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TAPA
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Gorodisch, Mariano Cómo invetir ya desde menos de USD 1 y ganar más del 100% anual / Mariano Gorodisch. - 1a edición especial - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Gonzalo Otalora, 2020. Libro digital, PDF Archivo Digital: descarga ISBN 978-987-86-5557-4 1. Economía. I. Título. CDD 332.024016
Director editorial: Gonzalo Otálora Primera edición: 2020 ©MobileBook ©Mariano Gorodisch www.mobilebook.com.ar Diseño editorial: elestudio Corrección de textos: Ed. Lucía Gabrielli
Hecho el depósito que prevé la Ley 11.723 Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o trasmitida por ningún medio, ya sea digital, eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia sin permiso del editor.
Mariano Gorodisch, el ECONOMAN de la tele (tal como lo bautizó Beto Casella) o el Lito de Lázzari (como le puso Jorge Lanata), te enseña en este libro los mejores trucos del ahorro para que te conviertas en el Warren Buffett de las inversiones. El hombre que confesó en la mesa de Mirtha Legrand que se EXCITA AHORRANDO te explicará por qué el ahorro y la inversión van de la mano y no pueden existir el uno sin el otro. Este no es un libro teórico, sino uno totalmente práctico, para que salgas ya mismo a ganar plata y a hacer rendir tus ahorros, que tanto te costaron ganarte. Es momento de que la plata empiece a trabajar para vos. Porque si no hacés nada, la plata se te devalúa y vale cada vez menos. VAMOS AL GRANO. Te tentó el título de tapa y querés saber cómo poder invertir desde el equivalente a u$s 1 y ganar más del 100% anual, de modo de duplicar la inversión en un año.
Me encanta ir de compras a la feria Y estar alerta que no que me caguen cuando hago las compras en el súper. Te confieso cuál es mi inversión favorita: el stockeo en el supermercado.
Empezá hoy, no esperes hasta mañana. A medida que vayas leyendo este libro, podrás ir invirtiendo lo que vayas teniendo y sacarle jugo a tu dinero. Por eso, te cuento desde micro inversiones por el equivalente a USD 1 que podés hacer ya mismo con una rentabilidad de más del 100% anual (DUPLICÁS LA INVERSIÓN EN UN AÑO) hasta otras más sofisticadas en el exterior desde USD 5.000 y te digo por qué tener pesos en el bolsillo es como prenderlos fuego. Acá tenés un anticipo.
ÍNDICE Introducción El arte del regateo Gasto hormiga te mata Para poder invertir, primero aprendé a ahorrar Claves para invertir en stockeo en el súper Cuatro tips para que nunca te falte plata Ojo al piojo con las comisiones cuando vas a invertir Todos los costos ocultos a tener en cuenta antes de invertir Cómo invertir en empresas antes de que lleguen a la Bolsa Te tiro la posta: cómo invertir en bonos en EEUU
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Introducción ¿EL AHORRO ES INVERSIÓN? Hay quienes piensan que para poder invertir hay que tener mucha plata.
ERROR. GRAVE ERROR. GRAVÍÍÍSIMO ERROR. Te lo digo así, con mayúsculas, para que no te entre por un oído y te salga por el otro. Yo, que no me avergüenzo de decir en la tele que ME EXCITO AHORRANDO, me propongo que empieces a invertir ya y que este libro se convierta en tu nueva BIBLIA. Como la BIBLIA religiosa, quiero que esta sea tu BIBLIA DE INVERSIONES. Podés empezar a invertir desde el equivalente a USD 1 y ganar más de un 100% anual.
Aunque te parezca que se trata de un truco de magia de David Copperfield es real y quiero enseñarte a hacerlo. BELIEVE IT OR NOT, DECÍA RIPLEY, pero es así. Por otra parte, mucha gente CREE erróneamente que está invirtiendo porque compra DÓLARES, pero si los deja en el COLCHON BANK se les devalúan, porque también hay inflación en dólares en los Estados Unidos. Entonces, vos creés que estás invirtiendo rebien, pero en realidad, estás perdiendo el valor adquisitivo de tus ahorros. Por eso, primero tenés que empezar a TRABAJAR DE AHORRAR. Y quiero tentarte a ver si te pasa lo mismo que a mí, que me excito ahorrando. Que cuando compro un helado a la mitad de precio o en un dos por uno me parece mucho más rico, porque estás tomando Freddo a precio de Grido.
Además, por el solo hecho de haber comprado este libro, me podés pasar un DM a mi Instagram @mariano.gorodisch y te paso otras opciones de inversiones para montos más altos. Siempre cuanto mayor sea el monto, mejores opciones tenés, siempre a un año que no necesites, tenés desde USD 500, desde USD 2.500 o desde USD 5.000. Vos pasame un DM con el monto máximo a invertir y yo te paso opciones, así ya empezás a ganar plata gracias a este libro, que me propongo que se convierta en la mejor inversión de tu vida. Tené en claro que hay inflación en dólares, por lo que ahorrar en verdes y no hacer nada es perder plata. Acá te lo explico bien.
VAMOS AL GRANO Te tentó el título de tapa y querés saber cómo poder invertir desde el equivalente a USD 1 y ganar más del 100% anual, de modo de duplicar la inversión en un año.
Te confieso cuál es mi inversión favorita: el stockeo en el supermercado. Pero no cualquier tipo de stockeo, ni ir cualquier día al supermercado para hacer las compras, sino que yo digo que mi segundo laburo es TRABAJAR DE AHORRAR. Y te invito a que vos también puedas hacerlo y verás cómo de a poquito se va agrandando tu billetera. Los días previos a la cuarentena estuve en Canal 13 con Yanina Latorre, que dijo que había mandado a su marido a ir rápido al supermercado a comprar 20 litros de lavandina. Eso es lo PEOR que podés hacer. Primero porque generás un desabastecimiento y no le dejás al otro, y así suben los precios, y encima comprás caro, porque lo hacés sin ningún tipo de descuento.
Tenés que convertirte en un consumidor racional e inteligente. Cuando a mí me dicen que soy un Ratatouille (para no decirme directamente un ratón), yo doblo la apuesta y digo que soy un consumidor racional, e inteligente, que cuida al medio ambiente y al planeta, y que el resto de los mortales son derrochadores seriales y contaminan el mundo. Entonces, no podés ir a cualquier supermercado cualquier día, tenés que mirar las páginas de Internet de los supermercados y poner tu mail para que te lleguen las ofertas. De modo que la lista la haga el supermercado, y no vos, de acuerdo a las ofertas que tenga. Y el mejor negocio es ser INFIEL AL SUPERMERCADO, no ir siempre al mismo, sino ir siguiendo las ofertas de cada uno y comprar solamente lo que esté en descuento.
Además, tenés que ver en qué te stockeás, porque no podés stockearte en cualquier cosa. Primero fijate en la FECHA DE VENCIMIENTO, porque quizás lo pusieron en oferta porque se vence la semana que viene y no te sirve. De todas formas, te conviene revolver la góndola del supermercado porque por lo general atrás de todo ponen lo que se vence más tarde, ya que la gente suele llevarse el producto que está más a mano. Pero un consumidor inteligente revisa el vencimiento de toda la góndola y se lleva el del fondo si vence más tarde. Si hay un repositor cerca no te va a mirar con cara de mejores amigos, pero ya te vas a acostumbrar. Viernes, sábados y domingo suele haber buenas promociones en los supermercados, entonces tenés que estar atento. No está bueno stockearse en gaseosas porque las ven los chicos y se tientan y se las toman, y es más sano y más barato tomar agua.
Pero yo soy un fanático del stockeo en papel higiénico, en jabón en polvo, en yerba, en aceite, en harina y en productos de limpieza en general, porque son cosas con las que no te tentás, como si te stockearas en alfajores, y tienen vencimientos largos, de dos años desde que se fabrican, por lo tanto, no se te van a echar a perder. Bah, el papel higiénico nunca vence, pero ocupa lugar: yo meto los rollos debajo de la cama y listo. Primero siempre fijate el PRECIO KILO O PRECIO LITRO, porque los envases te los hacen cada vez más chicos, así podés comparar bien, como te muestro en este video, porque hay veces que comprás algo barato y en realidad te sale re caro, como el lomo que es más barato que la hamburguesa congelada, o la suprema que es más barata que las patitas de pollo, y además le meten lo peor de lo peor adentro, y la suprema en cambio es pollo pollo, como te muestro acá.
Muchas ofertas son del dos por uno, del 80% en la segunda unidad o del 70% en la segunda unidad. O sea que en el peor de los casos vos estás ahorrando un 35%.
Cuando alguien me dice que va al súper el día que tiene el 15% de descuento con su tarjeta, yo le digo que para mí 15% no es descuento, que descuento empieza con un 3 adelante. Vamos al peor de los casos: comprás jabón en polvo con un 35% de descuento. O sea, un paquete que sale el equivalente de USD 1 vos lo comprás al equivalente de USD 0,65. Si calculás una inflación de al menos 50% en los próximos 12 meses, ese jabón en polvo va a costar en promedio USD 1,50 dentro de un año, pero vos lo estás comprando a USD 0,65. O sea, le ganás más de un 100% en un año, más que duplicás la inversión.
Aunque también tenés forma de ganarle a la inflación con tu tarjeta de crédito, te lo detallo acá.
¿Vos pensabas que con el equivalente a USD 1 no podías invertir? Bienvenido al mundo de las inversiones… Pero cuidado con la codicia, que te puede matar. Muchos dicen que el Bitcoin te hace millonario, pero no es tan así, acá te explico por qué no.
El arte del regateo Ahora, el REGATEO es clave en todos lados. Si en la verdulería veo un kilo de tomates que sale tanto, le pregunto qué precio me hace si me llevo tres kilos, porque sé que le conviene sacarse la mercadería de encima, en especial si es un sábado por la tarde que está por cerrar y hasta el lunes no abre devuelta, entonces lo que tenga se le puede poner feo. Por eso, si vas a la verdulería antes de que cierren, suelen poner rebajas para liquidar el stock antes del día siguiente, en especial en verano, ya que el calor marchita rápido las frutas y verduras.
Lo otro que hago cuando voy a un comercio es pedir precio por pago en efectivo. No te hablo de un hipermercado, sino de negocios pymes donde
quizás esté el dueño, que siempre le conviene plata en mano antes de que le pagues con la tarjeta, que tiene muchas comisiones de por medio y encima tardan hasta casi un mes en darle la plata. Cuando me fui a hacer los anteojos, ya tenía el descuento por la obra social, y no tenía mi tarjeta encima, entonces tenía que pagar en efectivo. Pero igual le pregunté cuál era el precio por pago cash. Me dijeron que ya me habían hecho el descuento por la obra social, entonces que no me podían hacer más rebaja. Yo les expliqué que una cosa no tiene nada que ver con la otra porque, si yo le pagaba con tarjeta, ellos verían la plata recién en un mes, además de las retenciones por las comisiones que les cobran. «Que sea un win win», les propuse. O sea, un negocio para ambas partes. Y así me hicieron un 10% de descuento. De la nada.
Cuando voy a la dietética china, también le pido precio por pago al contado. Desde $ 1.000 me hacen 5%. Todo suma.
Gasto hormiga te mata Lo que mata a muchos presupuestos es el gasto hormiga. O sea, todo el chiquitaje no previsto, desde un taxi porque te quedaste dormido y un café en el bar porque no llegaste a tiempo a hacértelo en tu casa. Es el equivalente a USD 2, no te va a cambiar la vida. OK, estamos de acuerdo, pero si anualizás esos USD 2, son USD 770. En diez años, son USD 7.700. Ahora sí hace la diferencia. Por eso es clave que te anotes todos los gastos que solés hacer en un día, desde un paquete de caramelos en el kiosco hasta un sándwich en el bar porque no te llevaste la vianda desde tu casa al trabajo. Así vas a ver en qué cosas podés optimizar esa plata para algo mucho más productivo e incluso destinarla a la inversión. A continuación, quiero compartir con vos unos artículos de ciertos
referentes del mercado, que estoy seguro te van a ayudar a manejar tu economía hogareña. Ramiro Marra es un youtubero financiero y Nicolás Litvinoff dirige e$tudinero! Ahora, vamos a la pregunta del millón...
¿Los dólares son un ahorro o una inversión? A los argentinos por distintas razones nos gusta ahorrar en dólares. Esta preferencia es difícil de cambiar. La pregunta es ¿qué hacemos con los dólares? O, en otras palabras, ¿cuáles serían las opciones que tenemos? «La opción más usual es guardarlos. A esta altura tenemos que recordar que guardar los dólares en el colchón no es una inversión, los dólares no se reproducen y en finanzas un activo es un bien que produce renta. Guardarlos tiene dos efectos negativos, el primero es que habrá que tributar el impuesto a los bienes personales, el segundo es
que el dólar pierde poder adquisitivo por efecto de la inflación de EEUU; esto es alrededor del 2,4% anual promedio en los últimos treinta años», señala Daniel Vicien, director comercial de los fondos comunes de inversión en Balanz Capital. La segunda opción, a su entender, es dejarlos depositados en una caja de ahorros en los bancos. Esta opción no tributa impuesto a los bienes personales, pero no recibe interés alguno y está expuesta a la inflación de EEUU. Un plazo fijo en dólares en un banco tributa impuesto a la renta financiera y recibe un interés menor a la inflación de EEUU. Una tercera opción, dice, es invertirla en el mercado de capitales. Esto puede hacerse sin cambiar de moneda en Letes, bonos en dólares o en un fondo común de inversión en dólares. En cualquiera de estas alternativas se puede alcanzar un retorno superior a la inflación de EEUU.
Como ejemplo, si una persona puede ahorrar USD 100 por mes y en la primera alternativa deja el dinero en el colchón y en la otra lo invierte a una tasa del 6% (3,6% sobre la inflación de EEUU), entonces el resultado se resume en la siguiente tabla, según Vicien:
Resultado neto vs. ahorro
Año
Ahorro
Colchón
Inversión
Colchón
Inversión Diferencia
1
$ 1.200
$ 1.185
$ 1.239
$ -15
$ 39
$ 54
5
$ 6.000
$ 5.653
$ 6.997
$ -347
$ 997
$ 1.344
10
$ 12.000
$ 10.437
$ 16.395
$ -1.563
$ 4.395
$ 5.959
20
$ 24.000
$ 19.096
$ 34.986
$ -4.904
$ 10.986
$ 15.890
30
$ 36.000
$ 25.741
$ 64.297 $ -10.259
$ 28.297
$ 38.556
40
$ 48.000
$ 30.984
$ 106.081
$ 58.081
$ 75.097
$ -17.016
Como ejemplo toma 10 años. Ahorrando USD 100 por mes se habrán ahorrado USD 12.000 nominales. Si se dejaron en el colchón, se perdieron USD 1.563 de poder adquisitivo en EEUU (la aplicación de la inflación americana mensualmente al monto ahorrado), pero si se invirtieron al 6% anual, el poder adquisitivo aumentó en USD 4.395 (aplicando el interés mensual sobre el monto ahorrado y restándole el efecto de la inflación). En la tabla se ven dos efectos: el efecto de la erosión de la inflación sobre el poder adquisitivo del dinero y el efecto positivo de invertir bien, capitalizando el efecto tiempo del dinero.
Para poder invertir, primero aprendé a ahorrar Los deseos de vivir de la Bolsa... Ya sé, vos querés ser millonario comprando y vendiendo acciones, siguiendo al mercado desde cualquier parte del mundo gracias a Internet. Si bien el mercado argentino aún es muy chico, no podemos dejar de lado el crecimiento que experimenta año tras año. Pero, antes de hablar de poder vivir de las finanzas, hay varios puntos previos que quiero desarrollar. Uno de ellos y, posiblemente el pilar fundamental, es el…
AHORRO Sí, así, con mayúsculas. Se trata de la acción de separar una parte de los ingresos que obtiene
una persona o empresa con el fin de guardarlos para su uso en el futuro, ya sea para algún gasto previsto o imprevisto, emergencia económica o una posible inversión. Y esta última parte de la definición es la que interesa. «Para que exista inversión, previamente debe haber existido una acumulación de capital (financiero en este caso) que se ajuste a nuestros objetivos y deseos. Es un error pensar que se necesitan sumas exorbitantes para poder operar en Bolsa; es más, actualmente muchos brókeres ofrecen la posibilidad de abrir una cuenta comitente sin límite mínimo», detalla Ramiro Marra, director de Bull Market Broker y conocido youtuber financiero. A su juicio, para poder invertir, primero debemos ahorrar. ¿Cómo podemos desarrollar un hábito de ahorro? Es vital registrar los gastos. El ahorro es un hábito y, como tal, se trabaja. Eje fundamental para poder desarrollar eficientemente este hábito es poder conocer la conducta de consumo, la cual puede
representar una fuga de efectivo. Detectar gastos innecesarios o «gastos hormigas» que se pueden evitar, como una gaseosa o un taxi. Otro punto que destaca es elaborar un presupuesto financiero: una planificación de objetivos. Es necesario registrar todos los ingresos, y proyectar los ingresos y gastos, sobre la base de lo que observamos y de lo que esperamos que ocurra a futuro. Servirá como guía para marcar límites. Planificar y establecer objetivos: a la hora de comenzar a desarrollar un hábito es importante saber para qué queremos hacerlo. En este caso, ¿para qué queremos ahorrar? ¿Durante cuánto tiempo? Cuando tenemos una meta a la cual apuntar y destinar nuestros ahorros, podemos mantenernos centrados de mejor manera. En este punto se puede organizar y establecer un plan de cumplimiento, con plazos para poder estimar cuánto tiempo te llevará lograrlo.
Decidir sobre la base de prioridades. Mantener la conducta financiera para cumplir con metas es un gran desafío, pero si se lo supera gran parte del asunto está resuelto. Cambios pequeños, casi invisibles, ayudan mucho. Antes de hacer un gasto sirve hacerse muchas preguntas: ¿cómo te hará sentir destinar ese dinero a esa compra, se puede posponer o es necesario? Esto es lo que en economía llamamos «costo de oportunidad». «Ahorrar es importante, pero invertir aún más. El argentino le teme al sistema financiero, y tiene sus buenas razones. Sin embargo, en un país con una economía tan inestable, tener dinero debajo del colchón literalmente puede representar la pérdida de su valor real. Es por ello que mover el dinero a través de los diversos instrumentos financieros que el mercado ofrece es elemental. No es necesario irse muy lejos invirtiendo en opciones, futuros o Cedears, podemos comenzar tranquilamente con un plazo fijo o bono a largo plazo y luego animarse a más», propone Marra.
Hay un dicho antiguo que dice: «Separados somos fuertes, juntos invencibles». Por eso, debemos compartir información e incentivar a las personas a aprender nuevas herramientas para cuidar su dinero.
Claves para invertir en stockeo en el súper Ante el temporal que sacude a la economía argentina, resulta imprescindible apelar a todas las herramientas que tenemos a mano para mantenernos a flote. Entre esas herramientas se cuentan trucos y consejos para reducir el gasto en el supermercado. Nicolás Litvinoff propone ciertos tips de gran utilidad para más de un bolsillo devaluado, e incluso para poder ganarle a la inflación y empezar a invertir ya mismo, porque la inversión no es solo en la Bolsa, en bonos o acciones, podés empezar a invertir desde el equivalente a USD 1 en el stockeo en el súper, siendo infiel y no yendo siempre al mismo, sino guiándote por las ofertas de cada uno: 1. Evitá pagar la compra del súper en cuotas: Abonar con tarjeta de crédito puede resultar un alivio en el momento,
pero en poco tiempo veremos cómo atenta en contra de nuestra salud financiera. En lo inmediato estaremos contentos de pagar solo una parte de la compra al vencimiento de la tarjeta, pero cuando llegue la segunda cuota al mes siguiente entenderemos que nos ganamos un problema antes que una solución. Siempre que no haya promociones realmente convenientes, lo mejor es dejar la tarjeta de crédito en casa y abonar en la línea de cajas con efectivo o débito. 2. Mantenete alejado de los pasillos interiores: ¿Nunca te preguntaste por qué para llegar a las heladeras donde se encuentran los lácteos y otros productos de consumo frecuente tenés que recorrer primero largos pasillos repletos de góndolas? Los supermercados suelen estar diseñados para tentar a los consumidores a comprar artículos que no necesitan en su camino hacia los productos que fueron a buscar. En consecuencia, te recomiendo
evitar los pasillos internos más tentadores o bien pasar con la mirada hacia el frente para que no caigan en el changuito sorpresas que encarezcan tu ticket. 3. Comprá «marcas propias»: Las marcas propias de los supermercados suelen ser productos de calidad reempaquetados por las mismas cadenas para poder venderlos a precios inferiores a los originales. Probá reemplazar tu marca favorita pero cara por la marca propia del supermercado para adquirir el mismo producto a un precio más bajo. Ser flexible con las marcas y no casarte con ninguna puede significar un importante ahorro para tu bolsillo. 4. Calculá porcentajes para evaluar seriamente las ofertas: Saber calcular los descuentos anunciados en cifras porcentuales puede derivar en ahorros importantes. Por ejemplo: 50% de descuento en la segunda unidad
quiere decir 25% de descuento en ambas. En cambio, 3x2 (llevar 3 al precio de 2) implica un 33% de descuento en cada una. Si bien estos descuentos pueden resultar atractivos a primera vista, a veces esconden información que conviene conocer antes de llevar. Un caso se da cuando los productos en oferta están cerca de vencer. Otro, cuando el valor unitario después del descuento sigue siendo más alto que el de un producto similar de otra marca o igual que el mismo producto de una marca con mejor reputación por la calidad de sus artículos. 5. Mirá arriba y abajo: Un truco habitual de los supermercados pasa por colocar los productos más caros y que le otorgan mayor margen de ganancias a la altura de los ojos, mientras que los más baratos o menos rentables aparecen en los extremos superior e inferior de la góndola. Por ese motivo, te recomiendo apuntar con la vista a todos los estantes y no caer en la comodidad de agarrar lo que tenés a simple vista y más a mano.
6. Adelantá consumo corriente: Lo contrario al primer tip (que puede ser interpretado como financiar el consumo corriente en cuotas) equivale a comprar y guardar productos ahora para evitar, en un contexto de inflación, pagarlos más caros los próximos meses. Para llevar a cabo esta estrategia de manera eficiente, necesitás hacer espacio en la casa y focalizar la compra del supermercado en alimentos no perecederos, de higiene personal y de limpieza hogareña. Además, si realizás esta compra en un mayorista, el ahorro puede rondar nada menos que el 50%, sumando el descuento por el pago al por mayor y la inflación que evitás por anticipar la compra. Que quede claro: la única forma de ganarle realmente a la inflación es planificando la compra a partir de estas consignas y no comprando en cuotas con la tarjeta de crédito.
7. Poné en práctica la Regla de las 3 C: Hablamos de comprar, cocinar y congelar. Claro que esto insume más tiempo que comprar el producto precocido, pero la diferencia de precio entre el «hágalo usted mismo» y el comprarlo ya hecho puede ser notable. Lo mismo corre para las frutas o verduras: mejor cortarlas y prepararlas en casa que pagar la comodidad de no hacerlo. 8. Confeccioná una lista de compras: Es quizás uno de los tips más repetidos, pero también fundamental para tu objetivo. Planificar es un ejercicio clave en el mundo de las finanzas personales. En este caso, consiste en la confección de una lista de productos a adquirir, donde todo lo excluido (siempre que no se nos haya olvidado algo importante) quedará afuera del changuito. De esta forma, difícilmente gastes de más.
9. Elegí el momento de la compra: Según el sitio de consejos financieros Lifehacker, se puede acceder a mejores precios en supermercado evitando ir de compras a la mañana o los fines de semana, dado que es a mitad de semana cuando salen a la venta los productos con una corta vida útil como la carne y los productos lácteos. A medida que avanza el día (y la semana) pueden aparecer ofertas que los supermercados necesitan aplicar para liquidar stock antes de que venza. Según este sitio, el mejor momento para ir de compras es los miércoles al atardecer. 10. Comprá con la tecnología a favor: Comprando Precios Claros es una app muy útil. Se pueden consultar allí valores actuales de góndolas en distintos supermercados y contar así con valores de referencia. Esta información te permitirá saber si el producto que estás a punto de comprar está en precio, caro o barato.
Actualmente, la inflación genera una muy alta dispersión de precios (el mismo producto se vende a valores muy distintos en diferentes comercios), situación que nos obliga a estar atentos y llevar adelante nuestra propia investigación en cada la compra. Conclusión: Existen distintos tipos de inflación y su comprensión puede resultar muy beneficiosa para nuestros bolsillos, debido a que nos prepara para combatir la suba de precios. Los tips de hoy se complementan con aquella columna para aliviar los gastos sin perder calidad de vida. ¿Tenés alguno otro tip para compartir con nosotros? Me gustaría leerlos en los comentarios. El escenario económico es complicado y lo mejor que podemos hacer como consumidores es ayudarnos.
