Análisis de Casa Tomada de Julio Cortázar [PDF]

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Zitiervorschau

Análisis de Casa tomada de Julio Cortázar La narración nace de la presencia de una fuerza extraña que domina la vida de los protagonistas. Dos hermanos solteros, Irene -”… nacida para no molestar a nadie“- y el narrador, viven en una vieja casa de Buenos Aires, llena de recuerdos familiares’. La cuidan con verdadero esmero. Se levantan muy temprano y hacen la limpieza. Después del almuerzo, ya todo está en orden. Entonces, Irene continúa tejiendo -” No sé por qué tejía tanto… “-. Esa actividad es, en su vida, casi una obsesión. Un día, a las ocho de la noche, su hermano escucha un ruido “impreciso y sordo” en el comedor o en la biblioteca, y, luego, en el fondo del pasillo. Cierra inmediatamente la puerta con llave y se dirige a la cocina para calentar la pava del mate. Luego, le comunica el hecho a Irene: -Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado la parte del fondo. Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados. -¿Estás seguro? Asentí. -Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado. La nueva situación los entristece, porque en “la parte tomada” de la casa han dejado cosas que quieren mucho. A pesar de ello, poco a poco se resignan y tratan de gozar de las nuevas ventajas: Irene estaba contenta porque le quedaba más tiempo para tejer. Yo andaba un poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a. mi hermana me puse a revisar la colección de estampillas de papá (…). Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar. Una noche, el narrador siente sed y se dirige a la cocina para beber agua. De pronto, oye un nuevo ruido, pero no puede precisar de dónde procede. Irene también lo oye. Los ruidos se oían más fuertes pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe la cancel y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada. La mujer reconoce que han tomado también esa parte de la casa. Suelta el tejido sin mirarlo. Están con lo puesto. Son las once de la noche. Salen a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo’ se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada. “Casa tomada” está narrado en primera persona por uno de los protagonistas: el hermano de Irene. Éste rememora, desde su presente, todo lo sucedido en un tiempo que desconocemos: Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. Sólo explicita algunas referencias temporales -” … eran las ocho de la noche”; ” … a las nueve y media … “; “Desde 1939 … “; ” … eran las once de la noche”- que ubican

vagamente los hechos·. Los personajes viven en el pasado. De ahí que sean tan significativas estas palabras: ” … y eso me sirvió para matar el tiempo”. El narrador nos dice: ” … es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia”. La casa aparece casi personificada. Los protagonistas no ven en ella algo material; representa, en realidad, a todos sus antepasados, cuyo recuerdo continúa gobernándolos: Los dos hermanos, alejados del mundo exterior, viven otro tiempo. Su única y gran preocupación es la casa, especie de refugio o de celda·, y, al mismo tiempo, símbolo de su subjetividad. Irene (que en griego significa paz) se complace serenamente en hacer la rutinaria limpieza y en tejer -” … se pasaba el resto del día tejiendo … “-; Esta actividad manual, silenciosa -sólo se oye el “roce metálico” de las agujas- es un “leit-motiv” (motivo recurrente) en el cuento. Tejer es crear formas nuevas -lo único que cambia en esa casa, donde el tiempo parece detenido–, es sentir que se vive. La actitud de esta mujer -Penélope sin Ulises -_ revela un profundo y, tal vez, inconsciente sufrimiento interior: “sus graves ojos cansados” . . . . tejía cosas siempre necesarias … A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. El narrador se pregunta “qué hubiera hecho Irene sin el tejido”. En verdad, es lo único que le pertenece. De ahí la cantidad de pañoletas que apila vanamente en el cajón de la cómoda: No necesitábamos ganamos la vida, todos los meses llegaba la plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido … Su actitud, al final del cuento, es muy significativa: suelta el tejido sin mirarlo, porque ‘Ya no lo necesita. Ahora es libre. El narrador asume con calmosa naturalidad su destino: “persistir” en esa casa, junto a su hermana. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa … Como admira la “destreza maravillosa” que tiene Irene para tejer -” … a mí se me iban las horas viéndole las manos … “-, sale de la casa para comprarle lana. Ella siempre se queda. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina. Él es el primero en oír dos veces el extraño sonido·, símbolo, tal vez, de un mandato interior: el de liberarse de ese lugar que le ha impedido elegir su camino en la vida; símbolo, también, de su insatisfacción ante las cosas dadas: A Irene le llamó la atención mi brusca manera de detenerme, y vino a mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos [ ... j. No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvemos hacia atrás. Irene participa de la decisión de su hermano de dejarlo todo, de salir al mundo. La "puerta cancel" adquiere aquí también un valor simbólico: es la frontera entre lo conocido -la casa- y lo desconocido; el paso de la muerte a la liberación. El temor a lo ignoto hace llorar a Irene. “Cerré de un golpe la cancel ... “ Ese golpe propicia un

