Casa Gomez Campuzano 02 [PDF]

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Zitiervorschau

En el año 2000, el Banco de la República recibió en comodato la colección del pintor bogotano Ricardo Gómez Campuzano (1891-1981), uno de los artistas más representativos del arte colombiano de inicios del siglo XX. Esta colección reúne más de 400 obras del artista y se constituye en una importante muestra de su extensa carrera como pintor. Con la colección, el Banco de la República recibió también en comodato la Casa Gómez Campuzano, que fue residencia y taller del artista durante cerca de cuarenta años. Desde 2001, bajo la administración del Banco, este espacio reúne la Colección Ricardo Gómez Campuzano y la biblioteca privada del economista y abogado Alfonso Palacio Rudas (1912-1996), un fondo bibliográfico conformado por cerca de 41.500 volúmenes, que fue donado en 1997 a la Biblioteca Luis Ángel Arango. Desde entonces, la Casa Gómez Campuzano se ha convertido en una extensión de la Biblioteca Luis Ángel Arango en el norte de la ciudad al ampliar la cobertura de sus servicios a través de las salas de consulta y el acceso a los servicios de la Red de Bibliotecas del Banco de la República. En otras palabras, una visita a la Casa Gómez Campuzano permite al público disfrutar la colección del artista, aprovechar los servicios de la biblioteca y participar de la programación cultural en torno a la colección y a la actividad artística en general. Historia El proceso de urbanización e industrialización de Bogotá, a inicios del siglo XX, generó un cambio físico en la ciudad y en sus ritmos de vida. Mientras en el centro urbano se consolidaron los primeros barrios obreros, la burguesía en ascenso empezó a trasladarse hacia la periferia, lo que originó el desarrollo de sectores como Chapinero, que, a finales del siglo XIX, era un lugar de veraneo de las familias bogotanas. La nueva forma de vida y los gustos modernos se hicieron presentes a través de una nueva tipología de viviendas que, como las quintas, gradualmente se volvieron lugares de residencia permanente de las familias adineradas de Bogotá(1). El empleo de un estilo arquitectónico con visos europeos y la utilización de nuevas lógicas de uso de los espacios interiores definieron la construcción de estas viviendas que contaban con zonas amplias, antejardines y espacios funcionales diferenciados, que dieron origen a tres áreas principales: el área social, el sector de servicios y la zona privada. Inscrita en este contexto, la Casa Gómez Campuzano fue diseñada y construida en 1944 por el arquitecto Luis Acevedo Biester, hijo del artista Ricardo Acevedo Bernal. Su diseño responde al gusto de Ricardo Gómez Campuzano, quien tuvo como referencia las grandes casonas de estilo español y, en particular, la Casa Museo de Joaquín Sorolla en Madrid, España. La idea del artista bogotano y de su esposa fue que la vivienda sirviera a tres propósitos: como lugar de residencia de la familia, como espacio de exposición permanente de su obra y como espacio para habilitar su estudio. El resultado fue una construcción de tres pisos dividida en zonas diferenciadas. En el exterior se destacan la fachada y el antejardín, que en la época indicaban la posición económica de los habitantes. Al interior, en el primer piso, se ubicaban el vestíbulo; el salón del piano; el comedor; la sala roja, donde se recibían las visitas; el área de servicios, independizada del área social; y el salón central, donde desde entonces se ha exhibido la obra del artista bogotano. Al segundo piso se accedía por las escaleras del vestíbulo y de los servicios; allí se ubicaban la sala de estar, las habitaciones y el balcón, que en la época representó una innovación arquitectónica. En el tercer piso se situaba el estudio, un espacio amplio, rodeado de ventanales y equipado con una chimenea que sirvió para calentar el ambiente durante las sesiones de pintura. Por su parte, las paredes de los salones principales estaban pintadas de color verde oliva y rojo para enfatizar la solemnidad de estos espacios que, adornados con muebles y accesorios originales, daban fe del buen gusto de la familia. El piano vertical, la colección de muebles chinos, las mesas y sillas de estilo colonial, los jarrones y las porcelanas importadas, son algunas de las piezas que complementaban la decoración de la casa y que hoy se encuentran bajo el cuidado de la Casa Museo Francisco de Paula Santander y el Museo de Arte Colonial. Finalmente, los cuadros del artista se encontraban exhibidos en toda la vivienda, especialmente en el salón principal del primer piso. Según recuerda Inés Elvira Casas, nieta del pintor bogotano, “no había un solo espacio [. . .] donde no hubiera un cuadro“(2). Localizada en la calle 80 con carrera 8, la Casa Gómez Campuzano se emplaza en el barrio El Retiro, sector que se consolidó al lado de barrios como El Chicó, El Nogal y La Cabrera, que antiguamente conformaban la hacienda de Chapinero en la Sabana. En el siglo XVI estas tierras habían sido concedidas al conquistador Juan Muñoz de Collantes y, con el tiempo, fueron parceladas en grandes haciendas. Así, hacia 1775, los padres dominicos eran dueños de la

