Casa Tomada Es Un Cuento Del Escritor Argentino Julio Cortázar [PDF]

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Zitiervorschau

Casa tomada es un cuento del escritor argentino Julio Cortázar. Aparecido por primera vez en 1946 en la revista publicada por Jorge Luis Borges, fue recogido en el volumen Bestiario, de 1951. El cuento —un ejemplo temprano de las narraciones fantásticas cortazarianas— comienza de manera realista e introduce paulatinamente un ambiente de distorsión de las leyes naturales. Además es quizá el cuento de Cortázar que mayor cantidad de estudios ha generado. Entre los recursos que se harían habituales en el cuento de Cortázar se cuentan el uso de signos gráficos (en este caso, paréntesis) como reflejo de la censura. Cortázar se basó en una casa de la ciudad de Chivilcoy, todavía en pie sobre las calles Suipacha y Necochea. Argumento del cuento En la narración de uno de los protagonistas (narrador intradiegético) se nos cuenta la historia de dos hermanos(Irene y el narrador) que siempre han permanecido juntos en una casa colonial muy antigua, a la cual han dedicado su vida para mantenerla y cuidarla. Ninguno de los dos se ha casado bajo el pretexto de cuidar la casa y les asquea la idea de que un día, cuando ellos mueran, primos lejanos la vendan para enriquecerse. Después de una detallada descripción de la casa y de las meticulosas costumbres de sus habitantes, encontramos el nudo: a causa de unos extraños ruidos (susurros, el volcar de una silla...), estos dos hermanos tienen que ir abandonando partes de la casa que son tomadas por los intrusos. Las incursiones de éstos acaban por tomar toda la casa y los hermanos tienen que irse, tirando la llave por la alcantarilla para que ningún desafortunado ladrón entrase y se encontrase con la casa tomada. En ningún momento del cuento el autor deja claro de qué naturaleza son estos intrusos. De todos modos es sorprendente con que facilidad y resignación los dos hermanos abandonan la casa, su casa, la que los ha mantenido unidos y a la que han dedicado tanto tiempo, sin siquiera intentar luchar. Resumen El cuento de La casa tomada narra cómo dos hermanos son expulsados de su propia casa familiar a causa de “algo” que se va apoderando de ella, desplazándolos poco a poco a lo largo de las habitaciones de la casa, hasta la calle. El protagonista y su hermana Irene (la coadyuvante de la historia) se resisten a abandonarla, lamentando tan sólo las pérdidas que les ocasiona ese “algo” cada vez que toma una parte de la casa. Pero, cuando ésta es tomada completamente, no tienen más remedio que dejarla, llevándose únicamente consigo un reloj y la llave de la casa, de la cual se deshacen tirándola por la cloaca.

Al personaje principal, al igual que a su hermana, le gusta la casa por ser espaciosa y antigua y, además, por guardar los recuerdos de su familia. Él es un hombre culto, amante de la literatura francesa. Ella una mujer tranquila y sencilla a la que le gusta pasar el día tejiendo. Ambos viven la situación como si nada estuviera pasando, no se sienten asustados, se toman la apropiación de la casa por lo desconocido como algo normal e irremediable. Viven solos, tan sólo acompañados por lo que se apodera de casa. Realizan las tareas de limpieza juntos, cooperando por igual. No trabajan, el dinero les llega de los campos que, posiblemente, poseen y explotan sus trabajadores. En vez de hermanos, su relación parece más bien la de una pareja bien avenida. Los dos se caracterizan por no evolucionar en carácter a lo largo de la obra. Siempre se comportan igual, siguiendo la rutina del día a día, como ajenos a la situación que están viviendo. La casa está ubicada en Argentina, por lo tanto la acción transcurre en ese país, pero esto no aporta ningún significado a la obra. Las indicaciones espaciales son mínimas, sólo se conoce el país por lo que comenta el protagonista en algunas ocasiones, lo único que importa de que la acción ocurra en Argentina es que, a causa de esto, el protagonista no puede comprar novedades en literatura francesa, que tanto le gusta, porque desde 1939 no llega nada valioso. Esta fecha es también la única que nos sitúa un poco en el tiempo histórico. A lo largo de “Casa Tomada”, Irene y el narrador se encuentran amenazados por un murmullo externo y en vez de enfrentar este conflicto, se repliegan cada vez más hasta finalmente quedar fuera. Esta acción de repliegue restringe la rutina que poseían originalmente los personajes. Viendo esto desde un aspecto sociológico de la época del peronismo según Luis Alberto Romero, uno ve que el fragmento hace alusión a la relación de la sociedad normalizada con el aluvión zoológico que irrumpía un orden desde ya instalado. “Casa Tomada” cumple el protocolo típico de un cuento neo fantástico de Cortázar ya que hay un elemento externo, no necesariamente sobrenatural, que distorsiona un orden preestablecido. En cuanto al tiempo narrativo, la acción que narra transcurre en más tiempo del que aparenta, tan sólo cuenta los hechos más importantes, es decir, el avance en la posesión de la casa, y, también, la descripción de ésta y de su hermana. El tiempo es lineal ya que sigue un orden cronológico. Interpretaciones del cuento En más de una oportunidad, se ha hecho una interpretación del cuento en la que se indica que el mismo es una alegoría antiperonista. La casa tomada no sería otra cosa más que la Argentina tradicional que debe ir retrocediendo bajo la avanzada del peronismo y la participación en la vida política de sectores, hasta entonces, marginados de esa actividad. Esta visión de esta obra cortazariana ha significado una verdadera

anatemización del autor por parte de la cultura oficial peronista, que durante años lo calificó de gorila (término con el que se designaba a los opositores al gobierno de Perón). Personajes Narrador Tiene 40 años y vive en una casa vieja con su hermana Irene, ellos han vivido en esa casa desde su infancia y se ayudan con la limpieza y mantenimiento de la misma. Él es un buen hombre e intenta ayudar a su hermana con todo lo que puede. Irene Hermana del narrador. El narrador la describe como "nacida para no molestar" ya que es callada y buena trabajando. Ella tuvo dos oportunidades de casarse pero rechazó a ambos pretendientes. María Esther Este personaje es el fallecido amor del narrador, ésta muere antes del matrimonio. La casa La casa es uno de los personajes principales del cuento, ya que tiene la facultad de guardar recuerdos. Además, en el cuento se hace referencia a la casa como "ella", cuando dice que "era ella la que no nos dejó casarnos." La toma de la casa define a los personajes, Irene y el narrador, pero también define a la casa en sí. Secuencia de acciones El narrador nos cuenta acerca de la historia de la casa y de su rutina para mantenerla. Nos habla de su hermana Irene y del rechazo a los 2 pretendientes de ella. Nos dice que la casa es más valiosa por materiales y terreno que por la casa en sí, también que en el caso de su muerte sus primos la heredarían. Describe a Irene y nos habla de su pasatiempo favorito, tejer. El dice que ella es muy buena tejiendo y que le gustan mucho sus tejidos. El habla de su gusto por la literatura francesa y que últimamente le ha sido muy difícil encontrar ésta en las librerías que frecuenta. El narrador habla de que no les hace falta trabajar ya que ellos son dueños de un negocio que es manejado por otras personas en el campo. Nos habla del aspecto físico de la casa y de cómo está distribuida. El dice que ellos permanecen en una sección específica de la casa y el único momento cuando la abandonan es para limpiar el resto. Por primera vez se escucha un ruido en una de las secciones de la casa. El sonido fue descrito como un murmullo sordo. El narrador cierra la puerta de donde el escucha el murmullo y después se dirige a la cocina para avisarle a su hermana que ha tomado el fondo

de la casa. Irene queda en shock, ellos deciden vivir en este lado de la casa, esto los fuerza a aceptar la pérdida de varios objetos que aún querían. Ya que tenían que limpiar menos ellos tenían más tiempo libre, el narrador mataba tiempo viendo la vieja colección de estampillas de su padre. De día cuando estaban cerca del cuarto donde estaba el ente desconocido ellos intentaban impedir que hubiera silencio y así ignorar más fácilmente la situación. En la cocina se escucha un aumento en la frecuencia en la que oyen los ruidos y en qué tan fuerte el sonido se presentaba. Se quedaron escuchando los ruidos de su lado de la casa hasta que narrador toma a Irene y la lleva a la puerta principal. Los ruidos se oían más fuertes ya que otra parte de la casa había sido tomada. El narrador agarra a su hermana y la lleva hacia afuera, cierra la puerta de la casa con llave y después bota la llave a la alcantarilla. Espacios físicos La casa Está situada en Buenos Aires, Argentina. Es una casa muy vieja donde los personajes han vivido su infancia. Es una casa muy grande y espaciosa, pero el terreno donde se encuentra tiene un valor mayor al de la casa en sí. La casa representa una locura de la protagonista. Simbolismos decisivos Puerta de roble Es un simbolismo de lo impenetrable y de encarcelamiento. Los personajes cierran la puerta y se excluyen a sí mismos de una sección de su propia casa. El ente del cual se están protegiendo pronto los hace prisioneros ya que su presencia les impide ir a la parte "tomada". Se la describe hasta seis veces durante el relato.