"nacimiento": Estábamos con lo puesto [ ... ) y salimos a la calle. La actitud final del narrador implica una resolución irreversible, aunque llena de nostalgia: no regresar más. Los hermanos demuelen espiritualmente la casa. La clave está al comienzo del cuento: ... o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde. Los hechos transcurren en una casa "profunda" y "silenciosa", "espaciosa" y "antigua", especie de laberinto, donde pueden vivir "ocho personas sin estorbarse" . . . . avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y más allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y el baño. La extraña "presencia" de los ruidos, siempre sordos, crea el obligado desplazamiento de los personajes a un lado de la casa; luego, hacia la puerta cancel, hacia el zaguán y, finalmente, hacia la calle. El tácito miedo a la muerte les impide volver "al otro lado de la casa", a la "parte tomada". La tensión de la que habla Cortázar se intensifica cuando se insiste en que todo está callado, excepto la cocina: "Muy pocas veces permitíamos allí el silencio, pero cuando tornábamos a los dormitorios y al living, entonces la casa se ponía callada y a media luz, hasta pisábamos más despacio para no molestarnos. La ruptura de ese silencio, de la vida ordenada y rutinaria de los habitantes de la casa, por es a fuerza misteriosa, origina la intriga. Dijo Julio Cortázar: El cuento surge como un asalto, como algo que se posesiona del escritor y lo convierte en "una masa informe sin palabras ni caras ni principio ni fin pero ya un cuento". Entonces, debe escribirlo inmediatamente e ignorar todo lo que lo rodea. No hay pensamientos previos, sino un "bloque informe" que adquiere su ser a la luz de la escritura, de una escritura exaltante, desesperada: "es ahora o nunca". Finalmente, la comunicación con el lector se da desde el cuento y no mediante él, pues ya es una criatura autónoma. "Casa tomada" • es el primer cuento que publica Julio Cortázar . Según él, todos los cuentos, en especial los fantásticos, "son productos neuróticos, pesadillas o alucinaciones neutralizadas mediante la objetivación y el traslado a un medio exterior al terreno neurótico; de todas maneras, en cualquier cuento breve memorable se percibe esa polarización, como si el autor hubiera querido desprenderse lo antes posible y de la manera más absoluta de su criatura, exorcizándola en la única forma en que le e a dado hacerla: escribiéndola". "Casa tomada" es un cuento fantástico que nace de una pesadilla de su autor: "Yo soñé "Casa tomada". La única diferencia entre lo soñado y el cuento es que en la pesadilla yo estaba solo. Yo estaba en una casa que es exactamente la casa que se describe en el cuento, se veía con muchos detalles, y en un momento dado escuché los ruido por el lado de la cocina y cerré la puerta y retrocedí. Es decir, asumí la misma actitud de los hermanos. Hasta un momento totalmente insoportable en que [ ... ] en ese sonido estaba el espanto total. Yo me defendía como podía, es decir, cerrando las puertas y yendo hacia atrás. Hasta que me desperté de puro espanto. Al despertar, Cortázar escribe su cuento de un tirón: “El cuento empieza hablando de la casa [ ... ] porque la tenía delante de los ojos. Pero de golpe ahí entró el escritor en el

juego“. Entonces, decide “vestir un poco” la narración, agregarle datos que no estaban en su pesadilla. Lo fantástico· proviene, pues, de un sueño. Cuando eres estudiante y te mandan leer libros para tus clases de literatura muchas veces te preguntas si la mente perversa que seleccionó las lecturas tenía como último objetivo hacer que odiaras la literatura y asegurarse de que nunca más te volvieras a acercar a un libro. Sin embargo, en contadas ocasiones, te encontrabas leyendo alguna joya que te volvía a devolver la confianza en el género literario. Y entre esas joyas podemos citar “La Casa Tomada” un cuento corto de Julio Cortázar y que pertenece al género del realismo mágico. El realismo mágico es un género literario en el cual los personajes viven en un mundo que, en principio, puede parecer de lo más normal pero en el que, de vez en cuando, ocurren sucesos mágicos ante los cuales los personajes reaccionan con absoluta normalidad. El ejemplo más conocido de este género es la novela “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez. Pero no me enrollo más, os dejo con el cuento, leerlo, de verdad que merece la pena, y al final unos extras

Simbolismos decisivos Puerta de roble: Es un simbolismo de lo impenetrable y de encarcelamiento. Los personajes cierran la puerta y se excluyen a sí mismos de una sección de su propia casa. El ente del cual se están protegiendo pronto los hace prisioneros ya que su presencia les impide ir a la parte "tomada". Tejido: Éste es un inter-texto de la Odisea, Penélope tejía y destejía el mismo manto una y otra vez como señal de espera ya que el parar esto significaría la rendición o perder la esperanza.