Cuatro tips para que nunca te falte plata A esta altura no hace falta ahondar en cifras y estadísticas para afirmar con seguridad que la economía está pasando por un pésimo momento. Por lo tanto, vamos a dejar de lado el análisis macroeconómico para meternos de lleno en el castigado bolsillo de la gente y brindar consejos que permitan capear el temporal tal vez con lo justo, pero sin la soga al cuello. Antes de comenzar, conviene aclarar que nos dirigimos a los asalariados que aún conservan sus empleos y su principal fuente de ingresos, pero que perdieron poder adquisitivo y se encuentran preocupados o angustiados ante la situación. Ahora sí, van los tips que propone Litvinoff, autor de varios libros sobre el tema: 1. Reemplazar la tarjeta de crédito por la de débito: Según un informe de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico,
el pago con débito en Internet creció 600% en 2018 con respecto al año anterior. Pasó a representar el 7% del total de las operaciones, contra el 1% de 2017. Todo indica que la tendencia de uso creciente se mantendrá este año. En un contexto de tasas de referencia por encima del 60% y sin perspectivas de bajas en el corto plazo, tomar créditos a través de cualquier mecanismo (pago en cuotas con tarjeta, giro descubierto bancario, créditos hipotecarios) resulta totalmente pernicioso. Pensar, por ejemplo, en un plan de autoahorro para comprar un 0 km como una oportunidad o un «ahorro forzoso» hoy en día es también una grave falla de interpretación en cuanto al contexto financiero actual. Ver a la tarjeta de crédito como un aliado para llegar a fin de mes equivale a dormir con el enemigo, puesto que el alivio que produce el pago en cuotas dura lo que un suspiro y se convierte en una bola de nieve difícil de esquivar.
Financiar consumo corriente con crédito, apelar luego al pago mínimo y más adelante a préstamos de financieras a tasas usureras puede dejarnos en la calle. 2. Fumigar los gastos hormiga: En tiempos de bonanza financiera podemos relajar por momentos el autocontrol y disfrutar de pequeños placeres cotidianos, como viajar en taxi en lugar de colectivo, realizar algunas compras compulsivas, adquirir membresías baratas que tal vez nunca utilicemos, utilizar cajeros automáticos de otros bancos y pagar las comisiones correspondientes, realizar compras menores con tarjeta de crédito, solicitar tarjetas adicionales, mantener cuentas bancarias de más, contratar seguros de salud anuales para un solo viaje, comer fuera de casa aun cuando no hay demasiadas ganas, tomar cafés o gaseosas al paso, lavar el auto muy seguido, comprar bijouterie, snacks y billete de lotería, etc.
Lo cierto es que resulta fundamental detectar y nunca subestimar esos gastos hormiga para cortarlos de raíz especialmente en épocas de vacas flacas. Ignorarlos puede llevarnos a perder silenciosamente hasta el 25% de un presupuesto ya dañado por la inflación y los menores ingresos. Cuidemos como nunca los billetes de 10, 20 y 50 pesos. Los de 500 y 1.000 se cuidan solos. 3. No tener vergüenza de pedir rebajas: Identificamos tres tipos distintos de inflación: la cautiva, la ventajera y la sensible. Ojalá todos aplicaran la última, pero la realidad marca que no es así. Sobre la primera nada se puede hacer. La ventajera es aquella que aplican empresarios, comerciantes, profesionales y autónomos que apelan al triste recurso del «si pasa, pasa». Así, aplican aumentos desmesurados aprovechando la confusión de precios reinantes y buscando incrementar notablemente sus márgenes de ganancia.
Frente a la caída en las ventas y la recesión, los pedidos de descuento son mucho más escuchados que antes y permiten conseguir rebajas del 10%. No estamos hablando solamente del pequeño comerciante o profesional independiente: las grandes multinacionales también pueden tener aprobado internamente un mecanismo para otorgar descuentos a quienes los solicitan, siempre que sepan justificarlos. 4. Blindar los fondos para gastos corrientes: La inflación (¡cómo no hablar de ella!) se acelera mes a mes y atenta contra nuestros saldos en pesos. Sin embargo, existe un método para aprovechar las innovaciones tecnológicas que ofrecen las Fintech (tecnologías financieras). Consiste en tener invertido el dinero en tasas hasta que lo necesitemos para concretar pagos. MercadoLibre, la empresa más grande del país, con una capitalización bursátil de 22.500
millones de dólares, brinda la app MercadoPago que, además de utilizarse para realizar compras en comercios (algunos con beneficios como descuentos o sorteos) a través del código QR y el celular, brinda el servicio de monetización instantánea: actualmente paga intereses de casi el 40% a sus usuarios sobre los pesos disponibles en la cuenta. ¿Cuál es la diferencia con un plazo fijo? Que el dinero está disponible para ser gastado en cualquier momento por el cliente o simplemente para ser transferido a su cuenta bancaria. De esta forma, con la generación de intereses a toda hora, estaremos combatiendo sin mayor esfuerzo la inflación. Algo similar ocurre cuando suscribimos fondos de inversión de money market a través del banco, aunque existen comisiones que no debemos ignorar. Los precios aumentan 10 y con suerte nuestros ingresos suben 7. Esta es la triste realidad que nos toca vivir hoy y lo que tenemos en claro
es que la queja constante no va a cambiar la ecuación. ¿Qué podemos hacer entonces? Siguiendo estos tips podemos hacer que esos 10 bajen un poco y nuestros 7 suban a través del ahorro inteligente y la inversión constante. Siempre que llovió, paró. Ahora es tiempo de reforzar el paraguas para que el viento no nos lo quite de las manos y nos deje desamparados ante el aguacero.
Ojo al piojo con las comisiones cuando vas a invertir «Preguntarle a un bróker si te conviene comprar una acción es como preguntarle a un peluquero si te conviene cortarte el cabello». La frase de Warren Buffett viene a cuento porque muchas veces los asesores pueden recomendar nuevos bonos o acciones no porque realmente sea lo mejor para el portafolio del cliente, sino porque el incentivo en el cobro está puesto en generar rotación. Lo que cada inversor debería hacer es conocer al detalle cuál es el sistema de cobro para poder entender cuáles son los incentivos del asesor. «Los fondos suelen cobrar tarifas que rondan entre 2% y 3% anual que ya se descuentan del rendimiento del fondo, mientras que en el exterior los ETFs (fondos de inversión cotizados) pueden arrancar en 0,09%, como es el caso del SPY, que sigue al índice
S&P 500. En Argentina todavía no se negocian ETFs pero hay ciertos fondos comunes de inversión con poca complejidad que se pueden evitar tranquilamente. Por ejemplo, fondos de Lebac. El inversor puede directamente adquirir sus propias Lebac que tienen liquidez en todo momento y así ahorrarse el 2% de comisión del fondo», explica Daniela Wechselblatt, CFA, asesora financiera en DW Global Investments. Los fondos comunes de inversión (FCI) contribuyen enormemente para que los pequeños ahorristas puedan acceder a algo mejor, tanto por rentabilidad como por liquidez, que a un plazo fijo bancario. Además, ayudan a poder beneficiarse de una diversificación que por sí solos no podrían. La contracara de las ventajas que ofrecen son los altísimos costos que se paga. Esto se debe a la poca difusión que existe de los costos y comisiones que cobran y de la poca concientización sobre cómo estos inciden directamente en contra de la rentabilidad que se lleva el inversor a su bolsillo.
«Hace décadas está demostrado que quienes manejan los fondos de inversión no agregan valor en lo que tiene que ver con saber comprar antes de que el mercado suba, o saber vender antes de que baje. De ahí que en el mundo ya está más que claro que si un fondo quiere ser el líder en rentabilidad debe sí o sí bajar sus costos de administración, los de custodia y los operativos», alerta Mariano Sardáns, CEO de FDI. Si los inversores estuviesen informados sobre este detalle, claramente empezarían a elegir a los más baratos del mercado dentro de cada categoría de inversión. Sin duda se fomentaría que usen aquellos que son más eficientes a la hora de administrar su dinero, lo cual redundaría en una caída radical de los sobrecostos que hoy se cobran en Argentina. Sardáns analiza los famosos fondos T+1 (invierten en Lebac y otros), que son los que tratan de brindarle al ahorrista una rentabilidad por lo menos similar a la tasa de inflación:
«Vemos una alta disparidad entre ellos en lo que respecta al cargo de administración; en un extremo tenemos al más barato que cobra un 1,5% anual, y en el otro, a uno que cobra el 3,125% anual. A este costo hay que sumarle los costos de custodia, que rondan entre el 0,3% y el 0,6% anual. Ambos costos se le restan al fondo diariamente de su tenencia, o sea que todos los días se le cobra la 365ava parte de estos dos cargos». Los gastos operativos son aún una caja negra sobre la que ningún fondo está obligado a transparentar o reportar. Este costo es lo que en el mundo se conoce como «expense ratio», el cual incluye los costos en los que incurre el fondo cada vez que compra o vende un título; o sea, las comisiones bursátiles en las que incurre al operar la cartera del fondo. El gasto operativo se calcula como el gasto anual en el que incurrió el fondo en relación con el patrimonio promedio que tuvo en igual período, que también se
reporta en porcentuales. Claramente da un indicio de qué tan eficiente fue el administrador del fondo en evitar pagar comisiones de forma innecesaria. Si su política es invertir en títulos y a plazos que respeten los flujos de fondos y necesidades financieras de los clientes y solo vende llegado el caso de que estos cambien o haya oportunidades que claramente representen un arbitraje, el gasto operativo va a ser muy bajo. Si por el contrario tiene «incentivos» para realizar compras o ventas innecesarias que solamente benefician a los que reciben comisión por ello, el gasto operativo va a ser muy grande. Se calcula que el costo operativo de un fondo T+1 puede estar en el orden del 0,6% anual promedio. En FDI advierten que los FCI más caros son los que pertenecen a grupos bancarios. Y no solo son los más caros, sino también los más grandes en cuanto a los activos que administran:
«Sin dudas, a lo desinformados que tienen a los ahorristas respecto a la incidencia negativa de los costos, se le suma que los bancos tienen clientes cautivos, ya que sí o sí los necesitan para cobrar sus sueldos, cheques o transferencias que les pagan sus empleadores o clientes».
Todos los costos ocultos a tener en cuenta antes de invertir Son muchos los secretos que existen en el mundo financiero; entre estos, los verdaderos costos que pagan los inversores y que, en definitiva, son producto de que quienes se supone debiesen asesorarlos son en realidad vendedores de productos y servicios. Vendedores que a su vez están presionados por sus empleadores o entidades a las que representan para llegar a los objetivos de ventas semanales, mensuales y anuales. También para vender cierto producto o título que hay en «stock», sin importar a quién se le venda o por qué cantidad. Los objetivos son los objetivos. Los ayudan, obviamente, las regulaciones laxas que existen en muchos países en donde no hay obligación de transparentar las fuentes de ingresos, conflictos
de intereses y mucho menos los verdaderos precios de los títulos o productos financieros.
Gastos y comisiones cuando se opera a través de la Bolsa en Argentina o el exterior: Los gastos que afrontan los inversores no solo se encuentran en las comisiones directas que pagan cuando realizan una compra/venta de un título o un fondo de inversión, sino también en gastos ocultos que, en ocasiones, son muy difíciles de rastrear. Según Mariano Sardáns, ejemplos de estos son: Precios «sucios» de compraventa: Es frecuente que, cuando se opera con un banco o con un brokerdealer, este adquiera un título o un producto estructurado a un precio y se lo revenda al cliente a un precio mayor, y le aplique además la comisión. Lo mismo sucede en el proceso de venta.
Gastos de administración: Típico de los fondos de inversión: van del 1% anual para fondos de money-market al 4% anual para fondos de acciones. Gastos de custodia: Van del 0,3% anual en bancas privadas del exterior al 0,6% anual para el caso de algunas sociedades de Bolsa locales. Comisiones por cobro de cupones, intereses y dividendos: Van del 0,7% al 4% del monto cobrado. «La industria de servicios financieros considera que un cliente es redituable toda vez que le genera anualmente más del 1% del monto de sus activos en comisiones, aun cuando en promedio las bancas privadas y brókeres ganan en comisiones el 1,5% anual del valor de la cartera del cliente», remarcan en FDI.
En Argentina, un fondo común de inversión que invierte en acciones puede cobrar hasta 5,4% anual de comisión de administración, mientras que en los Estados Unidos un fondo similar no cobra más del 1% anual. Claro, estos últimos son fondos que están registrados en este país y al que solo pueden acceder sus residentes fiscales. A los que sí pueden acceder los argentinos son a los registrados en jurisdicciones offshore (Irlanda y Luxemburgo son los países más usados para registrarlos), en los cuales se puede invertir toda vez que se tiene una cuenta abierta en un bróker o a través de una banca privada en el extranjero. Obviamente, son más caros que los registrados en los EEUU (entre un 50% y un 60% más), pero mucho más baratos que los fondos en Argentina –ojo, estamos hablando por ahora de la comisión anual de administración–. El punto a favor para los fondos de Argentina es que desde hace
años se eliminaron las comisiones de «entrada» y «salida», algo que todavía existe cuando se opera a través de las bancas privadas y los brókeres del exterior; en la mayoría de los casos los clientes no son informados, y se enteran cuando quieren rescatar sus tenencias. Ahí se encuentran con la novedad de que el hacerse de su dinero puede significarle hasta un 5% de comisión de salida. Esta comisión es la que la gestora de los fondos le anticipó al vendedor o al equipo comercial al momento en que el inversor hizo la suscripción inicial. Generalmente esta comisión de «salida» se va reduciendo con los años mientras el inversor mantenga su dinero en el fondo y a medida que la gestora recupera el pago anticipado a los «vendedores» mediante la comisión anual de administración «inflada». «La industria de fondos de inversión en Argentina tiene súper estructuras que el inversor está pagando innecesariamente. Tienen una comisión anual promedio del 2,6%», alertan en FDI.
Los fondos cotizantes (ETFs por sus siglas en inglés, Exchange Traded Funds) son fondos que cotizan en una Bolsa de valores de la misma forma que una acción u otro título público. Entonces, pueden comprarse durante cualquier momento del día en que el mercado de valores se encuentre abierto. Los fondos cotizantes se caracterizan por tener costos inferiores a los fondos tradicionales y, en general, por seguir a algún índice de acciones como el Dow Jones. Existe una gran variedad de dichos instrumentos, que permiten invertir en diferentes países, sectores u activos. Un inversor en Argentina puede adquirir estos fondos a través de una sociedad de Bolsa local o de un bróker de Estados Unidos. La operación se realiza de la misma manera que la compra de una acción que cotiza en el mercado de valores americanos. Así como se puede comprar la acción de Apple, se puede comprar un ETF que contiene muchísimas acciones.
Es preferible operar con un bróker del exterior, porque los costos son significativamente más bajos. Por ejemplo, para operar con un bróker en el exterior, se puede abrir una cuenta en un discountbroker que tiene costos mucho más bajos que los bancos tradicionales, puesto que operan casi únicamente de forma electrónica a través de internet. Una vez abierta la cuenta en un bróker del exterior, se puede fondear a través de una transferencia bancaria. Los brókeres de descuento cobran únicamente USD 10 por operación, sin importar el tamaño de la transacción –algunos son más baratos, pero tienen mayores requisitos mínimos de capital–. El costo de hacer una operación con una sociedad de Bolsa local es del 1% de la transacción con un costo mínimo de USD 50.
Si queremos tener exposición a EEUU, podemos comprar un ETF administrado por la compañía Vanguard –una de las administradoras de fondos más grandes del mundo– que sigue la evolución del índice S&P 500. Dicho fondo está compuesto por las acciones que componen el índice S&P 500, reproduciendo con un mínimo margen de error el retorno de dicho índice. El costo anual de este fondo es de tan solo 0,06% anual. Existen ETFs de Brasil y Perú de la misma compañía que se adquieren exactamente de la misma manera. Por ejemplo, hay un ETF de Brasil que reproduce el retorno de activos del mercado brasilero –sigue al índice MSCI Brazil que incluye este tipo de compañías–. El costo anual de administración de este fondo es de 0,61% anual. Por otro lado, podríamos invertir en Perú a través de un ETF que incluye activos que cotizan en la Bolsa de Perú –en particular, el fondo contiene las acciones incluidas en el índice MSCI All Peru Capped Index– y tiene un
costo anual de administración de 0,62% anual. Hay un ETF que sigue al índice Bovespa, pero se negocia únicamente en la Bolsa de Brasil y tiene un comportamiento muy semejante al ETF que sigue al MSCI Brasil. Para invertir directamente en el ETF que espeja perfectamente el Bovespa, es necesario abrir una cuenta con un bróker de la Bolsa de Brasil. De acuerdo con un análisis realizado por Vanguard, menos de 3 de cada 10 fondos de acciones registrados en EEUU logran ganarle al mercado en donde invierten. En un análisis realizado por la gerenciadora de patrimonios FDI –tomando como base los datos de Vanguard, el mismo universo de fondos de acciones, pero en su versión de registro offshore, que son en los cuales sí pueden invertir los latinoamericanos– la estadística muestra que solo 2 de cada 10 fondos logran ganarle al mercado. La razón de que esos fondos, administrados por los mismos
portfolio managers, tengan peor performance es que los registrados offshore tienen costos aún más altos (entre comisiones y gastos de administración). Con los fondos de renta fija, o sea, los que invierten en bonos, las estadísticas dan aún peor. Es decir que, si los que se creen más preparados, capacitados y con mayor información, no logran ganarle consistentemente al mercado en donde invierten, y que por ello cobran gastos y comisiones astronómicas, la solución pasa por usar los baratos y predecibles ETFs.
La creencia popular de que los asesores son «clarividentes» y/o que con sus «research» tienen la capacidad de anticiparse a los movimientos del mercado no es más que un mito.
Desde hace años está demostrado que la rentabilidad la da el mercado y no los asesores (y mucho menos los portfolio managers). O sea, la rentabilidad de un bono la da el mercado, nadie puede hacer nada para cambiarla. Lo mismo con las acciones: nadie puede predecir cuál va a ser su movimiento. De ahí el éxito que hoy en día tienen los ETFs, los cuales están «aniquilando» el negocio de los fondos de inversión tradicionales. Por tal motivo, un buen asesor debería concentrarse en lograr para sus clientes la rentabilidad del mercado al menor costo posible. O sea que, para maximizar la renta, es crucial reducir costos y comisiones. Existen muchas formas de erradicar hasta casi el 100% de estos gastos. La clave se encuentra en saber determinar de qué lado está quien asesora. En Estados Unidos y en Europa (en este continente a partir de la entrada en vigencia del MiFID II empieza a ser obligatorio, o sea, no se permite
el sistema de comisiones) se cobra un fee de administración, cuya alícuota máxima suele ser del 0,75% anual en el primer millón de dólares del patrimonio gerenciado, 0,5% en los próximos USD 4.000.000 y 0,35% en más de USD 5.000.000. Por lo tanto, sobre un activo gerenciado de USD 5.600.000 cobran trimestralmente USD 7.400 (se divide por cuatro el monto anual): USD 1.000.000 x 0,75% + USD 4.000.000 x 0,5% + USD 600.000 x 0,35%. En el caso de activos gerenciados de USD 45.000, el honorario trimestral suele ser USD 125, ya que suelen tener un mínimo: Porque USD 45.000 x 0,75% dividido 4 = USD 84,37. «Los inversores alrededor del mundo exigen transparencia. Ya tienen en claro que la comisión mata la objetividad; de ahí que prefieren
asesores a quienes les pagan directamente y que en definitiva les termina saliendo más baratos que manejándose con el sistema tradicional. Pero adicionalmente tienen la tranquilidad de que no les van a estar vendiendo gato por liebre», concluye Sardáns.
Cómo invertir en empresas antes de que lleguen a la Bolsa ¿Qué inversiones rinden hoy más que las empresas argentinas o estadounidenses en la Bolsa? Respuesta: invertir en esas mismas empresas, pero antes de que lleguen a la Bolsa. Cuando el éxito de una empresa se vuelve popular, salen a la luz las innumerables anécdotas de personas que se hicieron millonarias por haberse cruzado con ellas desde sus inicios. Tal es el caso de David Cheriton, el profesor de computación que le dio el primer cheque a un grupo de estudiantes para probar un sistema que luego se convertiría en Google; o el caso de David Choe, el artista al que le pagaron con acciones por pintar las primeras oficinas de Facebook, sin imaginar que valdrían USD 200 millones unos seis años después.
Invertir en buenas empresas tiene sus beneficios, pero mucho más si se invierte en ellas cuando todavía están en sus comienzos. Por eso, existen fondos de inversión especializados en detectar empresas de alto potencial en etapa temprana. En 2014 el fondo de inversión South Ventures invirtió en un emprendimiento que desarrollaba un sistema de pagos de bajo costo utilizando una tecnología por entonces poco conocida: el bitcoin. Dos años más tarde, el bitcoin se popularizó tanto que llegó a crecer 17 veces a lo largo de 2017 y, con ello, el valor de la empresa. Hoy, este emprendimiento llamado Ripio es la empresa líder en compra-venta de bitcoins de la región, crece a un ritmo de 100% por trimestre y acaba de recibir USD 37 millones para crear su red de préstamos (usuarios que se prestan dinero entre sí) utilizando su propia criptomoneda: RCN. «Esto no es un caso aislado, también invertimos en empresas como CargoX, la “Uber de Camiones”
de Brasil, a la que se sumó como inversor el propio fundador de Uber, Oscar Salazar, en la que Goldman Sachs invirtió USD 30 millones el año pasado y fue nombrada como una de las treinta startups globales que cambiarán el mundo en 2018», explica Sebastián Ortega, administrador de los fondos, quien cuenta con un doctorado en Dirección de Negocios y especializaciones en las escuelas de negocios de Harvard y Columbia. Su anterior fondo multiplicó la inversión inicial por 5,6 veces en dos años y medio. También se encuentran en su portafolio empresas como Amaro, la «Zara 2.0» de Brasil, y Trocafone, que a pesar de haber nacido hace tres años es líder en la región en el intercambio de teléfonos celulares, que ya recibió USD 40 millones de inversión. Algunas de estas ya están incluso con planes para salir a cotizar en Bolsa. Grit Fund es el fondo administrado multiestrategia de South Ventures
que invierte en acciones, bonos, ETFs y opciones bursátiles en Estados Unidos, así como en empresas no cotizantes de alto potencial de crecimiento (startups). Algunas de las principales posiciones actuales del fondo incluyen a Google, Berkshire Hathaway, CargoX, Amaro, Trocafone y Ripio. Su rendimiento objetivo es de 20% anual en dólares (en el último año tuvo un crecimiento de 36% en dólares), equivalente al doble de crecimiento estándar de los mercados estadounidenses, incorporando mecanismos de cobertura para minimizar los altibajos de los precios.
Aunque no existen tiempos mínimos para retirar la inversión, los resultados se ven con el paso del tiempo y con los altibajos de los mercados, por tanto, es
recomendable invertir pensando en un período mayor a cinco años. Para ello, se utiliza la estrategia de «inversiones de valor» que emplean los inversores más exitosos de la historia como Warren Buffett y Seth Klarman. Esto es, se seleccionan empresas de fuerte crecimiento de largo plazo, y que se encuentren a precios bajos hoy. Únicamente se consideran empresas con finanzas sólidas, buen producto, y excepcional equipo de gestión. El Grit Fund tiene un portafolio diversificado entre distintos tipos de inversiones. Esta diversificación es geográfica (inversiones de distintas partes del mundo) o por tipo de activo (desde bonos e inversiones inmobiliarias hasta startups). Por ejemplo, un portafolio puede quedar configurado con 50% en acciones de empresas norteamericanas, 25% en startups, 15% en oro y 10% a la devaluación del rublo ruso.
La forma en que se asigna el peso de cada tipo de inversión en la cartera depende de cuestiones de mercado. Por ejemplo, cuando el mercado está en sus mínimos, se tendrá mayoría en acciones para tomar provecho de las subas, y cuando el mercado está en sus máximos, se tendrá mayoría en bonos, oro o efectivo para estar protegidos ante posibles bajas.
Te tiro la posta: cómo invertir en bonos en EEUU En Estados Unidos se gana 10% anual en dólares con bonos corporativos. Contrario a lo que muchos creen, se pueden encontrar buenas oportunidades en bonos corporativos americanos con rendimientos que pueden superar hasta el 10% anual en dólares. Son compañías que, por alguna razón, atraviesan un mal momento en su negocio o industria. «Tengamos presente que cuando vamos a comprar bonos no buscamos empresas líderes, porque esas van a pagar muy poco. Lo que buscamos son compañías que estén atravesando un mal momento, pero donde no se ponga en juego la capacidad de pago, o al menos que la relación riesgo/retorno sea favorable», advierte Daniela Wechselblatt.