hacienda Chapinero que con la de los Rosales y Camargo formaron un extenso latifundio. El caserío inicial se localizó a 5 kilómetros del centro de la ciudad, sobre el camino a Tunja, actual carrera 7. Hacia 1812, a la altura de la calle 59 se formó una pequeña plaza alrededor de la cual se edificaron una capilla y algunas casas. En la primera casa, localizada en la calle 59 con carrera 7, el catalán Antón Hero Cepeda inició la fabricación de zapatos, conocidos como ‘los chapines’(3), término que dio origen al nombre del barrio Chapinero. Años después, en 1875, sobre la carrera 13 se levantó la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, con lo cual se dio origen en este sector, a las fiestas religiosas y las peregrinaciones como motivación de los paseos dominicales (4). Es así como la costumbre de algunas familias bogotanas de pasar la temporada de aguinaldos o de ‘veraneo‘ en las quintas y casas de recreo en Chapinero, data de mediados del siglo XIX. La mejora en la comunicación con el centro de la ciudad por medio del tranvía de mulas y luego por el Ferrocarril del Norte aumentó la frecuencia de los viajes e incentivó el desarrollo del asentamiento que, desde 1898, fue designado como un barrio más de la ciudad, cuyos límites eran: por el norte el municipio de Usaquén, por el sur el río Arzobispo y por el oriente el municipio de La Calera(5). Con el paso del tiempo Chapinero se convirtió en una de las zonas más exclusivas de la capital, lugar de las familias acaudaladas gracias a su estratégica ubicación y a que conservaba un interesante atractivo para establecer residencias de alto nivel arquitectónico. En 1941, el barrio acogió la urbanización El Retiro, promovida por la firma Wiesner & Co. S.A. y, luego, administrada por J.A. Bonnet. La Casa Gómez Campuzano, donde vivió el artista bogotano con su familia desde 1945, se ubica en esta zona que para entonces conservaba el ambiente natural como sinónimo de buen vivir. La Casa Gómez Campuzano abrió sus puertas al público como Casa Museo en 1978, promovida por la Asociación Cultural Ricardo Gómez Campuzano, entidad creada en 1976 por el pintor bogotano y su esposa Inés Delgado Padilla. Esta asociación tuvo como objetivo divulgar la obra del artista, mantener una exhibición permanente de su obra y desarrollar programas culturales. En el año 2000, el Banco de la República recibió en comodato la colección y la casa del artista. Desde el 2001, con la administración del Banco, la Casa Gómez Campuzano alberga la Colección Ricardo Gómez Campuzano y la biblioteca privada del abogado y economista Alfonso Palacio Rudas (1912-1996), fondo bibliográfico conformado por 41.457 volúmenes de economía, ciencias políticas, derecho, historia, literatura y arte, que fue donado en 1997 a la Biblioteca Luis Ángel Arango (6). Asimismo, la Casa Gómez Campuzano fue declarada Bien de Interés Cultural del Distrito mediante el Decreto 606 del 26 de julio de 2001. La Casa Gómez Campuzano es hoy una sala complementaria de la Biblioteca Luis Ángel Arango en el norte de Bogotá, donde el público no solo puede visitar la colección del artista bogotano que se exhibe de manera permanente, sino además acceder al préstamo de materiales bibliográficos de la Red de Bibliotecas del Banco de la República de cualquier parte del país; consultar el catálogo en línea y las bases de datos de la Biblioteca; así como hacer uso de las salas de lectura, y disfrutar de la programación cultural que se realiza para diferentes públicos. COLECCIÓN PALACIO RUDAS