[editar] Interpretación de simbolismos clave Tejido: Irene lo hace para entretenerse casi todo el día y al final de la historia al tirarlo, renuncia ese entretenimiento que ha pasado haciendo todo este tiempo, lo deja atrás, abandonando todas sus manualidades hechas que le gustaba hacer y que a su hermano le fascinaba ver y apreciar. Llave: Ésta representa la liberación del narrador ya que dejen al ente adentro de la casa sin posibilidad de salir. Ésta también se puede ver como instrumento de castigo hacia el ente desconocido.

Posibles interpretaciones

Y ¿cuál es la interpretación del cuento? Lo ideal sería que cada uno se busque la suya propia, pero teniendo la opinión del autor por qué no ponerla: Casa tomada fue una pesadilla. Yo soñé Casa tomada. La única diferencia entre lo soñado y el cuento es que en la pesadilla yo estaba solo. Yo estaba en una casa que es exactamente la casa que se describe en el cuento, se veía con muchos detalles, y en un momento dado escuché los ruidos por el lado de la cocina y cerré la puerta y retrocedí. Es decir, asumí la misma actitud de los hermanos. Hasta un momento totalmente insoportable en que –como pasa en algunas pesadillas, las peores son las que no tienen explicaciones, son simplemente el horror en estado puro– en ese sonido estaba el espanto total. Yo me defendía como podía, cerrando las puertas y yendo hacia atrás. Hasta que me desperté de puro espanto. Muchos quisieron ver en el cuento una alegoría antiperonista, política con la que Cortázar estaba en contra, y que poco a poco invadía a la sociedad de su país del mismo modo en que esa fuerza extraña invade la casa sin que sus ocupantes hagan nada por evitarlo. Incluso el propio Cortázar hizo suya esa interpretación: Bien podría representar todos mis miedos, o quizá, todas mis aversiones; en ese caso la interpretación antiperonista me parece bastante posible, emergiendo incluso inconscientemente… Otras interpretaciones hablan del incesto reprimido entre los hermanos. Pero a mi me gusta más la idea de la pasividad de la sociedad actual ante los peligros que la acechan, el poco compromiso en unirse para afrontarlos y la conclusión final de que, finalmente y cuando menos te lo esperas, eres desplazado de la tranquilidad de tu propio hogar sin posibilidad de volver.

Los elementos fantásticos en la literatura de Cortázar, aparecen escondidos, disimulados, tras un manto envolvente que acapara, con su cobertura, todas las situaciones narradas, dotándolas de un innegable sentido de la realidad; como si cada suceso pasara por una “oficina burocrática de lo cotidiano” llevando de incógnito un trasfondo que escapa a lo pautado, y se convierte, de ese modo, en extraordinario. Dicho de otro modo: lo maravilloso convive con lo habitual sin belicosidades, pues parecería que en la médula de la poética cortazariana existe, si no la certidumbre, al menos la convicción, de que la realidad no es ajena a lo extraño, a lo increíble; más bien, lo ordinario subsume a lo fantástico, y terminan por