Tejido Éste es un inter-texto de la Odisea, Penélope tejía y destejía el mismo manto una y otra vez como señal de espera ya que el parar esto significaría la rendición o perder la esperanza. Interpretación de simbolismos clave

Tejido Irene lo hace para entretenerse casi todo el día y al final de la historia al tirarlo, renuncia ese entretenimiento que ha pasado haciendo todo este tiempo, lo deja atrás, abandonando todas sus manualidades hechas que le gustaba hacer y que a su hermano le fascinaba ver y apreciar.

Llave Ésta representa la liberación del narrador ya que dejen al ente adentro de la casa sin posibilidad de salir. Ésta también se puede ver como instrumento de castigo hacia el ente desconocido. Resumen: Ente los numerosos estudios realizados hasta hoy sobre el cuento “Casta tomada” de Julio Cortázar, hacen falta análisis con enfoques diferentes y que no pretendan interpretar alegórica ni simbólicamente el cuento, ni que busquen clasificarlo dentro de alguna corriente. El presente ensayo plantea, desde un enfoque diferente, una nueva visión y lectura sobre este cuento. La narratología, especialmente el análisis espacial, es el método que a mi parecer podría renovar muchos estudios literarios. Así, en este artículo se analiza el cuento a partir del espacio como el factor determinante para la configuración narrativa del relato y no como un simple marco en el que se desarrolla la historia. En las conclusiones, ofrezco una propuesta acerca del alcance de este estudio, a partir del método y el objeto de estudio, que pudiera arrojar nuevas lecturas sobre gran parte de la cuentística cortazariana. Pero se advierte desde un principio, que la interpretación del cuento no pretende ser unívoca, pero abre nuevas perspectivas sobre este cuento tan estudiado. Palabras clave: Análisis Narratológico, Julio Cortázar, “Casa tomada” , literatura argentina

La casa nos ayuda a decir: seré un habitante del mundo, a pesar del mundo. Gaston Bachelard

“Casa tomada” de Julio Cortázar, es quizá el cuento que ha motivado más estudios dentro de los más de doscientos relatos que componen su obra cuentística. Y no es para menos, pues este relato que inaugura su obra cuentística, nos adentra en ese mundo sin fronteras, en una realidad más abierta y plena, que, por lo mismo, choca contra nuestra concepción racionalista del mundo. Así, en este cuento estamos ante una constante de la poética cortazariana: inquietar esa limitante necesidad del hombre de buscarle a todo una explicación racional. La anécdota del cuento se resume diciendo que una pareja de hermanos que viven sin preocupación alguna en la casa heredada por sus antepasados, son forzados a vivir en la mitad de la casa primero, y después son expulsados totalmente, por una presencia intrusa que se traduce en “un sonido impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación” (109). Muchos de los textos dedicados al análisis de este cuento han tenido como objetivo interpretarlo alegórica y simbólicamente. Hay quien ve a “Casa tomada” como “una alegoría al peronismo, al aislamiento de Latinoamérica después de la segunda guerra mundial . . . una recreación del mito del minotauro . . .” (Alazraki 1994: 72). Hay, por increíble que parezca, una interpretación del cuento como “una alusión excremental o fetal” (Ramond: 97). Inclusive se ha visto en el cuento una alegoría al pasaje bíblico de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso. Inclusive, desde la teoría de la recepción se ha visto al lector y su actividad como esa “desconocida fuerza que expulsa a los hermanos, invasión que no puede repetirse sino cada vez que se lee el texto, puede vislumbrarse como la apropiación de ese espacio por parte de cada lectura […]” (Moreno: 72). Sin embargo, la mayoría de las interpretaciones se han centrado en describir, y hasta cierto grado, fundamentar, una relación incestuosa existente entre los hermanos que protagonizan el relato. Estas interpretaciones han cobrado mucha fuerza recientemente, al grado de llegar a considerar al incesto como lo único que realmente hay detrás del cuento. Sin embargo, estos análisis, a pesar de no salirse del texto analizado, se han desviado del fin literario, de lo cual puede ser una muestra el método psicoanalítico que emplean estos críticos al momento de interpretar la obra. Este tipo de estudios, aunque importantes, no alcanzan a aprehender el texto como dicen

hacerlo, no por el objeto en sí (el cual me parece válido y hasta necesario para una visión más amplia y profunda de la obra) sino por las pretensiones que tiene semejantes análisis, al considerar al incesto no como un elemento de la estructura del cuento, sino como el fin mismo que esconde dicha estructura. La otra vertiente que han tomado los estudios de la obra, ha sido la pretensión de encasillarlo dentro de un tipo específico de literatura. Casi todos coinciden en clasificarlo dentro de la categoría de cuento fantástico, salvo Seymour Menton, quien más bien lo considera un cuento perteneciente a la corriente del realismo mágico pues “consiste en la visión mágica de la realidad cotidiana, la cual proviene de la aceptación sin emoción de un acontecimiento extraordinario o inverosímil” (2002: 783). Como refería anteriormente, la mayoría considera a este cuento como parte de la literatura fantástica. Es por ello, que las referencias a la obra de Todorov sobre literatura fantástica, abundan entre los estudios del cuento. No obstante, a mi ver, este tipo de estudios, aunque útiles, no se atreven a enfrentar al texto, a penetrarlo, se quedan contemplando la cáscara y acomodan al cuento en un estante, sin saborearlo. De igual forma, otros estudios como el de Alberto Paredes, acerca de la figura del narrador en los cuentos de Cortázar; el análisis comparativo entre “Casa tomada” y “La caída de la casa Usher” de E. A. Poe de María Luisa Rosenblat, y aquel de Michéle Ramond (ya referido anteriormente) que no sólo se enfoca en la interpretación sino en el análisis espacial de la casa, nos ofrecen elementos, que, si bien son particulares y aislados, ayudan a ampliar la comprensión de este texto, al menos, en la medida en la que él mismo nos lo permite. Creo que, además de las razones ya mencionadas sobre la abundancia de estudios del texto, la misma estructura del texto permite la cantidad de interpretaciones (por exageradas que puedan parecernos) que se han hecho. Me refiero a que, a pesar de ser una estructura cerrada, que tiene un fin, los elementos que quedan irónicamente indefinidos dentro de esta estructura, permiten su apertura a tan múltiples lecturas como las ha habido.