Espacios de la red cultural del Banco de la República en Colombia EXPOSICIÓN PERMANENTE

Espacios de la red cultural del Banco de la República en Colombia SALA DE LECTURA

Espacios de la red cultural del Banco de la República en Colombia

El fotógrafo

Gumersindo Cuéllar Jiménez (Tinjacá, Boyacá, 1891-Villeta, Cundinamarca, 1958) fue un fotógrafo colombiano, activo entre 1928 y 1955, aproximadamente. Su familia se trasladó de Tinjacá a Bogotá, al parecer, en la última década del siglo XIX. Sus hermanos mayores, Silvano y Polidoro Cuéllar, estudiaron en la Escuela de Bellas Artes. Silvano se dedicó a la pintura y a la escultura y Polidoro, a la escultura; varias de sus obras escultóricas se expusieron en espacios públicos de la ciudad. Por su parte, Gumersindo se dedicó a actividades comerciales. Posiblemente, se hizo cargo de un almacén llamado El Regalo, establecido por su familia en el primer decenio del siglo XX. El Regalo estaba ubicado en el centro de Bogotá, sobre el costado occidental de la Calle de Florián (hoy, carrera octava), al lado del Edificio Cubillos y frente al Edificio Pedro A. López que, en aquel entonces, era sede del Banco de la República. De manera complementaria al comercio, Gumersindo Cuéllar se dedicó a la fotografía. Sus primeras imágenes fechadas datan de 1928 y las últimas, de 1955, de manera que se mantuvo activo durante casi treinta años. A la luz de su archivo fotográfico, se puede proponer que fue un fotógrafo polifacético pues trabajó diversas modalidades de este arte: el retrato, la fotografía de arquitectura, la fotografía de naturaleza y el registro de acontecimientos, preámbulo a la reportería gráfica. Aunque se le ha asociado a la fotografía de Bogotá, Cuéllar recorrió con su cámara otras ciudades de Colombia, entre ellas Manizales, Armenia, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Popayán y Tunja. Además, hizo fotografías de varios pueblos del altiplano cundiboyacense. Algunas de sus imágenes de arquitectura de Bogotá se publicaron en las revistas Cromos y El Gráfico. No obstante, el medio de circulación más efectivo de sus fotografías fue la tarjeta postal. Sus fotografías se imprimieron en series de postales que se vendían en su almacén. Algunas de ellas se han reimpreso y todavía circulan en el mercado. La etapa más prolífica de Cuéllar coincidió con el periodo de la República Liberal (1930-1946). Esta comenzó con la presidencia de Enrique Olaya Herrera, entre 1930 y 1934; continuó con los años de la Revolución en Marcha, conducida por Alfonso López Pumarejo (1934-1938); con la presidencia de Eduardo Santos Montejo (1938-1942) y el segundo mandato de López (19381945) y finalizó con la presidencia de Alberto Lleras Camargo, en 1946. Fue un tiempo de enormes cambios para el país, que implicó reformas en el campo político, pero también en los ámbitos agrario, industrial, educativo y cultural. Los fotógrafos de la época, entre ellos, Gumersindo Cuéllar, registraron muchas de las obras de transformación y modernización, así como diversos acontecimientos que tuvieron lugar en estos años. No obstante, a Cuéllar se le ha estudiado poco. Son escasas las menciones de este fotógrafo en las obras de historia de la fotografía en Colombia (Serrano, 1983) y apenas se ha indagado una de las facetas de sus fotografías: la arquitectura (Arango, 2012). En consecuencia, su archivo fotográfico, al que nos referiremos a continuación, presenta información novedosa y reveladora acerca de este importante fotógrafo.