Comparativamente, señala que hay bastantes bonos corporativos americanos que rinden mejor que los bonos soberanos, provinciales y hasta corporativos argentinos: • Safeway es una cadena de supermercados que rinde 10,14%. Se vio golpeada porque otra cadena que había sido adquirida por un fondo de private equity anunció que entraba en bancarrota y esto inmediatamente contagió susto al sector. • Genworth es una aseguradora que cuenta con un rendimiento del 9,26% por estar en proceso de ser adquirida por otra empresa de seguros china, y esto genera incertidumbre debido a la coyuntura política americana, haciendo que el bono aumente su rendimiento. • Centurylink pertenece al rubro telecomunicaciones y tiene una TIR (tasa interna de rentabilidad) de 8,04%. Es una industria altamente apalancada (le afecta la suba de
tasas de interés), pero tiene una generación de flujo de caja estable. • L Brands (con Victoria’s Secret como la principal marca dentro de su portafolio) se ve afectada como toda la industrial retail por la existencia de Amazon. Pero, a pesar de que los márgenes operativos caen, la empresa no está nada mal y rinde 7,29%. Tiene un flujo de caja libre positivo, es decir que cuenta con dinero disponible para cubrir deuda una vez que se hayan deducido el pago a proveedores y las compras del activo fijo (construcciones, maquinaria, locales). Con un mínimo de USD 10.000 se puede abrir una cuenta en el exterior y así comprar variedad de bonos corporativos americanos y del resto del mundo. La compra mínima de muchos de los bonos corporativos es de USD 2.000.
Existen dos fuentes de ingresos cuando se compra un bono: la apreciación del capital (en caso de que sea comprado a un precio por debajo de la par) y la renta periódica que proporciona.
Wechselblatt pone como ejemplo un bono que fue adquirido por USD 900 con un cupón del 8% anual en dólares por un plazo de cinco años, que pagará USD 40 cada seis meses y al final del período devolverá USD 1000 (que es el valor nominal), generando una tasa de retorno final del 10%. «De esta forma, hacemos que nuestro capital trabaje y nos genere fuentes adicionales de ingresos». Por otra parte, los bonos son ingresos predecibles: por lo general, las inversiones en bonos pagan intereses cada seis meses y lo hacen por un monto preestablecido por el cupón (USD 40 semestral, como en el ejemplo anterior). ¿Qué significa esto? Que provee un flujo de ingresos predecible. Ya sea que se junte dinero para la educación de los hijos, para comprar una casa, o simplemente para ahorrar, las inversiones en bonos pueden ayudar a alcanzar estos objetivos. Esta es una razón fundamental por la que la gente elige invertir en bonos.
La ventaja es que no hay un tiempo mínimo de permanencia ya que, al ser líquidos (tienen un elevado volumen de negociación diario), el spread entre la compra y la venta es muy bajo. «Lo que sí se debe considerar es el costo que cobra el bróker en caso de que cobren por entrar y salir», alerta la CFA. Vale aclarar que los bonos argentinos en dólares pagan impuesto a las ganancias de un 15% (soberanos no pagan bienes personales, corporativos sí), mientras que en los corporativos americanos va por escala de ganancias con un máximo del 35% más bienes personales.
Cómo invertir en acciones americanas El 23 de marzo de 2020 fue el día en que las acciones americanas tocaron su piso en medio de un clima de fuerte pesimismo cuando los
mercados incorporaron en el precio la gravedad del impacto económico del Covid. Parecía la tormenta perfecta para Trump. Luego de muchísimo esfuerzo por mantener a la economía sobre rieles, su campaña electoral podía peligrar por otro cisne negro. El miedo de que la cadena de pagos se interrumpiera a causa del freno abrupto en las ventas de ciertos sectores fue una idea que aterró a los inversores. Pero, de repente, las expectativas cambiaron. ¿Qué pasó? La Reserva Federal (Fed) hizo dar un vuelco en las perspectivas luego de anunciar que de ser necesario intervendría con artillería pesada para contrarrestar la situación. Ya el 15 de marzo decidieron llevar las tasas de interés a cero, y ese famoso 23 de marzo, la Fed anunció expansión cuantitativa ilimitada con el objetivo de frenar lo que parecía ser la debacle financiera más grande de la historia. Acá una guía de preguntas para entender sobre el tema, con las respuestas de Daniela Wechselblatt.
¿Qué significa el programa de expansión cuantitativa? Significa que la Fed utiliza una herramienta para aumentar la oferta de dinero y lo logra mediante la recompra de bonos. En 2008 ya lo había hecho al adquirir bonos del tesoro americano e hipotecas «basura» (recordemos que aquella crisis vino del lado de las hipotecas). La novedad ahora es que también está recomprando bonos corporativos americanos y los incorpora en su balance. Esta medida suele ser utilizada cuando ya no alcanza con los métodos habituales, como la baja de las tasas de interés que ya estaban ubicadas en cero. En 2008 el balance era de menos de 1 trillón de dólares y se estabilizó a partir de 2014 en 4.5 trillones. Básicamente, el aumento del balance tiene como contrapartida emisión monetaria.
¿Cuáles son las pálidas de hoy en día? • Nos encontramos en medio de una pandemia que afecta a la actividad económica de la mayor parte del planeta, y no sabemos si puede haber rebrotes en el corto plazo. • El nivel de desempleo se eleva a casi el 15% en EEUU, el mayor de las últimas décadas. Veníamos de una situación de pleno empleo que cambió radicalmente de la noche a la mañana. • Tensión de EEUU con China, que ya venía desde antes de la pandemia y ahora en aumento. • Fuertes protestas y saqueos en puntos claves de EEUU por la muerte de George Floyd. En otro contexto estos eventos hubiesen causado estragos en los mercados financieros, pero sorpresivamente no está ocurriendo. La contundente y rápida acción de la Fed logró revertir la tendencia a la baja que vimos hasta el 23 de marzo,
y los inversores evidentemente tienen confianza de que esta «protección» se mantendrá. Adicionalmente, la fuerte emisión monetaria de la Fed hace que muchos inversores decidan posicionarse en acciones para cubrirse de la posible presión inflacionaria a futuro que les haga perder poder adquisitivo, y esto empuja a las acciones a subir de precio. Por último, a los mercados les encanta anticiparse y hay un optimismo fuerte por la reapertura de los comercios; se apuesta a que todo vuelva a la normalidad pronto con o sin virus. ¿Será que en algún momento el mundo financiero y la economía real volverán a ir de la mano? De todo esto podemos obtener varias lecciones: • Para quienes shortearon esperando la llegada del fin del mundo, si bien los datos de la economía real son alarmantes, no sirve apostar en
contra de la billetera más fuerte del planeta que es la de la Fed. Su intervención cambió el esquema y el S&P ya volvió a los valores de principio de marzo. • No tratar de especular en el corto plazo queriendo ganarle al mercado. Siguiendo la famosa frase de Keynes: «Los mercados pueden mantener su irracionalidad más tiempo del que tú puedes mantener tu solvencia». Y mas allá de la irracionalidad de los inversores, las variables que pueden afectar a los precios son prácticamente infinitas. • Si no podemos predecir lo que ocurrirá en el corto plazo, nos queda enfocarnos en el largo. Y para eso lo mejor que podemos hacer es buscar compañías que tengan un buen modelo de negocio sostenible en el tiempo y que se vean beneficiadas por el nuevo orden pospandemia. Apuntar a empresas que, si llegara a venir una nueva caída en los mercados, nos den la confianza para mantenerlas en nuestra cartera hasta que la situación se revierta.
Con USD 5.000, quien apostó a la baja ganó hasta 20% anual en dólares Warren Buffett fue quien los hizo conocidos, a través de Berkshire Hathaway, su hedge fund. Se trata de fondos de retorno absoluto, que no solo ganan cuando el mercado sube, como puede ser el caso de los fondos comunes de inversión, sino también cuando baja. ¿Por qué? Porque apuestan tanto a la suba como a la baja de monedas, índices y mercados en todo el mundo. Pero hay que tener en cuenta que no es apto para aquellos perfiles que son ultra conservadores, ya que la volatilidad es grande, y se debe permanecer al menos por un año. Por eso recomiendan destinar dinero que no se necesite para vivir. El año 2018 comenzó con muy mal tiempo a nivel bursátil: luego de tres años con la volatilidad más baja vista
en los últimos cincuenta años, parecía que el león se había despertado para asustar a cualquiera que se quisiera acercar a los mercados. Desde los últimos días de enero en adelante, las Bolsas mundiales pararon de caer. El índice Dow Jones estuvo aproximadamente 11% debajo de sus máximos históricos. Si bien parecía que marzo iba a recuperar el terreno perdido, con las pérdidas de las últimas semanas se regresó casi a los mínimos de febrero, confirmando que la volatilidad volvía a los mercados y que los inversores desatentos podrían ser borrados del mapa. El resto del año no parecía ser nada alentador desde el lado de la volatilidad. «Si tomamos datos desde 1980 en adelante, 2018 ha tenido en menos de cuatro meses más variaciones porcentuales diarias del orden del 1,5%, 2,5% y 3,5% que cualquier otro año, y ningún año que haya tenido tales variaciones ha concluido sin
haber tenido una variación anual (esto es, la distancia anual entre máximos y mínimos anuales) de menos del 20%. En 2018 nos encontramos en el 13% de variación, por lo que, si las matemáticas son correctas, veremos movimientos en el Dow Jones mucho más grandes que los actuales durante este año», vaticinaba Ivan Scherman, el primer argentino en obtener el título de Certified Financial Technician de la International Federation of Technical Analyisis, y en ser level III de la Chartered Market Technician Association program, la máxima titulación bursátil mundial. Esto implicaba muchísima más volatilidad que en años anteriores, lo cual es normal si se considera que históricamente los años de medio término de los períodos presidenciales estadounidenses suelen ser de los más volátiles comparado al resto, con falsos quiebres tanto al alza como a la baja que normalmente engañan a los inversores, haciéndoles tomar el lado incorrecto.
Ahora, ¿implica eso que hay que mantenerse fuera del mercado? De ninguna manera. Como dice el dicho «a río revuelto, ganancia de pescadores». Scherman señala que «un año como 2018 implica una oportunidad enorme, ya que quienes invierten en hedge funds necesitan de la volatilidad para generar largos movimientos tanto al alza como a la baja para multiplicar por dos o por tres los movimientos del mercado a su favor». Eso es lo que diferencia a un hedge de un fondo común de inversión, que gana solo cuando el mercado sube, y devuelve todo lo ganado cuando los mercados se ponen peligrosos. «Pero las correcciones, al ser más rápidas en cómo se producen, pueden generar mejores oportunidades que cuando el mercado está tranquilo, pudiéndose ganar tanto al alza como a la baja», indica Scherman, Head Portfolio Manager de Emerge Funds Investments, el primer hedge fund
algorítmico de capitales argentinos con más de una década de existencia. Por eso, 2018 pudo ser aprovechado para obtener ganancias mayores a las que pueden obtenerse en años normales desde el punto de vista de la volatilidad, reduciendo el riesgo que implica solo invertir cuando el mercado sube por un riesgo menor, que es el de ganar también a la baja. De hecho, apostando a la baja se puede ganar hasta 20% anual en dólares.
Llegó el Tinder de las oportunidades bursátiles: matcheá con acciones Goonder es como un Tinder, pero de acciones. La app ofrece gratis oportunidades de inversión a millennials y personas no especializadas en mercados financieros desde USD 2.000. Trabaja con los mejores algoritmos de trading, que seleccionan cada día las mejores oportunidades de inversión en acciones de las principales Bolsas del mundo, como el S&P 500 (las 500 compañías más grandes que cotizan en los Estados Unidos) y el Stoxx Europe 600 (un índice bursátil compuesto de las 600 principales compañías por capitalización bursátil europeas de 18 países). Este Tinder tira constantemente, según el perfil del usuario (agresivo, conservador o moderado), las acciones que proyectan un crecimiento fuerte, por ejemplo, del
5%, en los próximos cuatro días, de acuerdo a un análisis técnico de los fundamentales históricos del papel diseñado por el algoritmo según bases estadísticas. La plataforma conecta con el bróker y da cerrada las órdenes de compra y de venta, de modo de eliminar el miedo al desconocimiento o a la ansiedad. «Damos la oportunidad cerrada, con el punto de entrada, de salida y el stop por el corte de pérdida que puede llegar a haber, ya que la pauta puede no llegar a comportarse como dice el algoritmo, entonces cortamos la pérdida de inmediato, para que sea lo menor posible, ya que en el mercado puede haber comportamientos anticíclicos. Pero la pérdida que puede llegar a generarse siempre será menor que la ganancia que te podrá dar», señala Borja Menéndez Muñoz, CEO de Goonder. En su caso puntual, invirtió USD 5.000 para probar el análisis financiero de la app. La primera semana perdió USD 300, pero la siguiente los recuperó y ganó en dos
meses USD 1.000, lo que representa un 20% (¡en tan solo dos meses!). Todos los días le llegan oportunidades de acuerdo al perfil que armó: solo empresas que sean socialmente responsables, acciones líquidas y seguras, de modo de tener menos riesgo. Goonder, que comenzó en septiembre de 2019, ya tiene miles de usuarios, la mitad argentinos (los otros son de España y de México), y en su primera ronda levantó USD 500.000, y ahora está armando otra, donde estiman levantar entre 2 y 3 millones de dólares, pues hay varios fondos grandes de Europa, Estados Unidos y hasta de Argentina interesados en ingresar como accionistas. Ahora apuntan al mercado chino y estadounidense, un mercado mucho más maduro y grande que el local, donde esperan tener 50.000 descargas. El paso siguiente que tienen planeado para este año es que se pueda invertir en criptomonedas a través
del algoritmo y en acciones de las principales Bolsas de América Latina. Goonder está disponible en todo el mundo en modo virtual, pero los usuarios también pueden operar en modo real a través del bróker español Esfera Capital, una marca blanca para la plataforma internacional de trading Interactive Brokers, que permite operar en los principales mercados financieros internacionales. Con esta app no es necesario tener conocimientos financieros para ganar dinero en Bolsa, ni se necesita dedicar tiempo al estudio de los mercados financieros: Goonder lo facilita, ofreciendo una selección diaria de oportunidades de inversión de acuerdo al perfil de cada usuario. Una vez tomada la decisión se acepta o rechaza con un solo gesto de deslizamiento de la pantalla (swipe), o pulsando el botón correspondiente. Después, solo se decide la cantidad a invertir cada día, y Goonder la repartirá equitativamente entre las
oportunidades elegidas. Además, se elimina la incertidumbre sobre cuándo comprar y vender: todos los puntos de ejecución (compra, venta, corte de pérdida y tiempo máximo) ya están incluidos en cada oportunidad, de modo que tampoco es necesario dedicar tiempo al seguimiento de las inversiones: al llegar al punto predeterminado, la orden se ejecutará automáticamente, de manera que los usuarios solo deben mirar cómo va el rendimiento. Las oportunidades son de corto plazo: una semana y media desde el momento de la compra hasta el de la venta. De este modo el capital puede rotar en al menos tres ciclos de oportunidades cada mes. Pronto comenzarán a operar en Hong Kong y sur de China, con un mercado potencial de 100 millones de consumidores.
Cómo aprender de Warren Buffett, el gurú mundial de las inversiones, el maradona de hacer plata Sebastián Ortega, director ejecutivo del fondo de inversión South Ventures, viajó a la ciudad de Omaha, en el estado de Nebraska, Estados Unidos, el lugar de nacimiento de Warren Buffett, para asistir a la asamblea anual de accionistas de Berkshire Hathaway. Es el evento de inversiones más importante del mundo, donde 40.000 personas se hacen presentes. Se lo conoce como el Woodstock del capitalismo. El día previo hay una expo con las empresas de Buffett y al día siguiente de la conferencia hay una carrera de cinco kilómetros por la ciudad organizada por Brooks, otras de sus empresas.
A simple vista, la escena de la mega conferencia se asemeja a la de un concierto de rock en un estadio colmado, solo que enfrente se encuentran dos señores sentados detrás de una mesa, uno de 86 (Buffett) y otro de 93 años (Charlie Munger, su socio y vice chairman). El estadio queda distribuido como si fuera un concierto de rock. Ellos son conocidos por lograr un rendimiento de dos millones por ciento (sí, 2.000.000%) a lo largo de 52 años al frente de esta compañía. Las acciones pasaron de valer USD 11,50 a USD 250.000 durante este período. Bill Gates también estuvo presente durante toda la reunión en la primera fila. Va siempre porque se transformó en uno de los amigos de Buffett desde hace 26 años, pero además porque es uno de los doce directores de Berkshire. Uno de los temas a votar en esta reunión fue la conformación del directorio para el siguiente año, por tanto, debieron votar su reelección.
El fondo invierte en Coca-Cola, Duracell, Walmart, American Express. Hace unos años invirtió USD 20.000 millones en Apple, e invirtió otros USD 10.000 millones para comprar acciones de cuatro aerolíneas: American Airlines, Delta Airlines, United Continental y SouthWest Airlines. Para poder ser parte de la reunión no hay ningún costo, pero está restringido a los accionistas de Berkshire. Para tener credencial de acceso, es necesario tener al menos una acción. Hay dos tipos de acciones: las de Clase A, cada una vale USD 245.000 (es la acción más cara en el mercado de valores) y las de Clase B, USD 165 cada una. Por lo tanto, con USD 165 ya es posible conseguir acceso, pero hay que reservar con dos meses de anticipación. La fila para entrar al estadio empieza a las tres de la madrugada a la intemperie, ya que recién a las siete abre la puerta el estadio y a las 9.30 empieza la reunión que termina a
las cuatro de la tarde, con un break de 12 a 13 para el almuerzo. Pero como nadie se quiere ir del asiento, venden la caja de comida desde el día anterior para que el inversor vaya listo para pasar el día en el estadio. La caja de comida sale USD 15, es de Jason’s Deli, trae un sándwich de pavo con agua y una cookie: todo en una caja de cartón tipo vianda. Buffett es casi como una mega estrella de rock en el evento. Todo parece una fiesta, hasta que llega el momento de las preguntas. El clima se pone tenso. Buffett asume el rol de quien decide sobre el destino de la empresa en la que todos los presentes tienen acciones. Muchos de ellos tienen todo su patrimonio invertido ahí, por tanto, su futuro depende del hombre a quien van a interrogar. En cuanto a las preguntas, hay tres analistas de inversiones asignados para recibirlas de antemano. Los accionistas pueden empezar a mandarlas por mail desde varios meses antes. Cada analista selecciona el conjunto de preguntas más relevante de entre todas las que recibió.
Las primeras no fueron simples: «Dado que Berkshire es dueña de una de las principales aseguradoras de automóviles de Estados Unidos (Geico) y también de uno de los principales ferrocarriles (BNSF), ¿cómo afectará la tecnología de los autos y camiones sin conductor a estas empresas?». Sin disimular su preocupación Buffett dijo: «Si eso prospera, será un beneficio para los consumidores, y dañará nuestras inversiones». No fue una respuesta complaciente. Más de uno quedó muy preocupado. En respuesta a otra pregunta, confesó que uno de sus principales errores fue no haber invertido tempranamente en Google. Dijo: «Conocía a los fundadores y tenía oportunidad de preguntarles todo lo que necesitaba, pero no lo hice». «Las 40.000 personas del estadio estábamos escuchando con mucha atención. Estábamos en una tribuna cual partido de fútbol escuchando a uno de los hombres más profundos en materia de inversiones. Requería
concentración absoluta. Cualquier cosa que dijera podía afectar nuestras expectativas financieras. Cada tanto hacía bien recordar que esa no era una conferencia académica: los presentes éramos accionistas y el hombre que hablaba tomaba decisiones que afectaban a estas acciones», explica Ortega. En el medio de la reunión hubo una pregunta lanzada directo al estómago: «Usted que es un hombre mayor, ¿cómo es posible que sea el principal accionista de CocaCola, que fabrica productos tóxicos para la salud de las personas?». Ahí el resto del estadio empezó a abuchear a la persona. Se generó un momento muy tenso. De hecho, los presentes se enteraron más tarde que durante la reunión había un grupo de manifestantes en la puerta del estadio repudiando la existencia misma de Coca. Sin embargo, Buffett contestó: «Cada lata de Coca tiene 1,2 onzas de azúcar. Usted puede ver que diferentes personas ingieren azúcares y calorías que vienen de todo tipo de cosas. Resulta que yo
prefiero que mi azúcar y mis calorías vengan desde aquí, ya que es la bebida que más disfruto». Pensar que el primer empleo de Buffett fue de repartidor del diario Washington Post.
¿Cómo funciona la dinámica de los resultados de balances? La temporada de resultados de balances del primer trimestre comenzó y los festejos en Wall Street también. Ya reportaron compañías referentes del mercado como Google, Microsoft, Facebook, Netflix, 3M, entre otras. Muchos analistas están empezando a hacer estimaciones de lo que pueda pasar en el segundo trimestre, pero la realidad es que las cuarentenas empezaron a fin de marzo y los resultados de ahora nos aportan pocas pistas sobre lo que podría venir. Por su lado, las empresas se abstienen de comentar sobre sus expectativas para el segundo trimestre, que claramente es el más preocupante. La temporada suele comenzar unos días después de que cierran
los trimestres en marzo, junio, septiembre y diciembre, y dura aproximadamente seis semanas. Durante este lapso los precios de las acciones pueden llegar a sufrir grandes fluctuaciones. No es descabellado observar acciones con saltos abruptos de un 20% o desplomándose de un momento para el otro. Vamos con una serie de preguntas para que entiendas de qué se trata, con la respuesta de una experta: Daniela Wechselblatt 1. ¿Por qué ocurre esto en Wall Street? Se trata de una época en la que los mercados se encuentran muy activos. El resultado de balances es un evento que afecta tanto a los analistas que los estudian a fondo y se guían por fundamentos como los traders, que especulan con los movimientos de corto plazo. Todos ellos hacen que la volatilidad en los precios aumente.
2. ¿Cuál es la clave para entender los movimientos en el precio de la acción cuando se anuncian los resultados de balances? A diferencia de lo que muchos se imaginan, el movimiento en el precio de la acción a la fecha del anuncio de resultados no se da en función de que la compañía reporte pérdidas o ganancias. La dinámica funciona de la siguiente forma: para todas las empresas que tienen balances públicos van a existir estimaciones consensuadas de ganancias, ventas, anuncios de nuevas líneas de negocios, entre otras cosas. Van a estar calculadas por diferentes analistas y van a darse a conocer, lógicamente, antes de que la empresa reporte números. La clave está en la diferencia entre las estimaciones de ganancias de los analistas vs. el valor realmente reportado. ¿Por qué? Porque el movimiento se genera con la sorpresa. Recordemos que el mercado descuenta todo en los precios, con lo cual las pérdidas o ganancias estimadas por los
expertos al momento en que la compañía reporta resultados ya están reflejadas. Esto hace que la variación en el precio se produzca principalmente por expectativas no alcanzadas o superadas, más que por resultado absoluto. Además, el momento del anuncio siempre se da en horas donde el mercado de valores está cerrado y operan pocos participantes, con lo cual la fluctuación inicial ocurre en un volumen muy pequeño y no del todo representativo para el largo plazo. ¿De dónde surgen las estimaciones consensuadas? Se trata de la combinación de estimaciones de los analistas que cubren las acciones que cotizan públicamente. Estas estimaciones no son a ciencia cierta, pueden diferir ya que surgen de balances proyectados, modelos de valuación utilizados, y research en donde siempre nos tenemos que basar en supuestos sobre eventos futuros que podrían no ser acertados. En muchas páginas web abiertas al público se
puede encontrar esta información. Una de las principales fuentes de información para los analistas es la misma estimación que da el CFO o el CEO de la compañía cuando anuncia el resultado del balance anterior en la rueda de prensa, que en un contexto normal suele ser bastante acertado. De esta forma evitan movimientos bruscos en el precio de la acción. El problema ahora es el siguiente: todos sabemos que el segundo trimestre quedará para el olvido por la baja en la facturación a causa de las cuarentenas. Ningún management está animándose a lanzar algún tipo de proyección, sobre todo porque el trimestre todavía está en curso y no sabemos en qué momento la actividad económica se vuelva a reactivar. Adicionalmente, y como es sabido, la SEC revisa los lineamientos, anuncia el management y si se alejan mucho de la realidad también pueden llegar a tener problemas legales, por eso lo mejor en esta ocasión es dar menos información.
Básicamente el escenario de incertidumbre es total, los analistas tienen muy pocos elementos para calcular sus estimaciones y la volatilidad que esto puede generar en los precios es elevada. En la medida en que transcurran los próximos meses veremos con mayor claridad el panorama de las empresas en el mundo. De todas formas y como buenos analistas, es el momento de encontrar valor y de enfocarnos en los negocios que pueden llegar a salir favorecidos de este nuevo orden pospandemia. ¿Se reducirán los espacios de oficinas ahora que entendemos que podemos trabajar también desde nuestros hogares y aumentará el trabajo remoto? ¿Hay futuro para las compañías de cruceros? ¿Se pronunciará la tendencia a la desaparición de las tiendas físicas ahora que cada vez nos acostumbramos más a las compras online? Si bien ahora estamos frente a una aparente calma y optimismo de
mercados, más adelante pueden surgir nuevas oportunidades en la medida en que esta incertidumbre se vaya despejando y quede más claro quiénes son los ganadores y los perdedores en el largo plazo. Todavía nos queda pasar por la tormenta de los resultados del segundo trimestre que generarán volatilidad en los mercados, pero nosotros debemos enfocarnos en las empresas que sobrevivirán y se readaptarán a esta nueva realidad en el largo plazo.
