Novia Por Contrato @teamklaynd [PDF]

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Zitiervorschau

Nunca sabia como peinar mi cabello. Desde hace mucho que me resigne a pensar que tenia vida propia, y es que para Ann era siempre tan fácil mirarse al espejo viéndose siempre como una reina, pues el suyo era liso y brillantemente azabache que contrastaba con su tés blanca y perfecta, en cambio yo estaba llena de pecas y mi cabello era un enorme signo de interrogación. Resoplé por enésima vez tratando de acomodarlo de algún modo, era tan rubio que me hacía parecer aun mas pálida. Mis ojos parecían hundidos entre mis ojeras, acompañadas de un par de aceitunas oscuras que ponía en blanco al tratar de hacerme una coleta para verme quizá un poco mas femenina y humana. - Diane deja de insistir tu cabello es hermoso - gritó mi flatmates desde el pasillo del departamento que compartíamos hacia dos años. - Dame un minuto Ann Y así fue como igual que siempre me arregle el uniforme azul claro con una mueca desistiendo haciéndome un moño despeinado a lo alto, al fin y al cabo los pacientes no notarían mi cabello en la madrugada. Cuando salí dispuesta a mi turno esa noche ella estaba impresionante con un vestido ceñido y la boca pintada como una fresa, iría con sus amigas de fiesta. A pesar de sus innumerables invitaciones nunca podía ir, si no tenia turno estaba agotada durmiendo algunas horas para continuar con mi demandante rutina. Siempre decia que trabajaba demasiado y que me haría vieja pronto si no disfrutaba aunque sea un poco de mi juventud, pero para mí lo más importante era conservar mi beca. Otorgaban diez cada año a los mejores promedios y cubría buena parte de mi vida económica.

Hacia poco más de cinco años que estudiaba medicina y aun no había podido terminarla, era una enfermera cuidadora de adultos mayores aspirante a médico que trabajaba turnos dobles para poder cubrir muchos gastos. A decir verdad la matricula era tan costosa que ni con media beca podía sustentarla, mis créditos universitarios estaban agotados y si no lo lograba este mismo año no lo haría más adelante. Hacía más de dos años que debí terminarla, mi beca podría ser de cualquier otro ingreso, así que la redujeron considerablemente hacía ya dos años y medio dejándome la mitad de la carga. Trabaje muy duro para salir apenas de mis compromisos, estaba convencida que ese año no tendría nunguna oportunidad si la retiraban poer completo. Por suerte pude optar por los turnos extras. De cualquier forma me esforcé y gracias a mi promedio no la habían retirado por completo. El rector de la facultad me había advertido que de no matricularme cancelando los aranceles pendientes ese año perdería la beca y con ella un año más de estudio. Mis posibilidades de terminar mi carrera eran cuesta arriba y se volverían imposibles sin esa gran ayuda. Enfermera de día, cuidadora por la tarde, estudiante de madrugada. Mis problemas no acababan allí, estaba trabajando demás físicamente estaba llegando a mi limite y lo sabía. Mentalmente era un desastre estudiando de a ratos en la hora de mi almuerzo, o en mi poco tiempo libre generalmente un libro se quedaba durmiendo en mi pecho y a mis abuelitos no les gustaba que les leyera de enfermedades. Era lógico y no podía más. No lograría ni una cosa ni otra, pero tampoco veía solución. Era mi segundo turno cuando me avisaron que el director del recinto, el jefe médico del hospital y la jefe de

cuidadoras querían verme, eso solo significaba una cosa nada podía ir peor. Cerré los ojos antes de entrar a la oficina y respire profundamente tratando en ano de recomponer mi cabello. Mirarlos allí tan serios no ayudaba a calmar mis nervios, aunque no dejaba jamás que se me notaran. Tomé asiento ante el jurado para escuchar prácticamente lo que sospechaba, me echarían. - Diane, te hemos citado aquí por una razón ya conversamos y barajeamos posibilidades. Eres una excelente enfermera, un gran futuro en medicina interna aquí viene - pero has tomado turnos dobles por más de un año y tienes tres años y medio sin solicitar tus vacaciones. Sin embargo se nota a simple vista que debes descansar, no permitiremos que un profesional tan capacitado se nos marchite en nuestras propias narices y requieres el doble de fuerza para atender a nuestros pacientes especiales. Eres consciente de cuanto debemos estar atentos, tenemos estas vidas en nuestras manos - movió hacia mí un documento sobre la mesa - dos meses de vacaciones pagadas para que descanses, tomes tu matricula en la universidad y regreses dispuesta. En un año más tendremos que resignarnos a perderte del área de cuidados cuando te titules y te queremos aquí con toda tu energía, esto no es debatible. - Pero... director Jones necesito los turnos extra, descansare una semana y volveré como nueva - trate de mediar - Lo lamento mucho Diane es una decisión tomada, si quieres permanecer trabajando en este sitio - lanzó la última advertencia. Puse mi mejor cara y me despedí derrotada física y mentalmente. Llegue a casa y literalmente caí sin ningún

pensamiento sobre el sofá, ni siquiera llegue a mi cama. Debí admitir que tenían razón. La buena noticia era que no me habían despedido, la mala que dos meses de vacaciones mas mis ahorros no pagarían la matrícula de todo un año. Necesitaba mis horas extras. Cuando desperté estaba todo oscuro y tenía una manta encima, debió haber sido Ann. El reloj de la pared marcaban las (23:35) y ella no estaba, por supuesto era sábado estaría de fiesta en algún lugar con sus amigas. No quería pensar demasiado tome una larga ducha, me puse mi simpática pijama de ositos y me volví a dormir. Por la mañana me prepare un café bien cargado de los que mi cuerpo ya estaba tan habituado y me senté a ordenar mis posibilidades, pero no se me ocurría nada. Simplemente me quede mirando un punto fijo. Necesitaba dinero y pronto. - ¿Y tú? ¿que haces aquí hoy no tienes que trabajar? pregunto Ann bostezando sirviéndose un poco de café - Me echaron - ¿¡Qué!? - se sentó como un rayo a mi lado y me miro con preocupación - ¿por qué? ¿inyectaste a a un abuelo en una costilla en lugar de su trasero? - rió, pero al ver mi cara comprendió que no me parecía chistoso - Me dieron dos meses de vacaciones forzadas - Que exagerada eres yo estaría feliz de vacaciones, creo que eres a única persona en el planeta que se deprime por estar libre - No estoy libre estoy en problemas monetarios. Sabes bien que tengo que pagar esa matricula, tengo que titularme o perderé lo que me queda de la beca y allí si nunca sucederá

- estaba alterada y ella parecía no ver la dificultad de aquello - no puedo solicitar mas créditos estudiantiles, no puedo pedir un crédito al banco pues tengo uno en rojo, no tengo más dinero y lo necesito - enterré la cabeza en mis manos y lloriquee para finalizar mi drama. - Sé lo importante que esto es para ti Diane y lo siento mucho, siento no poder ayudarte. Ni si quiera tengo ahorros. - No te estoy pidiendo esa ayuda sólo comprensión, si no trabajo no generare dinero extra - hubo un pequeño silencio en el que ambas parecíamos pensar con la velocidad de la luz. - Consigue un empleo, toma las vacaciones como algo bueno. Te las pagaron y te dieron carta abierta para conseguir un empleo estos dos meses que te genere mas, así podrás completar para pagar la matrícula - ella parecía haber solucionado mi problema con aquella sonrisa enorme - ¿Que empleo?. No me pagaran más de que lo que gano, tiene que ser uno que diariamente me de ganancias muy altas... - Mi amiga Romina ¿la recuerdas? - no tenía idea, pero asentí - su tío trabaja en el Millenials Hill y nos contó que buscaba a una chica para atender la barra de noche. Me lo ofreció a mí, pero sabes que no se me da lo de trabajar de noche y fines de semana - o trabajar en general pensé Puse los ojos en blanco. Ese hotel era no de cinco estrellas, era algo así como de diez. Solo pasar frente a él te hacía sentir pobre, la gente que iba allí de todo el país y el mundo no pisaban el suelo levitaban en el mármol romano pulido. Quizá exageraba, pero aquella era mi impresión.

- Es perfecto Diane, ¿sabes cuánto dinero harías en propinas?. Dan el billete de 100 como limosna, por las mañanas puedes estudiar mientras tanto, además estas acostumbrada a esos turnos - se levanto como un resorte sin esperar mi respuesta y buscó su teléfono - le marcare en seguida quizá siga disponible. La verdad no tenía otra idea, no podía ser tan difícil y necesitaba esas propinas limosna por montones. Me deje caer con la cabeza colgando del sofá y mi pensamiento más recurrente era el mismo, haría lo que fuera por matricular mi último año. Probablemente era bueno, aun así dos meses para reunir una cantidad como esa ¿siendo solo bartender?. Quizá debería buscarme otro empleo por las mañanas, repetí en mi mente.. ¿lo que sea? es algo extremo... ¿cuál sería el límite?. ¿Venderme?. - ¡Lista! está arreglado, esta noche veras al tío de mi amiga me extendió el papelito en donde anotó los datos - aquí está todo.. la dirección, su nombre y la hora en la que te espera - cruzó los dedos - tengo el presentimiento que esta es la oportunidad perfecta para arreglar todo lo de tu matricula. Cuando empieces a ganar como médico me lo agradeces - beso mi mejilla sonriente - ahora voy a arreglarme, saldré con John esta tarde. - ¿Quien es John? ¿no salías con un tipo llamado Vicent? - Eso es historia, a John lo conocí anoche - ... ¿cómo puedes salir con un tipo que conociste una noche en un bar?. En esos sitios no se consiguen hombres decentes con quien tener una relación normal - Lo hago cuando lo paso bien con ellos no quiero una relación formal Diane. Es evidente que si no me llega a gustar sin la adrenalina de la noche no lo veré mas, pero

habré pasado un buen rato - alzó las cejas repetidamente ese es el punto, tu deberías salir con alguien. Esa cara de muerta viviente te la quitaría un buen... - ¡Ann..! Esto... - señalé mi rosto entero - solo se me quitará cuando reafirme mi beca para mi último año, pase la prueba y entre al hospital finalmente como residente. Ningún trozo de carne reemplazara esa satisfacción. - ¡Como digas! - se dio la vuelta contoneándose mientras yo mire el papel, esperaba poder conseguir ese empleo. Llegue puntual. Ese hotel era realmente impresionante. Tenía mi mejor traje, muy ejecutivo como si el empleo fuera de gerente quería causar la mejor impresión. Recogí mi cabello rebelde como siempre y cruce las puertas de cristal giratorias. Apenas eran las seis de la tarde, todo parecía chapado en oro y cristal, los muebles aterciopelados, la hermosa araña con montones de brillantes girando. Para mí era el lugar mas extravagantemente lujoso que habia pisado en la vida. Las recepcionistas eran jóvenes y agradables, muy bonitas, de hecho daba la impresión de que eran actrices de televisión hablando de forma educada y correcta con un tono de voz perfecto. Me indicaron una puerta a la izquierda que daba al bar, ¿cómo describir ese lugar sin exclamar ¡wow!?. Todo de cristal con un mostrador de un caoba brillante y detrás cientos de copas y vasos hermosos con las mejores bebidas del mundo en exhibición. El salón era enorme, con butacas y sofás de cuero, algunos apartados para privacidad, otros en el centro con vista hacia la calle ninguno hacia la barra. De fondo sonaba el jazz en vivo con un elegante trio musical que tocaba con esmero, a pesar de que solo habían dos personas bebiendo una copa sin prestarles la minima atención mientras conversaban. Gire a

la barra y un hombre limpiaba cuidadosamente una hilera de vasos, no era tan mayor así que no estaba segura de que fuera el tío de la amiga de Ann, de lo que si me di cuenta es que era exageradamente guapo, me acerque. - ¿En que puedo servirle señorita? ¿un Gin Tonic o quiza Martini, Chardonnay, Champagne, Cheval-Blanc o algún coctel de la casa? - tenía toda su atención en mis ojos, era tan intimidante como halagador de cierta forma. Como si yo fuera una joya y él un admirador con una sonrisa imperceptible entre la amabilidad y el respeto, con un toque de picardía que además no estaba nada mal. Vestía de corbata color vino y una impoluta camisa blanca que no escondía ni un poco sus brazos bien trabajados en un gimnasio. No recordaba la última vez que un hombre me vio de esa forma, simplemente era encantador. - ¡No!.No bebo - respondí nerviosa - nunca los he probado para ser sincera - sonreí tontamente y me regaló una de esas sonrisas que acalorarían hasta la mujer más fría - solo busco a Don Diego - Eres Diane supongo - cambio de pronto su tono de voz y su mirada, asentí - te espera en la oficina pequeña del fondo - dijo finalmente haciendo su trabajo sin mirarme como si hubiese perdido el valor, ese hombre solo estaba haciendo su trabajo, ¿así tendría entonces que procurar hacerlo con los caballeros?. Hice una mueca mental saliendo de la burbuja. El hombre que encontré en la pequeña, pero elegante oficina si parecía ser Don Diego. Regordete de traje y sonriente, lo primero que note fue su mirada entera sobre mí, luego hablo de lo que debería hacer justo como lo hizo el maniquí de la barra. Me hizo varias preguntas personales que en el momento no le encontré relación con el trabajo

que desempeñaría, pareció complacido de mi negativa a la mayoría de ellas. Sin mas fue a un pequeño deposito detrás de la pared y me entrego un traje perchado. - Comienzas ya Diane me urgía una chica como tú educada, inteligente y linda para la barra. Vienen mas caballeros que damas por aquí así que ponte esto y ven a verme enseguida - estaba atónita. Me indico donde quedaba el baño y donde podría dejar mis cosas. ¡No lo podía creer!. Repase en mi mente el pago por noche y el aproximado en propinas generales que compartía a mitad con Lion, el hombre hermoso de la barra. Mas las que conseguiría personalmente con los caballeros solo por una "excelente atención". De esta última supe claramente de que se trataba fui atendida así por Lion. Según Don Diego eran muy generosas, comencé a sacar cuentas y trabajando durante dos meses así aun me faltaría dinero. Ya lo sospechaba y aunque pagaban muy bien la matrícula parecía siempre inalcanzable ahogándome en deudas. Me mire al espejo puse mi mejor cara de guerrera y me dispuse a alcanzar mi meta. Estaba dispuesta a lograrlo a como diera lugar. Llevaba una camisa abotonada hasta el cuello con un lazo del color de la corbata de Lion. Burdeos. Y una falda del mismo tono, muy corta. Quizá Don Diego se equivoco en la talla que ni siquiera me preguntó, a propósito. Trate de bajarla, pero seguía siendo corta. Parece que no solo vendería tragos sino algo visual solo si me desplazaba por las mesas ya que desde la barra estaba resguardada. ¿Como había cambiado de uniforme de un extremo a otro por dinero?. Sonreí para darme ánimos, era temporal y daría lo mejor de mí como siempre. El lado positivo, sería una historia que contar. Estaba a punto de llegar a mi meta, podía verla y correría hacía ella.

- Estas casi perfecta - sonrió Don Diego al verme - solo una cosa más, suéltate el cabello por favor - dijo mientras me miraba de arriba a abajo y me sentía más que incomoda por quinta vez - Mi cabello es algo salvaje, no debería estar suelto - traté en vano de insistir dejarlo como estaba. Me había costado mucho recogerlo dignamente, aun así chasqueo la lengua y me pidió que lo hiciera. Lo deje caer hasta la espalda y lo agite para darle cierta forma - ¡Excelente! - te quedaras así, pareces una tierna leoncita. Así que ya tengo a mi León y mi Leona - rió y aunque trate de reír con él parecieron quejidos. Había aprendido que el trato hacia un cliente y un paciente eran como dos polos opuestos y a la vez tan similares. La clase alta ni te notaba a menos que quisieran algo de ti, pero en general no reparaban en tu presencia. Dos semanas habían sido una eternidad. Extrañaba los pasillos silenciosos del asilo, a mis tiernos abuelitos que necesitaban de mí y mi presencia era un alivio. Parecía que todos esos personajes engalanados se creían de mejor especie, pretendían que adivináramos lo que querían sin hablar y cuando lo hacían te trataban como su servicio privado. Me mordía la lengua para no mandarlos hasta un rincón inexistente del mundo. En muchas ocasiones llegaba a casa vociferando lo idiotas que son o juzgando su trato despectivo y concluía que era muy fácil todo para ellos, no tenían los problemas de la gente común. Los míos eran exclusivamente por dinero a ellos les sobraba. Habían caballeros que me miraban de forma discretamente indecente y me daban propinas enormes las cuales tenía que agradecer con una sonrisa nada tierna, pero en la vida

obtendrían más de lo que insinuaban. La idea era realmente repugnante, jámas me vendería por dinero. Cada noche se me hacia mas difícil sonreír y servir tragos en el fondo lo odiaba. Sí señor, sí señora, como guste y ordene, o me quedaba de pie a su lado esperando a que le viniera en gana responderme. Era terrible preparando los tragos. A veces ponía más agua y azúcar que bebida, cosa que sus exquisitos paldares notaban. Dormía muy poco, estudiaba hasta la tarde y luego me iba a trabajar. La única noche libre era el lunes, tenía casi el mismo ritmo del hospital y estaba más agotada. Juntaba los billetes y relativamente había ganado algo mas la primera semana como novedad, puse los ojos en blanco exhalando mi frustración. Ese martes en la noche había poca gente en el hotel y una lluvia descomunal inundaba las calles. Se escuchaba como se caía el cielo y se veía muy bien desde allí, ni en la calle ni en el bar había un alma. Lion se fue a acomodar la bodega y Don Diego se había ido temprano a casa diciéndonos que dejáramos todo listo porque nos tenía regalos, dijo que era nuestro bono. Aunque yo esperaba dinero vi como mi compañero sonrió y comentaba que llamaría a su novia. Se trataba de cerrar temprano y disfrutar de una habitación hasta la mañana. Pensé en el enorme jacuzzi que tendría a disposición y me pareció excelente, merecía una noche de descanso quizá más que eso, necesitaba sentirme libre por un momento. Limpie la barra, ordené los vasos de la vitrina mientras le sacaba un poco de polvo. La suave música sonaba de fondo casi tenue al ritmo de la lluvia y sonó una tonada de una canción conocida. Aprovechando que no había nadie más que yo comencé a cantarla mientras bailaba y limpiaba al mismo tiempo, Ann tenía razón me hacía falta

un poco de diversión fue uno de esos momentos liberadores de estrés en el trabajo. - ¿Sirven tragos aquí?. Porque no puedo disfrutar un espectáculo sin un buen whisky - me detuve en el acto y cerré los ojos con una mueca, se suponía que no había nadie y seguramente inmersa en mi momento no escuché entrar a el cliente. Cuando giré un hombre con cara de pocos amigos, rubio, de traje oscuro con unos ojos azules de mirada penetrante repetía un movimiento con su mano sobre la mesa evidentemente indicando que quería su trago. Me mordí la lengua una vez más para no decirle que su comportamiento era demasiado infantil para un hombre evidentemente maduro y serví lo que pidió colocándolo justo donde lo quería. Sin dejar de mirarme lo bebió de un trago y lo arrastro hacia mí, ya sabía que quería otro con ese simple gesto odioso, obedecí. - ¿Qué hay del baile? - alzo una ceja sin sonreír, toda su actitud era extraña y demandante. - Pensé que no había nadie, lo siento mucho señor. - Ahora estoy yo puedes seguir haciendo tu show - la forma irónica como lo dijo hizo que me hirviera la sangre, además se le notaban los tragos demás los que le serví no eran los primeros. - Ya dije que lo sentía y usted con esta lluvia debería irse a casa o a una habitación. Disculpe pero no se ve nada bien me extendió nuevamente el vaso vació mientras se tambaleaba solo un poco y tiraba de su corbata de seda para aflojar la presión. - ¿Por qué te preocupa la lluvia?

- Es muy temprano para haber bebido tanto, todos están en sus casas con sus familias - trate de ser amable y él solo resopló - si algo tenía era una increíble paciencia tal vez por mi profesión, pero últimamente se había reducido a nada por mis niveles de estrés. - ¿Te llevo a algún lado? - preguntó mirándome fijamente y me explotó la cabeza. ¿Quién creía que era? - No necesito que me lleve y debería irse o llamare a el encargado para que lo saque, no me parecen graciosas las insinuaciones aborrecibles y menos de un hombre tan antipático. - De pronto, sin mas después de no haberme dirigido ni una palabra amable soltó una carcajada yo estaba encegueciendo de la rabia - ¿Antipático?. Solo quise ser un caballero, soy un caballero distinguidísimo - no paraba de reír - Y un déspota pensé - ya vamos a cerrar señor- trate de exprimir la poca paciencia que me quedaba y volví a insistir - Discúlpeme señor, pero es mejor que vuelva a su habitación si es un huésped. - No soy ciego veo que va a cerrar y no quería interrumpir su baile señorita - miro con dificultad mi gafete dorado Diane... tengo un auto, por su seguridad también un chofer y mi chofer un paraguas. No me preocupa como a usted un poco de agua y si cree que voy a propasarme puede estar tranquila, no es mi tipo de mujer, sin ofender. - Eso hizo el efecto contrario, al parecer lo hacía con toda la intención de fastidiarme. Era mi límite - le quite el vaso casi lleno y frente a sus ojos lo derramé por completo en el desagüe, guardé la botella - no mas bebida para usted, señor... lo mire con los ojos entrecerrados como leyendo su

rostro y susurré - Imbécil... estoy obligada a servirle, pero irá a su cuenta cada que elija un trago mas para el desagüe, está ebrio. Me miró atónito sin dejar de sonreírme con sus ojos alcoholizados. Probablemente eso me costaría mi empleo, pero me dio un gusto que me relajo bastante despues de días soportando a los ricachones y sus desplantes. No pidió otro trago y no se iba, su presencia seguía siendo incomoda. Las puertas se abrieron y una mujer hermosa con un vestido negro ue dejaba poco a la imaginación cruzo modelando directamente hacia el hombre que tenía en frente, lo rodeo con sus brazos besando su cuello. Se había puesto más que incomodo para mí, era obvio que hacían ambos en el hotel y me aleje como si no existieran. Ella beso su boca un rato, murmuraron cosas y luego noté como él le dio un fajo de dinero cuando se despidió. Estaba asqueada deseando con todas mis ganas que ese hombre también saliera del lugar. No era difícil imaginar la clase de servicio que habrá ofrecido la modelo a cambio. - ¿Puedes servirme agua? - estaba de acuerdo con ello y que terminaría con su tediosa visita al bar - tendré que dormir aquí hoy. Ella se ha llevado mi chofer y mi paraguas ya que me rechazaste - se encogió de hombros. - De por hecho que hay muchas habitaciones disponibles para soportarlo y ahora entiendo también su tipo de mujeres - dije sin mirarlo después de colocar el vaso frente a él. No pensé que me había escuchado, pero lo hizo porque rió. Mi teléfono sonó insistentemente y al ver que era Ann a esas horas de la noche me asusté. Cuando lo conteste ella estaba en un sitio muy ruidoso. Trate de escuchar mientras mi corazón se aceleraba, hacia dos días enteros que no la

veía, me alejé al otro extremo de la barra y eché un vistazo rápido al individuo que se levantaba paara irse. - Ann... hola... ¿pasa algo? ¿en donde estas?... ¿Ann? - No voy a llegar, saldré de viaje a primera hora con Christopher - ... ¿Quién demonios es Christopher...? ¿en donde estas...? - No te preocupes.. - estaba al borde, ya antes había desaparecido al punto que pensé que le había sucedido algo - ¿Que no me preocupe..? ¡por Dios Ann! hasta cuando tendrás esta vida que aunque parezca buena sabes que es miserable. Ya no tienes 20 años madura, ve a casa consigue un empleo, ¡lee un libro que se yo!. Sé una adulta, enfrenta la vida y deja de salir con cuanto idiota te pase por el frente. Nunca conseguirás a alguien que te ame de verdad así.... ¿¡Que dices!? me parto la espalda trabajando, hay un millonario imbécil aquí y tu me llamas a estas horas borracha, ¡está lloviendo a cantaros ve a casa ahora! colgué pateando el suelo y fui consciente que me había excedido en el lugar incorrecto... ese hombre era un cliente y probablemente por quien me despedirían y Ann... creo que fui muy dura, pero era mi amiga y me preocupaba. Las horas que le debía a mi cuerpo cargaban mi mente, necesitaba ese jacuzzi. - Creo que tienes unos pequeños problemas. Hace un rato estabas bailaindo, luego te enfadaste, fuiste sarcástica y volviste a rabiar - mencionó y yo suspire avergonzada - Mis problemas un hombre como usted no los entendería me miro unos largos segundos entre sus pestañas cobrizas y sus pequeñas arrugas en la comisura de sus ojos claros

- ¿Por qué no? - Porque son de dinero y eso no es un problema para ninguno de los que está del otro lado de esta barra. Sin embargo les hace fácil minimizarlos tomándonos como sirvientes personales - Mire la barra y el billete con la propina y suspiré - llévese su billete no me he ganado esa propina, lo he tratado con el servicio mas deplorable y poco ético de mi vida. - ¿Cuánto te pagan aquí?. Creo que el baile estuvo bien y te la mereces, aunque si tratas a todos con ese carácter... - Dije que lo sentía, de verdad lo lamento. - ¿Trabajarías para mí? - fue mi turno de reír - Por qué no va a dormir lo necesita - Usted también al parecer. ¿Tiene novio señorita? - Alcé las cejas - No es de su incumbencia - Entonces eso es un NO... Si trabaja para mi triplicare su salario más propinas del mes en este lugar - Me hizo pensar, ¿porque siquiera lo pensaba? era muy raro - ¿qué clase de trabajo? - me ganó la curiosidad y la incredulidad - De acompañante - Usted sí es un verdadero imbécil. No soy ninguna mujerzuela como esas a las que acostumbra. Ni lo sueñe, ¡no lo besare ni me acostare con usted está claro!. Mejor váyase. - No involucra sexo, ni siquiera tiene que besarme señorita Diane solo aparentar que salimos, acompañarme a algunos cocteles y pasearse de mi brazo. También de día y en casa.

Simplemente tendrá que hacerme compañía simulando ser mi novia. Si no le parece justo el pago usted ponga el precio - ¿Ahora me trata de usted? - Soy un hombre de negocios, esto es serio - volví a reír - ¿Por qué quiere mi compañía?. ¿Es que acaso contrata diario a una diferente para hacer creer que todas caen a sus pies?. Puede tener a la mujer que quiera, lástima que le cueste - aquella conversación era descabellada, pero de alguna manera parecía tener sentido. Ese hombre era joven, aunque no tanto y bien parecido, además de poseer evidentemente mucho dinero. - Corrección, no puedo tener a la mujer que quiero. Puedo tener a cualquier mujer incluso a usted con una buena oferta laboral. - Me volvió a hervir la sangre, que facilidad tenia para alterarme con su juego de palabras. Su soberbia me subía la bilis a la garganta no nos llevaríamos bien ¿y aun así quería mi compañía?. Los millonarios estaban todos locos ¿Por qué cree que aceptaría algo como eso si usted no me cae ni remotamente bien?. No sé quién es, ni por que querría que fingiera si claramente como dice puede conseguir a todas. Incluso con su arrogancia. - Fácil, una mujer como usted sincera y transparente que está bajo un contrato es mejor que una interesada que me haga creer que me quiere no necesito que me convenzan a mi sino a los demás, es allí donde ellas fallan y usted puede que lo supere. Tómelo como un juego o capricho da igual, todas quieren mi dinero. - Yo no quiero "SU" dinero, esto me está pareciendo muy inusual y puede que ofensivo - me cruce de brazos. Sacó un

bolígrafo de su chaqueta y anoto algo en la servilleta, luego la extendió hacia mi Abrí los ojos y parpadee. Con eso podría pagar la matrícula y los aranceles era lo único en lo que podía pensar. Lo inusual y extraño parecía posible, podría considerarlo y jugar su juego así que si aquello era una broma podía ser igual de graciosa. - De hacerlo, aceptar fingir estar con usted con un contrato de trabajo si supongo que es por más de un día y solo podría por un mes, así probaríamos si funciona. No dos años como parece cubrir esa cantidad y habrán normas, nada físico entre nosotros ni por aparentar no soy una actriz y usted tampoco es mi tipo - reí con ironía incrédula - Necesito alguien que me acompañe y que aparente ante todos, incluso mi familia que es mi novia. Haremos reglas y un contrato estructurado y legal con un abogado. Será parte de la nómina de mi empresa - parpadee - a mi si me cae muy bien a pesar de su carácter cambiante - guardo su bolígrafo y sacó una tarjeta negra con letras doradas llámeme mañana en horario de oficina - se termino su agua y salió del lugar como si nada mientras yo aun sostenía su tarjeta en mi mano. - ¡Lista para cerrar! - Lion me saco de pronto de mi embeleso debatiéndome entre si aquello había pasado o no. Fue extraño y después de un rato no lo tome en serio. El hombre estaba ebrio. Esa habitación y ese Jacuzzi parecían la gloria. Tener dinero debía sentirse así literalmente, estar en una nube relajada todo el tiempo sin problemas que oprimen tus sueños. Había champagne en un pequeño refrigerador, por unas horas me sentí tranquila dejando que el agua

perfumada y tibia desvaneciera la tensión. Le di varias vueltas a aquella tarjeta, tome mi teléfono y active el buscador... Bruno Evans CEO Industrial IEM. Había escuchado antes de esa compañía, era la base de otras nacionales e internacionales basadas en implementos tecnológicos. No podía creer que ese hombre que no era tan viejo era su dueño, medite demasiado lo que había pasado, sus palabras, pero lo único que mi mente no apartaba era la posibilidad de pagar por completo mi matricula. Solo por acompañarlo y fingir, era raro, quizá me eligió precisamente por no ser su tipo, pero al fin y al cabo era un empleo. No era indecente y tampoco parecía real, quizá estaba casado y tenía problemas con su esposa y yo me metería en un lío. Hablo de un contrato y no pasaría nada por probar. Parecía interesante la idea de ser una novia contratada más que el de servir tragos. Chasquee la lengua era una locura siquiera pensar en hacer algo así A la mañana siguiente desperté entre plumas. Que distinto despertar entre tanta comodidad descansada, aunque afuera era un día gris y húmedo. Llegue a casa sonriente y a pesar de que no lo esperaba Ann estaba allí. Recordé de pronto todo lo que le había dicho en la madrugada, me sentí muy mal. - Hola.. Siento mucho lo que te dije, estaba... tenia... - Si ya lo sé.. y Diane.. lo que me dijiste sé que tienes razón. Soy un desastre, tengo 28 y aún sigo actuando como una tonta, te miro y eres increíble. Con todo lo que te ha costado sacar tus estudios más tu trabajo, no ha sido fácil para ti y quisiera ser un poco como tú. De hecho voy a empezar por enderezar todo esto. Buscare un empleo ya basta de pedir dinero a mis padres, además nunca conseguiré a alguien de verdad en un bar con tragos

encima, dejare de salir los fines de semana y seré un adulto, te lo prometo - se levanto del sillón y me abrazo fuerte - ahora me voy que duermas bien Me dejo sola y pensativa. Que ironía. Quizá no fue tan mala esa descarga y hacer cosas de manera impulsiva podría resultar ser a veces una solución. Recordé al hombre y me di a la tarea de investigarlo un poco mas. Con su simple nombre aparecieron reportajes y fotos de toda clase, era el hijo del que convirtió una gran empresa de tecnología en un imperio y ahora se encargaba él. ¿Quién no la conocía?. Además del enorme edificio en el centro que era un atractivo arquitectónico de la ciudad, estuvo casado con una actriz y comprometido con una modelo, le conocieron infinidades de mujeres y entonces me pregunte si no sería gay. Quizá les pago a todas y al vencer su contrato solo las reemplazaba, pero lo había visto con esa mujer en la noche y no me parecía que le gustaran los hombres. Tal vez era un enfermo que le gustaba comprar personas, de todas maneras no averiguaría nada de eso por la red. Me quedé mirando su foto y había que ser ciega o estúpida para sólo querer a un hombre como ese por dinero, aunque visto lo visto no me extrañaba. Debía ser pésimo en la cama, era alcoholico y dictatorial. Podría estar muy bien en fotos, pero personalmente era una persona horrible. Sería un jefe insoportable con lo que estaba mas que justificada la cantidad que ofrecía. Esa tarde tampoco me concentre en estudiar. Miraba la tarjeta constantemente desafiándome a probar la veracidad de ese asunto. En situaciones desesperadas, medidas desesperadas. No dejaba de pensar en la posibilidad y al ver mis saldos bancarios sumados en mis deudas la tentación era enorme. No sabía si era más mi curiosidad o

el hecho de que con aquel empleo, solo por fingir un mes a su lado pagaría todo un año de mi carrera y me permitiría avanzar para al fin convertirme en lo que había deseado por años. Aspiré aire profundamente, tome su tarjeta y marqué... sin anestesia al segundo timbre contestó. - Hola Diane, sabía que llamarías - eso me aceleró el corazón, pensé que me contestaría una secretaria o tendría que recordarle que me había dado su tarjeta y en lugar de eso... - ¿Como sabe quién es? - Escuché su risa al otro lado del teléfono - no le doy mi tarjeta a nadie que no tenga ya registrado en mi teléfono, ¿puedes venir en un par de horas? - ¿ir a donde? - A mi oficina, tendré todo listo - ¿Cómo cree que sé donde está su oficina si no le conozco..? - Te di mi tarjeta, te espero - sin más colgó - Imbécil - murmuré Aunque pensara que aquello era la locura mas extraña que me había pasado en la vida antes de ir a servir tragos esa noche fui a ese edificio. No estaba segura si simplemente para confirmar todo aquello tan singular que ofrecía un posible empleo que pagaría mi matricula, o simplemente para seguir satisfaciendo mi curiosidad sobre la extraña forma de aquel hombre de comprar una novia. Al entrar le dije a la muy seria recepcionista a quien buscaba. Seguramente pensaría que estaba loca. ¿Cómo voy a llegar a un empresa como esa buscando al dueño como a cualquier persona?. Ella solo hizo una llamada y a

los cinco segundos me indicaba el piso al que debía seguir. El lugar estaba lleno de gente y eran sin lugar a dudas todos ellos sus empleados, apenas se abrió el perfecto ascensor plateado la elegante mujer me sonrió y me guió por un pasillo hasta un salón en donde estaba otra secretaria. Le pidió que me ofreciera algo de beber mientras esperaba y así lo hizo amablemente indicándome que el señor Evans estaba reunido y que serian unos minutos de espera. Me negué a tomar algo y es que en realidad sentía un nudo en el estomago, empecé a cuestionarme que hacia allí y por qué había siquiera considerado algo tan ilógico y extraño como aquello. Mis manos jugueteaban una contra la otra acusándome de loca por seguirle el juego a un excéntrico borracho. Miré alrededor, todo estaba tan silencioso y ordenado... ¿estaba considerando en realidad fingir ser la novia de un millonario estrafalario todo por conseguir el dinero de mi beca?. Me pregunté si había llegado y sobrepasado mi limite, la presión que ejercía contra mi misma era demasiada para soportar. No estaba cuerda, si no era que ya había cruzado la línea de la demencia. ¿Cómo iba a creerme el cuento que un hombre así y además guapo tendría que pagar para que alguna mujer lo acompañara sin nada más y así de fácil?. ¡Dije que no me vendería y era lo que estaba haciendo!. Me levante dispuesta a bajar de vuelta los 18 pisos en ese elevador plateado y olvidar aquello. La secretaria me pregunto si no esperaría o si se me ofrecía algo más. No podía ni hablar, negué con la cabeza y no di más de dos pasos cuando escuche mi nombre de una voz conocida.

