostuvo que la colusiónde intereses salitreros británicos y el antagonismo entre Balmaceda y el Congreso en materias económicas como causas de la guerra civil,es algo "no probado". Ala luz de este razonamiento, el "nacionalismo económico" del "presiden

temártir" es puesto en tela de juicio por estimarque algunas de susdecla raciones (no seguidas de actos que lasafirmaran), podrían haber sido sim ples maniobras de presión sobre ciertosadversarios políticos, para el logro desus objetivos. Para Blakemore no hubo "entreguismo" de los vencedo res de 1891 frente al capital extranjero, sino, por el contrario, una serie de medidas de claro contenido "nacionalista económico" adoptadas por los

gobernantes del bloque vencedor, que los acercarían en ese plano a las ideas anunciadas por el mandatario derrotado250. La identidad burguesía industrial= gobierno de Balmaceda =industrialización, aparece seriamen te cuestionada en la obra de Blakemore251. Siguiendo esa línea argumen-

en 1883 por iniciativa del gobierno del presidente Santa María247, fue preci samente la expresión del "industrialismo ilustrado" de políticos y profe sionales del campo de las ciencias exactas, que veían en la industrialización un vehículo de progreso social. Y, aunque durante mucho tiempo, por lo menos hasta 1900, la mayoría de los empresarios fabriles se mantuvo al mar gen de esta institución -debido a su carácter de organismo asesor del go bierno y no gremial-, una serie de factores, entré ellos la reiterada defensa

250 La tesis"clásica" respecto de las causas de la guerra civil de 1891, sigue contando con numerosos sostenedores. Entre quienes subscriben, desde una óptica historiográfica distinta a la tradicional, una interpretación eminentemente "política" del conflicto, se des

de los intereses industriales por parte de la SOFOFA, terminaron por acer car a los empresarios a esa entidad, convirtiéndose plenamente en un órga

taca Sergio Villalobos. Segúnestehistoriador, el enfrentamiento entre Balmaceda yel Con greso se explica por una interpretación constitucional diametralmenteopuesta.La posi

no de expresión de la clase empresarial ligada a la industria fabril248. 245 Carmagnani, Sviluppo..., op. cit., págs. 178 y 179. 246 Tema tratado en el capítulo XII. 247 La SOFOFA fue fundada el 14 de septiembre de 1883. En esa misma fecha se nombró su primer consejo directivo, formado por Agustín Edwards (Presidente), Anto nio Subcrcaseaux (Vicepresidente), Carlos Hillman, Guillermo Puelma Tupper, Julio

Tiffou, Diego Mitchell, Federico Gabler, Benjamín Velasco, Carlos Klein, Ernesto Muzard, Roberto Lyon, Enrique Stuvcn, Salvador Izquierdo, Santiago Chichton, Julio Berns tein y Víctor Riesco. Los extranjeros -especialmente ingleses, alemanes y franceses- eran

numerosos en esta directiva, reflejando su preponderancia en la industria fabril. 248 Vargas, "La Sociedad de Fomento Fabril...", op. cit. 110

249 Hernán Ramírez Necochea, Balmaceda y la contrarrevolución de 1891 (Santiago, Editorial Universitaria, 1969).

cióndel Parlamento era el resultado de un proceso de larga duración: el ascenso de la bur

guesía -ya fundida con la aristocracia- que aspiraba a la plenitud del poder.Sergio Villalo bos R., "Laperturbación momentánea de 1891", en Sergio Villalobos R. elal., La época de Balmaceda (Santiago, Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Centro de Investigaciones DiegoBarrosArana, 1992), págs. 13-22. Más recientemente,María An gélica Illanes en un artículosobreun períodomás amplio, haabordadoelconflicto de 1891 reivindicando el "episteme" político, con énfasis en losproyectos contrapuestos de poder municipal que seenfrentaronen aquellaépoca. Laposición de estaautoraes,¡fin embargo, matizada: Illanes reconoce que esa historia no puede ser reconstruida únicamente desde el referente político. María AngélicaIllanes O. "El proyectocomunal en Chile (Fragmen tos) 1810-1891", en Historia, N" 27, Santiago, 1993, págs. 213-329. 251 Una síntesis de las ideas desarrolladas por Harold Blakemore en torno a estos

debates se encuentra en dos de sus artículos publicados en Chile: "La revolución chilena 111

I

4

r

tal, no pocos autores sostienen que el desarrollo industrial, lejos de frenar *>

r

se durante la"República Parlamentaria", se aceleró, incentivado poralgu nas medidas proteccionistas adoptadas porlos gobiernos delaépoca. Lo.que ya no merece dudas, es que elcomienzo de laindustrializa ción en Chile es anterior al último cuarto del siglo XIX. Sin embargo,

nuestra somera descripción deldesarrollo industrial yartesanal después

r

de 1860, no debe ocultar el hecho fundamental de que el paísse mantu

i

vo durante todaesa época como unanación esencialmente minera yagrí cola. La producción manufacturera norepresentaba sino unínfimo por

4 f f



€ € t € € € €

centaje de la riqueza ydel ingreso nacional, incluso en sus épocas de mayor auge.

El siguiente cuadro comparativo delas exportaciones deproductos mineros, agrícolas ymanufactureros entre 1879 y 1895, años de cierta expansión delaindustria manufacturera, gracias alincentivo que repre sentaron los encargos delejército chileno durante laGuerra delPacífico ylapolítica industrialista de los gobiernos de laépoca, demuestra desde cierto ángulo la débil incidencia del sector artesano-industrial en este plano de la vidaeconómica del país: Cuadro Ns7

COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES CHILENAS ENTRE 1879 Y1895

Agrícolas

%

Minerales

% del total

del total

Artesano-

%

industriales

del total

minero de la economía chilena continuó acentuándose hacia fines del

siglo XIX y comienzos del siglo XX, en detrimendo del lugar ocupado tradicionalmente por la agricultura. La minería, o más bien dicho, el salitre y el yodo fueron todo o casi todo en la riqueza del país, al punto de re presentar durante casi tres décadas no menos del 40% y hasta más del 60% de las rentas fiscales253.

La industrialización chilena fue, pues, limitada, "espúrea" o "frustra

da" -según la calificación de diversos autores-y el país siguió siendo clara mente primario exportador254.Dicho de otro modo: "la industria nacional no generó [...] ni la continuidad, ni la autonomía, ni el dinamismo econó mico que comúnmente se asocian con el advenimiento pleno del capitalis mo"255. Las razones del "desarrollo frustrado" nacional seguirán siendo

objeto de debate, sin embargo, en lo que respecta al siglo XIX pareciera que factores tales como la dependencia del incipiente sector industrial respecto de las casas comerciales extranjeras importadoras de bienes de capital; el restringido mercado interno; la sicología y la conducta de la cla se empresarial criolla más proclive a las inversiones financieras y comercia les que a las industrialesjuzgadas más riesgosas; la sujeción de la industria nacional a la economía minera, muy dependiente de las fluctuaciones de los mercados internacionales; la insuficiente transformación capitalista

(expresado en millones de pesosde 6 de oro) Año

sacos vacíos y vasijas de madera252. Más tarde, durante la última década del siglo, la industria cervecera nacional colocó pequeñas cantidades en mercados de otros países sudamericanos. Pero el carácter esencialmente

Total

€ 4

1879

70,3

32,65

144,3

67,02

0,5

0,23

215,3

1880

61,6

19,58

239,5

76,15

13,4

4,26

314,5

i

1885

38,7

12,19

256,3

80,74

12,4

3,90

317,4

i €

1890

28,3

6,64

385,4

80,49

12,2

2,86

425,9

1895

48,7

0,67

381,1

83,50

12,9

2,82

456,4

del conjunto de la economía (resultado, en gran medida, de la incapaci dad de la minería para transformar al resto de la actividad económiéa), fueron los principales responsables de este desarrollo fallido256. 3. Los trabajadores durante la segunda mitad del siglo XIX. Contingen tes y distribución por sectores productivos. ;i

Elsurgimiento y desarrollo del sector industrial en los sectores menciona dos en este capítulo, engendró un nuevo segmento de trabajadores,, un

Fuente: Carmagnani, Sviluppo..., op. cit.,págs. 184 y 185.

4 i

Los principales productos manufacturados que Chile exportaba hasta fines de los años ochenta eran cobre labrado, ropa, jabón común,

calzado surtido, artículos navales, pellones, cigarrillos de hoja y papel,

las rentas ordinarias de la nación, remontando en los cinco años que siguieron a tasas que

4 4 4

4

de 1891 ysu historiografía", en BAChH, N°74, Santiago, 1966, págs. 37-73; "¿Nacionalismo frustrado? Chile y el salitre, 1870-1895", en Dos esludios sobre salitre ypolítica en Chile (18701895) (Santiago, Universidad de Santiago de Chile, Departamentode Historia, 1991),págs. 13-27.

4 112

4

252 Oficina de Estadística Comercial, "Cuadro Estadístico de la exportación por cla

sificación en todos los puertos de la República durante los años 1882 y 1883, Valparaíso, junio 18 de 1884",Diario Oficial dela República deChile, Santiago, 24 de junio de 1884.

255 Exccpcionalmente, en 1919la industria salitrera contribuyó sólo en 24,37% a fluctuaron entre 31,54% y.40,87%, Carióla y Sunkel, op. cit.,cuadro 19, pág. 138. 254 Sobre este tema, la obra clásica por excelencia sigue siendo el libro de Aníbal Pinto Santa Cruz, Chile, un caso de desarrollo frustrado (Santiago, Editorial Universitaria, Colección América Nuestra, 1959).

255 Pinto y Ortega, op. cit., pág. 110.

856 Op. cit., págs. 109-111. Véase también Salazar, Algunas cuestiones..., op. cil. 113

incipiente proletariado industrial (minero y fabril), cuyas dimensiones son difíciles de medir. Este sector social parece haber estado compuesto

por unas pocas decenas de miles de personas -entre ellas numerosas muje res y niños- hacia fines del período comprendido en nuestro estudio. Como es sabido, a partir de 1860, aproximadamente, comenzó a manifestarse la tendencia hacia la concentración de la producción manu

facturera en unidades productivas de mayor envergadura, disminuyendo -al menos en porcentaje- los pequeños talleres. El fenómeno -que se acentuó después de 1885- al multiplicarse y acrecentarse las fábricas, fue particularmente notorio en las ramas del calzado y de la confección, don de surgieron industrias que agruparon a contingentes importantes de tra bajadores que hasta entonces se habían desempeñado en labores típica mente artesanales, a menudo en su propio domicilio. Es el caso de las cos tureras, a partir de mediados de los años ochenta, que fueron en constan te aumento hasta 1885 gracias a la expansión del trabajo a trato realizado en sus casas por cuenta de asentistas, y también debido a la gran importa ción de máquinas de coser, especialmente entre 1859 y 1883. No obstante, este sistema de trabajo, predominante hasta 1885, comenzó luego a de caer al instalarse fábricas de ropa hecha, dotadas de máquinas a vapor y máquinas herramientas, reduciendo notoriamente la cantidad de costu reras que laboraban en sus domicilios, y aumentando, en cambio, de ma nera considerable, el proletariado industrial femenino257.

El vasto sector de trabajadores asimilables al "peonaje" preindus-

trial (gañanes, domésticos, vendedores ambulantes, etc.), comenzó a reducirse a partir deladécada de1870 en todo elpaís. Los gañanes, que representaban en 1865 alrededor de 20% de lamano de obra, sólo eran

11,5% en 1895. Un descenso un pocomenorsemanifestaba entre la ser vidumbre doméstica, a la par que aumentabanlostrabajadores del trans

porte ylas comunicaciones ylos empleados ycomerciantes. El sector ar tesano manufacturero se mantuvo más o menos estable, en alrededor de 27% o 28% de la fuerza de trabajo del país, pero debe subrayarse -como

ya lo hemos hecho- que enlas ciudades este sector era el primer emplea dor de mano de obra y el principal generador de nuevos puestos de tra bajo (junto al aparato estatal).

En Santiago -ciudad que a partir de entonces se convierte en el principal centro fabril del país- el proceso de conformación del proleta

riado industrial fue más notorio. Hacia 1875 habían unos veinte mil arte

sanos en la capital, dedicados preferentemente a las actividades de con fección, cueroymadera. Luis Alberto Romero calcula, paraesa época, en seiscientos o setecientos los talleres capitalinos de importancia. Hacia

1895, esdecir, una década después de ocurrido el paso de la producción artesano-manufacturera a la fabril, según el mismoautor, había en San

tiago unos diecisiete mil obreros enunos mil establecimientos cataloga dos comoindustriales,y unos cuatro mil de ellos lo hacían en empresas de menor envergadura258. El crecimiento económico en el Chile decimonónico, produjo la

formación de otros significativos núcleos de trabajadores urbanos y semiurbanos, destacándose entre ellos el peonaje de las obras públicas y privadas y los trabajadores portuarios. La construcción de caminos, ferrocarriles y otros trabajos públicos

yprivados originó elnacimiento de un importante sector asalariado alo largo de toda lasegunda mitad del siglo. El tendido delíneas férreas en tre Caldera yCopiapó (1848-1851), Santiago yValparaíso (1852-1861), ylas que posteriormente se construyeron de Copiapó a Tres Puntas, de Chillan a Tomé, de Santiago a Talca yvarias otras, en especial durante la administración Balmaceda (1886-1891), emplearon a miles de hombres

que constituyeron uno de los segmentos más significativos de la germi nal clase obrera chilena, con características peculiares -en gran medida

preindustriales- dado su carácter itinerante ysus fuertes lazos con el mundo campesino259.

I

Zapatero remendón. Augusto Orrego Cortés, Luis Orrego Luco, el al.,

Chile. Descripción física, política, social, industrialy comercial de la Repúblic (Santiago, Librería C. Tornero y Cía, 1903). 257 Salazar, Labradores..., op. cit., págs. 310 y 311. 114

2SS Romero, "Condiciones de vida...", op. cit. págs. 6 y 7.

de Chile

259 La empresa deFerrocarriles del Estado (constituida en 1884) mantenía un pe queño porcentaje de trabajadores "de planta", con nombramiento o cargo definido, re curriendo, en cambio, masivamente al sistema de contratos y/o tratos conlos trabajado

I >

res. En algunas secciones, como enelDepartamento deMaterial, Tracción yMaestranzas, dichas prácticas se manifestaban con particular fuerza. La movilidad de losjornaleros era 115

I

I

I

4 4

gunatributación; lasadulteraciones realizadas por lospropiosfunciona riosde gobierno a fin de organizarfraudeselectorales (comoocurrió en 1885); pero, sobre todo, el cambio de criterios de encasillamiento profesional de un censo a otro, hacen extremadamente difícil una clasi ficación válida para toda el período261. Algunos censos, como el de 1865, reagrupan el conjunto de la población activa en siete categorías profe

4 4 I f

4

sionales; otros, como el de 1895, en veintiséis categorías distintas. De esta

4

manera, ciertas profesiones que en un censo aparecen formando parte de un grupo, en el recuento siguiente son incluidas en otra posición. El cuadro N98 pretende simplificar al máximo esos reagrupamientos. Sus

4

cantidades y porcentajes son necesariamente aproximativos, exceptuan do quizás el caso de los mineros, comerciantes y domésticos. El tipo de información entregada por loscensos imposibilita reali zar distinciones claras entre trabajadores urbanos y trabajadores rurales, en oficios que fueron numéricamente muy importantes, comolosgaña nes yotros262. Alo más, ,el estudiodesuubicación por departamentos per mite deducir algunas grandes líneas distributivas por oficios. Es necesa rio precisar que loscensos del siglo XIX más que intentar una clasifica

4 4

4

4 4

(&•?"!-,

~

ción sectorial de la mano de obra de acuerdo con la rama de producción

4

I

Fragua Troncoso en Angostura de Paine, 1862.

o producto final) gene'rado por dichas personas, clasifican la fuerza de

María Piedad Alliende E., Historia delferrocarril en Chile

trabajo por profesiones u oficios. Por eso, las "profesiones agropecua



(Santiago, Goethe Institut-Pehuén, 1993).

4 4

La expansión delaactividad portuaria, gracias alavitalidad del comer cio internacional, posibilitó el crecimiento de un núcleo particularmente estable de trabajadores portuarios -jornaleros, lancheros y otros-, cuyas

rias" aparecen en este cuadrorepresentando un porcentaje muy inferior al de la población realmente empleadaen laslaboresagrícolas, yaque a ellas habría que agregar una proporción muyimportante (que no es po sible determinar) de losgañanes. Un problemasimilar se presenta en el

peculiares características, así como su relevante papel en numerosos movi

grupo "artesanos yobreros de industrias yservicios". En ellos se incluye una gran cantidad de artesanos cuyos oficios fueron siempre eminente

4

mientos reivindicativos y políticos, nos han merecido una atención espe

mente rurales como lastejedoras, hilanderas, miñaqueras,loceros,etcé

i

cial260 .

tera. Yuna dificultad accesoria que se presenta al historiador, reside en

4

I 4

4 4 4

Antes de examinar la distribución ocupacional durante la segunda

mitaddelsiglo, esnecesario advertirque loscensos de la época no entre

gan unavisión exacta delaclasificación delapoblación según sus ocupa ciones. Los errores de método; situaciones imprevistas (fenómenos natu

rales u otros); reticencia de ciertos sectores que creían ver en el empa

4 4 4 4

4

unión de ambos nació el Censo de 1835, arrojando una población de 1.010.322 habitan

tes. Elsegundo empadronamiento seefectuó en 1844 ydiocomo resultado unapoblación

dronamiento una artimaña de las autoridades para averiguar el número

de 1.503.501 habitantes. Ambos documentos desaparecieron de la Biblioteca Nacional y de

de hombres que podían reclutarse paraelejército o paraimponerles al-

la Biblioteca del Congreso Nacional. La poca información que se conserva sobre dichos recuentos (población total, urbana y rural, etc.) es aquellaque loscensosposterioresre tomaron en sus introducciones o en sus cuadros comparativos.

262 Según el criterio empleado por los censistas, gañán es"elque seocupa de toda clase de trabajo ojornal, sin residencia ni destino fijo". Como una manerade responder

I 4

261 Elprimercenso después de consolidada la Independencia, seefectuó en 1831, limitándose a ciertas regiones del país. Para completarlo se realizó otro en 1835. De la

muy grande, variando sunúmero de año en año, según las necesidades de la empresa. Pamela Araya Ferricrc, "Número, tipos ysingularidades del empleo ferroviario hacia fi nes del siglo XIX", cnRevista de Historia,Vo\. 4,Concepción, 1994, págs. 100-105 ysiguien tes. Este tipo de empleos tendía a mantener el carácter prcindustrial de un granporcen taje delos trabajadores ferroviarios, almismo tiempo que se avanzaba enlacalificación de aquella fracción de la mano de obraquegozaba de estabilidad laboral. 2M Tema tratado en los capítulos VI, X, XII, XV y XIX. 116

al problema metodológico planteado por la gran movilidad geográfica yocupacional de

estos trabajadores no calificados, loscensos delsiglo XIX yde comienzos del siglo XX,

registran "ia profesión, industria uocupación ordinaria ohabitual delas personas. No se trata de averiguar la ocupación momentánea del individuo sino la que ejerce la mayor

parte del año o más constantemente". Sesto CensoJeneral de la República de Chile levantado el 26de noviembre de 1885 ycompilado por laOficina Central de Estadística en Santiago (Valparaí so, Imprenta de La Patria, 1889), Introducción, XII. 117

el carácter transhumante de la masapeonal, en su continuo tránsito en tre las áreas rurales, urbanas y mineras.

Los débiles efectivos mineros contrastan con el aporte decisivo de ese sector a lariqueza nacional, lo que se explica, engran medida, porla alta tasa de plusvalía generada por laminería chilena durante lasegunda mitad delsiglo XIX. Porsuescasa calificación, bajos salarios, ínfimo status social yotras razones, los domésticos deberían serincluidos enel "peona je" aun cuando se reconozcan importantes diferencias conductuales res

pecto del grueso de la masa peonal263. En el siguiente cuadro aparecen representando una categoría aparte sólo como un dato que permite eva

luar la evolución de la domesticidad en relación con los otros oficios po pulares. Su inserción en el "peonaje" permite apreciar elverdadero peso

A continuación, pasaremos revista a los principales oficios urbanos durante el período estudiado, con relación al conjunto de la población económicamente activa.

En 1854, del total de 1.439.120 habitantes, la población económica mente activa era de 586.332personas, es decir, un poco másde un 40% de los habitantes. Como se aprecia en el cuadro NQ8, sólo 139.082 personas (23,72% de la población activa) eran artesanos u obreros de talleres, ma nufacturas e industrias, Las artesanías esencialmente rurales, ocupaban a

los grupos más numerosos de trabajadores, en especial en la fabricación de tejidos, ropa y alfarerías264. Los oficios urbanos más nutridos eran los de construcción y mueblería, seguidos por los de la confección y del cuero y calzado, sin considerar a las numerosas costureras, incluidas más adelante

deeste sector de trabajadores en laestructura ocupacional decimonónica.

en el peonaje. La fabricación de alimentos y bebidas, la metalurgia y las artesanías de metales ocupaban también abundante mano de obra265.

Cuadro N°- 8

La masa peonal constituía, sin duda, el contingente más importante de trabajadores, tanto rurales como urbanos. Según Gabriel Salazar:

CUADRO RESUMEN DE LA DISTRIBUCIÓN

DE LAPOBLACIÓN ACTIVA CHILENA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 1854

Profesiones agropecuarias Artesanos y obreros de industrias y servicios Artesanos y obreros de industrias y servicios

117.690

(20,07%)

262.181

(24,82%)

29.423

38.485

31.546

(3,35%)

(3,64%)

(2,98%)

139.082

180.923

53.101

1.991

profesiones liberales

(0,33%)

129.902

113.137

(18,44%) (12,90%) 293.558

358.463

(41,67%) (40,88%) 88.520

88.952

(12,56%) (10,14%) 3.015

(0,42%)

3.623

(0,41%)

131.810

132.028

(12,49%)

(12,49%)

368.430

358.194

(34,92%)

(33,91%)

109.964

98.251

(10,42%)

(9,30%)

7.188

8.720

(0,68%)

(0,82%)

11.353

15.185

25.796

40.086

51.612

(1,93%)

(2,15%)

(2,94%)

(3,79%)

(4,88%)

64.329

(10,97%) Población activa total

263.259

(24,95%)

24.045

Artistas, científicos y

Profesiones diversas

191.710

1895

(3,41%)

(9,05%)

Comerciantes

120.229

(17,06%) (21,86%)

1885

17.863

(30,85%) Domésticos

1875

(3,04%) (23,72%)

Peonaje urbano y rural

1865

586.332

29.935

65.641

95.696

113.759

(4,24%)

(7,48%)

(9,07%)

(10,76%)

1.054.900

1.056.291

704.389

876.745

Fuente: Censos generales de la población de Chile. Años 1854, 1865, 1875, 1885 y1895. El paternalismo que frecuentemente caracterizaba las relación es entre amos y 118

"[...] el peonaje del siglo XIX estuvo formado no sólo por lo que los censistas consideraban como peones propiamente tales -vale decir, los 'gañanes'- sino también por todos aquellos que, basados en algunas de las múlti ples 'habilidades campesinas' (como los cocheros, cocine ros,jardineros, lavanderas, costureras, etc.), o en la habili dad general dada por la simple fuerza muscular como los cargadores, apires.jornaleros, etc., trabajaron ocasional o permanentemente en oficios pobremente remunerados. El peonaje no estuvo definido por la ausencia de 'oficio', sino más bien por la suma de todos los oficios forzados o salariales no campesinos pero pre-proletarios"266. Se trataba de un conglomerado humano de contornos imprecisos; hombres, mujeres y niños particularmente explotados y marginados, con poca capacidad de organización durante gran parte del siglo XIX. Aun-

sirvientes, generaba en estos últimos una actitud de sumisión muy distinta de la rebeldía e indisciplina proverbial del grueso de la masa peonal compuesta por gañanes yjornale ros. Recurriendo a la fórmula empleada por José Bengoa para distinguir la conducta de inquilinos y peones afuerinos o ambulantes, podríamos hablar de "subordinación ascéti ca" al referirnos al comportamiento de los sirvientes, y de "subordinación sensual", en el caso del resto de la masa peonal. José Bengoa, Elpodery la subordinación. Acerca del origen rural delpoder y la subordinación en Chile, Historia social de la agricultura chilena, tomo I (Santiago, Ediciones SUR, 1988), págs 19-27. 2I" Ver cuadro N"9. 265 Ver cuadro Na10.

2M Salazar, Labradores..., op. cit., pág. 154. -119




> >

J^rJojrisjcvlainjijucción.xra una asjiicKifln^liftuidida enjeijnundo-aEtesanaL-y^por ello se cojave«ía-en.un.tcina_guc la lndjajMl.íticjU-cjtdXa^j^ujjerar.

887 V'¡cuña_MjS£Xesina^Misiariade lajornada..., op. cit., págs. 83 y 84; Zapiola, LaSocieladde la Igualdad..., op. cit., págs. 28 y 29.

888 "Losguardias nacionales", ElAmigo delPueblo, Santiago, 11 de abril, 26 de abril y 15 de mayo de 1850; "Pan para el pueblo" y "Correspondencia. El pan", ElAmigo delPueblo, Santiago, 13 de abril de 1850; "La policía de Santiago", ElAmigo delPueblo, Santiago, 17 de abril de 1850; "Humanidad para el pobre", El Amigo delPueblo, Santiago, 13 de mayo de 1850; "Necesidades de la clase pobre a que debe atender el Intendente de Santiago", El Amigo delPueblo, Santiago, 15 de mayo de 1850;"Los vijilantes",ElAmigo delPueblo, Santiago, 16 de mayo de 1850;"Educación a la clase más necesitada", ElAmigo delPueblo, Santiago, 20 de mayo de 1850; "El pueblo se envenena", El Amigo delPueblo, Santiago, 29 de mayo de 1850; "Protección a la industria nacional", El Amigo delPueblo, Santiago, 31 de mayo de 1850.

889 A comienzos de junio, el diputado opositor Fernando Urízar Garfias presentó un

proyectode ley sobre reforma de la Guardia Nacional, que preveíasu división en activa y pasiva. Servirían en la guardia activa los hombres más aptos entre los dieciocho y los cin cuenta años de edad, durante un período máximo de diez años, quedando eximidos deesta obligación -entre otros- los peones gañanes ylos sirvientesdomésticos."Proyectode lei sobre reforma de la Guardia Nacional, presentado a la Cámara de Diputados por el señor Don Fernando Urízar Garfias", El l'rogreso, Santiago, 17 de junio y 18 de junio de4850. Véase también los comentarios sobre el proyecto: "Reforma de lei orgánica de la Guardia Nacional", Ell*rogreso, Santiago, 18 de junio de 1850 y el Editorial del mismo periódico del 19 de junio de 1850.

"'•"' "Asociación popular", El Amigo delPueblo, Santiago, 10 de mayo de 1850 Todo el texto citado aparece destacado con cursivas en el original.

I I I I I

I I

326

327

I I

•* j m

4 4 4 4

ocupados en relajar todos los vínculos que ligan alos

4

horrible de la anarquía; los que invocando hipócrita y

hombres, trabajan por arrojar a la sociedad en la sima

mentirosamente los santos nombres de/fraternidad yli bertad no tienen otro estandarte que el estandarte del crimen; los que después que para elevarse así mismos

4 4

- El periódico igualitario era sindicado como "una publicación anticrá-

W .ana^yLredacto^ LlasFa/a6ra^U«cr^íe",eran"sospechososyhosülesalaIglesia

4

4 4

4 4

4 4 4

I

ElpropioAmigo delPueblo debiócederante el cúmulo de presiones: el 6 de mayo el órgano igualitario anunció que, habiendo tomado cono cimientode la prohibicióndeLaspalabras de un creyente por una encíclica de Gregorio XVI, suspendía la publicación de esa obra, "a pesar de no haber hallado a [su]juicio el motivo de tal prohibición899. ""Las divergencias sobre la cuestión religiosa entre los redactores de ElAmigo del Pueblo y lqs dirigentes del Partido Progresista o Liberal, poco dispuestos a indisponerse abiertamentecon la Iglesia, provocaron el des aparecimiento del periódico igualitario, que salió a la venta por última vez el 3 dejunio. Sueclipse marcó el fin de una primera etapa de la vida

mentan con su sangre"891.

4

4

ción del escrito de Bilbao, se retractó humildemente898.

de las revoluciones, les ponen las plantas al cuello yse ali

4

4

laocasión paraatacar a los "herejes" igualitarios yhasta£/Progreso, deten dencia liberal, que en un primer momento habíaaprobado la publica

han empujado al incauto pueblo por el funesto sendero

4

4

Luego, el 24 dejunio, el arzobispo Valdivieso publicó una pastoral de condena -incluyendo a Los Boletines del Espíritu de Bilbao- y dio instruc ciones al clero para que fuese leída durante tres días festivos al pie del altar a la hora de losoficios divinos897. Laprensagobiernista aprovechó

•'Ór'^ J

\

La

te francés por ser un libro de análisisymeditación filosófica, t o ^

"la duda solamente es un crimen. N^u^da**o^^^ nunciaasupromopejisairúento^^ • •^sSe^^^eTÍ^político se centró en la cuestión reli-

de la Sociedad de la Igualdad90°. Durante esta fase, a pesar de las iniciativas tendientes a revalorizar la condición popular, la sociedad tuvo un crecimiento más bien modes

gios?L:^L^^ nrensa liberal, uniendo -como ya lo había hecho-la defensa de la fe ala del Trden !ocial894. Sus ataques eran secundados por la P^^^^ ministerial. La Tribunacondenó las "lecturas venenosas ycoloco el epíteto

to.Sus adherentes difícilmente se contabanpor centenas, probablemen te losmás activos eran sólo algunas decenas de artesanos yjóvenes libe rales. Lamasa popularpermaneció alejada de suorganización, en espe cial losrolos o desheredados -peones, sirvientes domésticos, vagabundos, marginales- a quienesconscientemente se trató de evitar. Lamayoría de los liberales delaélite j-aún a laexpectativa- tampoco seincorporó a sus

de "ana quistas" asus difusores, acusándolos de azuzar el odio de los pobre conucos ricos, enlodar el nombre de estos últimos, despreciar la autonZ^ondi^lo.arte^o.ylanzar-a^ue.gr^^^aconvertir la pacífica guardia nacional en instrumento de desorden .

El redactor del periódico igualitario fue severamente amonestado

filas. Pero ello no tardaría en ocurrir.

por el presbítero liberal Ignacio Víctor Eyzaguirre, quien e « e

el Partido Liberal repudiaría la publicación si esta persistía en su error .

897 O/i. di., págs. 107yl08. miOp. cil., págs. 109 y 110.

4 4

4 4 4 4 I 4

899 "Los redactores del "Amigo del Pueblo"a los redactoresde La Revista Católica", ElAmigo delPueblo, Santiago, 6 de mayo de 1850.

»> "Un avance impío", La Revista Católica, Santiago, 5de mayo de 1850.

/ M0 El historiador Luis Alberto Romero califica este período delaSociedad de la Igual'dad como "fase socialista". La Sociedad de la Igualdad. Los artesanos de Santiago de Chile..., op. cil., pág. 57. No compartimos esta caracterización, más aúncuando suautorreconoce que "los jóvenes igualitarios dieron a la organización de la Sociedad más importancia que a las formulaciones programáticas". Ibid., pág. 57. Antes de Ron/ero, el pensamiento de

" "Solemne condenación de las Palabras de un creyente", La Revista Católica, Santiago,

11 dC ^Téatíentre otros, además de los ya citados, los siguientes arifculos: £„«.•* ción anuestros'adversarioAL^^^^^^

un impío" y"Advertencias al pueblo". La Revista Calotica Santiago, l ac

Arcos fue calificado de "socialista utópico" porJulio CésarJobcí. Santiago Arcos Arlegui...,

y

"Al Jigocel Pueblo", ***$*%£ K^rXÍ 2 « , 1

lnjltTelS"Es=d^MS^^ te^S£:£Si, 4de mayo 1850. En la m.ma ediciónse

í

op. cit. y otros autores. Como veremos más adelante, las proposiciones de reforma social bosquejadas por Santiago Arcos en su famosa Carta a Francisco Bilbao, escrita en 1852 en

lacárcel deSantiago después delamuerte delclub igualitario ydeladerrota delaoposi ción en laguerracivil de 1851, a pesar de sernotoriamente más avanzadas ymejor estruc turadas que lasde suscamaradas, difícilmente podríanserasimiladas al pensamiento "so

4

cialista" -"utópico" o "científico"-, sino simplemente democrático-reformista o liberalprogresista, como ha sido demostrado por varios autores. Ver: Vitale, op. cit. tomo III,

4

social...", op. cit.

4 4

págs. 216-221; Gazmuri,£7 "48" chileno..., op. cit., págs. 93y94 y"El pensamiento político y

dC "^Vicuña Mackenna, Historia de lajornada..., op. cit., págs. 106 y107. 328

329

De JUNIO A NOVIEMBRE DE 1850: INSTRUMENTO DE LA POLÍTICA LIBERAL

El4 dejunioElAmigo delPueblo fue reemplazado por La Barra, periódico que quedó bajo la dirección de Manuel Bilbao (hermano de Francisco). Este hecho marcó el último paso que faltaba a la Sociedad de la Igualdad para entrar de lleno en el conflicto político tradicional. A pesar de decla rarse sucesora del primer portavoz igualitario y de ofrecer sus columnas

a "los obreros que deseen publicar los males que gravan su existencia y los desahogos de sus almas irritadas por la opresión y el sufrimiento"901, el nuevo órgano nacía proclamando su calidad de periódico parlamenta rio: "La Barraviene al campo del diarismo para fiscalizar los actos de la legislatura [...]"902.

Durante la nueva fase se produjo el ingreso en masa de los liberales

compromiso -resentida por muchos como una verdadera claudicacióny adoptada por una débil mayoría, se publicó un escueto comunicado en el que se señalaba: "La Sociedad de la Igualdad declara que el ciudadano Bilbao no se ha expresado jamás en sus sesiones contra los dogmas de nuestra santa religión"907. Aunque la maniobra contra Bilbao, y por su intermedio, contra aquellos que pretendían mantener a la Sociedad de la Igualdad en el mar co de su definición inicial, fracasó, la influencia de los liberales crecía

junto a la incorporación de nuevos integrantes. En esa misma reunión fue elegido el diputado Rafael Vial como miembro de lajunta directiva en reemplazo de Eusebio Lillo. Zapiola, privilegiado testigo de esos he chos, señalaría que por "primera vez se veía en la Sociedad un diputado,

y en él una persona en declarada oposición al gobierno"908. l' La efervescencia política y la creciente influencia de los dirigentes : opositores -que coincide con el alejamiento de Arcos de la directiva- lle

al club igualitario, especialmente después de la agresión policial del 19 de agosto. "LaSociedad de laIgualdad enjunio, julio y agosto de 1850-co mentaría años más tarde Vicuña Mackenna-, era el Club de losJacobinos abierto a las puertas de la Convención"903. Según el mismo político-his toriador, la fusión de la sociedad con lospartidarios de la oposición se ha bía realizado "a pesar de las resistencias puramente teóricas de Bil bao"904 . La razón de la entrada en masa de losliberales a la organización igualitaria era simple y pragmática; Lastarria la expresó hacia fines de

! te. La acción agresiva del gobierno y de sus partidarios contribuyó decidi• damente a culminar su evolución. La prensa oficialista la atacaba acusán dola de realizar reuniones secretas, propagar doctrinas disolventes y de ser un simple engendro de la oposición liberal. La Tribuna ofrecía a sus lectores la descripción más completa de aquella siniestra organización:

agosto diciendo que la Sociedad dela Igualdad era "el único elemento de poder que le queda a la oposición"905. Pero la transformación del club igualitario en instrumento de la oposición no se produjo sin tensiones en su interior. Las "resistencias

club con el título de Sociedad dela Igualdad [...]. Tiene sus reuniones este club en el lugar mismo en que se congrega

puramente teóricas de Bilbao" a la fusión con los liberales mencionadas

por Vicuña Mackenna, tuvieron una traducción práctica bastante más áspera. En julio, cuando arreciaba la campaña clerical-conservadora contra los igualitarios a causa de la publicación de losBoletines del Espíri tu, Manuel Guerrero -de conocida trayectoria liberal- invocando la ne cesidadde neutralizar esosataques,propuso la expulsiónde Bilbao. Sólo la decidida oposición de los artesanos y de algunos intelectuales, entre

losque secontabanRecabarren, Lillo yArcos, logróevitar lamarginación del autor de Los Boletines del Espíritu906. Finalmente, como solución de

vó a la sociedad a intervenir cada vez más en la lucha política contingen-

"La oposición ha formado hace algún tiempo un

lajunta Central de la Oposición. Los miembros de este club han sido comisionados para formar grupos o socie dades dependientes o subalternas de aquella. De estos grupos deben salir a su vez comisionados para formar otros nuevos, y que por falta de denominación hasta aho ra, llamaremos nosotros grupos de segunda serie [...). Las reuniones de estas sociedades que se verifican en diversos lugares de la población son diversas y miste riosas, y en ellas se exige el secreto de lo que se trata, y en especial acerca de los discursos que pronuncian las

personas mandadas por este objeto por el club central. Se busca de preferencia para formarlas a personas que

9,M "La Barra", LaBarra, Santiago, 4 de junio de 1850. 902Ibid.

9M Vicuña Mackenna, Historia de lajornada..., op., cit., pág. 104. 904 Ibid.

905 Lastarria, "Diario...", op. cit., enRevista Chilena, Año I, tomo II,Na VII, Santiago, octubre de 1917, pág. 215.

906 Las versiones deVicuña Mackenna yde Zapiola sobre este incidente sonligera mente diferentes. El primero sostiene que Guerrero solicitó la expulsión de Bilbao del Directorio de la Sociedad, proponiendo en contrapartida igual medida para sí mismo. Vi330

cuña Mackenna, Historia delajornada,,,, op. cit, págs. 110 y 111. El segundo autor se refie

re sóio a una petición de expulsión de Bilbao de la sociedad. Zapiola, La Sociedad..., op.

cit., págs. 18 y19.

'

907 Zapiola, La Sociedad..., op. cit., pág. 19.

# I

908Ibid.

I 331

I I

4 4

4

facilidad para prestarse ala seducción yal engaño. Has

4

taahoraestán formadas en sumayor partepor aprendi ces u oficiales de diversos oficios, alguna gentesin ocu

4 4

pación, yuna buena parte de aquella otra que desdeña todo trabajo, yque sin patrimonio, poriro-haberlo teni

doo haberlo disipado, se propone encontrarlo enla re

4

vuelta y en el trastornó.

4

Las doctrinas que se predican en estos clubs, horrorizarían a lasociedad sifuesen bien conocidas. Se

4 4 i

4 4

4 4

4 4 4

4 4 4 4 4 4 4 4 4 I 4

4 I

por la escasa educación que han recibido ofrecen más

4

principia ordinariamente por sustraer alos afiliados a toda autoridad religiosa, yla independencia absoluta y

completa de la razón en materia de religión [...]"909.

Poco tiempo después se exigía su disolución pretextando supuestos desórdenes en sus reuniones.

Luego comenzaron las agresiones físicas.

La noticia delasalto golpeó fuertemente los espíritus delos santiaguinos, yen pocas semanas los miembros de laIgualdad pasaron deseis cientos uochocientos amediados de agosto ados mil afines de septiem

bre913 , convirtiéndose en la punta de lanza de la oposición al gobierno

conservador914. Durante esas semanas se desarrolló unantagonismo cada vez más pronunciado entre los opositores, masivamente incorporados a la asociación igualitaria (entre ellos varios diputados), yel gobierno. El lenguaje político se endureció. Los impresos ylos artículos publi

cados por la prensa de ambos bandos, en particular la opositora, adqui rieron la virulencia propia de los períodos de incubación de una guerra

civil915. Al día siguiente del asalto, "los miembros de la Sociedad de la

Igualdad" publicaron un panfleto en el que se concluía: "Se nos prohibe reunimos, se nos atacan nuestros derechos sagrados, se nos incita a la

violencia. Caiga sobre el Gobierno actual, la sangre que se derramará por ladefensa de los derechos del hombre. Un cobarde será elque abando ne su puesto!!!!"916.

Comentando elasalto contralasede igualitaria, La Barra sentenciaba:

La noche del 16 de agosto, después de que fuera instalada en el

popular barrio de La Chimba de Santiago el grupo Na7 de la sociedad la casa en la que se desarrollaba la sesión fue atacada porvanos hombres . El punto más álgido se alcanzó la noche del 19 de agosto, cuando poco después de haber concluido la quinta reunión general de la So ciedad de la Igualdad, ala que había asistido un gran numero de so

cios -ochocientos según Zapiola911 -, su local situado enlaesquina nororiente delas calles Monjitas ySan Antonio, fue asaltado porun grupo

"El pueblo obrero, que forma la Sociedad de la

Igualdad vengará ese ultraje sangriento quesele ha he cho.

Cuidado! vosotros que habéis lanzado el asesinato

a lacalle pública, porque vendrá eldía enque lasangre pida sangre; en que la venganza ruja terrible.

de lúmpenes armados de cuchillos ygarrotes bajo la conducción de Isi

dro Tara, alias "el Chanchero", sargento del batallón número 2de cívi

cos de Santiago yconocido agente de la policía. La encarnizada batalla entre agresores yagredidos finalizó con numerosos heridos ycon la de tención de algunos atacantes. De inmediato la justicia ordinaria abrió •

un sumario para instruir un proceso

912

.

igualitario yla conmoción pública que sesuscitó al difundirse la noticia, se encuentran

en laobra deVicuña Mackenna, Historia de la jomada..., op. cit., págs. 135-180. En los

anexos del mismo libro, el autor incorpora los documentos del sumario levantado por el juezdel crimen Pedro Ugarte v el parte oficial del comandante de serenos sobredicho

asalto. Op. cit., págs. XVI-LII. Las piezas del proceso llevado adelante por eljuez sumarian

teJoséJoaquín Valdés ValcJéZ-que incluyen las declaraciones de los protagonistas ytesti

gos delos acontecimientos- fueron publicadas yanalizadas porAbel Valdés A. en"El asal

9»9 ÍEditorial], La Tribuna, Santiago, 5de junio de 1850. Los ataques políticos con

tingentes de este órgano conservador alas tendencias liberales eigualitaria., se vieron

complementados por una serie de artículos teóricos publicados entre el 27 dejumo yel 3

to aUSociedad de la Igualdad en agosto de1850", cnRChHG, N»l 16, Santiagojulio-dicicmbre de 1950, págs. 195-237. La responsabilidad directa dela policía ylas maniobras del gobierno para apagar elescándalo nombrando unfiscal militar, quedan sólidamente de mostradas en este trabajo.

J '-Vicuña Mackenna, Historia de la jornada..., op. cil., págs. 150-151. La prensa go biernista parecía orquestar una campaña destinada ahacer aparecer las agresiones en contra de la Sociedad como resultado de sus propias disenstones. El 14 de agosto La Tri

9" Vicuña Mackenna, Historia de lajornada..., op. cit., pág. 177. 914 Zapiola cuenta que en los cinco primeros días después de laagresión, los socios se triplicaron, contándose entre los nuevos partidarios los diputados Urízar, Larraín, Errá zuriz, Bello, Ovalle yGonzález. Zapiola, La Sociedad de la Igualdad..., op. cil., pág. 27. La prensa opositora informó; sobre numerosas adhesiones. El 22 de agosto se incorporaron treinta yocho nuevos socios al grupo N26, contándose entre ellos los citados Errázuriz,

manos tan inexpertas como las suyas, yque esas fuerza debían comenzar el ataque por sus

Larraín yGonzález. Paralelamente, algrupoNa3 ingresaban doce nuevos militantes, "So ciedad de la Igualdad", ElProgreso, Santiago, 23de agosto de 1850.

de julio bajo el título "Del socialismo i de su aplicación en Chile

buna había publicado una breve información acerca de "tumultos" en las sesiones de las noches pasabas, concluyendo que "las reuniones de artesanos [...] se disuelven poco a poco, ylos mismos que las promovieron han conocido que son fuerzas inmanejables por propios directores".

'"Zapiola, La Sociedad de laIgualdad..., op. d¿., pag. 25.

»" Detallados antecedentes sobre las actividades del "Chanchero ,el asalto al club

9,5 Véase, además de los artículos citados más adelante, "La Masorca en Chile" y

"Horrible asesinato!", ElProgreso, Santiago, 20 de agosto de 1850.

9,6Horroroso alentado (Santiago, Imprenta delaRepública, 1850).

4 4 á

332

333

I Anoche, algunos ciudadanos indefensos han ate

rrado a ese grupo de bandidos enviados por el poder; cuando los mismos ciudadanos se armen y se reúnan, ¿qué fuerza habrá suficiente para vencerlos?"917.

Yun par de días más tarde -en su edición del 22 de agosto- agrega ba: "El gobierno que paga asesinos para inmolar a los ciudadanos es más que asesino: es salvaje, monstruoso, gobierno de bandidos"918. ElProgreso fue aún más explícito, culpando de antemano al gobier no por conducir al país al enfrentamiento fratricida:

"Si la reforma social se hace imposible: si la revolu ción pacífica se combate por los retrógrados con-fás vías

de hecho [...], el pueblo vejado yoprimido [..Á sabráa que atenerse; y los retrógrados encabezados por Montt y el general Bulnes [...] serán los únicos responsables de nuestras desgracias, si al término de semejante vía nos encontramos entre los horrores de la guerra civil y de la revolución!"919.

Por su parte, la prensa oficialista respondía desde una posición de fensiva presentando el incidente como una disputa entre igualitarios920, "consecuencia natural de la hora en que se hace la reunión, de la clase de personas que asisten a ella, y de la circunstancia de ser clandestina y estar por consiguiente fuera del alcance protector; de la vigilancia de la autoridad de la policía"921. A partir de entonces los acontecimientos se sucedieron a un ritmo vertiginoso.

La lucha política que libraban gobiernistas yopositores en otro pun to del país tuvo repercusiones a nivel nacional. En San Felipe (provincia de Aconcagua) se vivíauna aguda pugna entre ambos bandos. A fines de junio, el Intendente de la provincia,José Manuel Novoa, que había pues to todo tipo de trabas administrativas a la publicación del periódico libe ral, ElAconcagüino, terminó por encarcelar a su director, Ramón Lara. Un

9,7 "Los republicanos entregados al puñal del asesino", La Barra, Santiago, 20 de

diputado de la oposición, Fernando Urízar Garfias, elevó una queja ante Antonio Varas, Ministro del Interior. Al ser rechazado el reclamo por el ministro, los opositores presentaron una acusación en su contra en la Cámara de Diputados922.

El 13 de septiembre un piquete de soldados sorprendió, a la subida de la cuesta de Chacabuco, un birlocho que se dirigía a San Felipe. En su interior iba Francisco Prado -dirigente de la Sociedad de laIgualdad-jun to a otra persona, portando un cajón que contenía mil seiscientos cartu chos de bala para fusil. Poco después se sabía que Fernando Urízar Gar fiasy Martín Orjera, el veterano pipiólo de los años veinte, y otros oposi tores se encontraban comprometidos en una conspiración destinada a sublevar la provincia de Aconcagua contra el gobierno conservador. Una serie de arrestos terminó por desbaratar el plan de los conjurados923. Aunque la actuación de los personas implicadas en la "conspiración de los cartuchos" fue -como justamente lo señalara Vicuña Mackenna"aislada, sin conexiones ni consulta" y "el elemento igualitario [...] man teníase en cierta actitud espectante y desarmada"924, el incidente fue de gran utilidad para los objetivos del gobierno. La polarización de la situa ción política se daba en el terreno más favorable para el poder conserva dor: la Sociedad delaIgualdad, a pesar de ser ajena a las confabulaciones de losviejos elementos pipiólos, se convertía en un fácil blanco del ataque ministerial925. Discursos como el del órgano liberal ElProgreso, en su edi

920 "Ocurrencia de anoche", La Tribuna, Santiago, 20de agosto de 1850. Elórgano semioficial del gobierno subscribió en sus editoriales -de manera menos enérgica- la mis ma tesis. El Araucano, Santiago, 22 y 23 de agosto de 1850.

921 Editorial, La Tribuna, Santiago, 21 de agosto de 1850. En el Editorial del 22 de agosto de 1850del mismo periódico se vuelvea insistir en la tesisdel conflicto entre igua litarios como la causa de los incidentes del 19 de agosto. 334

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I I I I I I >

> >

torial del 5 de octubre, no hacían sino reforzar la tesis oficialista de sedi

ción: "Cuando un gobierno convierte la administración de justicia en ins trumento de opresión, sólo queda un expediente salvador; la rebelión"926. Por su parte, LaBarra, en perfecta sintonía con la perspectiva insu rreccional de la oposición liberal, explicaba a sus lectores las razones que



hacían deseable la revolución:

>

"Se trata de llevar a efecto la reforma de la

Constitución, reforma ansiada y pedida por los pueblos ¿yqué sucede? la falange del gobierno se opone a ello y declara que no permitirá tal reforma y hace alarde de triunfar contra el torrente de la opinión pública [...]. Se pide a las Cámaras el despacho de leyes útiles y de interés general y el ministro se opone y triunfa [...].

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agosto de 1850.

918 "Elgobierno i los asesinos", LaBarra, Santiago, 22 de agosto de 1850. 919 "Losretrógrados", ElProgreso, Santiago,23 de agostode 1850.

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122 Vicuña Mackenna, Historia de lajornada..., op. cit. págs. 112-119. 925 Op. cit., págs. 192-198.

I I

924 Ibid.

925 [Editorial], LaTribuna, Santiago, 14de septiembre de 1850; [Editorial],ElArau cano, Santiago, 19 de noviembre de 1850; "¡¡¡¡Revolución!!!!",La Tribuna, Santiago, 21 de

I

I

septiembre de 1850.

926 "Los procedimientos judiciales", ElProgreso, Santiago, 5 de octubre de 1850. 335

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tentativas deasesinatos;-no sondeemos laarbitrariedad

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de las prisiones, no; porque en tal caso nuestra razón se ofusca, nuestro corazón se enciende ysólo grita alafuer

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za, llama alos pueblos a\la revolución.

4

obtener, ¿qué recurso queda a los que piden la refor

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ma?"927.

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4 4

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4 4

Junta Directiva de la sociedad de la capital en una carta enviada asu ho-

fue enriquecido con reivindicaciones más precisas. En septiembre, la

, móloga de San Felipe expresaba su plataforma;

4 4

>

El poder conservador respondió poniendo dificultades a la expan sión igualitaria. El 25'de octubre se publicó un bando del intendente de Santiago que limitaba severamente los derechos de asociación, de re

unión yde manifestación de las opiniones políticas. Invocando las dificul

tadesal tránsitode laspersonaspor lascalles ylosposibles desórdenesque las manifestaciones igualitarias pudieran engendrar, la autoridad capita lina dispuso que al término de las sesiones de la sociedad, los concurren

tes debían "disolverse! en el acto"933. Pero más grave era que en virtud de considerar como sociedades secretas-y por lo tanto ilícitas- a "aquellas

Historia de Chile) yse Pí^ectó la realización de cursos diurnos de lectu-

"° "LajuntaDirectiva delaSociedad de laIgualdad enSantiago, asus hermanos de la Sociedad Aconcagüina yde la Sociedad de SanFelipe de Aconcagua", £7 Progreso,1 San-

tiag^yiete octubre de 185Ó.

(

'[*" ISocicdad de la Igualdad", ElProgreso, Santiago, 15 de octubre de 1850.

'"^¡La libertad vivej", La Barra, Santiago, 15 de octubre de 1850; Vicuña Macken

na, Historia dJs lajornada..., op. cit., pág. 206. Lospartidariosdel gobierno contestabanesas cifras; los participantes en dicha reunión apenas habrían sido un cuarto de los anuncia

dospor ¡aprensa igualitaria.LaTribuna, Santiago, 19de octubre de 1850. Otro periódico

C

;

"Pidamos reforma de la Constitución -sufragio

• {universal,- crédito moral oeducación, crédito material

oficialista fijaba en sólo "trescientos veintiún socios, ni uno más ni uno menos", los asis tentes a la asamblea de la sociedad. A ellos se habrían agregado numerosos curiosos dui rante la manifestación callejera. "Manifestación del lunes", El Consejero delPueblo, 19 de

¡conciencia, elimpuesto sobre elcapital ynoelimpuesto

' currentes a la asamblea. Más allá de la discusiónsobre las cantidad de participantes, lo

o crédito garantido, libertad de comercio, libertad de

{sobre el trabajo del pobre, abolición de los trabajos pú-

4

4

ño árbol de la libertad de finísima mostacilla multicolor932.

ción" Yagregaba: "Montt es un tirano conocido, bajo, cruel, sin religión

I

4

socios desfilaron detrásde Bilbao, quien portaba en sus manos un peque

ysin otra patria que el quejido de los que hace sufrir. Montt es el enemi gomás declarado del pobre"928. Ta plena incorporación de la Sociedad de la Igualdad ala batalla politica no significó un abandono de sus objetivos ytareas iniciales de "rege neración popular", sino, simplemente, la inserción de estas actividades

!-ra yescritura para niñofe). ..... ALmismcL tkmfiQ^eUestringido-y vago^programa igualitario inicial

4

López, Neri y Larrecjhedá?iV Al término de la reunión, mil quinientos

La escalada continuó. La proclamación oficial el 19 de octubre de la candidatura Montt, con el apoyo del presidente Bulnes, llevó alos opo sitores a laexacerbación. La Barra dio eltono al anunciar que su nomi nación como candidato ala presidencia significaba "autorizar la revolu

4 4

4 4

blea del 14 de octubre fue la más numerosa de todas las realizadas hasta

? entonces. Se incorporaron cincuenta nuevos militantes. Varios artesanos

;, hicieron uso de la palabra,destacándoselosdiscursos pronunciados por

4

4 4 4

Entretantj,lasJilas igualitarias continuaban creciendo. Fue nece sarioocupar un localjmás grande para lasreuniones generales. Laasam

Ahora bien, si por las vías pacíficas nada se puede

dentro de una estrategia política decididamente opositora. Las clases y •. conferencias populares continuaron: se agregaron nuevas materias (lec tura, gramática, geografía, baile, Historia Sagrada, Historia Antigua e

4

gos, reforma de la guardia nacional, más vida para las municipalidades, en una palabra, -libertad para el hom\ ; bre, para su palabra, para asociarse, para trabajar, para \{fi í ejercer su soberanía"930.

sin expresar causa ylo que es más, inventándolasl No bajemos a la complicidad de ejecutivo a las

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4

blicos para los delincuentes, reforma de nuestros códi

Ahíestán lascortesdestituyendojueces honrados,

4

927 "Por qué queremos la revolución", La Barra, Santiago, 15 de octubre de 1850.

928 "Montt, candidato", La Barra, Santiago, 21 de octubre de 1850. 929 Vicuña Mackenna, Historia de lajornada..., op. cit., pág. 216; Zapiola, La Sociedad

de la Igualdad, oP. cit., págs. 28 y29; "Sociedad de la Igualdad", ElProgreso, Santiago, 12 de

octubre de 1850. Hacia fines de octubre, el periódico igualitano publicaba una lista de siete cursos impartidos de lunes asábado en tres salones distintos. "Escuelas de la Socie dad de laIgualdad", La Barra, Santiago, 26 deoctubre de1850. 336

: octubre de 1850. Por su parte, Lastarria anotó en su Diario más de seiscientos socios con-

cierto es que la manifestación causó una viva impresión en todos los círculos. El mismo

Lastarria cuenta que en la noche del 20 de octubre "se reunieron en la casadel clérigo Eyzaguirrc como ochenta opositores, con presencia de D. R. Errázuriz, para acordar la asistencia de todas las personas notables a la Sociedadde la Igualdad",agregando que "estepensamiento era salvadoren las circunstancias.LaSociedadde la Igualdadera nues traúnicafuerza, nuestro únicoapoyopopular".A.N.A.B. V.M., vol. 35,Diario de donJosé Vic torino Lastarria, f. 121; Lastarria, "Diario...", op. cit., en Revista Chilena, Año I, tomo II, Ns VIII, Santiago, noviembre de 1917, pág. 305.

9,5 "Intendencia deSantiago, 25 de octubre de 1850",El Verdadero Chileno, Santiago, 26 de octubre de 1850. Este decreto también está incluido en los anexos de Vicuña Mac

kenna, Historia delajornada..., op. cil., págs. XLXrV-XLVII. 337

I Que caiga el despotismo

en que sólo son admitidos los afiliados; en que se sujeta a éstos a ciertas condiciones o promesas, y que se excluye a toda persona que no lleva un

De lapandil^mf^^^.,

boleto o signo convenido, sustrayéndose por consiguiente de la inspec ción de la autoridad y de la policía"934, decretara que además de ser anun

Yqueeste voto inflame De Chile el corazón...939.

ciadas a la Intendencia por lo menos con un día de anticipación: "Las re uniones de la Sociedad de la Igualdad o de cualquier otra de la misma cla

CEsjrofas contra balas" y "canto del cisne", sentenciaría más tarde

se serán públicas; sin que pueda impedirse la entrada a ¡individuosque

Vicuña Maclcenna, al comentar este episodio en su historia de aquel pe

quieran asistir a pretexto de no estar afiliados"935. Las infracciones al de creto serían castigadas con penas de prisión o multas, según los casos936. El decreto en cuestión significaba la negación de la posibilidad de constituir asociaciones o partidos políticos plenamente autónomos. A pesar de su indignación, lajunta directiva de la Sociedad de la Igualdad reaccionó con "laudable mansedumbre", limitándose a publicar al día siguiente una protesta que reflejaba "su paciencia y su espíritu de legali dad"937. Denunciando el atropello, la dirección de la sociedad se confor

ríodo940.

maba con anunciar una condena moral:

"Todo ciudadano que quisiere penetrar en la se sión general, sin someterse a las condiciones de la incorporación que tenemos derecho de exigir, y que ale gare el bando como una autoridad para violar nuestra asociación, lo consideramos como mal ciudadano, como

secuaz de los déspotas y como asesino del derecho más precioso que tenemos"938. Remachando su reprobación moral a la medida autoritaria, el 26 de octubre lajunta directiva de la Sociedad de la Igualdad publicaba la letra de un himno atribuido a Eusebio Lillo, titulado La Igualitaria: Naciste, patria amada, ¡Gritando libertad! ¡Por ti morirsabremos O triunfa la Igualdad! [...] ¡Que Viva la República! ¡Que viva la Reforma Sea esta nuestra norma Y el símbolo de Unión.