Pensiones o delegar tu futuro al gobierno Hoy en día el sistema previsional es un desafío a nivel mundial, y en Argentina todo está agravado por un Estado que siempre se encuentra escaso de recursos. Uno de los índices que evalúa los sistemas de pensiones a nivel global es el Índice Mundial de Pensiones de Mercer Melbourne. Compara 37 sistemas de jubilación cubriendo, prácticamente, dos tercios de la población mundial y toma en cuenta tres variables: adecuación, sostenibilidad e integridad.
Veamos cuáles son los países mejores ranqueados: 1. Holanda 2. Dinamarca 3. Australia Y qué países lideran el ranking de los peores: Argentina y Tailandia casi con el mismo puntaje. ¿No nos sorprende, cierto? De los tres índices medidos, el mayor problema radica en la sostenibilidad. Mide la probabilidad de que el sistema actual pueda entregar beneficios a futuro. A nivel mundial el principal problema es el del envejecimiento de la población, que incluye una reducción de la tasa de natalidad o
emigración de la población. Si no se sube gradualmente la edad de retiro a medida que aumenta la esperanza de vida, la misma población económicamente activa debe aportar para mantener cada vez a más gente retirada y esto se transforma en una carga más y más pesada para aquellos que trabajan. Es difícil lograr el aumento de la edad jubilatoria sin resistencia de la población. Adicionalmente a los problemas de fondo que tienen todos los sistemas de pensión, Argentina tiene el factor agravante de ser un país con crisis económicas cíclicas severas y con un Estado voraz que necesita de los recursos. Esto llevó a que las reglas cambien constantemente a lo largo del tiempo en un ámbito que se espera que sea estable ya que justamente estamos hablando del retiro de los argentinos. ¿Cuántas veces se modificó el sistema previsional? Se pasó de un sistema de reparto de «solidaridad intergeneracional» –en el que la generación económicamente activa financiaba
la pensión de la generación jubilada y, a su vez, la primera era financiada por la generación siguiente– a la posibilidad de optar por un sistema de capitalización administrado por las AFJP (década de 1990), y luego a partir de 2008 se volvió al antiguo sistema de forma compulsiva. En el medio (a partir de 2005) se empezaron a «rifar» las jubilaciones a través de la moratoria en la que ingresaron personas sin aportes al sistema previsional. Durante todo este tiempo los cambios de reglas de juego, entre otras cosas en la fórmula de movilidad de los haberes, resultaron en un achatamiento cada vez mayor en las escalas jubilatorias y esta historia continúa en el presente con las modificaciones que se quieren hacer. Luego de la reciente visita del FMI, también queda la «puerta abierta» para más reformas a futuro. ¿Sostenibilidad? Muy dudosa.
La conclusión es evidente, si queremos asegurarnos un buen pasar para nuestros años de retiro, debemos encargarnos de esta tarea nosotros mismos. ¿Cómo lo logramos? Daniela Wechselblatt responde. Ahorrando e invirtiendo. El ahorro justamente consiste en posponer el consumo de hoy a cambio de un beneficio a futuro. El ahorro tradicional de los argentinos en ladrillos cada vez rinde menos, se trata de una inversión en dólares con rendimientos en pesos y ya a esta altura tenemos muy en claro quién sale perdiendo cuando hay devaluaciones. Hoy en día las propiedades rinden entre el 1 y el 2% en dólares. Por otro lado, el simple hecho de comprar dólares y guardarlos debajo
del «colchón» resulta incompleto ya que también hay inflación en moneda dura y poco a poco nuestro dinero pierde poder adquisitivo. Una buena opción es invertir en activos en dólares que den una renta en la misma moneda. De esa forma a lo largo del tiempo nuestro dinero capitaliza, se mantiene en dólares y cuando juntamos un capital considerable podemos vivir de intereses. Lo mejor es hacerlo nosotros mismos, sin siquiera planes de retiro ni empresas aseguradoras intermediarias. Si bien durante la vida económicamente activa del inversor se pueden tener acciones, los activos que se utilizan por excelencia a partir del momento del retiro son los bonos de países desarrollados o de empresas de buena calidad crediticia con bajo riesgo de impago. Nos pagan intereses periódicos y se adaptan a todos los perfiles. Existe un mundo de renta fija de países desarrollados para inversores más conservadores como por
ejemplo EEUU, Francia, Alemania y Reino Unido. También hay de países emergentes para perfiles moderados. Hoy en día las opciones más interesantes se encuentran en los bonos corporativos por sus mejores rendimientos, que pueden rondar entre el 4 y el 7% en promedio en dólares.
Como podemos ver, tenemos opciones y herramientas para que, con la ayuda de profesionales, podamos tomar las riendas de nuestro futuro. No esperemos a que sea tarde.
Desconfiá de las predicciones de los grandes bancos El año 2018 cerró en rojo en EEUU, ninguna clase de activo logró acumular ganancias. Tuvimos un 2019 con una curva de tasas de interés invertida, que se considera un signo de pronta recesión, pero con el correr de los meses esta situación se revirtió hasta llegar a un auge completamente inesperado haciendo que 2019 cerrara como uno de los mejores años en la historia bursátil. El índice S&P, que es el más representativo del mercado americano, terminó 2018 con una pérdida del 4% pero 2019, ganando un 29%. En este momento nos encontramos en el ciclo expansivo más largo de la historia americana. La gran pregunta que surge es, ¿qué pasará en 2020? Como todos los años, muchos jugadores del mercado salen a dar a conocer sus predicciones.
Pero ¿son confiables estas predicciones? En 2019, como bien decíamos, el índice cerró con un 29% de ganancias anuales en dólares, un retorno excepcional. Como podemos ver, 2/3 de los años el índice cerró al alza y solo 1/3 a la baja. Ahora, cuando analizamos las proyecciones de los analistas vs. los resultados reales del índice vemos lo siguiente: De acuerdo con los estudios realizados de St. Luise Trust Company para Forbes, el consenso de expectativas se mantuvo en un rango del 10% sobre el valor real en la mitad de los años, donde podemos decir que los analistas «acertaron» con la predicción. En la otra mitad de los años la dispersión fue mayor, con lo cual las expectativas no se cumplieron. Incluso en dos años se le erró por más del 40% (en 2002 y 2008).
De hecho, muchos «opinólogos» aún menos serios se dedican a pronosticar sistemáticamente la catástrofe. Año tras año predicen el mismo escenario hasta que algún día inevitablemente acertarán por el simple hecho de que la economía tiene ciclos y en algún momento este ciclo expansivo se revertirá. Imaginemos las ganancias que hubiésemos dejado de percibir en todo este tiempo si hubiésemos seguido sus consejos.
Cuando la estadística nos indica que la mitad de los años los analistas se equivovan, ¿qué hacemos si no podemos confiar en estas predicciones de corto plazo? La respuesta es simple: invertir en el largo plazo
De acuerdo con un análisis llevado a cabo por Morgan Stanley con los retornos anuales del índice S&P 500 desde 1926 hasta 2016, el retorno promedio anual resultó ser del 10%. Obviamente tenemos años que cerraron en rojo y otros en verde. Para visualizar más claramente este resultado, si hubiésemos comenzado invirtiendo 1.000 dólares 90 años atrás, al cabo de ese período habríamos alcanzado los 5.474.000 dólares. ¿Qué conclusiones podemos obtener del análisis? Responde Daniela Wechselblatt Para ganar el 10% anual tendríamos que haber tenido el dinero invertido durante todo el período analizado. Es decir, si tenemos la tentación o la tendencia de entrar y salir de las acciones tratando de vender cuando creemos que está en máximos y comprar cuando consideramos que se encuentran en precios bajos, corremos el riesgo de estar fuera de la inversión en momentos de fuertes subas.
¿Qué otra información nos aporta este estudio? Si nos hubiésemos perdido los 15 días de máximas subas en el período de 1926 a 2016, el retorno promedio anual hubiese caído a 5,6%, si nos perdíamos los 30 días de mayores subas el retorno hubiese sido del 3% y, por último, perdiendo los 60 días hubiésemos incurrido directamente en pérdidas. ¿Moraleja? Entrar y salir de las inversiones puede ser peligroso sobre todo si seguimos consejos de quienes dicen ser «expertos» pero que ya vimos que tienen una chance elevada de equivocarse en sus predicciones. Lo importante cuando invertimos en el largo plazo es ser consistentes con la estrategia que utilizamos y mantenerla más allá de la coyuntura. Recordemos que si tenemos un perfil conservador deberíamos estar invirtiendo en bonos de buena calificación crediticia más que en acciones, por su baja volatilidad y el flujo de ingresos constantes que nos proporcionan. El mix de activos ideal depende de cada perfil de inversor.
El escaso poder de predicción de corto plazo es parte de las reglas de juego. Teniendo esto en cuenta deberíamos evitar caer en la trampa de la «bola de cristal» y alcanzar mejores resultados con nuestras inversiones.
Por iliquidez y comisiones, bonos provinciales pueden tener rendimiento cero Para el inversor novato, hay bonos provinciales que pueden mostrar un rendimiento tentador, con rendimientos altos que seducen, pero en ciertas ocasiones puede darse que ni siquiera haya puntas y que quien quiere vender con apuro no lo pueda hacer por falta de contrapartes, o que tenga que malvenderlo para poder liquidarlo más rápido. En este momento en el mercado local no hay puntas ni para Buenos Aires 23 ni para Tierra del Fuego 27, que son los únicos dos bonos sin mínimos y que se pueden comprar directamente en el mercado local. En consecuencia, es cuestión de pararse en algún precio y esperar, o entrar a precios caros. Esto pasa muy seguido.
Salta 2022, por ejemplo, es una emisión chica de USD 185 millones (se considera chica cuando es de menos de USD 400 millones), donde hay un spread de USD 1,87 por bono de base, a lo que debe sumársele lo que el bróker agregue de sobreprecio para clientes minoristas, llamado markup (costo oculto que va adentro del precio). «De esta forma, el spread aumenta mucho más. A esto además se le suma la comisión por compraventa, si es que el bróker la cobra. Por lo tanto, tener este bono por un plazo menor a seis meses, manteniendo el resto de las variables constantes y asumiendo que el precio no se mueve, puede llegar a dar un rendimiento negativo», advierte Daniela Wechselblatt. «Muchas veces nos podemos dejar seducir por la TIR de un bono, pero en verdad no estamos teniendo en cuenta la reducción del rendimiento por el spread ocasionado por la falta de liquidez de ciertos bonos. Los asesores deberían aclararle a sus clientes que
para ciertos títulos debería haber un tiempo mínimo de permanencia para que el instrumento rinda», señala la experta en Wealth Management. ¿Qué es el spread de liquidez? «Cuando vamos a adquirir cualquier título, nos vamos a encontrar con un precio de demanda (bid) y uno de oferta, que determinan la cotización de un valor. Bid es el precio más alto que el comprador está dispuesto a pagar, y ask el precio más bajo al que el vendedor está dispuesto a vender. La diferencia entre ambos es lo que se denomina spread, margen o diferencial de precios. A medida que esta diferencia se agranda, el potencial de retorno de la inversión se reduce», explica Wechselblatt. Los bonos que cotizan en el exterior se negocian entre traders, con lo cual hasta que no se hace una transacción en firme son solo precios de referencia. Las transacciones firmes tienen sobreprecios más altos dependiendo del volumen; por lo tanto, a los minoristas les suele tocar lo peor.
La comisión del banco puede ser de entre el 1 y el 1,5% para la compra y otro tanto para la venta, mientras el markup del bróker entre 0,3 y 0,5% para el minorista, a lo que se le debe sumar el spread por falta de liquidez que puede ser de otro 1,5%. Incluso, hay algunos bancos y family office que cobran 0,25% de mantenimiento de cuenta sobre el total del portafolio que tienen. «Por ende, lo aconsejable es tener estos bonos a finish. Sucede que quizás hay ahorristas que no son muy conscientes de estos costos y deciden vender el bono en el corto plazo, entonces es posible que su utilidad neta sea prácticamente cero. Hay comisiones ocultas a las cuales se les debe prestar atención, porque, al tratarse de bonos con tan poco volumen negociado, es oro en polvo para los brókeres, porque pueden terminar poniendo el precio que quieren. Cuanta menos información tiene el cliente, peor es para él», alerta la directiva de DW Global Investments.
¿Cómo invertir en el mercado inmobiliario con bajo capital y renta garantizada? Las cocheras se convirtieron en un activo de preferencia para quienes buscan refugio ante un mercado volátil que enfrenta una marcada incertidumbre económica. Ante una situación de alta incertidumbre económica, cada vez más, los ahorristas buscan alternativas de refugio en el sector inmobiliario. Así, las cocheras se presentan como una alternativa viable por los bajos costos de entrada, la ocupación asegurada por la alta demanda en las ciudades importantes y las características de la inversión.
«En el contexto actual, las consultas por inversiones en cocheras han aumentado. Es un bien que da la seguridad del mercado inmobiliario y además se puede obtener una renta. Por otra parte, ante la gran demanda constante por espacios para estacionar, la apreciación del valor del bien es mayor cada año. Así, quien invierte tiene doble ventaja, la renta y la apreciación de su propiedad», remarcó Esteban Súcari, socio de la firma Ecocheras. Con renta garantizada Es un mercado que sigue innovando. Saliendo del negocio tradicional de alquiler a un tercero, pasando por el pool de renta, ahora la inversión ofrece un sistema de renta garantizada y mixta. Quien invierta en una cochera bajo este sistema, desde el primer día de funcionamiento comienza a recibir la renta, sin salir a buscar el inquilino. Tiene una cantidad de horas de ocupación asegurada y los excedentes se reparten con la gerenciadora.
¿Cómo funciona exactamente? Los estacionamientos que trabajan con esta modalidad, ofrecen a los dueños de las cocheras el pago de una cantidad de horas fijas al mes, sin importar si la cochera está o no ocupada esa cantidad de horas. Aproximadamente la renta es por tres horas diarias de ocupación, unas 60 horas mensuales. Y a partir de la hora 100, se suma la renta mixta dividida en un 40% para el dueño de la unidad y 60% para la gerenciadora. Dependiendo de la ubicación del parking, por supuesto, será el costo de la unidad y de la hora que se cobra por estacionar allí. Comparado con la renta que ofrecen hoy los departamentos, la parte garantizada es superior. «El valor de la hora se ajusta por inflación, como todo garaje. Este es un punto importante porque estamos hablando de una inversión que ajusta la renta por inflación», remarcó Esteban Súcari.
«La realidad nos muestra que los estacionamientos se han convertido en la puerta de entrada al mercado inmobiliario tanto para pequeños como para grandes inversores. Es un buen negocio para aquellos que quieren hacer rendir sus ahorros y que no pierdan valor. Además, es una buena opción para quienes no quieren exponerse a la volatilidad del mercado. Invertir en una cochera significa colocar los ahorros en un bien que se aprecia, resguarda el valor del dólar y además genera renta», afirma Esteban Súcari. ¿Dónde invertir? Un ejemplo de este sistema que se presenta hoy en el mercado como una oportunidad es el caso del parking en el emprendimiento Thays Parque Leloir, un desarrollo urbano a 15 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que presenta una interesante propuesta integral inmobiliaria y comercial con un parking asociado para atender a toda la demanda del lugar. El máster plan incluye la construcción de un
hotel de cadena internacional de primer nivel, además de un centro de convenciones, condominio de viviendas, oficinas y un complejo comercial que contará con un supermercado de marca líder y restaurantes de prestigiosas cadenas, entre otros. Para acceder a esta inversión no es necesario pensar en grandes sumas de dinero. Con un adelanto del 35 % del valor total, se puede entrar en el negocio y el resto se financia en 30 cuotas ajustables por el índice de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC). También en la Ciudad de Buenos Aires se pueden encontrar unidades para explotar con este sistema de renta asegurada en estacionamientos ubicados en zonas estratégicas. Como así unidades particulares con el sistema tradicional de alquiler o la administración bajo sistema de pool de renta, informan desde Ecocheras. «Las cocheras son para muchos ahorristas el canal de entrada al
negocio inmobiliario. Permiten acceder al mercado con un cuarto de la inversión que significa un departamento. Además, la alta demanda asegura la ocupación», agrega Súcari.
Cómo invertir en real estate en Estados Unidos a USD 300 el metro Parece el famoso «Believe It or Not!», de Ripley. Mientras en la Villa 31 se venden pisos con balcón a la calle a USD 1.200 el metro, en los Estados Unidos se puede conseguir la misma porción de tierra por la cuarta parte de ese valor. La oportunidad inmobiliaria está en Detroit, que perdió el 50% de la cantidad de habitantes en varios años debido a la reducción de puestos de trabajo. «En los Estados Unidos, cuando a una zona le pasa esto, tiene el riesgo de que sus inmuebles caigan en forma profunda. A su vez, esto derivó en inseguridad, altos índices de delincuencia y, por una mala administración, la ciudad sufrió la bancarrota en 2013 y se recuperó en 2014», advierte Mariano Capellino, CEO de la gerenciadora de inversiones INMSA.
Este tipo de situación en la crisis pasó en otras zonas de Estados Unidos, tal vez en valores más altos, pero el desplome ocurrió en forma similar en Atlanta, Houston y en Homestead, una ciudad ubicada en el condado de Miami-Dade, en la Florida, en donde se podían adquirir viviendas en 2011 a USD 350 el metro que hoy superan los USD 1.000. Actualmente, también sucede en ciudades de España, como Castellón, Almería y Cádiz, en donde se puede adquirir desde 400 euros el metro. La diferencia es que las rentas allí pueden rondar 250 euros mientras que, en Detroit, por la recuperación de puestos de trabajo y mayores ingresos, se renta a USD 800. También pasó en Argentina en 2002, cuando se adquirían viviendas en el Gran Buenos Aires e interior a menos de USD 500 el metro. «Justamente de eso se trata este negocio: de aprovechar las caídas de los mercados y, apenas empiezan
los primeros signos claros de recuperación, entrar para poder aprovechar la fuerte recuperación y apreciación de los activos», explica Capellino. A su entender «este negocio se trata de tener timing en lugar de location o activos premium, como muchos nos quieren hacer creer». Para acceder a estas perlas ocultas, hay operadores inmobiliarios en el mercado, pero es importante ser cuidadoso y analizar con detenimiento los barrios a comprar, para evitar riesgos de vandalismo, que es un problema que todavía persiste en algunas zonas. Donde están las oportunidades y donde hay bajos niveles de inseguridad y tienen mucho potencial de recuperación es en los barrios de West Detroit, Corktown, University District, Eastern Market, Dearborn, Lincoln Park y Warrendale, que ya llevan un año de recuperación, tanto en casas o edificios de departamentos.
Para comprar se puede recurrir a las inmobiliarias de franquicias nacionales. Si se mira la historia reciente en este tipo de activos en estas localizaciones, las apreciaciones de los dos últimos años superan el 15% anual, ya que parten de un piso muy bajo cercano al 20% del valor que tenían en 2005. No obstante, los especialistas del mercado prefieren ser conservadores y proyectan recuperaciones (apreciaciones) del orden del 10% anual. Pero lo interesante es que a eso se le debe sumar el ingreso por alquiler, que puede llegar a superar el 20% anual por los próximos cinco años, dado el valor bajo de los inmuebles. Si bien en Detroit está lleno de vendedores e inmobiliarias, en un mercado revuelto hay que tener mucho cuidado. Hay personas que compran casas a USD 15.000 en zonas marginales, invierten USD 5.000 en arreglos y las venden
a extranjeros que desconocen la situación en USD 70.000, pero en zonas con mucho riesgo. Hay que tener mucho cuidado porque es difícil seleccionar la ubicación, ya que hay zonas que todavía son vandalizadas. En la mejor zona de Downtown y Midtown se pueden encontrar precios desde USD 800 a USD 4.000 el metro. En general, las zonas clase A ya fueron recuperando precio y queda poco recorrido comparado con el resto.
Invertir en Vaca Muerta desde USD 500 y ganar 25% en dólares El crowfunding inmobiliario llegó a Argentina, lo que representa un cambio de paradigma en el mercado del real estate, porque el ahorrista puede acceder a cuotapartes de proyectos en cualquier parte del mundo. Mediante este sistema de financiamiento colectivo, el inversor pone desde USD 500 para entrar a un activo valuado en dólares. Una de las oportunidades que ofrece esta modalidad es la inversión en Vaca Muerta, más precisamente en Altos de Añelo, un edificio de departamentos situado en el corazón de Añelo, centro de explotación de la mega reserva petrolífera-gasífera. La propuesta consiste en invertir en conjunto con un grupo de inversores con el objetivo de adquirir departamentos terminados, totalmente equipados, en uno de los mejores complejos de vivienda de Añelo.
El precio de lista es de USD 2.300 el metro, pero por este sistema se entra a un valor de USD 1.825, lo que representa un 15% de descuento sobre el precio de lista. Los departamentos poseen un contrato de alquiler por 24 meses en dólares, en el cual el inquilino paga USD 25 el metro, por lo que la renta estimada para el inversor ronda entre el 25 y el 35% anual, en un contrato a dos años. Añelo se ubica a 100 kilómetros de la capital de Neuquén, centro operativo y logístico de las principales empresas petroleras, razón por la cual la demanda inmobiliaria para alojar tanto a operarios como ejecutivos de la industria crece a tasas sostenidas desde hace 15 años. Se trata de la ciudad con mayor aumento poblacional en la región, aproximadamente un crecimiento del 1.000% en 15 años. Hoy en día la oferta inmobiliaria en la zona es muy escasa y la demanda la supera con creces, principalmente por la falta de desarrollos residenciales y, sumado a ello, los
pocos edificios, condominios o casas existentes que en gran medida no cumplen con los requerimientos constructivos sindicales. Actualmente los precios por metro cuadrado en algunos desarrollos alcanzan los valores de las zonas premium de la Capital Federal como Palermo o Puerto Madero con precios que superan los USD 3.000. El precio por alquiler de departamentos es el más elevado de Argentina, se llega a pagar hasta $ 70.000 mensuales por departamentos de menos de 50 metros. Hoy en día, por la crisis internacional del petróleo, con el precio del barril más bajo en los últimos 10 años, no se vio afectado el precio de los alquileres. «Entendemos que es el mejor momento para comprar unidades de vivienda en el lugar, ya que se proyecta un repunte del precio del barril y por lo tanto un incremento en la explotación y la demanda inmobiliaria», precisa Damián Lopo, director de Crowdium.
Burbuja inmobiliaria en Miami: para absorber la oferta se necesitan 58 años Las ferias de real estate contaron con gran presencia de desarrolladores que promovían proyectos de condominios en Miami en la zona de Brickell o en lugares frente a la playa. «El mercado de condominios de lujo en preconstrucción en Miami se está transformando en una enorme burbuja: los datos muestran una situación muy compleja que empeorará en los próximos años», alerta Mariano Capellino. Entre 2012 y 2015 se construyeron 3.200 unidades distribuidas en 15 torres que ya fueron entregadas: 680 unidades se pusieron a la venta y durante los primeros seis meses solo se vendieron 34. «Si proyectamos que el volumen de ventas se mantenga así se venderán
68 este año. A este ritmo y de no ingresar nuevas unidades a la venta, llevaría 10 años vender las que actualmente están en stock», advierte Capellino. El problema es que hay 11.000 unidades en construcción en condominios similares distribuidos en 37 torres que se terminarán en los próximos 30 meses. Si solo 30% de esas unidades se ponen a la venta, sumadas a las 646 que aún están ofrecidas, pero sin ser vendidas, el stock sería de 3.946 unidades. Si el ritmo de venta actual se mantiene, se necesitarán 58 años para absorber toda la oferta. Ante este escenario ya hay compradores de preconstrucción que están dispuestos a asumir las pérdidas para salir de sus unidades a un menor valor. Pero, aún así, hay muy poco interés en el mercado de adquirir esos condominios y la demanda se está desacelerando por las unidades adicionales que llegarán.
