Diario de Una Princesa Montonera [PDF]

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Zitiervorschau

Seminario: La literatura fuera de sí. Debates, vocabularios y activismos en el nuevo milenio. 1er cuatrimestre 2017. Dafne Noemí Sosa 38175945 Formas de abordar lo inefable en Diario de una princesa Montonera.

Entre los 80 y los 90 se publican textos que pertenecen a la literatura de hijos de desaparecidos, desde la posmemoria los autores dan cuenta de la experiencia vivida por los padres. Para construir presencia donde hay ausencia y exponer la búsqueda de información, la observación de testimonios, el tránsito por homenajes y organizaciones de los derechos humanos, para relatar lo aberrante de la desaparición forzada de personas, la tortura y apropiación de bebés recién nacidos es necesaria la convergencia de distintos discursos. No basta con clasificar a Diario de una princesa montonera de Mariana Eva Pérez como un texto autobiográfico, novela autobiográfica: más bien se une la autobiografía con el género testimonial, del que ella da cuenta por la asistencia a los juicios a las Juntas y al mismo tiempo por haber sido un bebé apropiado en ese período. Es insuficiente delimitar el libro a sólo un objeto de mercado, ya que antes de ser editado fue un conjunto de “entradas” en el blog de la autora (http:// princesamontonera.blogspot.com.ar), donde no sólo había dialogo directo e inmediato con los lectores, una organización propia a partir de las “etiquetas” e hipervínculos a artículos periodísticos, sino también (tanto en el formato blog como en el libro) fotografías intervenidas, canciones y poemas. Es en este entramado de discursos donde se sostiene la literatura en el periodo posdictadura. El léxico propio del Diario1 como el término “hijis” para referirse a los hijos de desaparecidos, “Dora la Mutiprocesapropiadora” para mencionar a la mujer (ex de un integrante de la Fuerza Aérea) que se apoderó de ella, “militonta” o el “temita”, son algunas de las palabras que recorren el texto para intentar comunicar una experiencia de vida que no se corresponde con “la consagrada de la memoria colectiva” (Gamerro;2015 :513). Los procedimientos como la burla/el chiste y la ironía en conjunto con el léxico corrompe una memoria y compostura consagrada e incorruptible. Es por esto que en la publicación “Feliz día del padre” le manda: “¡Muchas felicidades para González y para todos aquellos que con goce perverso disfrutan de este día los saludos de los hijos ajenos que se afanaron!” (Pérez;2012:116). La autora logra poner en tensión el discurso hegemónico donde la recuperación de la

identidad o de un hermano conlleva a

recomponer una herida y tener una familia feliz, con su propia experiencia, el caso de Gustavo: el hermano que no sabe si está loco o es mala persona o ambas, el que embargó su fortuna y las propiedades, que quiere quedarse con las cenizas de Argentina para tirarlas al río con su hijo sin contar con la información precisa de que los restos de 1

De ahora en adelante abreviaremos de esta manera a Diario de una princesa montonera.

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José están ahí. A partir de la burla/el chiste la autora puede colocarse en un sitio diferente al que le fue otorgado por el sentimiento y acción colectiva, por eso continuamente se ufana de “el protocolo”: “Las demostraciones políticas enardecidas le dan un poquito de vergüenza ajena. Ella es todo recato y pensamiento crítico. Detesta El que no salta es militar. Cantar de bronca no le sale. Era un problema que tenía con los escraches. (…) El

protocolo no le gusta pero es parte de sus obligaciones”

