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ESTELLA MATUTINA Y VESPERTINA
Ernesto G.Bermejo “Egarciaber” 2011
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En los últimos años se ha popularizado la idea acerca de la posible explicación astronómica de la fábula mítica. Más precisamente, existen varias opiniones según las cuales algunos mitos, o algunos hilos míticos, nacieron como "reflejo" del movimiento de cuerpos celestes. Esta tesis no es actual, pero últimamente han surgido nuevas pruebas en la etnología o en la historia de las religiones que llevan a una explicación en este sentido. Por otra parte, sabemos bien que la interpretación astronómica de los mitos no excluye otras. En los dos últimos siglos se han publicado muchas obras sobre qué es el mito; quiero mencionar aquí, al respecto, los trabajos de E. Cassirer; M. Eliade, C. G. Jung, C. Kerényi, L. Léví-Bruhl, C. Lévi-Strauss, R. Otto, P. Ricoeur, J. W. Rogerson, H. Schlier y L. Walk, entre otros. Ahora, en mi, opinión, es el momento de recordar y sintetizar sus teorías. Quiero tratar aquí temas míticos como agregados del simbolismo mágico-religioso, por un lado, y reflejos de los acontecimientos histórico-sociológicos, por otro. La naturaleza del término "mito" es multidimensional y por eso existe la necesidad de investigar en todas sus definiciones (J. W. Rogerson, 1974:166, 174). El mito tiene varios niveles simbólicos y parece que nació como un agregado de varios sentidos. Si bien posteriormente perdió algunos, otros se transformaron y en mi opinión no es verdad que primero existió sólo un nivel significativo y después se fueron añadiendo otros. Entonces, simplificando, el mito es: 1. El reflejo de algunos acontecimientos históricos que casi olvidados se convirtieron en un tema mítico. 2. La explicación --en el nivel popular- de todo el Universo. En esta dimensión se pueden colocar las preguntas sobre el origen del Universo, el hombre, el orden social, el destino del hombre, etc. En este caso el mito funciona como la herramienta para instruir a la gente en algunas ideas determinadas y en este sentido es uno de los canales de la información (o de la propaganda) que ayuda a manejar a la gente por el centro ideológico-conductor. 3. La explicación - -en el nivel esotérico- del Universo. Aquí el mito funciona como la herramienta simbólica para iniciados. Ayuda a comprender mejor varios estados del proceso de la iniciación. El mito en este contexto es la fuente de varios tipos de ciencias ocultas. Este sentido puede ser útil en el psicoanálisis moderno con fines terapéuticos, como ya demostró C. G. Jung. 4. La herramienta para facilitar la memorización de ciertas ideas importantes (F. Yates). 5. El reflejo y/o la explicación de las revoluciones de los astros.
La observación de Venus se remonta a los principios del interés en las culturas humanas por la bóveda celeste. Venus es el astro más característico en los cielos de la mañana y de la tarde de la Tierra (después del Sol y la Luna), y es conocido por el hombre desde la prehistoria Los antiguos griegos pensaban que las apariciones matutinas y vespertinas de Venus eran dos cuerpos diferentes, y las llamaron Hésperus cuando aparecía en el cielo del oeste al atardecer y Phósphorus cuando aparecía en el cielo del este al amanecer. Fue Pitágoras quien primero
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teorizó sobre que ambos objetos eran el mismo planeta; no obstante, su idea no se popularizó. De igual modo, en el siglo IV a. C., Heráclides Póntico propuso que tanto Venus como Mercurio orbitaban el Sol en lugar de orbitar la Tierra, siendo su hipótesis totalmente ignorada. Los romanos, herederos de la cultura astronómica griega, llamaban Lucifer al Venus del amanecer, y Vesper al del atardecer, considerándolos, igual que los griegos, dos cuerpos distintos. Posteriormente se popularizarían los términos alternativos Stella Matutina y Stella Vespertina. Por ejemplo, en la segunda Carta de Pedro, que hablando de Jesús a los fieles les augura que "Lucifer salga para alumbraros el corazón" o en el Apocalipsis, en que Juan hace decir al mismo Jesús: "Soy Lucifer". El poeta londinense John Milton (1608-1674) en su historia El paraíso Perdido es el responsable inicial de la confusión Venus – Lucifer, interpretando a este último como Satán, cuando en verdad los judíos estaban hablando de los babilonios:
Cautiverio babilónico de los judíos El cautiverio de Babilonia, o exilio en Babilonia se inicia cuando Nabucodonosor II ordena la primera deportación en 597 a. C., de la corte real y otros ciudadanos prominentes y artesanos de Judea, junto con una porción considerable de la población judía, unos 10.000 miembros, y continúa después con la caída y destrucción del Templo de Jerusalén en 587 a. C. En el libro sobre los masones "La sombra de Salomón" de la escritora Lawrence Gardner, se explica la confusión acerca de Lucifer: La rebelión celestial de Satanás, que concluye con la caída de la gracia y el establecimiento del infierno se refiere a la historia del paraíso perdido. Hubo un pasaje en el libro del Antiguo Testamento de Isaías 14:12 que profetizó el derrocamiento del rey de Babilonia, diciendo: "¿Como caíste del cielo, Lucifer, hijo de la aurora? Fuiste derribado al suelo, tu que vencías a las naciones. Pensabas para tus adentros: "Voy a subir hasta el cielo, voy a poner mi trono sobre las estrellas de Dios; voy a sentarme allá lejos en el norte, en el monte donde los dioses se reúnen. Subiré más allá de las nubes mas altas; seré como el Altísimo". ¡Pero en realidad has bajado al reino de la muerte, a lo mas hondo del abismo!”', Como se pone de manifiesto por el término "hijo del Alba", la referencia de Isaías era al rey de Babilonia, astronómicamente la ‘estrella de la aurora' o 'Lucero del Alba' es Venus, pues aparece en el cielo antes del amanecer. En latín, Venus se conoce como lux-fer, ‘El Portador de Luz’ escrito más comúnmente, 'lucifer'. Lo que hizo Milton fue tratar este término descriptivo femenino como un sustantivo adecuado de acuerdo con la traducción de la Vulgata de San Jerónimo, como aparece en los versículos de Isaías actualmente. Por ello Lucifer fue asociado con Satán en el paraíso perdido.
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Lucifer, interpretado de esa manera, convirtió a la ‘estrella luminosa’en sinónimo de Satán. Pero antes de 1667, el término lucifer, lux-fer: ‘portador de luz' nunca había sido relacionado con una entidad masculina - y jamás ciertamente con el diablo, Satanás. Incluso después de la muerte de Milton, en diccionarios del siglo XVIII, se da la referencia correcta. Por ejemplo, en el Diccionario etimológico de Nathan Bailey 1721-94, leemos: 'Lucifer’ – “la estrella de la mañana; el planeta Venus, cuando se eleva antes que el sol". Pero, no obstante, después de plomo arrojado por Milton, los masones ya no sólo rendían culto al Sol, sino que fueron también tildados como satanistas. Fue así como en 1667, Lucifer se convirtió en un nombre alternativo para Satanás, mientras que su asociación con Venus, portador de la luz y la diosa del amor, fue olvidada en forma de adoctrinamiento clerical. Tal vez lo sorprendente es que, han pasado más de tres siglos y la visión puritana permanece a través de la línea dura continuada por un grupo de extremistas religiosos. Ellos pretender en Internet, y en sus libros, que los investigadores forman parte de una conspiración liberal, pero en realidad persiguen una moderna caza de brujas acusando a los masones de ser satánicos y adoradores del Diablo. En realidad, la 'conspiración' la componen ellos, que se aferran a una creencia medieval en Satanás, y no los masones. La deshonestidad clara puede verse en la traducción que de Isaías hace la Vulgata donde se tergiversa la palabra Lucifer. La raíz griega directa “Luz lux-fer Portador” fue alterada en “phoros” de la cual deriva la palabra latina e inglesa fósforo. Así en el Nuevo Testamento en Pedro 2 1:19, se traduce como "estrella de día". Esto es absolutamente correcto; Sin embargo “Lux-fer” cambiado en “phoros” sirve por igual para definir el “portador de luz ó el portaaviones ligero” y la palabra "fósforo", en relación con la estrella de la mañana, se da con razón como relativamente dudosa en el actual Oxford English Dictionary. Nunca fue un término despectivo, incluso se empleó en relación con el Mesías en Apocalipsis 22:16 - "Yo soy la raíz y la descendencia de David y la brillante estrella de la mañana". Pero el término original utilizado en Isaías no fue “phoros” sino la palabra hebrea “Heylel”. Esto se deriva de la primitiva halal, andis usada 165 veces en el Antiguo Testamento. Pueden encontrarse ejemplos en Reyes 1- 20:11, 10:3, Salmos y proverbios 20:14, y en cada caso, junto a muchos otros “heylel” se refiere a alardeando. Isaías 14:12 no debe leerse 'Cómo caíste del cielo, estrella del día, hijo del Alba!' , sino “cómo has caído del cielo, fanfarrón, hijo de la Aurora!' Como escritor Isaías hacía una referencia directa Al rey de Babilonia, no al planeta Venus o portador de ningún tipo. No sólo fue un mal uso del término lux-fer por parte de John Milton en lugar de hlyill eliminado. en todo caso la palabra fue equivocada en la traducción de la Vulgata. A causa de esta chapucera identificación con el Diablo, popularizada por Dante en la "Divina Comedia" y por Milton en el "Paraíso Perdido", cuando hoy se oye Lucifer no se piensa desde luego en Venus. La edición Oficial del Vaticano, pues, evita cuidadosamente mencionar este nombre donde lo usaba -La Vulgata-, sobre todo en referencia a Jesús, pero lo mantiene astutamente en este pasaje de Isaías:
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"¿Como caíste del cielo, Lucifer, hijo de la aurora? Fuiste derribado al suelo, tu que vencías a las naciones. Pensabas para tus adentros: "Voy a subir hasta el cielo, voy a poner mi trono sobre las estrellas de Dios; voy a sentarme allá lejos en el norte, en el monte donde los dioses se reúnen. Subiré mas allá de las nubes más altas; seré como el Altísimo". ¡Pero en realidad has bajado al reino de la muerte, a lo mas hondo del abismo!." De acuerdo con su nueva mitología, los obispos explican farisaicamente que "la tradición cristiana aplica el texto a la caída de Satanás", aun sabiendo perfectamente que no es otra cosa que un canto referido al rey de Babilonia, que los judíos esperaban entonar cuando estuvieran liberados del exilio. Galileo Galilei fue la primera persona en observar las fases de Venus en diciembre de 1610, una observación que sostenía la entonces discutida teoría heliocéntrica de Copérnico. También anotó los cambios en el tamaño del diámetro visible de Venus en sus diferentes fases, sugiriendo que éste se encontraba más lejos de la Tierra cuando estaba lleno y más cercano cuando se encontraba en fase creciente. Estas observaciones proporcionaron una sólida base al modelo heliocéntrico.