- Sólo me pasa esto a mi - murmure en pensamientos sintiendo casi la misma vergüenza que la noche anterior cuando me descubrió bailando y cantando. - Giré con valor. Junto a él había otro hombre de anteojos, cabello castaño y muy, pero muy guapo. Si tuviera un hombre así en mi vida no dejaría que se paseara por la tierra regalando a diestra aquella sonrisa tan simpática y sin esperar se presentó - Hola, soy Sam. Lamento haberte robado un poco mas de tu tiempo, era muy importante te lo aseguro - besó mi mano galante - señorita que tenga un buen día Bruno es todo suyo - asentí, ni siquiera aun podía articular palabra. Dios de mi vida gracias por poner en mi camino aunque solo fuera un momento a esa escultura de tu creación. Entonces el motivo de mi estadía alli me sacó de mi embeleso. - ¿Se iba sin despedirse?. Sería una pena llegar hasta aquí para tener que trabajar esta noche en el bar como siempre sonriendo forzadamente por propinas - la forma como decía las cosas seguía sin gustarme ni un poco, a pesar de tratarme de usted "negocios" - ¿va a pasar o no? - Entré, de cualquier forma no dejaría que pensara que era una cobarde - ¿Quiero saber a qué viene todo esto?, ¿Y cómo es que un hombre como usted hace este tipo de propuestas a las personas?. - ¡A las personas no! - se sirvió un trago de Whisky - a usted... - me indico que tomara asiento, pero yo no quise, así que rodeo su escritorio de vidrio en su enorme oficina y tomó asiento para después darle un sorbo a su trago quiero responder todas tus preguntas, pero se haría además de tedioso muy largo este asunto. Es muy fácil Diane ya se lo explique de forma general, se limitará a ser mi compañía y fingirá ser mi novia, no dará entrevistas ni

revelara este trato a nadie. Eso incluye a tus familiares y amigos quienes deben creer que salimos y nos sentimos... atraídos. A petición suya probaremos un mes y si es bueno se extenderá el tiempo necesario - sacó de un hermoso gabetero gris un documento - aquí está el contrato firmado por mi abogado y por mí como ve es legal, puede leerlo con calma - estaba atónita - Tengo una pregunta... ¿hace esto habitualmente? - lo mire con el ceño fruncido - Es la primera vez que hago un contrato de esta clase - ya le dije por qué anoche - Supongo que es un insoportable por ello las mujeres van y vienen, tanto que hasta tiene que contratarlas - me supo a gloria ver como alzaba las cejas.. touché - No lo se... pero tu tendrás que soportarme será tu trabajo Auch - Leí detenidamente cada párrafo y cada cosa a la que estaría o no sujeta, pero cada tanto levantaba la vista, él no dejaba de mirarme - ¿Es Alcohólico? - Tomar un trago no es ser alcohólico, solo es el tercero hoy y estoy cansado - Tenía que haber respondido NO, por lo que supongo que está muy cerca de serlo y no me gusta - alzo de nuevo una ceja y alejó el trago resonando en el vidrio - Para vender tragos es muy reacia al alcohol, debería estar más acostumbrada - ¿Quiere que sea siempre sincera no es cierto?. Entonces deje de beber tanto. Sólo le he visto dos veces y ambas con licor en la mano, no habla bien de usted y no quiero

acompañar a un alcohólico ni ver como se destruye resoplo con una sonrisa y continúe mi lectura En general estaba todo en orden. No parecía tan descabellado al leerlo, era un simple servicio. Más simple que el cuidado de ancianos incluso podría llegar a ser similar, solo que este no era un abuelo. Tendría unos 37 a 39 años, no lo tocaría más que ir de su brazo. Especificó bastante bien lo que le dije la noche anterior. No sexo y no besos en la boca, solo eran apariencias. Era muy sencillo, habría comida incluida, transporte y... ¿Accesorios? - ¿Que quiere decir con accesorios y apariencias personales? - Me gustaba más su falda corta color vino y su cabello suelto le hacia lucir algo sexy, pero a los lugares que iremos requieren mucha apariencia. Así que irá a casas de moda para hacerte un armario para mi, vestidos para cocteles y cenas elegantes, joyas de las que más te gusten y salones de belleza. Debe parecer toda una actriz ¿no cree? - ¿Si quiere una actriz por que no consigue una? - Por que fingen hasta a solas y eso no lo hace, no sabe disimular. Engañara a todos haciéndoles creer que me quiere menos a mí y para serle franco, usted es bonita así de sencilla, la ropa y accesorios solo le adornaran ante los demás - ¿Bonita y Sencilla? ¿de qué iba este hombre con eso?. Entendí que solo trataba de comprarme como Lion el primer día en el bar... - ¿entonces lo que busca es una chica común para no sentirse solo y poder aparentar ser normal?. A veces, porque imagino lo aburrido que deben serle ya las modelos y las actrices - No me trate mas de usted, este no es un negocio común.

- Que buena forma de resumir Diane, además de que ninguna me diría cuando realmente estoy siendo un imbécil, no si quieren que las siga consintiendo - lo mire fijamente y trague en seco - ¿Firmaras? - De verdad si rompemos el acuerdo de confiabilidad y de espacio personal..., es decir, ¿si hay algo mas entre nosotros me pagaría todo esto? - era el doble de lo acordado - Si, dejaste claro que no eres de esas mujeres y lo creo, pero si tú te atreves a seducirme perderás todo. Si soy yo quien lo hago.. te pagaré y finalmente serás como las demás - que práctico - ¿Puedo leerlo mejor en casa? - ¡No! es aquí y ahora o puedes olvidarlo - me extendió su bolígrafo - Una última pregunta... ¿Por que quieres que hasta tu familia crea que sales conmigo? - Pareció pensar un poco - quiero que todos vean que puedo tener a alguien real, aunque no sea en verdad real. No he decidido aún qué historia inventaré, puede que algo romántico - rió para luego ponerse muy serio - siempre todos me complacieron, hice lo que quise. Nadie contradice lo que ordeno o digo, en fin, todos me servían el trago y solo tú lo derramaste. Tienes el coraje para llamarme alcohólico y exigir que no lo haga... - me quedé poco más que confundida, aunque me quedaba claro, no sabía cómo explicarlo - También debes llenar una planilla normal para empleados, el seguro no se paga solo, allí me dejaras todos tus datos necesarios Volví a mirar el contrato, no era un casado solo quería jugar. Era un simple hombre aburrido que quería jugar a

estar realmente acompañado, en el fondo me parecía algo triste. Quizá fue un impulso firmar aquello o su nivel de persuasión era superior, no estaba segura que depararía. Tomaría este trabajo, cuidaría de este hombre enfermo insoportable por lo menos un mes, pagaría la matricula y dejaría de servir tragos por ser una que los rechaza en un coctel lleno de estirados. Por lo menos no era un anciano sería demasiado evidente mi interés por él. No me preocupaba el que dirán, por mi parte no habría nadie que opinara para bien o para mal lo que estaba a punto de hacer. Lo mire fijamente luego de firmar sin una palabra. Se hizo un silencio raro entre los dos. - Sera mejor que me vaya - ¿No trabajaras mas allí verdad? te pagaré este día... saco su billetera - No... está bien, solo hablare con Don Diego. No quiero recibir ningún dinero que no haya ganado y eso será entre los dos. Le dejé mis datos bancarios, odiaria que me diera un fajo de dinero como a esa chica de anoche - apreté los ojos y suspiré - me pagara cuando finalice mi servicio, no quiero sentirme como una... bueno no lo hagamos más raro. - Nos vemos mañana - me entrego una tarjeta - es ilimitada y George te llevará, en la noche voy a presentarte con mucha gente. Debes estar hermosa solo recuerda siempre tu contrato, te hare llegar una copia por correo en menos de una hora. Y por favor no me llames mas de usted o señor. Soy Bruno o amor para ti - fruncí el ceño - no soy tan mayor para que me trates como abuelo - Es mi jefe - Inténtalo de nuevo Diane

- Eres realmente insoportable Bruno - dije al fin sacándole una sonrisa Me levanté sintiéndome muy extraña y caminé hacia la puerta, él venía detrás de mí. Tomo la perilla para abrirme y se acercó mucho. Por primera vez estaba muy cerca, era alto obligándome a levantar la mirada - Estas serán mis demostraciones de cariño ante los demás así no violamos nuestro acuerdo - besó mi frente despacio Me sentía tan rara que no podía respirar con regularidad todo aquello era realmente impresionante, como sacado de alguna película de romance y era la chica tonta que terminaría enamorada de su jefe con el corazón roto. En ese mismo instante vi la realidad, solo me pagaría por ser su juguete nuevo y yo me conformaría con el hecho de terminar mis estudios salvando mi beca. No era su tipo ni él el mío. Demasiado arrogante, no era cuestion de clases sociales era de actitud y solo esperaba soportar con dignidad ese mes. No hay nada romántico en esto y nos limitaríamos a el trabajo. Soy terriblemente pésima fingiendo y ahora ese era mi trabajo, me pasé todo el trayecto hasta el hotel dándole vueltas a los mismos aparentes trinta y cinco minutos que pase en esa oficina. Ese hombre era bueno en lo que hacía porque me convenció muy rápido de firmar un contrato con él como una empleada más, específicamente encargada de hacerle creer a todo su círculo entre familiares y amigos que teníamos una relación. Me había vendido como un adorno a sus caprichos. Mi teléfono sonó solo para descubrir que me llegaba un correo bastante formal de la empresa de tecnología con mi

contrato completo, detallado y notariado. Resople, era tan extraño... Finalmente pensando en que en solo un mes mis problemas estarían muchisimo mas aliviados me resigne a ello, cada quien hacía con su dinero lo que le daba la gana. Si ese hombre quería pagarme por aparentar ser su novia y no le hacíamos daño a nadie, entonces estaba bien. Yo necesitaba ese dinero y el una película romántica. Don Diego lamentó que me fuera solo dos semanas después de haber empezado, comentando que nunca le duraban las chicas bonitas porque algún caballero siempre terminada llevándoselas. No sabía si ofenderme irónicamente era cierto, aunque él no supiera la razón por la cual me iba. Lion sonrió de lado con esa mirada perversa y me dijo que sabía que no duraría mucho porque yo si había ido a una universidad y que esperaba que la experiencia hubiese valido la pena. Le sonreí sin palabra alguna y salí de aquel lugar. Ironías por doquier. Al instante volvió a sonar mi teléfono con un mensaje "George pasara por ti mañana a las (14:00) tenemos un coctel en la noche, esperan ver a mi espectacular novia". Pocas palabras que decían mucho, puse los ojos en blanco y registré su número "Jefe Imbécil" - ¿Que haces aquí? – Fue el recibimiento de Ann esa noche quien hacia la cena en pijama – ¿Cuando fue el último miércoles en la noche que pasaste aquí? ¡No me digas que te despidieron! - No me despidieron.. – pensé un poco, no podía contarle "Acuerdo de confiabilidad" – me dieron la noche libre, están remodelando el bar – me salió bien esa mentira, pareció creerlo

- ¡Bien! Al fin cenaremos juntas, así me cuentas que tal ese trabajo y me hablas más del tal Lion - ¿¡Lion!? ¿... por qué quieres saber de él? ¿Y cómo sabes su nombre? - Mi amiga me conto que esta para comérselo Grrr ¿es cierto? - ¡Ay Ann...!. Voy a darme una ducha y luego hablamos... menee la cabeza y sonreí podría hablarle de él lo que quisiera porque en realidad si es todo un ejemplar, uno ocupado para nuestra desgracia. O también podría contarle del adonis de anteojos que me atontó. Compartir con Ann me hacía falta, hablamos de muchas cosas y fuimos las amigas que hace tiempo no éramos a pesar de vivir bajo el mismo techo. Recordé que la vida no se trata sólo de trabajar y de vez en cuando debemos vivirla y tal vez también por ello había aceptado un empleo atípico. Seguía añadiendo justificativos a tamaña locura. Leí detenidamente cada párrafo de aquel contrato, no era tan distinto de un contrato de trabajo normal excepto por el acuerdo de confiabilidad, exclusión de Información personal y por supuesto el muy específico acerca de las Relaciones Físicas. Acuerdo de Confiabilidad: Este Acuerdo comienza (con la firma del Contrato Laboral o Comercial o retroactivamente al principio de la relación cuando se firmó el Contrato) y permanecerá vigente mientras esté vigente el objeto por el cual se inició la relación, manteniéndose inclusive durante las prórrogas sin necesidad de firmar un nuevo acuerdo de confidencialidad. Asimismo, si el contrato inicial termina y se inicia después un nuevo contrato, pero con el mismo objeto del contrato

anterior, este Acuerdo de Confidencialidad tomará vigencia sin necesidad de firmar uno nuevo. BlaBlaBla En resumen... no podía divulgar nuestro acuerdo ni alguna información personal acerca de la parte contratante y la relación que mantendría con él o estaría incurriendo no solo en un delito, sino también a mi ética y daría por concluido inmediatamente el acuerdo sin ningún tipo de remuneración. ASIGNACIONES: serian transferidas a una cuenta personal al concluir el periodo establecido de 4 (cuatro) semanas continuas por cada uno de sus días por el monto acordado, quedando a decisión de las partes continuar con un nuevo contrato - yo esperaba que noExclusión de Información: No se le permite al contratado dar información personal de su presente o vida personal más de la suministrada en la planilla requerida para seguridad social, ya que no es indispensable para la labor que realizará. --imbécil.. ni siquiera quería contarle nada de mí, no seremos amigos tampoco, igual es mi jefe y debería mantener distancia, lo cual era absurdo si mi trabajo era fingir ser su novia. Relaciones Físicas: se les prohíbe a las partes establecer vínculos de relaciones sexuales durante las horas que deban pasar juntos. Tocarse de manera intima o incluso besos que sean de alguna forma pasionales, el incumplimiento de dicha cláusula traerá consecuencias económicas para las partes. Si es el contratante quien incurriese en el hecho deberá cumplir con el pago inmediato de el doble se las asignaciones dispuestas en este contrato. Si la contratada no obedeciera las normas induciendo el hecho perderá por completo sus asignaciones quedando disuelto de manera inmediata este

contrato --como si quisiera acostarme con él... y tampoco permitiría algo así realmente me pagaría por acostarse conmigo, si aceptara claro está y yo pagaría si lo seducía.. ingenioso. De cualquier forma aunque él pueda pagarme yo no lo permitiría porque no soy su querida--Tiré mi teléfono a un lado y suspiré profundamente, el tipo era un insensible que pensaba que el mundo le debía algo y que todo podía comprarlo. Aún recordaba sus palabras "no puedo tener a la mujer que quiera, puedo tenerlas a todas incluso a usted". La verdad me reventaba de rabia que tuviera razón, pero a la vez me hacía pensar en que su atractivo radicaba en su dinero y eso era sumamente lamentable. Quizá por su arrogancia lo merecía. Busqué en mi bolso la tarjeta de crédito que me dio y la giré en mis manos, si debía trabajar así más me valía que fuera con estilo, tenía que demostrarle que a pesar de la naturaleza del empleo era una profesional. Sonreí. A la hora pautada estaba fuera del edificio. Unos minutos después alardeando de su puntualidad llegó el auto brillante y negro de George. No lo conocía, pero lo saludé con entusiasmo emocionada por ir de compras. El muy serio y callado chofer no hablaba casi nada, me pregunte si su contrato también era de confiabilidad. Habría visto y escuchado muchas cosas estando al volante, quizá era muy curiosa y ya se sabe lo que dicen de la curiosidad. - Debes de haber llevado a muchas mujeres en este auto – pregunte al aire y extrañamente me contestó - No tantas como cree, pero sé específicamente a donde llevarla no tenga cuidado - Me imagino la clase de tiendas a las que iremos – dije irónica – ¿puedo pedirle un favor?. Usted lo conoce y tengo

realmente que impresionarlo esta noche necesito que esté conmigo y me dé su opinión - Carraspeó – si es su deseo hare lo que pueda señorita - Otro favor... no soy una de sus modelos así que si me llamas Diane me sentiré más cómoda - Como guste Diane - ¡Bien George, Vamos a divertirnos! Me pasee por cada tienda arrastrando a George conmigo. Hablaba muy poco, pero era sincero ayudándome mucho para complacer a nuestro jefe. Me sentí como Vivián Ward en mujer bonita y un segundo después deseche la idea, era una situación muy diferente. Habían cosas preciosas y generalmente costaban más de un mes de mi sueldo como cuidadora. Era increíble cómo se podía gastar tanto en una simple tela, incluso un par de zapatos que eran tan bonitos y tan brillantes. Al mirar el precio contuve el aliento... después recordé que lo pagaría ese hombre arrogante y odioso. Compre 2 pares solo cambiaban en color, comí con George en un pequeño local que me encantaba y aunque no sonreía comenzó a hablarme bastante. Había estado trabajando para el señor Evans padre y conocía al joven Bruno como le llamaba desde niño."Joven" ya estaba más cerca de los 40. No indague mucho, seguro tenía un acuerdo de confiabilidad era un personaje público y conocido. Él si se atrevió a preguntarme por mi niñez y si tenía hermanos cosas de ese estilo, nada actual así que me limite a contestarle deforma familiar. - Como su novia solo debe entender una cosa, no todo es como parece y el joven no la ha tenido fácil - ¿Por ello hay que cumplirle todos sus caprichos?

- Por ello tiene una armadura que se nota a distancia y si me permite darle un consejo no deje que eso se haga un prejuicio - ¿Lo quiere mucho cierto?. El amor hace ver distinto a las personas - para mí era evidente que si lo conocía desde niño lo estimaba mas allá de su forma de ser - Cuando pasas mucho tiempo con alguien llegas a conocerlo, sus modos y gustos asi que le tomas cierto cariño. Envió a mi hijo menor a la universidad en Inglaterra y eso se lo agradeceré siempre – así que también podía ser altruista – le gusta mucho su cabello – me dijo de pronto eso si me sorprendió, aunque ya me lo había dicho era otro consejo útil. Pasé dos maravillosas horas en el salón de belleza y hacia muchísimo tiempo que no me sentía tan bien, relajada, cuidada y femenina. Después de todo aquel empleo no era tan descabellado si por fingir haría por mí lo que en años nunca pude, hicieron el increíble milagro de desaparecer mis ojeras bajo el maquillaje que me hacia lucir como una diva... ¡y lo haría por todo un mes!. Para el vestido que llevaría recogieron mis rizos mucho mejor de lo que yo lo hacía dejándolos caer por todas partes definíendolos y atándolos con un broche brillante. La seda verde que se ajustaba a mi cuerpo caía con delicadeza hasta el suelo y se movía cuando yo lo hacía con una abertura realmente sexy en mi pierna izquierda, así se verían los costosísimos zapatos que portaba de un plateado brillante. ¡Ohhh por Dios!. Si el dinero no daba la felicidad estaba convencida que te daba por lo menos mucha imagen, con razón esta gente no quería ni pisar el suelo el total de todo eso debía costar el alquiler de algún local en el centro. Llevaba prendas de plata que

combinaban con la tira de brillantes que colgaba en mi espalda desnuda hasta la cintura. Si Ann me viera no me reconocería, hasta a mi me costaba reconocerme al espejo gracias al cielo no estaba en casa o no sabría explicarle de donde había sacado todo aquello ni por qué. Mi abrigo era afelpado de tonos verdosos y justo a las (20:00) George me marcaba para avisarme que estaba en la entrada. No me sentía incomoda vestida así, pero si un poco fuera de lugar tal vez en el sitio pasaría desapercibida. Me abrió la puerta como todo un caballero informándome que nos tomaría casi media hora llegar a la mansión para buscar al jefe y me explico que el coctel estaba cerca. Cuando entramos a aquella mansión en el auto me quede impresionada mirando aquello como un palacio, era inmensa. Como una casa de ricos que solo ves en las películas, con balaustras y puertas dobles de madera enormes. Él bajo las escaleras de mármol elegante y para qué negarlo muy guapo, entró rápido al auto mirando su teléfono. Por educación dió las buenas noches a ambos y fue todo. - Hola Diane que bonita estas, gracias por acompañarme no beberé nada más que agua esta noche y te presentare a algunos amigos, la dinámica es simple – soné bastante más molesta por el tono de la ironía - Giró hacia mi mirándome de arriba abajo con indiferencia, después de todo lo que hice para poder verme así para él solo eso me dedicó. Dejó escapar el aire con fastidio – Hola Diane muy bonitos zapatos y costosos por cierto, gracias por comprar dos. Beberé whisky es un coctel y espero que tengas una buena historia que contar hoy a las personas que voy a presentarte la dinámica es más que

simple. Tu trabajo será crear la fantasía de tu amor por mí – Quede literalmente con la boca abierta - ¡Ah!.. ¡Vaya!. Que amable, espero que hayas tenido un buen día, tanto que no necesites más de dos vasos recuerda que la gran ingesta de alcohol puede favorecer la aparición de coágulos de sangre. En ocasiones acaban generando derrames cerebrales o ataques al corazón, también es posible la cirrosis, anemia y hasta pérdida de memoria, aun eres joven para algo así. Pero no tanto para comenzar a deteriorarte. - ¿Lo leíste en internet para aterrorizarme? - rió y por esos segundos me pareció demasiado atractivo, su colonia inundaba mis sentidos y sería fácil fingir que me gustaba si tan solo no fuera un patán - Habrán preguntas esta noche y las que le siguen así que creí que tendríamos un guión, sobre cuando nos conocimos o donde. Como sea me parece bien escucharlo de sorpresa, ese es tu trabajo - ¡Vaya imbécil!... insoportable – Pensé y no volvimos a dirigirnos la palabra, no era raro que lo que más me gustara de aquel trabajo fuera su dinero. Este trabajo no sería nada fácil, bueno... la cantidad que me pagaría valía la pena. No me sentí menos incomoda en el coctel, pero si más aliviada de estar allí con mas personas y no a solas, enseguida ofrecieron alcohol. Yo por supuesto lo rechace, pero el hombre que me llevaba del brazo ya tenía uno en la mano, le hice una mueca sonriente que respondió con un guiño desafiante y resoplé para mis adentros. A las primeras personas que me presentó no parecía sorprenderle que llegara acompañado y escanearon cada centímetro de mí que tuvieron a la vista, en ese momento

me sentí desnuda. Aunque no dejaría que aquello me intimidara estaba allí para actuar y lo haría lo mejor que pudiera, ninguno hizo preguntas directas bastaba con las miradas. Supuse algo como "la chica nueva o pobre alma", aunque eso estaba en mi imaginación hasta que llegamos a unas parejas bastante simpáticas y sonrientes achispados por la bebida, ya empezaba a fastidiarme y más cuando el que se suponía era mi pareja no me hablaba más que alguna palabra que otra necesaria. - ¿Y se conocen hace mucho? – sonreí - Hace tres días – noté al fin sus caras de sorpresa seguida por un pequeño silencio, él no tenía expresión alguna - Hacen una bonita pareja Bruno ¿y en donde se conocieron? – se dirigió a él la mujer a la que evidentemente no le satisfizo mi respuesta, me importó poco haría mi trabajo - En el Bar del Millenials yo servía tragos en él, pero no se alarme ya lo dejé no duré casi – el grupo alzo la ceja por mi franqueza tal vez, puntos para mí... no había tenido que mentir y no lo haría solo para hacerlo rabiar. Según mi contrato no podía despedirme en un mes si no había incumplido en nada - Que interesante.. – murmuró en tono burlón - ¿Y ahora qué haces? ¿En que trabajas? – pregunto un caballero - Lo mire sonriente para luego dirigirme a todos, de algo me habían servido mis dos semanas de bartender de ricos – Ahora cuido a un anciano alcohólico, pobre no tiene ninguna compañía y a cambio le brindo cuidados. No muy personales, no estoy tan capacitada – parecí sorprenderlos y fue su turno de sentirse incómodos, sólo era una tonta

rubia mas o lo tomarían como una graciosa forma de eludirlos. - De pronto escuche su risa, reía como si todo lo que dije fuera un chiste. Me abrazó un poco y exclamó – ¡por esto es que me encantas princesa! - ¿Princesa? ¿Desde cuándo me llamaba así? – Bueno amor alguien tenía que hacerte reír de vez en cuando – me miro por unos segundos en los que pareció confundido, después lo vi mirar en una dirección y pasar a estar muy serio. Se disculpo despidiéndose de todos y yo tenia que seguirle la corriente. Me guió por todo el salón tan rápido que apenas podía dar pasos con aquellos zapatos tan altos. Seguro estaba furioso por lo que dije, había metido la pata en mi primer día quizá quería que me inventara una historia de amor. No quería tolerar sus malcriadeces así que si quería acabar con el dichoso contrato que lo hiciera de una vez, aquello no fue una buena idea nunca. Entramos a otro salón mas pequeño esquivando gente, me tenía tomada de la mano de modo que no me soltara. Después entramos a una habitación más grande y cerró la puerta un poco alterado - Hay unas mujeres allá afuera que... se acercaran a ti, querrán hacerte un montón de preguntas, es fácil, soy alérgico a él maní y las almendras... - pensó con rapidez se veía nervioso y yo no entendía nada, tenía mis propias preguntas – a ellas no les digas lo del bar, por favor - Pero... - No me dejó hablar, así como entramos salimos de la habitación y no tuvimos que caminar mucho para encontrarnos de frente a dos mujeres - Diane ellas son... - no termino de hablar

- La más joven me extendió la mano con una sonrisa – Paula Evans su hermana y ella es nuestra tía Eloisa – La señora me miro con extrañeza analizándome – Cuando supe que Bruno traería a su novia aquí no dudamos en acercarnos a conocerte, hace semanas que nos dijo que existías. Si fuera por él... - meneo la cabeza.. ¿semanas?, ¿llevaba tiempo buscando candidatas al puesto?. Con razón tanta insistencia. - Es un placer conocerlas - actué rápido - no me dijo que estarían aquí, pero yo estaba por presionarlo para conocer a su familia. Saben como es. - ¡Qué gusto! ¿Diane?. Que nombre más bonito y tu eres preciosa... - Paula, tengo que hablar con algunas personas y Diane está aquí para acompañarme – dijo con la intención de zafarse de algún posible interrogatorio. - No vamos a abrumarlos para que disfruten del coctel solo queríamos conocerla – pareció decepcionada y sentí pena ¿cómo es que quiere zafarse de su familia que es tan amable y llevaba semanas mintiéndole?. Era un grosero y le daría un escarmiento. - Pero podemos cenar uno de estos días si te parece, con la familia – eso me daría tiempo de crear la dichosa historia - El Domingo en la mansión Evans, déjame todo a mí allí estaremos – ¡que rápida era! - Ya nos vemos Paula... Tía - beso la mano de la señora y giramos de pronto - Muy bien hecho Diane, ahora tenemos una presentación formal. Si sigues así el próximo mes nos estarán preparando las nupcias.

- Estas exagerando.. además no es mi culpa es tuya por mentirles... no querías que les contara que... - y nos topamos con otra mujer, alta, delgada de cabello castaño y hermosa. Una modelo seguro - ¡Bruno... que sorpresa! - me miró de arriba a abajo - ¿No me presentas a tu amiga? - No es mi amiga Gema, es mi novia Diane y no quiero un escándalo aquí seguro no te vendrá bien - se le noto la rabia al escucharlo, parecía bastante furiosa. Le extendí la mano que no recibió mirándome con desgana, la idea de tener una relación con alguien era encarar también con cosas de su pasado. Estaba todo claro para mí, mi jefe me contrató para tranquilizar a su familia y espantar a sus ex. No tardo ni un segundo en despedirse de la tal Gema sin ninguna palabra más. - Esa es una muy resentida ex novia – ¿Con cuantas mas tendré que lidiar? - Con muchas. Decenas – note el tono de diversión al decirlo quizá no era cierto, era difícil de descifrar Pasamos la siguiente hora de pie y de aquí para allá. Yo era una especie de bastón que él sostenía mientras hablaba de negocios y de personas que no conocía. Di un vistazo alrededor, comencé a pensar en la alergia al maní. Si era cierto y se la pasaba en esos cocteles en donde habían tantos postres no podría comer casi ninguno, es bastante impredecible a veces. Quizá eso era lo que lo tenía tan amargado, le hacía falta dulce.. reí por aquella ocurrencia en tan aburrido lugar, pero era serio así que debe tener prescrito algún medicamento inyectable y debe tenerlo siempre cerca en un bolsillo. Será una mini jeringa preparada dispuesta en todo momento para emergencias,

si sucediera el caso de una intoxicación se le cerrarían las vías y la sangre atestada de alcohol le provocarían efectos secundarios combinados con el medicamento. No debería beber tanto. - Debes estar muy enamorada para mirarlo de ese modo – escuche de pronto y volví a la realidad. Un hombre había estado notando que lo miraba, debí dejar el diagnóstico para luego. Amaba mi profesión. - Si mucho, tanto que es mejor que deje de tomar por hoy. Lo siento mucho Bruno, me llevaré esto y te traeré un poco de agua – besé su mejilla sonriéndoles a los caballeros, momento perfecto para escapar un rato de tanta palabrería A las (2:00) estaba muy agotada, al fin decidió que nos iríamos. Entre tanto auto y gente saliendo esperábamos a George. - ¿Te gusto el coctel? - Para nada. No hubo baile, se hablo demasiado y me dio la impresión que fue una exhibición de personas como en un concesionario los autos. Lo único realmente destacable fue el pastel, pero jamás podrías probarlo – me coloco el abrigo y le susurre - quiero arrancarme estos costosísimos zapatos - Eso es una muy sexy insinuación, ten cuidado - puse los ojos en blanco - Acostúmbrate te quedan muchos días como este - ¡Que buena noticia!. Acostúmbrate a alargar dos vasos de whisky por lo menos este mes - sonrió de medio lado en forma desafiante nuevamente. - ¡Bruno Evans! –menciono con entusiasmo un caballero que apareció por mi lado, a él lo miró sonriente y se

estrecharon las manos por lo que creí que eran amigos. A mi me miraba con lascivia descarada – ¿de dónde sacaste a tan hermosa hada?. Escuche que fuiste a un bar en especifico, me causa curiosidad señorita, ¿usted le servía o le quitaba los tragos? – este era incluso mas imbécil, ¿los fabricaban en masa en la clase alta? - Ambas señor... - busqué en mi memoria no lo conocía, me acordaría si me lo hubiese presentado. Entonces no eran amigos. - ¡Imbécil! – Me dijo Bruno con una sonrisa y él rió sorprendido, yo sabía a qué hacía referencia - Si.. puede ser que ese ya este ocupado, pero si le da tanta curiosidad desde ahora no necesita el trago porque me tiene a mí - Un encanto de trago hecha mujer si se me permite elogiarla - Parece en cambio que usted necesita uno así mantendría la boca ocupada, no soy mujer de elogios inapropiados compuse una sonrisa que llego a ser solo una mueca - Tomó mi mano y se despidió sin dejar esa sonrisita – Xavier para usted bella dama tiene razón, mis disculpas. Lástima que ya no trabaje en el mismo bar, coincidiremos en otra ocasión - No tengo duda de ello, coincidiremos - le dijo Bruno refiriéndose a los tres - Tus amigos son simpáticos – le comente subiendo al auto - No es mi amigo, es uno de mis socios y siempre ha estado compitiendo no se por que... así que si quieres tener algo con Xavier será luego de que culmine nuestro contrato.