(Pérez;2012:70). Podemos decir que “el protocolo” se sostiene en cierta obligación que la sociedad le adjudica a los “hijis”, el cumplimieno del deber en pos de los valores guerrilleros de los padres. Por esto, la autora comenta en “La hiji modelo”:”¿Qué habrá sido de la vida de la hiji que era modelo y a la que le habían hecho un reportaje en la Para Ti circa 1996 en el que decía que no compartía la lucha de sus padres? En la asamblea se discutió mucho y no faltó quien propusiera enviarle una carta” (2012:175). Por este mismo motivo, le escribe a Camilo, “el hiji chimentero”, expresa la tensión entre el hijo desaparecido que se dedica al periodismo o a las ciencias políticas con aquel que se dedica a una profesión más trivial en relación a la lucha de sus padres:”ayer nomás entrevistabas a la familia Suller, no me hagas esto, no reconsideres nada ni dobles nada, eras nuestro hombre en Carlos Paz, hijis periodistas comprometidos hay a montones, vos eras nuestro hiji chimentero, Cami, no aflojes, te necesitamos, hoy más que nunca, FUERZA CAMILO” (2012:195). En esta línea puede leerse todo el Diario, la tensión entre cumplir las obligaciones del protocolo, renegar de haber formado parte de H.I.J.O.S y finalmente, desentenderse de ese lugar adjudicado tirando el pañuelo de la agrupación, dentro de la actividad titulada como “chau mierda”. En este entramado de la escritura burlona junto con el léxico específico que trabaja la autora se desarrolla la postura frente a los testimonios y los días masivos que hacen referencia a la “memoria-verdad y justicia”. En lo que respecta a la conjunción de autobiografía y genero testimonial, podemos afirmar que el corpus de publicaciones en el Diario conforma un híbrido. Ya que es al mismo tiempo declarante (declara, aunque sea sin patrocinio legal) y forma parte del auditorio en los Juicios. En primera persona expone su propia experiencia y registra con comentarios críticos sobre los testimonios ajenos. En una publicación del blog fechada el 10 de septiembre de 2010 explica que Michi declaró en el juicio de la ESMA sobre los dos embarazos de su madre, el nacimiento fue denunciado delante de jueces y ella no estuvo. Lo interesante es que Pérez le responde a uno de los lectores lo 2

siguiente: “La sorpresa es el alivio. Y creo que Michi le aportó a esta parte de la historia de la Princesa Montonera, la de los testimonios en el juicio de la Esma, algo distinto”. Aquí la brecha entre el formato blog y el libro es notable, dado que en el intercambio inmediato de los bloggers (la respuesta está fechada el mismo día) la autora presenta una posición diferente a la que encontramos en el libro: Después del enésimo relato idéntico, la patota que no se identifica, el auto sin chapa(…) no pude más y le dije que si todos nos ponemos a contar estas historias y a llorar, no aprovechamos esta ocasión para pensar juntos nuevas estrategias de lucha. Es cierto, pero no es toda la verdad: soy yo que no tolero otro testimonio más (Pérez;2012:127)

Por consiguiente, podemos mencionar dos cuestiones: la primera, que el carácter hibrido se sostiene por el contexto histórico (período 80-90) que pretende dar cuenta de una lucha por la identidad y la verdad y el tránsito por ese sitio que ocupa como hija de desaparecidos; y por otro lado, afirmar que la vía de fuga se consigue a partir la ficción; es la vía de escape para la intolerancia, la pesadez de los protocolos, las obligaciones, los homenajes ridículos -como el de la baldosa en un club de verano donde José fue solo una vez- se retoman desde una posición irónica y burlona- Por eso mismo Pérez vuelve para ser ficciones y aclara en la primera página del libro: “En Almagro es verano y hay mosquitos- y si esto fuera un testimonio también habría cucarachas, pero es ficción-.” (2012:9). Hasta aquí podemos decir que, desde la posmemoria, se apela a la ficción como la herramienta para presentar la reconstrucción de la memoria de los padres (la vivencia recuperada desde los testimonios) y el registro de los recuerdos que consigue en los allegados. La muestra de este proceso la encontramos en “Un posible giro en la narración” donde Pérez relata una seguidilla de acciones inesperadas: con la aguja de crochet ataca justo en la yugular a Astiz, al penitenciario, a los curas, a todas las Fuerzas que intentar pararla. Utiliza la hipérbole en la redacción de esta escena, como en otras publicaciones donde le pregunta al lector “¿es Verdad o Hipérbole?”. Continuamente se pone en tensión estos dos elementos: la verdad y la ficción. Es parte de poner a trabajar los discursos disimiles y los procedimientos mencionados. Además de plantear la ficción como vía de fuga como mencionamos, también la posmemoria actúa en estas construcciones, por eso la Princesa Montonera se encarga de explicar “Por si hay que huir”: “la vía de escape es por el patio trasero, la terraza, las terrazas vecinas, su ruta hacia la calle” (2012:87). Aun estando en democracia tiene en cuenta esta cuestión aquí. 3