Y aquí cabría preguntarnos, ¿por qué analizar “Casa tomada”? Caben dos respuestas. La primera, por ser este un cuento modelo en la cuentística cortazariana, como bien señala José Miguel Oviedo: “. . . es un texto que nos permite entender cómo funciona el mundo cortazariano. . . en su cualidad enigmática (que nos niega una explicación unívoca de los hechos) se manifiesta a través de un lenguaje de . . . naturalidad . . . sin estridencias ni efectos mecánicos” (164) . O como menciona Fernando Moreno: “ ‘Casa Tomada’ no hace sino exponer . . . un principio fundamental de la narrativa cortazariana: El relato hecho de algo no dicho pero del cual, a pesar de todo y necesariamente, se habla” (72). La otra respuesta, corresponde a que, a pesar de la gran cantidad de estudios realizados sobre este cuento, hay todavía una ausencia de análisis estructurales de esta obra. Pero ante todo lo que se ha dicho, ¿qué queda por decirse que valga la pena ser dicho, y que complete las lecturas del texto? Porque el crítico corre el riesgo de perder de vista la literatura ante el mar de estudios de la obra, olvidando que la única tabla que lo puede salvar de ahogarse es la obra literaria. Así pues, sobre “Casa tomada” falta decir cómo es que opera este relato en su forma de texto narrativo. Es decir, hay que analizar lo que se cuenta y la forma en la que se cuenta. Y a partir de los elementos narrativos, creo que es el espacio del relato el que determina al cuento. Es decir, el espacio determina al texto, lo incluye e influye en él. Es pues, a mi parecer, el espacio, esa casa que resulta tomada, el elemento alrededor del cual se configura la narración. Para estos fines, el método que emplearé es el narratológico, ya que a mi parecer es, a diferencia del estructuralismo y del método sociológico, el único que considera a la obra como producto del lenguaje encaminado a decir algo del mundo, esa referencia presente en todo texto literario. Del mismo modo, ante la abundante cantidad de interpretaciones limitadamente simbólicas y alegóricas, hace falta una interpretación que siga estos mismos rumbos. Y el método hermenéutico va ligado a la narratología en la medida en que, como afirma Ricoeur, “lo que se apropia de un texto. . . no es otra cosa que el poder de revelar un mundo que constituye la referencia del texto. . . es el proceso por el cual la

revelación de nuevos modos de ser da al sujeto una nueva capacidad para conocerse a sí mismo” (99-106). Así pues, entremos a la casa-texto para ver qué nos dice del mundo.

El mundo en la casa, la casa en el mundo. La casa es a la vez lugar de salida y de llegada. Pero ante todo es lugar de estancia. Incluso estando fuera de ella, cuando pensamos en la casa, nos pensamos en ella. Y el espacio del relato, es la casa. Y habrá que analizar entonces cómo es esa casa según nuestro método, pues la descripción es “el lugar de convergencia de los valores temáticos y simbólicos de un texto narrativo” (Pimentel 2008: 41), cabría pues partir de analizar el mundo de la casa, para conocer el lugar de la casa en el mundo. ¿Cómo es la casa del relato? En un principio se nos presenta como cualquier casa, que nos gusta por los recuerdos que hay en ella. Y encontramos algunos adjetivos que particularizan la casa: espaciosa, antigua, profunda y silenciosa. Llama la atención que estos adjetivos parecen complementarse, dando la sensación de un espacio total, pleno, y principalmente, cerrado. Porque sólo hay silencio en un lugar limitado, lleno de espacios que dan un efecto de profundidad. Pero la casa, aun estando cerrada, está viva. Es un espacio dinámico, que ejerce su influencia claramente sobre quienes la habitan; así el narrador nos dice: “A veces llegamos a pensar que era ella la que no nos dejó casarnos” (107). Aunque nuestras acciones recaigan sobre el espacio (como la limpieza de la casa por parte de los hermanos) es el mismo espacio el que reclama esas acciones. Como en la vida, el espacio de este cuento condiciona a los personajes, limita su libertad a cambio de darles seguridad. Cuando se habla de un espacio, este adquiere su ser a partir de lo que hay en él, de sus elementos. Así, el narrador nos describe la disposición de la casa: El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el

living central al cual comuni caban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán,abría el cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte más retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y más allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y el baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresión de. . . apenas para moverse. . . es increíble cómo se junta tierra en los muebles. Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a o-tra cosa. Hay demasiada tierra en el aire. . . se palpa el polvo en los mármoles. . . da trabajo sacarlo bien con plumero y. . . se deposita de nuevo en los muebles y los pianos. (108) Este párrafo que concentra la descripción de toda la casa y de su ubicación en el mundo es digno de un análisis minucioso. Hay que notar la organización o jerarquización de la descripción. Se inicia con la parte retirada de la casa, la que no habitan los personajes y no hay mayor detalle en su presentación, se nos hace saber que ahí está, y nada más. Pero esta parte está conectada mediante un pasillo con la parte habitada, en la que realmente se desarrolla el devenir de los personajes. Si comparamos los elementos de ambas partes de la casa, podemos darnos cuenta de que aquella parte alejada, se compone de habitaciones que no son necesarias dentro de una casa, y en cambio en la parte que ellos habitan encontramos la cocina, el baño, y los respectivos dormitorios, más necesarios que el comedor, la biblioteca y los dormitorios sobrantes. Y esto se hace patente cuando el narrador nos dice que cuando uno entra, llega a la parte habitada, describiendo la posición de la puerta con respecto a los dormitorios, el living, el pasillo que puede dar a la otra parte, y terminar nuevamente en la parte habitable de la cocina y el baño.

Hay que notar también el concepto “living central” pues ubica este espacio como el centro de la casa, reforzado por el (en apariencia) sustantivo living que además de designar a la sala, a mi parecer apela a su significado en inglés: viviendo; que es un verboide, apelando así al centro del dinamismo de la casa. Así pues, encontramos una jerarquía de importancia de los espacios dentro de la casa. Enseguida, hay que notar lo que ya se venía diciendo sobre la limitación de la libertad que la casa implica; pues nos dice el descriptor que cuando la puerta se abre, el espacio aumenta, la libertad crece, pero a pesar de tal apertura, no se sale de la seguridad de la casa. Y hay que recalcar la importancia de esto, pues, aparentemente, Cortázar se mueve bajo la lógica de interioridad = seguridad, hasta que más adelante, la transgrede. Finalmente, en esta descripción espacial hay que notar las referencias ubicables a través de los nombres propios. Aquí encontramos dos: la calle Rodríguez Peña y Buenos Aires. Estos nombres propios tienen una doble funcionalidad, la primera de ellas, hacer parecer que lo que ocurre en el relato se ubique en la realidad, que se oculte la ficcionalidad del suceso. Esto es importantísimo dentro de la poética cortazariana al pretender esa expansión de la realidad, de incluir algo más que racionalidad en nuestra cotidianidad. La otra función tiene que ver con apelar a un referente global que dispara el nombre, en este caso, de Buenos Aires. Y es aquí donde, a mi parecer, podemos ver la posición ideológica del narrador, pues nos dice que Buenos Aires debe su limpieza a sus habitantes, pues “hay demasiada tierra en el aire” (108). Y pienso por esto que podemos entrever una postura ideológica del narrador con respecto a esa ciudad, pues, ante esa mugre que vuela con el aire y que impregna todo, quizá no se trate de tan “buenos aires” a los ojos del narrador. Además hay que notar el sistema descriptivo empleado cuando empieza describiendo la casa y ubicándola posteriormente dentro de la ciudad. Encontramos pues, la ciudad fuera de la casa, y no la casa dentro de la ciudad. Esta importante diferencia radica en que al describir el espacio de esta forma, se refuerza el aislamiento de la casa y de lo que hay dentro de ella

Me gustaría, antes de cerrar este apartado, regresar a la particularidad de la casa del relato. ¿Qué posición ocupa la casa del cuento, con respecto a la “mitología” que tenemos de la casa? Aquí tendremos que adelantarnos un poco y considerar dos casas, una antes de la invasión y otra después. La casa es para los hermanos, como para todos, “nuestro rincón del mundo” que contiene “la estabilidad del ser, de un ser que no quiere transcurrir” (Bachelard: 34-38). Es esa línea lógica de interioridad = seguridad. Pero a raíz del desplazamiento espacial que sufren los personajes la casa cambia en el sentido de romper esa lógica de seguridad en el interior, pues el peligro (cualquiera que sea) viene de la misma casa, porque son forzados a salir, para su bien, “pues también es preciso dar un destino exterior al ser de dentro” (41). Vemos así que la toma de la casa rige la significación del cuento: por más seguridad que nos brinde la interioridad, debemos acudir al exterior, aunque sea de manera forzada, involuntaria. Y esta significación ideológica derivada del espacio del relato, determinará al resto de los elementos narrativos, como veremos a continuación.

Tiempo lineal es tiempo fantástico Podemos decir que el orden temporal de “Casa tomada” es de concordancia. Es decir los acontecimientos se nos dan a conocer por el narrador en el mismo orden en el que ocurrieron. Aunque encontramos pausas descriptivas y escasas reflexiones por parte del narrador, nunca se interrumpe el relato para recordar (analepsis) ni para anunciar (prolepsis) acontecimientos temporalmente discordantes con el presente de la enunciación del narrador. Esto quizá se deba a una necesidad del cuento fantástico, según la cual “lo fantástico exige un desarrollo temporal ordinario. Su irrupción altera instantáneamente el presente. . . sólo la alteración momentánea dentro de la regularidad delata lo fantástico” (Cortázar 1973: 114). Quizá el hecho de una frecuencia singulativa (el suceso se narra las mismas veces que ocurre) con respecto a los desplazamientos en la casa, contribuya a dar esa regularidad, una indiferencia hacia lo fantástico para que lo sea.