El 28 de octubre el club igualitario celebró -bajo la presidencia de Manuel Recabarren- su décima y última sesión general. En medio de la emoción y del entusiasmo delirante de unos dos mil o dos mil quinientos socios -de los cuales doscientos cincuenta y ocho se incor poraron ese día-, Luciano Pina, Fra.ncisco-MarírLjosé María López y

Francisco Bilba^jjronunciarorrbeiTbs discursos^). El artesano López luego de denunciarTá "funesta"época'T3e~veinte años" de gobiernos pelucones, proclamó como "única tabla de salvamento" la adopción del programa de la Sociedad de la Igualdad, "particularmente aquella parte que dice que nuestro gobierno ha de ser democrático puro, que haya una sola Cámara, y ésta hecha por el voló universal, constituyendo de esta manera todos los poderes, es decir, el legislativo, el ejecutivo y el judicial"942. Refiriéndose a los aprestos del régimen para aplastar la asociación, Bilbao en una de sus características intervenciones cargadas de románti-

9,9 "La Igualitaria", La Barra,Santiago, 26 de octubre de 1850. 940 Vicuña Mackenna, Historia delajornada...,op. cit.,pág. 214 y 215. A los pocos días, un nuevo himno igualitario era dado a conocer por la prensa liberal. "Marcha de la Igual dad", ElProgreso,Santiago, 31 de octubre de 1850. ^*"~\.

941 "Sesión jeneral de la Sociedad de la Igualdad'^t.7Progreso* Santiago, 29de octujbrede 1850. Las cifras de concurrentes a esta reunión varlalrtegún las fuentes. Mientras jEtProgreso hablaba en este artículo de rmás de tres mil ciudadanos entre los cuales habrían ¡dos mil obreros y mil personas acomodadas", en su edición del día siguiente cifraba en t.itresmil las personas que lograron ingresar al local y en unas mil quinientas las que no pu-

Idieron entrar por falta de espacio. "Sociedad de la Igualdad", ElProgreso, Santiago, 30 de octubre de 1850. Vicuña Mackenna entrega cifras contradictorias. En su Diario, comenza do a escribir ese mismo día, anotó una concurrencia "que no bajaría de mil quinientos asistentes, entre las cuales había no menos de doscientas personas de distinción". Benja mín Vicuña Mackenna, "Diario de don Benjamín Vicuña Mackenna desde el 29 de octu bre de 1850 hasta el 15 de abril de 1851", cnRChHG, N22, Santiago, segundo trimestre de

1911, pág. 162. En una carta dirigida a su padre en la misma fecha, aseguró, "en rigurosa imparcialidad", que la asistencia fue de "tres mil hombres". A.N.A.B.V.M., vol. 33, Carta de Benjamín Vicuña Mackenna, Santiago, octubre 28 de 1850, f. 294. Pero, en su obra

9'4 Ibid. 955 Ibid. 9,6 Ibid.

M7 Vicuña Mackenna, Historia delajornada..., op. cit., págs. 213 y 214. 938 Lajunta Directiva de la Sociedad de la Igualdad, "A los chilenos", La Barra, San tiago, 26 de octubre de 1850. También reproducen esta declaración ElProgreso, Santiago, 26 de octubre de 1850; Vicuña Mackenna, Historia de la jornada..., op. cit., pág. 214 y Za piola, La Sociedad de la Igualdad..., op. cit., pág. 37. 338

histórica sobre estos sucesos -escrita muchos años después, apoyándose en su Diario y en otras fuentes- afirma que la cantidad de participantes "no bajaba de dos mil quinientos socios". Vicuña Mackenna, Historia de la jornada..., op. cil., pág. 222. 942 "Discurso del ciudadano José María López pronunciado el 28 del presente del

pasado en la gran sesión jeneral de la Sociedad d¿ la Igualdad", La Barra, Santiago, 7 de noviembre de 1851. Las cursivas son nuestras. 339

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4 4

cismo agitando un ramillete de flores, anunció los incoherentes medios

"Un club de mujeres para irritar las pasiones-decía La Tribuna-, para animar el fuego de la discordia, para encender los odios, sería un club de harpías, de brujas maléficas. La cólera y las pasiones rencorosas

con que el club igualitario contaba hacer frente ala represión:

f

"Ciudadanos, el ruido del tambor, la distribución

! de instrumentos de muerte, el armamento de los cano! nes, el apresto ylas carreras de los caballos, todo os

afean el bello ysereno semblante de la mujer. Nosotros

entre nosotros ^J^^^ . (a /gTial^a^ea^I^lofes^943•

su resorte"947.

tenemos también mujeres e hijas, y no permitiremos que se entreguen a discusiones políticas que no son de

: anuncia que se trata de matar laSociedad de la Igualdad^

á

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Lashoras de laIgualdad estaban contadas. Elgobierno preparaba el

Acontinuación, Manuel Guerrero leyó la conclusión del meeling, aprobada por la aclamación unánime de los participantes: "La Sociedad de laIgWldad rechaza lacandidatu

ra Montt, porque representa los estados de sitio, las de portaciones, los destierros, los tribunales militares, la corrupción judicial, el asesinato del pueblo, el tormen to en los procedimientos de lajusticia criminal, la ley de

imprenta, la usura, la represión de todas las cosas aque puede extenderse, con perjuicio de los intereses nacio

nales yespecialmente con respecto al derecho de asocia

golpe de fuerza que pondría fin a la agitación. Entretanto, la prensa oficialista desarrollaba una intensa ofensiva

ideológica en contra de las doctrinas igualitarias. El Consejero delPueblo, publicado desde mediados de septiembre, alertaba a los artesanos sobre

los males que les acarrearía una revolución: al igual que en Francia en 1848, ésta provocaríalasuspensiónde todoslostrabajosque les daban el sustento948. También denunciaba la siembra de odios de pobres contra ricos y los propósitos de la Sociedad de la Igualdad de "traer a Chile la lu cha entre propietarios y proletarios"949. El club igualitario era sólo una maniobra para conquistar votos, puesto que sus verdaderos mentores no pertenecían al mundo del trabajo:

. - \ÍLa Sociedad de la Igualdad]... se compone de

ción"944.

[una clase de lasociedad, dirigida por otra de personas ique ignoran yescuchan, yde directores que saben yha-

Un desfile de los igualitarios por el centro de Santiago cerró aque lla memorablejornada. Lajunta Directiva de la sociedad elevo una repre sentación al Presidente de la República para protestar en contra del de-

| blan. Entre los directores y los dirigidos hay una línea

i divisoria que el nombre deIgualdad no borrarájamás.

creto del Intendente945.

Diez o doce hombres políticos, pertenecientes a la clase propietaria, educados en los colegios, vestidos

En los días siguientes, los igualitarios yliberales repitieron sus pa

seos desafiando el bando de la autoridad provincial940. La efervescencia

\a la europea, escritores u oradores, tienen por

vadurismo ridiculizó yestigmatizó duramente lainiciativa:

'subordinados a su influencia, palabra, y propósitos, centenares de obreros, por lo general sin preparación ¡alguna de educación, llevando otro vestido, y cuya

se extendió entre ciertos grupos de mujeres de la élite opositora La idea de constituir un club político femenino comenzó agerminar. El conser -

'«Vicuña Mackenna, Historia de lajornada

op. cil., pág. 223 Cursivas en, el origi

nal Zapiola entrega una versión ligeramente diferente de estas palabras, pero su conté

BÍ^SrjícSítl.tS^Santiago, 29 de octubre de 1850; Vicuña Macuba! Ztona de lajomada..., oP. cil., págs. 223 y224; Zapiola, La Sociedad.., op. cil.,

¡ocupación en la sociedad es escuchar los discursos de

;sus iniciadores. La palabra Igualdad, no quiere decir 'que sean iguales entre sí cosas tan divergentes, sino

Vnediante el dogma de la igualdadmaestros y discípu los, oradores y auditorio se reúnen en un objeto co-

irrún, cuya importancia, alcance político yconsecuen-

Pág' "'« "Representación hecha al Presidente de la República por lajunta Directiva de la

SociedadS,?lgZoacT,ElProgreso,Santiago, 29 de octubre^ ^ f ^ ^ rere firmado ñor Paulino López, Santos Valenzuela, José Zapiola, Rafael Vial, Ambrosio Larra"h"N.coá!vi..egas,Juan Aravena, Manuel Guerrero, Manuel Recabarren, Fran jeo BUbao ySantiago Herrera. Ésta fue la última -sa directiva de la sociedad. 946 VicuñaMackenna, Historia de lajomada..., op. cit., pags. ¿¿o-¿*v.

947 "Clubde mujeres", LaTribuna, Santiago, 6 de noviembre de 1850. 948 "Las revoluciones", ElConsejero delPueblo, Santiago, 14de septiembre de 1850. 949 "Las ideas abstractas i los hombres de principios", El Consejero delPueblo, Santia go, 20 de octubre de 1850.

4 4

•;

340

341

cias incumbe a los directores exponer y explicar a los

cho por la realización del camino de hierro? ¿Créisque

otros"950.

se aventuran así no más seis millones de pesos para que

, Otros órganos del peluconismo, junto con insistir en la manipula ción de los artesanos por parte de los opositores, cuestionaban la utilidad

Ide los cursosy conferencias populares. Los trabajadores no obtendrían

[nadaprovechoso asistiendo a ellas; las clases se terminarían una vez pa usadas las elecciones, al igual que el amor de los opositores por el pue-

Iblo951. La Tribuna levantaba laposición más dura: no bastaba con regla

dar desparramadosen loscampos en materiales inservi bles? ¿Créis que provocando la revuelta que en todas partes ha arruinado lasgrandes empresas,en Chileseva a poner mano a trabajos que necesitan años para dar producto? Siasí lo creen los predicadores de asonadas, que con su pan se lo coman. Pero los capitalistas,los usu reros, son por lo general muyrudos ylo entienden todo

mentar el funcionamiento de la Sociedad dela Igualdad o de organizacio nes similares: "La moda de los clubs [...] debía ser ahogada en su origen, esterilizada en sus primeros retoños para que no llegue más tarde el momento doloroso de tener que recurrir a medidas serias y enérgicas"952. Sarmiento fue el encargado de culminar la contraofensiva ideológi ca del régimen en contra de los igualitarios. El 5 de noviembre apareció en Santiago su célebre panfleto A quien rechazan i temen? A Montt. A quien

al revés. Nacionales o extranjeros apoyan a Montt con su

sostienen i desean? A Montt. Quien es entonces el candidato ? MontC53. Este

más a ilusiones, a quimeras doradas que muchas veces son verdaderas pildoras, con que el egoísmo sorprende a los ministros incautos pero amigos de lo brillante yfos

documento fue, sin duda, uno de los análisis contemporáneos más pers picaces sobre la situación de aquel momento. Atribuyendo el clima de descontento social a la recesión, Sarmiento sostuvo que había una revo

influjo, con sus pesos, porque Montt es para ellos la se guridad individual, Monttesla tranquilidad pública, la autoridad, la buena fe administrativa. A él se dirigen aún

hoyque no es presidente para proponerle losplanesdel camino de hierro, los medios de realizarlo con ventaja

del público, porque saben que no se abandonan así no

fórico"955 .

lución en marcha en Santiago954. Asumiendo la defensa del orden conV

servador, el ilustre exiliado argentino repitió las denuncias ya formula das en contra de los igualitarios por los partidarios del régimen, criticó las proposiciones de los opositores para salir de la crisis y planteó como soluciones el orden, la seguridad y la regularidad de la administración para poder atraer capitales nacionales y extranjeros que impulsaran obras de progreso, tales como la construcción de un camino defierro (fe rrocarril) entre Santiago y Valparaíso:

"¿Créis que la Sociedad de la Igualdad con sus pa seos y sus luchas y sus escupos al Intendente, hará mu-

950 "De los clubs", El Consejero delPueblo, Santiago, 12 de'octubre de 1850. Cursivas

Ese mismo día estalló un motín de la Guardia Cívica de San Felipe,

en el que la Sociedad de laIgualdad de la ciudad aparecía directamente involucrada956, lo que sirvió de pretexto al gobierno para decretar el 7 de noviembre el Estado de Sitio en las provincias de Aconcagua yde San

tiago957 . El9 de noviembre el Intendentede Santiago, invocando el "acto revolucionario ysedicioso [...] concebido, preparado yejecutado" por la Sociedad de laIgualdad de San Felipe,yconsiderando "que dicha sociedad ha sidopromovida yfomentadapor individuos afiliados en la quebajoel mismo nombre existe en Santiago: Que ambas sociedades se han mante

nido siempre en relaciones estrechas, obrando según las mismas bases y

proponiéndose los mismos fines"958, decretó laprohibición delaSociedad de laIgualdad "o cualquier otra de la misma clase"959.

en el original.

- '51 Editorial, El Verdadero Chileno, Santiago, 26 de octubre de 1850. Si bien las críti cas a las iniciativas de educación popular de la Sociedad dela Igualdadno eran nuevas, aho ra adquirían mayor virulencia. Ver [Editorial], La Tribuna, Santiago, 6 de junio de 1850.

955 Ibid.. pág. 16.

956 En la sección de este capítulo sobre las sociedades igualitarias de provincias,nos

9,2 | Editorial], La 'Tribuna, Santiago, 20 de octubre: de 1850. A fin de aportar argu mentos a favor de su petición de disolución, este periódico reprodujo el "Proyecto de lei sobre la disolución de los Clubs, presentado a la Asamblea francesa por León Faicher, Ministro del Interior, en la sesión del 26 de enero de 1849", La Tribuna, Santiago, 29 de octubre de 1850. En sus ediciones de los días siguientes La Tribuna continuó remachan

referiremos al caso de la Igualdad sanfelipeña.

do la misma idea.

mento del Interior. "Intendencia de Santiago", Santiago, noviembre 9 de 1850,ElArauca

953 A quién rechazan i temen..., op. cit. '954 En el segundo capítulo hemos citado este texto al referirnos a la decadencia eco nómica de la capital desde mediados de los años cuarenta, y al empuje que en cambio

de noviembre de 1850.

manifestaba Valparaíso. 342

957 Francisco AnjelRamírezy Evaristo del Campo,"Bandode Intendencia de San

tiago", noviembre 7de 1850. ElAraucano, Santiago, 7de noviembre de 1850. También fue publicadopor La Tribuna, Santiago, 8 de noviembre de 1850. 958 Francisco Anjel Ramírez y Evaristo del Campo, Documentos oficiales, Departa

no, Santiago, 9denoviembre de 1850. También fue publicado porla Tribuna, Santiago, 9 959 Ibid. Una visión completa de las motivaciones del gobierno para decretar las medidasde emergencia en "Documentos Oficiales. Departamento del Interior. Esposi343

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cer, la infiltración de agentes del gobierno, obligaron a posponer "para

Laresistenciadelosiguah^

mejores días" la proyectada rebelión903.

fue nula. Vicuña Mackenna cuenta en su^^™£™diarioEl

La absoluta incapacidad de respuesta de la Sociedad de la Igualdad al golpe de fuerza del gobierno fue el resultado directo del tipo de or

bre,alserdeclaradoelEs^ Progreso donde »«°^™^^y^ !»«"«» liberales. La decepSnt^^

ganización asamblearia adoptado desde mediados de año964 y del dis curso pacifista y legalista de sus dirigentes, que como Bilbao, habían anunciado a sus militantes que la sociedad se armaría "de flores"965. La contradicción entre el tono violento de los artículos de su prensa y los

"f 1nada habían ideado, ningún pensamiento nue vo había cruzado por sus cerebros, ni había en sus corazo nes otros sentimientos que el de una débil esperanza oun

actos de los igualitarios era flagrante. Cuando el gobierno decretó el Estado de Sitio, ninguno de los cuatro mil o cinco mil asociados que Bilbao había anunciado responderían como un solo hombre, se hizo

^ran temor. Se referían mutuamente los rumores que cirIban sobre Aconcagua, yque ya eran ^ una victoria completa sobre las tropas que habían salido de aquL UiZaseguraban que las tropas rebeldes se disciplinaban pira defenderse, otros que avanzaban sobre_Santiago en número de cinco mil; agregábase que el billónValdivia nuTvenía en camino para Santiago, se había sublevado Sra el Gobierno, regresado aValparaíso yhechose dueño de las fortalezas ybuques de aquel puerto

presente en las calles de Santiago966. La oposición no atinó a nada; ape nas concibió la idea de realizar en el centro de la ciudad un paseo de

protesta de las damas que en días anteriores habían pensado consti tuirse en club político. Ante las amenazas del bando conservador el proyecto fue desechado967. ! El poder del Estado, la obediencia y el temor tradicional a la autori dad fueron más fuertes que la inorgánica, vociferante e incoherente So\¿edad.de la Igualdad.

.

\

4

¡Arcos, había sido abandonada desde hacía varios meses. Los grupos de base podían incor-

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'°a"



por orden del

ra¡e»to del ba.allón Valdiv». en camino I^^'^Jm:¡s

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das entre los jóvenes militantes ylos viejos políticos liberales y, p

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4 4 4 4

m0p. cit., págs. 183-188.

I ,964 La organización "carbonaria" de grupos de veinticuatro hombres ideada por

g ««Vicuña Mackenna, "Diario...", op. tó.,pags. 174 y175. 961 Op. cil., pág. 178.

is.

•porar más militantes. Pero la mayor debilidad orgánica de la Sociedad de la Igualdad resi': día en el carácter asambleísta de su estructura. Los grupos de base que lograron constii tuirse fueron poquísimos -al parecer no más de seis-, siendo la asamblea general el único '• vínculo de la inmensa mayoría de los igualitarios con su sociedad. Si bien estas asambleas abiertas facilitaron la incorporación de centenares de nuevos militantes en poquísimos ; meses, el lazo entre la basé y los activistas del núcleo dirigente fue siempre muy débil. Era, por lo tanto, casi imposible que el club igualitario, con menos de ocho meses de vida y escasa consistencia ideológica, pudiera adaptarse a las nuevas condiciones y sobrevivir en la clandestinidad.

__ 965En el editorial del primer número del Amigo delPueblosc podía leer: "Proclama mos en alta voz la revolución y aceptamos el título de revolucionarios; pero hagamos co nocer a la nación entera que odiamos la revolución por la violencia, y que nuestro único objeto es el progreso de las ideas con ayuda de la propaganda escrita y hablada y sirvién donos de medios pacíficos". "El Amigo del Pueblo a los republicanos en Chile", El Amigo delPueblo, Santiago, 1 de abril de 1850. 966 Vicuña Mackenna, Historia de la jornada..., op. cit., págs. 281 y 282. 967 Un periódico gobiernista se refería a la iniciativa femenina opositora de la si guiente manera: "Para esta tarde están emplazadas las señoras igualitarias, para pasearse en la alameda. Si su ánimo es mostrar al gobierno cuánta es su confianza y la seguridad que les inspira, sean las bienvenidas. Pero si su ánimo es desafiar a la autoridad, despres tigiar las medidas de seguridad y o/)oncrfaldas al estado de sitio, les rogamos que reflexio nen sobre su desacordado empeño. Sólo las mujeres de la Halle en la revolución france sa, tomaron una actitud revolucionaria; y nuestras señoras se respetan hasta evitar la posi bilidad de comparaciones desdorosas. Si hubiese ánimo de burlar a la autoridad en estos paseos, nosotros les recomendaremos que en lugar de cañones, pongan de trecho en tre cho las bombas de apagar incendios. Una mujer mojada y chupada, es enemigo vencido y desarmado". La Tribuna, Santiago, 8 de noviembre de 1850. ,

'« Op. cil., págs. 183 y184. 345

344

^ Para el gobierno fue tarea fácil decapitar y desorganizar completa mente al club igualitario. En pocos días una gran parte de sus líderes y ' los más conspicuos miembros de la oposición liberal fueron arrestados. Eusebio Lillo,José Zapiola, Echagüe, el abogado Villarroel, los artesanos

•Ni

La constitución de grupos de mera conversación era la única con

signa que el principal de los líderes igualitarios, aún en libertad, estaba en condiciones de dar a sus militantes. A pesar de las declaraciones triun falistas de algunos de sus dirigentes971, la Sociedad de la Igualdad había

•j Neri yjosé María López, Manuel Guerrero y otros fueron deportados al

muerto.

j sur del país. Gracias a sus influencias y a componendas con el gobierno, j Bruno Larraín fue relegado a Choapa y Federico Errázuriz desterrado a ¡i Lima, al igual que losjefes liberalesJosé Antonio Alemparte yjosé Victo-

actuando en la clandestinidad, no hizo sino servir de apoyo a los planes

' '.riño Lastarria y el igualitario Santiago Arcos968.

hasta el desencadenamiento de la guerra civil de 1851 se sucedieron los

i j Un puñado de figuras igualitarias yliberales -entre ellos Francisco !¡Bilbao, Manuel Recabarren, eljuez Pedro Ugarte.José Miguel Carrera i¡(hijo del procer de la Independencia) y Benjamín Vicuña Mackenna-

complots y tentativas de derrocar al gobierno a través de un golpe que debía partir de unidades del ejército y de la Guardia Nacional. Para ello, los jefes de la oposición contaban con el concurso de numerosos iguali

1logró escapar a las detenciones, yen laclandestinidad comenzó a plani-

tarios que servían en las filas de este último cuerpo armado, los cuales recibirían apoyo de otros grupos de militantes, principalmente artesa

I r^car una respuesta al golpe de fuerza de la autoridad969. Bilbao redactó el 17 de noviembre un breve boletín manuscrito, El

Igualitario, destinado a ser distribuido entre sus desorganizados y descon certados seguidores. El texto era un buen reflejo del espíritu místico e in genuo de su autor y una muestra de la dramática impotencia de la disuel

El reducido grupo de dirigentes y militantes igualitarios que siguió conspirativos y golpistas de los caudillos liberales. Desde fines de 1850 y

nos. La oposición acariciaba el mito de una sublevación en la que se en

tremezclaban el pulsh y la jornada revolucionaria "a la parisina"972. Pero los vínculos de la oposición con el pueblo se habían hecho aún

buenos.

más frágiles desde la proclamación del Estado de Sitio. La participación artesanal en las redes conspirativas fue mínima. Apenas un puñado de artesanos igualitarios se integró a ellas entre noviembre de 1850 y lajornadadel 20 de abril de 1851. Los opositores aspiraban contar con el sos tén popular, y algunos de sus militantes, como Domingo Santa María y Benjamín Vicuña Mackenna mantuvieron contacto con los trabajadores, ya sea difundiendo entre ellos el mensaje liberal -especialmente después

Es preciso saber soportar las contrariedades. El porvenir sólo pertenece a los que tienen! la fuer za de la fe y la fuerza de los actos.

permitió la reaparición de los periódicos clausurados- ya sea organizan do algunas "partidas" dispuestas a actuar en el momento necesario973. Sin

ta asociación:

:
En Copiapó, otra de las escasas ciudades donde la oposición logró triunfar en las elecciones parlamentarias, su base de apoyo popular fue el Centro deArtesanos y Obreros. Colocado bajo la direción de Pedro Pablo Zapata, este organismo, que llegó a tener unos ciento cincuenta asocia

dos, funcionaba paralelamente a lajunta política de la oposición que di rigía el acaudalado empresario minero Pedro León Gallo y al Club Constituyente, formado porjóvenes de la élite libera}. Se reeditaba, así, la exitosa fórmula del bienio 1850-1851 de creación de organizaciones se gregadas según el origen social de los adherentes, pero coordinadas en su común actividad opositora1137. Por su lado, El Copiapino mantenía con

ción en esa estratégica provincia. El comité revolucionario, compuesto

por Pando, ytres personajes locales, dirigió los trabajos de constitución

de los centros obreros a cuya cabeza se colocaron siete trabajadores de

apellidos González, Fernández, Rojas, Pérez, Otacgui, Cobo yRocha. De

inmediato, los revolucionarios sededicaron a ganarel apoyo de algunos

sargentos ycabos del Batallón Talca. El núcleo de conspiradores se am

plió: a las pocas semanas se formó, sobre la base de algunas personali dades locales, unajuntaprovincial para dirigir eltrabajo subversivo. Aun

que la confabulación fue descubierta por los espías gobiernistas einme diatamente desbaratada por las autoridades en octubre, el fermento revolucionario no fue destruido, como quedaría demostrado dos meses más tarde, al estallar la guerra civil1139.

Concepción fue, al igual que enoportunidades anteriores, uno de los

principales focos de contestación del poder central. Los partidarios del gobierno yla oposición rivalizaron en sus llamados al pueblo, en particu laren direccióndel artesanado. Laoposición fundó,en marzo de 1858, un

periódico que retomaba el nombre del primer vocero de la Sociedad de la Igualdad. El Amigo delPueblo penquista se consagró celosamente asu mi

sión, convocando alos menestrales: "Compañeros artesanos: nonos deje mos arredrar porlos preparativos hostiles delaautoridad; son impotentes

contra la opinión general ylegalmente expresada de todo un pueblo"1140.

Mientras tanto, el oficialista Correo del Sur, trataba de neutralizar la propaganda opositora: "Artesanos, desconfiad de aquellos que se llaman

los amigos del pueblo y siembran en vuestro espíritu ideas desmoralizadoras ysubversivas, en vezde hablaros de vuestros deberes sociales y de señalaros el camino

mucho éxito un clima de agitación, sobre todo entre los artesanos, los

más expedito para llegar al colmo de la libertad [...].

cuales -según uno de los memorialistas de la guerra civil- ocupaban "sus ratos de ocio en discutir los principios proclamados en dicho diario"1138. En Talca, la oposición logró montar tres centros de obreros y arte

base de toda autoridad"1141.

Ellos colocan un puñal en las manos de un pueblo des carriado y señalan su víctima, y esavíctima es la ley, la

sanos compuestos cada uno por sesenta hombres. Su organizador fue el

activistaJuan Antonio Pando, llegado a lá ciudad a comienzos de septiem bre de 1858 con la misión que le encomendara la dirección del Partido Liberal de organizar un comité revolucionario que preparara la insurrec-

11M A.N.A.B.V.M., vol. 50, Apuntes de Don José Domingo Canto, mayo 20 de 1862, sobre la Revolución de Talca, fjs. 115-121; "Boletín del terror", El Amigo delPueblo, Con

cepción, 5de noviembre de 1858; "Talca", ElAmigo delPueblo, Concepción, 17 de noviem

bre de 1858; "Los presos deTalca", El Amigo delPueblo, Concepción, 19 de noviembre de 1858- "Presos de Talca", ElAmigo delPueblo, Concepción, 22 de noviembre de 1858; "Pre

Wb Op. cit.,{. 190.

sos políticos de Talca", El Amigo delPueblo, Concepción, 10 de diciembre de 1858; Figue

1136 ,

roa, Historia..., op. cit., págs. 518-520.

' Op. cil., fjs. 190vta.-192 vta.;"Laconversación del día",ElMercurio, Valparaíso, 15

1,40 Volante titulado A los Artesanos del Honor (Concepción, Imprenta de la Union,

de agosto de 1858; "Prisiones", El Mercurio, Valparaíso, 14 de octubre de 1858; "Prisiones

en Valparaíso", LaActualidad, Santiago, 19 de octubre de 1858; "Los procesos de Valparaí so", La Actualidad, 13 de noviembre de 1858; Figucroa, Historia..., op. cit., págs. 495-498. "" Figueroa, Historia..., op. cil., págs. 273-278.

17de abril de 1858); cncuadernadojunto alpcriódico/íi Amigo delPueblode Concepción,

entre las ediciones del 17 ydel 21 de abrjil de 1858. Colección de la Sección Periódicos de la Biblioteca Nacional.

1111 "Triunfo del Partido Nacional", El Correo del Sur, Concepción, 16 de marzo de

1158 A.N.A.B. V.M., vol. 48, Anselmo Carabantes, Historia de la Constituyente, fjs. 17 y i»-

i. 398

1858.

399

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gunos artesanos" apoyando asus respectivos partidos, así como las infor

4

maciones sobre manifestaciones de la campaña electoral con gran pre

causa aparte, porque él es el mayor número, y dar a co nocer en fin, que sabe tener miras elevadas en política e intervenir eficazmente en la parte que les toca en la

senciade menestrales1142. Pero, a diferencia de lo ocurrido en otras ciu

prosperidad nacional [...] ",146.

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Ambos periódicos multiplicaron los comunicados firmados por "al

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dades, a pesar de sus esfuerzos, ninguno de los bandos en pugna logró en 1858 crear estructuras más o menos permanentes para incorporar a los trabajadores a la contienda política.

El verdadero carácter de tan prometedora iniciativa no tardó en

aflorar: a comienzos de febrero, en una circular a los artesanos de pro vincia, el flamante club anunciaba que su "objetoexclusivo" era trabajar por la elección al Parlamento de laslistas de candidatosde la oposición, sin distinción de partidos (referencia implícitaa la presentación conjun

Los partidarios del gobierno montaron acomienzos de año laSocie dad Penquista, de efímera duración, afin de concitar apoyos enel artesa nado para la candidatura parlamentaria de Rafael Sotomayor1143. Las prohibiciones ymedidas represivas de laIntendencia anularon los anhelos de laoposición. La necesidad decontar con unclub político con capacidad de convocatoria hacia distintos sectores sociales, era evi

ta de candidatos de la fusión liberal-conservadora)1147.

Agitando la consigna "Patria y Libertad"1148, este club político se estructuró siguiendo el modelo policlasista de la Sociedad de la Igualdad. Contrariamente a lo anunciado en su nombre, no estaba integrado sólo

dente. Los liberales penquistas loreconocían, pero nofueron capaces de

implementar un proyecto de ese tipo1144. Sólo en 1859, durante la guerra civil, laoposición regional estaría encondiciones de aprovechar lafuer

por artesanos, también pertenecían a él connotados miembros de la éli

te liberal: junto a personalidades de las familiasVialyMatta se codeaban el ex igualitario Luciano Pina y el tipógrafo Gonzálezde la imprenta del

zacombativa de los trabajadores, organizando montonerasy milicias.

La actividad política fue particularmente intensa en Santiago du

Ferrocarril.

rante1858. Para canalizar elapoyo delostrabajadores durantela campa

Pero la unión política de aristócratas y trabajadores no estaba exen ta de contradicciones. La política de fusión con los conservadores fue combatida en la asamblea pública del 15de marzopor el tipógrafo Gon zález, empero fue defendida por el acaudalado Sr. Matta, logrando im ponerse como línea oficial. La necesidad de unir fuerzascontra el gobier

ña electoral, los opositores instalaron, a comienzos de ese año, la Socie dad Política de Obreros. Laconvocatoria inicialintentó proyectaruna ima

gen de independencia frente atodos los partidos, utilizando para ese fin

un lenguaje "clasista" destinado a atraer a los elementos populares. El objetivo anunciado era novedoso yambicioso; se trataba de "constituir por primera vez en Chile un partido aparte que represente genuinamen-

no fue el argumento decisivo que permitió el triunfo de la línea fusionista. Los artesanos debieron contentarse con la opción del "mal menor",

te las ideas liberales ylamejora de lacondición del pueblo"1145, precisan

decididade antemanoya susespaldas por laspersonalidades de laoposi ción1149 . El Acta de la asamblea expresó el malestar yel apoyo a regaña

do el proyecto en lossiguientes términos:

dientes que los menestrales entregaron a lafusión:

"Desprenderse de loshombresde fracque por con vicción nunca sehan propuesto sostenercon energía los interesesde la mayoría del pueblo que la forman los ar

"La sociedad de artesanos, convencida de que la división de los partidos aseguraría el triunfo completo del gobierno, triunfo que sería una deshonra para Chi le, y convencida al mismo tiempo que nuestro honor y

tesanos y obreros; trabajar para sacar triunfante de las urnas electorales a hombres que no olviden al pueblo al

día siguiente de la elección, o para dejar por lo menos sentado elprincipio dequeelpueblo emancipado delos aduladores políticos comprende que leconviene formar

nuestra independencia deben quedar a salvo de las in

dignas calumnias a que puede dar lugar el grande acto

1146 Ibid. ción, 15 de marzo de 1858.

1,45 "Los partidos políticos", El Correo del Sur, Concepción, 2de marzo de 1858

de artesanos- La Actualidad publicó en todas susediciones la lista de candidatos a diputa dos para Santiago "recomendados" por la "Junta Directiva de los trabajos de la Oposi

Asocia1144 "Se corre", El Amigo delPueblo, Concepción, 6 de diciembre de 1858; "As

4

ción", ElAmigo del Pueblo, Concepción, 10 de diciembre de 1858; 'Clubs", El Amigo delPue

4

blo, Concepción, 15 de diciembre de 1858. 1,45 "Sociedad Políticade Artesanos", ElMercurio, Valparaíso, 29 de enero de 1858.

;

1147 "Circular a los artesanos",ElMercurio, Valparaíso, 6 de febrero de 1858. 1148 "Reunión políticade artesanos", LaActualidad, Santiago, 6 de marzode 1858. 1149 A partir del 13 de marzo -es decir, un par de días antes de la asambleadel club

1142 Por ejemplo, "Manifestación del Partido Nacional", El Correo del Sur, Concep

:*•

ción". Los "propietarios" o titulares eran Francisco de Borja Solar, el general Marcos Maturana, Manuel Antonio Tocornal, Pedro José Barros y Domingo Santa María.

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de patriotismo y abnegación que proponemos a nues tros compañeros,

teles, talleres y barrios populares. A los soldados de la Guardia Nacional se les ofreció una repartición másjusta y equitativa del servicio militar

protesta: contra la lista de representantes para el congresodel partido que se titulaliberal-conservador [la

permanente que pesaba de manera casi exclusiva sobre ellos1154. Alos

fusión], porque al formarse esa lista no ha sido consultada

prometió impedir la destrucción de susviviendas proyectada por las au

laopinión del pueblo; pero deseando, guiado porlajusti

toridades:

habitantes de las míseras rancherías de los suburbios de la capital se les

cia, oponer una barrera a losabusos que nosamenazana todos, en biende la patria, seadhierea votar por esamis

"El gobierno actual, tan despótico y tan arbitrario,

ma lista quelaconciencia rechaza yporlacual abogan, en

ha llevado su arbitrariedad hasta despojaros de vuestra

las presentes circunstancias, los derechos violados, las le

propiedad, de vuestros ranchos, a pretexto de que afean la ciudad. Si se cumple su mandato, más de cinco mil infelices tendrán que abandonar sus casas en medio del invierno y sin saber donde refugiarse.

yes pisoteadas, yla prosperidad de Chile en peligro"1150.

La Sociedad Política de Artesanos1151 se plegó completamente a los pla nes de la fusión. A los pocos días, el híbrido "Partido liberal-conservador"

Ese mandato es arbitrario, es inconstitucional; y no

publicaba sus listas de electores para senadores en la capital. Encabezán dola aparecía el ultramontano arzobispo de Santiago. Al igual que en el

debe llevarse a efecto si un congreso de diputados inde

pendientes llama con tiempo a cuentas a los mandata rios que lo dictaron. Elegid vosotros a esos diputados; pero no vais a buscarlos en la lista del gobierno, porque esa lista no contiene más nombres que los de los palacie gos del presidente Montt, que han aprobado el despojo

casode los candidatos a diputado, todos los miembros de la lista eran con

servadores ultramontanos yliberales de la élite. Ninguno era obrero o artesano1152.

La convocatoria política de la oposición santiaguina se desarrolló entonces de la manera más tradicional. No hubo "-como en 1850- una

que se os quiere hacer.

tentativa deatraer a los sectores populares a un proyecto de "regenera ción del pueblo" sino, sencillamente, la agitación de un programa de

reformas generales yde algunas reivindicaciones propias de los trabaja

[...]. Si apreciáis vuestra familia, a vuestras mujeres, a vuestros hijos, si queréis tener un techo bajo el cual cobijaros en el invierno, votad por los diputados

dores, con un lenguajeyun estiloigualmente tradicional.El"Partido libe

independientes que pedirán justicia para vosotros"1155.

ral-conservador" propuso lareforma de las leyes de elecciones, de impren ta, de municipalidades y de régimen interior; la reforma de la Guardia

Cívica, de la administración dejusticia ydel sistema de contribuciones; laabolición del estanco ydelapena demuerte pordelitos políticos; com batirla partida de gastos secretos del presupuesto yhacer efectivo el de recho deasociación1153. Los panfletos electorales circularon porlos cuar-

El partido de gobierno ganó laseleccionesparlamentarias del 29de marzo en Santiago. La oposición denunció fraude yviolenciascometidas por una "turba andrajosa, y excitadapor el licor", dirigida por "futresitos" monttvaristas1156. Los resultados de las comicios municipales del 18

de abril fueron similares a los de congresales. Similares fueron también

las acusaciones y protestas de la/w.n'0'n1157. El oficialismo conservaba, por lo visto, una importante capacidad de manipulación ycontrol de segmen"50 "Sociedad patriótica de artesanos", Suplemento aLa Actualidad N'37 del lunes 15 de marzo de 1858. Este artículo fuepublicado nuevamente por La Actualidad ensuedición del 16 de marzo. Sobre la misma asamblea yel apoyo poco entusiasta de losartesanos a

los candidatos de la fusión, véase también: "Aclaración" y"Amados compatriotas artesa nos",^ Actualidad, Santiago, 17 demarzo de 1858; "Algunas palabras sobre laúltima re unión política de artesanos", La Actualidad, Santiago, 18 de marzo de 1858; "La protesta

de los artesanos", LaActualidad, Santiago, 19 de marzo de 1858.

1,51 Aunque enalgunos documentos se menciona alaSociedad Política de Obreros; en

otros ala Sociedad Política de Artesanoso, simplemente, ala Sociedad de Artesanos de Santiago y, aún aveces, ala Sociedad Patriótica de Artesanos, se trata, en realidad, de la misma organi zación.

1152 "Electores para senadores". La Actualidad, Santiago, 25 demarzo de 1858. 1,55 "Sociedad política de artesanos", op. cit.; La Actualidad, Santiago, 13 de marzo

1,54 Cívicos del departamento deSantiago (Santiago, Imprentadel País, 27de marzo de 1858).

1155 Habitantes delossuburbios deSantiago (Santiago, Imprenta del País, 27 de marzo de 1858). La alternativa propuesta por la oposición fue prohibir la construcción de nue

vos ranchos, pero permitir por razones humanitariasypor respeto al derecho de propie dad, la subsistencia de los que ya existían. "Ataque a la propiedad", Suplemento a LaActua lidad N' 48, del sábado 2 7 de marzo de 1858.

1156 "Las elecciones de Santiago", Suplemento estraordinario a LaActualidad N° 48, del martes 30 de marzo de 1858.

1157 "Las elecciones de municipalidades", Suplemento a La Actualidad del lunes 19 de abril de 1858.

de 1858.

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4

tos del mundo popular basado en los resortes que le entregaba su mane jo del poder estatal.

.

La Sociedad Política de Artesanos, montada conobjeüvos puramente

4

electorales, dejó de funcionar. La oposición se limitó ala acción mas tradi cional, centrándose en el trabajo periodístico yparlamentario, yen la rea lización de "banquetes patrióticos", asemejanza de los republicanos fran ceses de 1847 y18481158. Luego se constituyó un nuevo club político, el Club de la Unión, cuyo órgano de expresión fue, desde fines de odubre, La Asamblea Constituyente, colocada bajo la dirección de Benjamín Vicuña

4

sima: Larrecheda, Troncoso, MolinaySamaniego eran elementos aislados

4 4 4

Mackenna. Pero lapresencia popular enlanueva organización era escasí

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en medio de numerosos personajes de lasclases superiores

f 4

asamblea constituyente destinada agenerar una institucionahdad alter nativa ala del partido de gobierno, afines de 1858, no pudo movilizar a

4

mente anular la reunión del 12 de diciembre yencarcelar avanas dece nas de militantes fusionistas que pretendían comenzar aechar las bases de un nuevo ordenamiento constitucional1100. Desde aquel momento -de manera similar alo ocurrido apartir de la declaración del Estado de Sitio

4 4

4 4 4 4 4

.

La agitación opositora en Santiago tuvo, pues, como sujetos y destinatarios principales alos miembros de laélite. La convocación auna

un porcentaje significativo del mundo popular. El gobierno logro fácil

endiciembre de 1858-, laoposición no realizó ningún acto trascendente

en Santiago. Sus dirigentes se limitaron ainstigar la rebelión que estallo

en enero de 1859 en las provincias, sin contar con laenergía yel coraje

para encabezar ellos mismos la insurrección en la capital1161.

»» Este tipo de manifestaciones se desarrolló tanto en la cap'^l como en alguna, cabeceras de provincia: "Banquete Lebiatán",¿7 Copiapino, Copiapó, 29 de abril^de 18,8,

"Baile" El Copiapino Copiapó, 4de mayo de 1858; "Banquete", La Actualidad, Santiago,

4

de octubre de 1858; "Banquete patriótico en Santiago (Conclusión) ,El Amigo delPuebl

l'toclrtdi 1858; "'saLago. Banquete", El Mercurio Valparaíso 1!i deoc,.ore de

1RW "Ranauctc patriótico" y"El banquete i el teatro", La Actualidad, Santiago, 21 de

oSbrÍTlsSCtiago. Boquete patriótico", El^^^'^£^1 de 1858- "La cruzada de la opinión" y"Banquete patriótico ,Ll Amigo del Iublo, Concep don 29 de octubre de 185s" "Banquete patriótico", El Mercurio del vapor Valparaíso 31

Con epción, 1de noviembre de 1858. El bando gobiernista tampoco se privo de la Actualidad, Santiago, 23 de septiembre de 1858; "Banquete nacional en Santiago , El

4

Sociabilidad gastronómica para reunir asus adeptos. Véase: "Banquete gob.ern.sta La

4

Amigo delPueblo, Concepción, 1deoctubre de1858. "" Figucroa, Híiíoria..., op. cit., págs. 117-140 ysiguientes.

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4 4 4

4

Desde comienzos de, enero de 1859, de manera perfectamente sincroni zada, se produjo en distintas ciudades y regiones el levantamiento de la fusión contra el gobierno de Manuel Montt. La lucha militar de la oposi ción se expresó de forma diversa a lo largo del país: guerrillas rurales en la zona central y sur; guerrillas urbanas o intentos insurrecionales en Valparaíso, San Felipe y Talca; guerra móvil de posiciones en el Norte Chico, única zona donde losfusionistas lograron formar un ejército regu lar gracias a la influencia y poder de los ricos propietarios mineros. Colocado bajo él liderazgo de las familias Matta y Gallo, este sector social formó en el norte del país un amplio frente que incluía a los conser vadores disidentes, a los liberales de 1851, al peonaje minero y a vastos sectores de campesinos, obreros y artesanos urbanos. El levantamiento contra el poder central estalló el 5 de enero en los centros mineros de Chañarcillo yJuan Godoy. En Copiapó, Pedro Pablo Zapata a la cabeza de los militantes del Centro de Artesanosy Obreros, de reciente creación, se apoderó del cuartel de la ciudad y otros grupos se

posesionaron del resto de los puntos estratégicos de la ciudad1162. El "bajo pueblo" copiapino se unió al movimiento a través de acciones di rectas que tenían su propio sello: "Rendida la cárcel y abierta su puerta principal, el populacho que seguía las fuerzas constituyentes se lan zó frenético hacia su interior, destrozando las rejas de las prisiones y las barras de hierro de los calabozos y dan do libertad a los reos.

4 4 4

4

LOS TRABAJADORES EN LA GUERRA CIVIL DE 1859

Algunos de los individuos que formaban en la mu chedumbre anónima que invadió la cárcel, tenían deu dos allí detenidos y éstos al recobrar su libertad, se diri gieron a las salas contiguas deljuzgado donde destruye ron algunos procesos y otros documentos, robándose los instrumentos de los delitos que habían servido a los delincuentes para cometer sus crímenes"1163. Los reos liberados se unieron a individuos expulsados de la policía, y

bajo la conducción de dos de éstos últimos -de apellidos Aguayo y Pizarro-, sublevaron a los soldados de la guardia de la cárcel ya sometidos

. 119H,

»» Relatos pormenorizados sobre la convocatoria, los acontecimientos del 12 de diciembre ysus consecuencias inmediatas en: A.N.A.B.V.M., vol 49 M. Diario de pnsion

po Benjamín Vicuña Mackenna, fjs. 236-267; "Sucesos de Santiago" El Amigo delPuebl. Concepción, 20 de diciembre de 1858; "Correspondencias. Santiago",ElAmigo delPueblo, Concepción, 22 de diciembre de 1858; Figueroa, Historia, op cil., pags. 117-189.

«>•' Pedro Pablo Figueroa, protagonista ehistonador de la guerra civil de 1859 res

ponsabilizó alos dirigentes opositores de Santiago por la derrota, subrayando su falta de

previsión, su indecisión y pusilanimidad. Historia..., op. cil., págs. 216-218, 308-309, 274 y 275 y 459462. 1162 A.N.A.B.V.M.,vol. 48, Carabantes, op. cit., fjs. 28-31. 1,65 Figueroa, Historia..., op. cil., pág. 297. 405

404

a las fuerzas constituyentes. Aellos sesumaron los policías distribuidos en

se constituye un cuerpo civil de seguridad en resguardo y custodia de las propiedades"1167.

la vía pública y se dirigieron hacia el cuartel de la calle Yumbel. Sólo la

decidida actitud de Gallo yZapata, al mando de los constituyentes, logró conjurar el peligro: la revuelta espontánea de la turba copiapina fue sofocadapor las fuerzas del naciente poder. Pedro León Gallo fue nom

El nuevo poder creó rápidamente una fuerza militar para hacer frente a la reacción del gobierno de Montt. Aunque los sectores popula

brado Intendente delaprovincia yGeneral del Ejército Constituyente1164.

res eran los llamados a ser la base del contingente armado de la Revolu

Pero la convocatoria insurreccional al pueblo abrió -una vez más-

las compuertas del dique que aseguraba elorden social. La violencia po pular, en especial la del peonaje minero, se desencadenó en cada uno de

los alzamientos que se produjeron en la región, extendiéndose hacia al gunas ciudades: saqueos ydestrucciones se producíanal paso de los mi

neros. Afin deasustar a las clases acomodadas yobtener suapoyo algo bierno, la prensa oficialistaestigmatizó el movimiento del norte calificán

dolo de "sublevación de los vagos contra lapropiedad adquirida por el trabajo de otros"1165. El grito de alarma no estaba desprovisto de funda mento. Dehecho, el encuadramiento de lossectores populares fue una tarea ruda para el empresariado minero1166. En uno de sus primeros de cretos, promulgado el 6 de enero, Pedro León Gallo garantizaba la propiedad privada:

ción Constituyente, la élite fusionista implemento la organización de fuer zas militares que aseguraran su dirección del proceso. En distintas localidades se constituyeron cuerpos de milicianos voluntarios en los que se integraron numerosos elementos populares: en Copiapó se creó un batallón de artesanos bajo la dirección del sargento mayor Agustín Ra mos y Pedro Pablo Zapata recibió el grado de coronel del EstadoMayor. Pero también se establecieron cuerpos de defensa de la propiedad basa dos en comerciantes y otros propietarios. En Copiapó se formó una Guar dia de propiedad, alistándose en ella"todoslos propietariosygente visible del pueblo sin distinción de nacionalidad"1168; en Chañarcillo, la élite, te merosa de las asonadas peonales, formó el batallón los Zuavos Constituyen tes, compuesto por jóvenes de su medio social1169 y en Caldera, Anselmo Carabantes, Gobernador nombrado por el nuevo poder, después de

aplastar un motín de soldados del batallón cívico, creó una Guardia de "[...] teniendo en cuenta que en las actuales cir cunstancias personasmalintencionadaspueden atentar contra la seguridad y contra las propiedades e intereses

de los ciudadanos, [por lo que] las autoridades castiga rán esos delitos con las penas más severas, para lo cual 1,64 A.N.A.B. V.M., vol. 48,Carabantes,op. cil., f. 31.Otro relatosobrela insurrección copiapina en el mismo volumen es el deJ. N. Mujica, Apuntes de la revolución del 5 de enero de 59verificada en Copiapó, fjs. 26-33. Véase, además, Figueroa, Historia oh cit págs. 297-301.

1165 "Sucesos de Copiapó", El Correo del Sur, Concepción,' 25 de enerode 1859.

1166 El siguiente extracto de un artículo publicado en El{ Copiapino, un año antes de laguerra civil, refleja laconciencia que laclase propietaria tenía acerca del antagonismo de clases existente en las explotaciones mineras. Refiriéndose a la situación del mineral

de Cerro Blanco, a las continuas riñas entre sus trabajadores ya lainseguridad reinante, se concluía afirmando que "se puede decir ya sin temor deundesmentido que aquel dis trito secompone de dos clases de moradores, unos corrompidos, inmorales, irrespetuo sos, bárbaros, que son los barreteros yapires, yotros, los administradores ymayordomos, que forman el reverso de esa medalla, yque se encuentran enlucha abierta con los pri meros, nimás nimenos que se encontraban nohamucho enlaRepública Argentina uni tarios yfederales". "CerroBlanco", ElCopiapino, Copiapó, 9 de febrero de 1858. A través

de las columnas del mismo periódico también seformulaban quejas en contra de otras categorías detrabajadores, como los sirvientes domésticos, los obreros agrícolas ylos re partidores de pan. "Trabajadores", ElCopiapino, Copiapó, 8 dejulio de 1858. La escasez de mano de obra -queja permanente de lossectores patronales- era atribuidaexclusiva

mente a lainsuficiente represión delavagancia. "Escasez detrabajadores", El Copiapino, Copiapó, 19 de julio de 1858.

seguridad de "vecinos prestigiosos" a cuyo mandocolocó al cónsul norte americano Mr. Sivent1170.

En las zonas controladas por los gobiernistas las autoridades toma ron medidas similares: en La Serena, apenas conocida la noticia de la insurrección copiapina, el intendente Máximo Arguelles organizó una Guardia del orden, enrolándose "los más notables vecinos" al lado de los

maestros de taller que la autoridad consideró "prudente admitir en sus filas"1171. El cuerpo paramilitar debía "obrar con su prestigiosobre el pue

blo poco ilustrado que pudiera creer llegado el caso de satisfacer anti guos rencores". La prevención del intendente Arguelles era justificada: sustemores de que al no encontrar una resistencia armada de considera ción, la rebelión "engrosaría considerablemente sus filas con gente del

pueblo y no pocos mineros", se vieron confirmados poco después1172. "Contener a la plebe" y combatir el levantamiento opositor eran las dos 1167 A.N.A.B. V:A1, vol. 48, Mujica, o/>. cit.,fjs. 27 vta. y 28; Figueroa,Historia..., op. cit., pág. 304.

1168 A.N.A.B. V.M., vol. 48, Carabantes, op. cit., f. 43. Véasetambién en el mismo volu

men, Mujica, op. cit., fjs. 26yvta., además deltestimonio delviajero alemán Paul Treutlcr, Andanzas deun alemán enChile 1851-1863 (Santiago, Editorial del Pacífico, 1958), pág. 249. U6'J ( 169 Carabantes,

op. cil., f. 45.

1170f "Carabantes,

op. cil.,fjs. 33-37;Figueroa, op. cit., págs. 306-320.

1A.N.A.B.V.M., vol. 48, Carta de Máximo Arguelles al Ministro, La Serena, enero

1171

9de 1859, fjs. 193 y194. 1,72 Op. cit., fjs. 194 y195.

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caras de la política monttvarista a comienzos de 1859; del mismo modo como la política de lafusión apuntabaa derrocar al gobierno,utilizando la energía de lasmasas, pero frenando y reprimiendo sus desbordes. ElEjército Conslituyentelogró algunos triunfos importantes. Elmovi

al poeta Guillermo Blest Gana para dirigir el movimiento, en colabora ción con los principales jefes liberales de la ciudad. Uno de éstos, Horacio Manterola, por sus trabajos con mercancíasysus relaciones con

4

miento subversivo se extendió por todo el norte concitando numerosas

jornalerosdelpuerto, estaba llamado ajugar un papelclave en el proyec

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adhesiones:

to insurreccional1176.

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mento, compuesta en su mayor parte de paisanos que esperaban un fusil para ingresar al ejército revoluciona rio o para reemplazar a los que cayeran en el combate. [...] Desde 200 leguas del norte de Copiapó, como ser Cerro del Cobre, Paposo yChañaral, llegaban al cam pamento de Pichincha esforzados mineros a pedir un puesto de combate en las filas constituyentes.

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igualitario, que puso su ascendiente sobre losobreros yartesanos al ser

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A pesar de sus reveses iniciales, el gobierno logró reorganizar sus fuerzas, que infligieron el 29 de abril una derrota estratégica a Pedro

Este grupo cumplió su misión: los fusiles belgas fueron distribuidos entre numerososjornaleros. Mientras tanto, un grupo de combatientes

León Gallo en la batalla de Cerro Grande. El caudillo de la minería

dirigido por Manterola, entre los que se destacaba el fletero Santiago

nortina huyó aArgentina, pero una parte de sustropascontinuó el com bate contra el ejército gobiernista hasta ser aplastados definitivamente el 12de mayo. LaRevolución Constituyentehabía terminadoen el norte del

Torrejón, armados sólo de algunos revólveresy puñales, atacaba infruc tuosamente la Intendencia. Más elementos populares se unieron al mo

insurreccionales urbanos.

otros escenarios. En la zona central estallaron varios movimientos

Al iniciarse la guerra civil en el norte, la oposición porteña no se encontraba preparada para asumir la lucha armada. El fracaso de la conspiración de Lujan había desbaratado los planes opositores, pero muchas personas no renunciaban a la idea de organizar un levantamien to contra el gobierno. En ese contexto, a mediados de noviembre de

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es

diversos objetivos; el que debía apoderarse de la aduana sería comanda do por Bartolomé Riobó, dirigente de la Asociación deArtesanos, Francis co Villa y Santiago Nixon1177.

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trescientoa jornaleros, fleteros y lancheros. Blest Gana fue arrestado y Manterola asumió la conduccióndelmovimiento. Lafechafijada parasu estallidofue el 28 de febrero a mediodía. Distintosgrupos debían atacar

vicio de la causa constituyente1174.

país1175. Entretanto, la rebelión contra el gobierno se había desarrollado en

4

pero el poeta carecía de las dotes de un buen conspirador: cinco veces dio la orden de preparación del levantamiento y otras tantas mandó, en el último minuto, la contraorden de posponerlo. El desánimo comenzó a cundir entre los revolucionarios, entre los que se contaban unos

rios de 1851, entre los que se destacaba Pedro Pablo Muñoz, el ex líder

4 4 4

trucciones de Blest Gana eran hacer estallar la rebelión de manera simul

táneacon laque seproyectaba en enero de 1859 en otrospuntosdel país,

Y de La Serena enviaban propios por la vía terres

La victoria obtenida el 14 de marzo en la batalla de Los Loros,abrió

4

las reuniones las armas compradas al marino estadounidense. Las ins

tre, pidiendo armamento para sublevarse contra la au toridad del intendente Máximo ÁngelArguelles"1173.

las puertas de La Serena a las tropas de Gallo. En esta ciudad el apoyo populara la insurrección habíasido organizado por varios revoluciona

4

Para armarse, losconspiradores compraronfusiles al capitánde una goleta norteamericana ycontando con la complicidad de algunosjorna leros portuarios, prepararon las condiciones para apoderarse en el mo mento necesario de una partida de cajones de fusiles belgas depositada en los almacenes de la aduana. Losjornaleros FranciscoyPedro Cuadra yRufinoCisternas fueron losencargadosde transportar hastael lugar de

"Una numerosa muchedumbre rodeaba el campa

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1858, lajunta directiva del Partido Liberal de Santiago envióa Valparaíso

t

vimiento. La reacción de las autoridades no tardó en manifestarse: dos compañías de fusileros atacaron a los subversivos en el sector de La Plan

chada. Varios cuerpos del ejército y de la marina ayudaron a la policíaa rechazarlosataquesya efectuar la persecusión de losamotinadosque, al caer la tarde, ya vencidos, huían por los cerros y quebradas. Otros mili tantesno llegaron a actuar: los artesanos que se reunían en una bodega

1176 A.N.A.B. V.M., vol. 49, Horacio Manterola, Larevolución deValparaíso del28 de febrero de 1859, Santiago, noviembre de 1877, fjs. 144 y145. Esta memoria hasido publi cada en BAChH, N"32, Santiago, primer semestre de 1945, págs. 57-68. Véase, además, Figucroa, Historia..., op. cit., pág. 498.

Figueroa, Historia..., op. cit., pág. 331. 1 Op. cil., págs. 354-401,. s Op. cit., págs. 406-458.

1,77 A.N.A.B.V.M., vol. 49, Manterola, op. cil., fjs. 145-150; en el mismo volumen, Anónimo, La revolución de Valparaíso del 28de febrero de 1859, fjs. 168y169; Figucroa, Historia..., op. cil., págs. 499 y 500.

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de la calle Yungay, fueron denunciados yapresados por la policía, que

incautó setenta ycinco fusiles ydos canastos de municiones; en la calle

juela del Carmen otros trabajadores alcanzaron aarmarse, pero cometie

ron la imprudencia de probar los fusiles descargando tiros al aire Los granaderos acaballo de la policía cayeron sobre ellos ysin intimarles ren

dición los sablearon dejando aseis uocho heridos. Cuatro muertos ydie

ciocho heridos fueron las bajas de las fuerzas del gobierno en los distin

tos combates de ese día1178. Las cifras de muertos yheridos del pueblo y los insurrectos no fueron dadas aconocer por las autoridades, pero un

periódico progubernamental calculó que se trataba de setenta u ochen

ta personas1179. El "motín de rotos (populacho) encabezado por hombres

casi desconocidos entrelagente decente yhonrada", como localificaría

un órgano de prensa oficialista1180, había sido ahogado en sangre Al día

siguiente erafusilado eljovenAbelardo Villar, uno de los fundadores de

laSociedad Tipográfica, por haber puesto fuego ala puerta de la intenden

cia durante la insurrección1181.