Fases de Venus observadas desde la Tierra.
Venus es más brillante cuando el 25% de su disco (aproximadamente) se encuentra iluminado, lo que ocurre 37 días antes de la conjunción inferior (en el cielo vespertino) y 37 días después de dicha conjunción (en el cielo matutino). Su mayor elongación y altura sobre el horizonte se produce aproximadamente 70 días antes y después de la conjunción inferior, momento en el que muestra justo media fase; entre estos intervalos, Venus es visible durante las primeras o últimas
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horas del día si el observador sabe dónde buscarlo. El período de movimiento retrógrado es de veinte días en cada lado de la conjunción inferior.
Alegoría de Venus, de Sebald Beham, siglo XVI.
Los tránsitos de Venus acontecen cuando el planeta cruza directamente entre la Tierra y el Sol y son eventos astronómicos relativamente raros. La primera vez que se observó este tránsito astronómico fue en 1639 por Jeremiah Horrocks y William Crabtree. El tránsito de 1761, observado por Mijaíl Lomonósov, proporcionó la primera evidencia de que Venus tenía una atmósfera, y las observaciones de paralaje del siglo XIX durante sus tránsitos permitieron obtener por primera vez un cálculo preciso de la distancia entre la Tierra y el Sol. Los tránsitos sólo pueden ocurrir en junio o diciembre, siendo éstos los momentos en los que Venus cruza la eclíptica (al plano en el que la Tierra orbita alrededor del Sol), y suceden en pares a intervalos de ocho años, separados dichos pares de tránsitos por más de un siglo. El anterior par de tránsitos sucedió en 1874 y 1882, y el presente par de tránsitos son los de 2004 y 2012.
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En el siglo XIX, muchos observadores atribuyeron a Venus un período de rotación aproximado de 24 horas. El astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli fue el primero en predecir un período de rotación significativamente menor, proponiendo que la rotación de Venus estaba bloqueada por el Sol (lo mismo que propuso para Mercurio). Aunque realmente no es verdad para ninguno de los dos cuerpos, era una estimación bastante aproximada. La casi resonancia entre su rotación y la mayor aproximación a la Tierra ayudó a crear esta impresión, ya que Venus siempre parece dar la misma cara cuando se encuentra en la mejor posición para ser observado. Al igual que en el caso de los griegos y romanos, también para los antiguos egipcios el planeta Venus eran dos entidades diferentes: el astro matutino era denominado ‘estrella de Bennu-Osiris’ durante las dinastías XIX y XX o Pencherduau (‘la casa del dios de la mañana’) durante el periodo grecorromano, y el astro vespertino era llamado Sebatuaty. Venus era una manifestación del Ba (espíritu) de Ra (dios solar), era su guía, simbolizado por Bennu (el Ave Fénix), y representado como una garza real, según la cosmogonía de Heliópolis. Una de las primeras representaciones de Venus en esta cultura se encuentra en el techo astronómico de la tumba de Senemut, datada hacia el año 1473 a. C., donde aparece con el jeroglífico de la garza real, denominada ‘la estrella que cruza’.
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El ave Fénix en un manuscrito de Barthélémy de Glanville: Le livre des propriétés des choses (siglo XV).
Miniatura del ave Fénix, en el Bestiario de Aberdeen
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El mito del ave Fénix, alimentó varias doctrinas y concepciones religiosas de supervivencia en el Más allá, pues el Fénix muere para renacer con toda su gloria. Fue citado por los sacerdotes egipcios de Heliópolis, el griego Erró doto, los escritores latinos Plinio el Viejo, Luciano, Ovidio, Séneca y Claudio Claudiano, o los cristianos Pablo de Tarso, el Papa Clemente de Roma, Epifanio o San Ambrosio. En el Antiguo Egipto se le denominaba Bennu y fue asociado a las crecidas del Nilo, a la resurrección, y al Sol. El Fénix ha sido un símbolo del renacimiento físico y espiritual, del poder del fuego, de la purificación, y la inmortalidad. Según el mito, poseía varios dones, como la virtud de que sus lágrimas fueran curativas. Para Erró doto, Plinio el Viejo y Epifanio de Salamina, esta sagrada ave viajaba a Egipto cada quinientos años, y aparecía en la ciudad de Heliópolis, llevando sobre sus hombros el cadáver de su padre, a donde este iba a morir, para depositarlo en la puerta del templo del Sol. Herodoto (siglo V a. C.), el historiador griego, escribió: “Otra ave sagrada hay allí que sólo he visto en pintura, cuyo nombre es el de fénix. Raras son, en efecto, las veces que se deja ver, y tan de tarde en tarde, que según los de Heliópolis sólo viene al Egipto cada quinientos años a saber cuándo fallece su padre. Si en su tamaño y conformación es tal como la describen, su mote y figura son muy parecidos a las del águila, y sus plumas en parte doradas, en parte de color de carmesí. Tales son los prodigios que de ella nos cuentan, que aunque para mi poco dignos de fe, no omitiré el referirlos. Para trasladar el cadáver de su padre desde la Arabia al templo del Sol, se vale de la siguiente maniobra: forma ante todo un huevo sólido de mirra, tan grande cuanto sus fuerzas alcancen para llevarlo, probando su peso después de formado para experimentar si es con ellas compatible; va después vaciándolo hasta abrir un hueco donde pueda encerrar el cadáver de su padre; el cual ajusta con otra porción de mirra y atesta de ella la concavidad, hasta que el peso del huevo preñado con el cadáver iguale al que cuando sólido tenía; cierra después la abertura, carga con su huevo, y lo lleva al templo del Sol en Egipto. He aquí, sea lo que fuere, lo que de aquel pájaro refieren”. Herodoto.
Según la leyenda cristianizada, el ave Fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y anidaba en un rosal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del ángel que los desterró surgió una chispa que prendió el nido del Fénix, haciendo que ardieran éste y su inquilino. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas. Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave Fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.
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El ave Fénix en Las Crónicas de Nuremberg.
“Hay un ave, llamada fénix. Esta es la única de su especie, vive quinientos años; y cuando ha alcanzado la hora de su disolución y ha de morir, se hace un ataúd de incienso y mirra y otras especias, en el cual entra en la plenitud de su tiempo, y muere. Pero cuando la carne se descompone, es engendrada cierta larva, que se nutre de la humedad de la criatura muerta y le salen alas. Entonces, cuando ha crecido bastante, esta larva toma consigo el ataúd en que se hallan los huesos de su progenitor, y los lleva desde el país de Arabia al de Egipto, a un lugar llamado la Ciudad del Sol; y en pleno día, y a la vista de todos, volando hasta el altar del Sol, los deposita allí; y una vez hecho esto, emprende el regreso. Entonces los sacerdotes examinan los registros de los tiempos, y encuentran que ha venido cuando se han cumplido los quinientos años”. Clemente de Roma. Epístola a los Corintios (XXV).
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Para San Ambrosio, el ave Fénix muere consumida por el Sol, convertida en cenizas de las que renace, después de arder su cuerpo, como un pequeño animal sin miembros, un gusano muy blanco que crece y se aloja dentro de un huevo redondo, como si fuera una oruga que se vuelve mariposa, hasta que dejando de ser implume se transforma en un águila celeste que surca el firmamento estrellado. Por último hay que apuntar que, según Sahagún, Venus caminando hacia el Sol, desapareció del mundo porque bajó al lugar de la casa de los muertos y que denota el país de los muertos. Después de quemarse, desapareció por 8 días (estuvo 4 días entre los muertos y "en 4 días se proveyó de flechas").
Durante el reinado del emperador Claudio, un supuesto Fénix fue capturado en Egipto y trasladado a Roma, donde éste mandó exponerlo. Nadie se lo tomó en serio. Claudio Claudiano (siglo IV), el último de los grandes poetas romanos, comentaba: “El Fénix es un ave igual a los dioses celestes, que compite con las estrellas en su forma de vida y en la duración de su existencia, y vence el curso del tiempo con el renacer de sus miembros. No sacia su hambre comiendo ni apaga su sed con fuente alguna”. Claudio Claudiano
En la mitología china, el Fenghuang, aunque no tiene similitudes con el Fénix, ha sido denominado el «Fénix chino» por algunos occidentales, siendo una criatura con cuello de serpiente, el cuerpo de un pez y la parte trasera de tortuga. Simboliza la unión del yin y el yang. Posteriormente se identificaría con el Ba de Shu. En el Imperio Medio de Egipto, Bennu también simbolizaba el Ba de Osiris, surgido en el momento de su resurrección. Los antiguos egipcios sabían que todo el universo procede de una misma causa u origen: la diosa Nun como espacio primordial del que surge la dualidad Atum-Ra. Este Ser-Constructor hace el mundo a su imagen y semejanza, esto es, dual y armónico. Todo en el Antiguo Egipto expresa esta dualidad y la posibilidad de conjugarse armónicamente. En lo político la dualidad es el Alto y el Bajo Egipto. Desde la más remota Antigüedad el País de los Faraones se componía de diferentes pueblos que fueron unificados por la Dinastía de Menes-Narmer. Es el primer caso constatado históricamente de unificación de diferentes pueblos sin necesidad de guerras, luchas ni enfrentamientos. Es un hecho histórico importantísimo al que se ha dedicado muy poca atención. Se logró armonía, convivencia y solidaridad. Observamos una extraña similitud entre el símbolo del planeta Venus y el Ankh, Cruz Ankhsata o “Llave de la Vida” de la cultura egipcia. Nuestras conclusiones las mostramos en la figura que sigue
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En lo cotidiano, los egipcios antiguos, vivían la dualidad en las dos orillas del Nilo que también era dual (Nilo celeste-Nilo terrestre). La orilla oriental representaba la vida en la tierra, La orilla donde el Sol aparecía cíclicamente tras la muerte aparente cada amanecer, era la orilla de los encarnados, de sus templos, la vida en este lado de las cosas, en el mundo físico. La orilla occidental representaba la vida en el más allá, en el otro lado de las cosas, en el mundo o plano metafísico, la vida de la conciencia sin cuerpo físico, de la muerte y de los desencarnados, el Sol allí parecía morir cada atardecer, y con el la vida cesaba, dando paso a la muerte aparente de la noche………..Estas dos orillas no estaban en oposición, sino que vida y “muerte” se sucedían de manera natural. Ponemos entre comillas la palabra muerte porque para los egipcios antiguos esta no existía. De hecho, en la escritura jeroglífica no habría traducción literal para nuestro concepto de muerte. Cuando una persona moría se decía que había vuelto a nacer, pero en el siguiente mundo o dimensión y se representaba con el jeroglífico MUT, que significa “madre” y que en el contexto de la separación del alma del cuerpo, significaba “pasar al ka”.
