El Secreto Atomico de Huemul Mario Mariscotti 1985 [PDF]

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Zitiervorschau

Mario Mariscott¡, Doctor en Física de lrr Il,rr'rrrtrhrl de Buenos Aires, ha sido profesor de físir:,r r¡r,r lmr ilt esa Un¡vers¡dad y tamb¡én director del Dr.p.r rÉrrErlE de Física de la Facultad de Ciencias Exa¡:r¡rr y Nñtll|l les. Fue contratado en el Brookhaven N;rtr,,¡ml I llrx ratory de la Comisión de Energía Alir¡r¡¡,¡r ¡l¡ ha EE.UU,, dedicándose a elud¡os de r:s¡,,',rro.lHHll nuclear y modolos fenomenológicos. En 1rl/(, lr{r:Ni en la Com¡sión Nac¡onal de Energía At¡rrrr¡, E rhltdt actualmente 5e desempeña oomo D¡redrrr rlo lllrill gac¡ón y Desarrollo, área que oomprr,rxl,' ¡rl. ila 1.00O investigadores y técn¡cos. Ha sido ¡rr,,lolr y/¡¡ investigador invitado en el Cemro Nuckr¡r ,l¡ hrll¡lt (Alemania Federall, la Universidad rlr Mnrrrfi¡d¡r (lnglaterra), la Universidad de Paris (Fr¡r¡r¡ ¡r) ¡l ltt t¡tuto Laue Langwin de Grenoble (Frarrr ¡,¡), lr hrttli de Energía Nuclor de España, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la Univurr,hl r[ lr¡ Paulo, la Universidad de Chile y la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. tlr, ri, ' rrlltrtl cia¡ en lo¡ lugares mencionados y otros centros de inveligación de Elados Unidos y I rrrr¡rt Sur investigacionc han dado lugar a más de 7O trabajos de los cuales §Q lr,rrr rtll ¡rrrkll codor por rovistas internac¡onales. En 1983 recibió e! premio KONEX a "las rrn,,r rrrñlHlE llgurer de la historia argeñt¡na en C¡encias y Tecnología argentinas én la Discr¡rlrrr, I lrl¡t I Tocnología Nucleares".

Lt historia de los orÍgenes de la energía atóm¡ca en la Argentina h;r pr,rrrrur¡hHH hosta ahora ignorada. ZQué hubo detrás del sensacional anurrcio de Pr:rr,¡r,'¡ l[hlf {Por qué en 1947 la prensa extranjera acusó a Perón de estar fabric¿u¡r1,, l,r lrlttthl

ulómica? touién fue y qué papel jugó realmente el "sabio" alrslr,n,, llllrll{ Richror -llegado al país en 19¿18 e investido, por Perón, de todos los ¡xrrl,,r,,r rtt ;l dusarrollo de los acontecimientos atóm¡cos argentinos? tQué se escorrrlr,r rl',trl. dl¡l proyocto Huemul y los laboratorios atómicos secretos, de la fan¡or.r ,.lo;tt ll lugo Nahuel Huapí? lntrigado por la falta de respuestas a estos interror¡,rrrtr,, y r,ltt ll rorp¡rldo de una especialidad indispensable -física nuclear- el autor r,r o1¡l{r rlrñll rnontog y testimonios.a lo largo de ocho años para componer una fi(:l y ,r¡r,$lilillllts hirtorin de ciencias y conflictos humanos que iluminan una etapa furrrl,rr¡r,rrtrrl rl¡ ll vidu nrgentina.

Ltt mayorÍa de las ref erencias sobre las cuales se sustentl l¡r rrrvrrl l¡ecláfl hlrtó¡ica do este libro son publicadas por primera vez, incluyen(lr¡ rlrruntrttlHl conlidenciales y valiosa correspondencia entre Perón, Richter y sus ,r\r'rxrt tllfi oorcInot. El doctor Mariscotti conjuga brillantemente el rigor del métoclo r:rlrrttlltrl lrHll ln amonidad por¡odística. Poniendo en manosdel lector no especializirkr

lqlr {rtllH

¡[ntr t?rmo do la historia argent¡na aportando, a la vez, elemenlos furrI'unáttlahl prl! cl dcbato dol destino de la investigación nuclear.

INDICE

t,...