Pocos meses más tarde, el 18 de septiembre del mismo año, después de terminada la guerra civil, estalló un nuevo levantamiento en Valparaí

so que costó la vida al general Vidaurre. Una vez más los sectores popula res fueron la columna vertebral de la rebelión: los tortilleros yvendedo

res de mote ydefruta transportaron ensus canastos las municiones alos

amotinados del batallón cívico yotros civiles que combatieron junto a

ellos. Movimiento aislado, lasublevación porteña de las Fiestas Patrias fue aplastada rápidamente por las tropas leales al gobierno1182. Alcompararestassublevacionesconladel,28de;octubredel851 en

la misma ciudad, se constatan algunos elementos nuevos que pueden AAr.A.fl.T/AT., vol. 49, Manterola, op. cit., fjs. 150-159. En el mismo volumen-

Anónimo, La revolución..., op. cil., fjs. 169-171; Parte oficial de Donjovino Novoa sobre la revolución de Valparaíso, Valparaíso, marzo 2de 1859, fjs. 194-198; Relación de don S

Cobos Urna 12 de junio de 1860, fjs. 199-228 vta. yRelación de A. Marín, Lima, 17 de mayo de 1860 fjs. 229-232. Véase también: "Pormenores del motín de ayer",£/ Comercio de

Valparaíso, Valparaíso, 1de marzo de 1859; "Motín de Valparaíso. Parte oficial del señor Intendente de la provincia", Valparaíso, marzo 2de 1859, ElMercurio, Valparaíso 8de

marzo de 1859; Figueroa, Historia..., op. cit., págs. 500-502:

"7,J "Asonada del 28", El Comercio de Valparaíso, 2de marzo de 1859. Estas cifras de

bajas entre la población civil pueden ser consideradas como bastante aproximadas ala realidad ya que en este mismo artículo -publicado antes que el parte oficial del Inten dente se diera aconocer- se fija entre veinte aveinticinco los muertos yheridos de las tro

pas del gobierno, lo que corresponde perfectamente alas veintidós víctimas reconocidas

por la autoridad.

"*° "Pormenores del motín...", op. cit.

; r ''8'^°,r"°notaantcPcnuhima-v24* Memoria que elDireclorio de la Unión de los Tipógrafos de Santiago..., op. cit., pags. 13 y14; Documentos sobre sociedades..., op. cit., págs. 206 y207.

,«j#v„„^.

y >247 Bodas de oro de la Sociedad de Socorros Mutuos de Obreros de Los Anjeles / de Novu»brede 1869. 1' de Noviembre de 1919 (Los Ánjclcs, Tipografía deJ. Troncoso, 1919), pag. 9.

4 432

moGobierno (Santiago, Imprenta Nacional, 1875), pág. 4.

1251 Las asociaciones católicas de obreros tuvieron doble importancia: político-ideo lógica, como instrumento en la lucha contra el liberalismo y la laicización del Estado y la sociedad chilena, además de mutualista propiamente tal. Por estas razones su caso es ana lizado en los capítulos XIV y XVII. 1252 Moisés Poblete Troncoso, La organización sindicalen Chile y otros estudios sociales (Santiago, Imprenta Ramón Brias, 1926), pág. 24. 1253 Ibid. Las cifras indicadas, tanto en esta nota como en la anterior, no incluyen a las mutuales que no habían solicitado reconocimiento oficial del gobierno. 433

un ejemplo de ser imitado por otros gremios obreros, considerándolas

EL COOPERATIVISMO

como un medio paratransformar alobrero encapitalista y"concluir con

En flagrante contraste con la mutualidad, el cooperativismo permaneció en estado embrionario o anémico. La mayoría de las iniciativas de cons trucción de cooperativas abortaron en el estadio de proyecto, perecieron al poco tiempo de su nacimiento o llevaron una existencia lánguida que, en definitiva, las condujo a una muerte más o menos rápida. Sin embar go, las tentativas de desarrollo de cooperativas no fueron escasas. Enjulio de 1863, Ramón Picarte, abogado, matemático e ingeniero de cierto renombre1254, fundó en Santiago dos efímeras sociedades coo perativas: una de sastres y otra de zapateros, que funcionaban en sendos locales situados frente a frente en la calle Estado1255. Ambas asociaciones

perseguían ambiciosos objetivos, que lograron realizarse durante el par de años de su existencia. La Sociedad de Sastresllegó a tener talleres y al macén de venta en el centro de la ciudad. La Sociedad de Zapateros o Socie dad de Boteros (era conocida por ambos nombres) perseguía los mismos

fines. Para obtener recursos para su funcionamiento, Picarte lanzó una suscripción pública de préstamos de $10 anuales, pagaderos en produc tos de su taller1256.

La acogida del público acomodado fue muy buena: doscientas per sonas -entre ellas connotadas personalidades liberales como Joaquín

Blest Gana,ManuelJosé Balmaceda, BenjamínVicuñaMackenna, Ángel

el proletariado", pues, en su concepción, "libertando al trabajo de la ti ranía del capital, alobrero deladependencia del maestro [ellas] supri men engran parte los agentes intermediarios ytraen elbuen mercado; y estableciendo una solidaridad completa entre todos losasociados fundan

una recíproca vigilancia que asegura su moralidad"1258. ElMercurio (gené ricamente liberal, pero sin definición partidaria) vio endichas asociacio nes el renacimiento de los gremios coloniales yla superación de movi mientos reivindicativos -como el de los sastres, que en años anteriores

habían agitado las calles de Santiago- por lavía de una redefinición de los objetivos de los trabajadores: "[...] los obreros de la capital, aleccionados por

una dura experienciade desengaños, han vuelto losojos a si mismos, yse han persuadido de quesu propiocapi tal era su trabajo, su independencia de la opresióndel taller era la unión de sus fuerzas y su mejor protección

fiscal estabavinculada en su propia reglamentación"1259.

Apesar de esos estímulos, las asociaciones desastres yde boteros tuvieron una existenciabastante fugaz, del mismo modo que una socie

Custodio Gallo, Federico Errázuriz yJosé Victorino Lastarria-prestaron

dad cooperativa creada poco después por el mismo Picarte, cuyo caso

dinero para la realización del proyecto1257. Las iniciativas de Picarte reci bieron el aplauso unánime de los líderes de la clase dirigente. Además de

sadabacuentadel proceso de rápida extinción de ambas instituciones:

los suscriptores, la prensa sin distinción de tendencias proclamó su apo yo a las asociaciones de boteros y de sastres fundadas y dirigidas por el joven científico.ElFerrocarril (monttvarista) percibió en estas sociedades 1234 Ramón Picarte nació en Santiago en 1820. Inventó un sistema de logaritmos; via jó a Francia en 1858. En París publicó una obra titulada La División réduite a une addition, que recibió la aprobación de la Academia de Ciencias de Francia. Sus tablas logarítmicas, al igual que otros dos libros de matemáticas, fueron impresos en París entre 1858 y 1860. De regreso a Chile se graduó de ingeniero y abogado y fue miembro de la Facultad de Cien cias Físicas y Matemáticas de la Univeridad de Chile. Después de sus infructuosas tentati vas de formación de sociedades obreras en Santiago, se trasladó en 1865 a San Carlos (pro

vincia de Nuble), donde intentó crear un falansterio semejante al de Fourier. Luego del fracaso de esta nueva iniciativa societaria, se consagró a sus investigaciones científicas, via jando nuevamente a Francia hacia fines de la década de 1880. Pedro Pablo Figueroa, Dic cionarioBiográficoGeneraldeChile(Santiago, Imprenta Victoria, 1888), 21edición, págs. 422-

analizaremos másadelante. Alos pocosmeses, una información de pren

"Ayer no más llegabaa nuestra noticia que lasso ciedades ya fundadas para la producción en común, languidecían y aun una de ellas estaba amenazada de disolución o de ruina, no por falta alguna de los pobres asociados, sino tan sólo por carencia absoluta de capi tal, elemento indispensable para su prosperidad y per manencia"1260.

Una última tentativa destinada a salvar la Sociedad desastres median

te laapertura de una suscripción de acciones de $200 cada una1261, no pudo impedir su desaparecimiento, del mismo modo que su homologa de zapateros.

423. Sus obras se conservan en la Biblioteca Nacional de Francia en París.

1255 [Editorial], El Ferrocarril, Santiago, 30 dejulio de 1863; Ramírez Necochea, His toria del movimiento..., op. cil., pág. 163. ' 1256 "Las asociaciones de obreros en Santiago",El Mercurio, Valparaíso, 29 de diciem bre de 1863.

«

1257 "Sociedad de boteros", El Independiente, Santiago, 8 dé marzo de 1864; "Asocia ción de boteros", El Independiente, Santiago, 21 de marzo de 1864. 434

1258 [Editorial], £/ffrrocarrí', Santiago,30 dejulio de 1863, op. cit.. 1255 "Las asociaciones de obreros...", op. cil..

1260 "Asociaciones de obreros", ElIndependiente, Santiago, 21 de abril de 1865. 1261 "Asociación de sastres", ElIndependiente, Santiago, 5 dejulio de 1865; "Asocia ción de sastres", ElIndependiente, Santiago, 26dejulio de 1865. 435

1

4 4

4 4 4 4 4

Hacia la misma época, en 1864, Picarte propuso la constitución de una organización que fuera cooperativa de consumos, sociedad de soco

rros mutuos ycaja de ahorros popular. Los objetivos de este organismo,

que bautizó Sociedad Trabajopara Todos, serían según lo estipulado en sus "[...] procurar asus socios alimentos sanos ybara

4

4

4 4 4 C 4

4 4 4 4 4 4

4 4 4 4 4 4 4

ción de ellos en gran escala, etc. [...], bajar el precio del

tivas de compra yde producción -entre estas últimas la Empresa oSociedad Industrial lanzadaen 1865 por laSociedad de Artesanos de Copiapó12*1 y el ta ller femenino de costura proyectado en 1868 por la misma institución

para ello la garantía de la sociedad, y[...] proporcionar les trabajo, estableciendo entre los asociados el cambio de los productos trabajados por ellos mismos"1262.

4

4

enseñanza profesional a los obreros, etcétera1266. Algunas sociedades de socorrosmutuosintentaron formar coopera

arriendo de las habitaciones de los socios, sistemando

4

4

tos (crudos ococidos, mediante lasupresión enlas com

pras de todo intermediario, como igualmente la confec

4

4

paradar trabajo aalbañiles, carpinteros ypintores que no fuerandueños de talleres fijos; establecimiento de escuelas dominicales para impartir

estatutos:

4

crisis económica, la cooperativa porteña se basaba en un sistema de ac ciones de $5 cada una, pudiendo poseer cada socio un número ilimita do. Susobjetivos eran variados yambiciosos: instalación de un bazar don de susmiembrospudieran vender suspertenencias en casode necesidad en vez de ser explotadosen lascasas de prenda; construcciónde edificios

La idea central del proyecto apuntaba asuprimir lo más posible los intermediarios entre el productor yel consumidor, comprando los artí

culos al por mayor, como una manera de abaratar los precios de los pro ductos de consumo popular. El plan contemplaba también la baja del precio de las habitaciones, ropa, enseres domésticos yotros artículos, produciéndolos en industrias de la misma sociedad1263. Para llevar acabo su propuesta, Picarte lanzó un nuevo llamamiento al público afin de con seguir $10.000, ofreciendo un interés anual de 10%. Eljoven matemáti

paralas mujeres yparientes cercanos delos socios dela mutual1268-, pero la mayoría se saldó en fracaso. Posteriormente, sólo la Sociedad de Sastres de Santiago-a comienzos deladécada de 1880, superíodo deauge-logró crear una cooperatiya de comprayde producción. La cooperativa sastreriladquirió terrenos paravenderlos por lotes congrandes facilidades de pago a sus socios1269 e instaló en 1882 un taller de sastrería sostenido por acciones de $10 cada una (con un máximo de cinco acciones por socio).

Los accionistas, tenían la obligación de preferirlas obras del tallera las demás tiendasde su género1270. Laasociación funcionó exitosamente du rante varios años hastaque fue liquidada por la crisis económicade la pos

guerra: los miembros de laSociedad de Sastres no podíanseguir cotizando

co anunció una permanencia en el centro de la ciudad todos los d>.as des

el 10% de su salario o ingresosemanal,como lo habían hecho durante la época de bonanza económica1271. Ninguna mutual logró un éxito seme

interesados1264. Al igual que Proudhon, su inspirador, Picarte espero en

jante en elcampo del cooperativismo. Sólo la Sociedad Escuela Republica na, organización sociopolítica popular, consiguió desarrollar entre ;1877 y1882 una cooperativa de construcción yreparación de edificios, laSocie-

de las doce del día hasta las tres de la tarde para dar explicaciones alos vano... La Sociedad Trabajo para Todos no pasó de ser un sueno generoso de su promotor.

.

La Asociación de Trabajadores de Valparaíso, cooperativa fundada el b

de enero de 1877 por Fermín Vivaceta ycuarenta yocho personas de di versos oficios, no tuvo mejor suerte1265. Creada en un contexto de aguda

1266 Op. cit., págs. 22-31.

1267 "Estatutosde la Sociedad Industrial",El Copiapino, Copiapó, 30de mayode 1865.

1268 "pr0yecto de reglamento del tallerde costura", ElCopiapino, Copiapó, 1Ldeju-

•™ Estatutos de la Sociedad titulada Trabajo para Todos (Santiago, Imprenta Nacional, 1864).

,

,2W Onofre Avendaño F., Organización Social Obrera i Examen de Conciencia. Conferen cias leídas en laSociedad de Carpinteros i Ebanistas "Fermín Vivaceta "el29 de marzo i enlaFede ración deHerreros, Mecánicos i Caldereros, el 8 deabril de 1908, (Santiago, Imprenta Europa,

1263Ibid.

1264 Estatutos de la Sociedad titulada, op. cil.

,

• • ,

«»Los oficios delos cofundadores que acompañaban aVivaceta eran los siguientes:

dos carpinteros, un escultor, un tornero, un carrocero, dos estucadores, dos albañiles, tres

pintores, dos empleados, dos relojeros, un zapatero, un aparador, un sastre, dos herré os un comerciante, un militar, un dibujante, un "capitalista", un Peluquero dos pandera, y una madre de familia. El carrocero era Exequiel Calé, fundador en 1875 de la ^lontratnnaldeHerrerosyCarrocerosdeValparaíso.Ve^ínV.vaceVa.UniónyFralernidadde^ res sostenida por las asociaciones cooperativas. Conferencia porFermín Vivaceta profesor de dibujo

3

liodel868.

ornaíental (Valparaíso, Imprenta de. "Deber", 1877), págs. 20-23 Este texto tam-

bien fue reproducido en La Industria Chilena, Santiago, 25 de agosto de 1877.

1903), pág. 9.

1270 "Mostacilla", ElPrecursor, Santiago, 1 de abril de 1882. Véase también "El taller de la sociedad de sastres", El Precursor, Santiago, 17de agosto de 1882.

1271 El caso de los sastressantiaguinosera realmente excepcional. La expansión de lademandacomercial productode la Guerradel Pacífico (sucooperativa producíauni

formes paraelejercito), losbuenos salarios obtenidos después de algunas huelgas dirigi das porlamisma mutual, junto alacolaboración delos patrones de las principales sastre rías de la capital, que descontaban el 10% de lossalarios semanales de sus obreros afilia dos a la sociedad de socorros mutuos, entregándolo directamente a la Sociedad deSastres, fueron las causas de la inigualada capacidad de ahorro de este gremio. 437

436

dad de Talleres, que sucumbió igualmente al cabode algunos añosa causa

"Lassociedades cooperativasno han surgido entre

de las dificultades económicas1272.

nosotros. Actualmente no existe ninguna, que sepamos,

Elcooperativismo de los núcleos más organizados de losartesanos y obreros delos años setenta yochenta-a menudo los mismos queseagru paban en las mutuales-, aparece asícomo una esperanza frustrada por

algún tiempo antes deque puedan cimentarse ydarsus

los apuros económicos y la indiferencia de quienes debían ser sus soste nedores o benefactores. "Tabla de salvación" de los proletarios en lascri sis económicas, según Vivaceta1273, el cooperativismo debía ofrecer, ade más, "la oportunidad de establecer principios verdaderamente útiles y conducentes para perpetuar los hábitos de organización social e indivi

Escuelas de trabajadores, filarmónicas

dual en las clases trabajadoras"1274.

La concepción del cooperativismo de Vivaceta -compartida por la mayoría de los militantes mutualistas ycooperativistas- no se basaba en el

concepto de luchade clases, sinoen el decooperación entre capitalistas y obreros según el cual "todosse prestan mutuosservicios yacrecientansu fortuna"1275. Las influencias de Fouriereran notorias yel propiolíder de

los trabajadores chilenos las reconocía abiertamente1276. Erauna expre sión del concepto de "regeneración del pueblo" que otro dirigente mu tualista difusor de laideacooperativista, el tipógrafo porteñoTomásJulio González, había expuesto pocosaños antes planteando la necesidad:

por lo menos enSantiago. Ysegún parece, transcurrirá frutos"1278.

de obreros y sociabilidad popular

Hacia fines de este período, comenzó a constituirse un nuevo tipo de

organización que ilustra desde un ángulo distinto, pero al mismo tiempo complementario al del mutualismo, el proceso de autoafirmación de una conciencia yde una cultura popular. Proceso que no puede entenderse

comoel de la afirmaciónde una "cultura" propia, contradictoria o abso lutamente autónoma de la "cultura chilena" de esta época, es decir, de

aquella generada preferentemente por las clases superiores. Las expre siones culturales ligadas a este movimiento parecen ser el resultado de una lectura popular del ideario liberal de "regeneración del pueblo",

especialmente entre el artesanado ylos obreros calificados de los princi pales centros urbanos.

"[...] que losdesheredados de la fortuna compren dan de una vez que la manera de mejorar su condición no está cifrada únicamente en subir el precio de su tra bajo,sino en aprovechar lo superfluo" [yque] "[...] vean

Desde las primeras décadas republicanas se produjo una lenta toma deconciencia porparte designificativos sectores detrabajadores manua les acerca de su especificidad yvalor dentro de lajerarquía social. La

que la única manera de redimirse de la miseria está en

sano", el "obrero" o el "industrial" (término equívoco que aveces desig

el ahorro y en emplear esas pequeñas economías en so ciedades que, como las cooperativas de consumo, les ofrecen toda clase de seguridades y garantías"1277.

na a los obreros manufactureros, en ciertas ocasiones a los artesanos y

prensa popular de la época es rica en este tipo de afirmaciones: el "arte

en otras oportunidades alos empresarios de este rubro económico) es la basede la sociedad, el elementomás activo yvalioso, elementoque debe elevarse social, económica, cultural y moralmente al sitio que le corres

La prédica cooperativista no tuvomayor eco: ni los trabajdores más

ponde por su aporte al bien común. Dicho ascenso sería el fruto de la

proclives a organizarse mostraron mucho interés en adherir a esta forma

elevación del "nivel moral e intelectual de los obreros y del pueblo en

de asociación, prefiriendo el mutualismo; ni los capitalistas se dejaron convencer del interés que lascooperativaspodían representar para ellos. Muchos años después, en 1908,un conocido dirigente mutualista sinte tizaba el balance de estasexperiencias en tres frases lapidarias:

general", através de la práctica del ahorro, del socorro mutuo ydel esta

blecimiento deescuelas para trabajadores yotras iniciativas destinadas a

facilitar el logro de los objetivos de mejoramiento social1279. Este credo era unbuen reflejo delas ideologías de progreso de laépocay, por ende, era compartido con diversos matices tanto por la propia élite de los tra

bajadores organizados en las mutuales yotras asociaciones populares

1272 La experiencia de la Sociedad de Talleres esanalizada junto a la de los primeros años de la Sociedad Escuela Republicana. Véase el capítulo XIII. 1273 Vivaceta, op. cit.,pág. PV. 1274 Op. cit., pág. 2.

1278 Avendaño, op. cit., pág. 14.

.,

1270 Los términos entre comillasse refieren a los"inmensosbeneficiosque trae con

1275 Ibid.

1276 Op. cit., págs. 37 y 38.

1277 Tomás J. González, Las sociedades cooperativas de consumo (Valparaíso, Imprenta de La Patria, 1873), pág. 27. 438

sigo la fundación de bibliotecas populares" yhan sido sacados de un oficio enviado el 2 de mayo de 1878 por la Sociedad de Sastres de Santiago al Ministro del Interior. A.N.A.M.L, vol. 826 (Intendencia de Santiago, 1878), s.f. 439

4 4

4 4 4

4 4

tro o por otras razones, no podían asistir a la escuela de la sociedad de

como por variadas corrientes de la clase dominante. De allí entonces la multiplicación de proyectos de las autoridades, instituciones privadas (políticas, religiosas yotras) yde las propias sociedades de socorros mu tuos para crear bibliotecas populares yescuelas de ypara trabajadores. Una aspiración de integración social através de la educación recoma a significativos segmentos del mundo popular1280.

artesanos1284.

Estas experiencias pedagógicas, sostenidas por las organizaciones

populares, respondían a la necesidad de "ilustración" y "moralización" del pueblo proclamada por losvoceros de las clases superiores y de los propios trabajadores mutualistas. Suacción tenía efectos limitados. Las dificultades financieras de las instituciones que las impulsaban, las malas

Nuestra atención se ha centrado en aquellas experiencias genera

4

das ocoprotagonizadas por las propias asociaciones populares en cola

4

boración con laintelectualidad liberal. Una caso analizado más adelan

4

go, la más importante en su género durante todo el siglo XIX, nos ha ser

condiciones de vida y de trabajo de los obreros y artesanos que consti tuían su alumnado, amén de otros factores, complotaban contra los ob

te, el de laEscuela Nocturna de la Sociedad de Artesanos "La Unión "de Santia

jetivos perseguidosipor susimpulsores: la cantidad de trabajadores que

4

vido de modelo para el estudio de las iniciativas de educación popular

4

mento, baste señalar que las escuelas nocturnas (o vespertinas) de obre

comprendierpn la necesidad de efectuarun trabajo más amplio para lo grarlaansiada "regeneración delpueblo". El proyecto reformador tenía que comprenderotrosaspectos de lavida: junto a la "instrucción" había que enfrentarel problema de las diversiones populares. Elalcoholismo, eljuego yotrasdiversiones "inmorales", lafrecuentación de "chinganas" ydemás "lugares dé perdición", debíanser reemplazados poractividades ydiversiones que contribuyeran a instruirydignificar a lostrabajadores. La tarea era titánica, puesto que el objetivo moralizadorencontraba sus principales escollos en algunas de las expresiones más arraigadas de la

4 4 4 4

4 4 4

4 4 4

impulsadas por las mismas organizaciones de trabajadores1281. Por el mo

ros yartesanos fueron numerosas. Tan sólo durante el período 18621879 fundaron establecimientos deeste tipo las sociedades deartesanos

de Valparaíso (1861, de corta existencia, siendo reemplazada más adelan te por talleres de herrería yde carrocería), Santiago (1862), Talca (1866, luego de un cierre, un nuevo plantel en 1869), Copiapó (1864), Linares

(1867), La Serena (1869, reemplazada por otra en 1874), Vallenar (1870), Coquimbo (1873, receso y reapertura en 1876) y Chillan (1874)1282. Además de estas escuelas, debería consignarse una serie de ini ciativas complementarias de educación popular como, por ejemplo, los cursos de francés, física yeconomía política para obreros en el Colegio Internacional de Santiago que comenzó aimpartir afines de 1875 Guiller mo C. de Larraya, redactor de La Industria Chilena12*3. Las clases eran con cebidas como uncomplemento alalabor realizada porlaescuela noctur na de artesanos regentada por "La Unión "de Santiago yestaban especial mente destinadas a aquellos trabajadores que por habitar lejos del cen-

4 4

4

4 4 4 4

4

concurrían a sus aulas era muy limitada. Algunos dirigentes artesanales

>28° La distinción entre escuelas "de"y "para" artesanos es importante, puestoque

denota el origen de la iniciativa. Las escuelas "de artesanos" eran creadas por las socieda

des de artesanos yformaban parte de un proyecto social yeducativo mas amplio, el del mutualismo. Las escuelas "para artesanos", en cambio, respondían alaacción de diferen tes grupos de la clase dirigente, interesados en la educación ymorahzac.on del pueblo. Véase al respecto Milton Godoy, "Mutualismo yeducación: las escuelas nocturnas de ar tesanos 1860-1880", en Última Década, Na 2, Viña del Mar, agosto de 1994, pags. 73-89. 1281 Véase en el capítulo XIV, el acápite "El asesoramicnto de las escuelas de artesa

i

sociabilidadpopular, cuyo carácter "bárbaro" ypremoderno chocaba con

el proyecto de modernidad ilustrada que se pretendíalevantar. Paraha cer frente a estas dificultades, antes y durante la Guerra del Pacífico, co

menzaron asurgir las primeras "sociedades filarmónicas de obreros". La de la capitalfue la primera en su género, sirviendo de modelo paralas que lesiguieron posteriormente Sugeneración fueabsolutamen te espontánea,a partir de un grupo de trabajadores que sereunían hacia 1871 en casadel destacado dirigente artesano Adrián Vásquezpara seguir cursos de baile. Poco a poco, el núcleo de aprendices fue consolidándo sey, en septiembrede 1872, decidióformalizar su existencia adoptando el nombre de Sociedad de Amigos y darse un reglamento. Antes de que transcurriera un año, hacia abril de 1873, el club de baile se transformó en Sociedad Filarmónica de Obreros de Santiago. Junto a Vásquez actuaba

TristánCornejo, otro dirigente mutualista,cuya contribución fue decisi va en el acto fundacional1285. La transformación operada significaba que

elgrupo de amigos inicial se proponía objetivos más ambiciosos. Éstos fueron definidos en sus primeros estatutos como la propagación de "la

nos ylas conferencias populares. El caso de la Escuela Benjamín Franklin ".

1282 "Memoria de la Sociedad de Artesanos de Valparaíso", ElArtesano, Talca, 11 de

julio de 1869; "Escuela para adultos", op. cil; La Escuela Federico Várela. Publicación en su 25 aniversario (Valparaíso, Imprenta Victoria, 1923); Documentos sobre sociedades..., op. cit.,

4

págs. 137ysiguientes, 380,381, 397y398.

4

compuesto por dirigentes mutualistas yalgunos patrones de manufacturas, unidos tras el

>283 Semanario del Directorio Industrial (o Sociedad Nacional Industrial), organismo

común objetivo del fomento ala industria nacional. Tema tratado en el capitulo XII.

4

,284 "Crónica", LaIndustria Chilena, Santiago, 18 de septiembre de 1875.

1285 Antonio Morgado, "Conferenciasleidas en la SociedadFilarmónicade Obre

ros. Suorijen i principios", Las Novedades, Santiago, 2 y 3 de enero de 1879; Tristán Cor nejo, "Conferencias leidas en laSociedad Filarmónica de Obreros. Suorijen i principios", Las Novedades, Santiago,9 de enero de 1879; López,op. cit., pág. C 3;Documentos sobre socie dades..., op. cil., págs. 236 y 237. 441

440

música, elbaile ylailustración entre sus miembros", que sólo podían ser obreros "o ejercer una profesióno industria"1286, haFilarmónica de Obreros

de Santiago era la precursora de las sociedades mixtas, es decir, estaba compuesta por personas de ambos sexos1287 y ejemplificaba a la perfec

ción el ideario del movimiento asociativo popular que se venía desarro llando desde mediados de siglo pues "encarnabala idea de arrancar al mayor número posible de compañeros de los goCes perniciosos de la ta

berna yremolienda, ycambiar sus hábitos por costumbres más pulcras y

"No se limitan sólo a formar su educación en el bai

le y el trato íntimo de salón; van más allá; no quieren que su obra sea incompleta [...] y he aquí el por qué han creado las conferencias que estimulan, obligando a cada asociado a dedicarse al estudio y las lecturas de buenos libros, para encontrarse en aptitud, cuando el caso lle gue, de explanar en esas lecturas conferenciales el fruto de sus trabajos intelectuales"1293.

adecuadas a la civilización actual"1288.

Diversiones sanas, ilustración, moralización ymás tarde, práctica del socorro mutuo entre sus asociados, eran los objetivos delanueva for

ba a través de clases de música, baile, teatro yoratoria, representaciones líricas yteatrales, organización deconferencias yconstitución de una bi

Un par de años más tarde, en 1878, Vásquez y Cornejo fundaron en Chillan una segunda Filarmónica de Obreros. Durante la guerra y en los años posteriores este modelo asociativo popular se extendería a nume rosas ciudades del país, cumpliendo un papel importante en el estrecha miento de lazos de amistad y colaboración entre trabajadores de distin

blioteca en susede social. Ydesde muy temprano se estableció un estre

tos oficios y de ambos sexos.

ma asociativa de la élite del mundo popular1289. Elideario se materializa

cho vínculo con el movimiento mutualista, del que provenían gran parte de sus dirigentes yno pocos de sus adherentes1290. El objetivo "regenera dor del pueblo" era el punto común entre ambos tipos de organización popular. El énfasis dado por la Filarmónica de Obreros a la "ilustración" y "moralización", junto a las severas normas de ingreso yde conducta im puestas a los socios, permitieron vencer la crítica insidiosa de los secto

res conservadores yultramontanos. Ninguna persona castigada porlos Tribunales deJusticia "con pena aflictiva oinfamante, por caso premedi tado", era aceptada en suseno1'291. Cualquier comportamiento conside rado inconveniente podía ser objeto de sanciones que iban hasta laex pulsión de la sociedad; los aspirantes que no tuvieran una profesión cla ramente establecida eran rechazados, yalgunos bailes que podían dar pábulo a críticas mal intencionadas -como la cueca yla aurora, conocida vulgarmente como el serrucho-, fueron prohibidos en lasedesocial1292. La

Filarmónica de Obreros ganó prestigio en los círculos de la élite liberal yal

interiordel movimiento asociativo popular. Marión Ross, directorde "La Unión" de Artesanos, decía de sus integrantes en 1876:

""" Estatutos de la Sociedad Filarmónica de Obreros (Santiago, Imprenta delaRenúbli-

ca, 1874),págs. 3 y4. 1287 Op. cil., pág. 3.

'

1288 Documentos sobre sociedades..., op. ai.,pág. 237.

1289 Si bien los primeros Estatutos (1874) no preveían actividades de tipo mutualis ta, con el correr del tiempo ésta surgió de manera espontánea. Apartir de 1879 fue prác ticacorriente-aunque no estatuida-que en caso de fallecimiento de un asociado suscorapaneros asistieran al funeral yaportaran algún socorro a la familia. Documentos sobre socie dades..., op. cil.,pág. 251 y 253. ,2M Op. cil., págs. 236-258.

Estatutos de la Sociedad Filarmónica de Obreros, op. cit., pág. 4. 12,2 Documentos sobre sociedades..., op. cit., págs. 241-249. 442

1293 M. Ross, "El Club Filarmónico de Obreros", La Unión. Boletín de la Sociedad de

Artesanos de Santiago, N2 8, Santiago, 1 de octubre de 1876. 443

4

4

4 4

i CAPITULO XII

4

LUCHAS, REIVINDICACIONES

4

Y COORDINACIÓN POPULAR

4

ENTRE 1861Y1879

4 4

4 4 4

4 I 4 4

4 4

4

4

El obrero ante nadie se humilla;

La herramienta es la espada del arte;

Yaunque su almaparezca sencilla,

Del obrero es escudo el sudor;

Lleva un germen en sí de altivez.

i

El trabajo es la herencia del hombre. Yel trabajo es virtud'y es honor. El obrero da impulso a las artes,

El será la palanca que siempre A los pueblos venturas procure: No palanca servil que asegure

A la industria, al comercio y a la

La prezde otro; su yugo después.

ciencia;

En sus venas circula la sangre

Con su sana y benéfica influencia Brota el árbolfeliz de la paz.

4

El trabajo consuela al quesufre, Le da aliento,firmeza y constancia

4

Y de su alma hace huir la

4

ignorancia, Que es del mundo la plaga fatal.

Que hace al hombre valiente y patriota: Mientras de ella le quede una gola Sus derechos sabrá disputar Del deber en la senda del mundo

Seguirá con anhelo la vía;

4

4

4 4

Su bandera, su norte y su guía,

Libertad y Progreso será1294.

El obrero es el hombre más libre,

Recuento y caracterización general de los principales

4

movimientos de protesta popular

4 4

Hasta fines de la Guerra del Pacífico la huelga obrera fue un fenómeno

4

poco común en Chile. Sin embargo, desde la década de 1860 los movi-

4

1294 C. D. L., "Himno del obrero", abril de 1875, La Razón, Santiago, 22 de septiem bre de 1884. Las iniciales corresponden a Cosme Damián Lagos.

4

445

míenlos reivindicativos de lostrabajadores comenzaron a recurrir más a

menudo al arma de la huelga. Una revisión de los principales movimien tos detectados durante este período demuestra que los'gremios más nu merosos ycon características más "proletarias" (como los de trabajado res portuarios) oaquellos que por su calificación, ingresos ycapacidad de organización ocupaban unrango superior enej seno delaclase obre raydel artesanado (como los tipógrafos, sastres yotros), hacían uso de manera más regular de esta forma de lucha.

MOVIMIENTO

Petición proteccionista de fabri

FECHA

LUGAR

Santiago-Valparaíso

Movimiento de herreros, caldere

julio-agosto de 1842

cantes de muebles y de ebanistas Santiago

1846-1848

Atacama

1847

Santiago

febrero de

ros, carroceros y otros gremios contra medidas de desalojo

'

Para facilitar lacomparación con las décadas precedentes, hemos

Tentativa abortada de levanta

clasificado en dos subgrupos (antes ydespués de 1860) la cronología de

miento minero

esos movimientos desde la Independencia hastala Guerradel Pacífico

Huelga de obreros de sastrerías

1849

CUADRO Ns 17

Rebelión de mineros y peones en

Chañarcillo

1851

EN LAS CIUDADES YCENTROS MINEROS DESDE LA INDEPENDENCIA HASTA 1879'295 MOVIMIENTO

Petición de pescadores

LUGAR

Bucalemu y desembocadura del río Rapel

Movimiento de mineros, de obre

1823

Peticiones antimonopólicas

Santiago

1824

de cigarreros

Movimiento de lancheros,

Valparaíso

trabajadores portuarios y otros

septiembreoctubre de

sectores populares

Amotinamiento de los alumnos de

1819

Santiago

1825

Petición proteccionista de curtidores y zapateros

Santiago

1826

Petición antimonopólica de

Santiago

1827

Norte Chico

1851

Santiago

diciembre de

ros carrilanos y otros trabajadores durante la guerra civil

FECHA

Petición de bodegoneros

26 y 27 de octubre de

el contexto de la guerra civil

MOVIMIENTOS POPULARES REIVINDÍCATEOS YDE PROTESTA SOCIAL

1851

la Escuela de Artes y Oficios Movimiento de cigarreros

Santiago

mayo de 1853

Movimiento de zapateros

Valparaíso

mayo de 1853

Huelga minera

Lota

1854

Disturbios de jornaleros portua

Valparaíso

21 dejulio de

í ?

1858

rios

Movimiento de artesanos y mine ros en el contexto de la guerra

Norte Chico

1859

civil

los cigarreros

Petición proteccionista de los

Santiago

ebanistas

Disturbios peonales

San Bernardo

1829

noviembre de 1835

Rebelión minera

Chañarcillo

julio de 1837

Rebelión de artesanos, jornaleros

Valparaíso

28 de

y fleteros portuarios

septiembre de

en el contexto de la guerra civil

1859 19 de enero

Rebelión de sectores populares en el contexto de la guerra civil

Talca

Rebelión de mineros del carbón

Lota-Coronel

de 1859

Rebelión de mineros del carbón

febrero de

1859

en el contexto de la guerra civil Lota-Coronel

septiembre de 1859

,295 No incluye los amotinamientos de prisioneros ni las sublevaciones al interior de

las fuerzas armadas y la Guardia Nacional.

446

Amotinamiento de los alumnos

Santiago

5 de diciembre de 1859

de la Escuela de Artes y Oficios

447

\

1

4

4

4 4

4

MOVIMIENTO

Huelga de obreros de sastrerías

LUGAR

FECHA

Santiago

1861

Petición salarial de obreros de sastrería

4

trucción del túnel de San Pedro

Huelga de peones de la cons

Valparaíso

1861

San Pedro (Quillota)

4

Violentos disturbios mineros

Lota

1863

Rebelión de mineros

Carrizal

1864

Huelga de lancheros portuarios

Valparaíso

ly2de

4 4

4 4

diciembre de 1864

Huelga de mineros Amotinamiento de los sirvientes

Chañarcillo

abril de 1865

Santiago

3 de septiembre

Petición de lancheros

Valparaíso

julio de 1871

Petición de fleteros

Valparaíso

22 de febrero de 1872

Petición salarial de porteros

17 y 18 de julio

Valparaíso

julio de 1873

Huelga de jornaleros portuarios

Valparaíso

del 13 defebrero a fines de marzo

Huelga de mineros

junio de 1875

Santiago

8 de octubre de

¡

Huelga de cocheros de la línea Huelga de obreros cigarreros

1875

Valparaíso

1876

Sublevación de peones de la

Bobadilla

construcción de la línea férrea

(inmediaciones del Maule)

Meelingde protesta a causa de

Santiago

mayo de 1872

Huelga de fleteros portuarios

Valparaíso

1 y 2 de mayo de

Huelga de obreros cigarreros

Valparaíso

Meelingde protesta a causa de

Valparaíso

1872

Santiago

agosto de 1872

agosto de 1872

Huelga de tipógrafos

Santiago

3 al 8 de

septiembre de 1872

Valparaíso

1872

Huelga de lancheros

Valparaíso

4 Huelga de lancheros

Valparaíso

Meelingde protesta a causa de

Chillan

Huelga de los barredores de la

Santiago

Meelingde protesta a causa de

Santiago

los obreros de Chile al Presidente de

Manifestaciones y acciones de

4

Santiago

10 de diciembre

diciembre de 1877

"turbas" a raíz de la ejecución

449 448

diciembre de

de 1877

la crisis económica y Petición de la República

4 de marzo de

1877

de un reo

4

21 de enero de

de 1877

la crisis económica y peticiones proteccionistas

1872

1873

enero de 1877

protecionistas

noviembre de

22 de marzo de

10 de diciembre

de 1877

la crisis económica y peticiones

Alameda

septiembre de

agosto de 1876

de 1876

Lota

Huelga de tipógrafos

diciembre de 1875-cnero de

Motín minero

Amotinamiento de los alumnos

;

Lota

la crisis económica y peticiones proteccionistas

Santiago

4

Valparaíso

de 1867

del Hospital San Juan de Dios

Huelga de cigarreros

4

6 de mayo de

del Matadero

4

4

Valparaíso

de 1874

de la Escuela de Artes y Oficios

4

abril de 1873

del Poder Judicial

4

4 4

Santiago

(ferrocarril Santiago-Valparaíso) 1862

4 4

FECHA

de 1873

Valparaíso

4

LUGAR

1873

Huelga de lancheros

Petición de fleteros y lancheros portuarios

4

Huelga de lancheros

1861

4

4

Huelga de cocheros del ferroca

20 de marzo de

4

4 4

']

rril urbano

4 4

4

MOVIMIENTO

MOVIMIENTO

Manifestaciones y disturbios de

fleteros) fueron durante la mayor parte del siglo XIX uno de los secto LUGAR

Santiago

carretoneros del aseo

Manifestaciones populares nacio nalistas y de protesta por la crisis

res de trabajadores que más recurrieron ala huelga como elemento de presión para satisfacer sus reivindicaciones. Su combatividad yradica lismo tuvo su contraparte en la actitud generalmente intransigente de

FECHA

4 de febrero de los 1878

Santiago

las autoridades. Excluyendo al mundo minero, las huelgas mas severa

mente reprimidas fueron las protagonizadas por estos gremios. Ello se explica por la magnitud yvariedad de los intereses afectados en cada

8 de octubre de 1878

económica

uno de esos conflictos: en caso de paralización de las labores portua

Huelga de tipógrafos de El

Santiago

rias sufrían pérdidas los exportadores, los importadores, los grandes

enero de 1879

comerciantes yel propio Estado, que obtenía sus principales ingresos

Estandarte Católico

de los derechos de aduana.

Fuentes: Periódicos, impresos y documentos de archivos de la época citados al final del

.

Las reivindicaciones de los trabajadores portuarios -en especial las

libro.

de lancheros yfleteros- tenían un carácter peculiar. Muchos de ellos eran trabajadores independientes que poseían su propio instrumento de tra

bajo (la lancha) que arrendaban junto asus servicios alos comerciantes val Estado. Su posición social se situaba amedio camino entre el artesa no yel proletario, tal vez más cerca de este último. Otros, probablemen te la mayoría, no poseían más que su propia fuerza de trabajo, pero com partían la mentalidad ymuchas de las reivindicaciones de los primeros,

i Un análisis de esta lista -de seguro incompleta- permite sacar, al menos, las siguientes conclusiones: l9) Hasta la guerra civil de 1859las

acciones reivindicativas yde protesta social más masivas fueron los pro tagonizadas por mineros, asumiendo frecuentemente la forma de vio

lentas rebeliones; 2a) Los movimientos urbanos más comunes en épo cas de paz tuvieron como protagonistas a los artesanos que reclama banmedidas proteccionistas; 3a) Los períodos deguerracivil eranpro picios para la expresión violenta de las reivindicaciones populares y para la realización de distintos actos de protesta¡social; 4a) Las huelgas

del mismo modo como los "oficiales" yaprendices de los talleres artesanales compartían la de sus "maestros" ojefes de taller.

Los fleteros ylancheros portuarios, al igual que muchos gremios de obreros yartesanos de la época, veían en el proteccionismo una solución

para sus problemas, sobre todo cuando el origen de éstos era, oparecía

obreras propiamente talesfueron muyraras en las áreas urbanas; 5a) A partir de la década de 1860 ygraciasal incipiente proceso industrializa

dor, a la liberalización política y al comienzo de un largo período de paz interior, las huelgas de obreros urbanos comenzaron a ocupar el

mb

primer lugar en las luchas populares, sobrepasando a menudo en fre cuencia y en cantidad de personas implicadas, los movimientos de mi neros y las peticiones de artesanos; 6a) Durante los años setenta estos

rentes ciudades y de distintos oficios; 7Q) Los movimientos reivindicati-

vos de obreros, peones yartesanos revistieron, a partir de entonces, un carácter más autónomo respecto de lascoyunturas políticas, pero más dependiente de los períodos de crisis económica.

Una revisión másparticularizada de losprincipales movimientos del período 1861-1879 nos permite adentrarnos más en su caracterización.

los fleteros ylancheros de Valparaíso presentaron una peticionpara pro hibir elservicio que hacía una barca avapor en dicho puerto . En 1864 los mismos gremios desencadenaron una huelga al sen tirse amenazados por la aprobación de una ordenanza de aduanas que

contenía diferentes disposiciones de tipo librecambista (entre ellas la

conflictos se intensificaron y aparecieron las primeras formas de coor

dinación más o menos permanente entre obreros y artesanos de dife

ser, la competencia de las empresas capitalistas que contaban con medios de trabajo más modernos, como sucedió por ejemplo, en 1862, cuando

S "i.

abolición del privilegio de cabotaje para los barcos que enarbolaban pabellón chileno). En realidad, como afirma Claudio Veliz, la declara ción oficial de que el cabotaje chileno quedaría abierto atodas las ban

deras era sólo la ratificación dejure de una situación que había existido de hecho, por lo menos desde 1859"12". Pero la nueva reglamentación

agravaba las cosas en perjuicio de los fleteros chilenos, ya que estable

cía como derecho general para todas las naves extranjeras, lo que has ta entonces se permitía atítulo de privilegio limitado aalgunos anos ya

algunos tipos de embarcación. La ordenanza de 1864, aduciendo la lu

LAS HUELGAS DE TRABAJADORES PORTUARIOS

Por el grado de concentración y por las características de su organiza ción corporativa, los gremios portuarios (de jornaleros, lancheros y

cha contra el contrabando en Valparaíso, imponía nuevas ycomplica™[Editorial], El Ferrocarril, Santiago, 24 de marzo de 1862. "" Veliz, Historia de lamarina..., op. cit.ipág. 141. /

450

451

4

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4 4 4

4 4

4 4

dos requisitos a las lanchas que pretendían hacer trabajos de carga y descarga de los barcos fondeados en el puerto. Esto significaba que

por cada salida delabahía los lancheros debían contar con unaautori zación especial. El gremio vio en ello una injusticia y una condición imposible de cumplir ya que se perdería más tiempo en formalidades burocráticas que en el trabajo de carga ydescarga propiamente tal. Su movimiento fue apoyado por ElMercurio y los comerciantes de Valpa raíso, cuyos intereses rara vez coincidían con los de los trabajadores portuarios. Pero esta vez, elmencionado periódico consideraba lanue va ordenanza de aduanas como "una calamidad que pesa sobre todo el

4

mundo, desde los fleteros y pescadores hasta los capitalistas y grandes

4

industriales"1298.

4

prohibía salir fuera de la bahía a remolcar buques, los fleteros se decla

Después de solicitar alIntendente la anulación de laordenque les

4

raronen huelga el 1de diciembre. Ese mismo día,veinte de ellos fueron detenidos yconducidos a la cárcel por negarse a trabajaren el embarque depasajeros. Al segundo díadeparo elgobierno cedió yotorgó a los lan cheros licencia permanente para salir de la bahía al encuentro de los barcos. Los principales comerciantes de la ciudad,alentados porel triun

4

fo de los fleteros, se reunieron el 5 de diciembre y presentaron una peti

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4

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bertad de la mayoría de las chalupas hizo cesar rápidamente el movi miento de los fleteros1301.

La huelga que protagonizaron los lancheros de Valparaíso el 22 de

marzo de 1873 también tuvo su origen en la aplicación de las normas que regían las faenas. El encarcelamiento de algunos de ellos, acusados de subir a los barcos antes del cañonazo que tradicionalmente se tiraba cada mañana como señal de inicio de las labores de carga y de descarga, fue la chispa que hizo estallar el conflicto. La irregularidad del tiro del cañona zo -a veces muy temprano, a veces muy tarde-, que provocaba pérdidas de tiempo, ya había sido denunciada por los trabajadores. La medida represiva tomada en contra de algunos miembros del gremio por una falta atribuible a la mala organización de la dirección del puerto, desen cadenó la acción de protesta. Los huelguistas actuaron con decisión: quienes persistían en querer trabajar fueron disuadidos de palabra y de hecho. Algunas pedradas dieron cuenta de los esquiroles. La puesta en libertad de los lancheros presos por infringir las disposiciones reglamen tarias puso término al movimiento1302. El gremio volvió a movilizarse pocas semanas más tarde. El 6 de mayo sus integrantes se declararon en huelga exigiendo reajustes en sus remuneraciones. Ese mismo día, los trabajadores vieron satisfechas sus

ciónalgobierno paraque reformara nuevamente la ordenanza. Estaten tativa fracasó yel código fuemantenido hastafines de 1872, fecha en que

demandas, volviendo a sus faenas habituales1303.

fue promulgado uno nuevo1299.

clima de agitación reivindicacionista se extendió a losjornaleros portua rios; las principales casas de comercio de la ciudad reaccionaron y el 9 de mayo elevaron una solicitud al superintendente de aduanas para obtener la autorización de contratar jornaleros no matriculados en el gremio para efectuar los trabajos de despacho de mercaderías1304. El gremio de jornaleros respondió denunciando a través de una carta publicada por la prensa, la "ilegalidad" de la petición del comercio (puesto que la orde nanza y la tarifa que lo regían tenían su origen en una ley que sólo el Congreso estaba habilitado para cambiar) y las instigaciones de los de pendientes de aduana. Respecto de sus aspiraciones, losjornaleros seña laban que frente a las alzas generalizadas de precios y de salarios en otros

Los puntosde fricción entre trabajadores portuarios, autoridades y comerciantes eran múltiples.Junto a las reivindicacionessalarialeso de tarifado, las disposiciones que reglamentaban el trabajo eran fuente de frecuentes conflictos. La petición presentada al Intendente de Valparaí

so en julio de 1871 por los dueños de lancha, apuntaba a obtener la promulgación de un reglamento quefijara normas respecto de los indi viduos que ellos contrataran, a fin de evitar las pérdidas o robos de mer caderías. Una demanda de este tipo contaba, naturalmente, con todo el apoyo del comercio1300.

Lahuelga de fleteros del puerto de Valparaíso, que tuvo lugar el 1 y2 de mayo de 1872, se originóen la decisión del comandante del Res guardo de amarrar en la boya de reclusión a varias chalupas por haber atracado al vapor británicoPacific antes que la Gobernación marítima y el Resguardo hubieran verificado la visita de fondeo, y en la negativa del mismo funcionario para que las lanchas salieran fuera de los lími tes de la bahía a la búsqueda de buques para remolcar. La puesta en li-

Las repercusiones del nuevo movimiento fueron considerables: el

sectores, ellos no tenían otra alternativa que reajustar los suyos. Así, por ejemplo, citaban el caso de los lancheros y demás trabajadores del cabo taje que habían triplicado susjornales, provocando la partida del gremio

de jornaleros de muchos individuos para dedicarse al trabajo mejor re munerado del cabotaje. Esto había generado una escasez de jornaleros

'"" "Valparaíso", ElFerrocarril, Santiago, 3 de mayo de 1872.

4

4 4 4 4

12'J* El Mercurio, Valparaíso, 2 de diciembre de 1864. 1259 A.N.A.M.H., vol. 511 (Intendencia de Valparaíso, 2» semestre de 1864), Inten dencia de Valparaíso, noviembre 25 de 1864, s.f. ""° A.N.A.M.H.,vol. 755 (Intendencia de Valparaíso, 2a semestre de 1871), s.f. 452

1102 ElMercurio, Valparaíso, 22 de marzo de 1873.

1303 ElMercurio, Valparaíso, 6 de mayo de 1873; ElFerrocarril, Santiago, 7 de mayo de 1873.

no!«£j grcmi0 dcjornalcros". El Mercurio, Valparaíso, 11 de mayo de 1873. 453

en las cuadrillas del gremio, lo que obligaba a sus integrantes a contratar trabajadores al triple del valor normal para realizar la labor acordada. Sus reivindicaciones eran, por lo tanto, perfectamente legítimas yjustifica das1305.

Aunque el asunto no pasó a mayores, la inquietud cundió entre sec tores de la élite porteña:

"Porque lo ocurrido ahora con el gremio de jorna leros -decía un anónimo lector de El Mercurio- no debe

mirarse como un hecho aislado y que puede morir en su nacimiento: no, ello es síntoma de un trastorno social

que puede acarrear las más funestas consecuencias aun

para los mismos que los promueven, si np se le pone un atajo eficaz y que mate para siempre ese espíritu de co munismo que comienza a germinar en nuestro pue blo"1306.

:

omiso de estas normas, por lo que el Gobernador les impuso una mul ta. El 17, desde las primeras horas de la mañana, los lancheros suspen dieron sus labores de transporte de mercancías y de pasajeros, a lo cual el comandante general de marina respondió decretando una multa a los huelguistas y destinando los botes de los buques de guerra para efectuar el servicio. Al día siguiente, los dueños de lanchas dieron su brazo a torcer comprometiéndose a través de una carta dirigida al In tendente a aceptar el pago de la multa ysolicitándole "su auxilio y pro tección", "sin perjuicio de las medidas que deban tomarse contra los cabecillas o promotores" del movimiento1309. La diferenciación social existente entre los patrones de lancha (asimilables al artesanado) y sus asalariadosquedó de manifiestode manera muynítida en este desenla ce. En los conflictos posteriores de las "gentes de mar" el protagonis mo de los obreros iría en aumento. Era un signo de las transformacio

nes socioeconómicas que el país estaba experimentando en su tránsito hacia el capitalismo.

A comienzos de 1874 la situación económica del país se degrada

Poco tiempo después, Daniel Feliú, una personalidad muy cono cida de la masonería local, creyó necesario pronunciar una conferen cia sobre el trabajo y las huelgas en la Escuela deAdultos Blas Cuevas13'11. Reconociendo en principio el derecho a huelga de los obreros, se de dicó durante su exposición a atemorizar a sus auditores, recordando el

peligro que corrían los trabajadores al hacer uso de él. Yapoyabasu de mostración, entre otros ejemplos, en el reciente paro de los fleteros: "Hay [...] industrias en que es muy fácil reemplazar a los obreros que últimamente se han declarado en huelga; el comercio no soportaría una huelga prolongada de fleteros, sin establecer por su cuenta un ne gocio de carga y descarga de mercaderías y embarque y desembarque de pasajeros"1308. La desazón de los sectores dirigentes se expresó en el Parlamento con motivo del estallido de una nueva huelga de fleteros de Valparaíso en julio del mismo año. La causa de este conflicto fue, al igual que en ocasiones anteriores, la aplicación de los reglamentos marítimos y de las disposiciones aduaneras que prohibían a los lanchas acercarse a los buques anclados en la bahía hasta que el capitán del puerto y los em pleados del Resguardo no hubiesen efectuado una visita de inspección a las naves recién llegadas. El 14 de julio varios fleteros hicieron caso

ba de manera sensible, provocando un fuerte aumento del costo de la vida. Al alza de los precios de los artículos de primera necesidad se su maba una fuerte disminución de la actividad marítima. Para compen

sar la pérdida de su poder adquisitivo, losjornaleros del puerto de Val paraíso pudieron un aumento de 50% del tarifadode transporte fijan do una fecha tope para obtener satisfacción a su demanda1310. La demanda fue rechazada. Adelantándose a la posible huelga,

un decreto supremo ordenó la reorganización del gremio. Los trabaja dores cesaron sus actividades el 13 de febrero; el administrador de

aduanas expulsó a sus dirigentes, retuvo los fondos de ahorro yautori zó a las casas de comercio para que efectuaran las operaciones de des pacho de aduana yde cargaydescarga de losbuquescon hombrescon tratados por su propia cuenta1311. Durante el conflicto -que duró casi un mes y medio- losjornaleros debieron enfrentar la represión poli cial, las tentativas de las autoridades por crear un nuevo gremio y las

campañasde desprestigio de la prensa, el comercioylos poderes públi-

"°'J "Congreso Nacional. Cámara de Diputados. Sesión Estraordinaria en 27 de octubre de 1873", LaRepública, Santiago, 29 de octubre de 1873. 1310 "Losjornaleros i lajunta de beneficencia", ElMercurio, Valparaíso, 22 de ene

ro de 1874; "Gremio de jornaleros", ElMercurio, Valparaíso, 29 de enero de 1874; "Cuestiónjornaleros", ElMercurio, Valparaíso, 25 de marzo de 1874. nos «pj jrrcrmo dcjornalcros", ElMercurio, Valparaíso, 14 de mayo de 1873. une ..pj grcmj0 de jornaleros", ElMercurio, Valparaíso, 13 de mayo de 1873. ,307 Sobre este plantel creado ysostenido por la masonería porteña, véase el capítu

15,1 A.N.A.M.H, vol. 1279 (Intendencia de Valparaíso 2, 1883), Intendencia de

Valparaíso, Valparaíso, 14de febrero de 1874, s.f.; "Aviso. Gremio dcjornalcros y lan cheros", ElMercurio, Valparaíso, 13 de febrero de 187A; ElMensajero delPueblo, Santiago, 21 de febrero de 1874; Francisco Echaurrcn, "Memoria del Intendente de Valparaíso",

lo XIV.

1308 Daniel Feliú, El trabajo y tas huelgas de obreros, Conferencias populares dadas en la escuela titulada "Blas Cuevas" (Valparaíso, Imprenta de la Patria, 1873), pág. 22. 454

Valparaíso, abril de 1875, en Memoria del Interior presentada al Congreso Nacional por el Ministrodelramo en 1875 (Santiago, Imprenta Nacional, 1875), pág. 455. 455

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eos1312. La interpretación según la cual la huelga -al igual que las ante

del cuerpo", según el lenguaje oficial1315. Como los huelguistas se resistían

riores- no tenía una base o justificación económica real, fue desarro

a reinscribirse y a firmar nuevos contratos a largo plazo, la autoridad res pondió reteniendo los fondos del gremio: "El empleo de la tropa de línea para facilitar el despacho de mercaderías, las disposiciones que prohibían la entrada en almaceríes de aduana a todo individuo que no perteneciera al gremio, y varias otras tomadas con acierto y oportunidad" y la interven ción de los comerciantes que "espontáneamente" formularon "una tarifa

llada en repetidas oportunidades. Poco después del término del movi miento, el intendente Francisco Echaurren, insistía en esa argumenta ción. Refiriéndose tanto a la última huelga como a la del año prece dente, sostenía que:

"[...] por lo regular, las huelgas acontecidas no han tenido por causa lo excesivo del trabajo ni su mala remu neración; instigaciones externas, propósitos mal encu biertos, consejos solapados y erróneos han sido los que han impulsado a los gremios a rebelarse contra el traba jo perjudicando susintereses;sin que en asuntos de tan ta gravedad hayanfaltado [...] patrocinantes colocados en encumbrados puestos, que han pretendido proteger y prohijar las huelgas, valiéndose de halagos y medios vedados a todo hombre que en algo se estima y que tie ne un pequeño interés por el país y por la cosa públi ca"1313.