Pero es en el ritmo de la narración donde encontramos algunos aspectos importantes. El texto está lleno de pausas descriptivas, de la casa, de Irene, de sus escasas actividades. Las verdaderas narraciones las encontramos en la limpieza de la casa, en el tejer de Irene, y principalmente en las invasiones a la casa. Ese constante detener el tiempo de la historia pudiera conllevar algunas posiciones ideológicas. Probablemente el narrador recurre a tantas pausas para revivir el momento, visto desde el futuro, de forma nostálgica. El narrador se regocija en las descripciones, como si volviera a habitar la casa, y evitar la narración que lo llevará inevitablemente a ese momento del despojo. Se trata de pausas que buscan retrasar lo inevitable, de postergar un tiempo que ha de venir, como sucede, de forma paralela, con el continuo tejer de Irene que nos remite a aquella lejana Penélope que tejía para continuar la espera, para no afrontar el tiempo que tenía delante. Así pues, el tiempo del relato, de orden concordante necesariamente, tiende a ser pausado, lento, es confortable para el narrador, los personajes y para el lector. Y es a la vez un elemento sumamente útil para preparar el momento de la invasión de la casa, espacio que, como se mencionó antes, determina el desarrollo de este elemento narrativo.

Los habitantes de la casa, ajenos al mundo El personaje se individualiza a partir de un nombre y en el cuento sólo conocemos uno: Irene. Analicemos primero este personaje para pasar posteriormente al análisis del narrador-protagonista. Lo que conocemos de la individualidad de Irene es que “rechazó a dos pretendientes sin mayor motivo […] era una chica nacida para no molestar a nadie” (107), y que no hacía otra cosa que tejer. Pero este acto de tejer es tan recurrente que se hace indisoluble de la figura de Irene, ya que cada vez que es presentada por su hermano narrador, está tejiendo. ¿Qué hay detrás de ese acto tan rutinario, seguro, y culturalmente ligado a lo femenino? Quizá tenga muchos valores alusivos y simbólicos pero yo percibo que ese acto de tejer es lo único que distingue a Irene de su hermano, en cuanto que figura femenina. Si no se nos dijera que teje,

realmente estaría caracterizada de forma muy similar al narrador protagonista. Es posible que ya en la relación que se establece entre ambos personajes se desprendan más significaciones de ese acto de tejer, pero para ello analicemos ahora a nuestro personaje restante, fijándolo primero en cuanto que personaje y después en su función de narrador. El hermano, cuyo nombre desconocemos, tiene una gran trascendencia en la historia pues es él quien escucha en ambas ocasiones los ruidos que vienen del otro lado y quien empuja a Irene para abandonar la casa tomada. Es él también el único que hasta donde sabemos, sale de la casa para comprarle lana a Irene y para buscar libros. Pero es en su faceta de narrador donde encontramos sus verdaderos valores ideológicos. Primero hay que identificar al narrador: se trata de un “yo” que cumple las funciones de narrar y de participar en lo narrado (un narrador homodiegético en términos narratológicos) que es su propia historia (autodiegético) desde un punto retrospectivo. Podemos ver algunas de sus posturas ideológicas por ejemplo cuando dice: “Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina” (107). Y estas palabras conllevan una postura ideológica que tiene que ver con el espacio en el que se desenvuelve. Llama la atención el hecho de que busque literatura francesa y no argentina o de algún otro país latinoamericano. Quizá se deba a que se trata de un personaje que está de espaldas a la realidad de su país, a su propia realidad, como lo refuerza el aislamiento que vive en la casa, y aquella referencia que hace sobre el polvo en Buenos Aires. Si nuestro narrador sale de su casa, no es para acercarse a su realidad, sino para buscar un nuevo modo de evadirla: leyendo literatura francesa. Posteriormente encontramos otro juicio interesante: “Se puede vivir sin pensar” (110). Y efectivamente, nuestros personajes viven sin pensar, debido a la seguridad que les brinda su interioridad. No conocemos nada de la forma de pensar ni de Irene ni de su hermano, salvo por uno o dos juicios que hace. Así, si el narrador no nos dice nada de la forma de pensar de los personajes, no nos perdemos de nada. Esto nos lleva a una operación narrativa

también con rasgos ideológicos. El narrador altera constantemente entre una focalización interna (de Irene) y una externa (de la casa). El narrador no sabe nada de lo que piensa Irene, solamente observa su continuo tejer. En cuanto a la casa, conoce perfectamente su disposición, y así el narrador oscila constantemente entre descripciones de Irene y de la casa. Tampoco en los escasos diálogos que nos presenta el narrador podemos acceder a la conciencia de ninguno, debido a esa vida que llevan sin pensar. Y aquí podemos entrar al casi matrimonio que se establece entre ambos personajes. Mucho se ha hablado de su relación incestuosa, y aunque mi intención no es problematizar al respecto, creo que aquí podemos resolver algunos problemas que habían quedado sin tejer. Es posible que el narrador enfoque tanto la actividad hiladora de Irene por reconocer en ella a una figura femenina. Basta remitir a la forma en la que ve esa actividad: “mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.” (108). Esa admiración que siente al ver a Irene tejer, no podría venir sino de la feminidad que conlleva ese acto y de que es el único momento en donde podemos ver movimiento, dinámica. Las palabras destreza, yendo, viniendo, agitaban y otras que aparecen cada vez que el narrador enfoca a Irene tejiendo, son los únicos momentos en los que vemos dinamismo, de ahí quizá esa admiración por parte del narrador y ese refugiarse de Irene en el tejido, porque es su único punto de dinamismo, de productividad. Regresemos a lo planteado sobre el incesto. Me parece que si podemos hablar de una relación incestuosa que se da ante la ausencia de esa palabra, “es un deseo sin nombre, o que por lo menos ellos, no se atreven a nombrar” (Pereira: 30), es una especie de iconicidad del incesto, al no hacerlo explícito, al “reprimirlo”. Quizá podamos hablar de un tercer personaje al referirnos a los ruidos que invaden la casa, pero considero conveniente hacerlo en el marco en el que aparecen: la toma de la casa.

Casa tomada, mundo entregado Hemos visto que el relato se rige bajo la lógica de interior = seguridad, la cual se altera de tal modo al escuchar una presencia que invade la casa, que podemos hablar de que tras la toma de la casa, la lógica se modifica: interior = peligro, encontrando aquí la significación del relato. Hay que hacer notar que la invasión es progresiva, al presentarse primero en el espacio sobrante del que ya hablábamos hasta llegar a hacerse presente en la parte central de la casa, donde habitan los hermanos. Tan repetidamente se ha argumentado que aquí se encuentra la inestabilidad del relato, su ambigüedad, su centro, que no queda sino estar de acuerdo. Se ha dicho que la actitud de los personajes ante la invasión de su espacio es lo inquietante del cuento, aún así que no es el único factor, pues el hecho de que aquello que invade el espacio venga de adentro del espacio mismo, de ese espacio tan cerrado y seguro, es sumamente inquietante. Y pienso que esto responde a la excesiva interioridad que hay en esa casa y que se refleja en los personajes. Es como si la casa empujara a sus habitantes para que salgan al verdadero mundo, no al que han edificado a través de la limpieza, tejiendo y leyendo literatura francesa. Así, los ruidos que invaden me parecen una fuerza necesaria, porque le dan a los personajes mayor libertad, como lo demuestra el hecho de que el narrador abrace a Irene en el zaguán, lugar por demás simbólico, donde no se está afuera ni adentro, y cabría preguntarnos: “¿es acaso el mismo ser el que abre la puerta y el que la cierra?”(Bachelard: 263). El final del cuento responde a esta pregunta con un no. Porque una vez afuera, nuestros personajes ya están en el mundo. Y al estar en éste adquieren conciencia. Conciencia material, al preocuparse por lo que trae puesto, por el dinero que ha olvidado; muy importante es también la conciencia temporal que adquieren, y que vemos en esa preocupación por la hora, la mención al reloj, y a que el tejido, esa red que atrapaba al tiempo y lo detenía, ha quedado dentro de la casa. No menos importante es el hecho de que se sensibilizan. Nótese el hecho de que el narrador mira su reloj, se preocupa por el tiempo por primera vez en el relato; además Irene llora y el narrador siente lástima, indicios de una sensibilización hasta el momento ausente en los personajes. Y quizá uno de los mayores símbolos de libertad