Prólogo Agradecimientos. ....: Fotografía de tapa, gentileza del Lic. Edua¡do Santos

I.

..!...

EL A¡.IUNCIO Reacciones termonucleares bajo condiciones de control .

.

BUENOS PROYECTOS La, granoportunidad . . . . Los orlgenes de un La "John Hopkins" argentina La bomba atómica

sueño

2l

35

. i'. .

38 +2

.

Unnuevointento

La invitación a Heisenberg . En el Senado

t7

24 28

Entre Perón y Richter El di¿rio de G.D.

II.

11

i.......

46 51

55

.

60 66 70

Buenas nuevas

El barcd encalla a vista del puerto El fin de una etepa

78

III. EL PROYECTO HUEMUL 91 95

Misión en Noruega Una audiencia decisiva L¿ elección de Huemul

Ladrillosycentellas Elgranreector CreacióndeCNEAyDNIT

99

......103 ....109 .....11ó

120

Vida familiar, espfas y otrris inquienrdes La independencia de Richter se acentúa

O l9!t tr{do O

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IV. CRISIS

A. J. Mrrircotti

153

Conferencia de prensa

9ud¡rnc¡icrnr/Pl¡nct¡ (Edito¡e¡) S.A. l¡ll - Bucno¡ Airc¡ - Ar¡cntinc

1094

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prwlcirchky tutl}? ,,, ¡ i{i, '. ',' r l,'i,.,,rl. l.l ¡,4,¡rri., i

L¡meddlaperonista ...:. [¡ concxión holandcsa L¡ Dirccción Naciond de lr

Encrgla Atómica

Untaü¡oindepondimtc...

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r67 174

t79

a la

opinión internrcionel ¡ . . . . .\. .

184 188

comPútir el.nucrÜ éxito

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en l¿ 8r8

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RETORNO A LA RAZON GZ: scto finsl . ¡¡s psrs cl nuoro secrctsrio general cornisiónfisc¿lizrdora , dc¡corre el velo 'ri'Mds "§e de un dictemen .

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I.

SUCnO

21,

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220 229

2t3 243 248 252

'258 264

de Huenn¡l

285

A

mis bijos

Alberto, Patricia, Fernando y

María Eugenia, anbebndo qae conozcaa meju Eu País y deseen lucbar pot su futuro.

PROLOGO

éQué me mooió a iniciar la intsestigación que condujo d este libro? Me lo be preguntado más de una uez. éAprouecbar el tiempo de ocio de unas oacaciones apacibles? ésatisfacer mi curiosidad en un tema sobre el que nadie parecía tener respuestas ciertas? iContribuir a fortalecer la actfuidad atómica en la Argentina a taoés del rescate de su bistoria? éAdelantarme al bistoriador extanjero que torde o temprdno ocuparía el espacio dejado por nuestro indolencia o descuido? éPromooer una meditación sobre la cuestión de los orígenes de la energía atómica en el país, una actioidad que hoy día se ba conaertido en un becbo de profundas implicancias nacionales e internacionales?

Todas estas inquietudes ban estado en un momento u otro Presentes en mi dnimo y contribuyeron parcialmente a sostenerrne cudndo la tsolunud se ¿áUiliuUa. Fero mZs atlti de las dioersas motiaaciones recuerdo tres hecbos que estimularon mi curiosidad de modo par'

ticular.

El primero tuoo lugar und tdrde de 1958, cuando revisaba libros aiejos en una dntigua biblioteca familiar. Esta tenía un atractioo natural; estaba separada de la casa principal al fondo del jardín y los domingos, a la bora de la siesta, se la podía urguetear en paz y sin apremio. Contenía rtacbísimos aolítmenes y creo que ninguno de nosotros, los de la generación jooen, llegamos d etcplorarla por completo.