Incluso ante la noticia de la muerte de Néstor Kirchner tiene como primer pensamiento la vuelta de los militares. Resaltamos en esta instancia, como actúa la posmemoria en estas publicaciones: a partir de la experiencia vivida por los padres, se constituyó en la hija (pese a no haber vivido en carne propia la tortura) un temor a que vuelva la persecución y desaparición de personas que instituyó el golpe. No hay fisura entre los hechos vividos por los padres y el contexto en el que los hijos se despliegan para estudiar e investigar. Para continuar, en primera instancia resaltamos la tensión entre ficción y verdad que deja verse claramente en el blog, primer formato de estas publicaciones. En segunda instancia, en el blog también se sostiene la lectura que se propuso para el libro: el entramado de discursos. Como hemos mencionado, Pérez en “Un posible giro en la narración”, “Saludo” o “Blog temático” deja expuesta una ambivalencia entre el género testimonial, es decir: un discurso que apela a un pacto de verdad entre el lector y el escritor y la ficción, exhibiendo los procedimientos mencionados. La autora le pregunta al lector ¿Es Hipérbole o Verdad? Asimismo, afirma en el subtítulo: “-110% Verdad-“. Podríamos decir que está poniendo en relación las pautas del protocolo con el pacto de lectura, desde el principio se coloca en esta posición y despliega las publicaciones en el blog y el libro. De cierta manera, denuncia las obligaciones como “hiji” ridículas y exageradas a través del tono burlón en el que describe todas sus actividades. La Verdad se inmiscuye en el Diario en los elementos de prueba como las fotografías, las baldosas de los homenajes, las fuentes. En la publicación del miércoles 17 de abril de 2013, titulada “Pensamiento y Sentimiento”2, luego de describir cómo se sentía, y si existe el deseo de querellar contra los milicos, dice “Ah, bueno, detuvieron al personaje de González de este Diario, que en la vida real se llama Francisco Gómez y fue el secuestrador de mi familia y quizás también el mío”. Aquí se observa claramente: en el Diario la ficción está tramada por los nombres/seudónimos que reemplazan el referente empírico y las elipsis con asteriscos en algunos casos, y la Verdad aparece en acciones, como la detención del secuestrador. La Verdad se trabaja desde las pruebas, los productos de la investigación y el estudio que llevaba a cabo la autora: las fotografías. O el caso de El poncho del olvido, donde el relato de otro lleva a recuperar este objeto en la memoria de Argentina 2

http://princesamontonera.blogspot.com.ar/2013/04/pensamiento-y-sentimiento.html

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y el desenlace es la canción de Gardel. La recuperación de la memoria de otro conlleva al cruce de los discursos. El recuperar esos recuerdos incumbe también no solo al testimonio de otros, sino a estos objetos que reconstruyen la vida de los padres como el silbato scout de José. Como hemos mencionado, la recuperación de la memoria (de otro) conlleva al cruce de los discursos y esta cuestión también puede profundizarse en el blog. En este entramado también se apunta el discurso periodístico. En varias entradas podemos visualizar el uso de hipervínculos como en la publicación “Pensamiento y Sentimiento” mencionada el nombre de Francisco Gómez abre el artículo de Página 12 sobre la detención de Gómez en San Miguel.3 En otras entradas de la página también se arma este cruce entre las publicaciones periodísticas y lo que le sucede a Pérez mientras asiste a los Juicios. Vemos aquí que es totalmente difusa la línea que separaría la experiencia y las vivencias del arte, teniendo en cuenta las producciones, redacciones, ficciones que arma la autora. También recalcamos la tensión entre la ficcionalización (el uso de seudónimos) con la “Verdad”, ya que justamente el artículo periodístico se menciona en el momento en que se revela la verdadera identidad del secuestrador. En esta coyuntura, hay un factor que engloba el entramado de discursos: el espectáculo. Desde la presentación del libro en el blog: “¿Querés estar en la pomada en todoloquees memoria? Comprate. Hacete regalar o recuperá este libro” hasta en el libro mismo, como hemos nombrado el mensaje publicitario de “Manda TEMITA al 2020 y participá del fabuloso sorteo: ‘UNA SEMANA CON LA PRINCESA MONTONERA” (…) Cada día un acontecimiento único e irrepetible relacionado con El Temita: audiencias orales, homenajes, muestras de sangre, proyectos de ley, atención a familiares de la tercera edad y militontismo en general” (2012:39). En el Diario encontramos dos modos del espectáculo: el relacionado con el spot ‘memoria, verdad y justicia’ y el sitio que ocupan los hijos en los eventos multitudinarios y televisivos y los juicios a las Juntas. Con respecto al primer planteo, sumamos el discurso del marketing dado que hubo una explosión mediática por parte del Estado y un desarrollo de la “Hipérbole” en los homenajes, como hemos mencionado. Pérez especifica las cámaras de televisión, las figuras políticas queriendo figurar en los actos, y apropiándose de un acto que en primera instancia era de los propios “hijos”. Y en segunda instancia, 3

https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-218174-2013-04-17.html