La misma tesisfue retomada un año después por un funcionario sub

alterno, reflejando que las consecuencias de aquel movimiento habían sido mayores de lo que las autoridades habían querido reconocer en un

primer momento: "Esta rebelión contra el trabajo ycontra todoelorden establecido fue fomentada en mucha parte por instigaciones de personas

extrañas algremio y, como era natural,produjoperjuicios incalculables a los intereses del comercio, del fisco y de la misma institución [...]"13M. Lahuelgaportuariade 1874 fue enérgicamentereprimida:susprin

cipales dirigentes fueron arrestados, el gremio fue disuelto yreorganiza do bajo bases ycondiciones de un reglamento nuevo que llenaba y com prendía todas "las exigencias y necesidades del buen servicio y régimen

4

que se comprometieron a respetar"1316, se conjugaron con otras medidas represivas para vencer a los huelguistas1317. Sin embargo, según lo decla

rado por este mismofuncionario, "la reorganización del gremio fue muy lenta; y aunque a medida que se reunía gente se iban ejecutando algunos trabajos, sólo a mediados de abril se pudo contar con la dotación suficien

te para hacer todo el servicio a que este cuerpo está obligado"1318. A pesar de su derrota, losjornaleros obtuvieron que en el momento de la reorganización de su institución, las autoridades y una comisión representativa del comercio de Valparaíso, reconocieran que "efectiva mente era bajo el jornal que recibían estos esforzados obreros", razón por la que el 14 de marzo del mismo año la Intendencia había dictado con carácter transitorio una nueva tarifa para el gremio, en espera de una

definitiva emanada del gobierno1319. Como el Ejecutivo recibió la autori zación correspondiente del Congreso el 22 de diciembre de 1875, la tari fa definitiva sólo comenzó a regir un par de años después de finalizado el conflicto1320. Recién en septiembre de 1876 el intendente Echaurren au torizó al comandante del gremio para que reintegrara al servicio a los trabajadores licenciados por su participación en el conflicto de 1874, siempre que fuesen: ' "[...] acreedores a ello por su conducta y que mani fiesten que están dispuestos a conducirse de un modo diverso al que motivó su expulsión, bien entendido que deben ingresar como simples jornaleros y sin tener de recho a las prerrogativas y preminencias que antes goza-

4

4 4 4 4 4

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"'* A.N.A.M.H.,vol. 1279 (Intendencia de Valparaíso 2, 1883), Administración del

Gremio dcjornalcros i Lancheros, Valparaíso, 12de febrero de 1883 [sic] [de segurose trata de un error de transcripción del año en este volumen del Ministeriode Hacienda, debiendo decir 1873],s.f., Intendencia de Valparaíso,Valparaíso,8 de marzo de 1874,s.f. Algunos pormenores sobre losprimeros días del conflicto en lasediciones del 16,19y20 de febrero de 1874 de El Mercurio.

"" F. Echaurren, "Memoria del Intendente de Valparaíso dirigida al Ministro del

Interior",Valparaíso, Ia de mayo de 1874, cnMemoria del Interior que elMinistro delramo pre senta al Congreso Nacional en 1874 (Santiago, Imprenta Nacional, 1874),pág. 260. ,3H Documentos anexos a la Memoria del Intendente de Valparaíso, Valparaíso, abril de 1875, Anexo N"8, Federico Pinto, "Informe del Gremio dcjornalcros", Valparaí so, febrero 10 de 1875, en Memoria delInterior presentada al Congreso NacionalporelMinistro delramo en 1875 (Santiago, Imprenta Nacional, 1875), pág. 523. 456

1315 Ibid. 1316 Ibid.

1317 Más referencias al empleo de militares para anular el efecto de la huelga en El Mercurio, Valparaíso, 16 de marzo de 1874 y "Cuestión jornaleros", op. cit. La separación de quince capataces del gremio dcjornalcros y lancheros, considerados por las autorida des como los instigadores de la "sublevación" del 13 de febrero fue adoptada por el pro pio intendente Echaurren. Véase A.N.A.M.H., vol. 1279 (Intendencia de Valparaíso 2, 1883), Intendencia de Valparaíso, Valparaíso, 2 de mayo de 1874, s.f. 13,8 Ibid.

1319 Memoria que elIntendente de Valparaíso presenta al Sr. Ministro delInterior en confor midad a la ley 1875-76 (Valparaíso, Imprenta del Mercurio, 1876), pág. 123. I32° Ibid.

457

expresión de su presidente José Santos Valenzuela1324, si se consideraba

ban y que en ningún caso se les reconoce el derecho de antigüedad que perdieron por sus faltas"1321.

El golpe fue acusado por los trabajadores portuarios: en los años , siguientes, a pesar delaaguda crisis económica que afectó al país, nose registraron movilizaciones eneste sector. Su resistencia a laexplotación asumió otras formas. Porejemplo, frecuentemente losjornaleros deVal

la cantidad de trabajadores de la industria editorial que había entonces en la ciudad1325. Pero su capacidad de convocatoria, al igualque la de su homologade Valparaíso, era considerable. El estallido simultáneo de la huelga de tipógrafos en distintas im

prentas delacapital acomienzos de 1872 fue una demostración de fuerza lograda por el gremio ysu mutual. Para preparar la movilización los dirigentes dela corporación organizaron un meeting público1326. La rei-

í

vindicación del movimiento de protesta era elaumento de remuneracio-

paraíso reducían su trabajo al estricto mínimo, limitándose a sacar las

I |

mercaderías de las lanchas sin ponerlas en los carretones que las condu cían a losalmacenes de la aduanaysin transportarlas a dichos almacenes

|

nes aveinticinco centavos de peso por mil signos1327. Algunas imprentas

, o a los carros del ferrocarril, como pretendían los comerciantes. En ju nio de 1882, el intendente deValparaíso E. Altamirano encargó al co

!

-como la del periódico católico conservador ElIndependiente- recurrie-

f

ron a aprendices afin dequebrar elparo1328 yacusaron a los huelguistas

mandante delgremio hacerdesaparecer esa "corruptela"1322. Contrarian

*

deintimidar aaquellos trabajadores quemanifestaban intenciones desu-

do las aspiraciones de comerciantes, empresarios, políticos yrepresen

¡ ¡

marse a la acción1329. La actitud patronal dio sus frutos: al cabo de cinco días la huelga fue derrotada1330.

!

bre juego de la correlación de fuerzas entre empresarios yobreros la

tantes del Estado, los gremios de la "gente de níar" continuarían durante

mucho tiempo siendo unafuente permanentede conflictos yderesisten cia obrera. En el flujo deluchas populares que seprodujo después de la Guerra del Pacífico yen la "huelga grande" de,1890 $u papel fue siempre protagónico.

LAS HUELGAS DE TIPÓGRAFOS, SASTRESY OTROS GREMIOS

Después de los trabajadores marítimos, los tipógrafos deSantiago yVal paraíso fueron los obreros mejor organizados y más predispuestos a la

I

!

solución de los conflictos. Laextensión delfenómeno de huelgas obre-

} :

ras planteaba un problema nuevo a la clase patronal. Ante la ausencia de una política activa del Estado, las respuestas no podían sino ser indi-

í

viduales. Cada empresario era libre de aplicar su propia estrategia de

|

la táctica del recurso a los aprendices, utilizada por los patrones de

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imprenta, segeneralizó rápidamente. Más eficaz aún para los intereses patronales, fue lautilización de lamano de obra femenina para reemplazar a los operarios que paralizaban sus labores. Así, por ejemplo,

\

actividad reivindicativa durante las décadas de 1860 y 1870. Hacia co mienzos de los años setenta, sus sociedades de socorros mutuos habían

logrado un equilibrio financiero, funcionaban adecuadamente ygoza

I

ras huelgas de trabajadores de imprenta, laSociedad Tipográfica de Valpa raíso contaba apenas con cincuenta yunsocios, pero su capital deposita do en el banco bordeaba los $2.0001323. En 1873, la Unión de los Tipógrafos de Santiago tenía cien asociados, cifra bastante "escasa", según la propia

regulación de las relaciones con la fuerza de trabajo. Ante las huelgas,

cuando en agosto de 1872 se declararon en huelga losobreroscigarreros de Santiago para rechazar el certificado que los dueñosde cigarre ría les habían impuesto al cambiar de empleador, los patrones proce-

ban de prestigiodentro yfuera de su gremio.Lafuerzade estasmutuales

no residía en lacantidad de adherentes sino en su propia organización. Amediados dejulio de1872, es decir, unmes ymedio antes delas prime

La ausencia casi total de unalegislación del trabajo, dejaba al li-

í

dieron a contratar mujeres1331. Ya comienzos de enero de 1877, con ocasión del movimiento huelguístico de los obreros cigarreros de Val-

1,24 Informe pasado a la Sociedad Unión de los Tipógrafos de Santiago por el Presidente de ella en la Junta jeneral el 25 de enero de 1874 (Santiago, Imprenta Nacional, 1874), pág. 6. 1535 El censo de 1875 contabilizó en Santiago doscientos cincuenta y cinco tipógra

fos, dieciocho litógrafos ycuarenta yocho encuadernadores, o sea, trescientas veintiuna

,32,/t.A'.A.Af.H.,vol. 1279 (Intendencia deValparaíso 2, 1883), Intendencia deVal paraíso, Valparaíso, 16 de septiembre de 1876, s.f.

paba sólo al 35% o 40% los trabajadores del ramo.

1322 ElMercurio, Valparaíso, 19dejunio de 1882.

1,23 "Sociedad Tipográfica",ElMercurio, Valparaíso, 16 de julio de 1872; [TomásJu

lio González], Memoria delpresidente de la Sociedad Tipográfica de Valparaíso leida en la reunión jeneral del^ 14 dejulio de 1872 (Valparaíso, Imprenta deLa Patria, 1872), págs. 4-5 y7; Da niel Feliú, El ahorro y las sociedades de socorros mutuos (Valparaíso, Imprenta de la Patria

1873), pág. 27.

^

458

personas en los oficios de las artes gráficas. Hacia 1872-1873, éstos eran probablemente un poco menos numerosos, loque permite suponer que laUnión de los Tipógrafos rcagru1326 "La huelga", El Independíenle, Santiago, 3 de septiembre de 1872. 1327 "Huelga de tipógrafos", ElMercurio, Valparaíso, 5 de septiembre de 1872. 132» ••Tipógrafos", El Independiente, Santiago, 5 de septiembre de 1872. 1329 "La huelga", op. cil.

1330 "Ala luz de los hechos",ElIndependiente, Santiago, 8 de septiembrede 1872. 1331 "Desmentido", ElFerrocarril, Santiago, 17 de agosto de 1872. 459

4 4

4 4

paraíso para obtener mejores salarios, algunos propietarios de cigarre rías también emplearon mujeres para reemplazar alos huelguistas1332.

4

En otros gremios, como eldelos sastres, elrcivindicacionismo por taba aún elsello propio delas décadas anteriores: elanhelo demedidas

4

proteccionistas, característico de losjefes de taller, se mezclaba con las

4

demandas salariales de los operarios, en un contexto de creciente dife

4

de aquella época fueron un buen reflejo de las características de este gremio, que al igual que otros, transitaba del pequeño taller artesanal

4

4 4 4 4 4 4

renciación socialal interior de la misma corporación. Los movimientos

porteños comenzaron a reunirse con la intención de constituir una aso ciación1333. Como resultado de tales reuniones, el 20 de ese mes más de

4 4 4 4 4

dar a la ciudad uno de los elementos de la vida; se anun

un centenar deellos presentaron unapetición alos dueños desastrerías

cia que su idea se transmite en todos sentidos en los mercados públicos. ¿Debe la autoridad presenciar impa

enlaque señalaban haber acordado "irrevocablemente los precios que han de llevar por las obras que hagan enlos talleres extranjeros, afin de que no se cometa el abuso de explotárselos en sus más caros interé

por ningún motivo se aceptarían rebajas, apesar de la difícil situación en la que se encontraban por falta de trabajo1335. Sólo un dueño de sas trería aceptó las demandas. Los operarios se reunieron nuevamente el

f

"La situación de Valparaíso, provocada por las huelgas, repetimos, es funesta y corresponde a las auto ridades poner coto a ellas con brazo de fierro. Las huelgas han llegado hoy a una línea que raya los límites de lo imposible. Los carniceros se niegan a

so en 1861, sólo tenemos informaciones más precisas sobre la ocurrida en esta última ciudad. En marzo de ese año, los operarios de sastrería

4

4 4

reivindicativa de los trabajadores:

De las huelgas sastreriles que tuvieron lugar enSantiago yValparaí

sese...]"1334.

4

no al desarrollo de estas protestas populares. En 1873, año de numero sos conflictos laborales en Valparaíso, un lector no identificado envió una carta a un periódico de la capital denunciando la situación y propo niendo la adopción de medidas legales para aplastar la actividad

hacia formas más modernas de producción.

4 4

La proliferación de huelgas durante los años setenta fue un fenóme no que no pasódesapercibido en la élite.A través de distintas personali dades ymedios de prensa se expresó su inquietud yse planteó -quizás por primera vez- la necesidad de dotarse de una legislación que pusiera fre

sible medidas tales?

Contesten por nosotros todos. Ellos, unánimes se asociarán a nuestra idea para pedir la condenación de los culpables y suplicar a la autoridad que haga recaer sobre las huelgas su tremenda condenación. Una ley o un reglamento de salvación pública, se ría recibida por Valparaíso con todos los sinceros agra decimientos de las clases honradas, y vivado con toda la

Los precios fijados eran declarados "invariables", asegurando que

23 de marzo yaprobaron unos estatutos en los que se penalizaba con $25 de multa, o en su defecto "un mes de presidio urbano" [sic] a los

efusión del corazón1338.

infractores de la tarifa mínima decidida colectivamente1336. Los acuer dos de los obreros causaron conmoción: hubo quienes los acusaron de

protagonizar una especie de "alzamiento" omaniobra política debido

al apoyo de algunos políticos a su movimiento1337. Para los integrantes del gremio involucrado, en cambio, ésta fue la primera tentativa por constituir una caja de ahorro para apoyarse mutuamente en caso de hallarse imposibilitados para el trabajo o ensituación de cesantía. Fue también una acción de defensa del valor de la mano de obra dirigida

especialmente contra los patrones extranjeros. Osea, un movimiento

LA COORDINACIÓN POPULAR Y LA LUCHA CONTRA LA CRISIS ECONÓMICA DURANTE LA SEGUNDA MITAD DE LOS ANOS SETENTA1-"-1

En 1876, hacia fines del gobierno liberal de Federico Errázuriz Zañartu,

una gran crisis sacudía la economía chilena. Una coyuntura internacio nal, en la cual los precios de las materias primas y alimentos comenzaron

típicamente proletario.

4 4 4

4 4

1538 "Comunicados. Al E. de la República. Las huelgas en Valparaíso", La República,

1332 "Los cigarreros de Valparaíso", El Independiente, Santiago, 6 de enero de 1877; "Valparaíso. Los sigarreros en huelga", El Copiapino, Copiapó, 9de enero de 1877. 1333 "Club de sastres",El Comercio, Valparaíso, 21 de marzo de 1861. 1334 "Lossastres",El Comercio, Valparaíso,23 de marzo de 1861.

1,39 Nuestra primera aproximación a este tema fue expuesta en: "Crisiseconómica yrespuestapopular.La convergencia proteccionistaen Chile,1876-1878" (Ponencia pre sentada en lasXVJornadas de Historia Económicaorganizadaspor la Asociación Argen tina de Historia Económica y la Universidad Nacional del Centro, Tandil. 9 al 11 de octu bre de 1996). Publicada cnMapocho, N2 41, Santiago, primer semestre de 1997, págs. 151-

1335 Ibid. 1336 Ibid.

13,7 Ibid.; "Más sobre lossastres", ElComercio, Valparaíso, 25 de marzo de 1861.

4 460

4

Santiago, 28 de agosto de 1873.

173.

461

un proceso de declinación histórica, afectaba severamente a lasexporta ciones nacionales. Los precios del cobre y de la plata habían bajado drásticamente y, en menor medida, los del trigo y de la harina. El comer cio exterior del país había entrado desde 1873 en un período de crisis permanente.

Asimismo, la deuda pública había aumentado considerablemente

debido a los créditos contraídos, sustrayendo muchos ingresos al Estado por concepto de intereses y amortizaciones, provocando un importante déficitfiscal. Numerosascompañías mineras quebraron. ElPerú recupe

ró lassalitreras de Tarapacáy Bolivia gravó las guaneras en Antofagasta. Ala fuga de capitales se sumaba el alza de la tasa de descuentos yel cierre de numerosas casas comerciales. El sucesor de Errázuriz, el presidente Aníbal Pinto, intentó solucionar el problema dé las finanzas del Estado, creando nuevas contribuciones y restringiendo él gasto público median

te el desarme de varios buques de la armada yla redticción de gratifica ciones a los empleados fiscales y de los efectivos del ejército. Si bien estas medidas lograron solucionar parcialmente el problema fiscal, no fueron suficientes para paliar la crisis de los empresarios. La debacle económica se manifestó también en el plano monetario: escaseaba el circulante como consecuencia de la exportación de mone da de oro y de plata por concepto de pagosdel comercio en Europa; au mentó el interés del dinero y bajó el cambio internacional, subiendo el costo de la vida. La propiedad raíz, la renta inmobiliaria, los títulos de

crédito del Estado y los del crédito bancario se depreciaron. Cuando los bancos no pudieron convertir sus billetesen moneda metálica, el gobier no, que les debía importantes sumas, corrió en su auxilio impulsando la aprobación de una ley de inconvertibilidad de los billetes bancarios

nio fue diezmado; en Lota Alto -donde la enfermedad llegó en un barco a mediados de 1877- se contaron ciento cuarenta y dos decesos durante

los primeros ocho meses. La epidemia encontró en ese poblado minero todas las condiciones para su propagación: el 95% de los habitantes no habían sido inoculados y el 5% restante había recibido vacunas de mala calidad, por lo tanto, completamente ineficaces. El hacinamiento de la población en ranchos y piezas, que albergaban a siete o más personas; la falta total de condiciones higiénicas y la promiscuidad en la que conti nuaban viviendo los enfermos con los demás habitantes, facilitaron el

contagio1342. En la capital sólo el 4,4% de sus habitantes eran inoculados en promedio cada año, lo que significaba que casi totalidad de lossecto res populares quedaba sin protección y la mortalidad se elevabadebido al gran porcentaje de poblaciónflotante -los gañanesde origen rural que oscilaban entre la ciudad y los campos vecinos- a los cuales no llegaba la

medida preventiva1343. Por estas razonesla viruelase ensañó con los más pobres. La enfermedad actuaba con claros criterios de segregación so cial1344.

La combinación de crisis económica y epidemia hizo más dura la vida de los sectores populares hacia 1876. El deterioro social se expresó de múltiples maneras, especialmenteen un notable aumento de la crimi nalidad, tanto en las áreas rurales como urbanas.

La recesión puso a prueba la capacidad de organización y de movilización del artesanado y de la incipiente clase obrera urbana. A di ferencia de lo ocurrido durante crisis anteriores, a mediados de los años

setenta estos sectores ya contaban con una serie de organizaciones -mu tualistas yotras- que podían servir, ysirvieron, para organizar la respues ta del pueblo llano a la crisis. Desde el punto de vista del movimiento

(1878), que daba a éstos curso forzoso en todas las transacciones, desa

popular, la gran virtud de la conmoción de losaños 1876-1878 fue preci

tándose la inflación1340.

samente el someter a prueba a dichos organismos, contribuyendo a con solidar los lazos, hasta entonces poco estrechos, entre distintos segmen tos de trabajadores organizados. Ya existían "sociedades de artesanos" en aproximadamente veinte ciudades, fuera de unas ocho mutuales de ca rácter gremial en Santiago y Valparaíso, que agrupaban a tipógrafos, cigarreros, carroceros, herreros, sastresy zapateros. Muy ligado al desa

La condición popular se vio agravada por la aparición de una mortí fera epidemia de viruela en 1876que cobró 6.324vidas, la mayor parte de ellas en la capital. Santiago lamentó la muerte de 5.710 personas, esto es, casi el 4% de su población1341. En algunoscentros urbanos menos po blados, los estragos de la viruela fueron proporcionalmente tan o más importantes que en la ciudad cabecera del país: el puerto de San Anto-

rrollo de este movimiento asociativo de los trabajadores, surgió un club

sociopolítico, la Sociedad Escuela Republicana, expresión de un avanzado 1340 Nuestra síntesis sobrelacrisis económica sebasa en las siguientes obras: Carióla y Sunkel, op. cit., págs. 38y39;Luis Ortega,Los empresarios, lapolíticay los orígenes de laQuerrá del Pacífico (Sanüago, Contribuciones,Programa FLACSO-Santiago de Chile, N'-' 24, abril

,,42J. D. Herrera R., "Epidemia de viruela en Lota. Desde junio de 1877 a febrero

de 1984), págs. 5-13; Encina, op. cil., tomo XVI,págs. 57-87. También hemos consultado el

de 1878, en Revista Médica deChile, año VI, N" 10y 11, Santiago, 15de mayode 1879, págs.

mensaje presidencial de 1877: [Aníbal Pinto], Discurso de Su Excelencia el Presidentede la Re

367-371; Quinto CensoJeneral..., op. cit., pág. LI.

pública enla apertura al Congreso Nacional de1877 (Santiago, Imprenta Nacional, 1877). 1,41 Jenaro Contardo, "Causas de la propagación de la viruela en Chile i de la exce sivamortalidad que producen sus epidemias en Santiago", en Revista Médica de Chile, año VI, Na6, Santiago, 15 de diciembre de 1877, pág. 219.

,343 Daniel Opa/o Silva. "De las vacunaciones en Chile (conclusión)", memoria de prueba para optar al grado de Licenciado en la Facultad de Medicina, en Revista Médica

462

463

deChite, año VI, Ng4, Santiago, 15 de octubre de 1877, págs. 173 y 174. 1,44 Contardo, op. cit., pág. 215.

4 4 4

liberalismo de raigambre popular. Las sociedades de artesanos, porser

4

el punto de confluencia de artesanos, obreros, pequeños patronos de distintos oficios yramas de la actividad económica yotros elementos del "bajo pueblo" urbano, jugaron un papel preponderante en la campana por la defensa de los intereses de los sectores populares afectados por la

4

crisis Pero tan relevante como lo anterior, fue la convergencia que se

4 4

meros núcleos de la burguesía manufacturera, unidos tras la reivindica

4

4

4

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4 4 4 4 4

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4

4 4 f

4 4 4

4 4 4 4 4

4 4

produjo durante estos años entre el artesanado, la clase obrera ylos pri ción común de laprotección alaindustria nacional.

La campaña contra los efectos de la contracción económica sobre las masas populares, iniciada públicamente en diciembre de 1876, fue la primera instancia de coordinación permanente de trabajadores urbanos

de diferentes oficios ydistintas ciudades en la historia de Chile. Las so ciedades de artesanos de Santiago, Valparaíso yChillan, junto alos cen tros odirectorios industriales de esas yotras ciudades fueron los motores de

una cruzada de larga duración -alrededor de dos años- durante la cual el artesanado yla burguesía industrial (y tras ellos la clase obrera) inter pelaron por primera vez de manera coordinada al poder político, cues

tionando el modelo de desarrollo económico librecambista imperante en el país.

..

La confluencia de intereses yde puntos de vista de los sectores liga dos a laactividad manufacturera, empezó a expresarse en Santiago en

1875 a través de la creación de un organismo denominado Sociedad o Directorio Industrial, destinado afomentar el desarrollo de la industria. En su directiva figuraban dirigentes mutualistas comoJosé Agustín González eHipólito Acevedo,junto apropietarios de importantes empresas manu factureras como el curtidorJulio Tiffou yotras personalidades de las cla

da por el gobierno para la reforma de la legislación aduanera1346, tuvo poco éxito. Los asistentes a la primera reunión realizada el 12 de diciem bre en el Teatro Lírico de Santiago, estuvieron "fríos, desorientados [y] poco numerosos"1347. La intromisión de cierto club político, que en la mañana había sesionado en la misma sala, y que pretendió acarrear aguas

para su molino proponiendo la firma de un programa a los convocados por el Directorio Industrial, fue una de las causas invocadas por los organi zadores para explicar el fracaso del llamamiento1348. Por otro lado, co menzaban a aflorar las contradicciones en el seno del frente productivis-

ta-proteccionista.'La Industria Chilena, que desde su décimo número había dejado oficialmente de aparecer como órgano delDireclorio Indus

trial, quedando bajo la exclusiva responsabilidad de su propietario y di rector Benjamín Emparán1349, comenzó a expresar críticas a la labor de ese organismo: la mayoría de las firmas recolectadas era el fruto exclusi vo del trabajo del periódico, el aporte financiero del Directorio Industrial a la publicación había sido mínimo, ylo que es peor, éste se estaría apron tando a crear otro órgano de prensa, en vez de apoyar el ya existente. Al haber del organismo industrialista sólo quedaba el nombramiento de una comisión representativa ante el gobierno1350. Benjamín Emparán empezó a propagar la idea de la formación de:

ses pudientes. Patrocinado por este organismo, el 11 de septiembre de

1875 apareció por primera vez el semanario La Industria Chilena, siendo

"[...] una gran sociedad compuesta de todos los in

su primer redactor Guillermo C. de Larraya ysu administrador ygerente

dustriales del país, teniendo en la capital de la República

el relojero Benjamín Emparán. La Industria Chilena se convirtió prontamente en el vocero y

un directorio compuesto de un miembro caracterizado de cada una de las industrias establecidas; directorio que

propagandista delos partidarios del proteccionismo.

Desde septiembre de 1875, cuando se manifestaron los primeros síntomas de la crisis, La Industria Chilena propuso la idea de una movíh-

zación permanente en pro del proteccionismo. Lo que se tradujo en la presentación de una carta de trescientos "industriales" de Santiago, Val paraíso yTalca al Presidente de la República, pidiéndole la liberación completa de los derechos aduaneros de las materias primas importadas para la producción manufacturera. Los nombres que aparecían en la lar ga lista reflejaban la significativa convergencia de artesanos yempresa rios fabriles. Del mundo artesanal ymutualista destacaban las figuras de

jóse Agustín González, Hipólito Acevedo, Marión Ross yJosé Lucrecio

Arellano. Entre los industriales propiamente tales, aparecían personali-

4 4

dades tan prominentes como Octavio Benedetti, Pedro Ewing, los herma nos Tiffou, Eugenio Saint Macary, Julio Berstein, además de Balfour, Lyon y Compañía1345. A pesar de su amplia base social, el movimiento de los manufacture ros tropezó con varias dificultades que le restaron fuerza en un primer momento. La convocatoria lanzada delDireclorioIndustrial, cuya finalidad era realizar los estudios que convendría presentar a la comisión nombra

464

i3i5 «^ g £ cj presidente de la República", La Industria Chilena, Santiago, 13 de no viembre de 1875; "Crónica local", La República, Santiago, 2 de noviembre de 1875. Es in teresante consignar la participación de algunas casas comerciales como Balfour, Lyon y Compañía, dedicadas tanto a actividades importadoras como productoras. Este doble carácter puede haber sido un factor que inhibió con el correr del tiempo su celo protec cionista, permitiendo su completo acomodo al modelo librecambista. '• 1346 "A los industriales", La Industria Chilena, Santiago, 4 y 11 de diciembre de 1876. 1347 [Editorial], La Industria Chilena, Santiago, 18 de diciembre de 1875. ,348 Ibid.

i'-i'1 "Aviso importante a los suscriptores", La Industria Chilena, Santiago, 13 de no viembre de 1875.

1350 La Industria Chilena, Santiago, 18 de diciembre de 1875. 465

vigile constantemente los intereses de la industria en ge

Los debates no escaseaban en el mundo popular. Se discutían dis

neral y particular, como también promueva todas las me didas tendientes al desarrollo yfomento industrial"1351.

tintas soluciones para combatir la crisisque afectaba a los trabajadores. El cooperativismo era una de las propuestas que se formulaban como

salida para la angustiante situación. Fermín Vivaceta, el líder mutualista Emparán bautizó su propuesta como Sociedad de Fomento (de la in

avecindado en Valparaíso, aparecía como el principal impulsor de este

dustria) e invitó a los representantes de cada rama artesanal e industrial a adherir a ella firmando un acta de instalación1352.

tipo de asociación1358. Emparán formuló una críticafraternal: los traba jadores no podían dispersarsusesfuerzos en semejantes iniciativas. Lata

Con elcorrer de1876, cuando lasituación seagravó, laidea protec cionista comenzó a ganar adeptos, dándose nuevos pasos para formar

rea del momento era la Sociedad deFomento1359. La opción que prevaleció fue la campaña en favor del proteccionismo.

una coordinación encargada de su implementación. Pero las polémicas continuaban desarrollándose entre los partidarios del proteccionismo.

de Santiago para ordenar los datos recogidos con el fin de impulsar la

El 25 de marzo se juntaron en elTeatro Lírico los industriales yjefes de taller de la capital para tratar el tema de la liberación de los derechos a

las materias primas importadas, sin embargo, lareunión fue empañada por la protesta publicada en la víspera por Francisco Miralles, redactor

enjefe deLa Industria Chilena, quien desmintió toda participación enel Directorio Industrial y en la convocatoria, señalando que el tema de los derechos de las materias primas quedaba obsoleto desde el momento en que el gobierno ya había aprobado la nueva ordenanza de aduanas. Tal directorio no tenía, pues, razón de ser...1353. El protagonismo recayósobre lassociedades mutualistas,alentadas

porLa Industria Chilena. En agosto del mismo año empezó a prepararse en Valparaíso una gran manifestación en favor de la reforma de la orde nanza de aduanas destinada, además, a echar las bases de una Sociedad de

Fomenlo13b\ Benjamín Emparán redobló su trabajo de organizador y propagandista en dirección de las provincias: un viaje al mismo puerto, presentado como una manera de extender la difusión de su periódico, fue una buena ocasión para reforzar el movimiento ysu influencia en aquella ciudad1355. Poco después se informaba de trabajos similares alos

del puerto en la capital. Una nueva dinámica parecía reemplazar al languideciente Directorio Industrial13™. En octubre, los impulsores deesta

idea dirigieron cartas auna serie de personas en distintas ciudades para

El 9 de noviembre se reunieron varios "industriales"1360 en un hotel

reforma de la ordenanza de aduanas. Domingo Morel, representante de los manufactureros de Chillan, presentó un proyecto de estatutos para la futura Sociedad deFomento. El mismo delegado fue designado secreta

rio permanente de la institución en gestación1361. Apartir del último trimestre de 1876 el movimiento proteccionista comenzó a cobrar fuerza. La iniciativa fue tomada, esta vez, por la Socie

dad de Sastres de Santiago, que era presidida por Manuel Hidalgo. La invi tación cursada a las demás organizaciones populares de la capital fijaba

como objetivo "acordar las medidas que deben tomarse con el fin de mejorar el estado de la industria nacional"1362. La reunión de los delegados artesanos del 19 de noviembre resolvió "nombrar dos industriales de cada ramo de la industria nacional, princi

palmentede losestablecidos en la capital, para que estudien sus necesi dades",ypresentar una petición a lasautoridades para que el Presidente de la República convocara al CongresoNacionala sesión extraordinaria para discutir esas medidas ytomaruna resolución1363. El mismo día tenía lugar una asambleasimilar en Valparaíso1364.

1358 Las referencias a esta experiencia aparecen en el capítulo XI.

1359 «A] pas¡to p0r ]as piedras", La Industria Chilena, Santiago, 2 de septiembre de

instarlas a establecerun "centro de propaganda", o sea, una nueva Socie

1876. Desde comienzos del mismo año Emparán había formulado críticas a los proyectos

dad Industrial capaz de emprender una campaña en regla contra el

cooperativistas de Vivaceta, pero por razones distintas: en aquella ocasión habíacuestio

librecambismo1357.

nado el alero de un círculo político en que se había cobijado el líder mutualista para pre

sentar su plan. [Editorial], Lalndustria Chilena, Santiago, 8 de enero de 1876. neo £| t¿rnlino "industriales" empleado en Chile a lo largo del siglo XIX es muy

equívoco. Aveces era sinónimo de obreros fabriles; en otrasoportunidades -tal vez en la mayoría de las ocasiones-era una clara referencia a los artesanos y, en ciertos casos,se en tendía por tales a los propietarios de industrias manufactureras. "6' "Losdatos pedidos a los industrialespor la comisiónde gobierno",La Industria

[Editorial],La Industria Chilena, Santiago, 1 de enero de 1876. [Editorial],La Industria Chilena, Santiago, 29de enero de 1876. 1353

LaIndustria Chilena, Santiago, 1 de abril de 1876.

1354

"La industria es nuestra salvación". La Industria Chilena, Santiago, 26 de agosta

Chilena, Santiago, 13 de noviembre de 1876. 1362 "Circular a los industriales de Santiago", LaIndustria Chilena, Santiago, 27 de no

de 1876 1355 «

1356

Revista de laQuincena", La Industria Chilena, Santiago, 26 deagosto de 1876.

viembre de 1876.

,36' "Gran asamblea de industriales de Santiago", La Industria Chilena, Santiago, 27

La Industria Chilena, Santiago, 11 de septiembre de 1876.

1357 «

"Reorganización de laSociedad de Industriales", La Industria Chilena, Santiago

30 de octubre de 1876.

de noviembre de 1876.

' 466

1304 Ibid.

467

4

4 4

La movilización pública solicitando protección para la industria

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nacional, debutó en el Alcázar Lírico de Santiago el 10 de diciembre de

4

Los mil quinientos participantes aprobaron el trabajo realizado por la

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4 4

4 4

4 4 4 4 4 4 4

4

1876 con un multitudinario meelingde obreros, artesanos eindustriales.

comisión nombrada el 19 de noviembre yacordaron solicitar al gobier no laliberación de derechos para laimportación de veinte materias pri

mas yla reforma de la ordenanza aduanera en un sentido proteccionista. Una comisión ad-hocera la encargada de ponerse en contacto con todos los centros industriales del país para solicitar su adhesión alas conclusio nes de la manifestación yconvocar aun nuevo acto donde se nombrasen los encargados de presentar las peticiones al gobierno. La mayoría de los

elegidos reflejaba la influencia que el artesanado, através de sus institu ciones de socorros mutuos, empezaba a ejercer dentro del bloque industrialista-proteccionista: Hipólito Acevedo, Juan Clavijo Tnstan

Cornejo, Benjamín Emparán, Alberto Gandarillas, Manuel Hidalgo,



sociedades de artesanos de Santiago yValparaíso se desarrollo rápida mente Alos pocos días comenzó adifundirse un proyecto de estatutos de la nueva Sociedad Nacional Industrial. Sus objetivos eran ambiciosos:

ramas, editar un periódico, hacer publicaciones especiales sobre las acti

personas, según algunas versiones- había delegaciones de Santiago, Quillota y Limache. La representación de Santiago -compuesta por'cuatro dirigentes de la Sociedad de Artesanos "La Unión ", Hipólito Acevedo, Al

lamentos interesados únicamente en favorecer a los propietarios agríco las a través de obras financiadas con el dinero de la nación -como la cons

trucción de ferrocarriles estatales- que los beneficiarían casi exclusiva mente. Con igual dureza fustigó al capital extranjero presente en el país:

para que enseñasen alos nacionales, yotorgar premios alos obreros y artesanos que se distinguieran en el ejercicio de sus oficios oque sobre

"El Banco Nacional tiene 13.500 acciones chilenas

salieran por su honradez ymoralidad136'.

y apenas 1.500 acciones de extranjeros, y sin embargo,

Por su parte, los comisionados del meeting del 10 de diciembre se diri gieron alas sociedades de artesanos de todo el país, instándolas aapoyar activamente la iniciativa emprendida en Santiago, recogiendo firmas de adhesión através del sistema de mesas instaladas en distintos puntos de la

la dirección está en manos de estos últimos, cuyo único

giro es la importación y se dan los dineros nacionales unos con otros sin responsabilidad muchas veces y con

el único objeto de fomentar esa importación que es la muerte de nuestra industria. [...].

4

"«"Gran meeting de industriales en el Alcázar Lírico en Santiago La Industria 1876 Marcial González, "Los obreros chilenos ante la protección yel libre cambio ,en

4

ginalmente como folleto en Santiago, Imprenta de la República, 1877, bajo el seudon,

4

El meeting tuvo lugar el 21 de enero en el Circo de la Victoria de esa

berto Gandarillas, Manuel Hidalgo y Modesto Soza- levantó con fuerza la idea de la unión de los obreros para conseguir el mejoramiento de su si tuación y buscó la aprobación por parte de los presentes de las conclusio nes del acto realizado el mes precedente en la capital. Gandarillas pronun ció un discurso muy aplaudido, atacando la política de los gobiernos y par

vidades industriales, traer maestros de industrias inexistentes en el país

4

días -una vez conocida la aceptación de una parte significativa de los de

signados-se dio por constituida la Sociedad de Industriales de Valparaíso1311.

do, así, la producción nacional frente ala competencia extranjera, aja que se atribuía la crisis que pesaba sobre los productores nacionales . La campaña proteccionista lanzada por La Industria Chilena ylas

idea maestra de la demanda era la conversión de laaduana en instru mento nivelador de las fuerzas productivas propias oajenas ,protegien

4

4 4

Riquieri tambiénjugáron papeles relevantes en la iniciativa1370. Alospbcos

Onofre Llanillos, Pascual Ortega, Marión Ross yManuel Modesto Sosa, entre otros, eran los representantes más connotados de este sector . La

promover el fomento yel adelanto de la industria nacional en todas sus

4

paratoria de "jefes de industrias", realizada en Valparaíso el 1 de enero de 1877, designó una comisión de representantes de las distintas ramas manufactureras encargada de la convocatoria a un gran acto público. Fer mín Vivaceta, por loscarpinteros constructores; Ricardo Pini, por los sas tres;Juan Agustín Cornejo, por los cigarreros;Enrique Plump, por los eba nistas; Luis Osthaus, por los cordeleros -entre los más conocidos- fueron nominados junto aJulio Berstein, por los industriales destiladores, y Mr. Balfour por los fundidores. El activísimo Benjamín Emparán y Honorio

ciudad. Entre los numerosos asistentes -mil, mil quinientas y hasta dos mil

i 4

ciudad1368. La capital dio el ejemplo colocándose mesas en noventa y tres talleres artesanales, industrias manufactureras y locales comerciales1369. El movimiento también cobró fuerza en provincias. Una reunión pre

Chilena Santiago, 11 de diciembre de 1876; El Independiente, Santiago, Ude diciembre de

136» "c¡rcu]ar a todas las sociedades de obreros de Chile", La Industria Chilena, San

R^Znlmla, tomoIV, N-19. Santiago, noviembre de 1888, p* 403 u.cade, ori

tiago, 25 de diciembre de 1876. 1369 "Rcvista ¿c ]a Quincena", La Industria Chilena, Santiago, 25 de diciembre de 1876.

'3'""Revista de la Quincena", LaIndustria Chilena, Santiago, 15 de enero de 1877.

mo de Ignotus.

1306 Marcial González, op. cil., pág. 20.

••„*;„,,•„ >*' "Proyecto de Estatutos de la Sociedad Nacional Industrial ,La Industria Nacio

nal, Santiago, 11 de diciembre de 1876.

1371 "Gran meeting en Valparaíso", La Industria Chilena, Santiago, 5 de febrero de 1877.

469 468

W

I Ved el banco de Valparaíso, tiene 18.000 acciones chilenas y 2.000 extranjeras y con corta diferencia suce de lo mismo que en el otro Banco, así va todo señores.

El comercio extranjero desprovisto de capitales, ha sen tado susreales en Chileycon nuestra propia riqueza ha consumado la miseria y la inanición en que se encuen tra hoy la República"1372.

Siguiendoel itinerario del comisionado Emparán,sesucedieron en las principales ciudades del sur meetingsy acuerdos similares a losde Tal ca.En Chillan, San Carlos yConcepción loscentros industriales adoptaron las mismasmedidas prácticas destinadas a desarrollar la campaña protec cionista: reediciones de las Bases dereforma de la Ordenanza deAduanas,

erogacionesvoluntarias, envío de comisiones a otras ciudades para ayu dar a la constitución de nuevos centros industriales. El modelo organizati

Apesarde la receptividad del público, algunas objeciones impidie ron que las conclusiones de la manifestación realizada el 10 de diciem

bre en la capital fueran adoptadas de inmediato por los trabajadores porteños, decidiéndose, en cambio, el nombramiento de una comisión para su estudio1373.

Desde ese verano el movimiento se extendió rápidamente por el país, en especial por las zonas central y sur. La acción mancomunada de

las mutuales de trabajadores de Santiago y Valparaíso, de los centros o

sociedades industriales de las mismas ciudades, de La Industria Chilena, y muyparticularmente de su director, Benjamín Emparán, convertido en el principal animador de la campaña, comenzó a dar resultados. Comi

sionado por Valparaíso, el relojero Emparán inició unagira por las pro vincias del sur.

El 7 yel 11 de febrero sejuntaron los "jefes de industrias"de Talca. Deesas reuniones emergió una lista de representantes por ramade acti

vo era siempre el mismo: el directorio de cada centro se constituía sobre labase de representantes por cada rubro de la actividad manufacturera y se designaban comisiones para la ejecución de tareas. De esta manera se expresaba la confluencia social en el bloque industrialista-proteccionis ta. Así, por ejemplo, en Chillan se codeaban los fundidores Winters y Compañía o los industriales galleteros Wilson y Compañíacon el carro cero Guillermo Segundo Davison, presidente de la Sociedad de Artesanos, yen Concepción Eugenio Goyeneche yCompañía, propietariosde vele ríasyjabonerías, el sastre Lorenzo Arenas, fundador y primer presiden te de la Sociedad deArtesanosy otros mutualistas como ManuelMerino1375. Continuando la vía trazada, y con el estímulo de los centros de Chi llan yConcepción, más la dinámica presencia itinerante delcomisionado Emparán, el movimiento se organizó en Parral, Valdivia, La Unión, Río Bueno y Osorno durante el otoño y el invierno de 1877. Hacia fines de juliose habían constituido alrededorde diez centros induslrialesy reunido

vidad manufacturera, similar a la de Valparaíso. El fundidor Eduardo

once mil seiscientas firmas de adhesión a las Basesgenerales de la reforma de la Ordenanza deAduanas. Tales resultados, obtenidos en poco más de siete

Brown, el herrero Roberto Williams, el tipógrafo Miguel Herrerayelsas tre y dirigente mutualista Martín Machicao eran las figuras más promi

meses, hacían augurar a sus promotores un futuro promisorio: al cabo de un nuevo año de campaña esperaban contar con cuarenta y dos centros y

nentes de la convergencia de artesanos, obreros yburgueses manufactu

cien mil firmas de adhesión1376. También se habían establecido lazos con

reros talquinos. Éstos adoptaron una serie de acuerdos en apoyo alo ya realizado en Valparaíso, de aprobación de las bases para la reforma de aduanas elaboradas en Santiago, y decidieron promover activamente el movimiento en la provincia. Una recomendación especial del Centro o Directorio Industrial deTalca ante sus homólogos de otras ciudades, apo

un movimientoargentino de similares características1377. Al mismo tiempo, se manifestaba una radicalización de ciertosdis cursos que evidenciaba los efectos políticos de la prolongada recesión. El socialismo de Estado, como doctrina económica, fue evocado como la

solución a los males del país en más de una oportunidad:

yaría la labor de Emparán1374. 1375 "Chillan. Gran meeting de industriales", ElCopiapino, Copiapó, 19 de marzo de

"" Op. cit.; "Valparaíso. El meeting delos industriales", El Copiapino, Copiapó, 29

1877; "Los Centros Industriales de Talca, Chillan, San Carlos i Concepción", LaIndustria

de enerode 1877. Sobre esta reunión, véase también el comentario editorial aparecido

Chilena, Santiago, 11 de abril de 1877, La Discusión, Chillan, edicionesde 20y31 de mayo

ese día en el mismo periódico, bajo el título "Los industriales se mueven", así como la

y del 6 de junio de 1878.

crítica a las ideas de Gandarillas en elartículo editorial "El meeting deobreros enValpa raíso", El Copiapino, Copiapó, 17de febrero de 1877. Entre los numerosos reparos a las concepciones de Gandarillas se destacó la formulada por el periódico en lengua alema

de Osorno"y"Acta de adhesiónde losjefesde industrias de RíoBueno", La Industria Chi

na Deutsche Nachrichten en su edición del 24 de enero de 1877, reproducida por La Indus tria Chilena el 5 de febrero del mismo año.

1373 "Valparaíso. El meeting...", op. cit.

1374 "Reunión deobreros enTalca. Gran meeting", La Industria Chilena, Santiago, 26

1376 "Movimiento industrial", "Centros industriales de Valdivia i Osorno", "Centro

lena, Santiago, 21 de julio de 1877. 1377 [Editorial], LaIndustria Chilena, Santiago, 15 de enero de 1877;"Gran meeting

enValparaíso", op. cit.; "Sociedad de Industriales deValparaíso", La Industria Chilena, San tiago, 5 de febrero de 1877. Sobre el movimiento trasandino,véasejosé Carlos Chiaramonte, Nacionalismo y liberalismo económicos en Argentina 1860-1880 (Buenos Aires, Edicio nes Solar, 1982), en particular págs. 205-236.

de febrero de 1877.

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471

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"Las huelgas de obrerosde 1873 -decía un colabo rador de la Industria Chilena que firmaba con el seudó

nimo de Diójenes-, o sealasluchasentre el capitaly los salarios, ha sido el origen de la propaganda industrial

quealpresente seinicia; yésta no es más queel prólogo de una gran revolución social para el porvenir. La hipocresía ha echado muchas raíces en este

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país, y es por esto que la nueva lucha económica no se

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inicia con su nombre sino con títulos más o menos en

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Si Chile tuviera un tribuno como Bilbao y un socia lista como Víctor Hugo, era de asegurar que en pocos

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cubiertos.

meses tendríamos en esta tierra la organización de un gran partido industrial. Los soldados son numerosos, la legión es inmensa.

Se le encuentra en todas partes: en las chozasdel inqui lino como en los albergues del pobre, en las aulas de la Universidad como en los talleres del obrero, en los hom

bres de profesiones liberalescomo en lasclases que ma nejan un formón o un mayete.

¿Qué falta para organizar la nueva escuela econó mica?

En mi concepto faltan jefes, prensas, y más que to dos, hombres de corazón y de carácter"1378.

Pero la reacción de los partidarios del librecambismo no se había hecho esperar. Diversos periodistas, políticos yeconomistas refutaron a través de declaraciones, artículos de prensa y folletos las peticiones de artesanos, obreros e industriales. Para los sostenedores de la ortodoxia económicaliberal,el proteccionismo no constituíala solución a los pro blemas económicos del país, puesto quelosconsumidores seríanlosafec tados al pagarmás caropor los productos nacionales. Paraestos sectores,

eraun"error" presentar lasociedad dividida en clases antagónicas, como había ocurrido en más de una oportunidad a lo largo de la campaña de los proteccionistas1379.

1378 "Cartas Industriales. DeSantiago a Talca", I, febrero de 1877, La Industria Chile na, 26 de febrero de 1877.

"'' El periodista ypolítico conservador Zorobabcl Rodríguez, sedestacó en esta campaña de refutaciones. Ver su serie decinco artículos aparecidos bajo eltítulo de "La cuestión obrera" en lasedicionesde los días, 13, 14, 16, 17y 20 de diciembre de 1876 en

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El Independiente. Este material seencuentra íntegramente reproducido en Grez, La "cues tión social"..., op. cit., págs. 255-273. Posiciones similares alas deRodríguez en"El meeting

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de losobreros deValparaíso", op. cií.y Marcial González, "Los obreroschilenos...", op. cil.,

tes mutualistas Manuel Hidalgo y Carlos Garfias:

"[...] pintaron la triste indigencia de los obreros y sus familias y él abatimiento de los oficios y de la indus tria. El primero condenó con energía que estuviesen gra vados con derechos de internación las primeras materias y se dejasen entrar libres de derechos los artículos manu

facturados, todo para mayor ruina de la industria"1381. Un proyecto de representación dirigido al Presidente de la Repúbli ca, bautizado Petición de los obreros de Chile, fue aprobado por los partici pantes en el acto. Aunque los términos empleados eran muy respetuosos, la solicitud interpelaba directamente al jefe del Estado, cuestionando la política librecambista aplicada por su gobierno y las administraciones anteriores. La exposición de los males que soportaban el artesanado y la clase obrera, arrojaba un sombrío balance social: "Las dificultades de nuestra posición son bien co nocidas; todos los oficios están en la más absoluta para

lización y amenazados de una completa ruina. La cons trucción de edificios, que en las últimas épocas ha ocu

pado tantos brazos en la capital, ha sido casi totalmente suspendida en razón de la escasez de numerario. El ofi cio de albañilería se encuentra aniquilado por estas cir cunstancias, mientras que el gremio de carpinteros, tan numeroso en nuestra población, se ve privado de esta manera de su más constante y lucrativa ocupación y re ducido a la más absoluta nulidad, por la introducción de muebles manufacturados en el extranjero.

1380 Las cálculos sobre el número de asistentes a este acto fueron muy variados. Así,

mientras que El Mercurio en su edición del 10 de diciembre, hablaba de seiscientas a sctcscicntas personas, el Barón d'Avril, representante diplomático de Francia en Chile, in formó a su ministerio del ramo que en dicho meelinghabían participado dos mil obreros. A.M.A.E.R.F., Correspondance Politique 20 Chili 1874-1877, Lettrc du Barón d'Avril au Mi nistre, Santiago, le 14 décembre 1877, Lcgation de Francc au Chili, Direction Politique N» 22, fjs. 490-491.

1381 "Reunión de obreros", El Mercurio, Valparaíso, 10 de diciembre de 1877.

págs. 433 y 434.

i 472

4

A pesar de las críticas, continuó desarrollándose el movimiento de trabajadores y empresarios manufactureros destinado a obtener medidas que protegieran la industria nacional y solucionaran la angustiosa situa ción de obreros y artesanos por falta de trabajo y encarecimiento de los artículos de primera necesidad. El 10 de diciembre de 1877 se realizó un nuevo meeting en el Alcázar Lírico de Santiago. Ante una concurrencia estimada en a lo menos seiscientas a setecientas personas1380, los dirigen

473

Ahí tenemos la herrería agobiada por idéntica cau sa, y a más el gravamen del derecho sobre el fierro en

bruto; y sin embargo, se permite la introducción de ar

ne para quien trabajar ni donde aprender. Hé ahí, pues, perdida la buena voluntad e inteligencia de millares de hombres, que tienen forzosamente que ir a labrar las tie

tefactos sin derechos aduaneros. La encuademación

rras por un salario deficiente o recorren las ciudades

también es uno de los oficios que más sufre estos males, porque la internación de sus materiales es gravada con un veinticinco por ciento y a pesar de esto son introdu cidos sin derecho alguno los libros empastados. La sas

con el corazón oprimido por la inquietud, la inestabili dad y la miseria"1384.

trería, tan numerosa en operarios yque da ocupación a miles de mujeres, se encuentra hoy en completa parali zación por la gran introducción de trajes confecciona dos, y no se ocultará al elevado criterio de VE. que la falta de trabajo producirá la miseria, el vicioyel crimen, que serán la desgracia en las familias y la deshonra del país. En la misma situación se halla la generalidad de los

diversos gremios existentes en la capital; y sin ninguna exageración podemos asegurar que esto sucede en to

dos los centrosindustriales que existen en las principa les ciudades de la república"1382.

Se pedía, una vezmás, protección para la "industria nacional". Tam

bién seacordó enviar unacircular a los parlamentarios paraqueaquellos que compartieran sus posiciones lo indicaran pdr escrito; nombrar una

comisión permanente para que convocara a los obreros de la capital cuando lo estimara necesario y celebrar la semana siguiente un nuevo meeting, donde se nombraría una comisión permanente de dieciocho personas encargadas de promover reuniones y cooperación con las de

más ciudades del país1383. El grupo designado implemento estas tareas y asumió la defensa pública de las posiciones proteccionistas, duramente criticadas por los partidarios del librecambismo:

"La leychilena -dijeron en una carta publicada en un periódico de la capital- ha entregado al trabajador a todos los rigores de una competencia desesperada. ¿Quién gana y medra bajo esta ley? La nación que nos envía sus manufacturas y el capitalista que tiene como comprarlas. ¿Quién pierde y muere? El pueblo chileno que sin talleres, sin educación industrial, no sabe ni tie-

La degradación de la situación económica exasperó los ánimos po

pulares. A comienzos de diciembre de 1877, los barredores déla Alameda de Santiago se declararon en huelga para protestar contra la rebaja de un 20% de sus salarios, que les había sido impuesta por las autoridades a fin de hacer economías1385. A las pocas semanas, un hecho de otra naturaleza provocó la irrupción de "turbas" en la capital. Miguel Jerónimo Triviños, un reo común de origen campesino, fue condenado a muerte por el ho micidio -al parecer accidental- de un comerciante español. El Presidente de la República al negar el indulto solicitado por un vasto movimiento ciu dadano en Santiago y Valparaíso, que incluía desde las logias masónicas hasta las iglesias evangélicas, pasando por grupos de jóvenes, mujeres,

colonias extranjeras y varias sociedades mutualistas1386, desató el furor de numerosos manifestantes del "bajo pueblo" santiaguino: "Cuando el cadáver de Triviños fue sacado del ca

rro en la puerta del cementerio, una inmensa poblada de descamisados, pues no se divisaba un solo artesano, trató de apoderarse del cajón, con el objeto, decían, de hacerle hoy unas honras en la iglesia; la fuerza de poli cía que custodiando el féretro había ido, estuvo a punto de ser impotente para contener el desorden. Visto por las turbas que no podían conseguir su objeto, se retiraron por la Cañadilla, cometiendo toda clase de desordenes a los gritos de: ¡Muera Pinto! ¡Aba jo el Presidente! ¡VivaVicuña Mackenna! ¡Ala Moneda a protestar! y todo esto con el obligado acompañamien to de piedras que hacían chocar unas con otras antes de dispararlas. Llegada que fue la comitiva, con un estrépi to diabólico, frente a la casa de agencia, propiedad de un español, situada en la Cañadilla, los gritos de: ¡Mue ra el godo! se hicieron oír y una granizada de piedras

cayó sobre la puerta y ventanas de la casa. [...]. ,3"2 "Petición de los obreros de Chile", El Copiapino, Copiapó, 27 y28 de diciembre de 1877. Las conclusiones del meeting (nerón presentadas el 16 de diciembre al Presiden

te de la República por unadelegación de seis personas encabezadas por Garfias. "Nove

1381 "La palabra del trabajo", LosTiempos, Santiago, 30 de diciembre de 1877.

dades", Las Novedades, Santiago, 17 de diciembre de 1877.

"as "Nove(jades", Las Novedades, Santiago, 5 de diciembre de 1877. 1386 "Novedades", Las Novedades, Santiago, 20, 21, 22, 24 y 25 de diciembre de 1877.

1383 "Reunión de obreros", op. cit.; ElMercurio, Valparaíso, 10de diciembre de 1877.

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Cuandolafuerzade policía, enviadadesdesu cuartel lle

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gó al lugar del desorden, ya los originales protestantes ha

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cían desaparecido"1387.

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Aunque sin relación con la crisis económica, laaplicación de lapena capital -ampliamente rechazada por los sectores populares- había con tribuido a enardecer los espíritus ya alterados por las privaciones mate

riales1388. La depresión traía consigo la reaparición de las temidas "tur bas" urbanas.

Durante 1878 se produjeron varias manifestaciones e incidentes entre elementos populares ylapolicía en Santiago. El lunes 4 defebre

ro, día de pago de los carretoneros del aseo de lacapital, estallaron dis turbios en la Plaza de Armas, cuandoestos trabajadores seimpusieron de

4

la decisión de las autoridades de rebajarles su sueldo en sesenta centavos,

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como medida de austeridad económica:

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"Las protestas, como es natural, no se hicieron es perar, yen cuerpo se dirigieron los carretoneros alaIn

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yamenazando declararse en huelga si no se les pagaba

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íntegramente.

4 4

rebaja, yse marcharon al depósito de la policía. Aquí

tendencia con el objeto de dar parte de lo que sucedía,

Tuvieron que conformarse, sin embargo, con la comenzaron nuevamente las manifestaciones de des

contento, negándosea trabajar mientras no se les paga

4

se todo su sueldo.

Un oficial, acompañado de otros guardianes del

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orden, hicieron obedecer a los que se resistían a las or

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denes de los superiores. Cedieron al fin los carretoneros, menos nueve, que

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fueron llevados a la policía en calidad de presos"138'1. El 8 de octubre una manifestación nacionalista, de protesta contra

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un clima agitado y apasionado. En otras ciudades la fiebre nacionalista

también contribuyó a aumentar la tensión: un meeting realizado el 15 de diciembre en el Circo de la Victoria de Valparaíso reunió a más de cinco mil personas1392. Distintos factores se acumulaban y concatenaban generando una situación de crisis global. La profundización de la crisis económica golpeaba duramente a los

sectores populares, aumentando los signos más evidentes de pobreza y marginalidad. El notorio incremento de la delincuencia, el bandidismo

yla mendicidad encontraba amplio eco en la prensa. En Santiago, la pro liferación de pordioseros causaba alarma y molestia en los círculos de;la élite. Hacia comienzos de 1879, un periódico liberal daba cuenta de la existencia en la cjipital: "[...'] de un sinnúmero de mendigos que se apiña en las puertas de los templos [...], en los paseos, en las puertas de los cafés, en la Alameda, en la plaza, en las tiendas, en cuanto lugar público existe, [de] turbas de muchachos harapientos, de mujeres jóvenes y en estado de trabajar [que] molestan a la gente con sus súplicas y sus lágrimas fingidas"13''3.

la manera cómo el gobierno chileno llevaba las negociaciones sobre la

Patagonia con laRepública Argentina, degeneró enviolentos enfrentamientos entre la policía ycinco mil manifestantes, con unsaldo de varias

1390 "partc oficial de los sucesosdel 8 en Santiago", Suplemento alDeber, Valparaíso, 10 de octubre de 1878.

1391 "LaJuventud Liberal i los sucesos del 7 i del 8 de octubre", LaJuventud Liberal,

4

4

decenas de heridos por ambas partes. La motivación patriótica del acto ocultaba apenas la frustración social de sus protagonistas a causa de la degradación de sus condiciones de vida. Las consignas dejaban traslucir el blanco de la ira popular: ¡abajo la policía!, ¡mueran los pacos!, así como distintos gritos contra las autoridades de gobierno y el represen tante oficial de Chile en las negociaciones diplomáticas. Otras voces, más radicales aún, llegaban a pedir la desaparición de la policía...1390. Si bien los protagonistas de estos hechos recibieron por parte del oficialismo calificativos tales como "turbas fanáticas y hambrientas", "populacho cie go e ignorante", manipulado por políticos opositores1391, era evidente que los sentimientos de patriotismo herido se mezclaban con las prime ras manifestaciones masivas de la moderna "cuestión social", generando

1387 "Novedades", Las Novedades, Santiago, 27de diciembre de 1877. Cursivas en el original

1388 El repudio popular alapena demuerte, expresado a través delapoesía, hasido

4

estudiado por Maximiliano Salinas Campos, Versos por elfusilamiento. El descontento popular ante la pena de muerte en Chile en el siglo XIX (Santiago, Fondo de Desarrollo de laCultura y

4

pulares deprotesta durante lasegunda mitad del siglo. Op. cil., pág. 6ysiguientes.

las Artes, 1993). Elautor se refiere a ésteyotros casos que suscitaron movilizaciones po

""' "La capital", Los Tiempos, Santiago, 5 de febrero de 1878.