El Archivo En 2004, en cumplimento de su misión de preservar y divulgar el patrimonio cultural colombiano, el Banco de la República adquirió 2.195 negativos que formaban parte del archivo conservado por la familia Cuéllar. En este acervo, hay 2.190 negativos en acetato, de 9 x 15 cm, y 5 negativos en vidrio, de 10 x 15 cm, que hoy se encuentran en la Sala de Libros Raros y Manuscritos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, en Bogotá. Para divulgar esta colección de enorme valor patrimonial, se adelantó el proceso de digitalización de todo el material. Posteriormente, en 2015, el equipo de trabajo de la Biblioteca Virtual del Banco de la República inició la investigación sobre ella y su descripción, con el ánimo de enriquecer la información al respecto. La Colección Digital De los 2.195 negativos adquiridos por el Banco de la República, se seleccionaron 1.860 para hacer esta publicación digital, es decir, el 85 % de la colección. Con la investigación, se logró datar, identificar, clasificar y describir casi la totalidad de imágenes, así como organizar las series fotográficas. Se ha recuperado información acerca de los diversos atributos de cada imagen: origen (autor, tiempo y lugar de creación), tema, contenido, relaciones (reconstrucción de series fotográficas) y morfología (soporte, formato, tamaño, color, etc.). Asimismo, para enriquecer el contenido, interpretación y navegación por medio de estas fotografías, se desarrolló una labor de georreferenciación, de manera que se pudieran poner a disposición del usuario, el mapa de ubicación y la vista actual del objeto fotografiado. La investigación se hizo indagando en fuentes de diversa índole. En primer lugar, en publicaciones periódicas de la época en las que Gumersindo estuvo activo; en especial, las revistas ilustradas El Gráfico, Cromos y Estampa conservadas en la Hemeroteca de la Biblioteca Luis Ángel Arango (números topográficos 125, 129 y 565, respectivamente). En ellas, se halla un registro fotográfico muy completo de los eventos más relevantes acaecidos en la primera mitad del siglo XX. También se consultaron fuentes audiovisuales, entre las que se destacan las filmaciones hechas por la casa cinematográfica Acevedo e Hijos (véanse Acevedo e hijos, 1930, 1934 y 1938; Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y Arango, 2008). Adicionalmente, se examinaron libros y artículos relacionados con los diversos temas registrados por este fotógrafo. A disposición del usuario están también las referencias de las fuentes de información de cada fotografía. A partir de la investigación, la colección se clasificó según las siguientes categorías temáticas:

Arquitectura y Urbanismo En esta categoría se agrupan los registros de infraestructura urbana, en especial, de la arquitectura, uno de los temas más recurrentes de este fotógrafo. Encontramos aquí fotografías de edificios de diversa índole: iglesias, bancos y construcciones gubernamentales, institucionales, educativas y culturales, entre otras. Estos registros corresponden, en su mayoría, a la ciudad de Bogotá y a varias capitales de Colombia.

Espacio público Cuéllar también se ocupó los espacios públicos de varias ciudades y pueblos de Colombia. En esta categoría encontraremos fotografías de parques, plazas principales, de mercado y de toros, campos deportivos y monumentos, entre otros lugares. De Bogotá, se destacan las series fotográficas del desaparecido Parque Centenario, del Parque Nacional Olaya Herrera, del Parque Lago Gaitán y del Parque de la Independencia. Infraestructura de transporte En esta categoría se encuentran imágenes que evidencian el desarrollo de los sistemas de transporte durante la República Liberal, en especial, durante el gobierno de Olaya Herrera. Sobresalen aquí las fotografías de los nuevos muelles de Cartagena, los de Puerto Berrío y Barrancabermeja, tramos y estaciones del ferrocarril del sureste y del Pacífico, la navegación en el río Magdalena y el puente ferroviario de Girardot. En el caso de Bogotá, se halla el registro de la transformación de la ciudad a partir de la construcción de la Avenida Caracas y de La Avenida del Libertador (carrera décima). Infraestructura sanitaria, energética y de telecomunicaciones Durante la República Liberal, se adelantaron varios proyectos de modernización de la infraestructura sanitaria de las ciudades. En Bogotá, eso se vio en las obras de mejoramiento de suministro de agua y energía, de manejo de basuras y de control de espacios públicos como el matadero municipal. En este grupo encontraremos fotografías de las obras del Acueducto Nuevo de Bogotá, específicamente, de la construcción del embalse La Regadera y de la Planta de tratamiento de Vitelma. En cuanto al suministro de energía en la ciudad, hay una serie de fotografías de la planta hidroeléctrica El Charquito y de la Represa de Alicachín.