lo vemos cuando el narrador rodea con su brazo la cintura de Irene, exteriorizando por fin sus sentimientos. Se trata entonces de una realidad a la que son empujados los personajes, una realidad que es más que un espacio, es un tiempo, es sentir, pensar, preocuparse, algo que no tenían dentro de la casa. Me gustaría mencionar algunos factores gramaticales que influyen en la ambigüedad de esos personajes, que tanta polémica han generado sobre su identidad. Por ejemplo, el hecho de que el narrador se refiere a la fuerza invasora en plural (“han tomado la otra parte”) remite a la pluralidad de identidades que se les pueden adjudicar a los invasores. Pero cualquier esfuerzo por establecer una identidad unívoca de estos personajes es infructífero por la falta de un referente nominal explícito que, sin embargo, conocen los personajes. En la expresión referida encontramos también un sujeto tácito (ellos o ellas han tomado la otra parte) el cual se debe a una intención de esconder al sujeto, por lo que nunca podremos saber quién o qué invade la casa, o como solía decir Cortázar, al menos no en este plano.

El espacio del espacio en la poética de Cortázar Gracias a este análisis nos damos cuenta de la relevancia que ocupa el espacio en este cuento de Cortázar. Porque no es simplemente el marco en el que se desarrolla el relato, es el relato mismo, a partir del cual se configuran todos los elementos narrativos. Y además de su importancia a nivel narrativo el espacio del cuento adquiere importantísimos valores ideológicos. Cortázar nos dice en este cuento que la interioridad, el aislamiento, por más seguridad que nos brinde, no es suficiente para vivir, es necesario salir, adquirir libertad a cambio del riesgo de lo que nos podamos encontrar afuera. Y esto lo logra alterando la seguridad que presupone la estancia en el hogar, se vuelve peligroso estar dentro y la única forma de encontrar nuestro ser es en relación con el exterior, porque uno cambia al abrir la puerta y salir de la casa, nuestro tiempo, aunque no nos alcanza, se hace significante, no nos sobra, pero nos importa. Es afuera donde nos sensibilizamos,

donde el otro se hace necesario, donde tenemos que pensar para vivir y donde adquirimos conciencia. Así pues, la interioridad excesiva hace necesaria la exterioridad. En este cuento el espacio es claramente trascendental. Y es posible que en la cuentística de Cortázar juegue un papel igual de importante que en este relato. Este supuesto lo hago bajo lo que dije anteriormente: la referencia a un espacio concreto le sirve a Cortázar para lograr una de las pretensiones más importantes de su obra, la de hacernos ver que la realidad no es absolutamente racional. El hecho de que sus relatos ocurran en un lugar geográficamente ubicable no es una decisión arbitraria, es para hacernos saber que eso que ocurre en sus cuentos, ocurre en Buenos Aires, en Paris, y puede ocurrir en cualquier lugar del mundo, incluso en el nuestro. Y esto es lo que me resulta inquietante de su obra: que lo fantástico (prefiero llamarle lo irracional) es tan posible como lo real. Que la casa tomada puede ser la mía, la de cada lector; que puedo vomitar conejitos en cualquier ascensor, que puede haber un tigre en mi biblioteca, y que tantas irracionalidades que suceden en sus cuentos, dejan de serlo. Y todo, gracias a que los narradores elaboran una referencia espacial tan concreta en parte de sus relatos. Y es ahí dónde está el virtuosismo de sus cuentos, pues son historias inaprensibles, que siguen vivas porque viven en cada lector al que le han cuestionado su realidad, su concepción del mundo. Porque sus relatos toman el espacio de cada lector atacando su racionalidad y haciendo temblar su estabilidad. Pero por negativo que esto pueda parecer, tiene una gran ventaja que le agradecemos a Julio sus lectores: ha hecho de nuestra vida algo mucho más amplio de lo que era antes de leerlo. Queda pues, mucho por encontrar en los cuentos de Cortázar, pero no cometamos el error de recoger la llave de la alcantarilla y entrar a robar la casa con la falsa ilusión de quedarnos con todo lo que hay dentro. Es mejor tocar a la puerta esperando que, si nos abren, adentro encontremos más sobre lo que hay afuera.

NOTAS

[1] Aparecidos todos en Julio Cortázar, Cuentos Completos. 2 Vol. México, Alfaguara, 2007. El texto con el que trabajo aparece en el primer volumen de esta edición. [2] Jaime Alazraki. En busca del unicornio: los cuentos de Julio Cortázar: elementos para una poética de lo neofantástico. págs. 141-148 y Antonio Planells. “«Casa tomada» o la parábola del limbo” en Revista Iberoamericana. Vol. LII, 1986, págs. 134-136. Nótese que en su trabajo, Planells polemiza acerca de la originalidad del trabajo de Alazraki, quien dice que su trabajo es el primero en abordar esa interpretación, lo cual es desmentido comparando las fechas de ambas publicaciones, estableciendo así, que el suyo fue primero. [3] De entre los numerosos trabajos que abordan esta perspectiva de análisis destacan los siguientes : Seong Yu-Jin, “Los espacios de la casa tomada de Julio Cortázar” en Espéculo: Revista de estudios literarios. No. 34, 2007; Elisa Victoria Poza Díaz, Las transgresiones en la obra de Julio Cortázar. Tesis, UNAM, p.44-45; Valentín Pérez Venzalá, “Incesto y espacialización del psiquismo en ‘Casa tomada’ de Julio Cortázar” en Espéculo: Revista de estudios literarios. No. 10, 1998-1999. [4] Existen algunos, como el de Jaime Alazraki “¿Cómo está hecho «Casa tomada»”? pero deriva en una interpretación nuevamente alegórica del cuento. [5] Nótese aquí la simple mención que hace el narrador: “más allá empezaba el otro lado de la casa”. [6] Unas líneas antes encontramos la primera referencia de este tipo cuando habla de la escasez de literatura francesa en la Argentina. Ver p. 11 de este trabajo. [7] Piénsese por ejemplo en el tejer de Penélope, o en el tejido como entramado de hilos, alegoría de la realidad y del cuento mismo; en el mito del minotauro y el hilo de Ariadna. [8] La focalización interna se distingue por coincidir con un personaje y conlleva límites inherentes a lo que se puede

conocer de ese personaje, pues rara vez se accede a su conciencia; la focalización externa sitúa su atención en un punto del universo diegético que no es un personaje.

BIBLIOGRAFÍA ALAZRAKI, Jaime (1994): Hacia Cortázar: Aproximaciones a su obra. Anthropos, Barcelona, 382 págs. —— (1983): En busca del unicornio: Los cuentos de Julio Cortázar. Elementos para una poética de lo neofantástico. Gredos, Madrid, 246 págs. BACHELARD, Gaston (2006): La Poética del Espacio. Fondo de Cultura Económica, México, 281 págs. CORTÁZAR, Julio (2007): Cuentos 1966). Alfaguara, México, 606 págs.

Completos

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1

(1945-

—— (1973): La Casilla de los Morelli. Tusquets, Barcelona, 153 págs. GONZÁLES Bermejo, Ernesto (1978): Conversaciones Cortázar. Hermes, México, 190 págs.

con

MENTON, Seymour (2007): El cuento hispanoamericano. Fondo de Cultura Económica, México, 757 págs. —— (2002): Caminata por la narrativa latinoamericana. Fondo de Cultura Económica, México, 833 págs. MORENO Turner, Fernando. “El texto en movimiento, movimientos del texto. Nuevo Asalto a ‘Casa tomada’ de Julio Cortázar” en Acta literaria, 1998, No. 23, p. 78 OVIEDO, José Miguel (2001): Historia de la literatura hispanoamericana. Tomo 4: De Borges al presente. Alianza, Madrid, 492 págs.