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resaltamos la afirmación de la autora en “En un acto”: “Somos espectadores de lo que debió ser nuestro propio acto y rumiamos juntos nuestra bronca” (2012:140). Dos modos del espectáculo: el “pan y circo” de los medios masivos de comunicación y el poder estatal que construyen un escenario de hijos damnificados y victimas y en el trasfondo, se encuentra el clientelismo denunciado por Pérez a lo largo del Diario. Y el sitio que pasan a ocupar, espectadores de su propia convocatoria y autogestión de la agrupación. Entonces el almuerzo con Mirta Legrand no puede verse como una acción para visibilizar la lucha de H.I.J.O.S sino una forma de exponer el potencial mediatico del “temita”: “No me imaginaba que alcanzaría mi victoria gracias a mi condición de huérfana. Eran los 9 y ser hiji carecía del glamour actual” (2012:202), y en esta línea, donde podríamos volver a preguntar ¿Es Hipérbole o Verdad?, la conductora le cambia el nombre a la representante “hiji” de la mesa. Vemos aquí, como el relato resalta el marketing del “temita”, una cobertura masiva y una puesta en escena que la autora ridiculiza continuamente como en “Propuestas para próximas campañas de H.I.J.O.S”: Si la idea es sensibilizar al público cholulo a través de las fotos de famosos que se ponen la vuelta de tuerca al viejo slogan; “Yo me saco la Camiseta x Juicio y Castigo” “Concurso de Remeras Mojadas x Juicio y Castigo”. Desnudos cuidados y compromiso con la memoria” (2012:76)

Por lo tanto, en esta publicación no sólo se tematiza la exposición mediática sino también el tono burlón con el que trabaja la autora en todo el Diario. En conjunto con los procedimientos mencionados y el entramado de discursos, Pérez da cuenta de que la narrativa necesita explorar estas formas para poder llegar a contar un hecho aberrante de la historia (nacional y personal). De hecho, lo que consigue es desestabilizar el discurso hegemónico a través de la exposición pública de estas formas publicitarias sobre la memoria, la verdad y la justicia. Considerando lo planteado, hemos visto en este entramado de qué manera la autobiografía, el testimonio, la verdad se lleva a cabo desde la potencia de la ficción como vía de fuga. Cuando la narrativa no es suficiente para describir, retomar los recuerdos de otro y la experiencia propia en ese tránsito, emerge la posibilidad de plantear “giros en la narración” o pensar en la posibilidad de que todo sea parte de un reality. En varias publicaciones del blog se hace referencia a ese término, como es el

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caso de “Cable de último momento”4 que recibe el comentario de un lector, preguntando:” ¡¡Noooooo!! No puede ser! Esto está armado por los productores del reality.”. No sólo es un planteo que expresan los lectores en el intercambio entre blogers sino que también es una insistencia que trabaja Pérez en el despliegue del Diario, como cuando le pide “un descanso al guionista de este reality”. En suma, lo que se elabora es la revisión de “cómo se narra aquello a lo que con saña se le quitó el estatuto de presencia en el plano de lo real, cómo se escribe sobre los padres desaparecidos” (Cobas; 2013:21). Las producciones del período 80 y 90 revisan los modos de representar la memoria y relatar la experiencia personal. Entonces abordan la temática desde múltiples discursos, como hemos visto en el Diario de una princesa montonera que abarca la autobiografía y el testimonio con una visión publicitaria. Estas formas están dispuestas con tono irónico y burlón para desestimar el discurso hegemónico que presenta y dispone a los hijos como victimas pasivas, y no como “sujetos activos que exploran el pasado” (2013:1). Al mismo tiempo, los hechos ocurridos tienen carácter monstruoso y por lo tanto solo pueden llegar a relatarse a través de este conjunto de procedimientos y la puesta en tensión entre la memoria, la verdad y ficción.

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http://princesamontonera.blogspot.com.ar/search/label/Check%20list

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Bibliografía Cobas Carral, Andrea. “Narrar la ausencia. Una lectura de Los topos de Félix Bruzzone y de Diario de una Princesa Montonera de Mariana Perez”. Olivar, 2013 14(20). http://www.olivar.fahce.unlp.edu.ar Gamerro, Carlos. “Imaginando la dictadura”, “Sordos ruidos oir se dejan” y “Memoria sin recuerdos”. Facundo o Martín Fierro. Los libros que inventaron la Argentina. Buenos Aires: Sudamericana, 2015. Ludmer, Josefina, “Literaturas postautónomas 2.0”, Ciberletras. Revista de crítica literaria y de cultura 17, julio 2007, www.lehman.cuny.edu/ciberletras/ Perez, Mariana Eva, (2012) Diario de una princesa montonera – 110% Verdad-. Capital Intelectual, Buenos Aires.

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