Aviación En el archivo de Cuéllar, varias fotografías testimonian el avance de la aviación civil y militar en Colombia. Se trataba de un aspecto de gran impacto en las primeras décadas del siglo XX y que llamó enormemente la atención de la prensa y de los fotógrafos. Fue un periodo de adecuación de la infraestructura aeronáutica, de adquisición de aviones y de consolidación de los estudios de aviación. Así, Cuéllar fotografió aviones, aeródromos, hangares, aviadores, escuelas de aviación y muestras aéreas en revistas militares, en Bogotá y en Puerto Salgar, Madrid y Girardot, ciudades del departamento de Cundinamarca. Arte En esta categoría se acopian registros que hizo Gumersindo de obras de arte. Se destacan las fotografías de pinturas y esculturas coloniales, de las obras de Silvano Cuéllar y de las esculturas de espacios públicos (monumentos) que llamaron mucho su atención. Algunas de estas desaparecieron de aquellos lugares y se perdió su rastro, de modo que sus fotos son unos de los pocos testimonios de su existencia.

Eventos políticos Aunque al parecer Cuéllar no estuvo vinculado directamente como reportero en revistas o periódicos, sí presenció y registró varios eventos políticos de gran importancia. Por ello, se puede estimar su trabajo como un antecedente de la reportería gráfica. En esta categoría se destacan las series de varios momentos de la vida política de Enrique Olaya Herrera. En ellas se agrupan unas cien fotografías que registran su gira electoral, la posesión presidencial y el homenaje del que fue objeto en Bogotá cuando culminó su mandato. Igualmente, registros de las posesiones presidenciales de Alfonso López Pumarejo y de Eduardo Santos y fotografías de algunos eventos diplomáticos, como las visitas al país en 1931 del mariscal Louis Franchet D'Espèrey y en 1942 del presidente del Perú Manuel Prado Ugarteche.

Eventos culturales, cívicos y religiosos De este grupo hacen parte los siguientes trabajos: las fotografías de los Carnavales Estudiantiles de Bogotá ocurridos en los años 1928, 1929 y 1930, fuentes de enorme importancia para la investigación de la vida cotidiana de la ciudad en esas primeras décadas del siglo; las series de corridas de toros en el antiguo Circo de San Diego y en la Plaza La Santamaría y registros de fiestas cívicas y patrias. Al respecto, en esta colección, se encuentra un registro muy completo de la celebración del IV centenario de la fundación de Bogotá, llevado a cabo en agosto de 1938. Eventos Deportivos Gumersindo Cuéllar registró dos importantes eventos deportivos que hubo en Bogotá: en agosto de 1938, los primeros Juegos Bolivarianos, que hicieron parte de la celebración del IV centenario de la fundación de Bogotá, y el Día Olímpico de la Juventud Colombiana, celebrado en octubre de 1940. También fotografió la práctica de deportes náuticos en el embalse del Muña y partidos de fútbol que documentan el curso seguido por este deporte en Bogotá, en las décadas del veinte y del treinta.