PEREIRA Llanos, Armando (2005): Deseo y Escritura: narrativa de Julio Cortázar. UNAM, México, 256 págs.

la

PÉREZ Venzalá, Valentín. “Incesto y espacialización del psiquismo en ‘Casa tomada’ de Julio Cortázar” en Espéculo: Revista de estudios literarios. 1998- 1999 No. 10. PIMENTEL, Luz Aurora (2008): El Relato en Perspectiva. Siglo XXI Editores, México, 191 págs. —— (2001): El Espacio en la Ficción. Siglo XXI Editores, México, 250 págs. PLANELLS, Antonio. “ ‘Casa tomada’ o la parábola del limbo” en Revista Iberoamericana. 1986, Vol. LII, págs. 134-136 POZA Díaz, Elisa Victoria (2007): Las transgresiones en la obra de Julio Cortázar. Tesis de Doctorado en Letras. UNAM, México, 300 págs. RAMOND, Michéle “La casa de sus sueños (sobre ‘Casa tomada’ de Julio Cortázar)” en Coloquio internacional lo lúdico y lo fantástico en la obra de Cortázar. Vol. II. págs. 97-109 RICOEUR, Paul (2006): Teoría de la Interpretación: discurso y excedente de sentido. Siglo XXI Editores, México, 112 págs. YU-JIN, Seong. “Los espacios de la casa tomada de Julio Cortázar” en Espéculo: Revista de estudios literarios. 2007, No. 34.

https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero42/casatoma. html Análisis y resumen de Casa tomada de Julio Cortázar La narración nace de la presencia de una fuerza extraña que domina la vida de los protagonistas. Dos hermanos solteros, Irene -”...nacida para no molestar a nadie"- y el narrador, viven en una vieja casa de Buenos Aires, llena de recuerdos familiares’. La cuidan con verdadero esmero. Se levantan muy temprano

y hacen la limpieza. Después del almuerzo, ya todo está en orden. Entonces, Irene continúa tejiendo -" No sé por qué tejía tanto... "-. Esa actividad es, en su vida, casi una obsesión. Un día, a las ocho de la noche, su hermano escucha un ruido "impreciso y sordo" en el comedor o en la biblioteca, y, luego, en el fondo del pasillo. Cierra inmediatamente la puerta con llave y se dirige a la cocina para calentar la pava del mate. Luego, le comunica el hecho a Irene: -Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado la parte del fondo. Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados. -¿Estás seguro? Asentí. -Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado. La nueva situación los entristece, porque en "la parte tomada" de la casa han dejado cosas que quieren mucho. A pesar de ello, poco a poco se resignan y tratan de gozar de las nuevas ventajas: Irene estaba contenta porque le quedaba más tiempo para tejer. Yo andaba un poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a. mi hermana me puse a revisar la colección de estampillas de papá (...). Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar. Una noche, el narrador siente sed y se dirige a la cocina para beber agua. De pronto, oye un nuevo ruido, pero no puede precisar de dónde procede. Irene también lo oye. Los ruidos se oían más fuertes pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe la cancel y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada. La mujer reconoce que han tomado también esa parte de la casa. Suelta el tejido sin mirarlo. Están con lo puesto. Son las once de la noche. Salen a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo' se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada. "Casa tomada" está narrado en primera persona por uno de los protagonistas: el hermano de Irene. Éste rememora, desde su presente, todo lo sucedido en un tiempo que desconocemos: Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por

un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. Sólo explicita algunas referencias temporales -" ... eran las ocho de la noche"; " ... a las nueve y media ... "; "Desde 1939 ... "; " ... eran las once de la noche"- que ubican vagamente los hechos·. Los personajes viven en el pasado. De ahí que sean tan significativas estas palabras: " ...y eso me sirvió para matar el tiempo". El narrador nos dice: " ... es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia". La casa aparece casi personificada. Los protagonistas no ven en ella algo material; representa, en realidad, a todos sus antepasados, cuyo recuerdo continúa gobernándolos: Los dos hermanos, alejados del mundo exterior, viven otro tiempo. Su única y gran preocupación es la casa, especie de refugio o de celda·, y, al mismo tiempo, símbolo de su subjetividad. Irene (que en griego significa paz) se complace serenamente en hacer la rutinaria limpieza y en tejer -" ... se pasaba el resto del día tejiendo ... "-; Esta actividad manual, silenciosa -sólo se oye el "roce metálico" de las agujas- es un "leit-motiv" (motivo recurrente) en el cuento. Tejer es crear formas nuevas -lo único que cambia en esa casa, donde el tiempo parece detenido--, es sentir que se vive. La actitud de esta mujer -Penélope sin Ulises -_ revela un profundo y, tal vez, inconsciente sufrimiento interior: "sus graves ojos cansados" . . . . tejía cosas siempre necesarias ... A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. El narrador se pregunta "qué hubiera hecho Irene sin el tejido". En verdad, es lo único que le pertenece. De ahí la cantidad de pañoletas que apila vanamente en el cajón de la cómoda: No necesitábamos ganamos la vida, todos los meses llegaba la plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido ... Su actitud, al final del cuento, es muy significativa: suelta el tejido sin mirarlo, porque 'Ya no lo necesita. Ahora es libre. El narrador asume con calmosa naturalidad su destino: "persistir" en esa casa, junto a su hermana. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa ... Como admira la "destreza maravillosa" que tiene Irene para tejer -" ... a mí se me iban las horas viéndole las manos ... "-, sale de la casa para comprarle lana. Ella siempre se queda. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina. Él es el primero en oír dos veces el extraño sonido·, símbolo, tal vez, de

un mandato interior: el de liberarse de ese lugar que le ha impedido elegir su camino en la vida; símbolo, también, de su insatisfacción ante las cosas dadas: A Irene le llamó la atención mi brusca manera de detenerme, y vino a mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos [ ... j. No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvemos hacia atrás. Irene participa de la decisión de su hermano de dejarlo todo, de salir al mundo. La "puerta cancel" adquiere aquí también un valor simbólico: es la frontera entre lo conocido -la casa- y lo desconocido; el paso de la muerte a la liberación. El temor a lo ignoto hace llorar a Irene. “Cerré de un golpe la cancel ... “ Ese golpe propicia un "nacimiento": Estábamos con lo puesto [ ... ) y salimos a la calle. La actitud final del narrador implica una resolución irreversible, aunque llena de nostalgia: no regresar más. Los hermanos demuelen espiritualmente la casa. La clave está al comienzo del cuento: ... o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde. Los hechos transcurren en una casa "profunda" y "silenciosa", "espaciosa" y "antigua", especie de laberinto, donde pueden vivir "ocho personas sin estorbarse" . . . . avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y más allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y el baño. La extraña "presencia" de los ruidos, siempre sordos, crea el obligado desplazamiento de los personajes a un lado de la casa; luego, hacia la puerta cancel, hacia el zaguán y, finalmente, hacia la calle. El tácito miedo a la muerte les impide volver "al otro lado de la casa", a la "parte tomada". La tensión de la que habla Cortázar se intensifica cuando se insiste en que todo está callado, excepto la cocina: "Muy pocas veces permitíamos allí el silencio, pero cuando tornábamos a los dormitorios y al living, entonces la casa se ponía callada y a media luz, hasta pisábamos más despacio para no molestarnos. La ruptura de ese silencio, de la vida ordenada y rutinaria de los habitantes de la casa, por es a fuerza misteriosa, origina la intriga. Dijo Julio Cortázar: El cuento surge como un asalto, como algo que se posesiona del escritor y lo convierte en "una masa informe sin palabras ni caras ni principio ni fin pero ya un cuento". Entonces, debe escribirlo inmediatamente e ignorar todo lo que lo rodea. No hay pensamientos previos, sino un "bloque informe" que adquiere su ser a la luz de la