Como es imposible pensar que se demore 58 años en liquidar el sobrestock de inmuebles, en el corto plazo se seguirá produciendo una baja en el precio. Luego de la fuerte baja de precios, comenzará a absorberse el stock de propiedades y se acelerarán las ventas. Pero el precio a vender deberá ser mucho menor al pagado, tal como sucedió en el período 2009-2012. Pero hay que tener en cuenta que durante 2004 y 2005 a muchos inversores les vendieron la idea de que el mejor negocio era comprar en la mejor locación, Brickell, y pagaron en preconstrucción cerca de USD 5.000 el metro cuadrado. En 2008, al recibir sus inmuebles terminados y ver el desplome en los precios de ese momento a la mitad, muchos no supieron qué hacer y prefirieron no apurarse. Pero en 2014, luego de 10 años de la compra y cuando el mercado estaba en su mejor momento al no haber inventario nuevo, con presión al alza en precio, los valores
promedios solo habían alcanzado USD 4.500 el metro, es decir, menos de lo que lo compraron. Esto generó una disyuntiva. De venderse en ese momento, hubiese perdido mucho dinero. Por eso, una buena cantidad de inversores prefirieron mantener sus activos dado que en ese momento en preconstrucción se estaba vendiendo cerca de USD 6.000 el metro. Ahora deberán esperar hasta 2024 para ver los máximos nuevamente. Y si consideramos la inflación de los Estados Unidos del 3% anual promedio, aun logrando vender al mismo precio que lo compraron, habrán perdido cerca del 50% de su capital por la incidencia inflacionaria. «Gran parte de quienes siempre invirtieron en inmuebles aprendieron después de mucho equivocarse que en este tipo de inversiones solo se gana dinero aprovechando los ciclos del mercado y haciendo diferencia entre compra y venta en el menor tiempo posible», señala Mariano Sardáns.
El negocio de invertir en viviendas con okupas La palabra «okupas» siempre da un poco de miedo. No es para menos. Muchas películas y series han reflejado imágenes con cierta carga de tensión y emoción, propias y necesarias para que la historia nos atrape. Pero detrás de esa carga emocional se encuentra uno de los principales negocios en la actualidad. Como ya es conocido, España se ha transformado en uno de los mercados más atractivos del mundo para los inversores inmobiliarios. Rendimientos en inversiones que pueden superar el 10% anual son muy posibles en ese mercado que ha logrado atraer a los principales fondos globales de real estate. Pero más allá de eso, siempre hay nuevas oportunidades para maximizar los beneficios de la inversión. Para hacer grandes negocios en real estate, se requiere identificar el mercado, tipo y clase
de activo que está en plena fase de recuperación y detectar cuáles son los nichos más oportunos en los que se pueden adquirir muy por debajo del valor de mercado. Y eso es lo que sucede hoy con las carteras de viviendas en las que viven okupas. Seguramente en Argentina pensar en hacer negocios en este tipo de viviendas parecería utópico. Y puede ser verdad. Hoy en España, el proceso para desalojar okupas se realiza en un período de cuatro a doce meses, que siempre es efectivo. Es un período bastante más largo que en Estados Unidos, pero definitivamente mucho menor que en nuestras tierras y allí se produce con total seguridad. ¿Pero dónde está el negocio? Nadie quiere tener propiedades en esa situación y menos los bancos. Por eso, es razonable que las quieran vender en carteras y rápidamente. Actualmente existen muchos inmuebles en esa situación en la mayoría de las entidades financieras.
«Si una propiedad podía costar en el año 2007 la suma de 160.000 euros, hoy puede conseguirse en 24.000. Sí, leyó bien. Al 15% de su valor. Hoy una vivienda de las mismas características sin okupas se encuentra en el piso de su valor luego de siete años de caída. Hoy se pueden conseguir en el mercado en el orden de los 60.000 a 80.000 euros. Esto implica que, si se tiene estómago, podrá duplicar el valor de la inversión en el corto plazo», dice Mariano Capellino. Pero ¿cómo se hace este negocio? Primero hay que conocer las carteras de los bancos donde la necesidad de vender es más urgente. Ninguna institución financiera quiere tener inmuebles «parados» y menos si están ocupados. Segundo, estar dispuesto a adquirir una gran cantidad de unidades compuestas por inmuebles de esas características y generalmente distribuidos en todo el país, no en una sola ciudad. Y, tercero, hacer una gestión profesional analizando el mercado;
realizar un due-diligence con asesoramiento legal y técnico para poder acceder lo más rápido posible al inmueble y, una vez desalojado, realizar las refacciones necesarias para luego venderlo o esperar la recuperación, alquilándolos durante aproximadamente tres años. El costo total de esta gestión puede rondar los 10.000 euros por activo. La recompensa es importante: a un costo total de alrededor de 35.000 euros se puede vender al doble en alrededor de dieciocho meses. Y si se espera la revalorización que se anticipa para los inmuebles en España, posiblemente puede triplicar el valor invertido en aproximadamente tres años. Mientras tanto, es dueño de un inmueble, es decir, ladrillos, como nos gusta decir a los argentinos. Hoy los bancos españoles siguen teniendo en cartera activos inmobiliarios e hipotecas impagas por un valor en torno a 200.000 millones de euros. Dos tercios de ese valor corresponde a préstamos
hipotecarios impagos en proceso de ejecución, donde aún el banco no cuenta con el activo. Para lograrlo, el proceso es largo y atenta contra la liquidez de la entidad financiera. Los inmuebles en esta situación son una gran oportunidad. A diferencia de aquellos que ya se encuentran en poder del banco, estos inmuebles tienen valores muy inferiores. Los inmuebles en poder de un banco pueden adquirirse, si se lo hace en cantidad, con descuentos de hasta un 25% sobre el valor de mercado. En cambio, los inmuebles que aún están en proceso de ejecución pueden obtenerse en negociaciones de grandes carteras con hasta un 50% de descuento. ¿Por qué se logra tan alto descuento? Capellino explica que resolver un proceso judicial de este tipo de deuda demanda varios años y elevados costos para las entidades. Por eso, los bancos están dispuestos a vender con mayores descuentos.
Cuando se adquiere una hipoteca, siempre hay dos caminos. Una es continuar el proceso judicial, lo que puede demandar entre uno y dos años. La otra es negociar con el deudor para que ceda la propiedad. La mejor estrategia es negociar con el deudor en paralelo a la compra de la deuda hipotecaria al banco para lograr que, en el mismo momento de la compra, el deudor ceda la propiedad. Esto se logra con adecuados incentivos al deudor de forma tal de mejorar su posición para cerrar el proceso. Así se logra obtener al menos un 35 a 40% de descuento, muy superior al 25% que se logra comprando un bien en poder de los bancos. Estas operaciones son las que realizan actualmente fondos de inversión inmobiliarios globales, grandes inversores sofisticados o gestoras de patrimonios inmobiliarios para lograr elevados rendimientos
Parece magia, pero no lo es. Todo pasa por buscar creativamente y detectar las mejores oportunidades para invertir en real estate. España sigue mostrando una fuerte recuperación de su mercado inmobiliario luego de una crisis muy profunda con caída sistemática del valor de los inmuebles durante más de ocho años. España es un mercado con ciertas características muy diferentes al argentino. Todos los mercados pueden sufrir una crisis inmobiliaria. En el caso de España, una de sus características fue el gran endeudamiento de las personas que con la crisis económica y el aumento del desempleo generaron una de las peores crisis en la historia del país. El problema se fue de las manos. Los españoles no solo tenían una hipoteca para su vivienda. A esa primera hipoteca se sumaba una segunda y hasta una tercera hipoteca, que financiaba viviendas
para vacacionar o para alquilar como renta, dada la bajísima tasa de interés que llegó a estar, por momentos, por debajo del 2% anual. Con la crisis económica, se perdieron muchos empleos, todo se derrumbó y, aún con tasas bajas, las cuotas de los préstamos hipotecarios no pudieron ser pagadas. Esto generó la intervención de los bancos, quienes tuvieron que asumir grandes carteras de activos, los cuales tienen un efecto muy negativo en sus balances. Con la situación de recuperación actual, existe una oportunidad de colocar esas carteras. Pasaron más de diez años desde el inicio de la crisis y los inmuebles en poder de los bancos han debido ser amortizados y los valores contables muchas veces no reflejan el potencial de esos bienes. Y uno de esos casos es el que mejor oportunidad presenta hoy para los inversores más sofisticados y fondos de inversión globales: son los inmuebles que en buenas épocas comenzaron a ser construidos pero,
debido a la crisis, las obras debieron paralizarse. Estos inmuebles tienen el gran atractivo de estar valuados en los bancos a valores cercanos al del terreno. Es decir, los bancos pueden recuperar el valor de libros a un precio atractivo para los inversores ya que están fuertemente provisionados. Ese precio está muy por debajo del mercado. Pero son activos difíciles de vender comparados con aquellos que están terminados sin ocupar o aquellos que están alquilados. «Por ambas causas, hoy se logra negociar la compra de inmuebles no terminados en poder los bancos a un 50% del valor de mercado. Si a eso le sumamos el potencial de apreciación, se podría lograr una rentabilidad de más del 150%. Vendiéndose el inmueble en un plazo de dos a tres años a inversores o desarrolladores que deseen terminarlo, el beneficio podría superar entre el 40 y el 50% anual en euros», señala Capellino.
Quien los compra, debe entender que es un gran negocio, pero con ciertos riesgos. Como han estado en proceso de construcción, se debe conocer el estado de los permisos. Y eso es vital para reanudar la construcción y lograr vender los inmuebles. Quienes conocen el mercado español, deben conocer qué inmuebles están valuados al valor del terreno y solucionar la situación del permiso. No es cosa imposible, pero sí para especialistas. El beneficio es muy grande: en un mercado desarrollado se puede obtener entre 40 y 50% de rentabilidad anual en euros. Parece magia, pero no lo es. Todo pasa por buscar y detectar las mejores oportunidades para invertir en real estate.
España, el mercado que atrajo a los inversores inmobiliarios globales Ya no hay dudas de la recuperación del mercado inmobiliario español. Luego de siete años de crisis que se reflejó en la caída pronunciada de los valores, el sector inmobiliario muestra signos de una fuerte recuperación por tercer año consecutivo. En 2019 siguió superando los 10.000 millones de euros de inversión, como ya sucedió en los tres años previos. «Este fenómeno permite que España se esté transformando en la nueva estrella de las inversiones en real estate a nivel global. Los grandes fondos de inversión de real estate globales han tomado posiciones adquiriendo, durante los últimos tres años, los principales activos clase A –los de mejor calidad y ubicación–. En este segmento, ya se percibe una fuerte recuperación en
sus valores, lo que demuestra que existe una tendencia firme a que este pronóstico sea una realidad. Según Deloitte, España ha sido el país del mundo con mayor crecimiento en inversiones inmobiliarias, con un 36% de variación comparando 2016 versus 2015, desplazando a China del primer lugar», explica Mariano Capellino, socio fundador de INMSA. Para poder entender el fenómeno, es importante analizar el contexto macroeconómico. El tipo de cambio en España comenzó a ser muy competitivo respecto al dólar a partir del año 2015 y continúa siéndolo. La economía se está encaminando y por tercer año consecutivo existe un crecimiento del PBI de más del 3 %, incluso tras la incertidumbre generada por el Brexit y Cataluña. El crecimiento es significativo frente al 1,6% de la Comunidad Europea. El empleo continúa creciendo a un ritmo de más de medio millón de nuevos empleos, y la tasa de desempleo ha seguido descendiendo, logrando caer del 26% en 2013 al 17,23% en 2017, y
se espera que este año termine en torno al 15%. Pero no solo el contexto macroeconómico parece ayudar. El mercado inmobiliario muestra signos muy alentadores. Luego de varios años de caída, el precio medio de la vivienda, tuvo un incremento del 6,2% anual en 2019, llegando a 1.280 euros el metro cuadrado. Con esos valores se observa que la caída que ha venido sufriendo ha parado. El metro cuadrado llegó a tocar los 2.000 euros. La recuperación es heterogénea, muestra incrementos de más del 10% en Madrid y Barcelona y apenas 0,40 % en Extremadura y en localidades pequeñas del interior de España. Esta situación, permite que se puedan adquirir activos por debajo del costo de reposición en zonas sobreofertadas con absorción aún moderadas. Sumado a esto, las tasas de préstamos hipotecarios se encuentran a niveles históricamente
bajos, del orden de 2% anual, tasa muy por debajo de países con mercados relevantes como los EEUU. Esto se debe a la reducción en la prima de riesgo y a una política monetaria más expansiva por parte del Banco Central Europeo. A eso se suma la decisión de los bancos de financiar a usuarios finales e inversores impulsando la cantidad de préstamos otorgados de viviendas durante 2016, 2017 y 2018, que sigue creciendo en forma sostenida. La situación también se ve potenciada por la exigencia del Banco de España de obligar a las instituciones bancarias a vender sus activos improductivos en vez de mantenerlos en sus balances. Esto está provocando una aceleración del proceso de liquidación de activos con deudas hipotecarias, que según estimaciones es del orden de los 130.000 millones de euros. También los indicadores esenciales muestran una gran oportunidad para los inversores. Se mantiene una caída en los valores de los inmuebles
cercana al 40% en comparación con 2008 en activos clase B (residencias y oficinas). Se ha iniciado un nuevo ciclo de construcción, especialmente en activos clase A y B en zonas en donde ya queda muy poco inventario usado disponible. Los años 2016 y 2017 han sido considerados los años de la recuperación de la actividad constructora en el sector inmobiliario con un fuerte incremento de la cantidad de nuevas obras y permisos. El mercado residencial mostró un incremento del 33% en relación con el año anterior, superando los 50.000 visados de obra nueva. Y 2017 consolidó la tendencia. La inversión inmobiliaria residencial en España está logrando rendimientos medios entre apreciación e ingresos por alquiler del 10,9% anual, que se contrapone con rendimientos mínimos en bonos y acciones. También los terrenos muestran una fuerte recuperación. Las operaciones de compraventa crecieron cerca del 50%,
concentrado especialmente en Madrid, Barcelona, en los principales destinos de la costa y en capitales de provincia como Málaga y Valencia, entre otras ciudades. El valor de los terrenos residenciales creció 30% en algunas de las denominadas zonas calientes de las ciudades antes mencionadas. Otro dato significativo es que las viviendas adquiridas por extranjeros siguen creciendo sin parar. Estos últimos años, han ido ganando participación hasta representar el 17% del total de la inversión, mostrando el inicio de la recuperación ya que esta demanda suele anticiparse hasta dos años al inicio del cambio de ciclo del precio de la vivienda. La recuperación no está siendo homogénea, pero sí progresiva. Existe un número creciente de segmentos de mercado en los que las ventas mejoran, el exceso de oferta se va absorbiendo y comienzan a generarse las condiciones para los nuevos desarrollos.
Considerando la relación riesgorendimiento a mediano plazo, España parece convertirse en el país más atractivo para invertir en real estate, si se lo compara con otros países de riesgo similar de Europa o con otros países o regiones como Estados Unidos o países de América Latina. Hoy se pueden adquirir en las zonas periféricas de Madrid y capitales de provincia como Málaga, Valencia y Alicante, entre otras, carteras de inmuebles residenciales clase media a bancos en torno a los USD 900 el metro cuadrado, cuyo costo de reposición supera los USD 1.600 y su valor histórico superaba los USD 2.000, es decir que tienen un potencial de mas del 100% de apreciación. Si lo comparamos con valores de inmuebles similares en Estados Unidos, Latinoamérica y el resto de países de Europa claramente vemos una gran oportunidad. Esto refuerza la idea de España como uno de los mercados globales más atractivos para los inversores inmobiliarios.
Los siete errores más frecuentes del inversor inmobiliario Invertir en inmuebles parece fácil. Claro, se le ha inculcado al comprador que es una fuente de preservación de valor, y que la idea es comprar y mantener el activo por mucho tiempo porque se revalorizará. Lo que realmente se hace es adquirir inmuebles, no invertir. Muy pocos piensan que invertir en inmuebles tiene la lógica de la inversión financiera, es decir, requiere analizar distintos mercados, tipos y clases en todo momento para tomar la decisión si se mantiene la cartera, se compra o se vende. Por eso, si medimos cuánto rindió un inmueble promedio a largo plazo en los últimos 25, 50, 100 años, tanto aquí como en Estados Unidos o cualquier país del mundo, apenas equivale a la inflación. Por eso, es necesario considerar los errores que la mayoría de las personas comete, normalmente, por desconocimiento, para transformar una compraventa
en una inversión real y lograr rendimientos anuales en dólares de más del 15%. Mariano Capellino da los paso a paso: 1. Creer que la preconstrucción –comprar en pozo– es necesariamente un buen negocio: En realidad, depende del mercado y de la fase del ciclo que atraviesa. Un ejemplo de esta situación es el mercado actual de Miami. Dada la falta de conocimiento del inversor extranjero y el fuerte incentivo en comisiones de los desarrolladores a los brókeres, se venden activos en preconstrucción –especialmente en la playa y Brickell– hasta un 40% por encima del mismo activo terminado y a estrenar. 2. Creer que se puede repetir la misma historia reciente: En muchos casos cuando inversores ingresan en un momento oportuno del ciclo a un determinado
mercado y tipo de activo y salen en el mediano plazo con utilidades atractivas, creen que pueden repetir la misma operación otra vez. Esto no ocurre en la mayoría de los casos, ya que luego de varios años de apreciaciones fuertes en un determinado mercado y tipo de activo, las revalorizaciones comienzan a reducirse, y para lograr sostener esos rendimientos se requiere desplazarse de tipo de activo o de mercado si ya no existiesen oportunidades en él. 3. Creer que comprar inmuebles a un banco, en subastas o a desarrolladores implica siempre hacer un buen negocio: Adquirir activos por estas vías requiere un expertise aun mayor al que se requiere en una compra tradicional. Muchos inversores por el solo hecho de estar comprando por esta vía creen que están comprando por debajo del valor de mercado y muchas veces terminan comprando por encima.
4. Creer que los inmuebles premium son los más atractivos y seguros: Aunque los activos premium son los que mejor y más rápido se recuperan en una crisis, el riesgo puede ser mayor, porque uno puede entrar cuando ya se revalorizó. Asimismo, son los que menores rentas por alquiler ofrecen. Por eso, depende del momento del ciclo en el cual se encuentren para definir si es negocio o no. Porque puede ser un pésimo negocio. Solo basta preguntarle a quien compró en Brickell en el año 2014. Durante cuatro años, su inmueble perdió valor, y la renta por alquiler fue mínima en ese período frente al negocio de comprar activos clase B con fuerte revalorización en ese período y una alta renta. Sucede lo mismo hoy en España. Es el mercado inmobiliario global más atractivo. Comprar premium no asegura un adecuado rendimiento, porque ya se revaloriza fuertemente. El negocio está en los activos clase B y C.
5. Falta de medición y creer que el rendimiento está basado solo en los ingresos por renta: El rendimiento se construye con tres variables. La primera es el descuento en la compra, lo cual requiere escala y es solo accesible a inversores profesionales y sofisticados. La segunda es la apreciación, en donde, a partir de una gestión activa, se logra superar la inflación y apreciar a tasas de más del 10% anual solo en períodos cortos en la fase de recuperación y expansión de cada tipo/clase de activo en un mercado. Para esto se requiere pensar y operar globalmente. Y la tercera es la renta, que es la única variable a la cual, generalmente, tiene acceso un «inversor». Para poder evaluar el rendimiento anual del activo inmobiliario, es importante tener presente el costo total (valor de compra más gastos asociados a la compra, remodelaciones, etc.) más todos los ingresos y egresos generados durante el período de explotación (luego de la compra) y esto restárselo al valor de venta o tasación, menos
los gastos de ventas. De esta forma podremos tener un rendimiento preciso. En general se simplifica el análisis y lo que parece ser un gran resultado es apenas un rendimiento superior a la inflación. 6. Comprar una propiedad y no venderla nunca: Está demostrado que los rendimientos que se obtienen en general adquiriendo un activo y manteniéndolo en cartera a largo plazo suelen ser muy bajos, dado que todos los mercados atraviesan distintos ciclos y, al mantener el activo en forma permanente, la rentabilidad se ve castigada cuando el mercado cae. Los mercados, en su fase de recuperación y expansión, tienen una ventana de aproximadamente de cuatro a seis años y siempre hay que aprovechar este período y luego salir. El mejor rendimiento por apreciación se obtiene aprovechando las curvas más pronunciadas de los activos, y cuando se empiezan a amesetar hay que venderlos para aprovechar otro mercado en mejores condiciones.
7. Creer que con la inversión inmobiliaria nunca se pierde capital: Está demostrado que, por momentos, los activos pueden generar fuertes caídas en los valores, y en caso de elegir desinvertir hay que estar dispuestos a asumir fuertes pérdidas o a esperar mucho tiempo para que recupere el valor. Esto repercute fuertemente sobre los rendimientos promedios a largo plazo que, en general, en carteras pasivas, los niveles de apreciación históricos apenas alcanzan la inflación. Asimismo, está demostrado que invertir activamente en inmuebles permite lograr altos rendimientos. Si se quiere comprar un bien para vivir y disfrutar, hay que hacerlo sin remordimiento al precio que sea, en el mercado que a uno le guste y en el momento que sea. Y disfrutarlo. Pero si quiere invertir en inmuebles, no cometer estos errores. De lo contrario, no se ganará dinero. Para lograr altos rendimientos, la clave consiste en entrar en el mercado indicado en el momento indicado con una estrategia activa y profesional.
¿Mito? ¿Son las inversiones financieras más rentables que las inmobiliarias? Mucho se discute en el mundo de las inversiones acerca de en qué proporción distribuir el patrimonio en inversiones financieras e inmobiliarias. Si escuchamos a los asesores financieros e inmobiliarios vemos que cada uno defiende lo que hace y sus intereses. De todas maneras, vemos que existe un mito en donde se cree que siempre las inversiones financieras son más rentables que las inmobiliarias. Creemos que un portafolio de inversión siempre debe contener activos financieros e inmobiliarios y el porcentaje dependerá de la preferencia del inversor, su perfil de riesgo, sus objetivos, sus experiencias pasadas y quienes lo asesoren.
Pero la idea es romper con el mito de que las inversiones financieras siempre generan mejores rendimientos y de que las inversiones inmobiliarias solo logran rentabilidades bajas, pero son seguras. Si bien es cierto que la inversión inmobiliaria tradicional, lo que los especialistas denominamos «pasiva», deja bajos rendimientos, es importante entender que existen formas sofisticadas en donde grandes inversores logran altos rendimientos, superiores a los que se logran con activos financieros y con un nivel de riesgo muy inferior. Veamos algunas ventajas de la inversión inmobiliaria frente a las financieras y algunos mitos que existen, según Mariano Capellino: 1. Precio: En la inversión inmobiliaria se puede comprar por debajo del valor de mercado, mientras que en la inversión financiera todos los inversores, desde el que invierte un
dólar al que invierte 1.000 millones, pagan las acciones y bonos al mismo valor cada día. Nadie consigue una acción de Telecom o de Apple a menor precio que su cotización en la Bolsa. Pero sí se puede comprar un inmueble a menor valor que el del mercado en ciertas situaciones. 2. Correlatividad: Las inversiones inmobiliarias suelen resistir mejor las fuertes crisis que sufren los mercados, mientras que los activos financieros corrigen generalmente en forma importante, incluyendo fondos y acciones de empresas inmobiliarias. 3. Costo transaccional inmobiliario: El costo transaccional inmobiliario es muy alto, nadie lo duda, pero cuando se invierte en fondos o acciones inmobiliarias ese costo ya lo tienen incorporado en sus operaciones y, además, se le suman los costos transaccionales financieros.
4. Liquidez: Sin duda, los activos financieros son más líquidos que los inmobiliarios. Pero si se opera en mercados internacionales como EEUU o España, se puede acceder a préstamos hipotecarios a bajas tasas. En tan solo 45 días, se obtiene liquidez inmediata con financiación sobre los activos en cartera. Esto es ideal cuando uno tiene una necesidad puntual y ha decidido mantener los activos y cuando se busca maximizar el rendimiento. 5. Ecuación riesgo vs. retorno: Operando activos inmobiliarios en mercados adecuados en las fases de recuperación, donde hay gran cantidad de activos distressed debajo del costo de reposición y del valor de mercado, se pueden lograr retornos sin apalancamiento superiores al 15% anual y más del 30% anual con apalancamiento moderado del 60%, con bajo riesgo de pérdida del capital. Para lograr estos retornos en activos financieros se debe estar dispuesto a operar
en activos que implican alto riesgo de pérdidas de capital y elevados niveles de apalancamiento. 6. Riesgos de pronóstico: El pronóstico de correcciones y cambios de ciclos en los mercados y activos inmobiliarios son mucho más predecibles que en los activos financieros. Mediante un tablero de control con variables macro y micro del sector, se puede predecir con bastante anticipación cuándo las curvas de crecimiento se empiezan a amesetar y en cuánto tiempo puede comenzar un proceso de corrección y un cambio en las fases del ciclo. En cambio, en el sector financiero, a pesar de poder vislumbrar cuándo el mercado está para corregir, nunca se puede estimar cuándo, en qué medida y cuál será la causa de la corrección. 7. Afectación del tipo de cambio: Generalmente, cuando se invierte en el sector financiero y no se tiene cobertura del tipo de cambio, la
exposición ante un fuerte cambio en los activos financieros es muy alta. En cambio, si bien a los activos inmobiliarios les afecta también, no tienen la misma correlación. 8. Riesgo mercado: Cuando el mercado financiero entra en crisis, generalmente afecta a todos los mercados. En cambio, en el inmobiliario el efecto generalmente está localizado en donde se manifiesta la corrección. Un ejemplo de esto es el mercado inmobiliario argentino, que en la crisis de 2008 no se vio afectado. 9. Pronóstico en los rendimientos proyectados: En general, las proyecciones de los rendimientos de los activos inmobiliarios suelen ser más ciertas que la de los activos financieros de renta variable, y con un nivel de riesgo muy bajo, y muchas veces con rendimientos superiores.