Otra expresión de la dualidad que se armoniza es la doble concepción del tiempo. Para la civilización del Nilo el tiempo se expresaba en lo cíclico (NEHET) y en lo eterno (DJET). Todas las cosas comienzan y terminan, el día, las estaciones, la vida. Sin embargo, todo regresa, el día con el sol, las estaciones con la inundación y la vida en este lado de las cosas. De ahí que las cosas realmente importantes había que mantenerlas para que pudieran servir de orientación ciclo tras ciclo, generación tras generación. Este renovar lo esencial se tradujo en el Antiguo Egipto como el valor de la permanencia. Ninguna de las civilizaciones conocidas nos ofrece la continuidad de la egipcia. Figuras teológicas como Hathor, la diosa madre del universo, bajo el aspecto de una vaca constelada de signos estelares, las hallamos en las primeras dinastías tinitas y en el Egipto helenizado. Símbolos como el Ankh o Llave de la Vida, cruzan 4000 años de intensa vida religiosa sin variación. La institución del Faraón duró más de 3000 años; el complejo religioso de Karnak permaneció activo más de 2000 años.
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EGIPTO: ZODÍACO DEL TEMPLO DE DENDERA:
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Otra de las ideas fundamentales de la Filosofía del Antiguo Egipto fue la de orden natural, correspondiente a la diosa MAAT. MAAT es la armonía del Cosmos, el Orden natural que aporta felicidad, estabilidad y salud. Los sabios egipcios eran conscientes de que vivir de espaldas a la armonía de la naturaleza era ir hacia el desastre. Los ciudadanos, los gobernantes y los sacerdotes debían observar la Regla de Maat para poder vivir en armonía, para poder gobernar con justicia y para realizar las ceremonias y el ritual que reestablecieran el orden natural de las cosas. Esta idea de orden basada en el orden de la naturaleza, se reflejaba en muchos aspectos de la vida personal y social. En lo personal hacía que cada persona buscara su vocación para amar lo que hacía. En lo social inspiró un sistema de organización colectiva que tenía las siguientes características: cada ciudadano debe tener el grado de responsabilidad que le
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corresponda en función de sus capacidades morales e intelectuales; a mayor cargo de responsabilidad en la administración pública, mayor es el nivel de exigencia tanto en la realización de los trabajos como en la conducta moral; comenzando por faraón y hacia abajo, cada componente de la sociedad egipcia debía ser un ejemplo moral para los que dependían de él. Otra de las ideas fundamentales es la renovación. Todo en el País de las dos tierras nos habla de renovación. El jeroglífico NEFER es la capacidad de renovación, a la vez que designa a lo divino. Osiris, la divinidad de la renovación por excelencia es llamado OUNEN-NEFER, el ser perpetuamente renovado, ya que la vida renace de la muerte sin cesar. De ahí que la civilización egipcia no fue nihilista, dado que no le tenían miedo a la muerte. La muerte, para ellos, no era el final de todo, sino un cruce de caminos, el paso de una vida en cuerpo material, a una vida en dimensión espiritual. Así la reencarnación ha sido una idea fundamental sobre la vida para el Egipto Antiguo.
VENUS VISIBLE EN EL ESTE ASCENDIENDO ANTES QUE EL SOL LA LUZ MENOR (VENUS) “ANUNCIANDO” LA LUZ MAYOR (EL SOL) LUZ EN AUMENTO
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VENUS VISIBLE EN PONIENTE TRAS EL OCASO SOLAR LA LUZ MAYOR (EL SOL) DANDO PASO A LA LUZ MENOR (VENUS-LUCIFER) LA LUZ MENOR DANDO PASO A LAS TINIEBLAS LUZ EN DISMINUCIÓN
Naturalmente, este número de días coincide con el intervalo bien conocido entre la última aparición del planeta como lucero de la tarde y la primera aparición como lucero del alba (Gibbs, 1977: 33; 1980: 89). Todo esto significa una cosa: Venus se convirtió en la Venus matutina. Esta no es una idea nueva, pero en este mito podemos identificar esta conversión con seguridad. Después de quemarse, estuvo en el país de los muertos por cuatro días. Venus murió antes de convertirse en Venus
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Venus antes de la conjunción inferior y poco después
Primero, en el cielo de la tarde podemos observar el planeta corno el cuerpo celeste muy brillante. Su brillantez aumenta hasta la magnitud de - 4.3. Esto pasa después de situarse en el ángulo de la elongación máxima (la distancia angular entre los dos astros para el observador colocado en la Tierra). Para Venus, el ángulo de la elongación máxima no es mayor que 47 grados (Sidguick, 1957: 112; Robinson y Muirden, 1979: 127, véase también el cuadro de la página 130). El planeta se acerca al Sol rápidamente, también pierde su brillantez para desaparecer finalmente. Sigue la conjunción inferior del Sol y de Venus y para el observador de la Tierra el planeta está invisible, porque pasa sobre el Sol. Después de 8 días se ve Venus otra vez, pero ya en el Oriente (véase The Astronomical Almanac para cualquier año). Un observador de la Tierra podría decir que el Sol quemó al planeta para que se aparezca en el cielo matutino. Entonces el poder de Quetzalcóatl va aumentando gradualmente (la creación de las artes y ciencias para el hombre, etc.) y se refiere a la brillantez del astro que aumenta también en el cielo vespertino. La debilidad, la declinación del dios se refiere a la disminución de la brillantez del astro. El acto de quemarse y la presencia en el país de los muertos se refiere a la conjunción de ambos astros. (Véase también la ponencia de L. Maupomé.) Como ya hemos mencionado, el ángulo de la elongación de Venus no es mayor que 47 grados. Esto significa que la distancia angular entre los dos astros (el Sol y Venus) no es grande. La Luna nueva ocurre cuando está en conjunción con el Sol. Se aparece en forma de Luna creciente uno o dos días después de esta conjunción, cuando hay cierta distancia entre el Sol y ella. A causa de la elongación de Venus, cada mes entra en conjunción con la Luna creciente en el cielo de la tarde (véase p.e. The American Ephemeris and Nautical Almanac.) Estas conjunciones ocurren el tercero o cuarto día después de la Luna nueva. Después de estar en la fase de su brillantez máxima, Venus entra en conjunción con la Luna frecuentemente por última vez en el cielo vespertino. El planeta pierde su brillantez muy rápido; se puede decir que la Luna al encontrar a Venus lo debilitó. En términos astronómicos, existe la explicación de los eventos que narra este mito. Naturalmente, ésta no es la única explicación de este mito. En otros niveles diferentes al astronómico encontramos otras, por ejemplo, Hedrik (1967) y Jiménez Moreno (1956) discuten este mito a la luz de los eventos históricos; León-Portilla (1979), en el nivel filosófico. La versión de Sahagún nos ofrece los detalles de la naturaleza esotérica. En este lugar quisiera mencionar también que existen otras explicaciones astronómicas de este mito (Beyer 1965: 21-22; Preuss 1955: 394), pero en mi opinión es difícil asociarlas con movimientos astronómicos. En la interpretación aquí presentada se trató de ser lo más preciso posible en la descripción de los movimientos astrales en el lenguaje mítico. No sólo se identificaron los cuerpos celestes, sino también su ubicación y su fase. Estas cosas permiten ofrecer la explicación astronómica como la más posible, porque empleando la astronomía se da un enfoque más preciso.
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Existe también otra interpretación de un mito que refuerza nuestra explicación a través de la analogía. Hostetter (1979) interpretó un mito de Mesopotamia conocido con el título de "El descenso de Istar al país inferior". Investigado por ella encuentra que se habla también (en categorías astronómicas); de las conjunciones entre la Luna creciente y Venus, de la disminución y aumento gradual de la brillantez del planeta, etc. y también habla de Mercurio. En el mito toman parte tres cuerpos celestes (la Luna, Venus y Mercurio), por esto toda la interpretación es precisa. La interpretación astronómica de los mitos nos ofrece una nueva dimensión de la investigación científica, nos "amplía" el campo del examen y explicación del pasado. Entonces, en su aspecto astronómico, este mito es un buen ejemplo de la herramienta para instruir a la gente en los movimientos de Venus. El concepto de planeta en la astrología es distinto del que se usa en la astronomía moderna. El lenguaje astrológico, como todo lenguaje profundo, se expresa en arquetipos que son formas a priori de estructurar la percepción y el conocimiento. Los planetas, desde el punto de vista astrológico, son arquetipos y su historia está contada en los mitos. Los mitos son los sueños del inconsciente colectivo. El pasado del hombre contemporáneo (alrededor de 4 millones de años desde el Australopithecus) se acumula en nuestros genes y, por tanto, en la base de la psique humana, y dirige e influye el comportamiento actual. Para Jung, el inconsciente colectivo fue el receptáculo poderoso y controlador de las experiencias ancestrales. En consecuencia, Jung vinculó la personalidad de cada individuo con el pasado, no solo con la niñez sino también con la historia de las especies. Desde el principio de los tiempos, los seres humanos observaron el cielo y diferenciaron dos elementos en él que, aparentemente, eran similares: las estrellas fijas, que se mantenían inmóviles las unas con respecto a las otras, y las estrellas errantes, (en griego antiguo: Asteres planetai, πλανητης), las cuales parecían cambiar su posición con respecto a las estrellas fijas a lo largo del año. Y no sólo eso, la trayectoria de éstos era, a veces, errática, cambiando el sentido de su marcha, cuando los planetas se movían en dirección retrógrada.. Para los griegos y los otros pueblos dedicados a la astronomía primitiva, este grupo estaba compuesto por los cinco planetas visibles a simple vista, excluida la Tierra, por supuesto. Estrictamente la palabra planeta sólo se aplicaba a estos cinco objetos errantes, pero posteriormente fue ampliado, sobre todo a partir de la Edad Media, para incluir la Sol y la Luna (algunas veces llamados "Luminarias", porque dan luz y la reflejan), haciendo un total de siete planetas. Los astrólogos mantienen esta denominación hoy en día al referirse a ellos.