confundirse, tal como el sueño se confunde muchas veces con la vigilia. Uno de los pocos cuentos que me ha perseguido a lo largo de los años –desde que me hicieron leerlo en el colegio–, fue Casa tomada; puesto que se trata de una auténtica pesadilla en la que, como afirmaba antes, no existen seres provenientes de planetas imaginarios ni máquinas de quimeras, sino que la alucinación es parte constitutiva de la gris monotonía despojada de objetos mágicos, pero no así de ese hálito de espanto que excede a lo acostumbrado. Las palabras del mismo Cortázar son esclarecedoras al respecto de la génesis de la historia: Casa tomada fue una pesadilla. Yo soñé Casa tomada. La única diferencia entre lo soñado y el cuento es que en la pesadilla yo estaba solo. Yo estaba en una casa que es exactamente la casa que se describe en el cuento, se veía con muchos detalles, y en un momento dado escuché los ruidos por el lado de la cocina y cerré la puerta y retrocedí. Es decir, asumí la misma actitud de los hermanos. Hasta un momento totalmente insoportable en que –como pasa en algunas pesadillas, las peores son las que no tienen explicaciones, son simplemente el horror en estado puro– en ese sonido estaba el espanto total. Yo me defendía como podía, cerrando las puertas y yendo hacia atrás. Hasta que me desperté de puro espanto. Casa tomada fue publicado inicialmente en la revista “Los Anales de Buenos Aires”, a instancia de su director, nada menos que Jorge Luis Borges (su hermana Norah se encargó de ilustrarlo), en el año 1946, cuando Cortázar todavía era un nombre ignoto dentro del panorama literario sudamericano. Luego, con su inclusión en Bestiario, y hasta el día de hoy, este cuento ha sido objeto

de multiplicidad de análisis: desde las interpretaciones vinculadas con la política, como la que observa en las “entidades invasoras” una fidedigna representación del carácter expansionista del peronismo –en pleno auge por esos años– (Fernando Savater, más recientemente, ha recurrido a la misma comparación, pero refiriéndose a la organización terrorista ETA); o bien, aquella que asimila el interior de la casa con el deseo incestuoso que, desde el inconsciente, acecha a los hermanos, y termina por expulsarlos de la misma (que también podría entenderse como una recreación del mito bíblico de Adán y Eva: desterrados de su aislado paraíso, y lanzados de golpe a un mundo terrible, conservando como única posesión el reloj pulsera, que les trae a la memoria su circunstancia temporal e irreversible de seres abocados a convertirse en polvo). La aludida pluralidad de explicaciones en torno a la historia, probablemente tenga su razón de ser en la enigmática ambigüedad que brota de la prosa de Cortázar. Recuerdo que, siendo pequeño, al leer por vez primera el cuento, no podía concebir la pasiva actitud que asumían los dos hermanos: en ningún momento siquiera se les pasa por la cabeza intentar averiguar el origen de los misteriosos sonidos provenientes de diversos puntos de la casa. También juzgué ocurrente la resolución, especialmente la última acción del personaje (tirar la llave por la alcantarilla, con la intención de proteger a un eventual ladrón). Pero no fue hasta después de varias lecturas cuando me percaté de que este cuento es memorable, más allá de todas los abordajes interpretativos posibles, precisamente porque inquieta sin necesidad de recurrir a elementos que sean, a priori, inquietantes; porque configura una acabada muestra de que lo fantástico no se

contrapone con lo real, sino que, al contrario, perfectamente puede residir dentro de nuestra cotidianeidad, transgrediéndola, poniendo patas para arriba las reglas preestablecidas del mundo fáctico.

DESPUES DEL ALMUERZO

JULIO CORTAZAR Un niño que después del ALMUERZO tenia que llevar a alguien de paseo, le iba a decir a su padre que no quería llevarlo de paseo, pero finalmente obedeció. El empezó a vestirse, con el único consuelo de que iba a estrenar zapatos amarillos, cuando salio eran las dos. Tia Encarnacion le dio un beso y le dio dinero para que se comprara algo. Lo encontró y lo agarro lo mejor que pudo y salio por el patio hasta la puerta. por la mañana había llovido, el niño hacia lo posible por no mojarse los zapatos nuevos pero a el le gustaba meterse a el agua .el niño estaba acostumbrado a andar por las calles con las manos en los bolsillos del pantalón, silbando o masticando chicle pero ahora no podía, el niño rogó que se pudieran sentar en el mismo asiento ,poniéndolo a el del lado de la ventanilla para que molestara menos , pero el tren vía estaba lleno, y no había asientos dobles desocupados .el guardia se paro del lado del asiento donde lo había instalado, tuvo que hacerle