- No dejaba de sorprenderme - ¿Se supone que deba sentirme ofendida o estas actuando a los celos? – no me respondió - Vamos a casa George, luego puedes ir a descansar - ¡Espera! ¿Vamos a tu casa? - ¿Qué hay de malo con eso?. Dijiste que estabas cansada y vives bastante lejos no querrás que George maneje hasta allá después de un día de compras, ¿o es que tienes miedo de quedarte conmigo? – sonrió de medio lado entre la diversión y la malicia – no le respondí cruzándome de brazos Al llegar una señora con uniforme salió a nuestro encuentro a esas horas ofreciéndonos de todo y sujetando nuestros abrigos. Parecía que lo estaba esperando para poder dormir. El lugar por dentro si era parecido a un palacio, era hermoso, yo no dejaba de imaginar cuanto tiempo me tomaría recorrerlo como un museo. - La señorita se quedara esta noche y alguna que otra después, así que prepárale una de las habitaciones principales– me miró volviendo a sonreír divertido – cerca de la mía– y llévame a mi despacho un poco de.... – se acercó susurrándome – café - Ya me estaba acostumbrando a sus bromas de doble sentido, así que solo me limite a colocar los ojos en blanco - Buenas noches señor Evans - mencione cansada y me dispuse a seguir a la mujer escaleras arriba - Princesa... Siento mucho si esta noche fui un poco pesado – se escucho sincero, era la segunda vez que me llamaba Princesa. Quise decirle algo, pero él se adelanto – buenas noches - dio media vuelta dejándome muy confundida era realmente alguien muy extraño, casi bipolar

Dormir en aquella cama fue como en el hotel, podría acostumbrarme fácilmente a ser una princesa y supuse que lo decía por mi nombre no porque lo pareciera. Abrí las ventanas el sol se metió cegándome, la vista era realmente hermosa como si estuviera aislada del mundo. Sonó la puerta y al abrirla la amable mujer que nos recibió me dijo que serviría el desayuno en 15 minutos. Yo pregunte por Bruno pensaba que ya se habría ido, pero todavía seguía allí. Baje con un albornoz delicioso que había en la habitación no tenía nada más que lo que llevaba en la noche. Estaba totalmente descalza y él estaba impoluto de traje leyendo un diario sobre una preciosa mesa de vidrio - ¿Buenos días dormiste bien? – pregunto sin mirarme, dude si realmente le preocupaba como había dormido o era simple cortesía. - Si, divinamente – suspire y por fin me miro - ¡Vaya!. Me doy cuenta estas incluso más bonita que anoche – sonrió - ¿Quien era ese hombre?. No le hice caso a sus ironías estaba despeinada y sin vestir – Pensé que estarías en tu oficina - Seria de mala educación dejarte desayunando sola tu primera mañana aquí, además quería que coordináramos ciertas cosas – me sirvieron un suculento desayuno que incluía fruta, jugo, agua, café, tostadas y todo lo que quisiera para no dejar de comer hasta que no pudiera mas – la primera y más importante gracias a ti hay una comida con mi familia el domingo por la tarde, estarán todos aquí y de ninguna manera quiero que escuchen la historia del bar de nuevo.

- ¿De nuevo? - Anoche fue muy popular, lo atribuyeron a que eres muy graciosa eso no te eximirá de preguntas - ¿Quieres que cuente una historia de amor? - Me da igual, solo quiero que crean que tenemos algo de verdad - Aun no entiendo por que - Porque es mi experimento y tu mi asistente – ya me parecía raro, estaba comenzando a entender que habían sitios por los que no debía meterme, no hice más preguntas – Quiero que estés aquí todo el fin de semana así que George te llevara a tu casa por tus cosas. Mañana temprano tenemos que ir a una inauguración, será un evento en un hipódromo – Dejó el Diario a un lado y miro el reloj – debo irme nos veremos esta noche - Pudiste haberme enviado un memo – sin más tomo su saco y se marchó Al quedarme sola en ese enorme lugar lo sentí tan frío, definitivamente no entendía como viviría allí solo. Al terminar mi desayuno la amable mujer que sólo me dirigía palabras necesarias retiro todo, yo saque mi teléfono del bolsillo del albornoz y leí el mensaje de George, estaría allí en una hora. A veces podía ser confuso ese tipo de trabajo y me pregunte qué podía hacer en una hora por ese lugar, mi sonrisa se amplió y me levante como un resorte recorrería cada espacio. Si la curiosidad no me mataba descubriría más cosas acerca del pedante señor Evans y tal vez me ayudaría a crear la fulana historia de cómo nos conocimos.

El lugar tenía como diez habitaciones, unas enormes y otras grandes. La más pequeña era posible que cubriera los metros del apartamento. Tenía dos salones y uno daba a un mirador, la mansión estaba incrustada arriba en una montaña. Por ello hacia tanto frio. Entré al fin a una oficina en la parte inferior, allí habían montones de diplomas. El Señor Evans había estudiado Economía, Finanzas, y un Doctorado en gerencia macroeconómica. Tenía fotografías en la pared con unos perros negros enormes, cuando sonreía definitivamente se veía mucho mejor, casi normal. Había otra con su hermana y 3 niños, el mayor tendría unos 13 años. Su familia significaba mucho porque habían varias con lo que supuse eran sus miembros. ¿Entonces por qué mentirles?. A mi izquierda en un estante había una suya como lo conocía, de traje y muy serio. La tome y la mire de cerca detallándolo y preguntándome que era lo que realmente pasaba por su cabeza. Entrecerré mis ojos era un hombre sumamente atractivo, seguramente tenía una fila de mujeres para escoger no entendía por qué me había escogido precisamente para esta farsa. Recordé sus palabras y las mujeres con las que leí había estado, ¿era el experimento de tratar con una mujer que no pertenezca al mundo que conoce?. ¿Alguien tan sencillo como una bartender de un bar que no quería ninguna relación con él y que cumplía un contrato?. Pero tampoco le interesaba conocerme. No me preguntaba de mi vida y no podría decirle, entonces la clave estaba en su familia, volví a dejar la fotografía y mire las demás alrededor. Su familia debía querer que tuviera una relación de verdad lo deduje por el entusiasmo de su hermana y por la mentira enorme, quizá estaba tratando de complacerlas, ¿y entonces su ex esposa? ¿Y la mujer con la que se comprometió?. Tenía muchas preguntas y si quería

resolverlas debía preguntarle personalmente. Eso haría como buena excusa para crear la historia romántica de nuestro noviazgo. Lo primero que metí en mi maleta fueron las guías que tenía que estudiar para mi examen general después de matricularme. Sería el ultimo escrito, si me aburría tendría bastante tiempo para leer, aproveche la tarde para ordenar un poco y apareció Ann. - Qué bueno que te encuentro, tengo buenas noticias las chicas vendrán esta noche no saldremos. Veremos una película y hablaremos tonterías, nada de bares ¿quieres unirte? – sonrió - Se hizo justicia, ¿cuánto tiempo durara? – me miro con el ceño fruncido de pronto - ¿Te vas de viaje?... - No.. yo.. voy a trabajar el fin de semana – no se me ocurría nada más creativo que la verdad - Pero trabajas en el centro.. Diane tienes esa cara... ¿es algo raro? - Es que... ya no trabajo en el bar, conseguí otro empleo y me toca pasar todo el fin de semana allí - ¿Que clase de empleo es? ¿porque no me habías contado nada? - Uno en donde me pagan más y...- recordé mi historia, la única que había tenido sentido y si ya funciono una vez volvería a funcionar – Cuido a un anciano millonario - Parpadeo y luego su sonrisa se amplió – es muy bueno, además es lo que haces el bar no era lo tuyo, ¿está muy enfermo? ¿Cómo conseguiste ese empleo?

- Es el abuelo de un cliente del hotel y no esta tan grave, aunque a veces es insoportable, odioso y mandón. Debo tenerle mucha paciencia. - Me alegra mucho, entonces si es por solo los fines de semana ¿por qué una maleta tan grande? - Habrán días que tengo que estar entre semana también y algunas noches que tendré que quedarme, ya sabes cómo es esto de los cuidados personales Pareció entender y en ese instante me di cuenta que podía inventar historias alterando solo un poco la realidad, podía usarlo en el trabajo. Aprovechamos para conversar como hace mucho no lo hacíamos, Ann parecía que quería mas al fin renunciaba a las fiestas de fin de semana, tenía planes para sí misma y un futuro. Las risas se hicieron espacio hasta que sonó el timbre y me acorde que George iría por mí, estaba tan distraída que no escuché mi teléfono y puede que subiera por mi maleta. Ann abrió la puerta mirándolo de forma extraña - Es George... el chofer de mi jefe – aclaré - Señorita es hora de irnos, él la está esperando en casa – tomo mi maleta y me despedí de Ann - Salúdame al abuelo y tenle paciencia – rió - En el ascensor George hizo la pregunta – ¿de qué abuelo habla? - Es que tenía que inventar algo y le dije que cuidaba a un anciano rico – no había visto reír a George hasta ese momento. Acomode mis cosas y me senté al borde de la enorme cama. Supe que él estaba encerrado trabajando desde la oficina. Tome una de mis guías y fui directamente a un

lugar que encontré muy cómodo para leer y una vez allí no vi pasar el tiempo, esa noche en particular sentía que podía con toda esa pantomima aunque seguía muy intrigada. Me quede pensativa mirando un punto fijo hasta que escuche la voz de la amable mujer del servicio - ¿Cual es su nombre? – le sonreí - Maritza, Señorita - George me llama Diane y de verdad me gustaría que me llamara así y si le parece yo le diré Maritza – La mujer asintió con una cálida sonrisa - El joven pide que se reúna con él en su oficina, ¿le llevo algo de beber? – era mi oportunidad - Mochaccino para mí y café para él, con algunas galletas por favor. Soy fan del dulce Al entrar no alzo la vista ni un segundo de lo que estaba haciendo. Restregué una mano con la otra pensando con rapidez como podría obtener información de un hombre tan difícil, pero no daba con alguna idea sin que termináramos deseando estar lo más lejos posible. - Siéntate, te voy a explicar lo que necesito para los próximos eventos – me senté frente a él sin palabra alguna y me miro con el ceño fruncido – estas muy callada ¿sucedió algo? - miré el vaso a su derecha con un poco de líquido cobrizo – No he bebido más que esto hoy Diane, no soy un Alcohólico ni lo seré solo me mantiene... despierto – no dije nada mirándolo – ¡está bien! No beberé si tanto te incomoda – lo apartó, en seguida llego Maritza con lo que solicité. Me miró fijamente agradeciéndole y resoplo dejándose caer en el respaldo de su asiento, yo tome una galleta – El evento de mañana dura hasta después del almuerzo, algunos socios de distintas sucursales estarán

allí con su familia y yo hare alarde de lo enamorado que estoy así que tendrás que simular quererme. Sé que no son muy agradables y que pueden llegar a ser hirientes creyéndose mejor que los demás, me disculpo de antemano, pero sé también que eres lo suficientemente inteligente para eludirlos con sus mismos actos ya lo demostraste ayer. Debemos apostar así que puedes hacerlo cuantas veces quieras, asegúrate de que te vean hacerlo, lo recaudado en el día será para un hospital cardiológico infantíl en construcción, habrán algunas fotos y luego nos vamos de allí, ¿Tienes alguna pregunta? - Si... - alzo la ceja esperándola – ¿cuál es tu color favorito?... déjame adivinar ¿es el negro? - ¿Qué clase de pregunta es esa?. No tiene nada que ver... -Bruno necesito saber más de ti, no servirá de nada fingir si por lo menos no te conozco. Sé que el contrato dice que no es necesario conocer nada de mí, pero yo de ti si quiero y sé que lo necesitamos para lo que sea que quieres lograr con esto ¿o si no porque me dijiste de tu alergia? - ¿Por qué decidiste llamarme amor? - ¿Que querías que hiciera? me tratabas con cariño - Princesa no es de cariño es por tu nombre - lo supuse, pero era tan cortante... - ¿Quieres que los demás crean que te quiero o no?. No se me ocurrió otra muestra de algo parecido al cariño o confianza, pero ya no te llamare amor descuida - resoplé y se hicieron unos segundos asfixiantes de silencio - ¿No sabes lo suficiente?. Si buscas mi nombre en internet te dice hasta la hora en que nací

- No tu color favorito y son detalles que me gustaría conocer del hombre al que supuestamente quiero - Dejo escapar el aire tardando largos segundos en contestar – Burdeos, Vino tinto como tu falda - no creí que le prestara tanta atención a mi uniforme del bar y menos en las condiciones en las que se encontraba. - ¿Por qué vives aquí solo? - Es la mansión de mi familia, ellos han hecho su vida y poco a poco me quede solo yo - ¿Que paso con tu esposa y prometida?. ¿Por que terminó? y no me contestes con una frase elaborada – esa fue difícil, él entrecerró los ojos y pensé que no me contestaría - Ex esposa y Ex prometida, aun estoy pagando por ese matrimonio fue un error que duró un año y mi ex prometida también es la ex de Xavier. Supongo que me gritara histérica que él tenía más tiempo para ella quitó la venda de mis ojos, rompió nuestro compromiso y cualquier tipo de comunicación afortunadamente. Con el tiempo me di cuenta que con ese estilo de "princesitas" no llegaría nunca a nada más que apariencias e interés mediático. Soy un buen partido dicen, ninguna ve a un hombre - supongo que mi expresión parecía pedir más detalles - les daba igual si bebía o no por ejemplo - ¿Por ello me contrataste?. ¿Porque vi a un alcohólico en lugar de un potencial cliente y una muy buena propina? - Rió – entre otras cosas - ¿Que otras cosas? - No es relevante – no me lo diría, respire profundamente - ¿Es por tu familia?

- Se acomodó en el asiento - Ya que tocas el tema, tengo sobrinos inquietos y otros elocuentes, una hermana imprudente, una tía exigente y mi cuñado... bueno, no habla mientras hay comida en la mesa. Encárgate. - Nunca pensé que me describirías a tu familia de ese modo. - Todos quieren lo mejor para mi, aunque no sea lo que tenga en mente. - ¿Habías estado buscando a alguien para engañar a tu familia? - Cuando lo dije en forma de reproche note como se tensó apartándome la mirada, parecía sentirse culpable – es todo por hoy Diane, espero que pases una buena noche. - ¿Por que eres así?. ¿Por qué simplemente no puedes tener una conversación normal conmigo?. Y sé que esto no lo vas a contestar, pero si armaste todo esto solo para engañar a tu familia y eres gay.... - ¿Que te hace pensar que soy gay? .. - chasqueo la lengua Es un efecto colateral Diane, pero si quieres saberlo será para algo bueno, lo hago también por ellos... y tú eres mi empleada no me haces un favor - recogí todas las galletas y me lleve mi mocaccino sin responderle. Intolerable. Amaneció precioso y soleado. El club hípico era un enorme edificio con una fuente de agua abundante, por dentro era aun más impresionante. Había detrás de aquella fachada fantástica un enorme espacio verde, de un lado estaba todo dispuesto para el evento. Habían muchísimas personas y todos vestíamos ropa formal cómoda en blanco y champagne en honor a la causa.

Tenía un sombrero de lana enorme con un lazo a un costado y lentes de sol. No tuve que peinarme demasiado ni me maquille en exceso, de hecho si Bruno quería a una chica sencilla la tendría de todas las formas. Entramos a el salón y entrelace mi mano con la suya. Me miro extrañado, pero no opuso resistencia. Conocí a mas escáneres humanos mientras mis mejillas se cansaban de tanto sonreír, ¿Realmente era necesario hasta en un acto de beneficencia beber alcohol?. Llegue a la conclusión de que todos allí estaban por que tenían que estar, solo un grupo muy pequeño porque quería. Apariencias y nada más, ¿o qué diría la familia Hilton si no los veían por allí?. ¿Era mejor aguantar aquello con la bebida?. Lo solté al fin para escaparme a la mesa de postres, sabía que él no comería ninguno por prevención seguramente. Estaba tomando unos que se veían realmente deliciosos cuando escuche expresiones de unas damas a mis espaldas - ¿Supieron que Bruno Evans está saliendo con una camarera de hotel? - Yo escuche que servía tragos en un bar – abrí los ojos y disimulé mas hasta acercarme, me parecía muy chistoso que estuvieran hablando de eso y no supieran quien era - Como sea, después de salir con mujeres como Elsa Hosk o Stella Maxwell ni hablar de Gracie, que a pesar de lo que hizo es la hija de un empresario de renombre - Me enteré que tienen meses saliendo a escondidas. A él le daba vergüenza presentársela a su familia y ahora ella de alguna forma lo ha engatusado. Que conveniente, con todo ese dinero cualquier arribista estaría dispuesta a todo.

- Yo creo que más conveniente es para él, las cosas con su abuelo no van bien. Según Rachel le conto su esposo que el viejo Nell no está dispuesto a ceder la herencia a su nieto hasta que este siente cabeza con una mujer de verdad, esas fueron sus palabras – mordí un panquesillo mientras seguía escuchando - De igual forma no creo que pretenda engañarlo llevándole a una mujer como esa sin ningún atisbo de elegancia, sin saber de dónde proviene no creo que dure ni un mes – pensé en mi contrato, eran muy buenas con las predicciones. De pronto se acercaron y me cubrí mas con el sombrero, estaban a mi lado – ¿disculpa querida, me alcanzas esa bandeja? – se la pase tan rápido que no le di tiempo de averiguar con quien hablaba, seguro se daría cuanta de todo lo que había escuchado mientras yo seguía en mi análisis. - ¿En donde estuviste? – me pregunto cuando llegue a su lado - ¿Me extrañaste? solo fueron cinco minutos y no puedes vivir sin mi – le sonreí y él me devolvió una mueca entregándome una especie de tarjeta con código - Esto es para apuestas, ya van a empezar las carreras. Tengo que conversar con alguien así que contribuye a hacer ese hospital por mi – me sonrió tiernamente y beso mi frente para luego tomar mi barbilla y acercarse tanto que casi no pude respirar solo para guiñarme un ojo. Cuando se alejó deje escapar el aire y gire la tarjeta blanca en mi mano con unas diminutas letras y un código No sabía nada de apuestas, ni caballos ni nada de eso. Me limité a tratar de entender lo que los demás hacían. Un trabajador del lugar intento explicarme tan rápido y con un

humor de perros que simplemente no insistí probablemente me faltaba mas apariencia de adinerada. Veía aquellas pantallas con nombres y fotos con hombres y mujeres pequeños encima de caballos musculosos y enormes. Noté que un caballero que estaba más que entusiasmado haciendo apuestas me miraba de vez en cuando, era muy alegre, tenía un bigote totalmente blanco y reía escandalosamente mientras nombraba a sus favoritos meneando unos pequeños binoculares en su mano. De todos allí parecía más accesible así que me acerque. - ¿Me podría ayudar con esto?. Debo apostar y no sé cómo ni cuánto podría gastar en esto - ¿Está sola señorita? - Mi novio debió venir, pero está muy ocupado y me pidió que lo hiciera - ¿Su novio dejo que viniera hasta aquí sola?. Este lugar está lleno de hombres y alguna que otra dama con experiencia, podría robársela otro caballero si la descuida de ese modo - sonrió - Nadie va a robarme si solo tengo ojos para él y para hacer lo que me pide - ¿A ver niña linda? – tomo la tarjeta de mi mano y la giró – ¡Evans eh! Deberías apostar mucho – volvió a reír – tiene muchísimo dinero para esto y te diré mis favoritos, pero tú puedes escoger algún otro - ¿Como sabré cual escoger si no los he visto correr? - Buena pregunta.. mira aquella pantalla es su historial en las últimas carreras, puedes apostar por el más probable ganador o apostar a que está exhausto e irte por los de en medio. Es simple estadística, probabilidad y quizá un poco

de suerte. Lo haremos por las tres carreras y solo tenemos tres combinaciones, ¿a quienes elegirías? Según lo que me dijo y estudiando un poco la pantalla elegí tres combinaciones distintas, cada vez me parecía más divertido jugar a las probabilidades y nunca había visto una carrera en vivo. Yo había escogido finalmente por azar confiando en los jinetes - Se apuesta por el caballo no por el jinete linda - Quizá hay que tenerle un poco de fe, son ellos quienes los dirigen - alzó las cejas - pasamos unos 15 minutos entre eligiendo y charlando de los tipos de caballo. Era muy divertido y estaba mas acostumbrada a lidiar con abuelos, pero cada que reía tocia un poco con un pitido extraño - ¿Tiene alguna afección en los pulmones?. ¿O alguna reciente gripe o bronquitis? – se sorprendió y saco de su bolsillo un inhalador - Fume demasiado tabaco y aun no lo dejo linda, estoy demasiado viejo para tratar de acomodar mis pulmones. ¿Eres médico?. Trato con muchos se reconocer a uno en cuanto lo veo - Aún me falta para titularme, soy enfermera cuidadora de adultos mayores - ¡Vaya! y yo que había escuchado que la nueva chica de Evans era una camarera – rió hasta toser nuevamente – la gente y sus cosas – me guiño el ojo.. "La nueva chica" "pobre alma" - La gente puede decir lo que quiera incluso inventar historias, pero jamás conocerán que hay dentro de nuestros corazones y lo que hemos tenido que sacrificar para ser quien somos. Entre más creen saber menos saben. No voy

a desmentirlos y usted me guardara este secreto ¿no es así?– me miro unos segundos - Sera un trato entre los dos - no sé porque lo sentí tan familiar, le sonreí y entonces sonó una sirena que avisaba que estaba por comenzar - nos veremos luego linda espero que ganes, aunque no le tengo fé a tus favoritos - no estaba segura de volvernos a ver No todo allí era tan malo, cuando llegue a mi asiento Bruno hablaba con un extraño. Beso mi mejilla y me sonrió diciendo que había tardado mucho luego me presento al banquero, para mi sorpresa entrelazo su mano con la mía como antes yo había hecho y así permanecimos. La Primera carrera me sorprendió mucho, por supuesto perdí. Aunque estaba muy concentrada en mi apuesta note que él miraba a todos lados y cuando le pregunte si buscaba a alguien me contesto que no. En la segunda solté su mano y puse atención a los caballos estaba empezando a gustarme sobre todo porque estuve cerca de ganar, aunque la velocidad en que iban levantando grama y tierra a su paso sobrepasándose unos a otros creaba en mi expectativa. Bruno me dio unos binoculares con los cuales disfrute mucho mas. Para la tercera mi vista estaba fija en mi favorito, tenía que ganar, no podía perder estaba cerca, muy cerca. Me levante de mi asiento siguiéndolo y cuando ganó parecía que había ganado la lotería. Mi escándalo quizá atrajo miradas, pero no me importaba se sentía muy bien ganar después de todo. Estaba tan ensimismada que mi reacción fue darle un enorme beso en la mejilla y lo abracé, hacia mucho que no me divertía tanto. Entendí que en mi vida hacían falta más risas y menos preocupaciones. - ¿Y qué harás con el dinero que ganaste? - pregunto en mi oído muy serio

- Yo no gane nada ese es tu dinero - Es cierto, pero tú hiciste la apuesta fue tu acierto y está a tu nombre así que es tu dinero - Prefiero el hospital. ¿Cuánto dinero se ganó con esto? - El banquero a nuestro lado le dio un vistazo a mi billete y abrió los ojos con exclamación. Mas atónita quede yo cuando me dijo la suma, con ella podía pagar dos veces mi matricula - aunque pensándolo mejor me quedaría con lo necesario... Tenía muchas ganas de seguir mi diversión y llenarme de un poco más de adrenalina – les sonreí a ambos que parecían divertidos, les había contagiado algo de entusiasmo. Fuimos a canjear el billete y él seguía mirando como buscando algo o a alguna persona. Se veía muy serio y a la vez nervioso. No sabría explicarlo, pero cada día me intrigaba aun mas ese hombre. Cuando miro la suma con la que me quedé se echo a reír y me dijo que era apenas para una propina en ese lugar - No necesito mucho para lo que pretendo hacer con él. Dijiste que podía hacer lo que quisiera. ¿Que harás esta tarde? - Regresar a casa supongo - Bien porque tengo dinero para invitar a salir a un hombre como tú – rió - ¿Vas a invitarme a salir?. ¿Con eso? - ¿Es muy poco?. ¿Tienes gustos muy caros? - mencioné con ironía y me sonrió de forma dulce - ¿Vas a regalarme flores y chocolates?

- Ese es tu trabajo.. ahh y asegúrate que te vean hacerlo rió de forma tierna era la primera vez que reía así, naturalmente espontaneo - Tu dí que si, por favor – mi cara triste con mohín debía convencerlo, pero lo hacía reír aun mas. Al parecer el ambiente y el ganar la carrera nos puso del mismo lado y no como siempre en contra uno del otro. - Está bien, ¿A dónde? - Eso será una sorpresa Luego del almuerzo nos despedimos de algunas personas y George nos estaba esperando. Ya le había enviado la dirección a la que iríamos y estaba más emocionada por la reacción de Bruno que por lo divertido que seria. Disimulé mis ganas de reír al ver su cara frente al parque de diversiones, no podía creer que lo llevara a un lugar así. En el fondo solo quería llevarlo a un punto incómodo como venganza. Ese era mi premio. - ¿Que pasa señor Evans no se cree capaz de subir a ninguna atracción?. ¿Es demasiado divertido para usted o es muy anciano?. Para su información hice mi trabajo y aquí nadie nos conoce, no debemos guardar las apariencias. Solo divertirnos, aunque no sé si podrá. - ¿Crees que no puedo divertirme en un lugar corriente como este?. ¿Tan amargado crees que estoy? - No lo sé, ¿Que tal si por hoy hacemos tregua?. Hace mucho que no me divierto en lugares corrientes como este y tal vez a ambos no haga un bien. Me muero por subir a la montaña rusa y gritar, quizá si tenemos emociones atragantadas en el pecho no hay mejor lugar que este para dejarlas salir - Me miro por un largo rato, dejó su saco en el auto y se arremango la preciosa camisa azul cara que llevaba –

¡Vamos princesa! apuesto que eres una miedosa – mi sonrisa se amplió al ver la suya, pareció por mucho más jóven. Me hice una cola y lo seguí. Pasamos horas en ese lugar, entramos a muchos juegos y fuimos un par de niños. Reímos mucho, mucho más de lo que me había reído en años. Ví una faceta de él que no esperaba, era muy divertido y gracioso con pésima puntería. Parecía otra persona, una con la que se podía tratar, un hombre común, un niño y no mi jefe. Estaba convencida de que hasta él se había olvidado de quien era. Gané por segunda vez en el día estaba de suerte, yo sí que tenia pulso de enfermera. Le colgué el mono purpura en el cuello y le saque una foto haciendo una mueca con mi teléfono. Gritamos en la montaña rusa como quería y nos vengamos uno de otro en los carros chocones. Menee la cabeza en reprobación a el hecho de no saber comer un algodón de azúcar no sin antes asegurarle por diez largos minutos que no tenia almendras. Se le enredo en los dedos y en toda la cara. A pesar de su rostro de dulce frustración terminé casí llorando de tanto reír y obtuve una foto de eso, definitivamente este hombre sencillo me gustaba mucho mas. En un momento lo mire fijamente mientras estaba distraído y pensé en que sería maravilloso poder mantener esa sonrisa en su rostro, el brillo que nunca antes había notado y ese pensamiento me asustó, así que decidí guardarlo con los recuerdos de ese día recordándome que aquello no era una historia de amor y que mi trabajo era acompañarlo por un tiempo limitado. Salimos de noche, aun entre risas el irreconocible señor Evans apostaba que podía lanzar las palomitas al aire y atraparlas con la boca como a sus veinte, así que ambos íbamos desperdiciándolas por el suelo. George me sonrió al abrirme la puerta.

- ¿Te divertiste Bruno? - La única vez que vine a un sitio así fue de niño con mis padres - Eso es un si... estoy muerta – me deje caer en el asiento – te dije que no necesitaba mucho dinero para invitarte a salir – reí mirando las luces por la ventana. No supe en qué momento me quede dormida. Definitivamente había tenido un día agitado de esos que te dejan con una sonrisa, la verdad era que había desechado tanto estrés y combinado con la falta de buen sueño y descanso mi cuerpo cayo vencido de inmediato. Entonces soñé, con caballos, con nubes muy blancas que de pronto se volvían grises hasta que me despertaron unas manos sobre mi mejilla. Me susurró al oído que habíamos llegado y yo me incorporé de golpe, había estado durmiendo sobre su hombro. Me disculpe alejándome del momento incomodo. - Al entrar en la mansión ninguno decía nada – hasta mañana Bruno – llegue hasta él con la confianza que ese día habíamos ganado y le di un beso en la mejilla. Esperaba que después de ese día podría dejar de ser tan frio y me tuviera más confianza - Descansa princesa – le sonreí Según Maritza el joven se había ido muy temprano dejando sus disculpas por no poder acompañarme a desayunar. ¿Quien se levanta un domingo tan temprano?. Creía que los jefes tendrían más tiempo libre y no era cierto. Me puse un delantal y comencé a planear la cena con ella, aunque llegaría más personal especialmente para ayudarnos y atender yo estaba feliz de poder hacer algo así, hacía muchos años que no lo hacía. Específicamente desde que

vivía con mi padre. Mi padre, pensar en él me ponía triste así que deseche esos pensamientos y me puse manos a la obra. Preparamos de todo mientras me contaba acerca del "joven", pues al igual que George había trabajado en la mansión desde hacía más de tres décadas. Bruno Evans perdió a sus padres en un accidente de avioneta hacia poco más de 6 años, quedo a cargo de la empresa de su familia y aunque su hermana si tenía buena relación con el único abuelo que les quedaba vivo - su abuelo materno - ellos no se entendían. Su tía Eloísa había quedado devastada tras la muerte repentina de su único hermano y su cuñada a la cual quería como una hermana más, por ello había decidido dejar Londres para vivir cerca de sus sobrinos. Aunque ya eran unos adultos Maritza creía que ella se sentía en deuda y no estaría pagada hasta ver a sus sobrinos felices, me sonrió. - Usted ha hecho en estos días algo en el joven, no sé exactamente por qué no entiendo su relación, pero es algo bueno – esperaba que tomara más café y menos Whisky, además la pobre mujer debía de estar muy confundida. Estaba allí, pero no era su pareja sabía que no dormíamos juntos, esperaba que no comentara con su familia ese pequeño detalle. - Al fin estaba todo en el horno. Maritza y yo nos sentamos en la mesita y escuche su voz a mis espaldas, casi tiro el té que bebía – ¿Qué haces aquí? - Lo miré, tenía el ceño fruncido no quedaba nada del hombre del día anterior y parecía molesto – Estuvimos preparando todo para la cena ¿te sucede algo?

- Resoplo – no tenias que hacerlo todo Diane no es parte de tu trabajo – fue mi turno de fruncir el ceño - Me levante para enfrentarlo y no sentirme más pequeña que de costumbre junto a él – Digiste que me encargara, esto quise hacerlo porque me gusta - miró a Maritza de reojo y exhalo como un dragón - ¡Bien! Necesito hablar contigo ahora – miro a Maritza antes de que ella le dijera algo suavizando el tono – gracias Mari almorcé fuera así que no tengo hambre – sin más salió hecho una furia de la enorme cocina y deje escapar el aire pidiendo paciencia al cielo para seguirlo. Saltaba a la vista que su enojo era conmigo. Lo encontré abriendo cada una de las gavetas de un estante en la oficina y luego las cerraba de golpe. Cerré la puerta bajo su orden y me quede de pie esperando por lo que tenía que decirme, mientras veía al niño malcriado hacer rabietas. Por fin encontró lo que buscaba, una foto, se acercó a mí y me la extendió - ¿Reconoces a este hombre? – nada más ver la foto podía escuchar su estruendosa risa en el club hípico - Lo vi en el club - Y hablaste con él...- afirmó - Si, pero ¿que tiene de malo? - Resulta que exigió una reunión con ambos cuanto antes, es decir, tenemos dos semanas – se le notaba el esfuerzo que hacía para no explotar de rabia frente a mi - No quiso decirme de que hablaron ¿puedes decírmelo tú? - ¿Pero quién es? No entiendo nada... ¿tenemos dos semanas para qué? - Es mi.. el Padre de mi madre..