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Para los astrólogos antiguos los planetas representaban la voluntad de los dioses y su influencia directa en los asuntos humanos. Para los astrólogos modernos los planetas representan las unidades básicas o impulsos en la psique humana. Estas unidades se expresan a) con cualidades diferentes a través de los doce signos del zodiaco, y b) en diferentes esferas de la vida a través de las doce casas. Cómo se manifiestan los planetas también depende de los aspectos (o ángulos) que forman entre sí en el cielo vistos desde la Tierra. Los astrólogos modernos difieren en la fuente de energía de los planetas. Algunos sostienen que los planetas ejercen su influencia gravitatoria, o directamente a través de algún poder desconocido. Otros sostienen que los planetas no tienen influencia directa en sí mismos, pero son espejos de los principios básicos de la organización en el universo. En otras palabras, los patrones básicos del universo se repiten en todas partes, como ocurre con los fractales, en los que el mismo patrón se repite hasta el infinito a distintas escalas, o con los hologramas en los que la misma imagen se encuentra completa en cada fracción o trozo de uno de ellos. Los astrólogos aplican el principio de la Tabla de Esmeralda atribuido a Hermes Trismegisto y que dice “Lo que está más abajo es como lo que está arriba”. El astrólogo moderno no trabaja con dioses ni con personajes casi divinos, sino que es consciente de que el universo es un continuum de materia, energía y vibraciones de distintas frecuencias, que se manifiesta de muchas formas y a muchos niveles y que están todos interconectados. Esto constituye el aspecto de creencia de esta disciplina, ya que es indemostrable en términos científicos. Los planetas están también asociados, especialmente en la tradición china, con las fuerzas básicas de la naturaleza. A continuación se enumeran los significados específicos y los dominios asociados con los planetas astrológicos desde tiempos antiguos, enfocándolos desde la tradición astrológica occidental. Los planetas en astrología hindú que se conoce como el Navagraha o 'nueve reinos'. En astrología china los planetas están asociados con las fuerzas vitales del yin y el yang y los cinco elementos, que desempeñan un papel importante en la forma de la geomancia china conocido como Feng Shui . Las tradiciones astrológicas hindúes y chinas se mencionan aquí, pero se discuten en mayor detalle en sus propios artículos Esta tabla muestra los planetas astrológicos (que son distintos de los astronómicos) y los dioses griegos y romanos asociados con ellos. En la mayoría de los casos, el nombre en castellano deriva del nombre de un dios o diosa romanos. También es de interés la fusión del dios romano con el dios griego correspondiente. En algunos casos, es la misma deidad con dos nombres diferentes.
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Venus ( ) es el planeta regente de Tauro y Libra y está exaltado en Piscis. En la mitología romana, Venus es la diosa del amor y la belleza, famosa por las pasiones que podía provocar entre los dioses. De la misma manera, la calma, la superficie de hermosas nubes blancas que el planeta Venus presenta esconde dentro su atmósfera calurosa y densa y una intensa actividad volcánica. Venus orbita alrededor del Sol en 225 días, invirtiendo cerca de 18,75 días en cada signo del zodíaco. Venus es el segundo objeto más brillante en el cielo de la noche, la luna es la más brillante. Astrológicamente Venus está asociada con los principios de armonía, belleza, equilibrio, los sentimientos y afectos, y el impulso de simpatía y de unirse con los demás. Está involucrado con el deseo de placer y sensualidad, así como con los bienes personales, la comodidad y la vida fácil. Rige las relaciones románticas, el matrimonio y las asociaciones empresariales, el sexo (el origen de las palabras Venus y venérea), las artes, la moda y la vida social. El poeta del siglo I Manilio, describe a Venus como generoso y fecundo, y el menor benéfico.
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La parte resaltada de la órbita de Venus se encuentra por encima del plano de la Eclíptica. La inclinación de la órbita con respecto a la Eclíptica es de 3º 23´39,3" La línea roja en el plano eclíptico representa la dirección del Punto Vernal.
Aunque todas las órbitas planetarias son elípticas, la órbita de Venus es la más parecida a una circunferencia, con una excentricidad inferior a un 1%. El ciclo entre dos elongaciones máximas (período orbital sinódico) dura 584 días. Después de esos 584 días Venus aparece en una posición a 72º de la elongación anterior. Dado que hay 5 periodos de 72º en una circunferencia, Venus regresa al mismo punto del cielo cada 8 años (menos dos días correspondientes a los años bisiestos). Este periodo se conocía como el ciclo Sothis en el Antiguo Egipto.
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La Excentricidad de la órbita de Venus es la más baja del Sistema Solar (e = 0,006793). Esto hace que la misma sea muy circular. La distancia al Sol en su Perihelio y Afelio es de 107,5 y 108,9 Millones de Kilómetros, respectivamente. La Longitud del Perihelio del planeta se encuentra a 130,9º (Marcado con un punto en la órbita) medidos en sentido antihorario desde el Punto Vernal En la conjunción inferior, Venus puede aproximarse a la Tierra más que ningún otro planeta. El 16 de diciembre de 1850 alcanzó la distancia más cercana a la Tierra desde el año 1800, con un valor de 39.514.827 kilómetros (0,26413854 UA). Desde entonces nunca ha habido una aproximación tan cercana. Una aproximación casi tan cercana será en el año 2101, cuando Venus alcanzará una distancia de 39.541.578 kilómetros (0,26431736 UA)
ROTACIÓN Venus gira sobre sí mismo lentamente en un movimiento retrógrado, en el mismo sentido de las manecillas del reloj, de Este a Oeste en lugar de Oeste a Este como el resto de los planetas (excepto Urano), tardando en hacer un giro completo sobre sí mismo 243,0187 días terrestres. No se sabe el porqué de la peculiar rotación de Venus. Si el Sol pudiese verse desde la superficie de Venus aparecería subiendo desde el Oeste y posándose por el Este, con un ciclo día-noche de 116,75 días terrestres y un año venusiano de 1,92 días venusianos.
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DÍA Y AÑO Una característica que hace único a Venus es la relación entre su día y su año, pues el día de Venus es más largo que su año, es decir, que cuando Venus ha completado su órbita al Sol aún no ha completado su día. ¿Verdad que esto no le cuadra a tu cabeza acostumbrada durante años a que 1 día es mucho más corto que el año que tiene 365 días (y un día más cada 4 años)? Realmente ese no es el modelo universal. Realmente no existe un modelo universal para planetas que flotan en el Espacio, pues cada uno va "a su aire" obedeciendo a las fuerzas naturales de atracción y repulsión, aunque en el Espacio no hay aire. Y yendo "a su aire" mantienen maravillosas sincronicidades entre ellos en un orden dinámico libre, como el propio Venus con la Tierra. Podemos medir el año de Venus con días terrestres, de modo que Venus da su órbita al Sol en 224'6 días terrestres cumpliendo el 0'9 de su día. 18 días más tarde completa su día, en el día 243 de la Tierra. Así que 1 segundo venusiano equivale a 243 segundos de la Tierra (4 minutos y 3 segundos)
Sin que nos demos cuenta, al mismo tiempo que nuestra Nave Tierra da una órbita al Sol, el planeta Venus da 1 órbita y 0'62 más, es decir que cubre 360 grados y 225 grados más de su órbita: 585 grados. (En la animación puedes pulsar en la imagen del Sol para detener y reanudar la animación). El número 1'62 es un redondeo del valor del número PHI (=1'6180) llamado el Número Áureo (o Número de Oro o Divina Proporción) como un valor proporcional que define el ritmo de crecimiento (un tipo de evolución) de muchos elementos de la naturaleza, empezando por las espirales y sus formas.
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¿Deseas conocer cuál es tu edad venusiana, es decir, según el Planeta Venus? Basta que multipliques tu edad terrestre por 1'62. Esta evolución y relación PHI se sigue apreciando en el baile sincronizado de Venus y la Tierra, pues en su siguiente momento culmen después de 1 órbita de la Tierra y 1'62 de Venus, se encuentran en su punto más cercano y alineados con el Sol (al mismo lado de éste) cuando la Tierra ha realizado 1'6 órbitas (y Venus 2'6). Es el Ciclo Sinódico de Venus medido desde la Tierra.
CICLO SINÓDICO Después de una órbita de la Tierra en que Venus cubrió 1 órbita y 0'6 de su siguiente, ahora la Tierra cubre el 0'6 de la siguiente suya mientras Venus da 1 órbita más hasta que se encuentran al mismo lado del Sol alineándose con él. Es el Ciclo Sinódico de Venus visto desde la Tierra. Ocurre cada 584 días (1'6 años) y es el momento y punto en que la Tierra y Venus se encuentran al mismo lado del Sol, en el punto más cercano entre ambos, como un bailarín y una bailarina que vuelven a encontrarse y besarse. Técnicamente (astronómica y astrológicamente) a eso se llama "conjunción inferior".
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CICLO PENTAGONAL Venus y la Tierra danzan en sincronía matemática y geométrica en el salón del Espacio, al son de la sutilísima vibración de la música de las esferas, pues esferas son. El milenario mito de la llamada "Música de las Esferas" es mito mientras no se comprende qué es o a qué se refiere. Es como si una persona no reconociera que los instrumentos musicales suenan y por eso concluye que la "música de los instrumentos" es mito. Sólo le basta escuchar, sentir, vibrar y comprender. Nosotros estamos en una de esas esferas: el Planeta Tierra, aunque si pensamos un poco comprenderemos que es normal que sea posible que no conozcamos la maravilla en la que estamos inmersos ni que participemos activamente en ella, como aquel espectador que asiste gratis a un maravilloso concierto y él mismo es un instrumento y se queda dormido, pero no porque la música sea aburrida sino porque no sabe que está ahí. Cada 8 años, que son 8 órbitas de la Tierra y 13 de Venus, ambos planetas se encuentran 5 veces en sus puntos más cercanos, al mismo lado del Sol, 5 puntos que son equidistantes y que forman los 5 vértices de una estrella de 5 puntas.
En la imagen siguiente puede comprobar cómo Venus y la Tierra continúan trazando la figura pentagonal, aunque ya no desde el mismo punto que la anterior, de modo que esa estrella de 5 puntas gira también alrededor del Sol hasta dar una vuelta en 1.252 años: un Ciclo mayor compuesto por 156 subciclos Pentagonales (1.252 órbitas de la Tierra y 2.035 de Venus). Así es como los planetas crean los Ciclos Cósmicos.
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Los números 5, 8 y 13 son números consecutivos de la serie Fibonacci en la que cada número dividido por su anterior tiende al valor del número Phi, el que marca la llamada "proporción divina" de ciertos elementos de la Naturaleza, por no decir muchos o todos, y entre los cuales están las propias piezas que componen el esqueleto de nuestros cuerpos: los huesos. En la vigésima división de la serie Fibonacci, entre los números 6.765 y 4.181, se obtiene un valor de phi afinado hasta el sexto decimal: 1'6180339. Venus y su ciclo sinódico es muy bien conocido por la antigua cultura Maya. Los Maya construían sus calendarios en base a ciclos naturales observando a los astros, como Venus, cuya órbita es la más cercana. Los Maya manejan varios calendarios, uno de ellos, quizá el principal, es el llamado TZOLKIN, que es de 260 días. Nótese que los números de la serie Fibonacci 6.765 y 4.181 como días terrestres convertidos a Tzolkins son 26 y 16 Tzolkin, y en el ciclo sinódico Venus da 2'6 órbitas y la Tierra da 1'6. Igualmente la división del año terrestre en 5 partes da a 73 días cada una. Otro de los Grandes Ciclos -pequeño en comparación con otros mayores- es el del bamboleo de la Tierra o de Precesión de los Equinoccios, de 25.920 años. Si tomamos esta cifra como número redondo, 26.000 años, y los convertimos a Tzolkin nos da a 36.500 lo cual quiere decir que ese Gran Ciclo es dividisible en 5 partes de 7.300 Tzolkin. Es decir, en términos Tzolkin, el ciclo de Precesión de la Tierra es fractal del año terrestre dividido en 5 tramos de 73 días. Con todo: 5 x 73 días ==> 5 x 7.300 Tzolkin.