La mayoría

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I

encen:aba bistoria que no babíarnos oioido. Abrir esos libros tera como sacudir el poloó de una nentana del otio lado de la cual estaba la aida de nuestros abuelos y del país que rro conocimos; bojearlos era aborddr la núquina del tiempo. Aquella tarde me entretuae con una colección de la Bibliotbéque de Pbilosopbie Scientifique. de los años teinta que contenía trabajos de Einstein, de Broglie y Poincaré. Por entonces babía decidi do intemrmpir mis estudios de ingeniería y _continudr con física, y como reciente conoerso que era me ínteresé naturalmente en los títulos !, más aún, en los dutores. Entre las bojas amarillenus de estos libros encontré oieios recortes de diario esmeradamente gpardados. La nuyoría eran artículos de O, Falke, quien, a fínes de la década del 11

treinta, solía escribir para La Nación, sobre las noaedades de la física atómica, pero mi atención se fijó en un recorte que de inmediato me proPids. Este se refería a un hecbo bistórico que por aun sin entenderlo, era más mío que lo que me ofreentonces oolaieron a mi mente algunos grandes tituldres de diarios porteños de la época que erpends los leía. Recordé el de La Raz6n, escrito con las leÜas mds grandes y mds negras que nunca babía oisto. Decía: TENEMOS LA ATOMICA. Desdoblé el recorte con cuidado. Habían transcurrido sólo ocbo años, pero, adolescenc,ia de por medio, el recuerdo era difuso. Content'L un extenso artículo, en su mayor pdrte una conferencia de prensa del doctor Ricbter, el protagonista del descubrimiento at'omico dnunciddo Por Perón en matzo de 1951. Salteé unds cuantas columnas basta llegar a un diálogo. El periodista le preguntaba a Ricbter: -éHubo explosión? A lo que de uranio las condiciones tienden -Sí. Por y disminuida en intensidad rolada también a la para establecer un equilibrio dinámico. Voloí a leer. éHabía babido und explosión o no? Era una linda pregunta acompañada de una curiosa respuesta. -éHubo un ruido grande? '-insistió el periodista claramente in' satisfecbo. -Sí; hubo un ruido inmenso -respondió el científico. Abora sí, el diálogo parecía encarilarse estimulando la curiosidad por saber más. Pero la bilación lógica aolaió a quebrarse: --éSe pudo baber oído fuera de la isla? de si bay tormenta -dijo Ricbter. depende -Eso El innigante dálogo quedó en mi mente, por años, nutriendo una curiosidad insatisfe c ba. Otro becho, quizás el más intPortante, que me lleaó a iniciar este trabajo, fue la oportunidad de realizar oarias oisitas a la isla Huemul. Playa Bonita es uno de los lugares prioilegiados de los alrededores de Barilocbe. La uista panordmica, con el lago Nabuel Huapi en primer plano y la cordillera neoada de fondo, es, desde allí, excepcional, A partir de 19óO fue el lugar babitual de nuestds aacaciones familiares. El temeno se erútiende en pendiente bastd la misma playa Desde ese escenario dispendioso la noaedad geográftca más cercona y tentadora era la isla Huemul, otrora albergue de un laboratorio atómico secreto, a sólo I kilómetro de distancia... No pasó mucbo tiempo ontes que consiguiéramos un bote y cruzáramos el lago pdrd etcplorar sus secretos. Internarnos en la isla Huemul, como quien lo hace en un castillo

t2

abandonado, nunca dejó de ser und doentura cautiaante. Gradualmente la íbamos conociendo más, descubriendo nueaos detalles,llegando mtis lejos a trazsés de una nnleza con espinas y con abroios que crecía aiío a año cubriendo con pudor los edificios cada aez mds desnudos por sucesiaos e ineaitables despojos. - los El clírrax de toda t;isiu se alcanzaba cuando recorríamos el la-

boratorio principal. En los primeros años aún permanecían unos cuantos equipos de cardcterísticas excepcionales. Era un mundo irreal en el centro de un laberinto oscuro de muros en bloque. Nos enorgullecía lleaar aisitantes basta allí, y mostrarles los inesperados

secretos de esa extraña construcción aún aestida de recuerdos de una aüentura misteriosa e bistórica. Allí estaba la batería de condensadores y odlaulas rectificadoras gigantes, los bastidores de la sala de con' trol, los prolijos agujeros que perforaban de lado a lado las paredes de uno y dos rnetros de espesor y que conaergían en un punto en el espacio. Parados frente a él tejíamos todo tipo de bipótesis y ansübamos secretamente tenerlo a Ricbter d nuestro lado para que nos contara por boras y días enteros la aerdad que encerrdban esas pdredes.

por

..

Pero bubo otro incentiao, de naturaleza diferente, que me llevó otro camino a buscar datos que finalmente resultaron conoer-

gentes.