- Tu abuelo – y eso lo hizo resoplar como dragón nuevamente, realmente su relación era mala - Estoy esperando que me digas que fue lo que hablaron - De caballos... de estadísticas, probabilidades y un poco de suerte - No estés jugando conmigo Diane. Sabias quien era y te pusiste a hablarle quien sabe de qué cosas. Te dí ordenes específicas. Tenemos un contrato - se paseo de un lado a otro - nunca quiso conocer ni a mi ex esposa, no entiendo por qué quiere conocerte a ti y tan de repente algo le dijiste. - No tenía ni un poco de paciencia para el grado inestable de su personalidad. Apenas el día anterior era un niño feliz y ahora un malcriado. Me acerque lo suficiente – No tenía ni idea que era tu abuelo, no tengo ni idea de nada de lo que pasa en tu familia porque no me lo dices. ¡Y no! Para tu información no ahondo en internet porque cada hora estoy esperando que te sientes como un adulto a contarme por que estoy aquí y ya veo que di en el punto, es por tu abuelo y el conflicto que tienen. Pretendes demostrarle algo conmigo cuando tú eres el problema, quiere vernos juntos y eso desarmará tu plan porque la verdad no somos ni amigos. Te tengo una noticia Bruno Evans los sentimientos no se compran se ganan, en cuanto se te pase el mal humor podemos hablar con sinceridad y empezar al menos a ser amigos para seguir con tu plan y ver a tu abuelo. Creeme que tengo muy presente nuestro contrato – se quedó simplemente allí mirándome sin decir nada, luego se movió hasta la pequeña barra de licores, pero yo fui más rápida y me interpuse mirándolo con desafío - Se acercó a mi tanto, con tanta impotencia que nuestras respiraciones se cruzaban y me susurro entre dientes –

eres exageradamente desesperante – estaba tan cerca, mirándome con sus ojos tan azules como queriendo ver dentro de mí, yo simplemente estaba inmóvil y debo admitir que me causaba un poco de miedo. Mi corazón empezó a latir muy fuerte, ¿le tenía miedo? – No voy a contarte y esto está dentro de nuestro acuerdo de confidencialidad – me recordó nuevamente mi contrato - Yo pienso que eres un malcriado y si no me dices esto no funcionará. Sé que eres mi jefe, pero debes darme algo más para trabajar. Se sentó en el enorme sofá de cuero apoyando sus codos en las rodillas bastante más calmado. Me pidió disculpas y se paso la mano por su cabello rubio, ese movimiento y verlo allí con todas sus defensas bajas me dieron unas ganas enormes de abrazarlo, respiré profundamente sentándome a su lado, no muy cerca o quizá lo haría. - Desde el accidente de mis padres mi familia pareció tambalearse. Mi tía Eloísa enfermó de la pena y a mí me toco encargarme de muchas cosas para las cuales aún no estaba preparado, fue devastador. Se esperaban muchas cosas de mi y debo ser franco siempre fui un consentido materialista, así me criaron hasta que me tope de frente con la vida, la realidad de ella, lo malo. Traiciones a quemarropa, hipocresía, interés... me demostró que entre más arriba estas más enemigos tienes y no puedes confiar en nadie, ni en tu propia familia. Nell Marshall nunca quiso que mi madre se casara con mi padre lo consideraba poca cosa, tanto así que compro casi la mitad de su empresa para asegurarse que la haría feliz. Mi padre atado en decisiones por esa sociedad obligatoria hizo otros negocios que ataban a Nell y así la rivalidad entre ambos se compraba y se tejía con dinero de por medio – me miro de

reojo – no conozco otra forma de obtener nada sin pagar por ello, en moneda o en un pedazo de tu alma – esas palabras se quedaron en mi mente – Siempre les hizo la vida difícil a mis padres, no asistió a su funeral porque su única hija estaría sepultada junto a mi padre y lo culpaba. No asistió a ninguno de mis cumpleaños ni a mi boda porque antes de casarme me advirtió que no estaba de acuerdo y que debía dejarla. Yo estaba cegado, enamorado tal vez. Me costo después aceptar que tenía razón, la pelea legal duró más que mi matrimonio. Sus asesores son unos monstruos que me respiran cada minuto en el cuello juzgando siempre mis decisiones y por si fuera poco retiene la significativa herencia que mi madre me dejó. A Paula se la entregó hace mucho cuando nació su segundo hijo, a mí me castiga como lo hacía con mi padre. He llegado a creer que se lo recuerdo y esta mañana después de meses me llamo personalmente para exigir que fuera hasta su mansión a una hora de aquí. No puedo negarme nunca o lo veré reflejado en acciones dentro de la empresa, eso es lo que detesto de Nell combina ambas cosas para castigar, es perverso. Estuve con él y no hizo más que reprocharme mil cosas y como siempre discutimos, en medio de todo dijo que me entregaría la herencia y que cedería parte de las acciones así tendría un poco más de control, sólo y únicamente si nos reuníamos un par de días los tres – me miro fijamente – mi plan parecía estar funcionando, creí que lograría dejarme en paz hasta que dijo que no era por mi sino por ti, que tú lo habías convencido y eso era algo difícil de lograr. Dijo que si la impresión que tuvo de ti no era cierta compraría otro porcentaje de otro socio, y sé que puede tiene mucho más dinero de lo que aparenta. Con ello pierdo el control de la compañía de mi familia y el esfuerzo de mi padre y por eso

Diane te contrate, ya me estaba presionando desde hace tiempo... - respiro profundamente Flashback - No entiendo porque simplemente no confías en mi - detrás de su escritorio se recostó del asiento y con sus dedos peino su bigote sonriendo - no puedo, no me has demostrado que puedes ser el hombre que necesito tu vida personal es un desastre - ¿que tiene que ver eso con la empresa? - Todo - contesto golpeando el escritorio - ¿no te das cuenta de que cuando muera posiblemente heredes mis bienes y de esa forma te convertirías en un blanco fácil?, a tu hermana no le interesa encargarse de nada de ello y sus hijos aun son unos bebes. Esa mujer con la que estúpidamente te casaste... - Ya lo sé Nell, fui un imbécil y que me lo recuerdes no reparara el daño - Ni el dinero que tienes que pagarle... una fortuna para una vividora ¿y de donde sale todo eso? de la empresa que manejas y del cual soy socio mayoritario. Sabes bien que el problema finalmente no es el dinero Bruno, es lo que hace contigo. Darse a los vicios para olvidarla no le vino bien a la empresa. Estas al frente todo está ligado - Sé que me ves como un perdedor Nell, pero te aseguro que no dejare que mi vida privada influya en los negocios - rió estruendosamente - a menos que tu vida personal sea un negocio, elijes mujeres de un catalogo y tú necesitas a una mujer de verdad, alguien que te apoye y te dé estabilidad, que te ame a ti no a tu billetera, ¿quieres tener

familia algún día o ser el padre divorciado el cual casi nunca vea a sus hijos?. Nuestro futuro. - La familia es lo más importante... eso siempre decía mi madre, por ello seguía visitándote a pesar de tus malos tratos con su familia, tendré una algún día - ¿Cual? ¿prefabricada a conveniencia por tus malas elecciones? - ¡Entonces que quieres de mi! - espetó con frustración - Quiero que te conviertas en un hombre real, con una relación real construida con amor, con una mujer real... - ¿Acaso crees que es fácil hacer algo así? - Mira a tu alrededor Bruno... ¿crees que todo esto lo hice solo?. Tu abuela fue todo para mí y cuando tenía uno de esos días pesados ella estaba allí para darme fuerzas, cuando la perdí fue tu madre mi motor hasta que ese rufián de tu padre... - Por favor Nell no hables mal de mi padre en mi presencia - Arregla tu vida, no pasara lo mismo que me paso con tu madre. En cuanto conozca a esa mujer que pueda hacerte feliz cederé todo. Si muero antes de que eso pase no te dejaré el completo control del futuro de los hijos de tu hermana. - Vas a basar todo lo que me pertenece en una mujer - rió con ironía - Son la perdición o redención de cualquier hombre, nos moldean a su antojo desde que estamos en su vientre, ya no tienes 20 años

- ¡Muy Bien! comenzare a buscarle entonces - se levanto con rabia para terminar aquella conversación que siempre le fue absurda - Asegúrate de que sea sencilla y honesta, porque lograran engañarte fácilmente a ti, pero a mi... jamás, recuerda eso - Podrías elegirme una tu si con eso terminamos esta tontería, parece una imposición del siglo XVII - Es un requisito Bruno, si vuelves a tener una relación mediática y me entero que es otra Barbie hueca sin carácter y malcriada reharé mi testamento así sea con mi último aliento y legare todo a manos de Xavier. Ha sido como un hijo para mí, lo sabes. Comprare el 10% de la compañía de tu padre y perderás todo el control. ............................. - Me dijo que nunca conseguiría que una mujer de verdad quisiera formar un hogar conmigo y entonces para que perder el tiempo cediéndome el control de una empresa a la que no tendría a quien legar – ¿Recuerdas esa llamada que recibiste en el Bar? Fueron también sus palabras, casi exactas, fue como escucharlo hablar, para él solo soy un inmaduro, caprichoso, derrochador – pareció triste al decirlo, me rompía el corazón - Bruno.. – tome su mano como consuelo– ¿sabes que está enfermo? – asintió - Si muere y deja todo en otras manos nunca recuperare mi herencia ni su porcentaje de la compañía - Lo siento muchísimo, pero podemos arreglarlo. Solo que estamos haciéndolo mal no me permitiste acercarme hasta ahora, te prometo que hare todo para que tu abuelo confíe en mi. A partir de ahora hare mi mayor esfuerzo, si esto es

importante para ti también para mí. Haremos un excelente equipo - me miro dulcemente con una sonrisa y no podía quitarme esa sensación de querer abrazarlo, solté su mano y me levante con energía – tu familia estará aquí en una hora y tenemos que prepararnos para recibirlos, creo que será nuestra primera prueba real así que... voy a trabajar – me di media vuelta hacia la puerta - ¿Diane? – nunca antes se me había hecho tan difícil mirarlo a los ojos – Gracias – y fue el momento exacto en que el significó algo más para mí. Me mire al espejo y Ann tenía razón no estaba tan mal así. Casi no tenia maquillaje solo un poco en los labios y mi vestido era blanco de rosas. De aquel armario de trabajo era mi favorito casi no usaba vestidos ni atuendos que se ciñeran, mayormente tenia uniformes holgados de colores. Decidí que sería yo misma delante de su familia, di una vuelta por la cocina para verificar que todo estuviese en orden y robe un par de galletas. Bruno había dicho que se caracterizaban por su puntualidad así que mire el reloj yo estaba retrasada. Salí casi a la carrera solo para chocar de frente con su pecho - Me miró de arriba abajo por primera vez desde que trabajaba para él y con una sonrisa me dijo dulcemente estás preciosa, vine a buscarte princesa mi familia está por llegar Inmediatamente pensé que tenía que esforzarme de ese modo así que le dije que estaba muy guapo peinando solo un poco su cabello. Entonces sonó el escandaloso timbre, nunca lo había escuchado antes. En efecto un auto tras otro trajo a su familia. Su hermana fue la primera en acercarse y abrazarme afectuosamente como si nos conociéramos desde hace mucho, me presento a su

esposo un caballero con una sonrisa cálida y a sus tres hijos. Los chicos que había visto en la foto evidentemente un poco más grandes. El mayor fue todo un dulce besando mi mano, el segundo imito a su hermano con mucha timidez y la más pequeña llevaba un conejito abrazado con un vestido rosa que me hizo compararla con una pequeña hadita. Su tía muy seria inclinó su cabeza besando mi mejilla sin palabra alguna y luego estaba alguien que ya había visto causándome casí la misma impresión. El día que firme mi contrato estaba reunido con él, me quedé sin aliento mirándolo como quien mira una obra de arte majestuosa. Sam era su primo y para mi desilusión llegaba con su esposa, una mujer bonita que me saludó muy animada con su hijo de unos 6 años. Los hombres buenos estaban atrapados. Pensé que eran todos hasta que estaciono otro auto y de él salió otro apuesto adonis abrochando su saco beige, lo miré embelesada cuando con su porte seguro subió los escalones. Tenía el cabello largo atado y una sonrisa que estaba segura hacia suspirar a mas de una, yo estaba a punto de hacerlo. Aquella familia producía perfectos deleites visuales. Tenía que ser toda una profesional. - ¡Eres Diane! Lamento no haber traído a mi hija, mi ex esposa es bastante difícil y no son mis días según el juez. Soy Arthur hermano de Sam, aunque no lo creas – rió divertido mientras abrazaba a su hermano A primera impresión podía decir que si alguna vez imagine una reunión familiar seria exactamente como esa, pero parecía que solo podría tenerla por contrato mi realidad era otra. Un apartamento compartido con una amiga que no quería dejar atrás sus 20 y días con sus noches en un hospital en un área llena de abuelitos. Así que me sentí

como en una telenovela, todos hablan en el salón como si tuvieran mucho tiempo que no se veían, llenaron el espacio enorme. No parecían ser los típicos ricachones de clase alta y eso me sorprendió. Los niños corrían y se paseaban por todas partes mientras los adultos bebían un poco de vino blanco y reían entre charlas. Unos 40 minutos antes de que Maritza sirviera la cena, se dispusieron todos al rededor y lo supe, era el momento de las preguntas. Bruno estaba a mi lado y su familia estaba preparada, no me sorprendió que quien iniciara fuera el simpático y elocuente adonis divorciado. - ¡Y entonces!. No creeré ninguna de las historias que he escuchado de ti hasta que me las confirmes Diane, ¿es cierto que se conocieron en un bar? – había pensado mucho sobre ello y esa versión era bastante fuerte no quería mentir, aunque para ello estuviese allí. - Es cierto, pero fui yo quien lo invito a salir por primera vez – rieron divertidos, aunque eso trajera más preguntas así que inicie mi historia. Aquella era una en la que comenzamos a hablar y nos dimos cuenta de que teníamos mucho en común, acordamos vernos más a menudo entre nuestras ocupaciones, se armaba sola a medida que ellos se turnaban para saber más – Fuimos a un parque de diversiones y me enamore de su sonrisa, tenía que conquistarlo de cualquier forma así que gané un mono de peluche para él. Es muy difícil hacerlo sonreír, aunque tengo pruebas – saque mi teléfono del bolsillo y ellos parecían maravillarse con las fotos - ¿Por qué guardas esa evidencia? – me dijo divertido tomando mi mano - Tiene razón eso debería ser un crimen, es algo ilegal verlo ser autentico señor Evans - le sonreí

- ¿... no parece ser el mismo verdad Arthur? – Sam no paraba de reír mostrándole las fotos a Paula - Se han divertido mucho juntos por lo que veo – menciono su hermana - ¿Que seríamos entonces si no pudiéramos reír de vez en cuando?, para ser mandón y aburrido tiene su oficina. - No puedo discutir con ella siempre sale ganando – me miró con una sonrisa dulce - Acaricie su mejilla, a menos que pongas esa carita dulce - Me queda claro quién es la jefa – rió Arthur - Nos había hablado de ti hacía mucho tiempo, pero conocerte es sin duda muchísimo mejor, pensamos hasta que no existías - Paula parecía feliz de que si existirá - No sabía que éramos hasta hace poco, solo éramos amigos y de pronto surgió todo esto - allí estaba.. la historia que encajara todo - Cuéntanos un poco más acerca de ti Diane – pidió su tía desde el sillón – todos parecían querer lo mismo hacía un rato, pero nadie caería en el tema así como así, nadie excepto su tía - Por primera vez me moje los labios en champagne, según mi contrato no debería hablarle de mi, pero no decía nada acerca de su familia. Si ellos insistían y tenía que hablar no sería mi culpa – ¿que quiere saber específicamente? - ¿A qué te dedicas por ejemplo y tus padres?. ¿Vives con ellos?. ¿Qué edad tienes? - eran las preguntas de rigor ¿que podía decir? ¿Mentir? ¿Crear un personaje? - Tía eso parece de una entrevista de trabajo – menciono Bruno para aligerar el ambiente que se había tensado de

pronto. Esa era información que seguramente mi jefe tendría, pero no toda. - ¡Está bien! sería muy raro si no hiciera preguntas como esa. Tengo 29 y... soy Especialista en cuidado del adulto mayor y Enfermera. Mi madre murió cuando era adolescente de una enfermedad respiratoria, la cuide durante sus últimos meses, quizá por ello me decidí por el área de cuidados y la médica. Mi padre... vive en Michigan al igual que mi hermano menor, hace dos años que no les veo – tal vez notaron la tristeza que eso me producía, aunque su tía no dudó en preguntar la razón – Los dos últimos años he estado trabajando mucho, demasiado... no me ha permitido viajar, soy su único sustento. - ¿Ahora mismo estas trabajando? – pregunto el esposo de Paula, me removí un poco y conteste con sinceridad, un simple si - ¿Y ellos no puede venir a verte? – Paula pareció triste al preguntar - No. Mi hermano es menor, está estudiando y vive con su madre y mi padre... él..está enfermo – se me hizo un nudo en la garganta y hubo un silencio en los que sentí su pena por mi confesión. - Dejemos esto para después ¿por qué no pasamos al comedor? – Bruno parecía haberme librado del incomodo momento todo había pasado de las risas a la tristeza, no me gustaba nada esa historia debí inventarme una más feliz. Dejó que todos se adelantaran para preguntarme si estaba bien, yo asentí y le sonreí para demostrarlo. Era la primera vez también que él escuchaba algo de mi sin saber si era cierto o lo había inventado, a diferencia de la suya mi vida

no aparecía en internet. Sentí su duda al mirarme del modo en que lo hacía y terminó con un "después hablamos" puede que incumpliera con el contrato si sabía que era verdad. Me arrepentí de haberlo dicho aun me quedaban dos semanas a su lado, dos semanas para pagar mi matricula y dejaría todo eso atrás, ¿podía hacerlo como si nada? En el comedor volvió el ánimo con la cantidad de cosas que habían, para el postre obtuve meritos del pastel y recalque que no llevaba nueces ni almendra. Les conté que lo había preparado con en endulzante a base de vitamina que era muy bueno para los niños, esos que empezaron a fastidiarse con las conversaciones de los mayores así que les sugerí a modo de secreto que había encontrado una habitación con una pantalla tan gigante que podrían fácilmente pasar por una ida al cine. Sus ojitos resplandecieron con la idea pues si bien sabían que existía nunca los dejaban jugar lo suficiente en la mansión, pero les confirmé que las películas de taquilla estaban allí me había asegurado de ello. El hijo mayor de Paula me sonrió y dijo que se encargaría de colocar una para todos así que como premio les prometí enviarles palomitas de maíz y así nos quedamos solo los adultos, que a falta de sus hijos comenzaron a hablar de ellos. Entre travesuras y ocurrencias parecían amarlos mucho, Arthur comento con tristeza la batalla que tenia con la madre de su hija de 8 años y que era la única mujer con la que deseaba pasar mucho más tiempo y el mismo se lo tenían contabilizado. Era cierto, todos tenían una vida, una familia propia, alguien más por quien velar que los esperara en casa o en el caso de Arthur los fines de semana. Una historia triste y una alegre. La dulce esposa de Sam no vacilo en preguntarme si alguna vez quería tener hijos

- Yo pienso que si. La verdad es que todos estos años me he enfocado en el trabajo y mi carrera, además que quizá por eso no había encontrado a nadie con quien soñar de ese modo - ¿Pero ahora tienes a Bruno no es cierto? – el tono más la picara sonrisa de Arthur me hizo reír - Tome la mano de Bruno sobre la mesa y le sonreí – pues sería algo bonito, podría imaginarlo sin problema. Nos mudaríamos a una casa más pequeña en donde no tenga que caminar 5 minutos enteros para encontrarte. En un suburbio cualquiera con vecinos a los que saludar en la mañana mientras nos vamos a trabajar con otros niños corriendo y jugando en las tardes. Tener dos hijos, un gato y un perro, amanecer pensando que soy afortunada por solo tener eso después de tanto tiempo sola anhelando una familia – sus ojos estaban clavados en los míos por un instante no existió nadie más, me olvide que eso no solo lo pensaba sino que salía de mi boca tan fácil como el sentimiento. - Solo fueron unos segundos la voz de su tía rompió lo que sea que había pasado y me sentí tan extraña como tonta – esta casa ha pertenecido a los Evans por muchas generaciones ¿como pretendes mudarte?. Es lo suficientemente grande para que tengan más de dos hijos. - Tía por favor, no vamos a casarnos fue solo una suposición de momento – había vuelto a hacerlo sin pensar, tenía razón cuando me dijo que si les daba alas nos estarían casando en un mes y era precisamente lo que había hecho. ¿Que estaba haciendo? - Si, lo siento, apenas nos conocemos. Todos ustedes tienen familia y para nosotros es simple suposición ya sea

que sigamos juntos o no, puede que con otras persona llegásemos a lograrlo - No aclares Diane, para mi es evidente que serás tú quien pida matrimonio así como fuiste tú quien lo invito a salir – todos rieron y la diversión volvió restándole la rara seriedad en la que se había tornado mi exagerada representación del amor. Era mi trabajo... era lo que tenía que decir y hacer. Me repetí para convencerme. La velada se extendió hasta que los niños fatigados solo querían irse a casa y la despedida fue un rebullicio tal como cuando llegaron. Paula comento que la próxima seria en su casa y me abrazo con fuerza, los niños me sonrieron despidiéndose y la pequeña me invito personalmente a su cumpleaños en tres meses. Sam me abrazó y ojalá su esposa no haya notado que ese hombre podría fácilmente convertirse en un placentero sueño y sólo me pidió la receta del pastel, además de que por favor dispusiera en la agenda de Bruno mas noches como esa. Arthur me pregunto si en el bar trabajaban mas como yo riendo al mismo tiempo que me guiñaba un ojo y finalmente la tía Eliosa me tomo del brazo guiándome a la salida para separarme de Bruno. Fue entonces cuando me susurro que lo cuidara mucho, que sabía que se ponía difícil en ocasiones, pero con un poco de cariño él era el ser más dulce del planeta. Percibí en ella algo parecido a una sonrisa y me despedí con la mano como si los volviera a ver pronto, como si tendríamos más tardes como esa o iría al cumpleaños de la hadita. En un momento me dí cuenta que había sido el trabajo mas dificil de toda mi vida y golpeaba mi corazón. Se fueron y el silencio volvió a aquella enorme mansión. Me quede allí en la entrada sin poder moverme, ¿en donde

había estado todos estos años que había perdido de vista el concepto de lo que una familia significaba?... del espacio importante que ocupaba en la vida de una persona, de lo bien que se sentía sentarse en un comedor lleno de gente. Apenas me di cuenta cuando me tomo de la mano y fue entonces que volví a la realidad. - ¿Podemos hablar? – si hablar era lo que nunca antes hacía era de suponer que era serio y había metido la pata, esta vez si hasta el fondo. Lo seguí, esta vez no fuimos a su oficina si no al otro lado de la mansión en el salón había un mirador. Ya lo había seleccionado como un excelente lugar para estudiar – me indico que me sentara en una de sus cómodas butacas y se sentó a mi lado. Nunca sabia que esperar de él, nunca sabía si estaba de buen humor o no, quizá fue todo un desastre después de haber prometido unas horas antes que lo haría bien - Quiero agradecerte una vez más por lo que hiciste hoy. Por escucharme, tratar de entenderme y por mi familia. Realmente hacia muchísimo tiempo que no teníamos algo así, todo era tan formal siempre y tú hiciste que solo fuera una cena familiar - yo que había olvidado que era la familia que irónico. Realmente pensé que siempre eran así. - Discúlpame si exagere en algo es que... - No tienes por qué disculparte por lo que dijiste eso... era parte de tu trabajo – y me miro como si fuese una pregunta ¿lo era? no estaba dispuesta a responder – Lo que dijiste sobre ti... - Lo siento se que en el contrato establece que no debo dar información personal, pero me creí ninguna de las opciones que había inventado antes y dije la verdad

- ¿Eres una cuidadora de ancianos? – pareció sorprendido y expectante – Sé que el contrato.. sé que dice eso, pero ahora estamos aquí y hoy me dijiste que por lo mínimo tendríamos que ser amigos. Necesito que esto funcione para Nell. Llevo todo este tiempo preguntándome si tu padre esta tan grave y... ¿como es que trabajas para mi si eres una enfermera? – dudé en responder todas esas preguntas - esto no lo sabrán mis abogados Diane quedara entre nosotros. Por un momento olvida que soy tu jefe, como en el parque y contéstame - Soy enfermera capacitada para adultos mayores, es cierto, me dieron dos meses de vacaciones. Hacía dos años y cuatro meses que no tomaba unas y dure mucho tiempo trabajando a doble turno así, que el área del asilo me obligo a descansar - ¿Como es que trabajabas en un Bar? - Llevaba dos semanas era para conseguir dinero extra - Claro... - parecía pensativo - ¿tus problemas de dinero tienen que ver con tu padre? - Era mi turno de ponerme incomoda, revelar información personal era estrechar lazos con una persona y entendía muy bien por que estaba en el contrato, en parte - Lo siento no tengo derecho de obligarte a responder, solo que trato de entender - Es Alcohólico – respondí de pronto - Te entendí perfectamente esta tarde porque mi familia no solo se tambaleo con la muerte de mi madre sino se destruyo por completo. Mi papá no soportó perderla y se dio a la bebida, no pude hacer nada comenzó a tratarme de la peor forma posible. Necesitaba estar ebrio todo el tiempo y aunque traté de ayudarlo decayó tanto que se hizo imposible vivir

con él. Luego se casó y tuvo un hijo, pero aun la bebida era un problema sin control, así que está totalmente incapacitado de rehabilitación en rehabilitación. Logre conseguir un buen sitio, me fui de Michigan buscando mejores oportunidades lo mantengo a él y pago el colegio de mi hermano. Es un pequeño genio merece una buena educación – suspiré hondamente con los ojos inundados en lágrimas, pero no lloraría, ya había llorado demasiado por lo mismo. Él solo me miraba sin poder decir nada - ¿Quieres verlos? - Dios sabe que si, aunque tengo miedo no he visto a mi padre en dos años la última vez que lo vi no había mejorado nada, de hecho parecía peor su cuerpo fallaba y me destrozó el corazón - Entonces iré contigo, te acompañaré a Michigan - No tienes que hacer algo como eso - Después de lo que hiciste hoy por mí, me siento en deuda. Perdí la cuenta de cuantas veces le pregunté si estaba seguro de acompañarme. Esto parecía romper con alguna cláusula o quizá de varias en nuestro contrato, pero me aseguró que era muy específico al decir que yo no podía suministrar información personal de forma intencional. No lo haría, ya que por voluntad propia sería espectador y entonces no incumpliría absolutamente nada. Lo que le había dicho a su familia tampoco había incurrido en una falta pues no fue directamente a él y no había mencionado al contrato que manteníamos. Busqué miles de excusas para no viajar a Michigan y todas esas veces dijo que era por mi trabajo que realizábamos este viaje. Si enfrentaríamos a Nell sería muy prudente que él supiera un poco más de la que había contratado como

novia. QUID PRO QUO. Yo era la que no estaba segura, dos días después simplemente dijo que tenía pasajes para ambos. La última vez que vi a mi padre tuve que llevarlo arrastrando internado a una clínica, su función hepática estaba deficiente y estuvo a punto de morir. Fue muy duro verlo en ese estado y no poder hacer nada. Su ex esposa me había ayudado mucho era una mujer buena que una vez quiso mucho a mi padre, pero el alcohol terminó por destruir siempre todo a su paso. Me mantenía en contacto con ella por mi hermano y por qué aun visitaba a mi padre con él de vez en cuando, no pudo negarse cuando me ofrecí a pagar la colegiatura era un excelente colegio que le abriría muchas puertas en un futuro y no quería que pasara dificultades. Las mismas que viví yo trabajando desde los 14 años para pagar las cuentas y sacar el tiempo de donde no tenía para estudiar. Aquella vez se recuperó gracias a la medicina, su condición era inestable y yo no podía quedarme a cuidarlo había hecho una vida en Chicago. Busqué la mejor de las clínicas de rehabilitación, un internado, casi un asilo como en los que trabajaba. Lloré mucho, me reproche muchas veces haberlo dejado y cuidar a otros en lugar de a mi propio padre, cada vez que lo llamaba se escuchaba mejor y yo terminaba llorando al colgar como si fuera una niña. Los terapeutas hacían un mejor trabajo que yo evidentemente y con lo que costaba ese lugar más les valía prestar toda su atención a tratar su enfermedad, si me hubiese quedado ninguno de los dos habríamos avanzado. Tal vez Bruno pensó que llegaríamos a una casa de familia, aunque no demostró sorpresa alguna cuando llegamos a el centro de rehabilitación. Era un lugar ambientado como una

enorme casa con palmeras artificiales y prado verde, algo más de color para el constante gris de Michigan. Había mucha gente de todas las edades con distintos problemas de salud con necesidades especiales, mire a todos lados y los recuerdos golpeaban mi mente. El estado deplorable de mi padre en el pasado era tanto que la mayoría del tiempo no me reconocía, mi desesperación y angustia, mi hermano llorando en los brazos de su madre con la cabeza encajada para no ver, realmente pensamos que era la última vez que lo veríamos. Flashback Tomé su mano apenas tenía 12 años. Caminé con él hasta el jardín, nos sentamos en un banquillo de madera y suspire profundamente. Al mirarlo secaba sus lágrimas rompiéndome el corazón e hice que me mirara para luego limpiar su cara con una servilleta mientras le sonreía. - ¡Sabes!. Hay momentos en los que ser fuerte simplemente no basta, papá está enfermo y si Dios tiene planes para él en este mundo se va a recuperar, puede que no ahora y tarde un poco más debemos ser pacientes, este lugar le va a ayudar y nosotros también. Eres muy pequeño todavía Tommy y.. - ¡Ya no soy tan pequeño Diane! – estaba molesto, dolido - Lo sé.. estas creciendo rápido - acaricie su cabeza sin perder la sonrisa – entonces tenemos que ser más valientes y si papá se recupera ayudarlo, esto es una enfermedad. A veces no es consciente de lo que hace o dice, una adicción te quita tu personalidad arruina todo ¿pero sabes cómo podemos ayudarlo?, dándole amor... pase lo que pase no podre quedarme tengo que trabajar y la universidad comenzara pronto – acaricie sus manos – lo

llamare cada semana y a ti también, cada semana sin falta, pero tú no lo olvides, por favor no lo odies por esto confío en ti y tu presencia siempre le hará bien – se irguió y dejo escapar el aire, sus ojitos claros me miraron con ternura y me abrazó, muy fuerte. Ha sido el abrazó que me ha mantenido en pie de lucha todos estos años. Besé su cabeza queriendo que ese momento durara una eternidad, no quería dejarlos, pero tampoco podría hacer nada más tenía que convertirme en alguien, ser un ejemplo a seguir para Tommy - Te prometo que seré fuerte, sé que se va a recuperar lo siento aquí - se toco el pecho y me sonrió - lo cuidare hasta que regreses - Y yo te prometo que estudiare mucho para convertirme en médico pronto para que papá y tu estén orgullosos de mi su enorme sonrisa lleno mis ojos de lagrimas ----------------Llegamos justo a la hora. Yo ya había coordinado con Denisse para darle la sorpresa a papá estaba entre emocionada y nerviosa, no sabía que esperar. No sabía cómo iba a encontrarlo físicamente y la ansiedad me quitaba el aliento. De pronto él puso su mano en mi hombro y me dijo que todo saldría bien, agradecí que estuviese conmigo y apreté su mano. Quizá nunca hubiese tenido el valor después de todo. Un chico alto de cabello castaño y guapo me sonrió desde lejos y corrió a abrazarme, no podía creer cuanto había crecido. Estaba más alto que yo, para mi seguía siendo un niño, lo abracé con un nudo en la garganta y me permití verlo por completo. Por el teléfono no era lo mismo que tenerlo finalmente de frente

- Te has puesto más pequeña hermana - Y tu ya eres todo un hombre – reí, Denisse me sonrió como siempre con su temperamento sumiso y yo les presente a Bruno como mi amigo. Juntos nos preparamos para pasar a el salón en donde esperaba mi padre, sería una sorpresa que me viera a mi ellos ya lo habían visitado hacia una semana. Al entrar en una silla frente a la ventana estaba él un poco encorvado, parecía más anciano de lo que debería y mis ojos se llenaron de lágrimas, tenía que aguantar. En cuanto dije su nombre giró y me miro por unos segundos, no pude contenerme deje salir mis lagrimas cuando me sonrió con sus ojos llenos. - Papá, vine a verte y te traje tus galletas favoritas – se levanto poco a poco y pude ver lo delgado que estaba, demacrado y pálido me dolía tanto verlo así. - ¿Diany?, ¿Qué haces aquí? – se acercó con una sonrisa y los ojos húmedos – mi pequeña Diany – y me abrazó, sentía como solo era piel y huesos, lloré en su hombro mientras me abrazaba y acariciaba mi cabeza como solía hacer consolándome. Finalmente limpie mi rostro y trate de contener tanto sentimiento – ¡están ambos aquí! Abrazó a Tommy - Hace mucho tiempo, tanto que... que no esperaba esto Su sonrisa amplió sus arrugas alrededor de sus ojos a pesar de ello se veía tranquilo, a simple vista podía notar que el efecto de su enfermedad había disminuido muchísimo corroborando el informe que me habían enviado hacia un par de meses atrás. Volví a abrazarlo y él no dejaba de sonreír hasta que reparó en las otras dos personas en la sala

- Denisse, sigues igual de bonita y... supongo que el caballero no es tu esposo sino el de mi hija. ¡Diane! no me digas que te casaste – me hizo reír en medio del llanto, era prueba de que había recuperado el sentido del humor - Papá él es Bruno Evans – estrecho su mano – es un amigo - ¿Un amigo?... ¿cómo que un amigo?. A estas alturas no le presentas a tu padre a un esposo y dices que es amigo... ¿Viene a pedir tu mano?... ¿Es eso? - hacia tanto que no escuchaba su risa que hasta creí haberla olvidado - No creo que ella quiera casarse conmigo señor Price, solo vine a acompañarla - Lamento mucho que tengamos que conocernos aquí, pero aun no puedo salir. He avanzado mucho Diany, ¿lo sabes? - Si papá, lo sé – me miró un largo rato – te pareces tanto a tu madre, ella estaría orgullosa de ti – sonreí – será mejor que nos sentemos - tomó de mi mano el pequeño paquete de galletas, éramos muy parecidos en muchas cosas Durante la visita mi padre se veía animado. Lejos de la pesadilla del alcoholismo nos contó la historia de su travesía como un soldado que había ido a la guerra, comió sus galletas y me dijo que no me preocupara tanto por él. Sabía que aquella clínica en la que llevaba tanto tiempo era muy costosa y que estaba dando su mejor esfuerzo, pero no saldría hasta estar seguro que no volvería a recaer porque no nos haría jamás volver a pasar por el mismo horror y hasta entonces iría con Tommy a verme a Chicago. Hablamos de todo y fue lo más parecido que tuve a tener a mi familia en paz reunidos entre risas, aunque solo fuera en un lugar como ese.