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TRÁNSITOS DE VENUS
Primeros momentos del Tránsito de Venus del 8 de junio 2004.
Secuencia de un tránsito de Venus
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El tránsito de Venus es un suceso muy poco frecuente. Tienen lugar 4 tránsitos en un período de 243 años, con un intervalo entre uno y el siguiente de 105,5; 8; 121,5 y 8 años. Se suelen considerar los "pares" de tránsitos que se producen en un intervalo de 8 años. En la tabla que sigue se recogen todos los tránsitos desde 1500 hasta 2500:
El patrón de 105,5; 8; 121,5 y 8 años entre tránsitos consecutivos no es el único posible en el ciclo de 243 años. Antes del año 1518, los tránsitos seguían un patrón de 8; 113,5 y 121,5 años; y antes de 546 el intervalo entre tránsitos consecutivos era de 121,5 años. El patrón actual seguirá hasta el año 2846, ya que entonces será reemplazado por un patrón de 105,5; 129,5 y 8 años. Así, el ciclo de 243 años es relativamente estable, pero el número de tránsitos y el intervalo entre uno y el siguiente varían con el tiempo debido a las perturbaciones que los planetas jovianos (y la Tierra) producen en la órbita de Venus. Este ciclo de 4 tránsitos de Venus es de 243 años. Nótese que 243 también es el número de días terrestres con el que medimos el día/giro de Venus, de modo que en el ciclo de 4 tránsitos, Venus cumple 365 de sus días. La órbita del Planeta en el que estamos tiene dentro de ella misma otras dos órbitas, las de Venus y Mercurio. Esto hace que la Tierra y Venus se encuentren cada cierto tiempo al mismo lado del Sol: cada 584 días que son 2'6 órbitas de Venus y 1'6 órbitas de la Tierra (1'6 años). Este periodo define lo que se llama el Ciclo Sinódico de Venus visto desde la Tierra (5 ciclos sinódicos forman un ciclo mayor, el Ciclo Pentagonal). La órbita de Venus está inclinada 3.5 grados con respecto a la de la Tierra, con lo que a veces, desde el punto de vista de la Tierra, cuando Venus pasa entre la Tierra y el Sol, lo hace por encima del Sol y otras por debajo, y las menos veces pasa justo entre la línea formada por la Tierra y el Sol. Entonces, desde la Tierra, algunas personas con sus telescopios especiales apuntan al Sol y observan un puntito negro cruzando en trayectoria oblicua. Es Venus, y a ese fenómeno se le llama "Tránsito de Venus".
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El último Tránsito de Venus tuvo lugar el pasado 8 de junio de 2.004, y el siguiente Tránsito tiene lugar el 6 de junio de 2.012. Ambos tránsitos son las marcas del inicio y final de un periodo de 8 años en el que (a fecha romana cristiana de enero de 2.009) la Tierra está inmersa. Es parte del Tiempo Universal, la 4ª dimensión en la que evoluciona dinámica y multidimensionalmente, el Tiempo no mecánico, no psicológico, no racional, sin conceptos ni valores numéricos, parte del Legado y Herencia universal espiritual olvidado por la humanidad civilizada aunque en el cual es posible integrarse libremente. En tal Tiempo también Venus anda por su ciclo orbital (año) y por su ciclo rotatorio (día) correspondiente: 7º año en su 6º día (su año es más corto que su día). Este periodo de 8 años u órbitas (que son 13 de Venus) es el Ciclo Pentagonal con Venus, en el cual Venus y Tierra se encuentran 5 veces al mismo lado del Sol (5 ciclos sinódicos, mencionados en el primer párrafo) formando 5 puntos equidistantes en sus órbitas que son los 5 vértices de una estrella de 5 puntas. Los tránsitos de Venus se producen siguiendo un patrón irregular. Con el año 2.009 cristiano en nuestra memoria estamos entre dos tránsitos: el de 2.004 y el de 2.012. A partir del tránsito de 2.012 el próximo ya no es 8 años después sino 121'5 años más tarde. Así pues hay un "vacío de tránsitos" durante 121'5 años. Este es el patrón que forma el Ciclo de Tránsitos de Venus: tránsito 2004tránsito 2.012
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y después este patrón irregular, el Ciclo vuelve a repetirse. De modo que son 4 tránsitos por cada Ciclo de Tránsitos. Y como se puede ver, el lapso más largo es de 121'5 años, que es la suma del resto de lapsos: 8 años + 8 años + 105'5 años. Y el total es de... 243 años terrestres (órbitas de la Tierra). Y he aquí una maravillosa y misteriosa coincidencia numérica, pues... El día de Venus dura 243 días terrestres (o Venus tarda 243 días terrestres en completar su giro o día) 243 años divididos en partes de 243 días da a 365 partes de 243 días. Esta coincidencia significa que en cada Ciclo de Tránsitos de Venus, Venus da 365 giros o cumple 365 de sus días. La Tierra en sus 365 días hace 1 año o 1 órbita, así que Venus en sus 365 días es como si hiciera su Verdadero Año al modo de la Tierra (365 días), aunque un año no determinado por la órbita. De hecho, en sus 365 días venusianos Venus da 395 órbitas al Sol. El número 395 no parece ser significativo, pero como años terrestres u órbitas de la Tierra, el número 394'2 define uno de los ciclos mayas, el BAKTUN. Y 394'2 años convertidos a días son 144.000 días, un número "sólido". Con estos cálculos hemos descubierto dos ciclos: 243 años del Ciclo de Tránsitos de Venus y 394 años del BAKTUN. ¿Cuál es su relación? Pues 394 años / 243 años = 1'62, o dicho de un modo descriptivo: BAKTUN / Ciclo de Tránsitos de Venus = 1'62 Ciclos de Tránsitos de Venus de modo que en 1 BAKTUN se producen 1'62 Ciclos de Tránsitos. Esta relación entre el BAKTUN y el Ciclo de Tránsitos de Venus es la misma que se encuentra entre el año de la Tierra y el de Venus: 365 días / 225 días = 1'62. Y 1'62 es el valor del número PHI redondeado. Como vemos, 1'62 no es un número entero de Ciclos. Para obtener un número entero hemos de sumar 1'62 a sí mismo hasta alcanzar un número cuasi entero. Lo hallamos tras 13 sumas que dan 21'07 Ciclos de Tránsitos de Venus. Esas 13 sumas son los 13 BAKTUNES que forman el siguiente ciclo mayor, la Cuenta Larga.
¿CUÁNDO SE VIO EL PRIMERO? Johannes Kepler (1571-1630) calculó las distintas posiciones de Venus a lo largo del tiempo y predijo que cada 130 años tendrían lugar tránsitos de Venus, los dos primeros en 1631 y 1761. El tránsito de 1631 no fue observado ya que, prácticamente en toda Europa, tuvo lugar después de la puesta del Sol. Jeremiah Horrocks, (1617 - 1641) un clérigo inglés, que había estudiado astronomía y matemáticas en Cambridge, recalculó la trayectoria de Venus descubriendo que habría un tránsito el 4 de diciembre de 1639.
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El día del tránsito fue domingo y pese a tener que compaginar las tareas propias de su trabajo como párroco en el pueblo de Hoole, Horrocks pudo observar el tránsito y fue capaz de deducir de sus observaciones un valor de 14 segundos para la paralaje solar o lo que es lo mismo, que la distancia Tierra-Sol era de 95 millones de Km. (William Crabtree, estudioso asimismo de los nuevos métodos introducidos por Kepler, observó también el tránsito a instancias de su amigo Horrocks). (Valores aceptados actualmente: Paralaje Solar: 8,79"; Distancia Tierra-Sol=149.58 millones de Km.)
LOS TRÁNSITOS DEL SIGLO XVIII En 1716 el astrónomo inglés Edmund Halley envió a la Royal Society un método para medir la distancia Tierra-Venus y a partir de ésta, la unidad astronómica (distancia Tierra-Sol) aprovechando el tránsito de Venus que se iba a producir en 1761. Astrónomos de todo el mundo, comisionados por sus gobiernos se prepararon para la observación. Los británicos enviaron una expedición a Santa Helena y otra a Sumatra. Los franceses organizaron cuatro: Siberia, Viena, Isla Rodríguez y Pondicherry en la India. Esta última volvió sin conseguir su objetivo debido a la guerra existente entre ingleses y franceses. En total, el tránsito fue observado desde unos 70 lugares distribuidos alrededor del globo terrestre, constituyendo la primera gran empresa científica internacional. Los resultados obtenidos no estuvieron acordes con las expectativas. El mal tiempo en muchos de los lugares de observación, la dificultad de determinar con precisión la localización geográfica del lugar en que la observación se realizaba y el efecto de la gota negra (poco antes y poco después del contacto visual entre Venus y el Sol aparece un punto negro de unión entre ambos) dificultaron la aplicación del método de Halley. En la observación del tránsito del 3 de junio 1769 hubo 150 observadores oficiales y otros muchos aficionados. Entre los observadores se encontraba el célebre capitán James Cook que realizaba el primero de sus viajes: pudo observarlo cómodamente desde dos observatorios ubicados en la bahía Venus, en la isla de Tahití. Una de las observaciones con mejores resultados fue la realizada en la península de Baja California por el francés Jean-Baptiste Chappe D' Auteroche al que acompañaban los españoles Vicente de Doz y Salvador Medina y el mexicano Joaquín Velázquez Cárdenas de León. En 1835 el director del observatorio de Berlín Johann Franz Encke obtuvo a partir de los datos obtenidos en los tránsitos de 1761 y 1769 un valor de la paralaje solar de 8,57 segundos de arco que correspondía una distancia Tierra-Sol de 153.500.000 Km.
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LOS TRÁNSITOS DEL SIGLO XIX
Tránsito de Venus de 1882 Los tránsitos de 1874 y 1882 fueron también seguidos por cientos de observadores enviados por las academias científicas de multitud de países. Así por ejemplo Francia envió, entre otros, observadores a Nueva Caledonia, Pekín, Japón (el espectroscopista Jansen), Indochina y Nueva Zelanda. El Boletín de la Sociedad Astronómica de Londres recoge que se obtuvieron 3440 pruebas fotográficas de los distintos aspectos que ofreció el fenómeno. En 1874 hubo una expedición a Japón, presidiendo la Comisión Mexicana encargada de observar el tránsito del planeta Venus por el disco del sol, el 8 de diciembre de ese año. En el tránsito de 1882 participa España por primera vez de forma oficial, habilitando el gobierno un presupuesto de 20.000 pesetas para la adquisición de instrumentos, gastos de embalaje, etc. Se enviaron dos grupos de observadores, uno a Cuba y el otro a Puerto Rico. Para las observaciones en la estación de Puerto Rico se disponía de:
Un anteojo ecuatorial con objetivo de 6 pulgadas inglesas de abertura libre, con movimiento de relojería, ocular solar diagonal, micrómetro, etc. construido por Cooke.