4 476

Santiago, 19 de septiembre de 1878. Aunque la edición citada de este semanario lleva la

fecha indicada, incluye artículos como el nombrado, que se refieren a sucesos posterio res al mes de septiembre. 1392 "Valparaíso", Boletín deNoticias,La Serena, 16 de diciembre de 1878.

1393 "La capital", Los Tiempos, Santiago, 15 de enero de 1879. En otra de sus edicio nes, este órgano de prensa aseguraba que durante la hora de la retreta del día anterior se

habían contado ochenta y cinco mendigos en la Plaza de Armas. "La capital", LosTiempos, Santiago, 7 de febrero de 1879. 477

:

la existencia de "obreros que buscan la luz, por medio de la discusión francaytranquila"1399. Desdesuscolumnas se denunciaron losproblemas que aquejaban al gremio yse estimuló la resistencia obrera a losabusos patronales como, por ejemplo, durante la huelga de los tipógrafos del Estandarte Católico, en enero de 1879, en protesta por la rebaja de salarios

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decretada por la empresa1400. Había inquietud, pero también ánimo de

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El fenómeno denunciado parece haber alcanzado grandes pro porciones, a juzgar por las abundantes notas de la prensa de la época. Otro diario, en uno de sus numerosos artículos sobre el tema, asegura ba que:

"[...] apenasandauno por las calles más centrales, por los portales y galerías del comercio, encuentra has ta diez mendigos en cada media cuadra, el uno con las

piernas menos, el otro sin ojos, éste tullido, aquel ciego, fuera de otros que exhiben asquerosas lepras, defectos nauseabundos y mil lindezas cuyo solo recuerdo contris ta al estómago"1394.

Hacia fines de 1878 la Iglesia redobló sus esfuerzos caritativos au mentando las "Ollas del Pobre", organizadas en distintos barrios de San tiago desde el año anterior1395.

La situación era inquietante. Si los vagabundos, pordioseros, cesan tes y marginales de toda clase no tenían capacidad para realizar moviliza ciones organizadas, eran, por lo menos, una fuerza potencial que podía irrumpir en forma de "turbas", además de afear con su presencia la "ciu dad propia" y causar molestia y desagrado a la élite. Pero también había que considerar a los trabajadores organizados. La cesantía y la carestía de la vida aguijoneaban a los obreros, im pulsándolos a movilizarse en defensa de sus intereses. El gremio de los tipógrafos se vio fuertemente afectado por estos problemas. Para hacer frente a la crisis económica, algunas imprentas, como las de ElFerrocarril, El Estandarte Católico y El Mercurio, redujeron los sueldos de los opera

rechazo a los abusos, lo que se vio reflejado durante la concurrida asam blea de los obreros de las imprentas de Santiago que tuvo lugar el domin go 12 de enero de 18791401. Entretanto continuaba la campaña proteccionista.

En abril de 1878, un grupo de connotados industriales encabezados

por Federico Stuven,de la fábrica de paños de Buin;Balfour, LyonyCom pañía, de la fundición de la Victoriade Valparaíso; Fields, Stokes ycom pañía, de la fábrica de galletas y Daniel Frost, de la manufacturade teji dos de lana de Santiago, dirigieron una nota a la comisión de la Cámara de Diputados, encargada de discutir la nueva tarifa aduanera propuesta

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I > I I

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porel gobierno, solicitándole que tomara en cuentasu punto devista1402.

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El mismo grupo de empresarios conformó, a fines de ese mes, una direc tiva compuesta por Federico Stuven; Anselmo Cruz V, de la fábrica de paños; Luis Osthaus, de la fábrica de jarcia, Carlos Creen, de la fábrica de fósforos yjulio Berstein, de la refinería de azúcar de Viña del Mar. El

) >

cervecero Federico Várela y Donato Millán, en tanto representante de la Sociedad deTalleres, fueron nombrados directores suplentes1403. La conver

I

gencia entre industriales, artesanos yobreros quedaba simbolizadaa tra vés de la presencia de la Sociedad de Talleres en el organismo de los indus triales. A las pocas semanas, el bloque proleccionista se consolidó con la participaciónde representantes de Sociedad Protectora de laIndustria y dé

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rios1396. Otras, como la de Los Tiempos, despidieron a trabajadores y los

la Sociedad de Industriales en una reunión de la directiva de la Sociedad de

reemplazaron por nuevas maquinarias1397. Para colmo de males, se anun

Talleres, en la que se acordó la unión de las fuerzas interesadas en sacar a

I

ciaba que el gobierno, a pesar de ser el propietario de una de las mayores

la industria nacional de su estado de postración1404.

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rotativas del país, encargaría a Europa la edición de ciertos libros1398. Los

Un nuevo meelingtuvo lugar en Santiago en octubre1405, ya partir de febrero de 1879, un grupo de treinta destacados dirigentes mutualistas, ligados en su mayoría a laSociedad Escuela Republicanay al emergente Par-

I

trabajadores de imprenta de la capital comenzaron a publicar desde fi nes de diciembre de 1878 un semanario -El Tipógrafo- como muestra de

I

> 1394 "Novedades",Las Novedades, Santiago, 13 de febrero de 1879.

1395 "Ollas del Pobre", (171), Arzobispado de Santiago de Chile, Núm. 42,Santiago, noviembre 25 de 1878 y "Ollas del Pobre" (190), Santiago, diciembre 14 de 1878, en Bole

tín Eclesiástico, tomo VII (8 dejunio de 1878-31 de diciembre de 1880), Santiago, 1884, págs. 317-318 y 325.

i»6 ..pra |() (u|c t.SpCrábamos" y "Crónica", El Tipógrafo, Santiago, 11 de enero de 1879; "Crónica", El 'Tipógrafo, Santiago, 25 de enero de 1879.

1397 "Oróiiicu". ElTipógrafo, Santiago, 28de diciembre de 1878; "Crónica", El'Tipó

1399 "Dos palabras", /•.'/ Tipógrafo, Santiago, 28 de diciembre de 1878. uno "Crónica", El Tipógrafo, Santiago, 11 de enero de 1879,op. cit.; "Clónica", El 'Ti pógrafo, Santiago,18 de enero de 1879, op. cil. Sobre esta huelga, véase también"Lacapi tal. Los cajistasde "El Estandarte" en huelga", Los Tiempos, Santiago, 11de enero de 1879. ,40' "Crónica", El Tipógrafo, Santiago, 18 de enero de 1879, op. cit.

»

""'-' "Novedades", Las Novedades, Santiago, 26 de abril de 1878. "'" "Novedades", Las Novedades, Santiago, 29 de abril de 1878. Hl""Novedades", Las Novedades, Santiago, 20 de mayo de 1878.

I

1403 A.M.A.E.R.F., Correspondance Politique 21, 1878-1879 Chili, Lcttre du Barón

grafo Santiago, 18 de enero de 1879.

1398 "Crónica",/:'/ Tipógrafo, Santiago, 28de diciembre de 1878", op. cit.; "La tipogra fía emigra a Europa" y "Crónica", El Tipógrafo, Santiago, 4 de enero de 1879.

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d'Avrilau M.Waddington, Ministredes Affaires Etrangércs, Légation de France au Chili, Santiago, le 31 octobre 1878, f. 128.

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tido Republicano1^, comenzaron a editar un nuevo periódico, El Taller, bajo la dirección de Buenaventura Moran, el hombre que una década

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antes había reorganizado la Unión de los Tipógrafos de Santiago. ElTaller venía a llenar el gran vacío dejado por la desaparición de La

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4

Industria Chilena en noviembre de 18771407. En esta empresa se cristalizaba la unión de diferentes sociedades de obreros y artesanos. En su comisión

redactora figuraban junto a Moran, Fermín Vivaceta, considerado a esas alturas como un líder histórico del mutualismo nacional, Juan Agustín

Cornejo, dirigente delaSociedad de Artesanos de Valparaíso, ylos directivos de la Sociedad de Artesanos "La Unión" de Santiago, José Miguel Basulto (su

presidente en 1877), Marión Ross (presidente en 1878), Hipólito Acevedo, Manuel Hidalgo, Alejandro Depassier, Tristán Cornejo (quien

además de pertenecer a "La Unión" de Artesanos, había sido elfundador de

4

lassociedades filarmónicas de obreros de Santiago yde Chillan) yManuel

4

Modesto Sosa, que también ocupaba un cargo dirigente en la Sociedad de Sastres de Santiago. Francisco Miralles, delantiguo equipo de redacción de

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La Industria Chilena, era otro elemento que evidenciaba la continuidad de

4 4

lalucha porla protección a laindustria nacional1408. Apesar desu autodefinición de"órgano del obrero ydel industrial", el nuevo periódico representaba, sobre todo, a los artesanos y obreros

4

fensa de los intereses populares:

golpeados porla crisis. El énfasis de sudiscurso estaba puesto en la de

4 "El Taller trae como el principal de sus propósitos

4

abogar enérgicamente por los intereses de las clases

4 4

obrera e industrial, tan abatidos por los de arriba y, ne

4

4 4 4 4 4

cesario es confesarlo, tan débilmente defendidos por los

de abajo; animar esta defensa y poner orden en ella, porque elvalor sin la disciplina, ysin el acuerdo para el ataque, de nada valecuando hayque batir a ciertos con sumados estratégicos"1409.

Los puntos programáticos en los quese sintetizaba ladefensa delos intereses de las clases laboriosas eran más o menos los mismos que las sociedades mutualistas venían levantando desde hacía varios años: refor

ma aduanera en un sentido de protección de la industria nacional, aboli ción de losmonopolios del Estado y de los particulares, colonización de

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4 4

las provincias del sur con familias chilenas, protección de las empresas mineras del norte "para crear, así, centros de trabajo para el pueblo obre ro", facilitación de los transportes marítimos y terrestres para ayudar al comercio entre las provincias como una manera de aumentar las fuentes

de trabajo, y una "justa distribución de las contribuciones"1410. Al mismo tiempo,El Taí/erproclamaba la necesidad de la unidad de la clase obrera, de llegar a un acuerdo entre sus distintos segmentos a nivel nacional "con el objeto de obtener que los representantes del país dicten las leyes que deben amparar sus intereses"1411. Se reivindicaba abiertamente la necesi dad de un programa del pueblo para ser defendido en el Congreso por sus auténticos representantes. Esto significaba una cierta flexibilización de la rígida postura apolítica del movimiento mutualista y asociativo po pular que ya se venía insinuando desde algunos años. Era, tal vez, el sig no de una evolución estimulada por la crisis: el socorro mutuo y otras

formas de cooperación no parecían ser capaces por sí solos de cambiar radicalmente la condición de los trabajadores; era necesario reformar la sociedad, su organización económica y sus instituciones políticas. El nuevo acercamiento hacia la política se manifestó de distintas maneras: la constitución en 1876 de la SociedadEscuela Republicana como

organización sociopolítica popular portadora de un avanzado liberalis mo1412, las incursiones abolicionistas de La Industria Chilenaen temas cla

ramente políticos como la pena de azotes y la Guardia Nacional1413; las candidaturas a diputados de los dirigentes mutualistas Hipólito Acevedo, Pascual Lazarte yjosé Ramón Contreras en 1876 o, simplemente, como lo hizo en vísperas de una campaña electoral El Chicóle, efímero periódi co de San Fernando, autodefinido como "defensor de los derechos del

pueblo y órgano del Club delos Invisibles", que proclamó la necesidad de elegir a hombres salidos del pueblo, a compañeros de taller1414. La crisis había, a fin de cuentas, estimulado la politización del movi miento popular. Pero el estallido de la Guerra del Pacífico significó un cambio drás

tico. Las necesidades de pertrechamiento bélico incentivaron diversas actividades manufactureras, agrícolas y comerciales; el reclutamiento de soldados disminuyó considerablemente la desocupación; la

duplicación del gasto público entre 1878 y 1883 (financiado en gran

1110 Ibid. ""Ibid.

1412 El surgimiento y caracterización de la Sociedad Escuela Republicana son aborda

14,lf' La tentativa de construcción de un Partido Republicano, como expresión de una

corriente de liberalismo avanzado con fuerte implantación popular, es analizada en el capítulo XIII.

141,7 Alcance al N' 85 dela Industria Chilena, Santiago, 17 de noviembre de 1877. 1498 "Comisión redactora",El Taller, Santiago, 1 de febrero de 1879.

1409 "Nuestra primera palabra", ElTaller, Santiago, 1de febrero de 1879. 480

dos en el capítulo XIII.

1413 "La pena de azotes i el proteccionismo", LaIndustria Chilena, Santiago, 15 de ju lio de 1876; "Abolición paulatina de la guardia nacional", La Industria Chilena, Santiago, 16 de octubre de 1876.

1414 "A mis compañeros de taller", El Chicote, San Fernando, 14 de agosto de 1878; "Meeting de obreros", El Chicote, San Fernando, 28 de agosto de 1878. 481

» medida con una fuerte emisión y con un incremento de las entradas fis cales, gracias a las exportaciones extraordinarias de salitre) y la adquisi ción de una capacidad productiva adicional, fueron los factores que

pusieron fin a la crisis económica1415. '• La movilización en favor del proteccionismo y otras manifestaciones de efervescencia social fueron detenidas por el inicio del conflicto béli co durante el verano de 1879. El Tallercesó de publicarse a fines de mar zo de ese año. El emergente Partido Republicano se desvaneció antes de enraizarse en la base social. La campaña de las organizaciones mutualis tas no alcanzó sus objetivos: la política económica del gobierno no fue modificada en el sentido deseado por los trabajadores y empresarios manufactureros1416.

No obstante, los esfuerzos desplegados sirvieron para estrechar y solidificar las relaciones entre las organizaciones populares. Durante aquellos años se formó un espeso tejido de contactos y relaciones (for males e informales) entre las mutuales y otras instituciones de trabajado res. Este proceso no era nuevo; venía desarrollándose desde la década anterior, pero la campaña proteccionista de la segunda mitad de los años setenta lo amplificó de manera considerable. Con anterioridad a la cri sis, los dirigentes de diferentes instituciones de socorros mutuos habían intentado establecer "relaciones fraternales" y llegar a la conclusión de "acuerdos de reciprocidad" o "pactos de alianza", mediante los cuales dos mutuales se comprometían a acoger y a tratar como a uno de los suyos a

rante la campaña anticrisisfructificó, entre otras formas, en la multipli cación de tales pactos.

Yhacia la misma época, las relaciones fraternales entre las mutuales desbordaron el cuadro nacional. Ya en 1869, las sociedades de artesanos

de Santiagoyde Limahabían acordadoque losasociados de cadauna de ellas en caso de residir en la capital de la mutual hermana, serían consi derados como miembros de la sociedad local, beneficiándose con todos

los goces ypensiones que determinasen losrespectivos estatutos1418, yen 1872, la sociedad de socorros mutuos del gremio de tipógrafos de Mon

tevideo ofreció a la Sociedad Tipográfica Bonaerense "llevar a cabo desde ya la unión de ambas asociaciones"1419. Poco antes, en las columnas del ór

gano de los tipógrafos de Buenos Aires, se había propuesto "launión de un millar de obreros pobres yoscuros", diseminados en Chile, Uruguay y

Argentina1420. Sabemos, además, que por esos años existían algunos la zos de amistad entre la Sociedad Tipográfica Bonaerense ysus homologas de

Santiago yValparaíso. Igualmente, han quedado consignadaslascordia les relaciones que mantenían las sociedades de artesanos de Santiago y Mendoza1121. De este modo, se daban los primeros pasos para la constitu ción de un movimiento mutualista sudamericano, cuyas instituciones

pioneras habían sido lasasociaciones de tipógrafos de Santiago yValpa raíso.

cualquier miembro de la sociedad hermana que se trasladara de ciudad. Hasta entonces, se habían concretado poquísimas iniciativas de esa índo le'417. Pero a partir de los años ochenta, la red de relaciones creada du

1415 Carióla y Sunkel, op. cit., pág. 42. 141G El alza de las tarifas aduaneras, de 25% en 1864 a 27,5% en 1877 y a 35% en 1878 no correspondió a una política de largo aliento sino al mero al deseo gubernamental de reducir el déficit fiscal a través del aumento de los derechos de importación. El efecto proteccionista de la medida fue de corta duración. 1417 Dos ejemplos de intentos de coordinación de las organizaciones populares an teriores a la campaña proteccionista fueron los protagonizados por la Sociedad deArtesa nos de Copiapó y la Sociedad dela Igualdadde Concepción. A mediados de 1868, Miguel Beriso, presidente de la mutual nortina, propuso a los dirigentes de su homologa de Valparaí so estrechar los lazos entre ambas y la SociedaddeArtesanos de Talca e impulsar la funda ción de entidades similares en cada pueblo. "Memoria leída por el Presidente de la So ciedad de Artesanos de Valparaíso, en lajunta General celebrada el 29 de julio de 1868", El Artesano, Talca, 11 de julio de 1868. Por su parte, la Sociedad de la Igualdad de Concepción, fundada en mayo de 1870, a pesar de no ser una asociación mutualista sino, más bien, una institución de educación popular.se convirtió a poco andar en un polo aglutinador de las organizaciones obreras y artesanales del sur. A comienzos de enero de 1873, su periódico La Igualdad (distribuido en cerca de veinte pueblos y ciudades), informaba que las socie dades de artesanos de Los Angeles, San Carlos, Talca, Parral y Chillan, habían adherido a la Sociedad de la Igualdady apoyaban su periódico. Información reproducida por El Mercu rio,Valparaíso, 8 de enero de 1873. 482

'"" Memoria del Presidente de la Sociedad de Artesanos de Santiago, leída en la junta jene

ralel 9 deenero de 1870 (Santiago, Imprenta Nacional, 1870), págs. 4-6.

1419 Anales de la Sociedad Tipográfica Bonaerense, tomo I, N2 5, BuenosAires, 15de oc tubre de 1872, pág. 49.

1420 "Sociedad Tipográfica Montevideana",Anales de laSociedad Tipográfica Bonaeren se, tomo I, N8 3, Buenos Aires, 1 de septiembre de 1872.

1421 "Correspondencia", La Unión. Boletín de la Sociedad de Artesanos de Santia go, N2 4, Santiago, 1 de mayo de 1876, págs. 28 y 29. 483

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4 CAPITULO XIII

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LOS TRABAJADORES YLA ACTIVIDAD POLÍTICA

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ENTRE 1861 Y1879

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¿Hacer o no hacer política?

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Ladestrucción de casi todaslasorganizaciones mutualistas que habían

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surgido durante los años cincuenta ylas medidas represivas -detencioríes, relegaciones, restricciones de los derechos de asociación, etc.- to-

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madas por el gobierno de Manuel Monttdurante y después de la guerra civil de 1859, provocaron unareacción defensiva entre los trabaja-

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dores interesados por el socorro mutuo. La penalización de las activi-

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dades políticas opositoras, sobre todo siéstas eranpracticadas por gru-

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pos o individuos de baja extracción social, llevó a muchos núcleos de

obreros yartesanos aprohibir la discusión yla actividad política en las

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asociaciones mutualistas que se crearon o renacieron a partir de los

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años sesenta. La liberalización del gobierno de Pérez (1861-1871) no

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alteró mayormente esta reacción defensiva: casi todas las organizacio-

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nes populares inscribieron en sus estatutos la prohibición de discutir temas políticos o religiosos en sus sedes sociales, llegando, en algunos

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casos, hasta establecer que "jamás" contribuirían "directa o indirécta-

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mente a apoyar partido político o religioso"1422.



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dían siempre ala realidad que se vivía al interior de aquellas organizacio-

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nes. Al estar compuestas, o por lo menos dirigidas frecuentemente por trabajadores que simpatizaban con el liberalismo (en sus diferentes va-

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Sin embargo, tales proclamaciones de apoliticismo no correspon-

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ríanles representadas por el Partido Liberal ymás tarde por el Partido Ra-

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corrientes liberales.

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dical), estas mutuales manifestaban unatendencia "natural" a apoyar las

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Apesar de sus proclamaciones de neutralidad política, uno de los pri-

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meros actos públicos realizados por la flamante Sociedad deArtesanos "La

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Unión "de Santiago, fue el homenaje que rindieron sus dirigentes encabe-

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zando aseiscientos menesterales, al nuevo Presidente de la República, el

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H22 Así seconsignaba, por ejemplo, en los Estatutos de la Sociedad Protectora de Cigarreros (Valparaíso, Imprentado laPatria, 1876), págs. 4y5.

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liberal moderadoJoséjoaquín Pérez, el 9de febrero de 18621423. La demos

Bienvenido seas, señor

tración de respeto, que se inscribía enun ambiente dejolgorio generaliza do, fue reiterada afines del mismo mes, ala vuelta de un viaje aValparaíso delJefe deEstado. No obstante los artesanos de lacapital marcaron su de

A estepueblo que te adora, Que te tiene tanto amor Como eljilguero a la aurora.

seo de autonomía frente a iniciativas del mismo tipo desarrolladas por

Ya, señor, que tehas dignado

otros sectores. Una reunión de quinientos menestrales rechazó amable

A estepueblo visitar;

mente la invitación delPartido Liberal para participar en una "ovación co

Procúrale el bienestar:

mún" al presidente Pérez ynombró una comisión encargada de preparar los festejos, sin asociarse alas comisiones designadas por la municipalidad ypor lajunta de vecinos, a fin de que sus manifestación fuera "indepen

¡Mira quees muy desgraciado! El pueblo, señor, padece, Ypadece sin cesar,

diente de todaotra clase de lasociedad, que no seala clase obrera"1424. ¿Es lícito pensar que La "Unión"se había transformado en instru

Y no puede ya ganar El sustento que apetece.

mento delapolítica delafusión conservadora-liberal? De ningún modo. Sus agasajos al nuevo mandatario eran partedel contexto de virtual una nimidad que reinaba en todos los sectores políticos del país a comienzos

Pero lleno de confianza De su patria el porvenir, Confía, señor, vivir,

del nuevo quinquenio. Todos los partidos aplaudían lallegada de Pérez

Yen tí pone su esperanza1™'.

al cargo de Presidente: los liberales ysus aliados del momento, los con servadores clericales, así como los nacionales o monttvaristas se desha cían en elogios al nuevoJefe de Estado, tratando de inclinarlo hacia su

lado. Era entonces perfectamente lógico que un homenaje de ese tipo fuese considerado por los dirigentes mutualistas como un acto no parti

Ylosdistintos gremiosde la ciudad se congregaron en lascalles para aclamar alJefe de Estado, mezclándose y fraternizando con ellos "mu chos caballeros", lo que le daba a la fiesta -según la apreciación de un periódico local-"uncarácter democrático yfraternal muy conforme con

dista,sino meramente patriótico, una manifestación de la unidad nacio

las ideas dominantes"1427.

nal reencontrada después de dos sangrientas guerras civiles, ala vez que una acción destinada a convencer al Presidente de lanecesidad de apli car unapolítica deprotección alaactividad artesanal. Una posición simi

lar ala de La "Unión "fue adoptada por la Asociación de Artesanos de Valpa raíso, sin que en ninguno de ambos casos esto engendrara reproches o

Lasituaciónque prevaleció después de estecorto período de unaninidad formal en la vida política nacional, cuando el mandatario se incli nó hacia la alianza conservadora-liberal, creó las condiciones para que las sociedades mutualistas sufrieran nuevamente los efectos de las luchas

tensiones internas1425. Por su parte, losjornaleros del mismo puerto, con

políticas. Laspresiones provenientes de diferentes sectores que encarna ban el liberalismo ascendente, para que las asociaciones de socorros

ocasión de la visita del mandatario, difundieron masivamente unos ver

mutuos les entregaran un apoyo cada vez másfranco y decidido, contri

sos titulados "¡Viva Pérez!", en los que se expresaban su dichae ilusión: 1425 "El obsequio al Presidente de la República", ElFerrocarril, Santiago, 11 de febre

buían -sobre todo durante los períodos electorales- a ciertos posiciona-

mientos de lasorganizacionesde trabajadores,causafrecuente de tensio nes y divisiones. Así ocurrió con una primera sociedad de obrerosyarte

1424 "Recepción del Presidente de la República", ElFerrocarril, Santiago, 26 de febre ro de 1862; "Los artesanosyla recepción del Presidente", ElFerrocarril, Santiago, 24 de fe

sanos surgida en Chillan hacia 1866, que fracasó -según la apreciación de un dirigente mutualistade la misma ciudad, expresadaaños más tar de- "porque las miras quejustamente perseguían era para trabajar en política, encontrándose varios notables en ella"1428. También se pueden

"Recepción a S.E. en estacapital", ElTiempo, Valparaíso, 7 de marzo de 1862.

citar-entre otros-los casos de una importante sangría de militantes ocu rrida en la Asociación deArtesanos de Valparaíso a fines de la misma década

ro de 1862; "Revista de la semana", ElTiempo, Valparaíso, 18de febrero de 1862.

brero de 1862; "Reunión deartesanos", El Tiempo, Valparaíso, 27 defebrero de 1862; "Re cepción al Presidente de la República", El Ferrocarril, Santiago, 27 de febrero de 1862;

I4is "La Sociedad deArtesanos deSocorros Mutuos deValparaíso aS.E. el Presiden te de la República donJosé Joaquín Pérez", El Tiempo, Valparaíso, 12 de marzo de 1862.

Los artesanos porteños aprovecharon la ocasión para pedirle al Presidente protección para la industria nacional. La evasiva respuesta del Mandatario frustró las esperanzas dé los pequeños productores; "Pedís protección. Los gobiernos tienen por cierto la obliga

ción deamparar a cada cual enelgoce legítimo desus derechos, ydemantener elorden publico. Esta es lamejor protección que os pueden dar. La guerra yel desorden a todos perjudican, ymás alos artesanos, porque la guerra yel desorden matan el trabajo". "Pala

bras del Sr.Presidente", El Tiempo, Valparaíso, 8 de marzo de 1862.

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1420 "Los fleteros", ElFerrocarril, Santiago, 15 de febrero de 1862.

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1427 "Espléndida ovación!", ElTiempo, Valparaíso, 14de febrero de 1862.

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1428 "Boletín de las Sociedades. Sociedad de Artesanos "La Unión" de Chillan. Me

moria leída por el Presidente de la Sociedad en laJuntaJeneral del 3 de setiembre de 1882", ElPrecursor, Santiago, 14 de octubre de 1882.

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o comienzos de la siguiente, por culpa de lo que Vivaceta denominaría las tentativas dealgunos que pretendían convertir lamutual en "foco de

aspiraciones políticas oen instrumento de poder gubernativo"1429; de la

Sociedad de Artesanos "La Unión" de Chillan, fundada en 1868, que sufrió

una división en 1871 por razones políticas, perdiendo la mitad de sus

adherentes1430, ydelas discordias provocadas en elseno delaSociedad de Artesanos de Copiapó a fines de los años setenta por las tentativas de con trol político del Intendente de laprovincia a través del envío de funcio narios fieles al gobierno1431.

La línea adoptada porlas sociedades mutualistas fue elreforzamien

i

to del principio de neutralidad en lalucha política partidista, sin aban

4

so yde la"regeneración material ymoral del pueblo" preconizada por las

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corrientes liberales. Los posicionamientos políticos de algunos grupos de

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fuera de las sociedades de socorro mutuo, por intermedio de asociacio nes o de clubes ad-hoc. La participación de dirigentes y de militantes mutualistas en estos clubes se dio a título personal, sin comprometer ofi cialmente a sus instituciones las que, de esta manera, estuvieron en con

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donarunaacción que se inscribía directamente en la óptica del progre

trabajadores enapoyo de ciertas corrientes o candidatos se produjeron

diciones -salvo en casos como los mencionados más arriba- de mantener su carácter original.

Laúnica excepción a la reglade neutralidad política durante aque llas décadas, fue la Sociedad de Artesanos de Talca. Su carta fundacional,

fechada el1de julio de 1866, fijaba como objetivos principales, además de los de tipo netamente mutualista, "la instrucción de la clase obrera

para hacerle conocer sus deberes sociales, religiosos ypolíticos" yobrar de modo que a través de la discusión se formara "un solo cuerpo que le

haga respetable tanto en el ejercicio desus derechos políticos como en laexpresión de sus sentimientos ydeseos, encuanto tengan relación con

4

el bien público"1432.

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talquina, lapolítica constituía una preocupación importante: sus dirigen

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tes reivindicaban abiertamente un programa político y el derecho y de ber de los artesanos de participar en la vida política. A comienzos de

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Contrariamente a la mayoría de sus homologas, para la mutual

1867, bajo la presidencia deJosé Lucrecio Arellano, lasociedad elaboró unprograma que fue presentado alos candidatos adiputado para que se comprometieran aluchar por su puesta enpráctica cuando fuesen elegi-

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1429 A.N.A.B. V.M., vol. 365 (Correspondencia 8) , Cartade Fermín Vivaceta a Benja mínVicuña Mackenna, Valparaíso, mayo 17de 1875, legajo36,f. 313.

4

deArtesanos de Copiapó, El Copiapino, Copiapó, 31 de diciembre de 1878.

4

14,0 "Sociedad de Artesanos "La Unión" de Chillan. Memoria...", op. cit.

,4M "Sociedad de Artesanos", ¿7Copiapino, Copiapó, 2 de enero de 1878; "Sociedad 14,2 "Analesde la Sociedad de Artesanos de Talca. Acta de Instalación", Talca, julio Ia de 1866, El Artesano, Talca, 18 de noviembre de 1866.

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4

dos. El programa comprendía la protección de la industria nacional, la extensión y la popularización de la enseñanza, la reforma de la ley de imprenta, la reforma de las leyes de régimen interior para dar verdadera importancia e independencia a las municipalidades, la organización de la Guardia Nacional "tal como lo prescribe la Constitución" (esto es, de manera igualitaria y democrática), la abolición de los monopolios del Estado y dotación (pago de sueldos) a los curas de las parroquias1433. Dos de los candidatos a quienes laSociedaddeArtesanosde Talca ofreció su apo yo, los radicales Manuel Antonio Matta y Pedro León Gallo, criticaron algunos aspectos de la propuesta artesanal. Si bien aceptaron el apoyo ofrecido y manifestaron su acuerdo con la mayoría de sus puntos, expre saron su rechazo al proteccionismo y a la dotación de párrocos por con siderarlos contrarios a la libertad económica y a la libertad de concien cia1434. Los dirigentes mutualistas talquinos defendieron esos puntos de su plataforma, explicando que la fórmula "protección a la industria" co rrespondía a la necesidad de expresar su:

"[...] deseo de que alas clases obreras del país se les proporcione un vasto campo de acción y todas las fran quicias y facilidades posibles para el mejoramiento mo ral y material de sus respectivos oficios e industrias; pres tando asimismo todas las garantías y libertades necesa rias a las diversas asociaciones de aquel género estable cidas y por establecerse en la república"1435. De esta manera, se haría efectiva la libertad económica defendida

por losjefes radicales. La remuneración de los curas se justificaba como una medida prudente, "dado el estado actual de atraso y fanatismo de las masas", destinada a suprimir los derechos parroquiales sin que ello supusiera un atentado en contra de la libertad de conciencia sino más bien, su reafirmación1436.

1454 "Programa político de la Sociedad de Artesanos de Talca". El Artesano, Talca, 9 de febrero de 1867.

1454 "Importantes notas", ElArtesano, Talca, 9 de marzo de 1867.La carta de Matta y Gallo a los dirigentes mutualistas talquinos publicada bajo este título, está fechada en Copiapó el 17 de febrero de 1867. Otro candidato, Juan N. Espejo, expresó opiniones de rechazo similares a la de los caudillos radicales sobre la cuestión de la dotación de párro cos. "Contestación de Donjuán N. Espejo a la Sociedad de Artesanos de Talca",¿"'/,cTrocarril, Santiago, 14 de marzo de 1867. Daniel Barros Grez, en cambio, no entró en polémi ca, alabó públicamente a la SociedaddeArtesanosde Talca,pero rechazó la candidatura que le ofrecían por considerar que una persona empleada por el gobierno -como era su pro pio caso- no debía ser miembro del Congreso. "Más sobre Talca", El Ferrocarril, Santiago, 19 de febrero de 1867.

,4'5 Op. cil. La respuesta de Arellano y Silva tiene fecha 1 de marzo de 1867. 14,6 Ibid.

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I La polémica revelaba las contradicciones existentes entre la capa más politizada del artesanado de la época y la élite progresista (liberal o

radical). Para esta última, la libertad económica más completa formaba parte de un credo que compartía con el conjunto de su clase (sin que ello le impidiera luchar por la obtención de privilegios especiales que favore cieran a los sectores que representaba). Los artesanos y obreros, veían, en cambio, en el proteccionismo la mejor defensa contra la competen cia de los productos extranjeros y el estímulo más poderoso para la indus tria manufacturera y artesanal. La afirmación del derecho -y hasta del deber- de los trabajadores de participar en la vida política del país fue sostenida con fuerza por los diri gentes de la Sociedad de Artesanos de Talca. Durante las décadas de 1860 y 1870 ninguna organización popular planteó ese principio con tanta clari dad e insistencia, lo que le valió numerosas críticas y ataques, incluso, del propio movimiento mutualista. Respondiendo a aquellos que predecían que el gobierno disolvería la sociedad si ésta se inmiscuía en cuestiones

mar tampoco un nuevo círculo con tendencias sistemáticas hacia un ído

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lo cualquiera"1440.

A partir de la elección de Martín Machicao (junio de 1868) al cargo de presidente de la institución, se acrecentaron las presiones para que la Sociedad deArtesanos de Talca abandonara la actividad política. Estas pre

siones provenían sobre todo de los círculos conservadores y católicos, molestos por "losataques que estaasociación ha constantemente dirigido contra la religiónysus ministros" ypor "laparte tan activa que en algunas ocasiones ha tomado en la política"1441. Un año más tarde, hacia fines de 1869, el peso combinado de las presiones externas y de los problemas in ternos sumían a la sociedad de socorros mutuos de los artesanos talquinos,

en un letargo del cual no saldría hasta comienzos de la década siguiente.

políticas, Lucrecio Arellano los trataba de "infames calumniadores"1437 y el periódico El Artesano, editado por la mutual talquina, polemizando con un periódico del mismo nombre editado en la capital, afirmaba que: "No es la abstención de una cosa lo que puede dar al hombre completa capacidadsobre ella misma; es, al con trario, su estudio, su análisis, su ejercicio constante en una palabra. Todo lo que se desea aprender es necesa rio tenerlo delante, practicarlo y examinarlo; relegarlo a la espalda es desconocerlo, ignorarlo. ¿Cómo, pues, el artesano podrá ser buen político sin ocuparse de política? ¿No es éste un contrasentido, un absurdo?1438.

Para El Artesano de Talca, incitar a los trabajadores a abstenerse de participar en política equivalía a negar la existencia de la independencia y de la libertad en Chile, negar la república y transformar el país en un país de esclavos1439. Este interés por la política no significaba, como se ha visto en el caso de sus relaciones con el Partido Radical, un apoyo incon dicional a un partido, ni siquiera cuando las convergencias eran eviden tes. La Sociedad deArtesanos pretendía conservar su independencia y pro clamaba su intención de "no adherirse a ningún partido político ni for-

Meeting en el cerro Santa Lucía de solidaridad con la lucha de Independencia de Cuba (septiembre de 1874). Vicuña Mackenna, Álbum del Santa Lucía, op. cit.

Organizaciones ad-oc para incorporar

a los trabajadores a la lucha política

Durante los años sesenta y setenta se crearon diversas sociedades o clu bes con el expreso objetivo de incorporar a la claseobrera yartesanado a 1437 J. Lucrecio Arellano, "A mis conciudadanos", Talca, febrero 17 de 1867, El Ferro carril, Santiago, 19 de febrero de 1867. 141H "El Artesano de Santiago", El Artesano, Talca, 8 de junio de 1867. Cursivas en el original.

14,0 "Una esplicación", ElArtesano, 'falca, 2 de marzo de 1867. 144' "Sociedad de Artesanos", El Obrero Católico, Suplemento al N2 44, Talca, 13 de agosto de 1868.

14,3 Ibid.

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la lucha política. Algunas instituciones de este género no eran más que simples emanaciones de los partidos ycoaliciones políticas que surgían

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durante las campañas electorales, respondiendo -a lo más- al entusias

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mo provocado por dichos procesos enel espíritu de ciertos sectores de trabajadores y, por ende, su existencia era muy efímera. Ése fue el caso de varias organizaciones y publicaciones creadas du

rante la campaña previa alaelección presidencial de 1871. La candidatura para Presidente de la República del acaudalado empresario minero eindustrialjosé Tomás Urmeneta, levantada por una coalición de nacionales, radicales yliberales independientes contra el liberal del partido de gobier no,Federico Errázuriz Zañartu, logró concitar unaadhesión nodesprecia ble en el seno de los trabajadores organizados. Fermín Vivaceta, Juan

Agustín Cornejo, Hipólito Acevedo yotros dirigentes mutualistas partici paron activamente en la campaña de Urmeneta. Para promover el apoyo popular al candidato del liberalismo disidente, se constituyó en Santiago una Sociedad Política de Obreros presidida por Acevedo, quien desde 1868,

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ocupaba el puesto de presidente en la Sociedad de Artesanos "La Unión"im'.

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Afin de contrarrestar su influencia,lospartidarios de Errázurizmontaron un Club Central Democrático destinado a atraer a los artesanos y publicaron

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El Trabajador, "periódico del pueblo", pero su impacto fue muy reducido entre los sectores populares. Jacinto Núñez, uno de los fundadores dela Unión de Tipógrafos de Santiago, convertido a esas alturas enpropietario de imprenta yde periódico, era la única figura de cierta trayectoria en el mo

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vimiento mutualista que podía exhibir elcandidato oficial1443. Otros organismos respondían aobjetivos más amplios yambiciosos,

ytrataban de combinar las actividades estrictamente políticas con las de tipo mutualista yeducativo, esto es, de "regeneración material ymoral del pueblo", inspiradas explícita o implícitamente en la experiencia dé

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la Sociedad de la Igualdad de Arcos yBilbao, pero adaptadas a las nuevas

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condiciones de la época.

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Política de Obreros, formada en la misma ciudad a fines de 1863 por artesa nos inscritosen laslistas electorales,con lafinalidad de trabajar por ciertos candidatos en las elecciones de 1864, correspondían al modelo de club

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La Unión Liberal, fundada en Valparaíso en abril de 1862, y la Unión

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puramente "político", que levantaba algunas sentidas reivindicaciones po

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so era notoria: a lo menos cinco de los dieciséis integrantes del comité di-

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2"La reunión delCirco", Suplemento al Trabajador N°- 2, Santiago, 2 de mayo de

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pulares -como el proteccionismo ala industria nacional en el caso de la Unión Liberal1444- pero su cercanía con laAsociación de Artesanos de Valparaí

1871.

' "Instalación de) Club Central Democrático, sostenedor del candidato popular

don Federico Errázuriz", Suplemento al Trabajador N° 12, Santiago, 2de mayo de1871. 1444 "La opulencia ylamiseria", La Unión Liberal, Valparaíso, 28 dejunio de 1862. 492

rector de la Unión Liberal eran o habían sido dirigentes de la sociedad de socorros mutuos (Manuel Muñoz, Manuel A. Manterola, Mateo Mercandi-

no, Benjamín Gutiérrez y Lorenzo Justiniano)1445, y ocho de los nueve miembros titulares de la primera directiva de la Unión Política de Obreros nombrada a fines de noviembre de 1863, ocupaban o habían ocupado car

gos dirigentes de la misma mutual, comenzando por Pedro Benítez, su pre sidente y Francisco Manterola, su secretario1446. La UniónPolíticade Obreros se constituyó como una asociación diferente de los clubes electorales de la élite liberal, celosa de su independencia hasta el punto de rechazar las pro posiciones de fusión con la Asamblea Elecloraly el ClubReformista de la mis ma ciudad, formuladas por la última de estas entidades1447. La Sociedad Unión Republicana del Pueblo, organizada en Santiago a fines de 1864 (y uno de cuyos fundadores era Ambrosio Larrecheda, el conocido igualitario de 1850), se planteaba objetivos que eran simultá neamente sociales y políticos: "[...] trabajar por el progreso moral y so cial del pueblo; por la ilustración y adelanto intelectual de las clases tra bajadoras; [y] por estrechar los vínculos de unión y fraternidad entre los miembros de la familia democrática"1448.

Aunque la propaganda y la difusión de las ideas liberales fueran su objetivo principal, la UniónRepublicana delPueblo preveía una serie de acti vidades destinadas a; materializar el "progreso moral y social del pueblo" anunciado por sus estatutos, como por ejemplo, la ayuda financiera a los asociados en caso de; enfermedad, a los familiares de los socios fallecidos o a los mutilados en accidentes que se encontraran incapacitados para el tra

bajo1449. Pero estas funciones de tipo mutualista eran secundarias y estaban subordinadas a su objetivo principal de carácter netamente político. Se trataba, en realidad, de un club político popular que pretendía amplificar su base de apoyo desarrollando algunas actividades mutualistas.

1445 "La Unión Liberal", El Mercurio, Valparaíso, 21 de abril de 1862. 1446 "Reunión de artesanos", El Mercurio, Valparaíso, 30 de noviembre de 1863. Los siguientes miembros titulares de la directiva de la Unión de Obreros eran o habían sido diri gentes de la Asociación de Artesanos de Valparaíso: Pedro Benítez, Agustín Olavarría, José Agustín Cornejo, Francisco Manterola, Mateo Mcrcandino, Manuel Muñoz, Gerónimo Burgos y Luis Pizarro (presidente en ejercicio de la sociedad de artesanos). Aunque ig

noramos la trayectoria de Juan Francisco Bcas, octavo integrante de la dirección de este club político, nos parece interesante consignar que en el LibrodeActas Ne1 de la Asociación de Artesanos de Valparaíso figura en el cargo de vicepresidente durante el segundo semes tre de 1863, un tal Juan Francisco Ceas. Podría perfectamente tratarse deJuan Francisco Bcas de la información periodística. Los suplentes eran José Antonio Olmedo (otro diri gente de la mutual), Raymundo Langlcy, Santiago Rosas y Enrique Lucero, de los cuales carecemos de antecedentes.

1447 "Proposiciones de unión",El Mercurio, Valparaíso, 21 de marzo de 1864; "No hay unión", El Mercurio, Valparaíso, 22 de marzo de 1864.

1448 "Estatutos de la Sociedad Unión Republicana", El Copiajnno, Copiapó, 3 de ene ro de 1865.

1449Ibid.

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útiles al país, en la esfera de la actividad social y en parti

El nuevo partido, formado para sostener las ambiciones presiden ciales de su líder y fundador, comenzó a gestarse en febrero de 1875 en las ciudades del sur. Su primer núcleo se organizó hacia el 10 de febrero en Talcahuano; luego se crearon agrupaciones en Coronel, Chillan, Talca,Quirihue, San Carlos, Molina,San Fernando, Rancaguay San Ber nardo. Siguiendo su vertiginoso desplazamiento hacia el norte, el 5 de marzo se constituyó la agrupación de Santiago para seguir extendiéndo se a otras provincias. Al poco tiempo, Vicuña Mackenna creyó haber ob tenido la neutralidad presidencial, es decir, la seguridad de que no ha

cular las que tiendan al desarrollo práctico de las insti

bría una candidatura oficial, hecho absolutamente novedoso en la vida

tuciones democráticas"1150.

política nacional. Con tal convicción, el 20de abril del mismoaño renun ció a su cargo de intendente de Santiago para dedicarse completamente a la campaña electoral1452. El 6 de mayo dio a conocer su programa a tra vés de un Manifiesto, proponiendo, entre otras medidas, crear el registro

El Club de Obreros deSantiago, fundado a comienzos de 1870, ponía el acento en las tareas de sociabilidad en el seno de la clase obrera, como una

manera de difundir las ideas liberales. Sus estatutos se fijaban por objeto: "[...] ofrecer un punto de reunión que facilite las relaciones y comunicaciones concernientes al giro o profesión de los individuos que a él pertenezcan, y un centro para acoger y promover pensamientos y medidas

A pesar de su breve duración y del carácter instrumental que a me nudo los animaba, estos clubes fueron escuelas de aprendizaje en las que realizaron sus primeras experiencias políticas numerosos trabajadores, que continuarían en años posteriores tratando de dar una proyección política a sus actividades sociales. Así ocurrió, entre tantos otros, con José

Ramón Contrcras y Manuel Muñoz de la Asociación deArtesanos de Valpa raíso, protagonistas en la lucha electoral municipal de 1867, coronada

con la elección de Muñoz al cargo de regidor, y en justas políticas poste riores que elevarían a Contreras al cargo de diputado1451.

una campaña política de masas:

el Partido Liberal Democrático y la candidatura presidencial

de Benjamín Vicuña Mackenna (1875-1876) La muerte de lafusión liberal-conservadora durante los últimos años del período presidencial de Federico Errázuriz Zañartu (1871-1876), dio paso a un nuevo bloque político con hegemonía liberal, la Alianza Libe ral, basada en los partidos Liberaly Radical, que predominaría hasta el

gobierno de Balmaceda. La candidatura "personal", esto es, sin apoyo oficial, de Benjamín Vicuña Mackenna, fue el origen de una nueva agru pación liberal: el Partido Liberal Democrático, distinto del partido de go bierno, que logró en pocos meses desarrollar un estilo de campaña elec toral hasta entonces inédito en Chile.

civil, abolir los fueros eclesiástico y civil, democratizar el país restringien

do algunasfacultades del Ejecutivo, promoverla descentralización polí ticayadministrativa, colonizarlaAraucanía yluchar por el "mejoramien to gradual pero incesante de las clases desheredadas"1453. El entusiasmo provocado por la candidatura del intendente de San tiago fue desbordante. Los desfiles, meelingsy banquetesen losque parti cipabaun gran número de elementospopularesyde la clase media-em pleadospúblicos ymiembros de la capasuperior del artesanado- dieron a su campaña una tonalidadyun estilo nunca antesvisto en el país1454. La agitación alcanzó a sectores femeninos: en La Serena, en las ins cripcioneselectoralesa fines de 1875, interpretando en su favor el vacío en la leyde elecciones, algunas mujeres reclamaron el derecho de sufra gio. Diez, de ellas alcanzaron a inscribirse antesque el gobierno casara la interpretación1455. Algunos periódicosvicuñistas se hicieron eco de este anhelo aportando sólidos argumentos que contribuyeron a mantener la efervescencia. Uno de ellos, El Chicote, autodefinido como "periódico

humorístico y de caricaturas", se regocijó con la participación de las

1452 Ricardo Donoso, DonBenjamín Vicuña Mackenna. Su vida, sus escritos y su tiempo.

1831-1886 (Santiago, Imprenta Universitaria, 1925), págs. 320-323; Ilia Cortés yJordi Fuentes,Diccionario político de Chile (1810-1966) (Santiago, Editorial Orbe, 1967),pág.281; CristianZegersA.,"Historia políticadel gobierno de AníbalPinto",en Historia, N2 6, San tiago, 1967, págs. 8-11.

1450 Estatutos del Club delos Obreros deSantiago (Santiago, Imprenta Nacional, 1870), pág. 3.

1455 Manifiesto, 6 de mayo de 1875. Citado en Cristian Zegers A., Aníbal Pinto. Histo

ria política de sugobierno (Santiago, Editorial Universitaria, 1969), págs. 17y18.Véase tam bién Donoso, op. cit., págs. 323 y 324.

1451 "La nueva municipalidad (Colaboración)", El Mercurio, Valparaíso, 15 y 17 de abril de 1867; "La nueva municipalidad", El Mercurio, Valparaíso, 6 de mayo de 1867. Contreras fue elegido diputado por Valparaíso en 1876, obteniendo 3.945 sufragios, esto es, la segunda mayoría departamental. Germán Urzúa Valenzuela, Historia políticade Chi

Edwards.Vicuña Mackenna: "Creyó llegada la hora de las luchas genuinamentc democrá

le v su evolución electoral(Desde 1810 a 1992) (Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1992), pág. 227.

cit., pág. 156. iM.i jínc¡nai ,¡p, cil., tomo 15, pág. 505.

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1454 Donoso, op. cit., pág. 326 y siguientes. Según el ensayista conservador Alberto ticas de opinión a! estilo de Norteamérica". Edwards Vives, LaFronda Aristocrática..., op.

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mujeres en lasasambleas políticas yabordó una variada gama de puntos relativos a la condición femenina:

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"La leyha negado el voto a la mujer; ¡pero es que la ley ha sido hecha por hombres! El congreso niega sus sillones a la mujer; ¡pero es que el congreso es formado por hombres! Y sin embargo, ¡cuántas mujeres ocuparían en la

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prensa y aún en el congreso un lugar más distinguido que muchos hombres! ¿Acaso la mujer no tiene patria,

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no tiene sentimientos de justicia, de legalidad, ni le im porta el progreso y el bienestar del país? La mujer tiene todas las cargas del hombre, pero no tiene sus derechos ni sus libertades. La mujer paga con

tribuciones, pero no figura para nada ante los contribu yentes;ante el código civil yante el código penal la mujer tiene las mismas penas, los mismos castigos y las mismas gabelas que el hombre; pero la mujer no puede ocupar ningún puesto público; para las cargas y para las cuotas, se hace del hombre y de la mujer la igualdad ante la ley; pero para la mujer no hay instituto ni universidades, ni educación superior. En fin, la mujer es igual al hombre como bestia de carga, pero no como derecho, como li bertad, comofuerza, como poder, como inteligencia"1456. Lo más destacado fue, sin embargo, la adhesión de numerosos obre

ros yartesanospartidariosde lasideasliberalesa la campaña de Vicuña Mackenna. Muy pronto el Partido Liberal Democrático inició sus ataques contra "la oligarquía", afirmando que su objetivo era "defender losdere chos del pueblo contra las intrigas oligárquicas de unos pocos hombres

que en el país querían constituirse en dueños absolutos de sus desti nos"1457. Estas posiciones le restaron el apoyo de sectores aristocráticos e incluso, le valieron la hostilidad del grupo liberal más avanzado represen

tado por el Partido Radical. Una convención del Partido Liberal Democráti co, celebrada en Santiagobajo la presidencia de ManuelGuerrero1458, es tableció un programa que retomando lasideas de un manifiesto publica do por el candidato el 7 de mayo, contemplaba entre otros puntos la se paración de la Iglesia del Estado, la abolición de losfueros, el estableci miento del registro civil, la libertad electoral, la restricción de las facul-

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produjo el8deseptiembre enValparaíso entre los vicuñistas ylos adictos deAmunátegui, provocando laruptura definitiva entre elabanderado li beraldemocrático yLaMoneda, queseinclinó definitivamente porAníbal Pinto. Losconservadores, en un gestode venganzacontra el oficialismo, a fines de 1875 se plegarona la candidatura de Vicuña Mackenna, generan dofuertes tensiones que terminaron conun importante desprendimiento de sectores populares del Partido LiberalDemocrático. Pero a lo largo de la campaña se habían desarrollado elementos nuevos, quedistinguen a estacandidatura de otrasde la misma época, en

particular, los esfuerzos paraobtener unaamplia movilización desecto res medios y populares. Paralograrlo contaba con diferentes medios, siendo el más importante la propia personalidad del abanderado. El ex intendente de Santiago portaba la aureolade su militancia igualitaria en 1850 yde su participación en las guerras civiles de 1851 y1859. Su avan zado liberalismo ylas cordiales relaciones que mantenía con numerosos

trabajadores organizados en mutuales ysociedades de educación popu lar, le permitieron lograr el apoyo entusiasta de importantes sectores

populares, en particular dealgunos dirigentes mutualistas de reconoci do prestigio e influencia entre sus compañeros. El caso de Fermín Vivaceta, sin duda el más famoso y respetado de dichos líderes, ilustra

bien una de lasrazones que motivaba la adhesión de muchos trabajado

res a lapostulación deVicuña Mackenna. Interrogado en mayo de 1875 porelcandidato liberal democrático acerca de sucompromiso político, Vivaceta -que entonces vivía en Valparaíso- respondía aún con cautela: "[...] mi proceder es y será enteramente libre, pues en tan importante asunto soy como elmartiliero o rematante quedaré todalacooperación que puedaal candidato que más propendaal feliz porvenir de nuestra patria, yojalásea Ud. el más aventajado"1460. A las pocas semanas, el 9 de julio, Vivaceta manifestaba a Vicuña Mackenna estar "perfectamente de acuerdo con la marcha de la muypo

pular candidatura aceptada porlageneralidad delanación chilena" yle exponía algunas de las razones que explicaban su decisión: "Me gusta el sistema adoptado por Ud. de hacer política a la luz del mundo entero, pues esto significa honradez en las aspiraciones patrióticas del que sin es-

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tades del Ejecutivo, la descentralización políticay administrativa, la au tonomía municipal, la libertad de enseñanza, etcétera1459. Laagitación callejera suscitó enfrentamientos entre partidarios de Vicuña Mackenna y los de los otros candidatos liberales. El más grave se

1456 "Lamujer en lasasambleas públicas", ElChicote, Valparaíso, 20de abril de 1876. 14''7 Cortés y Fuentes, op. cil., pág. 282.

1458 Recordemos que en 1845 Guerrero había fundado la Sociedad de Artesanos de Caupolicán y en 1850 fue dirigente de la Sociedad dela Igualdad. 496

1459 Cortés y Fuentes, op. cil., pág. 282.

1460 A.N.A.B. V.M., vol. 365 ( Correspondencia 8), Cartade FermínVivaceta a Benjamín Vicuña Mackenna, Valparaíso, mayo 17 de 1875, op. cit., f. 314. 497

Unión", Hipólito Acevedo, fue proclamado candidato afP^^f

crúpulos ni cobarde miramiento trabaja por escalonar el puesto que ha de servir para gloria de la Patria; este pre

Partido Liberal Democrático yrecibió el apoyo de la Asamblea liberal de Arte

cedente desconocido aún en Chile es el mejor compro bante ymás elocuente programa de lo que será el espíri

sanos "La Emancipación"1^'•

tu franco y liberal del candidato"1461.

La candidatura vicuñista no se apoyaba sólo en el carisma del abande

rado. También se dotó de adecuados medios políticos para concitar la ad hesión popular. Seeditaron numerosos periódicos de guerrillapolítica en distintas ciudades ysepusoespecial énfasis en agitarpuntosprogramáticos para atraer a los trabajadores. Uno de esosperiódicos,ElPueblo, publicado en la capitalycuyo redactor era LuisCarlos Garfias, destacadodirigente de la campaña proteccionista que comenzó a desarrollarse ese mismo año, ponía el acento en la realización de obras públicas como la canalización del

Mapocho y la construcción de habitaciones obreras, que reactivarían la economía, sacándola del marasmo en que se encontraba: "Con estas solas empresas -decía a sus lectorestendríamos a Santiago convertido en un inmenso taller donde todos los obreros tendrían un trabajo continuo.

Albañiles, carpinteros, herreros, trabajadores en gene ral, todos serían insuficientes para esas obras colosales. El consumo de materiales ysu acarreo sería extraordina rio y como consecuencia inmediata se animarían ¡todas

las industrias de donde resultaría un completo bieneslar. Veríamos entonces a la crisis hacer sus maletas a pa sos precipitados y de ese modo, Santiago, en lugar de presentar el aspecto enfermizo que se le nota actual

mente, se ostentaría con aquella robustez y lozanía que son propias de una situación holgada y abundante"1462.

.

En Valparaíso, prácticamente toda la Asociación de Artesanos partici

pó en la campaña yen el partido vicuñista1465. Un directorio provisorio de trabajadores liberales democráticos -entre los que se contaban Fer mín Vivaceta, Juan Agustín Cornejo yjosé Ramón Contreras- convoco a un meeting en el circo de la Victoria para proclamar al candidato obrero de lacolectividad enlas elecciones parlamentarias tle marzo Seis aspirantes ala investidura-José Ramón Contreras, Fermín Vi vaceta, Juan Agustín Cornejo, Lorenzo Justiniano, Bartolomé Riobo y Manuel Muñoz146'- se disputaron los votos de los mil quinientos asisten

tes a la asamblea realizada el 14 de enero de 1876. El elegido fue José Ramón Contreras, fundador yprimer presidente de la Asociación de Arte sanos de la ciudad. Las contradicciones que atravesaban a los sectores populares comprometidos con Vicuña Mackenna se manifestaron enton ces por primera vez. Mientras algunos encabezados por Vivaceta propo

nían que antes de designar el candidato, cada aspirante ala investidura explicara "verbalmente opor escrito el programa de sus ideas, para re presentar en el congreso los intereses de la clase obrera en lo concer niente amejorar de las artes ysus operarios", otros, como Manuel Muñoz vlos directores de la mesa electoral del partido, consideraban superfino tal trámite argumentando que el modo de pensar de todos los postulan tes era bien conocido. La elección realizada en condiciones dudosas arro

jó trescientos cuarenta ytres votos para Contreras contra doscientos se

senta ycinco para Vivaceta ymuy pocos para los restantes candidatos, »« "Dos paladas", El Pueblo, Santiago, 24 de enero de 1876; "Algo de todo" ElPue

blo, Santiago 7Pde febrero de 1876; "Reunión", El Independiente, Santiago, 19 de febrero dC 18-1aactividad política no era una novedad para los dirigentes artesanales porte

La adhesión de los trabajadores mutualistas a la campaña de Vicu ña Mackenna fue masiva1463.

En la capital, el conocido dirigente de la Sociedad deArtesanos "La

ños. Varios de dos -Ma'nue, Muñoz,José Ramón Contreras y^^ts^T^a di

sido oeran regidores de la Municipalidad de Valparaíso. "Comunicados Lal alna Val sido oeran regia Agustín, Cornejo, fundador de la Asociación de Artesa

noUSt^aZeC^sde ,a misma ciudad, militaba desde 1866 enel «**,H»

dual Apesar de su filiación partidaria, en 1875 se sumó ala campana vicunis.a.F Gal c

,m A.N.A.B.V.M., vol. 365 (Correspondencia 8),Carla deFermín Vivaceta a Benjamín Vicuña Mackenna, Valparaíso, julio 9 de 1875, legajo 36, f. 315.