Apremiado por la pretendida responsabilidad de saber dar explicaciones a los jóaenes físicos nucleares que a principios de la década del 7O fueron incorpordndose a nuestro laboratorio, comencé a preguntarme cudles babían sido las razones que 20 años atrás babían canducido a la adquisición del sincrociclo*ón, entonces el mds poderoso acelerador de partt'culas de Latinoamérica. Este operaba con éxito desde 1954 y su comprd babía resultado ser uno de los mayores aciertos del temprano desamollo atómico argentino. La bistoria del laboratorio estaba a mono. Bastaba reoisar la extensa lista de publi caciones que babían salido de é1. O entreoistar a los principales protdgonistas de fructíferos años de inoestigación nuclear en el país. Pero el origen mismo, el proceso de decisión, pdrecíd eludir toda indagatoria. éQuién babía realizado el estudio de factibilidad de tan importante compra? éA quién se le babía ocunido que tal mdquina podía ser útil al país cuando aún no babía físicos nucleares a quienes preguntar? éQuién babía decidido su compra? Por entonces, en los a'ños 70, proyectdbamos iniciar las gestiones para cornprdr un nueao acelerador. La búsqueda de antecedentes para conocer cómo se babía becbo antes erd un motioo adicional pdro responder a estas preguntds. Acudt' al primer jefe del Laboratorio, el ingeniero Galloni, sin éxito. El desconocía quién babía decidido comprar el sincrociclotrón. Recuní, entonces, a la máxima autoridad en energía atómica en aquella época, el almirante lraolagoitía. Tampoco sabía.

l3

La historia de los orígenes de la energía atómica en la Argentitina y del proyecto Huemul en particular constituye un tema basta hoy oirtualmente desconocido. El canicter fragmentario de la infornnción disponible ba dado lugar a no poóas opiniones encontradas, las que, en general, ban estado teñidas de prejuicios políticos. Adeescapa más, .por su naturaleza eminentemente técnica, cuyg y{jsis a quienes no son especialistas, los dictdmenes ban adolecido, con frecuench, de insuficiente seriedad. No es extraño entonces que la mayoría de las personds aún boy se pregunten de buena fe basta qué Punto el abtapto ftn del proyecto no se debió a razones políticas. "éFue un fasco o Ricbter tenía un secreto?" es und pregunta que surge frecuentemente con ingenuidad. Lo indudable es que el "secreto de Huernul" ha logrado nwntenerse basta ahora oigente. Nuestra polarización política de las últimas décadas nos ba impedido oer la realidad histórica sin deformaciones o mutilaciones parciales. Esto no ba ayudado a disminuir la confusión ni tampoco ha estimulado el objetiao etcamen de este tenm. Aspiro a que este trdbdjo llene ese oacío o al menos suscite en otros.el deseo de bacerlo. Algunos quizás encuenten d este libro antiperonista y otros piensen todo lo contrario. Ojald que no sea así, pero si la casi ineaitable polarización de uno y oto signo es al menos pireja, mi anbelo de objetioidad se oeni compensado. He becbo un asfueno por ser objetiao, dunque sé que alcanzar esta meta es, en tér-

CNEA. Estdn también el Instituto de Barilocbe, el aporte de las uni' oersidades )/ una posterior trayectorh de CNEA caracteriz¡da por su

mino s ab so luto s, imp o sible.

Estoy persuadido de la importancia de saber oer las cosas como

yn t/ be tratado de ser ftel a este imperatiao. Si no lo be becho bien

los datos de la bistoria estarán allt' al alcance de todos y al menos el aporte de este trabajo babrd sido eoiur que documentos aaliosos se perdieidn d eftnitiuame nte. El caso de los orígenes de la energía atómica en la Argentina da lugar a la reflexión. Hay quienes se quedan en el episodio Huemul, saboreando sus rasgos más sensacionalistas, y bay otros que desean ignorarlo. Pero lo historia aa rnás alld y mds acd de Huemul. Cuando miramos más alld, no podemos dejar de pensar en la temppna contribución del aoanzado Institato de Física de La Plata a la fortación de los primeros físicos argentinos, una pionera obra de Joaquín V. Gonzdlez y Emilio Bose. Pero mds específicantente, d pdrti¡ de k Segunda Guerua Mundial, en la Argenüna el tema atómico daspertó con pretru%t. En 1946, el Congreso discutió la nacionalización de los yacimientos de uranio. En ese año, Gaoiola planteó una oportunidad única m impulsaron

ambicio

en

Por offo lado, la ción Nacional de Enugla Atómlcc, oa 195|rqua dio lugar a la actual

r4

otros.