Otro anteojo ecuatorial de 4 pulgadas inglesas de abertura libre, construido por Secretan.
Un anteojo Fronghton con objetivo de 3½ pulgadas inglesas, montaje ecuatorial, construido por Cooke y ocular solar diagonal. ‐ 36 ‐
Un instrumento de pasos de Repsold para la determinación del tiempo y la latitud.
Un péndulo sidéreo.
Cuatro cronómetros.
Un cronógrafo construido por Hipp.
Una mesa telegráfica para fijar la longitud de los puntos de estación con referencia a un meridiano determinado.
Un sextante de Fronghton, con pie y horizonte.
Un teodolito de Brunner para alguna pequeña triangulación que sea necesario hacer.
Un barómetro.
Un psicrómetro.
Un anemómetro, sistema Robinson.
FASES
Zonas iluminadas de Venus en su giro de traslación solar
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Fases de Venus vistas desde la Tierra, correspondientes a las posiciones de la figura anterior.
Además de la rotación retrógrada, los periodos orbital y de rotación de Venus están sincronizados de manera que siempre presenta la misma cara del planeta a la Tierra cuando ambos cuerpos están a menor distancia. Esto podría ser una simple coincidencia pero existen especulaciones sobre un posible origen de esta sincronización como resultado de efectos de marea afectando a la rotación de Venus cuando ambos cuerpos están lo suficientemente cerca.
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ATMÓSFERA
La atmósfera de Venus es increíblemente densa e imposibilita cualquier observación directa de la superficie del planeta; imponentes conglomerados nubosos, visibles en el ultravioleta, atraviesan los cielos venusianos a alta velocidad dando una vuelta completa al planeta en sentido longitudinal en apenas 4 días. En la alta atmósfera las masas de gas ascendente alcanzan fácilmente los 350 Km. /h, mientras que en la proximidad de la superficie los vientos no alcanzan más de 4,5 Km. /h en gran parte debido a la mayor presión. La atmósfera venusiana es atravesada por ocasionales fenómenos eléctricos de energía notable.
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La presencia de una atmósfera densa y de vientos particularmente fuertes hace que la temperatura sobre la superficie sea de aproximadamente 710-740 K en todo punto del planeta, también en el hemisferio nocturno. Tales valores de temperatura son absolutamente mayores que los registrados en Mercurio, que está a la mitad de la distancia de Venus del Sol. La presión atmosférica en la superficie alcanza el valor de 90 atmósferas (hPa 90 000), haciendo la exploración del planeta a nivel del suelo con pruebas automáticas extremadamente difícil. Las sondas Venera, que fueron las primeras en aterrizar con éxito en la superficie del venusiana, fueron diseñadas como batiscafos y no obstante apenas sobrevivieron un par de horas a las condiciones atmosféricas.
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ESTRATIGRAFÍA ATMOSFÉRICA
Las sondas que han aterrizado sobre el planeta han identificado la presencia de tres distintos estratos de nubes: un estrato superior, compuesto de pequeñas formaciones circulares de ácido sulfúrico, a una cota de 60-70 Km.; un estrato intermedio, constituido de formaciones más grandes y menos numerosas, localizado a 52-59 Km. de altitud; y finalmente un estrato inferior más denso y constituido por las formaciones más grandes, que desciende hasta los 48 Km. de cota. Por debajo de tal nivel la temperatura es tan elevada como para vaporizar las formaciones, generando una niebla o bruma que se extiende hasta los 31 Km. de altitud. La parte más baja de la atmósfera se encuentra relativamente limpia y carente de formaciones nubosas.
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FORMACIÓN DE LAS NUBES
Imagen artística del doble vórtice del polo sur de Venus
A diferencia de las nubes terrestres, que se originan por el enfriamiento de aire ascendente y de la consiguiente condensación de vapor de agua, las nubes venusianas son el producto de reacciones químicas que combinan el dióxido de azufre y el vapor de agua, merced a la acción de la luz solar (en la alta atmósfera) o del calor (cerca de la superficie).
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CIRCULACIÓN DEL VIENTO
El viento en Venus varía según la altitud, en un grado mucho mayor que en la Tierra. Cerca de la superficie es muy suave e inferior en velocidad al que a la misma altitud puede alcanzar en la Tierra, alcanzando generalmente menos de 2 m/s y con un promedio de 0,3 a 1 m/s debido a la alta densidad atmosférica a escasa altura de la superficie, siendo no obstante esta mínima velocidad suficiente para realizar transportes de polvo y pequeñas piedras. En el nivel de las nubes, sin embargo, la velocidad del viento se incrementa súbitamente, alcanzando los 95 m/s. Esas corrientes de viento de alta velocidad pueden dar la vuelta al planeta en aproximadamente cuatro días, en un fenómeno conocido como "super-rotación".
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MAGNETOSFERA
Interacción de Venus con el viento solar.
Venus carece de campo magnético significativo. La razón de esta ausencia no es conocida, pero está probablemente relacionada con la rotación del planeta o la falta de convección en el manto. Venus tiene solamente una magnetosfera inducida formada por el campo magnético solar transportado en el viento solar. Este proceso consiste en el hecho de que el campo magnético tropieza con un obstáculo, en este caso Venus. La magnetosfera de Venus tiene al menos una onda de choque y una magnetopausa. El punto subsolar de la onda de choque se encuentra a 1900 Km. (0.3 Rv, donde Rv es el radio de Venus) por encima de la superficie de Venus. Esta distancia ha sido medida en 2007 en un
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momento de actividad solar mínima. En momentos de máxima actividad solar esta distancia puede ser mayor. La magnetopausa se encuentra a una altitud de 300 km. El límite superior de la ionosfera (ionopausa) está aproximadamente a 250 Km. de altitud. Entre la magnetopausa y la ionopausa existe una barrera magnética que impide al plasma solar penetrar en profundidad en la atmósfera del planeta, al menos durante los períodos de actividad solar baja. El campo magnético en la barrera alcanza los 40 nT. Esta zona alcanza un diámetro superior a diez radios del planeta. Es la parte más activa de la magnetosfera venusiana. La energía de los electrones y los iones en esta región es cercana a los 100 ev y 1000 ev respectivamente.
El impacto del viento solar con sus protones cargados positivamente, directamente sobre la atmósfera de Venus.
Debido a la falta de un campo magnético en Venus, el viento solar penetra a bastante profundidad en la exosfera del planeta y causa una sustancial pérdida de elementos de la atmósfera. Actualmente los iones que principalmente tienden a ser perdidos son O+, H+ y He+. La proporción de hidrógeno con respecto a la pérdida de oxígeno es cercana a 2, indicando una pérdida continuada de agua.
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GEOLOGÍA
Mapa de Venus realizado por la sonda Pioneer Venus
La geología de Venus ofrece características superficiales impresionantes que contrastan tanto por su belleza como su rareza. La mayor parte de lo que sabemos actualmente sobre su superficie proviene de observaciones de radar, principalmente a través de las imágenes enviadas por la sonda Magallanes (Magellan) desde el 16 de agosto de 1990 hasta finalizar su cobertura fotográfica en el tercer ciclo de mapeo el día 14 de septiembre de 1992 cuando la nave tuvo algunas anomalías. En total se cartografió el 98% de la superficie venusiana, de los cuales el 22% corresponde a imágenes estéreo. La superficie de Venus, cubierta por una densa atmósfera, presenta clara evidencia de una actividad volcánica muy activa en el pasado: volcanes en escudo y volcanes compuestos como los que se encuentran en la Tierra. Sin embargo, a diferencia de la Luna, Marte o Mercurio que han sufrido un intenso período de craterización, Venus tiene una baja densidad de cráteres pequeños pero sí presenta algunos de tamaño mediano a grande, esto se explica por la densa atmósfera del planeta que ha venido desintegrando a los meteoritos de menor envergadura.
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La compleja superficie de Venus
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Otras de las características extraordinarias del planeta que por su apariencia se llaman coronae (latín para coronas) y otras figuras conocidas como aracnoides por su semejanza a los arácnidos. También se encuentran largos ríos de lava, evidencia de erosión eólica y un tectonismo importante que en su conjunto hacen de la superficie de Venus una de las más complejas.
Corona Aine
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Pese a que Venus es el planeta más cercano a la Tierra (unos 40 millones de kilómetros en conjunción inferior) y tiene una gran similitud con la Tierra, toda semejanza es externa: ninguna sonda ha podido sobrevivir más de unas horas sobre su superficie debido a que la presión atmosférica es unas 90 veces la de la Tierra, además, la temperatura ronda los 450°C, la cual, es en gran medida, ocasionada por el efecto invernadero provisto por una atmósfera constituida principalmente de dióxido de carbono (96,5%).
Efecto invernadero en Venus.
Las observaciones de sondas espaciales y las realizadas desde la Tierra con telescopios muestran que el patrón en forma de Y que generan las nubes se debe a que las capas superiores se desplazan alrededor del planeta una vez cada 4 días, lo que sugiere la presencia de vientos de hasta 500 km/h por lo que se cree que es un importante factor en la modificación del terreno.
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ESTRUCTURA INTERNA
Sin información sísmica o detalles del momento de inercia, existen pocos datos directos sobre la geoquímica y la estructura interna de Venus. Sin embargo, la similitud en tamaño y densidad entre Venus y la Tierra sugiere que ambos comparten una estructura interna afín: un núcleo, un manto, y una corteza planetaria. Al igual que la Tierra, se especula que el núcleo de Venus es al menos parcialmente líquido. El menor tamaño de Venus indica que las presiones en su interior son considerablemente menores que en la Tierra. La diferencia principal entre los dos planetas es la carencia de placas tectónicas en Venus, probablemente debido a la sequedad del manto y la superficie. Como consecuencia, la pérdida de calor en el planeta es escasa, evitando su enfriamiento y proporcionando una explicación viable sobre la carencia de un campo magnético interno.
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CARACTERÍSTICAS DE LA SUPERFICIE
Con la invención del telescopio Venus se convirtió en el objeto de observaciones ópticas más interesante. En el pasado muchos astrónomos han asegurado ver marcas oscuras en la capa de nubes que lo envuelve, otros han dicho que incluso pudieron ver parte de la superficie en huecos de nubes. Otras de estas aseveraciones es que muchos astrónomos aseguraban haber visto puntos brillantes en lugares determinados del disco del planeta sugiriendo que se trataba de una enorme montaña cuya cima sobrepasaba las nubes más altas. Tal es el caso de J. H. Schroeter, un respetado observador y colaborador de William Herschel, que informó los avistamientos entre 1788 y 1790. La descripción de su informe decía que se trataba de una prominente montaña ubicada en el terminador que separa al hemisferio iluminado del oscuro. A pesar de la controversia esta observación ha sido muy citada en el tiempo.