señas para que le viniera a cobrar, pero mejor se levanto y le pago los boletos, primero el guardia corto un boleto y después el otro. Iba cuidándolo ya que no estaba sentado junto a el, pero cuando presintió que una señora se iba a bajar, fue al asiento, incluso empujo a una señora que también iba a bajar, y si llego a tiempo para sacarlo y permitirle a la señora que bajara en la esquina. Se bajaron en san Martin por la parte de enfrente, de pronto se sintió mariado por casi una hora de viaje, por todos los inconvenientes que tuvo que pasar primero el guardia de los boletos, después la señora que iba a bajar y por ultimo el inspector. Fueron y se sentaron en una banca, de pronto le vino una idea dejarlo solo e irse a divertir, en una de esas se hizo el que le daba de comer a las palomas y se fue, después de remordimiento por dejarlo, le dolió el estomago, de regreso en el camión que iba vació, pensó porque lo deje solo? En Después del almuerzo (Final del juego, 1964), de Julio Cortázar, quien narra -un niño- sufre el calvario de llevar de paseo a su hermano débil mental, que también tiene su refugio en la pieza del fondo: “Era injusto que me lo pidieran (...) en realidad no me importaba tanto que nos miraran (que lo miraran a él , y a mí que lo llevaba de paseo); lo peor era estar ahí parado”. Los prejuicios de la sociedad de mediados del siglo pasado se observan en el padecimiento del chico que siente esa compañía como algo vergonzante : “No es que se mueva demasiado, pero a la gente le molesta lo mismo y yo comprendo”, dice el chico cuando sube al tranvía. El sentimiento de culpa aflora en la angustia que siente, ante la fantasía de la muerte del hermano o frente a la posibilidad de su abandono. Es importante señalar de qué manera está presentado aquí el discapacitado mental: como alguien alienado, sometido a la voluntad de los demás, cosificado. Ese hermano vive como objeto de otros que tienen poder sobre él. No puede opinar, es absolutamente dependiente, está en una situación de desamparo ante las decisiones de quienes lo rodean. Las personas “capaces” (sus padres y su hermano) son los únicos que saben qué necesita y qué es lo mejor para él.

EL ALMOHADON DE PLUMAS HORACIO QUIROGA Alicia y Jordan durante tres meses vivieron una dicha especial, el la amaba profundamente, y aunque no era muy expresivo con sus sentimientos. Alicia adelgazo, una tarde púdo salir al jardin apoyado de su marido. El medico de jordan la examino y no pudo explicar lo que le pasaba a Alicia. Una noche alicia llamo a jordan con espanto, jordan corrio al dormitorio a ver que pasaba y DESPUES se calmo.

Finalmente alicia murio, la sirvienta y jordan descubrieron en la almohada de alicia un animal mostruoso, el cual le chupaba la sangre a alicia, en cinco dias ya la habia vaciado.Estos parasitos de las aves, les gusta la sangre humana y no es raro hallarlos en almohadones de pluma. Otro de los grandes creadores de las letras argentinas, aunaque haya nacido en Salto, Uruguay. "Descubrí" a Quiroga entre los libros de la biblioteca de mi escuela primaria cuando tenía yo solo nueve años. Por error, saqué CUENTOS DE LA SELVA. El "error" responde a que yo creí que eran cunetos de la selva africana, y cunado leí que eran de Misiones, gran desilución... Pero, esos adultos que nunca faltan (en este caso fue Helen, la mamá de mi mejor amiga de esos tiempos), cuando vio el libro en mi mochila dijo "Qué buenos cuentos" y abrió el libro casi al azar y comenzó a leer en voz alta "Las medias de los flamencos". Desde ese momento, creo en eso de que "los libros eligen a sus lectores". Y, fue en ese instante en el que descubrí a Quiroga. Luego de leer el cuento que ustedes reproducen, casi por la misma época, no puedo dormir en ninguna almohada si primero no averiguo con qué está rellena.

EL ALMOHADON DE PLUMAS” 1. ARGUMENTO. Es la historia de un matrimonio joven formado por Alicia, una joven angelical, y Jordan. Ambos están enamorados. Viven en una casa escalofriante y majestuosa en la que Alicia pasaba el tiempo sola hasta que llegaba su marido. Así empezó a adelgazar hasta el punto de que un día tuvo que salir al jardín apoyada en el brazo su marido. Fue el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente el médico la examinó con mucha atención sin encontrar enfermedad alguna y ordenándola calma y reposo. Al día siguiente Alicia siguió empeorando, se veía que iba hacia la muerte, sin que el médico supiera de qué enfermedad se trataba. Por el día su enfermedad no avanzaba, pero cuando se levantaba aparecía cada vez más lívida. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz hasta que por fin murió. Cuando la sirvienta estaba arreglando la habitación, al hacer la cama se fijó en el almohadón, llamó al señor por haber observado pequeñas manchas de sangre. Jordan se acercó y descubre que su mujer había muerto porque dentro del almohadón había un animal monstruoso que le chupaba la sangre todas las noches a Alicia. En cinco días, había vaciado a Alicia. 2. PERSONAJES

El cuento solo tiene a dos personajes principales, Jordan y Alicia. También aparecen como personaje secundario la criada y como personaje antagonista el monstruo que llega a matar a Alicia. Jordan, es el marido de Alicia. Es un hombre joven, pero que a pesar de que estaba profundamente enamorado de ella, no era capaz de expresárselo por su rigidez. Alicia es una mujer joven, rubia, angelical y tímida que está profundamente enamorada de su marido hasta el punto de llegar a asumir vivir sola en una gran mansión, alejada del mundo que había soñado. La sirvienta, es un personaje secundario que aparece para el desenlace final del cuento.