1462 "Elcandidato popular i losobreros",ElPueblo, Santiago, 9 de marzode 1876. ''"'' En contrastecon elsignificativo apoyo de dirigentespopularesa la candidatura de Vicuña Mackenna, Aníbal Pinto podía exhibircontadas figuras de reconocida trayectoria en el mundo de los trabajadores. Entre ésios, además de jacinto Núñez, editor del diario La República, se ronlaha rl prestigios» líder igualitario Ambrosio Latí ve heda. "Ma

nifestación del Club de la Unión Liberal", La República, Santiago, 'Mi de noviembre de

1875; "Gran meeting en Quillota"y"Club Liberal",LaRepública, Santiago, 15 de diciem bre de 1875; "Club Liberal, Num. 2.Calle de San Isidro Núm. 67", ElElector, Santiago, 10 de febrero de 1876.

498

glnlloVlorca, Donjuán Agustín Cornejo. Su vida ysus principios (Valparaíso, fipograíia Nacional yEncuademación, 1889), pág. 17.

_

„hrera"

"'•>• "Asamblea Liberal Democrática de Valpara.so" y Reunión de 1. case obrera ,

La Patria, Valparaíso, 13 de enero de 1876; "Reunión de la clase obrera", Ll Independiente,

SanUa^ ctntr^^ornSJustiniano, Riobó yMuñoz eran fundadores ydirigentes

,,1M„(„ados de donación de Lesanos de Valparaíso. Cornejo había sido, adema» uno de , ,iilie, os socios de la Sociedad l'iotrctora de agarraos de Valparaíso. l", ElFerrocarril, Santiago, (i de septiembre de 1862. Más informaciones sobre esta institución en Estatutos i Reglamento de la Casa de 'Talleres de San Vicente dePaul de Santiago (Santiago, Imprenta de "La Estrella de Chile", 1876).

1556Joaquín Larraín Gandarillas, "Memoria sobre los trabajos de la Conferencia

Instrucción Pública, Santiago,junio 16 de 1873, ElAraucano, Santiago, 3 de octubre de 1873.

1M* Carlos Riso Patrón, "Conferencia de San Vicente de Paul en Concepción", Con

Central de San Vicente de Paul, que leyó su Presidente el Presbítero DonJoaquín Larraín

cepción, julio21 de 1867, enLa Revista Católica, tomo XIII, Na 972, Santiago, 17 deagos

Gandarillas en la sesión solemne celebrada el 11 de agosto de 1859", en La Revista Católi ca, N" 599, tomo IX, Santiago, 20 de agosto de 1859, págs. 181-184.

to de 1867, págs. 236 y 237. 1M4 "Conferencias de San Vicente de Paul", artículo 2", en LaRevista Católica, N° 364,

1557 "Conferenciasde SanVicentede Paul",ElEstandarte Católico, Santiago,21 deju lio de 1888.

Santiago, 16 de junio de 1854, pág. 879. 1865 Ibid.

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ser considerada como "una ley de la humanidad" anunciada por los tex

tossagradosa la que el catolicismo debía responder con el ejercicio de la caridad, entendida no como una limosna pasajera sino como una ense

mente, el cuerpo directivo de la asociación quedó compuesto por el abo gado Pascual Jara, los ebanistas Ramón Quintanilla yjosé del Carmen Parra, el encuadernador Fruto Castillo, el sastre Manuel Quiroga, el co

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ñanza a los pobres de amor al trabajo, de previsióny economía1566. Sien do la religión el único consuelo del pobre en su desgracia, su única com pensación, sólo la ceguera podía hacer que algunos (los liberales, maso nes y radicales) se esforzaran en arrebatarles su creencia, generando un

merciante Agustín Chandia, el talabarteroJuanJosé Cañas, el boteroJosé Mercedes Maturana y el herrero Hermógenes Bascuñán, además de Pe dro N. García, quien, según el acta fundacional, "aun cuando no perte nece a la clase obrera, se ha prestado bondadosamente a desempeñar la

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peligro para la paz y el orden social. Esta invariable posición de la Iglesia Católica chilena durante todo

secretaría"1569.

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el siglo XIX fue una de las bases teóricas de su estrecha alianza con los

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conservadores, al mismo tiempo, que una de las motivaciones para que

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el clero y los católicos militantes se lanzaran en una acción de proselitismo político-religioso entre los sectores populares durante las últimas

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décadas de la centuria.

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2) Una nueva etapa: las primeras sociedades católicas de obreros.

En 1867 el colegio de párrocos de Santiago tomó la decisión de consti tuir en cada parroquia asociaciones católicas de obreros, sirviendo de señal para una intervención más directamente política de la Iglesia en los medios populares. El primero en desarrollar la nueva orientación fue Estanislao Olea, el párroco del barrio Santa Ana1567, creando el 6 de agos to de 1867 la Sociedad Católica de Obreros de Santa Ana. Según el acta de

fundación, firmada por ochenta y cuatro trabajadores, la flamante aso ciación quedaba bajo la dirección del cura Olea y sujeta a la autoridad diocesana. Sus objetivos serían: "estrechar las relaciones íntimas y cristia nas entre los obreros mediante reuniones públicas yfrecuentes", "salvar" a los obreros, a sus familias y compatriotas "del contagio del protestantis mo y de toda idea o asociación contraria al espíritu de la santa Iglesia Católica",junto con el establecimiento de una caja de ahorros yuna caja

La iniciativa recibió la pronta aprobación del arzobispo de Santia go (9 de agosto de 1867) y la Sociedad Católica de Obreros de SaniaAna se convirtió en un ejemplo a seguir por los demás curas y medios católicos de todo el país. A los pocos meses se intentaba la creación de sociedades

homologas en Talca, Constitución, Parralyotras localidades1570. Pero la constitución de una red de asociaciones católicas de trabajadores chocó con el movimiento mutualista de tendencia laica, liberal y democrática con el que pretendía competir. En Talca, laSociedad deArtesanosCatólicos, fundada por el sacerdote

Miguel Rafael Prado en octubre del mismo año, se presentaba como ri val de la Sociedad de Artesanos. A mediados de ese mes, la asociación con

fesional reivindicó más de cien inscritos e informó que había presentado sus estatutos ante las autoridades e iniciado clases de fundamentos de la

fe, gramática castellana yaritmética, anunciando la apertura de un curso de dibujo lineal1571. La creación de laSociedad de Artesanos Católicos repre sentaba un desafío para la Sociedad deArtesanos deTalca puesto que la aso ciación clerical pretendía desarrollar el mismo tipo de actividades, dispu tándole el monopolio de la organización de los sectores populares. A tra vés de las columnas de El Artesano, la mutual laica denunciaba el "oscu rantismo" de la institución católica artesanal, el autoritarismo de su di

rección, acusada de "celebrar acuerdos y deliberaciones única y exclusi

vamente por el jefe de la Corporación, sin que nadie discuta, sin que nadie hable, sin que un solo signo de aprobación o desaprobación salga

de socorros mutuos1568.

de las filas de los católicos miembros"1572.

Los encargados de redactar los estatutos, sometidos a la aprobación del prelado diocesiano, fueron el propio cura Olea, los presbíteros Fran cisco Cañas y Domingo Carreño, y los laicos José Santos Cifuentes, Juan NepomucenoJara, Juan Vicente de Mira,José Manuel Olea, Pedro Pablo Olea, Macario Ossa, Miguel Semir y Manuel José Domínguez. Posterior

También se criticaba su prédica de "odio al rojismo", la propagación de juegos eterno el billar en vez de moralizar las costumbres, y la prohibi ción hecha por cl.cura a los asociados de leer cualquier periódico15". Sin tetizando sus cargos contra la entidad clerical, los mutualistas talquinos sostenían que la nueva organización no representaba sino una tentativa de "realizar planes políticos y explotar a mansalva el fanatismo e ignoran-

15,16 Ibid.

15117 Datos biográficos de este sacerdote en Luis Francisco Prieto del Río, Diccionario Biográfico delclero regular (Santiago, Imprenta Chile, 1922), pág. 415. ,568"Acta",£íftrrocarn7, Santiago, 15 de agosto de 1867; "Sociedad Católica de Obre ros. Acta", Salón parroquial de Santa Ana, Santiago, agosto 4 de 1887, El Independiente,

1569 "Sociedad católica de obreros", El Artesano, Talca, 19 de agosto de 1867. 1570 "Sociedad Católica de Obreros", El Independiente, Santiago, 28 de mayo de 1868.

Santiago, 16 de agosto de 1867.

1575 Ibid.

532

1571 El Obrero Católico, Talca, 17 de octubre de 1867. 1572 "Sociedad Católica de Obreros", El Artesano, Talca, 7 de octubre de 1867.

533

cia de las masas populares"1574. Por su parte, la prensa clerical conserva dora devolvía los ataques acusando a la Sociedad deArtesanos de propagar la impiedad y la irreligión en el pueblo y de no ser más que el fruto de

"un plan político mal intencionado"1575. Por todos lados la reacción fue similar: desde el comienzo se instaló una notoria hostilidad entre las sociedades de socorros mutuos de carác

ter confesional y las de inspiración laica. La tentativa de implantación "orgánica" de la Iglesia Católica en los sectores populares, de acuerdo a patrones más modernos de acción so cial, representaba una innovación importante respecto de la política de sarrollada hasta entonces. Ya no se trataba sólo de evangelizar, hacer ca ridad y predicar valores morales. Sin descuidar estos aspectos, el nuevo tipo de organización constituía una forma de intervención política más decidida en el "bajo pueblo". Esto era explicitado por El Independíenle, diario conservador en el que se expresaban las posiciones de los católi cos ultramontanos, al plantear que las asociaciones católicas de trabaja dores cumplían, además de la función de instrucción religiosa y moral, la formación de ciudadanos, predicando para ese fin "el respeto debido a las leyes, la obediencia a las autoridades constituidas, y sobre todo la grande sumisión con que deben recibir las más ligeras insinuaciones de

la Iglesia Católica"1576. Todo ello acompañado de violentos ataques con tra el protestantismo y los liberales, a quienes se acusaba de no practicar el "verdadero liberalismo"1577.

Las postrimerías de los años sesenta marcaron el comienzo de una nueva etapa de la acción social y política de la Iglesia en el seno de los trabajadores urbanos. Iniciativas muy diversas se sucedieron durante el decenio que precedió la Guerra del Pacífico. Los conservadores y el cle ro se volcaron en múltiples direcciones a la conquista de posiciones en el

mundo popular. Un breve recuento nos da indicios acerca de la variedad de esfuerzos desplegados. I lacia fines de 1870, los ultramontanos intentaron crear una Sociedad

ligión, Patria, Caridad y Trabajo", la nueva institución tenía como finali dad el socorro de sus miembros "tanto en sus enfermedades como en el

día de su fallecimiento"1579. En 1876 se organizó en Santiago la Sociedad de

la Unióny delProgreso, también de corte mutualista confesional15™. La pri mera condición de admisión era ser "Católico, Apostólico y Románico, co nocido por su religiosidad y buena conducta"1581. El objetivo de procurar a sus miembros "el mayor progreso y desarrollo material e intelectual posi ble" se traducía a través de socorros a los socios enfermos y cesantes, pro

yectos de compra de una casa de talleres destinada a proporcionar trabajo a los asociados y formación profesional para sus hijos, al mismo tiempo que instrucción primaria1582. Su carácter religioso se reafirmaba al propo nerse la edificación de capillas u oratorios en los locales que se construye sen para que los socios pudieran cumplir con las prácticas religiosas esta

blecidas por lajunta directiva1583. La sociedad se consagraba a "la Santísi ma Trinidad" y tenía por patrona a la Virgen del Carmen, estableciéndose

la obligación de festejar su día "del mejor modo posible"1584. Paralelamente, se reforzó o reorientó el trabajo asistencial de tipo

más tradicional hacia el mundo popular, imprimiéndole una tónica más agresiva y militante en contra del liberalismo y la masonería. En Valpa raíso, por ejemplo, el presbítero Mariano Casanova, apoyado por encum brados personajes, fundó en marzo de 1872 laSociedad Católica deInstruc ciónPrimaria y de Talleres para elpueblo, en abierta competencia con la "es cuela atea" Blas Cuevasy la "propaganda disolvente y corruptora" de la masonería1585.

Pero no fue sino hacia fines de aquella década, cuando surgió las más importante de las organizaciones católicas de trabajadores creadas durante este primer período del activismo clerical conservador. A co mienzos de 1878, el político conservador Abdón Cifuentes dio los prime

ros pasos para la fundación de una Asociación Católica de Obreros. En la concepción de Cifuentes esta institución debía ser un eslabón más de la cadena de organizaciones y publicaciones católicas conservadoras, que

del Teatro del Obrero, comprometiéndose directamente en este esfuerzo el

dirigente conservador Carlos Walker Martínez1578. En 1872, los mismos sectores clerical conservadores, fundaron sobre bases confesionales la

1575 "Estatutos de la Asociación de servicios mutuos de San Vicente Ferrer", Depar

Asociación deSeruicios Mutuos deSan VicenteFerrer. Inspirada en su lema "Re-

tamento de Justicia, Culto c Instrucción Pública, Santiago, diciembre 27 de 1H72,ElArau cano, Santiago, 6 de marzo de 1873.

1574 Ibid.

1575 "Comunicados. El clero de Talca i la Sociedad de Artesanos del mismo pueblo", El Independiente, Santiago, 27 de abril de 1867. 157,1 "Sociedad católica de obreros", El Independiente, Santiago, 12 de septiembre de 1H67.

'"'" Ibid.

157» j;n cj (unción,, figuraban junto a Walker Martínez: Marcos Mena, Enrique llaeza y Alejandro Abasólo. "Sociedad del Teatro del Obrero", El Independiente, Santiago, 6 de diciembre de 1870.

534

|P'"" Su primera junta directiva, autora de los Estatutos, estaba compuesta por: Vicen te González, Domingo González, Pedro Arrióla, Clemente Barahona, Juan José Vásquez, Anacleto Ríos, José Miguel González, Miguel Arredondo, José Dolores Espinoza yjosé Ramón Sánchez. Estatutos de la Sociedadde la Unióny delProgreso (Santiago, Imprenta de la Estrella de Chile, 1876), pág. 16. ''"' Op. cit.. pág. 6. 151,2 Op. cit.. págs. 5 y 6. "m Op. ci/.,pág. fi. 1581 Op. cit., pág. 15. isas "Sociedad Católica de Instrucción Primaria i de Talleres para el pueblo", Fl In dependíenle, Santiago, 21 de marzo de 1872. 535

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4

que fue sometido a la consideración del arzobispo de Santiago, quien dio su aprobación mediante decreto el 7 de mayo de 1878.El sacerdote Ra

tido Conservador), El Verdadero Liberal (San Felipe), además de La Revista Católica, del diario conservador El Independiente y de muchos otros que

Abdón Cifuentes de asumirese cargo,yÁngelC.Vicuña, el de secretario

existieron en distintos períodos1587. Todas estas organizaciones y la casi totalidad de dichas publicacio nes tenían un fin político bien definido: la lucha contra las reformas li berales, en especial contra aquellas que apuntaban a la laicización de las instituciones del Estado (proyectos de cementerios laicos, matrimonio civily registro civil). Una preocupación más específicamente religiosa, el combate contra el avance del protentantismo, también fue una motiva ción poderosa de su cruzada1588. El clero y los conservadores marchaban estrechamente unidos a la batalla e impulsaban de manera conjunta las actividades sociopolíticas. Aunque ocasionalmente surgían pequeñas diferencias entre religiosos y seglares, en lo fundamental el frente esta blecido entre la Iglesia y el Partido Conservador era lo suficientemente

homogéneo para proyectar una imagen única hacia el exterior1589.

4

No obstante la nutrida red de instituciones católicas, hasta bien

4

avanzada la década de 1870 no existía una sociedad que trabajara entre el "bajo pueblo":

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"[...] teníamos como abandonado al pueblo obre ro -diría años más tarde, Abdón Cifuentes-, apenas

atendido en las sociedades de piedad. Era urgente llevar nuestra acción y nuestra influencia a esas masas popula

res, tan poderosas por el número y tan expuestas a la seducción de las malas doctrinas por su falta absoluta de

""' Abdón Cifuentes, Memorias, tomo II (Santiago, Editorial Nascimcnto, 1936), págs. 148 y 149.

4

1587 Entre las publicaciones dirigidas específicamente hacia la clase obrera y el arte sanado que circularon antes de la iniciativa de Cifuentes, conviene citar El Obrero Católico (Talca, 1867), El Talquino (Talca, 1868) yElMensajero delPueblo (Santiago, 1870).

4 4

món Ángel Jara fue designado director o secretario general, Domingo Fernández Concha (que había sido uno de los fundadores del Círculo Ca tólico de laJuventud) ocupó el puesto de presidente ante la negativa de general1591. La Asociación Católica deObreros aspiraba lograr "la moralización, ins

trucción yla unión de los obreros católicos"1592. Este objetivo ético partía de la constatación de "la triste situación en que se encuentra la clase obre

ra", que hacían sus fundadores1593. Pero en la concepción de Abdón Ci

fuentes y Miguel Ángel Jara, semejante estado de cosas era el resultado de la afición del obrero por "las tabernas y demás lugares de perdición, donde malgasta sus salarios, menoscaba su salud y, por consiguiente hace la desgracia de la familia, daña a la sociedad y compromete la eterna suer te de su alma"1594.

El origen, la causa de los vicios, no era evocado como tampoco lo eran las condiciones reales de vida y de trabajo de los obreros que se pre tendía moralizar1595. La prédica de la moral cristiana, el ejemplo dado por los animadores de la asociación (pertenecientes a las clases superiores), la actividad colectiva en un contexto moral edificante, y las actividades

mutualistas y culturales, eran las armas de los activistas católicos para combatir aquellas lacras. Por ello, la Asociación Católica deObreros, imitan do a sus congéneres europeas, pretendía establecer círculos obreros en distintos barrios y ciudades destinados a "satisfacer las necesidades reli giosas, sociales y morales del individuo"1596. Los promotores de la institución se esforzaron por dar un máxi mo de publicidad a sus iniciativas. Cada inauguración de un círculo era motivo de un solemne acto público. El Circulo de Obreros de San Rafael,

1591 Op. cil., tomo II, págs. 180 y 181.

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una asociación católica de obreros en la capital, que pudiese extenderse enseguida a las provincias. Juntos redactaron un proyecto de estatutos

preparación para resistir a ellas"1590.

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Cifuentes propuso entonces al sacerdote Ramón Ángel Jara crear

junto a sus correligionarios venía fundando desde hacía varios años con el propósito de "asociar a los católicos, estrechar sus filas, disciplinar sus fuerzasyadiestrarlos para lasluchas de la vida pública"1586. Talera el caso de la Sociedad de Amigos del País, organizada por Cifuentes en 1865 con el beneplácito del arzobispo Valdivieso; del Círculo Católico de laJuventud lluslraday de los periódicos LaEstrella de Chile (órgano de la primera de estas agrupaciones) ,ElEstandarte Católico (más ligado al clero que al Par

1592 Estatutos de la Asociación Católica de Obreros, establecida en Santiago 1878 (Santia

go, Imprenta El Independiente, 1878), pág. 5. 1595 Op. cí(.,pág. 3. 1594 Ibid.

1595 Los católicos militantes no eran los únicos en hacer gala de incapacidad para

1588 véase, a título de ejemplo, el artículo "Sociedad católica de obreros", publica do en la sección "Comunicados" de ElIndependiente, Santiago, 12 de septiembre de 1867. i5«'j para una Im.jor comprensión acerca de las contradicciones entre laicos y reli giosos véase, además de las Memorias de Cifuentes, el libro de Crcsccntc Errázuriz, Algo de lo quelie visto (Santiago, Editorial Nascimcnto, 1934). 1590 Cifuentes, op. cit., tomo II, pág. 149.

Pero durante mucho tiempo fue en el campo del liberalismo donde surgieron los análi sis más penetrantes e iconoclastas sobre la "cuestión social". Véase Grez, La "cuestión so

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detectar las causas de fondo de la miseria y los vicios populares. Su discurso era comparti

do en muchos aspectos por la generalidad de la élite, incluso, por numerosos liberales.

cial"..., op. cil.

159" Op. cit., págs. 3 y 4.

4 4

rrollaron una campaña nacional en pro de la adopción de medidas pro teccionistas, que tuvo un amplio eco entre los trabajadores. Finalmente, el estallido de la guerra contra Perú y Bolivia, a comienzos de 1879, y el fervor patriótico generalizado de aquellos meses, terminaron por liqui

primero en su género en el país, fue inaugurado en Santiago el 29 de julio de 1878, en un acto presidido por el obispo de Popayán al que asistieron numerosos miembros de las principales familias católicas de la capital1597. En el momento de su inauguración contaba con cincuen ta inscritos y gozaba del apoyo de las mujeres católicas de la alta socie dad que organizaron una Sociedad Protectora de la Asociación Católica de Obreros1598. El mismo protocolo se repitió cada vez que surgió un nuevo

fundador, Abdón Cifuentes, "en abril de 1879 el círculo estaba desierto

círculo obrero. Así, el del barrio Yungay fue inaugurado solemnemen te el 24 de octubre del mismo año, en un acto en el que participaron

y no se veía manera de reanimarlo, porque la Guerra del Pacífico tomaba cada día más proporciones""'01.

algunas de "las principales familias católicas de la sociedad de Santiago

.

Los medios utilizados para atraer a los obreros fueron variados. A

través de la prensa católica conservadora se dio publicidad a la iniciativa y se hicieron llamados para lograr la adhesión de los sectores popula res1600. El círculo del barrio Yungay abrió una escuela vespertina para tra

bajadores, poco después se instaló una pequeña biblioteca, un billar, un piano, etcétera. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados por los promotores de la idea. Pasada la curiosidad yel entusiasmo de los pri meros momentos que se generó entre algunos obreros, la indiferencia y la hostilidad -manifestada en robos reiterados de los enseres de la socie dad- comenzaron a dar cuenta de la Asociación Católica de Obreros. A ello

se sumaba la agudización de la crisis económica hacia fines de 1878. La paralización de numerosas obras públicas y privadas hicieron aumentar peligrosamente la cesantía. Como reseñamos en el capítulo anterior, en Santiago se realizaron varios actos de protesta y las mutuales laicas desa-

dar a la Asociación Católica de Obreros, al alistarse numerosos de los inte

grantes de los círculos en el ejército yla marina. Según la confesión de su

La Asociación Católica de Obreros se inspiraba en otras organizaciones

del mismo género existentes en aquella época en Europa, como los cír culos de obreros y artesanos (los Gesellenvereine) creados en Alemania por el sacerdote Adolfo Kolping y, luego, en Francia por Agustín Cochin (miembro eminente de la Falange Católica), Montalembert, Maurice Maignen (de la Congrégalion deSaint Vincent dePaul), el conde Albert de Mun (diputado, miembro de la Academia Francesa), Vrignault, Rene de la Tour de Pin, Léon Gautier y otros. Iniciativas del mismo tipo se desa rrollaron en otros países. La Iglesia Católica apoyaba oficialmente estos

proyectos: en abril de 1873 el papa Pío IX, donó dos mil francos a "la Obra" francesa y condecoró a sus principales dirigentes; León XIII, des de su ascensión al papado en 1878, continuó sosteniendo sus trabajos ya que coincidían con la nueva orientación social de la Iglesia que el mismo plasmaría años más tarde en la encíclicaRerumNovarum. Aunque en Chi le las primeras asociaciones católicas de obreras surgieron en 1867, los "círculos católicos de obreros", a semejanza de los que existían en Euro

pa, datan de 1878,siguiendo muyde cerca la experiencia francesa1602. La acción de los militantes católicos chilenos no tenía nada de excepcional; 1597 "pr¡mer círculo de obreros", El Mercurio, Valparaíso, 30 de julio de 1878; "El Círculo de Obreros", El Mensajero delPueblo, Santiago, 3 de agosto de 1878. 1598 La SociedadProtectora se dotó de una directiva compuesta de catorce damas cu

yos apellidos reflejaban su alta alcurnia. Ellas eran: Adelaida Pradel de Rojas, Amelia liascuñán de Fernández, Carmen Palacios de Varas, Carmen Quiroga de Urmeneta, Felipa Ossa, Francisca Ossa, Isabel Ovalle de Iñiguez, Gertrudis Ovalle de Errázuriz, Magdalena Browne de Ossa, Rita Cifuentes de Cifuentes, Rosa Aldunate de Waugh, Rosario Fernán

dez Concha y Victoria Prieto de Larraín. "Prensa de Santiago. Asociación católica de obre ros", información del periódico El Estandarte Católico de Santiago, reproducida por El Mercurio, Valparaíso, 26 de julio de 1878. 1599 Cifuentes, op. cit., tomo II, pág. 152. i6oo yna jp estas convocatorias ilustra el carácter exógeno al movimiento de traba

correspondía a una política general de la Iglesia romana que se nutría de las particularidades de la situación política nacional de aquella época. La desintegración de h\Asociación Católica deObreros durante la Gue rra del Pacífico no significó un cese completo de la actividad de los "ul tramontanos" entre los pobres, sino su adaptación a nuevas condiciones

poco propicias para el impulso de la organización obrera y popular, in cluso, para aquellas de tipo paternalista y autoritaria. Durante el conflic-

1,101 Op. cil., tomo II, pág. 156.

jadores que tuvo el mutualismo católico en sus orígenes. Hacia mediados de agosto de 1878, un enigmático C. i F. Herrera -muy poco conocido entre los obreros de Santiago, según su propia declaración- hizo un llamamiento a sus compañeros de trabajo para unir

loo-i sCgun e] conde Albert de Mun, los "círculos" nacieron en Francia en 1871, a partir del modelo de un círculo de jóvenes obreros que funcionaba en París en un anexo de la Congregación delosHermanos de. San Vicente dePaul. Un segundo núcleo fue creado a

se en el CírculoCatólicode Obreros recientemente inaugurado. "Comunicados. A los obre ros di- Santiago", 1.a Voz de las Provincias, Santiago, 15 de agosto de 1878. La ausencia de

comienzos de 1872 en el barrio de Belleville y otro en Montmartre; luego se extendieron a Lyon y a toda Francia. A fines de mayo de 1875, cuando se reali/ó su reunión general,

dirigentes populares conocidos y legitimados entre los obreros y artesanos, caracterizó durante largo tiempo a las organizaciones de trabajadores católicos. El incontrarrestable

"la Obra" tenía ciento treinta comités, ciento cincuenta círculos y dieciocho mil miem

protagonismo de curas y personas de posición acomodada, actuó como poderosa limitan te para la emergencia de una generación de auténticos dirigentes laborales católicos. 538

bros, de los cuales quince mil eran obreros. Comtc Albert de Mun, Ma vocation sociale. Souvenirs de lafondation de l'Oeuvre des Cercles Calholiques Ouvriers (1871-1875) (Paris, P. Lethielleux Editcur, 1910), págs. 58-278. 539

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lo bélico, el activismo católico se concentró en actividades de tipo carita

bía provocado el fracaso de la primera iniciativa independiente de la

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tivo de corte más tradicional, como las del Clubde Obreros de la calle Salas

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de la capital donde se formó una "Olla del Pobre" que daba alimento a losdesvalidos yen ciertasocasionesorganizabafiestas para los trabajado

masonería chilena en dirección de los pobres. Este primer incidente con los clericales en la competencia por conquistar posiciones en el mundo popular, llevó a la masonería a afinar su estrategia. A partir de

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res1603 o las del AsilodelaPalria, fundado enjulio de 1879 por el infatiga

entonces, sus esfuerzos se concentraron tanto en la creación de institu

ble Ramón Ángel Jara con el apoyo de la Sociedad Protectora femenina,

ciones propias de educación popular como en el aporte de cuadros in telectuales para la formación de los cuerpos de profesores en las escue las nocturnas patrocinadas por las sociedades de artesanos. Entre las primeras se destacó la Sociedad deInstrucción Primaria de Valparaíso, for

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para cobijar a huérfanos de guerra1604.

4 4 LA MASONERÍA Y LAS INICIATIVAS DE EDUCACIÓN POPULAR

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enseñanza y la educación del pueblo"1608. Esta vez la tentativa masónica tuvo mejor suerte: sus estatutos fueron aprobados rápidamente por el gobierno (24 de noviembre de 1869) ysu actividad fructificó fundando

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1) Las iniciativas propias.

varios establecimientos educacionales, entre ellas la escuela "Blas Cue

Laprimeraactividad orgánicade la masonería chilenahacialostrabaja dores manuales parece situarse en 1864, cuando la Gran Logia dio los pasos necesarios para instalar en Valparaíso una sociedad denominada Protectora del Trabajo a fin de "propender a la moralización, a la educación

yal progreso de las clases trabajadoras", previéndose la fundación de es cuelas paraadultos, la organización de exposiciones industriales yel otor gamiento de premios anuales a los artesanos que más se distinguieran "porsu buena conducta ysu inteligencia profesional"1605. En noviembre del mismo año, sus promotores solicitaron la aprobación de los estatutos

porelgobierno, laquefueconcedida el4de agosto de 18651606. Peroante las protestas y presiones de la Iglesia y sus aliados, el gobierno de la fu sión liberal-conservadora volvió sobre su decisión, anulando la persona

lidadjurídica recién concedida bajo pretexto de haber confundido los estatutos de la Sociedad Protectora delTrabajo con los de la Asociación deAr tesanos de Valparaíso1*'"1. La acción de los ultramontanos representados en el gobierno ha-

"M "Club de Obreros", ElIndependiente, Santiago, 17 de septiembre de 1879. 1M4 "Asilo de la Patria",ElIndependíenle, Santiago, 9 de julio de 1879.Al termino de

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laguerraesteasilo amplió sus actividades instalando un departamento denominado Pen

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tos durante el conflicto y facilitarles la realización de estudios secundarios y universita

sionado delCarmen, dedicado a acoger a los huérfanos de oficiales yjefes del ejército muer

bajo,establecidaen Valparaíso", ElFerrocarril, Santiago,8 de agosto de 1865. looo "Sociedad Protectora del Trabajo", ElFerrocarril, Santiago, 2 de septiembre de 1865.

4 4

sus intelectuales para constituir el profesorado de las escuelas noctur nas mantenidas por los mutualistas e impulsaron la realización de "conferencias populares" sobre variados temas, difundiendo la con cepción masónica de la vida y de la organización de la sociedad. :

rios. El Independiente, Santiago, 20 de febrero de 1886. 1605 "Sociedad Protectora del Trabajo. Estatutos de la Sociedad Protectora del Tra

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tensa circular dirigida a los curas, el 26 de noviembre de 1872, el gober nador ecleciástico de Valparaíso calificó la escuela "Blas Cuevas" de "escuela atea" y, de:manera general, a todos los establecimientos del mismo tipo como "germen de la Comuna en Chile"1609. La polémica continuó a través dé numerosos artículos de periódicos y opúsculos pu blicados por ambos bandos. Era una faceta de la "lucha religiosa", cen trada en esta oportunidad en la cuestión de la educación de losjóvenes y de los sectores populares. ciaciones de obreros como lo hizo el clero, sino que actuó junto a las mutuales formadas por los propios trabajadores. Las logias aportaron

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vas" (febrero de 1872), que atendería a niños durante el día y adultos en horario vespertino, y la escuela Sarmiento" (abril de 1874). La orientación pedagógica dichos estos planteles respondía ple namente a la concepción masónica, es decir, prescindencia absoluta de enseñanza religiosa (catecismo), la que era reemplazada por enseñan zas morales ilustradas con ejemplos sacados de la historia sagrada. Esto generó una fujerte oposición del clero y los conservadores. En una ex

La masonería redobló sus esfuerzos en esa dirección; no creó aso

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mada en noviembre de 1868, "con el exclusivo objeto de fomentar la

'"" Benjamín Oviedo, La masonería en Chile. Bosquejo histórico. LaColonia, laIndepen dencia, la República, Primera parte hasta 1900 (Santiago, Imprenta y Litografía Universo, 1929), pág. 177. 540

1608 Sociedad deInstrucción Primaria. Estatutos aprobados porelPresidente dela República

eInforme leído por elSecretario Daniel Lastarria en la reunión general del 23 de diciembre de 1869 (Valparaíso, Imprenta de La Patria, 1869), pág. 5. 1609 Citado por Oviedo, op. cil., págs. 270 y 271. 541

2) El asesoramiento de las escuelas de artesanos y las conferencias popu lares. El caso de la Escuela Benjamín Franklin.

La ayuda entregada a las escuelas de artesanos por los masones fue una expresión de la convergencia de puntos de vista entre los trabajadores organizados en el movimiento popular de tendencia laica, liberal ydemo crática, y la intelectualidad liberal y masónica. Pero, al mismo tiempo, la colaboración entre masones y trabajadores mutualistas fue la ocasión

para la expresión de contradicciones entre ambos sectores. Lo que esta ba en juego era la dirección efectiva de las escuelas. ¿Las mutuales debe rían ser simples "patrocinadoras", es decir, proveedoras de fondos?, o, por el contrario, ¿tendrían derecho a definir la orientación de dichos establecimientos y a intervenir en su gestión? ¿El cuerpo de profesores

estaría sujeto a la dirección de la mutual "patrocinadora" de la escuelao actuaría de manera completamente autónoma? La experiencia del se gundo período de vida de la escuela nocturna de "La Unión "de Artesanos deSantiago -principal plantel de educación popular creado por una so ciedad de socorros mutuos en Chile durante el siglo XIX- es el mejor

ejemplo de la contradictoria colaboración de los intelectuales masones con los trabajadores mutualistas. Los comienzos de este establecimiento, bautizado en el momento

de su fundación (1862) Escuela deProgreso delasArtes, estuvieron llenos de dificultades1610, tanto materiales como pedagógicas y políticas. Un mo

mento particularmente crítico se vivió hacia fines de 1871 y comienzos de 1872, cuando un grupo de jóvenes ultramontanos, aprovechando la

deserción de algunos profesores, los remplazó y logró el control del di

rectorio del plantel. Sólo una enérgica reacción de la ''Unión" de Arlesanosyde los antiguos profesores liberales, que respondieron a su deman da de ayuda, impidieron que se consumara la maniobra conservadora. Superando estos y otros obstáculos, la escuela funcionó hasta fines de 1872, cuando el intendente de Santiago ordenó la demolición de su edi ficio. En marzo de 1874, después de haber obtenido del Ministerio de Instrucción Pública el permiso para utilizar los locales de una escuela pública, se inició un nuevo período de la escuela nocturna de artesanos, bautizada un año más tarde Benjamín Franklin, a petición de sus profeso res16".El cambio de nombre, ligado al fracaso de una tentativa de fusión con la EscuelaNocturna deArtesanos Abraham Lincoln1612, creada por maso-

",0 El nombre simbolizaba que su objetivo no era la mera instrucción sino el acceso de los trabajadores a niveles superiores de cultura, según se desprende de documentos de la época.

1611 Benjamín Dávila Larraín, LaEscuela Franklin 1862-1876 (Valparaíso, Imprenta

nes, simbolizaba el inicio de una etapa en la vida de la escuela de "La Unión"deArtesanos, etapa en la que la influencia masónica sería determi nante. Los directores del plantel educacional y la inmensa mayoría de sus profesores y sostenedores fueron masones, contribuyendo a darle una orientación decididamente racionalista, laica y liberal al contenido de los planes de estudio y a la pedagogía empleada. Aunque esta orientación era compartida por los trabajadores que dirigían "La Unión", no tardaron en manifestarse algunas contradiccio nes entre la direcciones de la mutual y de la EscuelaFranklin. En julio de 1876, el boletín de laSociedaddeArtesanos informa que "últimamente está apareciendo una hoja intitulada La Escuela la cual por el material que contiene y por los propósitos que persigue da motivos para creer sea obra

también de los profesores de la Escuela Franklin"1613. El citado periódico pertenecía, en realidad, al profesorado de la EscuelaLincoln, pero el he cho era revelador de la incomunicación que existía entre artesanos y pro fesores. A los pocos meses, en octubre del mismo año, el acta de reunio nes de "LaUnión", consignaba que el director Pascual Lazarte planteó la necesidad de "proceder al deslinde de los intereses materiales de la Es cuela pertenecientes a la Sociedad de los del cuerpo de profesores; por que ha notado con frecuencia que se reciben obsequios para la Escuela

por los profesores y en nada figura la Sociedad"1614. Las escaramuzas eran aún menores, pero reflejaban una tendencia que continuaría desarrollándose. La propensión del cuerpo docente a actuar autónomamente era plenamente coherente con su concepciones y motivaciones. Los maes tros de la Escuela Franklin eran "jóvenes liberales" que inscribían su ac ción de educación popular en el contexto de la lucha contra los conser vadores y el clericalismo. No obstante las numerosas coincidencias res pecto de los objetivos de la escuela que existían entre los líderes de "La Unión"deArlesanosy ese núcleo de intelectuales masones y liberales, que daba en evidencia que para estos últimos su labor se insertaba en marco

hasta el 13 de agosto de 1877), fjs. 83-86, 89-92 y 94. Los primeros directores de la Escuela Lincoln fueron: Ramón Bañados Espinoza y Luis Barros Borgoño; entre sus principales ayudistas se contaban José Tomás Urmeneta yjosé Manuel Balmaceda. Más informacio nes sobre los comienzos de este plantel en Escuela nocturna de artesanos Abraham Lin coln, Memoria presentadaporel secretario de la escuela(Santiago, Imprenta de Federico Schreblcr, 1875); [Luis Barros Borgoño y Pedro Pablo Segundo Muñoz], Solemne distribución de premios a los alumnos de la Escuela nocturna deartesanosAbraham Lincoln en 26 denoviembre de 1876 (Santiago, Imprenta de la República, 1876); Oviedo, op. cil., págs 382-384. 1,113 La Unión. Boletín de la Sociedad deArtesanos deSantiago, Ny 6, Santiago, 1 de julio de 1876, pág. 42. 1,1,4 "Sesión en 12 de octubre de 1876", La Unión. Boletín de la Sociedad de Artesanos de

del Deber, 1876), págs. 5-9.

1,112 A.S.A.U.S., Libro Diario de la EscuelaFranklin (comprendidos años 1874, 1875, 1876 542

Santiago, NQ 8, Santiago, 1 de octubre de 1876, pág. 75. 543

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de lucha política contingente, a diferencia de los trabajadores mutualis tas, que trataban de mantener cierta independencia de las corrientes políticas, a pesar de sus innegables preferencias por la causa liberal. Pero tratemos de ver en qué consistía la orientación y el sentido del trabajo pedagógico de los masones entre los trabajadores. Francisco Valdés Vergara, secretario del cuerpo de profesores de la EscuelaFranklin, planteaba que el:

"[...] presentar un cuadro animado de la marcha

progresiva de la humanidad a través de los siglos hacien do notar, como los enemigos de todo adelanto, los ene migos de todo progreso han sido siempre la preocupa ción y la ignorancia, armas poderosas con las cuales la ambición ha querido ahogar en todas partes las grandes ideas de reforma y de libertad"1617.

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"[...] antagonismo latente entre los que quieren

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forma y aquellos que pretenden convertirla en el baluar te de las ideas y aspiraciones de otra época, se hace cada

hacer de la escuela el más activo de los elementos de re

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día más manifiesto y se agrava entre nosotros en presen cia del estado docente, al que todos desearían ver mar

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char en el sentido de sus convicciones"1615.

4 4 4

En la lucha entre el confesionalismo y la laicidad, la educación del

pueblo era concebida por estosjóvenes intelectuales como un complemen to de la acción de los políticos y del gobierno liberal, en quienes se dele gaba la conducción de las reformas:

4 4 4 4 4 4

4 4

4 4 4 4 4

"Mientras nuestros hombres públicos se ocupan en

corregir las leyes, extirpando de ellas todos los vicios de

4

"La UnióndeArlesanosy el grupo de jóvenes libera les a quienes ella ha encomendado la dirección de esta

escuela han llegado a convencerse de que, para hacerla realmente útil, era menester establecerla sobre el pie de la más amplia libertad, abriendo sus puertas indistinta mente a todo el que desee instruirse, sin exigirle prime ro una profesión de fe religiosa [...]"1618.

La libertad de conciencia era escrupulosamente respetada. Hasta mediados déla década de 1870las asignaturas de moral yreligión habían coexistido. A partir de entonces, la concepción laica y liberal de la edu cación impuso en la Escuela Franklin el reemplazo de la clase de catecis

la herencia colonial, toca a losjóvenes, a los obreros, y a todos los hombres de trabajo ocuparse en la regenera

mo por una de "moral", impartida en los tres primeros cursos o sccccio-

ción del pueblo, estableciendo escuelas laicas donde se

gógico estaban empapadas de la idea que "el conocimiento de los ramos de estudio, cualquiera que sea la importancia que a ellos se les atribuya aisladamente, no es el objeto de la instrucción sino el medio de que ella se vale para educar al individuo favoreciendo su perfeccionamiento in

dé una enseñanza eminentemente moral conforme a las

necesidades de la época, dando conferencias públicas para aquellos que no puedan asistir a la escuela y fun dando bibliotecas populares que contribuyan a la difu sión de los conocimientos útiles y de la verdad científi ca, porque esa es la única manera de habituar al hombre a la vida libre, dándole la libertad del pensamiento y ase

gurándole la inviolabilidad de su conciencia"1616. El carácter militante de la acción pedagógica de los maestros resal taba cuando éstos exponían la orientación de la enseñanza de la histo

nes (eran cinco en total)1619. Esa y otras innovaciones en el plano peda

telectual y moral"1620.

El plantel de los artesanos santiaguinos tenía una clara superioridad sobre el común de las escuelas primarias: cada uno de sus cursos o sec ciones contaba con varios profesores, de acuerdo con la cantidad de asig naturas. Los alumnos se beneficiaban con un sistema pedagógico pareci do al de los liceos, sumándose una característica poco corriente en las escuelas de la época: los profesores no recurrían a castigos corporales ni

ria. Según Francisco ValdésVergara, secretario de la escuela en 1875, di cha asignatura servía para:

1617 Escuela nocturnade artesanos, Trabajo, instrucción, tolerancia. Distribución de pre

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4

Profesores y dirigentes mutualistas compartían la misma concep ción laica y liberal de la educación, marcando una diferencia notable respecto del concepto tradicional:

mios a sus alumnos el día 5 deDiciembre de1875 (Santiago, Imprenta de la Librería del Mer ion "iíscucla Franklin. Memoria lcida por el secretario del cuerpo de profesores en

la distribución de premios celebrada el día 3 de diciembre de 1876", La Unión. Boletín de la Sociedad deArtesanos deSantiago, N" 9, Santiago, 1 de diciembre de 1876, pág. 79. 1616 Op. cil., pág. 92.

curio, 1875), pág. 7.

1G1" Op. cil., pág.,82. 1619 Op. cit.,pág. 84.

1,120 Op. cit., pág.'83.

4 544

545

a malos tratos verbales. Tampoco se practicaba el aprendizaje memorístico162'. La enseñanza impartida denotaba la preponderancia de las asig naturas humanísticas ycientíficas,distribuidas en cinco secciones: lectu

ra, gramática, historia, Constitución política, geografía, francés, moral, química, física, higiene ydibujo lineal1"22. Además de la instrucción entregada en los cursos regulares, el cuer

pode profesores organizaba charlas periódicas abiertas a trabajadores no inscritos en la escuela para:

Persiguiendo el objetivo de dar junto a la educación general, una formación práctica, laEscuela Franklin comenzó, en 1876, a impartir cur sos de tipografía en un taller propio. A pesar de las dificultades -tanto materiales como de escasez de personal calificado-, el taller tuvo un de sarrollo exitoso, convirtiéndose de paso en una fuente de ingresos para el establecimiento educacional. Por esos mismos años la escuela alcanzó

un innegable grado de prosperidad, llegando a contar con bien provis tos laboratorios de física y química, además de un taller de dibujo y una biblioteca constituida sobre la base de donaciones de políticos liberales

"[...] explicar el por quéy el cómo de muchos fenó menos de la naturaleza y de muchos fenómenos de la vida social; para indicarles [a los trabajadores] la mane ra de adquirir mayor progreso en su vidade hogar ypara

poner ante su vista la vida de los hombres que han teni do influencia decisiva en los destinos de los pueblos, a

fin de de que inspirándose en sus altos ejemplos supie ran dignificar su existencia"1623.

Las experiencias de "conferencias populares" se sucedieronen dis tintas instanciasanimadas por los masonesen Santiago,Valparaíso yotras ciudades. Aveces, estas actividades eran organizadas en conjunto con las sociedades de socorros mutuos y sus escuelas nocturnas, como ocurrió con las charlas de la Escuela Franklin; en otras ocasiones fueron imparti

das por organismos creados por los propios masones, como la Escuela Cuevas deValparaíso o bien, eran convocadas de manera ampliapor una logia masónica, esdecir, asociando parasu realización a algunos intelec tuales liberales no afiliados a la Orden y, eventualmente, a algunos diri

gentes mutualistas. Aeste último tipo de convocatoria correspondieron, porejemplo, las conferencias organizadas en Santiago pordecisión dela logia "Justiciay Libertad""''1*.

y del propio gobierno"'25. No obstante sus frutos, la colaboración entre los intelectuales ma

sones y los trabajadores mutualistas fue minada por distintas contradic ciones. En 1882 surgió un conflicto entre los profesores de la escuela y "La Unión" deArtesanos, que puso término a aquella experiencia pedagó gica. Esta vez, el cuerpo docente pretendía acceder a una independen cia completa, reconociendo a "La Unión" sólo como "fundadora y pro tectora" del establecimiento educacional, y reivindicando para sí el de

recho exclusivo de contratar a otros profesores1626. El momento era propicio para las aspiraciones de los intelectuales ya que la Sociedad deArtesanosse debatía desde fines de la década anterior en una inquietante crisis financiera. La crisis económica que afectó a Chile durante la segunda mitad de los años setenta y los alistamientos de la Guerra del Pacífico redujeron considerablemente el número de aso ciados de la mutual. "La Unión"íu\o que disminuir en 50% su aporte fi nanciero a la escuela. En julio de 1882, el presidente de "La Unión" deAr tesanos informó a lajunta General que la directiva se había visto obligada a hacer un llamado a la generosidad de filántropos para continuar sub vencionando el plantel educacional. También mencionaba como ele mentos negativos: la demora del cuerpo de profesores en informar sobre su propia composición al directorio de la mutual ysu negativa en aceptar a alumnos menores de veinte años, siendo notorio que varios de los con-

1621 Op. cit., págs. 84 y 86.

1622 Escuela nocturna de artesanos, Trabajo, instrucción..., op. cit., págs. 5-12.

"""Oviedo, op. cit., pág.278. Cursivas en el original. Algunas conferencias dictadas en 1874 fueron: "Los espacios y los mundos siderales" por Eduardo de la Barra;"El pro greso ysu desarrollo en la historia" porJuan EnriqueLagarrigue, "Los vientos y sus cau

"Arte para ser feliz", por Carlos Renard; "Rol de la inteligencia en la producción", por

sas" porDomingo V. Santa María; "Franklin" porFrancisco Valdés Vergara; "Ojeada sobre

de Chile", por Abraham Kóning.

la condición del obrero y medios de mejorarla" por Fernando Santa María; "El aire" por Ismael Valdés Vergara; "Elcaminodel crimen"por Benjamín Dávila L.;"Nociones de geo

logía" por Jorge Lagarrigue; "Relaciones de la moral yla religión" porFrancisco Valdés Vergara. Escuela nocturna de artesanos, Conferencias públicas dadas por el cuerpo de profeso res enel año de 1874 (Santiago, Imprenta de la Librería del Mercurio, 1875).

1,121 Entre ellas: "Los habitantes primitivos de Chile", por Diego Barros Arana; "El ahorro y lassociedades de socorros mutuos", "Errores, preocupaciones y supersticiones

populares" y"Esteban Girard ysu instituto laico", porDaniel Feliú; "Higiene engeneral", "Cosmotología y Bromatología", "Gimnástica" y "La Embriaguez" por Ramón Allende

Padín; "Las cooperativas de consumo" y "El papel y la imprenta", por TomásJ. González; Evaristo A. Soublette; "La lectura", por Ignacio Palma Riveros; "Idea sobre la Constitución K.25 "escuela Franklin. Memoria leida por el secretario...", op. cit., págs. 87 y 88; Es cuela nocturna de artesanos, Trabajo, instrucción..., op. cit., págs. 8-10. ir,2o «rsoletín de las sociedades. Sociedad Unión de Artesanos. Sesión ordinaria en

11 de abril de 1882", El Precursor, Santiago, 15 de abril de 1882; "Mostacilla" y "Boletín de las sociedades. Sociedad Unión de Artesanos. Sesión ordinaria en 23 de mayo de 1882",

El¡'recursor, Santiago, 27 de mayo de 1882; "Boletín de las sociedades. Sociedad Unión de Artesanos. Sesión estraordinaria del directorio en 28 de mayo de 1882", El Precursor, San tiago, 3 de junio de 1882. .47

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I

socios tenían hijos menores de esa edad que se desempeñaban como aprendices de distintos oficios, que deseaban ingresar a la Escuela, y que no lo lian podido conseguir a causa de dicha disposición"'27. Las desavenicncias entre ambos estamentos continuaron agraván

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dose a lo largo del segundo semestre de 1882. La últimajunta general de

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la sociedad de socorros mutuos, realizada en diciembre, acordó la liqui dación de los enseres de la escuela. Una comisión encabezada por el pre

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sidente Manuel Hidalgo se encargó de negociar con el cuerpo de profe sores la aplicación del acuerdo. Pero antes hizo una última tentativa de arreglo, planteando tres exigencias a los profesores: 1Q) Reconocimiento del patronato de la mutual sobre la escuela, lo que implicaba su derecho a suprimir o modificar el plan de estudios del plantel de enseñanza. 2S) Reconocimiento como propiedad de la Sociedad deArlesanoslos objetos o enseres comprados con erogaciones particulares hechas en fa vor de la escuela.

década de gestión autónoma de los educadores, y luego de un cierre de varios años, la mutual pudo recuperar su escuela vespertina, bautizándo la ¡•'rrmin Vivaceta, en homenaje a su fundador fallecido en 1890. El nue

vo nombre simbolizaba el cambio de hegemonía que se había producido en el contradictorio episodio de colaboración entre los trabajadores mutualistas y la intelectualidad liberal y masónica. Este mayor grado de autonomía no era el mero resultado de lo ocurrido al interior de dos ins

tituciones-la mutual y su escuela-sino también el reflejo de la evolución del conjunto del movimiento popular.

3) El Guía delPueblo: una experiencia de prensa masónica popular y al gunos elementos de la orientación ideológica de la masonería hacia los trabajadores.

Por iniciativa de la logiajuslicia y Libertad de Santiago, nacida de una pro posición del Dr. Ramón Allende Padín (quien había sido el primer presi dente de laEscuela Blas Cuevasde Valparaíso y el inspirador de las "confe

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39) Que transmitieran a lajunta general que "La Unión"realizaría

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ciones) , rogando al presidente del establecimiento educacional que asis

rencias populares" organizadas por la misma logia en 1874), salió a la cir

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tiera a dicha asamblea1628.

culación el¡periódicoElGuía delPueblo a partir del 12dejunio de 18751631.

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La negativa de los profesores a aceptar tales condiciones llevó a "La Unión " deArtesanos a exigirles la entrega de la Escuela para que otro gru

Aun cuando la masonería no era mencionada, sus doctrinas eran difun

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po de pedagogos se hiciera cargo de ella. El conflicto se exacerbó. El pro fesorado negó a la organización artesanal sus derechos sobre el estable cimiento, logró que el gobierno apoyara el despojo y tomó a su cargo el

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plantel educacional, viendo cumplido su anhelo de independencia1629.

posee los medios de adquirir la instrucción en los libros, ya porque su educación no ha sido suficientemente desarrollada, ya porque no tiene

La Sociedad de Artesanos, por su parte, orientó sus esfuerzos hacia la crea

el tiempo necesario para dedicarse a un estudio largo y detenido"1632.

ción de una Escuela-taller1630. Recién hacia fines de siglo, después de una

El Guía delPueblo desarrolló una orientación conforme a sus oríge nes, es decir, la de un órgano masónico dirigido alaciase obrera y el arte sanado, pero en el cual no se reflejaban los puntos de vista de los secto res populares ni la vida de sus organizaciones. Fue un órgano externo a

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en enero de 1883, los antecedentes relativos a la escuela (gastos, eroga

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1627 "Mcmoria qUC cl presidente de la Unión de Artesanos presenta a la Junta Jene ral de julio de 1882",El Precursor, Santiago, 22 de julio de 1882; "La Escuela Franklin i sus actuales profesores", La Razón, Santiago, 26 de julio de 1884. 1628 Memoria que elPresidente dela Union deArtesanos presenta a lajunta General enenero

didas a través de sus columnas, apuntando prioritariamente hacia las cla ses bajas de la sociedad. Según su declaración de intenciones, el periódi

co sería "escrito principalmente para aquella parte de la sociedad que no

los trabajadores que no asoció a sus dirigentes a las tareas de redacción y difusión, o sea, un instrumento de convocatoria política utilitaria o tra

de 1883 (Santiago, Imprenta de "LaÉpoca", 1883), págs. 4 y5.

dicional. Su estilq fue "moralizador", intentando inculcarla necesidad de

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1629 «La Escucla Franklin i sus actuales profesores", op. cit.La administración exclu siva del cuerpo de educadores no logró sacar del letargo a la Escuela Franklin. En 1890 su

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director daba cuenta de numerosas dificultades: incierta situación económica, baja asis

la instrucción, el ahorro y otras virtudes a la clase obrera. Su orientación racionalista y librepensadora no le impedía manifestar una cerrada opo sición a cualquier veleidad de autonomía o independencia política de los trabajadores. Polemizando con la idea de la autorrepresentación en las Cámaras y municipalidades -ya bastante difundida entre algunos seg mentos del mundo popular-, es decir, la necesidad de enviar a aquellos

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tencia promedio de alumnos y hasta "irregularidad en la asistencia de los profesores", considerado este último problema como un mal endémico que minaba a la institución. [José A. Alfonso ], Memoria presentada porelDirector dela Escuela Benjamín Franklin al cueipo deprofesores dedicha escuela. En sesión celebrada el5 dediciembre de 1890 (Santiago, Imprenta Cervantes, 1891), especialmente págs. 14 y 15.

lojo «La gran fiesta de hoi", "A la 'Unión de Artesanos'. En la colocación de la pri mera piedra de su Escuela Taller" y "Crónica", La Razón, Santiago, 21 de septiembre de 1884; "Fiestas de la 'Unión de Artesanos'...", op. cit., "Notas i telegramas" y "Crónica", La Razón, Santiago, 22 de septiembre de 1884; "¡Adelante!", El Padre Cobos, Santiago, 23 de septiembre de 1884. 548

1(131 Aparecía dos veces al mes; alcanzó a publicar diecisiete números. 1632 "Nuestros propósitos", El Guía delPueblo, Santiago, 12 de junio de 1875. 549

mineros, etc.; el que haya paz, libertad, justicia, garan tías, respeto mutuo para los derechos de todos los ciu dadanos cualquiera que sea su ocupación en la socie

cuerpos a obreros y artesanos, formando para ello clubes y asociaciones compuestos exclusivamente por trabajadores, El Guía delPueblo califica ba dicha idea de "errónea y perniciosa para el artesano mismo y para el bien general del país"1633. La argumentación del órgano masónico se ba saba en el concepto de identidad de intereses de las clases sociales, idea

compartida por todos los sectores dominantes:

'

"Si a un congreso se fuera a hacer artefactos, pro pio y natural sería escoger artesanos para ser miembros de él, pero como a nuestras cámaras se va a dictar y re formar leyes y no a hacer artefactos, débese elegir para ellas a personas entendidas en la materia y que den ga rantías de honradez, laboriosidad y patriotismo. [...] Extraña todavía un mal muy grave la opinión

de que nos ocupa, ella tiende a destruir la igualdad esta blecida por nuestra Constitución política, igualdad que poco a poco se irá introduciendo en las costumbres. Contra ella viene a dar precisamente ese afán de algunos de nuestros obreros de elegir únicamente obreros. El artesano que quiere ser representado por un compañe ro por el sólo hecho de ser artesano también, tiende, sin quererlo tal vez, a establecer una clase social, a reunir en un grupo más o menos considerable a los ciudadanos que se dedican a ciertas artes para elegir de entre ellos a los mandatarios del pueblo. Violenta así la igualdad aca rreando un mal al país"1634.

dad1635.

La posición ideológica desarrollada por los masones sobre las cues tiones que preocupaban al mundo del trabajo, desnudaba su carácter esencialmente liberal burgués. A todos los ciudadanos, incluyendo a los obreros, se les reconocían sus derechos políticos, del mismo modo como se aceptaban derechos sociales, como el derecho a huelga, pero se pre conizaba una extrema moderación en su uso. El masón Daniel Feliú, en

una de las "conferencias populares" dictadas en 1872 en la Escuela Blas Cuevasde Valparaíso, sobre el tema "El trabajo y las huelgas de obreros", recomendó a su auditorio mesura en el uso de este derecho y la utiliza ción de "medios más conciliatorios"; recalcó los inconvenientes que las huelgas representaban para los obreros: suspensión del trabajo y pérdi da de ingresos frente a un capitalista colocado en mejor posición para

resistir la paralización de faenas, y condenó las presiones ejercidas por los huelguistas sobre los no huelguistas para obligarlos a incorporarse ellas"'36. Precediendo al GuíadelPueblo, Feliú exponía en sus conferencias la misma idea acerca de la unidad de intereses del cuerpo social: "Los tra bajadores deben tener presente que los capitalistas necesitan de ellos como ellos de los capitalistas, que de consiguiente deben vivir como ami gos, sin que ningún choque serio llegue a alterar sus buenas relaciones, y que para mantener éstas deber ser asiduos en el trabajo y observar una conducta intachable""'37, pronunciándose por la alternativa representa

da por la instrucción, el ahorro y el mutualismo"'38. E insistiendo en estas ideas, El Guía delPueblo agregaba:

"En el congreso no se va a representar los intereses de clases o de industrias, se va a representar los grandes

intereses y derechos sociales que, como hemos dicho, son de todo el mundo y no de la profesión u oficio de terminados.