La acti exitosa. factibilidad

cia

en su rob

por encima de permanentes d e'

la b os

crisis políticas

y

económicas e inclusiae

pre sione s interna cio nales adversas.

Poco antes de terminar este trabaio, el presidente de la CNEA, Castro Madero, anunció que el país babía obtenido la tecnología para enriquecer uranio. Por sus característicds pdrticullres, este logro ilustra como ningún otro la cualidad del programa atórnico de con' tribuir a la "autonomía de'la Argentina como Nación soberand", como decía Jorge Sabato, uno de los artífices del obietiao de lograr la

capacid El bi¡torh

decisi esta t país,

entes.

abre un nueao caPírulo en la Por ciento de ella esnacional, ffaaés de la labor de un reducido equipo de profesio-

se concretó a nales y técnicos impulsado

por Conrado Varotto, un flsico

de 15

AGRADECIMIENTOS

cimientos que se tratan en este libro, para eaitar caer en la tentación de juzgarlos con ligereza, como si estuoieran desainculados de nuestra realidad de aqur'y abora.

,I

t6

17

Importante inJ'ornnción y material se lo debo también a Peter Alenann, Mario BtÍncora, Mario Della Janna, Pedro lraolagoitía, Fernando Prieto, Oscar Quibillalt, Antonio Rodríguez, Ricardo Rossi y

dezco también los juicios de Pedro lraolagoitía, Edgydo.Bisogni, Daniel Bes, Emma PZrez Feneira, Oscar Astudillo, de mi esposa y de mis padres. -

Jorge Sdbato. Otras entreoistas he mantenido con Fidel Alsina, María Cueto de Bdlseiro, Guido Beck, Daniel Bes, Jorge Cosentino, Ernesto Galloni, Francisco Gonzdlez, Juan Lobo, Alberto Maiztegui, Carlos Mallmdnn, Clara Mattei, Carlos Monti, Cecilia Mossin Kotin, Nicolás Nzssrs, Ilse de Richter, Soledad Rioero, Walter Seelmann-Eggebert y

En dioerso Marta R. de G 1gg4 conté

con

e este trabdio la asistencia secretarial de e de gran ayuda. Durante el aerano de colaboración de las secretarias de INVAP

Rutb Spagat. Con mis amigos

y colegas Andrés Kreiner y Peter Tbieberger analizamos dioersos dspectos de las bipótesis científicas que en un momento u otro se sostuaieron pdra respaldar la oalidez del proyec' to Huemul. Walter Daoidson, desde Europa, me consiguió una copia del único trabajo científico que salió de Huemul publicado en und Caraffi, de Birkbeck College, rne asistió oscura reoista alenana. A. eficazmente Pdrd da? con el paradero del profesor Fürtb, director de la tesis de Ricbter, en Praga. Prentice Dean, del Departamento de' Energth de los EEUU,obtuao para mí documentos preuiarnente clasiftcados. Kurt Sitte, desde Aleman'ia, me enaió una generosa descripción de sus años en Praga, Mario Bdncora y H. Campos nte brindaron aalioso ra terial fotogrdfico. Me he beneficiado también con la información y asistencia brindada por las siguientes personas: M. Aloarez, C. Balseiro, O. Bemao-

encuademar el manuscrito.

si ocupac no'bab

mts

o de Y de sus autoridades, en especial Caflos Casyo Madero, Hugo Erramuspe y Emma Pérez Ferreira. ecer a mi te,.que

l,

ncta de ones )/ dpoyo en mis crisis de desdnimo.

encieto

c

tnd Y tant

la, J. Bromberg, N. Badino, P. Bicain, E. Browne'Moreno, P. Bergmann, J. Coll, M. Crespi, R. Cereijo, J. Claaell Bonds, R. Deza, E. Duek, P. Focke, M. Foglio, D. Gamba, O. Gamba, E. Kreiner, F. Lachica, A. López Ddoalos, R. Maglione, W. Meckbacb, E. Maqueda, C. Pomnr, L. Pyenson, J. Roederer, E. Santos, H. Soler, R. Suárez, W. Scbeuer, H. oan Luke, M. aon Ardenne y S. Weart. Dioersas personds accedieron generosantente a leer el manuscrito

y-mente bacer comentarios sobre

é1, con lo que ban contribuido sustancialmejorarlo. En primer lugár, deseo agradecer a Süsana Testoni, porque su estimulante opinión en unct temprana etapa sal-

a

oó a este trabajo de terminar en el cdndsto.