Al despedirse no se notó la tristeza, más bien pareció recuperado y le prometí llamarlo una vez por semana como siempre. Sonrió y hasta le hizo prometer a Bruno que no nos casaríamos hasta que él pudiera ir a Chicago. Puse los ojos en blanco, que manía tenían las familias de vernos hacer una bajo el concepto del matrimonio. La verdad era que fue toda culpa mía, mi padre jamás me había conocido a un novio o pareja, pero él no lo era, no en Michigan y no de verdad. Al verlo tan recuperado me sentí bien. Por fin todo estaba tomando sentido para él y esperaba que esta vez fuera definitiva, me abrazo por largo rato besando mi mejilla repetidas veces como cuando era pequeña y suspiro feliz al despedirnos. Denisse no nos permitió quedarnos en un hotel esa noche y fuimos hasta casa, la misma casa en donde crecí parecía más bonita que como la recordaba y quizá era porque allí había pasado más momentos tristes que felices. - En el auto Tommy giro muy serio y le pregunto directamente a Bruno – ¿qué clase de amigo eres exactamente de mi hermana? - ¡Tommy! - Le reprendí - Eres mi hermana Diane y yo ya casi soy un hombre, tengo que saber – entrecerró los ojos y me dieron ganas de reír - Exactamente es mi amigo - No lo creo, nunca había conocido a ningún amigo tuyo y papá tampoco – su actitud para mí era tierna, quería cuidarme - Tienes razón, me pasó lo mismo cuando conocí a el primer hombre que pretendió a mi hermana

- ¿¡Entonces estas pretendiéndola!? - Si, pero no me hace ni caso tendré que insistir ¿tú que me sugieres? – me cruce de brazos escuchando esa inusual conversación - Bueno, aun no entiendo a las chicas, pero a Diane podrías regalarle chocolates y con eso aceptara salir contigo. Deben ser muchos. Es de esas chicas a las que le gustan los detalles y las rosas – me eche a reír - Entonces le regalare montones de flores y chocolates, a ver si da resultado – él me sonreía, pero evidentemente era una broma que dejaría satisfecho a Tommy, buen revés. Después de todo yo había hecho lo mismo con su familia. - De momento tendrás que convencerme que eres bueno para ella, de ahora hasta mañana - canturreó - ¡Vaya! tengo menos tiempo, es injusto ¿no crees Diany? - Me parece justo dado que no tienes nada que perder, daremos un paseo mañana si Denisse lo permite - Sabes que no tienes que pedirme permiso para eso Diane, además les hará bien pasar tiempo juntos tiene algo que contarte - Sonrió a través del retrovisor Pasamos la mañana mostrándole a Bruno nuestros lugares favoritos del frío Michigan. Mi hermano me puso al día con sus excelentes calificaciones diciéndome que entraría el próximo año a una selección de intercambio. Me sorprendió muchísimo que quisiera ir a Japón, lo apoyaría si era lo que quería hacer. Quería ser un ingeniero y encontró mucho mas tema que conversar con Bruno que conmigo, fue divertido poder pasar por lugares de mi infancia. Visité a mamá y le conté en silencio que estaba muy cerca de lograr titularme.

Esa tarde me despedí con una sensación extraña, estaba feliz y al mismo tiempo tenía la tristeza atravesada en el pecho, eran demasiadas emociones en tan poco. Durante todo el regreso a casa me mantuve muy pensativa, no dejaba de pensar en el tiempo cuando había decidido vivir mi vida dejando todo lo malo atrás. Nunca desamparé por completo a mi padre, pero si me alejé. Lo hice porque nos estaba arrastrando a ambos y alguien tenía que tomar las riendas, estaba feliz de volver a verlo y tan decidido a recuperarse. Aun así esa visita me hizo reconsiderar mi futuro, me hizo comenzar a pensar en mi. Realmente él esperaba que hiciera una vida mejor, que tuviera una familia, que siguiera adelante mientras yo me concentraba en ser mejor profesional dejando mi vida personal de lado. En el fondo no quería estar sola. De hecho, aunque me había acostumbrado de cierta manera a estarlo, a abrazar mi soledad, la odiaba. Si deseaba un hogar, siempre miraba las luces encendidas de otras casas y me imaginaba a sus habitantes, me imaginaba como seria vivir en el calor de una familia, las risas, las noches frente al televisor con alguna película, que alguien realmente te esperara en casa después de un día agotador y dormir entre sus brazos. Lo que le había dicho a Bruno en la cena con su familia era cierto y lo sentía con todo mi corazón, era lo único que siempre quise. - Sentí su mano rozar la mía – ¿estás bien? - Si... - Sonreí apartándome de su contacto – todo está en orden y estará bien supongo George nos estaba esperando en el aeropuerto. En cuanto llegamos frente al edificio esa noche, noté la ventana del departamento, la luz estaba apagada. Me baje del auto dándoles las buenas noches y me dispuse a sacar la llave

de mi bolso, no me di cuenta que él se había bajado detrás de mí la verdad era que quería llegar a mi cama tal vez desahogarme un poco y dormir. - Diane... - giré y se acercó hasta mí, me miró de alguna forma que me hizo sentir que estaba realmente preocupado, por primera vez sentí que alguien más se preocupaba por mí. Estaba harta de ser el pilar que solo sostiene todo el peso. - Lo abracé de pronto como si fuera un salvavidas y me aferre a su cintura. Respire de a poco su perfume, me sentí en paz, protegida. Él simplemente dejo que lo abrazara acurrucándome entre sus brazos – Gracias, Gracias por acompañarme ha significado mucho para mí y sola no hubiese tenido el valor - Acuno mi rostro – eres la persona más valiente que conozco – nuestras miradas de pronto quisieron hablar, tenía unos ojos tan bonitos, tan sinceros. Quería creer en sus palabras y ser valiente, pero simplemente me aleje poco a poco nerviosa por aquel contacto tan cercano, tan íntimo y seque mis lagrimas con un suspiro - ¿Así que aquí vives? – rompió el hielo cambiando de golpe - Si... yo... Ann... bueno las dos compartimos los gastos – mi corazón no paraba de desordenar mis pensamientos - Es bonito el lugar y espero que... que pases buena noche, nos veremos en un par de días - ¡Bien!... - me despedí con la mano no volvería a acercarme, no de ese modo Llegué hasta mi habitación y me deje caer en la cama. ¿Que había sido todo eso? me pregunte repetidas veces y llegaba siempre al mismo juicio. No podía ser posible, no podía

estar pasándome algo tan predeciblemente absurdo. Recordé las palabras de George, "cuando pasas mucho tiempo con una persona... ". Mire la lámpara del techo y me dije que aquello solo era algo normal, a pesar de sus cambios de humor. De ser un insoportable y su misterio le había tomado cariño. No era el imbécil que creía, era un hombre noble y dulce en el fondo, le tomé cariño a mi jefe era todo, solo eso. Nada ético. Al parecer la apertura de una sucursal enorme en el este de la cuidad era evento de su empresa. Lo habían dispuesto todo para la celebración esa noche en la que estaría prácticamente toda su familia laboral, no la simpática secretaria que me ofreció café o té aquel día, sino los altos ejecutivos y sus familias. Esa sucursal era más bien un logro de Arthur y quería estar con él, además de que su presencia le respaldaba todo su apoyo. Estaba terminando de arreglarme frente al espejo respire profundamente mirando a esa mujer elegante recordándome que ese sería el último evento al que lo acompañaría, había pensado muchas veces como diría que termino lo nuestro. Conociéndolo no daría explicaciones sería una más de sus ex. George debería estar a punto de llegar, me coloque los zapatos altos y tome mi bolso, de pronto la puerta se abrió y Ann entro quedándose con la boca abierta mirándome como si hubiese visto a un extraterrestre. No la esperaba tan temprano pensé que estaría por allí con sus amigas, realmente estaba dispuesta a cambiar de hábito. - ¡Diane Price! ¿Eres tú? – se acerco para detallar mi vestido y las prendas que llevaba encima – Abajo esta ese chofer de tu jefe y ahora te encuentro así ¿tienes una cita?... ¡y la cita por lo que veo! – sonó mi teléfono - Es... no es una cita es trabajo y... tengo que irme

- ¡Espera! Corrió a la puerta colocándose delante – ¿que es esto? ¿Que clase de trabajo te exige transformarte así?... no puedes mentirme ¿cuidas a un anciano o sales con él? ¡es una cita! ¿Con el nieto? ¿El hijo?. Dudo mucho que con el chofer - Ann tengo que irme ¡dame una semana!. Te explicare todo te lo contaré lo prometo, pero ahora debo irme – se apartó con el ceño fruncido - Estas metida en algo raro Diane, con tanto misterio las cosas no pueden ir con normalidad – le hice una mueca y salí lo más rápido que pude entre huyendo y estar sobre la hora - George abrió la puerta del auto y al entrar para mi sorpresa él estaba allí. Desde la ventana podía ver a Ann mirando y despidiéndose con la mano, sabía que en cuanto nos volviéramos a ver me presionaría para que le contase todo. Una semana y habré cumplido con el acuerdo, suspiré. - Estas muy hermosa Diane – lo mire con extrañeza, no sabía que decirle no solía hablarme – es un evento presencial con los socios de la compañía. No creo que Nell asista, pero si lo hace... - Lo sé, ya sé que hacer y todo saldrá bien... - me sonrió y tomó mi mano - Quiero que conozcas a el resto de mis socios y solo beberé una copa, la del brindis - Eso espero porque te estaré vigilando - le sonreí nerviosa por ese trato tan... tan diferente - No necesitas vigilarme, estarás conmigo toda la noche te prometo que no lo haré mas – me daba la sensación de

querer abrazarlo cada vez más seguido y era mejor alejar esos pensamientos y por supuesto que había notado la enorme diferencia de nuestro primer evento y el último. Todo iba bien, de hecho lo estaba disfrutando. Bruno parecía más animado, me incluía en las conversaciones y para ser honesta no era el mismo que había conocido, quizá la cercanía cada vez mas de nuestras vidas nos daba ese tipo de confianza. De vez en cuando tomaba mi mano como por instinto y yo buscaba a su abuelo, si él no estaba y con lo rápido que corrían las historias debíamos aparentar el mayor tiempo posible. Después del brindis hubo baile, al fin... la razón de que me aburriera tanto era que no había más forma de entretenimiento. Esperaba poder bailar esa noche, pero Bruno estaba muy ocupado con una conversación ese era justo el problema era una celebración, pero de trabajo, habían algunas parejas bailando en el centro del salón y mucha comida que se veía realmente deliciosa. Habían chicas paseándose con bandejas que llevaban y traían de todo, ya estaba cansándome de tanta palabrería entre estadísticas y cifras, me escabullí hacia la enorme mesa de banquete y tomé un ponche de frutas delicioso mirando hacia la pista, la música era suave me encontré pensando en el tiempo que había pasado sin bailar. - ¿Por qué tan sola y aburrida? – su voz de locutor me sobresaltó - No lo estoy, me entretengo observando el baile – señalé la pista - ¿Solo observando? Tomo mi mano y sin preguntar me guió a la pista de baile, era un atrevido. Puso su mano en mi cintura y se pegó a mi

mirándome con diversión, mire a todos lados no podía dejar plantado a un socio en medio de la pista aunque me provocara. Comenzamos a movernos lentamente, él no dejaba de sonreír acercándose mucho, tanto que llego a susurrarme al oído preguntándome que veía en un hombre tan aburrido como Bruno. - Eso es algo que usted no podrá entender y no tengo por que explicarlo - ¿Entonces se quieren tanto como aparentan? - No sé que es lo que ven los demás, pero yo adoro pasar tiempo a su lado - Sentía sus labios rozando mi oreja – es una lástima que lo idolatre de esa forma porque solo juega con usted Diane. Hace lo mismo siempre, elije a una chica bonita y cuando obtiene lo que quiere de ellas las desecha como objetos, para él solo hay una mujer ha estado enamorado de la misma por años, ¿por qué cree que bebe tanto?. Ella lo dejó destrozado y no tiene nada más que entregar. No se preocupe tampoco volverá a su lado, así que llena ese espacio con otras tratando de olvidarla sin mucho éxito. - Lo miré con sorpresa separándolo un poco, recordé que había dicho "no puedo tener a la mujer que quiero..." – ¿de quién habla? ¿de su ex prometida con la cual tuvo un affaire bastante escandaloso? Gracie si no me equivoco – lo escuche reír entre vueltas para luego tomarme de la misma forma cercana - Jasmine... ¿no te hablo de su flamante ex esposa? ¿de todo lo que ocurrió?– fruncí el ceño – por cierto se ven cada cierto tiempo supongo que le ruega que regrese a su lado, pero la verdad sería un escándalo y su abuelo... no se lo perdonaría. Últimamente parece que no está en

condiciones de llevarle la contraria, creo que por ello mantienen eso en secreto mientras fingen tener vidas separadas, usted es de todas la mejor fachada - ¿Cual es su problema Xavier?. Estoy comenzando a pensar que en el fondo siente un amor obsesivo por Bruno Evans– soné irónica, rió divertido y volvió a acercarse a mi oído - Me gustan las chicas sin reservas y siempre eligen al equivocado – por fortuna el baile terminó Colgó mi brazo del suyo como un caballero y me acompaño de vuelta a donde estaba Bruno. Había quedado más que aturdida por esa conversación, mi cabeza no paraba de elaborar imágenes e hilar eventos que quizá tendría razón en todo lo que me había dicho. Por cizaña o por diversión, pero tenía sentido para mí. Bruno me miraba sin ningún atisbo de sonrisa, dejó lo que estaba comiendo a un lado y de pronto sentí su mano nuevamente entrelazarse con la mía - Gracias por el baile Xavier – dije de pronto saliendo de mis pensamientos - Pero será el último porque tu acompañante está del otro lado y no me parece que debas bailar con MI NOVIA – evidentemente no le había gustado nada, había sido el medio para fastidiarlo. Xavier dio la vuelta con una sonrisa desafiante sin más. Tenían su conflicto y cualquier cosa era excusa para atacarse, lo miré detenidamente él me analizaba como si quisiera averiguar algo - ¿Que te dijo? - Nada... - Hablaron durante todo el baile.. ¿que fue lo que te dijo? – exigió

- ¿Realmente vale la pena? - Por supuesto que no si no nos involucra Así que lo dejó estar, pero había roto algo. No volví a sonreír y no se me daba ninguna conversación, no quise por un segundo más que me tocara. Seguía pensando ¿cómo era que un hombre como él siguiera aferrado a una mujer que le hizo tanto daño?. Pero quién era yo para cuestionar su vida si al cabo de una semana me pagaría por prestarme a su juego fingiendo quererlo. Aunque debía ser honesta conmigo no sabía exactamente cuando había dejado de hacerlo y aquello me había afectado más de lo que pensaba. Decidí distraerme hablando con la esposa de Sam, aunque sentía su mirada a cada instante de momento era mejor que no estuviésemos juntos. Me conocía y comenzaría a preguntar cosas, no estaba preparada para escuchar la verdad y tampoco haría la diferencia. Luego de un rato me llevo a un lugar apartado a solas - ¿Quieres que bailemos? - ¡No! - ¿Por que? - Porque no tengo ánimos de ningún baile - O por que Xavier te dijo estupideces y tú las crees - ¿Crees que soy estúpida? - No dije eso Diane, pero sea lo que sea debes decírmelo - ¿Del mismo modo en que me dices cada detalle raro de este plan?. Además no puedo dar información personal, no voy a arriesgarme ahora a romper nuestro contrato ya casi acaba - Lo dices con alivio

- Quizá es así - ¿Vamos a discutir por algo que no entendemos? - parecía inquieto, respiraba muy rápido - No estoy discutiendo... - Diane por favor... debes... Se removió su corbata se veía acalorado y comenzó a toser, note enseguida como su cuello se había puesto rojo – ¿comiste algo? - ¿Eso que tiene que ver ahora? – quizá hay demasiado humo en el amb.... - volvió a toser y esta vez no paraba - ¿Que comiste? - Solo... uno... no sabía.. - y se hizo consciente de que estaba asfixiándose - ¡Al suelo ahora! Le dije mientras desabrochaba su chaqueta quitándosela para que colocársela en la cabeza. La gente comenzaba a aglomerarse, sus primos llegaron hasta nosotros y yo comencé a registrar todos sus bolsillos buscando la adrenalina, ¿no la llevaba?. Lo miré con reprobación, su situación empeoraba. Arrastre una silla y subí sus pies mientras monitoreaba sus latidos y ordenaba rápidamente que alguien llamara a emergencias, mientras que Sam me llevaba el kit de primeros auxilios – no se te ocurra dejar de mirarme, mantente despierto y respira hondamente reten tanto aire como puedas.. muy lento vacié con rapidez la caja y había una jeringa, la adrenalina no la encontraba. Su corazón latía muy rápido, las vías se le cerraban no tenía mucho tiempo. Incline su cabeza hacia atrás para que le entrara un poco mas de aire y volví a revolver todos los medicamentos hasta que apareció el pequeño frasco. Fue un movimiento de 5 segundos hasta inyectar el liquido en

su pierna, despacio iba respirando con dificultad. Necesitaba otros medicamentos y dos minutos después la ambulancia hizo un escándalo. Si llevara el medicamento no hubiese llegado a tanto. Dejamos la recepción atrás con montones de espectadores preocupados. Arthur dijo que nos seguiría, pero le aseguré que todo estaría bien que no se preocupara y que calmara a toda esa gente a los paramédicos los puse el tanto – Tuvo una anafilaxia por intoxicación alérgica ingerida, le inyecte 50cc de Adrenalina genérica – lo mire acariciando su cabello él no podía hablar respiraba por un inhalador – ¿Estarás bien Bruno, como es que se te ocurre salir de casa sin eso y ponerte a comer postres con maní? – le sonreí y el cerro los ojos para descansar, había sido mucho esfuerzo de su cuerpo Cuando despertó miró alrededor. Yo llegué hasta a él dándole un poco de agua con miel para aliviar su garganta, le habían suministrado medicamentos para combatir la afección. Acaricie su mano mientras bebía del liquido, entonces entró el médico de guardia y al verme sonrió - ¿Como esta nuestro paciente? – beso mi mejilla saludándome con el mismo cariño que lo caracterizaba siempre y se dispuso a revisarlo mientras me hablaba Diane hiciste un estupendo trabajo por algo eres la número uno de nuestras residentes. A estas horas estaríamos tratando con algo más grave – miro a Bruno – tienes suerte en unos meses será una de los nuestros estoy seguro – me miró – todo está en orden colega - ¡Aun no somos colegas Brian! –reí - ¿Que falta? Supe que tomaras la prueba si ya no la tomaste y luego de eso te espera la bata blanca

compañera, haré el informe y en cuanto esté preparado podrá irse –guiño un ojo al paciente y me abrazó – te espero en esta sala pronto - Él me miraba atónito y con voz enronquecida sus primeras palabras – ¿eres médico? - Tome aire y lo deje escapar audiblemente – George viene en camino, hasta tu familia sabe que estas aquí. Querían venir de inmediato, pero hable con tu hermana nos esperan en tu mansión - En el auto no dejaba de mirarme frunciendo el ceño yo evitaba mirarlo – hay muchas cosas que no entiendo de ti - También podría decir lo mismo - ¿Puedo preguntar? - ¿No estaría siendo violentado el contrato?. Mejor no - George será testigo Diane, no estás suministrándome información deliberada yo te lo estoy pidiendo y solo es una duda – lo miré dispuesta a responder si con eso dejaba de mirarme como un bicho raro – ¿Por que todo esto?. ¿Por que aceptaste esta idea si eres una profesional a punto de ser médico?. ¿Tus deudas son tan grandes?. Quiero decir que.. soy consciente de... ¿Que haces aquí conmigo Diane Price? - Firme un contrato – toda su expresión corporal pedía más explicaciones – No lo sé... todo se complicó. La clínica de rehabilitación, el colegio de Tommy, los créditos estudiantiles, el departamento, todo eso consume el dinero que gano mas los turnos extras de residencia y en el asilo. Tomé esta oferta porque perdería mi beca si no matriculaba y es mi último año, estaba desesperada cualquier trabajo digno era preferible que seguir ahogada

por la falta de dinero y posponer mi titulación por segundo año consecutivo. - ¿Aceptaste esto por matricularte en último año de medicina? – parecía incrédulo y a la vez sorprendido – ganaste dinero apostando apenas una semana después que firmamos ese contrato - No era mi dinero - Claro que lo era, pudiste haber salido de mi y del contrato - Cuando comienzo algo debo terminarlo Bruno me comprometí y luego necesitaste de mi ayuda para con tu abuelo lo haría hasta el final - Hasta el próximo Miércoles - Si hasta el Miércoles - no hablaríamos mas del tema, tampoco de nada era muy raro estar así - En la mansión estaba casi toda su familia preocupados por lo ocurrido. Su tía contó que les habían dicho que había olvidado la adrenalina y los pequeños postres traían frutos secos incluyendo el maní. Él dijo que no percibió su sabor mientras los probaba y hacia tanto tiempo que no le sucedía que olvido el medicamento. Lo rodearon en un sillón y el parecía bastante cansado así que sugerí que lo dejaran descansar hasta mañana que amanecería igual que siempre - Diane si no hubieses estado allí... esto tenemos que agradecértelo – comentó Paula - No tienen que agradecerme nada es... es mi trabajo – él me miró profundamente sin emitir palabra, me hizo sentir incomoda - Si... dentro de poco se titulara de médico y me dejará – menciono luego como si nada, su familia estaba

sorprendida no sabía si por ambas cosas, me miraron con asombro y preocupación - ¡Vaya sorpresa! ¿Pero como que lo dejaras no entiendo? – Su tía no era la única confundida - Tendré que trabajar mucho, tengo muchos compromisos con horarion disfuncionales, dejare de ir a los cocteles eventualmente - Ya se las arreglaran, además es muy importante tu carrera para ti eso Bruno debe entenderlo - No lo creo – dijo con rabia levantándose del sillón – gracias por venir, estoy bien – pareció triste al decirlo y se alejo por las escaleras a su habitación - ¿Paso algo mas Diane?, ¿está bien todo entre ustedes? - Si... es el medicamento, no se preocupen yo lo cuidaré – hasta el miércoles pensé En el desayuno estábamos en la misma mesa, pero parecía no ser así él no me dirigía la palabra y yo no quería hablar mucho. Prefería mil veces ponernos a lanzar indirectas irónicas entre nosotros que estar de aquel modo, eran los últimos días que pasaríamos juntos y no podíamos presentarnos así ante su abuelo - ¿Como te sientes? - Me miró al fin, respondió sin ánimo - bien - Me preocupe mucho por ti, no sé porque te dio por comer dulces Bruno si sabes que eso puede pasar, ¿y cómo es que no llevabas la adrenalina? - No lo sé, tenía muchas cosas en la cabeza y estaba distraído en el momento que me ofrecieron ese pequeño panecillo - menee la cabeza en negación sin entender

- trataba de pensar como impedir que Xavier me robara una novia por segunda vez - Reí con ironía - Xavier no me robaría ni en siglos y no soy tu novia de verdad no debes preocuparte por mi - No. No debo Diane, tengo que - ¿Por qué? en nuestro contrato.. - ¡Ya basta con eso! - exclamó con ímpetu - pensé que éramos amigos - ¿Somos amigos? - ¿Que te sucede?, no te entiendo estas volviéndome loco cuando volvimos de Michigan éramos amigos... si hice algo anoche o Xavier te dijo algo quiero que me lo digas no puedo simplemente adivinarlo - ... ¿cuando dijiste que no podías tener a la mujer que quieres... estas enamorado de una mujer? - ¿A qué te refieres? ... me he enamorado no una vez sino varias en mi vida, fallidas todas - ¿Pero ahora... ahora mismo amas a alguien? - Me miró pensativo para luego reír quitándole la seriedad a ese asunto, fruncí el ceño - a ver señorita... no sé por que me preguntas algo así.. el amor... el amor es complicado ¿te has enamorado alguna vez? - Yo... creo que sí, pero siempre había algo que me decía que era mucho más que eso, así que deje de buscar el amor - Allí tienes la respuesta - miro el reloj - debo irme - beso mi frente - no quiero que ese contrato arruine nuestra reciente adquirida amistad... anoche me di cuenta que eso es más importante para mí que el contrato y quiero saber si lo es para ti también - no supe que responderle - ¿ya podemos

romper la clausula de Información personal? - asentí y se fue dejándome de nuevo entre montones de cavilaciones Cuando llegué a casa ese viernes por la tarde Ann me estaba esperando, en el centro del pequeño comedor de madera que teníamos había un ramo de rosas enorme, le sonreí - ¿Y cómo se llama este nuevo personaje? - tome un montón de papas fritas que había preparado de la cocina y me senté frente a ella sacando una de las rosas y oliendo su perfume, no me respondió cruzándose de brazos - ¿y? ¿no vas a hablarme? - solté el aire con fastidio - ya te dije que te lo contaré todo, pero no hoy por favor, ha sido una semana muy rara. - La verdad es que no sé cómo se llama este personaje raro - me quito la rosa de la mano y volvió a acomodarla en el ramo - ¡Que crees es hermoso y debe mantenerse así! es un detalle fascinante y he estado analizándolo desde que llegó, ¿sabes que puedes conocer las intenciones de un hombre por el tipo de flores que envía?, por lo mínimo me puedes responder como se llama este hombre - señalo las rosas mientras la miraba como si estuviese loca. Tomó la tarjeta y me la extendió con las cejas enarcadas y una sonrisa perversa - "Gracias por las horas y por salvar mi vida de muchas formas" B.E. - sonreí tontamente y mire a Ann menear la cabeza sonriéndome - Se llama Bruno y es... es mi jefe - ¿El anciano? - No... ya no importa - no parecí convencerle - Hay algo muy extraño en todo esto Diane y lo peor es que botas la baba por este tipo... ¿es casado?

- ¡No!... bueno estuvo casado y creo que aun la quiere - se llevo las manos a la boca y acerco la silla - No puedes enredarte con un tipo que ama a otra, sabes lo que pasa al final, lo sabes muy bien - Lo sé Ann no me estoy enredando con él para tu tranquilidad, me dejo clara nuestra amistad hoy y dejare de verlo muy pronto - Un hombre no envía rosas así solo de agradecimiento - Mire las flores - Sé muy bien lo que quiere de mi y lo que yo obtendré cuano todo esto termine. El Sábado por la mañana emprendimos un viaje hacia su abuelo y la verdadera razón por la cual había estado con él por casi un mes, después de esto todo terminaría. Era lo único que quería, que terminara para irme a casa, seguir con mi vida tal como estaba y.. no volverlo a ver - No puedo saber qué fue lo que cambio si no me lo dices, pensé que ayer lo habíamos arreglado y hoy casi ni me hablas - He aprendido mucho de ti - Me obligo a mirarlo tomando mi barbilla – no podemos actuar así delante de Nell es suspicaz .. - Lo haré bien te lo prometí, actuaré - Solo que no sabes fingir, si estas molesta simplemente porque olvide la adrenalina... - Esto no tiene nada que ver Bruno ¿podrías decirme por que enviaste flores?. Estas tomándote muchas molestias Ann no sabe nada de ti y no puedo decirle nada, a diferencia de ti no tengo ninguna relación clandestina

- ¿Clandestina? ¿con quién? ¿Que quieres que te diga con exactitud? - Ya no importa - A mi si me importa - lo miré fijamente - ¿Aun ves a tu ex esposa? - y contuve la respiración - ¿¡Que!? - Frunció el ceño – quien te dijo... ¡Xavier claro! es una marioneta de Nell eso ya está comprobado - Solo contéstame eso - Si, la veo... - ¡Genial! Eres un divorciado que sigue casado, no puedo creer que me pase esto otra vez – explote, sin pensar como siempre lo que estaba diciendo - No estoy casado y no entiendo... ¿otra vez? - suspiró Explicártelo es muy complicado Diane yo... - El amor.. es complicado ¿no es cierto? - Ya llegamos – interrumpió George de pronto frente a un edificio alargado y colonial, no había visto casas cerca así que estaba muy, pero muy apartado - Quise bajar del auto y me retuvo - Quiero explicarte - No me debes ninguna explicación y no he firmado un nuevo contrato Respire profundamente y bajé acomodando mi vestido, reponiéndome más que eso en un instante. Frente a mi habían tres personas con uniforme de servicio, Bruno llego a mi lado tomando mi mano muy suavemente, se acercó a mi oído y me susurro "tenemos que hablarlo" no le di importancia. Al ver en la entrada a su abuelo, vestía de traje y botas altas. Llevaba un puro en su mano pareciendo una

chimenea, dañino, toxico para unos pulmones tan débiles su enfermedad debía estar empeorando. Compuse mi mejor sonrisa fingida acabaría con todo aquello. - ¡Linda!. Te dije que nos volveríamos a ver – me abrazo con un beso en mi mejilla y luego miro con seriedad a su nieto – Bruno este será un muy interesante fin de semana - Espero termine pronto entonces – confirmado su relación era muy hostil Nos llevo a ambos a un recorrido, aunque Bruno debía conocer cada rincón. Aparentaba siempre estar solo conmigo ignorándolo, era un casa bonita y enorme llena de sirvientes. Su esposa había fallecido, pero sus retratos estaban por todas partes, cada uno con un poema a su lado. Explico que eran los que ella le había escrito durante su matrimonio como si aquello la mantuviese viva al igual que los de su hija. La madre de Bruno era preciosa y Paula se le parecía mucho. Quizá por ello con ella tenía una mejor relación. El hecho era que Nell Marshall era un hombre poderoso, influyente, pero al mismo tiempo muy solo. Al salir de su mansión aun mas grande que la de Bruno nos guió a los establos, no me pareció raro que le gustaran las carreras si tenía varios de ellos y les hablaba como humanos, en realidad eran preciosos, pero yo no había tenido un caballo tan cerca en toda mi vida así que mas que miedo era respeto, muy grandes para mi gusto. Al volver nos sentamos en un salón y me prepare mentalmente para sus preguntas, creí que sería igual que su familia, ¿donde se conocieron...? ¿hace cuanto...? preguntaría por mi familia... vería que tan real era esa relación y seria todo

- ¿Pretenden tener una relación estable o será algo pasajero? – trague en seco, encendió otro puro y se reclinó - Si ella no me deja por culpa de otro hombre... - lo miré con sorpresa clavándole una mirada acusadora, no era como su ex, pero parecía compararme - No podría culpar a nadie más por las rupturas Bruno es absurdo, cuando algo se daña es por culpa de ambos teníamos algo pendiente, la conversación del auto debió terminar allí y no podíamos ocultarlo - ¡Tiene razón!, las parejas son eso.. un equipo, yo diría más que... una sociedad – rió de aquella forma estridente – Pero cuéntame linda, me dijeron que hace unos días salvaste a mi nieto de asfixiarse sigue siendo muy irresponsable - Me debe dinero no lo dejaría morir - fue su turno para mirarme con sorpresa mientras su abuelo reía hasta toser con insistencia - Vas a matarme a mi linda – inhaló una solución que solo aliviaba la tensión de sus pulmones y que llevaba en el bolsillo - No debería seguir fumando - También es cierto... supe que comenzaras en unos meses la residencia médica – eso no les dejara casi tiempo o ¿pretenden vivir juntos? – su abuelo sí que iba mucho más allá, no estaba preparada para esa clase de preguntas - No voy a dejar mi departamento está más cerca del hospital y... - Y... quizá sea yo el que me mude para estar cerca de ti – entrelazo su mano con la mía sonriéndome. ¿estaba actuando?. Si era así ¿porque lo sentía tan real? y es que no

parecíamos la pareja enamorada que esperaba ver, parecíamos un par de niños disgustados así que tenía que estar actuando para arreglar las cosas - ¿Dejaras la ilustre mansión Evans?. Una idea realmente encantadora - le complació de forma malévola - ¿Diane sabes que Bruno es el heredero que una cuantiosa fortuna?. No tendrías que trabajar así te dedicarías a tu hogar, apoyarlo y a darle hijos - ¿Hijos? - Eso es muy importante, su ex esposa nunca quiso tenerlos y gracias a Dios porque le habría quitado hasta la empresa de su padre que tanto ama y defiende - iba mucho más allá de cualquier cosa, era un tipo de conversación que empezaba a parecerme asfixiante, solté su mano - Espere... no vamos a casarnos nosotros solo... - ¿Solo son una relación pasajera? – alzo las cejas y pasó de ser el abuelo risueño a un señor muy intimidante, todo él se ensombreció de pronto - Nell no creo que eso sea un tema, ¿quisiste que viniéramos para que atacaras a mi novia con preguntas de un futuro que no hemos conversado? - Tu chica tiene que saber ¿o acaso no te conoce?, ¿no sabe que es lo que necesitas? - me miró exhalando humo porque yo pensé que había quedado claro cuando hablamos y me dijiste que solo tenias ojos para él y para hacer lo que te pidiera.. ¿y si te pidiera dejar tu vida... tu carrera.. tus sueños? - me dejo sin palabras - ¿De qué hablas yo jamás haría algo así? - Si dije eso, pero no tiene nada que ver con nuestras vidas