Personas Podría decirse que el retrato en su forma más convencional no fue uno de los campos más representativos de la fotografía de Gumersindo Cuéllar. No obstante, en esta colección se aprecian varias fotografías de personas con quienes Cuéllar guardaba un vínculo familiar o personal. Se trata de unas cien, clasificadas como retratos de grupo, de pareja, masculinos, femeninos e infantiles. En su mayoría, las tomó en espacios exteriores y hacen evidente cierta espontaneidad y naturalidad en el momento de la captura de la imagen; no obstante, en otros casos, se perciben rasgos de poses o posturas. Se destaca en esta agrupación una serie breve de quince fotografías de campesinos e indígenas. Revistas y desfiles militares Las revistas, desfiles o paradas militares son eventos en los que las instituciones que conforman las Fuerzas Militares marchan en calles, plazas, campos deportivos u otros espacios públicos. En Colombia, suceden con ocasión de fiestas patrias o acontecimientos políticos y civiles. Gumersindo Cuéllar registró varias de las revistas militares llevadas a cabo en Bogotá entre 1928 y 1938. Trabajo e Industria En esta categoría se reunieron las fotografías relacionadas con actividades productivas (minería, agricultura, ganadería, etc.) y con fábricas. Se encuentran aquí imágenes de las ruinas de la Ferrería de Pacho, de la Fábrica de Cementos Portland, en Apulo, Cundinamarca; de las Minas de Sal de Zipaquirá, de exposiciones agropecuarias con asiento en la Plaza de Ferias de Bogotá y en Corferias y de las fábricas de cerveza Bavaria, Andina y Germania, en Bogotá, entre otras.

Naturaleza y Paisaje Gumersindo Cuéllar capturó las imágenes de varios espacios naturales del altiplano cundiboyacense. Se destacan las series de la laguna de Tota, la laguna de Fúquene y, en detalle, el salto de Tequendama. En las cercanías de Bogotá, tomó una serie fotográfica de las erosiones del valle del Tunjuelo. Asimismo, capturó imágenes de paisajes de varios pueblos visitados por él como Apulo, Madrid, Zipacón, Girardot, Puerto Salgar, Fúquene, Zipaquirá, Pacho, Facatativá, Tabio y Útica, en Cundinamarca, y Chiquinquirá, Sogamoso y Tinjacá, en Boyacá. En esta categoría se incluyen fotografías de animales y de la Sala de Ciencias Naturales del Museo Nacional que, posteriormente, pasó a integrar el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de Colombia. Además de navegar por las categorías temáticas descritas, el usuario podrá recorrer y consultar esta colección según cobertura temporal (fechas), cobertura geográfica y según un conjunto de

21 eventos registrados por Gumersindo Cuéllar. Así mismo, al consultar cada fotografía, encontrará palabras claves (tags) que también son navegables y, en algunos casos, tendrá el hipervínculo para acceder a material complementario que se encuentra en la Biblioteca Virtual del Banco de la República. Esperamos que mediante el lente de Gumersindo Cuéllar, el público disfrute de un viaje por distintas facetas de la historia colombiana de la primera mitad del siglo XX. Sin duda, algunas personas evocarán con sus fotografías situaciones de sus vidas, mientras las más jóvenes, o las que hagan parte de generaciones futuras verán en ellas un vehículo de relatos de una realidad pasada, probablemente desconocida y reveladora. Esta colección digital se constituye en una apuesta por divulgar el patrimonio fotográfico colombiano y por contribuir en los procesos de recuperación y conservación de la memoria. Investigación y textos: Diana Farley Rodriguez Muñoz.