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La realidad es otra: la superficie de Venus es bastante plana. El 93% de la topografías cartografiadas por las sondas Pioneer Venus encontraron que el total de la superficie (desde los puntos más bajos a los más altos) se espaciaban en unos 13 Km., mientras que en la Tierra la diferencia entre las cuencas oceánicas y el Himalaya es una franja de 20 km. De acuerdo a los datos de altimetría de las Pioneer Venus, cerca del 51% de la superficie se encuentra ubicada dentro de los 500 metros del radio medio de 6.051,9 Km.; sólo el 2% de la superficie está ubicada a elevaciones mayores a los 2 Km. sobre el radio medio.
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El experimento de altimetría de la sonda Magallanes confirmó la chatura general del paisaje. En los datos de la sonda, el 80% de la topografía reside en un margen de 1 Km. del radio medio. Las elevaciones más importantes están en las cadenas montañosas que rodean Lakshmi Planum, como: Maxwell Montes (11 Km.), Akna Montes (7 Km.) y Freyja Montes (7 Km.). A pesar del paisaje relativamente plano de Venus, los datos de altimetría también hallaron grandes planos inclinados, tal es el caso del flanco sudoeste del Maxwell Montes que en algunas partes parece estar inclinado unos 45°. Otras inclinaciones de 30° fueron registradas en Danu Montes y la región al este de Thetis Regio.
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DIVISIONES DE VENUS
En base a los datos de altimetría de las sondas Pioneer Venus, la topografía del planeta está dividida en tres provincias topográficas: tierras bajas, planicies de deposición y tierras altas.
Diagrama de la regiones de Venus
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Los datos de Magellan apoyan estas divisiones. Las provincias más importantes de las tierras altas son Aphrodite Terra, Ishtar Terra, Lada Terra, además de las regiones de Beta, Phoebe y Themis. Las regiones Alpha, Bell, Eistla y Telhus forman un conjunto de tierras altas de menor importancia.
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CRÁTERES DE IMPACTO
Cráter Adams
Con el estudio de radares ubicados en la Tierra fue posible identificar algunos patrones topográficos relacionados a cráteres y en los años siguientes con las sondas Venera 15 y 16 se identificaron casi 150 de probable origen de impacto. Con Magellan, gracias a una cobertura global se identificaron cerca de 900 cráteres de impacto. Esta cifra es muy baja considerando la superficie del planeta. La diferencia en este sentido respecto a Mercurio, la Luna y Marte (además de varias lunas de los planetas exteriores) que tienen una superficie muy castigada por un intenso proceso de craterización, es que Venus posee una densa atmósfera y un proceso tectónico (en el pasado) que ha ayudado a filtrar los meteoritos eliminando a los más pequeños.
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Cráteres Danilova, Aglaonice y Saskia
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Cráter Danilova en relieve
Los datos de las Veneras y Magellan coinciden: hay muy pocos cráteres de diámetro inferior a los 30 Km., y los datos de Magellan revelaron la ausencia de cráteres menores a los 2 Km. de diámetro. Los cráteres de Venus presentan peculiaridades únicas: en primer lugar, los de Venus parecen ser relativamente nuevos y no parecen haber sufrido el deterioro que se produce por la meteorización. Los cráteres de impacto presentan grandes coladas de lava de color claro al radar (de alta reflexión) lo que demuestra que son jóvenes. El análisis de las imágenes de los cráteres de impacto, su superposición, distribución y densidad en la superficie –entre otras características– son muy importantes para conocer la historia geológica del planeta.
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VOLCANES
Imagen de domos en relieve
La transferencia de material caliente desde el interior de un planeta a su exterior constituye el principal proceso para la pérdida de calor. El calor interno proviene de cuatro procesos:
Calor proveniente de la acreción original del planeta o luna,
Calor producido por la desintegración de elementos radioactivos en el interior del planeta,
Calor que resulta del movimiento interno del planeta,
Calor que se produce por las interacciones de marea de masas adyacentes.
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Monte Gula
En la Tierra, existe una combinación de factores que dan origen a la pérdida de calor, en el caso de algunos cuerpos como la luna de Júpiter, Ío la fuerza gravitacional de Júpiter y Europa producen enormes movimientos de marea que dan lugar a los volcanes más activos del Sistema Solar. A pesar de que Venus tiene una gran semejanza a la Tierra, parece ser que los procesos de tectónica de placas que son muy activos en la Tierra no existen en Venus, sin embargo se cree que el 80% de los accidentes geográficos de su superficie están relacionados a un tipo de proceso volcánico.
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Las diferencias se encuentran en los depósitos volcánicos. En muchos casos el vulcanismo está localizado en una fuente determinada y los depósitos se organizan a los alrededores de esta fuente. Este tipo de vulcanismo recibe el nombre de “vulcanismo centralizado” en los que se forman volcanes además de otras formas geográficas extrañas. El segundo tipo de vulcanismo no es radial o centralizado sino que abarca áreas muy extensas del planeta con coladas de lavas. Estas erupciones son catalogadas como de “tipo fluido”. Se comprobó que la presencia de volcanes menores de 20 Km. en diámetro son muy abundantes sobre Venus y pueden llegar a un número de cientos de miles y hasta millones. Su apariencia es la de domos, pero en realidad tienen una semejanza a los volcanes en escudo. Estos volcanes tienen entre 1 y 15 Km. de diámetro y menos de 1 Km. de altura. Es frecuente encontrar grupos de cientos de estos volcanes en áreas que se llaman campos de escudo.
Maat Mon
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En la Tierra, los volcanes son principalmente de dos tipos: volcanes en escudo y conos compuestos o estrato-volcanes. Los volcanes en escudos como los hawaianos reciben magma de las profundidades de la Tierra en unas zonas llamadas hot spots (puntos calientes). El tipo de lava de estos volcanes es relativamente fluida y permite el escape de gases. Los volcanes compuestos, como el Monte Saint Helens y el Monte Pinatubo están asociados a las placas tectónicas. En este tipo de volcanes, el agua de la corteza oceánica baja junto a la placa que se desliza en la zona de subducción debajo de la corteza terrestre y de esta manera facilita un mejor derretimiento de la misma produciendo una lava más viscosa que dificulta la salida de los gases, por este motivo, los volcanes compuestos tienen erupciones violentas. En Venus, la morfología (con grandes y delgadas coladas de lava), aparente ausencia de tectónica de placas y agua hacen que los volcanes se parezcan a los de Hawai. Sin embargo, el tamaño de los volcanes de Venus es distinto: en la Tierra los volcanes en escudo pueden tener decenas de kilómetros de ancho y sólo hasta 8 Km. de altura (Mauna Loa, si se considera su base ubicada en el lecho marino), en Venus, la amplitud de estos volcanes llega a cubrir cientos de kilómetros pero son bastante chatos, con una altura promedio de 1,5 Km. El volcán más alto del Venus es el Maat Mons, que mide 8 Km. por encima del radio principal del planeta y se encuentra en las coordenadas 0.9° Norte 194.5°Este.
Domos panqueques en Alpha Regio
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Los domos de Venus son entre 10 y 100 veces más amplios que los terrestres y en el radar exhiben fracturas que indican que han sido formadas por la tensión creada por el ascenso de lava viscosa en el interior de la corteza o por el hundimiento de la cámara magmática. Estos domos masivos reciben el nombre informal de “domos panqueques” y por lo general están asociados con coronae y tesserae. Su presencia es una fuerte evidencia de la existencia de lavas de composición química evolucionada. Otras características únicas son la existencia de novas ("novae") y aracnoides.
Aracnoide ubicado a 40,0°, 18,0°
La formación de las novas se da cuando grandes cantidades de magma llegan hasta la superficie sin erupcionar formando diques extrusivos que son brillantes a las imágenes de radar. Estos diques se organizan en lineamientos simétricos que denotan el área de levantamiento, aunque también se puede producir una depresión causada por la subsidencia del material magmático. Si tales lineamientos, sean éstos grabens o crestas, se irradian desde un punto central reciben el
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nombre de novas (nombre usado para enfatizar la semejanza a la figura de una estrella que ha explotado). Se han identificado cerca de 50 de estas estructuras. Cuando los lineamientos de grabens, fisuras, y crestas se extienden varios radios desde la circunferencia de un punto central reciben el nombre de aracnoides, indicativo de su apariencia. Se identificaron cerca de 250 aracnoides.
Formación de coronas sobre Venus
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TECTONISMO
Área deformada por la extensión y compresión del terreno en Guinevere Planitia
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Venus no presenta indicios de tectónica de placas, sin embargo, su superficie sí presenta varios patrones geográficos asociados con procesos tectónicos que a través del movimiento fluido del interior del planeta han generado terrenos con fallas, plegamientos, volcanes, grandes montañas, valles rift y la compresión y extensión de la superficie. El activo tectonismo de Venus ha generado cinturones montañosos plegados, valles rift y terrenos de estructuras complicadas llamados tesserae (en griego tessera significa baldosa), los cuales presentan múltiples episodios de compresión y deformación tensional. A diferencia del caso terrestre, la deformación sobre Venus se cree que está relacionada directamente con las fuerzas dinámicas dentro del manto fluido del planeta. Los estudios gravitacionales sugieren que Venus carece de astenosfera –una zona de baja viscosidad que en la Tierra facilita el movimiento de las placas tectónicos del manto. La ausencia de esta capa sugiere que la deformación de la superficie de Venus puede ser interpretada en términos de movimientos convectivos en el interior del planeta.
Imagen radar de Venus
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La deformación tectónica sobre Venus se evidencia en una variedad de escalas, las más pequeñas que han sido identificadas están relacionadas con fracturas lineales o fallas. En muchas zonas estas fallas están presentan un alineamiento paralelo en forma de red. También se encuentran pequeñas crestas montañosas discontinuas parecidas a las encontradas en la Luna y Marte. La presencia de tectónica extensiva manifiesta la existencia de fallas normales (donde la roca sobre el plano de la falla se hunde respecto a la roca sobre la misma) y fracturas superficiales. Las imágenes de radar muestran que este tipo de deformación por lo general está concentrada en cinturones ubicados en zonas ecuatoriales y de altas latitudes en el sur del planeta. Estas zonas abarcan cientos de kilómetros de ancho y parecen estar enlazadas por todo el planeta formando una estructura global asociada con la aparición de volcanes. Los rifts venusianos, formados por la extensión de la litosfera son depresiones de decenas a cientos de metros de ancho y con extensiones de hasta 1.000 Km. como algunos de la Tierra. Los rifts en Venus por lo general van asociados con grandes elevaciones volcánicas con forma de domos como en Beta Regio, Atla Regio y la parte occidental de Eistla Regio. Estas tierras altas parecen ser el resultado de enormes plumas (corrientes de elevación) del manto que han causado la elevación, fracturas, creación de fallas y vulcanismo.