- Si decidieron unirlas es porque tenían algo en común... un plan juntos, un proyecto - Solo estamos saliendo – contesto Bruno - ¿Es pasajero entonces? - No tenemos por qué saberlo puede pasar cualquier cosa – se estaba convirtiendo en una gran discusión - ¿Entonces para que presentarla con Eloísa y Paula?, ¿para que exhibirse por cocteles y dejar en claro que están entregados a un romance con un amor especial el uno por el otro? - ¿Eso es un pecado? - Quiero creer que no es otra de tus aventuras Bruno y usas a esta muchacha - ¿Te atreves a decir eso frente a ella? - ¡Ella tiene que saberlo! ¡Saber cómo eres! - Sabe como soy - ¿Lo sabe? - apagó el puro en un recipiente de cristal ¿Sabe el gran conflicto con tu ex esposa? si es así y aun sigue contigo debe ser por dos razones o de verdad te ama o por interés. Ninguna mujer soporta compartir a su hombre... ha sabido fingir muy bien lo primero si es lo segundo - Nell... - ¿Sabe que has tenido un desfile privado de modelos y que me cuesta enormemente verte con una chica como ella? porque no es el tipo de mujer con la que saldrías jamás eso es lo que pensaba además me lo dijo en el bar - ¿Creen que esto de aparentar ser la pareja dispareja perfecta los hará felices?- ¿Que me dices Diane?. ¿Porque están juntos

ahora? - estaba perpleja con montones de palabras en la garganta, estaba harta, simplemente las deje salir - ¡Porque paso así y ya está! Porque un día estábamos juntos y se sintió bien y no pensamos, ¿es tan difícil simplemente vivir lo que sentimos sin pensar en un futuro?. Quizá mañana sea una de sus ex o su compañera, quizá solo un día la vida nos lleve a vivir juntos sin ningún papel en medio solo queriéndonos sin darle gusto a su familia o a la sociedad no podemos saberlo hoy, y no, no creo que aparentar nos haga felices. Yo no puedo.. no he podido fingir absolutamente nada mientras estoy a su lado. Un día simplemente quise hacerlo reír, adoro su sonrisa. ¿Usted sabe eso?, aunque me exaspere la forma en que calla tantas cosas – exploté y luego respire profundamente – no seriamos perfectos y no lo somos, pero de alguna forma, de alguna manera siempre quisiera regresar - lo miré mentalmente agotada – regresar a el parque y que me abrace después de que mi mente no de mas y me digas que todo estará bien, lo siento mucho Bruno - y ambos me miraron fijamente fui consciente de cada palabra, mis sentimientos hacia él estaban total y tontamente expuestos. Mis ojos se inundaron de pronto – disculpen necesito... necesito ir a.. necesito el tocador Se hizo un momentáneo silencio hasta que el abuelo llamo a alguien que me guió por un pasillo hasta el tocador. Me senté al borde de una enorme bañera y deje escapar el aire todo había salido a mi punto de vista terriblemente mal después de haberle prometido que haría bien mi papel... su abuelo era mucho más exigente, directo, hiriente y persuasivo que nadie que hubiese conocido. Entendí perfectamente porque se llevaban tan mal, me recompuse lo mas que pude y salí de nuevo tenía que enfrentarlos. Sabía desde siempre que eso de contratarme como novia

era una mala idea. Él estaba esperándome, se acercó hasta mi y acunó mi rostro con cariño - ¿Estas bien? – nos iremos ahora mismo de aquí Nell quiere que comamos juntos, pero ... - Ya está bien Bruno tu abuelo tiene razón, en todo lo que dijo – nos quedamos unos largos segundos solo mirándonos hasta que él sonrió tímidamente - ¿Adoras mi sonrisa? - Si - ¿Ah sí?... yo no quiero que pienses cosas que no son, regresemos ahora y cuando estemos en casa hablaremos. Te prometo que te contare todo, no importa que suceda aquí quiero que definamos esto – le sonreí tomando sus manos – No hace falta - A mi si me hace falta, lo necesito – estaba allí, tan cerca, tan dulce, si... era complicado – ¿y si rozaba su boca?. Si simplemente le decía que era un necio y un imbécil por no darse cuenta que si me lo pidiera yo firmaría mil contratos más con tal de estar a su lado. Yo que creí que no lo soportaría, pero estaba muy confundida y es probable que fuera una actuación. - Disculpen – La muchacha del servicio obligo a separarnos – La comida está servida y Don Nell espera en el comedor – se retiró muy rápido y un poco avergonzada - Sera mejor que enfrentemos esto de una vez por todas – tomo mi mano dejando un beso sin dejar de mirarme de una forma que jamás pensé que podría hacerlo. Todo había ocurrido muy rápido. Lo supe desde que lo conocí algo dentro de mí ya me lo había advertido, pero decidí seguir

este juego por dinero y por estúpida estaba ridículamente enamorada de él, ¿como es que su abuelo no podía verlo? yo ya no lo podía esconder. Aquel almuerzo había sido el más incomodo de mi vida. El Abuelo risueño, accesible y dulce no era más que un muro enorme muy difícil de traspasar. El único que hablo fue él y mencionaba cosas de la empresa para únicamente cuestionar las decisiones de Bruno. Me enteré de esto y aquello, "tienes mucho de tu padre... ten cuidado con ceder a lo otro..." en fin, se nota lo que ya me había dicho, Nell no confiaba en su nieto para dirigir su propia compañía y mucho menos estaba preparado para heredarle todos sus bienes. Luego se dirigió a mí y sin ningún atisbo de sonrisa dijo que en una hora me esperaría en los establos, nos miro a ambos. - Sola... necesito que hablemos francamente - Necesitas llenarle la cabeza de tonterías en mi contra como tu lacayo para que me deje, porque sabes bien que ella es lo único real que me ha pasado y es exactamente la persona que jamás me dijiste que conseguiría acompañarme. ¿Y bien Nell? se perfectamente que envías a Xavier a sabotear más que mis proyectos, también mi vida privada – se retaron con la mirada unos segundos muy tensos - Allí nos veremos – dije para acabar con su enfrentamiento y aquello se convirtiera en una nueva discusión - Si realmente sabe con quién está tratando no necesita que se le llene la cabeza de nada porque no la tiene vacía ¿cierto Diane? – Me miró – para enterarlo de que hablamos tienen la noche entera, sus pertenencias están en la misma habitación no soy un hombre chapado a la antigua y

ustedes son una pareja desde hace ya varios meses. Su sonrisa se amplió seguro al ver mi cara de espanto nunca hemos dormido juntos, ni llevamos meses conociéndonos ¡que astuto! - Se levantó del comedor dejándonos con unos minutos eternos de silencio - No debes hacer esto si no quieres - No, no debo... ¡tengo que! – una respuesta bastante conocida para ambos - me comprometí con esto - ¿Sabes que pienso? – Lo mire detenidamente – en lo que me dijiste en el auto – ¿estuviste con un hombre casado? - ¡No!. Si, pero yo no sabía que estaba casado, era un... es Traumatólogo. Salimos y lo que hizo fue mentirme, me entere muy tarde que tenía toda una familia en casa y si quieres saberlo me hirió mucho más la mentira que acabar con esa locura, fue hace años desde que supe era sentir algo por alguien hasta ahora - ¿Hasta ahora? – yo y mi manera de no tener filtros - Hasta ahora no había tenido tiempo de estas historias corregí - lo mío era trabajar y estudiar, siento que estoy viviendo en un mundo paralelo - Cuando termine nuestro contrato... ¿Irías al parque conmigo? - Reí – ¿estas invitándome a salir? - Tus gustos son económicos, después de que Nell me deje sin empresa ¿podría invitar a salir a alguien como tú? - que gracioso - Cuando seas médico podrías contratarme de acompañante. - Fruncí el ceño – ¿te dejara sin empresa? ¿Y tu familia? Ellos trabajan allí dependen de ella

- Lo sé, Paula tiene su propia fortuna, mi cuñado un despacho rentable de abogados y Nell no despediría a ninguno solo a mí. Esa empresa ha sido mi vida como lo fue de mi padre le he dedicado todo, pero él no lo ve así No podía creer que su abuelo le hiciera algo así tenía que hablar con él, convencerlo, hacer algo - Es muy injusto... - Tal vez no sea el momento Diane pero... si quieres saberlo tú me haces sentir como un imbécil, no sé qué pensar... me das todas las señales al mismo tiempo, no sé si estamos por el contrato y es una simple actuación o de verdad podemos intentarlo. Como ves no soy un hombre sin sentimientos, solo... me he dejado llevar tantas veces por eso que ya estoy cansado, ¿es verdad todo lo que le dijiste a Nell? - Le sonreí - ¿por qué mentiría si dices que soy pésima en eso? - su mirada se dulcifico cuando sonrió tímidamente Quiero ir al parque contigo, solo si tu estas dispuesto a comenzar de nuevo - ¿Te colocaras esa sexy falda de bartender? - reí ----Caminé bastante lento, mi cabeza no dejaba de darle vueltas a muchos asuntos. Mis sentimientos estaban mezclados en tantas preguntas y posibilidades que no daba con una resolución concreta, Nell estaba acariciando un caballo de pelaje brillante marrón al fondo de los establos. Me acerque dejando escapar el aire - ¿Montas Diane? - preguntó sin mirarme - No, jamás he subido a un caballo y no creo que...

- Llamó a uno de sus empleados el cual apareció de pronto - Ayuda a la señorita a montar y explícale que debe hacer Me daba terror subir a espaldas de un animal y que me tirara, pero el amable caballero me dijo que estaría segura, que nunca lo haría estaba entrenado y solo me explico las técnicas para tomar las riendas, que hacer para que camine o trote o corra. Absorbí toda esa información nerviosa mientras él subía a su caballo con destreza a pesar de su edad mantenía un buen físico. - Mis mas placenteros negocios siempre los he hecho montando a caballo - ¿Negocios?- ¡Nos vamos! Hice lo que tenía que hacer mientras ambos caballos iban al paso uno al lado del otro ya no temía a caerme más me aterraba lo que él tenía que decirme. La forma en que hablaba no dejaba lugar a dudas que no sería una conversación común, comenzó por contarme cuando su esposa vivía y como había construido todo aquello, eran hectáreas de verde y montaña que le pertenecían, había un riachuelo a lo lejos y muchos árboles alrededor. - Te conozco Diane - lo miré expectante - y no por lo que los demás digan, tu forma de ser... me recuerdas a ella siempre con aquel empuje y determinación por eso iré al grano Detuvo su caballo y el mío - ¿Sabes por qué estás aquí? - Quería una reunión y supongo que es esta - Bruno y yo no coincidimos casi en nada así que cuando te conocí en el Club decidí que hablaría esto solo contigo, te lo preguntare una vez más - ¿Sabes por qué estás aquí? - mi corazón dio un vuelco - Por él - contesté simplemente

- ¡Correcto!... y por algo más, una condición que puse para darle fin a tanta pelea entre nosotros, una mujer - ¿Lo sabe no es cierto? - lo mire resignada - Sé todo sobre mis nietos, son mi única familia. Una noche se quedó a dormir en el Millenials acompañado de una fulana. Motel en donde ahora sé que trabajaste. También te quedaste a dormir al parecer tengo entendido que el bar cerro y no salieron sus empleados, pero si vieron salir a la fulana con el chofer sin Bruno - alzo las cejas - dos días después se paseaba con una chica asegurando que era su novia, la misma que un par de meses antes confesó a su familia que existía, pero nadie la había visto hasta ese momento. Lo sé por Paula, todos queremos que Bruno rehaga su vida después de Jasmine todo fue a desastre, solo que nunca imagine que lo haría de este modo - ¿Cree que sigue enamorado de ella y quiere quitársela a como dé lugar de su mente con otra? - No, y si Xavier exageró simplemente fue para probar que tanto te importaba esa información - entrecerré los ojos no podía creerlo era un intrigante - Esa mujer fue con todas las intenciones de una vividora, yo sé advertí y no me hizo caso, su castigo es tenerla presente hasta que aprenda la lección - ¿Qué quiere decir? - me miro con una sonrisa maligna - Le pago para que fastidie su tiempo, peleó bien en lo legal gracias a todos los descuidos de Bruno, pero me encargue de destruir su carrera de Actriz y Modelo. Se fue a pique en depresión que casi le costó su vida o según eso quiso, la misma que mantengo a cambio de una comisión por darle lastima a mi nieto y después de todo ¿qué hace? una visita cada mes para asegurarse que este bien

- Me sentía asqueada - ¿Qué clase de amor siente por su único nieto Nell? es destructivo, no toma en cuenta sus sentimientos - Los tomo en cuenta. Sé que es capaz de amar y perdonar, necesita mucha fortaleza para estar al frente, para estar donde está. Cuando muera... y eso será quizá pronto, su fortuna será tan grande como sus enemigos y las muchas personas que lo engañaran, por eso se ha vuelto más fuerte, ¿no lo notas?. Su única debilidad es por quienes ama, no siente eso conmigo por eso se protege de mí y hace bien, sé lo que se necesita en este mundo, pero tu... has logrado sobrepasar sus barreras con toda tu historia, llevándolo de paseo, mostrándole otra perspectiva de la vida más allá de lo que siempre ha conocido, hiciste bien tu trabajo debo admitir. - Sabe bien que todo esto no es lo que parece - ¡Claro que no! todo esto como le llamas es un papel absurdo. Te contrató para enfrentarme y terminó enamorado de ti. Eres de armas tomar, para conseguir lo que quieres engañas a toda una familia haciéndoles pensar que eres su novia - Yo no lo supe hasta después, no pretendía hacer eso con su familia y... - Y... ¿qué es lo que te retuvo después? - Lo quiero - su escandalosa risa no me había parecido tan odiosa hasta ese momento, dio vuelta a su caballo hasta quedar frente a mi - Esta es mi única oferta, sé por qué estás aquí Diane. Lo sabia incluso antes de conocerte en el Club, hice que ganara tu caballo te di una oportunidad para acabar con ese absurdo, pero decidiste ir por el premio mayor - sacó

del bolsillo interno de su chaqueta un talonario - te hare un cheque por el triple del monto de ese irracional e infantil contrato y mañana mismo quiero que dejes a Bruno, sin ninguna explicación y sin aceptar su dinero. - Nunca antes me había sentido tan humillada - ¿Y usted cree que entre más dinero ofrezca haré lo que diga? ¡Pues NO! no me conoce, no sabe quién soy y no le haría eso ni por toda su fortuna ¿está claro? - ¡Bien! Pensé que lo querías... por qué lo único que estoy tratando de hacer es solucionarles todo a ambos, dándoles lo que los llevo a creer que podían jugar a los novios felices. A ti te estoy dando el dinero que necesitas y a él inmediatamente que tu desaparezcas de su vida le daré la herencia que le corresponde cediéndole con eso la mayoría de las acciones de la empresa y apostare al jinete esta vez, todo gracias a ti. Termina tu trabajo muchacha. - ¿Qué es lo que dice? como puede... - me quede de piedra, sentí un dolor en el pecho un nudo en la garganta – No lo haré - Si te empeñas en seguir a su lado después de mañana, comprare las acciones que dejaran a Bruno desplazado, tomare el control y hasta mi muerte no verá ni una sola moneda de su herencia. Quizá herede a Xavier, después de todo quedará al frente y si vuelves con él luego de que firme me encargare de que se entere que tú estabas confabulada conmigo desde el principio y sabes qué puedo hacerlo, está en tus manos - Ni con esta canallada hará que le desee la muerte porque he jurado por muchos años luchar en su contra, pero esto no es nada humano

- ¿Linda, como crees que tenemos todo esto? - dijo en voz suave - ¿Por ser buenos y creer en todo el mundo?, hay decisiones y sacrificios duros que tenemos que hacer por nosotros y los nuestros yo hice los míos, ¿harás tú los tuyos? - ¿También hizo esto con su ex prometida? - No hizo falta, ella era una descarada se lanzo a los brazos de Xavier - me extendió el cheque - ¿Por qué lo hace? - Porque conmigo no se juega y se lo advertí - ¿No puede darnos el beneficio de la duda y pensar que entre nosotros si hay mucho más? - Es muy tarde tuvieron sus oportunidades y dejaron seguir esto hasta el final, por dinero y orgullo, por soberbia e ingenuidad eso será su propia soga. No se puede tener ambos al mismo tiempo Respire profundamente tragándome la indignación y azucé al caballo, no me importaba nada solo quería alejarme de él. Corrió mucho mientras mis manos se cerraban con fuerza sosteniéndolo, sentía como la brisa secaba algunas lágrimas y me pregunte ¿cómo había llegado a ese punto?. Hacia un mes tenía problemas normales y pensé que eran los peores y ahora me daba cuenta que los problemas más intensos eran cuando se comprometía tu corazón... "Aprendí que la única forma de pagar era con moneda o con un pedazo de tu alma" cuanta tortura era tener dinero, los problemas de Bruno también eran por dinero "Mis problemas son de dinero y ninguno detrás de esta barra los podría entender"

El caballo se detuvo solo a pastar un rato y lloré, con toda la rabia y la impotencia que podía sentir, con ganas de salir corriendo. Ojalá nunca hubiese firmado ese contrato, ¿cómo podía hacerle algo así?. Si se lo decía tendría un enfrentamiento con su abuelo y lo despojaría de todo, pensé durante un rato que hacer y finalmente llegue a la única opción posible. Le di la vuelta al animal, realmente estaba entrenado siguió el camino de vuelta solo hasta el establo, yo iba por inercia tratando de no llorar, pensar lo más rápido posible y lo único que podía repetir estúpidamente en mi mente era el día en el club hípico. Ese día había sido decisivo, decidí no tomar el dinero porque mi orgullo fue más grande y jamás tomaría dinero que no ganara con trabajo, lo lleve al parque y conocí al hombre del que estaba enamorada, si tan solo hubiese tomado el dinero y me hubiese ido a casa.... Por dinero y por orgullo. Él me estaba esperando, cuando me tomó de la cintura para bajarme del caballo lo miré y lo miré como nunca lo había hecho porque de todo lo que me había dicho su abuelo también aseguraba que sentía algo por mí, aunque era tan manipulador que quizá no fuera cierto - ¿Paso algo Diane?, conozco muy bien a Nell y es capaz de hacer y decir cosas que te hacen sentir miserable - Hablamos de ti y de tu ex esposa - Tomo aire y lo soltó despacio - la detesta... - ¿y tú? ¿Qué es lo que hay entre ustedes? – me miró por unos instantes - ¿Caminamos? quizá no entiendas y quiero explicarte contarte cómo sucedieron las cosas - Asentí y comenzamos a caminar fuera del establo hacia un poblado de árboles, era una tarde bastante más gris de lo normal

con mucho viento - Jasmine... no es una mujer fácil, lo que tiene de hermosa en la misma cantidad es insufrible. Los pocos ratos que estuvimos bien fueron maravillosos y eran mínimos comparados con todos los que se convertían en una pesadilla. La amé muchísimo, pero ni eso fue suficiente ella se trasformaba, de pronto se desequilibraba por la mínima provocación, hacia rabietas en las que destruía todo a su paso. Se hacía daño, me hacía daño, me absorbía de a poco todo. Estaba en un hueco del que no podía sacarla y luche... luche mucho por lo nuestro con todo lo que tenía, nada funcionaba, ni las terapias, ni dedicarle mi vida no había modo. Le puse el mundo a sus pies y aun así sus ansias de reina y trastornos eran más grandes que el amor que creía sentía por mí - hablaba con tristeza una que yo también podía percibir- poco a poco sus crisis, sus celos infundados, sus espectáculos delante de todo el mundo... tal vez fue mi culpa no sabía que consumía ningún tipo de droga quise hacerla feliz, pero nunca podría hacerlo. Sigue siendo un ser autodestructivo me estaba dejando sin vida, cuando ya no pude mas inicie el divorcio y comenzó la batalla legal. Decía que yo no podía dejarla que antes me dejaba a mí y me destrozaría ante un juez - se detuvo en un punto y giro para mirarme - la seguía queriendo incluso después de todo eso, con el tiempo me di cuenta que solo quería salvarla. Sentía pena por ella y no me rindo fácil ante el fracaso, me case para hacer una vida juntos, no para destruirla y así decidí quedarme con los momentos bonitos que pasamos. La perdone por hacerme miserable y me rendí a pagarle lo que quería. Es una pensión hasta que ella se recupere y le da lo mismo pagarle a un médico para que siga diagnosticando su inestabilidad mental, debido a su actitud perdió su credibilidad y empleo, ya ninguna agencia

quería ni nombrarla. Termino en un hospital, de allí paso al psiquiátrico y hace un año vive con su hermana - ¿Por qué la ves? ¿Es culpa o aun la quieres? - Quiero que este bien y algún día pueda ser feliz, solo nos vemos una vez al mes compruebo personalmente que se encuentre bien y hasta ahora lo dudo siento que en cualquier momento hará una locura me siento responsable de algún modo. Hablamos un rato, le entrego un cheque y nada mas - era cierto no lo entendía así que no podía decir nada sobre ello, tomo mis manos y me sonrió - eres a la primera persona que le cuento esto y necesito que lo entiendas - ¿Por qué? al fin y al cabo no soy quien para juzgarte acaricio mi mejilla acercándose aún mas - Porque lo siento así y... si me lo pides nos vamos de aquí ahora mismo, podemos olvidar a Nell que haga lo que tenga que hacer estoy cansado de pelear con él, después de todo lo hará y yo seguiré teniendo mi habilidad para empezar de nuevo. - Le sonreí, pero no dejaba de pensar en lo que había sucedido - ¿y si tu abuelo cumpliera lo que dice?, ¿si te deja sin tu herencia y hace lo que quiere con la compañía de tu familia? - Lo he estado pensando desde hace mucho. Quizá no sea tan malo, entonces seré libre... - coloco un mechón detrás de mi oreja mientras mi corazón se me desbocaba en el pecho, estaba tan cerca, quería sentirlo aún más que me besara, pero.. - ¿Y tu familia? Tus primos trabajan allí, es el esfuerzo de tu padre confían en ti - dejo escapar el aire pensativo - Bruno escúchame esto no es justo, no podemos dejar que tu

abuelo te siga arrebatando lo que te corresponde con lo que él cree que son lecciones para ti, no puedes estar a su merced cada que le venga en gana y estas muy cerca, me lo dijo - volvió a mirarme con el ceño fruncido - ¿Bajo qué condiciones?... - pensé lo más rápido que pude, pero como siempre no encontré que decirle - ¿Diane?, ¿que te pidió que hicieras? - Nada, no me pidió nada que no podamos... tenemos que quedarnos hasta mañana - dejo escapar el aire, no le diría de momento la conversación con su abuelo, le reclamaría el haberme ofrecido dinero, se pelearían por lo del contrato y fin de la historia. Nell ganaría - Supongo que quiere seguir probando lo nuestro - Si.. Supongo, pero si de verdad queremos que no se salga con la suya tienes que confiar en mí, nos quedamos - me miro por unos largos segundos - Aun no me dices como puedo invitar a salir a una chica como tú - Su sonrisa dulce solo evocaba a la mía - Para empezar no puedes contratarla - rió - No me arrepiento de eso, gracias a ese contrato pude conocerte una prueba más de mi buen ojo para los negocios - Pudiste conocerme porque soy una bocazas de lo contrario no hubieses ni volteado a mirarme jamás, soy del tipo de chica que no aparece en un catalogo - Quizá tengas razón - se acercó de nuevo demasiado, algo muy tentador - soy pésimo eligiendo mujeres, pero se me da bastante bien con los empleados - Di dos pasos atrás alejándome - hay un código de ética y aún tenemos un contrato, lo provoqué

- Que acabara en unos días, entonces tu y yo.. - ¿tú y yo? - reí mientras él se acercaba y yo trataba de poner distancia - ¿qué pretendes? - Convencerte - me detuve al mismo tiempo que se desvaneció mi sonrisa - ¿Convencerme de qué? - Que puede ser real - ¿sería cierto? comenzaríamos de nuevo, ¿dejaría que siga anclado por lastima con su ex esposa mientras su abuelo se divierte? Me sentí como una tonta, me advirtió que tenía que dejarlo salir de mi vida si quería que él recuperara lo que le pertenece. Volví a repetir en mi mente toda nuestra conversación y sentí el frio de sus palabras. Bruno me miro muy serio diciéndome que mejor regresábamos estaba empezando a anochecer, decidí que le contaría, pero se lo diría lejos de allí... quizá entre ambos urdir un plan que esta vez sí funcionara, uno que no implique dejarnos de ver o perder por lo que tanto había trabajado por culpa de un resentimiento añejo entre su abuelo y su padre. Aunque por otro lado era precisamente lo que estaba esperando que hiciéramos, era muy evidente, lo mire y asentí. Entrelazo nuestras manos, estaba pasando y si tan solo fuera más valiente, tenía tantas cosas en las que pensar que no podía simplemente disfrutar del hecho de que entre nosotros había más. Un coqueteo. Una posibilidad. Cuando entramos sentí la presión de su abuelo aunque no estaba cerca. Tenía que hacer algo, tenía que tomar una decisión antes que el decidiera por mí. Mis pensamientos fueron interrumpidos de pronto cuando en medio del salón se detuvo y giro hacia mí, metió la mano en su bolsillo y

saco un dulce en un envoltorio plateado con una sonrisa preciosa lo puso en mi mano - Encontré esto para ti - lo desenvolví y el sabor del chocolate inundo mi boca, reí - apenas va 1 Tommy dijo que eran muchos, tengo la intención de que sean diarios para mantener tu interés sobre mi - sonrió divertido. Definitivamente este era el Bruno que me tenia atontada y por nada del mundo quería traer de vuelta a el otro. - ¿Estás seguro? esperaré diariamente uno de estos - Es una excusa para verte todos los días - se acercó - ¿Por eso me enviaste flores a mi casa? ¿Tratas de conquistarme? - ¿Está funcionando? - acaricio mi mejilla haciendo que respiración se acelerara, los nervios me hicieron reír como tonta, me sentía una niña - Completamente - estaba muy cerca, me besaría y no tendría la voluntad para negarme - Lamento la interrupción - la voz de Nell en el salón nos devolvió de un momento lleno de música suave y color rosa a la cruel realidad en que nos había metido, al mirarlo sentí rabia. No podía siquiera soportar estar allí, pero debía concentrarme tenía que jugar su mismo juego, por Bruno necesito que hablemos de algo importante Bruno - me miró sonriendo como si nada - lo siento linda - Esta bien - Se acerco a nosotros, aunque sonreía en su mirada podía notar la intención - Por cierto, antes de eso... ¿ya te decidiste? necesito saberlo la oferta sigue en pie - deje de respirar por un segundo, preguntarme aquello delante de él...

- ¿Decidir qué? ¿que oferta? - me pregunto Bruno directamente, si se lo decía todo su abuelo inmediatamente actuaría, si le mentía... no quería lastimarlo y con cualquier decisión lo haría. No estaba dispuesta a cederle esto a ese hombre - Es... sobre apuestas, tu abuelo quiere que volvamos a apostar, yo le dije que no tenía dinero para eso entonces me... ofreció pagar No acepte, pero... estoy... voy a hacerlo - dije con determinación - El único sonido estridente de su risa rompía mi corazón excelente decisión, ¿es simple recuerdas? Estadística, probabilidad y quizá... solo quizá esta vez un poco más de suerte, no se puede ganar en todas - lo odie Bruno besó mi mejilla y lo siguió. Al quedarme sola camine un poco quizá en ese momento se lo diría, le diría que lo sabe todo y cumpliría con su amenaza, o no lo haría si yo acepte su trato eso fue lo que le di a entender ¿y que pasaría entonces?, ¿cómo haría para alejarme de él ahora que sabía que sentía algo por mí, ahora que me había explicado todo en relación a su pasado?, ¿cómo podía dejarlo si lo quería estar con él?. Me había dicho que estaba cansado que sería libre, pero no era cierto ¿dejaría todo lo que tiene a su ex para cubrir su costosa y caprichosa inestabilidad?. ¿Crearía de la nada una empresa para seguir luchando en contra de su abuelo como competencia?. Era algo de nunca acabar no sería libre, además también estaba su familia, esa que conocí y a la que sin querer le tome también cariño y era terrible de pensar, pero solo lo sería si Nell muriera. Yo solo había estado en su vida un mes no justificaba que dejara todo solo por mí y precisamente había llegado allí para lograr que su abuelo cediera, no tenía opción. Pensé durante

mucho rato en la habitación, estaba tardando demasiado, hasta que por fin entro. No se veía enojado, se acercó de pronto y me abrazó no lo esperaba, fue un abrazo largo y con dulzura no me atreví a preguntarle - Se terminó Diane - no sabía si era para bien o para mal, beso mi cabeza - por primera vez en años - me miro con la emoción evidente en su rostro - tuve una conversación con Nell, una en la que no hubo discusión solo acuerdos. Nunca lo hubiese esperado, pero sucedió. En una semana me entregará mi herencia con parte de las acciones que posee, lo más importante prometió dejarme en paz y no inmiscuirse en los proyectos que tengo para ella, al fin confía en mí y me liberará de su presencia constante y es gracias a ti, sabía que podías lograr esto - ¿A mí?, ¿por qué? ¿Qué fue lo que te dijo? Empezó a contarme con la ilusión en sus ojos que haría con el dinero y la libertad que le daba poseer esas acciones, siempre había querido invertir para ampliar los horizontes de la compañía. Era arriesgado, pero confiaba en que lo lograrían. Había muchas personas trabajando en ese proyecto hacia años, pero Nell y sus asesores siempre lo retrasaron, tendría que viajar a Europa para reunirse con unas personas muy interesadas, eran evidentemente las metas de un trabajo que había llevado por años y al fin podría realizarlo plenamente, lo entendí, era lo mismo que conseguir al fin mi residencia - ¿Lo entiendes ahora?, esto cambia todo, cambiara mi vida y la de mucha gente - Sonreí apenas - lo entiendo y... estoy feliz por ti

- Una semana más y eso será posible - sonrió con feliz incredulidad - luego me miró y sacó de su bolsillo un sobre Nell me pidió que te entregara esto - Abrí los ojos con el corazón latiendo en mi garganta - ¿que es eso? - No lo sé esta sellado solo dijo que te pertenecía y que era algo entre ustedes, pero si no sabes que es podemos abrirlo -¡No! - grite arrebatándole el sobre pequeño de sus manos, Estaba muy nerviosa, alterada, confundida - ¿Que es? - pregunto frunciendo el ceño - Es... un poema.. le pedí que escribiera el nombre del libro que publicó con los poemas que están al lado de los retratos de tu abuela, me pareció hermoso - odiaba mentirle me di cuenta que en todo ese tiempo juntos solo le había mentido dos veces y habían sido esa noche - Bueno... se acercó sonriéndome - ¿dormiremos juntos? estaba paralizada, debió notar mi cara de espanto, pero es que no podía procesar todo aquello, no podía... no debía... El contrato, el acuerdo con su abuelo, mi cabeza iba a explotar - tranquila, Diane... acaricio mi nariz, no tienes que preocuparte de dormir conmigo y Nell no sabrá si dormimos o no en la misma habitación, su dormitorio está del otro lado de la casa solo vine a entregarte eso y prometerte que celebraremos juntos que todo esto acabó y que hacía mucho tiempo que no saboreaba un poco de felicidad. Ni todo el dinero podrá pagarte esto y más - su rostro se acercó al mío, su boca al fin me tocaría y yo... ¿había logrado sellar un trato con su abuelo en el que me iría de su vida?