Ni en Chile hay tampoco intereses públicos de los artesanos en oposición a otros intereses; entre nosotros

no existe~siquiera el viejo y mal comprendido antagonis mo de capitalistaas y asalariados que tantos males ha traído a la Europa. Los artesanos tienen aquí los mismos intereses que los abogados, comerciantes, agricultores,

Puede constatarse que durante toda esta primera etapa -y más allá de ella- la labor masónica en dirección de los sectores populares asumió las características de una acción exterioral incipiente movimiento de tra bajadores, pero estableciendo algunos lazos con éste a través de sus ini ciativas de educación popular. Su orientación ideológica fue el raciona lismo y el liberalismo burgués. Sus agentes, los intelectuales masones. La acción directade la masonería al interior de las mutuales y demás socie dades populares parece haber sido un hecho más bien excepcional. No obstante, es preciso señalar que varias mutuales utilizaban como emble-

10,5 Ibidem.

lüM> Daniel Feliú, El trabajo y las huelgas de obreros. Conferencias populares dadas en la escuela titulada "Blas Cuevas" (Valparaíso, Imprenta de la Patria, 1873), págs. 20 y 21, 28-30.

"" "Las elecciones políticas y los artesanos", El GuíadelPueblo, Santiago, 31 de julio de 1875. 1,1,4 Ibid.

550

¡m ¡bid., págs. 26 y 27. lüs8 Daniel Feliú, El ahorro y las sociedades de socorros mutuos, Conferencias populares dadas en la escuela titulada "Blas Cuevas" (Valparaíso, Imprenta de la Patria, 1873). 551

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mas, la escuadra y el compás, símbolos conocidamente masónicos. Así ocurría, por ejemplo, en la sociedad de socorros mutuos de los artesanos porteños1639. Si bien esto no es prueba concluyente de la presencia de la masonería en su seno, deja abierta la posibilidad de explorar una influen cia más tangible de sus afiliados en el desarrollo del movimiento de tra bajadores del siglo XIX,. Hasta ahora, el único caso suficientemente co

el acta de fundación de su mutual comienza con la fórmula de clara ins

piración masónica: La Guerra del Pacífico y el movimiento popular

"[...] en nombre de Dios y de la Confraternidad Universal"1640.

El estallido de la guerra contra Perú y Bolivia produjo en Chile una vigo rosa reacción patriótica en todas las clases sociales. "Desde todo punto de vista -ha observado con muchajusteza un historiador- la movilización nacional que demandó el conflicto en Chile dejó en evidencia una cohe sión social y un sentido de la nacionalidad de raíces profundas"1641. Ypara los sectores populares la guerra "constituyó una oportunidad de objetivizar sus vínculos con la nación, especialmente, aunque no de forma exclu siva, a través de su incorporación a las fuerzas armadas, entonces la ex

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presión inmediata de la identidad nacional"1642. En las mismas provincias de Tarapacá y Antofagasta, pertenecientes hasta entonces a Perú y Bolivia, respectivamente, el numeroso contingen te de peones chilenos manifestó su adhesión a la causa patriótica incor porándose a los ejércitos expedicionarios enviados por Santiago o pres tándoles todo tipo de ayuda. Las rivalidades nacionales expresadas en reiteradas oportunidades antes del estallido de la guerra, bajo la forma de conflictos y enfrentamientos entre trabajadores chilenos y trabajado res peruanos y bolivianos, nutrieron el desarrollo del patriotismo en la masa chilena peonal en la zona del salitre1643. Por todas partes se mani festó con fuerza el nacionalismo popular. Reflexionando sobre este fenó meno, Julio Pinto ha planteado sugerentes hipótesis acerca de sus causas a lo largo del siglo XIX. Sin menospreciar los profundos factores de de sencuentro y antagonismo que existían entre la élite y el "bajo pueblo", este historiador estima que el mestizaje étnico y cultural habría creado importantes vínculos entre ambos polos de la sociedad chilena. La vida transhumante habría contribuido a generar en el peonaje una noción más amplia de su espacio de pertenencia, que coincidía con el núcleo

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iovj véase Estatuios dela Asociación deArtesanos de Valparaíso (Valparaíso, Imprenta de La Patria, 1886).

1640 Citado por Carlos Schcneider y Francisco Zapata Silva en Libro deOro dela Histo

1641 Ortega, Losempresarios..., op. cit., pág. 1.

ria de Concepción con motivodel cuartocentenario (Concepción, Litografía Concepción S.A.,

1642 Ibid.

1950), pág. 291.

1643 Pinto, "Cortar raíces...", op. cit.; Pinto y Valdivia, "Peones chilenos...", op. cil.

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(1883-1890)

nocido de contribución masónica directa en el desarrollo de la mutuali

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EL ASCENSO DEL MOVIMIENTO OBRERO

dad, es el del sastre Lorenzo Arenas, fundador y primer presidente en 1876 de la Sociedadde Socorros Mutuos deArtesanos de Concepción. Masón y radical, Arenas dejó el sello de la masonería en su actividad mutualista;

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CAPITULO XV

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553

básico del territorio nacional (el Norte Chico y el Valle Central). La mo

vilidad física lo llevó, probablemente, a reconocer o construir una cierta afinidad cultural con sectores populares de otras localidades o regiones,

aproximándose a través del tiempo a los valores comunes de la "chilenidad". De este modo, "el peonaje pudo hacer las veces de 'transmisor cul tural' respecto de los núcleos populares más asentados, contribuyendo a ccohesionar a unos y otros en torno a una sociabilidad común"1644. Nuestras propias investigaciones confirman la impresión de una entusiasta respuesta patriótica del pueblo llano durante el conflicto béli co. Lo cual no excluye, por supuesto, la existencia de manifestaciones de rechazo o de simple indiferencia, fenómeno que coexistió con el ante rior, como es posible apreciar a través de los ejemplos de levas forzosas citados por el historiador William Sater, referidos principalmente al cam

pesinado de la región central1645. Tampoco se niega la manipulación consciente de la opinión pública por sectores empresariales interesados en una solución bélica al diferendo con Bolivia, como ha sido demostra

do por Luis Ortega, respecto de la acción de la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta1646. Pero no es menos cierto que el comporta miento popular más visible, yprobablemente mayoritario -sobre todo en las principales ciudades y en la región del salitre-, fué la fusión en un

común esfuerzo de guerra nacional.

¡

I

Durante los primeros meses del conflicto tuvieron lugar decenas de meelings y manifestaciones patrióticas de diversa índole a lo largo del país, destacándose siempre en ellas una nutrida presencia de trabajadores. La adhesión de las masas laboriosas a la causa de Chile se expresó de múlti

plesformas ya través de variados cauces. Aveces respondiendoa losllama dos del gobierno y las personalidades de la élite dirigente, pero en nume

rosas oportunidades como resultado de convocatorias que emanaban del propio movimiento popular, de sus organizaciones sociales y políticas. A las movilizaciones organizadas por la Sociedad Escuela Republicana du rante las primeras semanas del enfrentamiento bélico, se sucedieron una serie de iniciativas asumidas por las organizaciones obreras yartesanales. A comienzos de marzo de 1879, la Sociedad de Sastresde Santiago ofre

ció al Ministro de Guerra cortar en forma gratuita dos mil trajes para el

ejército y confeccionar parte de ellos, como una contribución al esfuer zo bélico del gobierno. Rápidamente y en términos muy elogiosos para

1644Julio Pinto Vallejos, "¿Patria o clase? La guerra del Pacífico y la reconfiguración dé las identidades populares en el Chile contemporáneo" (Ponencia presentada en las XVJor nadas de Historia Económica organizadas por la Asociación Argentina de Historia Econó

mica y la Universidad Nacional del Centro, Tandil, 9 al 11 de octubre de 1966, inédito). La cita textual es de la pág. 15. Agradezco al autor el haberme facilitado el texto original. 1045 William Sater, Chileand the War ofthe Pacific (Nebraska, Univcrsity of Ncbraska Press, 1989), págs. 75-82. ioio ortega, ¡os empresarios..., op. cit., passim. 554

los sastres mutualistas, el ministro del ramo aceptó el apoyo1617. Siguien do el ejemplo, la Sociedad de Talleres hizo su aporte produciendo grandes

carpas para los principales jefes del ejército expedicionario del norte1048. Los gestos nacionalistas de las organizaciones populares se multiplica ron: laSociedad deArtesanos "La Unión"deSantiago solicitó a las demás ins tituciones obreras la designación de dos delegados para conformar un comité patriótico encargado de la recolección de fondos para ayudar a las viudas y huérfanos de guerra1649; en Valparaíso, Fermín Vivaceta con vocó a los albañiles, carpinteros y herreros para formar un cuerpo de za padores destinado a la construcción de fortificaciones, y losjornaleros del puerto organizaron una suscripción bélica'65"; en la capital, los tala barteros de la maestranza de artillería se concertaron para entregar un

modesto aporte financiero a lajunta de subsidios para la guerra1651, y los tipógrafos del diario Los Tiempos formularon un llamado a sus colegas de las demás imprentas de la ciudad para formar un batallón, suscitando la fervorosa adhesión del gremio1652. Paralelamente a estas iniciativas autónomas de las asociaciones popu lares, algunos de sus más connotados dirigentes se incorporaron al movi miento patriótico general de la ciudadanía. Los nombres de Jacinto Núñez, Manuel Hidalgo y Donato Millán aparecieron en la larga lista de personas que convocaron a un meeling de apoyo al gobierno realizado en Santiago el 6 de abril de 18791653, yMillán fue designado miembro de la comisión encar

gada de entregar lasconclusiones al Presidente de la República1654. Durante el resto del conflicto las organizaciones de trabajadores continuaron manifestando su espíritu nacionalista: en octubre de 1880, la SociedadFilarmónica de Obreros de Santiago invitó a las demás aso

ciaciones populares a celebrar con una fiesta el aniversario de la captu ra del Huáscarpor la marina chilena1655; en marzo de 1881, cuando vol1647 "Gacetilla", El ¡ndependiente, Santiago, 11 de marzo de 1879; "La capital", Los Tiempos, Santiago, 12 de marzo de 1879; "Novedades", LasNovedades, Santiago, 10 de mar zo de 1879; "Gacetilla", El ¡ndependiente, Santiago, 12 de marzo de 1879. lf'4* "Gacetilla. Carpas", El Independiente, Santiago, 13 de abril de 1879. 1,149 "Gacetilla", ElIndependiente, Santiago, 26 de abril de 1879. leso "Telégrafos", ¡ms Tiempos, Santiago, 9 de abril de 1879. io5i "Novedades", Las Novedades, Santiago, 26 de abril de 1879. 1652 "Los tipógrafos de "Los Tiempos" a sus colegas de la capital", Los Tiempos, San tiago, 15 de abril de 1879; "La capital". Los Tiempos, Santiago, 16 de abril de 1879; "Nove dades", Las Novedades, Santiago, 17 de abril de 1879; "La capital", Los Tiempos, Santiago, 17 de abril de 1879. Cabe destacar que entre los catorce tipógrafos firmantes de este lla mamiento, sólo figura un dirigente mutualista conocido, Pedro N. Vásqucz Ciudad, lo que estaría reflejando el grado de espontaneidad de la convocatoria.

105.1 "GacctiHa. Invitación a meeting", El Independiente, Santiago, 5 de abril de 1879, "Gacetilla. Proclama", ElIndependiente, Santiago, 6 de abril de 1879. io5< "Gacetilla. Boletín de la guerra", El Independiente, Santiago, 8 de abril de 1879. 1655 A.S. U.T.S., Libro de Actas de Directorio ¡880-1883, Sesión ordinaria del D. en 17 de octubre de 1880, f. 73.

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vieron a la capital las tropas victoriosas encabezadas por el general

paralización de trabajos y por la guerra1650. En Coquimbo, la escuela

Manuel Baquedano, respondiendo a una iniciativa de la Sociedad Escue la Republicana, las sociedades de obreros y artesanos prepararon un arco triunfal y distintas demostraciones en honor de los soldados1656, y afines de julio de 1882 los líderes del movimiento mutualista de Valpa raíso ofrecieron un banquete en honor del ministro de Guerra, José

nocturna de la Sociedad de Artesanos fue clausurada a fines de 1879 debi

FranciscoVergara1657. Pero la manifestación más masiva y espontánea de la adhesión de los sectores populares a la causa patriótica fue el enrolamiento volun tario de numerosos trabajadores en el ejército expedicionario del nor te. Aunque el grueso de las tropas estuvo compuesto por campesinos y mineros, no es menos cierto que significativos contingentes de obre

ros y artesanos urbanos fueron llamados a alistarse o lo hicieron espon táneamente. Hacia fines de 1880, el total de efectivos del ejército y la Guardia Nacional alcanzaba los 42.181 individuos; de éstos, 24.000 ha

bían acudido voluntariamente en sólo seis meses, respondiendo al lla mado del ministro José Francisco Vergara165". Las organizaciones populares se resintieron, en especial durante el primer bienio del conflicto. La sangría provocada por la partida a los campos de batalla de numerosos militantes y dirigentes afectó seria mente al movimiento mutualista y de "regeneración del pueblo". El movimiento proteccionista de los años 1876-1878 y el flamante Partido Republicano se disolvieron en medio de la euforia nacionalista. La acti vidad de muchas sociedades de socorros mutuos se redujo de manera considerable durante los años 1879 y 1880 y en algunos casos esta baja se prolongó hasta fines de la guerra. Así, por ejemplo, el presidente de la Sociedad de Artesanos "La Unión" de Santiago, informaba en abril de 1882 que los miembros de su mutual, que en una época habían bordea do el millar, se encontraban reducidos a la cuarta parte a causa de la

1650 Op. cit.. Sesión estraordinaria en 24 de febrero [de 1881], fjs. 117 y 118 y Sesión ordinaria del Directorio en 6 de marzo/81, fjs. 117-121. El general Baquedano se negó a detenerse bajo el arco triunfal instalado en la Alameda de las Delicias a escuchar al repre sentante de los obreros, Manuel Hidalgo. El mundo asociativo popular interpretó la acti tud del connotado militar como "una grave y pública injuria a las personas de los presi dentes de los directores de todas las sociedades y a los obreros en general". Op. cit., Se sión ordinaria del Directorio en 20 de marzo [de 1881], fjs. 122-123. Un manifiesto de protesta fue publicado por los delegados de las organizaciones laborales. Op. cit., Sesión ordinaria del directorio 3 de abril/81, f. 125.

,657 La cena fue presidida por el cigarrero Juan Agustín Cornejo. Entre las cartas de adhesión leídas en esa oportunidad, se destacó una que llevaba la firma de varios de los

do a la conflagración y no fue reabierta sino durante el tercer trimestre de 1883, después del término del conflicto1660. La Sociedad de Artesanos del Progreso de Parral dejó de funcionar hacia fines de 1879, cuando la mayor parte de sus miembros tomó las armas para marchar al norte,

provocándose su disolución1661. Los reclutamientos masivos de trabaja dores en el ejército y la marina no sólo robaban integrantes a las aso ciaciones populares, también disminuían drásticamente la llegada de otras personas que pudieran ocupar sus puestos, acentuando la ane

mia de muchas organizaciones1662. La mayoría de ellas, por lo menos aquellas que habían nacido y vivido como producto de la actividad pro pia de los trabajadores, lograron sobrevivir. Otras, como las primeras asociaciones católicas de obreros creadas por el clero y los conservado res, perecieron rápidamente.

El período 1879-1883 no fue de retroceso total para el movimien to trabajador. A pesar de la baja de militantes, de la reducción o sus pensión de algunas actividades, surgieron nuevas iniciativas, se reforzó

la vida interna de algunas asociaciones y se acentuó la colaboración entre ellas. Las visitas de dirigentes de una ciudad a otra se hicieron frecuentes, la gran mayoría de las mutuales mantenían "relaciones fra ternales" con sus congéneres y la firma de "acuerdos de reciprocidad" o "pactos de alianza" (bilaterales y multilaterales) se hizo común. Du rante esos años se suscribieron acuerdos bilaterales de reciprocidad entre las sociedades de artesanos de Santiago y Concepción (1882), Santiago y Chillan (1882), Santiago y La Serena (1883), además de un pacto multilateral entre las mutuales de Chañaral, La Serena, Santiago y Chillan (1882), mediante el cual las cuatro instituciones se compro metían a prestar asistencia mutua a cualquiera de sus miembros y a "trabajar por todos los medios que les es posible porque las sociedades de su especie se multipliquen y siendo uno el fin que todas ellas persi guen, trabajar por tener una ley común"1663. La idea de obrar por la extensión y unificación del movimiento

11,55 "Mostacilla", El Precursor, Santiago, 15 de abril de 1882. 1000 "Sociedad de Artesanos de Coquimbo", LaReforma, La Serena, 7 de octubre de 1882; "Sociedad de Artesanos de Coquimbo. Reunión jeneral celebrada el 14 de octubrede 1883", La Reforma, La Serena, 16 de octubre de 1883.

16,11 Documentos sobre sociedades..., op. cit., pág. 414. 1662 Véase cuadros N219 y 20.

principales líderes del movimiento de trabajadores: Manuel Modesto Soza, Manuel Hi dalgo, Tristán Cornejo, Pascual Ortega, Juan Clavijo, Clemente Ilarahona, Victorino Ste11a y otros. "Mostacilla", El Precursor, Santiago, 2 de agosto de 1882. ios» i¡oml,resy cosas durante la guerra. Seriede artículos editorialesde "LaPatria "escritos

A modo de ejemplo de los pactos de alianza, véase los suscritos entre las mutuales de San tiago y Chillan y de Santiago y Concepción. "Noticias diversas", La Discusión, Chillan, 14

con motivode la publicación de la memoria deguerrade ¡88¡ (Valparaíso, Imprenta de la Pa tria, 1882), págs. 62-66.

Santiago, 1 de julio de 1882; "Laberinto", Ell*recursor, Santiago, 8 de julio de 1882.

558

"'", "Sociedad de Artesanos de La Serena", LaReforma. La Serena, 28 de abril de 188S.

de marzo de 1882; "Localidad", La Discusión, Chillan, 30 de marzo de 1882; El Precursor,

559

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I i I 4

asociativo popular ganó terreno, facilitada por los frecuentes viajes y contactos epistolares de los dirigentes mutualistas de todo el país. En enero de 1881, la Sociedad deArtesanosde Coquimbo propuso a diez insti tuciones hermanas la firma de tratados de alianza y la realización de un trabajo conjunto para obtener la descentralización administrativa de las provincias, y para que al finalizar la guerra las asociaciones obreras

se extendiesen por el litoral del norte y en el resto del país1664. El estrechamiento de la colaboración entre las organizaciones po pulares no se tradujo de forma inmediata en un crecimiento importan te del número de mutuales. Durante la guerra sólo se crearon nuevas sociedades de socorros mutuos en Angol (1881) y Chañaral (1881), pero las instituciones de recreación y de acción cultural se multiplica ron significativamente. Por aquellos años surgieron las sociedades Fi larmónica de Obreros de Valparaíso (1881), Filarmónica ArturoPrat (Santia go, 1881), Filarmónicafosé Miguel Infante (Santiago, 1882), Filarmónica Francisco Bilbao (Santiago, ¿1883?) y la Sociedad de SocorroMutuo Intelec

ciones al proceso de cristalización de la unidad política del movimien to popular también fue significativo1666. Los años de la "Guerra del salitre", a pesar de la sangría militante

en las organizaciones de trabajadores y de la marea de fervor patrióti co, fueron años de preparación y maduración de los cuadros del movi miento popular, en particular durante la etapa final del conflicto (1882-1883). A partir de entonces, se reforzó la colaboración entre

distintos segmentos del movimiento y se inició un proceso de recupe ración del mundo societario ayudado por los retornos masivos de sol

dados que se escaloñaron desde la ocupación de Lima por las tropas chilenas (enero de 1881) hasta el término de la guerra (julio de 1883). El siguiente cuadro sobre la cantidad de nuevos adherentes por año, muestra un aspecto de la recuperación de la Sociedad de Artesanos "La Unión "de Santiago. Cuadro Ns 19

tual (Santiago, 1883), cuya vasta gama de actividades comprendía: can to, baile, representaciones teatrales, literatura, organización de confe

CANTIDAD DE NUEVOS SOCIOS INGRESADOS A LA

rencias sobre temas científicos, literarios, filosóficos e históricos, ade

SOCIEDAD DE ARTESANOS "LA UNIÓN" DE SANTIAGO

más del patronato de una escuela nocturna (Andrés Bello) en un barrio popular de la capital1665. Las sociedades filarmónicas de obreros se constituyeron, desde fi

ENTRE 1873 Y1885 CANTIDAD DE NUEVOS SOCIOS

ANO

nes de la década de 1870, en un importante punto de encuentro, de in tercambio de ideas y de experiencias entre hombres y mujeres de dis tintos oficios, que permitió la ampliación de la organización del pue blo llano más allá de las fronteras de la actividad mutualista. Numero

1873

40

1874

123

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109

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133

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27

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12

4

sos líderes laborales de la generación de los años setenta y ochenta hi cieron su aprendizaje asociativo en estas instituciones. Desde el punto de vista de la facilitación de contactos y de la circulación de ideas y de

4

proyectos en el seno la élite militante de los trabajadores urbanos, el papel de las filarmónicas de obreros fue comparable al de las socieda

1879

4

des de artesanos organizadas sobre una base no gremial. Sus represen tantes (que a menudo también eran dirigentes mutualistas) participa

1881

7

1882

57

1883

47

4 4 4

4 4

1880

ron activamente en el proceso de construcción del movimiento popu lar. Las sociedades filarmónicas de obreros fueron una forma de socia

bilidad popular ligada al concepto de autoeducación y "regeneración del pueblo", que ayudó a la formación de nuevos activistas de la causa de los trabajadores: en sus filas hicieron su aprendizaje societario nu merosas mujeres que al cabo de pocos años se constituyeron en la co lumna vertebral del mutualismo femenino. Y el aporte de estas asocia-

Fuente: A. S.A.U.S.,

.

10

1884

77

1885

61

Registro de la Sociedad deArtesanos "La Unión"deSantiago (¡862-¡9¡2),

fjs. 28-67.

4 looo Nuestras afirmaciones se basan en una muestra de cincuenta y ocho líderes

4 4

10,14 La Reforma, La Serena, 20 de enero de 1881. ' Estatutos de la Sociedad deSocorro Mutuo¡nlelectual (Santiago, Imprenta Victoria, 1883).

populares de actuación sobresaliente durante el período 1876-1887. De ellos, a lo me nos veinticinco fueron socios u ocuparon puestos dirigentes en sociedades filarmóni cas de obreros. Examinando más detalladamente el mostrario y tratando de descubrir

4 560

561

Como queda en evidencia, en 1882 se invirtió la tendencia a la ver tiginosa baja de nuevos adherentes de la principal sociedad de soco rros mutuos. Si bien la mejoría que se anunció durante aquel año no logró igualar el excepcional ritmo de crecimiento alcanzado hasta

CANTIDAD DE NUEVOS SOCIOS INGRESADOS A I-A

1876 (el aumento de la cesantía a causa de la crisis económica explica

ENTRE 1873 Y1886

la caída libre de la cantidad de adhesiones en 1877 y 1878), la tenden cia regresiva de los primeros años de la guerra comenzó a cambiar161'7. En las mutuales de tipo gremial que agrupaban a trabajadores al

Cuadro Ne 20

SOCIEDAD TIPOGRÁFICA DE VALPARAÍSO

ANO

CANTIDAD DE NUEVOS SOCIOS

tamente calificados -como los de imprentas y artes gráficas- el mismo

fenómeno se reprodujo, pero de manera más atenuada. Otros factores -principalmente el carácter especializado de las labores de estos ope rarios- los colocaban relativamente al abrigo de las contingencias de la guerra. Con todo, la tendencia al estancamiento durante los primeros años del conflicto y a la reactivación desde que empezaron los retornos masivos de soldados, parece confirmarse en casos como el de la Socie dad Tipográfica de Valparaíso.

el camino hacia un activo compromiso político progresista de estos cuadros, se obtie nen resultados que confirman el papel de las filarmónicas de obreros descrito más arri

1873

3

1874

2

1875

5

1876

4

1877

30

1878

37

1879

5

1880

8

1881

33

1882

28

1883

11

1884

13

1885

3

1886

17

ba. En efecto, de los veinticuatro dirigentes del Partido Democráticoque figuran en esta

lista, a lo menos quince tuvieron una participación destacada en una "filarmónica", o sea, 62,5% de ese subtotal (contra sólo 37,5% de cuadros demócratas que aparente

mente no pasaron por las "filarmónicas"). En el caso de militantes mutualistas que no adhirieron al Partido Democrático, se constata el fenómeno inverso: sólo nuj.-vc de un to

tal de treinta y dos, es decir, apenas 28,12% fueron socios conocidos de una "filarmóni ca", contra veintitrés, o sea, 71,87% que no lo fueron. Sin temor a una generalización abusiva, se puede concluir que la pertenencia a las sociedades filarmónicas de obreros durante las décadas de 1870 y 1880, fue una de las vías más seguras para la incorpora ción de elementos populares a la actividad política progresista. La frecuente utiliza ción de los locales de estas asociaciones para reuniones de coordinación de las organi zaciones populares y, en ocasiones, para la realización de algunas asambleas de carác ter eminentemente político -como ocurrió, entre otros casos, con motivo de la funda ción del Partido Democrático el 20 de noviembre de 1887 en la sedede la Filarmónica de

Obreros de Santiago- también ratifican nuestra apreciación. Véase los criterios de selec ción de la muestra y los nombres de sus integrantes en la nota 1947. 1007 Según un documento dirigido en abril de 1882 por la Sociedad deArtesanos "La Unión" a los trabajadores santiaguinos, para incitarlos a incorporarse a su organiza ción, sólo permanecía en sus filas la cuarta parte de los casi mil afiliados de antaño, "a causa de la paralización de los trabajos que han aquejado en épocas pasadas a los gre mios de artesanos, y a la guerra misma" en que seguía envuelto el país. "Mostacilla", El Precursor, Santiago, 15 de abril de 1882. La crisis de la mutual también se manifestaba durante el último lustro en la falta de entusiasmo de los socios por acudir a las reunio

nes generales. "Reunión jeneral", El Precursor, Santiago, 1 de julio de 1882. Pero, anun ciando el viraje (pie sr produciría hacia fines de la guerra, la junta general del 9 de julio de ese año contó con la asistencia de más de cincuenta afiliados, lo que fue considera do un éxito dadas las condiciones del momento. "La reunión del domingo", El Precur sor, Santiago, 15 de julio de 1882.

Fuente: A.S.T. V., Rejistro de incorporaciones, fjs. 1-4.

Similares tendencias a la reactivación se observaron en otras mu

tuales, repercutiendo positivamente en el proceso de rcagrupamienlo y coordinación que los activistas del movimiento popular venían im pulsando desde la década precedente.

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562

563

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1

4 4

4

1885-1890: la proliferación de las huelgas obreras

4

4

1) Las consecuencias de la victoria chilena en la Guerra del Pacífico.

4 4 4 4

4 4

4 4

4 4 4 4 4

terreno delajusticia y dela equidad, derechos quelehan sido unas veces vulneradosy otras desconocidos.

La contrapartida de la riqueza fiscal fue el acentuamicnto del ca rácter monoproductor de la economía chilena. De manera más marca da que en el pasado, la riqueza nacional reposaba en un producto, el salitre, provocando una profunda distorsión del desarrollo económi co. El pago de derechos de exportación del nitrato y del yodo repre sentaba el 5,2% de los ingresos fiscales ordinarios en 1880; en 1885 ya cubrían el 33,7% y en 1890 ya alcanzaban el 52%1670. Por añadidura, el "ciclo del salitre" significó un rápido control de los yacimientos de ni trato por los capitalistas extranjeros, especialmente británicos. El do

es acreedor en toda verdadera república el obrero ejem

4

4

(intendencias, hospitales, escuelas, cárceles, etc.), tendido de líneas telegráficas y servicios de agua potable, construcción de muelles y otras instalaciones portuarias, etcétera. Un nuevo ministerio, él de In dustrias y Obras Públicas, simbolizaba este afán de progreso y desarro

plar; respeto y consideración, decimos, que todavía nose tiene en nuestro país para el hijodel trabajo y lafatiga:

4

4 4

"Obreros: Ha llegado la época en que los obreros, unidos en una solay granfamilia, deben trabajar porsí solos, sin esperar nadadelos que estánfueradesu círculo, por su mejoramiento moral y social, propendiendo porlodos losmedios legales yposibles a una pronta y eficaz regene ración que los conduzca a conquistar sus derechos en el

A aquellos obreros interesados en la suertefutura desus hijos como seres morales e ilustrados llamados a ocupar paraelporvenir elpuesloderespeto y consideración a que

4

4

dido de más de mil kilómetros de líneas férreas, reparación .de gran

cantidad de caminos, construcción de numerosos edificios públicos

4

4

maceda (1886-1891), ilustra el formidable impulso que los ingresos

generados por la minería dieron a la vida económica de la nación: ten

a esosobreros nos dirigiremos "1668.

llo económico encarnado en el sector más dinámico y moderno de la élite dirigente.

minio foráneo sobre el salitre fue el fruto de un hábil juego especulati

Las consecuencias económicas, políticas ysociales del triunfo chile no en la Guerra del Pacífico fueron considerables: el país se había trans

formado en propietario de una de las regiones mineras más ricas del mundo.

Entre 1879 y 1889 las exportaciones de salitre aumentaron en alre dedor de 70%, convirtiéndose este producto en el eje del desarrollo na cional. Los ingresos fiscales pasaron de $15.398.568 (1 peso= 33 peni ques) a $28.419.417 (1 peso= 30 peniques) en 1880, llegando en 1890 a $53.202.548 (1 peso= 24 peniques). El valor total de las exportaciones

pasó de $42.069.433 en 1875 a $50.895.501 en 1880 y a $67.678.262 en 1890. En los mismos años las importaciones pasaron de $22.794.608 a $29.716.004 y a $67.889.0791669. El constante crecimiento de los ingresos fiscales gracias al aporte de los derechos de aduana, aseguraba una prosperidad nunca antes al canzada. El Estado pudo disponer de considerables sumas para la reali

vo de compra de bonos emitidos por el Esi.ado chileno, que optó por una participación en la comercialización del producto a través del co bro del impuesto, descartando la posibilidad de atribuirse la propie dad y la gestión directa de los yacimientos. La política del gobierno de Balmaceda parece haber respondido al anhelo de romper o limitar esta doble dependencia (respecto de un producto y del capital monopólico extranjero). El logro de un equili brio más armónico entre el Estado y los capitalistas nacionales y ex

tranjeros en la distribución de la propiedad salitrera, y la inversión de los ingresos extraordinarios en la industrialización del país, fueron objetivos centrales del "presidente mártir". Un nuevo mapa político se dibujó durante su administración: los conflictos tradicionales que opo nían a conservadores y liberales, regalistas y ultramontanos, laicos y católicos militantes, se vieron sobrepasados por un realincamiento de

fuerzas en función del apoyo o el rechazo a los proyectos del jefe de

zación de grandes trabajos de infraestructura. La simple enumeración

Estado. La lucha de la "fronda aristocrática" contra el poder presiden

de las obras realizadas durante la administración del presidente Bal

cial se entremezcló con la pugna entre los partidarios irrestrictos del

viejo modelo de desarrollo primario exportador y los del proyecto de-

4

sarrollista de Balmaceda. Las divisiones se acentuaron en la "gran fami

4

ito» i>rociama difundida con motivo de un melingde obreros celebrado durante los

lia liberal". Numerosos liberales hicieron causa común con sus enemi

4

primeros mesesde 1884 en Concepción, reproducida primero por ElArtesanode Buenos

gos ultramontanos; los líderes radicales también formaron parte del frente único opositor. Algunos capitalistas británicos, como John Tho-

4 4

4 4

Aires en un artículo titulado "Los obreros en Chile", en su edición del 7 de abril de 1884,

y luego por LaLucha Obrera de Montevideo, el 14 de abril del mismo año. íoo'j Hernán Ramírez Necochea, Balmaceda y la contrarrevolución de 1891, 2" edición (Santiago, Editorial Universitaria, 1969), pág. 13. 564

1Op. cit., pág. 14. 565

mas North, el "rey del salitre", apoyaron activamente a la oposición. La sociedad chilena se encontró en un atolladero que sólo el enfrentamiento armado fue capaz de resolver.

El desarrollo de las organizaciones y luchas populares durante los años ochenta tuvo su principal punto de arranque en las transformacio nes económicas resultantes de la expansión territorial hacia el norte (a

expensas de Perú y Bolivia) y hacia el sur (a costa de los mapuches). La estructura social sufrió profundas modificaciones: la población urbana saltó del 27% en 1875 a alrededor del 38% en 1890; en las regiones sure ñas, recientemente arrebatadas a los indígenas, surgió una nueva clase de propietarios agrícolas, más "moderna" y "burguesa"; en Tarapacá y Anto fagasta se consolidaron importantes concentraciones proletarias (mine ros, portuarios y obreros industriales) y también creció la clase obrera en

las ciudades principales de la zona central. El incremento del proletaria do se aceleró gracias a la construcción de líneas férreas, la realización de

numerosas obras públicas, la actividad minera del Norte Grande y la ex plotación de carbón en el Sur. Miles de nuevos puestos de trabajo ofrecie ron a los campesinos la posibilidad de sacudir el pesado yugo de los lati fundistas, obtener la libertad de movimientos y mejores salarios. Hernán Ramírez Necochea estimó que hacia 1890 la clase obrera estaba constitui da por unas ciento cincuenta mil personas, esto es, el dobje de 1879. Si

multáneamente, y por las mismas causas, disminuía el campesinado, au mentaba la clase media (^1 alero del desarrollo del aparato administrati vo) y se acrecentaba la influencia económica y política de la burguesía in

dustrial1671. Aunque las cifras entregadas por este historiador puedan ser cuestionadas ya que los censos de la época impiden una clasificación exac ta de los trabajadores manuales (debido a la frecuente amalgama de arte sanos y de obreros, o de trabajadores urbanos, agrícolas y mineros en el seno de un mismo rubro)1672, no es menos cierto que en grandes líneas su descripción del crecimiento del proletariado es correcta.

alcanzó a beneficiar substancialmente a las clases laboriosas; una nue

va crisis estalló poco después del término del conflicto. El papel mone da emitido por el Estado o bajo su garantía durante la crisis de la pre guerra, sufrió una fuerte depreciación (entre 36% y 48%). El comercio se vio obligado a cancelar sus créditos en Europa en moneda, expor tando los escudos y pesos fuertes (de oro y plata), lo que consolidó el régimen de papel moneda. Pero como éste cayó a alrededor de la mi tad del valor de la antigua moneda, los precios de las mercaderías, es pecialmente los de los artículos de primera necesidad, subieron en una proporción aún mayor. Las transacciones dependientes de las flucluaciones de los intercambios internacionales se tornaron más inesta

bles. La inflación golpeó duramente a los sectores populares, que aho ra contaban con mayor capacidad de organización.

Otro factor, difícil de medir, pero no por ello menos real, fue la reva lorización de la propia imagen que se operó en el espíritu de los trabaja dores. Conscientes de su aporte decisivo a la victoria chilena en la guerra del salitre, orgullosos de su coraje, halagados por las autoridades y las per sonalidades de las clases dominantes, los rolos comenzaron a reivindicar

con más fuerza su parte en la prosperidad nacional que habían ayudado a crear derramando su sangre en los campos de batalla y su sudor en las minas, campos, puertos, talleres y fábricas. La Guerra del Pacífico fue, según James O. Morris, una de las "experiencias liberadoras" (junto a la incorporación de miles de campesinos en la industria) que contribuyeron a dar a los trabajadores chilenos "un sentido de personalidad y de digni dad que no habían logrado nunca conocer por otros medios y que no

podían sacrificar ahora"1674. Esta verdadera "revolución sicológica" del roto chileno fue, sin duda, uno de los factores que favorecieron poderosa mente la progresión casi geométrica de los movimientos reivindicativos y de protesta social de artesanos, obreros y mineros.

En segundo término, se debe señalar el efecto en la combatividad popular que causó el empeoramiento de sus condiciones de vida en los años posteriores a la Guerra del Pacífico. Como se recordará, la confla gración puso término a la crisis económica gracias a un nuevo dinamis

mo generado por las necesidades propias de la guerra. La creación de nuevos empleos se conjugó con el enrolamiento militar de decenas de miles de trabajadores: el trabajo se hizo más abundante y, a veces, hasta mejor remunerado"'". Sin embargo, la prosperidad de la posguerra no

nal e industrial durante el período estudiado. Sólo citaremos -pero a simple título in formativo, sin que sea posible sacar alguna conclusión extensiva a otros sectores- la evo lución de los salarios nominales de los trabajadores agrícolas. Susjornales se mantuvie

ron estables en 27,5 centavos durante todo el período 1871-1880; experimentaron un

1071 Ramírez Necochea, Historia delmovimiento..., op. cit., págs. 191-194. io?2 véase nuestra clasificación de la población activa basada en los censos de los censos de 1854, 1865, 1875, 1885 y 1895, capítulo II, acápite "Los trabajadores durante la segunda mitad del siglo XIX".

n.7s Desafortunadamente no se dispone de series salariales de los sectores artesa566

alza importante entre 1881 y 1885, pasando a 30 centavos; no variaron durante el quin quenio 1886-1890 y volvieron a crecer en los años posteriores. Entre 1891 y 1895 alcan zaron un promedio de 35 centavos y en 1896-1900 ya se situaban en 42,5 centavos. Arnold J. Bauer, La sociedad rural chilena. Desde la conquista española a nuestros días (Santia go, Editorial Andrés Bello, 1994).

",74 Morris, op. cil., pág. 106. 567

1

4

4

4

Cuadro N2 21

4

MOVIMIENTOS POPULARES REIVINDICATrVOS Y DE PROTESTA SOCIAL EN LAS CIUDADES Y CENTROS MINEROS '

4

ENTREY1880Y18901675

4 MOVIMIENTO

4

LUGAR

FECHA

4

Huelga dcjornalcros portuarios

Pisagua

julio de 1880

4

Huelga dcjornalcros portuarios

Iquique

marzo de 1881

4

Huelga dcjornalcros mineros

Mina de Buena

enero de 1882

Esperanza (Atacama)

4 t

Huelga de obreros de la fundición Tarapacá

Iquique

febrero de 1882

I

Huelga de trabajadores portuarios

Mejillones del Norte (Tarapacá)

septiembre de

Iquiquc-Huantajaya

mayo de 1882

4 4

Huelga de camineros

I

Motín minero

I

1882

Cantón minero de

septiembre de

Santa Rosa

1882

Huelga de obreros de guaneras

Huanillos (Tarapacá)

febrero de 1883

4 4

Petición de empleados de tiendas de ropa y de calzado

Iquique

marzo de 1883

4

Huelga de obreros de guaneras

Huanillos (Tarapacá)

4

1883

4

Motín minero

MinaYabricoya (Tarapacá)

octubre de 1883

Motín de obreros de guaneras

Pabellón de Pica

fines de diciembre

(Tarapacá)

de 1883

Motín de obreros salitreros

Oficina Virginia (Tarapacá)

febrero de 1884

Incidentes

Mina de Sierra Gorda

julio de 1884

4 4

4 4

4

(Antofagasta)

4 Movimiento de protesta y amotina

4 4

julio de 1884

de Artes y Oficios

íes N0 incluye amotinamientos de prisioneros ni sublevaciones al interior de las

4 4

Santiago

miento de los alumnos de la Escuela

I I

24 y 25 de

septiembre de

fuerzas armadas y la Guardia Nacional. 568

569

MOVIMIENTO

LUGAR

FECHA

MOVIMIENTO

LUGAR

FECHA

Incidentes

Mejillones

agosto de 1884

Huelga de vendedores de periódicos

Iquique

marzo de 1888

Huelga de tipógrafos

Santiago

septiembre de

Manifestaciones y violentos incidentes de protesta contra alza de tarifa del

Santiago

29 de abril de

1884

1888

ferrocarril urbano

Huelgadc los obreros de la Maes

Santiago

3 de noviembre de

tranza de Ferrocarriles del Estado

1884

Motín minero

Mina Mocha

febrero de 1885

Huelga de obreros de guaneras

Punta de Lobos

agosto de 1885

(Tarapacá)

Huelga de peluqueros

Iquique

septiembre de

Manifestaciones de apoyo a los dirigentes

Santiago, Valparaíso, Concepción y Chillan

mayo de 1888

encarcelados del Parlido Democrático

Huelga de lancheros

Valparaíso

mayo de 1888

Movimiento dcjornalcros y carreteros

Valparaíso

mayo de 1888

Huelga de cigarreros

Santiago

mayo de 1888

Movimiento de obreros panificadores

Iquique

junio de 1888

Incidentes

Santa Rosa de Huara

junio de 1888

1885

Huelga de lancheros

Pisagua

aeptiembre de 1885

(Tarapacá) Motín de mineros

Cerro Gordo

septiembre de

(Tarapacá)

1885

Huelga de obreros

Ascotán (Antofagasta)

octubre de 1885

Motín de obreros de guaneras

Huanillos (Tarapacá)

diciembre de

Manifestaciones de protesta contra el proyecto de impuesto al ganado

1885

argentino

diciembre de

Huelga de mineros del carbón

Penco

junio-julio de 1888

Motín minero

Huantajaya (Tarapacá)

Santiago y Valparaíso

1 de julio de 1888

Huelga de obreros panificadores

Santiago

julio de 1888

Huelga de carreteros

Iquique

julio de 1888

Huelga de tipógrafos

Santiago

julio de 1888

Movimiento de obreros ferroviarios

Santiago

julio de 1888

1885

Huelga de jornaleros portuarios

Iquique

octubre de 1886

Huelga de fleteros

Iquique

noviembre de

1886

I

Huelga de palanqueros

Iquique

mayo de 1887

Movimiento de cortadores de carne

Santiago

julio de 1888

Huelga de lancheros

Iquique

mayo de 1887

Huelga de obreros panificadores

Talca

julio de 1888

Huelga dcjornalcros portuarios

Pisagua

junio de 1887

Huelga de obreros panificadores

Valparaíso

julio de 1888

12 al 24 de

Huelga de peones encargados del asco público

Valparaíso

julio de 1888

Movimiento de trabajadores de tranvías

Santiago

julio de 1888

Incidentes

Caleta Junín (Tarapacá)

julio de 1888

i.

Huelga dcjornalcros portuarios

Iquique

septiembre de 1887 Movimiento de mineros

Coronel

Huelga de fleteros

Arica

Incidentes

Calama

febrero de 1888

Huelga de tipógrafos de El Mercurio

Valparaíso

julio de 1888

Huelga de mineros

Copiapó

marzo de 1888

Huelga de vendedores de El Mercurio

Valparaíso

julio de 1888

570

1887

\

enero de 1888

571

1

4 I

i

MOVIMIENTO

LUGAR

FECHA

MOVIMIENTO

LUGAR

FECHA

t I 4

Huelga de peluqueros

Santiago

Huelga de obreros panificadores

La Serena

Lota

1888

Cantón de Huara y

septiembreoctubre de 1888

4

Primitiva y Ramírez (Tarapacá) Huelga dcjornalcros de la Estación

enero de 1889

Valparaíso

enero de 1889

Central

Huelga de jornaleros de la Estación

4

Santiago

Concepción

Movimiento de obreros

septiembre de

noviembre de

Playa Blanca (Antofagasta)

1889

Coquimbo

diciembre de

"Guayacán" Huelga de obreros de la construcción

Motín de obreros enganchados en el vapor Ayacucho

enero de 1889

Huelga de obreros de la contrucción

noviembre de

1889

Talca-Constitución

diciembre de 1889

de la línea del ferrocarril

Barón

Taltal

diciembre de 1889

de la línea férrea de la oficina Lautaro-Santa Luisa

Movimiento de obreros de la mina

4 4

Huelga de obreros ferroviarios

Huelga de obreros de la fundición

Santiago

4

4 4

Movimiento de cocheros

septiembre de

oficinas salitreras

4

1889

1889

Incidentes

4

septiembre de

1889

Levantamiento dcjornalcros del tendi do de la línea férrea y de mineros

4

4 4

Santiago

septiembre de 1888

4

4

Movimiento de obreros de la canaliza

ción del río Mapocho

4 4

agosto de 1888

La Serena

febrero de 1889

"Meeting de la carne"

Rodcito

Iquique

31 de enero de 1890

Incidentes en la mina Panizo

Santa Rosa de Huara

febrero de 1889

Huelga de carretoneros de la policía

(Tarapacá)

Santiago

Huelga de gendarmes de la Pcnitcn-

Santiago

6 de febrero de 1890

urbana

marzo de 1889

Huelgas y manifestaciones de obreros

cicría

Talca-Constitución

4

Movimiento de Sierra Gorda

Antofagasta

marzo de 1889

4 4

Movimiento de obreros ferroviarios

Laraquctc (Arauco)

marzo de 1889

Huelga dcjornalcros de la construcción

Talca-Constitución

Huelga de trabajadores de tranvías Huelga de obreros de la mina Arturo

12 al 29 de abril de 1890

de la construcción de la línea férrea

Huelga general

Tarapacá, Antofagasta y Valparaíso

julio de 1890

abril de 1889

Huelga de abasteros

Quillota

9 dejulio de 1890

Huelgas y agitación de distintos abril de 1889

sectores de trabajadores

Santiago, Quillota, Talca y otras ciudades

julio de 1890

Santiago Antofagasta

abril de 1889

Huelga de maquinistas y mecánicos ingleses y otros extranjeros

Valparaíso

julio de 1890

Los Andes

mayo de 1889

Huelga de obreros de sastrerías

Santiago

julio de 1890

Huasco

junio de 1889

Huelga dcjornalcros portuarios

Pisagua

de la línea férrea

4

4 4

4 4 4 4

Prat

Huelga dejornaleros de la construcción de la línea del ferrocarril Trasandino

Huelga dcjornalcros de la construcción de la línea férrea

I 572

I

2 y 3 de septiem bre de 1890

573

MOVIMIENTO

Petición de los obreros de la Maes

LUGAR

Valparaíso

tranza de ferrocarriles al Presidente

FECHA

18 de septiembre

embargo, el accionar del peonaje minero también comenzó durante esos años a experimentar una transición hacia formas más modernas de pro testa social. Según lo observado por Julio Pinto:

de 1890

de la República Huelga de matarifes

Santiago

octubre de 1890

Huelga de lancheros de la bahía

Constitución

diciembre de 1890

"En un comienzo se aprecia un claro predominio de respuestas tradicionales de rebeldía espontánea e in dividual, entremezclados con intentos de fuga hacia una existencia menos regimentada. Con el correr de los años, sin embargo, empiezan a perfilarse acciones de otra naturaleza, más enraizadas en su nueva condición

Fuentes: Periódicos, impresos y documentos de archivos de la época citados al fina! de este libro. La mayoría de los movimientos ocurridos en Tarapacá han sido tomados de Julio Pinto Vallejos, A Desert Cradle: State, Foreign Entrepreneurs and Workers in Chile'sEarly Nilrate, 1870-1890, a dissertation presented to thc faculty ofthe gradúate ofYale Universiry in candidacy Cor thc degree of Doctor of Philosophy (New Haven, Connecticut, Yalc University, 1991).

Como queda en evidencia, hasta comienzos de 1888 las huelgas fue ron protagonizadas esencialmente por mineros y obreros portuarios, sec tores donde a menudo -especialmente en el caso de los primeros- la for ma de pago más común era la ficha-salario emitida por la propia compa ñía y cuyo único uso posible era ser cambiada por artículos de primera necesidad en las pulperías de la misma empresa a precios notoriamente

más elevados que en el comercio normal1676. En el ámbito de la minería, tanto por su frecuencia como por su temprana aparición, las huelgas y motines de los trabajadores de las guaneras y de las salitreras tarapaque ñas, fueron las principales manifestaciones de rebeldía Social durante la primera mitad de la década de 1880. En la mayoría de los casos se trataba de movimientos más cercanos al motín tradicional que a la huelga pro piamente tal y expresaban, a menudo de manera violenta y desorganiza da, la protesta obrera por el logro de reivindicaciones salariales y mejo res condiciones de trabajo. Eran movimientos intermitentes y fugaces,

laboral y vital. Surgen así las primeras huelgas, todavía bastante efímeras y aparentemente con poca planifica ción. El poder empresarial es aún demasiado sólido como para enfrentársele sistemáticamente"1678. A partir de 1888, las huelgas obreras se desarrollaron con una asi duidad inédita en las ciudades, involucrando una gran variedad de sec tores. Además de los tipógrafos, fleteros, lancheros y cigarreros, para

quienes esta forma de lucha no constituía una novedad, recurrieron a ella los ferroviarios, panificadores, carreteros, cocheros, trabajadores de tranvías, obreros carrilanos y de otras obras públicas. Los conflictos más importantes en el ámbito urbano -tanto por su frecuencia como por sus repercusiones- fueron los protagonizados por los obreros portuarios, tipógrafos, panificadores y ferroviarios. A través del estudio de algunos de estos movimientos intentare mos establecer una tipología de las huelgas durante la década de 1880.

2) Las principales huelgas.

que no parecen haber contado con el respaldo de organizaciones1677.Sin

Las reivindicaciones de los trabajadores portuarios expresaban la di versidad de condiciones según los diferentes gremios y regiones1679. Mientras las demandas de losjornaleros apuntaban al aumento de sala rios y a su pago en dinero, los fleteros o lancheros -remunerados se gún la cantidad de trabajo realizado- exigían la revalorización del pre

l,,7G Y.\ estudio sobre la ficha-salario realizado por Marcelo Segall, demuestra que esta

cio de sus servicios pagados por el comercio, logrando, a veces, suscitar el apoyo de los propietarios de lanchas a quienes convenía el reajuste

forma particularmente indigna de remuneración de la fuerza de trabajo, afectaba a vastos sectores de trabajadores. A los mineros, en primer lugar, pero también a los campesinos y a todos aquellos ligados directa o indirectamente a la economía minera exportadora, como los fleteros, estibadores, muleros, carrilanos, fogoneros, caldereros y herreros. Mar celo Segall, "Biografía Social de la Ficha-Salario", en Mapocho, tomo II, N" 2, Santiago, 1964, págs. 97-131. El binomio ficha-salario/pulpería en la región del salitre ha sido estu diado por Sergio González Miranda, Ilomlrresymujeres de la pampa..., op. cil., págs. 74-86.

11,77 Julio Pinto Vallcjos, "La caldera del desierto. Los trabajadores del guano y los inicios de la cuestión social", en Proposiciones, Nü 19, Santiago, julio de 1990, págs. 123-141 y "La transición laboral...", págs. 219-225. 574

del tarifado, como ocurrió durante la huelga de lancheros del puerto

io7» p¡nu) "¡.a transición laboral...", op. cit., pág. 219. io7o para ei Caso tarapaqueño, consultar Julio Pinto Vallejos, "En el camino de la

mancomunal: organizaciones obreras en la provincia de Tarapacá, 1880-1895", en Cuader nos deHistoria, N" 14, Santiago, diciembre de 1994, págs. 81-135. Agradezco al autor el haberme facilitado el manuscrito antes de su publicación. '•75

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de Valparaíso en mayo de 1888, al exigir el alza de las tarifas en porcen tajes que oscilaban entre el 33% y el 50%168". Si exceptuamos a los mineros, podemos constatar que las huelgas de trabajadores portuarios siguieron siendo las más violentas. En el caso

recién mencionado de paro de los lancheros (que fue acompañado por un movimiento similar de jornaleros y carreteros), los huelguistas ejer cieron presiones sobre los trabajadores que se mantuvieron al margen del conflicto, produciéndose incidentes a pedradas, lo que motivó el arresto por parte de la policía de algunos trabajadores acusados de agre sión a los no huelguistas1681. La severidad con que este tipo de movimien tos eran reprimidos por las autoridades se reflejó en la decisión de lajusticia: los tribunales condenaron a los detenidos a sesenta días de prisión y al pago de $40 de multa, suma considerable para el bolsillo de los lan cheros1682. A pesar de la represión y de los magros resultados obtenidos (los aumentos fueron muy inferiores a lo solicitado), este conflicto sirvió

de detonante para otros, quedando en evidencia que el arma de la huel ga estaba siendo adoptada con entusiasmo por nuevos segmentos del mundo del trabajo: además de losjornaleros y carreteros de Valparaíso, los lancheros del puerto carbonero de Coronel comenzaron un paro de labores el 22 del mismo mes para presionar por el aumento de salarios1683. Junto a las demandas salariales se mantenía en estos gremios la dis posición de lucha en contra de las arbitrariedades de losjefes: en sep tiembre de 1887 losjornaleros del puerto de Iquique sostuvieron una prolongada huelga para lograr la destitución del comandante del gremio a quien acusaban de tener un comportamiento abusivo y arbitrario. La motivación por conquistar un trato digno podía ser tan o másfuerte que las de orden estrictamente salarial. Todas las maniobras de la dirección

del gremio y de las autoridades provinciales fracasaron frente a la firme za demostrada por losjornaleros. El 12 de septiembre el Intendente de cretó la libertad para embarcar salitre y desembarcar carbón y leña con personas extrañas al gremio. Sin embargo, los huelguistas se negaron a volver a sus faenas. El comandante del gremio abrió un registro-matrí cula para reemplazar a los trabajadores en paro, recurriendo a gente ve

4 4

rior- las actividades netamente mutualistas con aquellas de carácter rei

vindicativo. Las huelgas y peticiones de los tipógrafos incluían tanto la defensa del preciode la mano de obracomo el mejoramiento de las con diciones de trabajo, siendo este último un elemento relativamente nue vo en las demandas obreras. Al mismo tiempo, los gremios de tipógrafos

lograron desarrollar durante esos años un alto nivel de coordinación y de solidaridad entre trabajadores de diversas empresas y hasta de distin tas ciudades, como aconteció durante los dos principales conflictos de los años ochenta.

A fines de agosto de 1884 comenzó en la capital un movimiento reivindicativo de los tipógrafos, que se transformó en huelga a comien zos de septiembre. El objetivo era la supresión del trabajo nocturno y dominical1685. La demanda fue rápidamente aceptada por los dueños

de las principales imprentas de la ciudad. Sólo el propietario de ElFe rrocarril adoptó una actitud intransigente, provocando la prolongación delparo ensuempresa. Lasolidaridad delgremio seexpresó conpron titud, sobre todo en Valparaíso, donde la Sociedad Tipográfica organizó el 7 de septiembre un meeting de apoyo durante el cual más de setenta

tipógrafos se comprometieron por escrito a no ir a trabajar a Santiago mientras durara la huelga, y a recoger firmas y fondos para sus compa ñeros de la capital1681'.

Amediados dejulio de 1888 -mes particularmente rico en conflic tos laborales- los tipógrafos santiaguinos -al igual que sus colegas y los vendedores del diario El Mercurio de Valparaíso- se declararon en huel

ga. El movimiento estalló en la imprenta del diario El Ferrocarril, pero adquirió más fuerza enlos periódicos La Libertad Electoral, El Independíen le, La Tribuna y La Época. En todos ellos se levantó como reivindicación común un aumento del salario de 25 a 30 centavos por mil letras com

puestas. En los diarios de la mañana, esto es, impresos en la noche, exi-

nida de las salitreras y de puertos situados más al sur. La formación de

cuadrillas con nuevos elementos no dio los resultados esperados: la inex periencia de los rompehuelgas conspiró contra este plan. El comandan te fue suspendido. El movimiento de losjornaleros iquiqueños tuvo un desenlace satisfactorio1684.

io85 ..£i grcmi„ de tipógrafos i suverdugo", La Razón, Santiago, 3 de septiembre de 1884; "A lostipógrafos de Chile", La Razón, Santiago, 4 de septiembre de 1884.

' 1686 "Los tipógrafos de Valparaíso" y"Mcctting" [sic], La Razón, Santiago, 8de sep

tiembre de 1884; "Los tipógrafos deValparaíso a nuestros compañeros de Santiago", La Razón, Santiago, 12 de septiembre de 1884. El movimiento tuvo amplia resonancia.

4

4

Los tipógrafos siguieron siendo uno delos gremios de trabajadores calificados mejororganizados: a fines de los añosochentacontabancon mutuales en Santiago, Valparaíso, Iquique y Concepción, que combina ban -como ya lo habían hecho las dos primeras durante la década ante

,mo "La huelga de los lancheros", ElMercurio, Valparaíso, 29 de mayode 1888. "'"'"Los lancheros y la policía",ElMercurio, Valparaíso, 30 de mayo de 1888. 1682 "Carito les cuesta",ElFerrocarril, Santiago, 1 de junio de 1888. 16M ElIndependiente, Santiago, 30 de mayo de 1888.

,m B.N.S.M., Correspondencia ajosé Manuel Balmaceda, tomoI (1883-1887), Espedien te sobre la huelga de Iquique, piezas 38 b-48, s.f. 576

Juan Rafael Allende, personalidad de pronunciada tendencia liberal yanticlerical, ex presó a través delas columnas desu periódico una posición de solidaridad con los tipó grafos. "Buscando lalibertad", ElPadre Cobos, Santiago, 23 deagosto de 1884. Su sucesor en ese medio de prensa, el tipógrafo mutualista Buenaventura Moran, continuó apo yando el movimiento reivindicativo. "Mi opinión", El Padre Cobos, Santiago, 11 de sep tiembre de 1884.