Valle Rift
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La cadena montañosa más alta de Venus, Maxwell Montes en Ishtar Terra, fue formada por un proceso de compresión, extensión y movimientos laterales. Otro tipo de accidente geográfico encontrado en las tierras bajas, consiste en cinturones lineales ubicados a distancias muy próximas que se elevan a varios kilómetros sobre la superficie con amplitudes de cientos de kilómetros y longitudes de miles de kilómetros. Existen dos concentraciones importantes de estos cinturones: uno se ubica en Lavinia Planitia en altas latitudes del hemisferio sur, y el segundo se encuentra adyacente a Atalanta Planitia en las altas latitudes del hemisferio norte. Los tesserae, que son terrenos de complejas crestas, se encuentran fundamentalmente en Aphrodite Terra, Alpha Regio, Tellus Regio y la parte oriental de Ishtar Terra (Fortuna). Estas regiones contienen la superposición y cortes de grabens de diferentes unidades geológicas lo que significa que son las partes más antiguas del planeta. Algunos científicos creen que los tesserae pueden ser análogos a los continentes terrestres. Otros suponen que son regiones producidas por un manto en movimiento descendiente que provocó las fracturas y plegamientos para formar una espesa corteza basáltica o sitios de antiguas plumas del manto que crearon grandes volúmenes de lava sobre la superficie de Venus.
CAMPO MAGNÉTICO
Sección del interior de Venus
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Para que un planeta posea un campo magnético es necesario que esté formado por un núcleo de ferroso líquido como resultado de los movimientos de rotación que producen su derretimiento. A pesar de que Venus posee un núcleo de hierro, el planeta no registra la presencia de un campo magnético. Una de las razones puede ser el peculiar movimiento de rotación. Una rotación tan lenta (unos 243 días terrestres) es probablemente la razón de su ausencia, de otro modo no cabría explicación.
CORRIENTES DE LAVA Y CANALES
Colada de lava en Venus de 2 Km de anchura
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A diferencia de las coladas de lava terrestres, en Venus éstas se producen a una escala superior. Los flujos de lava venusianos alcanzan con frecuencia longitudes de cientos de kilómetros y incluso más de 1.000 en su longitud total. La amplitud de estos flujos puede alcanzar de unos pocos hasta algunas decenas kilómetros. Todavía no se sabe por qué las coladas de lava en Venus son tan grandes. Las elevadas temperaturas de 475°C que reinan en Venus disminuyen la velocidad de enfriamiento de las lavas, pero no lo suficiente para presentar semejante diferencia en longitud con respecto a las coladas terrestres. Las coladas de lava en Venus parecen ser en su mayoría de composición basáltica, por lo tanto, relativamente más fluidas. Dentro de las lavas basálticas, en la Tierra se conocen de dos tipos: lava aa y lava cordada. La lava aa presenta una textura rugosa en forma de pequeños bloques fragmentados. La lava cordada, como su nombre lo indica, se presenta como una capa de cuerdas o de estilo almohadillado. La rugosidad del terreno se representa en el brillo de las imágenes de radar (las superficies más suaves son más oscuras) y sirven para determinar las diferencias de las lavas aa y las cordadas. Estas variaciones también pueden reflejar las diferencias en edad y el estado de preservación. Los canales y los tubos de lava (canales que se han enfriado y se ha creado un techo encima) son muy comunes en Venus.
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Canales de lava
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La mayor parte de los campos de flujos están asociados a volcanes. Los volcanes centrales están rodeados por extensas coladas que forman el edificio del volcán. Por otra parte, también se relacionan a cráteres de fisura, coronas, densos cúmulos de domos volcánicos, conos, pozos y canales. Gracias a Magellan se identificaron más de 200 canales y complejos de valles. Los canales fueron clasificados como canales simples, canales complejos o canales compuestos. Los canales simples se caracterizan por estar formados por un largo y único canal principal. La categoría incluye a los rilles similares a los observados en la Luna, y un nuevo tipo llamado canali, que corresponden a canales individuales muy largos que mantienen su amplitud a lo largo de su longitud. El canali más largo que ha sido identificado tiene una longitud de más de 7.000 km. Los canales complejos incluyen redes anastomosadas además de redes de distribución. Este tipo de canales ha sido observado en asociación con varios cráteres de impacto y en importantes inundaciones de lava asociadas a campos de flujo muy importantes. Los canales compuestos están constituidos por segmentos simples y complejos. El mayor de estos canales presenta una red anastomosada y colinas modificadas como las presentes en Marte.
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A pesar de los innumerables cráteres encontrados en su superficie, no se han encontrado indicios de que el agua fuera el origen de éstos. De hecho no hay evidencia de que el agua fuera estable en los últimos 600 millones de años en la atmósfera y superficie de Venus que tiene entre 200 y 600 millones de años. Con respecto a la formación de los espectaculares canales, hay dos candidatos: lava y los fluidos de las deyecciones de impacto. Las características de estas corrientes de lava son muy inusuales, tal vez la caliente superficie de Venus ayude a la erosión térmica. Por otra parte, es probable que existan fluidos de lava con muy baja viscosidad como basaltos con un alto contenido de hierro y magnesio o incluso lavas de sulfuro o carbonato. La interacción de las deyecciones de impacto han creado grandes fluidos que se extienden por cientos de kilómetros y tienen morfologías típicas de canales.
PROCESOS SUPERFICIALES
Cráter Adivar y los depósitos del material deyectado
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En Venus no existe el agua y por lo tanto el único proceso erosivo de esperarse es la interacción producida por la atmósfera con la superficie. Esta interacción se hace presente en las deyecciones de los cráteres de impacto, los cuales han sido expulsados a lo largo de la superficie. Los materiales excavados durante el impacto de un meteorito son levantados hasta la parte superior de la atmósfera donde los vientos los transportan en dirección oeste y a medida que la deyección se deposita en la superficie va formando patrones parabólicos. Este tipo de depósitos puede establecerse encima de varias unidades geológicas o coladas de lavas y por lo tanto son las estructuras más jóvenes del planeta. Las imágenes de Magellan revelan la existencia de más de 60 de estos depósitos parabólicos asociados con cráteres de impacto. El material de las deyecciones transportados por el viento es el responsable del proceso de renovación de la superficie con velocidades, de acuerdo a mediciones de las sondas Venera, de aproximadamente 1 metro por segundo. Dada la densidad de la atmósfera inferior de Venus, los vientos son más que suficientes para provocar la erosión de la superficie y el transporte de material de grano fino. En las regiones cubiertas por depósitos de deyecciones se pueden encontrar líneas de viento, dunas y yardangs. Las líneas de vientos se forman cuando este sopla las partículas de las deyecciones y las cenizas de los volcanes depositados sobre obstáculos topográficos como los domos. Como consecuencia, el sotavento de los domos está expuesto al impacto de pequeños granos que remueven la capa superficial exponiendo el material inferior con diferentes características de rugosidad (con diferentes características en el radar) si se las compara con el sedimento formado.
Domos volcánicos en Venus
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Las dunas se forman por la deposición de partículas del tamaño de granos de arena y tienen formas onduladas. Los yardangs se forman cuando el material transportado por el viento esculpe los frágiles depósitos y produce profundos surcos. Los patrones lineales del viento asociados con cráteres de impacto siguen una trayectoria en dirección hacia el ecuador. Esta tendencia sugiere la presencia de un sistema de circulación de células Hadley dentro las latitudes medias y ecuatoriales. Los datos de radar de Magellan confirman la existencia de fuertes vientos que soplan hacia el este en la parte superior de la superficie de Venus y vientos meridionales en la superficie.
Sistema de circulación atmosférica en Venus
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El proceso de meteorización en Venus ha actuado por los últimos cientos de millones de años. Se puede observar la superposición de coladas de lava. Las más antiguas cubiertas por las más recientes presentan distintas intensidades de reflexión al radar. Las más antiguas reflejan menos que las planicies que las rodean. Los datos de Magellan muestran que las coladas más recientes tienen una semejanza a las de tipo de lava aa y las cordadas. Sin embargo, las coladas más antiguas son más oscuras y se parecen a los depósitos de regiones áridas de la Tierra que han sufrido los efectos de la meteorización. La causa de la erosión química y mecánica de las antiguas coladas de lava es atribuida a reacciones de la superficie con la atmósfera bajo la presencia de dióxido de carbono y dióxido de sulfuro. Estos dos gases son el primero y el tercero más abundantes respectivamente; el segundo más abundante es el nitrógeno inerte. Probablemente las reacciones incluyen el deterioro de los silicatos a través del dióxido de carbono para producir carbonatos y cuarzo y por el dióxido de sulfuro que produce anhidrita (sulfato de calcio) y dióxido carbono. Una de las características más interesantes de las imágenes de radar es la disminución de la reflexión a medida que la altura aumenta y exhibe valores extremadamente bajos por encima del radio de cerca de 6.054 km. Este cambio se relaciona con una disminución en la emisitividad. Este patrón de reflexión debe estar relacionado a la disminución de la temperatura a medida que la altitud aumenta. Existen varias hipótesis que explican las características inusuales de la superficie de Venus. Una idea es que la superficie consiste en suelo suelto con huecos de vacío en forma esférica que producen una eficiente reflexión al radar. Otra idea es que la superficie no es suave y que está cubierta por un material que tiene una constante dieléctrica extremadamente alta. Otra teoría dice que la capa de un metro sobre la superficie está formada por hojuelas de un material conductivo como la pirita. Por último, un modelo reciente supone la existencia de una pequeña proporción de un mineral ferroeléctrico. Los minerales ferroeléctricos exhiben una propiedad única a elevadas temperaturas, la constante dieléctrica muestra un abrupto incremento y a medida que la temperatura sigue aumentando, la constante dieléctrica vuelve a sus valores normales. Los minerales que podrían explicar este comportamiento sobre la superficie de Venus serían perovskita y los pirocloros. A pesar de estas teorías, la existencia de minerales ferroeléctricos sobre Venus no ha sido confirmada. Sólo la exploración in situ permitirá dilucidar los enigmas que han quedado sin resolver.
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En astrología médica, Venus está asociada con la región lumbar, las venas, paratiroides, garganta y riñones. Venus ha sido considerado moderadamente benéfico, femenino, nocturno, húmedo, cálido y erótico, y se asocia con el temperamento bilioso. Venus es el regente de las casas II y VII. Como era de esperar, se considera su casa de gozo, la V (juegos, amantes, etc...). Venus es el planeta del viernes. En las lenguas derivadas del latín, como el español y el francés, la palabra para el viernes a menudo se asemeja a la palabra Venus (viernes y vendredi, respectivamente). Dante Alighieri asocia a Venus con el arte liberal de la retórica. En astrología china, Venus está asociada con el elemento metal (o el oro), que es inflexible, fuerte y persistente. En astrología hindú, Venus es conocido como Shukra, y representa la riqueza, el placer y la reproducción. En paganismo nórdico, el planeta está asociado a Freyja, la diosa del amor, la belleza y la fecundidad
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NODOS DE VENUS
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