- Bruno... será mejor que durmamos bien y mañana cuando regresemos al fin saldremos de este lugar que me hace sentir tan incómoda - me sonrió besando despacio la comisura de mi boca, tan despacio que contuve la respiración En cuanto salió abrí desesperada el sobre y dentro estaba lo que ya imaginaba, el cheque con aquella cantidad exagerada. Lo arrugue de la rabia tirándolo al suelo, mis lágrimas se confundían con frustración. Luego mire el papel en el suelo por largo rato, seque mis lagrimas y lo tome de nuevo pensando en muchas posibilidades a futuro. No había podido dormir bien y en los ratos que lo hacía solo tenía pesadillas sobre lo mal que estaba todo aquello. No quería volver a verle la cara nunca más a Nell, era detestable, el estrés perforaba mi cabeza como un taladro así que le pedí a una de las mujeres de servicio una pastilla. Desayune poco y temprano por eso no los acompañe en el comedor. Sin embargo más tarde me arme de valor y me escabullí hasta el otro lado en donde estaba su habitación, ya había averiguado con alguien del servicio en donde podía encontrarlo. Toqué la enorme puerta de madera y esperé hasta que escuche su voz entrecortada permitiendo que pasara. Del otro lado estaba sentado sin su chaqueta con un respirador a su derecha, inhalaba con desesperación mientras tosía sin parar, fruncí el ceño y me acerque a la maquina estaba teniendo una crisis. Confirme el medicamento, era muy fuerte, mire otros mas y enseguida supe de que se trataba. - ¿Hará quimioterapia? - Jamás - apago el aparato mientras se recomponía respirando con dificultad. Esta avanzado

- Es mejor que deje de fumar Nell o esto no servirá de nada - Aun me queda mucho por hacer y no está en mis planes morir de momento, tampoco lo hare como un débil atontado por las medicinas tirado en una cama - Pero si lo hará solo - me miro por unos segundos - lo he pensado mucho y usted gana, quiero que sepa que quiero a su nieto, a diferencia de usted quiero verlo feliz - Me parece lo más lógico - anoche estuvo hablándome de ti y lo que él siente es una admiración infinita hacia usted linda. La respeta y planea seguir a su lado para conocerla aún más, pero recuerde que usted ya tomo una decisión ¿o me equivoco?. Tenemos un trato de palabra no necesitamos firmar nada, ya sé que es capaz de cumplir a menos que quiera un contrato estructurado sobre el que ya tiene con Bruno - Usted no merece un nieto como él, no merece una familia así de buena. Paula es maravillosa, dudo que le cuente lo que hace con su hermano... y sus hijos... son los niños más tiernos que he conocido... Bruno es un buen hombre, más que entregarle todo anoche estaba feliz por el simple hecho de que usted confiara en él, ¿cómo puede hacerle esto?. Me lo he preguntado toda la noche, ¿cómo puede pedirme que lo deje cuando nos queremos de verdad? - Ustedes jugaron a desafiarme, a mentirme y no solo a mi... Ya que hablas de Paula... ¿ella sabe que te contrato para fingir ser la misma novia que no existía?. Si ahora dicen que se quieren es porque han pasado mucho tiempo juntos y son humanos, no te engañes al separarse harán sus vidas sin extrañarse. Su familia.. ellos te incluyeron y no eras más que su empleada ¿qué pensarían de este asunto? esto es simplemente las consecuencias de sus actos. Además no

sea dramática, apenas lo acompaño a unos cocteles y eventos solo han sido unas semanas - ¿Usted que va a saber de querer a alguien? si esta es la forma como lo demuestra, haciendo miserable a su propia hija cuestionando hasta sus últimos días su matrimonio, pero lo peor lo ha hecho con Bruno y ésta es mi condición me acerque y tiré el cheque sobre su regazo - dejara de pagarle a su ex para que siga actuando a la lastima infinita, lo dejara en paz entregándole lo que le pertenece y dejara de intrigar con Xavier en su contra. Estoy segura de que lo envió conmigo para tratar de hacer lo mismo que con su ex prometida solo que ella no lo amaba lo suficiente, solo así yo saldré de su vida - Por primera vez no reía ni sonreía al escucharme - de acuerdo Diane, espero que tengas una feliz vida - Yo espero que usted tenga una feliz agonía - salí de lugar y camine solo unos pasos antes de que las lágrimas volvieran a agolparse, tenía que ser fuerte y llevar todo eso hasta el final y este no podía ser el final. George fue por nosotros y nunca estuve tan aliviada de haber salido de ese lugar al que estaba segura no volvería. Durante el trayecto hablamos por primera vez como nunca, nos contábamos cosas, nos reíamos de ellas. Su mano rozaba la mía y me olvidaba de todo, él era un ser extraordinario cuando realmente quería, lleno de unos sentimientos hermosos, esos que su abuelo pensaba que lo hacían débil para dirigir algo tan grande. Lo cierto era que pensaba en cada persona a su cargo, en como abrir más fuentes de empleo, me dijo que hablar con Tommy le hizo considerar abrir pasantías en todos los niveles, preparar a futuros ingenieros y no sería más feliz que Sam con esa noticia, pero para ello debía llevar a cabo su proyecto y para

mí no era más sino muestra de su humanidad, sí, podía ser un poco duro si no lo conocías, pero cuando abría su corazón podía ser el más adorable. Al llegar comencé en mi habitación a hacer la maleta, me iría para no volver aunque no había encontrado como decírselo. Repasaba frases como, "Bruno lo siento mucho, pero debo irme y no tienes que pagarme nada"... o ... "Decidí que es mejor que ya que cumplí con mi trabajo, debemos regresar cada uno a la vida normal", ninguna parecía sincera y abriría una serie de preguntas que terminaría por descubrir el acuerdo con Nell. Después de todo en un par de semanas debería comenzar a trabajar y esa misma semana debía solucionar lo de mi matricula, cerré los ojos... la matricula que no pagaré. Había pensado también en eso, le pediría a el hospital que cubriera gran parte era mi última opción, a cambio más turnos dobles me esperaban para pagar, aunque no sabía si podíamos arreglar con la residencia encima, lo único a mi favor habían sido las vacaciones, era una posibilidad casi nula, suspiré. No debía pensar en eso, no en ese momento, lo único que tenía claro era que debía dejar mi orgullo de lado si quería conseguir lo que quería, mire al rededor todo estaba en orden y suspiré. Escuche la puerta y un minuto después Bruno entraba con una preciosa sonrisa - Se acerco hasta abrazarme - ¿qué te parece si tu y yo damos un paseo? - miro la maleta sobre mi cama y frunció el ceño - ¿te vas? - Me aleje un poco - tengo que regresar al departamento Bruno, a trabajar, a mi mundo - Lo sé, pero... puedes quedarte un poco mas... - parecía una suplica

- Debo hacer muchas cosas antes, presentar mi examen... arreglar mi vida - Pagare tu matricula ¿qué tanto tienes que arreglar? - Sobre eso... es que... no creo que debas pagarme - ¿¡Como que no!? - Es un contrato que rompimos hace rato aunque jugáramos a que no, no tiene ya validez. Te di información personal, nos hicimos amigos y ya conseguí como pagarla, se me hizo muy satisfactorio ayudarte - Resoplo - ¿conseguiste? a ver... explícame ¿cómo? - Con tu abuelo... si, fue apostando - ¿Apostaste con Nell que cosa? - su mirada inquisidora me parecía familiar y me ponía muy nerviosa, no sabía que mentira decirle, eran solo unos días - Tu abuelo hizo que ganara mi caballo en el club hípico me lo confeso, me puse furiosa y dijo que podía resarcir su ofensa. Aposté que podía subir a caballo perfectamente aunque fuera mi primera vez, me preguntó por mis estudios... finalmente elegí mi premio consiguiendo un préstamo - ¿No sabias montar a caballo? – se cruzó de brazos, no me creía nada - No y fue difícil, así que gane la apuesta y con eso pagare mi matricula ¡que fácil!, lo que es mucho dinero para mí al parecer para él es un chiste - ¿Por qué no te creo ni un poco esa historia? - me sonrió - ¡Esta bien! no quiero que me pagues y más ahora que sabes... que me gustas - no lo miraba

- Se acerco acariciando mi brazo hasta tomar mis manos Necesitas pagar tu matricula y... - Nell lo resolverá de verdad prefiero un préstamo no me siento bien consiguiendo esto contigo cuando no lo vi como un empleo. Me engañé desde el principio - lo solté y me alejé, no me gustaba nada como una mentira llevaba a otra, no podía decirle aun no era tiempo - Por lo menos quédate esta noche - No y no puedes retenerme - debía irme era el trato - No me dijo nada, simplemente se quedó allí viéndome mientras que mis sentimientos se me clavaban en la garganta - tienes razón discúlpame, yo no puedo retenerte aquí... conmigo – no, no podía, no podía quedarme a su lado, no lo vería mas - Podemos despedirnos simplemente sin que me mires de ese modo - ¿Despedirnos?, ¿Diane no pretendes irte solo de esta casa, también de mi vida? - no podía mantener su mirada, se acercó obligándome a mirarlo - contéstame - ¿No ves que es absurdo?, es complicado... - Lo es pero... ¿hay algo más? - Tú tendrás mucho trabajo y yo... Mi vida es el hospital y mis estudios no tengo tiempo para esto - ¿Esa es tu excusa? - No soy la mujer que necesitas, ya lo sabes - No, no lo eres evidentemente, eres mucho más ¿no lo ves? - No puedes decir eso, no cuando me dijiste aquella noche en el bar que podrías tener a cualquier mujer, incluso a mí,

soy una mas y apenas me conoces. No soy tu tipo de mujer ¿recuerdas?. - ¿Lo haces por orgullo? - Lo hago por los dos esto no funcionaría, no seré una de tus relaciones fallidas tampoco tengo tiempo para esto - Entonces pretendes que me resigne a tu respuesta... sobre aquella noche en el bar y lo que dije quizá fue muy ofensivo. Lo siento mucho te hablare de la mujer que quiero... - dejó escapar el aire - era esa que le describí a mi hermana, les hice creer que existía alguien en mi vida que estaba solo en mi imaginación hasta que te conocí. Te vi allí en el bar con esa energía sin importar bailabas y cantabas como si nada te afectara y luego me miraste, me hablaste, te enojaste conmigo tus mejillas estaban rojas, ¿como podías pasar de un sentimiento a otro con tanta facilidad? y pensé... por que yo... ¿por que yo no puedo tener a una mujer así?, natural, espontánea... y si me amara, si me quisiera... sería tan parecida a la mujer que quiero en mi vida que no habría nada en este mundo que me impidiera tenerla porque haría lo que fuera necesario. Quizá no lo supe de momento, pero te fui queriendo y eres todo lo que pedí, la mujer que quiero. A menos de eso me convenciste. Una que me quisiera a pesar de todo, a pesar de mi pasado y mis demonios, a pesar del dinero - suspiró profundamente - ¿Respóndeme, lo único que querías de todo esto es el dinero? ¿Es todo? - no salían las palabras seguro callando confirmaba su pregunta - ¡bien! - giro para salir de la habitación - ¡Bruno! Llegue hasta él tomándolo de su perferto saco atrayéndolo hacia mí, justo hasta unir nuestros labios en un beso que

necesitaba. Sus manos se aferraban a mi cintura fuertemente, no queríamos dejarnos ir, no así, sentirlo tan cerca nublaba mi consciente. Su boca era cálida y dulce, quería permanecer sintiéndolo de aquel modo, pero termino. Me miro profundamente, sus ojos eran hermosos y sentí que me perdía en ese azul maravilloso, toqué lentamente sus labios, necesitaba más, lo necesitaba de una forma que no esperaba cuando lo conocí. Hacia tanto tiempo que no estaba con un hombre, hacia tanto que no deseaba tocar otra piel.... Mi mano se deslizo por su cuello en una caricia que hizo cerrar sus ojos bajando lentamente hasta su camisa, disfrute de ese momento como si estuviese a punto de morir, desabroche los botones uno a uno tocando su pecho tibio. Entonces pronuncio mi nombre en un susurro para luego tomar mis labios con tanta pasión que me hizo recorrer un escalofrío por todo el cuerpo, la ropa sobraba, me entregue por completo a sus manos y a su voluntad. Lo deseaba tan intensamente que sentirlo era lo más increíble que podía sucederme. El deseo llenaba cada espacio hasta nublar los sentidos, su boca se adueñó de mi cuerpo y mis manos se enredaron en su pelo, no sé en qué momento llegamos hasta la cama en donde de golpe aparto la maleta y me sonrió de una forma tan perversa que provoco mordiera mis labios, "eres mía" dijo con voz ronca antes de hacer que perdiera por completo la cabeza. "TE QUIERO" declare en su oído y luego... todo se torno de un color que recordé era su favorito, me embriagaron sus caricias, la forma de hacerme sentir que era su dueña en ese instante. Esta era nuestra historia, en esa habitación, él y yo quemándonos de a poco. Allí debería terminar cualquier discusión, sin duda en donde lo único que podíamos escuchar era nuestras respiraciones entre

gemidos. No supe cuánto tiempo paso, perdí la noción de las horas, de la lógica, de las consecuencias. Estaba sobre su pecho mientras me acariciaba despacio la espalda, no quería abrir los ojos para descubrir que era un sueño que terminaría al despertar - Sabes que no voy a dejarte ir de mi vida - besó mi frente - ¿Cómo harás?. ¿Me encerraras en tu castillo? - Puedo encerrarte en esta habitación hasta que entiendas - Lo mire divertida, su sonrisa se amplió - ¡ah sí! Por favor señor Evans no me deje ir - bese su boca repetidas veces ¿cuándo firmas todo con Nell? - El viernes, ¿por qué? - No lo se... es mucho tiempo - lo abracé besando su pecho - Mas ha sido lo que he esperado por esto - me sentí fatal - Debo regresar de momento Bruno, poner en orden un montón de cosas dame tiempo - no habría nada entre nosotros mientras eso no sucediera. Luego Nell podría hacer lo que quisiera rompí todos mis acuerdos en unas horas - ¿Entonces un chocolate al día? - Reí - ¿empezaremos de nuevo a partir de ahora? - No, nada de empezar ahora, mejor mañana y te diré lo mismo al siguiente día - dibuje un camino de besos hasta su boca - y el día siguiente... y el siguiente... y así... siempre La noche se nos vino encima en la burbuja que habíamos creado, lo sé, no pude irme ni por voluntad. Pase la noche a su lado y podía jurar que se sentía tan bien dejar atrás el peso del mundo solo para estar entre sus brazos. No niego que pensé en que había metido la patota hasta el fondo,

que finalmente había sido todo culpa mía, el llevarlo a aquel parque, invitar a su familia a cenar y decirles que era enfermera, decirle lo de mi padre y dejar que me acompañara a casa. Por si no fuera poco jugármela a todas con el atorrante de su abuelo. La cereza del pastel, besarlo hasta quedarme sin aliento en lo que podía deducir como seducción, ¿a dónde había ido a parar nuestro contrato y todas sus clausulas? ¿y lo que acordé con su abuelo, era dejarlo o amarlo aun mas?. Ya no podía pensar me rendí a que pasara lo que tuviera que pasar. Esa mañana lo deje descansar así dormido se veía tan tranquilo inocente de todo lo que su abuelo había hecho. Acaricie despacio su cabello y con cuidado de no despertarlo me escabullí a la cocina, me hice un moño en lo alto sentándome a mirar el hermoso día, apenas amanecía ese lunes tomando una simple tostada pensando en lo hermoso que sería vivir lo nuestro sin tener consecuencias. Irónicamente habíamos fingido por un mes que era real y justo cuando comenzaba a serlo tenía que simplemente terminar. Le di una mordida a mi tostada entre suspiros, la gran pregunta ¿y ahora que? miré el amplio jardín y el bonito cielo sin pensar en nada mas, no lo sentí llegar, solo sentí sus manos rodear mi cintura y su boca sobre mi cuello me hizo cosquillas - ¿Por qué no estás en la cama conmigo? - mordió mi tostada - Porque es un día muy bonito, tú tienes que trabajar y yo volver a casa - ¿Sigues con eso? ¿Tienes tantas ganas de dejarme? - giré y lo abracé - no puedes solo usarme sin pagar por ello

- No tengo dinero, dejare un pedazo de mi alma empeñada te lo prometo – me sonrió negando con la cabeza - No es suficiente, quiero que te quedes - Tenemos que darnos el tiempo para poder empezar Bruno... - Yo creí que habíamos empezado algo... - George vendrá por ti, necesito que me lleve a casa - Buenos días - ambos miramos a Maritza - ¿¡que es lo que están comiendo!? - abrió los ojos con sorpresa, al parecer era lo único que le sorprendía - ya mismo les preparo un desayuno como es debido, es muy temprano ambos deberían volver a la cama - ¿Lo ves? Maritza está de acuerdo – reí y ella nos sonrió con dulzura como mirando un hermoso cuadro George también se dio cuenta y es que era casi imposible disimular o ser los mismos. Ya no había contrato entre nosotros justo dos días antes de vencerse, lo mire por el retrovisor y en mi mente todo se hizo más claro. Cuando dejó la maleta en el departamento, cerré la puerta y lo mire fijamente - ¿Piensas contarle esto a Nell? - No sé de qué habla señorita - La única persona que ha estado con nosotros eres tú, sabe cosas que nadie más, cosas muy nuestras que estaban dentro de nuestro acuerdo - Lo siento mucho Diane – suspiró - pero él es muy persuasivo y me presionó - se veía afectado - ¿Por qué? me dijiste que le tenías cariño... ¿George en donde está tu lealtad?, confía en ti

- Quiero mucho al joven Bruno, pero ha tomado caminos que francamente lo creí perdido. Sin la intervención de su abuelo no se hubiese recuperado de Jazmine aunque parezca lo contrario, luego esas mujeres y... la bebida. No lo conoce del todo la presión de su abuelo para que encontrara a alguien digno... lo estábamos perdiendo, ya no era el mismo, se hacía cada vez más como Nell - ¿Entonces tendría que hacerme digna para él ante los ojos de su abuelo y tú le contabas todo? - No, no lo entiende aun... - hasta que subió al auto y pase el día con usted... lo supe enseguida, Bruno me contó de su contrato y si no supo darse cuenta desde el comienzo que lo suyo podía ser real yo si, por eso le conté, por ello él decidió probarle era una mujer diferente. Su alegría, su autenticidad era lo que Bruno necesitaba para volver a creer, para querer luchar de verdad por alguna relación real. - Entonces según tu percepción superé todas las pruebas de su abuelo... menos esta, no pude dejarlo y aun no estoy convencida. - No lo sabe, pero... está convencido de que no saldrán de esta... si le sirve de algo lo único que hará que Nell acabe con todo esto está en las propias manos de Bruno no en las suyas, él debe ser digno de una mujer como usted. En un principio no entendí absolutamente nada de aquello. ¿Que debía hacer él ante los ojos de su abuelo?. Me dejo pensativa, pero tenía tantas cosas que poner en orden que no le di importancia lo más probable era que Nell se enterara que incumplí mi palabra y lo que más me aterraba era que le hiciera cobrar a él por ello con su acuerdo por la empresa. Le envié un mensaje a Ann contándole que había vuelto y me entretuve con un montón de papeles de la

universidad y el hospital, de algún lado tendría que sacar adelante un plan porque pecaría de orgullosa, pero no aceptaría el dinero de ninguno. ¿Cómo fui de ingenua al pensar que de verdad fingir ser la novia de un hombre como ese era un empleo?. Tenía que admitir que más que por dinero me pareció divertido y caí presa de mi propio juego. Ann respondió mi mensaje con un "llegaré tarde" y que preparara algo de comer, puse los ojos en blanco realmente había vuelto no había nada en la despensa ni en el refrigerador. Después de todo, ¿cuando hubo algo más que cereal, pan, leche, galletas y jugo?.. En un mes me mal acostumbr a tenerlo todo en bandeja de plata y antes ambas solo llegábamos a dormir, a veces, así que decidí ir al supermercado y hacer lo que tenía que hacer desde un principio. Llegue esa Noche con mas líos que resolver de los que tenia. Tire sobre el montón de papeles los otros y con un suspiro me propuse cocinar aquello si se me estaba dando muy bien, mientras estaba concentrada no dejaba de darle vueltas a la cabeza al igual que al guiso. De pronto sonó el timbre y pensé que la despistada habría dejado las llaves quien sabe donde. Deje todo para atender rápidamente, en la puerta apareció un muchacho y me sonrió, al confirmar mi nombre me entrego dos pequeñas cajas plateadas era del servicio de mensajería. En ambos paquetes por separado había un chocolate con una nota El primero "Ya te extraño" el segundo "y mucho". Reí, él era más dulce que eso nunca lo hubiese imaginado. Tome mi teléfono y envié mi mensaje "ven a cenar conmigo así conocerás a Ann" respondió casi de inmediato, "no puedo, tengo una cena de negocios, ven conmigo" Re:"no puedo, cenare con Ann" y allí estaba, la realidad lejos del contrato, su vida y la mía "¿Cenamos mañana?", pensé que

responderle, no era bueno que nos viéramos George le contaría a Nell Re:"Quizá" Amontoné los papeles en una carpeta dejándolas de lado me tocaba un día duro para resolver aquel embrollo, pero no mas por ese día. Ann llego como siempre a las carreras y famélica me abrazó como si no me hubiese visto en siglos yo ya tenía todo preparado - Espero que esto signifique que me contaras todo – hice una mueca - Quizá no te gustará, pero si lo conocieras... - ¿Conocer a el hombre con el que trabajas o con el que sales? - A el hombre del que me confieso atrapada que no es ninguno de los dos y fue ambos – alzo las cejas La comida se hizo larga y al escuchar de mi boca mi propia historia de aquel contrato y como había acabado todo parecía descabellado, parecía que había vivido una vida en tan solo poco más de un mes, Ann estaba anonadada. Hizo algunas preguntas clave, pero seguía mirándome como sin saber que decir - ¿Que harás? - Eso es precisamente lo que no se - Yo hubiese aceptado el dinero del vejete y le hubiese dicho a él la clase de carroña que es - Si lo hubiese hecho entonces pelearían y no cedería con lo que tanto le ha costado, Nell habría convencido a Bruno que sabía lo del contrato desde el principio y yo estuve de acuerdo. Hablaron esa misma noche según mi respuesta, aun creo que ese es su plan

- ¿Cómo es que no ve todo lo que hace su abuelo?. Es una locura de familia - Creo que en el fondo él sabe lo que es capaz solo que le cuesta creer que llegue tan lejos, es su abuelo después de todo y aun no sabe todo lo que ha hecho. Desataría huracanes entre los dos, romperían lazos a días de que le deje en paz al fin - Resopló – ¿como fuiste a meterte en semejante lío? Y ahora si no aceptas el dinero de Bruno Evans que para serte honesta seria como si te pagara el rato como una cualquiera muy a pesar del contrato más que roto, ¿como pagaras la matricula?. Por ello hiciste esto - Lo resolveré. Hoy estuve hablando con el director del hospital me tendrán una respuesta mañana, renegociaré con la universidad un modo de pago, aunque me exigen la totalidad puedo llegar por lo mínimo a un 80% del total quedándome básicamente en la ruina porque mi sueldo iría a parar al préstamo y el resto a Michigan. - ¿Por que no vendes las joyas y los vestidos?. No valdrán lo que costaron, pero si mucho – sonreí - Que buen plan Ann, no tengo esas joyas las deje en su casa, pero aun tengo conmigo algo que si vale muchísimo ¡Gracias! - Que sirva para mas que traerte dolores de cabeza esa relación, estoy de acuerdo contigo que no debería empezar aun. Si él es como dices y su abuelo tan desgraciado, por ti o por cualquier tontería explotarán tormentas hay demasiada porquería entre ellos – Tenía razón – Diane... quiero que seas feliz y me alegra que encontraras en él tanto, pero... ¿lo has pensado? ¿Están preparados ambos para esto?. No es una forma normal de comenzar algo con

tantas cosas por decir y con un contrato loco de por medio. Quizá la pasión les ganó y se refugiaron uno en el otro créeme se dé que te hablo, pero una cosa muy distinta es la vida real, el día a día, las ocupaciones, el mundo en él que vive y en el que estas tú, no quiero arruinar esa sonrisa que traes cuando lo nombras, pero... es demasiado Si, si y mil veces si lo había pensado. Solo que no quería admitirlo por lo pronto debía resolver por mi cuenta. Al día siguiente después de firmar mas deudas los junte con mis ahorros y fueron un 75%, si me tocaba poner en venta esos preciosos zapatos... reí al recordar pequeños momentos de esa vida de lujos. Yo pude adaptarme a ella porque me metí en la cabeza que estaba trabajando, porque mi deber era hacerlo, ¿pero en realidad estaba dispuesta a algo así?, ¿cuando mis cómodos zapatos deportivos eran mis compañeros eternos? ¿Y él? Podía ajustarse a estar sin chofer y pasar mucho tiempo en actividades sencillas?. Un día en el parque había estado bien, pero estaba acostumbrado a tenerlo todo, ¿que sabría de vender zapatos para cubrir deudas?. Esa noche abrí la puerta y no le aparté la mirada hasta que entró abrazándome e invadiendo mi boca. - ¿Podemos irnos ya? - ¿A dónde? – no ves que estoy en mi mejor momento, vestía un suéter de lana y pantalones cómodos, estaba en casa y evidentemente no saldría de allí - A cenar – levanto una ceja – en eso quedamos ¿lo olvidaste? - ¿Tu olvidaste que fue un quizá?. Además para que tenemos que salir aquí podemos comer algo, cocinare y....

– miraba el departamento, era la primera vez que estaba allí – ¿Es muy pequeño para usted? - No, pero es pequeño, no sé por qué lo imagine más grande - Comparado con su mansión es el cuarto de servicio – ¿en donde esta Ann voy a conocerla? - Hoy tal vez no llegará esta... con un amigo – hice un ademan – eso fue ayer - No pude venir – se dirigió hasta la mesa y comenzó a revolver mi desorden de papeles – ¿que es todo esto? ¿Contabilidad? - Eso... - lo recogí todo a las carreras y lo guarde en la carpeta - son muchas cuentas - Frunció el ceño – ¿necesitas dinero? - ¡No! - ¿Por que eres tan orgullosa? - Bruno he pasado mi vida resolviéndola sola, puedo hacerlo - Pensé que ya no estabas sola – entrecerró los ojos ¿Por qué era tan difícil? No se podía negar que algo le había aprendido a Nell - ¡Bueno basta!, preparare algo y cenaremos aquí – me abrazó – o pedimos la comida y mientras esperamos... beso mi boca tiernamente no me dejaba pensar - ¿Tiene que hacerse todo como digas? - Cenaremos aquí eso es ceder – y la única que cedía era yo No hablamos demasiado la verdad era que no quería hablar, aunque si aprovechamos el tiempo. Finalmente se quedo conmigo abrazándonos debajo de las sabanas. Al despertar ya no estaba, había caído en un profundo sueño

en el que ni siquiera soñé, simplemente descanse como hacía mucho tiempo no lo hacía. Para cuando salí de la habitación despeinada y adormilada estaba en la cocina tomándose un café con Ann, abrí los ojos despertando por completo - Pensé que dormirías hasta medio día, no parecías querer despertar – llegue hasta él mientras Ann me extendía el café haciéndome una seña con los ojos sonriente – ¿Descansaste? – le di un sorbo a mi café mientras él besaba mi frente y asentía - Vaya sorpresa la de esta mañana al encontrar a semejante hombre en este departamento, ¡Ah Diane, no me dijiste que era tan guapo tu jefe! – note su sarcasmo – generalmente era yo la que me topaba con sus amigos y hacia bromas - ¿Guapo? es bastante común, no parece un príncipe sólo es mi jefe - Legalmente desde hoy ya no soy su jefe y esto es una misión cumplida, querías que conociera a Ann y ya está – miró el reloj... debo irme George pasara por mí en dos minutos – me beso rápidamente en los labios y salió sin más palabras despidiéndose de Ann - ¿Que fue todo eso?... – Ann parecía más sorprendida que hace dos noches cuando se lo conté – Con razón decidiste firmar un contrato, yo vendo mi alma también por uno así. Se quedo contigo anoche – sonrió con malicia – estás en verdaderos problemas no puedes perder a un partido como ese - Recordé sus palabras "¡Soy un buen partido dicen!, nada más"- Es un buen hombre

- Y te adora... será mejor que le vayas contando todo el numerito con su abuelo antes de que lo pierdas por algo tan asqueroso – Deje caer la cabeza con cansancio estaba claro que no nos dejaríamos, tenía que hacer muchas cosas lo llamaría y hablaría con él antes de que Nell descubriera que mi palabra no había valido de nada. Miré por la ventana era un día gris volvería a dormir un rato más si es que podía, estaba mentalmente agotada. Esa tarde recibí una llamada, conteste tan rápido que no vi el número. Estaba lloviendo a cantaros como si se fuese a caer el cielo y yo corriendo de un lado a otro. Paré en una esquina sacudiéndome en vano el agua escuchando a una mujer al otro lado de la línea confirmando mi nombre, solo me dedique a tratar de escuchar entre el sonido de la lluvia no entendí casi nada de lo que decía. Hacia un ruido enorme finalmente me comunicó con alguien - ¿¡Bruno!? - Esta hecho Diane, Buen trabajo. Solo eso y me había colgado el teléfono, me dieron ganas de ahorcarlo. ¿Está hecho? ¿Buen trabajo?. En mi teléfono con la pantalla humedecida podía ver correos de entrada uno de ellos del banco, respire profundamente, el monto era específicamente el doble de nuestro contrato. ¡BRAVO! Nell era mucho más rápido que yo. ¿Que esperaba si no cumplí con nuestro acuerdo?, estaba mojada, indignada y furiosa al mismo tiempo. Subí a un taxi a la carrera y fui directamente a donde tenía que ir. A el banco entré goteando y fui a la caja con pasos firmes, con mis jeans azules empapados y mis zapatos de goma dejando marcas de agua.

- Quiero retirar todo esto - le pasé el monto en un papel humedecido - en efectivo - La joven castaña abrió los ojos con sorpresa mirándome como si estuviese fuera de mi y así era - Señorita, no podemos hacer tal cosa es un cantidad muy grande y... - ¿Es mi dinero o no es mi dinero? – estaba más que alterada - Si, pero para retirar tanta cantidad en efectivo debe ser autorizado por el gerente con anterioridad - Entonces quiero hablar con él – me miro finalmente como si estuviese loca, pero fue en su búsqueda - Espere un rato innecesario a que apareciera el gerente, caminaba de un lado a otro chorreando agua. La gente empezaba a mirarme mucho – ¿Señorita? - giré a la voz calmada - ¿puede pasar a mi oficina por favor? – ¡cómo no! Me tendió una toalla que agradecí y me senté frente a él – Veo que desea retirar por completo esta suma, es la misma que ingreso hace una hora en sistema. Nuestro deber es asesorar al cliente, si lo desea podemos hacerle un cheque de gerencia - Necesito eso en efectivo - Me temo que es muy complejo que arriesguemos su seguridad por tal cantidad.... - Mire, no tiene que entender, ¿este es un banco cierto? ¿Y ese es dinero a mi nombre? – asintió – entonces consiga una bolsa de basura y colóquelo dentro le firmo lo que quiera - No se trata de...

- ¿Puedo hablar con alguien más?, ¿Alguien que me soluciones esto? no me importa esperar con tal de que hagan lo que les pido – no tenia paciencia - Hare que hable con el Gerente de operaciones – descolgó su teléfono y llamo directamente mientras se me desataba un dolor de cabeza, ni siquiera podía pensar con claridad Está en camino, bajara personalmente a atenderla Al cabo de unos 15 largos minutos entro un caballero elegante. No iba así vestido cuando lo conocí puse los ojos en blanco, debí tomar el dinero del club hípico -¿¡Diane!? – me miró de arriba abajo no era ni parecida a la chica linda de aquel club, estaba hecha un completo desastre furioso y mojado - Hola, ya sé que esto es una petición difícil y que el banco tiene políticas, pero necesito ese dinero en efectivo ahora - ¿Bruno sabe que estas aquí? – no, pero se va a enterar de eso no hay duda - Precisamente al salir de aquí iré a verlo – frunció el ceño Por favor, ¿puedes ayudarme?, compuse mi mejor mueca llorona e inocente, eso debía funcionar. - Pidió al hombre que los dejara a solas y trajera un poco de café caliente para mi, así sería mi apariencia – Ciertamente hay políticas, no entiendo cómo es que quieres todo eso en efectivo, existen otras opciones que... - Lo quiero en efectivo ahora – la vena de mi sien se me iba a reventar, no lo miraba y no podía controlarme, no quería, ya estaba harta - ¡Bien!. Entiendo y espero que entiendas tambien que Bruno es un gran amigo y cliente no puedo enterarme que su novia estará por allí con una suma considerable de

efectivo sin avisarle. Resolveremos esto Diane, dame cinco minutos – salió del lugar al tiempo que llegaba mi café ¿Pero qué clase de circulo vicioso era este que ni siquiera podía dar un paso sin que lo supiera...?. Eso me pasa por ostentar un cargo tan alto como la novia de Bruno Evans, ¿que mas daba?, podía hacer lo que quisiera con mi dinero ¿o no?. Sonó mi teléfono y esta vez sí voltee los ojos dejando escapar el aire al contestar - ¿¡Que demonios estás haciendo!? - ¿¡Que demonios haces tú!?, es mi dinero me lo he ganado bastante bien y deberías agradecerme por tan buen trabajo tuve que soportar bastante tus malcriadeces. Haz que el banquero me de lo que le pido – fue mi turno de tirar en teléfono, ¿La ex esposa habrá tenido que pasar por esto y finalmente la volvió loca? – respire - no estoy enferma... solo furiosa - Diane... George viene en camino va a llevarte segura y te daremos el dinero en efectivo - resolvió al fin el caballero que no tenía la culpa de mi ataque de rabia Como prometió preparo todo en un bolso para que me lo llevara. En 20 minutos mas estaba más tranquila, aunque nada podía evitar lo que pasaría. George entro a la oficina y me miró apenas, yo si le clave la mirada acusadora todos teníamos parte de culpa, tomo el maletín y agradeció al banquero que se despidió de mi con una mueca y yo emití otra que transmitía mis disculpas y agradecimiento. Al subir al auto me pregunto a donde iría - ¿A dónde crees que voy? - le pregunté irónicamente de vuelta - Señorita... es mejor que deje que se calmen las cosas...