10. Diversificación: Al igual que la inversión financiera, en donde se puede invertir en distintos mercados y sectores industriales, en el sector inmobiliario pasa lo mismo. También se puede invertir conformando portafolios de distintos tipos y clases de activos en diferentes mercados. Ahora repasemos un poco de estadísticas. Credit Suisse ha publicado un estudio en donde muestra que desde 1900 a 2016 la renta variable (acciones) tuvo un rendimiento del 5.1% anual, mientras que los bonos soberanos un 1.8% y los Bonos del Tesoro 0.8%, mientras que la inflación anual durante ese período fue del 2.9% anual. El estudio también indica que en una mirada de mediano plazo que incluye el período 2000-2016, las acciones (renta variable) tan solo rindieron 1.9% anual frente a un 4.8% anual que rindieron en promedio los bonos soberanos. También sobran los ejemplos de las debacles financieras que se vivieron durante
los últimos cien años y que dejaron en la ruina a muchos inversores, especialmente a los que tomaron deuda para comprar acciones. Asimismo, otro estudio revela que aquellos inversores que adoptaron una estrategia activa, es decir comprar y vender en los momentos «más convenientes» durante los últimos cuarenta años, tampoco pudieron superar el rendimiento generado por el mercado mediante la estrategia pasiva (mantener los activos en cartera) antes mencionada. Si miramos lo que pasó en el sector inmobiliario vemos que, si se adoptó una estrategia pasiva, según un estudio revelado de JP Morgan, desde 1900 a 2012 la apreciación promedio anual fue de tan solo 3.1% anual frente al 3% anual de inflación. En cambio, con una estrategia activa, es decir, aprovechando las fases de recuperación y expansión de los ciclos inmobiliarios en distintos mercados, vemos que tan solo la apreciación supera los dos
dígitos, ejemplos recientes sobran: Argentina, 2003 a 2008; EEUU 2009 a 2014, etc. Sumado a esto, los ingresos por rentas más el descuento al momento de la compra frente al valor de mercado si se cuenta con ese expertise. Conclusión: Si pensabas que no era tan beneficioso invertir en inmuebles, podés cambiar de opinión. Pero claro, todo esto funciona si el inversor deja de lado el enemigo número uno de las inversiones inmobiliarias: comprar y dejarlos en cartera para siempre. Aunque eso parezca seguro, posiblemente no sea negocio. Solo lo es cuando se hace una gestión activa. De esa forma, los grandes inversores logran altos rendimientos, superiores a los que se logran con activos financieros y con un nivel de riesgo muy inferior. Ese es finalmente el negocio.
Entrevista a Daniel Cohen Imach, titular de Step Developments ¿Qué sitios parecen afrontar mejor los embates de la economía? ¿Por qué? Argentina es un país que cae en crisis cíclicas que para muchos «golpean» al sector inmobiliario. Lo cierto es que históricamente los valores del metro cuadrado no han dejado de crecer y en prospectiva no van a dejar de hacerlo en el mediano plazo al menos. A lo largo de los últimos diez años, aproximadamente, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha invertido en diferentes obras que cambian drásticamente la demografía de zonas que se inundaban, eran peligrosas o no estaban conectadas, por tanto, depende de la estrategia competitiva de cada desarrollista el sector que le parezca que, según diferentes indicadores, beneficia a sus clientes.
En nuestro caso, para afrontar los embates económicos –contando que trabajamos mayoritariamente inversores conocedores–, escogemos siempre zonas que al momento de iniciar la construcción no son las más clásicas, pero sí las que más se revalorizan. Step Developments, de la mano de Cohen & Mach, comercializadora, ha intervenido seguidamente en proyectos que tuvieron una muy buena tasa de revalorización, son claros los casos como Step Lafuente, situado en el barrio de Flores, que comenzó cuando no existía el Metrobus, hoy pasa a menos de 50 metros y a 150 del soterramiento del Sarmiento y también del subte; así como el flamante Step DUO, un desarrollo único en Distrito UADE, cercano a muchísimas universidades, medios de transporte y autopistas. Así es que nuestra «salsa secreta», como dirían en Estados Unidos, es localizar los terrenos con gran capacidad de revalorización y desarrollar allí un plan apto para las necesidades de nuestros inversores y por supuesto de los consumidores finales.
¿Qué emprendimientos son una «apuesta segura»? ¿Qué tipologías son las preferidas por los inversores/usuarios? La apuesta segura desde siempre es diferente para cada inversor/ usuario. En nuestra cartera contamos con mayoría de inversores especializados en desarrollos inmobiliarios, por lo que saben que ubicar una zona en crecimiento, sumado a una administración óptima y con foco al usuario, es una apuesta más que segura –nos avala el cumplimiento del 100% de los proyectos iniciados–. Respecto a las tipologías, varían según zona y necesidad; mejor un ejemplo para comprenderlo: en distrito UADE, el público estudia, trabaja, o ambas, y a eso está enfocado nuestro desarrollo, comprendido de lofts de gran tamaño para oficinas y otro edificio con viviendas de 1, 2, 3 y 4 ambientes para estudiantes, o familias que buscan cercanía a sus quehaceres diarios, comodidad y un lugar para disfrutar; premisas más que importantes a la hora de elegir.
Todo, por supuesto, con los más completos amenities, como piscina, loundry, gym, SUM, etc. ¿A qué cliente se busca seducir en momentos de crisis como el actual? Los clientes son muy variados; van desde ahorristas que tienen su dinero «bajo el colchón» hasta inversores profesionales que buscan diversificar su cartera sin perder rentabilidad en el rubro de la construcción, con unidades fácilmente realizables, lo que significa que los edificios que construimos tienen gran demanda en el mercado y los departamentos –de ser necesario– se venden o alquilan muy rápido.
Entrevista a Luis Guido, director de la desarrolladora Grid (Grupo Idea Desarrollos) ¿Qué lugares parecen afrontar mejor los embates de la economía? ¿Por qué? Los barrios premium de la ciudad sostienen sus valores a pesar de las distintas coyunturas económicas. El corredor norte de Buenos Aires y algunos otros barrios como Caballito o Urquiza forman parte de ese grupo. Sin embargo, el desarrollo de la zona sur ofrece oportunidades ampliando los barrios para nuevos emprendimientos. Tal el caso de Parque Patricios o San Cristóbal en cercanías del distrito tecnológico donde, aparte de la sede del GCBA, se están instalando gran cantidad de empresas de tecnología y servicios.
¿Qué emprendimientos son una «apuesta segura»? ¿Qué tipologías son las preferidas por los inversores/usuarios? Las escalas intermedias (2.000 m2 a 4.000 m2), con plazos acotados y flujo garantizado que no dependa de las ventas durante las obras para financiarse. Las tipologías siguen siendo viviendas de superficies muy ajustadas, monoambientes, 1 y 2 dormitorios. ¿A qué cliente se busca seducir en momentos de crisis como el actual? El cliente es el mismo de los últimos años, es decir, el inversor con capacidad de pago durante el término de obra. Lamentablemente el usuario final de la vivienda tiene muy poca posibilidad de participar de estos emprendimientos. Quizás en los próximos años, si se lograra una importante baja de la inflación, nuevamente el crédito hipotecario (junto al crédito intermedio a desarrolladores y la hipoteca con boleto y posesión) nos permitará orientar nuestros desarrollos también a ese usuario final.
Los errores al comprar un inmueble en el exterior «Uno de los errores más comunes al comprar una propiedad en Miami es hacerlo a nombre personal al no tener información de cómo estructurar la inversión. La gente, a veces, compra a nombre personal por desconocimiento o por desinformación, cuando a un extranjero le conviene comprar a nombre de una corporación, pero nunca a nombre personal», revela Jorge Kupferman, de Miami Life Realty. A su juicio, otro de los errores más comunes al comprar una propiedad en Miami es comprar sin saber si el edificio está habilitado o no para el uso que le queremos dar. Por ejemplo, la mayoría de los inversores quiere comprar para renta, pero hay edificios que, por ejemplo, no permiten alquilar el primer año, o no permiten alquilar dos años, o son solo para mayores de 55 años. Estas son restricciones que el inversor desconoce porque
el realtor con el que trabaja no le avisó, ya sea por desinformación, por desconocimiento o por falta de experiencia. Agrega que otro error que puede presentarse es firmar un contrato por desconocimiento con cláusulas que no favorecen porque el realtor que lo hace no tiene experiencia en contratos ni en real estate. Hay cláusulas, detalles, que cuando uno las arma «defienden» a su cliente. Las llamamos «cláusulas de escape», o sea, cuando se trata de un comprador incluimos determinados ítems para que, si se arrepiente, pueda salirse del contrato sin perder el depósito. Y si es un vendedor, existen cláusulas en el mismo sentido. Son herramientas que da la experiencia sobre el modo de elaborar contratos. Un error también importante, cuenta Kupferman, es trabajar, al comprar una propiedad, con amigos o familia que no tengan conocimiento ni experiencia. Se recomienda trabajar con un equipo de profesionales, ya
sea bróker de real estate, abogado de real estate, contador, etc., para justamente, como equipo, dar el mejor asesoramiento, para tener la mejor estructura legal y que puedan ayudar al comprador a no cometer errores. Como señalaba antes, comprar a nombre personal es el error número uno por no estar bien asesorado. Comprar mal la propiedad por no estar bien asesorado. Por último, un error muy común, a su juicio, es comprar sin saber quién nos va a administrar la propiedad que compramos. El secreto, también, es contar con una buena administración. Si uno compra, debe saber quién administra, quién renta, quién paga las expensas. Un mal administrador puede terminar por arruinar una buena inversión. Por eso es importante trabajar con una compañía de management que sea seria, con experiencia, con una gran cantidad de unidades en su haber.
Algunas ciudades... Filadelfia es la quinta ciudad más grande de Estados Unidos y la octava economía regional en el mundo. Ubicada entre Nueva York, Washington D. C. y Atlantic City, cuenta con más de 30.000 nuevos empleos creados en 2017. Recibe gran flujo de millennials (jóvenes de 18 a 35 años de edad). Industrias pilares: Salud y Educación. Es el hogar de 52 universidades y cuenta con un sistema de transporte público moderno. Las empresas que generan la mayor cantidad de empleados en Filadelfia son Comcast, Boeing, SAP, Lockheed Martin. Baltimore es una ciudad satélite de Washington D. C. Cuenta con el segundo puerto más importante de la Costa Este y con el John Hopkins Hospital, uno de los mejores hospitales de EEUU y mayor generador de empleos de la ciudad. Es el primer mercado en los Estados Unidos con los rendimientos más altos en propiedades de renta. Su población millennial ha crecido un 16% en los últimos cinco años.
Todo lo que un inversor necesita saber antes de invertir en real estate «Una importante dimensión a la hora de concebir proyectos inmobiliarios no depende tanto del objeto en sí mismo ni de los fondos que se captan para ejecutarlo, sino que es un emergente directo del contexto. En este sentido cabe recordar que, históricamente, la bibliografía de real estate sostiene que la clave del éxito de un proyecto inmobiliario pasa por tres factores que, irónicamente, se reiteran en una palabra “location, location, location”, o sea, “ubicación, ubicación, ubicación”», dispara desde el vamos el presidente de la Cámara de Desarrollares Urbanos, Damián Tabakman. Por supuesto, tratándose de bienes inmuebles que, naturalmente, no pueden cambiar de sitio, es claro que esta premisa refleja una gran sabiduría. Dado que no se puede modificar la implantación del
emprendimiento una vez adquirido el terreno, ese aspecto resulta crucial a la vez que incorregible. El resto de las variables del negocio pueden adecuarse a cambios de mercado o a errores cometidos. Siempre es posible ajustar los precios o alterar la calidad edilicia. Pero una localización deficiente no tiene solución. Sin embargo, en los últimos años, cuenta que se ha verificado un cambio conceptual relevante que ha alterado de raíz esa máxima histórica. Fueron las grandes crisis, como la emergente de la burbuja inmobiliaria, las que ayudaron a replantear buena parte de la bibliografía específica sobre bienes raíces. En Argentina, con la tremenda volatilidad de la economía, esta cuestión es más fácil de entender. Efectivamente, quien haya adquirido un bien inmueble a la salida de la convertibilidad, entre 2003 y 2005, si lo conservó y lo vendió recién en 2007 o 2008, por ejemplo, sin lugar a dudas ganó plata.
En los primeros años de la década de 2000, la megadevaluación en Argentina determinó un fuerte descenso de los valores en dólares. Con el paso de los años, esos valores se fueron acomodando y el tipo de cambio tendió a acercarse a lo que es usual en Argentina. Nuestro país tiende a ser relativamente caro medido en dólares y son breves los períodos históricos durante los cuales sucedió lo contrario. En el sentido inverso al ejemplo anterior, quien adquirió un inmueble antes de la salida de la convertibilidad y lo vendió, por ejemplo, en 2002, seguro que perdió plata. En el mundo se encuentran múltiples ejemplos similares. En Miami, en 2008 y 2009, las propiedades valían muy poco, al igual que en Madrid para esa misma época. Más recientemente, en especial en la Florida, se vivió una increíble recuperación que llevó los precios incluso por encima de los que había durante la burbuja.
A la luz de estas referencias, que nos son familiares, es que se ha ido cambiando la máxima universal, que asegura el éxito de una inversión inmobiliaria, hacia la que dice «timing, timing, timing», lo cual constituye la tercera dimensión de los proyectos inmobiliarios. Ello significa que, aun en caso de que se aborden las otras dos dimensiones con absoluta solvencia y pericia, si la lectura del timing (del ciclo) al hacer la inversión es errónea, lo más probable es que el resultado sea malo. Por el contrario, un acierto en el timing probablemente garantice la rentabilidad, incluso aunque el desarrollador no haga lo demás con excelencia. Por supuesto que quien encaró un emprendimiento en 2003 en Argentina (retomando el ejemplo anterior), bien pudo haber hecho un pésimo negocio, por ejemplo, si se apuró a vender en pozo. En ese caso, quienes le compraron, producto de la situación macro, capitalizaron el incremento de valores.
Los inversores más avispados, con capacidad de encarar una estrategia global de captación de oportunidades, están permanentemente leyendo los ciclos de cada sitio y, en función de ello, toman decisiones. Luego, la estrategia de inversión admite no ser tan sofisticada. Estos inversores no se preocupan por encontrar el mejor terreno, ni por hacer el mejor proyecto. Tampoco por hacer adquisiciones al mejor precio posible ni ventas al valor más elevado. El foco está depositado en la cuestión del timing. Y cuando se encuentra un lugar en el mundo al que vale la pena ir porque, por alguna razón, se ha abaratado con perspectivas de encarecerse a futuro, allá se dirigen con el objetivo de comprar lo mejor que se pueda. No necesariamente el mejor activo, tan solo algo simple y bueno, para esperar luego a que el propio mercado lleve los valores hacia arriba, con el fin de salir en ese momento.
No es un juego fácil, ni es para cualquiera. Es apto solo para inversores grandes y sofisticados. Pero es el mejor reflejo del entendimiento de esta variable estructural de las inversiones inmobiliarias que supone, e incluso exige, que siempre hagamos una lectura profunda del contexto para avanzar solo si nos resulta favorable, más allá de la calidad del negocio puntual que tengamos entre manos. «En Argentina, por ejemplo, el valor de los inmuebles es históricamente inversamente proporcional, medido en dólares, al tipo de cambio. En los breves períodos durante los cuales el país está barato para los extranjeros y el dólar caro para los argentinos, las propiedades, al igual que otros bienes domésticos, suelen estar muy baratas, de modo que conviene entrar al mercado haciendo adquisiciones. Son épocas inciertas y muy volátiles, pero interesantes para los buenos inversores que miran negocios cuando la mayoría prefiere desprenderse de activos», indica Tabakman.
Por el contrario, asegura que cuando los argentinos ganan bien en dólares y pueden comprar en el exterior muy por debajo de los costos locales (lo más usual en series históricas largas) es el momento de no hacer adquisiciones locales, sino de vender. Tan simple como comprar cuando está barato y vender cuando está caro. Esa evidente fórmula nunca falla. Ello no quiere decir que no se pueda ingresar al mercado cuando las cosas están subiendo, que es cuando todos entran. Pero solo con la estricta disciplina de salir mientras sigan subiendo sin esperar al cambio de tendencia. De hecho, en plena suba el mercado tiende a recalentarse y es entonces un buen momento para entrar, pero siempre en la expectativa de salir con celeridad. ¿Qué hace un desarrollador inmobiliario por lo cual es retribuido por sus inversores? ¿Y cómo se logra un esquema retributivo que eficazmente alinee a las partes?
En primer lugar, podemos asegurar que el developer «no hace nada». No lleva adelante ninguna de las tareas ejecutivas, dado que están delegadas en los especialistas. Pero lo cierto es que, al tiempo que «no hace nada», se hace responsable de todo, de punta a punta. Un desarrollador se recibe de tal, no cuando hace un curso o lee un libro como este, sino cuando, por primera vez, cambia cualitativamente la actitud frente al proyecto y deja de ser un profesional especializado que le presta servicios al negocio, para convertirse en el empresario del proyecto. A su juicio, el empresario es quien padece el riesgo de recibir el peso del reclamo cuando todo sale mal, y de recoger el rédito maximizado cuando el proyecto desborda utilidades. Y ello sucede cuando el desarrollador se sienta por primera vez frente a un inversor y lo convence de participar, dado que, junto con los fondos, este le traslada sus angustias, sus expectativas, sus fantasías, sus ahorros de toda la vida. De hecho, si en el medio del
proyecto sobreviniera una crisis macro de algún tipo, inevitablemente el inversor lo llamará al developer para preguntarle qué impacto tendrá ese fenómeno sobre el proyecto. Como profesional de la construcción, bien podría reconocer su ignorancia, pero como empresario, ello es inaceptable. Un developer debe saber cómo anticiparse a ese tipo de escenarios imprevistos y qué previsiones tomar. Esa es la vida del empresario de los desarrollos inmobiliarios, y por ahí pasa el grueso de su día a día. Pero nadie llega al momento culminante de su carrera al recibirse, siendo que ello efectivamente se logra la primera vez que se captan fondos para un proyecto. Lo que irónicamente podríamos llamar el doctorado es cuando el desarrollador lo llama a su inversor para comunicarle que perdieron plata, que no solo no se ganó, sino que ni siquiera alcanza para recuperar lo invertido. Y lo cierto es que no es tan inusual que suceda. Los proyectos inmobiliarios son
inversiones seguras y sólidas, en las cuales el capital permanece en su sitio, puede palparse y recorrerse. Pero, como negocio, puede salir mal. Puede ocurrir que el precio de venta no permita cubrir los costos o que, por imponderables, se dispare la inversión, por ejemplo, como consecuencia de un conflicto con la constructora. Cuando el desarrollador, en tanto empresario, transcurre esa desagradable circunstancia, realmente puede entender que está maduro y en condiciones de acceder a ligas mayores. ¿Cuál es, entonces, el esquema retributivo más eficiente para un desarrollador? Para Tabakman es, efectivamente, aquel que le permita ganar más si el proyecto gana mucho. Ello puede pactarse como porcentaje de la ganancia, pero mejor aún si fuera respecto de la Tasa Interna de Retorno (TIR), que contempla más genuinamente el volumen de equity efectivamente invertido y el
tiempo transcurrido. Idealmente, con una escala de aumento geométrico del honorario de modo que, para ganancias realmente extraordinarias, el beneficio del desarrollador también sea gigante, y viceversa. Las otras pautas retributivas que a veces se utilizan en el mercado, como, por ejemplo, pagarle un porcentaje de la inversión o de la venta, son insatisfactorias dado que no logran alinear eficientemente los intereses del developer con su comitente, que es su inversor. Lo primero hace que el desarrollador perciba más plata si la obra se encarece, y lo segundo no incentiva al developer a ahorrar costos. Por lo demás, pagarle un porcentaje de la ganancia no contempla la diferencia que naturalmente hay entre invertir mucho o poco capital propio, ni entre recuperar la inversión en corto o largo plazo. En resumen, un desarrollador puede ser un arquitecto en busca de generarse su propio trabajo, o un emprendedor seducido por el
mundo de los ladrillos y los activos reales. Lo mismo da. Su origen y la motivación que genera la puesta en marcha de un emprendimiento propio poco importan en la medida en que se asuma la profundidad compleja del desafío y se comprenda lo transformador de la realidad que afortunadamente esta disciplina puede ser, llena de riesgos, de épicos desafíos, de angustiosas pérdidas y de grandes satisfacciones.
Detroit, una ciudad para invertir en real estate Detroit, la ciudad más grande del estado de Míchigan en Estados Unidos, es reconocida hace un siglo por ser la capital automotriz a nivel mundial. Los desarrollos de General Motors, Ford Motor Company y Chrysler la volvieron una ciudad icónica; y también fue noticia por los vaivenes económicos que sufrió durante la posguerra y la bancarrota de 2013. Sin embargo, en la actualidad, Detroit está en boca de todos por su capacidad de resiliencia: atrás quedó la crisis y ahora atraviesa un período de reconversión y desarrollo orientado a sectores tan diversos como salud, defensa, industria aeroespacial, tecnología y logística, que trajo consigo uno de los booms inmobiliarios más importantes de la historia de EEUU.
Es que Detroit está a pasos de convertirse en un nuevo Sillicon Valley y todavía hay mucho espacio para crecer. «Cada vez son más las compañías que deciden desarrollarse en la ciudad y por ese motivo trabajadores de otras metrópolis empezaron a migrar hacia ella», destaca Marcelo Schamy, CEO de IDG Homes Detroit, compañía de inversiones en real estate local. De la mano de esta diversificación son varios los ejemplos de empresas que han comenzado a expandirse y a abrir convocatorias para ocupar nuevos puestos de trabajo. Google multiplicó sus operaciones y construirá su primera fábrica de vehículos autónomos; Fiat Chrysler Automobiles abrirá nuevas instalaciones y terminales de producción. Starbucks, LinkedIn, Microsoft, Quicken Loans, Kellog’s, Walmart y Penske son otros ejemplos de esta expansión.
De ahí que en este momento se registre una alta demanda de mano de obra para refacciones y construcción continua, a tal punto que «es más alta la necesidad que la disponibilidad de personal, incluso nosotros mismos nos hemos expandido para poder abordar el incremento de consultas que recibimos a diario», agrega Schamy. En ese sentido, Detroit se ha vuelto una ciudad óptima para invertir en el mercado inmobiliario, en especial porque posee las propiedades más económicas de EEUU con precios promedio de USD 60.000 y que pueden alquilarse por alrededor de USD 800 por mes, generando alto retorno anual y una excelente y predecible capitalización en plusvalía. IDG Homes Detroit se dedica a la búsqueda, compra, refacción y venta de propiedades con el formato «llave en mano». Ofrece la posibilidad de comprar viviendas, complejos multifamiliares y oficinas refaccionadas a nuevo, bien ubicadas y con apreciación
comercial para inversores individuales o grupos. «Estas inversiones representan un riesgo acotado al tratarse de bienes tangibles que colateralizan la inversión», señala Schamy.
Cuentas claras: menos impuestos, menos costos La reforma tributaria que entró en vigencia en 2019 permite deducir del impuesto a las ganancias todos los costos financieros asociados a inversiones personales, entre otros, intereses, comisiones y honorarios. ¿Qué significa esto? Que si están claramente explicitados –y no ocultos– el inversor argentino puede descontarlos/deducirlos de las ganancias personales generadas durante el año y, de esta forma, pagar menos impuestos. «El problema es que normalmente las entidades financieras locales y del exterior ocultan estos costos y comisiones de varias formas. Otros costos que no pueden deducirse son los que cobran los fondos de inversión, ya que la renta que le brindan al inversor es neta», advierte Mariano Sardáns, CEO de FDI.
De acuerdo con la prensa especializada, los inversores que manejan su dinero con bancas privadas y brókeres tradicionales pagan un promedio del 1,92% anual del monto de sus activos en costos y comisiones. Si estuviesen claramente explicitados, podrían deducirse del 35% del impuesto a las ganancias, y su incidencia bajaría al 1,25% anual (1,92% x 0,65). No caben dudas de que tener las cuentas claras con tu asesor financiero te lleva a ahorrar mucho dinero.