Roberto Perazzo, colega y amigo, fue un constante impulsor de la idea de que aalía la pena bacer este trabajo y le agradezco su eitímulo que, dunque él lo descon'ozcct, en algunas ocasiones saloó el proyecio det náulragio. Lo mismo le debl a Conrado Varotto, stn cuyo aliento y dpoyo el trabajo'no estaríd aún concluido. - Los comeiurios de Alberto Jech, Jorge Martínez Faaini y Mi guel Sanguinetti sobre el manuscrito merecen mi mds cdlido reconocimiento. Asimismo, la opinión de Jacinto Luzzi, Carlos Ardoz, Alberto Boselli y Edgardo Venturd contribuyó a mejorar la obra. Agra18

19

¿

I. EL AI{UNCIO Reaccionestermonuclearesbajocondicionesdecontrol

Paseo Colón, al

edificio del Ministerio de Guerra, la Aduana Y, más

Argentina. La expectativa que ani --sólo periodistas locales fueron in nada se sabía del tetna, Pero algunas lizados en una isla del sur habían que siguió a los primeros saludos revelaba el interés por escuchar la palabra de Perón. Se sentaron alrededor de una gran mesa. Con su estilo característico, Perón, en la cabecera, quebró la soperiodistas a lemnidad inicial' se disculpó por e muchos de hora tan temprana (eran Iás io d Hubo sonriustedes terminan sus tareas noctu sas y rodos se sintieron menos tensosl . ' El Presidente hizo una breve introducción sobre los trabajos que en m¿teria atómica se estaban realizando en la Argentina. "Esta clase mude estudios

p&rtes otro§, como nosoffos no chas

d

de

que clase

2t

i letras menores:

de lucubraciones científicas.', No

termonuclear que no usa uranio' Sostiene que las tienen i,an sido exitosas. El método se asemeja a los procesos que lugar en el Sol. Autoridade! Y.eIP tiáos". En Buenos Aires, Noticias ción de la tarde del sábado así: "L la H. Provocó sensación e[ anunci mientras que e formó que "La En realida do uni

i.r..i¿"

lamiento argentino en esta activi personal en el asunto quedó que el tiempo tornaría desafor es que cuando digo una cosa,,sé preuamente me aseguro de la ve Por lo menos hasta ahora siempr mentira, que creo que no la h-e querría decirla. De manera que I haciente y tea|". Más adelante, luego de estas experiencias á ciudadano argentino que do más de lo que parece. preparado, segul aclar6, s base de la información del profesor y revisado por é1, "de modo-que esto es real, científico y ,.¡irtrAo , la verdad y a los hechos en sí,,. Enronces Perón leyó: "Er 16 de febrero de 1951, en la planta piloto de energía atómica en ra isla Huemul, de san cailos de Barilo_ che, se llevaron a cabo reacciones termonuclárr.t ur;o .onái"io.,., a. control en escala técnica,,. lavez insulso del documento del¿-

camino a la Panacea de una fuente cdls prácticame nte inagotable de energía.. ^ En 1951 se lensaba q,re esie tipo de energía sólo podía liberan

se en procero, ,ül.ntos desencadenados por bombas atómicas' De estas ideas nació luego la bomba generación incontrolable de ener

bomba H había sido Probada aú noviembre de 1952. Mucho más realizar estos Procesos denomina manera controiada. En este estado de cosas ipodría la Argentina haber dado con uno de esos raros descubrimientos totalmente inespera-

ación cabal de su alcance reque_ debieron seguramente admitirlo ntes. El comunicado utilizaba tér_