Acción Cultural Popular - Radio Sutatenza Acerca de esta colección En 1947, el sacerdote José Joaquín Salcedo inicio desde la pequeña parroquia de Sutatenza, un pueblo ubicado en el corazón del valle de Tenza (Departamento de Boyacá, Colombia), un proyecto de escuelas radiofónicas, bajo una organización denominada Acción Cultural Popular, ACPO que mantuvo una importante presencia entre 1954 y 1978 y terminó en 1989 cuando Caracol Radio compró la emisora. Los programas de formación a campesinos se continuaron en los Institutos de formación en Sutatenza hasta 1994, cuando ACPO suspendió estas actividades.El proyecto de radiodifusión tuvo como objetivo la educación no formal de los campesinos con una filosofía de lo que en su momento se entendía como desarrollo integral para su propio bienestar. La escuela radiofónica no se restringía a la emisión del discurso de un profesor pues el programa se apoyaba por un lado en cartillas diseñadas para ser seguidas por los grupos de oyentes, con la participación de líderes campesinos voluntarios preparados en los institutos (25.000 entre hombres y mujeres pasaron por el Instituto en Sutatenza entre 1954 y 1994) y en otros casos por personas de la comunidad que tuvieran un poco más de formación. Además y esto es muy importante, se estableció una nutrida correspondencia escrita entre las comunidades y los coordinadores del programa, de manera que diariamente se recibían más de cien cartas de los oyentes. Para la implementación del programa educativo ACPO contó durante su historia con el apoyo de diferentes instituciones internacionales: para el desarrollo de los contenidos de la Educación Fundamental Integral y la producción de las cartillas recibió la asistencia de la Unesco a través de educadores, al igual que de miembros de la Congregación de Hermanos Cristianos, enviados desde Francia. Para el diseño, instalación y mantenimiento de la red de emisoras, recibió la asistencia técnica de Philips y del gobierno holandés, al igual que de RCA de los Estados Unidos. Para la financiación la impresión de las cartillas y documentos contó con el apoyo del gobierno y de la iglesia alemana a través de sus agencias de cooperación internacional. Con el apoyo económico de las agencias católicas alemanas Misereor y Adveniat, de Cebemo de Holanda, de Secours Catholique de Bélgica y de Catholic Relief Services de los Estados Unidos se otorgaron becas completas (educación y manutención) a 20.000 jóvenes campesinos que se formaron en los institutos campesinos y para los cursos de formación de expertos en educación radiofónica provenientes de trece países latinoamericanos: México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Es importante destacar que el modelo de ACPO se convirtió en referente para muchas emisoras radiales de América Latina, que lo utilizaron para la implementación de programas de educación y desarrollo rural realizados por la Fundación Radio Escuela para el Desarrollo Rural (FREDER) en Osorno, Chile; el Instituto de Cultura Popular (INCUPO) en Reconquista, Argentina; las Escuelas

Radiofónicas Populares de Ecuador (ERPE); Radio Onda Azul en Puno, Perú; la Asociación Cultural Loyola (ACLO) en Sucre, Bolivia; Radio Occidente en Tovar, Venezuela y las Escuelas Radiofónicas de Nicaragua, emisoras que posteriormente se afiliarían a la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER). Esta Asociación se constituyó el 22 de septiembre de 1972 en Sutatenza como resultado del Segundo Seminario de Directores de Escuelas Radiofónicas de América Latina convocado por ACPO, con sede primero en la Argentina y posteriormente en Quito, Ecuador. La colección documental de este proyecto educativo está conformada por más de 100.000 documentos producidos por la Fundación Acción Cultural Popular (ACPO) entre 1947 y 1994 para la formación no escolarizada de adultos campesinos de Colombia a través de las escuelas radiofónicas de Radio Sutatenza. Durante los 47 años de actividad se utilizó la radiodifusión, el periodismo y diferentes metodologías de comunicación interpersonal y masivas para capacitación participativa mediante un proyecto pedagógico titulado "Educación Fundamental Integral", con los siguientes objetivos básicos: 1. Motivación del campesino hacia el desarrollo; 2. Promoción humana (bienestar físico, intelectual, espiritual); 3. Integración del campesino dentro de la sociedad; 4. Organización y desarrollo de la comunidad; 5. Productividad (promover el incremento de la productividad); y 6. Desarrollo de la espiritualidad. En el mes de octubre de 2013, la colección documental de Radio Sutatenza y Acción Cultural Popular, custiodado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, se incorporó en el Registro Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe en reconocimiento de su significación para la memoria colectiva de la sociedad de América Latina y el Caribe.