escritura, de una escritura exaltante, desesperada: "es ahora o nunca". Finalmente, la comunicación con el lector se da desde el cuento y no mediante él, pues ya es una criatura autónoma. "Casa tomada" • es el primer cuento que publica Julio Cortázar . Según él, todos los cuentos, en especial los fantásticos, "son productos neuróticos, pesadillas o alucinaciones neutralizadas mediante la objetivación y el traslado a un medio exterior al terreno neurótico; de todas maneras, en cualquier cuento breve memorable se percibe esa polarización, como si el autor hubiera querido desprenderse lo antes posible y de la manera más absoluta de su criatura, exorcizándola en la única forma en que le e a dado hacerla: escribiéndola". "Casa tomada" es un cuento fantástico que nace de una pesadilla de su autor: "Yo soñé "Casa tomada". La única diferencia entre lo soñado y el cuento es que en la pesadilla yo estaba solo. Yo estaba en una casa que es exactamente la casa que se describe en el cuento, se veía con muchos detalles, y en un momento dado escuché los ruido por el lado de la cocina y cerré la puerta y retrocedí. Es decir, asumí la misma actitud de los hermanos. Hasta un momento totalmente insoportable en que [ ... ] en ese sonido estaba el espanto total. Yo me defendía como podía, es decir, cerrando las puertas y yendo hacia atrás. Hasta que me desperté de puro espanto. Al despertar, Cortázar escribe su cuento de un tirón: "El cuento empieza hablando de la casa [ ... ] porque la tenía delante de los ojos. Pero de golpe ahí entró el escritor en el juego". Entonces, decide "vestir un poco" la narración, agregarle datos que no estaban en su pesadilla. Lo fantástico· proviene, pues, de un sueño. http://elblogdemara5.blogspot.com.ar/2009/04/analisis-de-casa-tomadade-julio.html Biblioteca Casa tomada de Julio Cortázar (1) Fuente: AA. VV -Las letras en América Hispana- Ed. Estrada- Bs.As, 1994 En más de una oportunidad, se ha hecho una interpretación del cuento en la que se indica que el mismo es una alegoría antiperonista. La casa tomada no sería otra cosa más que la Argentina tradicional que debe ir retrocediendo bajo la avanzada del peronismo y la participación en la vida política de sectores, hasta entonces, marginados de esa actividad. Esta visión de esta obra cortazariana ha significado una verdadera anatemización del autor por parte de la cultura oficial peronista, que durante años lo calificó de gorila (término con el que se designaba a los opositores al gobierno del general Perón). Cortázar ha dicho que esa interpretación del relato bien puede ser válida, sin embargo, declaró en varias ocasiones que el

origen de la idea para el cuento proviene de un sueño, una pesadilla en la que un ente misterioso se hace presente en su casa y paulatinamente (por el temor) va empujándolo hacia distintas áreas de la casa, hasta que por fin, termina dejándolo fuera de ella sin siquiera haberse percatado de la precisa naturaleza o composición del mismo. “Casa Tomada bien podría representar todos mis miedos, o quizá, todas mis aversiones; en ese caso la interpretación antiperonista me parece bastante posible, emergiendo incluso inconscientemente”. (Julio Cortázar).Julio Cortázar Dixit: “Comprendo que a pesar de su envoltorio espontáneamente anacrónico y del lujo verbal fuera de época –y muy especialmente mía, la Argentina de los años cuarenta –escribí de un modo abstracto aquello que más tarde intentaría comprender y expresar en el interior de la realidad que me envolvía. Ahora como entonces, sigo creyendo que el Minotauro –es decir, el poeta, la criatura doble, capaz de percibir una realidad diferente y más rica que la realidad habitual –no ha dejado de ser ese monstruo que los tiranos y sus partidarios de todos los tiempos temen y odian y quieren aniquilar para que su palabra no llegue a las orejas del pueblo y no derrumbe las murallas que los encierran en sus redes de leyes y de tradiciones petrificantes”. Julio Cortázar en ocasión del prólogo para la versión francesa, en 1982 de su obra “Los Reyes” .Links Post: http://mundotario.blogspot.com/2010/08/cortazar-y-el-examen-peronista1.html http://mundotario.blogspot.com/2010/08/cortazar-ante-el-peronismo-iiel-examen.html http://www.juliocortazar.com.ar/suvoz.htm http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/casatoma.htm https://aquileana.wordpress.com/2011/07/23/julio-cortazar-casa-tomada%C2%BFmetafora-del-antiperonismo/ 1.

2.

NARRADOR El narrador se presenta como una ‘voz’ en primera persona, pero nunca da a conocer su identidad, sólo da a entender que es hermano de Irene. Es decir, que es el protagonista de la historia, quién nos cuenta los hechos a través de su visión, todo lo que sucede adopta el punto de vista del narrador. A su vez, realiza monólogos interiores, asociando ideas e introduciendo sus propios pensamientos. TÍTULO DE LA OBRA

“Casa tomada” es el título del cuento, por lo que hay que tener en cuenta que ‘tomar’ entre sus varios significados, es ocupar un espacio por la fuerza, u ocupar un sitio para impedir la libre circulación por él. En este caso, la palabra ‘tomada’ hace referencia a estas significaciones, que traen consigo una carga connotativa ya que a lo largo de la historia se han quedado registrados varios episodios que sugieren estos significados. Es por eso que desde el título ya nos da a entender que se trata de una usurpación o un asalto, explícitamente de una casa. Este relato está incluido en el libro “Bestiario” (1951), que es el primer libro de cuentos publicado por su autor, Julio Cortázar. Bestiario hace referencia al significado que se le daba en la literatura medieval, que es una colección de fábulas referentes a animales reales o quiméricos. Si bien estos relatos hablan de objetos y hechos cotidianos, en algún momento del texto aparecen elementos sobrenaturales, o con un tinte de pesadilla. 3.

5.

SUPERESTRUCTURA NARRATIVA La historia comienza con el narrador hablando en pasado, describiendo la casa y todos sus ambientes, y contando la rutina de actividades que tenían con su hermana Irene, en relación a la ésta. Detalladamente describe cuáles son esas actividades y qué otras cosas les gustaba hacer. Además explica el porqué de sus soledades y a su vez su mutua compañía, identificada como un “silencioso matrimonio de hermanos”. Luego llega el conflicto en el relato, que transcurre cuando Irene se encontraba tejiendo en su habitación, como era habitual, y el narrador se dirige hacia la cocina a calentar la pava para tomar mates, y comienza a oír ruidos extraños, que no tienen una proveniencia específica, ya que dice que puede ser en el comedor o en la biblioteca. Tampoco eran explícitos esos ruidos al decir que parecían susurros de una conversación o el car de una silla sobre una alfombra. Con este hecho comienza a ser ‘tomada’ la casa por lo que el narrador llama ‘intrusos’, a los que nunca describe. Luego empiezan a sucederse otros acontecimientos similares hasta llegar al desenlace y final de la historia, dejando por completo la casa tomada por estos personajes inespecíficos. El narrador e Irene quedan en la calle. La historia se presenta cronológicamente, es decir, que se va desarrollando a medida que suceden los hechos. Si bien está narrada en pasado, el narrador en escasas ocasiones vuelve a otro pasado para recordar algún hecho particular de sus vidas. El personaje principal hace referencia a cosas pasadas, pero la historia comienza con los personajes en avanzada edad y no tiene un final concreto, sino que es más bien abierto, dejando a la libre imaginación del lector. PERSONAJES

Narrador: un hombre de aproximadamente 40 años, que vive con su hermana Irene, en un casona heredada de su familia. Se encargaba junto con Irene de la limpieza de la casa y la ayudaba con su tejido, ya que le compraba la lana. A él le gustaba la literatura francesa. Era soltero, ya que antes de su compromiso con María Esther, ésta había muerto. En ningún momento del relato el narrador se describe a sí mismo. Irene: según el narrador “Irene era una chica nacida para no molestar a nadie”. Hacía la limpieza de la casa junto a su hermano, por la mañana, y luego se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá del dormitorio. Era soltera ya que había rechazado a dos pretendientes sin motivo. Se podría decir que la personalidad de Irene alude a Penélope que teje y desteje esperando a Ulises, su amado. Intrusos: nunca se especifica quiénes son los ‘intrusos’, sólo se sabe que son quiénes van ocupando la casa. El narrador los oye susurrar. 6.

AMBIENTE

El relato sucede en una casa, en Buenos Aires, Argentina. Podemos dar cuenta de ello ya que nombra algunas calles, como por ejemplo: “El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña”. La casa es muy relevante en el relato porque el narrador la trata como si fuera un personaje más, la historia gira en relación a la casa que además guardaba los recuerdos de los bisabuelos, los abuelos, los padres y la infancia. Este espacio físico era lo más importante que tenían tanto el narrador como Irene, y toda la historia transcurre en ella. 7. TIEMPO El cuento “Casa tomada” está dentro del libro de cuentos “Bestiario”, que es el primero publicado por Julio Cortázar, en 1951. Aunque este texto ya había sido publicado en 1946, en la revista “Los Anales de Buenos Aires” que realizaba Jorge Luis Borges. Dentro del relato no especifica el tiempo en el que transcurre la historia, salvo en una ocasión que hace referencia a un períodos de años: “Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina”. Recordando que en ese año comienza la Segunda Guerra Mundial, por lo que el mundo se encontraba en un caos generalizado, y las producciones culturales más consumidas en la Argentina de esa época eran extranjeras, que se encontraban recortadas y con poca llegada al país por la situación bélica.