El día después del día después «Seguramente la mayoría de nosotros recibimos más de 1.753.713 frases e historias por minuto por WhatsApp, y la mayoría repetida en los 657.234 grupos en los que participamos. Quiero enfocarme en una de ellas con la esperanza de que, una vez más, ustedes participen con sus hijos en este debate que quiero provocar sobre el día después», señala Claudio Zuchovicki, gerente de Desarrollo de Mercado de Capitales de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Se trata de una frase que le asignan a Clint Eastwood: «La gente dice que deberíamos dejar un planeta mejor para nuestros hijos. La verdad es que deberíamos dejar unos hijos mejor educados para nuestro planeta».
Entonces, Claudio quiere aprovechar esta cuarentena para reflexionar en familia acerca de cómo preparamos y educamos a nuestros hijos en materia de economía y finanzas para el día después del día después de esta pandemia. Nosotros no podemos modificar ni evitar las consecuencias globales de tremenda crisis, pero sí podemos manejar nuestra actitud luego de que pase. «A mis hijos les conté que, en lo personal, no perdí mi dinero en esta crisis, solo perdí la herencia que les correspondía a ellos, así que van a tener que prepararse para ganarse la vida. Preparémoslos para asumir los riesgos. De eso se trata la vida. Esto justifica el motivo de esta nota». «Como siempre repito, es mentira que crisis es oportunidad, crisis es crisis, y solo cuando esta termina, recién ahí, aparecen muchas oportunidades para el que está preparado. Empecemos a prepararnos entonces», propone Zuchovicki.
Parte del supuesto de que esto va a pasar, va a dejar daños colaterales muy importantes, pero también un nuevo orden social, dándonos una nueva oportunidad de hacer algo mejor, no ya para la próxima generación, sino junto a ella. Sabemos que los datos globales son muy duros, la cantidad de infectados, la cantidad de fallecidos por la pandemia, y sumado a ello los destrozos sociales que conlleva una economía paralizada y un sistema de pago semiquebrado.
Primera consigna: busquémosle la vuelta. A la mayoría de nosotros no nos queda otra. ¿Qué les diría a mis hijos en materia económica? «Intentemos no formar parte de los números malos de esa estadística. Cuidémonos mucho y cuidemos a todos los que tenemos cerca. Si todos lo hacemos, reducimos los
riesgos sociales. Es momento de pensar en sociedad y no en forma individual. Cuantos más seamos los que pensemos así, más rápido saldremos. De nada me sirve salvarme solo si después no tengo quien me provea, entre otras cosas, comida, transporte, salud, etc.», sostiene Zuchovicki. A su juicio, esto no es una guerra, ni un terremoto, ni un Tsunami, afecta a mucha gente, resiente al sistema productivo pero las estructuras quedan en pie. La capacidad instalada sigue ahí, las fábricas están, las casas están, las rutas están, los puertos están, incluso, a modo de consuelo, menos contaminadas. Cuenta que los hospitales nos enseñan que en el mismo edificio uno vive el momento más feliz de su vida (el nacimiento de un hijo o de un ser muy esperado) pero también el de mayor tragedia (la pérdida de un ser querido). El día después del día después será igual, convivirá la tragedia de lo vivido con las ganas de vivir de nuevo. Debemos tener
más ganas de vivir el futuro que solo lamentarnos por lo perdido. Preparemos nuestra mente para mirar hacia adelante, recordando siempre de donde venimos. El éxito no se mide por el punto al que uno llega, sino por el lugar desde donde uno viene.
Todos los días, en promedio, en el mundo nacen 359.000 personas y mueren 157.000. O sea, cada día aparecen 202.000 consumidores nuevos. Hay más oportunidades en el futuro que lo perdido en el pasado.
Cuando esto termine, va a ver más ganas de consumir que de ahorrar, va a haber cambios sustanciales en nuestras escalas de valores. Desde su óptica, este aislamiento obligado nos permitió entender que el valor económico más preciado que tenemos es la libertad de elegir. Nunca la vendan. Nunca la cedan. Ni por un político, ni por un fundamentalista, ni por un salario. Quedó claro que el mundo es uno solo, somos todos ciudadanos de él, y no se dejen llevar por falsos nacionalismos y menos aún si quieren restringir sus libertades. Libres de equipaje para elegir el destino afín a sus ideales. Pero hay que tener en cuenta que el Estado va a ser más grande porque ocupó espacios que corresponden a la actividad privada. Sin financiamiento para sostenerse, tiene dos opciones: a) les abre el juego a los privados y aparecen nuevas oportunidades, o b) tendremos un Estado más voraz por recursos y que castiga más a las libertades individuales. Hay que prepararse entonces para un Plan A, o para un Plan B.
Para Zucho, va a aumentar la desigualdad entre los que tuvieron y tienen acceso a una vida más online y los que se mueven en una economía informal, sin acceso a adaptarse a los cambios. Cada crisis revoluciona al sector que la provocó. Los bancos no son iguales desde 2008. La seguridad no es la misma desde la caída de las Torres Gemelas. Luego de la gran crisis de las punto. com, en el año 2000 nacen Google, Facebook, Instagram, Spotify, Zoom, Microsoft Teams. Estas grandes compañías y aplicaciones que nos hicieron soportar esta cuarentena nacieron después de esa crisis. Acá va a pasar lo mismo, nuevas empresas de alimentación, viajes, entretenimiento, tecnológica, ciberseguridad, logística, sistemas de pago generarán miles de nuevos puestos de trabajo. Preparémonos para estar en el lugar adecuado.
Esta pandemia va a pasar, pero luego va a venir otra crisis global, ligada a las intercomunicaciones. Es el principal miedo de los que viven de la nube (no me refiero al sistema político global). Esta pandemia nos sacó el miedo de operar, de comprar, de pagar, de transferir, de estudiar online. Pero si todos mis datos están en una nube, ¿quién los cuida? Vamos a pagar seguros, protecciones, resguardos. Preparémonos para los negocios de ciberseguridad. Los nuevos valores sociales girarán en torno a la sostenibilidad y a la buena alimentación. Ser responsable socialmente no es solo algo políticamente correcto, sino también algo rentable. Ganará más un auditor de buenas prácticas corporativas que el auditor de balances, porque el accionista le tiene más miedo a perder el prestigio, a las multas o a la condena social que a un balance contable al día con calificación de riesgo. Preparémonos para estar en el lugar adecuado.
El desempleo va a aumentar, pero va a haber más trabajo, preparémonos para saber vivir sin jefes, pero sin salarios y obra social garantizada. Saquémonos el fin de mes como barrera cultural y pensemos en duración de proyectos. Aprender a tomar riesgos. Estos ya no se evitan, se asumen riesgos al hacer algo, pero también cuando no lo hacemos o nos quedamos quietos. Ser conservador es tomar riesgos también. Andre Kostolani decía que si uno tiene mucha plata puede hacer lo que quiera, puede cometer errores porque no perderá su calidad de vida. Quien tiene poca plata, diversifique, no arriesgue todo en un solo negocio. Si no, puede perder lo poco que tiene y peor aún su capacidad de recuperarse. Pero si uno no tiene nada de plata, tiene la obligación de arriesgar; si no, nunca va a cambiar la situación en la que está. Ser conservador con nada no tiene mucho sentido, solo conservará su situación actual.
«La credibilidad va a ser la mejor carta de presentación de las personas en el mundo que viene. Es el mejor valor que le podemos transmitir a nuestros hijos, y por eso quiero terminar con un ejemplo de Warren Buffett»: Había una vez un profesor que luego de explicarles a sus alumnos cómo funcionaba el mercado, les planteó el siguiente desafío: cada alumno debía elegir a un compañero para invertir en él un 10% de sus ahorros. Si a la persona elegida le iba bien en el futuro (si acertaba el escenario) entonces el inversor ganaría un 10% de la fortuna recaudada por la capacidad del elegido. En cambio, si le iba mal (no acertaba el escenario) perdería el 10% de los ahorros invertidos en su compañero. Luego el profesor les preguntó el motivo por el cual invirtieron en esa persona. Algunos contestaron: por ser correcto, su perseverancia, por su buena actitud, por ser intuitivo. Solo recalcaban características positivas. Nadie invirtió en personas soberbias,
listas, sagaces, las cuales tenían mayor posibilidad de ganar mucho dinero por tener esas cualidades, pero los alumnos argumentaban que podrían ser estafados por estos y no obtener lo invertido. El profesor continuó con el planteo y formuló la siguiente pregunta: ¿en qué persona no invertirían nunca? Las respuestas fueron «en un deshonesto, en una mala persona, en un soberbio». Para finalizar el profesor dijo que, si cada uno es 100% dueño de su vida, uno sabe cómo tiene que ser para ser exitoso (buena persona, perseverante, buena actitud, intuitivo, honesto). En cambio, con las otras cualidades (mala persona, deshonesto, sagaz, soberbio) uno puede tener mayores posibilidades de ganar mucho dinero, pero se quedaría solo y la familia lo único que esperaría sería cobrar la herencia.
Zucho quería terminar con ese ejemplo del profesor para hacer un resumen: «Vamos a salir de esta con muchos daños colaterales, pero tenemos que enfrentarlo con ganas de vivir el futuro. Preparándonos para cambiar el miedo a lo desconocido por la ventaja de anticiparlo. Pero aprendamos que ser mejores con nuestro medio ambiente, respetar nuestra libertad de decidir y sobre todo enseñar a nuestros hijos a ser buenas personas, como en el ejemplo de Warrant Buffett, es lo que finalmente cuenta».
El poscoronovarius Mark Twain decía: «Las cosas malas no te suceden por no saber, sino por creerte que sabías». Tomo esta reflexión para que no cometamos la impericia de subestimar los hechos, ni de sobreestimar nuestra capacidad de resolución de los nuevos problemas. Escuchemos y acatemos las recomendaciones de nuestras autoridades sanitarias frente a la pandemia del coronavirus. Dicho esto, Zuchovicki empieza con la propuesta. La idea es debatir sobre nuestras reacciones financieras. Esta violenta baja que se ve en los mercados, ¿es una oportunidad o es una última señal para el sálvese quien pueda?
«Siempre trabajé con la premisa que indica que “flujo mata fundamento”. En el mercado financiero el flujo es la manada: van todos corriendo para el mismo lado, con los mismos fundamentos, con las mismas excusas y con la misma codicia. No te pongas delante de esa manada porque te va a llevar puesto; pero no la sigas: si vas detrás es probable que nunca veas el camino y que dependas de otro para ver lo que seguramente la manada no querrá ver. Ni bien los primeros de esa manada se den vuelta y empiecen a correr para el otro lado, con otros fundamentos, otras excusas y todos con los mismos miedos, te los toparás de frente y te llevarán puesto». Y va a este ejemplo: un restaurante puede estar siempre lleno, con gente esperando afuera para entrar, y puede ganar mucha plata. Pero un día, sin saber el porqué, ya sea por un rumor, por una pelea, o solo por un cambio de la rutina, un grupo de clientes asiduos deja de ir. Luego, otro grupo. Y así sucesivamente, por lo que empieza a lucir semivacío.
Ya no hay gente esperando, crecen todo tipo de rumores y, como el restaurante tenía una estructura grande por estar acostumbrado a atender a mucha gente, se funde en un mes. La velocidad del cambio fue más importante que el cambio. Pero también pasa lo contrario, mucha gente va de golpe a un lugar de pequeña estructura, al principio ese lugar factura un montón con poco gasto y empieza a ganar mucho dinero de golpe, hasta que se ve obligado a crecer y crecer, y ya sabemos cómo va a terminar con el tiempo. Zucho asegura que el mayor motivo de crisis de una empresa, y también de un país, es simplemente subestimar los costos cuando todo va bien. En finanzas es igual: un banco está muy bien de salud y un día un inversor muy grande decide retirar el dinero, el cajero se sorprende y le cuenta a otro cliente. Este otro cliente, por las dudas, retira su dinero, se propaga el rumor, se descapitaliza el banco y, finalmente, el flujo mata los fundamentos del banco.
Dice Zucho que hace poco le contaba un colega, uno de los más estudiosos del mercado y de los balances de las empresas, que una semana después de las PASO sus empleados le pidieron la mañana libre para ir a retirar sus ahorros de los bancos. El colega los sentó a todos frente a un pizarrón y a los balances de los principales bancos. Les demostró que los bancos estaban muy sólidos, que era imposible que tocaran los ahorros de la gente y que era más seguro dejar la plata ahí que llevarla a sus casas. Los empleados lo escucharon atentamente (lo respetaban mucho), contaron hasta cinco... y fueron todos corriendo al banco a sacar su dinero. Quedó solo con el pizarrón, lo miró y pensó: «¿No tendrán razón y yo aquí terco con mi teoría?». ¿Saben qué? Fue corriendo al banco por miedo a la profecía autocumplida. Los seres humanos somos mucho menos racionales de lo que presumimos: arrojamos monedas a las fuentes para que se cumplan
nuestros deseos, buscamos tréboles de cuatro hojas, no pasamos por debajo de una escalera y si nos dicen «no pienses en camellos si pasa un tren», automáticamente vemos con jorobas a todos los pasajeros. Es por eso que las crisis económicas y el estallido de las burbujas, por mucho que sean cíclicas y predecibles, son el reflejo fiel de los seres humanos: capaces de lo mejor y de lo peor. Capaces de tropezar dos o más veces con la misma piedra. Los argentinos somos iguales, solo que multiplicamos esos comportamientos por diez y, además, nos jactamos de ello. Si un dirigente repite dos veces: «No vamos a devaluar, no vamos a devaluar», todos corremos a comprar dólares y ocurre la famosa «corrida». Si dicen: «No vayan a los supermercados, no vayan a los supermercados». ¿Qué hacemos? Corremos todos juntos a ver quién compra más papel higiénico.
¿Qué sabemos de esta pandemia? Poco. Y eso potencia la incertidumbre. Y los referentes mundiales no lideran, no transmiten confianza, no nos representan, generando más confusión aún: piensan en el voto del ciudadano y no en el ciudadano. Es como si vas al médico y te dice que no te preocupes, que tu salud luce muy bien, que solo estás cansado... pero te aconseja un buen seguro de vida y que ordenes el testamento. Estoy seguro de que, a esta altura, el que sigue leyendo dirá: «Basta de cuentitos, ¡al grano! ¿Compro o vendo?». Respuesta fácil: no tengo la menor idea, pero pensemos juntos. Para Claudio, la tecnología potenció las reacciones. La gran diferencia con la última gran baja de los mercados vivida en 2008/2009 es que entonces no existía WhatsApp ni los presidentes comunicaban sus mensajes por Twitter. En los mercados, hoy gran parte de
las decisiones son tomadas por algoritmos que aceleran la dinámica: lo bueno y lo malo. Las velocidades de los cambios son más relevantes que los propios cambios. Está claro que todavía no vimos lo peor en materia de daños colaterales a la economía real y a la catarsis social de lo que está ocurriendo. El elevado grado de aislamiento de muchos ciudadanos a la vez frena cualquier impulso de consumo, lo cual debilita las ventas de las empresas y la recaudación de impuestos de los Estados, generando más desempleo. Y así se genera un círculo vicioso. Los Estados se convirtieron en el sostén de las economías ampliando el gasto público, bajando las tasas de interés (política monetaria), o bajando impuestos (política fiscal). Y haciendo insostenible sus déficits fiscales y los demás círculos viciosos. Ahora volvamos al cuento e intentemos no seguir al rebaño. ¿Describir algo que algún inversor no supiera? Lo dudo: a lo descrito
lo conocemos todos y los mercados actuaron en consecuencia. Solo que, esta vez, más rápido que nunca. No hay programa algorítmico que valga, balance de empresa que cuente, analista de inversión que tenga la justa, calificadora de riesgo que imponga opinión, ni regulador que tenga el control del mercado. Se trata solo de personas que, cuando perdieron la confianza o no creen en nada, venden como manada.
El miedo ayuda a poner límites, pero el pánico nos hace perder el control de la situación. Y hoy la sociedad global está en pánico. Un dato financiero: el miedo puede durar mucho tiempo; el pánico, no.
«Tenemos dos posibilidades. Si creen que ya no hay vuelta atrás y que el coronavirus, o la ansiedad de la incertidumbre, nos va a matar a todos, no se preocupen por sus finanzas, ahorren en lo que ahorren es lo mismo. Es más, no sigan leyendo (ya sé, seguro que, habiendo yo dicho esto, van a seguir leyendo igual). En estos casos nada es reserva de valor», afirma Zuchovicki. Si creemos que lo vamos a superar, entonces tarde o temprano vamos a salir adelante. Volveremos a consumir quizás más que antes, como pasó siempre. Además, todos los días nacen más consumidores que los que mueren (quizás que, con la cuarentena, en los países envejecidos hasta se vuelvan a generar nuevos niños). Entonces, quizás valga la pena encontrarle la vuelta.
¿Eso significa que hay que invertir? Quizás, todavía no. Un amigo dice que desde que inventamos la pala siempre se puede estar más abajo. Para determinar en qué momento invertir, la experiencia me dice que un mercado vuelve a arrancar cuando, primero, pierde la volatilidad. Volatilidad es sinónimo de incertidumbre. Y la pérdida de la volatilidad es la primera señal. El susto global financiero de 2008/2009 nos hizo crear un sistema, según Zucho, mejor. Con ganadores y perdedores. Hay empresas que valen veinte veces más que entonces y que ofrecen nuevas soluciones financieras, mientras los bancos tradicionales valen el 10% que en aquel entonces.
El susto global que trajo esta pandemia (y quizás no vimos lo peor) va a traer sin dudas cambios de hábitos. La generación de quienes rondan los veinte años va a vivir como mínimo noventa años en este planeta. Tienen muchos incentivos para cuidarlo y lo van a hacer. Así como en 2009 apareció una nueva banca digital, y nuevos sistemas de pago, aparecerán ahora nuevas empresas de cuidado de la sostenibilidad del planeta, que serán excelentes inversiones para los que compartan esa visión. Claudio cree que este es el rubro a invertir, la nueva sociedad le va a dar más valor al cuidado de la naturaleza y al cuidado de la alimentación (el origen de las pandemias) que a la rentabilidad. Más empresas con personal trabajando desde sus casas y más enseñanza digital será la nueva escenografía por un tiempo largo, con nuevas oportunidades de negocios para algunos.
Sin pánico, cierra con una magistral enseñanza de la genial Paula Pareto, que dijo: «Uno de mis entrenadores dice que gana el que tiene más ganas de ganar y menos miedo a perder».
¿Por qué festejan los mercados? En Estados Unidos se vive un caos en las calles y el S&P batió récords. Incluso el Ibovespa no para de subir y la divisa brasileña no deja de apreciarse. Hace algunas semanas la noticia era el derrumbe del precio del petróleo y hoy, de manera silenciosa, el barril llegó a USD 40. Zuchovicki ensaya respuestas: «Una visión negativa sería pensar que el mercado solo rebotó y nos está dando una última oportunidad de vender todo a buen precio, ante el riesgo de una mayor inestabilidad política global. Pero también puedo tener una visión positiva, basada en que no habrá un día después de la pandemia. Esto no termina el 12 de septiembre de 2020, ni el 3 de marzo de 2021. Ni siquiera cuando aparezca una vacuna. Les recuerdo que hoy existe una vacuna contra la gripe y, sin embargo, por su causa, hay muchas muertes cada año. Esto va a pasar de a poco y en la medida en que vayamos perdiendo el miedo
y la sobrecapacidad instalada para atendernos ante el posible contagio. La buena noticia es que en muchos países esto ya está pasando». Estados Unidos y la Comunidad Europea entendieron que esto es una crisis de oferta. Al frenarse la producción de golpe, las empresas empiezan a colapsar y despiden a sus empleados; entonces terminan creando una crisis de demanda por pérdida de ingresos. Pero deciden asistir a sus economías emitiendo cifras récord de dinero. Por ejemplo, cada desempleado norteamericano cobra un subsidio de USD 1.300 dólares mensuales. La buena noticia es que el americano decidió ahorrar la mitad de ese dinero, es decir, postergar el consumo. Entonces, cuando se pierda el miedo volverán el trabajo y la capacidad de compra. Lo paradójico es que la mayoría ahorró en acciones y por eso los valores suben; luego se dará lo contrario, es decir, mejorará la economía real y bajarán los mercados.
La capacidad instalada y la posibilidad de producir está intacta, no se destruyeron las rutas, puertos o maquinarias. La capacidad de recuperar la oferta está intacta y esto lo demuestra hoy China. Amigos, los mercados pueden estar viendo que 2020 será el peor año de la economía global, pero 2021 será el de mayor recuperación de la historia. Y el mercado compra futuro, no pasado. Cuando el miedo pase y la demanda y la oferta vuelvan a retomar ritmo, crecerán los pedidos de materias primas. Bingo para nuestro país, mejores precios para nuestras exportaciones y bajo costo del dinero global (casi tenemos garantizada la tasa «0» hasta 2022). «Por favor, no lo arruinemos. El mundo juega a favor, aprovechemos entonces este momento para arreglar la deuda y darle espacio al sector privado para que vuelva a crecer», propone Zucho. Si vemos que la gran recuperación de los precios vino por el sector del
conocimiento, apostemos rápido ahí y no trabemos la única ley que fue aprobada por unanimidad en el Congreso. Usemos el tiempo para darle un horizonte más cierto al sector productivo, con un régimen fiscal más soportable y menos burocrático, con un sistema de relaciones laborales que ayude a incluir y no a castigar al que da empleo formal y con un gasto público más eficiente, que no supere el 35% del PBI. Agreguemos a la ecuación más educación y menos asesores de asesores y sobreprecios en las compras. Necesitamos, además, una moneda que sea moneda; hoy el peso es una cuasimoneda, no sirve para ahorrar, porque el que ahorró en pesos perdió la mitad del poder adquisitivo. Para eso, sinceremos los valores. El dólar no vale $ 65. Si tenemos que poner traba tras traba para el importador o cepos al comprador, es que ese no es el valor. Si tenemos que poner más límites para el que quiere comprar los USD 200 cuyo precio es $ 90 considerando el
impuesto País, eso significa que el dólar vale más de $ 90. Ni $ 125 ni $ 65. La transparencia es un negocio, a la larga suma inversiones. «Generemos una economía en la cual el que invierte, produce y se juega por nuestro país, sea el protagonista. Y que no lo sea el administrador de turno de los recursos públicos», propone Zuchovicki.
Cómo operar en Wall Street y ganar 30% Esta nota es muy especial: tiene una estrategia concreta para operar en la Bolsa de Estados Unidos. Creo que podría tener una ganancia esperada del 30%. La idea es bien simple. El coronavirus afectó muy negativamente a tres sectores del mundo inmobiliario comercial: oficinas, shopping malls y hoteles. Y nuestra estrategia consiste en aprovechar la caída en el valor de este tipo de propiedades a través de la venta corta. Sigan leyendo que van a entender todo, con la explicación de Miguel Boggiano, director de Carta Financiera. Oficinas Muchas empresas se dieron cuenta de que podían tener a muchos empleados trabajando en sus propias casas con la misma o mejor performance. Sin ir más lejos, hace unas semanas, Twitter les anunció a sus empleados que los que quieran
seguir trabajando desde sus casas lo podrán hacer, aun sin cuarentena. Esta es una pésima noticia para todos los que son dueños de edificios de oficinas y para todos los que financiaron la construcción de estos edificios, ya que siempre se hacen con créditos y nunca se pagan en su totalidad por adelantado. Muchas compañías se están replanteando la necesidad de tener una oficina y buscan promover el «home office» entre sus empleados. Esto podría beneficiar tanto a la empresa (ahorro en todos los gastos de la oficina) como al trabajador (ahorro tanto de tiempo como de dinero). Shopping Malls Los shoppings y locales comerciales ya venían perdiendo relevancia, pero la cuarentena les dio el golpe de gracia, ya que empujó a mucha gente a hacer compras online, acelerando la tendencia.
Un ejemplo bien contundente: Macy’s. Es una empresa emblemática y dueña de más de 500 locales en los EEUU (venden de todo en locales dentro de los shoppings). Hoteles Podríamos agregar incluso al sector hotelero, que permanecerá con niveles de ocupación bajísimos por tiempo indeterminado. No hay mucho que decir aquí, ya que es algo de sentido común. Para que tengan una idea de la magnitud del desastre, pensemos en la caída de las reservas semanales en Airbnb (aplicación que permite el alquiler temporal de propiedades): Y, también, podemos tomar al Marriott como referencia del sector. Cayeron sus acciones y no lograron acompañar al mercado en la recuperación de abril. El «relato» de esperanza y vuelta a la normalidad que empujó a la Bolsa de EEUU parece que no tuvo el mismo efecto en los hoteles.
Les voy a decir cuál es el «trade» y luego se los explico:
Vender en corto REITs comerciales, con un portafolio preparado por Carta Financiera. 1. ¿Qué es «vender en corto»? Es una operación que nos permite obtener una ganancia si el precio de una acción baja. En este caso apostaremos a la caída en los valores de los inmuebles de oficinas, shoppings y hoteles. 2. ¿Qué es un REIT? Básicamente, se trata de una compañía que es dueña de activos inmobiliarios. Un REIT se puede comprar y vender en la Bolsa de los Estados Unidos al igual que cualquier acción.