3. TIEMPO Y ESPACIO. No hay referencias temporales externas, pero se sobreentiende que es contemporáneo al autor por los personajes que aparecen en él. Todo el cuento se desarrolla en cinco días (tiempo interno), los días que tarda el bicho en devorar a Alicia, sin que haya saltos temporales salvo al principio del cuento que comienza haciendo una breve referencia al matrimonio y su luna de miel. Tampoco hay referencias espaciales exteriores. El espacio es interior, ya que toda la acción transcurre en la mansión en la que viven Jordan y Alicia, que hacen percibir que los personajes son de una clase acomodada: “La blancura del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro el brillo glacial del estuco, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco […]”. Esta sensación de familia aburguesada se reafirma cuando varios médicos acuden a visitar a la joven o cuando la criada arregla la habitación. 4. TEMA. El amor y la muerte son los dos temas centrales del cuento. El autor narra un cuento de miedo en el que se refleja la angustia de un enamorado que ve como pierde poco a poco a su mujer sin poder hacer nada y sin poderla expresar lo mucho que la quiere. El desenlace que el autor da al cuento con la presencia de un “bicho” 5. PUNTO DE VISTA Y ACTITUD NARRATIVA. Es un cuento corto. Está narrado por un narrador externo que utiliza la tercera persona del singular, que actúa de observador externo. Entremezcla descripción de personajes y sus sentimientos: “Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia”, con la descripción de ambientes: “Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala”.Ç

Con la descripción de los hechos se entremezclan breves diálogos entre los personajes: - ¿Qué hay?- murmuró con la voz ronca. - Pesa mucho - articuló la sirvienta sin dejar de temblar. En el planteamiento el autor nos presenta al matrimonio en la casa en la que viven y la relación de enamoramiento que hay entre ellos. El nudo es todo el proceso de la enfermedad extraña que sufre Alicia y los cambios que sufren los personajes ante este problema, que termina con el desenlace de la muerte de Alicia y el descubrimiento de la causa que lo ha producido. 6. LENGUAJE. El autor utiliza un lenguaje culto con escasos recursos literarios. Los personajes también emplean un lenguaje de acuerdo con su condición social. Utiliza expresiones no propias del castellano como “tuvo un ataque de influenza”, refiriéndose a la gripe o el término bandó para referirse a que la criada se hecho las manos a la cabeza. Por lo demás es un lenguaje directo, que se entiende con cierta facilidad, no exento de palabras cultas y precisas.

Rashomon Ryonusuke Akutagawa Bajo Rashomon un sirviente esperaba a que cesara la lluvia pero no tenia idea de que haria DESPUES, lo natural seria volver a la casa de su amo, pero unos dias antes este lo despidio. Se decidio en pasar la noche en ese lugar para protegerse de la lluvia y el viento, donde nada lo molestara, vio en ese lugar algunos cadaveres tirados en el suelo, no pudo distinguir la cantidad; el hedor que desprendian los cuerpos ya descompuestos, le hizo llevar la mano rapidamente a la nariz, de pronto vio a una vieja canosa, vio que robaba cabellos, por consiguiente no podia juzgar su conducta de pronto le dijo: donde vas vieja infeliz tomandole el brazo;DESPUES la solto,desenvaino su espada y paso el brillante metal frente a los ojos de la vieja, despue se calmo todo. la vieja le contesto que: sacaba los cabellos para hacer pelucas, que arrancar los cabelos a los muerto debe de parecerle horrible, pero por ejemplo. esta mujer que acostumbraba vender carne de vibora, haciendola pasar por pescado. El sirviente no solo dejo de dudar en convertirse en ladron o la muerte, sino que DESPUES de oir esto el tener que morir de

hambre le resulto absurdo y le dijo a la vieja: no me guardas rencor si te robo, sino lo hago yo tambien me mirire de hambre y despojo a la vieja de sus ropas y de un puntapie la arrojo a los cadaveres. el sirviente se fue, adonde fue, nadie lo sabe.