Hay que tener en cuenta que primeramente “Casa tomada” fue publicada en el año 1946, donde el presidente argentino era Juan Domingo Perón, sin dejar afuera un detalle no menor, que tiene que ver con el antiperonsimo de ese momento, de Julio Cortázar. 8.

INTERPRETACIÓN PERSONAL Si bien “Casa tomada” es uno de los cuentos más analizados de Julio Cortázar, donde se hicieron variadas interpretaciones, incluyendo una alegoría antiperonista, fundamentada en que la casa tomada sería la Argentina de ese momento, que retrocedía bajo el gobierno peronista; es importante dejar de lado cada una de esas interpretaciones y formar una propia a través de la lectura y la información contextual del relato. Particularmente tengo varias visiones acerca del cuento. Al leerlo por primera vez podría decir que sólo se trata de una historia que comienza como cualquier otra, en un ambiente real, pero que luego vira hacia una historia de terror, donde seres extraños, que no son reconocidos comienzan a tomar la preciada casa de los personajes, a tal punto de dejarlos en la calle. Esta forma de relato puedo relacionarla con sus lecturas y posteriores traducciones de la obra de Edgar Allan Poe. Luego de una segunda lectura y más profundo análisis puedo interpretarlo como la idea de la rutina, del hacer todos los días lo mismo y tener preestablecidas las actividades a realizar, el fundirse en una rutina que nos hace pasar de amar lo que hacemos a mecanizar esas actividades. En lo que respecta a los ‘intrusos’ lo interpreto como persuasiones e influencias exteriores que se van incorporando inconscientemente en nuestra vida, y nos van haciendo cambiar de opiniones, de ideas, y hasta el mismo sistema nos va tomando nuestras propias concepciones y las va reemplazando por las que se instalan socialmente. Particularmente las cuestiones culturales y el esparcimiento son las primeras en ‘desaparecer’ de nuestra vida, por lo que lo relaciono con la primera parte tomada de la casa que fue la biblioteca. Creo que el final es importantísimo ya que dice: “Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada”. Me parece que este cierre desconcierta un poco, pero siguiendo la línea, puedo interpretarlo como la final mimetización con la sociedad, inmersos en una ‘igualdad colectiva’, y sintiendo lástima de aquel que quisiera rebelarse a eso y empezar a diferenciarse y a forjar una personalidad marcada, tratando de discernir esas influencias y persuasiones, por lo que sería una intensa lucha el despegarse de los ‘intrusos’. 3. Conclusión

Otras interpretaciones de Casa tomada se han concentraron especialmente en los sonidos que presentan una ambigüedad fácil de percibir. Este análisis ha prestado más atención al significado profundo de los espacios. Gracias a la relación de los espacios del cuento con la teoría de la naturaleza humana de Freud, hemos podido mostrar un acercamiento a la otra realidad del cuento. La relación anormal entre el id, el ego y el superego que representan cada espacio de la casa, nos descubre cómo juzga el superego lo anormal de la realidad que viven los protagonistas por medio de los sonidos imprecisos. La razón de ser de la ambigüedad está en los esfuerzos por descubrir la otra realidad escondida en el fondo de la realidad que aparece ante nuestros ojos. Sigmund Freud fue sin duda uno de los pensadores más influyentes en el desarrollo del pensamiento durante el siglo XX. Su teoría acerca de que nuestras mentes guardan recuerdos y emociones en nuestro subconsciente transformó la forma en la que los humanos estudiaban la mente humana. Uno de los descubrimientos más importantes de Freud es que las emociones enterradas en la superficie subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños, y que recordar fragmentos de los sueños pueden ayudar a dejar al descubierto las emociones y los recuerdos enterrados.[11] Julio Cortázar habló de la manera en que concibió este cuento. En una larga respuesta a Omar Prego, Cortázar dijo: Casa tomada fue una pesadilla. Yo soñé Casa tomada. La única diferencia entre lo soñado y el cuento es que en la pesadilla yo estaba solo. Yo estaba en una casa que es exactamente la casa que se describe en el cuento, se veía con muchos detalles, y en un momento dado escuché los ruidos por el lado de la cocina y cerré la puerta y retrocedí. Es decir, asumí la misma actitud de los hermanos. Hasta un momento totalmente insoportable en que –como pasa en algunas pesadillas, las peores son las que no tienen explicaciones, son simplemente el horror en estado puro– en ese sonido estaba el espanto total. Yo me defendía como podía, cerrando las puertas y yendo hacia atrás. Hasta que me desperté de puro espanto.[12]

El autor destaca la presencia de los ruidos como el efecto de terror, y en el cuento ocurre de igual manera. Sólo que, tratándose de Cortázar, no podríamos esperar una estructura tan simple. Él mismo reconoce en seguida que no acostumbra describir demasiado en sus cuentos, por lo cual podemos confirmar nuestra conclusión ya que, entonces, los espacios adquieren un significado especial. La entrevista continúa y termina diciendo: Te puedo dar un detalle anecdótico, me acuerdo muy bien de eso porque quedó una especie de gestalt completa del asunto. Era pleno verano, yo me desperté totalmente empapado por la pesadilla; era ya de mañana, me levanté (tenía la máquina de escribir en el dormitorio) y esa misma mañana escribí el cuento, de un tirón. El cuento empieza hablando de la casa -vos sabés que yo no describo mucho- porque la tenía delante de los ojos. Empieza con esa frase: “Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia”. Pero de golpe ahí entró el escritor en juego. Me di cuenta de que eso no lo podía contar como un solo personaje, que había que vestir un poco el cuento con una situación ambigua, con una situación incestuosa, esos hermanos de los que se dice que viven como un “simple y silencioso matrimonio de hermanos”, ese tipo de cosas. Todo eso fue la carga que yo le fui agregando, que no estaba en la pesadilla. Ahí tenés un caso en que lo fantástico no es algo que yo compruebe fuera de mí, sino que me viene de un sueño. Yo estimo que hay un buen veinte por ciento de mis cuentos que ha surgido de pesadillas.[13]

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Referencias

Alazraki, Jaime, “¿Qué es lo neofantástico?”, Teorías de lo fantástico, David Roas (ed.). Arco Libros, Madrid, 2001, pp.265-282. , “¿Comó está hecho Casa tomada?”, En busca del unicornio: Los cuentos de Julio Cortázar: elementos para una poética de lo neofantástico. Gredos, Madrid, 1983, pp. 141-148. Bourneuf, Roland y Réal Ouellet, L’univers Universitaries de France, Paris, 1975.

du

roman. Presses

Cortázar, Julio, Casa tomada, en Cuentos Completos I (1945-1966). Alfaguara, Madrid, 1995, pp. 107-111. Cortázar, Julio y Omar Prego Gadea, La fascinación de las palabras [Entrevistas], Buenos Aires, Alfaguara, 1997 [1a. ed. Muchnik, 1985]. Disponible desde Internet el fragmento “Los cuentos: Un juego mágico”, en http://www.geocities.com/juliocortazar_arg/prego.htm Freud, Sigmund, New Introductory Lectures on Psychoanalysis, trad. y ed. James Strachey. W.W. Norton & Company, Nueva York, 1965.

Freud, Sigmund, La interpretación de los sueños I. Alianza, México, 1983 [1ª. ed. 1900].

Gyurko, Lanin A., “Destructive and Ironically Redemptive Fantasy in Cortázar”, Hispania, vol. 56, núm. 4, 1973, pp. 988-999.

Pérez Venzalá, Valentín, “Incesto y espacialización del psiquismo en Casa tomada de Cortázar”, Espéculo. Revista de Estudios Literarios, núm. 10, noviembre 1998-febrero 1999, (Universidad Complutense de Madrid). Disponible desde Internet en: http://www.ucm.es/info/especulo/numero10/cort_poe.html Sorensen, Diana, “From Diaspora to Agora: Cortázar´s Refiguration of Exile”, Hispania, vol. 56, núm. 4, 1973.