Haye, Hacia Una Nueva Radio [PDF]

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Zitiervorschau

Haye, Ricardo M., “Hacia una nueva radio”, Editorial Paidós, Argentina 1995, 222 pp. En el Informe académico del I Seminario-Taller Latinoamericano de Metodología de la Enseñanza de la Radio se puede leer lo siguiente: Existen dos grandes perspectivas a partir de las cuales se piensa la radio: a) La radio entendida como medio de difusión. Fue el primer modo teórico y conceptual de abordarla. Es decir, medio como canal de transmisión de mensajes que buscan objetivos definidos. Este modelo predomino en América Látina hasta mediados de los años setenta. Tras este modelo, existe un modelo informacional o instrumental que venía gestándose desde las décadas de los cuarenta. Este modelo, originado en la teoría matemática de la información, cobra mucha fuerza gracias al concurso de la teoría lingüística. En él, lo central es que la comunicación es un proceso de transmisión de mensajes entre emisor y receptor, no necesariamente de manera vertical o de arriba hacia abajo: es simplemente lineal. También existen en experiencias de tipo participativo o dialogal. Este modelo, que aparece en corrientes funcionalistas –y en ciertas críticas- presenta dos tendencias:  La estrictamente funcionalista: la radio es un medio capaz de vehiculizar contenidos para cambiar actitudes (vender, convencer, educar y hasta liberar pueblos.  La que ve la radio como un medio de imposición: la radio es manipuladora, está ligada al poder, es un medio de dominación. Bajo estos lineamientos se ha estudiado con profusión el origen del poder tras la radio y la manera como se detenta, los marcos normativos dentro de los cuales opera la radio, la relación de la radio con otras tecnologías, los mensajes como lugares donde se totaliza el proceso de comunicación (v.g. el estudio de los informativos radiales para demostrar la manera como desinforman al oyente) y otros fenómenos relacionados con el medio. b) La radio como practica significante. La radio ya no se piensa como un canal a través del cual se transmiten contenidos, sino como un espacio en el cual diferentes actores ponen en juego diferentes competencias, produciéndose conjuntamente el sentido. En consecuencia, en esta concepción ya no se piensa en emisores activos y receptores pasivos, sino que ambos actores adquieren un estatuto productivo. Por otro lado se considera que el sentido no circula, no es algo que se transmite de un lado a otro de manera lineal, sino que es producto de una labor comunicativa, de una interacción entre sujetos activos, aunque situados en diferentes roles, posiciones, lugares de poder, etcétera. Dentro de este modelo existe otra línea que no es contradictoria sino complementaria: pensar la radio como una experiencia cultural. La radio es una de las formas a través de las cuales los individuos producen cultura. Esta línea nos permite, como añadidura ala acción anterior, la posibilidad de pensar que los medios no son instrumentos, pero que tampoco

son meros productos culturales. Los medios son también productores y modeladores de cultura. La comunicación se expresa de dos maneras: 1. Atender, estimular, canalizar y/o generar demandas sociales (demandas hacia el estado o hacia el cuerpo social mismo). 2. Ocuparse de aquellos aspectos de la vida vinculados a los afectos, deseos, gustos, etcétera. En comunicación podemos distinguir entre mensajes consumatorios, es decir aquellos que no persiguen finalidades ulteriores al conocimiento mismo del contenido, y en mensajes instrumentales, los que sí buscan producir comportamientos determinados o inducirá acciones concretas, además del mero conocimiento. Durante años, los profesionales y los teóricos pusieron el acento sobre la razón instrumental de los medios, la radio entre ellos. Desde todos los ángulos parecían encontrar opiniones o ejemplos que robustecían la opinión. Así, se recordaba que -para Lenin- la prensa era un instrumento de agitación y de organización social. Y para la corriente funcionalista, una herramienta de control social dispuesta a garantizar la continuidad y la reproducción del sistema. La radio construye sentido y significados sociales en un proceso productivo “orientado hacia un público definido esencialmente como consumidor. Consumidor de productos materiales y también simbólicos (Gutiérrez; Munizaga, 1987)”.

Capítulo 3. El código de la radio. Elementos del discurso radiofónico. El discurso radiofónico se integra con cuatro elementos: 1. 2. 3. 4.

Palabras Sonidos Música Silencios

El sonido radiofónico nos ofrece la iconicidad acústica del mundo, despierta la evocación y aun el reconocimiento de la realidad. Dennis McQuail definía a la radio como “supermercado”. Un amplio espacio donde había muchos productos, a diferencia de un filme o un libro, “tiendas especializadas” donde se adquiere un solo producto.

Al modificarse, la radio comprimió sus vitrinas. Sigue siendo diverso respecto a otros medios, pero ahora con menos despliegue, sin tanta riqueza expresiva. Ahora las radios se parecen mucho entre sí, pero se parecen más a sí mismas durante todo el día. Una gran ausencia es la del énfasis coloquial. Lo conversacional cede terreno a lo meramente expositivo. La otra presencia que se extraña es la de lo narrativo, que alcanzó su cumbre en el radioteatro, pero que se expandió también en cuentos, en relatos, en historias.