577

ciones reivindicativas apoyados por huelgas hacia fines de la década de

el proyecto de ley presentado al Congreso Nacional destinado a fijar un impuesto al ganado extranjero importado, lo que traería como conse cuencia directa el aumento del precio de la carne (el triple, según los cál culos de los obreros) e, indirectamente, el alza de todos los precios de los productos alimenticios; la tasa de cambio desfavorable, que recaía sobre los consumidores pobres sin que el gobierno tomara medidas eficaces para corregir esta situación; el mantenimiento del curso forzoso del pa pel moneda; las extenuantes jornadas de diecisiete horas de trabajo du rante trescientos sesenta y cinco días al año, esto es, sin descanso domini cal, y las multas impuestas por ausentismo laboral (equivalentes al doble de los salarios) en caso de ausencia al trabajo"''". La petición obrera mezclaba en sus quejas los males específicos del gremio con los que eran comunes a todo el pueblo trabajador. Fenóme no más interesante aún si se toma en cuenta que el gremio no tenía tradi ción de organización en mutuales o en otro tipo de asociaciones. Para paliar esta carencia, los operarios panificadores de la capital se dieron en

1880. Tan sólo entrejunio y septiembre de 1888 hemos contabilizado cin

aquella ocasión una coordinación compuesta de ocho personas1692 que

gieron un 40% de aumento y en los de la tarde, 20%'687. Los patrones ofrecieron la mitad y sólo el 10% y 5%, respectivamente, a aquellos que no trabajaban todos los días de la semana. Los huelguistas propusieron

como solución de compromiso un aumento del 20% para todo tipo de trabajos y para todos los obreros. Al ser rechazada esta oferta, cesaron sus labores el 16 de julio. Los huelguistas formaron piquetes para hostigar a la minoría que continuó laborando e impedirle la entrada a las impren tas. Los empresarios respondieron alojando y alimentando en el sitio de trabajo al personal no huelguista, para eludir la acción de boicot a la entrada y salida de las faenas. También reclutaron tipógrafos en otras ciu dades. Pero los trabajadores de las pocas imprentas cuyos propietarios accedieron rápidamente a las peticiones de mejoras salariales, utilizaron los recursos recién conquistados para ayudar a sus compañeros que con

tinuaban en huelga"'88. Los obreros panificadores comenzaron a desarrollar frecuentes ac

co movimientos en diferentes ciudades1685, prefigurando la gran capaci

presentó a nombre de sus compañeros las demandas a los patrones: limi

dad de lucha que el gremio comenzó a manifestara partir de la huelga general de 1890. La combatividad de los panificadores era estimulada por los bajos salarios y las larguísimasjornadas de doce, quince y hasta diecisiete horas de trabajo, incluyendo turnos de noche. Los patrones lograron impedir durante mucho tiempo cualquier forma de organización y de protesta de estos trabajadores, contando para ello con el apoyo de las autoridades. De esta suerte, cuando los obreros de la panadería Auvrad, Villalón y Maffet de la capital se declararon en huelga el 11 de marzo de 1883, los propieta rios evitaron las conversaciones y se limitaron a conducir a los huelguistas

tación de lajornada laboral a doce horas, aumento de salarios en un 50%,

a la comisaría de policía donde fueron arrestados1690. No obstante, a pesar de la intransigencia patronal, hacia fines de la misma década las reivindi caciones de los obreros panificadores eran incontenibles y, aunque la pri mera reacción de los empresarios era intentar quebrar las huelgas me diante la represión, su extensión a numerosas panaderías -a veces a todos los establecimientos del género de una ciudad- hacía poco viable este tipo de solución. Fue lo que ocurrió en 1888. La huelga de los panificadores de Santiago comenzó el 5 de julio con la presentación de una petición a los dueños de panaderías. El documento de los proletarios antes de for mular las reivindicaciones del gremio, exponía las causas de su malestar:

eliminación "absoluta e incondicional" de las multas por ausencias al tra bajo, supresión del trabajo dominical y pago de salarios por semanas de

seis días el domingo en la mañana1693. El espíritu de lucha de los panificadores se recalcaba en la decisión de cesar las faenas el mismo día y hasta que la mayoría de los empresarios no aceptaran sus condiciones. También acordaron: "Comprometerse bajo la fe del honor y en nombre de sus hijos a mantener estos acuerdos, sin que ninguno pueda admitir trabajo en otras condiciones que las acor

dadas, bajo la pena de ser considerado traidor [...]"16ÍM. La huelga se hizo efectiva inmediatamente en las cuarenta y dos panaderías de la capital. La primera reacción de los patrones y de las au toridades fue tratar de quebrar el movimiento mediante la represión. Al segundo día, El EstandarteCatólico daba cuenta de la actitud de las auto

ridades en términos que no dejaban dudas acerca de su voluntad de aplastar la protesta obrera: "La policía ha aprehendido a muchos de los panaderos declarados en huelga. Hay orden estricta de tomarlos a todos

y, si es posible, obligarlos nuevamente a trabajar"169'.

io9i "Hudga de los panaderos", El Estandarte Católico, Santiago, 6 de julio de 1888;

io»7 "Huelga ()e tipógrafos", El Ferrocarril, Santiago, 17 dejulio de 1888 y 19 dejulio de 1888; "Huelga de tipógrafos", El Estandarte Católico, Santiago, 17 de julio de 1888; El Mercurio, Valparaíso, 21 de julio de 1888. 1688 ElMercurio, Valparaíso, 21 de julio de 1888. 1689Ver cuadro N'J 21.

loao El Ferrocarril, Santiago, 12 de marzo de 1883. V7H

"Noticias diversas", 1m Discusión, Chillan, 6 de julio de 1888. wn Sus miembros fueron: Daniel Garay, Baldomcro Jara, Rosalino Villaseca, Eduar do González, Herminio Toro, José Santos Prieto, Genaro Gajardo y Teodoro Velasco Elvia. Op. cit.

16'j.i "Huelga c\e los panaderos", op. cit. loor "huelga de los panaderos", El Estandarte Católico, Santiago, 6 de julio de 1888. iras"pris¡on de los panaderos", El EstandarteCatólico, Santiago, 6 de julio de 1888. ->7!)

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Sin embargo, la fuerza del movimiento obligó a las autoridades a cesar la represión ya los empresarios a negociar consus trabajadores. El 6 dejulio, el abogado Avelino Contardo, dirigente delPartido Democráti co, obtuvo queeljuezordenaralaliberación de veinticinco obreros dete nidos el día anterior1696. El 7 de julio se reunieron cinco representantes

de cadaparte con Malaquías Concha, secretario del Partido Democrático, designado mediador por acuerdo común. Elavenimiento alcanzado sa tisfizo una buena parte de las reivindicaciones de los trabajadores. Sus principales puntos estipularon un reajuste salarial de 25%; lasupresión de las multas por ausentismo laboral ysusubstitución por una contribu ción de 50 centavos que debían ser pagados al obrero reemplazante a

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medias por los patrones y el trabajador ausente; el establecimiento de una caja de ahorro para los obreros panificadores confondos deposita doscadasemana por ambas partesa fin de cubrir losgastos de ausencias yconstituir unpequeño capital; laeliminación del trabajo dominical yla

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capitalistas ytrabajadores oentre los propios obreros1697. La asamblea de

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creación de una cámara de conciliación para arbitrar los conflictos entre los industriales reunida el mismo día ratificó los acuerdos y tomó otras

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medidas destinadas a controlar su aplicación y paliar sus efectos econó micos. Las más importantes por su repercusión sobre los consumidores

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fueron el término de la distribución de pan a domicilio mediante carre

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que equivalía a una reducción de su peso, o sea, una alza de precio1698.

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yotras ciudades. A los pocos días del acuerdo firmado en Santiago, los operarios de las panaderías deValparaíso presentaron un pliego deman

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tas yla fijación de precio común yde un peso máximo por cada pan, lo El éxito obtenido por losobreros panificadores de la capital ayudó al desarrollo de movimientos similares en Valparaíso, Talca, Concepción

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dando aumentos salariales de 50%yel término del trabajo dominical1699. El reajuste de remuneraciones fue aceptado de inmediatopor losempre

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sarios que esperaban poderresarcirse de estapérdida mediante un alza de los precios yunareducción del peso del pan. Lasupresión del trabajo

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dominical fue rechazada, lo que provocó el estallido de la huelga. Los

patrones respondieron contratando trabajadores de otras ciudades y despidiendo a los huelguistas17"". En Talca, los operarios del mismo gremio se reunieron el 11 de ju

semanal. La actitud conciliadora de los empresarios contribuyó a acortar su duración, obteniéndose un reajuste salarial del 10%, la exención del

trabajo dominical y el pago por días corridos1701. Poco después, a fines de agosto de 1888, los trabajadores panifica dores de Concepción se pusieron en movimiento presentando una serie de demandas a sus patrones. La exposición de sus motivaciones era muy

semejante a la de sus compañeros de la capital: grandes alzas de los artí culos de primera necesidad, desvalorización de los salarios por culpa de la baja del cambio, pérdida de poder de compra. En consecuencia, pe dían que el salario de los obreros fuese fijado en $33yque el de los maes tros de hornos y el de los operarios que fabricaban el pan "chileno" au mentara en la misma proporción. Al mismo tiempo, nombraron como representante a Tomás Ríos Ovalle, presidentede laagrupación local del Partido Democrático, para que se encargara de discutir con los empresarios la cuestión de las multas por ausencias al trabajo y otros problemas. La petición fijó el 30 de agosto como plazo máximo para obtener una con testación satisfactoria. La respuesta de los industriales panaderos fue

enérgica ycoordinada: lossalariosde los operarios que fabricaban el pan "francés" serían liomogeneizados a partir del 1 de septiembre, precisan do que en ningún casoéstossobrepasarían los $30 mensuales; las multas fueron fijadas en $1,50 por cada noche de inasistencia al trabajo y en 50 centavos por los defectos en la fabricación de la masa. Los patrones se comprometieron a no contratar operarios de otros empresarios mientras éstos no presentaran un certificado de sus últimos empleadores. Tam bién fijaron nuevos preciosy pesospara el pan, prohibieron las"yapas" y el recibo o cambio de pan frío que los repartidores efectuaban con fre cuencia, y establecieron una multa de $200 en beneficio del hospital de caridad de la ciudad en caso de infracción a estos acuerdos1702.

Así, frente ala oleada reivindicativa de sus obreros, los empresarios

panaderos preparaban respuestas concertadas, llamando en caso de ne cesidad a las fuerzas del orden para aplastar tales movimientos. Es lo que aconteció el 3 de septiembre de 1888, en La Serena, al estallar una huel

ga de los operarios panificadores: los patrones recurrieron a la policía que puso hombres de sus filas para reemplazar a loshuelguistas1703. De esta serie de huelgas salieron los gérmenes de un gremio que se

lio yacordaron no trabajar mientras los empleadores no respondieran de manera satisfactoria a sus reivindicaciones de mejoras salariales y de pago

4

1701 "Huelga de los panaderos en Talca",ElEstandarte Católico, Santiago, 14 de julio

4

de 1888; LaDiscusión, Chillan, 13 de julio de 1888. Véase también El Heraldo, 12 dejulio de 1888, citado por Irma Carrasco Tapia y Pedro Molina Lctclicr, Condiciones deviday con

4

4 4

1696 "Los panaderos en libertad", ElEstandarte Católico, Santiago, 7 dejulio de 1888. 1687 "Arreglo entre losdueñosde panaderíaysusoperarios",ElFerrocarril, Santiago, 8 de julio de 1888; LaDiscusión, Chillan, 10 dejulio de 1888. 1698 Ibid.; "Elpan", ElEstandarte Católico, Santiago, 11 de julio de 1888. 1699 El Mercurio, Valparaíso, 14 y 18 de julio de 1888.

17,10 "La huelga de los panaderos", ElFerrocarril, Santiago, 21 de julio de 1888.

4 4

ducta social del proletariado industrial de Talca, ¡875-¡921,tesispara optar al grado de Licen ciatura en Educación en Historia y Geografía (Talca, Universidad de Talca, Facultad de Estudios Generales, Departamento de Historia y Geografía, 1989), pág. 200. 1702 LaDiscusión, Chillan, 30 de agosto de 1888.

1705 "La huelga de panaderos", LaReforma, La Serena, 6 de septiembre de 1888. 581

580

caracterizaría en las décadas siguientes por su combatividad y radicalis mo. Frente a la extensión masiva de los conflictos, los dueños de panade rías no renunciaban a las presiones extraeconómicas -como el empleo de policías para reprimir y asegurar la continuidad de la producción-, sin embargo la utilización de métodos puramente represivos no pudo acallar el descontento. Para los obreros, estas primeras luchas coronadas con algunos éxitos parciales, fueron un incentivo para darse formas de orga nización permanente, lo que comenzó a concretarse en algunas ciudades hacia fines del período estudiado. A partir del mismo año 1888 -año de la eclosión de la huelga obrera en Chile- los trabajadores ferroviarios y carrilanos irrumpieron con fuer za en la escena social.

Los movimientos de carrilanos no eran nuevos. Desde los primeros tiempos de la construcción de líneas férreas habían desarrollado accio nes bastante violentas, explosiones de rabia similares a las de los mineros (y a menudo junto a ellos), suscitando la desconfianza y atenta vigilancia de las autoridades, que consideraban su presencia como fuente de pro blemas y de agitación. A comienzos de septiembre de 1888, se produjo uno de estos movi mientos en el pueblo minero de Lota. La chispa prendió primero entre los mineros, irritados por los numerosos despidos y la pretensión de las autoridades de incorporarlos al servicio en la Guardia Nacional. Entre trescientos y cuatrocientos mineros y obreros carrilanos destruyeron el cuartel de policía, se apoderaron del armamento y liberaron a los dete nidos, dedicándose enseguida a saquear el comercio. Los enfrentamientos con las fuerzas del orden despachadas de refuerzo desde la vecina ciu dad de Coronel se saldaron, según un periódico demócrata, con varios

durante tres semanas. La huelga y las manifestaciones de protesta comen zaron el 12 de abril, cuando unos doscientos carrilanos se presentaron a

la sede de la Intendencia provincial en Talca para reclamar lo adeuda do17'"'. Aunque carecemos de informaciones acerca del resultado final del movimiento, sabemos que se desarrolló durante la segunda quincena de abril a lo largo de toda la línea férrea, y que asumió distintas formas: cesede labores, "manifestaciones pronunciadamente hostiles contra los re presentantes subalternos de los subcontratistas y 'trateros'", etc., provo cando la intervención de las autoridades para el logro de una solución

que contemplara la satisfacción de una reivindicación a todas luces ple namente justificada'707. Los movimientos de obreros ferroviarios propiamente tales (maqui nistas, choferes de máquinas a vapor, mecánicos, etc.) eran, en cambio, un fenómeno reciente, alentado frecuentemente por el anhelo de poner término a las discriminaciones (en los salarios y en el otorgamiento de

los puestos más calificados) que la dirección de los Ferrocarriles del Es tado hacía en beneficio de los trabajadores extranjeros (especialmente norteamericanos, escoseses e ingleses) y en detrimendo de los naciona les1708. Las contradicciones entre el personal de distintas nacionalidades

se agudizaron al punto de producirse, en julio de 1890 en la maestranza de Valparaíso, una huelga de maquinistas ymecánicos extranjeros (en su mayoría ingleses) que protestaban por el nombramiento de un jefe chi leno1709. Un par de meses después -el 18 de septiembre- más de quinien tos trabajadores nacionales de la misma maestranza elevaron una solici tud al presidente Balmaceda para defender a un jefe chileno y acusar a los escoseses de monopolizar los labores directivas y mejor calificadas, de

muertos y heridos1704. A los pocos días, centenares de kilómetros más al norte -en Pabellón- estalló otro motín de carrilanos, que terminó con heridos y el apresamiento de sus cabecillas1705. En abril de 1890 los trabajadores de la construcción de la línea fé rrea Talca-Constitución protagonizaron un movimiento más persisten te y con características distintas. Esta vez no se trató de un amotinamien

i7oo "provincias. Talca", La Libertad Electoral, Santiago, 14 de abril de 1890. no7 "provi,lcias. Talca", La Libertad Electoral, Santiago, 26 y 28 de abril de 1890; "Fe rrocarriles en construcción" y "Ferrocarril de Talca a Constitución", La Libertad Electoral, Santiago, 29 de abril de 1890. 1708 Una manifestación de la molestia que causaba en los trabajadores nacionales el

to clásico sino de acciones más cercanas a la actividad reivindicativa mo

"extranjerismo" de la dirección de los Ferrocarriles del Estado, se puede apreciar en el

derna, motivadas por el no pago de los salarios por los subcontratistas

1701 Informaciones entregadas por La Tribuna de Santiago y La Libertad Católica de Concepción, reproducidas por El Estandarte Católico, Santiago, 4 y 6 de septiembre de 1888, bajo los títulos "Gravísimos desórdenes en Lota" y "Los sucesos de Lota", respecti

vamente; "El motín de Lota", El Padre Padilla, Santiago, 6 de septiembre de 1888. Véase además, A.N.A.M.L, vol. 1513 (Municipalidades Linarcs-Maulc-Ñublc-Conccpeión y BíoBío, 1888), documentos N91 167, 186 y t95, fechados en Concepción el 5 de septiembre, 1 y 11 de octubre de 1888, respectivamente, s.f.

1705 "suma y sigue", El Padre Padilla, Santiago, 11 de septiembre de 1888. 582

artículo editorial "Nacionalicemos los Ferrocarriles del Estado", del periódico popular La Razón, Santiago, 7 de noviembre de 1884.

i7oo "Huelga de maquinistas y mecánicos ingleses", ElMercurio, Valparaíso, 14 de ju lio de 1890; "La huelga de los maquinistas" y "Maquinistas presos". El Comercio, Valparaí so, 15 de julio de 1890; "Maestranza de los ferrocarriles", El Ferrocarril, Santiago, 15 de julio de 1890; "La huelga de los maquinistas ingleses",ElMercurio, Valparaíso, 16 de julio de 1890; "Ventajas de la huelga de maquinistas estranjeros",/:/ Comercio, Valparaíso, 16 de

julio de 1890; "Huelga de maquinistas y mecánicos ingleses", ElFerrocarril, Santiago, 16 de julio de 1890; "La huelga de los maquinistas", Don Cristóbal, Santiago, 17 de julio de 1890; "La huelga de maquinistas ingleses", ElMercurio, Valparaíso, 19 de julio de 1890; "La huelga de maquinistas". ElMercurio, Valparaíso, 21 de julio de 1890;"Valparaíso. Huelga", La Voz de Chile, Iquique, 22 de julio de 1890; "El asunto de los maquinistas y mecánicos", La Voz de Chile, Iquique, 25 de julio de 1890. 583

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cometer robos yde desatar pcrsccusiones en contra de los hijos del país

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a fin de ocultar sus propios actos ilegales1710.

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los salarios, también lograron traducirse en movilizaciones de resonan

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Otras reivindicaciones, como la relativa a la frecuencia del pago dé

cia pública. Es loquesucedió en1884, cuando losobreros delaMaestran za deSantiago delos Ferrocarriles delEstado reclamaron la cancelación de sus jornales al término de cada semana en lugar del pago quincenal que se les hacía. La dirección delaempresa envez deaceptar lapetición obrera, decidió efectuar los pagos una vezal mes. El 3 de noviembre más de trescientos obreros efectuaron una huelga de protesta que, aunque

se extendiósólodurante algunas horas, debido a la intervención de poli cías fuertemente armados, causó revuelo en la opinión y generó distin

tas expresiones desimpatía delmovimiento popular1711. Laasiduidad yla amplitud de lasmovilizaciones de losferroviarios aumentó considerablemente durante 1889, siendo uno de sus resultados

lacreación -en septiembre del mismo año- de la primeramutualdelgre mio, la Sociedad de Prolección Mutua de Maquinistas yFogoneros171'2. El cúmu lo de experiencias acumuladas en cortos años comenzaba a saldarse en un salto hacia formas de organización permanente.

Laproliferación de laactividad reivindicativa entre 1886 y1889, que culminó con la huelga general en Tarapacá, Antofagasta yValparaíso en juliode 1890, concernió auna granvariedad de gremios obreros, tantoa los quetenían tradición organizativa como a aquellos quedaban sus pri merospasos en la luchasocial organizada, sin contar aún con estructuras estables de coordinación. La característica común más frecuente de es

tos movimientos fue su tendencia a sobrepasar el marco de la empresa y a establecer coordinaciones a nivel de toda la ciudad, lo que redoblaba su fuerza y repercusión.

último objetivo, se proponían obligar a que cada obrera admitiera una aprendiz para formar en poco tiempo un personal suficientemente nume

roso parasatisfacer las necesidades detodas las cigarrerías delaciudad1714. La estrategiade losobreros, reagrupados a partir del 20de mayo en torno a una estructurapermanente de carácterreivindicativo, esdecir, protosindical, la Asamblea del Gremio de Cigarreros, fue el boicot de los patrones que rechazaran la petición de sus operarios1715.

Aunque esta medida tuvo un efecto mitigado ya que no contó con el apoyo de todo el gremio (segúnlasinformacionesde prensa, en la re unión más numerosa, realizada a comienzos de junio, participaron poco

más de trescientas personas1716, o sea, alrededor de la mitad de los ciga rreros de la'capital), por lo menos permitió la consolidaciónde laAsam blea del Gremio de Cigarreros en tanto estructura paralela a la mutual del mismogremio, orientada hacia la acciónreivindicativa, esto es, hacia una actividad de índole sindical o protosindical. Este organismo -uno de las

primerasinstancias reivindicativas de carácter permanente de losobre ros chilenos- mantenía buenas relaciones con la Sociedad de Cigarreros Vicuña Mackenna, institución de socorro mutuo a la cual pertenecían

1710 B.N.S.M., Correspondencia aJosé Manuel Balmaceda, tomo IV (1890-1891), Carta de los obreros de la Maestranzaajosé Manuel Balmaceda,Valparaíso, 18 de septiembre

1888; "La contestación a nuestra circular", Lajuslicia, Santiago, 23 de junio de 1888.

Partido Democrático11™.

1713 «Más sóbrela huelga de cigarreros",El¡ndependiente, Santiago, 31 de mayo de

de 1890, pieza 4, fjs. 21-55.

4

go, 25 de octubre de 1884; "La dirección de los Ferrocarriles delEstado", La Razón, San tiago, 5 de noviembre de 1884.

1712 Pocos añosdespués, el 12de marzo de 1893, estasociedad adoptaría el nombre de Santiago Watt. Manuel Moya Álamos, "Historia de la Federación Santiago Watt" (Prime ra parte), enRevista Santiago Wall, añoXXXI, Ns 278, Santiago,julio de 1973, págs. 5-17.

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4

cir de manera duradera el costo de la fuerza de trabajo. Para alcanzar este

muchos de sus propios dirigentes yadherentes1717, conformando un mo delo de acción complementario entre una organización mutualista yuna de tipo sindicalo protosindiczal.LaAsamblea del Gremio de Cigarreros se perfi laba también por un claro compromiso político, reflejado a travésde las columnas de su periódico LaJusticia, abiertamente abanderizado con el

1711 "Los operarios de la Maestranza delferrocarril", LaRazón, Santiago, 24de octu brede 1884; "Unadisposición inconsulta del directorde ferrocarriles", La Razón, Santia

4

remuneraciones en un cuarto de centavo por el atado de cigarrillos fabri

cados1713. Algunos patrones accedierona lo solicitado, otrosrechazaron las exigencias desusoperarios ydecidieron encargarlafabricación de cigarri llos a mujeres, que serían remuneradas un cuarto de centavo menos que los hombres. En lavisión de estos empresarios, la contratación de mano de obra femenina era una medida que les permitiría vencer la huelga y redu

Entre losgremios que ya poseían experiencia asociativa (mutualis ta), se contaban los obreros cigarreros, cuyaforma contractual laboral era el trabajo a destajo, estoes, un salario pagado segúnlo producido. Aunque hacia el término de losañosochenta hemos registrado una sola huelga de operarios cigarreros -la ocurrida en Santiago a fines de mayo ycomienzos dejuniode 1888-, este conflicto fue importante por la

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cantidad de personas involucradas,por su eco y por el nuevo tipo de orga nización que se engendró durante su desarrollo. La reivindicación de los obreros cigarreros de la capital fue en aquella ocasión el reajuste de las

"M "Más sobre la huelga de cigarreros", op. cil.

1715 "La contestación a nuestra circular", op. cit.; "Notas cambiadas", LaJusticia, San tiago, 21 de julio de 1888.

17.6 "Lahuelga de los cigarreros",El¡ndependiente, Santiago,6 de mayode 1888. 17.7 Varios dirigentes de la Asamblea ocupaban, al mismo tiempo, cargos directivos en la mutual de cigarreros. Esc era el casode su presidente y redactor en jefe de Lajusli cia, órgano oficial del,gremio, Jinés E.López, del tesorero Manuel J. Cclis ydel secretario Juan de D. Lciton.

1718 Lajuslicia fue publicada por primera vezel 23 dejunio de 1888. Su creación co585

584

Finalmente, cabe destacar entre los grupos de trabajadores que die ron sus primeros pasos en la acción reivindicativa hacia fines de la déca

da de 1880, a los cocheros de carros de empresas privadas de transporte urbano. En noviembre de 1889 un movimiento reivindicativo de coche

ros de la capital, puso de relieve las condiciones de trabajo de este gre mio. El 5 de noviembre los cocheros presentaron una petición a la Inten dencia de Santiago, declarando que al no poder cumplir con la cuota diaria exigida por los empresarios, debido a la competencia de las nue vas líneas de ferrocarril urbano y del teléfono, acordaban trabajar libre

rando la función asumida posteriormente por las sociedades de resisten cia, las mancomúnales y los sindicatos. 4") En algunos gremios, ante la inexistencia de organización mu tualista, se constituyeron coordinaciones de huelga; en otros casos ta les coordinaciones actuaron junto a las mutuales, logrando movilizar

de manera concertada a trabajadores de distintas empresas, y hasla detoda una ciudad.

mente y entregar a sus patrones sólo lo que ganaran durante el día, a cam

5") Ocurrió a menudo que los obreros justificaron sus demandas ex poniendo, junto a las quejas específicas de su gremio, los males que afli gían al conjunto del pueblo trabajador (alzas, carestía de la vida, deva

bio del 12,5% habitual sobre la suma total percibida. En caso de no obte

luación de la moneda, etcétera).

ner satisfacción inmediata, amenazaban con desencadenar una huel

69) Los movimientos del peonaje urbano y semiurbano (como los ca rrilanos) se mantuvieron en un estado cercano a la "guerra social" de las explosiones de los mineros con los cuales tendían a converger, tanto por sus tendencias comunes como por su proximidad geográfica. 7e) Algunos gremios que contaban con sólidas instituciones de soco rro mutuo -como los tipógrafos- fueron capaces de desarrollar acciones de coordinación y de solidaridad que sobrepasaron la empresa, involu crando en ciertas ocasiones al gremio de toda la ciudad. 8'-) La debilidad de las organizaciones obreras, la inexperiencia de sus dirigentes y otros factores propios del carácter incipiente del movi miento obrero en Chile, fueron causas importantes del fracaso de la

ga1719, causando la alarma entre los empresarios del transporte. Una re unión de cuarenta y dos propietarios de coches de alquiler designó una comisión formada por algunos de los empresarios más importantes, la cual envió una serie de peticiones a las autoridades municipales, entre ellas, la solicitud para aumentar las tarifas, como forma de contrarrestar el efecto económico de las demandas de sus cocheros1720.

3) Conclusiones.

Del examen del conjunto de movimientos reivindicativos y de protesta

mayoría de estos movimientos.

popular que se desarrollaron desde el término de la Guerra del Pacífico

9L>) Las reacciones patronales fueron variadas, pero el común denomi nador más frecuente fue una cerrada oposición a las demandas proletarias. 10") La recurrencia a la fuerza pública y la contratación de rompe huelgas (especialmente mujeres yjóvenes aprendices en ciertas ramas manufactureras) fue una de las respuestas más corrientes del patronato

hasta mediados de 1890, se desprenden algunas conclusiones provisorias: 18) Desde la segunda mitad de la década de 1880 la huelga obrera se transformó en un fenómeno corriente en las principales ciudades y en la región minera del norte, especialmente en la provincia de Tarapacá. 29) Estas huelgas concernieron tanto a gremios de trabajadores or ganizados en mutuales como a otros que no contaban con organizacio nes estables.

3S) Las sociedades de socorros mutuos asumieron frecuentemente

la organización y dirección de los movimientos reivindicativos, prefigu-

rrespondía a una decisión de la Asamblea delGremio de Cigarreros de mantener un periódi co ocasional en el que se defenderían sus propios intereses "y los del pueblo en general". "Asamblea del Gremio de Cigarreros", Lajuslicia, Santiago, 23 dejunio de 1888. Su jefe de redacción erajinés B. López, militante de! Partido Democrático. El periódico salía de las prensas de la Imprenta de El Padre Padilla, de Juan Rafael Allende, dirigente del mismo partido.

1719 "La huelga de los cocheros del servicio público", El Estandarte Católico, Santia go, 7 de noviembre de 1889.

17-'° "Reunión de los empresarios de carruajes i acuerdos tomados", El Estandarte Católico, Santiago, 7 de noviembre de 1889.

58(i

industrial frente a las demandas y huelgas obreras. 11") Aunque la colaboración del Estado con los empresarios para

quebrar las huelgas fuera indefectible, el empleo de la violencia por par te de las fuerzas del orden fue aún moderado, salvo en los casos de explo siones de ira del peonaje. 12°) En definitiva, y más allá de un apoyo "espontáneo", "de clase", a los patrones, parece ser que no existía por parte del Estado una política claramente definida para entregar una respuesta unificada y coherente al fenómeno huelguístico de reciente masificación: la policía se ocupaba tanto en reprimir cualquier tentativa de paro como en evitar, simplemen te, los excesos de los huelguistas. En otros casos, las autoridades interme dias (municipalidades, intendencias) trataban de mediar entre las par tes en conflicto, pero sin que esta actitud correspondiera a una política general. La ausencia de legislación sobre las huelgas (¡en principio no eran ni legales ni ilegales!) era el reflejo de esta nueva situación que la clase dominante debía enfrentar.

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La unificación de las demandas populares

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y el "Congreso obrero" de 1885

Paralelamente al proceso de progresiva unidad y coordinación política del movimiento liberal y democrático de trabajadores urbanos de co mienzos de los años ochenta1721, se produjo un proceso de unificación creciente de las demandas populares. En realidad, se trataba de un mis

mo proceso: algunas de las principales reivindicaciones de este movi

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miento como la adopción de medidas proteccionistas y la supresión o

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ción políticayaque chocabanfrontalmente con lasorientacionesfunda mentales de los gobiernos de la oligarquía, incluso, con aquellos de ten dencia liberal. Así, a pesar de la adhesión del movimiento popular a los principios políticos e ideológicos del liberalismo, se desarrollóde mane ra paulatinauna acciónde tipo reivindicativo que contribuyó poderosa mente a la ruptura con el liberalismo oficial y a la búsqueda de una ex presión política independiente. Este movimiento político yreivindicati vose aceleró a partir de 1882. ElPrecursor, primero, La Razón, enseguida, fueron sus portavoces;la Sociedad Escuela Republicana y la Sociedad de Arte sanos "La Unión" de Santiago, sus mentores y principales organizadores. Hacia1885la unificaciónycentralización de lasdemandas del movimien to alcanzabanun grado relativamente elevado,traduciéndose en dos ini

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reforma del servicio de la Guardia Nacional, tenían una clara connota

ciativas de considerable envergadura.

En agosto de 1885, la Sociedad Escuela Republicana desarrolló un in tenso trabajo a fin de coordinar la acción de las asociaciones populares frente a la nueva crisis económica que afectaba al país y, más particular mente, a los trabajadores. El término de la Guerra del Pacífico había sig nificadouna baja notable de la actividadde ciertas ramas de la industria manufacturera, aumentando drásticamente la cesantía en algunos secto

res. Uno de los más golpeados era la industria de la confección: la Socie dad de Sastres de Santiago calculaba en agosto de 1885 que la mayoría de

las milquinientaspersonas ocupadas durante la guerra en fabricar elves tuario para el ejércitoyde lasmil trescientascostureras empleadas por el contratista que abastecía de ropa de brin a los cuerpos de línea, habían perdido su trabajo1722. La Escuela Republicana desplegó ingentes esfuer zos para levantar una alternativa. El 16 y 19 de agosto organizó reunio nes en las que participaron alrededor de sesenta representantes de dife rentes sociedades de obreros y artesanos, a fin de decidir las acciones para enfrentar la situación. Los activistas del movimiento popular acor daron la realización de un meeting y la designación de una comisión en-

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1721 Véase el capítulo XVI.

1722 "La importación de la ropa hecha", ElFerrocarril, Santiago, 1 de septiembre de 1885.

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cargada de solicitar al Presidente de la República la protección de la in dustria nacional172'. La manifestación tuvo lugar bajo la presidencia del sastre Manuel Modesto Soza, principal líder de la SociedadEscuela Repu blicana, el domingo 22 de agosto frente al edificio del Congreso Nacio nal. Los oradores-el mismo Soza, Pascual Lazarte, "candidato obrero" en

las elecciones de 18821724, el dirigente tipógrafo ManuelJesús Mejía yjosé Agustín González, uno de los fundadores de "La Unión"deArtesanos- pi dieron medidas proteccionistas y manifestaron su oposición al librecambismo. Soza invitó a aplaudir a aquellos parlamentarios que habían sos tenido las mismas posiciones. Las conclusiones del meeting sintetizaban las reivindicaciones del mundo asociativo, expresando la unidad progra

mática alcanzada por el movimiento popular: "El pueblo obrero de Santiago [... ] acuerda pedir a

S.E. t|l Presidente de la República, como jefe supremo de la nación:

ls. Que no se retire un solo billete de la emisión del gobierno, y la caducidad del privilegio concedido al bi llete bancario por el cual se le hace inconvertible; 2Q. Reforma de la tarifa de avalúos, e ingreso de in dustriales en la comisión avaluadora;

3S.Que se grave con un ciento por ciento todo artí- •; culo de lujo y las materias similares que nos vengan del extranjero; 4Q. Que se impongan fuertes derechos sobre el en vío de pastas metálicas a Europa; 5S. Economías en la Hacienda pública, y que los fondos del erario nacional se inviertan preferentemen-

,

te en dar ensanche y desarrollo a las industrias del país. Como medios conducentes a este fin, fundación de nue

vas escuelas de artes y oficios, etc.; y 6S. Liberación de derechos de importación de toda herramienta o instrumento usado en la agricultura, mi

nería y demás industrias y artes"'725. La comisión encabezada por Manuel Modesto Soza y Nicolás Ugalde, presidente y vicepresidente de la Escuela Republicana, respectivamen te, fué recibida por el Jefe de Estado. Pero la acogida brindada por el presidente Domingo Santa María fue un acto puramente simbólico y pro-

172,1 "La crisis y los obreros", ElFerrocarril, Santiago, 16 y 18 de agosto de 1885; "Mee ting de obreros", El Ferrocarril, Santiago, 21 de agosto de 1885. 1721 Véase el capítulo XVI. 1725 "Meeting de obreros", El Ferrocarril, Santiago, 25 de agosto de 1885. 589

locolar. Los delegados populares obtuvieron sólo promesas extremada mente vagas o fórmulas evasivas. El primer mandatario les:

"Dijo que esos eran asuntos muy complicados y complejos, y que se necesitaba, por lo tanto, estudiar y meditar mucho para conocerlos a fondo, y penetrarse • bien de las medidas que en uno u otro sentido pueden adoptarse; que por lo obscuro que son se prestan a pro ducir falsos mirages y alucinaciones que carecen de base"172".

'

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La posición de Santa María frente a las inquietudes de los trabaja dores se reflejaba en la conclusión de la breve alocución que debió pro nunciar para contentar a los manifestantes que esperaban en los alrede dores de su residencia: "Gastad menos y guardad más"1727. La segunda iniciativa de unificación y de centralización de las de mandas populares fue aún más ambiciosa yaque apuntaba a la formación

El evento fue ampliamente representativo del movimiento popular. Sus conclusiones comprendían una vasta gama de aspectos sociales, eco nómicos y reivindicativos, subrayándose la necesidad de unificación del movimiento. Los acuerdos de "sociabilidad" preveían "la celebración de pactos recíprocos y generales entre todas las sociedades que persigan un mismo objeto" y "la publicación de un diario o periódico que sirva de órgano de los obreros, debiendo todas las instituciones contribuir para

su sostenimiento"'731, lo que no era sino la reafirmación y formalización de la política desarrollada desde hacía algunos años por las mutuales y la Sociedad EscuelaRepublicana"'*'2. Las demandas de tipo económico reco gían aquellas levantadas desde siempre por el mundo asociativo popular: protección de la industria nacional y establecimiento de cooperativas, mutuales y cajas de ahorro. La única reivindicación política también lle vaba el sello de la continuidad: la reforma del servicio en la Guardia Na

Sanliago,\a principal y más prestigiosa de las mutuales chilenas. A media

cional sobre bases de estricta igualdad para todos los ciudadanos. La vo luntad de seguir avanzando hacia la unificación de la acción de las aso ciaciones populares se expresaba a través del nombramiento de una di rectiva que funcionaría en Santiago con el encargo de aplicar las conclu siones del Congreso, de permanecer en contacto con todas las institucio nes y con poder de convocar a un nuevo evento cuando lo estimase nece

dos de los años ochenta, "La Unión "ya había recuperado su antigua vita

sario o a solicitud de a lo menos cinco sociedades1™.

de una coordinación permanente de lassociedades obreras yartesanales de todo el país. Su promotor fue la Sociedad de Artesanos "La Unión" de

lidadytenía un papeldestacado en el seno del movimiento de trabajado res organizados. Fuera de su área tradicional -los obreros y artesanos de la capital- sus actividades apuntaban a promover la coordinación nacio nal de las asociaciones populares. En 1884 "La Unión "propuso la idea de organizar un "Congreso Obrero" donde debatir los medios para prote ger los intereses de los trabajadores1728. El proyecto fue bien acogido en el mundo asociativo yla reunión pudo concretarse el 20y21 de septiem

bre de 1885 en los locales de la Sociedad FilarmónicaJosé Miguel Infante de Santiago. Estuvieron presentes delegados de las sociedades de artesanos y obreros de Chillan, Valparaíso, San Fernando, Rancagua, Talca, Anto fagasta, Concepción ySantiago1729. Otras organizaciones, como la mutual de Copiapó, no enviaron delegados, pero dieron a conocer su adhe-

1726 ¡bid. m'ibid.

1728 "Crónica", La Razón, Santiago, 7 de enero de 1885; "El Congreso de Obreros", La Razón, Santiago, 17de enero de 1885; "Congreso de Obreros",La Razón, Santiago, 29 de enero de 1885; "Congreso de Obreros", ElFerrocarril, Santiago, 5 y 21 de febrero y 21 de marzo de 1885; "Bases del próximo Congreso obrero", ElFerrocarril, Santiago, 25 deagosto de 1885.

17'ío "Beiega,ic,s al Congreso Obrero", ElFerrocarril, Santiago, 19 de septiembre de 1885; "Congreso de obreros", ElFerrocarril, Santiago, 24 de septiembre de 1885.

1750 "Congreso...", ElFerrocarril, Santiago, 24 de septiembre de 1885, op. cit. 590

Nuevas organizaciones y formas de coordinación popular hacia fines de la década de 1880

1) La vigencia del mutualismo.

La industrialización, el boom de la economía salitrera y la realización de importantes obras públicas, permitieron el desarrollo y consolidación de núcleos obreros durante los años ochenta. Pero como ya hemos visto, la prosperidad nacional no significó un mejoramiento substancial de las condiciones de vida de los sectores populares. En las ciudades, el hacina miento y la insalubridad de las habitaciones pobres con su secuela de epidemias, enfermedades y de espantosa mortalidad, ponían en el tape te la discusión sobre la "cuestión social". Fuera de una mayor oferta de puestos de trabajo, la condición obrera y popular no había obtenido nin gún beneficio substancial de la fabulosa riqueza fiscal adquirida gracias a la incorporación a la economía nacional de las provincias septentrio17111 "Conclusiones a que arribó el Congreso de Obreros que funcionó en Santiago el 21 de septiembre de este año", La Discusión, Chillan, 17 de diciembre de 1885.

1732 Los aspectos más políticos de este proceso son tratados en el próximo capítulo. "" "Conclusiones...", op. cil. 591

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Estado "asocial": ninguna ley amparaba a los trabajadores y, exceptuan

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do el caso especial de los portuarios, tampoco existían sistemas de pro

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de enfermedad, cesantía ofallecimiento deljefe defamilia. Sólo lafilan

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tección socialde la masalaboriosa. No habíajubilación ni ayudaen caso

Apesar de su precariedad, el mutualismo ofrecía alos trabajadores con mayor capacidad de ahorro -especialmente artesanos yobreros cali

ficados- la posibilidad de enfrentar estas dificultades de mejor manera

que la gran masa desheredada. En caso de enfermedad, las mutuales les

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subsidios adicionales para baños termales o de mar. Muchas otorgaban

monetaria durante varias semanas. Algunas instituciones entregaban

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pensiones vitalicias para los incapacitados por enfermedad ovejez, ycasi

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daya los hijos del compañero que había fallecido.

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avatares de la situación económica del paísy de los asociados: en épocas de estrechez ciertos beneficios (como lossubsidios parabañostermales o

todascobraban cuotasextraordinarias a sussociospara socorrer a la viu

La importancia de laayuda material variaba según las mutuales ylos

de mar) solían ser restringidos o suprimidos; asimismo podían hacerse más draconianas las condiciones para ingresar a la organización o para

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acceder a ciertas prestaciones. Pero tan o más relevante que ese auxilio

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eraeldesarrollo de los lazos desolidaridad entre losasociados: en caso de enfermedad o de fallecimiento la mutual se sentía obligada a ayudar de

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manera personalizada aquienes pasaban por un momento difícil, visitan

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do a los enfermos a sus casas yacompañando a los deudos a los funerales.

4 4

Alos aspectos eminentemente prácticos se sumaban los atractivos del funcionamiento democrático y de la sociabilidad entre personas de intereses yorígenes sociales más o menos similares:

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"La 'Unión de Artesanos de Chillan' -proclamaba

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un mutualista en 1884- te llama, joven obrero; ven a sus

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brazos. Aquíhallarásjefespor ti elegidos yque no te cues tan un centavo, que no están para mandarte, sino para servirte, que no han de tomar tuslágrimas para pagar con

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ellas los regalos de unavida fácil, sin esfuerzo ni nobleza o, miserables, la soberbia de sus crapulosas orgías, más sí

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para enjugar esas lágrimas ydevolverte laesperanza; aquí

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encontrarás ejemplos para tujuventud; aquí hallarás no los frivolos yolvidadizos compañeros delplacer, sino ami

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gos verdaderos porque no te desconocerán en eldolor;

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contrael desprecio delosque teoprimen,aquíencontra rás el cariño de los que dejándote libre, te protegen...

4 4

enfermo, y esto es ¡santo! el mundo lo venera y Dios lo

mente, la desgraciadasuerte de los pobres.

suministraban médicos y medicamentos gratis, y una pequeña ayuda

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mente útil; o bien, ha de servir a la salud de tu hermano

tropía yla caridad de la "gente decente" podían paliar, circunstancial-

4 4

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¡Ea! joven obrero, trae tu óbolo semanal, tu nom bras el depositario, y ese óbolo no se ha de invertir sin tu permiso, no ha de servir al orgullo ni sensualidad de ; nadie; sino a asegurar tu trabajo, que es la fortuna con tra los riesgos de la enfermedad, y esto te es eminente

nales conquistadas a Perú yBolivia. El Estado chileno seguía siendo un

bendice"1734.

El mutualismo conoció una nueva fase de expansión. Surgieron

nuevas sociedades de artesanos, es decir, reagrupaiiiientos de trabajado res sin distinción de oficio, en Talcahuano (1884), Taltal (1884), Iquique

("El Porvenir", 1884 y "La Protectora", 1885),Valdivia (1885), Antofagasta (1885), Talca (1886, en reemplazo de la desaparecidamutual de la déca da anterior), Quillota (1886), Limache (1887), San Bernardo (1889), Iquique ("Internacional", 1889), etcétera.

Como expresión de la diversidad social, política,ideológicaycul tural del mundo popular o para responder a necesidades muy específi cas,se formaron algunas instituciones paralelas a las sociedades de ar

tesanos yaexistentes. En Rancagua se constituyó en 1884 una Sociedad de Obrerosm5. En Santiago, se organizó en 1886, bajo el liderazgo de Lorenzo Morales e Hipólito Acevedo, la Asamblea de Obreros eIndustria les, que ponía igual énfasis en las actividades mutualistas y de educa

ción popular, logrando establecer con el apoyo del gobierno varias es cuelas nocturnas en barrios populares1736. En Iquique, el surgimiento de laSociedad deArtesanos "La Protectora"en 1885, fue el fruto de la posi

ción crítica adoptada por una fracción de los socios de la mutual "El Porvenir", creada el año precedente, frente a la instrumentalización política de la organización por parte de dirigentes de extracción social acomodada. Y a esta motivación se agregó un deseo de afirmación -al

,7M [Isaías Francisco Ramírez], Elobrero y la Unión de artesanos de Chillón, Conferencia dada en lareunión jeneral del 6 de enero de 1884 de aquella sociedad, por elsocio honorario señor Isaías Francisco Ramírez (Chillan, Imprenta de "El Telégrafo", 1884), pág. 7.

1735 "Crónica",LaRazón, Santiago, 23 de agosto de 1884; Estatutos de la Sociedad de

Obreros de Rancagua. Fundada el 3 de agosto de ¡884 (Rancagua, Imprenta de "El Fénix", 1884).

1756 "Asamblea de Artesanos c Industriales", El Ferrocarril, Santiago, 30 de diciem

bre de 1886 y5 dejulio de 1887; "Los colejios nocturnos", ElGulenberg, Santiago, 30 de

julio de 1887; "Inauguración de una escuela", El Ferrocarril, Santiago, 18 de agosto de 1887; "Programa delaAsamblea deArtesanos e Industriales" y"Memoria queel presiden te de la comisión directiva de la Asamblea de Artesanos c Industriales presenta a lajunta

Jeneral", La Asamblea, Santiago, 27deagosto de 1887; "Escuela Fermín Vivaceta", El Ferro carril, Santiago, 8 de noviembre de 1887; Reglamento interior para las escuelas nocturnas de la Asamblea de Artesanos eIndustriales (Santiago, Imprenta Victoria, 1888);"Asambleade Ar tesanos c Industriales", El Ferrocarril, Santiago, 2 de mayo de 1889. 593

592

menos verbal- de su identidad artesanal'737. En Quillota, un grupo de militantes del Partido Democrático escindidos de la Sociedad de Artesanos,

dada en Lota en 1890, proclamaban su voluntad integradora de personas provenientes de distintos sectores sociales, declarando con orgullo que

formaron en 1890 la Sociedad deArtesanosJuan Agustín Cornejo, en abier

en su seno se encontraban "desde el honrado obrero hasta el más acau

ta rivalidad con la institución anterior1738.

dalado y honrado vecino, sin distinción de nacionalidad"1743. El pluriclasismo mutualista no era un fenómeno nuevo. En las anti

También se constituyeron mutuales como laSociedad Unión Fraternal

(San Fernando, 1885)1739, la Sociedad Protectora deInválidos (Valparaíso, 1885)17-"' y la Sociedad de Socorros Mutuos "Manuel Blanco Encalada "(Valpa

raíso, 1890) que, aunque no se autodefinían como entidadejs exclusiva mente populares, estaban, de hecho, compuestas por personas de baja extracción social, con características muy similares a las sociedades de artesanos17-".

Haciendo más complejo el panorama de la mutualidad, algunas de las organizaciones que reivindicaban a través de sus nombres y discursos una identidad obrera y artesanal, no siempre respondían a su aparente sello popular. Ese parece haber sido el caso de varias instituciones, espe cialmente algunas surgidas en Tarapacá durante los años ochenta, como

1a Sociedad deArtesanos y Socorros Mutuos "El Porvenir" deIquique y la Sociedad deArtesanos "La Protectora" de la misma ciudad, en las que el protagonismo principal recayó en comerciantes, empresarios, empleados públicos e in telectuales, reflejando el estado de "indigencia" en que se encontraba el movimiento popular en la región hasta fines de los años ochenta1742. Otras organizaciones, como una sociedad de socorros mutuos fun-

guas sociedades de socorros mutuos se venía produciendo un proceso de creciente diversificación de su base social. El componente obrero y arte sanal tendía a disminuir a medida que ingresaban personas provenien tes de otros segmentos sociales, en particular empleados, profesionales y comerciantes. Un estudio sobre la Sociedad de Artesanos de La Serena nos

revela que si en la etapa inicial, desde 1861 a 1869,1a totalidad de los cien to ocho socios inscritos podía ser calificada como artesanos; durante

1870-1879, de los doscientos ochenta y un matriculados sólo 67,5% per tenecían a esta categoría y el 35,5% restante eran profesionales y comer ciantes. Durante la década 1880-1889 de 599 socios ingresados, los "cue llos blancos" (comerciantes, empleados particulares, rentistas e indus triales) eran el 49,8%; y los artesanos (incluyendo entre ellos a los agri cultores) el 50,2%. La tendencia se acentuaría durante la última década del siglo, siendo los "cuellos blancos" el 55% del lotal de los asociados y los artesanos o trabajadores manuales el 45% restante17". Aun sin contar con estudios cuantitativos sobre el resto de las sociedades de artesanos,

todo parece indicar que, en grandes líneas, una tendencia similar se manifestó en otros casos.

17,7 Pinto, "En el camino...", op. cil., pág. 91 y siguientes. I7'" "Socios espulsados", La Sociedad, Quillota, 8 de junio de 1890; "La Sociedad de Artesanos Juan Agustín Cornejo", La Sociedad, Quillota, 22 de junio de 1890; "Sesión bo rrascosa en la Sociedad de Zamara", La Sociedad, Quillota, 6 y 13 de julio de 1890.

17311 Segúnsus estatutos, la Sociedad Unión Fraternal estabacompuesta"esencialmente de artesanos, de individuos que trabajen en algún arte u oficio, o que dirigían obras de construcción, fábricas, talleres, tiendas, casas de labor, etc.". Estatutos de la Sociedad Unión

Fraternalfundada el 1"deenero de ¡885 (San Fernando, Imprenta de "La Juventud"), pág. 1.

i74o pertenecían a esta institución los miembros del Cuerpo de Inválidosy las perso nas que hubiesen servido en el Ejército o en la Guardia Nacional, especialmente durante la Guerra del Pacífico. "Las sociedades de obreros de Valparaíso", El Gulenberg, Santiago, 29 de enero de 1887.

1711 La Sociedad Manuel Blanco Encalada admitía a "toda clase de personas en la ex tensión de la palabra" y rechazaba en su seno las "distinciones de clases, cuestiones polí ticas o religiosas". A.S.S.M.M.B.E.V., Libro ¡ de la Sociedad de Sociedad de Socorros Mutuos

Pero la mayoría de las nuevas mutuales eran organismos que re unían a trabajadores de un mismo oficio o sector de producción, refle jando el proceso de creciente industrialización, especialización y división del trabajo: Centro de Tapiceros deSantiago (1885); SociedaddeSastres de Val paraíso (1885); Sociedad Federico Stuven (Valparaíso, 1886), que reunía a trabajadores de la metalurgia (mecánicos, torneros, caldereros, fundido res, cobreros, plomeros); Sociedad "Benjamín Vicuña Mackenna" de Cigarre ros de Santiago (1886); SociedaddeZapateros de Valparaíso "Benjamín Vicuña Mackenna" (1886); Sociedad Fraternal de Pintores de de Valparaíso (1886); Sociedad dePintores "MiguelÁngel"deSantiago (1886); Unión deMozos(San tiago, 1887); Sociedad deObreros Panificadores deIquique (1887); Sociedad de Empleados de Comercio deSantiago (1887); Sociedad Gremio deFleteros de Val paraíso "Santa Rosa de Colmo" (1888); Sociedad Marítima deSocorros Mutuos de Valparaíso (1888); SociedadTipográfica deIquique (1889); SociedaddePro-

Manuel Blanco Encalada, "Acta de fundación de la Sociedad de Socorros Mutuos Manuel

Blanco Encalada", Valparaíso, abril 5 de 1890, f. 1.

1712 Pinto, "En el camino...", op. cit., págs.85-96. Según el estudio realizado por este autor, la fragilidad de las organizaciones populares tarapaqueñas se manifestaba en la efímera duración de la mayoría de ellas, el corto número de sus integrantes, su falta de irradiación espacial (limitadas a la ciudad de Iquique) y el evidente protagonismo de ele mentos de las clases acomodadas en su seno. Tampoco fueron capaces de diversificarse durante esa década hacia ámbitos como la educación y recreación popular, el cooperati vismo y demás prácticas asociativas que se desarrollaban en otras partes del país. 594

,7" El Lautaro, Coronel, 3 de abril de 1890. Citado en Figucroa y Sandoval, op. cit., pág. 93.

17H Carlos Rarahona Morgado, Ángel Hernández Núñez yjuan Páez Páez,Integración de los grupos intermedios: la Sociedad deArtesanosde La Serena 1862-1900, seminario para optar al título de profesor de Estado en Historia y Geografía (La Serena, Universidad de La Sere

na, Facultad de Humanidades, Departamento de Ciencias Sociales, 1987), págs. 70 y 71. 59Í5

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lección Mutua de Maquinistas yFogoneros (Santiago, 1889);Sociedad de Socó nosMutuos de Empleados de Vapores (Valparaíso, 1889); Sociedad de Emplea

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dosde Comercio de Talca (1889); Sociedad de Cocheros de Carruajes delServicio

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mas de sociabilidad de los trabajadores para ponerlas al servicio de su

estrategia de dominación. Pero el surgimiento de esta variante era indi cio del poder de convocatoria de la mutualidad y de la creciente preocu

pación de algunos industriales por la "cuestión social"1748.

Público "La Igualdad" (Santiago, 1890); Sociedad de Artesanos "Antonio Cos ta" (Valparaíso, 1890), que congregaba a trabajadores metalúrgicos de industriasde propiedad de capitalistas privados; Sociedad de Socorros Mu tuos y de Ahorro de Albañiles, Estucadores y Canteros "El Porvenir" (Santiago,

El Estado tampoco ignoró las ventajas que podía brindar el mutua lismo para sus propios servidores. En 1889,durante la administración del presidente Balmaceda, se fundó por iniciativa gubernamental, laSociedad

1890); Sociedad de Ahorro y de Socorros Mutuos de Tipógrafos de Concepción (1890);Sociedad de Talabarteros de Valparaíso (1890), etcétera1745. Las mutuales que reunían a trabajadores de un mismo oficio o rama

cionarios fiscales de ambos sexos, incluyendo al personal de los Ferroca rriles del Estado, del ejército y de la marina. El desarrollo de la institu

deProlección Mutua deEmpleados Públicos de Chile, abierta a todos los fun

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posiciones estatutarias prohibían a los dueñosde lafundición sersocios

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de la asociación y, por lo tanto, no eran elegibles para cargo directivoal guno, estaban facultados para asistir a susjuntas directivas y generales

ción fue vertiginoso: al cumplir un año de vida ya contaba con 1.021 so cios distribuidos entre Tacna y Chiloé. Sus características correspondían al modelo de organización mutualista burocrática: al patrocinio estatal se sumaba un funcionamiento parecido al de una sociedad comercial, con un gerente encargado de ejercer las labores directivas cotidianas entre dos reuniones del consejo directivo. LaSociedad deProlección Mutua deEmpleados Públicos deChileno poseía los rasgos del movimiento mutua lista democrático, pues carecía completamente de las funciones de socia bilidad. Su gestión era de tipo gerencial, no existiendo otros lazos de unión entre los asociados que los establecidos por el pago de cuotas y el goce común de beneficios. Esta iniciativa no se inspiraba en el proyecto de "regeneración del pueblo" del movimiento mutualista laico y demo crático sino en la preocupación del Estado por paliar algunos problemas sociales de sus funcionarios, apoyándose en algunos de los principios y prácticas de la mutualidad1749. Yde manera más general, el interés por el socorro mutuo demostra do por empresarios, políticos yfilántropos de las clases dirigentes, cuan do no era la simple hoja de parra de un plan de instrumentalización polí tica, respondía a una estrategia de integración controlada y de ilustración del pueblo como una forma de prevenir desbordes sociales. Así se desa rrolló con mayor fuerza que en la década anterior, el "mutualismo asisten-

con derecho a voz. En caso de divergencia entre algún socio y el directo rio de la sociedad de socorros mutuos, los patrones actuaban como arbi tros, siendo su fallo inapelable1747. La aparición de este tipo de mutuales no era el resultado del desarrollo del movimiento popular, sino de la uti

m*Recordemos que hacia 1856 un par de industriales de la curtiembre habían in tentado organizar en Santiago una sociedad de socorros mutuos "apatronada" entre sus

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dela producción mantuvieron estacaracterística sinmayores alteraciones durante el período estudiado, aunque en algunos casos las normas pre veían cierta flexibilidad para permitir a un pequeño número de personas

extrañas al gremio. En algunas instituciones las exigencias de solvencia económica se vieron reforzadas, acentuando el carácter elitista del mutua

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lismo respecto de la gran masa trabajadora. La Sociedad Tipográfica de Val paraíso, porejemplo, exigía aquienes desearan incorporarse un ingreso de

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"a lo menos treinta pesos mensuales"17'16. Pero más relevante que ciertas

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tendencias a la elitización de la mutualidad, fue su adopción por nuevos y variados sectores sociales. La diversidad fue una de las característeas más

significativas delmutualismo a partirde la décadade los ochenta. Por ello, también deberían ser consideradas en esta expansión del

mutualismo algunas entidadesapoyadas yfinanciadas parcialmente por los propios empresarios, como la Sociedad de Socorros Mutuos de laFundi ción "Libertad" (Santiago, 1889). Esta mutual -que reunía a la totalidad de losobreros yempleados del establecimiento de losseñores Stricklery Kupfer- era una expresión del paternalismo patronal que comenzaba a echar raíces más sólidas al alero del desarrollo industrial. Si bien las dis

lización por parte de losempresarios de laspropiasorganizaciones yfor-

bado por la Sub-comisión delDirectorio (Santiago, Imprenta de Los Debates, 1889); Estatutos

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trabajadores. Véase capítulo IX. m9Estatuiosdela Sociedad Prolección Mutua deEmpleados PúblicosdeChile. Proyecto apro de la Sociedad Prolección Mutua deEmpleados Públicosde Chile. Aprobados por el directorio nom

1740 ycr |os cstatutos de sociedades consignados en la bibliografía de este libro.

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