an público. No se decía nada

una "él dice que la Argentina ha desarrollado pruebas

dos que cambian abruptamente el panorama internacional? Los primero, -.r", de 1951^habían sido, de todos modos, pródigos en noticias atómicas. Una carrera de pruebas de dispositivos caigados de uranio enriquecido -y d.- plutonio. estaba en pleno ,po"g.o. En el lapso de 96 horas, a fines de enero, el desierto- de Nevad, í". conmovido por tres explosiones atómicas. El 3 de febrero se

de

ninguno de los asislo que era una reacxpresión "bajo contaciones no le rest¿idente. porque más allá de la difi_ ificado, permanecía el hecho cier_ le el anuncio más sensacional que

realiz1 wa cuart; prueba. Ét Z ¿et mismo mes, la quinta. El con la información de que el próximo miércoles 2l de ^rrio,junto pre el sábado los trabajos a

fuera emitido alguna vez desde la Casa Rosada. .. ocurrió el sábado 24 de marzo de 1951. Er eco de la prensa no se hizo esperar, y la resonancia que las palabras d.-p.;¿;í. esa mañana tuvieron mucho más allá de las fronteras argentinas, permitió que gradualmente,con er pasar de ros días, er homire d.l;;;il.;;"-

nuevas prueb

wetok, en el revelando que la URSS había acc oue se procisaba al matrimonio Rosenbetgy a Greenglass Por entreen Nafar a tds soviéticos copia de los detalles de la bombiarrolzdz

diera aproximarse a la cbmprensión der verdadero ,i.rr.. de ros -,iEnergía resultados anunciados. iondreó, Tbe Times i.rfor-á, -En atómica barata a través de un proceso original, ;.gri; ;ii;;;sidente perón". Por su lado, el New ybrk Times áedic¿ba'una corur,na de Ia primera página de su edición dominic¿r para informar lr.' ,,e..ón anuncia una nueva forma de extraer energía .lcl átomoi-"g'r.lonan "n

gasaki.

''

Con esta última noticia el mundo se enteró de que el poder atómico había superado las barreras geográficas de EEUU e Inglaterra. Iil dominio del. secreto comcnzaba-a eitenderse. Y a sólo tres días de esta hecat«lmbe potítica, ttn ¡raís totalmente alejaclo del tablero usual 23

22

*,

de los conflict conocido a no tercer.poro mo día que má

ricano, virtualmente

de

discutido de Perón, quien había sabido utilizar los servicios del sabio cuando otros lo habían despreciados. El anuncio atómico y el justificado entusiasmo que despertó no fueron hechos aislados en esa época en que el gobierno impulsaba al país a una acelerada industrializaciín, en algunos casos, de alto nivel tecnológico. Apenas un mes ántes, el 9 de febrero, uno de los aviones de caza más avanzados del mundo, el Pulqui II, era mostrado al público en el Aeroparque de Buenos Aires, sobre la avenida Costanera. Había sido construido en Córdoba por otro equipo de alemanes liderados por el experto Kurt Tank. También en esa época fue inaugrrada una nueva locomotora integralmente construida en el país. Se vivía, principalmente en los círculos gubernamentales, una euforia de irecimjento e independencia a punto tal que las nóticias del extranjero sonaban distantes y secundarias, aun cuando muchas eran de una resonancia indudable. El 15 de febrero, la URSS absorbía Checoslovaquia. Poco después, el 10 de maÍzo, Tito denunciaba la creciente presión militar rusa. El mismo día que Perón anunció el éxito atómico argentino, el general Mc Arthur ordenaba el polémico cruce del paralelo 38'y se publicaban sus explosivas declaraciones sobre un posible bombardeo atómico a China. Pero esas son noticias que no inquietan a los argentinos; están ahogadas por los acontecimientos locales y un nacionalismo efervescente. "Los asuntos argentinos se arreglan en la Argentina", declaraba el embajador Paz a la prensa norteamericana, en Washington ese mismo 24 de matzo6. Mientras tanto, la euforia en los sectores peronistas estaba alcanzando su apogeo. En un marco formalmente democrático, con un Congreso legislativo pluripartidario funcionando, ciertas deformaciones demagógicas eran ya. notables. La confianza en los círculos de gobierno parecía ilimitada. La cúpula gobernante, o paÍa ahorrar eufemismos, Perón y Evita, se convertían gradualmente en prisioneros voluntarios de un manto creciente de obsecuencia . La figtra de ambos dominaba el escenario polític