- No quiero - Ustedes dos tienen muchas cosas en común, cuando se calmen... - George, hazme un favor. Cuando me dejes en la puerta de ese enorme edificio llama a Nell y dile que tendrá lo que quiere No volvió a mirarme por el retrovisor ni a emitir palabra, tampoco permití que me acompañara. La última vez que había estado allí fue hace exactamente un mes cuando firmaba ese contrato. Conocía el camino y evidentemente le habían avisado de mi llegada, sentí todo aquello como un jodido dejavu cerraría un ciclo y volvería a mi vida. Tenía demasiado que solucionar como para lidiar con el capricho de un viejo y la malcriadez de un niño. La secretaria me miro con sorpresa aun tenía el cabello semi humedecido y despeinado además de vestir inapropiadamente informal como para pisar ese edificio. Quiso acompañarme, pero le indique con la mano que no era necesario, el bolso era pesado aunque la adrenalina que llevaba dentro lo hacía ligero a mis pasos ni siquiera miré al rededor. Pase las puertas de vidrio esmerilado y él estaba allí sentado con montones de papeles frente a Sam ¡Genial! Parecía todo planeado de principio a fin, el destino si era un jugador cruel y preciso. Me saludo con cariño, pero en seguida noto que no llevaba ánimos de nada - Sera mejor que me vaya y los deje solos – No pudo ni moverse unos pasos - ¡No!, estamos trabajando Sam y tú no puedes venir aquí sin una cita o aviso previo – dijo con dureza - Me importa muy poco sabias que vendría

- ¡Es mi señal!... espero verte pronto Diane – beso mi mejilla y salió de la oficina. Con rabia él se levanto de su cómoda silla para enfrentarme, me erguí para darme seguridad. - ¿A que viniste? - A decorar tu oficina – abrí el bolso y tiré el contenido a sus pies con una rabia que jamás había sentido, se veía el montón de billetes nuevos esparcidos a nuestro alrededor - Sabía exactamente que harías eso Diane, esto fue lo que acordaste con Nell eres predecible. Aunque jamás imagine que harías una rabieta de este estilo - ¿¡Rabieta!? – me pagaste no solo lo del contrato esto es una basura, resulta que también pagaste también por lo que hubo entre nosotros - Si no fueras casi un médico juraría que eres actriz... Cumplo con nuestro contrato - ¡Por favor Bruno! Ni siquiera sabes la diferencia. Tu ex esposa lleva actuando años para darte lastima y todo eso patrocinado por tu querido abuelo, ¿Te diste cuenta? ¡tal vez si!, pero es mas cómoda la mentira cada quien arregla su vida como puede, lo que creo es que sigues queriéndola de cualquier forma. Deberías ser tu quien gane un Oscar – me miró con evidente sorpresa – hubo un silencio que nos apaciguó, era una verdad muy cruel - ¿Que te diferencia de ella? - ¡Vaya! ¿No mediremos limites cierto? – precisamente por esto no quería decirte, no quiero que te enfrentes con Nell y por orgullo rechaces lo que te pertenece hay mucho mas en juego por tu parte por la mía era arriesgarme a esto, a que creyeras a tu abuelo. Yo soy una recién llegada a tu vida es

fácil pensar lo peor de mi por eso te oculte que Nell me ofreció dinero - Desde un principio querías mi dinero - Yo... acepte estúpidamente y por desesperación un juego absurdo por dinero y ahora... piensa lo que quieras, aquí lo tienes - Ya tienes resuelto todo gracias a Nell, ¿para qué lo querrías? – deje escapar el aire audiblemente - No acepte su dinero ni el tuyo, esto es.... Humillante - No mientas mas Diane – se acerco mucho a mi pisoteando los billetes como si fueran hojas, podía ver mi rabia reflejada en sus ojos – Nell pago por completo tu matricula mas todos los aranceles. Pago por seis meses el Colegio de Tommy y su intercambio en Japón, además de la clínica de tu padre por un año. ¡Todos tus problemas resueltos!, ¿ahora me dices que no lo aceptaste? – ¿como es que paso todo eso? me quede de piedra, fue un golpe muy bajo, cerré los ojos con cansancio y suspiré - No lo sabía yo... - se hizo un nuevo silencio entre los dos nunca podre devolverle eso - musite y de pronto todo se volvió calma - Estuviste todo este tiempo confabulada con él admítelo quiero escucharlo de tu boca, ¿cual es la verdad?– me hablo con tristeza – todo este tiempo en que creí que eras real era mentira - ¿De verdad lo crees? – mis ojos se llenaron de lagrimas y me miro de una forma en que dolió - No sé que creer ni en quien creer – esta vez el silencio fue una tortura, ¿que mas habría por decir?

- Todo esto fue un error y mi única verdad está aquí conmigo... Bruno... , si es cierto lo que dices... - Es cierto - cerré los ojos incapaz de decir alguna palabra o moverme - Entonces se aseguró que de cualquier forma recibiera un pago. A tus ojos todo encaja a la perfección me sentí su marioneta creía que podía pensar como él ese realmente era el fin, no me miraba - Te Quiero... y quiero que seas muy feliz, aunque no sepa en donde estés, aunque tu abuelo se valga de tretas tan bajas para demostrar que somos capaces solo de decirlo - me acerque acariciando su cabello y al fin me miró - por favor ve por tus sueños, yo iré por los míos y si la vida es suficientemente buena, si buscas dentro de ti y descubres que lo de menos fue ese contrato nos volveremos a encontrar, algún día - Acaricio mi rostro no sabía que estaba llorando hasta que él removió una lagrima en mi mejilla – ¿Me quieres? - En este momento quiero zarandearte como un niño que se porta mal. Estás siendo el más grande de los imbéciles – sonrió con tristeza - Pero te quiero y esa es mi única verdad, sólo puedo demostrartelo así ahora - Nell me conto una historia y... sé que es capaz de muchas cosas... - Me dio un cheque. Ese sobre que me entregaste... lo devolví a cambio que dejara de pagar a tu ex esposa y te dejara en paz - Pero dijiste que Nell solucionaría tu vida y fue lo que hizo - Fue mi error quería creer que podía engañarlo ocultándote todo, pero seguí a tu lado es muy astuto, no pude, no pude ni decirte de la horrible forma en que me presionó y jugó

conmigo, siempre supo lo del contrato – lo mire fijamente a los ojos – prométeme que no le dirás, hazle creer que ganó que te firme todo y te deje libre.. - Entonces... tendremos una vida que no podrá ser posible juntos. No por un tiempo, no cuando tu estarás concentrada en tu residencia y yo en el proyecto - Quiero que hagamos esto Bruno, con toda nuestra valentía – acune su rostro – ve por ello te lo mereces – me abrazó con fuerza y luego acaricio mi cabello - Tenemos cosas que hacer, mucho trabajo por delante, uno real aunque no sea juntos – me aleje sintiendo como se rompía mi corazón - No hay otra forma de pagar.... Con dinero o con un pedazo de tu alma, finalmente ambos tendremos lo que deseamos por lo que inicio todo esto - No me rindo fácil Diane - le sonreí Tome mucho valor para darme la vuelta y cuando estaba a punto de salir pronuncio mi nombre. Casi ni me dio tiempo de abrir, llegó hasta mí y me besó de la misma forma que yo lo hiciera unas noches atrás, me beso profundamente dejándome sin respiración sabía lo que significaba. Salí muy rápido antes de que me arrepintiera no volví a mirarlo, tenía un nudo en mi garganta, un dolor intenso en el pecho. Habíamos tomado la mejor decisión por los dos, no siempre se obtiene lo que se quiere y se necesita al mismo tiempo - Un chocolate al día – decía su mensaje y reí entre lágrimas. Sería más dramatico si escuchara a Roxette cantar It must have been love, pero esta es la vida real y la experiencia para ambos debe haber valido. Los finales felices no son

como las películas hay que trabajarlos y ganarselos con el tiempo. El tiempo es cruel, pasa sin que te des cuenta o tal vez la vida cuando se está bien pasa muy rápido. No sabría explicar exactamente como sucedió mi vida después de ser contratada como la novia de un millonario excéntrico, pero podría decirse que después de esa experiencia la cambio por completo. Le di más valor a ciertas cosas que creí que no eran para mi, aprendí a no creer en los prejuicios y sobre todo me enseñó que el querer a alguien no significaba que deba permanecer constantemente a tu lado ni que demuestre su cariño de la misma forma. Hay personas que siempre se querrán aunque estén lejos, aunque vivan su vida de una manera en la que no estés de acuerdo, eso no acaba con el cariño. Habían pasado 5 años. Mi padre se había recuperado transformándose en un hombre diferente, el hombre que siempre quise ver. Hacia un par de años se mudo a Chicago para estar cerca de mi ya que Tommy se había ido a la universidad. Vive en un departamento, aun no me lo dice formalmente, pero sé que hay alguien en su vida que lo hace sonreír y si él es feliz yo lo soy más. Ann no había cambiado y nunca lo haría, su esencia era vivir el momento que la hacía feliz aunque sorpresivamente era una mujer casada. Había encontrado un compañero igual de aventurero, a estas horas estarían en alguna isla disfrutando de unas vacaciones reinventando cada vez más su historia como si acababan de conocerse, a ella le costó mucho atraparlo y una vez que lo logro no se separaron. Hay aventuras que pueden durar una vida si nos lo proponemos, eso depende de con quién decidas vivirla.

Subí a mi auto estaba agotada. Me había convertido en médico internista y aunque tenía un horario más parecido al de una oficina terminaba totalmente cansada con días tan largos como ese, mire el reloj, las siete. Mientras conducía coloque música en la radio y una canción trajo mi mente un recuerdo, me gustaba tanto que la cantaba mucho en una época que me dedique brevemente a servir tragos, era inevitable pensar en él.. Bruno... en el día en que nos conocimos, en el que nos despedimos. Para él también todo había cambiado, se había convertido en padre por lo que su mundo ahora le pertenecía a ese pequeño y Nell era un hueso duro de roer. No estaba bien, pero tampoco había muerto aun. A mí no me había ido tan mal, tenía una casa a la que podía llamar hogar, era de fachada gris sin nada especial a la vista, solo era igual a las otras una más del precioso suburbio que estaba relativamente cerca del centro. Los niños jugaban en bicicleta mientras pasaba y una abuela me saludo con entusiasmo desde la entrada de su casa, no la conocía mucho al parecer ella a mi si, me hizo sonreír. Estacione el auto en el garaje mientras apagaba el motor y sentía brevemente el silencio después de tanto ajetreo en el hospital. Me quede unos minutos allí hasta que decidí entrar, las luces estaban apagadas, encendí solo la del comedor mientras me deshacía de mis zapatos, finalmente eran altos después de todo podía usarlos a menudo, no eran costosos pero los adoraba. Subí las escaleras en completo silencio y abrí la ducha para darme un relajante baño. No era como aquella bañera del Millenials, pero si muy agradable, reí, ese día había pensado mucho en aquel bar. Cante esa canción pegajosa nuevamente mientras el agua tibia caía en mi rostro, ¿Me estaría volviendo nostálgica?. La cama me hacia ojitos y me atrajo como un

imán, pronto me quede profundamente dormida en aquella tranquilidad que realmente apreciaba. Me removí despacio y abrí lentamente los ojos. Mi vista se nublo un poco, pero finalmente logre mirar los rostros que tanto amaba, sonreí, ambos dormían a mi lado no sentí siquiera cuando habían llegado dormían profundamente, él nos abrazaba totalmente vestido. Estaría muy cansado para haberse quedado así, no los quise despertar y para ser honesta ese era el momento que yo podría definir como pequeña felicidad, ¿estaba soñando?, volví a cerrar los ojos y la realidad se confundía con sueños maravillosos. Flashback La reunión estaba pautada para las (10:00am del viernes). Llegue primero y me senté en la enorme sala, no sentía ni una pizca de rabia, ni tristeza, por primera vez en mucho tiempo estaba en paz. Sabía perfectamente lo que quería, como lo conseguiría y cuanto tiempo me tomaría. Nell entro unos minutos después así que me levante para recibirlo cortésmente, palmeó mi hombro con una sonrisa. Si algo había aprendido durante años era a no confiar en ella, siempre escondía segundas intenciones. Se sentó frente a mí y me miró haciendo eso que tanto le gustaba, tratar de adivinar mis pensamientos para adelantarse como buen jugador de Póker - ¿Tus abogado no van a entrar? - Aun no... les pedí unos minutos a solas, tenemos que hablar – me recline del asiento, siempre era él quien hablaba algo tramaba, lo sabia– ¿Como está nuestra linda chica? – deje escapar el aire irónicamente

- Sabes muy bien como está estas al tanto de su vida, no sé nada de ella desde hace un par de días cuando se venció nuestro contrato - Si... ese contrato... La última vez que tuviste un contrato con una mujer debiste pagar mucho dinero por ello, sigues pagando te costo más que eso y... Sólo se puede pagar con dinero o con una parte de tu alma, ¿que le diste a la señorita Price? - Mi corazón, tu le diste el dinero - Me enteré que intentaste cerrar su acuerdo y te entrego el total del contrato que firmaste con ella en muchos billetes – rió como si aquello hubiese sido un chiste a mi no me lo parecía. Me acomode en el sillón no discutiría con él – ella es sorprendente - ¿Haremos esto o no Nell?, no vine a hablar de Diane contigo - Yo sí, ella es la razón por la que estamos aquí fue mi condición y ¡está hecho! – ¿la buscarás ahora? - A partir de hoy lo que haga con mi vida privada es solo mía, no intervengas - No lo haré esto es una promesa, pero si dejas escapar a esa mujer será el peor error de tu vida Bruno... incluso cuando ya llevas unos cuantos a cuestas y te has vuelto un experto - Después de lo que le hiciste para que sucediera exactamente lo que querías si la quiero de vuelta tengo que ganarme su amor, su confianza - ¡Exactamente!... George me hablaba de ella con tanto entusiasmo, hasta sonreía, fue tanta mi curiosidad que tenía que conocerla para mí era una chicha más que habías

seducido, pero a esta fue únicamente con dinero y no niego que enfurecí cuando me entere de lo que hiciste...¡Contratar una novia! ¿En qué cabeza cabe? - Entonces fuiste al club con esa intención, con la vil forma que tienes de probar a las personas - Si.. fui con la intención de demostrarte que no era forma de jugar, entonces le di la oportunidad de irse voluntariamente cuando consiguiera de otra forma lo que necesitaba de ti. Fue la primera vez que me sorprendió volvió a reír como si recordara aquello como una travesura suya - estaba más feliz de haber ganado que por llevarse el dinero, cosa que no hizo. A decir verdad me pareció muy raro, seguro la habías puesto al tanto y todo fue un plan, coincidimos de forma muy natural no soy creyente de las casualidades. Luego George... no lo culpes en realidad trabaja para ti. Solo le pedí esto como un favor mas por ti que por mi quería conocer las verdaderas intenciones de ambos en todo esto, te ha hecho un favor y tengo mis propias fotos adorables de ese día – me entrego su teléfono y al desbloquearlo aparecieron una tras otra fotos del parque, de nosotros como par de niños jugando, ¿como es que George había estado allí todo el tiempo sin que me diera cuenta? – ¿son hermosas no es cierto? lo más real que he visto en años, me dejaron totalmente confundido por eso los invite a la hacienda. Quería constatar con mis propios ojos que lo suyo aunque empezó siendo un contrato se fue convirtiendo en algo verdadero, incluso antes de que tú supieras quien era esa chica realmente yo ya sabía todo, ¡vaya niña para meterse en deudas como esas solo por su familia y sus metas!... de cierta forma me sentí identificado, aunque no lo creas. Las deudas con mi familia siempre tuvieron que ver con dinero era eso o estar con ellas, sabes lo que elegí - fruncí el ceño, frente a mi

estaba no solo Nell el hombre de negocios hermético, ¿era mi abuelo? - no quiero que eso te suceda y solo tengo una duda... viajaste con ella a conocer a su familia ¿por que? - Nell no se a donde quieres llegar con todo esto - Solo Contesta eso Bruno - Me di cuenta que no había firmado ese contrato por avaricia sino por ellos, me di cuenta que estaba tan sola como yo aunque tuviera mucha gente a su alrededor. Quise verlo, estar allí para ella y apoyarla porque sentí que lo necesitaba... además no tomó ese dinero y había hecho feliz a mi familia. Los hubieses visto, se sentía como cuando mis padres vivían. - Creí exactamente lo mismo, no había tomado el dinero que era algo que solucionaría definitivamente sus sueños de hacerse médico. Ella pensó en ti antes, en lo mismo que tu cuando decidiste ir a conocer a su padre y su hermano. Ese contrato los ataba por intereses personales y pensaron primero el uno en el otro, lo que si me sorprendió fue que no se dieran cuenta hasta el final, así que solo presione un poco. No creerías que ella sintiera algo por ti si no lo decía Bruno, estas tan roto por dentro gracias a esas mujeres que no abrirías tu corazón a menos que ella lo hiciera primero meneó la cabeza - Un par de orgullosos necios - Aun así Nell no debiste hacer esto, fue totalmente innecesario - ¿Eso crees? ¿que paso luego?, ¿como es que pasaron de regirse por un contrato a enviarlo directo al demonio?. Lo que me lleva a la conversación que tuve con ella, la obligue a decidir, pensé que si elegía el dinero era todo una farsa, las segundas veces no son casualidades y volvió a sorprenderme. No acepto mi dinero por ti, allí supe que

debía desistir ella había ganado, tu habías ganado y yo también - ¿Entonces por que seguiste con esto? ¿por que pagaste todas sus deudas? Me dijiste que ella estuvo confabulada contigo desde siempre - Por que tenias que verlo, ver lo que hizo para no aceptar nada de nosotros. No basta solo con decirlo y tu tenias que hacer algo por ella, a veces hacemos cosas por amor que se aprecian mal - hacer algo por ella... ¿Dejarla ir? - Cumplir su sueño y el tuyo para ofrecerle más que problemas y un corazón destrozado – dio un golpe a la mesa - creer en los dos, porque el amor Bruno se trata de esto, de confianza, de trabajo en equipo, de saber arreglar las dificultades por el bien de ambos. No esa pantomima rebelde con tu ex esposa ni el capricho con la segunda mujer a la que le entregaste un añillo, ella llego a tu vida para enseñarte sobre el amor, ahora demuestra que has aprendido y espero te merezcas a una mujer como esa, de lo contrario es mejor que la dejes en libertad - Lo mire por largo rato sin palabras, entendí que en el fondo Nell con su dura forma de ser si me quería y quería lo mejor para mí. Sus métodos eran extremos y poco ortodoxos - ¿por que le pagas a Jazmine? - Ya no lo haré mas y verás como volverá a ser la misma de siempre, además esta es tu última lección. Hay quienes fingen quererte por dinero, venga de donde provenga y hay quienes el dinero no vale nada porque realmente te quieren, nada me ha complacido más en los últimos años que entregarle a ambos lo que merecen. Ella necesita concentrarse en su carrera no en montones de deudas y

tu... tu conciencia puede estar en paz solo cuando consigas quien le de paz a tu vida Ya lo sabía, me sorprendió que Diane me lo dijera y me lo gritara a la cara, pero si no dejaba ir el pasado completamente no tendría como abrir espacio para ella, para la mujer que quiero en mi vida. Nell tenía razón, en todo, no podía victimizarme ante eso no solo había cerrado mi corazón también mis ojos a mucha cosas. Le sonreí y note como sus ojos resplandecieron no hacían falta más palabras, sus abogados entraron y nunca había estado tan convencido de algo en mi vida. Al cederme todo Nell parecía feliz, se levantó y tomando mi hombro me dijo que era hora de jubilarse y que en unos meses esperaba poder escuchar del éxito de mi proyecto. No justificare la forma en la que actuó, pero sin duda había cambiado algo dentro de mí y se sentía muy bien. Daria lo mejor de mí para merecerme a la mujer que quiero ................. Solo sentí sus labios en mi mejilla, en mi boca, en mi nariz no quería despertar, pero lo hice sus hermosos ojos azules sobre los míos me hicieron sonreír. - Hola... - Hola Hola – giré y fruncí el ceño - Esta en su cuna soy excelente cuidándolos a ambos, los hago dormir y despertar cuando quiero – hablaba en susurros y su sonrisa hizo que lo abrazara atrayéndolo más hacia mi - Pues aprovecharemos esto... - escuchamos su llanto al otro lado de la habitación – eres pésimo, no volveré a contratarte estas despedido – susurré sin contener la risa. Se levanto para ir por él mientras me recomponía y solo

pedía abrazarlo, seguro era lo que quería después de fastidiarse todo el día sin mi - Lo puso en mis brazos y repartí besos por su cara – No puedes despedirme aun no firmo nada – reí al escucharlo - ¡es cierto! esto lo haces por voluntad, ¿pero mira esta carita? También seria voluntaria - Se acerco a mí y beso mis labios estaba algo raro muy cariñoso, más de lo normal – ya dime que pasa - Hay que bautizarlo pronto.... Y pensé que tal vez tu y yo... ¿podríamos casarnos? - ¿Por que me casaría contigo? - me sonrió con diversión - Porque tenemos un hijo, llevamos años juntos, porque tenemos un hogar - Eso no fue lo que acordamos - ¿Cuántas veces haré esto? – reí acercándome para besar su boca.. - Mañana intenta de nuevo... y al día siguiente, y al siguiente... y así.. siempre - Te amo – beso la cabeza del bebe – los amo - Y nos tienes, te amamos. Acaso eso no es suficiente - Me sonrió con ternura Flashback Aquel día había estado en el hospital por 40 horas seguidas, la sala de emergencias, atender y apoyar no habían sido fáciles los últimos seis meses. Tenía mucho trabajo y pronto comenzaría la residencia dejaría al asilo definitivamente para ejercer. Después de todo mi vida era esa no podía negar que no tener que pensar en el dinero que debía pagar era un gran alivio así que finalmente Nell

para ser franca había aligerado muchísimo mi carga. Iba directamente a casa a descansar y cuando llegue me detuve en seco un auto negro brillante estaba estacionado frente al edificio, mi corazón comenzó a agitarse ¿él estaría allí?. Fruncí el ceño y subí casi a la carrera hasta el departamento para encontrarme con una invitada. Paula se puso de pie y me miro con una amplia sonrisa, estaba muy cansada no procesaba el hecho de que estuviese allí y nunca espere encontrármela. Ann sonrió diciéndome que habían tenido una muy entretenida conversación mientras llegaba, parpadee, esperaba que no se hubiese enterado de aquel contrato... - Diane espero que no te moleste, pero he venido personalmente a traerte la invitación. Bruno no ha estado todo este tiempo y las dos veces que hable con él me dijo que no sabría si podía llegar y bueno, me hará ilusión que asistas. A los niños les gustara verte otra vez y mi tía Eloísa ha preguntado mucho por ti - sonreí, el cumpleaños de su hijo ¡claro!. No estuve en el de la hadita con una excusa. -Si.. no sé si estaré libre y... - Vamos, se que puedes hacer un espacio serán solo unas horas y es fin de semana, así te tomas un descanso - tomo una caja de la mesa - Ahhh y le conté a Bruno que vendría a verte me pidió estrictamente que te trajera esto... - eran chocolates, una caja para ser especifica - Ha estado enviándolos, hay veces que llega solo uno y otras una caja entera - menciono Ann, "un chocolate por día", sonreí no hablábamos, estaba muy ocupado, los horarios, mi trabajo, pero siempre había un mensaje y un chocolate

- ¿Vendrás? - su sonrisa era como siempre amable y dulce, asentí y al mismo tiempo se despedía - Ann también te espero gracias por todo - nos dio un beso a ambas sin poder reaccionar demasiado y se fue - Es la primera vez que voy a una fiesta infantil no me entusiasma demasiado, pero no te dejare sola. Ellos aun creen que ustedes están juntos, no te preocupes no la desmentí parece consternada por haberse tenido que separar un tiempo por sus deberes - Él está trabajando demasiado y casi nunca coincidiríamos esto ya lo sabíamos - ¿Lo extrañas? - Como una tonta... - reí - quizá regrese el próximo mes y podamos vernos Ann, pero no sé como... no sé cómo explicarme, lo nuestro no es lo mismo - ¿Ya no lo quieres? - me sirvió un poco de café - Lo amo - me sonrió - no sé que tipo de relación tendremos cuando vuelva... como empezaremos - Tendrás que averiguarlo con vivirlo, simplemente así Ambas asistimos a una fiesta realmente infantil, solteras, sin hijos en una casa de familia rica. Miré al rededor me sentía extraña, ajena, los niños estaban correteando en el jardín donde pusieron un enorme parque inflable, habían muchos globos en distintos tonos de verde, no creí que me recordaran cuando sólo me vieron una vez, pero eran muy tiernos. La tía Eloísa me dio un beso en la mejilla para después reclamarme el no haber sacado un instante para verlos.

- Que Bruno no este no significa que no podamos compartir como familia - ¿familia?, él y yo ni siquiera éramos... éramos amigos creo Les presente a Ann a Sam y su esposa con quienes hablamos por mucho rato, luego se apareció Arthur con una niña preciosa tomada de la mano y me abrazó - Diane no la habías podido conocer antes, ella es el amor de mi vida, Lucia - se le parecía, era preciosa y simpática, por mi parte le presente a Ann quien no dejo de mirarlo con casi la boca abierta - Cuando nos quedamos a solas me susurro - si hubiese sabido que un hombre como ese se conseguía en una fiesta infantil hubiese dejado las discos por los cumpleaños felices, espero no esté casado - Sonreí susurrándole de vuelta - está soltero y no a ama más que a esa niña, esta difícil hasta para ti Ann - ¿Quien dice que no me arriesgaría? Difícil no es imposible y aunque me cueste...- reí mientras mirábamos en su dirección - lo siento Diane su amor lo ha dejado muy solo, le haré compañía - no me sorprendía nada que me dejara - ¿Señorita aceptaría un chocolate de mi parte? - giré al escuchar su voz, tenerlo en frente después de todos esos meses me producía una cantidad inimaginable de emociones. Le sonreí se veía diferente, tan diferente al hombre de aquella barra del bar - Acaricie su muy nueva y sexy barba - ¿que haces aquí? - Es el cumpleaños de mi sobrino y supe de primera mano que estarías aquí, me miraba de una forma que hacía que me sintiera casi asfixiada y mire al rededor, su familia nos veía con una sonrisa, estaba muy nerviosa, como si fuera la

primera vez - Bruno Evans - tomo mi mano y la beso con cariño mi corazón explotaría en ese instante - tu puedes llamarme amor, si quieres - Si... bueno.. yo soy princesa, para ti - me entrego el chocolate y entrelazo nuestras manos - Tenía muchas ganas de verte - se acerco para besarme, pero me aleje - Bruno tu familia está aquí... - Lo sé, creo que esperan que bese a mi novia después de tanto tiempo - acaricio mi cabello - Ahh no eso no va a funcionar esta vez, aun no acepto - me cruce de brazos -¿Quieres firmar algo? - menee la cabeza - ¿cuanto tiempo estarás aquí? - Tengo que regresar aun hay mucho pendiente, pero te prometo que dejare todo listo lo más pronto posible, entonces no volveré a dejarte tanto tiempo y por fin serás mi novia de verdad - reí y lo abrace con fuerza, beso muy despacio mi frente - contésteme señorita por favor ¿que tengo que hacer para salir con una chica como usted? - mi sonrisa se amplió y levanté una ceja ....:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.. Acaricie muy suave su mejilla pronto cumpliría 2 años y su ilustre familia le celebraría con su bautizo. Tenía esa sonrisa, me miraba con esos ojos que había heredado y hacían que me rindiera siempre, sus manitas tan pequeñas jugaban con la mía, no necesitaba nada mas, le alcance un juguete y mire al rededor, era un día precioso, el sol brillaba en nuestro jardín. Bruno me acerco una limonada y se sentó a mi lado.

- ¿Como esta Nell? - Nada bien, sigue negándose a estar en una cama con tratamiento, pero me dijo que como fuera iría al bautizo - La última vez que estuvo reunido con nosotros fue... - En nuestro compromiso - sonreí - Si... - reí - tu familia aun no nos disculpa eso, la tía Eloísa siempre me pregunta lo mismo y han pasado años -Igual ha sido un largo camino no me arrepiento, aunque deberías ser más flexible y entender que esto no es lo habitual - ¿Lo nuestro siempre lo fue? - me sonrió - No nunca lo ha sido - tomó mi mano - ¿eres feliz? - Soy inmensamente feliz Bruno - Y por ello me haces infinitamente feliz a mi - beso mis labios y cuando lo hacía de esa forma siempre creía que era la primera vez Flashback Estaban todos reunidos. Mi padre había viajado con Tommy desde Michigan, incluso Ann estaba allí hablando animadamente con George a quien le pedimos que estuviese, ese día era muy importante. Nuestras familias se conocerían y teníamos algo que decirles. Recibieron a mi Padre y mi hermano como si fueran parte de su vida hace tiempo, no esperábamos que Nell asistiera, pero llego riendo de esa forma tan particular. Era la primera vez que nos veíamos desde nuestra discusión, él me abrazo como si nada de eso hubiese sucedido, se sentó a conversar con el resto mientras yo moría de los nervios - Estas nerviosa - me sonrió susurrándome al oído

- Jamás pensé que todos estarían aquí - Sabes bien lo que están esperando - Y precisamente por ello estoy así Bruno, ya tu habías hecho esto dos veces para mi es la primera - Te equivocas, me parece que es la primera vez que me pasa, tú tienes el control de todo esto y estoy dispuesto, sé que esto es lo que acordamos - ¿Estás seguro? - lo mire soltando el aire - asintió acariciando mi barbilla Nuestras manos se entrelazaron haríamos esto juntos así que nos acercamos a ellos quienes nos miraban expectantes - ¡Ahhh mi pareja favorita! esta es la mejor apuesta que he hecho - rió Nell - Quisiera agradecerles a todos que estén aquí. Nell gracias por venir y ser tan literal, sé que esto es algo que esperan hace mucho - ¡2 Años es demasiado tiempo ya cácense! - Tommy nos hizo reír a todos - Sé bien que ya tengo tu permiso Tommy y Sr. Price realmente disfrute pedir la mano de su hija como en antaño, pero para ella eso no era suficiente así que hoy estamos aquí para que ya no esperen mas por nosotros - La verdad es que si fuera por Bruno que está convencido que la tercera es la vencida esto hubiese sucedido hace tiempo - Nos miraban con mucha emoción - como ven no hay anillo en mi mano, ni lo habrá - al decir aquello todos las sonrisas cambiaron a un asombro descomunal y preocupación, empezaron a murmurar preguntas - lo sé... ya sé que suena que algo anda mal pero... - lo mire

llenándome de valor y sonreí - hemos decidido dar un paso más como pareja, compramos una bonita casa en Greenville - ¿¡Dejaran la mansión de los Evans!? - Su tía estaba escandalizada con cada palabra mía - Si, lo haremos, formaremos un hogar desde el principio y aquella enorme mansión es de todos, no nuestra, queremos algo más sencillo - Además de no casarse como Dios manda - a mi padre no le gustaba esa idea - Papá esto es algo que queremos y necesitamos que todos entiendan. No firmare nada con Bruno, no nos ataremos con un papel, no habrán contratos entre nosotros de momento. Nos hicimos una promesa, estamos aquí para prometerles a quienes nos quieren y queremos tanto que nos cuidaremos y nos amaremos mucho el tiempo lo disponga Dios. Sé que Bruno posee mucho dinero y eso... eso fue un problema para él en el pasado, no necesitamos separar nada porque no lo estamos condicionando, lo que tendremos, lo que logremos juntos lo compartiremos de ahora en adelante por que así lo decidimos - Nell estaba muy serio - ciertamente seria un papeleo con muchas clausulas y condiciones. Lo lamento linda, pero es así - Precisamente por ello Diane no quiere someterse a tanto y no me atrevo a pedirle algo así - ¡Por favor! el matrimonio es la base de la familia comentó Eloísa molesta - pueden firma un contrato - La base de la familia es el amor tía, la confianza, la comprensión y esto es lo que estamos pidiendo

- ¡Serán novios eternamente! - Ann parecía la única feliz con la idea - que viva el amor y la libertad, cada quien ama como quiere y esta es la forma en que ellos han decidido. Yo brindo por eso. Novios sin ningún contrato - Nell estallo en risas y el resto logro relajarse, mi padre me sonrió y se acerco a nosotros - si no te llevare al altar al menos déjame entregarte a mi hija como es debido, tomo nuestras manos - Se que la cuidaras y espero que no me salgan luego con que no tendré nietos - ¿Que les diremos a los demás, nuestros amigos y conocido? - pregunto Eloísa - No les dirán nada, pensaran lo que quieran - Bruno me abrazo con una sonrisa - Yo estoy feliz, si van a cumplir el plan del que Diane hablo, con hijos un gato y un perro... Sé que Bruno siempre quiso tener todo eso - Paula reía del brazo de su esposo, no sabía que recordara aquella historia - Nell se acerco a nosotros mirándonos fijamente, hubieron unos segundos muy largos de silencio mientras sus ojos se llenaban en sentimiento - tendré una feliz agonía ahora que ustedes tendrán un feliz vida - dejo escapar el aire - con su permiso - mirarlo así fue para ambos la muestra de su corazón, siempre le estaría de alguna forma agradecida Me tomó de la cintura y me atrajo hasta darme un beso que finalmente su familia y la mía celebraron, entre nosotros nunca fue lo que esperábamos. Era exactamente lo que queríamos, un amor limpio, sincero, libre de ataduras y contratos. Pero lleno de felicidad. Fin