Se viene una nueva disparada del dólar mundial Para Miguel Boggiano, se viene una nueva disparada del dólar, que va a afectar a muchos países, no a uno en particular. Lo que está pasando es un fenómeno global. Boggiano les va a explicar todo: Pese a los enormes estímulos monetarios anunciados en EEUU, el coronavirus disparó el precio del dólar frente a la mayoría de las monedas de países emergentes. En realidad, esto no es algo nuevo, es simplemente la aceleración de una tendencia que empezó hace algunos años. En las últimas cinco décadas, tuvimos tres períodos de un dólar débil y tres períodos de un dólar fuerte. El último de ellos empezó en 2014 y se terminó de acelerar con la crisis generada por el coronavirus.
Cuando hablamos de «dólar débil» y «dólar fuerte» nos referimos al valor relativo de la divisa norteamericana comparada con una canasta de monedas de otros países (que es la métrica que habitualmente se usa). Como podemos ver, nos encontramos, hace algunos años, con un dólar relativamente fuerte. Esto empezó en 2014, cuando la Reserva Federal decidió dejar de expandir su base monetaria (mientras muchos otros países continuaban con programas de estímulo). Ahora, pese a que la Fed volvió a estimular la economía, el dólar se siguió fortaleciendo con una disparada en países emergentes entre marzo y abril. Y este será el detonante de un avance mucho mayor en el futuro próximo. ¿Por qué? Porque la demanda de dólares aumenta a un ritmo mayor
a cualquier estímulo monetario que pueda hacer la Reserva Federal. El dólar es la moneda de reserva de valor en el mundo y la moneda con la que se lleva adelante casi el 80% del comercio internacional. Los Bancos Centrales del mundo ahorran, principalmente, en dólares. Si Francia quiere comprarle petróleo a Arabia Saudita, paga en dólares. En muchos países emergentes, el dólar es reserva de valor.
Pero agreguemos un elemento clave: en el proceso de enorme endeudamiento de los últimos diez años, los países emergentes tomaron enormes cantidades de deuda denominada en dólares (tanto Estados como empresas).
¿Por qué alguien toma deuda en dólares? Por dos motivos: 1) quien otorga el préstamo de esta manera evita el riesgo de tipo de cambio (respecto de la moneda local); 2) muchas veces el tomador del préstamo tiene la posibilidad de conseguir una tasa más baja en dólares (o incluso endeudarse en dólares a veces es su única opción). Al tomar una deuda denominada en dólares, el tomador del préstamo está apostando en contra del dólar, aunque quiera hacerlo o no. Es decir, se beneficiará si la cotización del dólar baja relativa a su moneda local, y se perjudicará si ocurre lo contrario. Un dólar débil implicará una disminución del costo del préstamo medido en moneda local y un dólar fuerte generará el efecto opuesto. Los Estados y las empresas tienen sus ingresos en moneda local. Para pagar sus deudas en dólares deben conseguirlos.
Si aumenta el precio del dólar se les hace más difícil repagar sus deudas. Y esto hace que deban volver a endeudarse en dólares para pagar esos préstamos. Con la crisis desatada por el coronavirus y la disparada del dólar de marzo y abril, la demanda por la divisa estadounidense será mucho mayor a cualquier estímulo que pueda hacer la Fed. Y para peor, hay una enorme cantidad de deuda internacional denominada en dólares con vencimiento menor a un año: Solo para que tengan una idea, se calcula que hay USD 100 trillones de deuda denominada en dólares y el balance de la Fed es de USD 7 trillones. Esto sin tener en cuenta la enorme demanda para atesoramiento de quienes quieran estar en cash.
Además, esto se da en un contexto en el que todos los países están emitiendo para hacer frente a la crisis. Por estos motivos es que, pese a que la Reserva Federal aumenta la base monetaria, no alcanzará a cubrir la demanda de dólares en el mundo. Un comentario final: la contracara que tendrá la próxima suba del dólar a nivel mundial. Un dólar fuerte en el mundo es malo para la economía de Estados Unidos. Esto hace que las importaciones sean mucho más baratas y las exportaciones mucho más caras, lo que en definitiva hará que su déficit comercial siga creciendo. Como si esto fuera poco, aproximadamente el 40% de los ingresos de las empresas del índice S&P 500 provienen de fuera de EEUU, en otras monedas.
La historia ha mostrado que un dólar fuerte en el mundo impide el crecimiento de la economía estadounidense. En conclusión, Boggiano asegura que debemos prepararnos para ver una nueva disparada del dólar, en especial frente a monedas de países emergentes. Por otra parte, es esperable un contexto muy complicado para EEUU. Pese al estímulo monetario, será muy difícil ver una rápida recuperación de la economía con un dólar fuerte en el mundo.
Cómo recuperar tus pérdidas Hay un gran interés por encontrar alternativas de inversión con bajo riesgo. Tanto es así que no damos abasto con la cantidad de consultas que nos llegan. ¿Qué les pasa a los inversionistas hoy? ¿Qué dispara esta ansiedad por buscar otras alternativas de inversión? Miguel Boggiano se animó a sintetizar las dudas en tres puntos: 1. El miedo a que la crisis se agudice. 2. La falta de confianza en la renta fija. 3. La necesidad de alternativas con retornos moderados, pero con riesgos controlados. En marzo quedó a la vista que las inversiones que se creían seguras, en realidad, son muy vulnerables.
Alcanza con ver la abrupta caída de todo tipo de bonos. Incluso Warren Buffett ya perdió USD 50.000 millones en lo que va del año. ¿Qué queda entonces para el resto? No podés seguir teniendo la misma cartera que en marzo y correr los mismos riesgos. Aprovechá esta recuperación porque esto no va a durar mucho más. Tomá cartas en el asunto cuanto antes. Y acá te presento una solución: se llama Managed Futures. Managed Futures ganó un +17% en lo que va de 2020. ¿Cómo es posible? ¿Qué riesgos hubo que asumir? Seguí leyendo hasta el final y te prometo que lo vas a entender. Los Managed Futures son estrategias que operan siguiendo reglas estadísticas y que tienen sus mejores resultados en contextos de alta volatilidad (generalmente en crisis). Esto tiene dos consecuencias muy importantes: 1) los retornos son totalmente independientes de los
activos tradicionales (como acciones o bonos); 2) tienen sus mejores retornos cuando esos activos fallan: en las épocas de crisis. Ahora estamos atravesando una nueva crisis (coronavirus) y tuvimos una fuerte caída de los mercados. ¿Y qué pasó? Los Managed Futures tuvieron resultados excepcionales: mientras que en marzo el S&P 500 cayó un -12,5%, nuestras estrategias de Managed Futures subieron +15,6% (y van ganando más del 17% en 2020). Estoy convencido de que son el mejor seguro de cartera que podés tener. Ahora Boggiano te quiere contar brevemente quiénes son los participantes más importantes de este mundo: 1. Los managers (CTAs) Los managers son quienes diseñan y ejecutan las estrategias. En la industria se los llama Commodity
Trading Advisors (conocidos como CTAs por sus siglas en inglés). Cada manager tiene su propia estrategia (con sus propias reglas estadísticas) y en general se especializan en uno o más mercados o productos (podemos encontrar programas que hacen arbitraje en volatilidad, tendencia intradiaria en futuros de acciones, reversión a la media entre subproductos de un commodity, entre muchas otras). En el armado de un portafolio de Managed Futures es esencial elegir las estrategias que mejor se ajusten a nuestras necesidades. Una buena combinación de estrategias robustas es la receta para el éxito. 2. Los brókeres de futuros Los brókeres de futuros son quienes ejecutan las órdenes que envían los CTAs. El manager (CTA) diseña la estrategia y, cuando su sistema genera una señal de compra o venta,
envía la orden al bróker de futuro para que este la ejecute. Podríamos hacer una analogía con el portafolio manager de una estrategia de acciones que envía una orden al bróker para comprar acciones de Apple. Solo que en este caso los que se operan son contratos de futuros. En la industria, los brókeres de futuros más conocidos son RJO’Brien, FC Stone y ADM. 3. Los mercados y productos disponibles en futuros Los mercados son los lugares (físicos o electrónicos) donde se ejecutan las órdenes. Pero aquí está lo que me parece importante destacar: Una diferencia muy grande de los Managed Futures con otros activos financieros es que estos operan en una enorme variedad de mercados y productos disponibles, lo que hace posible realizar combinaciones
muy diversas de estrategias con exposición en una enorme variedad de activos diferentes. Así es que tenemos estrategias de Managed Futures que se especializan en operar oro, petróleo, soja, café, índices de acciones, índices de bonos, volatilidad y ¡hasta cerdos o ganado! Además, cada estrategia tiene sus propias reglas, por lo que sus resultados no están relacionados con las demás. El inversor promedio piensa que está diversificando su portafolio invirtiendo en acciones, bonos o real estate, pero está equivocado: en las crisis, estos activos suelen moverse hacia el mismo lado: para abajo. Para diversificar de una manera inteligente, y contar con un verdadero seguro de cartera, es altamente recomendable complementar las inversiones en activos tradicionales con una amplia exposición en Managed Futures.
Apostar a la Bolsa europea y al oro El analista financiero Alejandro Cucchiara revela que el horizonte que hay que mirar es el mundo en lo global: Los próximos años vamos a tener mucho capital saliendo de la región y entrando en Bolsa americana, Bolsa europea y oro. No creo que la región sea una buena elección en corto plazo, ya que Brasil, Argentina y Chile estamos muy mal: a Argentina le queda un alto porcentaje para caer y subir el dólar, las inversiones deben ser postergadas por dos años, cuando el dólar esté en la zona de entre $ 250 y $ 400. Chile es distinto, pero igual es malo: esta pandemia demoró la crisis social que se había planteado en octubre de 2019, esta pandemia demoró el estallido social y apenas termine vamos a empezar de nuevo a ver manifestaciones fuertes en la calle, que pide a gritos leyes sociales.
Argentina está más en el piso que Chile, pero Chile va a llegar al piso, por lo que tiene mucho más para caer por los impuestos y ayuda social. En Brasil no hay que invertir porque el panorama político es espantoso, los gobiernos latinoamericanos mal acostumbraron a la gente con la ayuda social. Veo un alto grado de envío de capital hacia afuera, oro y Bolsa americana.
Dólar: las cuatro caras de los USD 100 y cómo evitar el cuento del tío Hay arbolitos que engañan a quienes van con sus billetes verdes a cambiarlos por pesos luego de pasar por el banco a retirar su cupo de USD 200. ¿Cuál es el truco? El cuento del tío llegó al submundo marginal del dólar blue, donde hay arbolitos que trabajan para cuevas que engañan a los novatos que van con sus billetes verdes a cambiarlos por pesos luego de pasar por el banco a retirar su cupo de USD 200. Hay cuatro billetes de USD 100, y todos son de curso legal: el de cara chica o cabeza chica sin franja de seguridad, que es el más antiguo; el de cara chica con franja de seguridad; el de cara grande y, el más nuevo de todos, que es el de cara grande con la gota de seguridad azul en el medio.
Aprovechándose del color azul, hay cambistas pillos que agarran a mayores de edad que van a cambiarles, y cuando van con billetes de USD 100 cabeza grande, pero sin la gota azul en el medio, les dicen que esos son oficiales, no son blue. Entonces se lo pagan lo mismo a lo que lo compraron en el banco: a USD 100. Y les muestran el billete más nuevo de todos, que es el que tiene la gota azul en el medio, y les explican (erróneamente, desde ya) que el billete debe tener la gota azul en el medio para poder ser cambiado a precio blue. Lo otro que todos hacen es preguntar si el billete es de cara chica. En ese caso, hay quienes pagan hasta 10% menos, cuando el mayorista apenas lo recarga 1,5% (la mitad que el 3% de recarga que le hacían a principios de año). Los cara chica son de circulación legal en los Estados Unidos, pero, al ser los más viejos de todos, hay problemas incluso en casas de cambio oficiales en distintos países de Europa, que no los aceptan.
En la Argentina, cuando alguien va con esos billetes a comprar una notebook o un celular, los toman con un 10% de recargo. El mismo recargo que aplican a los de USD 50 o menos en caso de que sean en cantidad, con la excusa de que en las cuevas no los quieren porque les hace mucho bulto. Más común es que a los billetes de USD 20 o de menor denominación se les cobre un recargo, pero no tanto a los de USD 50. Por eso, cuando se va al banco a retirar los dólares, es clave fijarse que sean de USD 100 de cara grande o, si se tiene, ir con cambio de dólares para que den todos de USD 100, ya que hay entidades que solo tienen disponibles esos billetes, entonces si alguien tiene USD 199 en la cuenta, solo le pueden dar uno de USD 100. Excepto que el cliente vaya con un billete de USD 1 para darle de vuelto.
Cómo es el ABC del ahorrador serial: desde que se levanta hasta que se acuesta No se come lo que uno tiene ganas, sino lo que el supermercado tiene ganas de ponerte en oferta. Al despertarse, lo primero que hace (o, mejor dicho, lo primero que hago) es chequear Internet, pero no Facebook ni Twitter, sino las páginas web de los supermercados, para ver qué ofertas tiene en el día cada uno. Si las vainillas están de oferta, tocará merendar vainillas durante todo el mes, porque no se come lo que uno tiene ganas, sino lo que el supermercado tiene ganas de ponerte en oferta. El es el que manda. Y nosotros, los buscadores seriales de oferta, obedecemos a su Majestad. La salida a comer la planeamos con detalle: vamos al tenedor libre al mediodía, porque es más barato que
a la noche y, además, si comés bien ya te ahorrás la cena, en cambio si vas de noche pasan tantas horas hasta el día siguiente que no te podés ahorrar ni el desayuno. Y pedimos hielo, aunque haga 10 grados bajo cero, para duplicar así el contenido de la bebida, excepto en McDonald’s: ahí pido hielo en vaso aparte, para joderlo a Ronald. Yo jamás cargo el celu en mi casa, ya que para eso está el trabajo. Dejo siempre el cargador ahí, o me lo llevo adonde vaya, y con cara de pobrecito digo: «Uy, me estoy quedando sin batería», lo pongo a cargar. Además, afanan en argentina 5.000 celulares por día y con esto es un viva la pepa para los chorros, que están de fiesta, se hacen su agosto con esto, bah, su agosto, septiembre, octubre y noviembre... ¿Cómo empiezo mi día? Yo, apenas me levanto, prendo la compu, no para ver Facebook, sino para meterme en las páginas de los súper y ver las ofertas que hay cada día, y ya empezar a meterle los cuernos
a los súper, porque soy un infiel supermercadista, jamás voy al mismo sino que tengo relaciones paralelas con los demás híper... y mi mujer no se queja, es más, hasta le gusta, porque es la forma de comprar todo barateli. Lo que se come en la semana no es lo que uno tiene ganas, sino lo que está de promoción, si veo la suprema de pollo rebajada, será la semana de la milanesa de pollo, porque la cuadrada (lo más barato para hacer milanesas de carne) cotiza el doble. Salen milas de pollo entonces... Si las vainillas están en oferta, la merienda semanal será con vainillas. Y me excité al ver que el dulce de leche La Serenísima tiene dos por uno, pero me la bajó cuando mi hija me lo refutó, al decirme que a ella La Serenísima no le gusta, y no te lo come, que el que le gusta es el dulce de leche Sancor, así que esperé hasta que en Día agarré una promo del 40% en dulce de leche Sancor y me stockié. Igual, como tenía tantos de La Serenísima, lo que hice fue,
cuando se me terminaba un Sancor, pasar el contenido de La Serenísima al Sancor y listo, mi hija se lo comió tranquila. Luego el día del ahorrador compulsivo sigue con los vencimientos que tenga ese día. Por ejemplo, tengo anotado que debo darme de baja de internet y del cable. Esto lo hago cada 6 meses, porque cuando llamas a darte de baja te mandan con el sector de retención al cliente y te ofrecen una promo por 6 meses para que te quedes. La acepto, pero a los 6 meses llamo devuelta para hacer lo mismo. Es la única forma de conseguir un buen precio, que seas un cliente nuevo, porque si sos uno viejo ya fuiste. Aprovecho el día para leer también, para aprovechar la luz solar, que es energía pura, y es gratis, yo soy un bicho diurno. También veo la página de la agenda cultural de la Ciudad de Buenos Aires para ver las actividades gratuitas que hay el fin de semana para llevar a mi hija. En el Centro
Cultural Kirchner había actividades para los chicos muy buenas y gratis, con lo cual son doblemente buenas. En realidad, gratis no son, porque la pagas con tus impuestos, así que de algún lado te lo cobraron, pero bueno, no tenés que pagar de más, y vamos con el tupper por si le da hambre, con la botellita de agua y las galletitas que compre de oferta en el súper. Ahora, si la actividad es todo el día, le llevo una sanguchitos y le digo: «Así vamos de pic nic, qué divertido».
Quien ahorra USD 100 por mes desde los 25 años llegará con USD 100.000 a los 62 Quien logra ahorrar USD 100 por mes desde los 25 años, colocando el dinero al 4% anual, llegará a los USD 100.000 nominales a los 62 años. Considerando una inflación del 1,5%, a los 70,5 años va a tener el equivalente a USD 100.000 de hoy. Esto marca la importancia de diagramar un plan de ahorro y retiro sistemático. En primer lugar, es importante comprender el concepto de «tasa compuesta»: el efecto que tienen los intereses sobre los intereses ya ganados más el capital original, que aumenta en forma exponencial cuanto mayor es el plazo de inversión. Mayor es su efecto cuanto antes se comience a ahorrar e invertir. Haciendo una analogía con una bola de nieve que va cayendo y creciendo a medida que baja de la montaña, cuanto
mayor es la distancia que cae, mayor es el crecimiento de la bola de nieve. En la consultora FDI explican que para armar el plan de ahorro y retiro de acuerdo a las posibilidades y necesidades utilizan dos herramientas. Ambas parten del supuesto que, para el momento del fallecimiento, los ahorros personales llegarán a cero o al valor que se haya deseado dejar de herencia. Para esto se solicitan datos como la edad actual, edad en la cual planea iniciar el retiro, la expectativa de vida (donde sugieren considerar una probabilidad de 95 años de edad), y cuáles son los ahorros acumulados a la fecha. Dado que aconsejan hacer los cálculos en dólares, sugieren también utilizar una tasa interna de retorno acorde a las existentes en esa moneda. Como tasa de inflación esperada anual recomiendan utilizar 1,5%.
Existen dos herramientas que emplean para diagramar dicho plan, y operan de la siguiente manera: 1. Calcular la renta mensual que se obtendrá durante el retiro, de acuerdo al monto de ahorros que puede generarse mensualmente. Quien comienza a ahorrar USD 100 por mes a los 60 años, a los 80 obtendrá USD 34.000, siempre considerando una inflación del 1,5% y una tasa interna de retorno (TIR) del 4% anual. Si su expectativa de vida son 95 años, significa que desde los 80 tendrá una renta de USD 243. 2. Calcular cuánto es lo que se debería ahorrar mensualmente para lograr tener una renta mensual determinada durante el retiro. Dentro de la cultura latina, es más común el uso de la primera herramienta, la cual es una estrategia más pasiva: «Yo solo puedo o estoy dispuesto a ahorrar este monto». En cambio, en la cultura anglosajona, en donde la planificación para la etapa de retiro está muy arraigada en la
gente, la estrategia es más agresiva, y por eso es común el uso de la segunda calculadora: «Debo ahorrar este monto todos los meses si lo que pretendo es tener este ingreso mensual a partir de cierta edad». Todos los esfuerzos están orientados a tal fin: o sea, apenas se cobra el sueldo, se separa de inmediato el monto calculado y se lo invierte; el saldo es lo que se usa para vivir el resto del mes, cueste lo que cueste. Aquí también es importante tomar conciencia de la realidad de los sistemas de jubilación alrededor del mundo. Países como Australia han tenido que elevar la edad de jubilación a los 70 años porque los aportes que están realizando los trabajadores activos no llegan a compensar los gastos que generan los actuales jubilados, quienes a su vez tienen una mayor expectativa de vida. Muchos países, entre los cuales también está la Argentina, se van a ver obligados a hacer lo mismo si es que pretenden evitar un colapso de sus sistemas de salud y jubilación.
Por esta razón es que para aquellos en sus 20 o 30 años aconsejan que utilicen como edad de retiro los 80 años, para el cálculo de su plan de ahorro, ya que de seguro será a la edad que podrán jubilarse. Si se ahorra hasta los 80 años, quien empieza a hacerlo a los 25 años tendrá USD 193.000, por lo que obtendrá una renta mensual de USD 1.368 hasta los 95 años. Quien empieza a los 30 años, obtendrá USD 157.000, con una renta de USD 1.115. Quien empieza a los 35 años, obtendrá USD 127.00, con una renta de USD 902. Quien lo hace a los 40, obtendrá USD 102.000, con una renta de USD 722. Quien lo hace a los 45 años, obtendrá USD 80.000, con una renta de USD 570. Quien lo hace a los 50 años, obtendrá USD 62.000, con una renta de USD 442. Quien lo hace a los 55 años, obtendrá USD 47.000, con una renta de USD 335. Finalmente, quien empieza a los 60 años, obtendrá USD 34.000, con una renta de USD 243 mensuales desde los 80 hasta los 95 años.
Cómo comprar dólar legal más barato que el blue: esquiva el cepo de USD 200 y soluciona futuras restricciones Llegó a la Argentina el «mercadolibre» del dólar que permite comprar dólares sin límite y hasta más barato que el blue. Ex directivos de Uber crearon una plataforma a nivel mundial, que acaba de aterrizar en la Argentina, para poder comprar dólares libremente, e incluso más barato que el precio del blue del día. Airtm es una suerte de MercadoLibre del dólar, que conecta a compradores con vendedores. Según anuncian, no hay intermediarios, y quien necesita vender las divisas recibe más pesos. Quien quiere comprar billetes, insisten, paga menos.
El secreto es que se trata de un algoritmo que, sobre la base de la oferta y la demanda del momento, arroja el precio del dólar libre. Al mejor estilo Uber, depende de la demanda que haya en el momento, por eso hay incluso mucha gente que trabaja de «arbolito digital», y se lleva USD 50 por día comprando billetes cuando lo ve barato y vendiéndolo cuando lo ve caro. A la mañana puede estar a un precio y al mediodía cambiar, entonces hay quienes compran a las 10 de la mañana y lo venden a la una del mediodía. A diferencia del dólar Bolsa, no hay parking, porque la operación se hace en el momento, con los pesos que uno tiene en home banking. Luego, puede retirar los dólares desde el mismo home banking. O sea, debe transferir los billetes a su caja de ahorro en dólares para poder retirarlos por ventanilla (sacando turno previamente en la web de la entidad) o a través de un cajero automático que dispense divisas.
Luego de su paso por Estados Unidos, España y Venezuela, Airtm apuntó sus cañones a nuestro país. Se definen como «una caja de ahorro en la nube que trabaja con una tecnología innovadora capaz de convertir cualquier formato de dinero que ingrese en dólares». Actualmente unos 15.000 usuarios argentinos dolarizan sus ingresos a través de esta plataforma y hacen miles de transacciones diariamente, creando una comunidad netamente criolla, con arbolitos digitales que cambian la peatonal Florida por la computadora. Airtm nació hace cinco años con la misión de darles a las personas que viven en países con economías frágiles (como la Argentina) el acceso a una moneda estable, como el dólar, para que no solo se pueda ahorrar en moneda dura sino, además, hacer o recibir pagos con el mundo libremente. En total la plataforma reúne más de un millón de usuarios y funciona
simultáneamente en más de 125 países a nivel global, de forma legal y transparente, ya que se encuentra regularizado por FinCEN (Financial Crimes Enforcement Network), encargada de fiscalizar maniobras de lavado de dinero o terrorismo en Estados Unidos. A través de un sistema «peer to peer» (el mismo que utiliza Uber), Airtm transforma el dinero que se ingresa en dólares, brindando al usuario una cuenta de ahorro en la nube dentro de la plataforma para que pueda administrar ese dinero como quiera. Se pueden transformar a dólares todas la monedas del mundo: pesos a dólares, reales a dólares, criptomonedas a dólares, dinero retenido en PayPal a dólares o, incluso, tarjetas de regalo como Amazon, PlayStation o EBay a dólares.
«La uberización de los servicios ha llegado al dólar», es el lema que persiguen.
MARIANO GORODISCH
Autor de los libros: · Saber comprar, los consejos de Economan, más de 100 formas de ahorrar con inteligencia. · Cómo hacer para que el dinero trabaje para vos: 77 ideas que te van a sorprender. · 60 opciones para invertir en pesos y ahorrar en dólares. Periodista de Finanzas del diario El Cronista desde hace trece años.
Licenciado en Comunicación de la UBA, tiene un MBA en la UADE, donde se ganó la beca al periodismo para hacer la maestría en Dirección de Empresas. Radio Continental con Beto Casella. Director de Bank Magazine.
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